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STEFAN RINKE 2, gist oe woe oor oe eo AMERICA LATINA Y ESTADOS UNIDOS Una historia entre espacios desde Ja época colonial hasta hoy El Colegio de México Marcial Pons Historia 2015 Thuceaones de cubiers: Thesdore Rocseel indcand en un mapa de Sudaméca elfen aplreda durant a eepedicin inte Nocsel- Rendon 2 Basi ce. 1913-1918} j reson (dela Ongarizaion de fos Estados Amsercancs en Weshingion (2 de julio de 1968). ‘Tiel oviginal Laveneacreta und die USA: Eipe Gercbicie washer Rémest vou der Kolovelet bis hevie (Darn, Wisserschatlche Buchasselscheli, 2012, 14 pp, ISBN: 978:5954-285512) (Qaeden rigresomemteprohbidae, sin Ik stoczacin eerie dels deuaes dl «Copy righ bo les eaiones tabs Las lye, a ceproduceién toro paca de eas ob for cuaauist meio 9 procedimient, sorptendidoe la reprogralia ol uation infor thicca la dscibucon de empires de ela wedinsce sguler 0 prastano puis [Gaslguice ferns de seprodceisn, diamine, comuaieacée piles © sensfoume sis de ein ols ale pusde ur gelaads con Te sutorecsin de sus tubes, seo ap ‘a revista por Is ley Diejve + CEDRO (Cetra Expatl de Devechoe Reprogriivos swrvreedeo a) si aceite fotacopiar 0 cane sigh fegroenca de es cbr © Stclan Hinke (© De la raduceién: Masisol Palma Belike DLR @ COLMEX Camino sl Ajusco 20, Pedregal de Santa Teres2 - 10740 Mexico, D. F sone calimex rox © Marcial Pons, Ediciones de Mistosia, 8. A, San Sosera, 6 - 28037 Madsid| Bam} oF edicionesbisconla@macestpans 25 ISBN: 978 84-19963-19-6 Depeito legals M. 37.068-2014 Disco de Is evbierta: Menuet Estrade, Diseio Guifico Fotocompesicion: Francisco Javier Rodzigues Albite Imapresién: Gracel Asociados, SL. 1. Madrid, 2015 INDICE INTRODUCCION CAPITULOL NUEVOS MUNDOS: BL PERIODOCOLONIAL HASTA 1760 Raices de los cenflctos os os ainguna pz a o¢t0 lado de ba Hine sn . Comienzo de les prejuicios. CAPITULO I. AMERICA CONTRA EUROPA: REVOLUCIO. NES DE INDEPENDSNCIA, 1760-1830 El catnbio en las relaciones internacionales. Jha revolueuin estadountdense en Latinoaménca . Las revoluciones de independencia letinoamerieamas Entre Montoe y Bolivar, CAPITULO ML, «MANIFEST DESTINY» ¥ ESPACIO basado en motives econdmicos, ¥ con ello se desviaba le arencién de los criticos problemas sociales exis- fentes en el interior de Estados Unidos. Esta interprevacidn acta de las eriticas que se fueron haciendo en Latinoamérica bajo la consigna del antiimperiatismo a pair de los afios veinte y de las teosias de la Gependencia de fa década de los sesenta, derivando ambas en movi- mienios importantes, Estas ctitices antiumperislistas siguen siendo in- flusentes en la actualidad, tanto en ef naete como en el sur de Amé rica, reacciones que se disparan tras fos atentados tecroristas del 11 de septiembre del 2002 y de |nasillamada Doccrina-Bush, Las exiticas an- tiimperialistas recibieron un nuevo impulse, pese al papel secundario que tnviese Latinoamérica en esta doctrina En la practica no se puede negar el rol protaganista desempe ado por Estados Unidos en el doble continente americana y el do minio politico que ha ejercide desde el siglo xtx, La hegemonia de Estados Unidos se deja ver en las altas cifas de intervenciones o en a dependencia econdmica sufrida por Latinoamérica durante déca das, La nocidn de imperiatismo, sobre rode en su variance informal, queda pues justificada paea muchas de las fases de la historia de la politica norteamericana hacia Latinoamérica. Pera, pese a ln asime- tria estructucal de poder, las celaciones interamericanas sufrieron un cambio historico considerable Por otra’parte, la produccién historiogesfica, iaffuencinda @ par tit de los afios naventa por las teorias poscoloniales, acentud Ia di mensi6n cultural del entramado social, Frence al panorama de pro- esos globales crecientes se formularon preguntas innovadoras y se centrd la mirada en fas interacciones y entrelazamientos trensuscio- nalés en campos de la economia, la cultura o las telecomunicaciones. EL interés radica aqui en le dinamica de identidades sobre la base de ua concepto de culizra entendida como ut eatramado de sinibolos en proceso de cambio permaneate, Imagenes y representaciones de otros y de si mismos desempeiian aqui un col central. Asi como —y de acuerdo con Edward Said, ceérico del orientalismo— Ocsidente constiuyé su otro oriental, Norteamérica cce6 también 2 su gtto a patti de Latinoamérica. Los resultados de estos debates propicia- 4 Stefan Rinke ron que los estudios culturales norteamericanos se refiriesen al «giro hemisféricon. De todos modos —y esto ha sido algo ignorado—, esta afirma cién también es vilida en el sentido inverso. Las relaciones entre las Aunéricas no se pueden entender como una calle de una sota di- reccin. Las cicotomias simplistas de modernizadores benevolen tes y zeceprores iradicionales, o de conquistadores imperislistes y victimas dignas de Mistima profundizan muy poco en la caracteti zacign de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica. En realidad, los latinoamesicanos han vivido intensamente y hin valo- racio de forma significativa los conflctos y encuenttos con sus vec nos del norte, Bf enfientamienta con los otros americanos se jug’ cn diferentes niveles. Al mismo tiempo, la percepcién del espacio cambis de moneca permanente, Durante ef periodo de los procesos de independencia, América se posicioné cama ana esfera sepatada en el context mundial y se alejé de Ia imagen europea del «Nueva Mundo» en donde todo cra posible y estaba permitido, Incluso en el intesigr de las Américas las sociones de espacio variaban constanie mente, coma cuando las fronteras estatales se movian o cusnd fos proceses migratorios desbordaban el coneepio de naciones mont ticas, Gracias 4 estos moyimientos permanentes se abstieron muchas zonas de contacto entze espacios anglo y latinoamericanos apatente- mente campactos y que, frente al tresfondo de ia integracién, cam biaron dinémicamente en el contexte global, Esios procesos de en- trelazamiento de espacigs diversas interesan de manera especial, ya «que Ja historia de las celaciones inseramaricanas es una historia corn. partida en la que, y- teavés de la cual, cambiazon no sélo los latinos, sing también los angloamericanos La transformacién de las nociones de espacie se refleje en Is es tructura de este libro. La presentacisn se centears en los desarrollos «que tavieron Inger a partir del siglo xx. Los capitulos sucesivas tra (en petiodos especificos y st estructura toma en cuenta fs muliplici dad de niveles que entran en juego, ast como las dimensiones cultu sales zelevantes. Junto 2 bos roles de actores estatsles se incluyen en el relato otros setores no estatales. EL primer capitulo trata sobte Ja influencia que tuvo ducante el periodo colonial la nacién espacial europea del «Nuevo Mundo» y de cémo se desarrollaron desde muy temprano diferentes concep ciones de espacio a partir de oposiciones confesionales y empode- Lnerodeccit wb ramientos politicos cuyas interacciones se intensificaron. En el capi tulo segundo se muestran los carinas hacia Ja independencia, para luego representar las refaciones interamericanes y las pescepciones existentes a ja sombra de las guerras. Durante este period se cons- teuyé una fuerte oposicién entre América y Europa gue repereutid en la fase siguiente hasta mediados del siglo xx. Ese antagonisma colminé con la idea de «hemisferio occidental» propio que potencid das selaciones inceramericanas en el contexto dela amenaza europea. El cechazo posterior de esta gmenaza, de acuerdo con la tess del car pitulo rercero, sents las bases dle la expansin espacial de Estados Unidos a partir de la cual cambiarfan radicalmente las relaciones, sobre todo entve los vecines en México y en el Caribe. El capitulo cuarta indaga en las bases sobre las cuales se eonstruyé el espacio pa namericano a finales del siglo XIX y hasta qué punto ravo un efecto integcador El capitulo quinto arguinenta que los esfuerz0s paname Hiéanos sélo fueron una paradoja aparcnte, que corrié en pavte de manera paralela a las rendencias iinperiatistas de Estados Unidos, ctesoriollindose durante la guerra contra Bspatia de 1898-1899 y con el intervencionismo del espacio del Caribe. De todos modos, el im perio «intocmals de Estados Unidos no fve aceptado sin resistencia Le critica crecié durante la revolucidn mexicana, que constituye uno delos puntos centraies del capitulo sexto, zunque la Primera Guerra Mundial foctalecig al misme tiempo la posicion de Washingzon en el sur Sin embargo, el conflicte mundial sefor26 el nacionaligmo la ineamericano, como se demuestza en el capitulo séptimo. En et ca- pitulo octavo ce ponen de relieve las aspicaciones de solidaridad he misférien que tuvieron sus origenes a raiz del segundo estallido de siolencia mundial, dursate la primera mited del siglo x, Los eapi- tulos noveno y décimo se detienen en el perfodo de la Guerta Fria, cuando Latinoamérica cepresentaba oa 20na periférica en la huch Ge Estados Unidos contca el comunismo y cuando, al mismo tempo, surgié el concepto contrariv de un espacio independiente, un tercer onundo siruado en el sur, El campa de tensida existeate entre los en tramados transamevicanos tendentes a eeecer y les esfuerz0s parale los de sepsvacién constituyen la temstica det capitulo final ‘Agtadezco, a la Fundacién Alemana de Investigacién (Deutschen Forschungsgemeinschalt, DFG), el apoyo en el marco dei Colegio In- temacional de Graduados 1571 «Entre espacios», asi como al Area is Stefan Riko dle Investigaciones Especializadas 700 « reocrética en el pais de los azte- eas. De elo es prueba fehaciente el escrito programatico de Mather, editaco originalmente en espaiiol bajo el titulo Le fe def cbristiaato ext eyntequatro articulos de la institacion de Christo enviada alos espato- tes, para que abzan sus ojes, y parague se conwiertan de tas Tinieblas ala luz, y de la potestad de Satards a Dios, publicado en 1699 —Ia edicion inglesa aparecié en 1704-—, Mather quiso salvar y curar, con alrinco rmisionero, las almas espafiols. La misién protestante debia consis. tren beta: dal catalicimo a Jo habitants indigenas de Suda. / 2 Stefen Rinke rica. Las pretensiones misioneras del norte se pusieron de manifiesto desde el principio y permanecerian como une constante de las inter conexiones entre las Américas. En este contexto, los prejuicios confesionales se desarrollaron en una esttucture de estereotipos negativos entre el norte y el sur, La acalorada propaganda antihispana de los ingleses se alimentd espe cialimente de los escritos de Bartolomé de las Casas (1484-1566). La denuncia de Las Casas contre fos inconvenientes del dominio colo- nial y los excesos que se cometian conta ia poblacién indigena —a sravés de la cual pretendia generar una revisisn y giro de la politica por parce de fa Corona espaola~~ fue reeibida de buen grado, por autores como Thomas Gage, en conacidas polémicas, para justificar Js expansién inglesa en Amética Thonsas Gage atacs fa oferucited bibavan de lr expaok -Euera de la violencis no conozco vinguna ocra pretension Legal gue tenga éf {el espaol}, que no se pudisea climinar a través de fa inisora opcidn ¥ con mayor violencia {. ] Sin lugar a dudas reside el devechs legal 2 sstos paises (omecicanos} séto ent los mismos nativos, quienes pueden transferirlo de maners legal a otros, como caanda les piden ayuda a fos ingleses por propia volustad. Y $i se argumenta auc Ia carnicesfs humana, que cometieron los indies en el pasado, undo sacrificaron tantes personas para sus idolos, dando asia loses. piioles ea cus manos los azgumencos sficientes ceme paca desalojac «les indios de sus tiecras, Ja misma argumentactin se puede aplicar con mejer base conirs fos espatioles. Sacrificaron czacos millones de jndios a los fstiches de su ferocidad barboara que hoy dia machas is- Jas rieamente pobladas en el pasade y grandes tetritozios en el cont nente estin cast despoblados, como lo ha comprohado satisfactoris- nente Battolomé de Las Casas, obispo espaial de Guaxaca en Nueva Espaa, en sus obras impresasy. ease ea Thomas Gace, The Baglish Awsevicon, His Travel by Sue and Lavrd: of, A New Survey of the Wese Ladies, Abingdon, 2005 (1 ed., 1648), pp. 3-4. Estos escritos alimentaron los estereotipas negativos, de los su puestamente feroces, flojos e hipécritas espafioles, que circularon Nuevos mundos: ef periodo colonial baste 1760 B pot la Europa protestante de a Tempeana Edad Moderna, Més tarde los historiadores hispanos se esforzaron por rehebilitar la imagen de fos espafoles sefialanclo que sus elementos forrmaban parte de una k- yenda negra entihispans. El antagonismo canfesional contra los es- afoles se mezeld en Inglatesia casi desde el principio con sensibil dades patridticas, que operacon junco ala imagen heroica de Drake y ‘otros, y con alusiones al supuestamenee tipico afd libertetio inglés. Le leyenda negra Tal ver fue el histoviador espaol Julién Juderias quiew uted por primera ver le nocion de eleyenda negean en su obra Le leyenda negra »y la verdad bistérica (1914). Desde entonces se alucle con ello a los este ‘20tipos negatives sobre Espaiia y los espasoles rfesidos a la Inquisi= cis, e eatolicisma fandkico, Js conquista de América y af dominio co. loniel propiament cicho, la guerra eontta las Paises Bajos y esol de Js Guetta de los Treinta Afios, asi como la posicidn seewndavia de Es. pata en comparacicn con al resto de Europa occidental. Seginexteau- | tor, los precios se transinitiecon en obas claves de fa era moderna, | | las que se inspicaron en el protestantismma y I Lvstracioa. Jusetss, y stespués de él uta serie de historadotes, se preocupé por debilist a interpretacida negativa de la historia de Espatia, cayende a raenude en le-contrati y fabricando una alsyenda roses apolagética, Pais la historia do ies selaciones ineramericanas, los resentimien. | tos athepinices fueron por ono, may itpporinss, ya gut mis] tarde se wansiisieron asus vecinos latineaimecicanos deseacadenanda | ali reflejog defensivos similar. | Este tipo de imagenes negativas de Espafia y sus reinos también perduré en ies colonias inglesas de Norteamética, Sin embargo, y tal vez par lo mismo, crecié a lo largo del sigho sam el interés cientifico por el vecino del sus, como lo demmuestran las bibliotecas del perfodo colonial, con sus colecciones de cxénicas hispanoamericanas ¢ infor. ames de viaje, Ademis se dieron contactos diectos entce los eoleniza ores, quienes se dedicazon a la expansidn al norte de Nueva Espana, asi como en el Caribe. Las motivaciones econdmicas constituyeron aqui el principal atractivo. Las elites coloniales de las ciudades mer- cantiles de Nueva Inglaterra, a como de Filadelfia y Nueva York, 3c Stofan Riko moscraron gran interés en los potenciales econdimicos de las Améri ces hispana y portuguesa. Asi, desde 1735 se ofrectan cursos de es paiol en Nueva York y en 1751 Ebenezer Hazard publicé un me nual para aprender este idioma, y la prensa publicaba noticias sobre Ios desarrollos econémicos en las colonias espaiolas que podian ser de urilidad regional. Los intereses sé basaron en el crecimiente sos: tenido del comercio de fos colonizadores con sus vecinos del sur, tra tandose la mayor parte de las veces de contrabando, Ademés, 4os nor. teamericanos se involncearon tempranamente en fx trats de esclavos entre Africa, Hispanoamérica y las islas del Caribe. Por otza parte, y de acuerdo cos el precatio estado actual de la investigacion, se presume que la cutiosidad de las elites de las colo. nlks espafioles y portoguesas por Jes vecinos del norte fue muy limi- tada durante el siglo xvi. Esto no era algo soxprendente, ya que, en compazacién con fos reinos ibéricos, las colonias inglesas, por lo me- nos hasta el siglo xvi, eran formaciones pequeiias que casi no eran tenidas en cuenta, Pero, en opinida de algunos hispanoamericanos, {a oposicidn confesional sera importante. Le vida en Iss colenias era Gilicly, al igual quelos prsitanos, los cacélieos espafioles eo el Nuevo Mundo se sentian permanentemente amenazados por el disblo; Ep. «xe los engendros de Satin se contaban los indigenss encinigos, las catisavofes naturales y, también, los piratas protestantes. Un ejemplo de ello fo encantcamos en la obra el poeta perwano Luis Antonio de Oviedo Herrera y Roeda (1636-1717), quten, en su poema épico Vide de Santa Rosa de Sante Merie (Madzid, 1712), represents la pelea de Ia primera americana santa, Rasa ce Lima, que vencié con éxito los ataques diabdlicos, entre los que se contalyan los ataques piratas que amenazaban a su ciudad natal Idearios como éste 0 proyectos utdpivos como el de Cotton Ma- ther no deben confundirnos respecto al desarrollo que tuvieron las identidedes coloniales en el narte y en el sus, para las que las rela clones con los vecinos ameticanos s6.o desempefiaron un papel su- bordinado. Pese a la semejanza de la situacign de los pobladeres en América, asi como de la conciencia misionera, la formacisn de elites nacidas en ese continente o el conflicts con la poblacia autéerons, hay que tener en cuenta que la distancia geagrifica era muy grande y que el interés por los otros americans seria muy limitado. Los en- ‘cuentros dizectos fueron puntuales y por ello tampoco se puede he lar de la existencia de un intercambio de informacisn, [Nuevos meundlc ef period colonia! basta 1760 3B Las éreas de contacto se formaron sélo donde la Américs hispana y 1s inglesa tenian fronteras conjuntas, comoen el espacio del Caribeo ‘en el sudoeste de Norteamética. All eran muchas veces las clases ba jas las gue Hlevaban a cabo estos contacts, como cuando, por ejem: plo, los esciavos del Caribe escapaban hacia dominios espafioles con Jaesperanza de mejorar su situacion, o cuando, por el contrario, los in- dios misquitos en la Honduras briténica apoyaban a los colonos para no caer baja el yuge espatial. Estos sucesos cotidianos modificeran in directamente la posicién de las clizes. Asi, por ejemplo, ante la politica hispane de ineorporar a los africans als milicia, las autoridades ingle. sas reaccionazon respecto al tratamiento que daban a sus esclavos. Por su parte, los dignatatios espatioles adoptaron las formas de la diplo macig britdnica y drancesa en su selacion con los indigenas Alo largo del periodo colonial se diferencia y phucalizé la naciéa espacial original die unidad del Nuevo Mundo. A mediados del <1 alo xvut habia muchos nuevos rmundos que dependian de diferen tes potenicias ewopeas, A ella se sumaba también el que, desde et comienzo y en determinadas sirmaciones, las colonias inglesas e ibe roamericanas se considerasen antagunistas entie si, sobre cade por 1a diferencia confesianat. Colonizacores del norte y del sur imagina: rony veneraron su Nuevo Mundo, como tierra protestante o catélica, donde no habla espacio para el otro, No obstante, estuvieron vincn Iados entre si en muchos sentides, sin deseontae el gran desafio que representaba América para todos sus habitantes, Capitulo TT AMERICA CONTRA EUROPA: REVOLUCIONES DE INDEPENDENCIA, 1760-1830 1756-176) 1762 1776-1783 78 1791-1808 1803 1805 1808 1810-1826 1810 1st 1612-1814 1819 1823 1826 Guezsa de los Siete Affos. Los ingleses toman La Habana y Manila, Guerra de Independencia de Estados Unidos. Francisco de Misanda via a Estades Unidas Revoluciin esclava en Santo Domingo. Extados Unidos compra Lousiana a Frgacia Combate naval de ‘Trafalgae. Napoleén ocupa a Peninsula Ibdrica Revolueiones de independencia en Latinoamérica ‘Anexidn nareenmnericana de Plocida del ces. El Cangeeso norteamericano sprucba ka Docuina «No: Transfers. Guerra de Estados Unidos contra Inglaterra Tratado de Adams Onis Doctrine Monroe. Primer congreso panameticano en Panarnd. ‘A nnediados det siglo xvut no habia cambiado en nada el estatus de las colonias americanas, ni del norte ni del sus, pero en la practica dichas regiones se habian desartollado social y politicamente de tal maner2 que se hablaba de la existencia de una autonomia de facto ‘Tanto en el drea de poder inglés como en el hispano se produjo una reforma politica de las radves patsias, en el marca del absolutisma §lustrado, por In cual les colonias debian sez expletadas y controls- das mds intensamente por parte de los centros hegeménicos. Peto las lites nacidas y secializadas en América no estaban preparadas para aceptar sin resistencia este cambio, Estos criollas, como se 40s lla ‘aba en Hispancamérica, habian desarrollade nuevas idencicades, vinculadas a fos espacios de sus regiones natales, y esto geners ar dis- tanciamiento de la madre patcie que avanzé finalmente hasta los ino vimientes de independencia La fase inicial de la vefoama politica, hasta el cese le Iuciones de independencia ex Hispanoamérica —en 1826 las tlt tas tropas hispanas dejaban Amnérica—, fue un periode de enocmes cambios en el que se pusieron las bases de fas farucas velaciones et tee Estados Unidas y Latinoamérica. Auagque los movimientos in- Gependentistas de este periodo sncedieton de manera pazalela en el norte y en el sut, existio una diferencia temporal en fa desarticula- cin de sus respectivas metrépolis, siendo muchas Jas variaciones en unto 4 sus origenes, transcursos y consecuencias. Estas diferencias impregnarion tambien los espacios del contacto, que se habian mul- tiplicade en poco tiempo. El cambio en las velaciones internacionales La Guetta de los Siete Aitos establecis sin lugar a dudes un panto de pertida pare cambios profundos, Ya las guecras de la primera mi tac del siglo demostraron que Espatia y st reino colenial se habfan convertido cada vez mnds en el juego de peloa de las tuchas franco- inglesas por el control maritima. Dos aftas después del estallido de dos enfrentemientos en Jas colonias norteamericanas, el contfliero ” « " . « a 86 Stefan Rinke prendié en Europa, aunque Espaiia se distancié del mismo todavia durante ur tiempo. Séio en 1762 ensr’ en el mismo situndose junto a Francis en la gueita contra Inglaterra, y ¢l motive fue el miedo ante elaumento del poder inglés en América, ye que, aesias altucas, losin: sleses tenian en su haber grandes éxitos en su lucha contra los fram ests en Notteamérica e India del oesie, habiende ocupaclo Guada lupe entre oxros lugares La guetta fixe wo Fracaso total pata los espafioles, Inglatecra exten di su poderfo en el océano atacanclo posesiones espaiiolas y cups, en 1762, las ciudades fortificadas de Le Habana y Manila, Los ‘Tra: tados de Fontainebleau (1762), entee Inglatecca y Espafa, y de Pacis (1763), con Francis, disesiaron un quevo orden territorial en Amé rica. Espaiia cedié Florida a Inglaterra y reconocié su supremacia sobte codes los tervitovios al este del Mississippi. Almismo tiempo, debin reconocer también oficialmence el dominio briténica en Cen- iroamériea, en la Honduras briténica. Como contrapastica, Bspaa se anesiond Ia Luiséana feancesa, Nueva Orleans incluida, y, adeanis, 10 suid péralidas al suc del Casibe La guerra llevé a los espafioles a intensificar su reforma potitica en ef Cavibe, Pata 1763, la sitaacién del reino colonial habia cambiado dle forma dristica, teniéndose ésce que enfreatar pricticamente solo ales demands inglesas y el contrabando, ye que Inglaterra habia ex- patlsado finalmente alos franceses de Norteamérica. Debido a ello se dibujacon nuevas areas de conflicto en el espacio caribeso, en el noste cle Nueva Espafia y en Ia costa oeste de Novteamérics Esta tensa stluacién no cambié en nada durante la guerra por a independencia de Estados (Unidos, La Corona espaitola abrigé espe ranzas en vista de los problemas suscitados por los briténicos en sus rezongonas colonias americangs » partir de 1763. Mas tarde Espaia ¥y Francia apoyatien las luchas de independencia angloamericanas, ptimero con aportaciones financietas y juego, a partic de 1779, tam bign militarmente, De este modo, se apoy6 alos revalucionatios nor reamericanos con eréditos, se reconquisté Florida y se comercié con Jos ineligencs del valle del Mississipi. Ademas, se abrieron los puertos del Caribe para el cowercio con las nortearericanos, Medidas, todas ellas, peasadas pare debilitar a Toglaterra. De hecho, el ‘Teatado de Pez. de Versalles (1785) implicé la devoluctin de Florida a Espaia Pero Inglaterra no perdié por ello su dominio en el mar. Ade- nds, surgia un nuevo elemento politico clave. Apte los ojos de Es Aaésics contra Exrops: revoluciones de independencia, 760-1830 37 pafia, 1a cuestionable victoria puso en juego na nuevo factor ful- rinante en el marco de la politica americana: los jOvenes Estados Unidos. La tictica de debilita a Inglacesra fre una espada de doble flo, ya que los asentamientos espafiales en Florida y otras partes de Norteamética estaban potencialmente amenazados por cl alan ex- pansivo de los colonizadores, Los jévenes Estados Unidos apare cfan en una oposicién latente ante el imperio colonial espafiol en la cuestidn sobre la posesién de Flocida. Destacados politicos espaiio- les, como el conde de Aranda (1719-1798), expresaron su opinian desde muy temprano sobre las coasecuencias que tendiria la inde pendencia norteamericana pata Hispanoamérica y, 2 resultas de ello, fueson surgiendo en Espafta ideas encaminadas hacia la nece- sidad de reosganizacién de [as colonias De todos modas, estas ideas no se Uevaron @ cabo, sobre todo porque, después de [a suerte de Carlos TI (1788), Espatia no pude volver a hacer valer sus pretensiones cn América, Muy al contrasio, pues, por el Tratado de San Lovenzo el Real de 1790, Espaia seco. nocis a los ingleses focmaliente «el derecho de navegacion Hibee en el Pacifico» y el asemainionto en Calilosnia det Norte, Ea compen: sacién, los espaiioles se preecuparan atin con mayor intensidad por mantener y desarrollar su posicidn en Norteamérica, la cual conduje a problemias con el joven pais de Estados Unidos, que queria expan: divse hacia el oeste Teas su independencia, Estados Unidos continuabs. enfrentin dose 2 dos potencias coleniales: Inglaterra y Espafia, Ambas se obs. tinaban, conjunta o separadamente, ou mantener bajo control la ex. pansién de los poblacires amerieatos, y para ello dialogezon con las incligenas del espacio dal Mississipi. El objetivo dle las tropas espaiio las era la ereacién de un protectorado en esta 20na fronteriza, pro. yecto que queds incanciuso debide 4 la dereoia que sulrié Espafia en Europa frente a la Francia revolucionaria, En 1795, justo cuando Es- pala fitmaba en Basilea un cratado de paz poco favorable, se llex6 a tin acuerdo con Estados Unidos respecto a Ia Tinea fromteriza. Ba el Uamado ‘Tratacto de Pinckney, Espane hiao grandes concesiones y ce di a sus vecinos de Noreamérica, entre otvos, los derechos de na: vegacién en el Mississipi, El tratado favorecié la expansién de Esta dos Unidos hacia el oeste, la cual culminaria en 1803 con la compre a Francia del enorme territorio de Luisiana, entre el rio Mississippi y las moncafias Rocosas, un territosio al que ya antes Espaiia bie. 8 Stafon Rieke | bia tenido que renuncias a favor de Napoleén, Con la expedicién | de Meriwether Lewis y William Clark (1804-1806) ¢l Gobierno de Washingion demostré sus aspitaciones de expansién hasta el Paci- _ fico, reflejo de su cxecimienso en el plano econsmico. Por su propio interés, los espanoles buscaron la cooperacién con Jos vecines, y ya en 1793 permitieron el Irbre comercio entre la isla de Cubs y Estados Unidos, especando asi obligas a fos duefios de plan- taciones azucareras a crganizarse por le defensa de Cubs y del Ca- 1 hispano. Bn pocos afios, Escados Unidos se transformé de un pe. quefio y casi insignificante Estado costero hasta un importante factor de poder en al espacio norteamericano. Frente 2 esto, la posicidn de Espaiia se fue debilizando alo largo de las revaluciones y guerras eu ropeas en el trénsito del siglo xvnt al xix. En la guerra constante con Inglaterra (1796-1808) se produjo, a pani de 1797, el blaqueo de Cadiz por parte de los ingleses, y con ello sucumbié completamente el cometcio hispanoamericano, se mismo afio Espaiia habia tenido que conceder a sus colonias cl de recho de comereio con paises neutrales, con la salvedad de que to das las mercancias que salicran de América debian descargarse en puertos hispanos, En cualquier caso In medida no 1esults aplicable y aclemis, irente al bloquea existente, poco reslista, Finalmente, la nueva liberiad de comercio para los paises neutrales fue aprove- chada de manera especial por los comerciantes de Nueva Inglaterra Escos comercianses demostraron su pericia, adquisid en los aos dedicados a le prictica del contrabande —como, por ejemplo, can el bacalao, eliamente cotizadn durante los pertains de ayn card lico, y se beneficiacon de los interminables conflictos europeos—, ¥ con el proceso de independencia no hicieron sino extender atin mas sus redes sociales. Ast, cazadozes de ballenas ncrteamericanos reco- rrieron las costas del Pacifica haste California desde comienzos de la década de 1790. Los barcos comerciales norteamericanos podian suministear mercancias que de otro modo no Llegabsn a Latinoamérica, ¢ de esta manera se dieron en las ciudades mercaatiles posibilidades de en. cuentros personales entre americans del norte y del sur. En 1798 Estados Unidos abrid su peimer consulado en Cuba y dos alos més tarde en Venezuela. Entre 1797 y 1801 crecis la exportacion de Es tacos Unidos hacia Hispanoamérica en un 600 por 100 y la impozta- tl ¢ién desde alla en un 750 por 100, Cuando, en 1799, Espasa intenté Arries cont Europes revoluciones de independence, 1760-1830 39 revert esta evolucién con una nueva probibicién del comercio nen tral, su debilidad queds indisouriblemente af descubierto, pues las autoridades locales no respetaron kes ordenanzas educiendo justi icaciones militares. Finelmente, cuando Espaiia perdi su loca en {a batolla de Trafalgar de 1805, ya fue impensable la imposicién del contval espaiiol en las colonias En siatesis, se puede aficmar que a comiienzos del siglo XIX el or

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