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UNIDAD 5: EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO: EL SER DE LA


VERDAD

4. Estados de la mente ante la verdad: certeza, duda, opinión, fe

Duda

Definición de duda

1. ¿Cuál es la definición de duda?

R. Alejandro Llano, Gnoseología, p. 58, último párrafo:

“La duda es el estado en el que el intelecto fluctúa entre la afirmación y la negación de


una determinada proposición, sin inclinarse más a un extremo de la alternativa que al
otro.

Opinión

Definición de opinión

1. ¿Cuál es la definición de opinión?

R. Alejandro Llano, Gnoseología, p. 59, último párrafo:

“A veces, el entendimiento se inclina más a una parte de la contradicción que a la otra.


Sin embargo, las razones que le impulsan no determinan suficientemente al
entendimiento para que se pronuncie totalmente en tal sentido. De aquí que, en
semejante tesitura, la mente asiente a una de las partes, pero recelando de si la verdadera
será la opuesta. Tal es el estado del que opina: el asentimiento a la verdad de una parte
de la contradicción, con temor de la verdad de la opuesta”.

Fe

Definición de fe

1. ¿Qué es fe?

R. Alejandro Llano, Gnoseología, p. 63, segundo párrafo:


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“La diferencia entre la fe y la opinión estriba en que, en el caso de la fe –humana o


sobrenatural-, la voluntad mueve al entendimiento a asentir con certeza, sin miedo a
que sea verdad la opinión contraria, basándose en el testimonio y la autoridad de otro
(Suma Teológica, II-II, q. 1, a. 4; De Veritate, q. 14 a. 1)”.

1. ¿En la fe, la voluntad mueve al entendimiento a asentir con certeza?

R. P. 63, último párrafo y p. 64, 1º y 2º párrafos:

“Conocida la autoridad del testigo –por la evidencia de su credibilidad- y conocido su


testimonio acerca de alguna verdad, la mente aún no tiene que asentir necesariamente a
esa verdad. La voluntad solamente se dispone a mover al entendimiento para que
asienta, ya que –bajo tales circunstancias- el creer aparece como algo bueno para el
hombre. Pero como este bien no es absoluto, sino particular, no solicita necesariamente
a la voluntad, que puede conducir al entendimiento a considerar otra cosa y así impedir
el asentimiento.

El que cree tiene unos motivos suficientes que le inducen a creer: no cree sin
fundamento. Pero no es el objeto mismo el que causa la adhesión de la inteligencia; por
eso, siempre hay libertad de asentir o no. Y esto es así, incluso en el caso del testimonio
de un testigo evidentemente creíble: por ejemplo, las verdades reveladas por Dios
siguen siendo no evidentes; por sí mismas, no pueden mover al entendimiento a
asentir”.

Pregunta: ¿Qué es la credibilidad?

Respuesta: “La Credibilidad. Se cree algo, en definitiva, porque se ve que la ciencia y la


veracidad del testigo garantizan su verdad (evidencia de credibilidad). Creer en algo es
siempre, también, creer a alguien. Advirtamos que gran número de verdades naturales
las admitimos con base en el testimonio de otros: la mayoría de las noticias, de las
descripciones geográficas, de los acontecimientos históricos, de las conclusiones de
ciencias que no dominamos, etc. Y muchas cosas que ahora vemos con evidencia las
hemos sabido antes creyendo a personas de mayor experiencia y conocimientos.
Desconfiar sistemáticamente de todo lo que se nos propone para creer, limitaría
drásticamente nuestro acervo de conocimientos y haría imposible la vida en sociedad.

En algunos casos, el influjo de la voluntad en el acto de fe es pequeño, porque se


conocen muy bien las cualidades del testimonio o porque son muchos los testimonios
concordantes. Pero siempre es necesaria la decisión.

Pregunta: ¿Es cierto que el acto de fe es formalmente intelectual, pero que, a la vez,
para que alguien crea es necesario que otro –uno, al menos- sepa, y que, en el sujeto que
cree, en último término la fe descansa en su querer, no en su saber?

Respuesta: “En algunos casos, el influjo de la voluntad en el acto de fe es pequeño,


porque se conocen muy bien las cualidades del testimonio o porque son muchos los
testimonios concordantes. Pero siempre es necesaria la decisión. Es cierto que el acto de
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fe es formalmente intelectual, no volitivo o emotivo; y no es menos cierto que, para que


alguien crea, es necesario que otro –uno al menos- sepa. Pero en el sujeto que cree, la fe
descansa en último término en su querer, no en su saber. Como decía Newman,
‘creemos porque amamos’”.

Pregunta: ¿Qué es Fe sobrenatural?

Respuesta: “Por la Fe sobrenatural, se creen las verdades divinas predicadas por


hombres que ofrecen unos signos de haber sido enviados por Dios para comunicar esas
verdades. Pero en realidad, mediante el instrumento humano, es Dios quien habla y a
quien se cree. La aceptación de la palabra de Dios conlleva un decisivo compromiso
existencial; de aquí que para creerla, sea indispensable la recta disposición de la
voluntad hacia el bien. Además, por tratarse de verdades y bienes sobrenaturales –que
trascienden a la humana capacidad- la inteligencia precisa de la acción iluminadora del
lumen fidei y la voluntad de la moción de la gracia sobrenatural. ‘Creer –dice Santo
Tomás- es el acto del entendimiento que asiente a la verdad divina imperada por la
voluntad, a la que Dios mueve mediante la gracia’.

Pregunta: De acuerdo con el párrafo anterior ¿por la Fe sobrenatural, qué tipo de


verdades creemos y quienes son los que nos las han predicado, y en quienes nos fiamos
de su veracidad? Y ¿A quién en definitiva creemos cuando creemos por la Fe
sobrenatural?

Respuesta: “Por la Fe sobrenatural, se creen las verdades divinas predicadas por


hombres que ofrecen unos signos de haber sido enviados por Dios para comunicar esas
verdades. Pero en realidad, mediante el instrumento humano, es Dios quien habla y a
quien se cree”. Por lo tanto, por la fe sobrenatural, creemos en las verdades divinas
acerca de Dios y las verdades divinas acerca de la relación del hombre y el mundo con
Dios. Y creemos en el mensaje acerca de las verdades divinas que nos han sido
predicadas por unos hombres que muestran signos de haberlas recibido de Dios mismo;
razón por la cual, en quién creemos en definitiva es a Dios mismo, y no a los hombres;
justamente porque muestran signos de que ellos predican un mensaje que viene de Dios
mismo.

Pregunta: ¿Puede haber Fe sobrenatural, sin un decisivo compromiso existencial? ¿Qué


requisito debe tener nuestra voluntad para llegar a tener la Fe sobrenatural infundida por
Dios?

Respuesta: “La aceptación de la palabra de Dios conlleva un decisivo compromiso


existencial; de aquí que para creerla, sea indispensable la recta disposición de la
voluntad hacia el bien”. La voluntad de la que estamos dotados naturalmente debe tener,
además una recta disposición hacia el bien, como consecuencia de una vida de acciones
honestas y virtuosas, en orden al fin último del hombre. Pero, como la voluntad no
puede actuar sin el conocimiento del fin, es necesario que el entendimiento conozca
verdaderamente los fines de su naturaleza, y que el entendimiento también esté
rectamente dispuesto hacia la verdad sobre el bien, por la virtud de la prudencia y el
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hábito de la sabiduría. Sin estos requisitos humanos, no es posible que Dios infunda la
Fe sobrenatural.

Pregunta: Además de estas rectas disposiciones del hombre que el hombre por sus
fuerzas naturales es capaz de tener en su entendimiento y en su voluntad, ¿qué necesita
tener además para que pueda tener Fe sobrenatural en las verdades divinas? Y ¿por qué
no basta tener las rectas disposiciones de su entendimiento y de su voluntad, adquiridas
por su personal esfuerzo humano, para tener la Fe sobrenatural?

Respuesta: “Además, por tratarse de verdades y bienes sobrenaturales –que trascienden


a la humana capacidad-, la inteligencia precisa de la acción iluminadora del lumen fidei
y la voluntad de la moción de la gracia sobrenatural”. Puesto que la inteligencia humana
es limitada, y hay verdades que no podemos conocer con las solas fuerzas de nuestra
inteligencia, no basta la humana capacidad para conocer las verdades divinas, sino que
es necesario el auxilio sobrenatural, que es superior a nuestra naturaleza humana, para
poder Creer sobrenaturalmente en las verdades divinas. Por esta razón, Dios da la luz de
la fe (lumen fidei) que nos permite conocer lo que nuestra inteligencia naturalmente no
puede conocer, a saber, las verdades divinas.

Pero, también Dios da la gracia sobrenatural que fortalece y mueve nuestra voluntad,
porque nuestra voluntad, por sus solas fuerzas naturales, no tiene el poder de buscar ni
de alcanzar los bienes sobrenaturales que trascienden nuestra naturaleza.

Pregunta: ¿Por qué la Fe sobrenatural es más firme que la luz del entendimiento
humano?

Respuesta: “Por la Fe se cree en la misma Verdad primera, que es infalible y, por tanto,
es más firme que la luz del entendimiento humano. De ahí que la fe tenga mayor certeza
–en cuanto a la firmeza de adhesión- que la certeza de la ciencia o la de los primeros
principios, aunque sea menor su evidencia. De manera que el creyente asiente a las
verdades de Fe con más firmeza incluso que la certeza de la ciencia o la de los primeros
principios de la razón”.

Sí la certeza de la fe es mayor que la certeza de las ciencias y que la certeza de los


primeros principio, porque por la fe se cree en la misma Verdad primera, que es
infalible y, por tanto, es más firme que la luz del entendimiento humano. Sin embargo,
aunque la fe es más firme, tiene menor evidencia, porque no es una evidencia cara a
cara con la realidad conocida, que es Dios, sino como a través de un velo.

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