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Caral, una antigua civilización

El lugar más representativo del Precerámico Tardío es Caral. Este gran centro
urbano y ceremonial se formó hace aproximadamente 4500 años en el valle de
Supe (Lima). De acuerdo con su principal investigadora, la arqueóloga Ruth Shady,
Caral es la civilización más antigua de América. Tuvo un desarrollo simultáneo
a Mesopotamia, Egipto, India y China, y anterior –al menos 1500 años– a la
civilización mesoamericana. Caral ocupa una extensión de 60 hectáreas. En el
conjunto destacan seis grandes pirámides, alrededor de las cuales se levantan
varias construcciones de menor tamaño. Para edificar esas estructuras, los
habitantes de Caral tuvieron que trasladar millones de bloques de piedra de zonas
cercanas. Se calcula que la ciudad albergó a unos 3000 habitantes.
A lo largo de los siglos que ocuparon Caral, los pobladores remodelaron
permanentemente las edificaciones. Es común encontrar ofrendas de diversos
materiales mayormente quemados, como alimentos vegetales y animales, textiles,
cestas, etc., que se entregaban como regalo a las deidades de la ciudad.
Economía y sociedad en Caral
La fertilidad del suelo y la cercanía a los recursos marinos hizo posible que Caral
desarrollara una economía sólida capaz de generar excedentes. Además, por estar
ubicada entre las comunidades pesqueras de la costa y las localidades agricultoras
de la sierra, esta ciudad adquirió una importancia fundamental como centro de
trueque o de intercambio de productos.
En Caral hubo una clara división social. La clase gobernante estaba formada por
sacerdotes y funcionarios que se encargaban de dirigir los rituales públicos,
organizar los trabajos colectivos, administrar el tributo, analizar los datos
astronómicos y elaborar los calendarios para designar las actividades del pueblo.
Vivían en grandes casas y tenían objetos lujosos como hachas de cuarzo, asientos
de vértebras de ballena y collares de cuentas exóticas.
Las clases populares estaban formadas por agricultores y pescadores, quienes
reconocían el poder de sus gobernantes pagándoles tributos por medio de su
trabajo y sus productos.
El Periodo Inicial
Hacia el año 2000 a. C., llegó al espacio
andino la cerámica, una innovación
tecnológica proveniente del norte,
posiblemente de los territorios que hoy
ocupan
Ecuador o Colombia. Este hecho marcó
el comienzo del Periodo Inicial, etapa en
la cual se consolidaron los cambios que
habían empezado en el Precerámico
Tardío: la agricultura se convirtió en el
más importante medio de subsistencia y
se afianzó la influencia social de los
centros ceremoniales.
Las actividades económicas
Durante el Periodo Inicial, debido a
milenios de aprendizaje y
experimentación, los pobladores del
espacio andino lograron significativos
avances en tecnología agrícola. En la
costa, por ejemplo, se desarrolló la agricultura de regadío para vencer la sequedad
del suelo. En la sierra se iniciaron proyectos hidráulicos como el canal de
Cumbemayo (Cajamarca), que alcanzó una longitud de nueve kilómetros.
Por otra parte, la existencia de numerosos centros religiosos favoreció el encuentro
de peregrinos procedentes de lugares lejanos, lo cual propició la práctica del
trueque.
Los centros ceremoniales
La importancia que adquirieron los centros ceremoniales consolidó el poder político
y social de los sacerdotes. La arquitectura de estos centros siguió estilos distintos
según la región en la que se construyeron
• En la costa central, templos en forma de U.
• En la costa norcentral, pirámides con plazas cuadrangulares y circulares hundidas,
así como edificios en terrazas.
• En la sierra, construcciones que mezclaban los rasgos mencionados, lo que revela
la constante comunicación entre los pueblos andinos.
Una característica importante de los centros ceremoniales de esta etapa son sus
representaciones de seres mitológicos pintados o tallados sobre sus muros.
El templo de Sechín (Áncash) es el centro más representativo de
este periodo. Construido alrededor del año 1500 a. C., consta de
tres plataformas, una pirámide
cuadrangular y una pared enchapada con lajas talladas. En los
muros se representan combates rituales, sacerdotes con rasgos
felínicos y cuerpos seccionados.
Estos dibujos simbolizan, aparentemente, ritos a través de los
cuales los sacerdotes hacían sacrificios humanos para obtener
mejores cosechas.
El final de un periodo
Hacia finales del Periodo Inicial, los grandes centros ceremoniales de la costa
entraron en crisis. La población que vivía alrededor de estos centros abandonó los
edificios públicos y se asentó en lugares más altos y cercanos a fuentes de agua
para asegurar el riego de sus cultivos. Mientras esto ocurría en la costa, en la sierra
comenzaron a destacar otros centros religiosos como el Templo de Chavín,
Pacopampa, Kunturwasi y Huaricoto.

ACTIVIDAD
1- Completa el esquema que representa las relaciones de intercambio en Caral
y su desarrollo económico.
2- Explica la relación entre los siguientes conceptos:

3- ¿Por
qué crees que la ubicación geográfica de Caral resultó estratégica para
vincular a las regiones cercanas?
4- Lee la siguiente información. Luego completa el cuadro

Los primeros indicios de la formación de Estados


La Galgada, Huaricoto, Kotosh (Mito) en la sierra; Las Haldas, Moxeque (pampa de
las Llamas), huaca de los Reyes, Sechín Alto, La Florida en la costa, y muchas otras
construcciones del llamado Periodo Inicial, no dejan duda de su condición de
centros estatales.
En todos estos sitios se nota la presencia de una arquitectura de carácter público
[...] y su carácter religioso (a través de las ofrendas, relieves, pinturas murales,
enterramientos, fogones rituales, etc.). Cada uno de estos yacimientos requirió
decenas de millones de días-hombre de trabajo para su construcción. No podemos
precisar en cuanto tiempo fueron construidos, pero definitivamente no se trató de un
clan o “tribu”, ni tampoco de una jefatura: la entidad que sustentó y dirigió su
edificación tuvo que ser un Estado. [...] Las imponentes edificaciones, la secuencia
de construcciones prolongadas e intensivas, los villorrios aledaños, las cámaras con
piso hundido y fogón central, la superposición de los complejos enterramientos y los
suntuosos ajuares funerarios reflejan no solo estratificación social, sino la relación
de la casta gobernante con el culto religioso. (Silva, 1997, p.

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