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Ws * - 4 clin Siesta ELASCENSO DE LOS TOTALITARISMOS Politica, sociedad y economia en el periodo de entreguerras JOAN SOLE ston —-PATASIA ‘ascot de le alariemae con ella; un reino del terror en que la poliefa y la policia, secreta persiguen a disidentes reales o supuestos: un control monopolistica de los medios de comunicacién por parte del Estado; posesidn del armamento, y direc cidn centralizada de a economia. ‘Todos estos aspectos del totalitarisma responden 1 planteamientos autoritarios y coercitivos, y pueden aplicarse por igual tanto a Ia Alemania nazi, en la que se conservé un sistema econémico tendente al capita lismo, como a la URSS comunista de Stalin. Al cabo, Jo determinante en los regimenes totaitarios es el sa- crificio de la libertad individual en ef altar del Estado ‘omnivoro y omnipotente, Schopenhauer, el filésofo pesimista, afirma que la historia esti condenada a repetirse: que es como quel género teatzal del Renacimiento, la Commedia dellArte, en que reaparecen una y otra vez los mismos personajes, con solo leves modificaciones argumenta les, De nuevo surgen hoy en Europa y en todo el mundo regimenes autoritarios que aspitan al totalitarismo, y que pretenden retrotraernos alo peor de la humanidad. Hoy, como en la década de 1930, la tarea dela gonte de bien es evitarlo a través del conocimiento y de la ac cién consciente. A final ce cada uno de los capitulos se mencionan brevemente algunas personas y asociacio nes valientes que plantaron cara a la barbaeie, auténti- os ejemplos éticos en los que reflejarse. we El fascismo italiano ~ 1919-1939 ~ En la percepcién popular ha existide cierta tendencia a Infravalorar la importancia de! fascismo italiano, Cuan- do se ver filmaciones de Benito Mussolini arengando a las masas desde el baleén dela Piazza Venezia, lo nate ral es quedarse pasmado ante el histrionisme ridieulo de aquel personaje con infulas de emperadar romano, ‘Adem, los fascstas italianos no aleanzaon ni la po- tencia militar, ni la hegemonfa ni la envergadura de los nacionalsocialistas alemanes, y dlesempefiaron un papel subalterno y hasta servil respecto a estos duran- te la Segunda Guerra Mundial. Tampoco perpetraron ninguna matanza sistemética y organizada de comu- nidades enteras, ni inquietaron a la comunidad inter- nacional con planes expansionistas veros(miles, més allé de sollamas retéricas acerca de la gloria militar y evocaciones nostélgicas del poderto del Imperio roma- no. Hay que conceder que, para tratarse de una dicta: dura del siglo xx, se qued6 muy lejos de los niveles de 8 ‘Elona des aataromae brutalidad y barbarie alcanzados en Alemania, la URSS, y otros paises. ‘Todo esto es cierto, Y sin embargo, los fascists ita- lianos fueron los primeros en concebir un modelo po- Iitico totalitario, en desmontar Ia organizacién demo- critica representativa basada en el parlamentarismo y sustituisla por el partido dinico dotado de monopolio ‘en violencia, medios de comunicacién, politica y edu cacién, Como hemos visto en el capitulo introductorio, ‘hubo otras corrientes autoritarias, politicos e intelec tuales que aspiraron a imponerse como dictadores, pero los primeros que lograron instaurar su programa fueron los fascstas italianos. Ells sivieron de modelo para Hitler El fracasado intento de golpe de Rstado nazi de 1923 (el Putsch de Mainich o de la cervecerta) estu: vo directamente inspirado en la trunfal Marcha sobre Roma de los camisas nogras fascistas en 1922, El ascen s0 al poder de Hitler en 193% —onee afios después de ‘Mussolini— tuvo coma referente inmediato la trayec~ toria de los fascistas. Estos intervinieron decisivamen: te, junto con los alemanes, en la guerra civil espaftola, al yporcionar alla facci6n militar de Franco armamento ¥ otros recursos que resultarian clave para derrotar al bando republicano, ¥ los camisas negras —inspirado- res de los camisas pardas de las SA nazis— ejercieron tuna violencia brital contra todos sus enemigos, fueran, socialistas, comunistas o simplemente rivales politicos

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