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Hádaly Ramirez Román IX ciclo de actuación

La inteligencia emocional y el proceso de creación artística

Durante el desarrollo del curso de psicología he entrado en mayor conciencia del trabajo
que desempeñamos como artistas al utilizarnos como herramienta de creación. Es muy
conocida la frase de “el artista trabaja con sus emociones”, pero lo complejo que es ello es
difícil de definir.

Daniel Goleman no dice que las emociones cumplen un papel vital en la vida humana. Son
las que nos permiten enfrentar desafíos difíciles, proteger a nuestros seres queridos y tomar
decisiones más allá de la lógica. Es decir, el mundo interno de cada persona, en nuestro
caso el de los artistas, es muy complejo, creo que no podría decodificar todo el sistema
interno que desarrollo al abordar una creación o personaje nuevo.

Como artista escénica, a media que he ganado experiencia, he ganado también


herramientas que me ayudan a liberar la mente, a estimular sensaciones necesarias para la
escena, o crear situaciones imaginarias y entrar en ellas. Pero estas no funcionan como una
formula matemática, a veces funciona una u otra o es necesario buscar algo nuevo, saber
con exactitud como esos gatilladores se armonizan y logran el objetivo es difícil de
decodificar. El mismo Goleman manifiesta que el mundo de las emociones trasciende el
alcance de la cognición y el lenguaje.

Un análisis no puede centrarse solo en la faceta cognitiva de las emociones sin explorar el
papel que desempeñan los sentimientos en profundidad. Por suerte la psicología actual
reconoce la importancia de las emociones en los procesos mentales. A medida que la teoría
de las inteligencias múltiples ha evolucionado, se ha centrado más en la metacognición, es
decir, la conciencia de los propios procesos cognitivos y emocionales. Reforzando lo dicho
por el autor, en general existe una mayor conciencia de la importancia del autoconocimiento
y desarrollo de la inteligencia emocional, y para nosotros como artistas resulta
trascendental.

Debo admitir que mi viaje de autoconocimiento inicio junto con mis estudios en artes
escénicas, tenia ya más de 8 años ejerciendo la carrera de docencia y aun así no había
caído en cuenta de todas la barreras metales y patrones que estaba replicando de forma
automática. El estudio de las artes escénicas me llevo a prestarle atención a mi mundo
interno y descubrir los pensamientos, vivencias e ideas que lo componen. En la lectura nos
mencionan que ser consciente de uno mismo implica estar atento a los estados de ánimo y
a los pensamientos relacionados con esos estados de ánimo. También implica la capacidad
de darse cuenta de los propios sentimientos negativos sin intentar suprimirlos, aunque a
Hádaly Ramirez Román IX ciclo de actuación

menudo la conciencia de los sentimientos lleva al intento de cambiarlos. La conciencia de


uno mismo tiene un poderoso efecto sobre los sentimientos negativos intensos y
proporciona la oportunidad de no verse atrapado por ellos y liberarse de su influencia.
Conocerme a mí misma es un viaje que he abrazado muchísimo no solo para mi desarrollo
como artista sino como persona.

Mencionan también que la conciencia de uno mismo implica la atención continua a los
estados internos y la capacidad de observar e investigar la experiencia, incluidas las
emociones, de manera imparcial y no reactiva. Es decir, poder verlas desde fuera, esto es
una cualidad en que nos entrenamos mucho como actores, ya que cuando estamos en
escena una parte de nosotros vivencia la experiencia y otra está en completa observación y
análisis de la situación. Esta cualidad es semejante a la “atención neutra flotante” del
psicoanálisis, que menciona Goleman, y permite percibir los propios sentimientos sin quedar
atrapado en ellos. Y que deberíamos aplicar en forma constante, no solo en escena sino en
el día a día.

Así el desarrollo de la inteligencia emocional nos proporciona herramientas para un mejor


dominio propio y la búsqueda de un equilibrio emocional. En el proceso de creación artística
es fundamenta el manejo de estas herramientas, ya que nos sumergimos en un viaje
emociona, en un mundo interno de ideas, inspiración y expresión. Esto implica no temer a la
pasión y permitir que las emociones fluyan libremente con la brújula de la auto observación.

La creatividad y la expresión artística a menudo implican la exploración de temas profundos


y personales. En este proceso, pueden surgir emociones intensas, tanto positivas como
negativas que coexistir en nuestra mente y corazón. Es crucial como artistas mantener el
control sobre estas emociones para evitar que dominen el proceso creativo y perjudiquen
nuestro accionar.

La pasión puede ser una fuente de inspiración y energía creativa, pero también puede
llevarnos a estados emocionales extremos que pueden perjudicar el proceso creativo. Como
artistas debemos aprender a reconocer y gestionar las emociones negativas, como la ira, la
frustración, la crítica externa e interna, la desaprobación, entre otros factores. Así evitar que
afecten negativamente nuestro trabajo. El objetivo es encontrar el equilibrio entre la
intensidad emocional y el control necesario para canalizar esas emociones hacia la
expresión artística y desprendernos de aquellas que solo nos obstaculicen. Esto implica
prestar atención a los pensamientos y emociones, y utilizar técnicas de autorregulación
emocional.

Para concluir solo puedo agradecer la vocación que tengo como artista que me llevo a un
gran camino de confrontación conmigo misma y autodescubrimiento. Que asumo con gusto,
Hádaly Ramirez Román IX ciclo de actuación

para poder seguir creando, construyendo y aportando, como persona, como docente y
como artista.

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