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MINI ENSAYO SIMCE – Liceo Industrial San Fernando – Departamento de Lenguaje

Lee el siguiente texto y responde las preguntas 1 a 6.

LO QUE NOS UNE


En vísperas de las elecciones presidenciales.
Septiembre de 1970

1. En esta hora de seria responsabilidad, creo mi deber decir una palabra a todos los hombres y mujeres de buena
voluntad en nuestra patria. Una palabra que solo quiere iluminar las mentes, y despertar las nobles energías que todos
tenemos, pero que parecen, a veces, dormir en el fondo de nuestras almas.
2. Estamos terminando un proceso cívico. Como tantos otros de nuestra historia, ha movilizado a todos los chilenos en
torno a opciones políticas diversas, ardorosamente sustentadas. Una campaña, tal vez excesivamente larga y costosa, nos
ha hecho conocer la personalidad de los programas de cada candidato, fundamentando nuestra responsable decisión de
conciencia. Reconozcamos que es un lujo, un privilegio no muy común en nuestra América, poder elegir así, con esa
seriedad, con esa libertad, a los representantes y servidores de un pueblo soberano.
3. Pero este privilegio hay que cuidarlo; este proceso hay que dignificarlo. Lo recibimos de nuestros mayores como un
precioso legado, y nuestros hijos esperan que se los transmitamos intacto y enriquecido. Es un deber que no siempre
cumplimos bien. La verdad y las personas no han sido siempre respetadas. Más de una vez la violencia ha cobrado
víctimas, cuyas vidas nos parecen estérilmente tronchadas. Idearios políticos que aspiran, todos, a hacer más grande a
Chile, nos apasionan y enceguecen a ratos, hasta hacernos olvidar que somos todos hijos de la patria chilena. Y un
proceso destinado a hacernos crecer en nuestra madurez ciudadana a consolidar nuestra comunidad de tareas y de
destino, amenaza desgarrarnos con la división y empeñar nuestra convivencia con una nota de amargura.
4. Por eso creo mi deber decir una palabra. La propongo humildemente, interpretando lo que siento o adivino, en el
corazón de mis hermanos chilenos en una hora como esta. Y es una palabra muy simple: PAZ.
5. Cualquiera puede decirla: PAZ. Siempre es grato y hace bien repetirla: PAZ. Pero yo quiero hoy algo más que
pronunciarla: quiero invitar a conquistarla. Los meros saludos y los buenos deseos no cambian el mundo.
Los caminos
6. ¿Cómo conquistar esa paz? Ante todo, perdiéndonos el miedo unos a otros. Y la mejor manera de perdernos el miedo
es conocernos —que es ya, empezar a comprendernos—. Si los chilenos hiciéramos hoy un esfuerzo serio por conocernos,
descubriríamos algo sorprendente: LO QUE NOS UNE ES MUCHO MÁS FUERTE QUE LO QUE NOS SEPARA. Todos
deseamos pan, respeto y alegría. Todos somos y nos sentimos chilenos, celosos de nuestra soberanía, acostumbrados a la
libertad. Todos entendemos que en nuestra mesa común no puede haber privilegiados ni marginados. Todos queremos
que esta tierra de todos la disfruten todos, con los mismos derechos y las mismas oportunidades. TODOS ANHELAMOS
LA PAZ. Diferimos, sí, en los caminos, en los métodos, en la velocidad para alcanzarla. Hay quienes quisieran dos
aceleradores, mientras otros preferirían dos frenos. Pero todos nos sentimos en el mismo coche.
7. Y si es así, si al conocernos descubrimos que somos tan semejantes, tan solidarios, tan próximos, ¿por qué tanto
prejuicio, por qué tanto miedo, unos de otros? ¿Será tan difícil comprender al otro?, ¿comprender que, tras su lenguaje
imperfecto, su conducta vacilante, sus métodos discutibles palpita el hombre sediento de justicia, el hombre que quiere
amar y ser amado, respetar y ser respetado, crecer bajo un techo que resguarde su intimidad, ser padre responsable de
hijos felices, crear sus propias obras, creer en un Dios que salvará la obra de sus manos? ¿Puedo reprocharle que tenga
los mismos anhelos, los mismos ideales que yo tengo? ¿Puedo negarle los mismos derechos que reclamo para mí?
¿Puedo condenarlo porque lo sorprendo en las mismas faltas y contradicciones en que yo caigo?
8. ¡CONOZCÁMONOS! Adentrémonos, con respeto, unos en otros, más allá de esa etiqueta o denominación política que
nos separa y aleja como si fuéramos extraños. ¡Conozcámonos, para empezar a comprendernos! ¡Perdámonos el miedo
unos a otros!
9. Eso es precisamente lo que hace tan precaria nuestra paz: que nos tenemos miedo. Nos miramos con recelo, sintiendo
o creyendo que uno amenaza los derechos del otro. Por eso nunca tendremos paz si no tenemos justicia. Sí: la paz es obra
y fruto de la justicia, y la justicia consiste en amar los derechos de los otros, tal como ama uno sus propios derechos.

1. Según el texto, ¿cuál es la base que permite alcanzar la paz?


A. El conocerse. B. El respeto. C. La justicia. D. La unidad.

2. ¿Qué función cumplen las preguntas que se incorporan en el párrafo 7 del texto?
A. Invitan a cuestionarse sobre la importancia de la unidad para el desarrollo del país.
B. Llaman a la reflexión sobre la necesidad de asumir una postura inclusiva y autocrítica.
C. Destacan la valoración de las diferencias como parte de un proceso de conocimiento mutuo.
D. Critican el actuar prejuicioso de personas que son incapaces de reconocer sus propias equivocaciones.

3. A partir del contenido del texto, ¿qué elemento se destaca en la visión que tiene el Cardenal sobre la sociedad chilena a
la que pertenece?
A. Tiene dudas sobre su capacidad para valorar la diversidad.
B. Es optimista sobre las motivaciones que encauzan sus decisiones.
C. Confía en que con esfuerzo logrará mantener los privilegios ya ganados.
D. Teme que la falta de empatía acabe acrecentando las diferencias existentes.

4. A partir de la opinión del emisor del texto, ¿cómo debería entenderse el proceso eleccionario en el que se encuentra la
sociedad, para que conduzca a alcanzar la paz?
A. Como una posibilidad de aprender a partir de los errores. B. Como un desafío que se debe enfrentar en conjunto.
C. Como una oportunidad para comprender la justicia. D. Como un privilegio que hay que aprender a valorar.

5. De acuerdo con la opinión del emisor, ¿qué tienen en común las personas que forman parte de la sociedad chilena?
A. La aspiración hacia la justicia social. B. La valoración de la identidad nacional.
C. La motivación para participar en los procesos cívicos. D. La voluntad de conocerse para llegar a comprenderse.

6. A partir de la lectura del texto, ¿cuál de las siguientes alternativas presenta una consecuencia de la paz social?
A. La capacidad de cada miembro de la sociedad para valorar las semejanzas y aceptar las diferencias que  tiene con los
demás.
B. La posibilidad de abrir la mente a la comprensión de los problemas y necesidades de los demás miembros de la
sociedad.
C. La lucha de cada miembro de la sociedad por la defensa de los derechos de los demás tanto como de los propios.
D. La participación de todos los miembros de la sociedad en los procesos eleccionarios.

Lee el siguiente texto y responde las preguntas 7 a 12

Helga Schmidt González nunca pensó que alguna vez le tocaría pasar el Año Nuevo en un aeropuerto, y menos en el de
Gander, que no sabía si estaba en Escocia, Irlanda o Canadá.
—La tercera es la respuesta correcta —dijo Juanito Gándara, que estaba emocionado, porque era la primera vez que ella
volvía a Chile después de. Juanito le trabajaba a los viajes en una agencia de Bremen. Inventó para ella la ruta de
regreso más disparatada, pero también la más económica, con largas esperas y cambios de aviones en Gander, Miami y
Lima, todo durante la noche del Año Nuevo de 1986.
—Son 283 dólares menos —dijo Juanito— en Santiago te van a hacer falta.
Argumento definitivo.
Pero cuando Helga desembarcó en Gander en su vuelo desde Frankfurt a las 21.30 (locales) y vio la sala de tránsito
vacía y tomó conciencia plena de que allí tendría que esperar más de ocho horas y pasar el Año Nuevo en total soledad,
le hizo falta todo su sentido práctico germano de Osorno para no deprimirse. Pensar sobre todo que volvía a Chile. ¡A
Chile, por fin! Después de ocho años.
Había unas butacas cómodas. No sería mala idea dormir tres o cuatro horas. En la pared blanca, a unos quince metros
de distancia, parpadeaba una lucecita verde hipnótica. Se sentó, estiró las piernas. Cambió de lugar para no mirar la
lucecita y sacó el espejito de la cartera para retocarse los labios. Se vio algo ojerosa y pensó en repasar la sombra
celeste que parecía agrandarle los ojos azules, heredados de su padre.
De pronto, un altoparlante oculto hizo un ruido gutural y una voz femenina pidió en alemán que Frau González se
dirigiera a la oficina de vuelos. Algo así. La pronunciación alemana no era buena, pensó con cierta superioridad.
Se puso de pie algo incierta y caminó hacia la puerta de cristales por donde había entrado. Cuando ya llegaba a ella,
apareció marchando militarmente una rubia de uniforme azul marino con botones plateados y con una falda muy corta.
Le mostró los dientes y le indicó con un gesto que la siguiera. Caminaron largos pasillos seguidas por el eco del taconeo
marcial de la rubia. Llegaron a una oficina alfombrada donde el aire estaba muy caliente y con olor a pinos. A un
costado echaba calor una chimenea falsa con brasas y leños falsos. Un hombre joven, flaco, de anteojos sin marco, la
recibió poniéndose de pie detrás de un escritorio plateado y le ofreció asiento. Luego fue al grano sin demora:
—Frau González, nuestra línea aérea quiere proponerle un cambio. ¿Usted habla alemán, verdad?
—Ja, naturlich. El hombre hablaba un curioso alemán dialectal, como de Friburgo, haciendo gallitos. —Es un cambio
ventajoso para usted. Y es que se embarque en nuestro próximo vuelo a Ciudad de México, dentro de... —miró su reloj
pulsera de piloto, con varias esferas— una hora y 45 minutos. Se ahorrará una larga espera, sin costo alguno.
¿Comprende? Tendrá conexión inmediata a Miami, donde podrá tomar un vuelo directo a Santiago, sin escalas. Podrá
estar más pronto con su familia y evitará tantas horas sola en la Noche Vieja. ¿Qué le parece?
Ella apretó los labios. Dónde estará la trampa. Los compañeros le advirtieron. Dijo: —No. En Santiago me esperan en el
vuelo que tengo reservado. Gracias, pero no. No.
El flaco se mostró contrariado, pero trató de sonreír:
—Piénselo bien. Es por su propia conveniencia...
Ella sintió que su desconfianza crecía. Recordó los días pasados en Cuatro Álamos, la venda, la mordaza.
—Nein.
La misma rubia la escoltó de vuelta al salón de tránsito. Sin mirarla.
Una media hora después, la escena se repitió. La llevaron a otra oficina, más grande y más caliente. Parece que afuera
había nieve y mucho frío. Ahora el tipo era gordo, de pelo rojizo y cogote colorado. Hablaba inglés y olía a whisky y a
tabaco de pipa. Parecía capitán de barco, pero de civil. Al tratar de convencerla de las ventajas del cambio de vuelo
usaba un tono paternal. Helga mantuvo su negativa como una roca.
De vuelta en tránsito se maquilló cuidadosamente por cuarta vez desde su partida. Era una operación que le daba
seguridad en sí misma. Bostezó y se acomodó casi horizontal, con las piernas en la butaca vecina. No supo si había
alcanzado a dormir tres minutos o veinte. Notó con un sobresalto que había un hombre de pie delante de ella. Bajó las
piernas y se enderezó con rapidez. —Frau González, buenas noches. O buenos días —le dijo en castellano, con un acento
entre argentino y yanqui. Era muy elegante, tenía unos 50 años y a Helga le llamó la atención lo fino que tenía el pelo,
entre castaño y cano, muy bien peinado. Sin duda era un ejecutivo de línea aérea. ¿O un agente de la CIA?
—Perdóneme que le insista, pero me parece que para usted es conveniente nuestra oferta, ¿sabe? Además, le podemos
buscar la variante que más le acomode. La llevaremos en clase Super DeLuxe. No va a tener queja ninguna, le garantizo.
Podemos dejarla directamente en Miami. Si desea, podrá esperar su vuelo, la reserva que tiene —lo decía con cierto
desdén— o puede elegir otro. El que le convenga. Sin costo adicional. Además, podrá comunicarse por teléfono con quien
desee en Santiago. Desde aquí, ahora mismo. Sin costo alguno.
¿Teléfono? Su desconfianza comenzó a bordear el pánico.
—¡No! —dijo, en voz innecesariamente alta—. No quiero ningún cambio.
—¿No? —repitió el ejecutivo, sorprendido—, ¿está segura?
—Estoy segura.
No. No lo estaba, pero había resuelto no aceptar nada. No la harían caer en ninguna trampa. En Santiago la iba a
esperar su mamá, con un teléfono... ¡No! La maniobra era evidente.
El ejecutivo levantó los brazos y se fue, derrotado.
Ella volvió a acurrucarse en sus dos butacas.
Despertó cuando la llamaron a embarcar, siglos después. Caminó buscando el número de la puerta de embarque a través
de pasillos y salas y pasillos, luego por un túnel hasta el vientre del inmenso avión. Se dejó caer en el lugar que le
ofrecieron unas azafatas muy serias. La hilera completa de asientos estaba desocupada. Pensó que podría dormir
regiamente, bien estirada y sin arrugar demasiado la falda.
Rugieron las turbinas, parpadeó una luz roja, Fasten seat belts. Cerró los ojos y cayó en un sopor. Siempre le pasaba en
el despegue.
Oyó una voz que decía: —Frau González..., ¡feliz Año Nuevo!
El avión ronrroneaba con dulzura y flotaba inmóvil en un cielo lechoso. Una azafata provista de una sonrisa permanente
le estaba sirviendo champaña de una pequeña botella en una copa muy alta. Helga se enderezó, dio las gracias como una
niña bien educada de las Monjas Alemanas y, mientras tomaba la copa, echó una mirada en derredor. En toda la cabina
de primera clase, donde la habían instalado, no se veía ni un solo pasajero. Dejó la copa en una bandeja junto a su
asiento. Se puso de pie. Caminó dos pasos y desde el pasillo miró hacia la gigantesca zona de turismo. La azafata que le
había servido la champaña y otra que estaba a su lado, algo más alta, la miraban con un gesto raro, tal vez de reproche.
Vio doscientos o trescientos asientos blancos. Vacíos. El avión estaba desierto. Solo en ese momento comprendió que era
la única, absolutamente la única pasajera del Jumbo.
(Berlín, 1989)
7. Según el relato, ¿qué busca la protagonista del relato al aceptar el itinerario que le ofrece Juanito Gándara?
A. Disfrutar de un viaje en soledad. B. Conocer otras ciudades alemanas.
C. Optimizar sus recursos económicos. D. Llegar más rápidamente a su destino.

8 ¿Cómo reacciona la protagonista del relato ante los ofrecimientos que recibe?
A. Con sorpresa. B. Con entusiasmo. C. Con resignación. D. Con desconfianza.
9 ¿Cuál es el hecho más importante para Helga Schmidt González?
A. Conocer Gander. B. Regresar a su país. C. Buscar a su familia. D. Abandonar Alemania.

10 ¿Cuál de las siguientes ideas se desprende del final del relato?


A. Helga vio confirmadas todas sus sospechas previas. B. Helga comprendió que no podría llegar a su destino.
C. Helga malinterpretó los ofrecimientos de cambio de vuelo.
D. Helga fue enviada a propósito en un avión sin otros pasajeros.

11. ¿Qué hecho explica la reacción de Helga frente a las ofertas de cambio de itinerario que recibe? A. La actitud
desafiante de los funcionarios de línea aérea. B. El deseo de mantener la propuesta de Juanito Gándara.
C. El recuerdo de los consejos que recibió de sus amigos. D. Las características de las personas que la atienden.

12 ¿Qué sentimiento predomina en la protagonista del relato ante los hechos que ocurren durante la espera de su vuelo?
A. El miedo de ver frustrado su regreso al país. B. La expectativa ante la nueva vida que iniciará.
C. La tristeza por abandonar el lugar que la acogió. D. El temor de encontrar un país distinto al que recuerda

La memoria es el país
En los computadores, la memoria es el espacio donde guardamos todo lo que hacemos. Ahí dejamos nuestros documentos
de trabajo o cualquier cosa que escribimos, las fotos familiares, la música que nos gusta y un largo etcétera. Esas cosas
almacenadas en la memoria del computador están ahí disponibles en cualquier minuto en que las necesitemos.
Guardamos las cosas que ocuparemos en nuestro presente o que queremos guardar para ese extraño lugar que llamamos
futuro.
¿Cuán parecido es el disco duro de un computador a la memoria de un país? ¿Cuán parecido es almacenar archivos al
almacenamiento de la historia y la cultura de Chile?
Son preguntas retóricas sin mucho sentido, pero que me llevan a una manera de ver y entender la memoria como una
herramienta que configura mi presente y que poco tiene que ver con el pasado al que se suele asociar. La memoria no es
pasado. La memoria es la materialización presente de hechos anteriores que me ayuda a vivir de determinada manera.
En fácil: La memoria es lo que te hace levantarte, salir de tu casa y poder volver a ella, acordarte de los nombres de tus
familiares y de la clave de mail. Y yendo más allá: es lo que te permite mejorar en la vida y crecer como persona. Ese
almacenamiento constante de experiencias es lo que somos hoy. El pasado es un lugar que ya no existe y el futuro es la
creación de tus acciones de hoy.
¿Y la memoria del país? Básicamente es lo mismo pero con el componente, grande y difuso, de que esa memoria es una
construcción colectiva. Son las miles de memorias personales las que construyen este gran “disco duro” del país, de la
ciudad y de cada barrio.
Pero esa memoria no está en el pasado. Es el presente. Es lo que somos ahora y la base de lo que seremos. No existe
forma de evitar eso. No hay manera de que un país no tenga memoria. No hay verdades oficiales ni extraoficiales que
puedan eliminarla.
¿Por qué? Porque la memoria es el presente. Es el país que transitamos y las verdades que sabemos. Son la existencia de
todas las tendencias políticas. Es nuestra apatía o nuestra participación. La memoria del país son los edificios gigantes
que construimos y los presidentes que elegimos. Son los árboles que plantamos y las represas que detenemos. En
definitiva la memoria de un país es el país mismo. Aquí y ahora.
El tema es que la memoria se construye. ¿Cuál es la memoria que quieres que vivan tus hijos? Hoy tenemos este país
construido en la memoria colectiva de todos, los de un lado y los del otro. ¿Cuánta reflexión falta sobre el presente para
entender aquellos hechos del pasado?
Preguntémonos cómo y por qué estamos aquí, en esta realidad, antes de dar más pasos. Tomemos la memoria hoy, así
como está, y aprendamos. ¿Cuánta reflexión a todo nivel, político, familiar y personal falta para entender el país que
tenemos y en el que queremos vivir?
Es hora de pensar y soñar. De explorar nuestro “disco duro” colectivo y buscar cada archivo que nos aporte, de
subirnos a nuestros edificios y ver desde la altura qué dirección hay que tomar. Construyamos los nunca más y
edifiquemos la memoria de ese territorio imaginario llamado país desde el único lugar que existe: el presente.

13. Según lo que plantea el emisor, ¿cuál es el único espacio que realmente existe?
A. El pasado. B. El presente. C. La memoria. D. La experiencia.

14. En el primer párrafo, ¿qué recurso utiliza el emisor del texto?


A. Una definición. B. Una descripción. C. Una comparación. D. Una ejemplificación
15. ¿Cuál es el propósito del texto anterior?
A. Explicar la definición del concepto de memoria. B. Invitar a la gente a reflexionar sobre la memoria colectiva.
C. Convencer a los lectores de almacenar lo vivido en la memoria.
D. Cuestionar la actitud de sus compatriotas ante la memoria de su país.

16 En el segundo párrafo del texto, ¿qué función cumplen las preguntas?


A. Introducir la reflexión que se hará acerca de la memoria de un país.
B. Justificar el punto de vista del emisor del texto acerca de la memoria.
C. Explicar la analogía entre la memoria y el disco duro de un computador.
D. Establecer una comparación entre la memoria, la historia y la cultura de un país.

17 En el séptimo párrafo del texto, ¿con qué propósito se mencionan “los árboles que plantamos y las represas que
detenemos”?
A. Para asemejar su importancia con la de los edificios que construimos y los presidentes que elegimos.
B. Para argumentar sobre la imposibilidad de eliminar la memoria de un país.
C. Para ejemplificar elementos que forman parte de la memoria de un país.
D. Para explicar que la memoria es un concepto vivo y dinámico.

18 En el octavo párrafo del texto, ¿a qué se refiere el emisor con la expresión “los de un lado y los del otro”?
A. A la variedad de pensamientos existentes en el país.
B. A las personas que valoran la memoria y las que la desprecian.
C. A las expresiones de los diversos territorios en los que se involucra la memoria.
D. A la diversidad de actores sociales que influyen en las decisiones que se toman en el país.

Lee el siguiente texto y responde las preguntas 19 a 23.

ACTO II 30
Escena I Me preparo para el Simce
DON JUAN, ISMAEL. ISMAEL: Volveré, señora, luego.
DON JUAN De reinar tengo esperanza REINA: Esperad. ¿De qué os turbáis?
con traidora o fiel acción; ISMAEL: ¿Yo turbarme?
mas no juzgo por traición REINA: No es por bueno.
la que una corona alcanza ¿Qué lleváis en ese vaso?
Reine yo, Ismael, por ti, ISMAEL: ¿Quién? ¿Yo?
y venga lo que viniere. REINA: Detened el paso.
ISMAEL Si el niño Fernando muere, ISMAEL: Quien dijere que es veneno,
cuya vida estriba en mí, y que al Rey nuestro señor
no hay quien te haga competencia. no soy leal...
DON JUAN De viruelas malo está; REINA: ¿Cómo es eso?
fácil de cumplir será ISMAEL: Que estoy turbado confieso,
mi deseo, si a tu ciencia pero no que soy traidor.
juntas el mucho provecho REINA: Pues aquí, ¿quién os acusa?
que de hacer lo que te pido, ISMAEL: (Aparte.)
se te sigue. Mi misma traición será.
[…] REINA: Culpado, Ismael, está
(En su camino, Ismael ve venir a la reina. Quiere huir quien sin ocasión se excusa.
por la otra puerta; ISMAEL: El infante es el ingrato;
sale la REINA, detiénele y él se turba.) que yo no le satisfice;
ACTO II y si el retrato lo dice,
Escena III engañárase el retrato.
La REINA, ISMAEL. Que aunque el paso me cerró,
REINA: ¿Qué es esto? cuando a purgar al Rey vengo,
¿De qué estáis descolorido? yo, Reina, ¿qué culpa tengo
Volved acá. ¿Adónde vais? si el retrato se cayó?
¿De qué es el desasosiego? Don Juan, el infante, sí;
que con aquesta bebida tomarla, señora, en pie.
me manda quitar la vida REINA: Pues buen remedio, asentaros.
al tierno Rey que ofendí... ISMAEL: A vuestros pies me derribo.
Digo, que ofendió el Infante. No permitáis tal rigor.
REINA: En fin, vuestra turbación REINA: Bebedla; que haré, doctor,
confesó vuestra traición; atenacearos vivo.
no paséis más adelante. El infante Don Juan es
¿Es la purga de Fernando noble, leal y cristiano,
esa? sin resabios de tirano,
ISMAEL: Gran señora, sí; sin sospechas de interés;
así he de decir aquí de la nación más ruin
la verdad... ¿Qué estoy dudando? vos que el sol mira y calienta,
El deseo de reinar del mundo oprobio y afrenta,
con Don Juan tanto ha podido, infame judío, en fin.
que ciego me ha persuadido ¿Cuál mentirá de los dos?
que llegue la muerte a dar ¿O cómo creeré que hay ley
al niño Rey; y el temor para no matar su rey
de que no me castigase en quien dio muerte a su Dios?
me obligó que le jurase Bebed. ¿Qué esperáis?
ser a Su Alteza traidor. ISMAEL: Señora,
[…] si el confesar mi traición
(Quiere derramarla, y tiénele la REINA.) no basta a alcanzar perdón,
REINA: Tened la mano y el vaso. baste el ser vos […]
Que pues mi Fernando está Si he de morir, en efeto,
para purgarse dispuesto, en este trance confuso,
no es bien perder la ocasión la pública afrenta excuso
por una falsa opinión, por el castigo secreto.
que en mala fama os ha puesto. […] (Bebe.)
Conozco vuestra virtud;
médico habéis siempre sido, 19. Según la reina, ¿cómo es el infante Don Juan?
sabio, fiel y agradecido. A. Sabio. B. Noble.
Asegurad la salud C. Tirano. D. Infame
del Rey, y vuestra inocencia,
haciendo la salva agora 20 Al conversar con Ismael, ¿cómo es la actitud de la
a esa purga. Reina?
ISMAEL: Gran señora, A. Indiferente. B. Imprudente.
no estoy, con vuestra licencia, C. Agradecida. D. Desconfiada.
dispuesto a purgarme yo,
ni tengo la enfermedad 21. ¿Qué hecho delató las intenciones de Ismael en
del rey Fernando, y su edad. relación con el Rey?
REINA: ¿Que no estáis enfermo? A. La manera despectiva con que se refirió al infante
ISMAEL: No. Don Juan.
REINA: No importa: vuestra virtud B. La rapidez con que se dirigía a encontrarse con el
desmienta agora este agravio. Rey.
En salud se sangra el sabio; C. El aspecto de su rostro al encontrarse con la Reina.
os purgaréis en salud. D. El nerviosismo al beber el remedio que llevaba.
Tiene muy malos humores
el reino desconcertado, 22 ¿Qué sentimiento motiva la acción de Don Juan
y por remedio he tomado contra el Rey?
el purgarlo de traidores. A. La vanidad. B. La ambición.
A vos no puede dañaros. C. La venganza. D. La desconfianza.
ISMAEL: Es muy recia, y no osaré

23 ¿Para qué la reina le pide a Ismael que beba el contenido del vaso?
A. Para castigar su actuar. B. Para probar su inocencia.
C. Para calmar su turbación. D. Para curar su enfermedad.

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