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AA - Vv. - Revista Universidad de Antioquia 346
AA - Vv. - Revista Universidad de Antioquia 346
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Editorial 2| Editorial
Guillermo Antonio Correa Montoya
Guillermo Antonio Correa Montoya
|Literaturas
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66| Canto de Madre, Manos de Viento.
Un Dueto Poético entre María
|Crónica
74| Altitud
Juan Carlos Gutiérrez Medina 142| Un lugar para escribir
Álvaro Castillo Granada
148|
Eduard Pereira J. La belleza de lo sencillo
Carlos Marín Calderín
80| La mente en un botón:
Entrevistas Psiquiátricas |Historia Cultural
G Jaramillo Rojas
156| La cultura en papel: revistas
culturales colombianas
86| La noche de cristal
Daniel Zapata
Shirley Tatiana Pérez Robles
|Artes
94| Los afortunados
Danielle Navarro 162| El azul Madonna Laboris
Jesús Pérez Caballero
128| Tanguedia
Cenedith Herrera Atehortúa
130| Poemas
Yury Ferrer Franco
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|Ensayo
Literaturas ojo perdido, una reforma tributaria) y, aunque “arte culto”, el quiebre de las jerarquías entre disci-
por el camino remuevan nostalgias y ensoñacio- plinas artísticas y la subversión de las tradiciones
nes del pasado, terminarán por apuntalar nuevas populares y las imágenes históricas, Castro revisa
formas de ver la realidad. aquellos episodios pasados por alto en el relato
historiográfico tradicional, cuestiona la noción de
En el cambio de mando quedaremos huérfanos y padre espiritual, las formas como trasvasamos las
mitologías en la obra de
padres nuevos que vuelen con nuestro viento? Uno de los mecanismos de las poderosas imáge-
¿Quiénes serán los nuevos padres de nuestros nes construidas por Castro es la representación
padres? ¿Cuál será el espíritu rector de la acción extrañada: presentarnos ciertos personajes en un
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y ficcionando el encuentro de este mito con los El vampiro empieza a matar a todos los tripu-
medios de comunicación masiva de comienzos lantes del barco. Uno a uno la peste los persigue
del siglo XX. Nosferatu, en cambio, es ambien- y los consigue. El punto más duro es cuando
Ellen en los 100 años de las características del vampiro, mientras el Conde
Drácula es más parecido a un noble que puede
del vampiro despertando, se lanza por la borda
aterrorizado. El capitán, al saber que morirá, se
Nosferatu de F. W. Murnau
disfrazarse entre las gentes y hasta salir a la luz amarra al timón, y ahí observa con sus propios
del día, el Conde Orlok, nuestro Nosferatu, es más ojos al vampiro desde abajo caminando lenta-
sombra que cuerpo, calvo y de apariencia frágil, y mente por el mástil. El barco ahora se mueve solo
Andrés Ardila hasta cómica, en algunos gestos que realiza. No por los muertos.
Investigador audiovisual, andresfardila90@gmail.com puede exponerse al sol y se parece a los roedores
que acompaña. También se cambian los nombres Ellen, cuando levantas tus brazos ¿lo haces hacia
de algunos personajes. el vampiro o hacia tu esposo? En un momento me
Porque los muertos viajan velozmente dejas incierto porque dices en medio de tu delirio
Leonora de Gottfried August Bürger Estos cambios estructurales a la narración se deben sonámbulo: debo ir a verlo, ya llego. Cuando llega
citado por Bram Stoker en Drácula a que el equipo de realización de la película no tu esposo a casa te desmayas, pero también llega
consiguió los derechos por la adaptación del texto el no muerto, la peste al pueblo.
de Stoker. Esto llevaría a la ya afamada demanda de
la viuda del escritor, Florence Blacome, que termi- *
Duermes sola en tu habitación y te levantas abrup- *
naría en la sentencia judicial de quemar y no circu- Así como el Conde Orlok se mueve, su maldición
tamente al sentir la presencia del ser con quien has
Con el sacrificio de Ellen, termina la icónica película lar todas las copias de la película. La versión que es traída por las tecnologías de la modernidad. La
estado soñando en noches pasadas. Al acercarte
silente Nosferatu: Una sinfonía del horror del director vemos hoy en día fue recuperada gracias a copias figura del vampiro se hizo mundialmente recono-
a la ventana ahí está el vampiro, el no-muerto.
alemán Friedrich Wilhelm Murnau (1922), adapta- que ya habían sido distribuidas y fue restaurada en cida gracias al aparato cinematográfico, el cual
Recuerdas la frase que leíste en el libro sobre
ción libre del Drácula de Bram Stoker y una de las 2006 por el español Luciano Berriatúa, historiador viajaba junto a los fantasmas que representaba.
vampiros que le encontraste escondido entre sus
primeras películas de vampiros en la historia del cine. especialista en la obra de Murnau. De esta manera, Siendo la misma cámara un aparato que para
cosas a Hutter, tu esposo: “No existe salvación
el vampiro siguió su rumbo hacia nosotros. muchos es un vampiro de la realidad, el cine cata-
posible, a no ser que una mujer libre de pecado
El vampiro como monstruo vendría del folclor pultó a la fama a los monstruos modernos que
haga olvidar al vampiro el primer canto del gallo”. *
de Europa del este y se haría muy presente en aún hoy acechan nuestras pantallas diarias.
Libro que trajo consigo luego de un largo viaje a
los mitos urbanos de diversos países europeos Ellen, yo sé que la espera se hace eterna y te sien-
Transilvania, donde casi muere. Cuando regresó
con la llegada de la peste u otras enfermedades tes tan conectada a Hutter que sabes o intuyes El vampiro es quizás el más afamado de todos
al pueblo llegó la peste. Los muertos llenaban las
modernas que no tenían clara explicación. Algu- que algo terrible le está pasando; que vive una por esta relación directa con la permanencia
calles.
nos pensaban que los muertos allegados salían de danza con la muerte. Entre el sueño y la vigilia en el tiempo de la imagen, o la obsesión con la
sus tumbas a perseguirlos y chuparles la vida. Tal un día te levantas y caminas sonámbula. Te diri- juventud y la virtud. Sin embargo, no todos los
Abres la ventana e invitas al vampiro. Te finges
fue el caso del Pánico vampírico en New England ges al balcón y alzas tus brazos como esperando vampiros son iguales. Diría la investigadora Nina
enferma de la peste para que tu esposo salga de
del siglo XIX causado por un brote de tubercu- a alguien. Las imágenes que sueñas se nos mues- Aubermach en su libro Our Vampires, ourselves:
casa a buscar al doctor del pueblo, y así poder
losis. Nosotros sabemos de primera mano que tran en paralelo y se entremezclan, a veces; Hutter “Cada época acoge al vampiro que necesita”. De
estar sola esperándole. Esperas al monstruo con
muchos necesitan crear mitos que soporten las cabalga rápidamente entre paisajes naturales, y tal manera, el Conde Orlok es particular, no solo
un camisón blanco. Estás preparada para sentir el
pandemias como ha pasado en los trágicos años en otras; una sombra, el vampiro, se dirige hacia por su fisionomía sino por lo que su presencia y
miedo, hace meses andas llamándolo a tu puerta.
recientes. Una primera relación entre el vampiro ti en un barco de la muerte. Dos trayectos de una horror implica en las decisiones estilísticas. Sigue
De repente, ves entrar a una sombra que te toca
y la enfermedad se hace aquí evidente. Puesto que misma moneda. siendo un millonario de tierras lejanas buscando
el corazón, luego se materializa. Cuando está
siempre tendrá que ver con la supervivencia de los “invadir” y matar a los compatriotas alemanes,
a tu lado reconoces que huele a tierra y sangre.
muertos a costa de los vivos, no es raro que F. W. En tu sueño todo es muy vívido. El vampiro viaja pero su figura débil y vulnerable parece casi risi-
Una tierra vieja de montañas que no conoces. Te
Murnau junto al guionista Henrik Galeen hayan en un ataúd que carga la tierra donde fue ente- ble, alejada en su totalidad de los vampiros seduc-
muerde. Se sienten unos labios fríos, y queman
vinculado de manera directa la peste del cólera rrado, junto a ratas que siempre lo acompañan. tores y avariciosos que conocemos hoy en día.
sus puntiagudos dientes en tu piel. Ay, Ellen, tu
del siglo XIX con su versión fílmica del vampiro, Una tierra maldita que es movida por un pequeño Ese, quizás, es un encanto particular del Conde
suavidad enloqueció al monstruo. Sin que te
distanciándola en muchos aspectos de la nobleza sistema marítimo por el que nunca te habías Orlok y, al mismo tiempo, un elemento de horror
des cuenta, pasan las horas y canta el gallo. El
atractiva y trágica de El Conde Drácula de Stoker. preguntado. La marca de cierta modernidad. gigante porque su fuerte mirada y su cuerpo en
vampiro termina su manjar y al caminar desapa-
Aunque sigues pensando en Hutter, quien intenta pantalla revelan algo más profundo: la naturaleza
rece con el sol. Lanzas un último grito hacia tu
Las principales diferencias radican, primero; llegar antes que el vampiro para salvarte, en reali- contradictoria de la maldad.
esposo antes de morir en sus brazos apenas llega
en la temporalidad. Stoker cuenta la historia en dad no dejas de pensar en el no muerto, en su
a casa. El doctor espera afuera de la habitación.
su presente en Londres recopilando los relatos transparencia y omnipresencia. En la secuencia del regreso a Wisborg, la película
La única forma de matar la peste fue aceptarla en
folclóricos del monstruo desde la Edad Media aprovecha el montaje paralelo de las acciones
tu recinto.
para causar tensión. Por un lado; el vampiro en su
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trayecto, por el otro; el esposo regresando a casa,
y en medio lo que los une: los sueños de Ellen. Es
decir, pareciera que el cine muestra lo que Ellen
estaba soñando. Aquella estrategia visual era una
de las muchas exploraciones del Expresionismo
alemán, movimiento cinematográfico que floreció
en Alemania luego de la Primera Guerra Mundial
en la República de Weimar (1918-1933).
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porque del otro lado pasaban cosas no tan buenas. escenografías modernas de Fausto. La película * profunda de nuestra naturaleza, pero también la
Varios se lo dijeron y repitieron. Le entregaron presencia una mirada de la naturaleza viva y contradicción entre el miedo a lo desconocido
Querida Ellen, de alguna manera el día que se
libros sobre vampiros, le hicieron claras señas pujante, salvaje y terrorífica. y el deseo que tenemos de abrirle la puerta, de
fue Hutter sabías que tu vida iba a cambiar. Te
de que no era algo bueno. Su aventura fue insis- llamarlo y hacerlo nuestro. Así, el sacrificio de
dejó en la casa de unos familiares adinerados y el
tente, su ambición lo llevó hasta el fin del mundo, Por ejemplo, en su recorrido Hutter va por cami- Ellen es el centro de donde emana la motivación
encierro te marcó para siempre. Una espera que
recorriendo paisajes que nunca has visto tú, nos insospechados, explorando el delirio del de este vampiro fílmico que hasta el día de hoy ha
se llenaba, una espera que no se contenía. De lo
querida Ellen. Las montañas y su energía salvaje paisaje extranjero. Cuando va hacia donde el dejado una marca inigualable en la iconografía del
que no se dio cuenta fue que cuando quiso volver,
harían en ti la impresión de estar frente a todas Conde Orlok en una carreta que lo recoge miste- horror cinematográfico.
tú ya tenías al vampiro respirándote en la nuca.
las contradicciones sin la moral de la humanidad. riosamente, vemos un plano colocado en nega-
Es fácil recordar las primeras imágenes que vi de
Piensa en la naturaleza como algo más allá de ti tivo, es decir, con los colores del blanco y negro al
ti, feliz en tu casa, preparando las cosas para tu
misma, inmensa o inconmensurable. Quizás tenía revés. El tránsito de Hutter es la entrada al mundo
esposo y deseándole un buen día. La imagen de la
ganas de comprarte algo con la comisión que se del Conde Orlok, quien parece estar entretejido
familia en apariencia perfecta, una pareja joven,
ganaría, o tan solo soñaba con la aventura de ir a con su paisaje, con las ruinas de su castillo, con su
alegre y unida. ¿Por qué se fue Hutter aun cuando
lugares que no conocía, como un pequeño niño en soledad monstruosa. Es además quien guía en la
no querías?
un parque. Luego del trayecto de tu esposo entre tierra maldita que carga hacia Wisborg a las ratas
las viejas montañas del este, conocería al Conde de la peste. *
Orlok.
Recordemos también el remake realizado por El monstruo siempre ataca a lo que tenemos
La primera vez que sentiste al Conde cerca fue Werner Herzog en 1979, donde ponía principal más sagrado en nuestro corazón. A veces puede
cuando estaba por matar a tu esposo. Una noche, atención en la potencia de la naturaleza, logrando ser nuestro ideal del hombre, como en Frankens-
luego de que Hutter hiciera su negocio de bienes una de las escenas más inquietantes del subgé- tein, o el orden y la jerarquía de nuestra sociedad
raíces con el Conde —quien compraría la casa nero cuando Ellen en medio de festines apoca- como en las historias de zombis. En el caso del
abandonada al frente de la tuya— el no muerto se lípticos que realizan las gentes del pueblo por mito vampírico mucho tendrá que ver con el sexo
acercó a tu esposo para intentar quitarle su cora- la llegada de la peste, toda la plaza está llena de y su íntima relación con el poder. Esto es aún
zón. La imagen era de pesadilla. Hutter abriendo miles de ratas. Así, la naturaleza salvaje invade más evidente en versiones donde jóvenes bellos
lentamente su puerta para ver al Conde pálido nuestra vida burguesa. son tomados por vampiros seductores, quienes
al otro lado del pasillo. Cerrando con firmeza la tienen títulos nobiliarios, condes o millonarios
puerta y esperando que no entrara. De repente, El trayecto de Hutter por el bosque recuerda a las cuyas intenciones siempre se quedan ocultas;
la imagen de una cascada entra en el fluir de tu numerosas descripciones de la literatura gótica manipulándote hasta que te muerden el cuello de
sueño. Hutter se tapa con una cobija para no ver sobre la naturaleza espeluznante que escriben en repente y te quitan la energía vital.
al monstruo. La puerta puntiaguda se abre sola y cartas viajantes atrapados en castillos llenos de
entra lentamente el vampiro. fantasmas o monstruos. El viaje hacia un extran- En el caso de Latinoamérica, y tal como lo aclara
jero extraño y violento es también el choque con el profesor Rodrigo Bastidas en una conferencia
Al mismo tiempo tú despiertas sonámbula con los unas tradiciones que no logramos explicar. Diver- para el grupo de estudio Drácula desconectado
ojos más abiertos que he visto en el cine. Vas al sos investigadores aseguran así que la figura del sobre la figura del vampiro en nuestra región,
balcón y extiendes tus brazos mientras caminas vampiro de Nosferatu es una metáfora del judío en han existido diversas formas de entenderlo. Una
por el barandal. Tu primo te recoge al desmayarte. su tránsito del Oriente al Occidente en busca de de ellas se traslapa con el imaginario del caníbal
La sombra del vampiro llega a donde Hutter, lo “invadir”. Marcan a la película con un significado americano, siendo el centro de miedos colonia-
recubre. Tú gritas, llamas a Hutter. El vampiro se antisemita sobre todo por la nariz del personaje y les, una segunda forma es aquel poderoso, polí-
retira, como si escuchara tu llamado. Tu voz salvó algunos otros estereotipos de los judíos ortodoxos tico, dictador o millonario, que se alimenta de sus
a tu esposo, pero te condenó a ti. Duermes de de la época. plebeyos o de la gente empobrecida, una relación
nuevo. mucho más vertical y opresiva como la represen-
Sin duda, puede que haya algo en el inconsciente tada por el vampiro roba niños en Pura Sangre
* (Luis Ospina, 1982).
de la época que esconda el antisemitismo, o, por lo
Cuando de repente la imagen de una cascada entra menos, “un desamparo mental” del pueblo alemán
en el fluir del montaje de Nosferatu se genera una en la época, tal como lo asegura la ya clásica y En el Nosferatu de Murnau es un poco diferente.
conexión inmediata del monstruo con la naturaleza problemática lectura sicologista del teórico Sieg- Quien derrota al vampiro no es ningún médico, o
que le rodea. Es decir, el vampiro de Nosferatu es fried Kracauer en su libro De Caligari a Hitler. ningún(a) héroe caza vampiros como las repre-
la naturaleza que viene a cobrarle a los humanos Historia psicológica del cine alemán. Sin embargo, sentadas en numerosas series de televisión esta-
un sacrificio. Así, a diferencia de otros trabajos más allá del escabroso campo de la representación dounidenses. Mientras todos los hombres están
del Expresionismo alemán, Nosferatu pareciera y su significado, el género del horror siempre nos solo dispuestos al encierro para escapar de la
más naturalista en el sentido de que no juega muestra el monstruo que tenemos adentro, más peste, es la virtud de una mujer buena que sacri-
tanto con una escenografía extrañada, llena de las cerca de lo que creemos, y las razones por las que fica su futuro; primero su vida marital y luego su
calles chuecas del Doctor Caligari o las vistosas lo dejamos entrar en nuestros recintos. vida física. Con esto se escenifica una lucha entre
el bien supremo de la bondad y la maldad más
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El fascismo revolucionario ese universo idealizado de su infancia. fascismo; a pesar de ser expulsado de este
por su condición de homosexual, nunca
o la impotencia de la
Durante aquellos años de adolescencia era dejó de ser fiel a la ideología de izquierda,
presa de “las violencias de las primeras así fuera crítico con esta organización o
libídines”, en que cometió sus “primeros con los abusos del régimen totalitario de la
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etc.; con la segunda, la televisión, se había una ideología clara, que emitían sonidos
producido una homogenización de las desarticulados (que Pasolini asociaba con
diversidades culturales, destruyendo “la la “afasia”). Ese “lenguaje de melenas” no
autenticidad y la concreción”. Esta última estaba articulado con un lenguaje ideoló-
revolución mereció extensas reflexiones de gico de reivindicaciones, sino que era pura
este poeta italiano. semiótica de expresiones corporales, vesti-
menta y sonidos desarticulados que simula-
6
Pier Paolo Con esta tecnología de información, afir- ban una revolución que no era tal, pues no
Pasolini, maba, “depositaria de la vulgaridad y del interrogaba al nuevo fascismo del consumo.
Demasiada
libertad sexual odio a la realidad”6, se quería ocultar la inde- Con sus pintas sacaban a relucir “las viejas
os convertirá cencia de la sociedad pequeñoburguesa caras de curas, jueces, oficiales, anarquis-
en terroristas que rechazaba lo “sagrado” y que buscaba tas espurios, empleados bufones, picaplei-
(Madrid: Errata
Naturae, 2014), el servilismo absoluto. La televisión no tos, sabihondos, mercenarios, intrigantes,
63; subrayado en era entonces solo un “medio técnico”, carcas gamberros”9. No pudieron superar
el original. sino un “instrumento del poder y poder en verdad a sus mayores, pues les faltaba
en sí misma”: era una fábrica de mensa- una “conciencia histórica de sí mismos”.
7
Pasolini,
Escritos jes de este nuevo capitalismo que había
corsarios, 34. producido una revolución política, pero, Estas diatribas contra los jóvenes, un poco
ante todo, una revolución antropológica, anticuadas contra sus expresiones semióti-
8
Ibíd., 276.
puesto que había modificado costumbres cas, mostraban, hay que decirlo, el espíritu
9
Ibíd., 17. y visiones del mundo. El antiguo fascismo conservador de Pasolini, quien conside-
no había logrado “arañar siquiera el alma raba que la única posibilidad de revolución
del pueblo italiano”; en cambio, este nuevo la daba el marxismo. Pero también esta
fascismo, “no sólo la ha arañado, sino que la provocación contenía sutilezas críticas.
ha lacerado, la ha violado, la ha afeado para Una de ellas es que el nuevo capitalismo
siempre…”7. Para impedir esta destrucción estaba destruyendo la verdadera tradición
masiva del alma humana, entendida bajo humanista; no la de la academia, sino aque-
los viejos criterios del mundo previo a la lla que respetaba la dignidad humana, que
desaparición de las luciérnagas, Pasolini promovía expresiones como la cultura lite-
proponía abolir la televisión. raria, espiritual, incluso religiosa. Además,
esta nueva burguesía se oponía a la “vieja
Pero esta sociedad del consumo era algo burguesía paleoindustrial” que defendía
más: una dictadura. Ya no se trataba de un viejas instituciones como “familia, cultura,
fascismo de jóvenes uniformados de negro, lengua, Iglesia”. Para Pasolini, “la nueva
como hacía el “fascismo arqueológico” de cultura de masas y la nueva relación entre
los tiempos de Mussolini, sino que este producto y consumo que ha establecido la
fascismo había transformado hondamente tecnología” estaba destruyendo ese viejo
el alma de los jóvenes. Había trastocado orden “humanista”, pues lo que importaba
su “ser”: sus sentimientos, sus modos de era el mercado, como una nueva religión
pensar, de vivir, su cultura. En palabras de secular que concebía al hombre, ante todo,
Pasolini: “Ya no se trata, como en la época y sobre todo, como un consumidor.
mussoliana, de un alistamiento superficial,
escenográfico, sino de un alistamiento real Este “hedonismo neolaico” solo podía valo-
que les ha robado y cambiado el alma”8. rar, principalmente, al “hombre joven” y a
Esta “civilización del consumo” había reali- la “mujer joven” como personas que daban
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y los sustituyen por la calificación de ‘estu- una novia entre los chicos: “el terror a estar
diante’”10. A su vez, el chico pequeñobur- sin novia crea la obligación del empare-
gués, para adaptarse al modelo gamberro jamiento”. Esta obsesión por tener una
televisivo, se volvía “tosco y desdichado”. pareja, “clausura” la posibilidad infinita de
Pasolini lo resumía así: “Si los subprole- relaciones, negándose así la posibilidad
tarios se han aburguesado, los burgueses misma de lo que se llama libertad sexual.
se han subproletarizado”. Se trataba de
un cataclismo antropológico que minaba Esta liberación era, afirmaba, perjudi-
cualquier posibilidad sincera de revolución cial principalmente para las chicas, pues
económica, política y sexual. producía “graves desequilibrios”, quienes
descubrían, en el mejor de los casos, que
10
Ibíd., 33. Para Pasolini, la tolerancia sexual hacía es normal, pero también “como licencia
11
Ibíd., 119. parte de este nuevo fascismo. Por eso ilimitada en el peor”. Este sentimiento de
12
Pier Paolo
con asombro, para los espíritus contem- liberación se integra, no como parte de
Pasolini, poráneos, es extraño que un hombre de un ejercicio de emancipación sexual, sino
Demasiada “izquierda” como este pensador italiano como parte de la ansiedad consumista y
libertad sexual…,
93.
estuviera en contra del aborto: era la “lega- esnobismo pequeñoburgués propios de
Carlos Castro @carloscastroar - Legión (2011), registro fotográfico por David Estrada Larraneta
lización del homicidio”11. En el caso del esta sociedad que produce “permisividad
13
Ibíd. aborto, diría, todos los radicales están de sexual”. Pasolini no niega que “hacer el
14
Ibíd. acuerdo, pues se remiten a la realpolitik, amor es bello”, pero este “exceso de liber-
basados en cierto “cinismo” de los “hechos tad”, carente de intereses “culturales”, lo
probados y del sentido común”. Pasolini que genera son nuevas formas de neuro-
recurría nuevamente a la noción difusa de sis14.
que la vida es “sagrada”. Pero principal-
mente pensaba que esta nueva cultura de El radicalista Pasolini, como lo había
consumo, al aceptar estos valores, dejaba reprochado a los movimientos extremis-
sin interrogar a la pareja heterosexual. tas políticos y sexuales, tenía un “espíritu
conservador”. Quizá quería que la sociedad
Esta sociedad consumista había creado una volviera a los tiempos de las luciérnagas, su
falsa liberación sexual, que consistía “en amada Italieta, dominada por la inocencia
una libertad sexual moderada que incluye supuesta de los jóvenes campesinos más
el consumo de todos aquellos elementos próximos al mundo filofascista y clerical,
superfluos considerados necesarios para en el que todavía era posible presentir lo
una pareja moderna”12. Esta liberación sagrado.
sexual por concesión se ha convertido
en una obligación, en un imperativo del Muchas de las intuiciones de Pasolini sobre
consumo y del hedonismo de este nuevo la emergencia del neocapitalismo, leídas
capitalismo, que deja atrás el mundo reli- hoy, a pesar de su pesimismo, son fructíferas
gioso y sagrado de los tiempos antes de la analíticamente; otras, hay que decirlo, son
desaparición de las luciérnagas. Esta falsa análisis anticuados, propios de un hombre
liberación sexual ha generado una “ansie- de principios de siglo XX que no aceptó las
dad conformista por ser sexualmente libres transformaciones culturales y políticas de
[que] trasforma a los jóvenes en míseros una Italia de posguerra, poslaica, capita-
erotómanos neuróticos, eternamente insa- lista y consumista. Muchos de sus análisis,
tisfechos (…) [en consecuencia, hombres y al igual que sus películas, deliberadamente
mujeres] infelices”13. antiestéticas y provocadoras, han enveje-
cido un poco. No así sus novelas y su poesía,
Para Pasolini, este “conformismo sexual” que conservan la fuerza estética y perturba-
obligaba a los jóvenes a tener novia; mien- dora de un autor que está entre los clásicos
tras que, en el pasado, escribe, “tener novia de la lengua italiana.
era para un adolescente una aspiración
justa, aunque reprimida y conservada en
su fuero interno”, ahora era un imperativo.
De allí la ansiedad neurótica de no tener
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|Ensayo
del Viernes Santo y el Ecce homo, del Sábado Cada escala que sube en la torre de su perfección
Santo y la Dolorosa, y puesto en evidencia con el es a costa de la lucha que sostiene con un duende,
no con un ángel, como se ha dicho, ni con su musa.
fervor popular por las corridas de toros y por la
El ángel guía y regala, como san Rafael, defiende y
religión, el fanatismo y la anarquía. “En el mundo, evita como san Miguel, y previene como san Gabriel.
dice Lorca, solamente México puede cogerse de El ángel deslumbra, pero vuela sobre la cabeza del
Lorca, el duende y la sed de la mano con mi país”. La Muerte en México, sin hombre, está por encima, derrama su gracia, y el
embargo, no quiere ser tan triste y sombría como hombre, sin ningún esfuerzo, realiza su obra o su
muerte en España
la Muerte en España, el 2 de noviembre se la simpatía o su danza.
representa en calaveras de chocolate y a ella, a
En cuanto a la musa, ella dicta y, en algunas
la señora digna, a la orgullosa hermana muerte,
ocasiones, sopla. Puede poco, dice Lorca:
Rodrigo Pérez G. a la chirifusca, a la katrina, se le llevan flores y se
Escritor, luzagosto2003@yahoo.com le ofrecen alimentos durante la novena de muer- Porque ya está lejana y tan cansada, que tuve que
ticos. ponerle un corazón de mármol… Ángel y musa
vienen de fuera. El ángel da luces y la musa da
formas… En cambio, al duende hay que despertarlo
En una conferencia sobre las Nanas españolas y en las últimas habitaciones de la sangre.
Prólogo caza o chivo expiatorio a lograr por la turba fran-
en otra sobre el Cante Jondo, los cantaores y las
quista cargada de ambición, codicia, celos, envi-
cantaoras, el músico-poeta, nacido en la mora Los signos de su Manifestación: “La llegada del
La vida y la obra de Federico García Lorca funcio- dia, miedos y odios, es la cabeza de Lorca. Darle
Granada y que, sin duda, portaba sangre gitana en duende presupone siempre un cambio radical en
nan como aglutinantes o puntos de acumulación, café al poeta era un golpe directo contra todos
sus ojos negros, cejas espesas negras, pelo negro todas las formas sobre planos viejos, da sensa-
como se dice en topología, de acontecimientos deci- los que luchaban contra el yugo de los tiranos en
y lunar, nos habla de la peculiar geografía espa- ciones de frescura totalmente inéditas, con una
sivos ocurridos en las primeras décadas del siglo España, o sea, contra el clero, los militares y los
ñola y de ciertas cosas que ayudan a comprender calidad de rosa recién creada, de milagro, que
XX en España y en Europa entera. Y ello fue así por grandes hacendados, sobre todo, quienes, juntos,
mejor la belleza y melancolía propias del canto llega a producir un entusiasmo casi religioso”. La
la época en que vivió Lorca, porque el hombre tenía se retorcían de ira negra contra ciertos pasajes
gitano y de las mismas nanas infantiles…, pero emoción es el signo, pero el duende no baja del
duende y porque la España milenaria estaba atra- del Romancero gitano, de Teoría y juego del duende
también de ciertas regiones en nuestra geografía cielo sino que sube de la tierra a través de las plan-
vesada por una imposible reconciliación entre la y de sus obras de teatro, Mariana Pineda, Bodas
física y humana en Colombia que atrajo a aque- tas de los pies, y quien lucha con él se sostiene
España cristiana-castellana con sede en Madrid y de Sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba, por
llos rubios animales de presa a la conquista de sus sobre bases precarias, endebles, al crear como de
la España catalana-flamenca-mora-gitana asentada la manera como estas obras consiguen exponer,
territorios: la nada se afirma en el vacío, así el Tao. Cuando La
en Málaga, Jerez, Córdoba, Granada, Andalucía, revolver y sacudir la entraña oscura y turbia de
Niña de los Peines canta, dice Lorca:
Jaén. En manos de los falangistas, Lorca se convir- España y su honda sed de muerte afincada, desde Hay en el aire de España una originalidad, un
tió en un chivo expiatorio, una víctima propiciato- tiempos inmemoriales, al catolicismo, al purita- acento propio, subrayado de tan visible manera que Tuvo que desgarrar su voz porque sabía que la
ria alrededor de cuyo sacrificio se reforzaban las nismo, a la exclusión, a la misoginia y a la homo- necesariamente lo vemos y sentimos sus efectos. estaba oyendo gente exquisita que no pedía formas,
fobia atroces. Y no es nunca la belleza de España belleza serena, sino tuétano de formas, música pura con el cuerpo
huestes franquistas que acusaban y condenaban al dulce, reposada, sino ardiente, quemada, excesiva, sucinto para poder mantenerse en el aire. Se tuvo
poeta vehemente y rebelde, por rojo y maricón. Y II que hace recordar constantemente el dicho que el que empobrecer de facultades y de seguridades, es
el poeta, el más perecedero, presintiendo su final, maestro nos inculca, España tiene la forma de una decir tuvo que alejar a la musa y quedarse desam-
a su pesar, se metió, como el abejorro, en la boca España, por su música y por su sed de muerte ha piel de toro extendida. El paisaje de las regiones que parada, que su duende viniera y se dignara luchar a
del lobo. La república es derrotada y el poeta asesi- más típicamente representan a España, que son brazo partido. ¡Y cómo cantó!
sido un país peculiar, muy distinto a los demás aquellas en las que se habla español, es absoluta-
nado junto con los anhelos populares que lucha- países de Europa, así como resulta ser México en mente agudo y extraño, lleno de una pasión salvaje,
ban por unas nuevas condiciones de vida en un el concierto de Latinoamérica. En su chispeante un acento de desolación y fiereza, etc., que se refleja De acuerdo con el viejo guitarrista que dice que
país socialmente muy desigual, donde abundaba la conferencia Teoría y juego del duende, nos dice en sus cantos. Y es así. No hay otro remedio que “El duende no está en la garganta; el duende sube
miseria, y extremadamente patriarcal, tradicional, Lorca: aceptar el hecho cuando lo tenemos siglos delante por dentro desde la planta de los pies”. Lo que
conservador, mojigato, donde la Inquisición había de nosotros. Goethe nombra como ese poder misterioso que
En todos los países la muerte es un fin. Llega y se todos sienten y que ningún filósofo explica es, en
durado más de la cuenta, igual que lo sería la vida III
cierran las cortinas. En España, no. En España se
de Franco. abren las cortinas. Muchas gentes viven allí entre
suma, nos dice Lorca, “El espíritu de la tierra, el
muros hasta el día en que mueren y los sacan al sol. En la conferencia mencionada, Teoría y juego del mismo duende que abrasó el corazón de Nietzs-
I Un muerto en España está más vivo como muerto duende, nos dice Lorca: che, que lo buscaba en sus formas exteriores sobre
que en ningún sitio del mundo: hiere su perfil como el puente de Rialto en Venecia o en la música de
A mediados de 1936, a manera de esbozo o el filo de una navaja barbera. Así como Alemania tiene, con excepciones, musa,
y la Italia tiene permanentemente ángel, España Bizet, sin encontrarlo y sin saber que el duende
preámbulo de la Segunda Guerra Mundial que
está en todos los tiempos movida por el duende, que él perseguía había saltado de los misteriosos
vendría pronto, estalla la muy sanguinaria Guerra Los últimos años del general Franco, al que como país de música y danza milenaria, donde el griegos a las bailarinas de Cádiz o al dionisíaco
Civil Española. Ahí llegarían cientos de volunta- conservaron vivo más allá de su propia muerte, un duende exprime limones de madrugada, y como grito degollado de la siguiriya de Silverio...”.
rios extranjeros —entre ellos la filósofa y mística muerto en vida, son un botón de muestra irónico país de muerte, como país abierto a la muerte.
Simone Weil, miliciana no por mucho tiempo, al de este rasgo peculiar de España, un país que Porque la verdadera lucha es con el duende.
descubrir que el demonio campeaba en un lado abrazó la pasión de Cristo como ningún otro país Todo hombre, todo artista, dice Lorca:
y en el otro— a combatir al lado de los republi- en el mundo. Triunfo popular de la muerte espa-
canos, y uno de los primeros grandes trofeos de ñola: algo que salta a la vista en las procesiones
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Federico García Denle chumbimba, mucha chumbimba. Este no hacía frío de invierno ni calor de verano,
Lorca, Poeta mismo Queipo era de los que decía, como “hacía Federico”, pero no por acumulación
en Nueva York
(Madrid: Cátedra, Goebbels, segundo de Hitler, “Cuando yo de originalidades, sino “por originalidad de
1996). oigo la palabra cultura, saco la pistola.” Que raíz: criatura de la creación y participante
Lorca había hecho más daño con su pluma de las profundas corrientes creadoras”. En
que otros con sus armas, que era un espía griego, no olvidemos, poesía, poiesis, es
ruso… Cuando el músico Manuel de Falla creación. “A todas horas, dice Guillén, aquel
llega a la Comisaría a preguntar por el vivir estaba creado por la gracia”. De ahí el
poeta, ya se lo habían llevado al Paseo de la magnetismo, la fascinación que desper-
Muerte… consumado en la madrugada del taba el poeta llano y sencillo, que hacía
19 de agosto, fusilado junto con dos bande- buenas migas, sobre todo, con la gente de
rilleros y un maestro cojo, acusados todos abajo, niños, campesinos, trabajadores. En
de rojos anarquistas, ateos y… Buenos Aires, de paso, hacia 1934, Lorca,
al piano, improvisaba el retrato de cada
Lorca había escrito el poema “Casida del uno de sus nuevos amigos y amigas que
Llanto” en el libro Poeta en Nueva York3: lo acompañaban entonces, entre ellas la
chilena María Luisa Bombal, que escribía
He cerrado mi balcón/ porque no quiero
oír el llanto,/ pero por detrás de los grises
por entonces en Buenos Aires los fantás-
muros/ no se oye otra cosa que el llanto./ ticos relatos Niebla y La amortajada. Fede-
Hay muy pocos ángeles que canten, hay muy rico tenía duende, tenía genio y el genio es
pocos perros que ladren,/ mil violines caben la ignición del cariño, de acuerdo con Emily
en la palma de mi mano./ Pero el llanto es Dickinson.
un perro inmenso,/ el llanto es un ángel
inmenso,/ el llanto es un violín inmenso, las
lágrimas amordazan al viento, y no se oye Lorca, como la Luna, tiene dos caras; una
otra cosa que el llanto. visible, seca y luminosa, otra invisible,
húmeda y sombría que, sin embargo, es
El poeta había intentado pintar el grito, visible desde el espacio exterior y a la que
como lo intentaría pintar años más tarde llega también el sol.
Francis Bacon (Estudio del retrato del papa
Inocencio X de Velásquez), en un poema,
“El Grito”:
La elipse de un grito,/ va de monte a monte./
Desde los olivos será un arco iris negro
sobre la noche azul./ ¡Ay! / Como un arco de
viola/ el grito ha hecho vibrar largas cuerdas
del viento./ ¡Ay! (Las gentes de las cuevas
asoman sus velones.)/ ¡Ay!
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|Ensayo
Un poeta desnudo
Víctor Raúl Jaramillo
victorrauljaramillo@gmail.com
X-504, Jaime Jaramillo Escobar, fue un poeta que Este poeta realzaba que su mayor gusto era poder
extrajo de la realidad las palabras que la nombran, transformar, algo así como sacar de la nada un
y despejó la incógnita de sus teoremas sin privarla universo, o una gran bestia de una caja vacía.
de misterio, porque el misterio está en las cosas Para hacerlo, tenía a la mano un idioma al que
evidentes: esa es su manera de ocultarse. Una le dio gracias y enalteció en sus últimos poemas:
ecuación simple, por ejemplo, podría contener el español. Sabemos bien que solo utilizamos una
en su interior los nombres secretos de la divini- pequeña parte del lenguaje que nos ha sido dado,
dad. Pero no es fácil alcanzar el prodigio, hay que uno que recibimos en forma de cultura y cuyas
merecerlo. Por más vendimias que haya —si no reiteradas consignas entorpecen el canto y nos
sabes de qué se trata— no podrás beber el vino impulsan a salir corriendo cuando se aproxima la
del diablo. policía.
Jaime Jaramillo Escobar hizo poemas o los sacó Entonces todo parece callar y nadie dice nada y
de la manga o los vio desnudos al pasar frente los de más allá voltean la cara y prefieren no ver
al espejo y dio un salto con garrocha. Llenó las para evitar contratiempos. Pero los insultos van
palabras que suelen reducirse a un “buenos días”, creciendo en la calle y los porrazos cavan hondo
“gracias”, “de nada” —asumidas por una esfera en las sienes y si alguien se descuida le sacan un
común de manera prosaica—, con la profunda ojo. Y la multitud grita y hay quienes lloran y se
sencillez con que suelen hablar los maestros. arrancan los pelos y los sabios ahí, dejando que
Dejó que las cosas se dijeran a sí mismas con el dios haga de las suyas. Un dios apático y cómplice
ritmo, el tono, la vibración de quien sabe escuchar que firmó su renuncia antes de que se agotara
sin prisa, detenido ante lo visto por todos hasta la leche con que alimentaba al monstruo. Y de
descubrir lo que todos pasan por alto. repente, vuelve la calma, pero se aviva el rencor.
Hasta que estalla la tumba donde vive el muerto y
La realidad, como ustedes saben, ha de ser escrita la guerra comienza de nuevo.
entre comillas. Eso no le resta cercanía entre
quienes viven al margen de sus obligadas repre- De tal modo trastabillamos en el infinito pidiendo
sentaciones. Ignorarlo hace que perdamos el limosna entre los astros, y los poetas soban nues-
tiempo como si estuviese encapsulado en los relo- tras cabezas como a un hijo deforme y susu-
jes. Pero la realidad está fuera del tiempo, porque rran cosas que pocos resisten. Los poetas, esos
el tiempo es poesía y la poesía no se deja sujetar, seres extrañamente comunes que la gente teme
porque la poesía es la vida y no podremos vivir de como a los marcianos, pues, al menor guiño, invi-
otra manera que creando. Quien quiera ser poeta tan a retroceder y a cambiar de perspectiva. No
deberá tenerlo presente y escribir lo que le dé la obstante, los poetas entran y salen y asoman su
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La claridad con que Jaime Jaramillo Escobar Por eso, un poema que nos habla al oído —sin
se asomaba al mundo, estaba sugerida en sus importar de quién o para quién ha sido escrito— riqueza y ataca hasta eliminar el pensamiento crítico y la crea-
poemas. Por eso afirmaba que escribir es dejar es la proximidad de aquello que somos y que igno- ción libre. Un país que no resiste la lucidez ni tolera la locura,
que el espíritu sople donde quiera, incluso donde rábamos. Me explico: darse cuenta de que vamos que emula fervientemente a los jóvenes que cantan el mismo
no podemos llegar, prestando atención, eso sí, al por la vida al vivirla, en el preciso instante en estribillo de antes de ayer, cogidos de la mano por miedo a
momento en que el poema logra decir lo que la que la vivimos, es la posibilidad de la verdadera perderse. Buscando un padre: su mayor desgracia.
poesía busca decir: “hemos llegado, ya está bien”... poesía, sin imposturas, con una voz natural. Como
y él obedecía. Entonces se bebía el cielo a pico de cuando el agua se hace agua en la piedra o cuando Un país donde los cánones han hecho más daño que bien, y
estrella, untado de risa por fuera como Mamá decidimos rescatar el fuego que incendia nuestra cuyas alianzas entre intelectuales son cosidas por los intereses
Negra, adentrándose en el mar en esa cosa dura, casa. Como cuando soñamos que matamos un del poder mientras caen bombas en el jardín. Un país donde
en la canoa que era ella. dragón y, al despertar, su cabeza ensangrentada las rebeliones se institucionalizan sin vergüenza alguna, se
está a nuestros pies. amodorran, se dogmatizan e imponen su sesgo como verdad
Y en medio del océano —caminando sobre las olas ineludible de ahí en adelante. Un país que vive de nostalgias y
como en un relato bíblico— el poeta hace un pacto Muchos poetas —yo también aunque no lo sea— fantasmas, adicto al chisme y a telarañosas envidias que desco-
con la sal y funda aquella ciudad que aún buscan asumen sortilegios y signos oscuros para encu- nocen lo envidiado y enmudecen lo que no está a su alcance.
los amantes de tesoros y titulares. Como si el brir lo que no pueden decir, lo que les está vedado. Negando la entrada a quienes llevan pájaros en las manos o
poeta llegara del futuro a poner orden, convencido Y creen que ese truco medio escabroso, medio una flor de luz en la solapa.
de que la vida no siempre ha sido grata y que el inútil, les otorga la posibilidad de permanecer un
hundimiento de una vieja civilización no asegura poco más en la historia, darle un susto a la muerte Un país de memoria turbia, amañada. Amparado por el himno
el avance, sino un amargo retroceso que carcome que arrasa con todo. Sobre todo porque no existe de los fusiles y las banderas estercoladas. Donde las mane-
por dentro a las viudas de los vencidos. A las tris- quien renuncie al misterio, quien pueda vivir sin ras de vivir son impuestas por la moral hipócrita que hace y
tes viudas que no vieron más a sus hijos que salie- mitos ni ilusiones. Cuando la quimera es desci- deshace en privado, resguardada por el mercado corrupto de
ron a pescar, siempre en desventaja frente a los frada, cae inane y muere. Pero tras el cadáver hay la usura y la fe, venerada por los nombres de moda que se
acorazados del invasor. quienes preparan su resurrección y el bolsillo. adaptan a su patraña. Un país en el que se asume la idiotez
como un sol impoluto, original y lleno de gracia. Fuente de
Pese a su austera manera de vivir, los suyos eran La cadena de sueño, imaginación y metáfora doctrinas en desuso. Un país donde la sospecha demarca los
poemas que no se constreñían, siempre encami- con que suele habitarse el poema, deslumbra la límites del genio y abre las compuertas a una precaria inepti-
nados a dar más de lo que sus lectores esperaban, emoción que se queda atascada en los laberintos tud.
excesivamente exactos. Yo imagino a Jaime como del lenguaje y nadie parece entender cuando la
un árbol bajo cuya sombra uno se deleita con inteligencia —o, para ser más precisos, la sensi- En fin, un país donde una palomita ilegal vuela sobre las leyes
frutos amorosos, calmando los alfilerazos desata- bilidad— es ajena a lo que se lee. Comunicar con sin que importe. Un país que se mata por un granito de arroz.
dos en el ir y venir de la vida, llenos de ironía, sin claridad es algo que muchos poetas pretenden y, Uno donde pocos poetas —X entre ellos— han dicho, dicen
miedo a pensar, salidos del vientre de una ballena no obstante, no logran cumplir. De todos modos, y dirán para todos, lo que muchos callan para no ser descu-
o montados a caballo. Un regalo para los hombres “claridad” no significa una cachetada en carne biertos en la mentira. Cortejo de hombres invisibles que dejan
que, al leer y releer, encuentran cierta tranquili- viva, un abuso de la “realidad”, o un comercio con huellas en la playa. Alimento del odio, fermento del crimen,
dad en medio del cansancio. Como si sus versos monedas gastadas. Cuando esto ocurre, cuando espanto al caer en un pozo, mueca de lo que fue y no pudo ser
fueran un jugo de tamarindo para la sed o si se lo escrito no acaricia su corazón, cuando el más.
tiraran en picada desde la luna. poema no aviva el asombro, cuando sus palabras
no lo llevan al lugar de la poesía, el lector pasa la Nos quedan sus libros, sus poemas, sus reconocidas pági-
En momentos meditativos suelo pensar que toda página, busca otro libro, cambia de poeta. nas. Quedan con nosotros su voz, su canto, su feroz delica-
poesía es profética y para ser interpretada nece- deza. Ahora que ha vuelto a Angbala, recordamos al poeta con
sita de la adivinación. Algo que ya se ha dicho; Pero no es esta una crítica general y mucho un respeto místico, como si estuviera recorriendo la selva,
pero referido al enigma, al susurro de una voz menos personal, sino un énfasis para hacer notar desnudo, ofreciendo su olvido a la orilla del agua.
inescrutable que se revela con el paso del tiempo, cómo X-504, en su forma de escribir, habla con
cuando el canto antiguo se convierte en el surti- nosotros abriendo las puertas de su casa con tres Ha muerto Jaime Jaramillo Escobar, y lo ha hecho en español.
dor de la garganta. Pues bien, la poesía de X-504 días de anticipación. Sin artimañas, sin fingimien- Porque ese era su deseo, el deseo de los deseos: por la palabra
podría ser profética. Esto es, una escritura que tos, decidido a conversar con generosidad, cari- adiós y la palabra gracias.
dice lo que realmente sucede, sin artificios, corro- ñosamente. Jaime no buscaba otra cosa que serle
borando que el augurio es abrir los ojos ante lo fiel a la poesía, a aquello que a su entender era la
que nos rodea, despertando al momento justo, al poesía. Y eso significó para él el desenmascara-
mismo tiempo en que la predicción es sugerida. miento de un país que se enorgullece de su igno- Medellín, 26 de enero de 2022, 5:31 pm
Inmediatez de la experiencia. rancia, que se mofa de la pobreza, que adula la
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Yunques emergiendo
Nuestra vida urbana tiene un solo ideal: el confort. Cuando Europa hizo la transición forzada hacia
Saber de antemano lo que puede pasar, repetir la industrialización, reconstruyendo sus ciudades
acciones y movimientos en rutinas que se pueden bajo premisas funcionales a la gestión económica
Nicolás Rincón Gille reprogramar, vestir con telas de falso terciopelo o de las élites, fue posible sentir lo que la colecti-
Cineasta, nicolasrincongille@gmail.com en sudaderas de colores vistosos para hacer ver vidad perdía. La construcción de la ciudad no
mejor los logos gigantes y blancos de las marcas, era “natural” y podía cuestionarse, sus múltiples
salir a la calle en piyama y pantuflas como si imposiciones eran evidentes: era aún posible
siempre fuese domingo, tumbarse en un sillón visualizar otros mundos. Los antiguos, los reales
Si la vida es dura entonces la vamos a moldear espumoso como si se fuese a morir de placer… o imaginados, los utópicos.
Somos yunques emergiendo a nivel del mar. Múltiples opciones y gestos que condicionan
N.A.D.A., Alcolirykoz nuestro cuerpo al abandono con satisfacción. Frente a tal imperativo civilizador, los “salvajes”
que se acababan de aniquilar fueron idealiza-
Siempre en un espacio cerrado y protegido. dos como figuras de resistencia: solo ellos eran
alegres e inocentes, solo ellos eran capaces de
Porque afuera todo es distinto: tráfico, polución, ritos y festejos. Pero ya no existían como se les
Si la pandemia fue fría, su gestión fue helada: tador puede identificarse. Su tratamiento serial ruido, multitud e indiferencia. Un espacio que sería exigía y se les borró totalmente del mapa. Aniqui-
todos los soplidos apuntaron hacia el mismo no tiene los límites de nuestro tiempo. Frente a la inhumano sin esas pequeñas recompensas preci- lados o explotados, parecían no tener ninguna
lugar. De manera conjunta terminaron por conge- proyección espectacular de innumerables sucesos en sas que promete el espacio íntimo y cotidiano. Las opción de sobrevivencia en ese futuro de otros.
lar nuestros movimientos, pequeños o grandes, cadena, ningún espectador puede sentir su propia repito de otra manera: el gato que viene a posarse Con ellos también se extinguía la fiesta, las activi-
poniendo en evidencia la fragilidad de nuestros vida como algo llamativo. Todos somos demasiado sobre las rodillas, los cereales crujientes y varia- dades colectivas, la relación íntima con la natura-
deseos y el peso absoluto de nuestras frustracio- frágiles y poco astutos. Merecemos nuestro lugar dos, la ropa limpia y suave, el piso brillante, la luz leza, sus carnavales y sus perezas…
nes. Vivimos un momento excepcional: el mundo muy secundario. Estas narraciones buscan divertir indirecta de un sol radiante, los amigos reunidos
se hizo una instantánea gigante que capturaba en mientras nos mantienen chapaleando. No quieren frente a una gran pantalla que transmite parti- Pero mientras las ciudades se transformaban, la
una sola pose dos fuerzas contrapuestas. De un transformar a nadie. dos de fútbol que se ganan al último minuto, las noche se hizo un momento cómplice para la sobre-
lado, nosotros, sujetos vivos y libres, tratando de novias de cabellos lacios, tan hermosas y calladas, vivencia de algunos rasgos del mundo “salvaje”.
construir espacios sociales personales y diversos; Esta apropiación del imaginario se reforzó las abuelitas de canas luminosas que tejen discre- Las manifestaciones culturales urbanas crecieron
del otro, fuerzas antes invisibles haciéndose explí- durante la pandemia: todas las expresiones cultu- tamente en los rincones, etc. La lista es infinita. de manera improvisada (así como el consumo
citas para, desde la homogeneidad que les da el rales colectivas fueron prohibidas. Se considera- Totalmente codificada. Pura publicidad. de alcohol). Esos pequeños momentos festivos
privilegio, tratar de coordinar nuestro cotidiano ron secundarias; peligrosas incluso para la salud contradecían de manera tenue pero necesaria,
de manera permanente y absoluta. Buscaban pública. No así los supermercados ni los sistemas El confort se hace dominante porque nunca se al orden y la lógica diurnas: la danza, el teatro o
proteger la rentabilidad de un sistema económico masivos de transporte. En Colombia, el gobierno alcanza: tenemos que comprarlo de a pedazos, la música seguían siendo eventos colectivos que
y social en total crisis. La salud pública, ya muy mismo promocionó los días sin IVA, buscando pero es infinito. La insatisfacción es su norma buscaban la catarsis transformando al espectador,
maltrecha antes de la pandemia, no era su princi- una asistencia masiva. Una posición contradic- escondida. Nuestras casas nunca serán el lugar incluyéndolo en su accionar. El cine nació directa-
pal preocupación. El manejo de nuestros cuerpos toria con respecto a la gestión sanitaria, pero escogido por el sol para levantarse. mente de esta necesidad.
sí. En esa instantánea gigante éramos insumos, fundamental para una élite que busca mantener
objetos de interés en el corto plazo. La percepción un sistema económico que la beneficia exclusiva- Mientras cada cual se debate con su frustración, En las salas oscuras, las películas podían transmi-
es clara desde entonces: tenemos que nadar a mente. la vida urbana descubre todos los días su principal tir toda la energía, la vida y la locura que la ciudad
contracorriente si no queremos morir helados en esencia: aburrimiento puro. trataba de aniquilar en su aplastante “normalidad”.
“sus” aguas. Difícilmente podemos avanzar hacia Por ello, a pesar de su gran necesidad, las mani- El cine nació como una excepción fundamental al
algún lugar. festaciones culturales colectivas y no comerciales Tenemos que nadar a contracorriente, abando- orden industrial. En sus inicios no se pensó como
pasan por un momento extremadamente difícil. nar nuestros cuerpos, aceptar objetivos ajenos un evento de masas. Tenía algo de feria y de arte-
Para mantenernos chapaleando necesitan contro- Sobre todo el cine que tratamos de hacer desde que nadie justifica, hacernos insensibles, recibir a sanía, era frágil y mágico. Las proyecciones colec-
lar nuestro imaginario, limitando al máximo sus las periferias. La narración serial, difundida esen- cambio una mala paga en espera de otra mejor que tivas buscaban alterar al público. Era un potente
infinitas posibilidades. Se trata de no dejarle hacer cialmente en espacios privados, parece ganar la nunca viene. Cada uno se abandona a la ciudad catalizador de lógicas y mundos extraños que se
lo que mejor hace: crear lugares insospechados en partida. sin sentir que es como los demás. Separados en hacían posibles para un espectador que siempre
los que podamos volcarnos, creer en formas de vida pequeñas unidades de vivienda, empujados por se mantenía en contacto con los demás. Hoy en
(antiguas o futuras) que puedan también ser nues- Quisiera pensar este escrito como una reflexión obligaciones que siempre inducen al afán. No es día, a pesar de los múltiples intentos por reducirlo
tras. Por ello, las historias que más nos venden hoy muy parcial de lo que está en juego. fácil encontrar tiempo para pensarnos colectiva- a la lógica financiera, el cine sigue siendo un arte
en día son las sagas de superhéroes. Ningún espec- mente ni vivir en espacios para encontrarnos. La de posibles.
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En una Colombia afortunadamente heterogénea entretenimiento. No distraen a un público que se Frente a la televisión, ninguna de ellas era un ente la hubiese visto en otro espacio. Pero allí, acom-
y diversa, la lógica impuesta socialmente por las abandona sobre un sillón. Hay mucho por hacer abandonado. Crecidas en el campo, y a pesar de pañado por dos niños que sentía como amigos me
élites fue otra. Sin ideales del tipo “Fraternidad” y nadie está tranquilo. Aún cansados resistimos. las adversidades impuestas por un orden que no pareció imposible aceptar el destino general que
o “Libertad”, sin ninguna pequeña consideración las favorecía como mujeres, se sentían, ahora que la novela parecía dibujar.
democrática, los terratenientes se volcaron a la Por eso, la televisión, en su mayoría propiedad de tenían más años, totalmente dueñas de su mente
ciudad como si fuese un terreno más para apro- élites en el poder, junto a la mayoría de platafor- y de su cuerpo. Ninguna telenovela (ni ningún Estábamos en un punto del relato en que los
piar. La imposición fue violenta y excluyente. Y lo mas de difusión de contenidos audiovisuales, que hombre) iban a cambiarles la vida. Veían la panta- jóvenes eran ya tan malandros que no requerían
sigue siendo. Parece no haber diferentes periodos son monopolios operando como pirámides, tratan lla como si fuese un fuego que ellas mismas ninguna historia particular. Eran objetos perdidos
históricos. Vivimos en una sociedad regida por la a toda costa de homogeneizarnos. Nuestra diver- alimentaban con leña. Las calentaba un poco, en un maremágnum de eventos sin fin. Solo pare-
apropiación del espacio social por parte de sus sidad es el principal obstáculo a su rentabilidad pero no lo suficiente. Sus cuerpos necesitaban cían estar allí para producir emociones súbitas
restringidas élites, que operan con una heredada restringida. Nuestros cuerpos son distintos. Lo moverse. que se encadenaban, anulándose entre sí. Todo
lógica colonial: se tienen fincas del tamaño de las percibimos porque estamos en acción. Por eso era pura confrontación: balas o cuchillos, bareta
ciudades, se gestionan ciudades como si fuesen no logran apropiarlos totalmente durante el día. No sucedía lo mismo con los jóvenes. o alcohol…
fincas y se controla a la guacherna bajo el terror Por eso no pueden vaciarlos en la noche. El caos
que saben provocar las tropas públicas y privadas. del sistema económico y el confort son las caras Crecidos en un contexto urbano, miraban en silen- Un solo mal, hábilmente difuminado, golpeaba
Mientras posan como virrey, la cabeza levantada, de una misma moneda. Con ella aún no se puede cio, molestos cuando los mayores hablaban. Sus de diversas maneras a los protagonistas: por
una mano en la cintura y la otra en el bastón o la comprar todo en Colombia. ojos apenas se movían, sus rostros tensos eran el la espalda, de frente, en el colegio o en la calle.
espada, Colombia tiene el desplazamiento interno eco de lo que iba sucediendo. Para ellos la publi- Lo único que mantenía en vida al relato era el
de población más grande del mundo. El intento por estandarizar nuestras historias es cidad era también una historia: generaba envidias esfuerzo descomunal del guionista, claramente
imposible de aceptar. Es una puerta que se quiere o frustraciones. Parecían totalmente absorbidos. interesado en la temática, pero necesitando, sobre
Por eso la urbanización forzada nunca ha cesado. instalar para cobrarnos por cada apertura hacia todo, encontrar en cada capítulo un toque nuevo a
Se construye y se destruye interminablemente. el vacío. Pero lo sentimos y miramos las peque- Recuerdo un momento en especial. lo esperado.
ñas pantallas con un solo ojo. No existe, aún,
La población marginada construye como puede ese espectador “lambda”, ente pasivo que muere Después del colegio, aprovechando que su abuela Los actores debían repetirse. Seguramente, como
sus casas en laderas con saberes propios del sobre su sillón, con el control remoto entre sus Blanca no estaba, John y Camilo se sentaron muy en todas las series, los primeros capítulos habían
campo. Creando, para sobrevivir, actividades no manos como si fuese una nueva cruz. cerca a la pantalla del televisor para ver dos capítu- sido más cuidadosos, más cercanos a los perso-
funcionales a la economía general. De alguna los seguidos de Pandillas, guerra y paz, retransmi- najes que aún el público no conocía bien. Pero
manera cuestiona la lógica impuesta, abriéndole II tidos diariamente a la misma hora. La telenovela, hacía tiempo que ya no importaba saber quién era
grietas. ¿Qué es, en definitiva, lo que sitúa a la publicidad ya avanzada, reiteraba la descomposición de un quién. Cada capítulo se consumía rápidamente.
tan por encima de la crítica? No lo que dicen grupo de jóvenes que se habían vuelto pandilleros Y como no tenía nada sustancial, solo generaba
Desde los asfixiantes centros de poder se habla los huidizos caracteres rojos del letrero luminoso, en Ciudad Bolívar, la misma zona en la que John y bulimia.
de informalidad, insalubridad, inseguridad, defi- sino el charco de fuego que los refleja en el asfalto. Camilo vivían.
niendo por la negativa todas las actividades y Se alquilan estas superficies. W. Benjamin Después de tanta agitación, John, Camilo y yo,
espacios populares que se crean de manera autó- No era una historia tratada superficialmente seguíamos parados en el mismo punto de entrada:
noma. Pero en realidad, la mayoría de la pobla- Blanca o Carmen, las protagonistas de mis pelícu- como la inmensa mayoría. Había un real esfuerzo chapaleábamos como sus personajes.
ción no participa directamente del tráfico ilegal las documentales Noche Herida (2015) y de En lo por hacerla sentir verídica, ajena al Miami de
que alimenta la base de la economía formal, escondido (2005), miraban la televisión, pendien- paraíso que construían las otras telenovelas y sin Frente a ese enorme vacío traté desde entonces de
ni comparte las lógicas mafiosas de poder y su tes de la olla que pronto iba a desbordar, tratando ese estereotipo de jóvenes lindos y siempre bien entender su causa. Con mayor o menor atención,
descarada corrupción. de adivinar a quién le ladraban los perros y qué peinados que se enamoraban perdidamente para miré otras series. Sobre todo, como la mayoría
tan lejos de la casa; preguntando sobre el día que luego traicionarse mejor. Era una historia oscura, de nosotros, durante la pandemia. Las hay muy
Las élites, diminutas y ciegas, han fracasado en su habían tenido sus hijos o nietos y si ya habían de colores intensos y contrastados, rodada fuera buenas como The Wire, cómicas como Six Feet
capacidad de imponer un orden, cualquiera que vuelto a casa. Seguían el hilo de la narración sin de estudio, en verdaderos espacios que se podían Under, retro como Strangers Things, otras para
sea. Nuestras ciudades son caóticas. Pero en ellas, absorberse. Lo que más apreciaban era el humor. reconocer. Los actores dialogaban con acentos redescubrir en familia como Friends… Pero mien-
aún tratamos de vivir bajo lógicas particulares Muchas veces, ellas mismas lo creaban: era fruto fuertes y frases con más muletillas que palabras, tras avanzan, la inmensa mayoría lo va perdiendo
que son nuestras: ricas y diversas, no sistémicas. de la ironía. Los productos que veían, extraña- tratando de dar un toque “de barrio” a sus interac- todo: la historia se descose, los actores se desco-
Las ciudades son un aglomerado de las múltiples mente siempre sin precio, les parecían risibles e ciones. Reconocí incluso, en el reparto, a un joven nocen, la edición es apresurada. Terminan a las
zonas rurales del país, mezclando sus acentos y inútiles. Los dramas las hacían reír. Los actores de mi propio barrio, una “caspa” que desde muy patadas, como si a nadie importase, creando en el
saberes. Vivimos y aceptamos el constante movi- no eran buenos ni malos, estaban allí para repre- niño pateaba los juegos de los demás. Alguien espectador, la misma frustración que le genera la
miento. Rudo y cambiante, seguramente. Pero en sentar las fuerzas del bien y del mal que ellas cono- para el que crecer significó volverse impredecible publicidad. Nada tiene realmente sentido.
él todavía tenemos algo por hacer que es nuestro. cían mejor que nadie. De ellos o se enamoraban a y opaco, hasta perderse de vista en el laberinto de
gritos o los maldecían entre dientes. Las historias las calles. ¿Por qué ninguna narración serial logra mantener
Por eso, el confort que intenta vender la publici- que más les interesaban eran las que las anima- un acercamiento interesante y detallado de largo
dad suena tanto a hueco y la mayoría de nuestras ban a hablar de sus propias vidas a los demás. A pesar de tanta “veracidad”, junto a John y aliento? ¿Por qué nadie rememora una serie en su
manifestaciones culturales no son, todavía, puro Camilo, la telenovela me pareció artificial. Segu- integridad y solo extrae de ella momentos? ¿Por
ramente no hubiese tenido la misma sensación si qué nadie puede resumir la historia en su totalidad?
44 45
De las series se habla mucho y sin parar. Pero la Afortunadamente, no es nuestra única opción. sola manguera, a veces tan complejas como evadir
mayoría de las veces no hablamos de lo mismo. Entre otras las salas de cine. la visita de un par de desmovilizados que venían a
Por fuera del ejercicio de su visión son difíciles de preguntar por sus familias. Ambos, luchaban por
compartir. Frente a las miradas parciales que construyen necesidad contra el aburrimiento que les propo-
el cine no podemos mantenernos pasivos. Por nía la ciudad desde su borde.
Creo fundamentalmente que la narración serial empatía o contradicción, siempre hay algo que
no es nunca una opción personal. Nadie quiere, nos transforma. Cada situación vivida por ellos me llevó a cons-
ni puede, embarcarse a construir un infinito de truir una narración limitada y parcial. Pienso que
posibilidades sin centro gravitacional (ese interés La narración no serial que fundamenta el cine, era justa. Sin maremágnum. Girando alrededor
personal muy delimitado, casi monotemático, que se hace en un tiempo que le permite al especta- de un pasado vivo y un futuro incierto, mi única
fija al cine y a la gran literatura). En algún punto, dor apropiarse del conjunto narrativo en toda su certeza era que John y Camilo no eran personajes
para avanzar, los personajes de la serie tienen que extensión. Es posible cuestionar cada elemento, unívocos afrontando situaciones diversas. Trataba
esfumarse y solo decoran una cadena de situacio- posicionándose con respecto a lo que el autor de contar su diversidad, haciendo que cada situa-
nes que van y vienen. El guion es déspota abso- busca con insistencia. El cine trata de comunicar ción vivida fuese un espacio para su expresión.
luto: todo se cuenta y debe ser explícito; en todo al espectador sin preocuparse por su confort. A Los eventos que surgían no los aniquilaban. Los
ese entramado de causa y efecto, nada preciso y veces, incluso, busca deliberadamente lo contra- obligaban a afirmarse en la adversidad. Es cierto,
limitado queda. Todo avanza sin girar sobre un rio: transmitir un choque para despertar un senti- pocas veces lo lograban, pero sus realidades no
centro preciso. Lo único que mantiene la serie miento vital. La parcialidad genera movimiento, eran ni monolíticas ni aplastantes.
viva es la sorpresa. Habrá tantas como las soporte confronta al absurdo y obliga al espectador a
el espectador. Su cansancio marcará el fin de la buscar sus pequeñas razones para seguir viviendo Como las nuestras.
serie por falta de interés. sin abandonar su cuerpo.
Porque ¿quién puede vivir como si fuese un objeto
Todas las personas involucradas en las series, En su esencia, el cine, como las grandes artes, definido por una lógica externa, detenido en un
aún en el mejor y más interesante de los casos, busca modificarnos y hacernos crecer en un nado imposible, luchando a contracorriente?
no están allí para hacer lo que quieren (o lo mundo adverso que es totalmente nuestro. ¿Quién puede vivir eternamente congelado en esa
que sienten que deben hacer). Responden a un instantánea que visibilizó la pandemia?
imperativo externo. Las historias deben ser un III
flujo de imágenes encadenadas por una sola ¡Queremos viajar sin vapor, sin velas! Nuestras historias no dependen de las sorpresas
lógica: acumular una situación tras otra. Hasta el Para alegrar el tedio de nuestras cárceles, para contarse. No son una sucesión de eventos
extremo. Cuando ya no existe concentración, las traigan a nuestro espíritu tenso como una tela discontinuos y aplastantes. Son un relato que se
situaciones particulares poco importan. La serie los recuerdos rodeados de horizontes. entreteje de manera limitada, tal vez circular. A
anula la historia en la indiferencia, acabando El viaje, Ch. Baudelaire veces, incluso, en distintas generaciones. Nues-
como acaba la ingestión de diez pizzas y veinte tras historias son repetitivas, colectivas y hermo-
gaseosas. A pesar del interés que despertaba Pandillas, sas. Intentar vivirlas sin abandonar nuestros
guerra y paz, John y Camilo nunca pudieron cuerpos es comenzar a contarlas.
La lógica de la narración serial es la misma que reconocerse por completo en ella. Los actores
hace de la ciudad ese proyecto social planificado no se movían en los mismos espacios que ellos
en el que impera el aburrimiento. Las series ni confrontaban sus problemáticas, tal vez más
crean el público que necesita la publicidad para prosaicas, pero de una violencia cotidiana, sorda
funcionar: hacen del día y la noche la misma cosa, y terriblemente difícil de confrontar. Cuando la
se apropian de nuestros cuerpos, vacían nues- telenovela acababa, John y Camilo, se quedaban
tro espíritu y nuestra necesidad de acción. Son un rato inmóviles. Pero rápidamente se activaban:
un fueguito que pretende calentarnos mientras debían enfrentar esas tareas cotidianas que los
chapaleamos en el agua helada. obligaban a buscar soluciones.
Porque las élites no gustan de lo particular y Yo los filmaba diariamente, tratando de entender
diverso, necesitan vaciar las historias de opcio- la manera en que lograban atravesar problemas
nes radicales, de posiciones personales y creati- cambiantes. Como ellos, nunca sabía lo que iba a
vas. Buscan, sobre todo, anular la contradicción, pasar. El barrio, construido en pocos años por la
fuente principal de nuestro pensamiento. Las población desplazada de todo el país, se enfren-
series nos presentan miradas universales con las taba a grandes dificultades. A veces tan simples
que fácilmente estamos de acuerdo para mante- como ir a hablar con el vecino que monopolizaba
nernos en la inacción. el agua que bajaba para todo el mundo por una
46 47
48
49
crítica naufraga. Tal vez sirva de algo preci- La suma de estas tensiones entre lo indi-
sar su definición, pero me parece incluso vidual y lo social puede encontrarse en
más importante ampliar su rango. Raymond Williams, que con todo el rigor
del posmarxismo estructuralista parecía
Pese a todo, me he descubierto emocio- sentirse obligado a abrir piadosos espa-
y Julien Gracq
5
Edward Said,
Una crítica para los lectores, y otra (o la la crítica literaria, aunque a veces nos Cultura e
imperialismo
misma) para los escritores. Un buen ejem- cueste definir sus límites. Una pista que a (Anagrama, 1996).
plo de la primera está en Virginia Woolf; de mí me ha sido útil: definir a la teoría por
Mauricio Montenegro
la segunda, en Julien Gracq. su perspectiva analítica, y a la crítica por 6
Harold Bloom, El
Escritor y profesor universitario, mauricioymontenegro@gmail.com
el público elegido. Una es formal, la otra canon occidental
Por una crítica impresionista (Anagrama, 2005).
circunstancial. La primera es concén-
En la teoría literaria, hablar de impresio- trica y la segunda excéntrica. Si la teoría 7
Raymond
nismo es casi un insulto. Sugiere falta de se divide en “ismos”, de acuerdo con el Williams,
En las personas rigor, fragmentación, el abandono a una aparato conceptual que le da forma, la Marxismo y
1
La crítica literaria cumple muchas funcio- su forma más tradicional, o celebrar su literatura (Las
plurales uso el mirada subjetiva. De forma paradójica, crítica puede tipificarse en relación con Cuarenta, 2009).
nes. Tantas como tipos de crítica pueden conquista de la cultura de masas, en un
genérico femenino las críticas a la pretensión de objetividad los públicos que busca: el campo editorial,
para evitar la contarse. Resguarda los límites del campo ecosistema de contenidos invadido de
redundancia (“las provocaron una huida hacia adelante aún la prensa especializada, la academia, el 8
Jorge Luis
literario y sugiere rutas de escape para microensayos. ¿Qué podemos decir sobre
lectoras y los más abstracta. El formalismo, el estructu- mercado. Borges, Prólogos
lectores”, etc.).
esos mismos límites. Administra autoridad la microcrítica literaria en una comunidad con un prólogo de
y legitimidad entre los actores del campo y de lectores como Goodreads? ¿Y de los ralismo, la pragmática y la gramática gene- prólogos (Emecé,
Doy por entendido
que los hombres rativa dieron paso, en el último cuarto del Uno puede imaginarse la carrera de una 1999).
pretende poner a cada uno en su lugar, su booktubers? Ahora, si la crítica es también
nos consideremos pasado siglo, a la deconstrucción y la esté- lectora corriendo paralela al tipo de crítica
escuela, su tradición. Multiplica el canon un género es otra cuestión, no menos inte-
representados tica de la recepción. Pero este giro hacia que le resulta más útil. Las primeras lectu-
en este plural literario hasta reajustarlo. Orienta a las resante. Parece claro que si uno decide
genérico. “el mundo empírico del lector”, para usar ras requieren criterios gruesos, grandes
lectoras1 en el vertiginoso mercado edito- leerla con alguna constancia termina por
la expresión de Stanley Fish, no nos acercó adjetivos, crítica periodística, reseñas. A
Gabriel Zaid, rial. Forma a las escritoras pacientes y identificar unos patrones estilísticos.
una lectora más frecuente puede serle útil
2
El secreto de la enfurece a las impacientes. La crítica lite- más a la experiencia lectora, ni trascendió
fama (Mondadori, el análisis de los textos. El miedo al impre- la crítica especializada, el detalle editorial.
raria se profesionaliza, se hiperespecializa Juan Bonilla lo hizo: leyó casi un centenar
2008). sionismo jugó un papel crucial en ese paso Una lectora que, como dicen, no pueda
y se publica en revistas académicas. Pero de críticas publicadas por Michiko Kaku-
Jonathan en falso. evitar escribir, llegará por un camino u otro
3
también se aligera, se difunde y se publica tani tras su largo reinado como editora del
Franzen. “El a la crítica dirigida a escritoras. Y tal vez
ensayo en tiempos en diarios impresos, revistas digitales y New York Times Review of Books, pensando
Otras apuestas de la teoría literaria, desde solo las profesoras y autoras de crítica van
oscuros” en canales de streaming. en recogerlas en un libro. Se arrepintió.
el marxismo hasta los estudios culturales, a necesitar leer crítica académica.
El fin del fin Según Bonilla, Kakutani se repite hasta la
de la tierra
Gabriel Zaid ha insistido en que el actual insignificancia, su prosa es correcta, pero se ocuparon menos de los textos o las lecto-
(Salamandra, Ahora que muchos programas universita-
2019). campo literario está organizado para no no tiene alma, y termina por desarrollar ras y más de los contextos. Edward Said,
por ejemplo, logró el improbable balance rios de teoría literaria han migrado hacia
leer2. La crisis siempre vigente de la crítica una plantilla que devora sus textos en su
4
Juan Boni- de explicar El corazón de las tinieblas la creación y las escrituras creativas, es
lla, “Crítica
es un síntoma: pocos medios apuestan a propia corrección: “No me han entrado
como un producto y a la vez una denuncia previsible una recomposición del campo.
a la crítica”, publicarla, menos autoras a escribirla, casi ganas de leer ni uno solo de los libros que
El Mundo, 10 de del imperialismo europeo5. Pero en este ¿Se van a producir menos artículos acadé-
nadie a leerla. A veces parece que ha sido Kakutani alaba, y, sin embargo, sí me ha
diciembre de grupo se evitó también el impresionismo, micos de crítica? Otros formatos piden
2017, https://
rebajada a su mínima expresión: la reseña ganado la curiosidad por varios de los que
buscando reconstruir el entorno histórico su turno: el ensayo literario que reclama
amp.elmundo.es/ comercial. Y, sin embargo, no es difícil ataca”4.
cultura/litera- de las obras y las autoras hasta que pare- Franzen, las crónicas y reportajes que
encontrarla entreverada en la crónica
tura/2017/09/10/ ciera inevitable su emergencia. Harold autoras como Leila Guerriero han perfec-
59b3fb63e2704e-
y otros géneros anfibios que rondan la Si eso puede decirse de la crítica perio-
Bloom ironizaba sobre la influencia del cionado como crítica literaria, o incluso los
303f8b45ec.html ficción. dística, destinada a un público amplio, ni
contexto cultural de la Inglaterra isabelina textos paraliterarios: Borges decía que “el
hablar ya de la crítica académica, poblada
en la obra de Shakespeare, diciendo que prólogo, cuando son propicios los astros,
En un ensayo sobre el género del ensayo3, de latinajos, cultismos, citas impenetra-
mientras Shakespeare escribió 38 obras no es una forma subalterna del brindis; es
Jonathan Franzen se pregunta si debié- bles y notas al pie de página en alemán.
de teatro, la energía social no escribió una especie lateral de la crítica”8.
ramos estar de luto por su extinción, en Entre la irrelevancia y la pedantería, la
nunca una sola escena6.
50 51
El camino hacia el impresionismo está a un ritmo propio”12. También puede ser historia […] Todas las observaciones que saber pasar continuamente de los caminos
nuevamente abierto. Si las impresiones implacable con Conrad, mientras ilumina habíamos apartado emergen y se ordenan trazados a los caminos por hacer17.
según las orientaciones que hemos reci-
están bien para la experiencia de la lectora aspectos importantes de la transición
común, debieran servir para forjar una hacia el realismo: bido14. En un desarrollo casi simétrico con el
mirada crítica orientada a las lectoras. encadenamiento de impresiones de Woolf,
Era primordial para el genio de Conrad, Como lector, no puedo estar más de Gracq aboga por la necesidad de proyec-
Impresiones agudas, claro, sugerentes, con su poder exuberante y romántico, tener acuerdo con la idea de Woolf sobre el
informadas, pero impresiones al cabo. tar la lectura en la escritura; un ejercicio
alguna ley con qué juzgar a sus creaciones proceso de lectura. No es solo el sentido el
¿Cómo organizarlas? David Lodge9 nos da […] Los hombres y las mujeres complejos
que llama “mantener el contacto”. Para
que se va completando a través de impre- lograrlo, la escritora debe educar su pulso:
una buena pista, combinando categorías con grandes intereses y relaciones no se
someterían a un juicio tan sumario […] Al
siones; también la experiencia estética.
de análisis con obras canónicas: si dedica Woolf delinea una crítica que se perfila Un tacto suficientemente desarrollado para
buscar en balde esos apoyos, el mundo del
un texto a la intertextualidad, por ejem- periodo tardío de Conrad se ve inmerso en como conversación con las lectoras. el sentido y la precisión de las conjeturas
plo, está precedido por un extracto de La una oscuridad involuntaria, una falta de que cada frase erigirá […] es lo que permite
línea de sombra, de Conrad; y si dedica un conclusión, casi una desilusión que descon- mantener el contacto, exigencia tan impe-
La pregunta por la técnica: Julien Gracq riosa en la escritura de una novela como
capítulo al punto de vista, se basa en unas cierta y fatiga. Nos quedamos solo con el
atardecer de viejas noblezas: fidelidad, en la conducción de la guerra. La mitad del
líneas de Henry James. La lectura y su Leyendo escribiendo15 reúne ensayos sobre talento es proyección: terminada apenas la
compasión honor, servicio, como si los tiem-
análisis inmediato se van comunicando en pos no hubieran cambiado13. literatura escritos en la década de 1970, primera página, incluso la primera frase, el
una conversación de la que Lodge parece cuando Gracq era ya un lector maduro y escritor sigue con la mirada todo un entre- 14
Ibíd., 101.
irse retirando de puntillas, como todo buen La medida de sus aciertos, me parece a mí, un escritor consagrado. La mayor parte cruzamiento de trayectorias ya en marcha18. 15
Julien
profesor. está en el lugar que da a las impresiones. giran en torno al largo siglo XIX francés, de Gracq, Leyendo
Creo que esa capacidad de Gracq para escribiendo
En el modo en que calibra constantemente Chateaubriand a Proust. Hay textos disper- (Fuentetaja,
penetrar en el oficio de la escritura, conser-
9
David Lodge, Algo muy similar hace James Wood ; 10
las relaciones entre un detalle del texto sos, que van desde los consejos de Gracq 2005).
El arte de vando el asombro de la lectura, lo pone por
según su propia presentación, intenta (un diálogo, una inflexión) y una rápida sobre el uso de los diccionarios de sinóni-
la ficción encima de Lodge o Wood, cuyos excelen- 16
Ibíd., 147.
(Península, plantear problemas teóricos y ofrecer solu- mirada al exterior: la influencia, la tradi- mos, hasta el relato de sus esfuerzos por
tes trabajos mantienen sin embargo una
2002). ciones prácticas, o bien: “hacer preguntas ción, las condiciones. Contra la opinión de recuperar, en las relecturas de Stendhal, la 17
Ibíd., 146.
distancia “objetiva” de los textos que anali-
James Wood, Los
de críticos y dar respuestas de escrito- Percy Lubbock, que afirmaba que la crítica candidez de una mirada juvenil.
10
zan, lo que les resta fuerza. 18
Ibíd., 136.
mecanismos de la res”. La conexión entre unas y otras, nos debía identificar formas y estructuras,
ficción (Taurus, dice Wood, es la técnica. El estudio de la Woolf insistía en pensar en el “proceso de Gracq, como muchos escritores, recelaba
2016). Gracq, como Woolf, combina el sentido
técnica y la sensibilidad a las impresiones lectura”, guiado, según ella, por impresio- de las críticas profesionales, por conside-
práctico con un impresionismo agudo. Al
11
Virginia Woolf, están en el corazón de una crítica que sea nes. rar que no se enfrentan con los problemas
menos para mí, allí reside parte del valor
Genio y tinta al mismo tiempo accesible, útil y suge- prácticos que pretenden entender y expli-
(Lumen, 2021). estilístico de una crítica que vale la pena
rente. Que sirva para agregar placer a la Para ilustrar esta idea, Woolf se detiene car. Como él mismo fue un prosista extraor-
leer por sí misma. Pero, sobre todo, su
12
Ibíd., 39. lectura y rigor a la escritura. un momento en el análisis de Un corazón dinario, riguroso con el lenguaje como un
utilidad para mejorar la experiencia de la
simple, el cuento de Flaubert tantas veces buen poeta, no sorprende que sus mejores
13
Ibíd., 144. lectura y la calidad de la escritura.
El sentido de las impresiones: Virginia comentado, cuya crítica ha dado incluso ensayos sean sobre la técnica de la escri-
Woolf para una ingeniosa novela de Julian tura literaria.
Barnes: El loro de Flaubert. Tras señalar
Durante treinta años, desde su juventud cómo el título nos indica ya un rumbo, nos Y lo primero que admite Gracq es que
hasta su madurez, Virginia Woolf escri- recuerda el arranque de la historia: solo algunas ideas y emociones se ajus-
bió periódicamente para el Times Literary tan bien al singular lenguaje literario. Por
Supplement. Algunos de esos textos están Y entonces empiezan a llegar las impresio-
eso, la principal preocupación de la escri-
reunidos en diversas colecciones como nes: el carácter de la señora, el aspecto de
su casa, la apariencia de Félicité (…) Las tora debiera ser “la materialización de una
Genio y tinta11, que nos dan una idea sufi- música interior imposible de capturar de
aceptamos, pero no las utilizamos. Las
ciente del talento crítico de Woolf: combi- apartamos para reservarlas. Nuestra aten- otra manera que por el despliegue de un
nación entre una lectura generosa y una ción fluctúa de aquí para allá. Aun así, las amplio relato”16. Esa música interior hace
reflexión juiciosa. impresiones se acumulan y, casi ignorando
imprescindible a la poesía, pero el relato
su calidad individual, seguimos leyendo,
advertimos la lástima, la ironía, observa- exige unas convenciones:
Puede, por ejemplo, hacer un retrato mos al vuelo ciertas relaciones y contrastes,
empático de Charlotte Brontë mientras Hay que mantener fuertemente los dos
siempre aguardando la señal definitiva. De
redimensiona sus cualidades: “Nunca extremos de la cuerda tensa sobre la cual
pronto, nos llega. La señora y la sirvienta
avanza la novela en equilibrio inestable. Si
adquirió la fluidez del escritor profesio- están dándole la vuelta a la ropa del niño
todo está ordenado por un proyecto dema-
nal, la capacidad de moldear y modular el fallecido […] La señora besa a la sirvienta
siado preciso, toda la obra sufre de escle-
por primera vez […] Una expresión de
lenguaje a su antojo. Se mantuvo siempre repentina intensidad, algo que por buenos
rosis […] Si todo se deja a la posibilidad de
poco sofisticada, pero con un poder otor- la textualidad pura, se disuelve en un parlo-
o malos motivos nos parece enfático, y cree-
gado por la mera fuerza del sentido, de teo sin resonancia ni armonía […] Hay que
mos experimentar un fogonazo de compren-
saber moverse en este claroscuro engañoso,
crear la palabra necesaria y abrirse paso sión. Entonces vemos por qué se escribió la
52 53
|Ensayo
1
Este ensayo El asunto aparece como paradoja: el fútbol Encuentro que el debate para los griegos
surge producto
del nutrido
colombiano se distingue por su insignifican- era fundamental. Incluso, un dudoso del
debate con mis cia a nivel mundial —a medida que transcu- logos poético, como Platón, sabía que en
estudiantes rre su liga su facultad de inanidad se hace la controversia todos los interlocutores
de Poéticas de
la creación,
insuperable—, pero al mismo tiempo los obtienen algo: no se pierde en un debate, se
Maestría en canales de televisión, las productoras radia- gana un nuevo argumento: ese que ayuda
Creación les y los dispositivos digitales atiborran al a replantear el error en el que se estaba
Literaria,
Universidad
público de contenidos futbolísticos. sumergido.
Central (Bogotá).
Los estrategas del mercado saben que La discusión para algunos equivale a pelea,
más que satisfacer un deseo, lo que vende riña, descortesía, pero es totalmente lo
es incitarlo. Y por eso, en los formatos de opuesto: merced a ella logramos situarnos
análisis la controversia es un imperativo: a través del lugar de enunciación del otro, y
se azuzan los ánimos a favor o en contra; por eso estamos más cerca de su entendi-
se propone una dialéctica sofisticada para miento. Discutir es conocer, abrir, asomarse
proporcionar de solemnidad un contenido al horizonte conceptual o intuitivo desde el
que refuta cualquier intento de trascenden- que habla alguien distinto a uno. Es una
cia; se convocan personalidades que llaman estética de la no-razón.
la atención de muchos usuarios (hoy el ser
es reemplazado por el tener seguidores); en Pero todo aquello es objetable cuando se
el escenario los invitados lucen vestimentas traslada a una controversia futbolística. Los
antes usadas por los personajes de Fellini. argumentadores hablan desde el confort
del después o antes de la acción, ignorando
El ensayo Elogio de la profanación de Gior- las preparaciones de los atletas que hacen
gio Agamben es lúcido, entre otras cosas, posible las maniobras imposibles del fútbol,
porque nos presenta la forma en que un sin deparar el estado emocional que palpita
verbo ha sido desalojado de la praxis social. en una mente que sale a un campo atestado
Profanar es reinventar, desacralizar, jugar, de un público que exige espectáculo. La
crear un reuso. La etimología tiene eso que comodidad del lugar de enunciación impide
tanto atraía a Borges: nos remonta a otros contemplar la presión del sujeto del rendi-
inicios, otras imágenes, otras maneras de miento que salta al campo.
interactuar con el mundo.
54 55
Para María Zambrano utopía es “belleza A los dispositivos del capitalismo no les no juega, no profana —para volver a Agam- la religión capitalista en su fase extrema 7
Giorgio Agamben,
ben—: es una mercancía que entretiene. Profanaciones
irrenunciable”2. Pero estos panelistas arrui- convienen los espacios en los que preva- apunta a la creación de un absolutamente (Buenos Aires:
nan ese hechizo intangible; hablan desde lece el silencio y el encuentro con el ser. La Improfanable”9, dice Agamben en el ensayo Adriana Hidalgo
una utopía mercantilizada: desde lo que ya cultura de consumo es víctima del exceso de “El juego como órgano de la profanación citado. editora, 2005),
está en decadencia en todas partes. Que 101.
no fue, lo que debió haber sido, lo deseable. ruidos promovidos por el régimen. De esta
O vendiendo teorías sin praxis. forma, el paradigma de mercantilización se el hombre moderno ya no sabe jugar más En La Estrella (Siloé) los torneos de fútbol 8
Esta idea
ejerce generando cantidad, no calidad de lo prueba precisamente la multiplicación son nocturnos. La manga, un pequeño ampliada en
2
María Zambrano, Si lo pensamos en términos de quienes diri- contenido. Evitando, así, el encuentro que vertiginosa de juegos nuevos y viejos”7, dice trozo de calle en planicie que se recuesta Jaír Villano,
Filosofía y poesía el italiano. “Instagram, la
(México: Fondo de
gen el negocio del periodismo es entendi- el ser necesita con la angustia (la nada). sobre las lomas, es el escenario que hace búsqueda de
Cultura Económica, ble que estos formatos proliferen: el cuarto de templo. Nuestros ídolos eran jugadores la felicidad
1987), 7. poder está al servicio del entretenimiento, “Huye, amigo mío, a tu soledad y allí donde El tiempo de ocio es sostenido con más con medias de distintos colores y zapatos que genera
ocio. Vivimos vidas de ocio. Las social sufrimiento”, El
de lo rentable, y de un exceso informativo sopla un viento áspero, fuerte. No es tu rotos; el árbitro era un señor que en la Espectador, 24
3
Martin
Heidegger, que termina por extraviar la capacidad destino el ser espantamoscas”5. Otra vez, el media nos exigen proyectar nuestro ocio: en mañana vendía cholados; nosotros —los marzo de 2021,
Serenidad, en analítica del espectador. Habitamos tiem- anticristo de la montaña. Instagram8 no hay espacio para el lenguaje recogebolas— aprovechábamos cualquier https://www.
línea: https:// del vacío. El individuo neoliberal se priva elespectador.
pos en los que para informarse más es pelotazo para correr en busca del símbolo com/el-magazin-
www.academia.
edu/7029363/ preciso informarse menos. En el siglo pasado, Ortega y Gasset hablaba del esfuerzo por actividades cuyo placer de alegría y poder: la pelota (no importaba cultural/
Serenidad del problema de la barbarie del especia- demandan voluntad y esfuerzo. El cine y la si tocaba descender y luego ascender una instagram-la-
literatura —y en general las artes— también busqueda-de-
Si lo pensamos desde el periodista de fútbol lismo6. El filósofo español se refería a los empinada loma). Nuestro propósito era la-felicidad-
4
Friedrich
Nietzsche, Humano (un rol distinto al periodista deportivo, ¿en sabios ignorantes: personas muy doctas en son penetrados: su estado cosmético les igualarnos a esos jugadores: jugar como que-genera-
demasiado humano Colombia existen?) también es atenuable: su campo, pero absolutamente legas por apunta a consumidores, no a espectadores ellos, y soportar la presión del pequeño sufrimiento-
(Madrid: Alianza activos. article/
el panelista ocupa un lugar, una posición, fuera de su pequeño y mínimo contexto. El pero alentador público que asistía a los
Editorial, 1993),
86. un rol privilegiado; o, en suma: un poder periodista de fútbol es un experto, sin duda, picados. Hace poco visité el barrio y me 9
Giorgio Agamben,
que no necesariamente corresponde con pero un experto prescindible. Un somnó- “Lo que no puede ser usado es, como tal, quedé sorprendido: todavía se juegan esos Profanaciones,
5
Ibíd.,89. consignado al consumo o la exhibición
sus virtudes. logo es un científico con la capacidad de partidos. No hay cámaras que permitan 107.
6
José Ortega ayudar a los miembros de una sociedad espectacular. Pero eso significa que profa- repetir las anotaciones, ni las gambetas, ni
y Gasset, La nar se ha vuelto imposible (o, al menos,
rebelión de
A este profesional el rating y los seguidores cuyo descanso resulta esquivo; un cienti- los túneles; ni mucho menos analistas que
las masas lo hacen sentir importante. El mundo lo fista futbolero contribuye en la promoción exige procedimientos especiales). Si profa- pontifican modelos de juego. Me resultó la
(Madrid: Alianza erige como personalidad relevante. Es un de la batahola que obsta el sosiego de los nar significa devolver al uso común lo que epifanía que hoy comparto: a lo mejor ahí
Editorial, 1983), fue separado en la esfera de lo sagrado,
114.
influencer. El capitalismo presenta lo fútil habitantes del mundo. Uno de los actores se profana la magia que nos hizo seres
como un paquete trascendente. Uno de sus que, dado el agotamiento y la infelicidad del apasionados.
mecanismos de dominación cultural es ejer- humano moderno (sufrimiento desembo-
cido a través de la generación de necesida- cado por la búsqueda del paradigma triun-
des. Así, el profesional inane —personalidad fante), se hace preciso para apaciguar las
56 57
58
59
defensores encubiertos
capítulo: “Les
Said sospechaba un grosero interés material cuenta de ello de forma objetiva e imparcial, femmes du Caire”,
y político, un ansia perenne de dominación. en la medida en que la literatura lo puede en Gérard de
del autoritarismo en el
Nerval, Oeuvres
permitir5. Nerval quería hacer justicia a ese vol. II, texto
De manera paradójica y, en el fondo, perma- mundo tan diferente del propio. El ambiente establecido y
neciendo fiel a una cultura básicamente que describe es deslumbrante y seductor y, anotado por Albert
ámbito islámico
Béguin y Jean
autoritaria y poco afecta a la investigación al mismo tiempo, monstruoso e inhumano. Richer (París:
científica —la musulmana de su infancia—, Lo Otro es, por excelencia, ciertamente Bibliothèque de
Said no se imaginó que puede haber una fascinante y desafiante, lleno de aventuras y la Pléiade /
H. C. F. Mansilla curiosidad científica como la concibió Aris- curiosidades inesperadas, pero también un Gallimard, 1956),
Doctor en Filosofía, Magister en Ciencias Políticas, hcf_mansilla@yahoo.com 94-313.
tóteles en cuanto cualidad innata del ser ámbito de una pobreza indescriptible, lleno
humano. Así por ejemplo, a Said la preocu- de injusticias y discriminaciones inacepta-
6
Said,
Orientalismus,
pación por un modelo civilizatorio que no es bles, relacionadas, sobre todo, con las muje- 337, 351.
el propio, como es usual en el ámbito univer- res y los esclavos. Para Said la poligamia
sitario y académico occidental, le pareció y la posición subalterna de las mujeres en
sospechosa porque podía esconder un el ámbito musulmán representarían cues-
Al comienzo mismo de la corriente postmoder- histórico, que no puede definirse o analizarse a sí
anhelo de dominación. Como se desprende tiones “triviales”6. Y uno de los factores
nista, en 1978, apareció la obra más importante de misma y que representa un peligro para el resto del
de la totalidad de la obra de Said, la indaga- más detestables, como lo insinúa Gérard de
Edward W. Said ( Jerusalén/Palestina 1935-New planeta.
ción sistemática con intención crítica en el Nerval, es la justificación de ese estado de
York 2003), quien con el tiempo se ha convertido
campo de las ciencias sociales era algo rela- cosas mediante la religión, la tradición y la
en el padre de los estudios postcoloniales y subal- Pero, como lo admiten autores muy favorables a su
tivamente extraño al núcleo convencional de historia, es decir, acudiendo al argumento
ternos. Su obra principal, Orientalismo, es un libro teoría, Said ha producido al mismo tiempo genera-
su pensamiento. En este sentido, es sinto- del carácter único e irreductible de las dife-
sugerente, con temáticas muy importantes y con lizaciones insostenibles y contradicciones notorias2.
mático que Said rechazara vehementemente rencias identificatorias. Esta es también la
una perspectiva ciertamente original1. El notable Estas carencias no pueden ser exculpadas mediante
todo análisis de la cultura política cotidiana estrategia recurrente de los estudios post-
mérito de Said reside en analizar de modo nove- los argumentos habituales de proveniencia postmo-
del mundo musulmán, toda descripción de coloniales y subalternos. El gran problema
doso el complejo vínculo entre el saber académico dernista: las incongruencias del propio texto cons-
los códigos paralelos de conducta que allí y carencia de las teorías postcoloniales debe
y el poder político: el conocimiento científico y lite- tituirían los factores indispensables del progreso
son habituales y toda alusión a las dificul- ser visto en la justificación de los ya mencio-
rario de las culturas ajenas habría preparado la intelectual; la coherencia argumentativa debería
tades que los propios habitantes de estas nados aspectos criticables del área islámica
ocupación y conquista de las mismas por las poten- ser vista como un aspecto superable de la cultura
tierras sufrían y sufren a causa de la irra- y de los otros regímenes civilizatorios del
cias europeas. Los orientalistas occidentales cons- “burguesa e imperialista”. Orientalismo es un libro
cionalidad de muchos aspectos de la vida Tercer Mundo por medio de las diferencias
truyen, de acuerdo con Said, una imagen invariable estructurado caóticamente, inexacto y difuso, que
diaria, como la falta del Estado de derecho identificatorias, como ya lo hemos vislum-
del Oriente y de sus habitantes como si fuesen lo contiene largos pasajes filológicos que son prescindi-
y la débil posición de los individuos frente a brado al mencionar a Gérard de Nerval. Se
Otro por excelencia con respecto a lo europeo. bles para la finalidad de la obra. Muy a tono con las
los poderes fácticos, casi siempre imprevi- puede decir que son enfoques que invierten
Contra los estudios orientalistas de su tiempo, tendencias relativistas que recién empezaban, Said
sibles y a menudo despóticos. Como a todo el eurocentrismo superficialmente y que no
Said tuvo la valentía de afirmar que ese Otro se declaró enfáticamente que no hay verdades en sentido
espíritu conservador, le molestaba que los contribuyen a comprender mejor las comple-
manifestaba invariablemente como portador de absoluto y que todo enunciado está permeado por el
“extranjeros” criticaran los fenómenos recu- jas y cambiantes estructuras internas, así
una dignidad ontológica inferior: un modelo civili- habla y la cultura del contexto. El pensar sería sola-
rrentes de la realidad cotidiana de su ámbito como la configuración de la vida cotidiana
zatorio estático, conservador, despótico, atrasado, mente la formulación de metáforas y metonimias,
de origen4. En resumen, no se dio cuenta de de los países del Tercer Mundo.
patriarcal e informal. El ámbito oriental es visto afirmó Said citando a Friedrich Nietzsche de forma
las consecuencias de todo tipo que se daban
por los occidentales, según Said, como una preten- entusiasta. Pero inmediatamente después, Said
y se dan hasta hoy en el mundo islámico por Para entender mejor la constelación contem-
dida unidad monolítica que no conoce el progreso prosigue con declaraciones generales de naturaleza
la falta de un análisis crítico-científico de la poránea, por ejemplo en el ámbito islámico,
1
Edward W. Said, Orientalism (New York: Vintage 1978). En este texto mío citaré a Said siguiendo la excelente
propia identidad social. hay que acudir a estudios fundamentados
traducción alemana de Liliane Weissberg: Edward W. Said, Orientalismus (Orientalismo) (Frankfurt etc.: Ullstein empíricamente. De acuerdo con el erudito
1981), 320-323, 331, 343. Otras obras teóricamente importantes amplían esta concepción: Edward W. Said, The Para ilustrar los detalles engorrosos de sirio Bassam Tibi, muchos aspectos de la
World, the Text and the Critic (Cambridge: Harvard U. P., 1983); Edward W. Said, Culture and Imperialism
(Londres: Chatto & Windus, 1993).
Orientalismo se puede mencionar una gran vida diaria en la mayoría de las sociedades
obra literaria analizada por Edward W. Said. que conforman el área musulmana —el trata-
2
Cf. entre otros: John MacKenzie, Orientalism. History, Theory and the Arts (Manchester: Manchester U. P., 1995); A mediados del siglo XIX Gérard de Nerval miento de las mujeres y de las minorías, las
Bart Moore-Gilbert, Postcolonial Theory. Contexts, Practices, Politics (London / New York: Verso, 1998).
60 61
prácticas políticas habituales y el funcionamiento modelos muy avanzados de teoría postmoder-
efectivo de las administraciones públicas— no son nista con la erudición de los expertos tradicio-
solo modelos distintos del europeo occidental, sino nales en derecho islámico. Para Bassiouni, cada
sistemas de ordenamiento social que denotan un orden cultural posee sus propios derechos huma-
arcaísmo petrificado, un legado autoritario preser- nos y su propia tradición, religiosa y secular, refe-
vado intencionalmente y un nivel organizativo que rida a estos derechos. Su tesis principal es muy
ha quedado sobrepasado por el decurso histórico popular en el mundo académico contemporáneo:
modernizante7. No hay duda, por otra parte, de que los derechos humanos deben ser “redefinidos”
los elementos centrales de esa tradición brindan por el legado intelectual de cada modelo civilizato-
seguridad emocional, un sentido bien establecido rio e integrados, por ejemplo, al derecho islámico
de pertenencia colectiva y, por consiguiente, una clásico, en cuyo marco recién tendrían significa-
identidad social relativamente sólida. Y por todo ción efectiva. Por un lado, se “respeta” la tradición
ello, estos factores son aceptados gustosamente occidental de los derechos humanos; pero estos
y estimados en alto grado por una porción muy últimos tienen vigencia práctica solo si se los
importante de la población en casi todos los países interpreta en el seno de los principales saberes
islámicos. jurídicos y políticos del Islam8. Bassiouni, pese
al despliegue de su imponente aparato crítico e
En todos estos enfoques, situados en el terreno histórico, se basa en el principio conservador por
de los estudios postcoloniales, se pueden detectar excelencia que ha desarrollado la convención islá-
cinco carencias principales: (1) la incapacidad de mica clásica sobre este punto: todos los derechos
autocrítica; (2) la aceptación tácita de los elemen- provienen directamente de la voluntad de Dios;
tos autoritarios y anacrónicos de la propia cultura su vigencia está asegurada por este origen divino,
porque es el legado de valores que uno mismo que en la mayoría de los casos hace superflua una
ha recibido (“el lugar de enunciación”); (3) el uso regulación constitucional o legal, ya que esta sería
instrumental, demasiado evidente, del relativismo redundante. Medidas provenientes de parlamen-
postmodernista, porque este último sirve extraor- tos, gobiernos e instituciones para la protección e
dinariamente bien con un toque de actualidad y implementación de los derechos son vistas como
cientificidad— a las metas de enaltecer la posición secundarias y a veces como innecesarias9.
político-cultural de las naciones del Tercer Mundo
y, al mismo tiempo, de diluir y hasta menospreciar Bassiouni asevera, inequívocamente, que los dere-
los logros científicos, democráticos y organizativos chos humanos representan una construcción social
de Europa occidental; (4) la preservación de una de la civilización occidental, que no puede pretender
visión romántica y edulcorada acerca del propio universalidad porque se originó como “reacción” a
pasado y de los regímenes autoritarios (populis- amenazas que una sociedad determinada experi-
tas y socialistas) que prima facie parecen construir mentó en el seno de una historia particular. Por ello,
una alternativa al “capitalismo imperialista”; y (5) habría muy diferentes concepciones de derechos
el cultivo de formas confusas y barrocas de exposi- humanos en el planeta, y ninguna de estas concep-
ción, junto con contenidos teóricos que a la postre ciones, por lógica, podría pretender una validez
se muestran como modestos o insignificantes. universal. Todas estas aseveraciones, por más
Estos factores aseguran paradójicamente la popu- eufónicas que suenen, predisponen a una estrate-
laridad de estos enfoques en el mundo académico gia de dilución de los derechos humanos, que ya
7
Bassam Tibi, Die Krise des modernen Islams. Eine vorindustrielle Kultur im wissenschaftlich-technischen
Zeitalter (La crisis del Islam moderno. Una cultura pre-industrial en la era científico-técnica) (Munich: Beck,
1981), 11-19.
8
Mahmoud Bassiouni, Menschenrechte zwischen Universalität und islamischer Legitimität (Los derechos humanos
entre la universalidad y la legitimidad islámica) (Berlín: Suhrkamp, 2014), 92-93. Este principio se parece mucho
a la práctica cotidiana con respecto al Derecho Indiano durante la época colonial española: se acatan las leyes,
pero no se cumplen.
9
Ibíd., 22.
62 63
discusión internacional en las Naciones Unidas y en otros
organismos no se ocupa preferentemente de los derechos
humanos, sino de otros “problemas más importantes”, como
la repartición adecuada de la riqueza social o la consecución
de la justicia social en el comercio internacional10.
10
Ibíd., 319.
registro fotográfico por David Estrada Larraneta
11
Ibíd., 32-34. Toda mención crítica a las consecuencias políticas
y sociales de las prácticas cotidianas del Islam es vista como
Carlos Castro @carloscastroar - Madre (2021),
64 65
|Ensayo
país. Ese cambio propició mayores oportunidades con su hermana Hilda para el sello RCA y publicó
para formarse artísticamente a las dos jóvenes un disco basado en su trabajo de recolección de
cantantes y para entrar en contacto directo con la los cantos campesinos. En la capital se abrieron
vida cultural de la época. Pronto, Violeta y María pronto nuevas perspectivas artísticas: la artista
66 67
68
69
70 71
En un fragmento particular de desespe- y toma forma una cierta comunión entre la su hermano, el poeta Nicanor Parra, y en la larga 16
María carta,
ración o euforia incontenible se afianza el propia historia íntima y la pasión de Cristo, estancia de María en Roma con su esposo, el guio- Canto ritual
(Valparaíso:
delirio, ese estado de ánimo, a la vez tras- vista a través de la figura mariana: nista Salvatore Laurani, se reconoce una posibi- Valparaíso
cendental y trágicamente humano, que nos lidad de redención y un cambio de perspectivas Ediciones, 2022).
conecta con el elemento divino dentro y Maire mía, no me llores / porque me que les permitió observar a distancia, quizás más
fuera de nosotros, así como el sueño: voy d’este mundo / con sentimiento claramente, su propia cultura. El aporte en estos 17
Citado en
profundo / te dejo mil sinsabores. / recorridos artísticos y personales de figuras funda- Violeta Parra,
Poesía.
Hasta mañana, compadre, que ya me ha Resuenan ya los tambores / y la música mentales del panorama cultural mundial, con
venido el sueño de los cielos / recibe como un consuelo personalidades como Pablo Neruda y su hermano
la tinta me está anunciando que todo tiene
su término / la gloria que me ha llamado / por no Nicanor, para Parra, y Zeffirelli y Ennio Morricone,
y aquí termina por hoy la carta que estás tener ni un pecado / me saca del triste para Carta, jugó un papel importante en el insólito
leyendo suelo. talento de las dos artistas y su profunda humani-
afuera rugen motores y adentro todos dad, forjada por la vida y el estudio, circunstancia
durmiendo El destino, y la determinación de seguirlo, clave de su éxito. Escribía María en unos versos
menos el mundo pintado en lana, pintura o
fuego14. lleva a ambas autoras a una tierra extran- que parecieran dedicados a su hermana artística
jera. Es en Francia donde se cruzan ideal- del otro lado del charco:
14
Violeta El Dios al que se refieren los habitantes de mente sus caminos: en esta nación, la una
Parra, Décimas. la aldea de Cerdeña es, sin duda, el católico, encuentra una segunda patria, el comienzo Y entonces veré otras manos / desconocidas /
Autobiografía
pero visto desde una perspectiva espontánea. de una nueva vida personal y artística, y Lavar con sangre / el infierno del mundo. / Tú
en verso
(Santiago de El creador se percibe a veces distante, exacta- la otra, la confirmación de su carrera15. / hermana de mis noches / estarás a mi lado16.
Chile: Editorial mente como el Estado, lejano, como perdido Violeta, en particular, encontró en Francia
Sudamericana,
en un agujero negro espacio-temporal muy condiciones de vida muy precarias: Muestra de la grandeza de estas dos poetas son
1976).
remoto. Es entre los múltiples pliegues del los versos memorables que dejaron a nivel lite-
15
El texto donde se vislumbran las reminiscencias Viví clandestinamente / con tres chile- rario y musical y por las experiencias que vivie-
reconocimiento de un paganismo precristiano apenas visto a nos gentiles / lavándoles calcetines ron. Pablo de Rokha (1964)17 dedica palabras a
del público y / cuatro días justamente / de noche la artista chilena que también podrían aplicarse a
de importantes contraluz.
instituciones pacientemente / voy de bolinch’en boli- María Carta:
culturales En las Décimas de Parra, el enfoque de la che / para pegar el afiche / del nombre
francesas de mi país / me abre su puerta París / La gran placenta de la tierra la está pariendo
tuvieron cierta divinidad es de alguna manera diferente,
relevancia en la se vuelve más explícito, pero no necesaria- como una mina’e caliche / el nombre de cotidianamente, como a un niño de material
carrera y en el mente menos problemático. Las invocacio- mi país / París me abre la puerta / como sangriento e irreparable, y el hambre milena-
reconocimiento una mina de salitre. (Violeta Parra, Déci- ria y polvorosa de todos los pueblos calibra
del trabajo de nes de la cantante chilena a los santos y
Carta a nivel figuras centrales del cristianismo son conti- mas. Autobiografía en verso) su vocabulario y su idioma folklórico, es decir,
internacional, nuas, con motivo de situaciones dramáti- su estilo, como su destino estético y no a la
aunque no haya María, habiendo vivido solo la experiencia manera de las categorías. Por eso es pueblo
estado en ese cas o alegrías inesperadas, tanto que se
país físicamente. convierten en un verdadero fil rouge que de la migración interna, y de una manera y dolor popular, complejo y ecuménico en su
une las diversas composiciones de la colec- no tan extrema como Parra, recuerda sencillez de subterráneo, porque el pueblo es
ción poética: las historias de los muchos compatriotas complejo, sencillo, tremendo e inmortal, como
“dispersos” por el mundo en busca de una sus héroes, criados con leche de sangre.
Se ha de asombrar hast’el diablo / con mejor vida.
muchas bellas razones / como en las conver-
saciones / entre San Peiro y San Paulo. […] Por tanto, María Carta y Violeta Parra pare-
Si el canto no le da miles / válgame Dios, la cen haber compartido, con solo una gene-
cantante. [...] Al verlo a primera vista / parece
mi lindo abuelo / algún arcángel del cielo / ración de distancia, un destino paralelo que
gemelo de Juan Bautista. las lleva, siendo de cuna humilde y criadas
en un contexto periférico y desfavorecido,
Una discusión aparte merece el sustan- a establecerse en altísimos niveles en el
cial paréntesis inherente al “Velorio del campo artístico.
Angelito” que, aunque de matriz espiritual,
representa sobre todo un prolongado y Sería ingenuo e injusto pensar que lo
conmovedor acto de amor maternal divi- que cambió sus vidas fue un traslado del
dido en cuatro partes. En este caso, la fe campo a la ciudad, una lucha entre “civi-
reconforta y acompaña el dolor inefable de lización y barbarie”. Ciertamente, en el
la pérdida de un hijo, en la que se abre paso viaje de Violeta a Santiago de Chile con
72 73
|Cuento
riesgosos para los aviones y la serenó el brillo del desconcierto mirando el pasillo monótono. Apagó
Hudson. la luz individual porque le fastidiaba y apuntó el
chorro de ventilación hacia la cara. Sentía como
—¿Cómo así? —replicó Vladimir. si sus pulmones acumularan metano.
—Así: Camilo por ahora va a vivir con su papá, yo —¿Estás hablando en serio?, parecías satisfecha
Altitud
me lo traigo como sea en abril del año entrante con el viaje —cuestionó Vladimir sin hablar rudo
—le explicó Amanda tronando los dedos, hablaba y, a pesar de odiar el tabaco, pensó salir corriendo
de su hijo—. Mis primas me van a emplear en el hacia la cabina de fumadores.
Juan Carlos Gutiérrez Medina restaurante mientras me acomodo, no seré la
Ingeniero, juangutime@gmail.com primera en todo caso. —Eran dichas finitas, todos las tenemos, hasta vos.
Deberías envejecer y dedicarte a Silvia —propuso
—¡Pero vos no podés hacer eso! —le reclamó él. Amanda mientras se sujetaba la nariz para liberar
los tímpanos.
—¿Cómo no?, acá está la visa —dijo y mostró una
Vladimir se miró en el reflejo de la puerta que a la ida y no a la venida”, pensó Amanda. Pero
hoja del pasaporte. —Pero estabas dispuesta a ser la amante, lo
cerraba la entrada al control de aduanas. Los necesitaba los honorarios por aquel trabajo de
hablamos mil veces “Podés conservar a tu familia
labios se le hundieron en la boca. Lloró, aunque intérprete en el congreso y los elogios de los cien-
El avión descendía y giraba. Amanda volvió a ver y tu otra vida” dijiste —reclamó él casi imitándola.
sus lágrimas parecían atrancadas en alguna parte tíficos belgas y franceses expertos en partículas
las islas y creyó reconocer la geografía aprendida Había medio metro de distancia entre ambos y ya
de su historia. Amanda se había escapado durante subatómicas.
en su viejo atlas. Sollozaba. Vladimir olvidó igua- creía extrañarla.
la escala en el aeropuerto de Newark para empe-
lar la presión en sus oídos y confundió ese mareo
zar otra vida. Ella volvió la cara rápidamente para —Mi carrera en Colombia es un desperdicio —
con la sorpresa. Cuando la azafata se paseó por la —Exacto— asintió Amanda y pensó en el símil
verlo por un ventanal antes de perderse entre la confesó cuando el avión ya descendía—, no quiero
cabina, él dejó la lengua afuera para dramatizar la acertado para lo exacto: “como perforar el lóbulo
muchedumbre. envejecer como una intérprete mediocre ni estor-
sed y le ofrecieron una botellita de whisky. Cotejó de la oreja de un paciente en coma”, pero calló.
bando en los planes de un cómodo.
en silencio compromisos que pudieran disuadirla:
Durante más de dos años Amanda y Vladimir
¿Dejaría a Silvia?, esa era una promesa falsa, Ya la tormenta estaba en la cola de la nave y
habían tratado de esconder su romance ante —¿Por qué salís con eso ahora, sss? —preguntó
siempre se rehusó a dejar a su esposa. Además, Amanda vio la sombra del avión que atravesaba
los compañeros del departamento de ciencias. Vladimir, y ella lo chuzó con la mirada, también
Amanda nunca quiso negociar nada parecido. ¿Le una cantera amplia y profunda.
También habían comprado la confianza y el silen- descubrió el odio a esos resoplidos.
prestaría más atención?, ¿más apoyo a sus poema-
cio de otros confesándoles que criaban un amor
rios, a sus traducciones? Esos eran paternalis- —¿Pero no podías avisarme desde antes?, yo te
incontenible. Finalmente, el secreto se había El oriente estaba despejado y al fondo crecían las
mos, ella hubiera esquivado fácil ese lance. ¿Más hubiera ayudado, lo hubiéramos planeado juntos,
filtrado tan fácil entre unos y otros que los enga- sombras de Manhattan. Hacia el sur, los rayos de
pasión? Amanda consideraba la pasión una pala- tengo colegas en Boston y podría arreglar viajes
ñados acabaron siendo los dos amantes. Tampoco una tormenta se descargaban sobre el océano.
bra de emergencia, o algo así, lo habían discutido. pagados por la facultad —le dijo Vladimir, ya en
hubo tanto drama social, lo normal; gente maldi- Amanda se distrajo con unas nubes violetas,
retirada—, deberías ser menos radical.
ciendo o riendo, resignados o espectadores apro- deseaba comentar las sensaciones o templar algu-
—¿Y qué voy a decir en la facultad? —preguntó,
vechando el relato de unas vidas distintas a las nos versos. Pero recordó las negativas ordinarias
Vladimir. —¿Y me hubieras creído?, si mis poemas te pare-
propias. de Vladimir: “No, esas nubes son grises” o “¿por
cían arranques jipis: “los dramas verdaderos los
qué tenés que pensar en las gaviotas invisibles
—Yo no soy empleada de la facultad, no digás vive el proletariado” decías— reclamó Amanda.
Viajaron juntos a un congreso de física en cuando estamos a cinco mil metros de altitud?”.
nada. Entregale esto al decano, por favor —aclaró Ella sabía que ese parafraseo bullía cada semana,
Montreal, donde pasaron cinco noches para olvi-
mientras le pasaba un sobre sin sellar y bostezó. pero estaba a la mano.
dar. Las excentricidades por las que Amanda Aunque Vladimir había prometido divulgar sus
Eran los músculos de la cara adaptándose a la
había justificado su embeleco por él devinie- artículos literarios, traducciones y poemarios a
presión—. Dale mi agradecimiento por las visas. El avión se sacudió. La botella de whisky vacía
ron de repente en caprichos: sus adoraciones a los amigos de la universidad, ayudarle con contac-
rodó bajo las sillas. Amanda se haló un crespo,
la Unión Soviética, la falsa fobia al azúcar y las tos en la comunidad intelectual, Amanda se había
Vladimir tragó el whisky, evitaba llorar con un mojó el susto con lágrimas hasta cuando la fric-
caminatas con el espíritu desordenado del intelec- convencido de vivir un futuro lejos y sin nadie
truco de adolescente: estirar el labio superior con ción de la pista la tranquilizó. Estaba ilusionada,
tual rebelde. Sí, esa rebeldía ya más parecida a parecido a un profesor reseñado por sus alumnos
la lengua, mirarse el bigote y mover la manzana de había vencido.
obediencia. como un adobe. Y la saciedad se fue hinchando
Adán. Se deslizó hacia la silla que los separaba del
mientras él roncaba en los vuelos; tres llegando al
pasillo, estaba vacía. Sus piernas vibraban y una Vladimir se imaginó su vejez al lado de Silvia, una
Amanda concibió ese viaje como un escape y el Canadá y uno desde Montreal hasta Newark.
gotera de sudor parecía rajarle la sien. Amanda mujer sin improvisaciones. La vida lo había prepa-
combustible almacenado durante toda esa teleno-
puso el sobre en el asiento que quedaba entre rado todo para que fueran compañía. En cambio,
vela se terminó de quemar en el helado Quebec. La —Hasta acá llegamos, mis primas me están
ambos y bajó el descansabrazo. Vladimir se paró Amanda. Amanda se estrechaba cuando la mordía
faena de disculpas, el sexo insípido y los sueños de esperando a la salida del aeropuerto— le zampó
cuando una campana y la señal luminosa pidieron en la clavícula o cuando lamía su oreja. Y al revés.
ella descifrados por él como frustraciones deshi- Amanda y volvió a esconderse en el espectáculo
sentarse y atarse el cinturón de seguridad porque Jugaba durante las discusiones y él disfrutaba de
cieron cualquier remordimiento de abandonarlo de la tormenta. Ella se preguntó si los rayos eran
se aproximaban unas turbulencias. Ocultó el esas asfixias buscadas que, supuestamente, no
en ese aeropuerto ruidoso. “Debí haber desertado
dejaban huella.
74 75
Una lluvia tímida atacaba la pista. Vladimir se
paró a pesar de las advertencias inentendibles y
Amanda lo agarró del brazo. El avión debía tran-
sitar durante unos minutos. Los pasajeros salta-
ron de las sillas después del frenazo y Vladimir
se apuró a sacar las dos maletas del gabinete de
encima de su cabeza. Días antes, en su salida
de Medellín, él se enorgulleció por haber podido
empacar todo lo preciso en una maleta de mano.
Pero comparó el volumen limitado de la otra
maleta donde Amanda cargaba su vida y se sintió
mortal, terriblemente mortal.
—Me gustan los sucesos —dijo solemne, al termi- por la forma en que ambos la miran, aunque no
nar, como quien anuncia un premio. la mencionan mucho. Así es el dolor, trae consigo
silencios. Al lado de mi ojo izquierdo pusieron una
—Hablas igual que los periódicos que te comes — pintura de un bosque. Juraría que hay un venado
le dije. en medio de los árboles, pero nadie ha dicho nada.
La pintura es vieja y no todos ven tan bien como
La cabeza de un venado
—Hace ya un mes que se fueron. No creo que lo hago yo, ni perciben los olores como yo lo hago.
volvamos a verlos. No solo el queso se había Yo sé cuándo están llegando a casa, incluso sin
acabado en la despensa. La muerte y la pobreza oírlos. He aprendido a reconocer su olor.
Eduard Pereira J. no caben en una casa tan grande.
epereira05@gmail.com Cuando los dueños de casa están dormidos, el
Se fueron y solo quedamos el ratón y yo hacién- ratón me visita. Se queja de que le duele el cuello
donos viejos. Ya no hubo gritos de niños, ni taco- de mirarme hacia arriba, que antes estábamos
neos de señoras, ni puertas que se cerraran, ni más iguales y que ya parezco el rey de esta sala.
ventanas que se abrieran haciendo ruidos de sol. También le duele que nuestra comunicación se
Nos quedamos solos. Salvo el viento que sacudía limite a las noches. Se le olvida que podemos
Yo soy la cabeza de venado que estaba en el El que sí hablaba mucho era el ratón. Creo que
algunas cosas y que a veces nos pasaba a saludar hablar sin vernos. Se lo recuerdo. Refunfuña y con
desván. A mi lado solían estar un balón de rayas vivía en el techo o junto a la ventana del desván
al desván. Susurros, holas, alguna breve historia. eso entiendo que me ha dado la razón. Es un poco
rojas tan descoloridas que se hacían blancas, dos que daba al jardín. A lo mejor tenía varios luga-
No se debe esperar más. Siempre tienen prisa; soberbio. Yo sé que le han gustado los cambios
cajas con fotos y libros, una mesa rota y un baúl res para pasar sus sueños. Nunca pude saberlo.
llegan, sacuden un poco y se van. Los vientos no de la casa. Uno de ellos son las historias. Soy yo
enorme y viejo. Allí guardaban cobijas. Lo supe Tampoco quise meterme en eso.
hablan mucho, no tienen tiempo, pero hablan un quien las cuenta ahora, ya sea porque las escucho
porque una vez se llevaron una, pero nunca volvie-
más que las arañas y eso para mí los hace mejores de ellos o porque las veo pasar por la ventana y
ron por ella. No volvían por muchas cosas. El ratón me visitaba con regularidad. Se sentaba
compañeros. las aprendo.
a mi lado y se comía una hoja de un libro mientras
Recuerdo que el techo del desván era de madera contaba historias. Si tuviera patas o algo parecido
Cuando el ratón comenzó a repetir historias, a —Creo que estoy gordo —me dice mirando su
y se podían contar, a pesar del polvo que hacía lo a manos, con seguridad escribiría una novela con
falta de otras, llegaron los nuevos dueños: un barriga.
suyo con todos nosotros, ocho vigas de un marrón las historias del ratón, pero tampoco tengo ese
hombre adulto y un niño. Revolotearon varios
perfecto. Si tuviese patas podría decir que estaba talento y quedaría solo como un transcriptor y así
días por la casa. Al principio, hubo mucho ruido, —Es que aquí hay mucho más que tus amados
patas arriba, pero solo soy una cabeza. Así que no vale. Tampoco quiero tener patas, ni manos. Me
mucha gente, mucho ajetreo. Luego, quedaron quesos.
estaba boca arriba, con un ojo mirando al baúl y gusta ser lo que soy. No deben de existir muchas
ellos dos y la casa recuperó un poco el silencio.
con el otro al balón viejo. cabezas de venado en el mundo, creo yo. Por lo
A las arañas no las volví a ver porque una señora
menos que hablen como yo lo hago. Es bueno ser
El niño exploró cada rincón de la casa. Lo sentía viene cada fin de semana y asea hasta los más
Mi oído es bueno; percibo al exterior con cierta diferente.
moverse por los cuartos, lo escuchaba saltar en el oscuros rincones. Encuentra en eso placer, lo digo
claridad y me siento pleno. Si no hay mucho
jardín, deslizarse en las escaleras, mover platos en porque canta todo el tiempo. Hasta a mí me hace
ruido, puedo sentir el batir de las alas de un pájaro Todo transcurría normal hasta que un día vendie-
la cocina y, claro, finalmente, el turno de la explo- cantar por dentro. Todo es impecable los sábados
cruzando el jardín o el crujir de la madera calen- ron la casa. Se llevaron todo, de todos los pisos,
ración le llegó al desván. Fue él quien me encon- por la tarde. Nunca mis ojos han estado tan brillan-
tándose con el sol. Amo el rumor que hace la vida menos lo del desván. Creo que fue una venta apre-
tró y salió conmigo corriendo como un trofeo. tes, pero no sé si es porque ella los limpia con un
al moverse. Mis sonidos preferidos son los que surada y triste. Escuché llantos y lamentos revuel-
aceite muy fino o porque soy feliz. Creo que es por
surgen cerca al techo cuando la lluvia acaricia las tos con el ruido de empacar los trastos. A pesar
—¡Ponlo en la sala, papá! ¡Ponlo en la sala! — esto último, en eso ha insistido el ratón.
tejas y el mundo parece comenzar de nuevo. de no estar tan cerca, me daba cuenta de lo que
gritaba el niño, feliz, y yo con los ojos que se me
pasaba y me entristecía con ellos. Tal vez por eso
querían salir del más puro miedo.
Creí que me quedaría así para siempre, que las el polvo no cubrió mis ojos. Las lágrimas limpian
arañas que habían tejido sus redes en mis astas la mirada y serenan el resto.
Intenté hablar, pero estaba mudo. Además, creo
serían mis compañeras eternas. Deberían saber
que, si hubiese hablado, ellos no habrían escu-
lo silenciosas que son las arañas. No son buena Hasta el ratón lloraba a veces. Oculto en la penum-
chado tampoco. Mis palabras no tienen sonidos
compañía, sobre todo cuando puedes sentirlas, bra lo sentía suspirar, pero de eso no se hablaba.
fáciles de entender, están solo en mi cabeza, muy
pero no verlas. En varias ocasiones les pregunté Cada uno guardaba sus lágrimas, teníamos sufi-
adentro de mi cabeza y ellos no saben cómo llegar
por qué adornaban mi cornamenta con sus hilos cientes en la casa, no queríamos lo mismo en
allá. El ratón sí sabe, de tanto comer libros se
cuando por allí no pasaba ni una mosca. No nuestro empolvado rincón.
ha vuelto un poco inteligente, sabe leer hasta la
encontré respuesta. Solo el chischís de su tejer o
mente de un venado.
su mutismo. Es posible que su interés sea mera- La historia completa del viaje de los dueños hacia
mente decorativo. ¡Vaya uno a saber! Con quie- otra ciudad me la contó el ratón una tarde que se
Ahora estoy en la sala, como el niño quería, frente
nes no hablan uno se la pasa suponiendo cosas y sentó en la ventana a mirar el jardín.
a la ventana. Junto a mi ojo derecho está el cuadro
siempre se equivoca.
de una señora hermosa, quien debe ser la madre
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|Cuento
La mente en un botón:
brillantes, desolados y hasta suicidas. —¿A qué sabe el cielo?
—El cielo es lo único que no puede caerse.
Un día cualquiera, Corazón de Lobo Editores se
Entrevistas Psiquiátricas
interesó y propuso interrumpir las publicaciones —No entiendo.
en la red social para pensar formalmente en la —Sabe a perfección.
construcción de un libro. Ese libro hoy se llama
“La mente en un botón. Entrevistas Psiquiátricas” —¿Qué es la perfección?
G Jaramillo Rojas y verá la luz a principios de 2023. Tal vez mi único
(Bogotá, 1987), Sociólogo, periodista y docente. Escritor de algunos libros y editor en —Una especie de incendio bajo el agua.
anhelo y expectativa con ese libro es que llegue a
Revista Late, descompliques@gmail.com
las manos de J para recordarle que su supuesta ***
locura no es otra cosa diferente a la inteligencia
—¿Qué es la poesía?
y luminosidad que tanta falta le hace al mundo de
afuera. —Es algo que lo dice todo.
Descargo verlo por primera vez al hospital psiquiátrico al
que fue a parar. Su hermano mayor, abogado, lo —¿Ya existe algo que logra decirlo todo?
Gracias a la Revista de la Universidad de Antio-
Una mañana me enteré de que mi amigo J había había defendido ante el tribunal que lo juzgaba —No, señor. Olvídese. Si existiera, se acabaría la
quia, en cabeza de su director Guillermo Correa,
matado a su madre. No lo creí posible. Lo negué, como homicida, argumentando que J no podía ir búsqueda.
por contactarse y animarse a publicar esta
tal como algunas veces negamos lo que más nos a una cárcel, sino que tenía que ser internado en
pequeña selección de conversaciones que, al final —¿Qué búsqueda?
molesta de la propia sangre. No obstante, en los un loquero.
de cada día, todos, sin distinción, tenemos inte-
pasillos de la Facultad esa historia tan triste como —Pues la búsqueda de la perfección.
riormente, justo antes de fundirnos en el sueño y
espantosa ya había desatado toda su imaginación, Iba sábados enteros, a conversarle, a escucharle,
sin saber si habrá un despertar. —¿La perfección es la poesía?
agarrando plena autonomía y una morbosidad a enfrentarme con su descomunal lucidez. Me
que jamás volví a percibir. pedía libros y cigarrillos Pielrroja que yo entraba *** —Digamos que la buena poesía es perfecta porque
de contrabando en la parte más honda de mi lo congrega todo.
Algunas semanas después supe cómo fue: J se mochila. Me presentaba amigos, me mostraba —¿Te gusta el sabor del miedo?
había perdido de la casa materna porque lo esta- la huerta, me contaba historias, se quejaba de la —Sí, me encanta. Sabe a lenguaje. —¿Todo lo existente y lo no existente?
ban presionando para entrar en un tratamiento coctelería cotidiana y me decía, una y otra vez, que —Todos los significados.
psiquiátrico. Él jamás iba a aceptar que ese él no sufría de esquizofrenia paranoide, sino de —¿Y el de la sangre?
siniestro poder le regulara su libertad, su vida. neurosis. —También, sabe a negación. —Una vez leí que la buena poesía no significa
En ese entonces, éramos lectores voraces de nada. ¿Qué piensa de eso?
—¿A qué te dedicas?
Foucault, Artaud y Jattin y creíamos conocer a Así pasaron varios años. Yo tomaba nota de cada —Que es real. Todos los significados son ilusorios.
fondo las policivas triquiñuelas de la psiquiatría. cosa que escuchaba, que veía, de cada persona —A respirar en la boca de la muerte.
con la que hablaba, de todo lo no verificable, de —¿Tiene algún ejemplo de buena poesía?
—No entiendo.
Después de un mes de vagabundería por las calles los temblores, de las voces retumbantes, de la infi- —Sí, obvio: la vida.
de Bogotá, J decidió volver para reconciliarse y, en nidad de delirios y, sobre todo, de la implacable —Avanzo sobre las grietas de los puentes que se
una tarde resplandeciente como pocas en esta cordura que cada sujeto empezó a forjar para mí. J quiebran. —¿La vida es simple ilusión?
urbe anémica, encontró a su madre compartiendo reía y me decía que el que debería estar ahí era yo. —Sí. Aunque a veces no. La vida nos aplasta
—¿Qué?
unas onces con la psiquiatra. cuando se pone concreta.
Un día lo trasladaron a otro psiquiátrico y J no —Nada.
—Perdón. Me perdí.
J entró en pánico y rompió contra el suelo lo quiso recibir más visitas. Se apagó como un cirio —¿A qué sabe el sol?
primero que encontró: un jarrón de vidrio. Se en la gélida noche de la catedral, dejando apenas —Digo que la vida es un sueño que hay que seguir
abalanzó contra su madre y, mientras la psiquiatra la huella de su recuerdo. No entiendo por qué —El sol no tiene sabor. Quema. La sombra sí. soñando.
gritaba desesperadamente, le clavó el inconmen- cortó la magia. Yo seguía yendo a visitar pacien- —¿A qué sabe una sombra? —¿Esto quiere decir que la vida no existe?
surable filo en la garganta. J se quedó mirándola tes, amigos de él y míos, y nunca dejé de regis-
mientras moría, le acariciaba el rostro, le cerró los trar. A finales de 2020 me pasó algo que cambió —A piernas. —Como tampoco existe la poesía.
ojos, le besó la frente y, en el momento en el que mi vida emocional para siempre y tuve el impulso —¿Te molesta si abro mis piernas dentro de tu —¿Qué pasa cuando no se sueña, sino que se vive?
la inconsciencia se consumó para siempre, deseó de revisar aquellas libretas en busca de alguna sombra?
escribir un poema. décima de sentido. —Aparece la locura.
—Haz lo que quieras.
—¿Usted es poeta, soñador o vividor?
“Cuando en un hombre se juntan el miedo y el Empecé a compartir por Facebook lo que deno- —¿Por qué estás acá?
odio, las consecuencias son incalculables, más miné “Entrevistas Psiquiátricas”. Los contactos —Vivir me hace ser poeta. Soñar me hace ser
que nada por lo terribles”, me dijo cuando fui a reaccionaban de formas inesperadas para mí: me —Ageusia, dicen que tengo ageusia. poeta. Ser poeta me hace ser un loco.
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—Entonces, si la poesía no existe y los sueños son —Soñé que un libro gordo muy gordo me perse- *** —Pues lo toma con calma: busca una silla, se
ilusión, usted no existe. ¿Me equivoco? guía. sienta, si fuma enciende un cigarrillo y se dedica a
—Hablemos de su presente.
sentir todo el peso.
—Existe mi locura. —¿Por dónde la perseguía?
—Todos los días caigo en el mismo pozo.
—¿El peso de qué?
—¿Qué es la locura? —No sé, era una ciudad que no identificaba.
—¿Cómo es ese pozo?
—El peso del pozo. O el del presente. Es lo mismo.
—No sé qué sea la locura, pero puedo decirle cuál —¿Cómo la perseguía?
—Es como un tobogán.
es mi locura. ***
—Iba detrás de mí. Me daba pánico y yo corría. Y
—¿Ha estado muchas veces ahí?
—¿Cuál es su locura? se me aparecía en cada esquina. Volteaba a mirar —¿Qué pinta?
y seguía acelerando su paso. Me gritaba cosas —Pues vivo ahí.
—La necesidad de decirlo todo. —Pinto a alguien que mira morir a alguien que
espantosas. —¿En el tobogán?
—Entiendo. muere mirando la muerte de alguien.
—¿Qué le gritaba? —Sí. En él me deslizo como si fuera una sombra.
—Por eso me encerraron. —¿Pinta un trabalenguas?
—Cosas espantosas. Ya le dije. —¿En qué se le puede ayudar para que salga del
—¿Por qué lo encerraron? —No. Me pinto a mí misma.
—¿Cómo terminó el sueño? pozo?
—Porque no puedo decir nada. —¿Es usted la que mira?
—Mal. —Nadie puede ayudarme.
—Y su poesía ¿qué dice? —No.
—¿Cómo mal? —¿Qué siente?
—No dice nada. Solo insinúa. —¿Es usted la que muere?
—Estaba tan pero tan asustada que llamé a la —Siento que no puedo hablar con otros.
—¿Qué insinúa? Policía. Y llegaron unos lapiceros disfrazados de —No.
—Si quiere, hablamos otro día.
—Que vivir duele. policías. Detuvieron al libro y le pidieron su iden- —¿Es usted alguien?
tificación. —Y también me siento solo.
—¿En dónde le duele exactamente la vida? —Sí.
—¿Y? —Hombre, es que eso somos los seres humanos:
—Generalmente, me duele en la garganta. soledad. ¿No? —¿Quién?
—El libro gordo tenía un nombre y un apellido.
—¿En algún momento específico del día? Cuando me dieron esa información sentí que me —No. Somos más oscuridad. —La muerte.
—Claro. Cuando estoy callado. moría. —¿Qué precisa para salir del pozo? ***
—¿Y por qué no habla? —¿Cómo se llamaba? —Sentir que no estoy loco. —¿Qué le dice la voz?
—Porque no puedo salir de las ilusiones. —Crítico Literario. —Piénselo, solo piénselo: no estoy loco… no estoy —La voz me dice que envenene el café con gotitas
—Terrible. ¿A qué se dedica usted? loco… Y listo. de cianuro.
—O sea ¿de los significados?
—Soy escritora. — Pienso que mis ojos están rojos. —¿Y qué la detiene?
—Nada que ver.
—¿Dónde se consiguen sus libros? —Sí, muy rojos. —La misma voz que, apenas saco el gotero, me
—¿De dónde no puede salir?
dice: hoy no, mejor mañana.
—En ningún lado. —Pienso que el pozo soy yo y que todo lo trago.
—Ya se lo dije: de la poesía.
—La falta de decisión es suya.
—¿Por qué? —Espere. Creo que estoy viendo el pozo.
—Difícil todo esto que plantea.
—La voz juega conmigo. Sabe de lo que soy capaz
—No me animo a publicar. —¿En serio?
—Sí, no es tema fácil. y de lo que no.
—¿Qué la detiene? —Sí.
—¿Por qué? —¿La voz nunca le ha sugerido otra forma?
—Ese libro gordo que me persigue en mis sueños. —¿Qué ve? ¿Un naranjo o un cactus?
—Porque nunca se logra decir algo. —¿Qué otra forma se le ocurre?
—¿Alguna vez lo soñó flaco? —Veo una enredadera.
*** —Qué se yo: arrojarse por el balcón, clavarse un
—No, y eso me da más miedo: cada vez se aparece —Ah, usted está es por el otro lado. cuchillo, ahorcarse.
—Se le ve nerviosa ¿Todo bien? más y más obeso. —¿Cuántas fachadas tiene el pozo? —No. Esa voz tiene la imaginación muy corta.
—No. Todo mal. —¿Y eso qué significa? —Las que usted quiera. —Póngale punto final a eso.
—¿Por qué? —Ay, no. Horrible. Imagínese la cantidad de cosas —Y ya acá adentro ¿qué hago? —¿A la voz o a mi vida?
—Tuve un sueño horrible. El mismo sueño de que tiene para vomitar.
siempre. —Caiga nomás. —¿A qué prefiere ponerle punto final?
—¿Qué soñó? —¿Y si me quedo encerrado? —Creo que a la voz.
—Listo. Hágale.
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—Pero hoy no. Mañana hago el amague a ver
cómo me va.
—¿Qué va a hacer?
—Pues poner las gotas en el café.
—¿Y eso no es muy riesgoso?
—No creo. Es la única manera de callarla. Mejor
dicho: de darle su merecido.
La noche de cristal
Daniel Zapata
musatura.com, @zapataescribe
Sus padres le habían dado el permiso para Milton guardó el teléfono en uno de los bolsillos de
quedarse en casa de Julián, pero él no tenía su chaqueta, a veces colocaba una de sus manos
planeado pasar la noche allí; lo inventó como una sobre el pecho porque sentía una pequeña vibra-
excusa para poder tener sexo con Amanda que ción, miraba la pantalla sin sacarlo de su bolsillo
estaría sola durante todo el fin de semana. Su para corroborar que no había nada diferente a la
familia se iría a descansar en la finca de la abuela fecha y a la hora. Estaba ansioso, no podía evitar
materna. imaginar cómo sería el encuentro, si Amanda
llevaría puesto el vestido azul que tanto le gustaba
Por su parte, Amanda le había dicho que apro- a él, si lo llevaría con sandalias, con tenis o simple-
vecharía el examen de Estadística de la próxima mente descalza; si tendría ropa interior debajo o
semana, para pedirles a sus padres que la deja- si el vestido sería solo un incentivo para dar inicio
ran quedarse estudiando en casa, no sería difícil al momento que tanto estaba esperando y el que
convencerlos; ellos sabían muy bien que la piscina lo convertiría en hombre de una vez por todas.
y los caballos eran los enemigos de su concentra-
ción. Las probabilidades de que sus padres acep- Nuevamente incumplió el pacto de silencio que
taran dejarla quedar eran del cien por ciento, le tenía con su novia: sus amigos festejaban porque
aseguró. esa noche Milton tendría sexo, no solo por tercera
ocasión, esta vez no tendría que afanarse, no
Milton recibiría un mensaje de texto de Amanda estaría preocupado porque alguien los fuera a
en el que le avisaría el momento en el que sus tomar por sorpresa. Hasta ese momento ninguno
padres se marchaban para que él fuera a visi- de ellos había tenido la oportunidad de pasar la
tarla; lo acordaron de esa manera porque mien- noche con una mujer, así que se burlaban de él
tras esperaba, él pasaría el rato con sus amigos y porque tendría que soportar el mal aliento de su
ella quería que esta vez nadie se enterara. Sentía novia recién levantada a la mañana siguiente. En
culpa porque lo habían intentado en dos ocasio- realidad, Julián lo decía para disimular la envidia
nes sin el menor éxito, y sus amigos lo admiraban que sentía por no estar en el lugar de su amigo y
porque era el único de ellos que había tenido sexo aunque los demás lo apoyaban con la misma hipo-
en dos ocasiones. cresía, le decían que solo estaban bromeando y
“en serio se alegraban mucho por él”.
El último intento fue en una fiesta que ofreció una
de las amigas de Amanda. Esa noche, ella detuvo Milton acariciaba la piedra dentro de su bolsi-
la fricción, el preámbulo antes de quitarse la llo. Patiño acababa de matar a una paloma en
ropa, porque comenzó a sentir dolor; algo entre el un juego de tiro al blanco; algunas manchitas de
pantalón de Milton le presionaba la pelvis; aunque sangre quedaron pegadas a la parte más rugosa,
esa vez no reaccionó de forma agresiva, le dejó ver otras se habían disuelto con la fricción de sus
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los senos; en otra, le subía el vestido y comenzaba tipos de cabuyas y Julián comenzó a llamarlos desde El parque lo consideraban el mejor lugar para al imaginar que ella se negara de nuevo a tener sexo
a penetrarla de espaldas, en el garaje, y ella soste- la zona de los licores. El dueño del lugar se aseguró compartir, enamorarse, ver estrellas fugaces y con él y tuvieran que volver a inventar una mentira
nía su cuerpo con los brazos sobre el manillar y el de que las cámaras de seguridad estuvieran funcio- disfrutar la vista de la ciudad que solo se podía para no quedar mal ante sus amigos.
sillín de su bicicleta. nando y guardó su teléfono móvil en el bolsillo de su tener desde allí.
overol. Aunque también los vigilaba a través de los Patiño y Víctor estaban de rodillas frente a frente,
Milton comenzó a sentir un roce entre la piedra y espejos circulares ubicados en las cuatro esquinas A veces, se quedaban por horas sentados en los hacían ademanes con intención de golpearse para
su pene. del establecimiento, no pudo evitar que le robaran. columpios mirando el horizonte o se sentaban que el otro no tomara la bolsita que permanecía
sobre el pequeño muro que los separaba de la sobre el suelo.
—Había una vez un pueblo tan desconocido… tan Todos fueron a donde estaba Julián y tomaron colina por la que Milton podía descender directa-
desconocido… que no había gente —dijo Víctor dos vinos de caja. El dueño los esperaba en la mente hacia el barrio en donde vivía Amanda. —¿Por qué tan callado? ¿Está nervioso? —le dijo
antes de salir a correr para escapar de los golpes registradora y mientras se acercaban dudó por un Julián a Milton tomando el paquete de cigarrillos
que sus amigos le propinaban cada vez que él momento en solicitarles el documento de identi- Comenzaron a beber de una de las cajas. Patiño que estaba sobre uno de los columpios vacíos.
bromeaba. dad. Julián lo miraba desafiante mientras dejaba sacó de su bolsillo el paquete de cigarrillos y les —No, nada, acá viendo a estos dos.
las cajas y el valor total sobre el estante sin decir ofreció a todos. Milton no aceptó.
—¡Cójalo, cójalo! —gritó Julián.
palabra alguna. Milton caminaba, con la mirada —Yo sí decía, ni que fuera la primera vez, ¿y a qué
Patiño empujó a Milton para que ambos lo persi- fija en el suelo, hacia donde estaba Víctor imagi- —Vea este regalito que le mandó el tipo de la hora se va? —Dio una bocanada y dejó el encen-
guieran, pero no hizo caso. nando que estaba acostado en una cama doble tienda —musitó Víctor extendiéndole un paquete dedor dentro del mismo paquete de cigarrillos
y Amanda permanecía de pie, en ropa interior y de condones a Milton —Que con mucho cariño, —Bro, ¿quiere que lo acompañemos? —le dijo
A lo lejos, Milton observaba a sus dos amigos suje- comenzaba a bailar. Aunque no recordaba con dijo. entrecerrando sus ojos y dejando salir pelotas de
tando a Víctor por la espalda, intentaban derribarlo precisión la apariencia de Amanda semidesnuda, humo de su boca.
inmovilizándole los brazos, pero este se resistía. a veces sentía el olor y el sabor del talco de sus Comenzaron a reír y Milton los guardó dentro de
Mientras lo arrastraban por el suelo, Milton se senos en su boca; volvió a sentir la fricción con su bolsillo, junto a la piedra. Recordó la primera —No, mejor voy solo, de pronto los vecinos dicen
percató de que lo estaban empujando hacia los la piedra. Víctor esperaba en la puerta de salida vez que Amanda le dijo que no porque él no sabía algo —tomó un cigarrillo y lo encendió, de inme-
excrementos de un perro. Víctor se defendía con de la tienda y Patiño se retiraba lentamente, ponerse el preservativo; le decía que solo le estaba diato comenzó a toser.
los brazos extendidos sobre la acera y les supli- mirando las revistas que estaban exhibidas cerca cubriendo la punta del pene y debía cubrirlo
—Mucho tonto, ¿por qué fuma si no sabe? ¡Dele,
caba que no lo hicieran. Algunas personas comen- de la entrada, con dos encendedores y un paquete completamente. Del otro lado de la puerta, estaba
dele! —Les gritó a sus dos amigos que ahora esta-
zaron a gritar desde la acera de enfrente para que de cigarrillos en sus bolsillos que la máquina de Julián afanándolo porque sus padres estaban por
ban forcejeando tumbados en el suelo. Milton
lo dejaran tranquilo. En un descuido de los dos, seguridad no detectó. llegar.
aprovechó el momento y guardó rápidamente el
Víctor logró soltarse y salió corriendo. Esta vez
—Que tengan un buen día muchachos —dijo el —¡Uy! ¿Qué es todo lo que tiene ahí? —exclamó encendedor dentro del bolsillo que tenía vacío.
Milton se les unió y los tres fueron detrás de él.
dueño con afán por revisar la grabación de las Víctor señalando los bolsillos de Milton para que
—No, no, no, espere, vea, sabe qué —dijo Víctor
cámaras. todos lo vieran —Pobre hombre, está que lo mete
Para Milton lo único que hacía diferente ese riendo nerviosamente y señalando a Milton.
sábado, de todos los anteriores, era lo que iba a dentro de un hormiguero —amagó con salir a
—Muchas gracias, Don —respondió Julián. Pensó que Víctor lo había descubierto; apretó la
suceder más tarde; sin más, la rutina que todos correr, pero no lo hizo.
piedra a través de la tela del pantalón. —Había una
ellos tenían no cambiaba mucho: primero se Salieron y unos metros más adelante comenzaron —¡Marica! Se le cayó algo —le dijo Julián a Víctor, vez una mujer tan fiel, pero tan fiel, que cuando
encontraban en la casa de Julián para salir a a correr hacia el parque. mientras encendía su cigarrillo. tenía sexo con su amante se imaginaba que era su
deambular por las calles y, luego, terminaban esposo —Julián escupió el trago que acababa de
en el parque tomando vino, fumando cigarrillo El parque era el lugar en donde habían pasado —Bueno, salud por don polla —le siguió Patiño. tomar y no paraba de reír.
y hablando de mujeres; algunas veces, Víctor y los mejores momentos desde que estudiaban en
Julián, alardeaban sobre los nuevos amigos que el colegio. El mismo lugar, detrás de la univer- —Ton, Mil-tón el follón —remató Víctor antes de Milton aspiró una bocanada y volvió a toser; espe-
habían hecho alrededor del mundo a través de sidad en la que ahora estaban estudiando, en caerse del columpio. Todos comenzaron a reír raba con ansiedad que su teléfono vibrara. Miraba
algún video juego que acababan de comprar en donde Patiño había sido golpeado y asaltado por estruendosamente. Tirado en el suelo, recogió el crepúsculo y se rascaba una picazón inexistente
línea, mostraban en sus teléfonos móviles conver- los ladrones. Allí, celebraron la noche de gradua- una bolsita de plástico que salió de su bolsillo. a la altura del corazón. Patiño y Víctor estaban
saciones y fotos de ellos tomadas de la pantalla ción del colegio hasta que la Policía los expulsó tendidos en el suelo rodeados de ganchitos para
—Muestre, muestre qué es eso —le increpó Patiño
del televisor. Meses atrás, finalizando el colegio, por petición de los residentes del barrio. También colgar la ropa.
intentando arrebatársela.
no había sido muy diferente, solo que, en ese fue donde Víctor le declaró su amor a Leticia y
tiempo, Milton era el único soltero. tuvo que esperar dos horas a que ella volviera para —¡Me piensa en el primero! —le dijo Víctor a Milton —¿Y esa mierda qué es?
decirle si quería o no ser su novia: si lo besaba, forcejeando con Patiño para no entregársela. —Los saqué del supermercado.
Se detuvieron en la entrada de un supermercado significaría que sí; si solo se acercaba y decía
y, una vez ingresaron, cada uno tomó un camino “hola”, significaría que no. Durante el beso, sus Milton los observaba estrujándose el uno al otro. —Mucho imbécil, ¿eso para qué?
distinto. Patiño se acercó a la zona donde estaban amigos los dejaron a solas y aunque Víctor siem- Pensó en proponerle a Amanda que jugaran algún
los productos de limpieza, Víctor se quedó en el pre les había dicho que esa noche habían tenido juego en el que estuviera la condición, para aquel Julián se dirigió hacia el muro con el vino en una
cubículo para comprar la lotería, Milton se detuvo en sexo ahí mismo, en la colina, nunca le creyeron. que perdiera, de convertirse en el esclavo del otro. de sus manos y les dijo a todos que se sentaran
la zona de herramientas donde observó diferentes El juego no podría ser con números. Sintió ansiedad con él; le pidió a Milton que llevara los cigarrillos.
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Patiño y Víctor le siguieron. Milton fue detrás, quería que le vieran escribiéndole porque estaba Comenzó a mirar la ciudad, las luces titilantes —para que no crea que es quién sabe qué —Milton
pero antes de alcanzarlos se agachó y tomó dos seguro de que Víctor comenzaría con los chistes y y una sutil neblina que comenzaba a esparcirse tomó un trago y recibió el cigarrillo que Julián le
ganchitos del suelo y los guardó en el bolsillo eso lo convertiría a él en el tema de burla del resto por los techos de las casas le ayudó a ignorar por ofreció.
junto al encendedor. de la noche. momentos el aullido de un perro que le pareció
un mal presagio, de la posibilidad de una muerte —¡Uff! Está bueno —sopló —Saboli… ¿Qué?
—¿Se imaginan cuando seamos viejos?… no sé… —Bro, vamos por más vino —dijo Julián a Víctor repentina o de un accidente del que nunca se
bajándose del muro. —No sé, Víctor le arrancó la etiqueta —le respon-
imaginen cuando tengamos 30… ¿será que estare- podría recuperar; escuchaba a su amigo lanzar dió mirando la bolsa en donde estaban guardadas
mos aquí? —dijo Víctor tímidamente tomando un —Hágale —antes de seguirlo, le dijo a Milton – si improperios a las hormigas, pero no lo alcanzaba las botellas.
trago. cuando vengamos ya no está, mucha suerte y me a ver.
da envidia… en verdad…, pero de la buena… eso Sobre la media noche ninguno hablaba, Víctor se
—Yo no creo que yo llegue hasta por allá, yo me sí… aproveche hasta el último condón que tenga Revisó de nuevo su teléfono y vio que el mensaje había quedado dormido meciéndose sobre uno
muero antes —respondió Patiño haciéndole un y si se le acaban busque cualquier chuspa, se la aún no le llegaba. de los columpios; Patiño antes de irse lo despertó
gesto para que le pasara la caja de vino —son pone y sigue... sin compasión. calentándole el trasero con el encendedor. Julián
demasiados años. En la oscuridad, cerca de las ramas desde donde comenzó a caminar detrás de él sin decir nada.
—Ya venimos, tranquilos que no los vamos a dejar escuchaba la voz de Patiño solo podía ver peque- Milton se despidió y con la piedra en la mano fue
—Este quiere ser parte del club de los 27 —dijo plantados como la noviecita va a dejar a Don ños puntos de luz sobre el aire que tardó en colina abajo con la intención de encontrar el perro
Víctor mirándolo de reojo como si estuviera Follón —asestó Julián. reconocer; sintió lástima de que de pronto las que no paraba de aullar.
esperando recibir un golpe. Milton tenía puestos luciérnagas terminaran en el mismo destino que
sus ojos colina abajo, sintió temor de que, en el —¿Dónde está el fuego? Me saqué dos de la tienda ahora tenían las hormigas.
momento de descender, en medio de la oscuridad, y ahora no encuentro ninguno —Patiño revisaba
le saliera al paso una culebra y lo mordiera. Se todos sus bolsillos —¡Nada nada, aquí está, aquí La neblina se hacía más espesa y ahora le preocu-
alcanzó a imaginar en una camilla de hospital en está!, el otro sí no sé qué se hizo —les recriminó a pada no tener la menor certeza de saber en dónde
estado de coma y sus amigos viéndolo desnudo y todos luego de encontrarlo dentro de uno de sus pasaría la noche. Podía volver a su casa inven-
enterándose de que había muerto virgen. calcetines. tando otra mentira a sus padres para justificar
su regreso y decirles a sus amigos que se iba con
—No es tanto tiempo —respondió abruptamente Ninguno habló nada diferente a pedirle al otro Amanda o podía ir donde Julián y con ello sentirse
para salir del letargo —a mí me gustaría llegar a que le alcanzara un trago o un cigarrillo. Patiño mejor frente a lo que les había dicho a sus padres,
viejo, conocer más cosas… tener hijos… comenzó a observar un camino de hormigas que pero su amigo sabría la verdad, o podía quedarse
cruzaba enfrente de donde estaban sentados, en cualquier otro lugar para poder decirles a sus
—Lo bueno es que esta noche va a dejar emba- pasó la frontera del parque y se hizo del lado de
razada a… así que le toca trabajar y cuidar de la amigos que se iba a donde Amanda y sus padres
la colina; comenzó a buscar el origen del camino. creerían que estaba con Julián como les había
familia el resto de la vida —dijo Julián. Patiño dejó Milton trataba de no pensar en Amanda, poco a
escapar una risa nerviosa. dicho. Pensó quedarse recostado sobre la colina
poco iba perdiendo la esperanza de recibir el hasta el día siguiente, pero tendría que llevar a sus
—¿Pero cómo… acaso cree que este huevón va a mensaje. Por momentos pensaba que los padres amigos a otro lugar para poder regresar después
usar los condones para decorar la casa o qué? —le de ella habían decidido quedarse en casa para sin levantar sospechas.
respondió Víctor esquivando un puño que lanzó acompañarla; a veces se le cruzaba la idea de
Patiño a su espalda y haciendo un guiño a Milton que Amanda podría estar con otro hombre; con —Pero miren a quién tenemos aquí… ¡vaya, vaya!
—oiga ¿A qué hora quedó de ir a clavar las semi- menos frecuencia se imaginaba que ella estaría —gritó Víctor a lo lejos.
llas? organizando todo para su encuentro. No podía
llegar a una conclusión que le agradara, todas le —Pensamos que ya estaba en el… —aseveró Julián
—Ahora más tarde —le respondió esbozando una parecían igual de inquietantes. Le molestó saber introduciendo uno de sus dedos, varias veces,
sonrisa —¿Usted tampoco quiere llegar a viejo? que si Amanda estuviera en su misma situación lo dentro de la caja de vino.
resolvería fácilmente con un análisis de probabi- —Y qué se hizo Tiño.
—¡Uff, claro! —se interpuso Patiño esta vez acer- lidades. Quiso contarle a Patiño, pero se abstuvo
tando el golpe en la espalda de Víctor —Este va a porque en el momento en el que llegaran los —Por aquí está —señaló Milton hacia la colina
ser de los viejos, de esos que se sientan en frente demás, las burlas y comentarios no se detendrían, —¿Qué trajeron?
de los colegios de las niñas esperando a que por lo menos hasta que él se fuera de allí. Además,
salgan para morbosearlas, me lo imagino —gemía estaba distraído apilando hojas secas sobre el —La dosis de alcohol y cigarros —respondió Víctor
haciendo el bizco mientras simulaba tener el pene camino de las hormigas para quemarlas. Milton pasando el muro—¡Huy! ¿y ahora qué? ¿A dónde lo
en sus manos para masturbarse. aprovechó el momento para enviarle un mensaje va a meter este?
a Amanda sin que nadie lo estuviera observando,
Milton comenzó a reír estrepitosamente. Los —Vea, tómese un trago —Julián le extendió una
estaba molesto, pero se contuvo de hacerle algún
demás rieron con él. Sentía ansiedad porque botella —En serio, a qué hora se va a ir —lo miró
reproche porque de pronto ella cambiaba de
Amanda aún no le escribía y aunque temía que con desdén ante el gesto que hizo —No sea quis-
opinión y lo dejaba plantado. Solo escribió “hola”
fuera otro intento fallido de tener sexo con ella, no quilla, es Vodka, vea pues —tomó un trago largo
y guardó el teléfono rápidamente en su bolsillo.
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Valentina González Henao @_valentinagh - Cámara estenopeica,
Aguapanelera, Normal, DF 150mm, Ø 0,3mm, ƒ512
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“¿No les parece?”, pregunta, y ella dice que tan —Natha —insiste Laura— préstame atención. Te
bobo, encantada con la fascinación de su esposo. juro que el secreto está en tener una disposición
de apertura hacia la abundancia.
—Nosotros también somos felices, ¿cierto? —le
pregunta Nathaly a Nicolás y le acaricia la pierna. —Seguro que sí —responde Nathaly.
Él asiente con la cabeza y dice que sí, que nunca
Los afortunados
antes había sido tan feliz. —Qué tontería —replica Nicolás—. ¿A cuántas
personas les dices esto mismo?
—¿Cómo vas en el trabajo? ¿Has encontrado algo
estable? —Verdad. ¿Le das este mismo consejo a todo el
Danielle Navarro mundo, mi amor? —dice Jacobo, mientras juega
Profesora de literatura, daniellenavarrob@gmail.com La pregunta viene de Laura y está dirigida a con el insecto.
Nathaly; es antropóloga y no ha sido fácil para ella
encontrar un buen empleo. —Demás que hay alguien con más apertura a la
abundancia que se le adelanta en todo a Nathaly
—Está difícil —dice Nathaly. —añade Nicolás y se ríe.
De las parejas de casados que Nathaly conoce, —Oh, por fin el anillo —respondió Nathaly.
esta es la única feliz. No ha sido nada fácil, por —¿Qué es lo que hace un antropólogo? —pregunta —¡¿Qué estás haciendo?! —exclama Laura.
supuesto, pero el amor lo puede todo y la gente Laura piensa que a cualquier hombre difícil de Laura.
cambia. De eso está convencida Laura, su amiga, comprometerse en una relación le basta con el —Nada, mi amor. Es una mariposita de agosto.
y sí, hay que reconocer que Jacobo ha cambiado. temor de saberse en su último chance. “Di que Nathaly está acostumbrada a responder esa
pregunta. Explica que a veces salen proyectos —¿Pero qué le estás haciendo? —Laura está
te salió una oportunidad en el exterior o que en
sociales grandes y que ahí siempre cae bien un asqueada, se cubre la cara con una mano y
Es agosto y ha hecho un calor insoportable en tu vida apareció otra persona que sí tiene visión
antropólogo. observa de reojo cómo su marido desprende las
los últimos días. Laura cumplió años hace casi de futuro. Con los hombres siempre funciona”.
alas de la mariposa, las antenas de la mariposa,
un mes y esta es la ocasión perfecta para encon- Nathaly no piensa lo mismo. A lo mejor Jacobo se
—La cosa es que las empresas reciben 100 o 200 las patas de la mariposa.
trarse de nuevo con Nathaly, a quien no ve hace dio cuenta a los 40 años de que se podía quedar
hojas de vida en cada convocatoria y normalmente
rato. Quiere celebrar la vuelta al sol, eso le dijo, soltero y, peor aún, ser para siempre un tipo —Sabes que me gustan las mariposas.
prefieren contratar a alguien que ya conocen. Así
y el tránsito de la estrella gigante por la constela- pobre. Y la verdad es que con Laura tuvo suerte.
es muy duro. Definitivamente, está difícil. —Déjala, Jacobo, estás demente con esos insectos.
ción de Leo, que no solo conmemora su vida sino Si persiste en la relación tendrá seguridad econó-
también el primer año de matrimonio. Nathaly mica por el resto de su vida. Si se porta bien. Todo —Te entiendo —Laura se levanta de la silla y —Muéstrame —le pide Nathaly y le extiende la
recuerda a Laura hermosa el día de la boda con a cambio de la ilusión de bienestar que produce empieza a caminar por la sala de un lado a mano. Toma un pedazo del ala de la mariposa y la
un vestido blanco de mangas largas y transparen- un buen matrimonio. otro, como cada vez que da una conferencia de pone contra la luz —Qué bonita— dice y devuelve
tes, bordeado de perlas pequeñitas en el cuello y coaching. el ala a Jacobo.
una diadema de flores de plata a modo de corona. Las dos parejas están ahora en la sala de la
“Estás muy bella”, le dijo, aunque demasiado casa. Jacobo prende un cigarrillo electrónico y le —¿Qué tal si —continúa Laura— en vez de decir —Sí, es muy bonita —dice Jacobo—. Últimamente
maquillada. acaricia las piernas a su mujer. Le dice que está que esto está difícil, lo asumes como una oportu- han venido muchas mariposas. Me gusta guardar
hermosa. El iluminador le resalta los pómulos; el nidad? las alas.
Jacobo les abre la puerta a Nathaly y a su pareja, labial anaranjado, la sonrisa. El pelo negro y largo
Nicolás. Ella se fija en el reloj plateado, que segu- natural le rueda por el escote de un vestido blanco. Laura asesora emprendedores y está convencida —¿Guardar las alas?
ramente le regaló Laura, el jean oscuro y el cami- de que, si uno se esfuerza, la vida mejora. —¿Una
buso azul pastel, y entonces piensa “sí, hay que —¿Alguien quiere mojito? —Laura se agarra la oportunidad para qué? ¿Para aprender a buscar —Sí, tengo una cajita.
reconocer que Jacobo ha cambiado”. A lo mejor no parte inferior del vestido para que no se le vea trabajo? —replica Nathaly.
—A ver, gas. No vamos a mirar mariposas ni cajas
le habría pedido matrimonio a Laura tan pronto nada cuando se levante del mueble, y se agacha en mi cumpleaños —dice Laura—. Más bien,
—Sí, también puede ser. Pero me refiero a que
—apenas llevaban un año de novios— pero Laura para darle un beso a su esposo. Nathaly y Nicolás propongo un brindis por Nathaly, que va a cambiar
deberías cambiar tu actitud ante la vida.
empezó a presumir entre sus conocidos que ya la ven de espaldas cuando se inclina, ven cómo de actitud y a conseguir trabajo pronto.
estaba lista para que le pidieran la mano. A todos el vestido se le encarama, cómo se le forran las Nathaly evita a Laura y concentra la mirada en
les mostraba el dedo, sin anillo y con expectativa. nalgas y se le ven las piernas bronceadas, y sí, los zapatos de Jacobo, en el reloj de Jacobo, en el —Eso, eso, ¡salud! —dice Jacobo.
Nathaly no se habría imaginado a un tipo como qué hermosa estás, Laura, pero Nathaly prefiere camibuso de Jacobo, en lo impecable que te ves,
Jacobo en una boda. Nunca. Él, un hombre acos- voltear la mirada y evitar el cuerpo de su amiga. —¡Salud!
Jacobo.
tumbrado a dejar la puerta ajustada en todas las
habitaciones… Laura va a la cocina y sirve bebidas para todos. —¿Qué tienes en el hombro? —Nathaly señala el Gracias por el apoyo, piensa Nathaly mientras
Trae los cocteles en una bandeja y se mueve con hombro de Jacobo y todos voltean a mirarlo. sonríe. Se deleita con la imagen de los dedos de
—Si quieres algo serio y para toda la vida debes habilidad. Podría ser mesera o montar un bar, ella Jacobo jugando con la mariposa, ve la cajita con
hacer lo posible por parecer la última oportuni- es buena para todo. Jacobo le acaricia las piernas —Ah, es una mariposa —Jacobo responde como las alas de las mariposas, con las antenas de las
dad en la vida de un hombre —dijo esa vez Laura. y le dice que es la mujer más linda del mundo. si el insecto le resultara familiar. Gira la cabeza mariposas, con los pedazos de belleza de las mari-
Levantó la mano y le mostró el dedo a Nathaly. hacia su hombro y lo coge con los dedos. posas. Lo que uno necesita, Laura, es tu fortuna.
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Jacobo saca del bolsillo unas goticas y les ofrece —Póntelo —insiste Nicolás, pero Nathaly dice que sonando. Ve las imágenes de Laura bailando con
a todos. Dice que son relajantes y que caen muy no. la trusa dorada y a Nicolás, que se aleja.
bien en las fiestas. Jura que solo las compró con
ocasión del cumpleaños y que hacía rato no consu- Suena la canción The look de Metronomy y Laura La puerta del cuarto principal está entreabierta
mía nada. Se las vendió su dealer de confianza. empieza a bailar. Domina su cuerpo en el espacio y ella se quiere acostar. Se asoma y ve que sus
Dice que hoy se las merecen por la celebración como cualquier profesional de la danza, aunque amigos están dormidos, quiere estar con ellos.
de Laura. Las drogas se convierten en méritos dice que hace muchos años dejó de bailar. Se La cama es grande y están separados. Nathaly
cuando te ha costado dejarlas. De repente, te las mueve sola con esa trusa por todo el corredor de se quita los zapatos en la puerta y entra despa-
mereces. Solo un poquito. Laura está contenta y la sala con los ojos cerrados. Sabe que la están cio. Se sienta al lado de Laura. Todavía huele
siente curiosidad. Le queda sonando lo del mérito. mirando y eso le gusta. And now you’re giving me rico. Tiene una piyama de bata ancha, seguro que
¿Por qué no? El día del cumpleaños todo se vale. the look look. But just remember how we shook Jacobo la vistió antes de dormir. El cuerpo de su
shook. Laura canta y le dice a Nathaly que bailen amiga es visible a través de la tela transparente
Jacobo y Laura se besan, Nicolás los mira. Nathaly juntas. El efecto de las gotas ya empieza a sentirse. de la piyama. Qué hermosa eres, Laura. Nathaly
le pone la mano a Nicolás en la pierna y él la acari- Nathaly se quita la chaqueta y se levanta. Cierra acaricia la piel de su amiga, el cuello de su amiga,
cia. Le pregunta si está bien, él dice que sí y va los ojos. Se mueve con sutileza, sonríe mien- los brazos de su amiga. La tela de la piyama se
al baño. Nota que Jacobo la mira mientras está tras baila. Laura gira sobre sí misma, una y otra corre y se ven los senos de Laura, hermosos los
besando a Laura y ella sostiene la mirada, sigue vez, baja, sube, baja, abre las piernas. Como una pezones de Laura, un poquito de relieve difumi-
el recorrido de esos dedos que acarician a Laura. profesional aunque no baile en serio hace mucho nado en la piel, sin un cambio muy abrupto de
tiempo. color. Nathaly quiere tomar un poco de esa piel
—¿Por qué no te mides el body que te dieron de para guardarla en una cajita. Se recuesta en la
cumpleaños? —le pide Jacobo a su esposa—. No Las horas pasan y nadie se da cuenta. Han sonado cama al lado de su amiga, pasa los dedos por
he visto cómo te queda. varias canciones. Laura pone una de C. Tangana, el pecho de su amiga, suavecito para que no se
que a Nicolás le encanta, y Nathaly de pronto se despierte, como si acariciara una mariposa. Pero
—¿Aquí, delante de todos? —pregunta ella, y él le da cuenta de que su novio se ha ido. Él no probó Nathaly quiere más, aprieta los senos de Laura,
dice que sí. Jacobo quiere que todos sean testigos las gotas, tal vez se fue a dormir. El cuarto de visi- desea morderla, desollarla con los dientes y los
de lo hermosa que es su esposa. Ya todos lo saben, tantes está cerrado, ahí debe de estar Nicolás. dedos, explorarla por dentro, penetrar en su
pero él quiere que la miren más. Sobre todo, desea Siente que se aleja y lo suelta, ve cómo el hombre secreto. Cuando descubres que lo hermoso no te
que miren cómo él tiene acceso a la totalidad de que ama se desprende de ella. pertenece, de repente lo quieres destruir, como el
su belleza. Laura va a la pieza y se pone el body.
niño que destroza la mariposa. Nathaly advierte
Deja la puerta abierta. Le dice a Jacobo que vaya, Laura dice que siente sed y va por un mojito que Jacobo la mira, que se está tocando mientras
que le ayude con algo. Desde la sala se oyen las que saca de la nevera. Está frío, lo toma rápido, la mira y que se pone el dedo índice en la boca. Le
risas de Laura. Salen cogidos de la mano. Laura como una soda saborizada, y se deja caer en el pide silencio, le acaricia las mejillas, le toca los
se ve preciosa. Da una vuelta, modela. Es como un sofá. Dice que está mareada. No se siente bien. brazos y el cuello. A ella le gusta. Le gusta mucho,
vestido de baño dorado de manga larga. Te queda- Se quiere acostar. Tomó y bailó mucho. Jacobo la pero el placer nunca es suficiente. Lo que una
ría bien con una falda, le dice Nathaly. Jacobo le acompaña a la pieza y dice que en un rato vuelve a necesita, Laura, es tu fortuna. Suenan los pájaros
acaricia la nalga y Laura parece sentirse a gusto. la sala para que Nathaly no esté sola. de la madrugada. Pronto serán las 6. ¿Nicolás sí
Cuando era niña hacía ballet y solía usar ese tipo
—¿O te quieres dormir ya? Puedes ir al cuarto de estará en la otra habitación? Nathaly se levanta de
de trusas. Se ve cómoda con esa ropa forrada,
visitantes. la cama matrimonial y sale del cuarto con sigilo.
le queda bien a una mujer como ella. Nicolás le
Recordará con deleite la sensación de los dedos
dice que el body le luce, que se ve linda, y Nathaly
Nathaly prefiere quedarse sola en la sala. Al frente de Jacobo en su cara, en su cuello, en sus brazos,
siente un ardor sutil al ver cómo Nicolás mira a
del sofá en el que está sentada hay una pared pero después, como las otras veces, hará lo posi-
su amiga.
blanca con un reloj. Son las 3 de la mañana y se ble para olvidarlo.
—Póntelo tú —le dice Jacobo a Nathaly, y ella, siente cansada. Observa la casa de sus amigos.
extrañada pero curiosa, busca a Nicolás con la Una cocina grande que parece un bar. Las pare-
mirada. des blancas y sin cables desordenados ni regados
por el piso, como en la casa suya y de Nico. Lo que
—Póntelo, si quieres —dice Nicolás y le acaricia
la gente necesita, Laura, es tu fortuna. Pasa una
la espalda.
hora. Nadie sale de ningún cuarto y ella se siente
—No, gracias —Ella no quiere. Hace días que no se más sola en una casa hermosa que no es suya. De
rasura y los pelos púbicos se le riegan por las pier- pronto deja de escuchar las canciones. Cae sorda
nas. No hacía ballet cuando era niña ni invierte por unos segundos. Cree que son apenas segun-
dinero en los cuidados del cuerpo y de la piel. Lo dos, pero abre los ojos y advierte que se quedó
que uno necesita, Laura, es tu fortuna. dormida en el sofá. Son casi las 5. La música sigue
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como el de las parejas que en un principio se Lo que siguió fue también bastante típico. Silen-
gustan y que luego, pasado cierto tiempo, no ven cios de diversos calibres, presiones y texturas,
en el otro más que a un saco de huesos podridos. unas cuantas palabras sueltas, y, más que nada,
Y bueno, de ser así, habría que aceptar que las el rugido del tráfico como telón de fondo. También
Nubes negras
preguntas relativas a dicho campo han sido ya estuve varias veces a punto de colgar… Hasta que,
debidamente formuladas y no quedaría más reme- de repente, en un giro inexpresable y errático y
dio que entregarse a ellas. confuso, quedamos de vernos junto al MAMM.
Miguel Botero
Bogotá, 1977, escritor antioqueño, autor de la novela Sueño Blanco, ganadora en Debo aclarar, entonces, que este no es el caso. En ese momento yo andaba en Belén, por los
2016 del premio Spiwak a la Novela del Pacífico en español, publicada por Siglo XXI Aunque, lo cierto, de todas formas, es que alguna lados de La Inmaculada, y unas nubes oscuras
Editores. Piragua, su segunda novela, acaba de ser publicada por Yarumo Libros. Escribe vez mis indagaciones sí navegaron por esas aguas. acababan de cubrir la parte oriental de la ciudad.
habitualmente en https://viboralblog.com, contacto@viboralblog.com Porque claro: la idea de reducir nuestra relación Analicé rápidamente la situación y alcancé a
al viejo asunto de primero gustarse y luego dejarse pensar en caminar hasta la 30 para coger el
de gustar resultaba sumamente atractiva, recon- Metroplús. Pero las nubes siguieron avanzando
fortante y, más que nada, me permitía contemplar cada vez más rápido y pronto me alcanzaron unas
Recibí un mensaje de Angélica lleno de peros y clasificar) ciertas anomalías de nuestra relación.
mis propios problemas como una simple fase gotas finas con olor a aguacero. De modo que más
complicaciones y me imaginé enseguida cómo iba Un ejercicio de observación en el que, por cierto,
inscrita dentro del gran ciclo natural de las cosas. bien arranqué para la 80, con la idea de esperar el
a ser el resto de la película. había ido evolucionando hasta lograr reducir toda
Circular Sur.
una amalgama de constantes y variables a un
Algo que, para mi alivio, no solo abarca a las
No importaba que yo no quisiera. O que no pare- postulado único, a una ley de apariencia irrefuta-
personas y que, además, según las leyes de la La lluvia no tardó en cubrirme, y al llegar a la 80,
ciera quererlo. O que no le viera ningún sentido. ble, en la que Angélica era una especie de princesa
termodinámica, se denomina entropía. Implica, me escampé bajo un techito de lata, sin llegar a
Fuera como fuera, íbamos a terminar encontrán- imposible de complacer, y yo, un simple idiota que
entre otras cosas, la pérdida de calor e incluye cruzar la avenida. Afortunadamente, el Circular
donos y, desde un principio, ella buscaría teñir trataba de complacerla.
cualquier sistema cerrado a lo largo del universo. no demoró en pasar y ahí sí crucé en medio de
el ambiente con la infinita desproporción de sus
Así que, en definitiva, no era solo yo, ya que todo, los carros. Me monté al bus y, al ver la cantidad de
problemas. Lo cierto (y tal vez lo más difícil de aceptar) era que
absolutamente todo, tiende de manera invariable gente que había de pie, preferí quedarme entre el
nadie me había obligado a nada, y que, si andaba
al frío, al olvido, al desorden creciente. parabrisas y la registradora. Me tomé con fuerza
Ella era rara. Hasta mis amigos lo decían. Y eso metido en semejante embrollo, era por algo muy
de una varilla y, en cuestión de segundos, la lluvia
que a ellos solo les tocaba verla en las contadas similar a lo que suele denominarse voluntad.
Pero sucedió algo. Tras considerar durante un se convirtió en una cortina craquelada que se
ocasiones en que accedía a salir y, en las que siem- Algo que, en mi caso, desafortunadamente, solo
tiempo nuestra relación a la luz de los principios tragó por completo los últimos rayos de sol que
pre, sin excepción, terminaba enferma, furiosa o se manifestaba en proporciones mínimas e impli-
entrópicos, surgió un hallazgo imprevisto que se había en el horizonte.
aburrida y no tardaba en irse a guardar, como si caba, sin lugar a dudas, que las cuentas pendien-
encargó de sepultar cada una de las hipótesis
sufriera algún tipo de trastorno que no le permitía tes más duras fueran conmigo mismo.
anteriores. No tardaron entonces en imponerse Unos minutos más tarde, el bus se detuvo junto a
disfrutar de nada.
nuevos postulados, gracias a los cuales descubrí, La Mota y un man aprovechó para montarse por
En el transcurso de los años, obviamente me
atónito, que durante años había estado observando la de atrás a improvisar hip hop sobre una pista
Con todo y eso, lo más preocupante no era ella, había preguntado en innumerables ocasiones
mi propia vida desde perspectivas erróneas y que, a todo volumen. A escasos metros, una multitud
que al parecer simplemente era así, sino yo por la singularidad que había dado inicio a un
después de tantas y tantas vueltas, mis problemas escampaba de pie frente a una cafetería, viendo
mismo, por haberme dejado arrastrar a una situa- universo tan extraño como ese. Cientos y cientos
no tenían nada que ver con el tiempo, ni con la un partido de la Champions. Alcancé a distinguir
ción que se me antojaba del todo irreal y que, por de veces había cavado en los albores de nuestra
pérdida de calor, ni con la pérdida de energía, ni un uniforme rojo y otro amarillo en la pantalla y,
momentos, llegaba a parecerse a una mala obra relación en busca de respuestas. Hasta que un
con la pérdida de nada y que, muy por el contrario, mientras tanto, el bus se fue llenando de gente
de teatro. De esas en las que uno siente pena día, de forma inesperada, me topé con un par de
la frialdad de Angélica había permanecido invaria- hasta que no cupo nadie más, y el último pasajero
ajena por los actores y termina haciendo fuerza indicios que abrieron una nueva hipótesis hasta
ble desde el instante en que nos conocimos. quedó prácticamente colgado de la puerta, tanto
para que la trama salga a flote o, incluso, para que entonces desestimada: la posibilidad de que en un
así que el chofer trató de cerrar y todos tuvimos
se acabe de una buena vez. tiempo muy muy remoto las cosas entre Angélica
El mensaje de Angélica, sin ir más lejos, no hacía que apretujarnos una y otra vez hasta que por fin
y yo hubieran marchado más o menos bien.
más que demostrarlo y no se diferenciaba en nada arrancamos.
Todo aquel asunto, por lo demás, llevaba dema-
al resto de mensajes que ella misma me había
siado tiempo. Tanto que, en ocasiones, me Y aunque también era cierto que no había suficien-
enviado a través de los años. Era seco, árido, Más adelante, varias personas se bajaron junto
preguntaba si yo mismo no padecía algún tipo de tes datos para afirmarlo de manera categórica, la
displicente, perecoso… Y claro: yo me encargaba a la pista del aeropuerto. Nadie se subió y una
conflicto: algo así como un mecanismo demente presencia de algunos elementos alcanzaba nive-
de complementarlo al otro lado de la ecuación con ventisca atacó el bus desde todos los costados.
que me llevaba a buscar formas cada vez más les muy cercanos a los mínimos requeridos para
una actitud ilusa, patética, negacionista… Tanto Las últimas rendijas abiertas en las ventanas no
particulares de sufrimiento. que una composición de características similares
así que no tardé más de un par de segundos en tardaron en desaparecer y el sofoco se comenzó
pudiera surgir.
llamar a Angélica y, como era habitual, tuve que a sentir en serio.
Afortunadamente, mi cerebro no andaba tan
esperar una eternidad hasta oírla contestar con
fundido como cabría esperarse y, en ausencia Cualquiera podría pensar, sin embargo, que mis
un cortante aló, como si mi número de teléfono no Pronto llegamos a Campos de Paz. Los puestos
de Angélica, aún daba ciertas muestras de luci- hallazgos no tienen nada de novedoso y que, por
le dijera absolutamente nada. de flores andaban envueltos en grandes plásticos,
dez, siendo capaz incluso de detectar (y hasta de el contrario, se trata un tema tan manido y trillado
mientras que los negocios del frente, todos esos
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Tras experimentar un sinnúmero de distancias En algún momento, las puertas volvieron a reciente se alejaban como un cúmulo de niebla, él
espasmódicas nos detuvimos junto al metro, cerrarse. El tráfico desapareció de la avenida y se dedicó a planear sobre Las Vegas, más y más
donde los pasajeros se abalanzaron hacia la calle el bus no hizo más que avanzar. Nuestro abrazo rápido, tanto así que cuando menos pensé, yo
y se dispersaron como insectos inverosímiles en se tornó entonces algo más sutil, aunque volvió a también andaba saltando desde la primera escala
medio de la lluvia. Ambos vivimos una agitación intensificarse en un par de frenones. Luego, el bus por encima de un charco, calculando la distancia
sin precedentes y recibimos todo tipo de golpes paró frente al INEM, y mientras la gente bajaba y exacta para no caer en un arroyo que corría por la
y estrujones y tuvimos que aferrarnos el uno al subía enloquecida, ella y yo nos mantuvimos fundi- acera. El chofer arrancó enseguida a mis espaldas
otro con más y más fuerza. En un momento, sin dos como dos estatuas en medio de la tormenta. y, en cierto modo, no me pareció justo tener que
embargo, la avalancha de personas se hizo dema- volver de una forma tan abrupta a mi extraña vida
siado bestial y ella tuvo que dejarse caer hacia Cuando arrancamos de nuevo, el chofer no demoró real.
mí, sujetando ambos brazos en torno a mi cuello, en hundir la chancleta hasta el fondo y empezó
como único apoyo. Por unos instantes, sus senos a esquivar vehículos de un carril a otro como si Al alzar la cabeza, pronto distinguí a Angélica,
firmes y húmedos de lluvia palpitaron contra mi acabáramos de entrar en un videojuego. Mientras recostada contra una vidriera. Nuestras mira-
pecho. tanto, ella y yo no hicimos más que mecernos con das alcanzaron a cruzarse y mis recuerdos más
suavidad de un lado a otro, como una canoa que recientes parecieron diluirse como un sueño jabo-
Terminado el alboroto, el bus arrancó tan lleno ondula sobre la imperceptible influencia de una noso. Como era habitual, Angélica no tardó en
como antes. La agitación seguía creciendo, y corriente lejana. rehuir mi mirada y, simulando no haberme visto,
mientras la gente trataba de acoplarse a un orden se movió hacia una línea de visión que me excluía
incomprensible, el chofer siguió aprovechando Al parar frente al Politécnico, todo volvió a repe- por completo.
cualquier espacio para abalanzarse contra los tirse más o menos del mismo modo. Una gente
abismos de su propia mente. salió despavorida, otra gente subió enardecida y, Recuerdo que mis pasos alcanzaron a deslizarse
mientras tanto, nosotros solo procuramos mante- un par de veces en su propia inercia y que pronto
Más o menos en esa tónica, giramos sobre la nernos a flote. aproveché ese nuevo ángulo de invisibilidad para
glorieta. Luego, el bus pasó de un solo brinco a otro avanzar a toda prisa por el espacio abierto, antes
carril y frenó y aceleró y volvió a frenar, y ambos A medida que nos acercamos al Éxito, la lluvia de meterme por ese corredor estrecho que rodea
nos movimos juntos, tomados de la cintura, como siguió mermando hasta convertirse en una el museo y atravesar la plazoleta de atrás, en
gotas de una misma ola. llovizna cada vez más volátil. Luego, atravesa- dirección al Centro, y perderme finalmente entre
mos el rompoy sin mayor problema y paramos las calles lloviznosas de Barrio Colombia.
Cuando el bus finalmente cogió por Las Vegas, en Monterrey, donde unos se subieron y otros se
ella me soltó y volvió a incorporarse. Sin embargo, bajaron hasta que la densidad poblacional del
solo fue cuestión de instantes para que el chofer bus retornó a proporciones menos demenciales.
se detuviera frente a Eafit y la puerta se abriera y Incluso, se abrió un espacio en medio del corre-
el viento congelara nuestra piel y nuestra ropa y dor y, junto a la puerta, sin pasar la registradora,
las multitudes entraran y salieran como si noso- solo quedamos ella y yo. A continuación, nuestros
tros no existiéramos. Ella, entonces, no tuvo más cuerpos se fueron desprendiendo poco a poco,
remedio que dejarse caer de nuevo sobre mí, con como si quisieran evitar a toda costa cualquier
una confianza de años. tipo de ligereza.
Para soportar mejor su peso, procuré aferrarme Unos instantes después, alguien tocó el timbre, y
con más fuerza a la varilla. Además, con intención el bus se detuvo de inmediato al frente de Ascenso-
de protegerla, apoyé mi brazo derecho por detrás res Andino. Las puertas se abrieron. Ella dio tres
de su espalda. pasos ágiles sobre las escalas, saltó por encima
de un charco y aterrizó sobre la acera con una
Entre idas y venidas, la lluvia comenzó a amainar tierna mueca. Parecía feliz. Alcanzó a despegarse
y algunas ventanas se fueron abriendo. La furia la blusa de la piel con ambas manos, se peinó un
del tropel, por el contrario, siguió en aumento, poco hacia atrás y empezó a caminar en la misma
como si hubiéramos entrado a una dimensión dirección que veníamos, con la vista clavada hacia
oscura en la que a nadie le importaba el destino el frente. Sin cerrar la puerta, el bus entonces
de los demás. Ante eso, ella trató de alejarse aún arrancó y yo me quedé como en el aire: como si
más de las escalas, y yo terminé de atraerla hacia acabara de experimentar una pequeña prueba de
mí con el brazo. De repente, quedamos completa- algo verdadero y no quisiera que se desvaneciera
mente abrazados y ella recostó la cabeza sobre mi tan pronto.
hombro de una manera casi imperceptible. Solo
alcancé a sentir un cálido suspiro en mi cuello y el Al chofer, obviamente, todo eso lo traía sin cuidado.
mismo olor a miel y manzanilla de antes. Y así, mientras los fragmentos de mi pasado
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para reforzar un borde, decide hacer una puntada Y en el desorden de los recuerdos, Rosario trata de
invisible: desliza la aguja a través del aro que se formó hacer aparecer en los sesenta metros cuadrados
al inicio de una cadeneta de seis puntos, envuelve la de su apartamento la pareja que entretejió durante
aguja desde atrás hacia adelante y, siguiendo la aguja, siete años con Miguel y que una cadena de deci-
jala la lana a través de la puntada y vuelve a verse siones suya intrincó. “Hay otra cosa importante en
en esos días, siete años atrás, cuando septiembre el amor: la exclusividad, que es uno de los grandes
Tejiendo el azar
corría por el cauce del año 2013 y Miguel aparecía hallazgos del matrimonio. Es como una droga; tú
en el horizonte sonriente y bronceado a pesar de los eres el ser más importante para la otra persona
días sin sol y de lluvia: llegaba tarde a una reunión o y esto también tiene fuerza erótica, aunque luego
Andrés Colorado Vélez cruzaba la sala de profesores o aparecía en cualquier no vaya acompañado de sexo”, piensa Rosario en
Sociólogo (UdeA), Especialista en Métodos y Técnicas de Investigación (CLACSO), autor de momento o circunstancia traído por las ganas que las palabras de Manuel Vilas mientras juega a
Cuánticos (2019), editorial Fallidos, y El Juego de los Afligidos (2020), Fondo Editorial ella tenía de verle para recargar energías y soportar imaginar cuántos años más podría haber durado
IUE. Creador de Homodrogado, editorial artesanal, andrescoloradovelez@gmail.com las presiones del mundo escolar al que finalmente en ella la exclusividad de Miguel, de no ser por
renunció para dedicarse al oficio de tejedora. el nudo de quimeras que ella creó envolviendo la
pulsión de sus deseos alrededor de su matrimonio
Revisando el cuello del suéter y verificando que hasta darle forma al nudo corredizo que a inicios
“Para M. Mon., por supuesto” la puntada de crochet doble tenga los eslabones de diciembre la llevó a pedir un tiempo, unos días
suficientemente sueltos para mayor comodidad al de distancia para oxigenarse y, al final de mes, la
Rosario toma el suéter de lana de fantasía que aguja como si estuviera agarrando un lápiz: con el usar la prenda, Rosario vuelve y vuela al podcast condujeron a Cartagena, a una playa paradisiaca,
dejó a medias la noche anterior y poniéndolo a pulgar e índice derechos ubicados en la empuña- de Vilas y cual si fuera una lección escolar recita a comer camarones y caminar ocho días ingrá-
la altura de los ojos mira un momento el tejido y dura, Rosario forma un nudo corredizo alrededor la frase que en torno al divorcio el escritor plan- vida, cual si flotara en la nube de orgasmos que
revisa que no haya luz entre las puntadas. Satis- de la aguja y envuelve la lana alrededor de ella teó: “la mayoría de la gente no se divorcia por hiló con los besos y caricias de su amante.
fecha, se arrellana en la poltrona de cuero café, para tejer una nueva cadeneta y, como si vinieran miedo económico. Sus besos son como decir
retoma la labor y teje sin pausa, esforzándose por anudados al hilo de fantasía, asalta a su memoria vamos a seguir pagando el apartamento juntos, “El matrimonio y la convivencia contaminan la
concentrar sus sentidos en el suéter amarillo que una maraña de frases que ha estado escuchando porque si nos separamos vamos a morir de frío y sexualidad, el erotismo y la elevación romántica”,
desde hace una semana le encargaron y no darle en varios podcast sobre la infidelidad en busca de más vale seguir viviendo así como vamos que a la concluye de forma lapidaria Vilas y Rosario, repa-
cabida al fantasma que desde hace tres meses, con esos argumentos que la defiendan ante la culpa intemperie” e invariablemente se ve ahí en el apar- sando mentalmente la frase y meneando la cabeza
el filo hilo del engaño, comenzaron a entretejer el que la persigue de sol a sol. Por eso, sin mucho tamento del barrio Velódromo, en el apartamento en actitud de desaprobación, hace un aro con la
azar y ella en torno a su matrimonio con Miguel. esfuerzo, logra recordar con claridad las opinio- de Calasanz, en el apartamento de Florida Nueva lana de fantasía para que la cola de las lanas caiga
El trabajo manual, que se asegura, es ideal para nes que le escuchó decir a Manuel Vilas en la discutiendo con Miguel en medio de unos vinos, al detrás del aro, guía la aguja a través del aro bajo
disminuir el estrés y abstraerse de problemas, no presentación de su última novela: “en un montón final de un desayuno o en medio de los preparati- la cola y luego jala, ajustando la lana alrededor
surte ese efecto en Rosario, quien hace crochet de matrimonios los besos ya son rutinarios. Es vos de un almuerzo, los pro y los contra de seguir de la aguja y cortando el sobrante. ¿El matrimo-
no por pasatiempo sino por necesidad. Mientras muy triste, pero el mundo está lleno de esos besos pagando arriendo, las ventajas de comprar un nio? —murmura Rosario de pie ante el espejo de
teje bajo las luces de la sala y la cocina, entre el entre seres humanos que han perdido la pasión apartamento y las desventajas de hacer un prés- cuerpo entero del que fuera el estudio de Miguel,
desorden y las sombras del resto del apartamento erótica, no hacen el amor, pero siguen juntos”. tamo en el banco. poniéndose el suéter amarillo para ver sus dimen-
y el repiqueteo de la lluvia sobre los geranios y los La rutina, la rutina, la rutina, repite Rosario cual siones—, falso, señor Vilas: nada contamina más
claveles en la terraza, cada tanto, vuelve a cobrar si fuera un mantra que la libera de su falta, pero Dejando el tejido sobre el mueble, Rosario se que una mentira para acomodar un relato o para
vida el espectro y Rosario se ve, de nuevo, refle- eso no impide que en cadena regresen a su mente pone de pie, toma un cigarrillo de la mesa de salvarnos del tedio de la pareja; la víctima siempre
jada en el vidrio de la puerta corrediza del balcón las escenas y secuencias de comedia romántica centro y, mirando por la ventana de la terraza, se termina siendo el victimario. Tejer la vida no es
de su amante quien, tomando una de sus manos de la estratagema que hiló cuando se supo presa pone a fumar. Al fondo, la ciudad a oscuras luce como hacer crochet con hilos de lana de fantasía,
blancas y rollizas, le susurra al oído las frases del anzuelo del erotismo que a la vera del cauce muda bajo la lluvia, mientras inundadas las calles remata Rosario mientras el espejo le confirma
cursis y jactanciosas que Miguel, tras siete años del matrimonio la pescó: el reencuentro con los de su memoria por dudas y frases rotas, donde el que el suéter le quedó demasiado grande.
de matrimonio, por la oxidación del erotismo, no amigos de la universidad de veinte años atrás y ayer y el porvenir se entrelazan y forman una red
volvió a decir. sus citas de los viernes, durante octubre, para que no parece tener principio ni fin, Rosario reme-
rememorar entre cerveza y ron viajes al mar y mora las promesas que Miguel y ella se regalaban:
Sacudiendo la cabeza, como quien trata de espantar fiestas de cumpleaños. Noviembre y los mensajes “te amo”, “acompañémonos para crecer juntos”,
un insecto que da vueltas en torno a unas migajas, de WhatsApp para concertar citas a escondidas e “hasta que la muerte nos separe” y, sin dejar de
queriendo evitar que los recuerdos tomen mejor intercambiar mensajes de amor con aquel que le mirar la ciudad, trata de imaginar en qué bar y
forma y la película donde su perfidia tiene un rol cuchichea al oído las expresiones presuntuosas y con qué mujer bailará salsa Miguel a esa hora
protagónico corra a todo color en la pantalla de su afectadas que el oxidado Miguel ya no le esputa. y en qué cama irá a dormir. Cierra los ojos para
mente, Rosario vuelve a concentrarse en el tejido evocar mejor y desea ser ella, sonriente, la que
y la escena del balcón se esfuma entre el amarillo Poniendo el tejido en el muslo derecho, Rosario baila con él Un Pedacito, de Monguito “El Único”,
y la textura suave y delicada del hilo de fantasía revisa que el viso de luz que ve entre dos puntadas no que es la canción que el ritmo de su corazón eligió
que avanzando en sus manos da forma al hombro sea una de menos o una de más producto de la enso- para darle atmósfera a la ensoñación: “… ya puedo
izquierdo del suéter a medio tejer. Sosteniendo la ñación en la que la sumergen los recuerdos. Y luego, cantar con alegría. Ya tengo el amor que yo quería”.
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En algún momento los perdí de vista, supuse que desde ese cielo que seguía siendo azul, barnizado
iban más adelante, el viento, por la marcha a toda en sol, puro calor sobre mi rostro sudoroso, y
prisa, me sesgaba la escucha. escuché a los loros y los arrieros, confabulando en
su dialecto de zureos, en esa armonía de gorjeos y
Entonces caí. demandas, casi podía asistir al picoteo incesante
del carpintero en el cadáver de un tronco deshe-
El lento correr
Muy momentáneo y sutil, ese instante en el que los cho.
pies vadearon en el aire sin sostén, descansando
de los terrenos burdos que vivencia la planta del Escuché la llamada de mamá a lo lejos, al parecer
pie al correr sin zapatos. Caí, sin tregua, en una estaba cerca de casa.
Sandra Castrillón Castrillón mágica alucinación de vuelo, el golpe fue seco y
Escritora, Doctora en Educación, profesora de la Facultad de Medicina Universidad de rotundo, diciente, imperativo. Y supe que podía incorporarme, a pesar del dolor
Antioquia, sandra.castrillon@udea.edu.co persistente en la pierna, e iniciar esa marcha de
Caí, sintiendo el aflojamiento del diafragma o la saltitos torpes de rana o de cabra rota. Me lastimé
tráquea, de algún órgano que seguramente apro- aún más escalando la pared de tierra de la conca-
vechó la levitación del organismo para suspen- vidad a dónde había caído, pero me soportaban
Mamá dice que cuando me recuerda de niña ve un universo de pinos y senderos de tierra que no derse y, no obstante, dolerse de la descarga súbita los sonidos de la quietud que me rodeaba: el trán-
a una pequeña despeinada chupándose el dedo, tenían fin. en tierra firme, y soñé, ausentándome para no sito del viento doblando las hojas, un grillo vocife-
descalza, empeñada en mirar, obcecada con el presenciar el trauma del dolor de mi cuerpo sacu- rando a deshoras un cantico melancólico.
transcurrir del tiempo, pero al poco rato ya no me He vuelto a esa casa un par de veces, siendo dido. Como siempre, soñé con las arañas, bellas y
ve; apenas se oye el eco de unos pasos que han adulta. Desde la cerca, la casa era el dibujo infan- titánicas, tenían ese color fluorescente con las que El freno de la prisa, ese correr constante que
echado a correr. til de todas las casas que dibujé de niña, que aún las acicalo en sueños, como si dándoles el poder restaba atención a esa otra carrera del silencio,
dibujo, cuando me abandono a las crayolas y los de ser radioactivas, irreales, pudiera ganármelas a esa pluralidad de imágenes y sonidos veloces
Puedo recordar mi vida con cierta fidelidad a vinilos con Dora y me empeño en cercar y delimi- y no sucumbir al terror infinito que me causan. que solo la observación procura, había disparado
partir de los cuatro años, y puedo recordar ese tar las paredes pardas y los árboles agrestes de Debí de ser la imagen de una niña dándome cabe- un arsenal de movimiento donde antes no había
día, el sabor terroso de la sangre en la boca me naranjas que todavía desgranan sus frutos en la zazos para despertarme de una pesadilla allá, en reparado, los oídos capturaban voces de tubércu-
asalta de nuevo en ciertas circunstancias, sobre dilatación de la grava. Siempre están allí la cerca el fondo de ese hoyo artificial, donde los trabaja- los, la frustración de una flor en decaimiento.
todo en aquellas en las que me enfrento a dramas abierta al camino y los palomos arrulladores que dores habían extraído tierra y emplazado aquel
demasiado decisivos sobre mi existencia, el sabor vigilaban el tejado de tejas simétricas. abismo, al fondo del cual mi cuerpo se extendía, Logré salir del hoyo, emprendí el camino de
a sangre se instala como para avisarme que sigo tan horizontal como podía, de cara a un cielo regreso a casa.
viva, por encima de esa supuesta tragedia. Una El acontecimiento de ese día fue aquel accidente espléndido de abril.
alarma instalada en el cuerpo como una huella infantil, pequeño, casi desapercibido y sin conse- Tan pequeña y prolija en reinvenciones, con los
mnémica presta a dispararse. cuencias físicas perdurables. En algún momento Cuánto duró el sueño, cuánto tiempo transcurrió petirrojos pisándome los talones, dueña de ese
salí de casa a toda prisa, seguro perseguía a en lo que fue aquella huida onírica, donde las universo de árboles indomables y enredaderas.
La escena de ese día transcurrió en el campo, el Marlene que había prometido ir hasta el pozo de arañas, como siempre, descubrían mis infinitos Y, no obstante, tan receptora de lo que dictaba
viento iba y venía a su gusto en la amplitud de los los Sánchez a pescar renacuajos. terrores hacia ellas, las pintara del color que las ese momento para la existencia, reinventando el
cafetales, en la intemperie del llano. pintara, por lo que también en sueños precisaba trauma en el buen sentido de la palabra.
Marlene y Simón, mis primos tramposos e intuiti- de una carrera veloz. El sueño debió prolongarse
Yo siempre estaba afuera. Es un privilegio de los vos que ponían un pie donde habían avizorado el un poco más de una hora, el tiempo suficiente Mamá me divisó desde la puerta de casa, con esa
niños campesinos: el aire y la clorofila les ensan- ojo, tenían en el cuerpo la costumbre de no aquie- para que el organismo anestesiara las consecuen- manera que tenía ella de mirarme: cabeza ladeada,
cha los bronquios y los alvéolos. Los dedos de los tarse, de navegar el aire a como diera lugar. fran- cias de aquel aterrizaje. en su intento de enfocarme en movimiento, esta
pies adquieren esa amplitud que le permite al pie queábamos las cercas de los terrenos de nuestras vez vi su cabeza enderezarse y echar a correr para
resistir por mayor tiempo las planicies de tierra casas y avistábamos la propiedad vecina, ensa- Me despertaron las hormigas que me transitaban auxiliarme, a esa niña de cinco años que cojeaba a
árida o peinadas de hierba. Contaba cinco años, yando a recorrer esos bosques extranjeros, no las manos, los pies, el cuello, los oídos aguzados la distancia, pero que parecía embeberse la lenti-
ya conocía los riesgos de saltar acequias y burlar permitidos, ajenos a nuestro dominio. Comíamos que regresaban de la presión atmosférica de la tud de su marcha, saborearse la lucidez de reco-
la sagacidad de los perros de montaña. lo que íbamos encontrando: guamas, mandarinas, carrera y el vuelo. Yacía el sabor en la boca: la nocer el camino, por primera vez, extasiada con
zapotes; los carrillos de Simón siempre estaban sangre coagulándose en las encías y los dientes, el movimiento de su perro que se levantaba para
Eran generosos los dominios del prado que llenos y brillantes, obedeciendo a ese cuerpo ague- me acicalaba el dolor general, el dolor crónico de salir a su encuentro.
resguardaba el antejardín de mi casa, pero no rrido que no podía apaciguarse. Marlene, siempre una pierna que desfiguraba por su encogimiento
era suficiente para mis cinco años, empeñados erguida como una guerrera amazona, nos hacía la extensión del resto del cuerpo. No me moví por
en extender la mirada hacia un poco más allá levantar de nuevo: “hoy vamos hasta el pozo de los un tiempo; temía a la alarma dolorosa que a cual-
del límite de los picos de las montañas. La casa Sánchez”, ordenaba, y nosotros, diminutos pero quier signo de marcha arremetía como fuego, por
era el nido protector donde se incubaban los altivos, con nuestros cinco años, arremetíamos eso presencié la emigración de esas aves blancas,
sueños, pero también era las puertas abiertas a como si Alaska fuera el puerto a conquistar. parecidas a las cigüeñas, que graznaron muy alto
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llorando más que ellas mismas”, y en parte porque Traduzco ese acto de amor, en el que pone a su
se dedicó a la defensa de los derechos de los traba- padre por encima de sí misma, en una especie de
jadores. intercambio mágico o transacción con la divini-
dad, con la que mediante la entrega de su yo físico
Carta a Cecilia
Él siempre fue respetuoso con la religiosidad de y psíquico, así como de la autoimposición de un
su madre, pero “le sabía poner la banderita”. Ese penoso esfuerzo cuyo único objetivo es “salvar el
“poner la banderita” alude a los gestos, los discur- alma de su papá”, opta por el camino del sacrificio.
Catalina Tabares Ochoa sos y las prácticas que les permitían a usted y a Así lo reconoce cuando menciona que la suya era
Profesora Universidad de Antioquia, catalina.tabares@udea.edu.co su hermana María Elvira acceder a los discur- una respuesta a la espiritualidad de la época: “yo
sos políticos de corte progresista que contrasta- me aguantaba y eso me costó a mí la salud”.
ban con la visión católica y conservadora que su
Medellín, 6 de septiembre de 2019 abuela y su madre se habían esmerado por culti- He pensado también en lo que denomino acon-
var en su niñez. tecimientos críticos que, considero, marcan las
vidas de las personas, y se constituyen en disposi-
Querida Cecilia: coexistencia de estos dos rasgos que atraviesan
Pese a la notoria identificación con un papá “ateo”, tivos que implican mucho trabajo interior porque
su historia familiar son, además, determinantes
Hace ya más de un año estuvimos conversando. defensor de los derechos de los trabajadores, con los desafíos son enormes. Consisten en un “darse
en su decisión futura de ser religiosa.
Fue una conversación muy íntima en un momento ideas de avanzada y comprometido políticamente, cuenta” que deriva en giros, nuevos rumbos o
muy especial porque usted acababa de cumplir a temprana edad tomó la decisión de ingresar a la “acentos” que las personas dan a sus vidas. Se
Entre los recuerdos significativos que aún
ochenta años. Aprovecho para agradecer su aper- vida religiosa. A primera vista, la formación reci- alimentan de hechos cotidianos, situaciones,
conserva su memoria está el del armario de tela
tura. Y quiero contarle que, desde entonces, he bida en el colegio Sagrado Corazón, de Bogotá, gestos o conversaciones que, en síntesis, activan
verde con espejos, en cuya puerta su mamá había
venido pensando en la forma como se sostienen basada en el estudio del Evangelio, el cultivo de la conciencia, generan comprensiones y permiten
pegado con un alfiler un recorte de prensa del
socialmente las personas que han tenido una una vida espiritual —que disfrutaba—, la costura construir pensamiento.
periódico El Tiempo que anunciaba “Pío XII dice
experiencia profunda de la guerra y una acción y las constantes referencias a las misiones en
que los comunistas se van a condenar”. Siempre
política decidida por la paz. Sobre todo, en la Egipto y África —para “ayudar a la gente pobre de En su caso, identifico dos acontecimientos
que abría el armario se encontraba con esa noticia
potencia que hay en ello. países muy lejanos”— fueron elementos que, junto críticos. Uno pareciera muy íntimo y personal:
que, sumada a las palabras de su madre después
a su gusto por la disciplina, “y el amor a Jesús y ocurrió cinco años después de haber ingresado al
de comulgar —“recemos mucho por el alma de su
Usted, Cecilia, ha vivido al margen y en los lími- a la Virgen”, la persuadieron para irse de monja convento, en Roma, cuando llegó allí para hacer
papá para que se convierta, porque él no puede
tes de la institución religiosa de la que hace parte recién graduada del bachillerato. la “profesión perpetua” —proceso que definía si
salvarse”—, fueron creándole una atmósfera de
hasta hoy; ha desafiado el poder e incomodado a continuaba o no su vida religiosa—. El otro hace
terror por la suerte que en la vida o después de la
sus colegas y superiores, no solo con sus prácticas El día que le contó a su papá que había decidido referencia a su encuentro con sacerdotes y reli-
muerte podría correr el hombre por el que sentía
críticas y emancipadoras, sino también con accio- ingresar al convento, “él se echó a llorar”. “No fue giosas de Centroamérica en el año 1963, en el
tan profundo amor y tan inmensa admiración.
nes que le resultan apenas lógicas del trabajo para tanto”, le respondió, creyendo que esa deci- que descubrió que “¡había división de clases!” y a
propio de la Iglesia católica; con su presencia, y sión estaba relacionada con un fuerte regaño que partir de ese momento su acción religiosa dio un
Y es que, sin duda, su papá fue la figura más tras-
la de sus compañeras, en los barrios populares. días antes le había dado por llegar a la casa a altas giro en el que el compromiso político sería el eje
cendental de su niñez y juventud, sobre todo en
En esta experiencia vital, creo que el amor es, en horas de la noche. Su decisión ya estaba tomada estructurante de esta.
lo concerniente a la activación de su conciencia
últimas, la emoción que conduce, motiva y genera y simplemente estaba invitándolo a una misa que
política. Recuerda, por ejemplo, una vez cuando
el impulso para servir a los demás y enfrentar las se celebraría esa misma semana como parte del A Roma llegó “destrozada”, tanto por problemas
las monjas del colegio Sagrado Corazón, donde
adversidades. ritual de recibimiento. “Pobre mi padre”, repite de salud física como por afectaciones psicoló-
estudiaba, inauguraron una capilla recién cons-
cuando se refiere a ese episodio; lo que da cuenta gicas debido a las contrariedades que le produ-
truida “por no decir iglesia” —en la que gastaron
Por eso, quiero compartirle esta semblanza de su del impacto que esa noticia produjo en él. cía la forma de vida impuesta en el convento. El
“muchísima plata”—, usted le mostró con orgu-
vida, a manera de homenaje, a partir de las pala- “encuentro” con la madre superiora, “una monja
llo la nueva adquisición del colegio a su papá; él,
bras que tan generosamente me ofrendó. Al principio, su vida en el convento fue una expe- norteamericana” —a la que siente que le debe
quien observaba en silencio, le respondió: “¿sabes
riencia difícil y dolorosa: “era horrible, horrible, la vida—, le desencadenó una fuerte crisis, pero
qué?, si Dios existiera aquí caben tres escuelitas y
Las historias de su niñez, casi todas, giran en porque es demasiado estricto, el cuerpo no vale también le permitió comprender algo de suma
dos hospitales”.
torno al catolicismo cultivado por su mamá y su nada, había que darle garrote, nos daban cosas importancia: que su papá no se iba a condenar.
abuela paterna, a las imágenes de vírgenes, cristos para ponernos, para pegarnos, no podíamos
Su papá, de origen campesino, había llegado a la Ella me preguntó quién era mi papá.
y santos: “como el Divino rostro de mármol muy hablar con nadie […], la familia venía una hora
ciudad de Manizales primero, para estudiar en el
hermoso, pero con unos ojos de tristeza, con una un domingo al mes”. El relato es conmovedor y la
colegio, y después, en medio de muchos esfuerzos —Es esto y esto, a veces no llevaba plata a la casa
corona de espinas que le chorreaba sangre”; y al pregunta obvia: ¿qué la hacía quedarse? “Porque
—dadas las precariedades económicas de su fami- porque él a todo el que le pide favores se los hace,
cuestionamiento de su papá frente a estas imáge- si uno se sacrifica por los pecadores, los pecado-
lia de origen—, a la ciudad de Bogotá, para estudiar él llegaba a veces con una gallina debajo del brazo
nes y ciertas prácticas religiosas: “cogía una servi- res se salvan y yo necesitaba salvar el alma de mi
en la universidad. Llegó a ser director del periódico (como pago por el favor realizado)… eso a mí me
lleta grande y lo tapaba ‘mijas, eso es enfermizo, papá, tenía que dar la vida por mi papá porque
La Patria de Manizales y abogado litigante; pero parecía hermoso… mi papá con una gallina y no
rezar ante un moribundo’, y entonces mi abuelita como yo lo quería tanto y mi papá era tan bueno
rápidamente declinó, en parte porque “no podía del con plata. Ese era mi papá, no le importaba la
le respondía ‘¡Ay!, es que ese Marcos tan ateo’”. La ¿cómo no se iba a salvar?”.
sentimiento, por el dolor de las víctimas, y acababa plata sino ayudar a los demás.
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—¿Y usted qué preocupación tiene? se sentía más cómoda trabajando. Fue ese el presentación de videos, juegos y lecturas comentadas, pasmado… ¿de dónde salió?”, a quien además
camino que dio inicio a su “opción por los pobres”, se propiciaba el diálogo con las poblaciones, siempre consideraba agudo y creativo —“llegaba el politi-
—No, pues yo sí me preocupo mucho porque él se
frase que resume la dirección que le dio a su prác- en procura de alternativas de transformación social. quero y Jacinto convocaba por allá en un cerro a un
va a condenar.
tica religiosa. Esta opción se vio fortalecida cuando almuerzo comunitario, ¡ohhh, y no bajaba nadie al
Y entonces me dijo: en el convento les preguntaron quién quería salir El trabajo dejó ver sus frutos en la consolidación pueblo!”— fue torturado y encarcelado, y diez años
—¿Usted no ha leído el Evangelio? “Venid benditos a misiones. Usted, que en su niñez había sido de procesos comunitarios: “se armaron consejos más tarde (en 1990) asesinado. Este crimen fue el
de mi padre a poseer el reino de los cielos, porque boy scout y se sentía seducida por “el trabajo en parroquiales de cien campesinos que bajaban de que, después de la insistencia de otros religiosos,
tuve hambre, me disteis de comer, tuve sed, me el campo, el espíritu de servicio, la aventura y el todas sus veredas cada mes a evaluar y progra- la hizo tomar la decisión de salir por un tiempo
disteis de beber, estuve desnuda y me vestisteis”, riesgo”, optó por salir a trabajar a la orilla del río mar el mes siguiente”. Los vínculos se fortalecie- del país: “Ceci…, no te queremos muerta, mejor te
¡su papá se va a salvaaaar! Magdalena. ron alrededor de los alimentos que, casi siempre, vas, que esto pase, y tú regresas”.
iban acompañados de actividades lúdicas: “se
Esa conversación, que considera “definitiva” —pues El encuentro con las religiosas y los sacerdotes terminaba la reunión seria y venía la guitarra, los A este contexto social y político adverso, se suma
le “abrió las puertas para todo, para lo que soy hoy, de Centroamérica le había dejado instalada una tiples, la aguapanelita caliente, el quesito…”. Todas un contexto institucional también adverso: las
y para ser como soy”—, fue de gran trascendencia inquietud por el cambio de lo “estructural, jerár- estas acciones estaban basadas en el encuentro, múltiples expulsiones de parroquias y comunida-
para su vida, y propició, además, la resignificación quico y opresor” a lo “comunitario, empezando el diálogo, la conciencia de la realidad y el férreo des en las que realizaba trabajo de base, el cues-
de las razones que la llevaron a optar por los votos por el consejo parroquial”. Por eso, su trabajo en deseo de cambiarla. tionamiento de sus compañeras religiosas por sus
la orilla del río Magdalena y el que siguió después iniciativas y acciones, e incluso, el hecho de ser “la
religiosos. La comprensión que la madre superiora
tuvo de sus contradicciones internas, si bien derivó de finalizar la década de los setenta en Maniza- En este punto, es necesario detenernos alrededor hija de un comunista”. Esto la ubicó en una posi-
en una crisis profunda que la aisló durante meses les, Bolívar, Santander y Cacarica estuvo marcado de lo que denomino desafíos y pruebas. Me refiero ción de confrontación y antagonismo permanente
de sus labores y la llevó a un prolongado trata- por el “florecimiento de las comunidades de base”. con ellos a los conflictos, las tensiones, los disen- dentro de la institución de la que hacía parte. “Uno
miento psiquiátrico, también alivianó sus cargas Este encuentro le propició el conocimiento de sos y las rupturas, que se presentan como parte va contra lo institucional, porque lo institucional
y despejó su camino. A partir de ese momento, metodologías de trabajo comunitario que venían de la vida en sociedad. Allí, como telón de fondo, es conservar las cosas como están y lo nuevo es
pudo entender que el suyo no era “un problema de ya siendo aplicadas en otros países de América están siempre los soportes que permiten la conti- tumbarlo y transformar” reconoce, y agrega “a
opción religiosa”. Latina, como Chile. Se trataba de técnicas para nuidad de la acción y de la vida. uno le hacen la vida muy dura… ¡muy dura! […]
el trabajo popular, que buscaban, a partir de la hasta que uno dice: ‘bueno, sí, es un proceso de
Otras formas de vivir la religiosidad se revelaron interacción con pequeños grupos, multiplicar el “La vida no es fácil, tiene muchos altibajos, aprender a vivir uno con el enemigo adentro’”.
desde entonces. En la década del sesenta, el cole- conocimiento del Evangelio, y por esa vía empode- muchas decepciones”, dice con aire reflexivo
gio, en el que para aquella época trabajaba —que rar políticamente a las poblaciones en las cuales entre un recuerdo y otro. Hace referencia a En el año 2001, el asesinato de la religiosa Yolanda
recientemente había cerrado su internado—, por desenvolvían su acción. “épocas duras”, como la del estatuto de seguridad Cerón, quien “logró titular cerca de noventa y seis
(1978-1982)1. Habla de los campesinos asesina- mil hectáreas de tierra para las comunidades
la cantidad de habitaciones disponibles fue el
Un ejemplo de esto lo constituye su trabajo con dos, torturados, desaparecidos, y de aquellos negras de Nariño antes de ser asesinada”2, y quien
lugar propicio para que los sacerdotes y las reli-
madres cabeza de familia, cuya finalidad era que que de manera forzada fueron desplazados de cumplía una labor muy similar a la suya, no fue
giosas provenientes de Centroamérica estuvieran
ellas mismas se convirtieran en las catequistas de sus territorios: “se llevaron muchísima gente impedimento para que continuara acompañando
por varios días hospedados en la que era su casa.
sus comunidades. De la formación a diez mujeres presa, la torturaron, la volvieron nada, mataron el retorno de los campesinos a sus tierras, aunque
Espacios cotidianos, como los comedores y los
con encuentros cada semana durante un año, se mucha gente en toda la vicaría de Vélez”. Habla tuvieran que resguardarse de noche en zonas
dormitorios, se convirtieron, junto con las euca-
esperaba que al año siguiente cada una de ellas también de las constantes amenazas de muerte y humanitarias por el riesgo que corrían sus vidas.
ristías celebradas en aquellos días, en el nicho de
formara en su propia casa a otras diez mujeres. del exilio por la inminencia de que esas amena-
ideas alrededor de la división de clases y las estra-
Con lo que se pretendía replicar el conocimiento, zas fueran cumplidas. Usted, Cecilia, no solo fue Fue en este contexto, y después de un anuncio
tegias para ayudar a combatirlas.
pero además descentrar el poder del párroco, al testigo de una guerra cruda y dolorosa, sino que en televisión del comandante del Ejército de que
fundamentar esta práctica en valores emancipa- supo declarársele en contra acompañando a las entrarían al Cacarica3, Chocó, que decidió ir hasta
La teología de la liberación —que llegó a conso-
dores y al disponer para las mujeres campesinas víctimas. aquel territorio y atravesar el río en medio de
lidarse como corriente teológica de pensamiento
una serie de herramientas que les dieran autono- lanchas que elevaban sábanas blancas como grito
y práctica política en América Latina en los años
mía y determinación. En esa época, por ejemplo, Jacinto, un líder campe- de “no disparen” y de paz. Posterior a este hecho,
setenta y ochenta— fue tomando forma por medio
sino que admiraba profundamente: “una inteli- recibió la propuesta de liderar la Comisión Intere-
de las misiones y, más tarde, de las comunidades
La convivencia de un número reducido de religiosos gencia del otro mundo, es que uno se quedaba clesial de Justicia y Paz:
eclesiales de base. Fue a partir de ese momento
que su acción religiosa no podría estar separada y religiosas con los campesinos en las veredas y los
pueblos era el medio legítimo para la reconstrucción 1
Que se dio durante el período presidencial de Julio César Turbay Ayala, reconocido en la literatura académica
de su acción política. De esa imbricación es que como uno de los períodos más represivos en la historia reciente de Colombia.
quiero hablarle ahora. de diagnósticos comunitarios. “¿Cómo está la salud?,
¿cómo está la educación?, ¿cómo está la agricultura?, 2
Al respecto, cabe destacar el artículo titulado “Yolanda Cerón, religiosa de Nariño” publicado por Verdad
Abierta el 19 de octubre de 2009.
Venía de una comunidad religiosa que, en sus ¿cómo están los medios de transporte?” eran pregun-
palabras, “estaba con las ricas”, pues priorizaba tas que el grupo de misioneros respondían a partir 3
Población del departamento del Chocó, uno de los más afectados por el conflicto armado en Colombia y que aún
de la vivencia propia de estas realidades y de la inte- hoy reclama verdad y justicia por la realización de la operación Génesis, bajo la responsabilidad de la Brigada
la educación de niñas de clase alta. Sin embargo, 17 del Ejército, y la operación Cacarica, ejecutada por las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. Por estas
paralelamente, sostenían una escuelita para las racción con los campesinos. Estos diagnósticos eran operaciones coordinadas el Estado colombiano fue condenado el 20 de noviembre de 2013 por la Corte Interamericana
niñas de escasos recursos económicos, en la cual la antesala para la acción. A partir de técnicas parti- de Derechos Humanos, como se registra en el artículo de Natalia Herrera Durán titulado “Cacarica busca la verdad
cipativas, basadas en textos bíblicos, sociodramas, en medio de las balas” y publicado por El Espectador el 17 de marzo de 2019.
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Ahora bien, observo que este discurso en torno a
la libertad está, desde mi punto de vista, basado
en el amor. Sentimiento que atraviesa su relato de
principio a fin y en el que usted sustenta y justi-
fica su acción: “yo digo que se necesita amar… no
más, no se necesita ni formación política, ni nada,
amar al pobre y dolerle el dolor del pobre”. Sus
expresiones “yo adoro a la gente” o “lo que más
importa es ayudar a la gente”, así como sus accio-
nes, dan cuenta de la forma como encarna este
sentimiento que enarbola.
Catalina
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|Carta
Tanguedia
Cenedith Herrera Atehortúa
Historiador, hacedor de ficciones, cenedith@yahoo.es
—Tomá una hoja de papel en blanco —le dijo— y Adentro, sonaba un bandoneón. La Calle de Los
tratá de escribirle unas líneas. Yo me tomaré el Paseantes sonaba a la misma melodía, en tanto la
trabajo de buscar una oficina postal —“si es que mujer apuraba los restos de un licor barato —no
existen”, pensó— para enviarla. estaba el champán para la copa— y buscaba, de
tanto en tanto, su propio rostro en la luna del espejo.
Le pidió que escribiera una carta. Allí debía
relatarle, en escasas líneas, que la vida, desde —No está el champán para la copa —se dijo— y
Carlos Castro @carloscastroar Exposición La vida de las cosas muertas, una exposición antológica.
aquel día lejano apenas abocetado ya en un no está este rostro para ningún carmín. Afuera
Museo Universitario Universidad de Antioquia. Registro fotografico por David Estrada Larraneta
calendario antiguo, no había sido tan miserable agoniza ya la tarde y nadie quiere saber del
como había vaticinado su baraja aquella lluviosa porvenir. Se vive tan rápido en estos tiempos que
noche de junio, en la que el calor cuarteaba la parece que ya nadie necesita del conteo del reloj.
piel como nunca y el viento apenas si alcanzaba a Da lo mismo si es mañana, hoy o pasado mañana:
abanicar el aire. la vida es ahora, dicen, y ya ni la muerte se toma el
trabajo de buscarles.
La mujer vivía en la Calle de Los Paseantes,
nombrada así por una jugarreta, por crueldad de —¿Qué, no escribís la carta? Ella vive en la misma
las palabras: paseaban, sí, en aquella calle, pero calle y vos lo sabés; a esa dirección debés dirigirla.
hacia el otro mundo. Aires de arrabal y malevaje Si me querés, como lo decís, escribile la carta a la
llenaban el espacio de aquel agostado lugar en el malandra esa, para que sepa de una vez por todas
que, al parecer desde siempre, aquella mujer leía que te morís por mí y que ella bien puede tragarse
el destino signado en los arcanos. Se decía a sí su baraja entera y pasarla con ese trago baladí que
misma oráculo del mundo, ojo de los dioses. envenena su garganta, porque solo eso sale de su
boca y no es más que un pajarraco de mal agüero,
Y no es que leerse la suerte estuviera bien visto. al que se le destiñen las plumas.
Ya desde el púlpito se condenaba a la hoguera
a quien se atreviera siquiera a ofrecer cualquier Adentro, sonaba un bandoneón. La Calle de
predicción; oficios como esos eran casi tan antiguos Los Paseantes sonaba a la misma melodía, en
y señalados como el de las putas. No, nadie tenía tanto la mujer apuraba los restos de un licor
porqué saber qué cosa le deparaba el futuro y, sin barato —no estaba el champán para la copa— y
embargo, mujeres como ella —sin importar que el buscaba, de tanto en tanto, su propio rostro en
fuego se les viniese encima— estaban siempre a la la luna del espejo. Pero no era su rostro el que
orden del día, con sus profecías frescas y con los veía: un hombre le pedía, con insistencia, que
bolsillos ajenos prontos a darle sus monedas. se escribiera una carta para contarse, en pocas
líneas, que se había equivocado.
—Mirá, ¿qué cosa me ves?, te he dicho ya que
tomés una hoja. Escribile. Contale.
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|Poesía
Poemas
Yury Ferrer Franco
Filólogo, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Licenciatura en Educación
Artística, ydferrerf@udistrital.edu.co
reboten en paredes,
sin cordura, sin pudor? Que se invente su propia mentira. ¡Y comparten la misma desesperación!
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Versos ¿simples? Senderos, socavones
Me sufro en el poema,
Carlos Castro @carloscastroar Exposición La vida de las cosas muertas, una exposición antológica.
no son siempre hermosos y alegres
Museo Universitario Universidad de Antioquia. Registro fotografico por David Estrada Larraneta
los hallazgos que desvela
la poesía.
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|Poesía
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mentiras,
caída libre para mí,
baldado de agua fría para él,
hasta ahí llegamos,
iniciaron reclamos, justificaciones y ya,
maté todo interés por mí, por una relación,
pues es probable que se esté preguntando,
¿de qué soy capaz?, ¿le haré algo peor?, ¿sufrirá a mi lado?,
¿hubo verdades?,
en realidad he pensado mucho en eso,
son preguntas que yo me haría,
y creo que cada uno da lo que tiene y recibe lo que merece,
en este caso, su imagen ha de quedar en limpio,
no debe merecer maldad,
me ha hecho sentir comprendida, aceptada,
soy yo, maldita sea, soy yo,
de momento tengo eso, vengo cogiendo aire,
de lo contrario, no le habría dicho mi verdad,
él es parte de ese aire,
y quiero que continúe siéndolo, pero,
en medio de esta situación lo soplé, lejos, muy lejos.
¿Eso es todo?
Sí, es todo.
La declaro culpable
y la sentencio a…
¡Espere!
¡Qué!
permítame preguntarle a él solo una cosa,
luego de saber mi verdad, ¿hasta dónde puede llegar él?,
¿puede volver a creer en mí, en mi bondad?
Suspiro.
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Crónica donde frecuentemente llegan personas Además, un silencio clave y un cambio
enfermas de tuberculosis para iniciar un tanto de esquema como de sentido donde
tratamiento a largo plazo que los obliga se da una “ vuelta de la tuerca” y gracias a
a convivir con las personas del pueblo. eso sabemos que el narrador no es fiable y
El almacenista, un enfermo recuperado por ende, es el culpable.
que vive con tres cuartos de pulmón, nos
cuenta la historia de un jugador de balon- Estupefacta por la explicación, le interro- 2
Henry James, La
cesto que llega al pueblo y se niega a acep- gaba al profesor por qué un narrador nos otra vuelta de
Somos la ficción
tuerca (Calixta
tar su condición de enfermo. Rápidamente, mentiría y entonces, ¿qué era verdad y qué Editores SAS.,
su presencia se queda en la vida de todos no? Empecé a dudar de todos los cuen- 2019).
en el pueblo y más cuando encuentran su tos y novelas. Estaba segura de que había
favorita de un dios
cuerpo sin vida. omitido silencios, cambios de escritura y
de ritmo y si esto cambiaba lo que había
Al llegar el día anunciado en el calendario leído de todas ellas, entonces ¿debo releer
traicionero
para la discusión de la novela, el profesor cada texto? Esto significaría tal vez que el
nos recibió con un —¿Quién lo mató?—, recuerdo de Aureliano Buendía conociendo
empezamos a lanzar conjeturas, podría el hielo era una manipulación del narra-
tratarse de un suicidio o la venganza de dor, tal vez este narrador omnisciente de
Carolina Lopera
alguna de las mujeres involucradas en la Macondo era Melquíades justificando su
Antes que nada, soy una lectora. Filóloga Hispanista de la Universidad de Antioquia.
La escritura ha sido la consecuencia inevitable de largas horas de lectura y reflexión. historia. A medida que explicábamos las accionar.
Encuentro placer en los ríos de palabras que son los crucigramas. Juego a ser mi peor diferentes versiones, se veía en la cara del
crítica literaria, carolina.castanol@udea.edu.co profesor un poco de desilusión y sorpresa. “La otra vuelta de la tuerca” es una expre-
Nos mandó a callar y dijo: —Al parecer sión acuñada por Henry James2 que busca
ninguno comprendió la novela porque explicar esos giros en que se agrega algo
Juan Carlos
claramente el narrador los engañó, él lo novedoso a la historia, cambiando, casi
1
Noches enteras dedicadas a desenmarañar En mi clase de teorías literarias, el profe-
Onetti, mató. siempre, el transcurso o el entendimiento
la teoría de los formalistas rusos, soñando sor siempre fue muy enfático en la impor-
Los adioses de los hechos. Estos giros son frecuen-
(Barcelona: Seix con Bajtín en su destierro de la Siberia tancia de leer teoría, crítica y productos
En ninguna parte de la historia el narrador tes en la novela negra, se guardan para
Barral, 1985). contándole como en un país de Latinoamé- literarios paralelamente. Como filólogos,
pronuncia su culpabilidad o actuación en el momento más importante y climático
rica aún seguía estudiando sus pensamien- entender y comprender esos tres univer-
el crimen. Habiendo leído desde niña los donde se revela el quién y el porqué. Ha
tos; aun después de tomar miles de cafés sos, nos diferenciaría de cualquier otro
diferentes cuentos sobre detectives y asesi- habido miles de productos literarios y
con la narratología de Mieke Bal, a quien profesional, eso nos decía y creo que aún
natos, había detectado que siempre hay, en audiovisuales que abusan indiscriminada-
imaginé en mis desvelos como hombre, me lo dice. Él ya había elegido meticulosa-
las narraciones, indicios lógicos que desen- mente, muchas veces intencionalmente,
debo disculpar por eso, aun después de eso, mente las lecturas para el curso, todas
mascaran al culpable y su motivación. ¿Por de esta herramienta. Sin embargo, en esta
es necesario admitir que la gran revelación estas nos preparaban para el desafío final:
qué el almacenista mataría a un foras- novela el momento más importante y reve-
fue haber entendido que los narradores analizar narratológica y críticamente la
tero tuberculoso jugador de baloncesto? lador era representado por un silencio y un
pueden mentir. novela La Casa Grande de Samudio. Pero
A primera leída no encontraba rasgos de cambio de estilo y de tema. Se podría decir
esta crónica no es sobre esta hazaña.
novela negra en el texto y aunque el crimen que se trataba de una evasión al omitir
Si la literatura es hija de su época, signi-
era el momento culmen del relato, no pasó información.
fica que detrás de cada mundo ficcional Habíamos pasado largas horas leyendo y
por mi mente darle importancia al autor
hay una realidad que nos habla a través de analizando La vorágine de José Eustasio
del crimen, de igual forma, como ya se nos Me llevó un tiempo de relectura e investi-
personajes y situaciones inventadas por Rivera. Nos habíamos adentrado en la selva
había revelado desde el inicio, probable- gación aceptar esta tesis. Efectivamente, el
un autor de carne y hueso. Al acercarnos oscura y encantadora de la mano de Arturo
mente el jugador de baloncesto no sobrevi- narrador se comportaba como una persona
a un nuevo relato, aceptamos de entrada la Coba. Nos tocó salir sin él, la selva se lo había
viría a la enfermedad o a la cura. mentirosa y nos hacía dudar de su inten-
ficción y no buscamos una copia fidedigna tragado. Ahora, según el cronograma, seguía
ción al contar la historia. Después de esto,
de los hechos, nos entregamos a la mano la novela corta, Los adioses1. Habíamos leído Me negaba a creer en el engaño, si bien no pude menos que sentirme engañada por
de un narrador, que rara vez corresponde varios cuentos de Onetti en clase, preparán- los personajes mentirosos o las mentiras todos los autores que se sentaban en sus
al autor, y nos dejamos contar una historia. donos, tal vez, para esta historia. —Léanlo han existido desde siempre en la literatura, escritorios y se sentían con el derecho de
¿Qué sucede, entonces, cuando la voz que varias veces— nos aconsejó. Ilusa completa- no había nada, a simple vista, en el texto, darnos lecciones.
debe servirnos como guía pudiese mentir? mente de lo que venía, solo lo leí una vez y me que nos llevara a esa conclusión. —Claro
¿No representaría aquello la anulación del concentré en otras materias. que sí lo hay, hay silencios—. Proseguía “La omisión es traición”. Hemos escuchado
mismo texto ya que si se cuestiona un solo el profesor en su explicación. —Los silen- frecuentemente este dicho entre conver-
detalle o acontecimiento significaría que Bajo la premisa de “pueblo chico, infierno cios pueden decir mucho y en este caso saciones de café. Así me sentía yo como
lo que estoy leyendo no es verosímil y por grande”, la historia de Los adioses se sitúa nos plantea la intención del narrador de lectora de la novela. Onetti me había trai-
tanto no creíble? en un pueblo pequeño entre las montañas esconder y cambiar partes de la historia. cionado y me presentaba la historia de un
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mentiroso, pero ¿qué hay más humano que un
mentiroso? Como no podía estar más que impac-
tada por el ingenio de este escritor al mostrarme
que ni en los libros debería confiar, al fin y al cabo,
estamos leyendo mentiras.
Desde hace días he querido escribir algo sobre contado y a escondidas. ¡Para que nadie en la
Paul Auster, pero no se me ocurre nada. librería se diera cuenta!
No tengo claro qué: no soy un experto en su obra. Y el tercero fue cuando una amiga de ojos azules-
Lo he leído muy poco ahora que lo pienso. No hay grises, rubia (con la que nunca hice el amor) me
un motivo para no haberlo hecho. Ni para hacerlo, preguntó un día:
claro. Tal vez pueda deberse a que cuando empecé
a ver sus libros (hace ya mucho tiempo) eran muy —¿Qué libros te faltan de la colección de literatura
caros y había otros proyectos de lectura que se medieval de Siruela?
atravesaban y eran más económicos, por supuesto. —Me faltan este, este, este y este…
Los libros de la editorial Anagrama que recuerdo —¿Me los puedes conseguir más baratos? (De vez
de finales de los ochenta y principios de los noventa en cuando a algunos amigos les daba una mano
eran un objeto de lujo. Y para lujos prefería despe- para que pudieran comprar ciertos libros. Oficio
llejarme por un libro de la editorial Siruela. Eran de panadero). Quiero leer los que no tienes.
libros que podían costar lo que ganaba en un mes.
Uno solo. Los encargué, le dije cuánto era, me entregó el
dinero y el viernes me los llevaron a la librería. Le
Pude hacerme a una gran cantidad de estos avisé para que los recogiera. Fue. Los miró y me
gracias a tres momentos. los extendió:
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Anagrama y me lo extendió. Era La invención de Y en ese libro apareció para mí El cuaderno rojo. Nuevamente una partida, la del padre de —Claro, respondí, iluminándose de milagro mi
la soledad, de Paul Auster. Ese cuaderno rojo en el que escribe ese personaje Santiago, un amigo, poeta y ensayista excepcio- memoria en ese momento: me había llamado ayer
que tanto se parece a un fantasma. nal, lo condujo al lugar que le correspondía para para ofrecerme unos libros de arte. Yo le expliqué
—Léalo. Sé que le va a gustar, me digo ahora que acompañar a un hijo que mira como su padre se que los libros de arte eran muy difíciles de vender
me dijo. La primera compra que hice en la librería, va marchando entre las montañas. ahora. O por lo menos en la librería.
apenas pudimos abrir después de esa primera
Y, efectivamente, lo leí y me gustó. Ya no recuerdo cuarentena que se extendió y extendió sin que Tres veces conmigo. Tres veces partiendo hacia —Pero yo no se los quiero vender… Se los quiero
nada de él. Los argumentos de algunos libros se nadie entendiera, fue el 20 de mayo del 2020. un lector huérfano… regalar…
me van olvidando para convertirse en sensacio- Un cliente (al que ya no recuerdo) me escribió
nes de lectura. Sensaciones que puedo evocar y —Claro, muchísimas gracias, yo se los recibo y se
por WhatsApp ofreciéndome unos libros para la Desde hace días he querido escribir algo sobre
contar. Como quien cuenta una historia que se le los daré a alguien a quién le puedan servir (pensé
venta. Me mandó fotos. Le dije cuáles nos inte- Paul Auster, pero no se me ocurre nada. Quisiera
olvidó y de la que solo queda la brisa que sopló por inmediatamente en Darío Marín).
resaban. Entre muchos había uno en inglés de a veces poder ser un ensayista y poder llevar al
el alma y la memoria para transformarse en algo Paul Auster: Travels in the scriptorium. Me los papel algunas de las cosas que se me ocurren Su hijo o su sobrino entró conmigo a la librería y
permanente. Algo inexpresable que solo se puede llevó una tarde en una caja. Ya habíamos acor- cuando hablo de literatura. Esas intuiciones de los dejó encima del banquito que nos regaló Pilar
transmitir cuando se le recomienda a otro lector. dado el precio. Los conté y le pagué. Se fue como lectura que, cuando conversamos, nos permi- y que perteneció a Merci. No me dejó ayudarlo.
Como si ese “Léalo. Sé que le va a gustar” fuera el una sombra. Los fui sacando uno a uno. Abrí el ten encontrarnos con el otro y fraguar, por un
santo y seña, la clave, de una experiencia que nos de Paul Auster no sé por qué ni para qué. Sin momento, una espada que va despejando la hoja- Salí para agradecerle de nuevo.
va a transformar. buscarlo. En la tercera página, con tinta negra, rasca que a veces nos habita. Pero no me es posi-
Se había puesto la cartera al frente y vi que de
estaba escrito: “For Mauricio in Brooklin April ble. Las olvido en el momento en que las digo. Tal
Algo así. ella salía un ejemplar de mi libro Un librero. Me
2007. All best, Paul Auster”. Así llegó a mis vez el otro las recuerde y de pronto las haga suyas.
sonreí.
Ese ejemplar después se lo regalé a María Cecilia, manos un libro autografiado por Paul Auster. Sin Sé que las reconocería, pero ya pa’qué…
una de mis alumnas de literatura, cuando murió buscarlo. Sin pretenderlo. La primera edición Vio mi sonrisa y mi mirada.
su padre. Era el libro perfecto para que la acom- en inglés (Henry Holt and Company, New York, La semana pasada me leí dos libros suyos, cortos,
pañara en ese momento. 2006). que llegaron a mis manos hace poco: ¿Por qué —Y traje su libro para que me lo dedique….
escribir? (en Medellín, el 30 de septiembre del
El año pasado murió el papá de Andrea, una año pasado) y El cuaderno rojo (en el mismo lugar —Claro, con mucho gusto. Para mí será un honor.
Después leí La trilogía de Nueva York y ahí fue Recuerdo que se lo llevé a su casa…
el deslumbramiento. Fue encontrarme con un amiga historiadora y cómplice en guerrillerología donde apareció el segundo La invención de la sole-
escritor que percibía el mundo de la misma colombiana. En medio de su duelo me escribió dad, el 15 de enero de este año). El segundo por —No… usted no me lo llevó… yo lo compré…
manera que yo (bueno… a veces podemos ser para encargarme La invención de la soledad. Esa insistencia de Ramón Cote Baraibar.
pedantes y no importa…), como una relojería del misma noche lo encontré en un puesto de libros A veces me pasa que los recuerdos se me revuel-
azar que va confluyendo para armar un destino en el parque de Lourdes. La misma edición roja Cuando los terminé lo primero que pensé fue: ven y enredan. ¡O me los invento!
que solo podemos explicarnos y entender cuando que yo había tenido. Le escribí y le dije que ya lo ¿Por qué no leo más a Paul Auster si su manera
tenía. Lo recogió al día siguiente. de estar y entender el mundo es tan parecida a la Me extendió el libro. Era un ejemplar de la primera
observamos las músicas que nos van revelando
mía? ¿Si nos fijamos en las mismas cosas? Prefiero edición.
las razones de las historias.
Lo interesante del azar, de contarlo, de escuchar no encontrar la respuesta. Mejor quedarme con la
—¿Y qué le pareció?
Y no leí nada más. No sé por qué. No hay una su música, es cuando vamos retrocediendo sobre sensación del azar compartido.
explicación lógica. De vez en cuando llegaban a sus huellas buscando el momento en que todo —Me gustó mucho. Sobre todo la primera histo-
mis manos libros suyos usados. O los vendía o se empezó. Sin poder asegurar cuál es, cuando lo Como el que sentí esta tarde cuando escuché que ria. No podía dejar de pensar en que conmigo
los guardaba a mi amigo Carlos Orallo, quien los encontramos, porque detrás de ese primer paso, alguien tocó suavemente la reja negra de la libre- había sido muy parecido…
devoraba en La Habana con ansiedad. Él sí se los ese momento, hay otro que solo veremos cuando ría y dijo dos veces:
haya otra balada que cantar. Se refería a “La piel suave”, el cuento que transcu-
lee todos. —Buenas tardes… buenas tardes… rre cuando un librero va a mirar unos libros a una
El tercero apareció en una biblioteca que fui a Me levanté del escritorio (estaba viendo un capí- casa y la dueña se los termina regalando.
En el primer año de la pandemia organicé un
curso de autores norteamericanos con mis alum- comprar. Durante dos años estuvieron esos libros tulo de la tercera temporada de Law and Order
prácticamente olvidados esperando el momento —Así fue como nos conocimos. ¿Se acuerda?
nas. Leímos El niño perdido, de Thomas Wolfe, Criminal Intent). Eran una señora mayor de pelo
Cartero, de Charles Bukowski y La trilogía de de (después del primer saqueo) llegar a mis blanco, vestida con una chaqueta y un pantalón La miré más tratando de dibujar la sonrisa que se
Nueva York, de Paul Auster. manos. Dos viajes, ocho morrales repletos de azules, un saco rosado de cuello alto y un tapa- escondía tras el tapabocas y estallaba en sus ojos.
libros, fueron necesarios para llevarlos a la libre- bocas blanco y un hombre más joven (su hijo o su
Leerla juntas (sí, porque junto a ellas soy una ría. Su anterior dueño, Lucas, era un lector fervo- sobrino tal vez) con una cantidad de libros de gran —Sí… ¡Claro! Eso fue hace muchísimo tiempo…
más) fue un prodigio. Encontrar claves, senderos, roso de Paul Auster. Estaban casi todos sus libros. formato en sus brazos.
En las ediciones de Anagrama y Debolsillo. Las —Hace más de veinte años… Después de que
rastros entre todas fue como seguir un mapa del murió mi marido. Usted fue a mi casa y yo le
amarillas y las blancas. La invención de la soledad —Buenas tardes, me dijo. Yo soy la que lo llamó
tesoro del que cada una de las pistas solo era posi- regalé los libros que le interesaron…
también, como corresponde. Guardé ese aparte. ayer para ofrecerle unos libros ¿Se acuerda?
ble descifrar por una lectora.
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—Así fue… En el 2001… Lo recuerdo todo… Había —Claro.
uno que estaba buscando desde hacía muchos
años: la antología de Poesía Soviética Rusa Abrió un sobre azul que decía “Feliz Cumpleaños
que seleccionó y tradujo Nicanor Parra… Tanto Charly corazón!” y empezó a leer:
tiempo… Y también recuerdo que, a lo largo de “Verde Selva
estos años, de cuando en cuando, usted me dejaba
revistas y recortes de periódicos… De gota a gota, lleno mis tesoros y abro la puerta
sin llave y de vaivén”…
—Sí… pensaba que le podían interesar…
Una carta de amor firmada por “Rosi”…
—Así fue… Si no a mí, a alguien más…
Entré un momento a la librería por un esfero. Le Una carta de amor voraz con la que me podría
escribí en la primera página: “Para Carmen Rosa, imaginar una historia de amor oculta y secreta
que sabe que estas historias de un librero también como la que no escribí en mi cuento “La piel
son ciertas. Con el agradecimiento de Álvaro suave”, que tanto le gustó a Carmen Rosa…
Castillo Granada Enero 26 de 2022".
Desde hace días he querido escribir algo sobre
Se sonrió cuando se la leí. Le pedí permiso para Paul Auster, pero no se me ocurre nada… Tal vez
tomarle una foto con el libro. Posó inmediata- leer sea, entonces, encontrar un scriptorium: un
mente. lugar para escribir.
—Este.
—Este otro.
—¿Una carta?
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Entrevista familia con esos tiempos en apariencia muertos, y Su novela describe a una familia, pero también
cómo estos van apoderándose de nuestras vidas, a una sociedad.
como lo hacen de los techos y las vigas las plantas
trepadoras. Creo que esta novela será recibida de dos mane-
ras. Bien, por la persona que es capaz de recono-
En esta novela, Piedad Bonnet demuestra, otra vez, cer las fisuras en su propia vida y en sus propias
que cuando la poesía está en el texto, en su forma relaciones familiares, que es capaz de enfrentarse
y en su contenido, se cuenta mejor la historia, y a la vida cotidiana sin evasión. Pero la gente que
la lectura se hace más placentera aunque sea un está anclada en la idea de que todo es hermoso,
todo es bueno en la vida de una familia, muy
La belleza de lo sencillo
espejo de nuestros propios horrores, de aquellos
que no lo parecen porque un día decidimos mirar probablemente no la va a resistir.
hacia otro lado, como el machismo en hombres y
mujeres, la autoridad desmedida de los padres, la Está contada en tercera persona, pero yo sentí
Carlos Marín Calderín violencia de lo no dicho en la comunicación pero que la historia me la estaba contando el perso-
Periodista, nació en Tierralta (Córdoba), en 1978. Escribe crónicas, reportajes y que siempre captamos, la insolidaridad y la creen- naje principal y no el narrador. ¿Cómo logró
entrevistas. Ha trabajado en medios regionales y nacionales, ha publicado dos libros y cia, quizás inconsciente, de que las otras vidas eso?
ha ganado varios premios de periodismo. Es el director de Un Río de Libros - Feria de la también nos pertenecen, aun cuando no sepamos
Lectura de Montería. Reside en Bogotá, editorcultural@yahoo.es Una de mis primeras decisiones fue no narrar
si nos pertenecen siquiera las nuestras.
en primera persona. No tenía mucho sentido,
porque yo necesitaba ver a Emilia, también, para
La autora derriba, sin proponérselo, un argu-
hacérsela ver al lector; o sea, transitando, yendo,
mento que ha hecho carrera en los últimos años,
Qué hacer con estos pedazos, la nueva novela de en la casa se reforma la cocina y un familiar está viniendo, pero yo no quería el narrador omnis-
el del lenguaje contenido, entendiéndose por conte-
Piedad Bonnett, es una obra que ella, a mitad de muriendo, como todos mueren también en sus ciente, sino el que limita su punto de vista al de
nido la aspiración, eso dicen, a la concreción, pero
camino, replanteó para imprimirle la hondura propias soledades. ella, un recurso que yo muchas veces enseñé en la
siendo, en realidad, en muchos casos, una renun-
que finalmente quedó en el lenguaje: contenido y universidad o vi en las novelas, que se llama estilo
cia a la belleza en la narración, dándole paso a lo
preciso, y a la vez poético. Una historia que habla Quizás Piedad sufrió escribiéndola, dudó, soñó indirecto libre. Hay una tercera persona, pero tan
insustancial. Parece haber hoy un tipo de novelas
de una familia, de una mujer, de soledades. con un diálogo, reescribió en su cabeza una enfocada a través de los ojos del personaje, que
anodinas cuyo lenguaje se parece a una naranja
escena mientras hacía una fila en el supermer- da la sensación de que el personaje es el que está
exprimida más de la cuenta.
En la película El ciudadano ilustre, el protagonista, cado; ella seguro se aguantó, sola, los pinchazos narrando. Porque a mí me interesaba la percep-
Daniel Mantovani, premio nobel de Literatura, de la costura de su novela perturbadora sobre ción y la emoción de la más o menos víctima de
A punto de desmoronarse siempre están los perso-
conversa con el joven recepcionista de un hotel y personajes perturbados, para darnos a nosotros un montón de circunstancias. Es la única forma
najes de Qué hacer con estos pedazos, nunca un
aspirante a escritor: la belleza de lo sencillo, y recordarnos —porque que encuentro de que el lector se conmocione y se
mejor título, que van cayendo y cayendo al vacío
nunca está de más—, lo ruines, lo malos y lo raros identifique de alguna manera.
de unas vidas rotas pero remendadas para poder
—Ramiro, me parecieron muy buenos tus cuentos que podemos ser, y lo equivocados que podemos
funcionar en la dinámica de una normalidad asfi-
—le dice Mantovani—. El que más me gustó es el estar al asumir posturas, aparentemente norma- ¿Cuál fue el mayor desafío al escribir esta
xiante que Emilia cuestiona, pero sin decirlo, ya
de la pareja que espera en el hospital. Me parece les, que dañan, que nos dañan. novela que no tiene un hecho impactante en la
desde el abismo.
el más logrado de todos. Tenés un estilo terso, primera línea ni en el primer párrafo, como un
fluido, sin estridencias, sin recursos tramposos, En dos partes, dieciocho capítulos y 166 páginas, muerto, por ejemplo, que no usa ese recurso?
Bonnett nos lleva a ver un incendio. Y no es
una prosa simple, clara. Bonnett escarba en las profundidades humanas y
extraño que a la cita vayamos hipnotizados porque El lenguaje. Yo comencé haciendo que esa pers-
nos recuerda que los grandes temas de la litera-
—Demasiado simple, ¿no? —dice Ramiro, preocu- ella conoce los secretos de la narración de ficción, pectiva narrativa usara, además, un lenguaje muy
tura son, finalmente, los temas comunes y corrien-
pado. pero más que eso, porque ella tiene el oficio de simple, muy llano, muy efectivo, por decirlo así. Y
tes de la vida diaria.
varias novelas y poemarios, la vida suficiente entre empecé a ver que eso era una pobreza, y como en
Mantovani le responde: pecho y espalda que le ha permitido escribir una la página 30, dije: ‘No soy capaz de sacar esto así,
Ella nos cuenta los quehaceres de Emilia y su
obra que quema y a la vez brinda un raro placer. es una novela funcional, que simplemente cuenta
—Lo simple y claro puede ser subversivo y pertur- marido, y pone en escena, como una contadora de
historias que trasciende la anécdota, que “a veces cosas, aquí algo no está funcionando’, y me di una
bador. Pensá en Kafka. No hay frases más simples Piedad Bonnet me recibió una tarde de noviem-
la vida en pareja es agotadora (…), la negociación pausa.
y transparentes que las de Kafka, y al mismo bre de 2021 en su apartamento, en el norte de
tiempo nadie más perturbador. Hacerlo simple es permanente, la lucha por el territorio, la obliga-
Bogotá. Me condujo a la cocina, me brindó un café En esos momentos estaba leyendo a autores y de
siempre un acto de generosidad artística. ción de complacer” (p. 61). El narrador lo resume:
cargado y luego me guio hasta una sala-estudio, pronto dije: ‘Claro, a mí lo que me gusta es esto,
“Los une una dependencia agresiva” (p. 63).
en el segundo piso. Me preguntó varias veces si el no esto’. Volví a coger la historia; pero refinando
Esta explicación, que surge de otra ficción, define café quedó bien, dudaba de haber hecho correcta-
La novela ahonda en los pesos de ser madre el lenguaje, poniéndole al lenguaje, sobre todo,
la nueva novela de Piedad Bonnett, Qué hacer con mente el proceso en la cafetera. Sí, está muy bien,
dudosa, hija insatisfecha, esposa incomprendida, una perspicacia, una hondura que no tenía. Había
estos pedazos (Alfaguara, noviembre de 2021), que le dije, porque lo estaba. Conversamos entre dece-
hermana resentida, patrona desalentada, y mues- querido tratar la domesticidad con un lenguaje
muestra la imperfección de unos personajes, sus nas de libros. Parecía sentirse cómoda.
tra, desde adentro de una casa, cómo negocia una igualmente cotidiano. ‘De pronto estoy en un
crueldades y su derrumbe progresivo, mientras
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error, tengo que tratar esa cotidianidad con una A propósito, hoy hay una especie de renuncia al
incisividad que enriquezca una historia donde no lenguaje bello, por hacerlo funcional, quizás, y
pasa nada’. Eso fue primero. Lo segundo, a mí directo. ¿Usted tiene algún concepto sobre eso?
nunca me han gustado las novelas donde pasan
muchas cosas, no resisto las sagas ni esas cosas Sí, claro. Me parece que eso no es la literatura,
con las que todo el mundo está fascinado. Mira, a eso está contaminado de periodismo, de crónica.
mí me gusta el cine lento, la música de cámara, Ahora, los gringos hicieron eso muy bien, ¡porque
intimista, me gusta todo lo que tiene que ver con hicieron muy bien esa concisión!, pero llena de
el regodeo en las cosas de la siquis. poder verbal… pienso en Carson McCullers, en
Truman Capote, en William Faulkner. Creo que
Mis grandes maestros son Proust, Nabokov, John eso es producto de los tiempos y de esta cosa...
Banville… ellos me han educado en esa mirada, incluso, de redes y de todo eso, donde la comu-
porque como soy poeta, a mí me gusta esa cosa nicación es como rapidísima, rapidísima. Se
morosa de la mirada. ¿La precipitud?, solamente confunde concisión con pobreza de lenguaje. Yo,
genios como García Márquez, que tú vas pasando cada rato, compro novedades y encuentro eso,
de una historia a otra y a otra. Esta mañana lo y digo inmediatamente: ‘Libro para regalar’. Ni
estaba hablando con los libreros, me gusta mucho siquiera lo quiero poner aquí, porque yo para
la literatura que me devuelve a mi propia expe- qué pongo esos libros acá si no los voy a releer,
riencia. Y también como que, de pronto, hace porque no tienen ni la ambigüedad de la poesía
pausas para reflexionar. Pero como ya no reflexio- ni la sugerencia, tienen una pequeña historia ahí,
namos como en el siglo XIX, estas largas tiradas que puede ser bonita para un ratico, y ya.
filosóficas ya nadie las resiste, estamos en unos Esas historias no me llegan. Me gusta más el
tiempos muy vertiginosos, pero sí los pequeños cómo se cuenta.
incisos reflexivos, y ahí el lenguaje puede hacer
cosas hermosas, robándole cosas a la poesía. Es que la literatura es cómo se cuenta. La litera-
tura no es lo que te cuentan; como en el cine no
¿Cuándo se dio cuenta de eso? es lo que te cuentan, es cómo lo cuentan: la luz, la
Me fui dando cuenta de a poquitos. En la primera música y la cuestión estructural, cómo se estruc-
novela que escribí, Después de todo, puse unos tura, esa es la diferencia con la televisión.
elementos poéticos que saltaban demasiado, y Volviendo a la novela, llama la atención la
me lo hizo ver un amigo. Tenía cosas que pare- respuesta que da el marido de Emilia, luego
cían puestas a la fuerza. Ese es un camino que de que a Mima, empleada doméstica, le acon-
uno hace y a mí me ha interesado mucho fusio- teciera una tragedia. Él pregunta: “¿entonces
nar poesía con narrativa, pero sin hacer prosa Mima no viene hoy?”.
poética, porque detesto que me metan una
prosa poética con el rótulo de novela. Sí, traumatismo cínico y descaro, que es muy
típico de la burguesía. Lo que yo quería era hundir
En cambio, en Qué hacer con estos pedazos uno el dedo en una llaga: ‘Ah, ¿ya no va a poder venir
encuentra párrafos bellamente escritos... hoy?’. ‘Ah, pero íbamos a hacer esa comida’. Quise
Esa elaboración fue lo que hizo que en una novela tocar eso.
tan corta me demorara tanto tiempo. En la historia es interesante ver cómo dialogan
¿Cuánto, Piedad? los rencores de Emilia y su marido. Ella lo nego-
cia callando, silenciándose, no enfrentándose.
Más o menos dos años y medio, para 166 páginas
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plantea a todos, que es la soledad con todas sus el matrimonio estaba establecido así, ellas en Cuando me quito las gafas para ver de cerca la Nosotros nos podemos mover hasta donde ellos
complicaciones. No es porque la gente le tema la casa y ellos afuera, ellos comenzaron a decir, pantalla de mi celular, la gente se burla. Está nos dejan. La mamá pone una presión, el hermano
profundamente a la soledad. A mí la gente me cuando ellas salieron a la calle: ‘Ah, pero ella se uno obligado a estar bien. pone una presión, la hija hace unas exigencias,
dice, por ejemplo: ‘No, a mí sí me gustaría pasar gasta la plata en eso y yo me la gasto en los hijos’. vivimos incómodos porque no nos dejan ser tan
mi vejez con alguien que me quiera’, “Ay, ¡qué rico Todo se ha tenido que reacomodar. ¿Y por qué se burlan? Porque no corresponde con libres como deberíamos. ‘Quiero ir a una fiesta
para usted que su marido le ayuda a no sé qué!’. tu edad, porque eso es un rasgo de viejo. Es que sin mi marido, porque qué dicha yo allá y despi-
El matrimonio como un pacto de solidaridad para En este panorama, ¿dónde queda el concepto uno no tiene derecho a un montón de cosas, según porrarme, pero ¿cómo le digo que me voy sola?’.
sobrellevar una vida que está llena de pequeñas de lo caballero? esta sociedad. ‘O sea, ¿cómo te dejaste engordar
complicaciones. así?’. Pero a veces nosotros dejamos que nos impon-
Es que eso también era una manera de subyugar, gan esos límites.
O sea, son tratos. era un disfraz de la subyugación: ‘Tú eres pura’… En Qué hacer con estos pedazos hay un bebé
Se llegó a pensar que las mujeres no tenían deseo que muere a los nueve meses… Claro, y es lo otro que quiero mostrar, que las
La gente a veces hace esos tratos con la vida. Releí sexual y que los hombres eran los que se tenían mujeres nos liberamos de un montón de cosas,
Historia del matrimonio. El matrimonio siempre que controlar. Hubo toda una época en que las A una amiga le pasó eso. Quise mostrar cosas pero seguimos con un mandato ahí: ‘Ay, yo me voy
estuvo unido a contratos que eran económicos y cosas se plantearon así: ‘Idealizo a la mujer, la silenciadas. La muerte de ese niño en la novela ya, porque fulanito ya debió llegar’, ‘Es que yo no
tuvo que ver siempre con lo laboral. El matrimo- convierto en una especie de virgen extraordinaria, causó culpas, la mamá, incluso, está pensando quiero que se vaya a mortificar; aunque él no me
nio por amor es muy reciente, es de mitad del que además da la pauta moral, y yo soy el que tiene que ella no lo cuidó suficiente, y puede ser que muestre que está mal, yo no quiero que él...’. Es
siglo XIX, y el matrimonio por amor trajo otros que luchar contra el ímpetu natural, mis instintos; el marido esté echándole la culpa inconsciente- un mandato de la mamá y de la abuela, que tene-
convenios, y se unió a una conquista de la mujer como yo soy hombre, tengo unos instintos desafo- mente a ella. En realidad, ¿sabes para qué lo puse? mos ahí. Y también hay mamás que controlan a
que fue a la calle, y la calle les empezó a plantear rados’. Hubo una idealización tremenda del matri- Para mostrar la capacidad de agresión de ese los hijos: ‘Oye, ¿dónde estás y a qué hora vienes?’,
dilemas importantes, y los hombres no supieron monio. Lo que pasa es que eso en América Latina marido; cuando él abre ese clóset y tira las cosas ‘¿Con quién es que estás?’. Hay una tendencia al
resistir eso; entonces, la envidia, la competencia, funciona distinto. ¡En la Costa Atlántica cómo al piso, se cae todo. Quise mostrar que, ante una control.
el miedo de que ella está viendo cosas del mundo será lo de la idealización del matrimonio! Mira cosa sagrada como es el recuerdo del hijo muerto,
un marido brusco, agresivo y egoísta puede llegar ***
y… ¿qué tal que encuentre algo mejor? Y esa cosa los vallenatos: ‘¿Yo cuándo voy a llegar a la casa?,
patriarcal de ‘Sí, ve allá, pero estás descuidando pasado mañana, y tú me perdonas, porque tú eres hasta patear cosas que para los dos deberían ser En Qué hacer con estos pedazos captamos reali-
aquí unas cosas’, ‘Oye, ¿cuándo vas a ordenar la señora de la casa, la reina’. sagradas. Es un matrimonio marcado por una dades comunes y corrientes, las de una familia
eso?’. Y esas micro exigencias: ‘No, porque como herida, pero en el que de eso no se habla. Emilia a través de una mujer que está atrapada, que se
ahora se come de cualquier manera...’. Regresemos a Emilia. A través de los capítu- ya descargó la culpa, ella tenía culpa de todo. Es libera, que recibe agresividad y egoísmos, que
los, uno ve cómo ella se va desmoronando. un personaje que tiene como una parte muerta, nos muestra que a veces somos ella y a veces sus
¿Cómo analiza a esta nueva generación que se Aunque haya momentos felices, uno en la vida, ¿no te parece? males. Al terminar esta novela volví a pregun-
está haciendo esas preguntas y que ya no está inevitablemente, también se desmorona, ¿no le tarme qué nos gusta, a quienes nos gusta la litera-
dispuesta a negociar y a aceptar eso? parece? Ahora que lo dice, sí.
tura, de este tipo de obras que nos incendian, y me
A ella la sostiene lo que hace, pero ella ya hizo respondo que es, al menos en mi caso, la confir-
Hacen negociaciones tempranas, que yo creo Yo creo que sí. Por eso planteé el tema de la vejez,
una renuncia muy grande: renunció al amor, ni mación de la vida y sus verdades, no para adorar
que les resuelven muchas cosas. También estoy porque es muy difícil sostenerse de una manera
más ni menos, y tiene una hija en quien puede nuestras heridas en el festín de la autocompasión,
hablando aquí de generaciones, de la de los optimista, uno ve que van empezando a aparecer
poner todo el amor y la hija no se lo recibe. Fíjate sino para no olvidar, porque no pocas veces nos
padres, de la que me correspondió a mí, y de los cosas que le hacen a uno la vida más difícil, que los
que una amiga mía me llamó y me dijo: ‘Mira, esa acostumbramos al mal y vamos por ahí creyendo
hijos. Yo veo que mis hijas, por ejemplo, se esta- pies, que las rodillas, que no hay que engordarse,
novela me hizo acordar de un título de Juan José que es lo normal. Quizás esta atmósfera descar-
blecieron unos pactos de equidad. Hay de todo, un montón de exigencias que le hace la sociedad a
Millás, La soledad era esto’. Hay una cosa que yo nada del libro llevó a Piedad a no dedicárselo a
¿no?, porque hay las que también se equivoca- la gente, ‘¡Sé joven!’, ‘¡Camina mucho!’, ‘¡No comas
siempre reivindico en todas mis novelas, la amis- nadie. Dice la autora: “Tal y como está concebida
ron y hombres recalcitrantes que tienen 40 años. no sé qué!’, y todo eso en contraste con un cuerpo
tad. Emilia tiene amigas, y la amistad es como el es una novela muy crítica de la familia. ¿A quién
Creo que ahora, incluso, me atrevería a decir que al que cada vez hay que lucharle más, en muchos
último refugio. Cuando las mujeres estamos muy se la voy a dedicar? No. Yo dedico la novela cuando
hay hombres que están sometidos, y pienso que casos desde los 30 años. Pero, además, tú vas
solas, nunca estamos del todo solas si tenemos la novela misma me pide que agradezca algo que
tienen miedo. También he estado leyendo —lo que conociendo a la gente, te vas defraudando, vas
una amiga. hay ahí; pero aquí, pues, no”. Sí le agradecemos a
pasa es que en América Latina vamos como 50 mirando que un país da vueltas y da vueltas en lo
ella, en cambio, el espejo que construyó, en el que
años atrás de todo— que, por ejemplo, en los años mismo. Y amenazas todavía peores, ¿qué me dices
Las amigas le enseñan a Emilia muchas cosas, somos libres de vernos o no.
70 hubo unos hombres que empezaron a quejarse de una pandemia que te hace ver que el universo
ella busca liberación.
y a decir: ‘Equidad, ¿cómo así?, pero yo tengo va hacia el caos y hacia la destrucción, y tú empie-
que pagar el restaurante; o sea, yo sigo siendo el zas a pensar en tus nietos? Y las pandemias se van En el fondo, yo estoy hablando de lo que significa
que saca la billetera, ¿cómo así?’. Y fíjate que eso a repetir, ya nos lo dijeron; el polo norte se está el prójimo. El prójimo es eso que, por naturaleza,
cambió. En los Estados Unidos se sientan los dos deshielando y por allá se está quemando todo. nosotros cuidamos. Hay una solidaridad innata
a comer y cada uno paga lo suyo, es decir, desi- Cuando tú miras ese panorama, en el alma pasan en los seres humanos que no hay en los animales.
dealizar eso y bajarlo del concepto amoroso, el cosas. Es un proceso de desintegración, eso es Se cayó la señora en la calle y todos corremos a
romántico: ‘Es que él me ama, pero además paga’. envejecer, como un pequeño desmoronarse diario levantarla, y, sin embargo, los seres que tenemos
Los hombres también empezaron a reclamar, y sostenerse con lo que se pueda. Hay quienes se cerquita, los que nos rodean, nos ponen un límite.
‘¿Por qué yo tengo que ser el proveedor?’. Cuando sostienen comprando o viajando.
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La cultura en papel:
el poder. Esta afirmación cobra sentido al obser- otras tantas. Allí, los intelectuales y artistas escri-
var los primeros periódicos de finales del siglo bían sobre la cultura nacional, traducían textos
revistas culturales
XVIII y principios del XIX, cuando los criollos se contemporáneos e históricos del inglés y el fran-
expresaron por medio de gacetas informativas, en cés, debatían sobre escuelas, corrientes y modas
las que comunicaban sobre cuestiones médicas, literarias europeas y americanas, informaban
colombianas
instrucción en agricultura, comercio y algo de sobre adelantos e inventos científicos y, además,
literatura. Resaltan en esta historia publicaciones incluían en sus páginas grabados, fotograbados,
como el Papel Periódico de Santa fe (1791) y El figurines y hasta partituras. A pesar de los conflic-
Shirley Tatiana Pérez Robles Correo curioso (1801). Periódicos ampliamente tos internos, las guerras civiles y las discordias
Doctora en Historia, profesora del Departamento de Historia, shirley.perez@udea.edu.co estudiados por los historiadores y que han sido entre partidarios liberales y conservadores, los
considerados como espacios de formación de las redactores de estas revistas apostaron por una
ideas que llevaron al proceso de emancipación del nación cultivada, educada y artística.
imperio español.
La prensa ha sido un espacio privilegiado de publicaciones periódicas como un objeto de estu-
Los desarrollos tecnológicos del siglo XX permitie-
expresión de diversos grupos sociales, desde dio, para ello expondré de manera panorámica
Con la independencia la circulación de periódicos, ron que las publicaciones periódicas aumentaran,
intelectuales, políticos, periodistas, hasta escri- los proyectos periodísticos de algunos sectores
hojas volantes, pasquines y otra serie de docu- la cultura de masas, la ampliación de la alfabe-
tores han compartido allí sus proyectos, ideas e sociales dividiéndolos en dos grupos, las élites y
mentos aumentó, lo cual fue fundamental para tización y la vida urbana ayudaron a extender el
imaginarios. En las páginas de las publicaciones las voces alternativas. Todo con el fin de ilustrar la
la construcción de las nuevas ideas republicanas. mercado de estas publicaciones; así aparecieron
periódicas podemos encontrar debates políticos, importancia que este tipo de publicaciones tiene
En estas publicaciones los criollos discutieron en la escena revistas y periódicos como la revista
proyectos de nación, ideas y definiciones sobre la en la formación y circulación de ideas y en la cons-
sobre asuntos políticos, administrativos e ideoló- Cromos, que fue la primera a color en Colombia,
literatura, la cultura, la moda, la vida y el futuro. trucción del Estado-nación.
gicos vitales en la conformación de la Nación y el con una idea novedosa en el país, ser un magazín
Sin estos espacios el mundo como lo conocemos
Estado. Creo que el lector recordará una de estas estilo europeo en el que se escribía sobre actuali-
hoy no existiría, pues la democracia se alimenta Partamos entonces de una aclaración: las plata-
importantes empresas periodísticas: La Bagatela, dad y vida social. Este tipo de empresas aumen-
de la opinión pública y de los debates de las ideas formas de expresión de las élites son aquellas
plataforma de expresión del señor Antonio Nariño taron a lo largo del siglo, siguiendo el modelo
que los actores sociales han plasmado en sus creadas por grupos dominantes —políticos, econó-
en contra de las ideas federalistas de su enemigo norteamericano e inglés, en las que se buscaba
hojas. micos o intelectuales—. Estas han sido mayor-
político Jorge Tadeo Lozano. informar y entretener a la población colombiana
mente investigadas por parte de los historiadores,
y se convirtieron en el proyecto económicamente
Desde hace más de cinco siglos los acontecimien- las razones pueden ser sencillas, primero, fueron
Con la consolidación de la independencia los más rentable de las publicaciones culturales.
tos más importantes de la vida y del pensamiento archivadas y resguardas; segundo, contienen los
experimentos periodísticos aumentaron y, si bien
humano se han registrado en la prensa. Desde discursos de los grupos que han gozado del poder
muchos de ellos fueron de carácter ideológico, A partir de la década de 1930, con el cambio de
temprano fueron los portavoces de partidos polí- y la legitimidad; tercero, al tener mejor factura y
otros abordaron temas culturales y literarios, gobiernos conservadores a gobiernos liberales,
ticos, de grupos artísticos y de sociabilidades presentación han llamado la atención de todos
especialmente a mediados del siglo XIX, surgieron sumado al proceso de modernización, apare-
intelectuales. Pero, a pesar de su importancia en los públicos, incluidos los historiadores. Las
algunos que buscaban una emancipación mental cieron nuevas empresas periodísticas entre las
la circulación de ideas, estas publicaciones han segundas, es decir las alternativas, no han gozado
y una independencia cultural. En este contexto que se encuentran las primeras revistas cultu-
sido usadas más como un lugar en el que reposa de tanta atención, incluso muchas de ellas han
aparecieron las primeras revistas literarias inspi- rales institucionales como Senderos (1934), de
información sobre hechos cotidianos que como desaparecido en el tiempo y otras se encuentran
radas en el Romanticismo, que además de lo lite- la Biblioteca Nacional, la Revista Universidad de
un objeto directo de estudio, es decir, poco se incompletas y en mal estado, las razones pueden
rario, como la poesía, publicaban también cuadros Antioquia (1935) y la Revista de las Indias (1938)
ha estudiado la prensa y el periodismo como un ser, primero, la dificultad de encontrarlas y tener
de costumbres, biografías, artículos históricos y del Ministerio de Educación, entre muchas más
protagonista de la historia y poco se ha estudiado el panorama completo de su proceso histórico;
científicos. Estas publicaciones estaban dirigidas que aún circulan y que ofrecen cultura de alta
la diversidad de pensamientos y de grupos socia- segundo, el desconocimiento que existe hoy sobre
al público lego, no necesariamente especializado calidad a sus lectores. Estas revistas fueron una
les que han intervenido en ella. sus redactores y; tercero, sus discursos no han
en literatura, con la finalidad de instruirlos en apuesta por la circulación de las ideas de las élites
gozado de la legitimidad estatal y política, lo que
amor a la patria y fortalecer sus creencias religio- letradas en sectores nacionales diferentes a la
Consciente de lo anterior, en mi labor como histo- las ha condenado al silencio y al olvido. Con base
sas. Este fue el caso de El Mosaico, que es una de comunidad académica. Además, varias de ellas
riadora me he dedicado a investigar el periodismo en lo anterior, en los siguientes párrafos expondré
las publicaciones más estudiadas por ser uno de fueron publicadas en las diversas provincias y
colombiano, no solo en lo que dice, sino cómo y de manera cronológica y descriptiva algunos de
los espacios en los que, por medio de la cultura, se regiones del país, lo que fue un cuestionamiento
por qué lo dice. Siguiendo esa línea de sentido, los proyectos periodísticos culturales más rele-
contribuyó a la construcción del amor patrio. al centralismo y al poder cultural de Bogotá y una
me propongo en este texto divulgativo abordar las vantes de los dos últimos siglos.
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contribución a la creación de una identidad regio- grupos subalternos no se han quedado quietos a Estas primeras décadas fueron importantes empleados como canales de difusión de ideas de
nal, basada en el enaltecimiento de los mitos y la hora de expresar sus ideas. Desde el siglo XIX también para las publicaciones de los nacientes grupos alternativos y disidentes que intentaban
símbolos regionales. se pueden encontrar algunos periódicos creados movimientos feministas colombianos, como la dar nuevas explicaciones sobre la realidad colom-
y dirigidos por artesanos, como fue el caso de El revista Hogar y Patria (1935) fundada por Geor- biana y ampliar el horizonte de pensamiento.
A mediados de los años 50, en medio de la Violen- Alacrán (1849), El Artesano (1850), El Demócrata gina Fletcher, quien también creó el Centro de
cia aparecieron revistas como Prometeo (1955- (1850) y 7 de Marzo (1849). Pero fue en las prime- Cultura Femenina y organizó en Bogotá junto con De los tres grupos alternativos enunciados ante-
1957), Mito (1955-1962) y Tierra Firme (1958). ras décadas del siglo XX cuando la actividad perio- Ofelia Uribe de Acosta el IV Congreso Interna- riormente puede decirse también que, al igual que
Todas ellas fueron propuestas de élites intelec- dística de estos sectores sociales aumentó, esto cional Femenino de la Liga de Mujeres Ibéricas las élites, fueron heterogéneos tanto en el lugar
tuales que buscaban vincular la cultura nacional debido a una mejor organización política y social e Hispanoamericanas. Si bien, desde el siglo XIX de procedencia socioeconómica como intelectual,
con la universal. Prometeo, por ejemplo, fue de que les permitió transmitir sus luchas e ideas, se pueden encontrar publicaciones dirigidas a las no obstante, fueron actores sociales alternativos
tendencia conservadora y clerical creada por Beli- sumado a los desarrollos técnicos en impresión mujeres en las que se hablaba de moral, buenas a las ideas hegemónicas de clase, raza y género.
sario Betancur y Diego Tovar. Por su parte, Mito, y el menor costo de insumos para su producción. costumbres, artes y temas del hogar, como fue el Con sus ideas cimentaron las bases de las luchas
fue espacio de expresión de los intelectuales inde- caso de las revistas La caridad, lecturas del hogar sociales que buscaban un país más incluyente y
pendientes del país, con una mirada universalista El contexto de las primeras décadas del siglo XX (1864-1882) y La biblioteca de señoritas (1858- educado. En resumen, también aportaron a la
y al día de las nuevas propuestas en filosofía, artes en Colombia fue el escenario propicio para que 1859), fue en el siglo XX cuando las mujeres construcción de la nación colombiana.
y ciencias sociales. Mientras que Tierra Firme estos grupos empezaran a organizarse. Primero, lograron incorporarse poco a poco a las columnas
fue creada para difundir las ciencias sociales en inició un proceso de industrialización que trajo de los periódicos más importantes del país y mani- Y ya para cerrar, cabe afirmar que desde la funda-
Colombia, su rigor académico y científico la puso consigo la creación de la clase obrera tanto en la festarse en igualdad intelectual sobre los proble- ción del Estado-nación, diversos grupos e ideas
al lado de las mejores revistas internacionales, en zona rural como en la urbana. Segundo, y rela- mas y asuntos cotidianos de la vida nacional; pero han desfilado por las páginas de periódicos y
sus páginas los lectores podían encontrar textos cionado con lo anterior, las principales ciudades además crearon periódicos y revistas de mujeres revistas. Toda esta actividad periodística ha sido
de Heidegger, Lacan, Levi-Strauss, Hyppolite y del país crecieron gracias al desplazamiento de que luchaban por sus derechos civiles y políti- fundamental en la construcción del país, pues
Sartre. Estas revistas, todas editadas en Bogotá, campesinos que buscaban emplearse en la nueva cos. Años después de salir a circulación Hogar y estos espacios de debate y de divulgación de las
pero con un alto componente de intelectuales industria y otros que por los primeros brotes de Patria, aparecieron publicaciones como Agitación ideas nos enseñan sobre la diversidad de la que
de provincia, eran independientes y no se inscri- la Violencia bipartidista tuvieron que abandonar Femenina (1944-1948) y Verdad (1955) ambos gozamos los seres humanos. La existencia del
bieron en las causas políticas que exacerbaban sus pueblos. dirigidos por la feminista Ofelia Uribe de Acosta. periodismo cultural, diverso y abierto a todas las
la violencia bipartidista, tuvieron en común su Sin lugar a dudas, estas publicaciones tuvieron un voces es un elemento fundamental para la demo-
desprecio por el gobierno de Gustavo Rojas Pini- La clase obrera fue uno de los principales grupos fuerte impacto en la sociedad colombiana y, a su cracia, especialmente en estos días.
lla, aunque no lo combatieron expresamente. La que crearon publicaciones alternativas, estas eran vez, contribuyeron al fortalecimiento de las ideas
universalidad y complejidad de sus temas y artícu- de tendencia socialista, comunistas, anarquistas feministas y a la lucha por la igualdad de género.
los pueden entenderse como una forma elitista de y obrero-católicas. Hoy quedan pocos de aquellos
compartir la información, habría que preguntarse periódicos que se encargaron de crear, fortalecer Si la primera mitad de siglo fue importante y
si los sectores medios y con bajo nivel educativo y unir al movimiento obrero. Sabemos que perió- marcó hitos periodísticos, la segunda parte no
tenían acceso a sus disquisiciones y qué tan repre- dicos como La Unión Obrera (1911-1912), La Voz se quedó atrás. La posguerra, la Guerra Fría, los
sentados se sentían por estas. del Pueblo (1919), El Socialista (1920-1928), el nuevos movimientos sociales postmaterialistas
Bolchevique (1935), El Luchador y La Humanidad —ecologismo, feminismo, pacifismo, etcétera—,
En síntesis, estas publicaciones han sido hete- (1925-1927), que fueron plataformas ideológicas la Revolución cubana y los adelantos en la cien-
rogéneas, pues los grupos que las publicaron por medio de las cuales los dirigentes e intelectua- cia y la técnica modificaron el mundo tal como
provenían de sectores e ideologías diversas, sus les socialistas educaron a los obreros y además era conocido. Quizás uno de los acontecimientos
artículos, debates y traducciones fueron relevan- los exhortaron sobre el buen uso del tiempo libre, más relevantes para el continente fue la Revolu-
tes en la construcción de las ideas colombianas a la vez que les advertían sobre las malas conse- ción cubana, que inspiró a los jóvenes e intelec-
y gestaron un espacio fértil para la creación de cuencia de vicios como el juego y el alcohol. Estos tuales de izquierda y refrescó los símbolos e ideas
nuevas ideas y actores sociales. Lo similar de periódicos tenían una presentación sencilla; en la comunistas en todo el continente. Las décadas
estos proyectos fue la posibilidad que tuvieron sus que abundaba el texto y con pocos avisos publi- de 1960 y en especial la de 1970 vieron emerger
protagonistas de acceder a la letra y a la imprenta citarios o ilustraciones. Eran financiados por los importantes editoriales, periódicos y revistas en
en un país donde, por mucho tiempo, vastos mismos redactores, por colectas y suscriptores las que se expresaban intelectuales y estudian-
sectores sociales estuvieron distantes de estas que, se deduce, eran obreros. Estos periódicos tes. Destacan las editoriales La Carreta y Oveja
por cuestiones de costo y, sobre todo, de analfa- fueron distribuidos por ellos mismos, algunas Negra y revistas de izquierda como Estudios
betismo. veces de forma gratuita y, como otras publicacio- Marxistas (1969-1982), Cuadernos Colombianos
nes periódicas de la época, cada número pasaba (1974-1979), Alternativa (1976-1980) y Teorema.
Publicaciones periódicas alternativas de mano en mano y era leído en voz alta, pues, Indudablemente, esto sucedió por el crecimiento
tal vez el lector no lo sabe, hace algún tiempo las poblacional, especialmente en las zonas urbanas,
Tal como el lector puede observar hasta ahora, publicaciones periódicas no eran un artículo para el aumento de las personas alfabetizadas y el creci-
en nuestro país ha existido una importante labor el goce individual, sino que era un objeto de goce miento en cobertura de las universidades públi-
cultural por parte de las élites, sin embargo, los familiar y social. cas. Estos intentos editoriales y revisteriles fueron
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Artes material que es puente y llave—, la mujer caería y filosófica, que teológica, aunque a estos viajeros
al abismo. El encuentro entre ambas —la mujer les sirva muchísimo el recuerdo de qué eran el
también reza, en réplica de la Madona, como si cielo y el infierno, para saber qué hacer y qué decir
ambas se hubiesen cosido a unos vestidos espeja- cuando la giganta, al final de la cuerda, les ceda la
dos— es el centro del cuadro, la parte más bené- palabra.
vola de una postal benévola. Su entretejimiento de
miradas tiende una línea clara —puede seguirse la 11. La jerarquía personal es evidente (Dios,
flecha— hacia la nuca del demonio negro. Virgen), pero hay una elevación: por encima de
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Reseña y de la que irá desenterrando lombrices, huesos y
crítica dientes que palpa en la oscuridad mientras nos
va describiendo la pérdida de los suyos propios.
Los únicos momentos de solaz serán sus diálo-
gos con la guardiana en los cuales, en una espe-
cie de recurso a la ironía, le irá develando poco a
poco la historia del arquitecto griego, a la par que
le cuenta historias de su padre, de sus amores y
desamores, e incluso intimidades sobre su vida.
A su vez, la guardiana —siempre acompañada por
El mito y la historia:
un pastor alemán al que alimenta con suculentos
platos de sancocho, con los que intenta quebran-
tar la voluntad de su rehén— irá mostrando su
un laberinto de espejos
lado más humano, sus pequeñas desgracias y su
pasión por las historias de serial killers.
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con la pata metálica de Horacio, un matadero de algún
pueblo perdido en las montañas, un concurso de la mejor
receta de sancocho, difundido por radio, que les servirá
de señuelo para obtener el perfil de la raptora. Igual que
Dédalo en la mítica isla de Creta, al servicio del rey Minos
—poseedor de la más portentosa flota naval de la anti-
güedad—, estos hombres tendrán que ingeniar las estra-
tegias más delicadas para confirmar el aforismo que reza
que lo único que vence a la fuerza es la inteligencia. En
el transcurso de la historia veremos al avieso arquitecto
construir una vaca de madera que le permita a la lujuriosa
Pasifae juntarse al hermoso toro que recorre los prados
de la isla como una luna diurna, y de esa manera crear un
monstruo: el temido Minotauro. Lo veremos diseñar un
laberinto para encerrar a la criatura, construir un túnel
para escapar con su hijo, entregarle a Ariadna el secreto
para que Teseo lograra huir de la voracidad de esa bestia
con cuerpo humano, mientras cumplía con el castigo
anual que el implacable rey de Creta había impuesto a la
ciudad de Atenas por el ultraje del arquitecto: siete varo-
nes y siete doncellas serían sacrificados anualmente para
la satisfacción del monstruo que Dédalo había creado.
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Bobin revierte la vida incomprensible en lumi-
nosa, se muda “miles de veces sin salir nunca
de casa”, asiste “a la creación del mundo en un
metro cuadrado de acera”, se embriaga de luz y
si quiere “ver el fin del mundo” mira “la punta de
sus zapatos”. Procede conociendo todo a través de
contrarios: “la claridad por la sombra, el canto por
Deslumbrarse con
el silencio, el amor por la soledad”.
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El sombrero tiene una historia desde la percha del
café hasta su frente preocupada. La lámpara rota
solo alumbra el paso de un fantasma. ¿Y la manzana?
Un pequeño gusano da cuenta del rojo y luego de su
carnosa redondez. Una mosca frota sus patas frente
al plato de residuos, festeja su gula ante la muerte.
Verso y reverso
Cencerro y yaraví quizá llamen en la noche a una
dulce aldeana, o la mujer de senos apacibles. Del
cencerro salen sonidos lastimeros, del yaraví una
sonata de nieblas. (p. 31)
Emma Lucía Ardila J.
emmardila@gmail.com Luego viene al encuentro de Rimbaud; los suce-
sivos poemas que le dedica aluden a su vida, jalo-
nado por una incurable “bulimia de imposibles”
(p. 41), a su manera tan propia de ser en contravía
de la mediocridad reinante.
1
Juan Manuel A dos tintas1 es un libro bellamente editado es poeta– obligado al encierro, narrando las
Roca, A dos
por la Editorial Verso Libre, que, como minucias de su entorno. Adentro y afuera. El viaje hasta Rulfo es la estación más larga, se
tintas (Medellín: diría que mientras lo rememora, se detiene y
Editorial Verso otras cuantas, se aventura a publicar litera- La ventana es el límite, superado gracias a
Libre, 2020). tura, a despecho de las empresas comercia- la literatura, la música, los recuerdos y las mora. Las palabras Nadie y Nada menudean,
les. Y se nota, por los cuidados detalles que noticias de los amigos. constatan ausencias y certezas de otros mundos.
acompañan el texto: la carátula ilustrada Eso es Juan Nepomuceno, un hombre al que es
con un dibujo de David Robledo, una espe- En esta sección resalta la mirada crítica posible ver en cualquier parte, como a un viajero
cie de collage en donde aparecen retratos sobre la realidad del país. A propósito de de otro mundo.
de escritores y objetos diversos alusivos al las plagas, por ejemplo, dice: Mientras pasamos una a una las páginas
contenido del texto. Es decir, que las pala- del libro de Comala,
Del conjuro del agua convertida en sangre algo nos dice que estamos vivos en la gran
bras del autor se enriquecen y dialogan con es mejor preguntarle al río Magdalena, el
una obra de arte elaborada especialmente colmena de la noche:
río madre que una bella película de Julio el corazón como una aldaba en la puerta
para la ocasión. El tono de la pintura oscila Luzardo llamó El río de las tumbas. Porque
ese noble y vejado río sí que ha visto pasar del pecho. (p. 57)
entre los grises, un azul tenue y el violeta
suave. En su interior, las páginas de corte- un cardumen de muertos. (p. 37) con ellos, una conversación que sortea los límites
Finaliza la travesía con Malcolm Lowry y con su
sía, en ambos lados y en el medio, coinci- de la muerte y que es ciertamente posible porque
Hay, además, frases contundentes como personaje, el cónsul, de Bajo el volcán. El más
den con los tonos de la carátula y también esa es la gracia que bendice a la literatura.
sentencias: “Lo que más se globaliza en Nadie que Nadie, el muerto incógnito, víctima del
están ilustradas con fragmentos de esta.
el mundo son las miserias” (p. 37), “Este destino, del alcohol y del absurdo.
El viaje comienza con Arguedas; Roca, como
A dos tintas, como indica el título, es una día de hoy me parece que es de nunca” escanciando esencias, nos lo vuelve presente. A
(p. 24), “La realidad no seguirá siendo la Esperemos la próxima entrega de la editorial
sabia solución para presentar dos libros propósito de su obra El zorro de arriba y el zorro de
misma sino muy seguramente peor” (p. Verso Libre, que ya con este libro completa su
distintos, de un mismo autor, en una sola abajo, dice: “…ha aprendido a contar como quien
35). tercera aventura, en clave de viaje.
tirada. En el anverso: 1. Esquirlas del diario canta, como quien trae en sus venas un modo de
de un anarcodependiente en cuarentena, decir, una manera de preservar un ritmo anterior
contiene una selección de los textos escri- Esta primera parte termina con la cita de a las palabras” (p. 19) y nos narra también de su
tos durante los tres primeros meses de la un poema de Joaquín Pasos, en donde la cercanía con los indios, de su aprendizaje con
pandemia. En el reverso: 2. Los homenajes: vejez es un logro y no un despropósito, ellos, de cómo bebió del silencio para aprender
Arguedas, Vallejo, Rimbaud, Rulfo, Lowry, como pretendieron quienes sumieron en a nombrar. Quien no ha leído a Arguedas, queda
pobre diablo. el confinamiento a los mayores de 60 años invitado. Quien ya lo leyó, quiere volver a él. Y así
con el pretexto de cuidarlos, y tiende un mismo sucede con los otros autores. Los poemas
El diario es juguetón, acude a expresio- puente a la segunda, una travesía cuyo crean una atmósfera en donde se siente latir la
nes comunes para reflexionar sobre asun- itinerario se da en varios sentidos: el lite- presencia convocada.
tos cotidianos con continuas digresiones, rario, a través de los escritores ya mencio-
referencias bibliográficas abundantes y nados, en donde, además de la lectura que Sigue el recorrido hasta llegar a César Vallejo,
juegos de lenguaje ingeniosos: “Ponerse posibilita el trayecto hacia el interior de las ese: “(…) que perdió la sombra, (…) que bebió un
el sombrero”, “En no mayor”, “Gueto por obras de los autores y de algunos aspectos vaso de sed que le secaba la garganta, (…) que fue
liebre”, “Pellejo por cárcel”, entre otras. biográficos, está el recorrido por los luga- siendo” (p. 27). Y lo pinta con un magistral bode-
Más allá de lo explícito desarrollado en los res emblemáticos de cada uno de los home- gón de palabras, que engrandece merecidamente
temas seleccionados, se trata, en realidad, najeados. Poema tras poema se recorre el tanto a Vallejo, como al autor:
de las crónicas de un hombre –que además trayecto, verso a verso se abre el diálogo
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Carlos Castro @carloscastroar - Proyecto: Respirando por la herida (2011 - presente),
registro fotográfico por David Estrada Larraneta
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