Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Gobierno Alfonsin
Gobierno Alfonsin
“No es posible apreciar con justeza el momento que vive el país sin pensarlo como una etapa de
transición. El gobierno que todos constituimos no es un gobierno normal que administra una
situación normal. No estamos viviendo situaciones de rutina, días corrientes de la historia.
Nuestro tiempo es de cambio, de ruptura, de creación” (Alfonsín 1 de mayo de 1987)
Este trabajo especifica primero el escenario internacional dentro del cual tuvo lugar la gestión
Alfonsín; analiza después el contexto político en el que se insertó la política económica, para
analizar luego la acción gubernamental referida a los aspectos económicos de la realidad, los
resultados obtenidos, y las lecciones que surgen del periodo.
1.Escenario Internacional
Alfonsín presidió Argentina con un contexto internacional dominado, en lo político, por la
incubación de la implosión de la Unión Soviética, y en lo económico, por el desarrollo de lo que
se denomino la crisis de la deuda.
1-1. Política
En los Estados Unidos de América presidía Ronald Reagan, quien lo hizo entre 1981 y 1989. “La
suya fue una performance sorprendente, que a los observadores académicos les resulto
incomprensible... Mostró que los ingredientes de liderazgo son un sentido de la dirección y la
fuerza que dan las convicciones”, así lo describe Henry Kissinger en 1994. También afirma: “los
detalles de la política exterior lo aburrían, no obstante desarrolló una acción en la materia de
extraordinaria consistencia y relevancia”. “No le importaban los detalles, pero sabía claramente lo
que quería y se involucró de manera profunda en los hechos diplomáticos”. “....fue un presidente
con muchas contradicciones....tenía una forma muy peculiar de pensamiento”, estas afirmaciones
sobre Reagan las dio Dobrynin en 1995 (embajador de la U.R.S.S en Estados Unidos durante su
presidencia).
La Unión Soviética fue una cuestión importante en la agenda presidencial de Reagan. “La
estrategia de EE.UU consistió en forzar a Rusia a entrar en bancarrota”, para esto “el presupuesto
del Pentágono se duplicó durante los primeros cinco años de la gestión Reagan”. “El mayor
desafío que le planteó a la Unión Soviética fue el esfuerzo militar”, “Reagan estaba convencido de
que tenía que apurar a los dirigentes soviéticos, para que reconocieran que la filosofía comunista
era un error”( H. Kissinger en 1994).
Luego de que tres presidentes (Brezhnev, Andropov y Chernenko) no pudieran terminar su
mandato al morir al poco tiempo de asumir su cargo, el 11 de marzo de 1985, con 54 años, llega
al poder Mijail Gorbachov.
Recibió varios calificativos como: “Reformista apasionado....Personaje trágico...” según
Hobsbawn; o “Patriota dominado por la ambición de salvaguardar la herencia, tal como le fue
transmitida” afirma Miterrand
“Lo que condujo a la Unión Soviética con creciente velocidad hacia el abismo fue la combinación
de ‘Glasnost’, que significaba la desintegración de la autoridad; y ‘Perestroika’ (reestructuración
económica), que conllevó a la destrucción de los viejos mecanismos que hacían funcionar la
economía.” (Miterrand – 1996)
China continental siguió siendo tan comunista como lo era antes de la implosión de la Unión
Soviética, aunque con una cierta flexibilidad. A fines de la década del 70 Xiaoping introdujo las
reformas económicas que posibilitan que, desde entonces, la economía de dicho país crezca
alrededor del 7% por año.
Durante este periodo la Cancillería recuperó su rol de actor central en el proceso de elaboración y
puesta en práctica de la política exterior. El presidente Alfonsín jugó un rol de primer orden,
formando parte de la estructura decisoria en las cuestiones externas de mayor importancia.
* Beagle: las fuerzas armadas de Argentina y Chile estuvieron a horas de iniciar un conflicto
bélico por la soberania de las islas Nueva, Picton y Lennox a fines de 1978.
Finalmente y tras solicitar al Vaticano la intervención Papal, que nombró un mediador, se llegó a
una solución pacífica, que se plasmó en diciembre de 1980 cuando el Sumo Pontífice entregó la
Propuesta Papal a los cancilleres de ambos países. Ya en 1983 el Vaticano propuso celebrar un
Tratado de Paz y Amistad.
El gobierno de Alfonsín le dio una importancia absoluta al tema, al punto que transcurrió menos
de un año desde la primera reunión en Roma en enero de 1984, hasta el día 29 de noviembre del
mismo año, fecha en que Dante Caputo canciller argentino y Jaime del Valle Allende, su par
chileno firmaran en el Vaticano el Tratado de Paz y Amistad; el cual fue aprobado por ley 23172
en marzo de 1985 por el congreso nacional, previo a haber sido aprobado en un plebiscito donde
el 81% de la población había votado a favor de su firma.
Dice Barbaro al respecto: “Fue un acierto excelente, una apuesta a lo de siempre: Argentina
quiere la paz”.
Esto fue en un marco de la política de no-alineamiento, lo que significó darle el argumento que
el Reino Unido estaba esperando para declarar una zona de exclusión de 200 millas alrededor de
las Islas Malvinas, declarándola unilateralmente zona de administración y conservación
provisional.
1-2. Economía
La década de 1980 es calificada como una “década dorada” en Asia, y como una “década
problemática” en América Latina, como consecuencia de la crisis de la deuda. En el plano regional
comenzó un mayor acercamiento a Brasil.
Luego de que en agosto de 1982 México cerrara su mercado de cambios, e indicara que
enfrentaba problemas de pagos, informó a sus acreedores que no podría seguir honrando sus
servicios de deuda. El anuncio tuvo un impacto inmediato y dramático, así nació la denominada
“crisis de la deuda”.
Le deuda total creció fuertemente hasta 1982; producto de la crisis de la deuda, el flujo neto de
recursos a las economías en vías de desarrollo se mantuvo de fuentes públicas, pero cayó hasta
casi desaparecer de fuentes privadas, aumentando la proporción de la deuda total en manos
públicas.
La crisis de la deuda se convirtió en una preocupación central del Banco Mundial, pero con una
interpretación errónea de esta, ya que pensaban que era una crisis de liquidez. Esto cambió
cuando el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, James Baker, adoptó una posición de
liderazgo en la cuestión de la deuda, y el 9 de octubre de 1985, en la Asamblea Anual del FMI y
del BM, lanzó la Iniciativa Baker, un programa para el crecimiento sostenido, que permitiera a los
países en vías de desarrollo retornar al crecimiento y a la confianza crediticia.
Ya en 1986 estaba claro que no estaba funcionando. Comenzó a proponerse alguna forma de
alivio o perdón de la deuda, especialmente y en forma urgente a fines de 1988 cuando Argentina
también dejo de pagar los interés de la deuda que tenía con los Bancos Privados.
A principios de 1989 Nicholas Brady (secretario del Tesoro de George Bush) anunció una nueva
iniciativa, reconoció que la crisis de la deuda era estructural y no simplemente un problema de
liquidez, además unifico el criterio de los países frente al problema de la deuda.
Después de la recuperación del segundo shock del petróleo, en 1983, quedó claro que habían
cambiado algunas cosas. La importancia del petróleo desminuyó dentro de la demanda total de
energía, particularmente en la industria del acero y el cemento. La participación de la OPEP
(Organización de Países Exportadores de Petróleo) dentro de la oferta mundial cayó de un 48% en
1979 a un 28% en 1985, e ingresaron una multitud de nuevos oferentes y demandantes. El tercer
shock del petróleo comenzó en enero de 1986 cuando el precio cayó súbitamente de u$s 25 el
barril a u$s 10, permaneciendo así hasta 1990.
La dramática situación económica y social que existía cuando dejó el cargo no debe hacer olvidar
el “clima” que se vivía al comienzo del periodo, asociado a la “alegría”, lleno de esperanzas y de
valores que recobrábamos junto con la democracia. Tal vez lo más difícil que tuvo que remontar
Alfonsín fue la idea de que todos lo problemas se solucionarían mágicamente con la sola
recuperación de la democracia, y que el tiempo demostró no era así.
2-1. Alfonsín
Abogado, nacido en Chascomús, provincia de Buenos Aires el 12 de marzo de 1927, tenía 56
años cuando accede a la presidencia de la Nación.
“El pueblo lo votó porque la democracia que el alfonsinismo le ofrecía implicaba paz. Tenía un
discurso fuerte y lucido para ser oposición, pero se encontró con la difícil situación de ser
gobierno”. (Barbaro, en 1986).
Pero el 52% de los votos obtenidos no significó que el peronismo estaba muerto ni mucho
menos, sino que en la coyuntura actual esas personas se sentían mejor representadas por el
radicalismo, pero seguían siendo peronistas.
Desde el punto de vista de la gobernabilidad, esto trajo implicancias. Una de las particularidades
de esta transición, fue que no estuvo acompañada por pactos tendientes a definir las reglas de
juego de la reconstrucción democrática, que redujeran los conflictos y fijaran los límites a la
competitividad política, a fin de fortalecer la adhesión de todos los actores políticos al
sostenimiento de las instituciones.
Rajneri se refiere a Alfonsín en los siguientes términos: “....tenía una visión demoníaca de las
corporaciones y el capitalismo, y esto no lo ayudaba a tomar decisiones adecuadas. Además tenía
y tiene actualmente, una enorme ignorancia sobre la economía. Se mueve muy bien en todas las
cuestiones políticas fundamentales, pero su desconocimiento sobre la economía es descomunal”.
Alfonsín, puso especial interés en dos cuestiones, ninguna de las cuales finalmente se concretó.
“Si, ya es tiempo de trasladar la Capital, porque ese traslado significará eliminar en forma
elocuente la existencia de dos países”
En abril de 1986 creó una Comisión Nacional para el Proyecto Patagonia y Capital , que estudiara
y recomendara los procedimientos y etapas convenientes para el traslado de la Capital Federal, y
la instalación del gobierno nacional en su nueva sede.
Finalmente en febrero de 1988, la comisión pasó a denominarse Comisión Nacional para la
Promoción y Desarrollo de la Región Patagónica.
La idea de trasladar la capital generó reacciones encontradas; y el anuncio provocó una verdadera
revolución en el precio de la tierra en la zona en la cual se iba a instalar la nueva Capital, con las
consiguientes perdidas cuando la iniciativa fue abandonada.
Lo que no ocurrió en la Nación, si ocurrió y con gran frecuencia en las provincias. En la mayoría
se buscó la reelección inmediata del gobernador. Entre 1986 y 1994 se reformaron las
Constituciones de 19 Provincias.
El gobierno quería sancionar a miembros de las FFAA que hubieran cometido violaciones a los
derechos humanos, pero también incorporar a los militares al juego democrático.
En esta materia Alfonsín arrancó con todo. Tres días después de haber comenzado su mandato
convocó al Congreso a sesiones extraordinarias para tratar exclusivamente cuestiones referidas a
los militares y los derechos humanos. También se dictaron decretos para apresar y enjuiciar
tanto a los integrantes de las Juntas Militares como a los jefes guerrilleros.
Dos días después, se creó la CONADEP, para esclarecer los hechos relacionados con la
desaparición de personas ocurridos en el país, encargándole la elaboración de un informe. El
informe de la CONADEP, denominado Nunca más, presentado el 20 de setiembre de 1984,
registró a 8960 personas con paradero desconocido.
Luego del juicio a las Juntas, el Poder Ejecutivo desarrollo una serie de acciones para controlar
dos frentes. Una de dichas acciones fue la ley denominada de “Punto Final”: se extinguiría la
acción penal a toda persona por su presunta participación en cualquier grado en los delitos del
artículo 10 de la ley 23049 “Código de Justicia Militar”, que no estuviese prófugo, declarado en
rebeldía, o que no hubiera sido ordenada su declaración indagatoria antes de los 60 días corridos
a partir de la fecha de promulgación de la ley.
En este contexto ocurrió la primera crisis militar abierta de la gestión Alfonsín, conocida como la
rebelión de Semana Santa. El presidente pronunció tres discursos durante la crisis. La diferencia
de tenor entre los tres discursos sugiere que “algo se negoció” en Campo de Mayo.
Menos de un mes después de Semana Santa, el presidente remitió al Congreso el proyecto de ley
de “Obediencia Debida”: No son punibles los delitos que se refieran al artículo antes mencionado,
a todas aquellas personas que hayan obrado en virtud de obediencia debida. Esto no será
aplicable respecto de los delitos de violación, sustracción de menores, sustitución de su estado
civil y apropiación de inmuebles.
La ley de Obediencia Debida tampoco terminó con la inquietud militar. El 18 de enero de 1988 se
sublevó el regimiento 4 de Infantería, ubicado en Monte Caseros, Provincia de Corrientes, al
mando del Teniente Coronel Aldo Rico. Y el 30 de noviembre del mismo año, cuarenta y cinco
comandos de la Prefectura Naval abandonaron su base vivando a los líderes “carapintadas”. Dos
días después la Escuela de Infantería de Campo de Mayo se sumó as la sublevación, conocida
como de “Villa Martelli”, al comando de Coronel Mohamed Ali Seineldin.
Antes de la ley de Punto Final la cantidad de militares procesados era de 1100, con la sanción de
esta ley se redujo a 450, con la sanción de la ley de Obediencia Debida se disminuyó a 100, y
luego de la crisis militar de Monte Caseros el numero quedo en 20 procesados.
El 23 de enero de 1989 un grupo ligado al ERP copó el Regimiento de Infantería de “la Tablada”.
La subversión armada volvió a exhibirse. Enrique Gorriaran Merlo fue el cerebro de la
descabellada intentona. En este caso, a diferencia de los anteriores, hubieron muertos y heridos,
tanto de un lado como del otro.
El 1 de marzo de 1984, por ley se aprobó la convención americana de derechos humanos llamada
Pacto de San José de Costa Rica.
2-3. Sindicatos
“Primó la idea de desperonizar el sindicalismo. Nos proponíamos dar un lugar a la minoría…”
La UCR consiguió un rotundo triunfo al obtener el 43,6% de los votos contra 34,9% que logró el PJ
y sus aliados.
La explicación “economicista” dice que en noviembre de 1985 con el Plan Austral en su faz
brillante, el gobierno ganó las elecciones, mientras que en septiembre de 1987, con el Austral
hecho trizas, el gobierno las perdió.
El primero que ocupó la cartera de Economía fue Bernardo Grinspun (437 días); lo sucedió Juan
Vital Sourrouille (1502 días), luego Juan Carlos Pugliese (55 días) y por último Jesús Rodríguez
(44 días).
Los presidentes del Banco Central fueron: Enrique Garcia Vazquez, a continuación lo reemplazó
Alfredo Concepción y posteriormente José Luis Machinea; retomando nuevamente y hasta
terminar el periodo Garcia Vazquez.
3-1. Grinspun
la significativa caída de la brecha “dólar paralelo / dólar oficial” testimonia cuantitativamente el
“colchón” de credibilidad que, aunque de naturaleza política, tuvo en materia económica el
flamante gobierno.
a. Pautas nominales: las nuevas autoridades intentaron disminuir el ritmo del aumento
sistemático del nivel general de los precios. La pretensión de lograrlo, de manera gradual,
implicó la modificación por parte del Estado del valor nominal de las variables.
Tarifas públicas: las tarifas fueron modificadas mensualmente. Deflactado por precios al
consumidor, el nivel general aumentó 21% entre diciembre de 1983 y agosto de 1984,
descendiendo desde entonces, de manera que en febrero de 1985 se ubicó 5,6% por encima
de diciembre de 1983. La modificación tarifaría no fue uniforme. Las tarifas de combustibles
aumentaron sistemáticamente en términos reales a lo largo del periodo, el resto cayó (7,1%
las de transporte, 31,5% las de electricidad).
Tasas de interés: en general las tasas reguladas fueron inferiores a las correspondientes tasas
de inflación, bien diferente de lo que ocurrió con las tasas libres. Como consecuencia, entre
diciembre de 1983 y febrero de 1985 el que depositó a tasa regulada perdió 44% de su poder
adquisitivo, y si lo hizo a tasa libre ganó 5%; mientras que el que se endeudó a tasa regulada,
canceló la deuda devolviendo, en términos reales, solo el 77% de lo que había recibido, y
quien lo hizo a tasa libre tuvo que pagar 124% de lo que había recibido.
b. Política comercial: porque filosóficamente se pensaba que había que aumentar las
exportaciones y limitar importaciones, y porque el servicio de la deuda externa demandaba la
generación de superávit comercial, en el plano de la política comercial se adoptaron las
siguientes medidas:
Del lado de los ingresos: se realizaron cambios en las alícuotas de algunos impuestos (por
ejemplo se creó una alícuota del IVA del 25% para ciertas ventas internas y para las
importaciones), y en general se aumentaron un par de puntos las alícuotas de diversos
impuestos. Se establecieron facilidades de pago, estableciendo un régimen de presentación
espontánea, posibilitando pagar en 18 cuotas impuestos a las ganancias, IVA, internos, etc.;
también se dispuso que las empresas que afrontaron graves consecuencias económico-
financieras y que se consideraran de preponderancia social o necesarias para favorecer a
reactivación de la economía, podrían solicitar facilidades de pago de hasta 5 años.
Del lado de los gastos: se suspendió la adquisición de bienes muebles, gastos de publicidad y
viajes al exterior. Se limitó la contratación de personal para cargos vacantes. Se creó el
Programa Alimentario Nacional (PAN). También se creó la comisión para la emergencia
industrial, para que propusiera soluciones técnicas, jurídicas y económicas al Estado Nacional
en diversos casos.
Sobre “promoción industrial” en el plano regional se instituyó un régimen especial para la
provincia de Formosa, y se prorrogó los beneficios promociónales para Catamarca, La Rioja,
San Juan y San Luis que habían vencido, hasta que entrara en vigencia la ley Nacional de
promoción industrial. En el plano sectorial, se creó un régimen promocional para la industria
informática.
e. Deuda externa: la actitud inicial del gobierno fue la de intentar alterar sustancialmente los
parámetros dominantes de la negociación financiera externa que siguió a la crisis mexicana. En
mayo de 1984 hubo una declaración conjunta de los presidentes de Argentina, Brasil, Colombia y
México, para rechazar el aumento de las tasas de interés internacionales. Se desarrollaron otros
encuentros de lo que pasó a conocerse como “Consenso de Cartagena”.
El nuevo gobierno argentino se convirtió en uno de los primeros deudores que intentó una
modificación sustancial de las reglas de juego. A mediados de 1984 era evidente que la
estrategia gubernamental no sería exitosa.
Luego de largas negociaciones, a fines de 1984 se firmó el “Plan Financiero Argentino 1984-
1985”, por u$s 7900 M.
f. Negociaciones con el FMI : dice Grinspun: “vamos a elaborar nuestro programa basado en una
posición nacional, para después ir al FMI”. A comienzos de junio se envió al organismo una Carta
de Intención unilateral.
El intento de hacer valer la posición argentina en el acuerdo con el Fondo naufragó formalmente
en septiembre de 1984. se aprobó un programa que se distanciaba en gran medida de los
términos anunciados por Grinspun en la Carta de Intención Unilateral, y resultaba muy parecido
al acordado en 1983.
El acuerdo tuvo vida efímera. La primera evaluación técnica mostró el incumplimiento de las
metas acordadas y terminó con el acuerdo.
Grinspun heredó una deuda externa, pública y privada parcialmente estatizada, que por su
monto, estructura de vencimientos, carga de intereses y cierre de los mercados internacionales
de capital, hubiera condicionado la política económica de cualquier ministro. Pero solo a él se le
ocurrió enfrentar al FMI. Entonces esta porción de la estrategia, si existía, tuvo que ser
reemplazada.
Para septiembre de 1984 estaba claro que, tanto en el plano externo como en el interno, la
estrategia inicial estaba agotada. Sin embargo “sin estrategia”, Grinspun permanecería casi un
semestre mas al frente del equipo económico.
3-1-3. Resultados
a- Inflación y precios relativos: tanto a nivel consumidor como mayorista, la tasa de inflación
siguió creciendo, ubicándose en el rango 15-20% mensual, con varios picos superiores a 20%.
b- Actividad y empleo: el PBI total creció 2% en términos reales en 1984, mientras que del lado
de la demanda el consumo aumentó 4,2%, pero la inversión disminuyó 4,1%. Contra lo deseado
por las autoridades, las importaciones crecieron 4,7% y las exportaciones declinaron 2,6%.
Claramente desde comienzos de 1985 la economía argentina entró en recesión. El PBI total cayó
2,4%. Del lado de la demanda cayeron los componentes internos.
La tasa de desocupación entre mayo de 1983 e igual mes de 1984 pasó de 5,5% a 4,7%, pero
aumentó en abril de 1985 a 6,3%, todo ello en un contexto de aumento de la tasa de actividad,
que pasó de 37,4% de la población total en 1983 a 37,8% en 1984 y 37,9% en 1985.
3-2. Sourrouille
Tanto por la duración como por su labor, dicho ministro puede ser considerado como principal
protagonista del gobierno de Alfonsín
Recuperar la capacidad de crecimiento y combatir la inflación: estos son los dos objetivos de la
gestión que comenzó en el Ministerio de Economía con Juan Vital Sourrouille.
“Tenemos que dar respuesta a los requerimientos populares y al mismo tiempo tenemos que
ordenar la economía y al mismo tiempo tenemos que crecer. Esto se llama, compatriotas,
Economía de Guerra”.
“Cuando llegamos al gobierno empezamos a movernos con pautas similares a las de Grinspun,
pero en marzo de 1985 advertimos que por ese camino no tendíamos alternativa”, afirmo
Canitrot.
En retrospectiva, vemos que buena parte de lo que ocurrió durante los cuatro primeros meses de
la gestión Sourrouille, se conocen como las “medidas previas” del Plan Austral.
En el plano de las medidas, hubo que ajustar los precios relativos antes de lanzar el Austral.
Entre abril y junio de 1985 se adoptaron cuatro disposiciones:
Como parte del Plan Austral consistió en que nunca más el BCRA le podría prestar a la tesorería,
una de las medidas previas consistió en una última gran emisión monetaria, para cubrir el déficit
público de la segunda mitad de junio.
Austral I
Las medidas anunciadas el 14 de junio de 1985, y las que le siguieron, fueron de tres tipos: las
“anclas”, como se denominó al congelamiento del valor nominal de ciertas variables; las
adoptadas en materia fiscal y monetaria; así como el cambio de la unidad monetaria y la
aplicación de una escala de conversión. Por eso desde el punto de vista técnico, al Plan Austral se
lo califica como un plan “heterodoxo-ortodoxo”.
En materia fiscal se tomaron medidas respecto de ingresos y gastos públicos, empresas del
Estado y promoción industrial.
4. Antecedentes.
Es el primer programa antiinflacionario de corte heterodoxo. “No lo copiamos de ningún
lado…” (Machinea 1987).
Austral II
A medida que avanzó 1986 las señales indicaban que la estabilidad de precios se debilitaba
como objetivo hegemónico de la política económica. En febrero era ya evidente que el esquema
inicial estaba no solo exhausto, sino irrecuperable.
En abril de 1986 llega el momento de cambiar reglas. El objetivo de las nuevas reglas es reforzar
el proceso de crecimiento iniciado y estabilizar la inflación. El principio rector de los cambios que
se introducen es ir produciendo con cierta frecuencia pequeños ajustes en las principales
variables, de modo de evitar el deterioro del salario real, el surgimiento de desequilibrios en las
finanzas públicas y la pérdida de competitividad de nuestras exportaciones.
Austral III
“El conjunto de medidas adoptadas tiene como orientación general ganar un rápido control sobre
el crecimiento de los costos y la demanda agregada, para dar un nuevo y firme ímpetu a la lucha
que venimos liberando contra la inflación”.
En el actual brote inflacionario no influyó la situación de las finanzas públicas y de las cuentas
externas. Antes bien, los factores más importantes fueron los problemas de abastecimiento de
alimentos, el alza de salarios y de precios que provocó la política de flexibilización, el ajuste
automático de las tarifas y el tipo de cambio, y la política monetaria permisiva.
Austral IV
En tren de calificar las diferentes etapas del plan, a esta la denominaríamos como de
“congelamientos”. En esta etapa se volvió a centrar la lucha contra la inflación en los controles
directos de precios. Nuevamente se congelaron los precios de los bienes, los salarios, de las
tarifas públicas y el tipo de cambio oficial, estirándose así la brecha entre el tipo de cambio
oficial y el paralelo.
Austral V
No solo la indomable tasa de inflación, sino también la creciente cercanía de las elecciones de
gobernadores y renovación de diputados, obligó a adoptar medidas, en una etapa que podemos
calificar como de “politización” del Austral.
El Plan Austral sirvió para reducir la tasa de inflación, reactivando la economía y sin aumentar la
tasa de desocupación, pero no para mantener la estabilidad de precios lograda al comienzo del
programa.
3-2-3. Plan de octubre de 1987
Las elecciones de 1987 crearon una situación nueva en la historia de los gobiernos
constitucionales de Argentina. El radicalismo mantiene el Poder Ejecutivo Nacional, pero no tiene
mayoría absoluta en el Congreso, perdiendo 15 bancas en la cámara baja, y el justicialismo gana
el gobierno en la mayoría de las provincias, pero en algunas de ellas no tiene la mayoría en las
legislaturas locales, y los gobiernos municipales.
El gobierno no tuvo más remedio que reaccionar lanzando un nuevo plan económico, al que
nadie bautizó.
A_Medidas adoptadas
Con una tasa de inflación cercana al 1% diaria, no sorprende que el plan se propusiera disminuir
el aumento sistemático del nivel general de precios.
En el plano de la acción directa sobre los precios, se desdobló el mercado oficial de cambios,
para evitar que la presumible disparada del dólar en el segmento libre, impactara plenamente
sobre la tasa de inflación. Se aumentaron y luego congelaron los precios de los bienes; al tiempo
que se convocó a negociar convenciones colectivas de trabajo. Operando en condiciones de
debilidad política, el equipo económico buscó reducir la tasa de inflación actuando sobre los
determinantes inmediatos del aumento sistemático de los precios, sin caer en groseras
distorsiones de precios relativos.
En materia fiscal y monetaria, el equipo económico tuvo que hacer frente a desequilibrios fiscales
metas coyunturales, en ámbitos como el provincial y el del sistema de seguridad social; además
es muy difícil reducir y mantener baja la inflación con la oferta monetaria creciendo 13% por mes
y con expectativas inflacionarias crecientes.
B_Estrategia implícita
Del análisis de las medidas adoptadas surge claramente que este plan fue elaborado muy sobre
la marcha, y fue lanzado con la premura que demandó el derrumbe del Plan Austral.
C_Resultados
Al comienzo del plan, como lo que ocurrió cuando se lanzó el anterior, se registró una abrupta
caída de la tasa de inflación, y una rápida recuperación posterior. Comparado con la del Austral,
la caída de la tasa de inflación no fue tan fuerte, y la relativa estabilización de precios duró
mucho menos. Además, también se produjo un estancamiento en el nivel general de actividad
económica. El PBI total aumentó, el consumo cayó, y las exportaciones aumentaron.
Enfrentando una oposición política total, la falta de confianza de los operadores económicos y el
escepticismo de la mayoría de la población, el equipo económico hizo un conjunto de anuncios
en lo que iba a ser el último intento del gobierno presidido por Alfonsín para reducir la tasa de
inflación.
A_Medidas adoptadas
Como de costumbre se aplicaron medidas en materia fiscal y monetaria, y también acciones
directas en materia de precios. En materia fiscal se buscaron recursos vía la utilización de tipos
de cambio diferenciales, esquema que se mantuvo mientras se pudo, es decir, mientras la
demanda de divisas no superó el fuerte superávit comercial.
También se adoptaron medidas que madurarían con el tiempo, como la reforma administrativas y
la unificación de los regímenes de promoción industrial.
En materia de acción directa de precios, se “amarreteó” el ajuste de los tipos de cambio oficiales
y las tarifas públicas (y vía estas, el precio del resto de los bienes), buscando afectar la tasa de
inflación de corto plazo manipulado algunos de sus determinantes inmediatos.
B_Estrategia implícita
La estrategia es la que resulta de combinar la creciente sabiduría del equipo económico, por
acumulación de experiencia, con la creciente debilidad política del gobierno. El equipo
económico solo buscó con esto llegar, como se pudiera a las elecciones. Tuvieron que renunciar
a fines de marzo de 1989.
C_Resultados
A la luz de los datos, el plan consiguió reducir sustancialmente la tasa de inflación. Pero es difícil
pensar en el mantenimiento de estos resultados, cuando se le presta atención a la evolución de
los agregados monetarios, y la sustancial diferencia del aumento de los diferentes tipos de
cambio, dentro del mercado oficial de cambios.
La lucha contra la inflación ocupó buena parte de las energías del equipo económico encabezado
por Sourrouille, pero no las absorbió por completo. Porque los responsables del área económica
también tuvieron que prestarle atención a la deuda externa, cuestión que había explotado en
agosto de 1982.
A fines de 1984 la deuda externa total alcanzaba a u$s 47821 M, equivalente a 60,5% del PBI.
Ante la carencia de fondos suficientes para renovar fluidamente los vencimientos de la deuda
externa, además de las negociaciones con los acreedores externos los objetivos perseguidos
fueron básicamente seis:
Estimular la orientación de nuevas inversiones hacia sectores directamente productivos
mediante el otorgamiento de subsidios por parte del BCRA.
Reducir en una magnitud relativamente pequeña el stock de deuda externa.
Mejorar la balanza de pagos, mediante la promoción de actividades vinculadas al comercio
exterior.
Estimular la repatriación de capitales argentinos.
Reducir el endeudamiento de las empresas privadas con la banca oficial, y esta con el BCRA.
Privatizar el rescate de la deuda externa pública.
Dada la referida carencia de abundantes fondos, una parte de las medidas buscó modificar los
vencimientos y darle liquidez, documentando las obligaciones al transferirlas de deudas
bancarias en bonos y títulos públicos, y otra parte buscó transformar las deudas financieras en
inversiones reales, a través de los programas de capitalización y conversión de deudas.
Como ya se dijo las relaciones entre el ministro Grinspun y el FMI, fueron muy tensas. En este
periodo no mejoraron demasiado. Solo se acordaron dos créditos contingentes. El resto de las
negociaciones estuvo destinada a reformular los programas vigentes, para obtener exenciones y
de esa manera destrabar los desembolsos.
Hasta 1985 Argentina había hecho escaso uso de los créditos del Banco Mundial. A partir de
entonces el BM se situó en el centro del escenario de las fuentes de crédito para Argentina.
El nombramiento de Pugliese al frente de los destinos del ministerio de Economía, y más allá de
los resultados de su gestión, no hizo más que confirmar que lo único que interesaba, aún para la
economía, era la política.
El 26 de mayo fue reemplazado por Jesús Rodríguez, quien acompaño a Alfonsín durante el resto
de su presidencia.
Política fiscal:
Por el lado de los ingresos se suspendió el impuesto sobre los débitos bancarios, se duplicó la
alícuota del impuesto a la compra-venta de divisas.
Un ingreso extraordinario provino de la venta de la embajada de Japón, lamentablemente el
dinero se usó para gastos corrientes.
En materia de gastos, se pagó con bonos del BCRA los reembolsos por exportaciones.
Dado que durante el proceso hiperinflacionario no hubo una política económica en sentido
estricto, más que de estrategia hay que hablar de cómo se enfrentó una situación económica
desbocada. Pugliese lo hizo con mucho voluntarismo inicial y poca obstrucción posterior,
Rodríguez intentando una mayor intervención estatal.
3-3-3. Resultados
La tasa de inflación que en enero de 1989 se había ubicado en 8,9%, para marzo estaba en 17%;
elevación suficiente para que Angeloz pidiera que Sourrouille dejara de ser ministro de Economía
de la Nación.
Pero esta situación siguió avanzando, llegan a registrase en la segunda semana de julio una tasa
de inflación semanal de 64,7% o su equivalente mensual 748,6% y diaria 7,4%
La tasa de desocupación aumentó dos puntos porcentuales entre abril de 1988y el mismo mes de
1989, al pasar de 6,5% a 8,4%, y la tasa de actividad aumentó 0,8%, lo cual implica que la
totalidad del aumento de la tasa de desocupación se puede explicar por el aumento de la oferta
laboral, producto de las circunstancias.
4. Conclusión
“La llegada de Alfonsín al gobierno fue como una ráfaga de aire fresco soplado sobre un país que
había derramado ya demasiada sangre. Todo daba para recomenzar, ahora con óptimas
perspectivas, el camino de la reconciliación.”
En el área económica Alfonsín asume su gobierno en momentos en que se producía la gran crisis
mundial de la deuda externa. Durante el gobierno militar la deuda externa había crecido de
7.000 millones de dólares en 1976, a 66.000 millones de dólares en 1983. Adicionalmente, gran
parte del aparato productivo, sobre todo en el sector industrial, había quebrado. Ante esta
situación, Alfonsín decidió aplicar en 1985 un plan económico, el Plan Austral, que él mismo
calificó como "economía de guerra"
El Plan Austral logró durante un tiempo contener la inflación, pero no pudo resolver los
problemas estructurales que mostraba la economía argentina en aquellos años. El congelamiento
de los salarios, la decisión inicial de Alfonsín de atacar a los sindicatos, la persistencia de la ley
sindical fascista de la dictadura, la identificación de los sindicatos con la oposición peronista,
llevó a una larga pulseada entre el gobierno radical y la CGT que se expresó en 13 huelgas
generales. Finalmente, el gobierno radical termina negociando con los sindicatos y sancionando
con unanimidad una nueva Ley Sindical.
Los graves problemas económicos se expresaron en una tasa de inflación de 343% para el año
1988 y el estallido de un proceso hiperinflacionario a partir de febrero de 1989 superior al
3000% anual, que hizo aumentar la pobreza hasta alcanzar un record histórico hasta entonces:
47,3%.
En esas condiciones se realizan las elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1989, triunfando
el candidato opositor, el peronista Carlos Menem, con un 51% de los votos. La magnitud del caos
económico-social obligó a Alfonsín a anticipar el traslado del mando, renunciando el 8 de julio.