Relaciones entre
educación, pedagogía,
currículo y didáctica
Jose David Rodríguez
El currículo ocupa una posición clave entre la
Pedagogía y la Didáctica, siendo analizado a través
de categorías pedagógicas como problema, objeto,
objetivo, contenido, método, resultado y
evaluación. Se visualiza como una manifestación
práctica que lleva a cabo la aplicación de teorías y
principios en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, desempeñando el papel de un
intermediario entre la teoría educativa y la
implementación en la realidad educativa
Por otra parte, el currículo selecciona y organiza
aprendizajes según concepciones didácticas,
criterios metodológicos y contextos histórico-
sociales. Tiene un carácter objetivo y subjetivo:
objetivamente responde a teorías y contextos,
pero subjetivamente es influenciado por la
posición ideológica y la creatividad del diseñador.
La didáctica actúa como mediadora en los
procesos curriculares y de evaluación,
enriqueciendo la formación en la práctica
educativa al considerar influencias de diversa
índole, como la multiculturalidad, avances
científicos y tecnológicos, tendencias políticas,
económicas, sociales y culturales. Estos factores
transformarán el aprendizaje en las instituciones
educativas en el contexto actual.
El aprendizaje se reconoce como apropiación de la
experiencia individual y social. En la actualidad, es
imperativo fomentar la creatividad, la
participación, el aprendizaje autónomo esto con el
fin de poder permitir que los estudiantes aprendan
a aprender, también que resuelvan problemas y se
desenvuelvan en la sociedad
El aprendizaje se reconoce como apropiación de la
experiencia individual y social. En la actualidad, es
imperativo fomentar la creatividad, la
participación, el aprendizaje autónomo, esto con el
fin de poder permitir que los estudiantes aprendan
a aprender, también que resuelvan problemas y se
desenvuelvan en la sociedad
Existen dos leyes de la pedagogía como ciencia de la
educación, determinadas como: “la escuela de la
vida”, que abarca las configuraciones o categorías
pedagógicas: problema, objeto y objetivo y “la
educación mediante la afectividad”, que abarca las
configuraciones o categorías pedagógicas: objetivo,
ciertos métodos de enseñanza tradicionales no contenido y método.
ayudan a los estudiantes a enfrentar situaciones
reales. Necesitamos un tipo de aprendizaje que sea
importante, que involucre desafíos y que los ayude a
crecer. Este tipo de aprendizaje debe estar
relacionado con sus vidas y abordar problemas
sociales en el salón de clases.
Estas categorías son componentes esenciales del
proceso de enseñanza-aprendizaje:
Problema: Representa dificultades, conflictos,
interrogantes en el conocimiento. Conforma el eje
problemático del aprendizaje, abordando
necesidades cognitivas de los estudiantes y
preguntas problematizadoras.
Objeto: Incluye aspectos de la realidad,
naturaleza, sociedad, cultura, y es lo que el
estudiante debe asimilar y reconstruir.
Objetivo: Define metas, fines educativos, logros
cognitivos, procedimentales y actitudinales para el
desarrollo integral del estudiante.
Contenido: Debe ser real, concreto y relacionado
con el objeto de la cultura para ser significativo. Se
estructura en dimensiones conceptual,
procedimental y actitudinal.
Método: es el proceso que se utiliza para poder
apropiarse del contenido y asimilar el objeto de
cultura, en función de alcanzar los logros
mediante la solución de los problemas de su
entorno social.
Esta integración contextualizada y establecidas entre categorías neuropedagógicas,
multidisciplinaria permite establecer una base
científica sólida para la Pedagogía, que busca
abordar las complejidades del aprendizaje en un
mundo diverso y en constante cambio.
El proceso de enseñanza-aprendizaje implica
categorías interconectadas y configuraciones
dinámicas que se relacionan armoniosamente en
forma de sistema. Estas configuraciones, como
problema-objeto, problema-objetivo, problema-
contenido, entre otras, caracterizan el proceso y lo
distinguen. Se pueden crear varias combinaciones
a partir de un decálogo didáctico, formando
nuevas configuraciones. Tanto el profesor como el
estudiante son actores en el proceso,
conectándose a través de actividades y
comunicación. El estudiante no solo aprende por
su propia actividad, sino también a través de la
comunicación con otros.
A partir del decálogo didáctico configuracional se
pueden crear múltiples configuraciones
pedagógicas, como tríadas o hexágonos, que
conectan categorías como objetivo, contenido,
método y objeto. Estas relaciones influyen en la
motivación y en el desarrollo de competencias de
los estudiantes. El método es crucial en estas
configuraciones, siendo dinámico y definiendo la
esencia del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Estas leyes pedagógicas y configuraciones
requieren principios didácticos y reglas
metodológicas para su operacionalización.
Los principios didácticos se presentan como
orientaciones esenciales para guiar los procesos
educativos y el desarrollo de los estudiantes.
Su enfoque es promover una perspectiva científica
en la enseñanza, abordando tanto la dimensión
individual como colectiva de la educación y
estableciendo una conexión entre la educación y
la vida cotidiana, así como con el funcionamiento
cerebral. Además, subrayan la importancia de la
coherencia entre la instrucción, la educación y el
desarrollo personal, así como la integración de
aspectos cognitivos, emocionales e instrumentales
en el proceso de aprendizaje. La actividad y la
comunicación ocupan un lugar central en este
proceso.
Estos principios se aplican mediante relaciones
tales como educación y sociedad, profesor y
estudiante, entre otras. Estas relaciones se reflejan
en configuraciones didácticas que incorporan
aspectos sociológicos, pedagógicos y curriculares.
Este enfoque subraya la necesidad de diseñar
planes de estudio en consonancia con el
funcionamiento cerebral y de fomentar la
investigación, el desarrollo y la evaluación en el
ámbito educativo.