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El Espiritu Santo 230515 161359
El Espiritu Santo 230515 161359
Fundamento Bíblico:
El Espíritu Santo es una persona tan real como el Señor Jesucristo. Es la tercera
persona de la Trinidad, en la que Jesús tenía plena confianza que podía representarlo
fielmente; por ello lo dejó como promesa a sus discípulos. Sin embrago, es una persona a
la que el mundo no ve, ni le puede recibir porque el Espíritu de Dios es dado sólo a
aquellos que reconocen a Jesús como su Señor y Salvador.
La obra del Espíritu Santo puede verse desde el momento de la creación hasta nuestros
días y sus atributos nos permiten identificarlo como Dios mismo. (Génesis 1:3)
Todo lo que el Espíritu hace contribuye a glorificar a Jesús. Cuando una persona deja
de glorificar a Jesucristo con sus actos, sus palabras, etc., el Espíritu Santo se hace a
un lado. Si se tiene una amistad estrecha con Él, lograremos el acceso directo a los
tesoros divinos y la tercera persona de la Trinidad se encargará de ayudarnos a
disfrutarlos. En otras palabras, la fe en Jesucristo nos da derecho legal a sus
riquezas, pero la comunión con el Espíritu es la que nos permite disfrutarlas.
B) Es nuestro guía y nos confirma que somos hijos de Dios al ser guiados por Él:
Cuando Jesús estuvo en la tierra dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida…”,
Él fue y sigue siendo el único camino al Padre, pero al irse, Jesús prometió enviar al
Espíritu Santo para guiarnos a fin de que no nos apartemos de la senda correcta
(Juan 16:13).
Quien no cultive una comunión íntima con el Espíritu Santo, corre el peligro de
desviarse doctrinalmente.
El Señor nos confirma ser sus hijos cuando somos guiados por su Espíritu.
(Romanos 8:14-16)
El Espíritu Santo conoce nuestras necesidades y clama ante Dios por nosotros.
Cuando hablamos en otras lenguas esa oración se va directo ante el Padre porque el
Espíritu ora de acuerdo a la voluntad de Dios.
El Señor dijo: “Nadie echa vino nuevo en odres viejos” (Lucas 5:37). El
vino representa la fresca y enérgica presencia del Espíritu Santo que quiere
vertirse en vidas completamente regeneradas.
2. Creer
Este texto nos enseña que nuestro cuerpo ha sido escogido por Dios como
la habitación de su Espíritu y éste no puede estar en una casa contaminada
por el pecado. (Ver también Romanos 6:13 y Santiago 3:8-12)
4. Recibirlo voluntariamente
Conclusión