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Definiciones

El término «eutanasia» viene del griego euthanatos, que significa buena muerte o muerte
digna. Entendemos a la eutanasia como el acto de poner fin a la vida de una persona enferma
sin probabilidad razonable de cura (enfermedad terminal, esto es, enfermedad incurable y
grave) con el objeto de evitarle sufrimientos permanentes innecesarios.
Con «sufrimiento» no nos referimos necesariamente al dolor físico. De hecho, estudios
realizados en lugares donde la eutanasia es legal, como Holanda, Bélgica, España, por ejemplo,
muestran que menos de la tercera parte de personas que solicitan la eutanasia lo hacen por
dolores físicos. Un alto porcentaje de individuos requieren la eutanasia por el pesar psicológico
de una calidad de vida mermada a causa de la incontinencia o la parálisis o por la depresión
producto del verse dependientes de otros de por vida.

¿Qué es la eutanasia en resumen?


La eutanasia es la intervención aceptada voluntariamente por el paciente y realizada por un
profesional médico, que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con la intención de
evitar sufrimiento y dolor innecesario.
La eutanasia es un tema complejo y controvertido que involucra cuestiones éticas, morales,
legales y médicas relacionadas con la vida y la muerte. Hay dos posturas principales con
respecto a la eutanasia: la postura a favor (eutanasia activa o pasiva) y la postura en contra
(prohibición de la eutanasia). Aquí te proporcionaré información sobre ambas posturas:

Postura a favor de la eutanasia:


Eutanasia activa: Esta postura defiende el derecho de una persona a solicitar y recibir
asistencia médica para poner fin a su vida de manera intencional y rápida. Implica la
administración de sustancias letales por parte de un profesional médico o la persona misma.

Eutanasia pasiva: En esta perspectiva, se permite la suspensión o retirada de tratamientos


médicos que mantienen con vida a un paciente terminal o en un estado vegetativo persistente,
cuando se considera que prolongar la vida solo causa sufrimiento y no hay expectativa
razonable de mejoría.

Argumentos a favor:
Derecho a la autonomía: Se argumenta que las personas tienen el derecho de decidir sobre su
propia vida y muerte, especialmente cuando enfrentan sufrimiento extremo o una calidad de
vida inaceptable.

Alivio del sufrimiento: La eutanasia puede ser vista como una forma de reducir el sufrimiento
innecesario y prolongado de las personas que padecen enfermedades terminales o condiciones
médicas extremadamente dolorosas.

Consentimiento informado: Si una persona está debidamente informada y es competente para


tomar decisiones, debería poder elegir cuándo y cómo terminar su vida.

Postura en contra de la eutanasia:


Santificación de la vida: Esta postura sostiene que la vida humana es sagrada y que tomar
deliberadamente una vida, incluso con consentimiento, es moralmente incorrecto. Se
argumenta que solo Dios (u otra entidad divina) tiene el derecho de poner fin a la vida.

Posible abuso: Los opositores a la eutanasia temen que su legalización pueda llevar a abusos,
donde las personas vulnerables sean presionadas para poner fin a sus vidas por razones
económicas, emocionales o sociales.

Alternativas médicas y cuidados paliativos: Se argumenta que en lugar de recurrir a la


eutanasia, se deben mejorar y ampliar los cuidados paliativos y las opciones de alivio del dolor,
para garantizar que las personas puedan morir de manera digna y sin sufrimiento.

Dificultades éticas y legales: Determinar cuándo es apropiado y ético aplicar la eutanasia


puede ser complicado. Las decisiones médicas pueden volverse difíciles, y existe la
preocupación de que los médicos puedan sentirse presionados para participar en actos de
eutanasia en contra de su propia ética.

Es importante tener en cuenta que la discusión sobre la eutanasia es multifacética y evoluciona


con el tiempo y la sociedad. Las opiniones varían según la cultura, la religión y la ética personal.

https://scielo.conicyt.cl/pdf/rmc/v133n3/art14.pdf

Apuntes sobre la eutanasia1 Dr. Alejandro Goic G2 Rev Méd Chile 2005; 133: 371-375

1. En primer lugar, es del todo evidente que para las personas que adhieren a las
religiones cristiana o judía, el rechazo a la eutanasia es absoluto (así como lo es el
suicidio). Esta posición es coherente con la creencia en que la vida es dada por Dios y
de ello deriva su santidad, lo que para los creyentes constituye un argumento decisivo
para oponerse categóricamente a la eutanasia. Aun para los no creyentes, la influencia
cultural de estas religiones se hace sentir en el modo que enfrentan el tema. La
pregunta es si existen argumentos válidos que no sean de índole religiosa para
oponerse o favorecer la eutanasia

Tabla 1. Eutanasia: argumentos religiosos en contra


– La vida es un regalo de Dios y sólo puede ser tomada por Dios.

– Los seres humanos son valiosos porque son hechos a imagen de Dios.

– Todas las vidas humanas son igualmente valiosas.

– El proceso de morir es espiritualmente importante y no debe ser perturbado.

Tabla 2. Eutanasia: argumentos no religiosos en contra


– Al aceptar la eutanasia se acepta que algunas vidas son menos valiosas que otras

– Podría no estar en el mejor interés de un paciente.

– Afecta los derechos de otras personas no sólo los del paciente.

– Un cuidado paliativo adecuado la hace innecesaria.


– Permitirla conducirá a un cuidado menos riguroso para el enfermo terminal.

– Expone a personas vulnerables a presiones para dar término a su vida.

– Es el comienzo de una pendiente resbaladiza que favorece eventuales abusos.

– Da mucho poder a los médicos.

– No hay una manera de regularla adecuadamente.

Tabla 3. Eutanasia: argumentos a favor


– Las personas tienen derecho a decidir cuándo y cómo morir.

– Es cruel e inhumano negar a alguien morir cuando está sufriendo de modo intolerable.

– La muerte no es una cosa mala, de modo que adelantarla no es malo.

– Debe permitirse cuando está en el mejor interés de todos los involucrados y no viola los
derechos de nadie.

– Puede proporcionar un modo costo-efectivo de atender personas que están muriendo.

– De todos modos ocurre en la práctica, de modo que es preferible que esté regulada.

En el texto, se discuten las razones por las cuales el tema de la eutanasia es especialmente
delicado para los médicos. Se mencionan tres principales razones:

Tradición hipocrática y no-maleficencia: Los médicos han seguido durante más de dos milenios
la tradición hipocrática que prohíbe dar fármacos letales o sugerir la eutanasia. Esto está
vinculado al principio bioético de no-maleficencia, que se refiere a no causar daño
intencionado.

Dilema práctico y emocional: Aunque se puede debatir abstractamente sobre la eutanasia, los
médicos son quienes deben aplicarla en situaciones reales. Esto conlleva una carga moral,
psicológica y emocional significativa. La medicina está orientada a preservar la vida, por lo que
resulta difícil visualizar a un médico terminando intencionalmente la vida de alguien, aunque
sea para aliviar el sufrimiento.

Formación y propósito médico: Los médicos son entrenados para salvar vidas, no para
ponerles fin. La tercera razón radica en que los médicos encuentran difícil aceptar que aliviar el
sufrimiento pueda implicar poner fin intencionalmente a la vida de una persona. Para muchos,
esto marca el límite de lo que consideran ético en términos de aliviar el sufrimiento.

Luego, se explora la relación entre los principios bioéticos de no-maleficencia y beneficencia.


No-maleficencia prohíbe acciones perjudiciales, como matar, mientras que la beneficencia insta
a hacer lo que beneficia al prójimo. Se argumenta que ambos principios son igualmente
exigentes para los médicos. Aunque todos deben respetar la no-maleficencia, los médicos
también deben seguir la beneficencia, ya que su rol es ayudar a los pacientes. En este sentido,
se espera que los médicos actúen en el mejor interés del paciente, incluso en situaciones
complicadas, y que no se nieguen a brindar ayuda.
Argumento a favor de la eutanasia
El texto argumenta a favor de la legalización y regulación de la eutanasia, con énfasis en la
autonomía individual y el alivio del sufrimiento. Se presentan varios puntos clave:

Derecho a la calidad de vida: Se sostiene que el derecho a la vida no se trata solo de existir,
sino de tener una calidad de vida mínimamente digna. Como parte de esto, las personas
deberían tener el derecho de morir con dignidad y reducir su sufrimiento.

Decisión sobre el proceso de morir: Se argumenta que, al igual que las personas pueden
buscar una vida placentera, también deberían poder hacer que el proceso de morir sea lo más
placentero posible. Si el sufrimiento es insoportable, se debería permitir a las personas poner
fin a su vida.

Dignidad y calidad de vida disminuida: Se sostiene que si alguien sufre una disminución
permanente en la calidad de vida y toma la decisión de no continuar viviendo, incluso si la
muerte no es inminente, debería tener el derecho de hacerlo. Forzar a alguien a vivir en
condiciones que considera indignas es considerado injusto.

Balance de sufrimiento: Se refuta la idea de que la eutanasia perjudica a la familia y amigos. Se


argumenta que el sufrimiento prolongado del paciente debe tener más peso en la
consideración que el sufrimiento de los seres queridos al perderlo.

Legalización y regulación: Se aboga por legalizar y regular la eutanasia para establecer


protocolos y evitar manipulaciones de voluntades. Se compara con otras prácticas legalizadas
como el aborto, también vistas con buenos ojos.

Suicidio asistido: Se define la eutanasia como un suicidio asistido y se sugiere que la


intervención médica debe ser regulada por los cánones de la profesión, no como una
obligación sino como una opción.

En resumen, el autor defiende la legalización de la eutanasia basándose en la autonomía


individual, el alivio del sufrimiento y la necesidad de regular esta práctica para evitar abusos y
manipulaciones.

Posturas a favor y en contra de la adopción monoparental


La adopción monoparental, donde una persona soltera adopta y cría a un niño, también es un
tema controvertido y tiene argumentos tanto a favor como en contra. A continuación, te
presento las principales posturas en cada lado:

Posturas a favor de la adopción monoparental:


Capacidad para brindar amor y cuidado: Las personas solteras también pueden ser amorosas y
dedicadas como padres. La capacidad de proporcionar amor, atención y apoyo emocional no
depende del estado civil.

Evaluación individual: Las agencias de adopción realizan una evaluación exhaustiva de los
solicitantes, independientemente de su estado civil. Si una persona soltera cumple con los
requisitos y muestra una capacidad adecuada para criar a un niño, se argumenta que debería
tener la oportunidad de adoptar.
Diversidad de estructuras familiares: La sociedad moderna está compuesta por diversas
estructuras familiares. Permitir la adopción monoparental refleja esta diversidad y reconoce
que lo importante es el amor y el cuidado que un padre o madre puede brindar,
independientemente de si son solteros.

Posturas en contra de la adopción monoparental:


Falta de modelo parental completo: Los críticos argumentan que un niño necesita tanto una
figura paterna como materna para un desarrollo equilibrado. Temen que la adopción
monoparental podría privar al niño de una influencia paterna o materna importante.

Estrés y carga: Crianza de un niño es una tarea desafiante y demandante. Algunos argumentan
que una persona soltera podría tener dificultades adicionales para manejar las
responsabilidades y demandas de la crianza sin un cónyuge para compartir la carga.

Falta de apoyo: Criar a un niño puede ser más difícil sin un compañero para compartir las
tareas y el apoyo emocional. Los críticos de la adopción monoparental temen que los padres
solteros puedan sentirse abrumados por la falta de ayuda.

Inestabilidad financiera: Algunas personas argumentan que los padres solteros pueden
enfrentar desafíos financieros más grandes, lo que podría afectar negativamente la calidad de
vida del niño.

En última instancia, las posturas sobre la adopción monoparental varían según las creencias
culturales, religiosas y personales. Es importante considerar el bienestar del niño en el centro
de la discusión y garantizar que cualquier decisión se tome en base a su mejor interés.

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