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Tras la renuncia de Fernando VII al trono de España, en 1808, se

desencadenaron severas crisis políticas en todo el reino español. En Nueva


España, esta crisis y los debates sobre soberanía y autonomía llevaron a intentos
conspirativos que finalmente tuvieron su estallido en septiembre de 1810. El
proceso iniciado como un movimiento de emancipación, por la intervención de la
insurgencia a lo largo de once años, se transformó en la búsqueda de
independencia absoluta. Las conspiraciones en el virreinato se sucedieron, en
1808, por el Ayuntamiento de México, encabezado por Francisco Primo Verdad,
en 1809, la de Valladolid, conformada por José Mariano Michelena, Ignacio
Allende y Mariano Abasolo, y la de San Miguel el Grande, encabezada por los
capitanes Allende y Abasolo

El Grito de Dolores fue un pronunciamiento contra la dominación colonial


española, que inició el camino hacia la Independencia de México.

Tuvo lugar el 16 de septiembre de 1810, en el atrio de la iglesia de la localidad de


Dolores, en la región de El Bajío.

El pronunciamiento tuvo como principal protagonista al sacerdote Miguel Hidalgo y


Costilla, quien instó a la población a rebelarse contra el mal gobierno de las
autoridades coloniales del Virreinato de Nueva España.

Hidalgo estuvo acompañado por Juan Aldama y Ignacio Allende, dos criollos
independentistas que habían tomado parte de la conspiración de Querétaro.

Miguel Hidalgo y Costilla arengando al pueblo durante el llamado Grito de Dolores,


el 16 de septiembre de 1810. Grabado realizado por Adrián Unzueta en 1910.

¿Por qué se llama Grito de Dolores?

A este pronunciamiento se lo llama Grito de Dolores porque la arenga de Hidalgo


fue realizada en el atrio de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, en el
pueblo de Dolores, en el centro norte de México. En la actualidad, esa localidad se
llama Dolores Hidalgo y forma parte del Estado de Guanajuato.

1810

A pesar de que existen varias versiones de los hechos y ninguna se encuentra


debidamente documentada, todas coinciden en señalar que la noche del 15 de
septiembre de 1810 Hidalgo hizo repicar las campanas de la iglesia para convocar
a la población. Cuando los habitantes del pueblo estuvieron reunidos frente al
atrio, en la madrugada del día siguiente, Hidalgo pronunció un discurso, instando a
la población a rebelarse contra el mal gobierno de los funcionarios coloniales.

Del contenido de la arenga realizada por Hidalgo existen varias versiones, pero
todas coinciden en que el sacerdote cuestionó a los funcionarios españoles y
vitoreó al rey Fernando VII y a la Virgen de Guadalupe.

Causas

Entre las principales causas del Grito de Dolores se pueden mencionar las
siguientes:

El descubrimiento de la conspiración de Querétaro, un complot del que


participaron varios criollos que buscaban constituir una junta que gobernara en
nombre de Fernando VII. Su descubrimiento por las autoridades coloniales
precipitó el Grito de Dolores, organizado por Hidalgo y los capitanes Ignacio
Allende y Juan Aldama para liberar a los patriotas presos, entre ellos los hermanos
González y el corregidor José Miguel Domínguez.

La invasión francesa a la península ibérica, que derivó en la captura de la familia


real española por parte de Napoleón Bonaparte. Esta situación produjo un vacío
de poder en el Imperio español, que fue aprovechado por los criollos locales para
intentar la toma del poder.

Varias revueltas y conspiraciones que habían ocurrido en Nueva España en los


años anteriores, como reacción al reforzamiento de la autoridad local y el aumento
de impuestos que implementaron las Reformas borbónicas.

Consecuencias

Las principales consecuencias del Grito de Dolores fueron las siguientes:

El comienzo de la guerra de la Independencia de México, que se prolongó hasta


1821, cuando los mexicanos se emanciparon de la dominación española.

La toma de ciudades, pueblos y haciendas por parte de las huestes


independentistas, formadas en su mayoría por indígenas y mestizos armados de
lanzas y machetes.

La reacción de los realistas, que se organizaron para acabar con el movimiento


independentista iniciado por Hidalgo, Aldama y Allende.
pintura de la Toma de la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato

Toma de la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato por las huestes


independentistas, el 28 de septiembre de 1810. Pintura realizada por el artista
mexicano Juan Díaz del Castillo, en 1910.

Importancia del Grito de Dolores

El Grito de Dolores es considerado hoy en día como uno de los momentos más
importantes de la historia de México, ya que para muchos historiadores representa
la expresión de la voluntad del pueblo mexicano de romper los lazos coloniales y
dirigir sus propios destinos.

Sin embargo, en 1810 la mayoría de los criollos locales miró con recelo el
movimiento iniciado por Hidalgo. Esto se debió a que muchos americanos temían
que la lucha por la independencia derivara en una guerra social durante la cual
pudieran perder sus bienes a manos de las huestes independentistas. Debido a la
falta de apoyos del grueso de los criollos y a errores cometidos por los
insurgentes, un año después del Grito de Dolores, Hidalgo, Allende y Aldama
fueron capturados, fusilados y decapitados por los realistas.

En la actualidad, el Grito de Dolores se conmemora la noche de cada 15 de


septiembre, cuando el presidente de turno sale al balcón principal del Palacio
Nacional, para pronunciar el grito de ¡Viva México! repetido tres veces.

1810

la esclavitud fue abolida en distintos momentos y en diferentes circunstancias.


Entre ellos se resalta el 6 de diciembre de 1810 cuando se publicó el decreto de la
Abolición de la Esclavitud, emitido por Don Miguel Hidalgo y Costilla en la plaza de
Guadalajara, Jal., en plena guerra de independencia

1811

El 26 de junio de 1811, después de más de tres meses de suplicio, fueron


pasados por las armas los héroes de la Independencia Ignacio Allende, Juan
Aldama, Mariano Jiménez y Manuel Santamaría[1]. Caudillos del grupo de los
Insurgentes que encabezaron el estallido revolucionario de 1810, en búsqueda de
libertad, igualdad social, económica y política, y la soberanía nacional, anhelos
que esperaban ver concretados en un nuevo país donde sus habitantes tendrían
una mejor calidad de vida, mediante el reconocimiento, protección y respeto de los
derechos fundamentales para su pueblo.
Luego del terrible derrota en Puente de Calderón, el 17 de enero de 1811 a mano
de los realistas encabezados por Calleja, los insurgentes salieron de Guadalajara
dirigiéndose al norte con la intención de llegar a EUA para obtener recursos
materiales económicos para la lucha, en el camino experimentaron sed, frio, y
escasez de alimentos, por lo que en Matehuala toman un descanso y después se
dirigen a Saltillo, Coahuila, donde Miguel Hidalgo presionado por Allende y su
grupo entrega los poderes de mando a Ignacio Allende las tropas, y a López
Rayón lo nombra Jefe de la Revolución. Deciden continuar a Monclova, por lo que
enviaron instrucciones al Jefe Insurgente en Coahuila Pedro Aranda, para proteger
el camino de las Norias del Bajan donde pasarían, sin saber que Aranda había
sido depuesto por Ignacio Elizondo quien quería controlar la región. La caravana
avanzaba lentamente, el ejército llevaba múltiples enfermos, 24 cañones, 14
coches donde viajaban mujeres, clérigos seculares y religiosos, 300 mulas de
carga con plata y oro, equipajes, pólvora, pertrechos, y no encontraban agua ni
alimentos ni forraje para los animales lo que hacia la marcha penosa y con
dificultad, al llegar el 21 marzo a las Norias de Baján, Elizondo les tendió una
celada, fueron atacados y aprehendidos. Murió acribillado Indalecio Allende, hijo
de Ignacio, se hicieron prisioneros a cerca de mil insurgentes, y los principales
jefes fueron tomados prisioneros: Jiménez, Allende, Abasolo, Santamaria,
coroneles y mandos medios, dos frailes y cuatro clérigos, el 22 de marzo llegan a
Monclova donde velan el cuerpo de Indalecio y fusilan a varios, entre ellos al
hermano de Hidalgo, pero otros como Allende, Aldama, Jiménez, Hidalgo y
Santamaria les ponen grilletes y los llevan en mulas en un terrible y agonizante
traslado a través del desierto, que duro más de un mes hasta Chihuahua,
comiendo solo una vez al día carne seca y durmiendo en el suelo amarrados, casi
desnudos.

Se dice que a principios de abril, en la capital del país llegó el aviso de Félix María
Calleja sobre la aprehensión de los principales insurgentes, y que el virrey
Venegas, en evidente estado de júbilo, mandó echar a vuelo las campanas de los
templos y lanzar salvas de artillería en señal del regocijo, unos días después,
ordenó que los prisioneros fueran juzgados en Chihuahua por un consejo de
guerra y que la sentencia fuera ejecutada sin pérdida de tiempo por el peligro que
representaban y dispuso que las cabezas de los principales se llevaran a las
poblaciones donde habían ejecutado sus principales crimines:

Se organizó la salida de los prisioneros que formaban la lista de caudillos que


debían ser trasladados, entre ellos: Hidalgo, Allende, Santa María, Jiménez,
Aldama, Lanzagorta, y Abasolo. En Monclova permanecieron muchos otros, que
sin formación de causa fueron fusilados, o en el mejor de los casos, condenados a
trabajos forzados en haciendas cercanas

Todo se inició a las seis de la mañana del 26 de junio. Cuando llegó el momento
de cumplir la sentencia, “se oyeron toques de clarines, el redoblar de los tambores
y las voces de mando que indicaban un gran movimiento de tropas, mientras las
campanas de los templos con sus lúgubres tañidos anunciaban al vecindario de
Chihuahua que los caudillos serían fusilados”. Sin quitarles los grilletes y las
esposas, se condujo a los presos a la plaza de San Felipe. Ahí estaban listos los
pelotones de ejecución, a sólo tres pasos de los banquillos donde serían
sacrificados

Se indicó a cada héroe el banquillo donde debía sentarse. Tras vendarles los ojos,
se les obligó a dar la espalda a sus verdugos. Cuando Pedro Armendáriz dio la
orden, cuatro balas certeras asesinaron a los primeros insurgentes. Manuel
Salcedo ordenó que a los cadáveres de Allende, Aldama y Jiménez se les cortara
la cabeza. Los cuerpos fueron sepultados en el convento de San Francisco,
después de haber sido expuestos a la curiosidad pública .

El temple y la convicción de los principios y el compromiso con la lucha en la que


se enfrascaron los insurgentes para la consecución de sus ideales se puede
constatar en la réplica que Hidalgo y Allende dirigen desde Saltillo, a mediados de
marzo de 1811, a la oferta de indulto, enviada a ambos por el general realista José
de la Cruz, intermediario del virrey Venegas. Rechazando terminantemente la
proposición y puntualizan “el indulto... es para los criminales, no para los
defensores de la patria”, reafirman estar “resueltos a no entrar en composición
alguna si no es que se ponga por base la libertad de la Nación y el goce de
aquellos derechos que el Dios de la naturaleza concedió a todos los hombres;
derechos verdaderamente inalienables”. Mostrando que pese a las condiciones
adversas en las que se encontraban no claudicarían.

Un mes y unos días más tarde, Hidalgo correría la misma suerte. Las cabezas de
Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron transportadas a Zacatecas, Lagos, y
León. Finalmente, el 11 de octubre de 1811 llegaron a Guanajuato. Se colocaron
dentro de jaulas de hierro, y éstas fueron colgadas en las cuatro esquinas de la
Alhóndiga de Granaditas. Ahí estuvieron durante diez años[6]. Violándoles sus
derechos a la vida, al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad, pilar
fundamental de los derechos humanos.

La muerte de los caudillos pioneros de la revolución de independencia, marco el


paso a una segunda etapa de la guerra, a pesar de que fue un golpe duro, el
ánimo de los insurgentes no decayó con estas muertes, su causa se había
dispersado por todo el país pese a la difusión por parte de los realistas que el
movimiento había terminado, pero Morelos ya estaba en pie de guerra y había
logrado varias victorias y el movimiento continuo y triunfo. Los insurgentes
murieron por los principios que defendieron: el nacimiento de una Nación,
independencia política absoluta, soberanía popular, igualdad, y justicia.

1812
El 19 de Marzo de 1812, mientras gran parte del territorio nacional estaba bajo
mando de Napoleón, se declara la primera Constitución de España. Las Cortes de
Cádiz promulgan la Constitución Política de la Monarquía Española, más conocida
como la Constitución de Cádiz o la Pepa, en ausencia del rey Fernando VII que
estaba cautivo en Francia⁽¹⁾.

A continuación veremos cuáles son las características más importantes de esta


Constitución que marcó la historia del imperio español, sus consecuencias y su
recepción en América.

Causas de la promulgación de la Constitución de Cádiz⁽²⁾

La causa más importante está en el contexto que atravesaba España en esos


años. En el marco de las Reformas Borbónicas, España tiene de aliada a la
Francia de Napoleón, quien en 1808 decide tomar por la fuerza el país para poner
a su primo en el trono; de esta manera tienen lugar las Abdicaciones de Bayona
en mayo de 1808 donde Fernando VII es obligado a renunciar a la corona y es
puesto prisionero junto con su padre Carlos IV. Así comienza el colapso del
Imperio español.

Retrato de Fernando VII

«Retrato de Fernando VII con uniforme de capitán general, por Vicente López
Portaña (c. 1814-1815). Óleo sobre lienzo, 107,5 x 82,5 cm. Museo del Prado
(Madrid).» En Wikipedia.

Respuestas al vacío de poder en España⁽³⁾


Con la ocupación francesa comienza la Guerra de Independencia Española, que
tiene fin en 1814 con el regreso de Fernando al trono. El vacío de poder generado
desde 1808 tiene como respuesta la formación de Juntas de gobierno en todo el
territorio español y americano. Para ocupar el lugar del rey cautivo, y en rechazo
de los ocupantes extranjeros, los españoles se organizan de esta manera. La
soberanía pasa del rey a los representantes del pueblo en las juntas.

En 1810 se forman las Cortes de Cádiz, es aquí en donde comienza a nacer la


primera Constitución de España, con una marcada influencia de la Revolución
Francesa y de la Ilustración. Para la época la Constitución de Cádiz fue
revolucionaria, iba en contra del poder absoluto del rey, por esta razón Fernando
decide anularla desde que vuelve al poder.

Características y objetivos de la Constitución de Cádiz⁽⁴⁾

A continuación veremos los puntos más importantes de esta Constitución, que


tuvo como protagonista a políticos como Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero y
Pérez de Castro:

La Constitución de Cádiz busca reformar todo el aparato político y jurídico del


poder absoluto. Se establece un modelo liberal de Estado, basado en la división
de poderes: el poder legislativo quedaba en manos de las Cortes; el poder judicial
en los tribunales; y el poder ejecutivo se encarnaba en la imagen del rey (al que se
le ponían limitaciones con la Constitución).

Se le quita el poder de disolver las Cortes al rey.

Constitución de Cádiz.

Constitución de Cádiz. En National Geographic.

El Rey conservaba el poder de veto de las leyes que sancionaría la Corte, pero
era un veto suspensivo por dos años, luego de ese tiempo las decisiones de la
Corte se convierten en ley. Esto es algo nuevo para España, que atravesaba un
período de absolutismo donde el rey era incuestionable y tenía el poder último
sobre la ley.

Se establece la igualdad de los ciudadanos ante la ley. De esta forma se termina


con el orden estamental propio de la Edad Media. Esto aplica también para
América, ya que otra de las características de la Constitución de Cádiz es que
declara a los territorios de ultramar como provincias de España. Este hecho hace
que desde América también se reclame por la representación en las juntas.

Se declara el fin de la Inquisición, los liberales que diseñaron la Constitución veían


en esta institución un mecanismo contra la Libertad. Si bien la religión oficial
seguía siendo la católica en todo el reino, se dejaría de perseguir a los que
profesen otra fe. Esto es visto en la época como un ataque a la tradición y a la
Iglesia.

Declaran el fin de los Gremios, buscaban de esta manera que no haya trabas para
el desarrollo económico.

Se reconocen los derechos individuales como la propiedad, la educación y la


libertad. También se declara la libertad de prensa, es decir, el fin de la censura.

Cortes de Cádiz promulgan la Constitución de 1812.

««¡Viva la Pepa!» Este óleo de Salvador Viniegra, pintado en 1912, recrea el


momento en que las Cortes de Cádiz promulgan la Constitución de 1812. Museo
Histórico Municipal, Cádiz.» En National Geographic.

Consecuencias de la Constitución de Cádiz⁽⁵⁾

Por un lado sirvió como modelo para las futuras Constituciones nacionales. La
ideología liberal comenzó a propagarse por todo el mundo occidental, este es el
caso de América, donde cada vez fueron mayores los reclamos por tener
autonomía dentro del Imperio.

La recepción de la Constitución en América varió de lugar en lugar, pero en líneas


generales los derechos políticos que ésta establecía fueron retomados por las
Constituciones Republicanas. La división de poderes fue la forma que tomaron las
nuevas unidades política que se independizaron en América.

La proclamación de la Constitución marcó un quiebre en la vida política del


Imperio español. La crisis imperial que llevó a la Constitución era irreversible,
España perdería la mayoría de sus colonias en América en la década siguiente.
El debate político en lugares públicos como los cafés se vuelve común. Los
ciudadanos se sienten más involucrados en la política y las decisiones del
momento.

La consecuencia más importante en España tiene que ver con la reacción que
tuvo lugar con la vuelta de Fernando VII al poder.

Al volver a España el rey firmó un decreto en el que daba por nula la Constitución.
De esta manera se buscaba volver a establecer un poder absolutista. En mayo de
1814 se disuelven las Cortes, los partidarios del rey toman las calles y la ideología
liberal es el centro de los ataques.

Derogación de la Constitución de 1812 por Fernando VII

Derogación de la Constitución de 1812 por Fernando VII en el palacio de Cervelló.


Valencia. En Wikipedia.

1813

La promulgación del discurso de apertura del Congreso del Anáhuac, realizada el


14 de septiembre de 1813, fue un documento inédito, cuyas ideas estaban
influenciadas directamente por los ideales emanados de la Revolución Francesa.

Este documento reunió en 23 puntos la esencia de la lucha por la Independencia,


estipuló la libertad de América Septentrional, la disolución de un gobierno central
en una autoridad representativa y su distribución en tres poderes, Legislativo,
Ejecutivo y Judicial, en la que se reconoció a la Religión Católica como la única y
oficial en los territorios americanos e instituyó la conmemoración del 16 de
septiembre como fiesta nacional para reconocer el heroísmo que dio inicio al
movimiento de Independencia encabezado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla y
los Capitanes Ignacio Allende y Juan Aldama.

Entre los puntos más importantes, es necesario destacar que José María Morelos
en los Artículos 1/o., 5/o. y 14/o., expresó que América debía ser libre e
independiente de España o de cualquier otra nación y de los gobiernos
monárquicos, siendo sustituido por una soberanía que emanará del pueblo, de
modo que para dictar una ley, se tuviera que discutir en el congreso y se decidiera
por pluralidad de votos.

En los Artículos 13/o., 15/o. y 18/o., se atendieron a las necesidades puramente


humanas, que fueron medulares para que, por primera vez se reconocieran a
todos por igual ante las Leyes Generales, se aboliera la esclavitud sin distinción de
castas y no se volviera a permitir la tortura.

La trascendencia que tiene este documento, no se dimensionó en su momento


pero su aparición tuvo eco en los aspectos sociales, traducidas en garantías
fundamentales para las personas y para el naciente gobierno.

1814

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