Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3 Hempel Sobre La Concepción Estandar de Las Teorías Científicas
3 Hempel Sobre La Concepción Estandar de Las Teorías Científicas
CARLG. HEMPEL
(la) T = (I, P)
(1b) T = c(IUP)
ilE. Nagcl, The Structure of Science (New York: Harcourt, Brace World, 1961, pp.
125-129.
dependientes de la teoría. Refirámonos a él como el vocabulario
preteórico o antecedente Va relativo a la teoría en cuestión. " Un
fenómeno que ha sido examinado y del cual una teoría da cuenta, ha
sido concebido a veces como descrito, o por lo menos describible, por
medio de un vocabulario observacional, esto es, por un conjunto de
términos que representan individuos particulares o atributos generales
los cuales bajo condiciones convenientes son accesibles a la
"observación directa" por observadores humanos. Sin embargo, se ha
encontrado que esta concepción es inadecuada en varios aspectos
importantes3.
La distinción que he sugerido entre vocabulario teórico y vocabuIario
antecedente no descansa en la anterior suposición. Los términos del
vocabulario antecedente no necesitan y no deberán ser concebidos
como observacionales en el estrecho sentido que acaba de ser
esbozado, ya que el vocabulario antecedente de una teoría dada
contendrá generalmente términos que fueron introducidos original-
mente en el contexto de una teoría anterior y los cuales no son obser-
vacionales en un sentido intuitivo estrecho. Veamos algunos ejemplos.
En la teoría cinética clásica de los gases, los principios internos son
suposiciones acerca de las moléculas de los gases; estos principios ha-
cen referencia a la masa, al tamaño y a su gran número; e incluyen
también varias leyes en parte tomadas de la mecánica clásica, parcial-
mente estadísticas en su naturaleza y concernientes a los movimientos
y colisiones de las moléculas y a los cambios resultantes en sus
momentos y energías. Los principios puente incluyen enunciados tales
como el de que la temperatura de un gas es proporcional a la energía
cinética media de sus moléculas y que las tasas de difusión de los di-
ferentes gases por las paredes del envase son proporcionales al número
de moléculas de los gases en cuestión y a sus velocidades promedio.
Por medio de dichos principios puente, ciertas microcaracterísticas de
un gas que pertenecen al escenario de la teoría cinética
3 Véanse las siguientes discusiones del tema, las cuales también dan referencias adi-
*La denominación "recibida" con respecto a las teorías es de Putnam ("What Theories
Are Not", p. 240). Algunas etapas características en la evolución de esta construcción de
las teorías científicas están representadas por las siguientes obras: N. R. Campbell,
Physies: The Elements (Cambridge: Cambridge University Press, 1920; reimpreso como
Foundations of Science, New York: Dover, 1957), capítulo 5; F. P. Ramsey, "Theories"
(1929), en Ramsey, The Foundations of Mathematics (London: Routledge and Kegan
Paul, 1931); R. Carnap, Foundations of Logic and Maíhemalics (Chicago: University of
Chicago Press, 1939), especialmente las secciones 21-25; R. B. Braithwaite, Scientific
Explanation (Cambridge: Cambridge University Press, 1953), capítulos 1-111; R. Carnap,
"The Methodological Character of Theoretical Concepts", en H. Feigl y M. Scriven,
editores, Minnesota Studies in the Philosophy of Science, volumen 1 (Minneapolis:
University of Minnesota Press, 1956), pp. 38-76; R. Carnap, Philosophical Foundations of
Physies, editor M. Gardner (New York, London: Basic Books, 1966) parte V; Nagel, The
Structure of Science, capítulos 5 y 6.
dos componentes, los cuales mas o menos tienen ciertas afinidades con
lo que ha sido llamado arriba los principios internos y los principios
puente.
El primer componente es un sistema deductivo axiomatizado —al-
gunas veces llamado cálculo— de fórmulas no interpretadas; los pos-
tulados del sistema corresponden a los principios básicos de la teoría.
Por lo tanto, dicho de manera general, los postulados del cálculo
pueden ser considerados como fórmulas obtenidas por la
axiomatización de los principios internos de la teoría y substituyendo
los términos teóricos primitivos en los axiomas por variables o por
constantes.
El secundo componente es un conjunto de proposiciones que dan
sentido empírico o aplicabilidad al cálculo, interpretando algunas de
sus fórmulas en términos empíricos —es decir, en términos de un vo-
cabulario que sirva para describir los fenómenos que la teoría pretende
explicar. Estas proposiciones, que evidentemente son semejantes a los
principios puente mencionados arriba, fueron caracterizadas por
Campbell y por Ramsey como formando un diccionario que relaciona
los términos teóricos con los preteóricos5; otros escritores se han
referido a ellas como "definiciones operacionales", "definiciones
coordinativas", "reglas de correspondencia" o "principios interpre-
tativos" de los términos teóricos.
La concepción estándar, entonces, puede ser esquematizada re-
presentando a la teoría como una pareja ordenada de conjuntos de
proposiciones:
(2) T = (C, R)
,0Este punto de vista es también sostenido por Achinstein, Concepls of Science, p. 114;
en verdad su discusión, en las páginas 106-119, de las maneras en las cuales los términos
teóricos se introducen en la ciencia presenta muchas observaciones iluminadoras e
ilustrativas y que están de acuerdo con el punto de vista expresado en esta sección y dan
apoyo adicional a él.
Esta cuestión ha recibido mucha atención en años recientes en la
polémica de las ideas de Feyerabend, Kuhn y algunos otros, referentes
a los- cambios de teorías en ciencia y a la dependencia teórica de las
significaciones de los términos científicos2". Sin embargo, como la
polémica ya lo ha mostrado, una solución satisfactoria de este asunto
requeriría de una teoría más adecuada de la noción de igualdad de
significado que la que parece haber hasta el momento.
\
Pero aun si en aras del argumento lanzamos preguntas acerca del
concepto de significado aquí invocado estas consideraciones no son
forzosas. Por el contrario, cuando en una determinada etapa en el
desarrollo de una disciplina científica una nueva teoría es propuesta,
ofreciendo una perspectiva diferente de la materia bajo estudio, parece
altamente plausible que serán necesarios nuevos conceptos para ese
propósito, conceptos no totalmente caracterizables a través de aquellos
disponibles anteriormente. Este punto de vista me parece que se deriva
de los estudios del lenguaje de la ciencia —especialmente en la
tradición empirista lógica— la cual ha conducido a un constante
atrincheramiento en la creencia o exigencia inicial de total definibilidad
de todos los términos científicos por medio de algún vocabulario
antecedente que consista de predicados observacionales o algo por el
estilo.
Las razones que condujeron a aprobar la introducción de términos
nuevos por medio de enunciados de reducción, sistemas inter-
pretativos, o criterios probabilísticos de aplicación, todas ellas apoyan
la idea de que de los conceptos usados en una teoría científica nueva,
no puede esperarse que sean siempre totalmente caracterizables por los
que están antecedentemente disponibles.
Pero la mera relajación de los requerimientos para la introducción de
nuevos términos científicos dio origen a cuestiones tales como la de si
podemos afirmar que entendemos tales términos parcialmente
interpretados; si la de los enunciados que los contienen pueden contar
como aseveraciones significativas o pueden ser considerados cuando
mucho como una maquinaria efectiva pero inherentemente carente de
significado para inferir proposiciones significativas expresadas en
términos bien entendidos de otras proposiciones, y la de si el confiar en
términos teóricos incompletamente interpretados podría ser evitado por
completo en la ciencia.
Sin embargo, esta manera de ver el problema presupone que no
podemos llegar a entender nuevos términos teóricos excepto por medio
de enunciados que especifiquen sus significados con la ayuda de
términos previamente entendidos; y seguramente esta noción es in-
sostenible. Nosotros llegamos a entender nuevos términos, aprendemos
a usarlos apropiadamente de muchas maneras aparte de la definición:
a partir "de ejemplos de su uso en contextos particulares, a partir de
paráfrasis de las que no se puede afirmar que sean definiciones, etc.
Los principios internos y los principios puente de una teoría, aparte de
caracterizar sistemáticamente su contenido, ofrecen sin
duda al estudioso el acceso más importante a un "entendimiento" de
las expresiones de la teoría, incluyendo los términos así como los
enunciados.
Para ser precisos, todas estas herramientas dejan aún sin contestar
varias cuestiones referentes al uso apropiado de las expresiones en
cuestión; y esto parece mostrar que, después de todo, los significados
de aquellas expresiones no han sido totalmente especificados y que las
expresiones por lo tanto no están totalmente entendidas. Pero la noción
de que una expresión tiene un significado totalmente especificado o que
una expresión está totalmente entendida es obscura; más aún, para los
términos que son considerados generalmente como bastante bien
entendidos hay siempre dudas abiertas respecto de su uso apropiado.
Por ejemplo, no existe un criterio claro que determine si cualquier
objeto extraño que un astronauta pudiera encontrar en otro planeta, o
incluso cualquier objeto que pudiera ser producido en un tubo de
ensayo en la tierra, puede contar como un organismo vivo. Los
conceptos teóricos, como el concepto de organismo vivo, son
"adaptables"; pero esto evidentemente no es una barrera para que sean
adecuadamente entendidos para los propósitos de la ciencia.