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Capacitando Directores 11-07-2023
Capacitando Directores 11-07-2023
Dentro de nuestro cuido de la técnica vocal, el desafinar o una mala proyección puede
distraer a la gente, por lo que la demanda hacia nosotros no es la misma que para la
congregación en este aspecto técnico, pues por asignación ministerial escritural los
cantores eran servidores aptos para el canto, y esto no solo porque el Señor merece
suprema alabanza, si no también porque la dirección de alabanza requiere de precisión en
lo relacionado a la música
La secuencia de cantos y la administración musical debe de ser la herramienta o el vehículo
para unificar la alabanza y la expresividad de la congregación, pero puede que si no se
diseña adecuadamente resulte múltiples detalles distractores que conlleven al final a un
ambiente incómodo, ambiguo e incierto, con una atmósfera no de unidad e impropia.
Por lo que el trabajo del director después de recibir la línea de ministración general (llamase
temática, dirección, rhema, etc) por el Espíritu Santo, comienza con la preparación del
playlist para luego planear los aspectos generales de la música como repeticiones, intros y
arreglos a sugerir a los músicos, haciendo un ejercicio mental de cómo se llevará acabo el
tiempo de las alabanzas, las transiciones y aun hasta las reflexiones y exhortaciones que se
usan para dirigir a la congregación. Entre más experiencia musical y ministerial tiene el
director involucrará más aspectos de esta planeación, El ensayo es importante porque en él
se podrá corroborar las ideas musicales que se tienen si se pueden mejorar etc. El plan de
alabanza es el bosquejo que me ayudara a desarrollar de mejor manera mi asignación. Se
puede cambiar el plan pero esto dependerá de la pericia del director, si el mismo no tiene
herramientas o la experiencia, la flexibilidad del plan se limita.
El tiempo que me tardo para empezar un canto que puede ser porque no logró concertar la
afinación o el tiempo correspondiente en el compás es contraproducente en mi dirección
eficaz, la congregación de manera intuitiva sabe cuando un canto debe de empezar, lo más
probable por un buen acompañamiento musical que marca el inicio o final de un canto y si
no logro definir bien la dirección del comienzo (o el final), eso creará incertidumbre y
desorden y por ende distraiga a la congregación del objetivo.
Las frases finales de los cantos son tan importantes al igual que los inicios, el no definirles
bien en la dirección con nuestra voz desorienta a la congregación y la distrae, pudiendo
perder la intencionalidad de todo el canto.
Una canción es una historia que tiene como fin señalar un pensamiento o una idea y cada
parte de la canción es una pieza importante, así la estrofa cuenta la trama y el coro el
desenlace que marca o concluye el pensamiento o la historia de la canción. Saber usar
cada parte incluyendo puentes y arreglos como intros, outros, etc es parte de administrar
bien los cantos sacando el mayor provecho de ellos con el fin de favorecer el tiempo de la
alabanza.
Las repeticiones en los cantos, es otra cosa que debemos de saber administrar para
aprovechar el potencial de una canción. Demasiadas repeticiones producirá desinterés en la
congregación y por lo tanto se desconectará del pensamiento grupal, por otro lado pocas
repeticiones o falta de, producirá una falta de conexión con ese pensamiento grupal
perseguido por un canto.
Ahora bien ¿cuánto debemos repetir?
La música popular orienta a la composición musical a un número de compases múltiplo de
2, y nuestro cerebro requiere de la repetición como una segunda oportunidad para apreciar
de nuevo lo que acabamos de oír. Por lo que se recomienda que siempre repitamos en
múltiplos de 2, por ejemplo si repetimos una 3ra vez un coro o estribillo terminemos
repitiendo una 4ta y así sucesivamente. Esta es una recomendación que pudiéramos
manipular de acuerdo a la ocasión o momento, pero que nos ayudará a administrar las
repeticiones de un canto y potenciar la eficacia del mensaje de un canto y favorecer asi la
totalidad del tiempo asignado de las alabanzas.
Acerca del cántico nuevo siendo una expresión de alabanza espontánea, voluntaria que
involucra el entendimiento al igual que los demás cantos debe de saberse introducir, usarlo
y administrarlo para favorecer la alabanza congregacional al Señor de manera fluida.
Pero se vuelve impráctica cuando no hay un pensamiento grupal en ello, es decir no hay un
acompañamiento congregacional. Así que si deseamos ministrar esta expresión debemos
estar atentos a la congregación, si no vemos el acompañamiento o pto grupal a este
pasemos a otro canto.
“Los cantos graduales”, llamó así a aquellos cantos que tienen la característica de subir de
tonalidad en una de sus partes o como canción completa, esta característica les hace muy
útiles para subir dinámicas y consecuentemente la emocionalidad del canto y de la
atmósfera.