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EL ESPIRITU SANTO

Fundamento Bíblico:

- 1 Juan 5:7 – Es la tercera persona de la Trinidad.


- Juan 14:7,16 – Nuestro consolador.
- Juan 16:13 – Nos guía a toda verdad.

“Es una persona”

El Espíritu Santo es una persona tan real como el Señor Jesucristo. Es la tercera
persona de la Trinidad, en la que Jesús tenía plena confianza que podía representarlo
fielmente; por ello lo dejó como promesa a sus discípulos. Sin embrago, es una persona a
la que el mundo no ve, ni le puede recibir porque el Espíritu de Dios es dado sólo a
aquellos que reconocen a Jesús como su Señor y Salvador.

Las siguientes razones ayudan a confirmar que el Espíritu es una


persona:

Habla ……………………………………..……Hechos 13:2 / Juan 16:13


Orienta y advierte……………………………Hechos 16:6-7
Brinda ayuda e intercede ………………… Romanos 8:26
Guía ……………………………………………Romanos 8:14 / Juan 16:13
Testifica………………………………………..Juan 15:26
Se contrista o entristece……………………Efesios 4:30

“Es Dios mismo”

La obra del Espíritu Santo puede verse desde el momento de la creación hasta nuestros
días y sus atributos nos permiten identificarlo como Dios mismo. (Génesis 1:3)

A) Nos hace nacer de Nuevo:

Todo lo que el Espíritu hace contribuye a glorificar a Jesús. Cuando una persona deja
de glorificar a Jesucristo con sus actos, sus palabras, etc., el Espíritu Santo se hace a
un lado. Si se tiene una amistad estrecha con Él, lograremos el acceso directo a los
tesoros divinos y la tercera persona de la Trinidad se encargará de ayudarnos a
disfrutarlos. En otras palabras, la fe en Jesucristo nos da derecho legal a sus
riquezas, pero la comunión con el Espíritu es la que nos permite disfrutarlas.

Cuando glorificamos a Jesús con nuestros actos, el Espíritu se goza y acrecienta su


poder en nosotros. (Juan 16:14-15 / Juan 7:38-39)




B) Es nuestro guía y nos confirma que somos hijos de Dios al ser guiados por Él:

Cuando Jesús estuvo en la tierra dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida…”,
Él fue y sigue siendo el único camino al Padre, pero al irse, Jesús prometió enviar al
Espíritu Santo para guiarnos a fin de que no nos apartemos de la senda correcta
(Juan 16:13).

Él es el que puede interpretar correctamente el mapa de la Palabra de Dios y, como


dijo Jesús, nos llevará a toda verdad.

Quien no cultive una comunión íntima con el Espíritu Santo, corre el peligro de
desviarse doctrinalmente.

El Señor nos confirma ser sus hijos cuando somos guiados por su Espíritu.
(Romanos 8:14-16)

C) Nos bautiza con su Espíritu y nos da la señal de hablar en otras lenguas:

Hechos 1:5 – Bautismo en el Espíritu Santo / Hechos 44:47; 19:6 – Hablaron en


otras lenguas.

D) Intercede por nosotros con gemidos indecibles:

El Espíritu Santo conoce nuestras necesidades y clama ante Dios por nosotros.
Cuando hablamos en otras lenguas esa oración se va directo ante el Padre porque el
Espíritu ora de acuerdo a la voluntad de Dios.

E) ¡El Espíritu Santo es PODER!

Pasos para recibir la llenura del Espíritu Santo:

1. Limpieza del corazón

El Señor dijo: “Nadie echa vino nuevo en odres viejos” (Lucas 5:37). El
vino representa la fresca y enérgica presencia del Espíritu Santo que quiere
vertirse en vidas completamente regeneradas.

Los odres viejos representan a aquellas personas que experimentaron la


presencia del Espíritu en sus vidas por algún tiempo pero que, por diversas
circunstancias perdieron la comunión con Dios. El odre nuevo es la vida
completamente transformada por Dios.














2. Creer

En la vida cristiana damos todos nuestros pasos en fe y por fe. Cuando se


pide el bautismo en el Espíritu Santo, ya en fe debemos aceptar que lo
tenemos y empezar, en esa misma fe, a hablarle al Señor en nuevas
lenguas. Si una persona está llena de Dios lo expresará con sus palabras,
si por el contrario, está llena de odio y amargura, también usará las
palabras para demostrarlo porque son los labios los que desahogan lo que
hay en el corazón. Mateo 12:34

3. No prestar nuestro cuerpo al pecado

Debemos recordar permanentemente que el Espíritu Santo es la presencia


de Dios en nuestras vidas y es lo que nos indica el apóstol Pablo en
1 Corintios 3:16 “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu
Santo mora en vosotros?”

Este texto nos enseña que nuestro cuerpo ha sido escogido por Dios como
la habitación de su Espíritu y éste no puede estar en una casa contaminada
por el pecado. (Ver también Romanos 6:13 y Santiago 3:8-12)

4. Recibirlo voluntariamente

El espíritu Santo es un caballero el sólo entra a la vida de una persona


cuando lo decide voluntariamente y le invita a seguir. Él entra a controlar
todas las áreas del ser humano brindándole poder y libertad absoluta.
(2 Corintios 3:17)

Conclusión

“Debemos cuidar de no contristar al Espíritu Santo, la Biblia lo


simboliza como una paloma en Mateo 4, y recordemos que ellas
emprenden el vuelo al percibir “algún peligro”. Es por ello que
debemos cuidar nuestra comunión con Él, no que se nos vaya a salir,
porque Cristo dijo que iba a estar con nosotros para siempre, sino
que podemos apagar su poder y virtud en nosotros”








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