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El Usufructo
El Usufructo
El usufructo nació en el derecho romano, en el siglo IV antes de Cristo, como consecuencia del
abuso de las manus, de la difusión del matrimonio libre y como un medio de proveer a la viuda de
lo necesario para su subsistencia, sin afectar la parte que debían recibir los hijos en la herencia de
su padre, conservando la institución, a través de su evolución, aquella función alimentaria que
motivó su nacimiento.
El usufructo está regulado en el derecho español en los artículos 467 y siguientes del Código Civil.
La valoración legal de los usufructos a efectos fiscales se contiene en la normativa relativa al
impuesto de transmisiones patrimoniales. Igualmente se menciona el usufructo en la legislación
registral, ya que es un derecho real inscribible en el Registro de la Propiedad, que se encarga de
dar publicidad al derecho y dar al usufructuario un medio de prueba de su derecho ante cualquier
tercero.
Clases de usufructo
1. El usufructo puede ser simple, cuando lo disfruta sólo una persona, o múltiple cuando son
varias, al mismo tiempo o sucesivamente.
2. En razón del bien usufructuado se entiende por propio aquel que recae sobre bienes
inmuebles o no consumibles, e impropio aquel que lo hace sobre bienes consumibles.
3. Se llama parcial cuando afecta sólo a una parte del bien, y total cuando afecta al bien
completo.
Por tanto, el usufructo puede originarse en un contrato (el propietario vende o regala el usufructo
a un tercero), en una disposición testamentaria, o en una disposición legal.
Los derechos y obligaciones del usufructuario se regulan en primer lugar por lo dispuesto en el
documento de su constitución, y en su defecto, los derechos que la Ley reconoce al usufructuario
son los del art. 471 del Código Civil (en España).
1. Derecho a usar y gozar de la cosa. Puesto que existen bienes que no pueden usarse sin
consumirlos (por ejemplo, una explotación forestal no se puede explotar sin talar árboles,
un coto de caza se usa para cazar, a las ovejas se les quita la lana), en las distintas
regulaciones se suele permitir el cierto uso consuntivo moderado.
2. Derecho a percibir los frutos que obtenga del bien. Los frutos que se recojan después de la
constitución del usufructo pertenecen al usufructuario, aunque se hubieren comenzado a
generar antes. Por el contrario, los que se generen durante el usufructo, pero hayan de
recogerse tras la extinción del usufructo, pertenecen al propietario.
4. Derecho a mejorar el bien usufructuado, pero sin alterar su forma o sustancia y sin
derecho a indemnización al terminar el usufructo.
1. Conservar la cosa en su forma y sustancia; es decir, sin destruirla ni dañarla, salvo en los
usufructos sobre bienes consumibles o en los de explotación de minas, donde el poder
alcanza a la transformación y al consumo. El usufructuario ha de realizar las reparaciones
ordinarias que necesiten las cosas dadas en usufructo.
3. Prestar fianza como garantía del cumplimiento de sus obligaciones. En los usufructos
testamentarios se suele relevar al usufructuario de esta obligación. La obligaciones
extraordinarias son de cargo del propietario.
2. Derecho a que se le restituya el bien una vez finalizado el usufructo en las condiciones
pactadas. Una vez se extingue el usufructo, la propiedad, que hasta entonces estaba
constreñida por el derecho real de usufructo, se expande hasta alcanzar su extensión
original, pudiendo por ello el propietario reclamar la cosa.
5. Pérdida o extinción del bien, salvo en determinados casos cuando el bien queda sustituido
por una indemnización u otros bienes.