E a MINISTERO PER | BENI
a ELE ATTIVITA CULTURALI
BOLLETTINO DI ARCHEOLOGIA ON LINE
DIREZIONE GENERALE PER LE ANTICHITA VOLUME SPECIALE
INTERNATIONAL CONGRESS OF CLASSICAL ARCHAEOLOGY |! collabor
ROMA2
MEETINGS BETWEEN CULTURES IN THE ANCIENT MEDITERRANEAN “"arareeoloptaClasew
Fernando Lozano Gémez
Graecia
Roma en Grecia: recepcién y naturalizacion
de las manifestaciones de culto imperial
La sesién en la que {ui invitado a parlicipar versa sobre la forma en la que Roma se hizo presente
en su propio Imperio y afecté a las manifestaciones religiosas del Mediterréneo. Una aproximacién en la que
se debe valorar, despojandonos de viejas interpretaciones, tanto el aporte central, encamado por Roma,
como el protagonismo de las fuerzas autéctonas, las poblaciones de las provincias, y la manera en la que
éslas reaccionaron frente a la llegada de Roma. Mi intervencién se centra en un Ambito cultural muy
singular del Imperio, como es el griego, en concreto, en los territories de la Grecia continental que los
romanos denominaron la provincia de Acaya (Paus. 7. 16. 10). Se trata de la demarcacién que englobaba,
segiin los romanos, a la verdadera y auténtica Grecia (Plin. Ep. Vill, 24) @ inclufa las poblaciones de Atenas
y Esparta, asi como gran parte de los referentes culturales y religiosos que caracterizaron a los griegos
antes y después de la llegada de Roma’. En este marco espacial, se estudian las manifestaciones de culto
a los emperadores, prestandose especial atencién a la forma en la que el poder romano se relacioné con los
provinciales griegos en la gestacién de una nueva serie de rituales, los imperiales, on los que quedaba
patente la cercania afectiva al nuevo régimen por parte de las oligarquias locales y las posibilidades de
actuacién de los Césares’.
La creacién de un entramado simbélico que unia a las poblaciones del Imperio con Roma a través
de la figura polifacética del emperador, y que se denomina habitualmente el culto imperial’, se incluye entre
los cambios que provocé Ia capital de! Lacio en el Mediterraneo; cambios que suelen etiquetarse con el
término de romanizacién. Una denominacién que lleva ya un tiempo sometida a debate’, En Grecia dicha
discusién teérica va mas alla, pues se niega incluso la propia existencia de una romanizacién de esta
region’.
En los limites impuestos para esta comunicacién no es posible prestar la atencién debida a este
problema, es decir, no me detendré a valorar la pertinencia del término romanizacién aplicado a Acaya. Me
conforma con indicar que, en mi opinién, en el caso conereto de Grecia, la aparicion de Roma produjo
importantisimos cambios ya en el periodo Republicano que se acentuaron durante la época Imperial. Entre
" LaRsen 1998; Graona 1889; KANmeTEDT 1954; ALCOCK 1890, 8-17, 128-71; HAENSCH 1997, 222-8
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2004.
"ones 1998,
rural tpagesipubbles7ion rtm! *
26estos cabe destacar a oligarquizacién de los sistemas politicos tradicionales®. La llegada de los nuevos
sefiores del Mediterréneo también produjo significativas transformaciones en la economia, sobre todo a
partir de la reorganizacién del eje palitico-econémico de la provincia, que se llevé a cabo con la creacién de
Nicépolis y el establecimiento de colonias en el Peloponeso, como Patras y Corinto. Esta politica conllevé
tun amplio proceso de movimientos poblaciones que buscaban la eliminacién de antiguos peligros y la
dotacién de poblacién para los nuevos centros urbanos’, Y a estos cambios de caracter politico y
‘econémico se pueden sumar asimismo transformaciones religiosas y culturales, como la incorporacién de
los juegos gladiatorios*, 0, volviendo al tera concreto de la presentacién, el culto a los Césares romanos.
El concepto que se emplee para denominar dicho conjunto de transformaciones en la problematica
conereta de Grecia es, como sefialé antes, una cuestién diferente, que sin duda se ve enturbiada en este
territorio porque muchas de las mutaciones que afectaron a otras provincias del Imperio, en esta regién no
son tan manifiestas, ya que Roma acepté y exporté por el Mediterréneo elementos culturales y religiosos
que habian aparecido originalmente en Grecia®. Una posible solucién a estos obstaculos terminolégicos se
encuentra en un reciente trabajo de la profesora Susan Walker que sugiere el uso del concepto de
imperializacién romana"®. Dejando a un lado, por tanto, esta interesante cuestién terminolégica, me centro
en la presente comunicacién en exponer cuales fueron, a mi entender, los aspectos mas destacados de la
recepcién, surgimiento y naturalizacién del culto alos emperadores en Grecia
Quiero sefalar en primer lugar que la apaticién de rituales consagrados a los Césares no fue, como
se indic6 antes, un proceso unidireccional, caracterizado por la imposicién de unas directrices centrales
‘emanadas de Roma, sino que surgié de un dilogo entre los objetivos imperiales y las necesidades y
voluntades de los provinciales, on especial, las ligarquias locales, cuyo resultado supera la mera copia de
modelos romanos en la provincia. Este proceso complejo y bidireccional, que caracteriza buena parte de las
relaciones que establecié Roma con las provincias en otros ambitos, se puede singularizar de forma
‘ejemplar con la forma en la que aparecié en Acaya la nueva religién oficial consagrada a los emperadores.
Efectivamente, aunque la normativa romana en relacién con la divinizacién fue conocida en todo el
Imperio, la forma en la que los griegos incluyeron a los Césares en sus fiestas y panteones tradicionales
dista de ser una mera copia de los modelos creados en el centro, como se muestra claramente en la
divergencia entre las divinidades oficiales de la ciudad de Roma, los divi y las olvae, con los personajes
imperiales que recibieron culto en las ciudades helenas, los theoi sebastoi"'. El seguimiento directo de las
normas propias de la capital del Lacio se limitaba al ejércita"” y en buena medida también a las colonias,
aunque incluso estas ditimas tuvieron un amplio margen de maniobra a ta hora de conformar los panteones
yrtituales locales. Recientemente, Bendlin al estudiar la lex de la Colonia Genetiva Ursonensis ha destacado
‘que resulta més significativa la limitacién del marco religioso que se impone a los colonos que las
obligaciones religiosas a las que se vieron sometidos™
En las ciudades de Acaya, que en su mayoria no eran colonias y gozaban de una relacién
estatutaria privilegiada con Roma, el culto imperial tvo menos conexién con las practicas religiosas
romanas, de forma que los emperadores se integraron en la religién tradicional de una forma mas diversa -
lo que constituye, por otra parte, uno de los mejores ejemplos de la Antiglledad de un proceso de
naturalizacion religiosa del orden politico.
La inexistencia de una politica de imposicién central de la forma en la que se debia llevar a cabo la
adoracién a los Césares permitié, en este sentido, que las antiguas instituciones encargadas de aprobar la
inclusion de nuevas divinidades en los panteones locales siguleran funcionando en Grecia, Se trata de los
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‘oma archeoais benictural oages/pubbicarion nm! *
2F-Lozane Gémer~ Grecia, Roma en Grecia: reception yraturazacion de los manifestaiones de cute imperil
organismos ancestrales de las poleis, como, por ejemplo, el Aredpago de Atenas, que tuvieron una funcién
andloga a la que desempené el Senado en la ciudad de Roma, al menos durante el s. 1d. C., como prueban
las numerosas leyes sagradas y decretos en los que se aprueban ituales y se consagran nuevas
divinidades imperiales.
De esta forma, la perduracién de la autoridad religiosa de estas instituciones locales, por una parte,
junto con la ya destacada inexistencia de una politica estricta de Roma, por otra, ayuda a comprender la
heterogeneidad de los rituales y las divinidades imperiales que se observa en el mundo griego. En efecto,
al registro epigrafico aporta numerosos ejemplos de la libertad con la que los griegos abordaron la
adoracién de los miembros de la casa imperial de forma que la norma fue la incorporacién de los
‘emperadores a los panteones y practicas rituales ancestrales de cada poblacién; circunstancia que se
plasm6 en la existencia de una gran diversidad en cuanto a los dioses con los que se asociaban los
‘emperadores en cada ciudad, los rituales a los que se sumaron las nuevas deidades o, incluso, la
iconografia que se utiiz6 para las estatuas de culto imperial. Durante el Principado, por tanto, la religién de
las ciudades griegas siguié una evolucién particular, segin olvidaban o recordaban una divinidad olasica y
decidian cémo adorar a los miembros de la familia imperial
Esto no quiere decir en absoluto que no existieran unas pulsiones generales que afectaron a todas
las poblaciones sometidas a Roma, y a los griegos en concreto. Sin duda, la situacién politica y religiosa
aporté, en este sentido, el marco basico de accién en el que se desarrollaron todas esias innovaciones en el
Ambito de las creencias, Cada ciudad adapté y cre6 sus propios rituales y dioses imperiales, teniendo en
consideracién muchos estimulos tanto internos como externos.
La combinacién de estimulos internos y externos explica, asimismo, que en Acaya se encuentren
tanto las construcciones ideolégicas que fueron disefiadas y apoyadas desde Roma y que aparecen en
otras muchas provincias, como los desarrollos locales que solo se pueden entender cuando se atiende,
como se indic6 antes, al pasado religioso y la historia particular de cada ciudad, E! patron fundamental de
estos pariicularismos locales es el establecimiento de una estrecha relacién entre la divinidad superior de
los panteones locales precedentes con los emperadores. Existen numerosos testimonios sobre la
asimilacion de los Césares a las principales divinidades locales griegas, que constituyen ejemplos claros de
la forma en la que se inserts a los gobernantes del Mediterraneo en la religién tradicional, con
Independencia de que la divinidad elegida tuviera poco o nada que ver con la propaganda politica emanada
de Roma o con la forma en la que cada emperador quiso hacerse presente a sus sUbditos. En este sentido,
resulta especialmente clarificador el caso de Megalépolis, donde los emperadores se asociaron al culto a
Zeus Liceo, una deidad tradicionalmente relacionada con el canibalismo, la licantropia y el sactificio
humano. También es significativa la asimilaci6n de Nerva con Urano en Esparta y la de Tito y Vespasiano
con los Cabiros en Tebas. Otra practica de culto imperial que resulta dificil de explicar si se prescinde del
componente local es el caso de la ciudad de Hermione en la que Trajano se convirtié en Zous Embaterio.
Creo que la mejor forma de comprender estas manifesiaciones religiosas es entenderlas como ol
fruto de un didlogo en torno al poder en el que los griegos respondieron con sus propias creaciones a las
construcciones pollticas y culturales en las que se encontraban inmersos. Y en este complejo intercambio
cultural los helenos emplearon su antiguo imaginario religioso para acomodar al nuevo poder central
Incluso en los ejemplos mas claros de dirigismo desde Roma, como fueron las celebraciones de las,
ascensiones imperiales, los mecanismos que se emplean permiten vislumbrar un procedimiento por el cual
los estimulos externos se incorporan a la religién local con el resultado de la creacién de un producto
religioso consumible por las poblaciones de las ciudades griegas que responde asimismo favorablemente a
los abjetives politicos y las mandatos religiosos de Roma. Los ejemplos atenienses vuelven a ser
especialmente significativos, como la celebracién del cumpleafios de Augusto o la llegada al poder de Geta,
‘que fueron sin duda impulsados desde el poder — en el primero de los casos por un agente del emperador
en la ciudad y en el segundo por el propio gobernador. Las instituciones tradicionales de Atenas disefiaron y
aceplaron nuevas medidas de clara inspiracién romana pero el lenguaje que emplearon, los organismos
Fyclvicos Implicados y la forma de los rituales que se aprobaron segulan los pardmetros tipicos de la cludad;
de tal forma que se puede concluir que una interferencia externa habla sido sutilmente naturalizada.
En intima relacién con el énfasis en el bagaje local se encuentra otra de las caracteristicas mas
destacables del culto imperial en Grecia, ya que éste fue de la mano de una ampliacién del prestigio y
preeminencia de la religién ancestral. En efecto, se dejaba entrar a los emperadores, se acomodaba a los
Césares en el panteén tradicional, y el resultado fue que tanto las antiguas divinidades como las nuevas
salleron ganando. Se trata de un procedimiento para prestigiar la antigua religién griega a la vez que se
aba cabida a los nuevos sefiores del Mediterraneo.
Aunque esta reutilizacién del imaginavio religioso anterior es una caracteristica del culto imperial en
muchas regiones del Imperio, en el caso de Acaya es una constante mas marcada. En Grecia, como se
sefialé antes, se encontraban muchas de las ciudades que gozaban de mayor predicamento en el mundo
helénico, como Esparta o Atenas, y también alojaba los rituales mas famosos y egregios cuyo ciclo
constituia el archaia periodos (los agones Olimpicos, Piticos, Nemeos e Istmicos)"*, Junto a ellos, otras seis
festividades gozaron de la maxima categoria ((selastica) durante el Principado™. Por este motivo, cuando se
buscé un simbolo para la provincia en época de Adriano, el elegido fue la palma y el anfora de las
Panateneas, que simbolizaban claramente el prestigio de la regién en este Ambito *
Todos estos lugares se poblaron de referencias continuas al culto imperial en un procedimiento que
responde, sin duda, a la suma de voluntades locales ¢ Imperiales. Asi, tanto la Anfictionia Déttica, como
Olimpia, Nemea y Corinto modificaron sus celebraciones tradicionales para acomodar a los emperadores y,
de esta forma, mantener su predicamento anterior o incluso aumentarlo. Este mismo modelo lo siguieron
casi todos los centros de renombre en Acaya, como Epidauro, o la propia Atenas que sumo a sus
tradicionales festejos, consagrados a Atenea, otras tres celebraciones de caractor iseldstico que situaron a
la ciudad del Atica en una posicién sélo comparable a la propia Roma. En la construccién de esta situacion
privilegiada fue fundamental la incorporacién de la adoracién a los Césares, ya que los tres nuevos agones
fueron los Panhelenios, los Olimpicos y los Adrianeos, en los que el emperador ocupaba un lugar principal
La propia Eleusis, y sus misterios, acomodé a los Césares entre sus rituales y les permit alojarse en el
interior det santuario.
El uso continuo de festejos y espacios sagrados anteriores para introducir el culto imperial fue tan
frecuente en Acaya que puede servir de explicacién para la inexistencia de nuevas fundaciones del prestigio
de las Neocorias de Asia Menor” en esta provincia.
Esta reutilizacién de espacios, divinidades y mensajes antiguos no fue inocente. No se traté, sin
mas, del renacimiento 0 reconversién de las creencias anteriores, Estos fenémenos nunca son asépticos y
mucho menos en el caso del culto imperial que era una de las mejores formas de mostrar la cercania al
régimen imperante. Por eso no es de extrafiar que en la incorporacién y naturalizacién del culto imperial en
Grecia los protagonistas locales sean las aristocracias civicas que fueron las principales beneficiarias de los
cambios politicos y econémicos a los que daba sustento y cobertura simbélica la adoracion a los Césares,
El culto imperial se convirtié asi en una de las mejores herramientas con las que contaron las
aristocracias locales para acercarse al poder central del Mediterraneo. Pero también se convirtié en un
referente social dentro de las ciudades griegas, pues el control de las manifestaciones de adoracién a los,
Césares sirvié para marcar la diferencia entre los oligarcas y ol resto de la sociedad, a la vez que se emples
como vehiculo para la promocién social"
Como ocurria en el caso de la reutlizacién de espacios y festejos anteriores, el control por parte de
las oligarquias es una caracteristica tipica del culto imperial en todas las provincias romanas, aunque en
Acaya la abundancia de fuentes permite una investigacién mas profunda. Aunque los ejemplos de esta
* Senwronr 1988.
* Seawronm 1989,
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or arch ic pbibleaon. ntl *
2F-Lozane Gémer~ Grecia, Roma en Grecia: reception yraturazacion de los manifestaiones de cute imperil
simbiosis entre emperadores y aristécratas en Grecia son muy abundantes, el caso de Atenas resulta
‘especialmente claro, en conereto en virtud del estudio de la carrera del précer Tiberio Claudio Novio y la
familia de Herodes Atico,
El primero de estos personajes se aupé al poder en Atenas durante los reinados de Claudio y
Ner6n; sin duda, gracias a sus amplias conexiones en la provincia y su enorme riqueza. Al no pertenecer a
ninguno de los clanes sagrados, y tener, por tanto, vetada la entrada en los sacerdocios tradicionales mas,
prestigiosos, empleé el culto imperial como forma de marcar su preeminencia social. De esta forma, se hizo
con el sumo sacerdocio de culto imperial, que reformé para convertir en sacerdocio comin de los Dioses
‘Augustos; un puesto que le permitié desbancar a las familias anteriores ¢, incluso, en ol momento
culminante de su carrera, llegar a aparecer junto al emperador Nerén en la inscripcién monumental que
erigieron en accién de gracias los atenienses en la fachada principal del Partenén. A partir de Novio, el
control de Atenas cayé en manos de la familia de los aticos, cuyo maximo representante fue Herodes Atico.
Esta familia también fundamenté su situacién hegeménica en la ciudad mediante el culto a los
‘emperadores, ya que el sacerdocio vitalicio consagrado a los Césares permanecié de forma ininterrumpida
en sus manos hasta el final de la dinastia Antonina.
Fernando Lozano Gémez
Universidad de Sevila
Departamento de Historia Antigua, Facultad de Geogratia e Historia,
Universidad de Sevila, Maria de Padilla sin, 41004 Sevilla, Espana
E-mail: lozanogomez@us.es
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