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23 Principios de la

Persuasión

Ley del Yo Soy

Libro 23
CESAR O. DELGADO

Copyright © 2023 César O. Delgado


ISBN: 9798389869981
Sello: Independently published

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DEDICATORIA

A mis queridos lectores, a ti que me lees; que buscas entre el mar de


información los mejores títulos para continuar creciendo.

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Tabla de Contenido

Tabla de Contenido......................................................................................4
INTRODUCCIÓN......................................................................................7
DÉCIMO NOVENO PRINCIPIO DE LA PERSUASIÓN.....................8
LA LEY DE LA PRUEBA SOCIAL.........................................................8
¿En qué consiste?.........................................................................................8
¿Cómo y cuándo se puede usar la prueba social?.........................................9
Hacer uso de la ley de la prueba social para persuadir...............................10
CONCLUSIÓN..........................................................................................12
ACERCA DEL AUTOR............................................................................13

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AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Dios por haberme llamado a la existencia.

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INTRODUCCIÓN
Dijo Dios a Moisés: “Yo soy el que soy.” Y añadió “Así dirás a los
isrelitas: “Yo soy” me ha enviado a vosotros. Ex 3: 14.

Si Dios es el que es, quiere decir que no existe nada fuera de Dios que sea.
Jesucristo se identifica plenamente con el “Yo soy”. Cuando los romanos lo
van a buscar en el Getsemaní, el viernes de la pasión; por eso queda
evidenciado que Jesús y Dios son una misma cosa, un mismo Dios. Más allá de
eso, todo aquello que existe fuera de Dios no ES, sino que pertenece al SER de
Dios. Eso te incluye a ti y me incluye a mí. Tú y yo solo somos en Dios; no
somos seres independientes, no podríamos SER porque fuera de Dios no existe
nada; por lo tanto, cuando pretendemos negar a Dios, estamos intentándo
negarnos a nosotros mismos y eso es imposible.
Con este enfoque estamos en la posibilidad de comprender que tu y yo
somos uno solo cuando ambos aceptamos que lo somos; porque al no
aceptarlo, no actuamos consecuentemente y destruimos el plan de Dios o del
universo en nosotros. Todas las leyes universales se cumplen; por ello, es un
mismo sistema de cosas que giran en torno a una sola voluntad, la voluntad del
Ser Superior. La ley del Yo Soy es una invitación a reconocernos parte de un
mismo ser. Si tú aspiras cosas buenas para ti, yo también lo hago para mí; pero
al hacerlo para mí, debo saber que lo estoy haciendo para ti. Somo una red
infinita de posibilidades, en la cual siempre estará presente la voluntad, el
deseo de Dios o de esa fuerza divina que nos rige y acompaña.
Cuando empecemos a entender que para SER YO (para realizarme como
persona) debo colaborar contigo a SER TÚ (a tu realización), comprenderemos
que nadie crece desde un solo extremo, sino que tendremos que crecer en todo
el SER. Es decir, somo parte nuestra y parte de los demás; ese es el principio o
la ley del
“YO SOY”

El autor.

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VIGESIMO TERCER PRINCIPIO DE LA
PERSUASIÓN

LA LEY DEL “YO SOY”

¿En qué consiste?


La ley del “Yo Soy” es la ley en la cual debemos admitir que no fuimos
creados de la nada; es decir, que venimos de algo que está por encima de
nosotros y pertenecemos a ese algo. Muchos lo llamamos Dios, los panteístas
lo llaman Universo, la realización interior, para el budismo. El Shangdi de la
antigua China, el Brahman en el Hinduísmo, Alah para los del Islam, Yaveh de
los cristianos-católicos; Jehová, para los no católicos. Cada cultura y pueblo le
tiene un nombre y lo adora según sus costumbres; pero, todas coinciden en lo
mismo: somos unos con Él.
Cuando comprendamos que si somos unos con Dios, con el Universo,
entonces también somos uno con nuestro prójimo. El mismo Jesús lo
representó como la máxima de los mandamientos del pueblo hebreo: “Amar a
Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo”. Porque somos uno
con él; pero, además se involucró como Dios que es, en la persona de cada ser
humano: “cuando Jesús dijo: “El que a vosotros recibe, a mí me recibe y el
que me recibe a mí, recibe al que me envió”. (Mt. 10, 40) Allí está expresando
la unicidad que existe entre nostros-Jesucristo-El Padre, como uno sólo.
Si todos nosotros estuviéramos convencidos y viviéramos según este
principio no podría existir maldad en el mundo; a menos que seamos
autodestructivos; pero lamentablemente no lo hemos comprendido. Todo
aquello que yo le hago a mi prójimo me lo estoy haciendo a mí mismo. Nada
sobra, nada falta, si nos comprometemos con nosotros mismos a vivir sobre
esta verdad irrefutable.
Muchos que se dicen ateos, incluso ellos, trabajan por una sociedad mejor;
por la perfección total de la humanidad; sin darse cuenta, ellos desarrollan con
sus actos la ley del “Yo Soy”; pero, otros, incluso religiosos o creyentes en

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Dios, no han comprendido que haciendo daño a los demás se lo hacen a sí
mismos.
Una vez que entendemos este principio fundamental de nuestra existencia
podremos exponer nuestros argumentos y aceptar las ideas de los demás como
parte de un todo; como el complemento de nuestro diario vivir.

¿Cómo hacer uso de la ley del “Yo Soy”?


Para hacer uso eficiente de la ley del “Yo Soy” necesitamos ciertas
consideraciones que parten de todo cuanto ya he referido. Somos parte de un
todo, cualquier cosa que haga a mi prójimo me lo hago a mí mismo; por lo
tanto, estamos llamados a Ser una misma mente universal, en busca del bien
común. Con esto en nuestro pensamiento debemos establecer, al menos diez
criterios que nos ayudarán a mantener fijo el objetivo de la ley del Yo Soy, el
cual no es otro que: “ver al otro como a mí mismo”.
En tal sentido, debemos seguir lo propuesto a continuación:

1. Sé consciente de tus pensamientos: antes de intentar persuadir a


alguien, es importante que te asegures de que tus pensamientos están
enfocados en lo que quieres lograr, saber que es beneficioso para tí,
pero también para tu interlocutor. Si tienes dudas, miedos o
pensamientos negativos, es importante que los identifiques y te
reenfoques antes de intentar persuadir a alguien. Debes estar
plenamente convencido de que será beneficioso para ambos.

2. Sé específico: cuando utilices la Ley del Yo Soy en la persuasión, es


importante que seas específico sobre lo que quieres lograr. Utiliza
palabras concretas y evita las generalizaciones. No podemos pretender
abarcar más terreno del posible. Es necesario aceptar nuestras
limitaciones y las limitaciones de quienes nos escuchan. No todos
pensarán como nosotros, pero, en eso consiste la persuasión: establecer
mis principios, pero respetar el de los demás; reconociendo que somos
parte de un todo y que nadie tiene la verdad absoluta.

3. Utiliza afirmaciones positivas: la Ley del Yo Soy se basa en la


afirmación positiva de una idea o pensamiento. No podemos pretender
hacer que las personas no piensen en algo que estamos manifestando.
Un ejemplo de ellos es decirle a alguien: “no pienses en un elefante”.
El cerebro sólo conoce afirmaciones; por lo tanto, hagamos que solo
escuche afirmaciones nuestras.

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4. Sé coherente: para que la Ley del Yo Soy funcione, es importante que
tus pensamientos, palabras y acciones estén alineados. Si tus palabras y
acciones no reflejan lo que estás pensando, tu mensaje perderá eficacia.
Esto se debe a que la ley del Yo Soy no admite falsedades, porque reina
en la verdad. Si no estás convencido de algo, no puedes proponerlo,
porque no entrará en el subconsciente de tu contraparte.

5. Sé persistente: La Ley del Yo Soy siempre está presente, pero nuestros


pensamientos son inconstantes. Es importante que seas persistente y
que sigas reforzando tus pensamientos positivos hasta que se conviertan
en realidad en aquellos que te escuchan. Tal vez no veamos los
resultados inmediatamente, pero ella actuará en el momento preciso.

6. Utiliza visualizaciones: las visualizaciones son una herramienta


poderosa para utilizar la Ley del Yo Soy en la persuasión. Visualiza el
resultado que quieres lograr y utiliza esta imagen para reforzar tus
pensamientos positivos. La visualización creativa prepara tu mente para
conquistar caminos insondables. Antes de exponer tus ideas imagina
que estás con la persona que deseas persuadir; mírate seguro de tí
mismo, carismático, o carismática, actractivo, persuasivo y verás cuán
poderoso es el deseo subconsciente.

7. Sé emocionalmente inteligente: La persuasión no se trata solo de la Ley


del Yo Soy. Es importante que sepas cómo conectar emocionalmente
con la otra persona y cómo adaptar tu mensaje para que sea efectivo. La
emoción conquista, enamora, atrapa, seduce y revierte cualquier
resistencia que se encuentre en el pensamiento de nuestro interlocutor.
Nunca discutas, ni lleves la contraria; más bien, buscar siempre el punto
de equilibrio; muchas veces se encuentra en la armonía de las partes
opuestas.

8. Utiliza el lenguaje corporal: el lenguaje corporal es una herramienta


importante en la persuasión. Mantén una postura abierta y relajada,
mantén el contacto visual y utiliza gestos que refuercen tu mensaje.
Nada debe quedar al azar, a fin de cuentas es necesario hacer lo que
debemos ; si no lo hacemos nosotros quedará sin hacer para toda la
eternidad.

9. Escucha activamente: la persuasión no es solo hablar, también es


escuchar. Escucha activamente a la otra persona para entender sus
necesidades y preocupaciones y adapta tu mensaje en consecuencia. De
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hecho, aprendamos a comenzar nuestro ejercicio de persuasión
escuchando. Momentos antes de comenza a hablar, observa a tu
audiencia, escucha a tu público; ¿de qué habla? ¿qué les preocupa?
Pero, además de ello, interroga inteligentemente para que ellos se abran
un poco contigo. Rompe el hielo hablando de temas triviales; eso
genera empatía y prepara mejor a tu audiencia.

10. Sé honesto y ético: La Ley del Yo Soy no es una técnica para manipular
a los demás. Es importante que utilices esta técnica con honestidad y
ética, y que sepas que lo que tú das eso recibes, porque te lo das a ti
mismo. Lo que siembres eso cosecharás y multiplicado. Jamás te
involucres en asuntos oscuros ni intents engañar para un pseudo
beneficio pasajero. Siempre mantente virtuoso y verás el éxito corren
en tu vida.

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CONCLUSIÓN
Con esta ley concluímos los 23 Principios para la Persuasión. Si
aprendemos a manejarnos con cada una de ellas serán nuestras acompañantes
ante cualquier situación en la que requiramos de ellas. La mayor ventaja es que
son herramientas para la vida; no sólo para vender o convencer, sino para
aconsejar o simplemente mantener una conversación amena con alguna
persona.

Las leyes de la persuasión nos harán más amigable, más afable y


comprensivo. Podremos brillar con una luz especial de alguien que sabe lo que
quiere. Que está seguro de lograr todo aquello que desea, porque está
consciente de que lo merece, y por ley será retribuido.

Es para mí un placer haber compartido este conocimiento con ustedes, el


cual no tiene precio; porque lo que se puede lograr con este tiene mucho más
valor que todo el oro del mundo; pues es el placer de tener relaciones
fructíferas, amenas y sinceras. Es saber que siempre que deseemos algo de
alguien éste resultará igual de beneficiado que nosotros. Desde ese principio
parte la persuasión. No es la artimaña para manipular y hacer caer en
decisiones que no favorezcan a los demás, sino solo a nosotros mismos; es
vivir plenamente convencido de que vinimos a este mundo a ser y hacer
felices.

Es para mi un plancer poder serviros.

César O. Delgado.

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ACERCA DEL AUTOR
El profesor César O. Delgado ha escrito algunos libros sobre autoayuda y
superación, desde un enfoque diferente a la mayoría de los autores de este
estilo literario. Su experiencia con jóvenes cristianos le ha permitido
comprender las necesidades de la juventud y los valores y antivalores a lo que
se encuentran expuestos; es por ello, que se ha mantenido trabajando sobre la
realización de sueños y metas, ha enseñado sobre sus intereses vocacionales y
ha mantenido un carácter moral y ético tan necesario en la juventud de estos
días.

NOTA ANEXA

Este libro ha sido revisado y corregido; sin embargo, debido a múltiples causas podría contener errores
tipográficos involuntarios; ofrezco mis disculpas y, encarecidamente les pido que me lo hagan saber,
mediant el correo: cesarodelgado@gmail.com. Muchísimas gracias.

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