1. En este escenario, se plantea un caso delicado en el que una menor de 13,9
años está embarazada y presenta dolores de parto. En términos generales, los derechos fundamentales y la dignidad humana deben ser priorizados en cualquier situación. El respeto a estos derechos implica garantizar la salud y el bienestar de la menor, así como su autonomía y consentimiento informado, considerando su edad y capacidad para tomar decisiones informadas. En este caso, podría haber un debate ético sobre si la madre está tomando decisiones en beneficio de su hija o si hay factores que podrían influir en la toma de decisiones. 2. Si se están vulnerando los derechos a esta paciente ya que, la menor está siendo sometida a una cesárea y una salpinguectomía bilateral (extirpación de las trompas de Falopio), procedimientos que podrían tener implicaciones tanto médicas como éticas. ● Derecho a la salud: La salud y el bienestar de la menor deben ser prioritarios. La cesárea puede ser necesaria para proteger la salud de la madre y el bebé. Sin embargo, el procedimiento también podría plantear preguntas sobre la capacidad de la menor para dar un consentimiento informado adecuado y si está siendo respetado su derecho a recibir atención médica de calidad. ● Derecho a la autonomía y al consentimiento informado: Dado que la menor tiene 13,9 años, es cuestionable si tiene la capacidad para otorgar un consentimiento informado completo y comprender todas las implicaciones médicas y éticas de los procedimientos. La autorización de la madre podría no ser suficiente para garantizar la autonomía de la menor en la toma de decisiones médicas importantes que afectarán su salud reproductiva a largo plazo. ● Derecho a la integridad física y psicológica: La extirpación de las trompas de Falopio (salpinguectomía bilateral) es una intervención invasiva que afectará la capacidad reproductiva de la menor en el futuro. Esto podría plantear preguntas sobre si se están respetando sus derechos a la integridad física y psicológica.
Solución: En la situación planteada, se pueden identificar posibles vulneraciones de
derechos fundamentales basadas en la discriminación, la atención médica adecuada y el consentimiento informado.
● Derecho a la no discriminación ya la igualdad:
La actitud del médico Juan Pérez, quien se niega a atender al paciente debido a su identidad de género y orientación sexual, constituye una forma de discriminación. El paciente es parte de la comunidad LGBTI y está siendo tratado de manera desigual y discriminatoria por su identidad. Esto vulnera su derecho a la igualdad ya no ser discriminado por motivos de orientación sexual o identidad de género. Artículo 13 de la Constitución Política de Colombia: "Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica."
● Derecho a la atención médica adecuada:
El médico Juan Pérez se niega a atender al paciente debido a su identidad de género y orientación sexual. Esto constituye una negación injustificada de atención médica y podría poner en riesgo la salud y el bienestar del paciente. Todo paciente tiene derecho a recibir atención médica adecuada sin importar su identidad de género u orientación sexual. Artículo 49 de la Constitución Política de Colombia: "La atención de la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a carga del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud."
● Derecho al consentimiento informado:
El paciente se opone a recibir un trasplante de médula ósea por cuestiones religiosas y firma un consentimiento para no ser reanimado en caso de un paro cardiorrespiratorio. Sin embargo, posteriormente, se realiza una reanimación sin su consentimiento. Esto podría ser una vulneración del derecho del paciente a dar su consentimiento informado para procedimientos médicos y tratamientos, así como su derecho a rechazar un tratamiento basado en sus creencias religiosas. Artículo 16 de la Constitución Política de Colombia: "Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico".