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José Maria Arguedas “A Todas Las Sangres”

El racismo y la discriminación son problemas que deben ser abordados de


manera urgente y efectiva en el Perú. Estos fenómenos sociales perpetúan la
exclusión y la vulneración de los derechos humanos, afectando gravemente a
la sociedad peruana. Es lamentable ver cómo algunas personas en el país se
enfocan en preferencias raciales y discriminatorias, en lugar de valorar la
diversidad y riqueza cultural que caracteriza a nuestra nación. Además, la
corrupción y el feudalismo han contribuido a la falta de desarrollo y progreso
del país. Estos problemas están arraigados en diferentes niveles de la sociedad
peruana y deben ser enfrentados con acciones firmes y transparentes por parte
de las autoridades y la ciudadanía en general. Es importante que todos los
peruanos seamos conscientes de la importancia de nuestro patriotismo y de
preservar nuestro país. El Perú tiene una riqueza natural y cultural invaluable, y
debemos trabajar juntos para enfrentar estos problemas y construir una
sociedad más inclusiva, igualitaria y justa. Es necesario promover la educación
y la conciencia sobre estos temas, fomentar el respeto y la tolerancia, y generar
espacios de diálogo para superar el racismo y la discriminación. Solo así
podremos avanzar hacia un Perú mejor, donde todos los ciudadanos puedan
disfrutar de las mismas oportunidades y derechos que perpetúan estereotipos y
prejuicios hacia ellos, esto ha llevado a una desigualdad social y económica
entre la sociedad indígena y el resto de la población peruana. Es importante
reconocer que la diversidad cultural y étnica es una riqueza para nuestra
sociedad y que todos merecemos ser tratados con respeto y dignidad. Es
necesario fomentar la inclusión y la valoración de las costumbres, tradiciones y
conocimientos de las comunidades indígenas. Además, es fundamental que el
Estado peruano implemente políticas públicas que impulsen la igualdad de
oportunidades para todos los ciudadanos, sin importar su origen étnico o su
situación económica. Esto incluye medidas para combatir el racismo y la
discriminación en todas sus formas. Todos debemos ser conscientes de
nuestros propios prejuicios y estereotipos, y trabajar para erradicarlos de
nuestra sociedad. Solo así podremos construir un país más justo y equitativo,
donde todas las personas tengan las mismas oportunidades y derechos.
José María Arguedas experimentó en persona la discriminación y el racismo
que sufren los indígenas, ya que convivió con ellos debido a que se vio
obligado a buscar un refugio donde sentirse seguro y querido. Este lugar tan
anhelado lo encontró entre los indígenas, y durante su estancia con ellos
aprendió muchas de sus culturas y tradiciones. Arguedas sufría de depresión
debido a la cruda realidad de Perú. A pesar de ser mestizo, sentía que por sus
venas corría la sangre indígena y se sentía orgulloso de su patria peruana.
Gracias a su alegría, espiritualidad y fineza, se armó de valentía para describir
cómo es la sociedad actual en nuestra tierra peruana. En su maravillosa obra
"Todas las sangres", nos relata la vida desde una propuesta artística diferente y
unificada. Esto se debe a que abordó temas que hasta ese momento nadie
había tomado en cuenta, como ningún otro autor indigenista. A través de su
creatividad e imaginación, nos hizo comprender lo que significaba el mundo
andino. En su obra "Todas las sangres", Arguedas habla de cómo Don Bruno
se resiste a la modernización y se niega a dejar a los indígenas, a quienes solo
ve como objetos en lugar de personas. Aquí podemos ver cómo las culturas
cambian, pero los valores se mantienen. En muchas de sus obras, Arguedas
criticaba a la sociedad peruana, pero la que más destaca es "Todas las
sangres". En el capítulo IV de esta obra, los protagonistas principales son Don
Bruno, que representa el feudalismo, Don Fermín, que representa la
modernización, y Demetrio Rendón, que representa la libertad del pueblo
indígena. Este último tiene una conexión peculiar con el autor, ya que Arguedas
es mestizo de cuerpo, pero indio de cultura, mientras que Demetrio es indio de
cuerpo, pero mestizo de cultura.

De cómo don Bruno quiere seguir resistiéndose a la modernización y no quiere


dejar a los indios solo los ve como objetos y no como personas. Aquí se ve
cómo las culturas cambian, pero los valores, en el caso de don Bruno, no.
Radón Vilca, un ex indio, llega para salvar a los indios y colonos de los malos
tratos que recibían de don Bruno. Con el pasar del tiempo, don Bruno sufre una
transformación milagrosa, abandonando sus lujurias y volviéndose un mestizo.
Pedro vuelve por la destrucción de la iglesia y don Fermín llega prometiendo
ayudar al pueblo y votar a la sociedad de esperanza. Don Bruno se culpa de
todas las desgracias por haber contribuido a la explotación minera y se
arrepiente de sus acciones. Dispara a don Fermín, hiriéndolo en las piernas,
pero luego se arrepiente y se echa a llorar. Don Fermín se va a Lima para ser
atendido de sus heridas, mientras que don Bruno es encarcelado en la capital
de la provincia. Especialmente en este capítulo, se muestra muchas de las
cosas que manchan a nuestro país, principalmente la discriminación. Es algo
que ha estado sucediendo durante mucho tiempo y que aún no se ha logrado
erradicar debido a varios factores, como el inculca miento que reciben los niños
en casa. Es por eso que dicen que los niños del hogar son copia y pega de los
padres. En el Perú, no debería existir el racismo y la desigualdad, pero
lamentablemente existen. Debemos trabajar y superarnos para mejorar el
pensamiento de muchas personas.

En esta obra, el autor nos muestra la realidad de la diversidad étnica y cultural


de Perú, donde todas las etnias se mezclan y compiten entre sí. También se
presenta la intervención de un poder imperialista que busca controlar el país.
José María Arguedas intenta ofrecer una visión completa de Perú, aunque el
enfoque narrativo se centra en la región de la sierra. La expresión "todas las
sangres" se ha convertido en un ideal para el futuro del país, y el autor es
considerado un héroe cultural debido a su enfoque colectivista. Según
Arguedas, el individualismo agresivo no es lo que va a impulsar el bienestar de
la humanidad, sino que lo destruirá. Es a través de la fraternidad humana que
se logrará la grandeza, no solo para Perú, sino para todas las etnias.

En conclusión, Perú es un país muy diverso con muchas culturas y gente


mestiza, especialmente de provincias. Quienes nunca han tenido contacto con
otras culturas tienden a discriminarlos y hacerlos quedar mal, a veces incluso
causando daño, como sucedió cuando los españoles llegaron al Perú y nos
obligaron a dejar atrás nuestras propias culturas y adaptarnos a las suyas. Por
eso es importante que todos sigan practicando sus propias culturas, y si
quieren explorar otras nuevas, no hay nada de malo en ello. Es por eso que el
capítulo IV del libro "A todas las sangres" tiene un mensaje hermoso, y es que
somos un país muy diverso y eso es algo de lo que estar orgulloso. La novela
refleja enseñanzas significativas que nos hacen comprender que debemos
amar y respetar a nuestro Perú, y un claro ejemplo de la pérdida del patrimonio
es cuando las personas conversan o tocan durante el himno nacional o incluso
caminan durante la ceremonia de izamiento de la bandera. La vida social que
llevamos es hermosa, pero la desgastamos por la falta de valores y respeto.
Como peruanos debemos amar nuestras raíces y sentirnos en la cima del
mundo por la riqueza de nuestro país. Por favor, di no al racismo y la
desigualdad de género. Debemos amar nuestras raíces y sentirnos orgullosos
de nuestro país. Si eres de las personas que discrimina a los demás, te invito a
mejorar y darte cuenta que vivimos en un mundo muy diferente al de hace
muchos años. Eres la persona que puede cambiar el país y el mundo. Muchas
gracias.

LUZ KARLA CCAMA MAMANI

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