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Valoración patrimonial
del Paisaje Cultural
Cafetero en Viotá,
Cundinamarca:
Geografía,
memoria y
arquitectura
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura
Dedicatoria: [3]

[i]
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

©Andrés Peñarete Lugo

Universidad Nacional de Colombia


Facultad de Artes.
Magíster en Conservación del Patrimonio Cultural Inmueble
Bogotá, Colombia

Impreso en Colombia, 2019.


Universidad Nacional de Colombia
Magíster en Conservación del Patrimonio Cultural Inmueble

[5]

Valoración patrimonial
del Paisaje Cultural
Cafetero en Viotá,
Cundinamarca:
Geografía,
memoria y
arquitectura
Profesor guía: Sandra Reina
Autor: Andrés Peñarete Lugo

Informe de actividad de graduación, presentada a la Facultad de Artes


de la Universidad Nacional de Colombia, para optar al grado de Magíster
en Conservación del Patrimonio Cultural Inmueble
Octubre de 2019, Bogotá, Colombia.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura
Introducción: La industria cafetera, fundamento de la memoria
municipal. Esbozos de una metodología de la investigación.......... 8
1. El paisaje rural cafetero viotuno, un acercamiento histórico y
económico............................................................................... 20
[7]
1.1 Viotá, un contexto a vuelo de pájaro................................. 22
1.2 De poblado panche a villorrio neogranadino.................... 32
1.3 De la encomienda colonial a la hacienda republicana........ 41
1.4 Caracterización del paisaje de las haciendas viotunas........ 46
1.5 Caminos y carreteras...................................................... 53
2. Cambios en el paisaje.............................................................. 60
2.1 Auge y caída del comercio de la rubiácea en la región........ 61
2.2 Violencia y luchas sociales.............................................. 71
2.3 Contexto actual del paisaje rural en Viotá: Entre el olvido
y la rehabilitación............................................................... 74
3. El Paisaje Cultural de Viotá...................................................... 80
3.1 El patrimonio cultural ligado a la industria cafetera.......... 83
3.2 La casa de hacienda viotuna: Materiales y tipologías
arquitectónicas.................................................................. 88
3.3 Acercamiento descriptivo a las haciendas cafeteras de
Viotá................................................................................. 97
3.4 Valoración del acervo patrimonial del municipio............. 157
4. Conclusiones: La valoración patrimonial de las haciendas
cafeteras en Viotá. Importancia de su conservación material
como elementos constitutivos de un paisaje rural y pilares de la
memoria histórica local............................................................. 174
intro-
ducción:
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

La industria cafetera, fundamento de


la memoria regional. Esbozos de una
metodología de la investigación

[Colombia] es café, o no es…


Alfonso Palacio Rudas
A grandes rasgos podríamos decir que las industrias –al menos desde el guiaban ya estaban en desuso1, todavía existía
siglo XIX– son un pilar fundamental en el desarrollo de económico y so- la necesidad de examinar una pléyade de temas
cial de todos los países. En nuestro caso, la industria cafetera sería sin que no tenían ningún abordaje. Algunos años [9]

lugar a dudas aquella en la que habría que centrar la mirada para enten- después este mismo autor señalaba dos de los
der muchos de los procesos más importantes en los planos económicos, temas que más parecían importar en los estu-
políticos y sociales que hilaron el destino de Colombia, especialmente a dios sobre el café en esta época. El primero de
lo largo de nuestro convulso siglo XX. En efecto, la importancia de esta ellos era la forma en que se trataba el proceso
industria no ha pasado desapercibida para una multitud de intelectuales interno de la economía cafetera, donde se ob-
que han abordado el tema desde un sinfín de miradas y percepciones, servaba la conformación de las unidades pro-
que aglutinan así mismo un variado número de disciplinas, como la eco- ductivas, y las relaciones laborales en torno al
nomía, la sociología, la antropología y, claro está, la historia. cultivo de la rubiácea; y el del proceso social y
En 1980, hace poco menos de cuarenta años, el economista Jesús An- político que se derivaba de lo mismo, eviden-
tonio Bejarano publicó Los estudios sobre la historia del café en Colom- ciado este en la conformación de una elite ca-
bia, un ensayo que arrojó luz sobre la producción académica que, hasta fetera, los conatos de las luchas agrarias2 y la
ese momento centraba su atención especialmente en la historia agraria importancia de esta industria en la vida política
y la historia económica, evidenciando como diferentes perspectivas dis- nacional (Bejarano, 1987; 85-86).
ciplinares habían tratado la materia, observando de manera lucida que a Partiendo de estos antecedentes podría-
pesar de que muchos de los presupuestos y concepciones teóricas que los mos entonces observar como los trabajos clá-
sicos, por denominarlos de alguna manera en
1. En este aspecto es necesario aclarar que para el momento la visión marxista y funciona- estas líneas, y que versaban sobre algunas de las
lista del quehacer de los historiadores, ya había dejado de ser una herramienta válida en los principales problemáticas ya anotadas, serían
estudios que se hacían desde las ciencias sociales y humanas. Estas últimas de hecho apenas elaborados por una multitud de autores, entre
empezaban a tener niveles de profesionalización y dentro del tema se observaba un enorme ellos merece la pena destacar Café e industria
vacío historiográfico que apenas empezaba a llenarse. 1850-1930 y El café en Colombia 1930-1958.
2. Temas que respondían al ambiente de sensibilidad social y concepción ideológica, propio Producción circulación y política, trabajos
de los medios académicos e intelectuales por ese entonces (Ramírez, 2010; 16). ambos de Mariano Arango de 1977 y 1982 res-
pectivamente; El café: De la aparcería al ca- tioqueña en el Occidente de Colombia, de Ja-
pitalismo de Absalón Machado; los reconoci- mes Parsons realizado en 1961; Café y conflicto
dos análisis de Marco Palacio, Consideraciones en Colombia, 1886-1910. La Guerra de los Mil
sobre el café en la vida de Antioquia y El Café Días: Sus antecedentes y consecuencias de
en Colombia 1850-1970. Una historia econó- 1981 y Los trabajadores del sector cafetero y
mica, social y política, realizados entre 1979 y la suerte del movimiento obrero en Colombia
1983; y Características sociolaborales de los 1920-1940 de 1986, ambos de Charles Berg-
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recolectores de café en un área CERSI, exa- quist; el reconocido Malcolm Deas con Una
men hecho por Gloria Calderón en 1976. Todos hacienda cafetera en Cundinamarca: Santa
estos hacían hincapié en cómo se organizaba y Bárbara 1870-1912, trabajo de 1977; Red Viota:
estructuraba el sistema de hacienda (Ramírez, Authority and rebelion in a colombian coffee
2010; 16) observando además los complejos municipality 1928-1938 y The limits of export
sistemas de división laboral al interior de las capitalism economic structure, cass and poli-
mismas3. tics in a colombian coffee municipality 1900-
En este campo es menester mencionar los 1930, de Michael Jiménez, de 1981 y 1985 res-
importantes aportes de investigadores colom- pectivamente; y Santander siglo XIX, cambios
bianistas que desde otros países han tocado el socioeconómicos de David Johnson en 1984.
tema, muchas veces con la intención de com- Muchos de estos priorizaban el plano regional
prender los aspectos sociales y políticos de la sobre el nacional, aportando importantes con-
industria cafetera. Los más importantes en clusiones sobre el tema.
este aspecto serían El desarrollo económico de Ahora, en el campo historiográfico tanto
Antioquia desde la independencia hasta 1920 la historia social como la historia económi-
de Roger Brew, en 1977; La colonización an- ca enarbolaron las banderas del estudio sobre
la importancia del café en nuestro país. Desde
3. Tanto Mariano Arango como Gloria Calderón anali- posiciones descriptivas y empíricas, sin dejar
zan en sus trabajos las formas de explotación laboral y de de lado análisis cualitativos –con trabajo de
producción del café, algunas de ellas tan diversas que su campo e investigación en archivos nacionales
sistematización era una empresa colosal, por lo que sus y locales– y cuantitativos –apoyados en fuen-
resultados si bien son importantes, son muy generales en tes oficiales y técnicas estadísticas– los histo-
su caracterización. riadores y economistas se abocaron a producir
un amplio número de estudios que pretendían nales y agentes laborales en la caficultura
cubrir los planos sociales, políticos y económi- tradicional colombiana, 1882-1972, ambos es-
cos que conformaba la industria cafetera en el tudios de Renzo Ramírez Bacca publicados en
entramado histórico nacional. De esta inten- el 2008.
ción surgieron trabajos tan importantes para El tema de los paisajes culturales, ligados
el medio académico como El Desarrollo de la a los procesos industriales, como la caficultu-
agricultura en Colombia y Economía y na- ra, y el patrimonio –especialmente el inmue- [11]

ción, una breve historia de Colombia de Salo- ble– relacionado a ellos tampoco ha escapado
món Kalmanovitz, realizados en 1982 y 1986; el al análisis de muchos estudiosos de este tema.
ya mencionado Jesús Antonio Bejarano con El El trabajo de Lourdes Mercedes Pinzón de Pa-
fin de la economía exportadora y los orígenes tiño, realizado en el 2008 y titulado como El
del problema agrario; Lecturas de economía patrimonio de la hacienda cafetalera cordo-
cafetera de José Antonio Ocampo en 1987; y bense del Estado Tachira, revisa la necesidad
Café, dinero y macroeconomía en Colombia de preservar el patrimonio cultural contenido
de Armando Montenegro Trujillo en 1993. To- en esta zona de Venezuela y la importancia de
dos ellos conformaron la base de una rigurosa su conocimiento y valoración; de igual mane-
literatura científica y al día de hoy siguen sien- ra, Yaumara López Segrera, en La Conserva-
do referentes necesarios al abordar el tema. ción del patrimonio cafetalero en el sudeste
Hoy por hoy, y especialmente en torno al de Cuba: El Plan de Manejo Integral de un Pai-
tema de la hacienda cafetera, su régimen labo- saje Arqueológico realiza un acertado acerca-
ral y formas de organización, en los siglos XIX miento a la necesidad de conservar este tipo de
y XX, son más que valiosos los aportes de Car- paisajes culturales, representados en las ruinas
los Acevedo, José Arango, Mario Gaviria y José de las instalaciones y haciendas cafeteras de la
Muñoz con su tesis de grado en 1989 titulada región suroriental de Cuba, enfatizando en el
La hacienda cafetera antioqueña. Génesis y patrimonio inmueble e industrial que aún se
consolidación, 1880-1925; Las haciendas ca- observa en dichos lugares de producción; otro
feteras y su producción: valles de Cúcuta y ejemplo, pero más ligado a la recuperación de
Táchira 1840-1900 de María Yolanda Suárez; la memoria histórica a partir de la valoración
e Historia laboral de una hacienda cafetera. de los elementos patrimoniales de las hacien-
La Aurora, 1882-1982 y Formas organizacio- das se puede observar en el trabajo de Héctor
Hernández y Geiser Martin, Arqueología cola- La cuestión del discurso patrimonial en con-
borativa y recuperación de la memoria his- traste con el paisaje de la caficultura de Diego
tórica: Hacienda San Pedro Cholul, Yucatán, Alejandro Mayorga; la investigación realizada
quienes en 2016 realizan a través de la arqueo- por Diana Carolina Piraquive y Mauricio Cha-
logía colaborativa un acercamiento a la gene- ves denominada Viotá: Posibilidades Pedagó-
ración de estrategias para la recuperación de gicas de un Paraíso que renace; así como los
la memoria histórica a partir del sentir de los estudios de Lucelly Torres y León Restrepo en
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habitantes en torno al patrimonio construido. su Estrategias de preservación de poblaciones


Por último y centrando aún más este esta- de valor patrimonial. Un estudio sobre Jericó,
do del arte al tema que realmente se abordara Architecture et pouvoir dans la zone du café
en este trabajo, la problemática del patrimo- en Colombia y La cultura del café un patrimo-
nio cultural inmueble de las zonas cafeteras en nio de los colombianos, trabajos y ponencias
nuestro país no ha sido dejada de lado, pues realizados entre los años de 1999 y 2000; tam-
las casas de hacienda, los restos materiales, los bién Patrimonio cultural y turismo, una alter-
poblados y los paisajes e itinerarios culturales nativa de desarrollo: caso Viotá, Cundinamarca
que se han generado en estas regiones consti- de Oscar Javier Martínez Herrera, publicado en
tuyen un claro referente de identidad local y el 2016. Es claro además que no se debe escati-
nacional (Ramírez, 2010; 20) que llega incluso mar todo el material producido por el Ministe-
a trascender fronteras, una perspectiva que no rio de Cultura de la República de Colombia en
puede pasarse por alto. Entre estos trabajos se relación al Paisaje Cultural Cafetero, en donde
ha de mencionar especialmente el de la arqui- las haciendas juegan un importante papel para
tecta Diana Blanco titulado Gestión cultural su declaratoria como Patrimonio Mundial de la
del patrimonio en Viotá, Cundinamarca; así Humanidad o el realizado por el Departamento
como De encomenderos a hacendados: Un Administrativo de Planeación Municipal de Cali
acercamiento a la ordenación del territorio que en Bienes de Interés Cultural de Santiago
a través del paisaje cultural de las haciendas de Cali: Patrimonio paisajístico, ambiental,
cafeteras en Viotá, Cundinamarca del autor casas de hacienda, revisa las políticas en torno
de esta tesis, realizado en el 2017; otros aportes a la protección de algunos de estos inmuebles
igual de valiosos son el titulado Paisaje Cul- y la necesidad de su protección y restauración.
tural Cafetero, Patrimonio de la Humanidad. Así, frente a este acervo tan amplio de es-
tudios que observan la importancia de la in- ma de este modelo de negocio, han permitido
dustria del cultivo y recolección de la rubiácea ofrecer al mundo un café de excelente calidad
en el país –y especialmente el papel de la ha- cultivado en este municipio, durante más de
cienda dentro de estos procesos– surge en con- un siglo. La vida de sus habitantes y la esencia
sonancia con los estudios acerca del patrimo- de esta región giran en torno a la caficultura,
nio cultural inmueble la pregunta que orienta ello ha generado una serie de ricas manifesta-
esta disertación ¿Cuáles son los valores patri- ciones culturales en ámbitos tan diversos como [13]

moniales de las haciendas cafeteras en Viotá y la arquitectura, las fiestas y la gastronomía que
porqué sus edificios merecen ser conservados se trasmiten de generación en generación.
y protegidos como testimonio de un momento La escogencia de este municipio como nú-
específico de la historia nacional, en que una cleo de este trabajo no es al azar, surge de un
serie de procesos económicos, sociales y ar- trabajo realizado desde el 2015 con la Universi-
quitectónicos dieron forma a un paisaje rural dad Piloto de Colombia, de conocer y recorrer
en dicha región?. Este trabajo pretende hacer el territorio observando las huellas materiales
parte de los análisis anotados en párrafo inme- que en él dejó la bonanza cafetera. La arquitec-
diatamente anterior, se ubica en un nicho de tura de estos inmuebles constituye un valioso
estudios que pretende llenar el vacío que exis- y significativo patrimonio cultural, debido a su
te en torno a la comprensión del patrimonio importancia histórica como lugares de asen-
cultural de las haciendas en zonas no tan co- tamiento y permanencia de las colectividades
nocidas del país. Su génesis radica en la idea de que las habitaron –una forma de consolidación
entender la industria del café, y de manera más del territorio– y también por el rol que juga-
concreta, las haciendas cafeteras del municipio ron como espacios protagonistas en la inno-
de Viotá, como una unidad productiva en este vación de las formas de producción y base del
territorio específico, considerándolas como auge económico del que gozó en alguna época
unos espacios históricos de producción y de nuestro país. El lapso escogido para realizar
reconciliación, lugares esenciales del devenir este acercamiento a los elementos patrimo-
social de los pobladores de la región y foco del niales de Viotá, va desde finales del siglo XIX,
desarrollo económico nacional. Así mismo, las cuando empezó a crearse un paisaje produc-
formas tradicionales de la producción cafetera, tivo en el municipio, hasta la actualidad, pues
que se han articulado con la evolución mis- las dinámicas culturales ligadas a esta industria
aún permanecen activas al día de hoy. Lamen- rio y sus dinámicas socioeconómicas, a manera
tablemente, los procesos históricos por los que de un paisaje cultural. Se pretende establecer
el municipio ha atravesado –especialmente la el contexto histórico y geográfico en el que
violencia y la falta de presencia y ayuda esta- surgen y se consolidan estas haciendas como
tal– han impactado en esta materialidad, el factores en la configuración territorial del mu-
desconocimiento4 de este patrimonio le ha lle- nicipio en cuestión, caracterizando las dinámi-
vado en cierta manera a peligrar, de allí que sea cas socioeconómicas que las constituyen como
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importante su estudio con miras a una futura unidades productivas ancladas a los procesos
protección, valoración y rehabilitación como de industrialización en Colombia identificando
bienes constitutivos de una identidad regional en ellas los elementos arquitectónicos que re-
con repercusiones a nivel nacional. fuerzan su sentido patrimonial.
En síntesis podríamos decir que el objetivo Esta valoración a grandes rasgos justifica-
general de las líneas venideras es la de valorar ría la elaboración de este escrito, observando
las haciendas cafeteras del municipio cundi- la necesidad de un estudio riguroso en torno al
namarqués de Viotá desde los elementos pa- tema del papel que el patrimonio cultural in-
trimoniales que las constituyen como factores mueble juega en el devenir de la sociedad co-
determinantes en la configuración del territo- lombiana, y como no se puede desligar de otros
ámbitos como lo son los planos sociales o los
4. Algunos de los escollos más importantes en este de- económicos, de las regiones5 . Lo anterior, des-
rrotero investigativo surgieron de los mismos habitantes, de la intención de hacer algunos aportes al es-
quienes consideraban los estudios del patrimonio viotuno tudio del patrimonio cultural inmueble a partir
como trabas burocráticas y políticas que frenarían algunas de su comprensión, valoración, salvaguarda y
de las intenciones que tenían para algunos bienes cultura- difusión, considerándolo como un pilar bási-
les. De igual manera, el estado ruinoso de algunos inmue- co en la creación de paisajes, imaginarios, re-
bles y las dificultades de acceso a algunas zonas y edificios fuerzo de la identidad y rescate de la memoria
entorpecieron la realización de este estudio. histórica colectiva de una sociedad específica.
5. Teniendo en cuenta claro está que el tema ha sido tratado Esta iniciativa quiere tener en un principio un
de gran manera, pero no específicamente en el departa- alcance académico, pero no deja de lado la in-
mento de Cundinamarca, pues se han priorizado siempre tención de ir mas allá, logrando despertar el
los estudios sobre el Eje Cafetero. interés por el patrimonio cultural viotuno en
todas sus acepciones, ubicándolo en el lugar importante que merece.
El marco conceptual en que se ubica esta tesis parte desde su interés
por el patrimonio, un concepto ya definido por organizaciones supra-
nacionales, en incluso nacionales, en donde se contempla que este está
constituido por:
…todos los bienes materiales, las manifestaciones inmateriales, los productos y las
[15]
representaciones de la cultura que son expresión de la nacionalidad colombiana, tales como
la lengua castellana, las lenguas y dialectos de las comunidades indígenas, negras y creoles,
la tradición, el conocimiento ancestral, el paisaje cultural, las costumbres y los hábitos, así
como los bienes materiales de naturaleza mueble e inmueble a los que se les atribuye, entre
otros, especial interés histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como
el plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual,
fílmico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico o antropológico (Ley
General de Cultura 397 de 1997, modificada por la Ley 1185 de 2008).

De allí se desprende una serie de conceptos más específicos en tor- to observa que los criterios de valoración son
no al tema patrimonial como el de elemento patrimonial, que puede ser pautas generales que orientan y contribuyen
entendido desde la Convención para la Protección del Patrimonio Mun- a la atribución y definición de la significación
dial Cultural y Natural de 1972, en donde se definieron los elementos cultural de un bien inmueble, son los que atri-
patrimoniales inmuebles como el legado de monumentos que cumple la buyen distintos valores al bien material.
función de hito, son símbolos de toma de conciencia colectiva acerca del Específicamente podemos contar entre los
sentido de los lugares en donde se ubican, así mismo, pueden generar un criterios de valoración, establecidos por la ley
apego desde la memoria y como objetos de transmisión para las genera- ya mencionada, los siguientes: Antigüedad,
ciones futuras, finalmente se pretende reconocer según esta convención determinada por la fecha o época de origen de
a los elementos patrimoniales inmuebles como sitios importantes para el un bien inmueble; Autoría, el reconocimiento
desarrollo sostenible y como escenarios de reconciliación (1972). del individuo o grupo que haya dejado testi-
Dichos elementos deben de entenderse desde los criterios de valo- monio de su producción, asociada a una época,
ración, establecidos por el Decreto 763 de 2009, que reglamenta par- estilo o tendencia; Autenticidad, que se deter-
cialmente las Leyes 814 de 2003 y 397 de 1997 en lo correspondiente al mina por el estado de conservación del bien y
Patrimonio Cultural de la Nación de naturaleza material. Este decre- su evolución en el tiempo, esta se relaciona con
su construcción original y las intervenciones o bienes de su hábitat toda vez que implica refe-
transformaciones, las cuales deben de poder rencias colectivas de memoria e identidad (De-
entenderse en su lectura y no deben desvirtuar creto 763 de 2009).
el carácter original del bien; Constitución, re- Los criterios de valoración, como ya se
ferida a los materiales y técnicas constructivas mencionó, atribuyen valores que relacionan al
o de elaboración utilizadas en su concepción; bien con prácticas, procesos, eventos y activi-
Forma, en donde se destacan los elementos dades significativas para la memoria y los ima-
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compositivos y ornamentales del bien respecto ginarios, factores fundamentales en el desarro-


de su origen histórico, su tendencia artística, llo de cualquier sociedad. Estos valores son de
estilística o de diseño, con el propósito de re- orden: Histórico, cuando el bien se constituye
conocer su utilización y sentido estético; Esta- como un testimonio que documenta la recons-
do de Conservación, las condiciones físicas del trucción de la historia, el conocimiento cientí-
bien plasmadas en sus materiales, estructura, fico, técnico o artístico, asocia directamente el
espacialidad o volumetría, usos, cuidados y bien con épocas, prácticas, procesos políticos,
mantenimiento; Contexto Ambiental, la cons- económicos, sociales y culturales de grupos so-
titución e implantación del bien en relación ciales que revisten importancia en los ámbitos
con el ambiente y el paisaje; Contexto Urbano, locales, nacionales o internacionales; Valor Es-
que observa la inserción del bien como unidad tético, cuando en el bien se reconocen atributos
individual en un sector urbano consolidado, excepcionales de calidad artística o diseño que
analiza el perfil, la volumetría, el diseño, los reflejan una idea creativa en su composición, o
acabados y los elementos urbanos en general; en sus técnicas de construcción, acá además se
Contexto Físico, analiza la relación del bien con tiene en cuenta las huellas de uso dejadas en el
su lugar de ubicación, su contribución a la con- inmueble por el paso del tiempo, este valor se
formación y desarrollo de un sitio, población encuentra relacionado intrínsecamente con la
o paisaje; Representatividad y Contextuali- apreciación de las características formales del
zación Sociocultural, esta observa la signifi- bien y su materialidad; Valor Simbólico, que
cación cultural que el bien tiene en la medida se da cuando un bien manifiesta modos de en-
que crea lazos emocionales de la sociedad hacia tender, ver y sentir el mundo, cuando tiene un
los objetos y sitios, también revela el sentido enorme poder de identificación y cohesión so-
de pertenencia de un grupo humano sobre los cial, lo simbólico mantiene, renueva y actua-
liza deseos, emociones e ideales construidos e ellos. Prueba de ello es la creación del Sistema
interiorizados que vinculan tiempos y espacios Nacional de Patrimonio Cultural de la Nación,
de memoria, el valor simbólico hace referencia que propende por una participación activa de
a la vinculación del bien con procesos, prácti- las comunidades al interior de la reflexión so-
cas, eventos o actividades significativas para la bre los procesos de valoración del patrimonio
memoria o el desarrollo constante de la comu- cultural y el paisaje en los territorios.
nidad. Todos estos criterios y significados que El paisaje cultural será otro elemento con- [17]

se le dan a los bienes de interés cultural pue- ceptual a tener en cuenta, ya que este trabajo
den, gracias al Decreto 763 de 2009, llegar a ser alude a que los elementos patrimoniales pre-
herramientas que generen la implementación sentes en el territorio viotuno hacen parte de
de programas y proyectos formativos a nivel uno. Esta categoría fue definida en el año 2000
nacional que incentiven la participación de las por la UNESCO, en el Artículo 9 de la Carta de
colectividades sociales que se relacionan con Cracovia, allí se anota que:

Los paisajes como patrimonio cultural son el resultado y el reflejo de una


interacción prolongada en diferentes sociedades entre el hombre, la naturaleza
y el medio ambiente físico. Son el testimonio de la relación del desarrollo de
comunidades, individuos y su medio ambiente (UNESCO, 2000).

La configuración territorial también hace que se conecta a tres ámbitos, el productivo, el espiritual y el social, a su
parte de los conceptos usados en este traba- vez estos influirán en la configuración del mismo (Moreno, 2010; 216).
jo, esta será entendida según los postulados de Según lo anterior, en el territorio se enmarcarían las dinámicas so-
Fernand Braudel que la entiende como un es- cioeconómicas de una región, su relación radica en que son las activi-
pacio físico en donde se insertan la producción dades que se desarrollan en un espacio las que propician la aparición de
económica y los factores culturales (1992; 12- realidades económicas y sociales en el mismo. Estas dinámicas socioe-
114). Así se entendería que la configuración de conómicas se dan en paisajes físicos y ambientes ecológicos que están
un territorio enmarcado en un espacio geográ- permeados por un legado histórico y cultural común, que al día de hoy
fico está fuertemente ligada a la historia, pues también orbita en torno a las dinámicas del desarrollo capitalista (Mo-
se relaciona con aspectos de orden económico, reno, 2010; 217). Esta visión nos llevaría a entender como las dinámicas
social, político y cultural. Dentro de este pano- socioeconómicas se entrelazan con el espacio físico, el devenir histórico
rama el territorio pertenece a un sistema social y social.
De lo anterior se desprende el último de los gía que ha orientado esta investigación, puesto
conceptos centrales de esta tesis es el de uni- que al realizarse desde una visión histórica par-
dad productiva, que se debe entender desde tirá desde la utilización del método histórico6
la perspectiva marxista de los medios de pro- como pilar fundamental de la misma. Estará
ducción, denominados originalmente como además permeada por la historia social, una
produktionsmittel, son la suma de los medios manera de estudiar a una sociedad en concreto
y los sujetos de trabajo, incluyendo dentro de como sujeto de la historia, al estar enfrentada
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estos a la tierra, las herramientas, las materias a los factores políticos, económicos y cultura-
primas y las unidades de producción –en nues- les de un tiempo específico. Entenderemos que
tro caso las haciendas cafeteras– y en general la historia es por definición social (Febvre,
todo aquello que sea mediador entre el trabajo 1970; 39) y por ello engloba además las relacio-
humano que actúa como transformador de la nes de las clases, el trabajo y el tiempo. A partir
naturaleza y la naturaleza misma. Esto quiere de allí, el método histórico se usara desde una
decir que las unidades de producción, produ- óptica patrimonial para estudiar el papel de las
cen –valga la redundancia– los medios de vida haciendas cafeteras en el devenir histórico de
de las colectividades humanas a través de su Viotá, desde una perspectiva cualitativa.
interacción con la naturaleza (Marx y Engels, Las técnicas que permitirán lo anterior
1845; 5). La unidad de producción entonces se serán variadas, discurrirán entre el trabajo de
entendería también como un factor determi- campo, la investigación documental7 de ar-
nante en los modos de vida de las personas. Por chivo y la lectura de fuentes secundarias para
lo tanto las sociedades son tanto lo que pro- lograr la caracterización de los espacios físicos
ducen como el modo en que producen, de allí
a que la unidad productiva se ligue también a 6. También denominado como Metodología de la Histo-
las condiciones materiales y familiares, en pa- ria es el conjunto de técnicas, métodos y procedimientos
labras de Diego Piñeiro la unidad doméstica y usados por los profesionales de la historia para manejar
la unidad productiva están integradas (1994), las fuentes primarias y otras evidencias –arqueológicas,
por esto las actividades sociales de las personas artísticas, arquitectónicas, archivísticas– como elementos
influyen en las actividades de producción de las auxiliares para investigar los procesos pasados relevantes
unidades en que se desenvuelven. para las sociedades humanas. Dicha metodología tiene
Debemos también considerar la metodolo- como objetivo la elaboración de la historiografía.
en donde se instalaron las haciendas, para ade- variadas fuentes se hará desde el método histó-
más observarlas como lugares de producción rico. Indudablemente la Historia, como disci-
económica, social y cultural, que al aunarse a plina, y toda investigación que se haga desde su
sus valores históricos, estéticos y simbólicos, óptica se hace con documentos escritos, pero,
permiten su caracterización y valoración como siguiendo la idea de Lucien Febvre, estos acer-
elementos patrimoniales de suma importancia camientos históricos también se pueden –y
a nivel local y nacional, al configurarse como deben hacerse– sin documentos escritos ante [19]

un paisaje. Así mismo el acercamiento a estas la falta de ellos.


Con todo lo que el ingenio del historiador pueda permitirle utilizar para
fabricar su miel, a falta de las flores usuales. Por tanto con palabras.
Con signos. Con paisajes y con tejas. Con formas de campo y malas
hierbas (…) Con exámenes periciales realizados por geólogos y análisis
de espadas de metal realizados por químicos. En una palabra: con todo
lo que siendo del hombre depende del hombre, sirve al hombre, expresa
al hombre, significa la presencia, la actividad, los gustos y las formas de
ser del hombre (Febvre, 1970; 232-233).
Esto significa que las fuentes abordadas en viotuna, representadas en sus casas de hacien-
este trabajo serán, según el abordaje de Francis- da, beneficiaderos, caminos, en síntesis, su pai-
co Alía, cualquier tipo de documento existente, saje cultural, se convertirán en un testimonio
cualquier realidad que pueda aportar un testi- histórico, en la medida que los podemos utilizar
monio, huellas materiales o reliquias, cualquie- como documentos y fuentes útiles para nuestra
ra sea su lenguaje (2005; 101). Por tanto la tota- investigación. Esta tesis tiene un fuerte compo-
lidad del mundo perceptible, en nuestro caso, nente histórico, pues entre más conocemos de
las huellas materiales de la bonanza cafetera la historia, mejor provecho podemos sacar de
estas huellas y testimonios8 mencionados.

7. Entendiendo documento como toda expresión en lenguaje natural o convencional, y cualquier otra expresión sonora o
en imagen, recogida en cualquier tipo de soporte material (Alía, 2005:100).
8. Los testimonios y huellas, solo pueden considerarse de índole histórica si se abordan desde esta misma óptica, si no se
poseen conocimientos históricos sobre dichas fuentes, no se puede aprender nada de ellas (Collingwood, 1965; 239-240).
El paisaje rural cafetero
viotuno, un acercamiento
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

histórico y económico

Allí donde viven, los seres humanos se apropian de la naturaleza


en términos culturales, esto es, modelan los paisajes al tiempo que
desarrollan su propia cultura. No existen paisajes sin personas y,
en sentido estricto, no existen «paisajes naturales», ya que hasta
el último rincón del planeta ha sido modelado por la intervención
humana, directa o indirectamente, por ejemplo, por causas climáticas
favorecidas por la acción humana. Los paisajes constituyen siempre
estructuras culturales expuestas a las dinámicas económicas y a las
actuaciones socioculturales, que conforman la materia prima a partir
de la cual se teje cualquier paisaje, cada uno con su diseño particular
y, por ende, su valor único (Seeland: 2008,424).
Este trabajo parte de considerar que el análisis formándolo, doblegándolo o acoplándose al
del paisaje, así como el vínculo del mismo con mismo. Son el testimonio de “la relación del
el territorio y el patrimonio debe realizarse, desarrollo de las comunidades, los individuos
como bien señala Javier Rivera Blanco desde y su medio ambiente. En muchas sociedades
tres horizontes primordiales, el primero que los paisajes están relacionados e influencia-
observa el nivel territorial, a través de la esca- dos históricamente por los territorios urbanos
la municipal; un segundo que incluye la escala próximos” (Rivera, 2010; 24-25). Los paisajes [21]

urbana y los núcleos habitados; y finalmente se relacionan con el patrimonio pues, parafra-
uno que se enmarca dentro de lo arquitectóni- seando a Simon Schama, son una herencia re-
co estudiando con atención los elementos re- cibida de nuestros antepasados, un ensamblaje
levantes en él y la relación que existe entre los intangible de percepciones, de imágenes, de
mismos (2010; 12). Debemos entender e inter- mitos, de símbolos, de aspiraciones que parti-
pretar el paisaje como una síntesis del mismo cipan en la construcción de la memoria y de la
territorio y su gente, este se basa esencialmente identidad de las colectividades (1999; 173). Por
en “la vida y el trabajo acumulado sobre un es- ello, la conservación y el estudio del paisaje im-
pacio en sus diferentes aspectos: histórico, an- plica también la conservación y el estudio del
tropológico y geográfico” (Prada, 2010). En el territorio y del patrimonio –en todas sus acep-
año 2000 la UNESCO, en el Artículo 9 de la Car- ciones– que en este exista.
ta de Cracovia, precisó a los paisajes como una El caso del municipio de Viotá, en el de-
especie de patrimonio cultural que “son el re- partamento colombiano de Cundinamarca se
sultado y el reflejo de una interacción prolon- enmarca especialmente en todo lo dicho hasta
gada en diferentes sociedades entre el hombre, este momento, en él se observa un paisaje ru-
la naturaleza y el medio ambiente físico. Son el ral de producción del café importante a nivel
testimonio de la relación del desarrollo de co- nacional y que ha sido clave para la génesis y
munidades, individuos y su medio ambiente” urbanización del municipio, este paisaje al
(UNESCO, 2000). mismo tiempo cuenta con elementos patrimo-
Así, los paisajes se han venido definiendo niales arquitectónicos que lo hacen único en la
desde hace algunos años como el actuar de una región central de los Andes colombianos, sin
colectividad en el territorio, la acción del ser dejar de lado una pléyade de manifestaciones
humano en el medio ambiente físico, trans- culturales de orden inmaterial. La intención de
este primer apartado es la de mostrar como en empezado a comercializar el grano. Malcolm
esta región se ha dado un proceso de interac- Deas es enfático al afirmar que desde los últi-
ción humana con el medio ambiente que al día mos años de la década de 1860 la región cun-
de hoy ha creado un paisaje9 y ha delineado los dinamarquesa contaba con grandes haciendas
procesos de ordenación del territorio a través productoras de la rubiácea y con más de un
de la historia gracias a su organización, en un millón de árboles –aunque unas pocas peque-
principio como territorios indígenas, enco- ñas propiedades se dedicaban también a su
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

miendas coloniales, latifundios y haciendas cultivo– por lo que exportaba un nada modesto
republicanas, en donde en la actualidad siguen 10% de la producción cafetera total de Colom-
vigentes procesos de explotación, adaptación bia, un factor que se mantuvo hasta princi-
y ordenación del territorio –incluso muchos pios de la Primera Guerra Mundial (1976; 75).
procesos sociales– que están íntimamente li- La tierra del departamento de Cundinamarca
gados a su patrimonio. era una frontera idílica para un sinnúmero de
empresas, una tierra prometida empresarial,
1.1 Viotá, un contexto a vuelo de pájaro cómo describiría inicialmente en 1899 Medar-
El departamento de Cundinamarca sería do Rivas en Los trabajadores de tierra caliente,
la segunda región en todo el país en empezar obviamente la empresa cafetera se nutriría de
a exportar el producto que se lograba de culti- esa concepción. Así en las postrimerías del si-
var el café, pues desde comienzos del siglo XIX glo XIX, el área localizada al sur y al oeste de
en otros lugares del territorio nacional, como Bogotá también empezaba a cubrirse de cafetos
Cúcuta y otras zonas de Santander ya se había (Bushnell, 2007; 247).
Las plantaciones cafeteras de Cundinamar-
9. El modo como la humanidad ha estructurado el espacio ca surgieron en un contexto económico y cul-
y actuado sobre él se condiciona por la forma en que este es tural diferente al de las del occidente del país.
percibido y vivido. La habilidad para adaptarse a los distin- Fueron establecidas por fuertes capitalistas que
tos medios siempre ha dependido de la conciencia creati- habían cultivado quina o índigo, y que conside-
va de las sociedades en la que se asienta su real capacidad raban que el café requería el talento científico y
de seleccionar y darle valor y significados a los elementos director de gente como ellos si quería ir a alguna
presentes en el territorio (Álvarez, 2011; 64), asignándole parte. Poseían título completo de la tierra que
de esta manera un carácter particular. empleaban, pero no estaban fundando cons-
cientemente un nuevo orden social en la zona
cafetera, al mismo tiempo, no podían prever los
conflictos que surgirían de ese simple trasplante Dibujo de Ricardo Moros Urbina denominado como
de un modo de producción familiar, a uno más Plaza de Viotá que ilustra de alguna manera la situación
técnico, después de que más de medio siglo hu- del lugar hacia finales del XIX. Fuente: Archivo General
de la Nación. (1884). Álbum de dibujos del natural.
biera forjado allí una serie de cambios económi- Sección: Ingresos Documentales. Fondo: Ricardo Moros
cos y demográficos (Deas, 1976; 89). Urbina. Folio: 16. [23]
Localización Geografica de Viotá, con respecto a la subcuenca
del río Calandaima y la cuenca del río Bogotá
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Elaboración por Julian Saldaña


[25]

Ubicación geográfica
del municipio de Viotá,
en Cundinamarca, se
observan sus alturas
que lo enmarcan como
un paisaje montañoso,
así como las cuencas
hidrográficas del río
Calandaima y del río
Bogota, en donde
desembocan muchas de
las quebradas y riachuelos
que dotan de un enorme
potencial hidrográfico al
municipio.
Dentro de este amplio contexto se enmar-
ca el municipio de Viotá10, este se ubica al su-
roeste del departamento de Cundinamarca, en
la región del Tequendama sobre el piedemonte
occidental de la Cordillera Oriental a escasos 86
kilómetros de Bogotá. Viotá limita al norte con
los municipios de Apulo, Anapoima y El Cole-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

gio; al oriente con Granada, Silvania y Tibacuy;


al occidente con Tocaima y Apulo; y al sur con
Nilo y Tibacuy. La ubicación en coordenadas de
su cabecera municipal son 4°26’26 latitud nor-
te y 74°31’30 longitud oeste. Cuenta con una
extensión aproximada según los últimos da-
tos del DANE de 20800 hectáreas de las cuales
apenas 133 corresponden a su área urbana11 y
20667 a su área rural12.

10. Viotá, en lengua chibcha significa muchas labranzas, según anota Roberto Velandia quien rastreó el nombre en
el Diccionario de Acosta Ortegón. Así mismo, en algunos documentos del siglo XVII se escribe como Biuta. También
debemos anotar que el pueblo era panche, no chibcha, por lo que pueden generarse algunas dudas sobre la traducción
ya mencionada (1982; 2606).
11. El casco urbano está conformado por los barrios: Primero de Mayo, Salvador Allende, El Dorado, Villa del Río, Cen-
tro, Santa Liliana, El Progreso, Obrero, La Vega, Gaitán, San Pedro, Víctor J. Merchán y El Cogollo. Aparte del casco
urbano el municipio cuenta con tres centros poblados importantes: San Gabriel, Liberia y El Piñal.
12. En el área rural encontramos las veredas: Alto Ceylán, Alto Palmar, Américas, Arabia, Argelia, Alto Argentina, Bajo
Argentina, Atala, Bajo Ceylán, Bajo Palmar, Buenavista Alta, Buenavista Baja, Calandaima Alta, Calandaima Baja, Ca-
lifornia, Carolina, Capotes, Carolina, Casablanca, Costa Rica, Cubita, El Brasil, El Espino, El Piñal, El Retiro, El Roblal,
El Salitre, Florencia, Glasgow, Guacimal, Java, Jazmín, La Bella, La Dulce, La Esperanza Norte, La Esperanza Sur, La
Florida, Lagunas, La Neptuna, La Ruidosa, La Unión, La Victoria, Liberia, Magdalena, Margaritas, Modelia, Mogambo,
Palestina, Quitasol, Roblal, San Antonio, San Gabriel, San Martin, San Nicolás, Santa Teresa y Viotá Centro.
La privilegiada ubicación geográfica de Vio-
tá la hace ideal para su configuración como un
paisaje rural de producción cafetera. La cabece-
ra municipal se ubica a una altitud de 567 me-
tros sobre el nivel del mar, pero la zona cafetera
se encuentra distribuida en treinta veredas cuya
altitud oscila entre los 900 y los 2000 metros [27]

sobre el nivel del mar, su temperatura media es


de 25°C, observando climas como el medio hú-
medo y el cálido seco (CAR, 2014; 102).

Paisaje de Viotá. Se
puede observar las
modificaciones del
territorio hechas por el
hombre, los cafetales, los Abundante presencia
caminos de acceso y una de pedregosidad en la
casa de hacienda al fondo. superficie de las laderas
Fuente: Alcaldía de Viotá. de las lomas circundantes
de Viotá, un ejemplo
del paisaje que fue de
alguna manera domado
y modificado para las
actividades agrícolas
de la región, pues esta
característica fisiográfica
limitaba el uso y manejo
de la tierra en la región.
Fuente: CAR, 2014; 114.
Al enmarcarse en la Cordillera Oriental, verano o estiaje, solo se da en enero y a me-
Viotá presenta una serie de paisajes de monta- diados de año, en los meses de junio a agosto,
ña erosional y de valle aluvial, estos dos paisajes el periodo más seco es en julio, con apenas 80
principales también se caracterizan por la pre- milímetros de precipitación. La zona de Viotá
sencia de zonas fisiográficas asociadas princi- tiene precipitaciones de entre 1000 y 2000 mi-
palmente con crestones, lomas, terrazas y pe- límetros anuales, con una media de 1248 milí-
queños valles, con un relieve montañoso con metros (CAR, 2014; 112-113 y 343).
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

predominio de ondulaciones que van de mo- En el municipio encontramos la cuenca


deradamente quebradas a moderadamente es- hidrográfica del río Calandaima, que nace en
carpadas, con un amplio rango de pendientes, la cordillera de Peñas Blancas y desemboca en
las laderas de los crestones son cortas y medias, el río Bogotá, esta se considera como la mayor
tanto rectilíneas como convexas; las cimas son fuente de riqueza hídrica de la región, no solo
estrechas, especialmente hacia el casco urbano para Viotá, sino para el resto de municipios ale-
del municipio. La región presenta una distri- daños. La subcuenca del río Calandaima tiene
bución de precipitaciones de orden bimodal, la una extensión de aproximadamente 268 kiló-
primera de estas temporadas se presenta entre metros cuadrados, de estos, un área total de
los meses de marzo, abril y mayo, siendo mar- 26845 hectáreas corresponden al municipio de
zo el mes más húmedo, con una precipitación Viotá13. Otro factor importante en el aspecto de
cercana a los 135 milímetros; la segunda ocurre lo hídrico que se debe mencionar en la región
del mes de octubre y se extiende hasta noviem- es la existencia del ecosistema de la Laguna del
bre siendo este último el más húmedo con unos Indio14, que se ubica a 1893 metros sobre el ni-
150 milímetros de precipitación. El periodo de vel del mar y se caracteriza por presentar un

13. Dentro de la subcuenca del río Calandaima, se encuentra gran parte de la zona urbana viotuna, pero la importancia de esta fuente hídrica radica en
realidad en que pasa por las veredas de Lagunita, Alto Ceylán, Florencia, Magdalena, Capotes, San Antonio, La Florida, Quitasol, Atala, Liberia, Pales-
tina, San Nicolás, Mogambo, Brasil, San Martin, Palmar, Buenavista, Calandaima, Modelia, La Ruidosa, La Dulce, California, San Gabriel, Los Olivos,
Arabia, Glasgow, Java, Argelia, Costa Rica y La Victoria (CAR, 2014; 180-181), dotando así de aguas a muchas de las haciendas cafeteras de la zona.
14. Esta laguna se encuentra rodeada de vegetación perteneciente a un bosque andino constituido por especies como el amargoso, el sietecueros,
nogales, arrayanes y guarumos, entre otros, que crecen en sabanas ligeramente inclinadas (CAR, 2014; 217-218).
15. Los ambientes lénticos son cuerpos de agua cerrados que permanecen en un mismo lugar sin correr ni fluir. Comprenden todas las aguas interiores
sistema ecológico léntico15 que en ciertos pun- incremento de la ganadería de carne y leche, la
tos revisa intermitencias entre columnas y es- porcicultura y la piscicultura.
pejos de agua, convirtiéndolo en un ambiente Todo lo anterior, tiene que enmarcarse
dinámico, gracias a su grado de productividad dentro de un contexto histórico, pues todo tra-
(CAR, 2014; 217). bajo riguroso debe abordar la historia de la re-
Por estas características mencionadas, el gión que se examinara. El contexto histórico de
municipio se destaca en la región del Tequen- la investigación que se aúna en estos párrafos, [29]

dama como un paisaje de producción agríco- surge de la lectura y revisión de cronistas clá-
la, al punto de ser considerada como la des- sicos como fray Pedro Simón y Lucas Fernán-
pensa alimenticia. Sobresalen los cultivos de dez Piedrahita, quienes con obras como Noti-
producción de distintas variedades de plátano cias historiales e Historia general del Nuevo
–banano, guineo, bocadillo, cachaco– yuca, Reino de Granada respectivamente, que nos
arracacha, balú, malangay, guatila, ahuyama dan luces sobre el panorama histórico que se
y caña panelera. En fruticultura son reconoci- observaba en el momento en que los españo-
dos los cultivos de mango de hilacha, manga, les arribaron a lo que hoy en día sería la región
mango injerto, naranja, mandarina, limón, del Tequendama, y las cercanías de Viotá. Así,
maracuyá, guanábana, anón rugoso, y la piña sabemos que a la llegada de los conquistadores
más dulce de la región. Viotá es conocido como españoles a las tierras de la vertiente oriental
el municipio cafetero más importante de Cun- del río Magdalena, entre los ríos Negro y Suma-
dinamarca. En la actualidad, el café junto con paz, estaban habitadas por los panches, una de
el plátano son los cultivos más destacados. En las múltiples familias indígenas descendientes
el sector pecuario hay que resaltar el creciente de la raza caribe16 (Melo, 1996). Estos indíge-

que no presentan corriente continua; es decir, aguas estancadas sin ningún flujo de corriente, como los lagos, las lagunas, los esteros y los pantanos.
16. Los caribes incluían los indios del Magdalena como pantágoras, muzos, panches, pijaos y algunos de los pueblos de la costa Atlántica y del
río Cauca.
17. De acuerdo a las crónicas de Fray Pedro Simon uno de los objetivos principales de los panches para hacer la guerra era la obtención de carne hu-
mana como alimento o para la práctica del canibalismo ceremonial. Sin embargo es más probable que los panches como grupo guerrero practicaran
la antropofagia como forma de infundir terror a sus enemigos a manera de ritual con la intención de obtener las cualidades de los vencidos. En este
caso el canibalismo es más una opción consecuencia de la guerra que la misma causa de ella (Simon, 1882).
nas son definidos por la historia, como culti- inferir un primer paisaje prehispánico panche
vadores, cazadores, trashumantes, peleadores, en la región, pues una de las primeras formas
antropófagos17 y magníficos alfareros, desta- en que se empezó a dividir el territorio acá exa-
cándose por su belleza las urnas funerarias y las minado, al menos de manera administrativa y
representaciones antropomorfas y zoomorfas política fue en torno a asentamientos indígenas
cerámicas18. Físicamente los panches eran de o cacicazgos panches, cada uno de estos era
nariz aguileña y se deformaban la cabeza colo- regido por un cacique19. Estos asentamientos
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

cando a los niños una tabilla en el hueso occi- primigenios, denominados en un momento
pital y otra en el hueso frontal, unidas con un como Anapuyma y Conchimá, se ubicaban en
amarre. Sus prácticas funerarias, se caracteri- el actual territorio de Viotá. Estos indígenas
zaban por los entierros múltiples y en menor ocupaban amplios territorios en esta zona del
medida los individuales, podían ser primarios, país, con asentamientos o núcleos de vivienda
cuando se ubicaba el cadáver directamente, en muy dispersos los unos de los otros y ubicados,
tumbas rectangulares; o secundarios, cuando por lo general en las faldas de los cerros (Acero,
se hacia el enterramiento en urnas cerámicas 2007; 38). Dicha dispersión se debe a que eran
de gran tamaño, en este caso las tumbas se ca- más nómadas que sedentarios, además tenían
vaban más profundamente, son comunes los una baja densidad de población, ya que los pan-
yacimientos arqueológicos funerarios panches, ches –a la llegada de los conquistadores– eran
en regiones como Viotá, Tocaima, Sasaima y apenas 30000, y se encontraban diseminados
Guaduas (de Perdomo, 1975; 252). a lo largo de los departamentos de Cundina-
Podríamos en este momento imaginar o marca y Tolima (Cifuentes y Rodríguez, 2003;

18. Los panches realizaron obras de alfarería en gran cantidad, al juzgar por las numerosas muestras cerámicas obtenidas en distintos estudios ar-
queológicos. Estos trabajos no eran de gran calidad, pues la mayoría de las piezas observan deficiencias en los acabados. Usaron técnicas decorativas
simples a base de incisiones con instrumentos agudos o mediante la presión digital. En pocos casos usaron pintura positiva y en contados casos apa-
recen tintes rojos, esto último solo en las vasijas mejor manufacturadas (de Perdomo, 1975; 252).
19. Así, el cacique Conchimá mandaba en lo que en la actualidad es Nilo y parte de Viotá. El cacique Calundayma, su territorio correspondía a los
actuales municipios de Anapoima, El Colegio, parte de La Mesa, parte de Apulo y parte de Viotá. El cacique Guacaná, lo que hoy es Tocaima, Girardot,
Ricaurte, Agua de Dios, Guataquí, Jerusalén, parte de Apulo y parte de Viotá (Acero, 2007; 39).
7). Cultivaban la yuca, el maíz, la batata y piña,
con las cuales preparaban alimentos, bebidas y
una especie de vino (Fierro, 2011; 25).
Sus viviendas eran construcciones sen-
cillas, muchas de ellas ubicadas en las faldas
de los cerros, pero también en lomas y luga-
res altos o empinados, para protegerse de los [31]

numerosos enemigos que tenían (Cifuentes


y Rodríguez, 2003; 37). Estas construcciones
observaban una planta circular con un techo
cónico y paredes amarradas con tallos o varas
rollizas de cañabrava o cañaflecha atadas con
bejucos. En su construcción utilizaban varas
de madera delgadas y rectas; hojas de palma de
cuezco para los techos, cal y tierra para obtener
un piso semicementado. Estos núcleos habita-
cionales los constituían con base al parentesco
familiar y tribal al parecer, no se casaban entre
los miembros de un mismo asentamiento, pues En Viotá se pueden observar al día de hoy las huellas de la cultura panche. Son
numerosos los petroglifos que aún permanecen en la región, estos pueden ser ubicados
eran exogámicos, es decir que buscaban parejas en lugares como La Ruidosa, Las Piedras del Matrimonio y en haciendas como La
en otras tribus, especialmente con aquellas que Arabia y Los Olivos. Fuente: Andrei Roa Saboya.
hacían la guerra (Cifuentes y Rodríguez, 2003: Gonzalo Jiménez de Quesada, quien se encon-
63). Debido a la trashumancia de los panches, traba en la primigenia Santafé, envió a dos de
buena parte de estas viviendas eran más de or- sus capitanes, Juan de Céspedes y Juan de San
den temporal (Acero, 2007; 38-39). Martín, con la intención de entrar en territo-
Esta trashumancia es un factor notable en rio panche. El primero de ellos iba acompaña-
la caracterización de este paisaje prehispánico, do por cincuenta y cinco soldados peninsula-
pues no se observan vestigios arqueológicos res –cuarenta infantes, quince de caballería
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

considerables de asentamientos estables, sino y un grupo de cargueros muiscas– con la idea


más bien una serie de lugares de paso. Es bien de avanzar por la ruta Santafé-Pasca-Fusaga-
sabido que los panches descendían de las mon- sugá-Tibacuy; el segundo iba con cuarenta y
tañas donde habitaban para cazar20 y durante cinco soldados y la misma intención, pero se
las épocas de subienda para pescar en los ríos devolvió al quinto día a la capital, donde reci-
y hacer trueques con otras tribus indígenas, bió de nuevo la orden de Jiménez de Quesada
creando caminos, rancherías y construcciones de reunirse con Juan de Céspedes en Tibacuy.
efímeras en distintos lugares (Simon, 1882). Finalmente se reunieron ambos capitanes en
Son numerosas las huellas materiales que de- Tibacuy, desde donde salieron bordeando el
jaron los panches por su paso en el territorio, suroeste de la Cordillera o cuchilla del Subia,
entre ellas se cuentan los caminos indígenas, también conocida como Peñas Blancas, que
algunos de ellos usados al día de hoy, y los pe- hacia el siglo XVII se denominó como Cordille-
troglifos que se pueden observar en numerosas ra de los Panches.
veredas de Viotá. La resistencia de los panches frente a los
conquistadores españoles pudiera explicar por
1.2 De poblado panche a villorrio neogranadino qué a pesar de que buena parte del territorio
A mediados de julio del año de 1537, al termi- donde hoy en día se encuentra Viotá fue descu-
nar la temporada invernal, El adelantado don bierto en un estadio temprano de la Conquista,
a finales de 1537, solo siete años después se pro-
20. En algunos yacimientos arqueológicos se han encon- duciría la fundación de un primer asentamien-
trado restos óseos de roedores, venados y cangrejos, lo que to urbano en la región, el de San Dionisio de los
da una idea de la dieta en proteínas que llevaba esta tribu Caballeros de Tocaima, en tierras del cacique
indígena (Mendoza y Quiazua, 1990; 26). Guacaná. Ahora, al revisar el periodo Colonial
en la región de lo que hoy en día compone a Vio- trabajo indígena (Konetzke, 1976; 160).
tá, se puede observar una sucesión de disputas, El sistema de encomiendas se constituyó
repartos e intentos de crear una organización en uno de los pilares sobre el que descansó la
administrativa y política en el territorio. Dentro economía indiana en los primeros tiempos de
de este panorama siempre figuraron como pro- la conquista. El indígena se convirtió en la al-
tagonistas todos aquellos personajes que po- ternativa del europeo para su instalación en el
dían revestir alguna importancia política, como territorio americano; en la mano de obra nece- [33]

los caciques, encomenderos, curas y alcaldes, saria, para la realización de las tareas, que solo
quienes siempre desde posiciones de relativo le hubiera resultado imposible llevar a cabo.
poder decidieron los destinos y la organización La figura de la encomienda, inspirada en la
de la tierra en esta zona de Cundinamarca. clientela europea, surgió como respuesta a un
Sería el capitán español Hernán Venegas concreto requerimiento de las circunstancias
Carrillo de Manosalva quien fundaría en esas de ese momento de los españoles en América,
tierras la población de San Dionisio de los Ca- la de proporcionar servicio a los colonos, an-
balleros de Tocaima21 el 20 de marzo de 1544, siosos de obtener una participación activa en la
en lo que hoy serían las provincias de Tocai- economía, gracias a las prontamente superadas
ma, Anapuyma y Conchimá (Acero, 2007; 43). visiones exclusivistas del proyecto colombino.
Luego de la fundación de este primigenio nú- Con ello pretendían el aprovechamiento eco-
cleo urbano todo el territorio aledaño al mismo nómico de los territorios descubiertos y recién
fue repartido en enormes extensiones de tierra conquistados. La encomienda se transformaría
entre los soldados pertenecientes a la hueste en el bien más preciado al que un conquistador
conquistadora de Hernán Venegas, estos sol- podía llegar a aspirar como recompensa a sus
dados recibieron tierras e indios, bajo la figura servicios militares (Salinas, 2008; 9).
de encomenderos, lo que les otorgó la posibili- De esta manera, el actual territorio de Vio-
dad de contar con la mano de obra que repre- tá casi que en su totalidad, se configuró en lo
sentaban los pobladores indígenas de la zona
y también recibir tributo de ellos. De hecho la 21. Es claro que el territorio de Viotá en lo que tiene que ver
organización económica y social de muchas de con el cinturón cafetero actual fue descubierto primero que
las tierras colonizadas en el denominado Nuevo Tocaima, de julio de 1537, y que por entonces los españoles
Mundo se apoyó esencialmente en la fuerza del no fundaron población alguna (Acero, 2007, p. 44).
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Elaboración por Julian Saldaña


a las provincias panches
Municipio de Viotá y sus haciendas con respecto
[35]

Las haciendas de Viotá


en la actualidad con
respecto a las provincias
panches existentes
durante el periodo
colonial. Elaboración de
Julián Saldaña basado en
el dibujo de Luis Aurelio
Durán, titulado como
“Cacicazgos Panches”.
que sería la encomienda asignada en el año de de Antonio Portillo y nieta de Francisco Porti-
1544 a Antonio Portillo, uno de los soldados llo, hizo una nueva solicitud de reconocimiento
del fundador de Tocaima. Años después, uno de las tierras ya referidas ante el mismo cabildo
de sus descendientes, Francisco Portillo, quien de Tocaima. Esta solicitud de reconocimiento
contrajo matrimonio con Bárbara Ponce de la formuló para facilitar la venta de dichas tie-
León fijaba así el límite de las tierras que había rras al señor Juan de Campos Espinoza –quien
heredado por medio de una solicitud al cabildo finalmente las adquirió por 250 pesos– (Ace-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

de Tocaima, en diciembre de 1596 donde ob- ro, 2007; 45). En ella expresaba que su abuelo
servaba que: Francisco Portillo, desde el 14 de diciembre de

Francisco Portillo, vesino desta ciudad de Tocaima, ante vuestra merced


paresco y digo que yo tengo necesidad me provea y aga merced de
una estancia de ganado mayor en la provincia de Calandayma para
mi sustento, la cual dicha estancia pido desde las juntas de las dos
quebradas de Biotá –actual río Lindo– y Amanta –actual quebrada de
San Juana– corriendo las dos quebradas arriva hasta las otras juntas de
otras dos quebradas que de la una de ellas tengo sacadas un edificio de
agua por tanto a buesa merced pido y suplico se me provea, como lo pido
pues tengo posesión della quatro años ha22

Hay que anotar que en este cabildo de To- 1596 tuvo y poseyó tierras con trapiche en “el
caima le fue reconfirmada la propiedad de estas sitio de Viotá, valle del Calandayma, que están
tierras y encomienda a Francisco Portillo y que ubicadas entre las quebradas Viotá y Amanta;
a la posteridad pasarían a manos de su hijo –lla- que limitan con el poblado de Acatayma”, en la
mado Antonio Portillo en honor de su abuelo–. margen derecha del río Calandayma “y cons-
De igual manera, hacia 1688 como observan al- tan de las posesiones de Amanta y Calanday-
gunos documentos Luisa Portillo, hija natural ma”. Ahora, de acuerdo a lo hasta aquí expues-
to y teniendo en cuenta que desde el siglo XVI
22. Archivo General de la Nación. (1593). Visita a enco- la provincia de Calandayma involucraba tam-
miendas de Cundinamarca. Sección: Colonia. Fondo: En- bién buena parte de lo que hoy en día confor-
comiendas. Tomo: 6. Folio: 4. ma una zona de Viotá, en especial las ubicadas
en la parte media y alta del río Calandayma, las allí él tenía “trapiche, hato de vacas y platana-
cuales quedarían finalmente en jurisdicción del res sus negros esclavos” (Acero, 2007; 45-46).
municipio acá estudiado es menester observar Dicha solicitud sería acogida por el cabildo ese
también de manera sintética cómo evolucionó mismo año.
la posesión de tierras allí. Mientras que las tierras se repartían, y los
De esta manera debemos empezar ano- terrenos se englobaban y desenglobaban cam-
tando que es a Juan Díaz Hidalgo, otro soldado biando de manos, el tiempo seguía su marcha [37]

perteneciente a la hueste de Hernán Venegas, y los asentamientos urbanos en cercanías de


le asignaron una encomienda de indios en tie- Viotá seguían incrementándose. A pesar de
rras de la provincia de Calandayma, también ello, hacia el año de 1746 Viotá todavía era un
en el año de 1544. Algunas décadas después, curato, una encomienda que dependía admi-
hacia noviembre de 1581 uno de los hijos de nistrativamente de Tocaima y que no contaba
Juan Díaz Hidalgo, llamado Juan Díaz Jaramillo con el suficiente número de vecinos, o de co-
formuló una solicitud de cesión de tierras a tra- lonos en su territorio para ser capaz de cons-
vés de su tutor, el capitán Bartolomé Rodríguez truir una iglesia o sostener a su propio párroco,
Galán. El oficio legal de la solicitud se resume requisitos mínimos e indispensables para pasar
en la petición de una estancia para sembrar y de la mera categoría de aldea a la de parroquia.
una para ganado mayor en tierras del río Ca- Por tal razón la curia abriría el 19 de marzo de
landayma, la cual es aprobada finalmente hacia 1748 un concurso para llenar el curato de Ca-
diciembre de ese mismo año de 1581, logran- landayma –al que se presentaron tres candida-
do así una posesión judicial de los terrenos en tos– resultando elegido el clérigo Miguel Sar-
cuestión. Cuando Juan Díaz Jaramillo muere las miento, quien fue nombrado en tal puesto el 3
tierras pasaran a propiedad de su esposa Isabel de julio del mismo año (Velandia, 1982; 2607).
de León y ya en los primeros años del siglo XVII De acuerdo con Alejandro Carranza, unos años
a manos de doña Gerónima de León, hermana después, hacia 1767 se creó la viceparroquia de
de la última propietaria. Por estas mismas fe- Santa Bárbara de Calandaima –llamada a veces
chas, hacia 1602 quien fungía como alcalde de como Santa Bárbara de Viotá– dependiente de
Tocaima para esa época, don Bernabé de Santi- Anapoima y cuyo primer párroco fue fray Joa-
llana, hace una solicitud de cesión de las tierras quín de Julinet perteneciente a la Orden de los
de Calandayma ante el cabildo aduciendo que Predicadores23.
Siguiendo este curso de sucesos llegamos Anapoima, recibe el nombre de Viotá y se seña-
a revisar que años después, el 20 de septiem- la como alcalde pedáneo al señor Juan de Agui-
bre de 1771 el Gobierno pidió al cabildo de To- lón (Velandia, 1982; 2609). En 1804 La Mesa
caima liberar al erario real de la erogación que empieza a fungir como cabildo y cabecera mu-
le causaba sostener el curato de Santa Bárbara nicipal en remplazo de Tocaima. Una comisión
de Calandayma, que era de 50 mil maravedís integrada por el cura párroco de entonces, Ni-
anuales. Por ello se optó por su erección en pa- colás Suárez, y los vecinos Felipe Romero, Juan
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

rroquia, gestión que el alcalde Ignacio Barragán José Vargas y Francisco Díaz, gestionan ante el
inicio el 17 de octubre de 1777 por comisión del cabildo de La Mesa, en 1806, a través de un me-
juez de Tocaima, don Juan José Millán, autori- morial, la solicitud de que Viotá sea elevada a
zado este último su vez por el virrey. El 13 de alcaldía pedánea, independiente de Anapoima
diciembre de ese mismo año, el fiscal Francis- con todas las prerrogativas de esta categoría.
co Antonio Moreno y Escandón observaría que La petición fue aprobada el 3 de febrero de ese
los vecinos de la viceparroquia eran pobres y mismo año por el teniente gobernador de La
por ningún motivo podían sufragar el costo o Mesa, don Nicolás Ballén de Guzmán.
mantenimiento de la congrua24, de hecho el si- El resto de reparticiones de tierras que se
guiente alcalde Juan Manuel de Rivera afirma- observan por esa época ocurren, en su mayo-
ría en mayo de 1779 que hasta “el año de 1777 ría, por matrimonios –a veces concertados a la
todavía no se había erigido la parroquia de Vio- usanza del periodo colonial–, herencias y ven-
tá, alias Calandayma” (Acero, 2007; 47). tas –entre familiares y particulares–. En el año
Finalmente en 1782 la viceparroquia de de 1781, aparecen dos figuras importantísimas
Santa Bárbara de Calandayma, dependiente de en el futuro devenir de la región, el señor Ma-
tías Bazurto e Isidora Patiño su esposa, quienes
23. Ciertamente, desde esos años la erección de Santa Bár- después de contraer nupcias se establecen en
bara de Calandaima o Viotá, sería una preocupación de la un sitio que a futuro se convertirá en la hacien-
Curia, una serie de factores hacían que los feligreses del da San Miguel de Amanta. Así mismo, en 1808
lugar no fueran atendidos en sus deberes eclesiásticos (Ve- Matías Bazurto y un hermano compran a los
landia, 1982; 2607). hermanos Camilo y Joaquín Díaz un globo de
24. Renta mínima de un oficio eclesiástico o civil o de una tierra sin cultivar, el cual deslindan, corres-
capellanía para poder sostener dignamente a su titular. pondiéndole a Matías lo que más tarde sería la
hacienda San Miguel de Amanta –lugar donde Viotá haría entonces su entrada al periodo
posteriormente se establecerían las haciendas Republicano con muy buenas perspectivas de
cafeteras de Florencia y Liberia–. De esta ma- desarrollo. Su panorama era alentador gracias
nera en el crepúsculo del siglo XVIII y las pri- a la creación del casco urbano en los terrenos
meras décadas del XIX, como observaría Mar- donados por el señor Matías Bazurto, de igual
co Palacios se establecieron en el lugar algunos manera, la estratégica ubicación de sus anti-
vecinos, una pequeña aglomeración de gentes guas encomiendas, que se encontraban en ple- [39]

rústicas y aisladas (2009; 163) cuya existencia se no proceso de transformación en haciendas,


reconoció solo hasta 1835 cuando el villorrio se sobre los caminos que comunicaban a Tocaima
convirtió en parroquia del cantón de Tocaima. con Fusagasugá, La Mesa con Fusagasugá y To-
Un año antes, por escritura del 12 de di- caima con Nilo le llevarían a pensarse como un
ciembre de 1834, de la notaría del cantón ya importante epicentro comercial de la región. Al
anotado, el señor Matías Bazurto donó a la igle- mismo tiempo se daba paso a un proceso de mi-
sia parroquial de Viotá, los terrenos en que está gración que al ser observado revelaría que la po-
situado el casco urbano y sus ejidos, especifi- blación de Viotá provino de variopintas fuentes.
cados así: Su base sería la de comerciantes y artesanos de
municipios tales como La Mesa, Tocaima, Ano-
…desde donde se juntan la quebrada San Juana con el río de laima, Fusagasugá, entre otros; un gran nú-
Viotá, este arriba hasta dar de frente a una piedra grande, la cleo humano del departamento de Boyacá que
que se marcará con la cifra que se ve al margen. De dicha piedra fue traído por los hacendados para los trabajos
mirando línea recta a un árbol nombrado igual que existe en del café; comerciantes y artesanos de Boyacá y
la cabecera del cementerio viejo, en donde se fijara un mojón otros departamentos (Acero, 2007; 22).
de piedra y de este mirando en línea recta a otro mojón que en Si el progreso de una localidad rural se
los mismos términos se fijara y de este a dar a la quebrada San mide por el valor de la tierra, Viotá progresaba
Juana, dicha quebrada para abajo hasta dar al primer lindero, por ese entonces a paso acelerado. En 1879, el
cuya fracción de tierra dona con todas sus entradas y salidas, avalúo catastral registraba por hectárea un va-
pastos, abrevaderos, aguas vertientes y corrientes, usos lor de $88.000; diez años después, $410.000.
costumbres, derechos y servidumbres que ha tenido, tiene y de Es precisamente en este decenio cuando se
hecho y derecho son inherentes, le pertenecen y puedan tocarle establecen la mayoría de haciendas cafeteras,
(Velandia, 1982; 2609). según los Catastros de Cundinamarca de 1879
y 1889 (Palacios, 2009; 164). Hay que decir que Amanta. En ellas se combinó la ganadería con
Viotá no fue ajena como población al interés que la extracción y exportación de la pasta de añil,
despertó en los comerciantes más pudientes de un colorante azul índigo usado para teñir las
Santafé, el cultivo, proceso y exportación de las telas con las que se confeccionaban los panta-
plantas de añil, entre los años de 1870 y 1876. lones (Acero, 2007; 21). Muy seguramente esta
El florecimiento de este cultivo incremento la actividad industrial motivó un incremento en
adquisición, fundación y/o activación de tie- su población pues a inicios de 1860 los habitan-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

rras, que más adelante serían haciendas, tales tes eran poco más de 460 y diez años después,
como Neptuna, Calandaima, y San Miguel de en 1870 sumaban 1284.

Censo de la población de la provincia de Tequendama para el año de 1859, elaborado


por Marco Palacios con base a información del Archivo General de la Nación. Fuente:
PALACIOS, Marco. (2009). El café en Colombia, 1850-1970: una historia económica,
social y política. México D.F. El Colegio de México. p. 161.
Finalizando el siglo XIX Viotá ya era uno de liberal, eran unas de las características más re-
los municipios más importantes de la provincia conocidas de la región, desde ese entonces, Viotá
del Tequendama (Urbina y Duarte, 1989; 112), se sería conocida como La Roja o La Nodriza de la
había constituido como un poblado rural al ser- Revolución. Al finalizar las primeras décadas del
vicio de las haciendas y sus trabajadores, estas siglo XX Viotá se caracterizaba por ser un mu-
tenían en el pueblo sus propias tiendas y depósi- nicipio cuya sola zona cafetera producía el 28%
tos. En sus cercanías empezaron a prosperar co- de la producción nacional de café y una región [41]

merciantes provenientes de La Mesa, Anolaima y ejemplo de un movimiento agrario exitoso en el


Tocaima, pero también algunos emprendedores logro de acceso a la tierra para los que no la po-
locales. El cambio de siglo coincide práctica- seían (Acero, 2007; 21). Estas relaciones sociales,
mente con un corte cronológico para la región y políticas y económicas de la población en toda
para Viotá. Derrotados los liberales25 en la guerra la zona del Tequendama, y el desarrollo de sus
de los Mil Días, sobrevendrá una paz precaria en municipios estuvieron ligadas al devenir de las
sus inicios pero duradera. Se piensa en la cons- haciendas cafeteras que allí se implantaron, con-
trucción de puentes sobre los ríos Bogotá, Apulo virtiéndolas en escenarios ideales para rastrear
y Sumapaz, en la apertura de caminos públicos y procesos de mediana y larga duración en distin-
privados y en los planes ferroviarios –la mayoría tos ámbitos de nuestra historia (Urbina y Duarte,
obras inconclusas– es evidente que la infraes- 1989; 119-120).
tructura física progresó desde el periodo de las
luchas por la independencia (Palacios, 2009; 167). 1.3 De la encomienda colonial a la hacienda re-
Esta prosperidad, así como el pensamiento publicana
Como se anotó, en Cundinamarca se ha-
25. Hacia 1901, en las postrimerías de la Guerra de los Mil bían hecho y establecido algunas formas de
Días había una enorme presencia de guerrilleros liberales, explotación del territorio. La más importante
así como colaboradores de los mismos en la región de Vio- de ellas fue la encomienda, un modelo de ad-
tá (Bergquist, 1981; 161). Viotá, llamada en épocas antiguas ministración y explotación de la tierra que, al
como Viotá la roja, en razón de su importancia en el movi- menos en Viotá, se perpetuó con la creación
miento de luchas agrarias que para acceder a tierras pro- de haciendas. Es decir, con el tiempo las en-
pias dieron sus gentes campesinas desde la finalización de comiendas pasaron a ser haciendas y los enco-
la segunda mitad del siglo XX (Acero, 2007, p. 21) menderos hacendados26.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Elaboración por Julian Saldaña


Principales haciendas de Viotá
[43]

División del municipio


de Viotá en tanto a las
principales haciendas
cafeteras que se instalaron
en la región desde finales
del siglo XIX.
Dibujo de Ricardo Moros
Urbina denominado como
Casitas cerca a Viotá que
muestra la sencillez de
las construcciones de la
región a finales del siglo
XIX. Fuente: Archivo
General de la Nación.
(1884). Álbum de dibujos
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

del natural. Sección:


Ingresos Documentales.
Fondo: Ricardo Moros
Urbina. Folio: 10.

Así, en Cundinamarca, se habían venido


haciendo varias explotaciones desde finales del
siglo XVIII y en los bosques del Tequendama y
Sumapaz se hallaron quinas de calidad acepta-
ble –competidoras potenciales de las ecuato-
rianas que se extraían de Loja–. En las inmedia-
ciones de los caminos reales que comunicaban
la región se establecieron latifundios ganaderos
y cañeros en localidades como El Colegio, To-
caima y Tena, que producían para los merca-
26. En la Nueva Granada la hacienda fue una de las bases dos de Santafé y de las llanuras tolimenses en
del sistema económico colonial, aunque no llegara a tener donde aún sobrevivía el latifundio ganadero
el desarrollo e influencia característicos de los grandes lati- consolidado por los jesuitas. En las postrime-
fundios mexicanos o brasileros (Téllez, 2006; 51) rías del siglo XVIII y mediados del XIX muchos
comerciantes bogotanos obtuvieron un amplio nales–. Uno de estos factores fundamentales de
número de tierras baldías de Viotá en la Cor- revisar fue el mismo proceso de colonización de
dillera del Subia o Peñas Blancas, para extraer las tierras de Viotá, un proceso caracterizado
corteza del árbol de quina, importante materia por la fundación de los primeros cafetales en la
prima de exportación, hecho que contribuyó al zona, gracias al estímulo oficial para el cultivo del
crecimiento económico y poblacional (Acero, café que decretó la Ley 29 de junio de 1879, que
2007; 49). Así mismo, en el devenir histórico ordenaba la importación desde Liberia, en Áfri- [45]

regional uno de los primeros fenómenos mo- ca, de 27.000 matas para distribuirlas en todo el
tivantes de la activación del mercado de tierras país. Esta empresa fue iniciada por “hombres
en Viotá, lo ejerció a mediados y finales de la de empresa y ánimo resuelto” (Velandia, 1982;
década de 1850, el derribe de montaña para la 2610) que fueron caracterizados por Medardo
instalación de praderas de pasto india o guinea Rivas, quien anotó entre ellos a doctor Pedro
con el fin de mejorar la explotación ganadera. Alejo Forero, fundador de la hacienda Florencia
El uso del suelo en las haciendas de la región del entre Viotá y Fusagasugá; don Carlos Abondano
Tequendama pasó a ser del monte para la ex- y su hacienda Filadelfia; La Magdalena de los
plotación de la quina y la madera a convertirse señores Ortiz y Sayer; don Jorge Crane, dueño
en extensos cultivos de café, paralelos al pasto de las haciendas Buenavista y Calandaima y
para el ganado y los cultivos de pancoger. Hacia copropietario de Boston junto a Alejandro Ruiz;
1870 una hacienda, ya cafetera, estaba dividi- la hacienda Ceilán de Eustacio de la Torre; Li-
da en una proporción del 70% para el cafetal y beria de Nicolás Sáenz; La Victoria de quienes
pastos, y un 30% en el monte para la madera, eran dueños los hermanos Daniel, Luis y Froilán
la caña y las estancias de alimentos (Urbina y Vega; don José Manuel Abondano propietario de
Duarte, 1989; 119). La Arabia; la hacienda Costa Rica de Santiago
Pero no sería sino el cultivo y las labores de la Guardia; los hermanos Iregui con La Ar-
del café lo que haría realmente interesante este gentina; La Merced del doctor Nicolás Osorio;
periodo de la historia viotuna. Dicho momen- la hacienda Java de los hermanos Tovar; Mi-
to que inició a fines del siglo XIX se extendió siones de Arcadio Céspedes; Marceliano Vargas
hasta la década de 1940 y produjo una notable dueño de Entrerrios; Josué Gómez y su compa-
transformación social, económica y política en ñía poseían La Trinidad; los Samper Golconda;
la región –que incluso alcanzaría niveles nacio- los herederos de José María Saravia eran dueños
de Santibar; don Timoteo Gutiérrez con La Paz; como El Colegio y Viotá esta fragmentación
El Rabanario era propiedad de Julio Arango; es bien clara, formada por cuatro latifundios
Santa Cruz de don Ramón Umaña Rivas; don Neptuno, Calandaima, San Miguel de Amanta
José Manuel Umaña tenía su hacienda San José; y Mesa de Yeguas, dan origen inicialmente a
y los Duran Umaña poseían Las Granjas (Rivas, diez haciendas de café27 de estas últimas cinco
1983; 300-312). se fragmentaran en el siglo XX y darán origen a
Según Marco Palacios, algunos de los lati- nueve más. Es preciso anotar que la consolida-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

fundios mencionados, que fueron antiguas en- ción definitiva de los linderos de una hacienda
comiendas, consistían en una vasta extensión tomaría tiempo, los propietarios efectuaron
mal alinderada, dividida en tierras de cultivo continuamente operaciones de compra y ven-
de la hacienda y estancias de campesinos vin- ta de tierras, pequeños lotes de terreno que
culados rodeadas por una considerable franja consideraban útiles, todo ello en función de
de tierra virgen pero apropiada (2009; 169) y se la topografía, la forma geométrica del terreno
asentaron sobre bases esclavistas. El siglo XIX o la ubicación con relación a los caminos que
fue de progreso lento para la región en su con- estuviesen más cercanos (Palacios, 2009; 169).
junto, de modo que “el advenimiento del café También es evidente que estas haciendas, en
no implicó más que el asentamiento de una particular las de Viotá, estaban estratégica-
tendencia que ya se venía haciendo percep- mente situadas, en un área dominada geográfi-
tible” (Palacios, 2009; 167). Desde esta pers- ca y políticamente por Bogotá, pues eran luga-
pectiva, las nuevas haciendas de café aparecen res muy conocidos por la oligarquía capitalina
como fragmentos del viejo latifundio de los de ese entonces (Palacios, 2009; 316).
encomenderos en la región que siguen siendo
claves en la ordenación del territorio de la re- 1.4 Caracterización del paisaje de las haciendas
gión. Así mismo, en los municipios de mayor cafeteras viotunas
concentración de la tierra cundinamarquesa, Al mediodía del 23 de octubre de 1910, el
botánico suizo Otto Fuhrmann y Eugene Ma-
27. El café era una cosecha apropiada para la producción yor alcanzaron las alturas de Guachani, a unos
en pequeñas unidades familiares, otra característica del 2,447 metros del nivel del mar para observar
proceso de migración interna que siempre ha observado la esquina suroccidental de Cundinamarca.
Colombia (Bushnell, 2007; 247) Acompañados por los plantadores de café Luis
Montoya Santamaría y Gabriel Ortiz William- Este paisaje agreste contrastó posterior-
son, los exploradores extranjeros viajaron mente, pues después de atravesar la Cordille-
desde las altas montañas de la tundra andina ra del Subia y descender hasta el Boquerón de
hasta el Valle del Tequendama con la intención Guachuní, siguieron un antiguo camino pan-
de investigar las enfermedades y los parásitos che que los llevó hasta las plantaciones del nor-
que aquejaban a la planta del café en la región te de Viotá. En este municipio pudieron visitar
semitropical ubicada al suroriente de la capital los cafetales de las haciendas Argelia, Magda- [47]

colombiana. lena, Arabia y Buenavista, donde ofrecieron


El recorrido por el accidentado territorio algunos consejos a los cultivadores del grano
del suroccidente cundinamarqués fue descrito que allí estaban establecidos (Guerrero, 2017;
como “inconfortable y peligroso” (Fuhrmann 54). Después de explorar el Valle de Calandai-
y Mayor; 1910; 220) pues se hizo a lomo de mula ma, recolectando especies y observando los
a través de espesas trochas y empinadas lade- entornos naturales, Fuhrmann y Mayor se vie-
ras, por donde se avanzaba con extrema lenti- ron sorprendidos por la organización del paisa-
tud. Los viajeros anotaban que: je que los caficultores habían traído a la región
(Jiménez, 1983; 6). En efecto, el ambiente hostil
Cabalgamos así por horas sobre este camino y salvaje de las regiones circunvecinas contras-
horroroso, preguntándonos casi a cada paso, si taba con los cuidadosos paisajes diseñados por
no iremos a caer en el barro negro y maloliente los caficultores en sus haciendas, cosa que le
rompiéndonos algún miembro (…) Cuando el dio una amplia dimensión humana a las tierras
estado del camino nos lo permite, admiramos la anteriormente cubiertas por bosques naturales
incomparable belleza de la selva virgen cuyo silencio de estas latitudes.
imponente solo es perturbado por el susurro de la En el núcleo de estas grandes plantacio-
lluvia (Fuhrmann& Mayor, 1914; 222–223). nes los científicos suizos encontraron grandes
casones, confortables y al aire libre, rodeados
de enormes jardines, plantados con cacao, vai-
nilla, café y palmeras. Pernoctaron en una ha-
cienda que no llega a ser identificada detallan-
do sobre el paisaje encontrado que:
A nuestra entrada en la plantación, encontramos a uno de dueños Enrique Iregui y Jorge Maguín. En con-
los propietarios que ha venido muy amablemente a nuestro traste, la sección central de la región que con-
encuentro y nos ofrece la más cordial hospitalidad en su bella tenía el 58% del territorio, estaba comprendi-
casa. Para llegar a esta, atravesamos tanto cultivos de café, da por tres inmensas propiedades, Buenavista,
como lugares boscosos y selvas maravillosas. Estamos ahora conocida también como Calandaima con 8500
a una altitud de 988 metros y en todos los lugares en los que no fanegadas, una empresa liderada por Carlos y
se cultiva, la selva tropical de las tierras calientes retoma sus Jorge Crane (Jiménez, 1983; 7), Florencia, ma-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

derechos (Fuhrmann y Mayor, 1914; 232). nejada por Arístides Salgado y Alejo Forero,
este último era un abogado liberal bogotano
Estas observaciones les llevarían a anotar en su informe, publica-
que había adquirido la propiedad en 1860 y la
do cuatro años después, que encontraron un paraíso en el corazón de
hacienda Ceilán, de 4007 fanegadas, ubicada
los Andes en donde la razón humana había hecho la naturaleza menos
en la mitad de abajo de la Cordillera de Subia,
agreste y en donde las riquezas fluían por doquier (Fuhrmann y Mayor,
administrada por los herederos del jefe militar
1914; 101-110). Los viajeros europeos visitaron uno de los mejores lugares
liberal Eustacio de la Torre (Jiménez, 1983; 9).
para sembrar café en el centro de Colombia, una región dominada por
La sección sur del municipio, que no fue
unas siete grandes propiedades de más de 1000 fanegadas28, las cuales
visitada por los exploradores europeos tenía un
en tamaño representaban casi un 80% de la tierra de Viotá. Unas 18 me-
diverso patrón de ocupación de la tierra simi-
dianas de entre 100 y 1000 fanegadas, que eran un 18% de los terrenos
lar en algunos factores al de la ya mencionada
viotunos. Y unas pocas propiedades más pequeñas que ocupaban el res-
zona norte. Contaba con unas treinta unidades
tante 2% de la tierra.
productivas, alrededor del 18% del total del te-
A pesar de ello, se observaban muchísimas variaciones en la muni-
rritorio, es decir unas 544 fanegadas. De todas
cipalidad, la zona norte era la más dividida según la tenencia de los te-
ellas las dos más grandes, un 63% de la zona es-
rrenos, contaba con unas 25 empresas agrícolas, casi dos tercios de las
taban manejadas por los herederos de Nicolás y
41 haciendas de Viotá, conteniendo un 22% de la municipalidad, apenas
José María Sáenz (Jiménez, 1983; 9), miembros
unas 322 fanegadas en tamaño.
de una notable familia de mercaderes y terra-
Solo había unas pocas propiedades con más de 1000 fanegadas, la ha-
tenientes del occidente del país que arribó a
cienda Java con 1750, de propiedad de los generales conservadores Ma-
Viotá en la década de 1880. Dichas propiedades
riano y Federico Tovar y La Arabia con 1500 fanegadas de quienes eran
eran el rancho cafetero y ganadero Atala o Ca-
sacoima de 2970 fanegadas y la hacienda Libe-
28. Una fanegada equivale a 1,6 acres o a 0,65 hectáreas. ria de 1500 fanegadas, que para esa época era
un modelo de organización y adelanto técnico da inicio al poblamiento de Viotá (Acero, 2007; 22) a través de la crea-
en la región (Jiménez, 1983; 11). ción y fortalecimiento de las haciendas, actividad económica que motivó
Estas grandes propiedades fueron funda- la migración a sus tierras, pues desde el periodo colonial la región del
das entre los años de 1860 y 1880 en las fal- Tequendama se distinguía como un punto de tránsito, un corredor que
das orientales de la Cordillera Occidental de era transitado desde las montañas del este hasta la parte occidental del
los Andes, en cercanías del río Magdalena en país, el río Magdalena además servía como vía fluvial hacia la costa Cari-
la región central colombiana. La región había be. Así mismo estaba ubicada en el borde de una relativa zona comercial [49]

sido escasamente ocupada, y era casi que una con algunas dinámicas comerciales y agrícolas en el centro de Colombia,
frontera marginal29 de la economía nacional su paisaje, salpicado de extensas propiedades ganaderas, plantaciones de
durante la mayor parte del siglo XIX (Jiménez, azúcar y pequeñas fincas suplían de carne, fruta y azúcar a la cada vez
1983; 11). Las haciendas acá referidas se instala- más numerosa población del altiplano (Jiménez, 1983; 11).
ron en el territorio como una forma de conso- A mediados del siglo XIX Viotá y otras poblaciones de la región su-
lidación del mismo a lo largo de esta centuria, roccidental de Cundinamarca se convirtieron en el laboratorio por exce-
en especial en el decenio de 1879 a 1889 cuando lencia de los primeros intentos de producción exportadora en la región
se establecieron allí la mayoría de las haciendas central de nuestro país. Una mezcla de terratenientes locales, merca-
dedicadas al cultivo del café, sin dejar de pro- deres y expertos en finanzas del occidente colombiano –quienes habían
ducir otros cultivos. obtenido experiencia en esta región minera– así como algunos inverso-
En efecto, fue entre 1881 y 1884 cuando se res extranjeros domaron el paisaje y lo modificaron para crear uno que
le dio fuerza a los cultivadores de la rubiácea sirviera a sus propósitos. Así, se inició una empresa de producción ex-
con la Ley 29 de junio 11 de 1879 que ofreció portadora caracterizada por ranchos de ganado, plantaciones de tabaco
estimulo oficial a los caficultores de la región. y quina, algodón, cacao y azúcar. Esta primera intentona de exportación
Lo anterior lleva a dilucidar que es definitiva- empezaría a decaer hacia 1860, no sin antes haber creado un flujo de ca-
mente con la instalación de estas haciendas pital, cosa que motivó la creación y mejoramiento de vías de acceso y
–cambio de la encomienda a la hacienda– así transporte, así como la primera ola de migrantes desde las pobladas re-
como gracias al manejo y cosechado del cultivo giones del oriente colombiano hacia las planicies tropicales del río Mag-
del café, a partir de la década de 1880, lo que dalena (Jiménez, 1983; 11-12).
Para 1870 estos emprendedores agrícolas se encontraron con el café,
29. Para una descripción geológica y geográfica del área se viendo en el cultivo de la rubiácea y su adaptabilidad a los terrenos mon-
puede consultar la obra de Alfred Hetnner, La Cordillera tañosos una posibilidad de generar ganancias en la exportación mucho
de Bogotá: Resultado de viajes y estudios. más altas que otro tipo de cultivos30. A pesar de algunos problemas para
obtener financiación y mano de obra, y considerando el errático mercado El lapso comprendido entre el final de la Gue-
global del momento, el grano encontró un lugar seguro en la agricultura rra de los Mil Días y la década de 1920 fue la era
de gran escala en las faldas occidentales de Viotá, llevando a considerar dorada del cultivo de la rubiácea en Viotá. El mu-
este municipio como uno de los lugares ideales para su producción. El nicipio había escapado a la mayoría del caos y la
precio de la tierra allí se mantuvo relativamente estable y no muy eleva- destrucción material de la guerra civil de cambio
do31. Además, las condiciones para su cultivo eran excelentes en el valle de siglo gracias a la ocupación que algunos primi-
de Calandaima gracias a sus suelos fértiles y apropiados, de temperatura genios grupos guerrilleros de ese entonces habían
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

ideal y fuentes de agua que permitían el adecuado drenaje de la tierra y la hecho en el territorio durante gran parte del con-
energía para el uso de maquinaria de producción; así mismo Viotá estaba flicto. En efecto, poco después del cese de hostili-
apenas a días de camino en mula del puerto de Girardot, que le conectaba dades, el gobernador de Cundinamarca describía
a distintos mercados (Jiménez, 1983; 12). a Viotá como el más industrioso y productivo de
En 1878 Carlos Abondano, después de fallar en varias empresas de ex- los municipios de la provincia del Tequendama.
portación, decidió modernizar la antigua estancia colonial Neptuno, ubicada Eliseo Medina reportaba al presidente que Viotá
en la zona norte de Viotá32, sembrando café allí y prediciendo que el muni- tenía la segunda población más alta de la región,
cipio en un tiempo, se convertiría en un gran productor de café33. En las dos unos 6557 habitantes y que producía el 43% de la
décadas siguientes la hacienda de Abondano, que tenía una enorme herencia producción de la provincia, dividiéndose en un
colonial fue modificada y sus usos se orientaron exclusivamente al cultivo de 36,6 % de maíz, un 17,4% de ganado y 12,9% de
plantas de café, cosa que duraría hasta mitades del siglo XX. Para 1900 Viotá azúcar (Arboleda, 1905; 65). El café reinaba su-
ya contaba con un gran renombre por sus valiosas plantaciones de café (Ji- premo por encima de estos otros productos, pues
ménez, 1983; 12) casi todas propiedades de hombres de pensamiento pro- observaba su cultivo en el 55,5% de la tierra de la
gresista, que debían sus fortunas al trabajo anual del cultivo cafetero (Pérez, región del Tequendama. Las haciendas dedicadas
1903; 142). a su producción generaban 1’875.000 kilos de café
en 1905, un total de 37,7% de todo el café que se
30. Esta sería una de las razones principales que tuvieron los principales empresarios y sembraba en la totalidad del suroccidente cundi-
agricultores de la zona para cambiar sus cultivos por café. namarqués (Jiménez, 1983; 13).
31. A principios de 1870 una hectárea de tierra en la zona central del Tequendama costaba En la década y media que siguió Viotá retuvo
unos $8,40 pesos; hacia finales de esa misma década con la conformación de grandes ha- su posición como el mayor municipio productor
ciendas en la zona los precios subieron casi en un 100%, alcanzando los $17,37 pesos por de café en los estados centrales colombianos, su
hectárea. A pesar de ello, durante las dos décadas que le siguieron el precio se elevó apenas empuje económico se vio reflejado al convertirse
en un 80% llegando a valer $31,40 pesos la hectárea en 1891 (Palacios, 2009; 35-37). en el quinto productor económico de la región
cundinamarquesa, una producción avaluada en viotunas, entre ellas, la hacienda La Magdalena de
ese entonces en 1’115.270 pesos entre siete muni- Ortiz Williamson había recibido las mejores cali-
cipios productores del departamento en 1912. Su ficaciones (Revista Nacional de Agricultura, 1926;
importancia estos años se vio garantizada por su 391-395). El año siguiente, un compendio esta-
cercanía con el puerto de Girardot y los mercados dístico de la industria cafetera colombiana mos-
mundiales que este le abría gracias a su conexión tró que Viotá tenía el cuarto número más grande
vía férrea, el acceso a créditos locales y extran- de plantas de café en todo el país. Sus 4’967.500 [51]

jeros, así como el enorme flujo de migrantes que arbustos repartidos en unas treinta haciendas
servían como mano de obra en sus haciendas. representaban casi dos tercios de todas las matas
Durante este periodo los emprendedores de Viotá sembradas en la zona que estaba comprendida
emergieron (Jiménez, 1983; 14) como represen- entre San Antonio de Tena hasta Jerusalén, sobre
tantes de la modernización agrícola en Colombia. el río Magdalena (Monsalve, 1927; 414-426). El te-
A lo largo de la década de 1920, Viotá mante- rritorio cuidadosamente establecido en los Andes,
nía su posición como región productora de café. visitado por Fuhrmann y Mayor a principios del
Un censo agrícola realizado en 1923 reveló que el siglo XX, era celebrado ahora por Mario del Co-
54,5% de las matas de café sembradas en la región rral, anotando que la región de Viotá era uno de
del Tequendama se encontraban en este munici- los más ricos productores “de café, y el que poseía
pio, y que Viotá contenía el 25% de todas las ma- tal vez la mejor variedad de la planta en el depar-
tas (Jiménez, 1983; 14) sembradas en las regiones tamento” (Jiménez, 1983; 15). Este personaje era
de Sumapaz y Tequendama. Incluso observó que un importante empresario del café que recorrió la
el uso de tecnologías avanzadas para el procesa- región tomando nota de como las valiosas y muy
miento de la rubiácea era un común denominador bien manejadas haciendas de la zona, eran una
en el municipio, puesto que de las 25 máquinas belleza en el paisaje puesto que las plantaciones de
despulpadoras 17 eran eléctricas34. En septiem- café cubrían los valles y las gargantas, de un pai-
bre de 1926, cinco de las veinticinco empresas saje roto, de una región antes inhóspita (Jiménez,
productoras de café de calidad colombianas eran 1983; 16).

32. Carta de don Carlos Abondano, con fecha de febrero 13 de 1879 dirigida a Juan de Dios Carrasquilla. (Carrasquilla, 1878; 42).
33. Carta de don Carlos Abondano, con fecha de noviembre 12 de 1879 dirigida a Juan de Dios Carrasquilla. (Carrasquilla, 1878; 59).
34. Boletín de Estadística de Cundinamarca. (1924) Tomo II. p: 13-14.
Principales haciendas productoras de café en
Viotá, a principios del siglo XX y sus altura
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Alturas en las que se ubican las principales haciendas


productoras de café en el municipio de Viotá, en
Cundinamarca. Es notable como la instalación de
estas unidades productivas se realizó en lugares que
propiciarán el cultivo de la rubiacea a ciertas altitudes,
Elaboración por Julian Saldaña en laderas y con la intención de ser cultivos a la sombra.
1.5 Caminos y carreteras funcionó durante el periodo de Conquista y Colonia, sino que además
A la llegada de los conquistadores españoles, sería definitiva para el intercambio comercial y sociocultural que so-
la existencia de al menos tres provincias y caci- brevino posteriormente, así mismo fue base para la planeación y el
cazgos de los indígenas panches en el territorio desarrollo de las vías de comunicación que incluso al día de hoy se ob-
viotuno, nos permite suponer la preexistencia servan. Así mismo, en cuanto a los caminos, como la producción del
de algunos caminos indígenas, sobre los cua- café se disponía para el comercio, aparecería un nuevo modificador
les, con ligeras desviaciones en su trazado, si- del paisaje, a parte de las redes de comunicación, las mulas, pues para [53]

guieron transitando los posteriores pobladores mantener las arrias de estos animales se necesitaba el establecimiento
de la zona. En ellos se debieron observar algu- de pastos africanos, ojalá de corte, así como algo de caña de azúcar
nas rectificaciones, aplanamientos, ubicación y y un trapiche manual para preparar la melaza, por lo que los pastos
remplazo de losas de piedra, ampliaciones, pa- nativos de la región fueron cambiando paulatinamente, y los sembra-
vimentaciones y extensiones (Acero, 2007; 124). díos en las haciendas hicieron también espacio para el cultivo de caña,
Esta red primigenia de caminos no solo como se ha mostrado anteriormente.

Estado actual del camino


real empedrado que
conduce a la hacienda San
Jorge. Fuente: Luis Miguel
Morales
Algunos de los caminos más reconocidos en la región eran:
Camino o ruta indígena Tocaima-Viotá-Fusagasugá: Esta comunicaba
originalmente las tierras de los panches, con los territorios de los muis-
cas y los sutagaos. Atravesaba el río Patí –río Bogotá–, en inmediacio-
nes de Portillo, de allí avanzaba hacia El Muelle, en la margen derecha de
quebrada La Cachimbula y seguía hasta La Horqueta, en terrenos de la
antigua hacienda Escocia, Capotes, Liberia, Pekín en el Alto de la Cruz,
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Cumaca, Tibacuy y Fusagasugá. Esta vía fue fundamental en el intercam-


bio comercial entre colectividades indígenas, especialmente entre los
panches y los muiscas de Tibacuy, su comercio se basaba en el trueque de
sal y mantas por oro, miel y algodón. La sal llegaba por la ruta que reco-
rría Bogotá-Pasca-Fusagasugá-Tibacuy (Acero, 2007; 124).

Camino real en cercanías


Carreteras de Viotá de Viotá, este seguía la
ruta Tocaima-Viotá-
Fusagasugá, por este tipo
de vías circulaban recuas
de mulas cargadas de café.
Fuente: Acero, 2007; 122

Principales carreteras
municipales y
departamentales que
atraviesan Viotá en la
Elaboración por Julian Saldaña actualidad.
Camino real Tocaima-Fusagasugá: El cami- se dirigían a las haciendas mencionadas des-
no real que comunicaba estas dos poblaciones de Bogotá hacían el siguiente recorrido: Desde
aprovecho en gran medida el trazado de la ruta Bogotá hasta Sibaté en tren, de allí hasta el Alto
indígena –hecha en tierra pisada– usada antes Mira, en la Cordillera del Subia hacían un re-
de la Conquista por los panches. Por esta ruta corrido en mula que duraba un día; desde di-
llegó a lomos de recuas de mulas gran parte del cho alto atravesaban el boquerón de Guachuní
progreso a Viotá y se abrió paso al comercio a hasta las haciendas de Glasgow y Argelia, en [55]

gran escala. La producción agrícola, represen- cercanías del centro poblado de San Gabriel,
tada por el maíz, la panela, zurrones y sacos de este último recorrido se hacía también en mula
cuero con melaza transitaba por este camino a y tomaba otro día de trayecto. Hacia 1909 los
la par de las máquinas para el beneficio del café hacendados de Viotá escribían una carta diri-
–importadas por los hacendados– que venían gida al Senado y el Congreso, donde solicitaban
desde El Portillo hasta Viotá. En el año de 1917 colaboración económica para la adecuación del
el presidente de la Nación, José Vicente Concha camino desde Sibaté hasta el boquerón de Gua-
estuvo en el municipio de Viotá, allí inauguró chuní, pues los propietarios de las haciendas
el empedrado de este camino, cosa que sería ya habían construido y adecuado ese camino
un factor decisivo en el desarrollo de la región. en el trayecto desde sus propiedades hasta el
Para ese entonces el camino tenía una faja de mencionado boquerón. En dicha carta anota-
losa de piedra de entre 1,50 y 2,0 metros, y un ban que la región de Viotá era esencial para la
ancho total de unos 20 metros, este camino se exportación de café en el país, y que si se reali-
iría reduciendo con el tiempo debido a la inva- zaban las adecuaciones en esta vía pasarían de
sión hecha por propietarios de algunas de las tomarse dos días en el transporte de las cargas
haciendas adyacentes al mismo (Acero, 2007; de grano a solamente ocho horas de Sibaté a
124-125). Viotá, lo que mejoraría el factor de transporte
Camino del boquerón de Guachuní o del Subia: de sus productos a otros destinos (Acero, 2007;
Esta ruta funcionó desde finales del siglo XIX 125-126).
y era la que permitía llegar desde la capital del El tren de Girardot y la estación de Portillo:
país hasta las haciendas cafeteras de Buena- En el año de 1885 entraría en servicio el tránsito
vista, Glasgow, Argelia y Argentina. Hacia los ferroviario de Girardot y de la estación de Por-
primeros años del siglo XX, en 1910, quienes tillo –denominada así en honor al encomende-
ro español Antonio Portillo–, esta estaba proyectada hasta la estación de
Juntas de Apulo. Gracias a esta nueva modalidad de transporte, mucho
más eficiente y tecnificada, las haciendas cafeteras pudieron sacar más
fácilmente sus productos al puerto de Girardot, de donde se transporta-
ba en barcos de vapor que recorrían el río Magdalena hasta Barranquilla,
de allí tomaban rumbo hacia los mercados de Estados Unidos y Europa
a través del océano. El tren de Portillo llegaba todos los días a las siete de
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

la noche y salía once horas después, a las seis de la mañana hacia Girar-
dot. La apertura de algunas carreteras en la región, especialmente la de
Viotá-Tocaima, llevaría al desuso de este medio de transporte. En efecto,
la apertura de caminos de carretera, por cuenta de propietarios privados
y también entidades públicas se inició hacia 1930, con la intención del
comercio derivado de la explotación maderera y de azúcar, sirviendo en
menor medida para también transportar las cargas de café.

En el puerto de Girardot,
sobre el río Magdalena,
en barcos de vapor, como
se aprecia en la imagen
se embarcaba el café que
producían las haciendas
de Viotá. Fuente: Acero,
2007; 112.
Ruta de arriería de Viotá a Fusagasugá: Las re- Carretera de Viotá a la hacienda Florencia y El
cuas de mulas que emprendían el viaje desde el Palmar: A finales de la década de 1930 la ha-
municipio de Viotá hasta Fusagasugá salían al cienda Florencia llegó a un acuerdo con la em-
despuntar el alba, a eso de las cinco de la ma- presa maderera Matallana Hermanos, con sede
ñana y tomaban la ruta del camino real, por el en Soacha, para permitirles la explotación del
puente de la quebrada de San Juana. Pasaban área de bosques que serían actualmente las ve-
posteriormente por el sector de Balcones y lle- redas de Alto y Bajo Palmar. A cambio de esta [57]

gaban al Cape, para continuar por predios de explotación la empresa construiría una vía ca-
las haciendas Liberia, Palestina y Pekín. Lue- rreteable en la hacienda y sembraría pastos en
go de llegar al Alto de la Cruz se dirigían hacia las áreas taladas. Hacia 1939 se construiría una
Ventorrillo, delante de Cumaca desde donde especie de trocha ancha que saliendo del casco
seguían por Tibacuy hasta llegar a Corredor urbano pasaba por las instalaciones del benefi-
Ancho, cerca de Fusagasugá donde había ser- ciadero de Florencia, de allí continuaba por el
vicios de estadía y corrales para animales. Este sector de los Mandarinos y subiendo por Bajo
trayecto duraba unas doce horas. La estancia Palmar ascendía para terminar su recorrido en
en Fusagasugá servía además para recoger ele- la base de la Cordillera del Subia.
mentos como papa y cerveza que volvían a ser
llevados hacia Viotá.
Carretera Viotá-Bogotá: La comunicación por Carretera Viotá-Fusagasugá: Construida ha-
carretera entre Viotá y los municipios aledaños cia el año de 1957 fue llamada en sus orígenes
con la capital colombiana sería un proceso len- como Carretera de la Invasión, puesto que la
to que tomaría varios años. La construcción de hacienda Florencia, por esos años había despe-
la vía para llegar a Bogotá desde Viotá se exten- dido a una gran parte de sus trabajadores, es-
dió durante ocho años. Desde 1937 la sección tos junto a otros campesinos invadieron parte
entre la capital colombiana y el municipio del de sus predios. Para dar solución a este impase
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

El Colegio ya existía, y en los años 1941 y 1942 se el gobernador de Cundinamarca entró en diá-
construyó el tramo El Colegio-El Triunfo, tam- logos con el líder agrario Víctor Julio Merchán
bién ese último año se inauguró parcialmente quien propuso que el departamento aprobara
el trayecto entre El Triunfo-Viotá, a pesar de la construcción de una carretera entre Viotá y
que faltaban los puentes. La carretera, aunque Fusagasugá y empleara en su obra a los cam-
destapada estuvo en pleno servicio en 1945. pesinos desempleados que terminarían la inva-
Carretera Tocaima-Viotá: El artículo El cami- sión de la hacienda Florencia. Esto sucedió en
no de Viotá a Portillo, publicado por la Revista efecto, la carretera fue construida y los campe-
Nacional de Agricultura en el mes de febrero de sinos abandonaron los terrenos apropiados de
1909 observaba que: mala manera.
Sendero ambiental y ecológico Mogambo:
Por esta vía transita todo el cargamento de café de las
Es una iniciativa realizada por Enrique Ace-
regiones de Viotá, Fusagasugá, Cumaca entre otras y gran
ro, quien junto a su esposa decidieron crear
cantidad de víveres; la aduanilla de Portillo tiene que producir
un recorrido en su finca en Viotá que permite
necesariamente sumas de mucha consideración. A pesar de
conocer la riqueza natural de esta región. La
todo, es la vía más descuidada (…) el camino de Viotá a Portillo es
elaboración de este recorrido le llevó a Acero
una de las vías por donde transita la mayor cantidad de cargas
unos diez años, en estos recopilo 1800 clases de
de café del país (Revista Nacional de Agricultura, 1909).
árboles y plantas35 que se encuentran en este
En esta época el camino era adecuado para camino, en donde además se pueden obser-
mulas, poco menos de cuarenta años después, var especies de la fauna local como armadillos,
en 1946, entraría a funcionar como carretera, búhos y ardillas (Suárez, 2008), así mismo, se
el tráfico siguió siendo bastante grande, pues hace un acercamiento a los mitos de la región,
todo se transportaba por allí (Acero, 2007; 130). por lo que se constituye como una de las prime-
ras iniciativas en reconocer la riqueza inmaterial, sumada a la ambiental
que existe en torno a las haciendas cafeteras viotunas. Representa una
gran oportunidad para generar sentido de pertenencia en la comunidad
y dar a conocer las diferentes oportunidades con las que cuentan para
formar empresa (Sandoval, 2016; 74) y a la vez posicionar el municipio.
Es una iniciativa clave para el entendimiento del paisaje cultural viotuno,
pues resalta las manifestaciones culturales inmateriales, así como el pa- [59]

trimonio natural que existe en la región, sin dejar de lado que surge de los
mismos habitantes del territorio, logrando así un reconocimiento desde
los mismos portadores y participantes de los elementos patrimoniales.
En la actualidad la malla vial del municipio de Viotá es una de las más
largas del departamento cundinamarqués, cuenta con 208 kilómetros de
extensión, que abarca la mayoría de su sistema montañoso y casi la to-
talidad de sus veredas. La vía principal comunica la cabecera municipal
con la ciudad de Bogotá, desde esta por la ruta Soacha-Salto del Tequen-
dama-El Pin-El Colegio-Viotá tiene 86 kilómetros y llega hasta Tocaima,
la vía está en concesión y se encuentra bien mantenida. La segunda vía
más importante es la que conduce desde Viotá hasta Tibacuy, le sigue
en importancia la que va del municipio a la inspección de San Gabriel,
en donde continua a La Victoria, El Colegio y de allí puede seguir hasta
Bogotá. Por último otra vía importante es la que lleva de Viotá hasta el
vecino municipio de Apulo. Las carreteras para llegar hacia las veredas, y
por tanto, a muchas de las haciendas cafeteras de la región en su mayoría
están destapadas pero son transitables.

35. Todas estas provenientes de varias regiones y pisos climáticos de Colombia, organizadas
en distintos usos como plantas colorantes, medicinales, lúdicas, maderables, envoltura de
alimentos, insecticidas, nueces, ornamentales, jabones, ceras, históricas, esencias, mate-
riales de construcción, frutales silvestres y artesanales.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Cambios en el paisaje

El tratamiento del paisaje como un proceso en donde tanto las


relaciones sociales como el mundo natural en el que suceden
cristalizan en la generación de espacios vividos y territorios que se
regulan ha democratizado y llevado a la escena política algo que de
otra manera solo sería un acercamiento a lo natural, a la descripción
de morfologías culturales y físicas. De esta manera se ha introducido
en los estudios del paisaje cuestiones tan importantes en la formación
de identidades como los imaginarios, las representaciones en incluso
el conflicto (Cosgrove, 2002; 78).
Los paisajes no son estáticos, el discurrir del tiempo y de los procesos –de
todo tipo– que en el territorio se dan, llevaran a cambios en la concep-
ción física y simbólica de los mismos. Esto nos permitiría entender en-
tonces al paisaje, en su configuración formal, como la huella del paso de
la sociedad por la naturaleza, caracterización no tan lejana a lo esbozado
hasta este momento en este escrito. Dicha huella además imprimiría su
carácter en el territorio, llevando a la consideración del surgimiento de [61]

un palimpsesto paisajístico, una idea ya referida y criticada con anterio-


ridad por el arqueólogo francés Philipe Leveau que prefería la metáfora
de piel viva (2000, 581-582) anotada primeramente por Fernand Brau-
del, y en quien se apoyó para afirmar que el paisaje sería para la tierra
como la piel para nuestro cuerpo, ya que esta última está condenada a
mostrar nuestras viejas heridas o a lucir nuestros tatuajes; en tanto el
paisaje es una superficie –de la tierra– sobre la cual las sociedades escri-
ben una historia compleja, que se materializa en un sinnúmero de pro-
cesos y coyunturas, que le dan vida y dinamismo, tanto a la cultura que
los protagoniza como al lugar en donde suceden.
El caso de Viotá no está exento de dichas coyunturas, la caída del
mercado cafetero, las convulsiones en los planos político y social, así
como las parcelaciones de terrenos llevarán a observar una serie de cam-
bios en el paisaje rural acá estudiado que se deben anotar con la intención
de detallar la evolución de la región, pues el paisaje cultural y las hacien-
das allí instaladas no estarán desligadas de estos procesos.

2.1 Auge y caída del comercio de la rubiácea en la región


La producción a larga escala del café emergió en Colombia, como se
ha mostrado hasta el momento, bajo algunas dificultades económicas. A
pesar de los grandes ingresos que esta traía, el mercado internacional de
la rubiácea era bastante errático. En 1908 Mario del Corral, quien antes
pregonara las ventajas del cultivo del café anotaba de manera descon-
certada que en el municipio de Viotá, en el her- mercado internacional era inseguro, más errá-
moso valle de Calandaima algunas bellas plan- tico de lo que habían pensado los caficultores
taciones cafeteras habían sido abandonadas en un principio, después de la Guerra de los Mil
por sus dueños, trabajadores y “por la sociedad Días la exportación era relativamente estable
en general, se lamentaba diciendo que la ma- pero lenta, debido a la saturación del mercado
quinaria usada para procesar el café ya no hacía del Atlántico Norte por parte del café produ-
temblar la tierra de la región, y el sonido de las cido en el Brasil. Entre 1905 y 1909 el valor de
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

herraduras no se escuchaba en el municipio, exportación de los Andes colombianos creció


donde reinaba un majestuoso silencio” (Revis- en un 3,9% (Jiménez, 1983; 17) y su cultivo au-
ta Nacional de Agricultura, 1908; 532-533). mentó alrededor de un 40%.
Se debe considerar que en ese momento los Después de la Primera Guerra Mundial
caficultores ubicados en las faldas occidentales el mercado del café colombiano encontró un
de la región tenían sería s preocupaciones sobre buen nicho de demanda en el mercado nortea-
su economía y la viabilidad del café como fuen- mericano gracias a la inflación global que llevó
te primaria de ingresos. A pesar de las conside- a un aumento del precio del producto que se
Tabla de exportadores de
las haciendas de Viotá en rables ventajas del cultivo y procesamiento de generaba en los países tropicales en un 37,9%
el año de 1927. Fuente: esta planta a gran escala, los empresarios en- (Jiménez, 1983; 18). En el clímax de la Gran De-
Elaboración propia en
base a Monsalve, 1927;
frentaban varios dilemas desde ya hacía varios presión de 1929, Alfredo Cortázar Toledano di-
649-654. años. Entre estos el más importante era que el rigente de la recién creada Federación Nacional
de Cafeteros, insistía que “la industria del café
colombiano no era tratada sería mente. Con un
pequeño esfuerzo por parte de los cultivadores
y cuidado en los procesos para asegurar la ca-
lidad se podría superar al Brasil como expor-
tador de la mejor calidad de café” (Cortázar,
1929; 357).
A pesar de lo anterior, y de que el café co-
lombiano mantenía una relativa estabilidad en
el plano exportador, la sobreproducción de la
planta en Brasil y el ingreso a los mercados ca-
feteros de países africanos y asiáticos llevó a una lo largo de la región del Tequendama, Girardot
enorme competencia mercantil que impactó y Bogotá (Jiménez, 1983; 20-21). Este proble-
fuertemente a los productores de las hacien- ma hacía que a pesar de que fuera un periodo
das cafeteras del Sumapaz y del Tequendama, en donde la producción cafetera viotuna podía
por tanto a los que se ubicaban en el corredor generar ganancias, incluso en el mercado de la
cafetero de Viotá (Jiménez, 1983; 19-20). Esto zona occidental colombiana enormes cantida-
llevó a que para ese momento los hacendados des de semillas quedaban varadas en las bode- [63]

viotunos dejaran de exportar directamente a gas y el puerto de Girardot. Finalmente, otro


usar intermediarios como firmas mercantiles y de los problemas que afrontaban los caficulto-
bancos en el extranjero. res era el del costoso rubro orientado hacia la
Esta intensa competición a la que se vie- mano de obra para la explotación de la rubiá-
ron sometidos los caficultores de las haciendas cea, esta se mantuvo relativamente alta duran-
viotunos además observaba el problema de los te las primeras décadas del siglo XX. El costo
altos costos del transporte del producto des- de producción en Viotá era de 6,5 centavos
de la región central colombiana. Mientras una por libra de café, cosa que contrastaba con los
enorme cantidad de proyectos de transporte apenas 4,7 centavos en el resto del mundo, así
habían sido iniciados en la parte occidental del mismo a pesar de contar con un 60% menos de
país durante la década de 1920 conectando las trabajadores que el resto de los países produc-
plantaciones de esos lugares con los puertos del tores, los sueldos de estos eran 50% más altos
Pacífico y la ruta fluvial del Magdalena, el va- (Liévano, 1906; 59-61).
lle de la región suroccidental de Cundinamar- Dadas las anteriores circunstancias los
ca seguía relativamente aislado y la llegada de propietarios de las grandes haciendas en Vio-
sus productos hasta los puertos costeros podía tá se vieron en la necesidad de adquirir crédi-
demorarse hasta cuatro o cinco meses, costan- tos. En el último cuarto del siglo XIX el capital
do alrededor de los $60 pesos el transporte de base de estas empresas había sido obtenido de
una tonelada (Bell, 1921; 245). Este problema una combinación de ahorros locales, inversio-
se debía en gran medida a los altos costos del nes foráneas a través de casas de comisión y las
transporte de cargas y al inadecuado sistema políticas económicas de los gobiernos conser-
de carreteras –casi inexistente– que conectara vadores del momento (Jiménez, 1983; 22). Las
las haciendas con las vías férreas que existían a condiciones financieras vendrían finalmente a
mejorar medianamente gracias a la denomina- Florida tenía arreglos económicos con la rama
da Danza de los Millones –la indemnización por colombiana del Banco Mercantil de las Améri-
la pérdida de Panamá– unos 25 millones de dó- cas; otras grandes haciendas como California,
lares recibidos por parte de los Estados Unidos Argentina y Buenavista, vendían sus productos
que permitieron la creación de una institución con la mediación del Banco de Colombia (Jimé-
bancaria central y la emisión de créditos para nez, 1983; 25).
las empresas agrícolas colombianas (Jiménez, Otro problema que se aunaba a los ante-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

1983; 23). riores era el de la poca mano de obra existente


Bajo estas condiciones es entendible como en el municipio, el Banco Central de Colombia
los hacendados cafeteros de Viotá empezaron observaba dicha situación y anotaba que en la
a buscar líneas crediticias en el sector públi- región “el cultivo de café es abundante, pero
co, pero especialmente en el privado. Ejemplo hay miedo porque faltan manos para cose-
de ello sería la hacienda Java, cuyos propie- charlo” (Jiménez, 1983; 26). Este problema re-
tarios pidieron un préstamo de $15000 pesos sidía parcialmente en que el crecimiento de la
dos veces al Banco Agrícola Hipotecario, entre población en la región no era suficientemente
1927 y 1928. Así, a mediados de la década de alto para satisfacer las necesidades en continua
1920 numerosos caficultores de Viotá estaban expansión de las haciendas y cultivos de las fal-
cultivando gracias a los préstamos bancarios. das occidentales cundinamarquesas, al menos
La familia Afanador, dueña de la hacienda La en las primeras tres décadas del siglo XX. Esta

Fuente: Censo
Cafetero, 1932
situación mejoraría entre 1909 y 1914, gracias terrenos a la diversificación de actividades pro-
al incremento poblacional posterior a la Guerra ductivas , así mismo empezaron a construir en
de los Mil Días (Bejarano, 1975; 40), un factor sus plantaciones edificios que servirían como
que se vería reducido hacia las décadas de 1920 lugares permanentes de vivienda y estadía de
y 1930, en estos mismo años el crecimiento de los arrendatarios y peones que trabajarían en
las obras publicas en todo el país absorbía la las haciendas, como casas auxiliares, barraco-
mayor parte de la mano de obra nacional, por nes y cuarteles para los trabajadores, algunos [65]

lo que el sector agrícola seguiría observando de los cuales permanecen al día de hoy como
una amplia escasez de trabajadores. evidencias de este momento específico.
Para solventar algunos de estos problemas
los hacendados de Viotá decidieron conceder
en arriendo algunas fanegadas de sus grandes
terrenos. Ya desde 1917 esta había sido una ob-
servación hecha por Ortiz Williamson, propie-
tario de La Magdalena, en una carta dirigida
al periódico colombiano El Tiempo, este em-
presario aseguraba que todos los caficultores
que desearan producir más que una moderada
ganancia en sus terrenos debería dedicar una
porción de los mismos al trabajo de los estan-
cieros, una especie de arrendatarios que tra-
bajarían la tierra por una módica suma, redu-
ciendo los costos de producción de los cultivos
–especialmente del café–, y sumando manos
capaces a otras áreas de trabajo mucho más
sencillas de explotar como el ganado, poniendo
así no todos los esfuerzos físicos y de capital en
un solo tipo de producto. Esta observación fue
Café y cacao sembrados de manera conjunta en los
escuchada por la gran mayoría de hacendados terrenos de la hacienda Atala hacia la década de 1920.
viotunos, quienes decidieron dedicar amplios Fuente: Acero, 2007; 88
Las ventajas del arriendo de tierras eran
evidentes para la mayoría de los hacendados
en Viotá ya para la décadas de 1920 y 1930. Para
esta época al menos una quinta parte de las ha-
ciendas viotunas estaban en manos de arren-
datarios o estancieros (Jiménez, 1983; 40). Mu-
chas de estas propiedades, que tenían las más
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altas tazas de producción de café en la región


dependían en gran medida de los contratos que
se hacían con este tipo de trabajadores, para la
producción de otros cultivos aparte del café.
En efecto, seis de las siete plantaciones más
grandes, que sumaban unas 28327 fanegadas
–un 74% de la tierra cultivada en el munici-
pio– tenían apenas entre 0.3 y 0.7 fanegadas de
plantas de café por cada una dedicada a otros
quehaceres por parte de los arrendatarios. Por
ejemplo, la hacienda Atala de Guillermo Sáenz,
de 2979 fanegadas, tenía una relación de 0.3 a 1;
Buenavista un 0.4 a 1; Florencia, Java y Arabia,
todas tenían una relación de cultivos de café de
0,7 por cada fanegada ofrecida a otras produc-
ciones (Jiménez, 1983; 41). Posteriormente, al-
gunas de estas ampliarían su relación hasta un
40% en torno al cultivo de la rubiácea.
[67]

Porcentajes de plantación de arbustos de café en las distintas haciendas de Viotá, Cundinamarca. La tabla evidencia el
total de árboles productivos de café en las haciendas en 1927, mostrando de este total la cantidad que fue sembrada en
ellas desde 1907. Fuente: Censo Cafetero, 1932
Tanto desde la teoría marxista tradicional, viotunos siguieran una idea irracional y retro-
como desde la neoclásica, el sistema de trabajo grada guiada por la mera lógica latifundista que
y explotación de la tierra en la región central co- minara sus empresas hacia una completa escala
lombiana, y por ende en las plantaciones cafete- comercial y exportadora. Al contrario parecie-
ras y haciendas de Viotá, sería considerada como ra que estos emprendedores lograron mantener
ineficiente e incluso incompatible con la agricul- la viabilidad de sus intentos a pesar de estar in-
tura capitalista avanzada. Bajos porcentajes de mersos en un ambiente, físico y económico que
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tierras dedicadas al cultivo del café, amplias zo- no siempre ofreciera las mejores posibilidades de
nas para otros productos agrícolas y ganadería, éxito o de maximización del uso de sus recursos.
así como la dependencia en la mano de obra –re- Por ello es posible identificar un modelo de ad-
munerada en poco capital y más en intercambio ministración y manejo que a pesar de ser relati-
de productos de subsistencia– mantenían esta vamente desorganizado lograba asegurar de al-
economía como un remanente del orden seño- guna manera una relativa estabilidad y por tanto
rial y terrateniente, un obstáculo para la moder- su continuidad (Cyert y March, 1963; 36-38).
nización de la ruralidad nacional (Wells, 1984; Esta estructura socioeconómica era la respuesta
26). Para muchos observadores y estudiosos de creativa y flexible de los caficultores viotunos a la
los problemas agrarios colombianos en la prime- situación en que habían emergido desde finales
ra mitad del siglo XX colombiano, las haciendas del siglo XIX las haciendas en la región y como
cafeteras –incluyendo las de Viotá– eran carac- estas operaron a lo largo de las primeras tres dé-
terizadas como instituciones arcaicas, anqui- cadas del siglo XX, antes de la Gran Depresión
losadas y al margen de la historia del desarrollo (Jiménez, 1983; 49).
regional. A pesar de ello la evidencia encontrada Bajo estas circunstancias los arrendatarios
con respecto a la respuesta de los empresarios y sirvientes de las haciendas lograron acceso a
del café, propietarios de estas haciendas y sus tierras, libertad de producción y comercio, así
inmuebles, pareciera mostrar lo contrario. como un escape de las obligaciones contractuales
Es claro que muchas de estas haciendas no de trabajo, factores que vendrían a jugar un rol
hacían el máximo uso de sus recursos en or- importantísimo hacia 1920 cuando la economía
den de alcanzar las más altas de producción de rural se estrechó y los mercados locales e inter-
su cultivo comercial principal, en este caso el nacionales se volvieron escenarios arriesgados de
café. Pero esto no significa que los caficultores inversión para los cultivos agrícolas a gran escala.
[69]

Fuente: Censo Cafetero, 1932


Los hacendados respondieron a esta situa- de operación algunas de las haciendas de la re-
ción de maneras complejas con la intención de gión (Jiménez, 1983; 52). Este escenario llevó a
minimizar la influencia que los arrendatarios que hacia la década de 1940 las haciendas cafe-
habían ganado. En primer lugar el registro de teras y la región en general se viera presionada
tierras de Viotá, en 1920 revela un incremen- por el Gobierno y la desconfianza inversora, lo
to en el cultivo del café en las tierras que po- que fragmentó la unidad económica viotuna y
seían los arrendatarios dentro de las haciendas. llevó a los hacendados a un estado de involu-
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Esto pareciera ser especialmente cierto en las ción en ese momento.


pequeñas plantaciones con menor número de Este periodo de la historia de Viotá debe
arrendatarios, pero incluso en las más grandes ser entendido no solo como como el desarrollo
como Florencia y Buenavista los hacendados de un arcaico proceso de producción agrícola,
empezaron a permitir la siembra del café a los marcado por la crisis económica mundial y las
estancieros, en tanto las grandes haciendas si- coyunturas políticas de la época, sino que debe
guieron controlando y limitando los esfuerzos ser abordado desde una lectura que tenga en
de estos trabajadores por cultivar la rubiácea cuenta los procesos socioeconómicos de lar-
(Jiménez, 1983; 51). ga duración en la región central de Colombia.
Dicha relación entre hacendados y arren- Esta visión nos llevaría entender dicho proceso
datarios no estaba exenta de roces. La posición como el tránsito de un sistema colonial de ex-
opresora, paternalista y casi feudal de los pri- plotación del territorio hacia una serie de ini-
meros, que a veces incluía incluso la violencia ciativas empresarias de visión exportadora, con
física (Jiménez, 1983; 52) llevó al surgimiento de base en unidades productivas que se enmarca-
grupos campesinos, representados en sindica- ron dentro de la Gran Depresión, los conflictos
tos y agrupaciones políticas. Estos florecieron civiles colombianos –bélicos, agrarios y políti-
en el municipio que tradicionalmente era de fi- cos– y el cambio tecnológico de la agricultura.
liación liberal alejado tanto de las políticas con- Así, podríamos entender entonces la instala-
servadoras de los gobiernos de la época, como ción de las haciendas cafeteras en Viotá como
del influjo de la Iglesia Católica, de allí que Viotá un proceso de transición entre la instalación de
también se convirtiera en el eje articulador de un modelo latifundista de explotación de la tie-
los movimientos comunistas y guerrilleros de rra y sus frutos, hacia la evolución a una serie
la época, teniendo en ocasiones como centros de iniciativas agrícolas exportadoras que dis-
currirían entre coyunturas políticas, económi- que el departamento cundinamarqués gozara de una relativa tranquili-
cas y sociales –a nivel local y nacional–, y cuyas dad, el municipio viotuno no estaría exento de reclutamientos forzados,
huellas físicas en el territorio aún son legibles al así mismo los atropellos realizados por el ejército conservador llevó a que
observar el patrimonio que constituyen las ca- varios rebeldes liberales establecieran en las haciendas del municipio sus
sas de hacienda viotunas, los lugares centrales bases de operaciones, especialmente las ubicadas en los lugares más al-
en donde todos estos procesos se desarrollaron tos, escenarios idóneos para el escondite de pertrechos, víveres y mu-
por muchos años y que siguen teniendo un es- niciones, así como para realizar emboscadas (Piraquive y Chaves, 2016; [71]

pecial valor simbólico para los habitantes de 119).


este municipio. En el territorio de Viotá, específicamente en la hacienda La Florida
Lo anterior permitiría observar la adaptabi- se reunieron en 1901 las tropas de los generales liberales Cesáreo Pulido
lidad de esta arquitectura a las distintas condi- y Joaquín Buendía, de allí marcharon a tomar Cumaca el 11 de febrero
ciones de productividad del café, en tanto a su de ese año (Acero, 2007; 57). La sede del ejército liberal en la región al-
relación con el ambiente como con los cambios ternaba entre las haciendas La Florida, Ceylán y Los Olivos. También se
tecnológicos y la infraestructura instalada en libró la batalla del Alto de la Cruz, en los terrenos de la hacienda Pekín,
ellas, aunando además en este ámbito, a los cam- este evento es sumamente recordado por los habitantes de la región y
bios generacionales observados en el territorio. caló ampliamente en la memoria y la tradición de estos. En dicho en-
frentamiento murió el sacerdote Luis Javier España, un reconocido re-
2.2 Violencia y luchas sociales belde, muy querido por los campesinos y jornaleros de las haciendas que
El desarrollo agrícola evidenciado a lo largo se convirtió después de esto en un mártir, al día de hoy se le recuerda con
de la primera parte de este trabajo se vio inte- una copla que dice:
rrumpido someramente por la Guerra de los
Mil Días, acaecida a finales del siglo XIX y que
En el Alto de la Cruz
vería su final en los inicios de la centuria poste-
rior. Viotá no fue ajena a este conflicto civil que
de un balazo en el testuz
se extendió por todo el territorio nacional, en
efecto el municipio ya había sido protagonista
mataron al padre España
desde temprano en esta confrontación debido
a sus claras tendencias políticas que lo ligaban
y era un hijo de Jesús (Velandia, 2005; 205)
al liberalismo. Aunque algunos de los acuerdos
a los que llegaron políticos y militares lograron
En Viotá no hubo otras grandes batallas, La organización campesina es un factor
distintas a este enfrentamiento, pero sí algunas muy importante en la historia del municipio de
escaramuzas de menor envergadura, este ale- Viotá, pues este sector social fue testigo de mu-
jamiento de grandes eventos bélicos, aunado chos episodios de violencia. A finales de la pri-
a su relativo aislamiento geográfico, permiti- mera mitad del siglo XX se convirtió en uno de
ría que de alguna manera se lograra conservar los núcleos comunistas del país, lo que llevó a
la infraestructura que para esos años ya exis- sus pobladores a experimentar diversos proce-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

tía en las haciendas del municipio. Incluso, la sos de organización, como la formación de sin-
hacienda Liberia sería posteriormente el esce- dicatos, ligas campesinas y cooperativas agra-
nario en donde se firmaría uno de los tratados rias, conformados todos estos grupos, en su
de paz que traería la reconciliación al interior mayoría por los trabajadores de las haciendas
del país, el Tratado de Liberia, firmado el 27 de cafeteras de la zona. La presión ejercida por es-
agosto de 1902. tos derivaría en la repartición de “la propiedad
Más importante que la Guerra de los Mil de estos grandes terrenos, logrando descon-
Días, fue el proceso de las luchas agrarias por centrar la propiedad de la tierra en el munici-
la tenencia y acceso a las tierras que se vivió pio” (Guerrero, 2017; 10) y contribuyeron a la
en Viotá desde las primeras décadas del siglo transformación de las relaciones de poder, un
XX. Ya desde 1920 se formó en la región la Liga cambio en la estructura social, pero también en
Campesina José Hilario López, organización la ordenación y entendimiento del paisaje.
que en los años siguientes promovió la movili- Entre estos procesos debemos anotar al-
zación y protesta de arrendatarios, trabajado- gunos de los observados después de la creación
res agrícolas y colonos en una serie de levanta- del Partido Comunista, que se fundó a nivel na-
mientos rurales que sacudieron al país hasta la cional en julio de 1930, este sector político ha-
segunda mitad de esta centuria. En efecto, en ría presencia en el municipio tan solo un mes
el lapso de 1928 a 1931 ya cursaban en el Minis- después y sería liderado allí por Ignacio Florián
terio de Industria solicitudes de arrendatarios (Acero, 2007; 64). Hacia finales de la década de
para sembrar café en las tierras que tenían asig- 1940 el Partido Comunista había organizado ya
nadas, son reconocidos los casos de las hacien- un sindicato agrario formado por campesinos
das La Argentina, Arabia, Florencia y Palestina interesados en acceder a tierras propias. Ante
(Acero, 2007; 69). las constantes negativas de los grandes hacen-
dados y terratenientes del municipio a las so- presencia con la policía y allí se iniciaba algún
licitudes formales del campesinado empezaron tipo de negociación. El sindicato agrario se co-
a tomar fuerza las invasiones de terrenos pri- bijaba bajo la Ley 200 de 1936, que reconocía el
vados en las haciendas. Acero es específico en concepto de “parcela ya trabajada, parcela ya
observar cómo se desarrollaban estas invasio- establecida” (Acero, 2007; 70).
nes anotando que: Así, ante la invasión los hacendados se
…el sindicato agrario armaba grupos de veían en muchas ocasiones obligados a vender [73]

veinte a cuarenta aspirantes, se seleccionaba los títulos de las tierras, pues estas ya estaban
un área de una hacienda y furtivamente se ocupadas y produciendo. La fanegada invadi-
medían lotes de monte de dos a tres fanegadas da podía costar alrededor de $40 pesos, la mi-
cada uno. Las familias invasoras llegaban a tad de lo que costaba una carga de café seco en
trabajar en el lote entre las ocho de la noche esa época, esta compra se hacía a un plazo de
y las cuatro de la madrugada, alumbrándose diez años hacia 1940 y cambiaria con el tiem-
con lámparas de petróleo y mechas de po. Frente a estas divisiones de sus terrenos hay
franela, velas y linternas. El trabajo consistía que anotar que los hacendados conservaban la
en socolar o tumbar inicialmente el monte mayoría del mismo, así como la casa de hacien-
bajo y luego los arboles grandes; la gente da (Guerrero, 2017; 49) y entregarían pequeñas
decía que bramaba de noche el monte. porciones a los demandantes.
Troceaban los arboles e iniciaban la siembra De esta manera, paralelamente al auge y
de matas o colinos grandes de plátano, yuca, caída de la bonanza cafetera en Viotá, se asistió a
arracacha, frijol (…) guatila, cebolla larga, un álgido periodo de movilizaciones sociales que
entre otras, cilantro no porque se marchitaba se constituirían como una experiencia exitosa
rápido (Acero, 2007; 69-70). de reforma agraria a nivel nacional, reforzan-
Las familias campesinas procedían enton- do los ideales del derecho a la tierra y a la pro-
ces, de manera muy rápida a construir en el piedad (Piraquive y Chaves, 2016; 122). Dichas
lote invadido, un rancho de paredes de barro y movilizaciones campesinas, además llevaron al
techo de palma o de iraca, a manera de vivien- resquebrajamiento de las lógicas feudales a las
da improvisada. Normalmente, luego de estos cuales se hallaba ligada la mayoría de la mano de
procesos de invasión de terrenos, aunque no obra existente en la región, logrando un cambio
de manera inmediata, los hacendados hacían social, económico y territorial de enorme im-
pacto, pues Viotá ha sido siempre un escenario vas políticas laborales y de tenencia de tierras
histórico de la lucha campesina por la tierra. El harían mella en la administración del territorio
resultado de estas luchas generó, quizás como acá estudiado, alterando el modelo adminis-
en ningún otro lugar del país, una nueva con- trativo de las haciendas cafeteras, así mismo,
figuración territorial tras la repartición de las Viotá pasaría de ser referenciado solo en el sec-
haciendas cafeteras, situación que no puede ser tor agrícola y empezaría a jugar también un pa-
obviada por los procesos de ordenamiento en el pel destacado en lo político y lo social.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

presente (Guerrero, 2017; 52). Estas revolucio- La década de 1970, el establecimiento de las
nes, pacíficas en gran medida, se expresaron en guerrillas de ideología comunista en Colombia,
lecturas de convivencia entre los dos partidos como las FARC-EP, rompería con la relativa
políticos tradicionales colombianos y una ter- convivencia entre partidos políticos –mencio-
cera opción surgida en el seno de la ideología nada en un apartado anterior– y daría pie a una
comunista. La fuerte consolidación de esta úl- violencia inusitada en la región, donde la po-
tima en la región, llevaría de una u otra manera blación civil y el campesinado serían los secto-
a la posterior aparición de grupos armados gue- res más afectados, a esto además se le sumaba
rrilleros en la zona, como las FARC-EP, factor la debacle internacional de la exportación ca-
que llevaría a tener en el imaginario nacional a fetera en la región, pues se empezó a preferir el
Viotá como la cuna de procesos revolucionarios café de otros departamentos, menos alterados
de alcance mucho más contemporáneos. por la guerra interna, como Caldas, Risaralda
y Quindío. Esto, aunado al incipiente abando-
2.3 Contexto actual del paisaje rural en Viotá: no estatal en que la región se encontraba desde
Entre el olvido y la rehabilitación siempre terminó por arruinar en gran medida
La posesión de tierras por parte de los sec- el sector cafetero viotuno. Dicho abandono
tores más pobres de la ruralidad nacional ad- llevó a la aparición del Frente 42 de las FARC-
quirió una enorme importancia después de la EP, que hacia presencia en toda Cundinamarca
segunda mitad del siglo XX. Este proceso de desde 1990, este grupo mantenía una guerra
reforma agraria no sería ajeno para Viotá, pues sin cuartel con las AUC durante las postrime-
allí, como se ha mostrado las grandes exten- rías del siglo XX hasta principios del XXI36.
siones de tierra estaban en poder de un grupo No sería sino hasta el 2006, durante el se-
selecto de hacendados. La apertura y las nue- gundo mandato presidencial de Álvaro Uribe
Vélez37, que la región sería realmente pacifica- Siguiendo esta idea, en el año 2013, la Go-
da y Viotá podría volver a retomar en gran par- bernación de Cundinamarca, acompañada por
te sus antiguas actividades agrícolas. Gracias a la Universidad Piloto de Colombia, desde su
lo anterior, es a partir del 2007 que en la región Dirección de Investigaciones, inició una serie
se ha iniciado un complejo proceso de recons- de proyectos con miras a la recomposición y
trucción del tejido social entre las distintas ge- rehabilitación, tanto económica como social,
neraciones de personas, muchas de ellas des- del municipio. A través de esquemas asociati- [75]

plazadas38, que atravesaron por los periodos de vos de la comunidad se propuso un programa
violencia que se vivieron en la región. Se puede piloto de innovación turística y empresarial;
observar en esta coyuntura la renovada aten- políticas de agricultura limpia; así como for-
ción estatal que se le ha dado a Viotá, que em- mación de capacidades productivas para los
pezó a ser considerado como uno de los prin- agricultores de café, mango, cacao, aguacate y
cipales municipios cundinamarqueses para el cítricos del municipio que servirían como he-
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo rramienta de empleabilidad y generación de
del Milenio –ODM– de la Organización de las ingresos autónomos, promoviendo la creación
Naciones Unidas, llevándolo incluso a encum- de un valor compartido social y competitivo
brarse como el primero de muchos Laborato- que orbitaria en torno a la relación existente
rios de Paz. La inversión en mejoras públicas entre el mercado, la identidad, la cultura, el
que se han observado en la región han llevado
a superar relativamente muchos de los pro- 36. Las Autodefensas Campesinas del Casanare, hacían parte de las AUC y concentraron su
blemas estructurales que generó la violencia actividad contrainsurgente en contra de las guerrillas comunistas en la zona entre los años
armada allí en las últimas décadas, permitien- 2003 y 2005.
do una reactivación del crecimiento económi- 37. Durante este periodo de gobierno, la denominada Seguridad Democrática, política in-
co en toda la región (Cepeda, 2018; 24). Dicha signia del gobierno de Uribe Vélez designó a la XIII Brigada del Ejército Nacional, junto a las
reactivación ha sido posible en gran medida Fuerzas de Despliegue Rápido –FUDRA– para liderar las operaciones militares Libertad I y
gracias a la rehabilitación de las unidades ha- Libertad II, que llevaron a romper el cerco de las FARC-EP en Cundinamarca y las cercanías
cendísticas como medios de producción agrí- de Bogotá.
cola, pero también como ejes articuladores del 38. Estos procesos de desplazamiento forzado por la violencia, se dieron en Viotá desde
turismo en la zona (Castellanos, 2012; Blanco, mediados del siglo XX, pero especialmente se acrecentaron hacia el año 2003 (Martínez,
2017; Piraquive y Chaves, 2016). 2016; 101-102).
patrimonio y el turismo (Tribín y Almanza, 2014; Martínez, 2016). Dicho
proyecto que avanzó en torno a los temas ya mencionados, arrojó como
resultado la capacitación de habitantes de la región para la innovación
productiva empresarial, la visión estratégica ambiental y el desarrollo de
estos a través de la identidad el patrimonio y la cultura. De manera espe-
cial se concientizó a la población sobre la necesidad de generar proyectos
de desarrollo empresarial y turístico, identificando como eje central de
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

esto los elementos de valor patrimonial del municipio, representados en


los petroglifos de origen panche y muisca, los caminos reales, doce ha-
ciendas cafeteras con valores patrimoniales arquitectónicos y un sende-
ro ambiental (Sánchez, Cepeda y Sánchez, 2017; 133-134).
En el 2015 el proyecto continuaría y lograría un diagnóstico sobre
el turismo en Viotá, identificando 33 atractivos turísticos del munici-
pio entre los cuales se incluían algunos de los inmuebles presentes en las
haciendas cafeteras39, así mismo entraría a complementar y asesorar el
Plan de Desarrollo de Viotá 2016-2020 que pretende convertir a Viotá
en territorio incluyente y de paz, creando además una marca municipio
que permita desarrollar el turismo gracias a las riquezas patrimoniales40,
naturales y agrícolas que en él existen como un derrotero a seguir hacia

39. Los bienes de interés culturales del orden inmueble, son parte del turismo porque ge-
neran experiencias en los turistas y visitantes que llegan a la región. De acuerdo con la ex-
periencia en trabajo de campo, el patrimonio cultural existente está deteriorado y en total
abandono porque los propietarios no tienen los recursos para conservarlo, las vías que los
conectan se encuentran en mal estado, no hay señalización y el costo de viaje es alto (Mar-
tínez, 2016; 99).
40. Dichas riquezas surgirían de reconocer a Viotá como un atractivo regional que enal-
tece su historia, identidad, patrimonio y agricultura, desde el diseño de una estrategia de
mercadeo que visibilice al municipio, en torno a la paz y a la valoración de su paisaje rural
y natural (Plan de Desarrollo de Viotá 2016-2020, 2016; 13).
el desarrollo y el progreso (Plan de Desarrollo de Viotá 2016-2020, 2016;
2 y 172).
Este Plan de Desarrollo de Viotá enfocó sus iniciativas en torno al
paisaje rural y el patrimonio del municipio por medio de tres artículos
específicos. El primero de ellos se denominó como Excelencia del terri-
torio viotuno, imagen e identidad, en este se planteó la formulación de
un programa para el desarrollo del turismo y el patrimonio inmaterial y [77]

material de Viotá, en conjunto con los sectores económicos. Dicho pro-


grama no existía hasta el momento pues no existía voluntad política para
la elaboración del mismo (Plan de Desarrollo de Viotá 2016-2020, 2016; 2
y 173). El segundo artículo fue el de Corresponsabilidad en la prestación
de servicios de calidad para el turismo que planteó la capacitación de
todos los productores y comerciantes en buenas conductas, así como la
creación de un manual de cultura para el desarrollo del mercadeo terri-
torial a través del turismo y el patrimonio, un proceso que no había sido
promovido por falta de planeación en torno a la concepción del muni-
cipio como un centro turístico gracias a sus valores patrimoniales (Plan
de Desarrollo de Viotá 2016-2020, 2016; 2 y 177). El tercer artículo, y tal
vez el más centrado en el tema patrimonial se tituló como Atractivos
viotunos: Paisaje, turismo y patrimonio, con este se planeaba fomen-
tar el desarrollo económico del municipio a través de la identificación e
implementación de atractivos turísticos naturales y patrimoniales. Para
ello se propuso el levantamiento de un inventario de atractivos turísticos
ligados al paisaje, el turismo y el patrimonio, pues estos eran desconoci-
dos, tanto para la comunidad nativa como para los visitantes, ya que no
se mostraban o difundían (Plan de Desarrollo de Viotá 2016-2020, 2016;
178). Para este último proyecto en 2016 se destinaron $37’692.000 de pe-
sos y se planea una inversión hasta el 2020 de $75’384.000 de pesos en
total (Plan de Desarrollo de Viotá 2016-2020, 2016; 195). Estos progra-
mas serían prueba evidente de como el acervo patrimonial viotuno es un
factor clave para la administración municipal y nacional, pues el reco-
nocimiento de “las microculturas, arraigos, usos y costumbres sociales;
la conservación, recuperación y protección del patrimonio arqueológico
y arquitectónico, así como el fortalecimiento del turismo” (Guerrero,
2017; 60) serán uno de los motores principales que llevará a la reactiva-
ción económica de Viotá, así como un factor fundamental en la recom-
posición del tejido social de la zona.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Para concluir este apartado podríamos decir que el paisaje cultural


cafetero de la región, que había venido configurándose, evolucionando y
mutando, desde finales del siglo XIX, pero que había sufrido un retroce-
so –o pausa– a mediados del siglo XX, entraría en una etapa de rehabili-
tación. Las invasiones por parte de campesinos a las haciendas y las par-
celaciones de estas, también influyeron en la configuración territorial de
Viotá, y por ende en la ordenación de su territorio y paisaje, ya no como
grandes terrenos de producción regentada por un propietario, sino por
muchos. Esto se constituye como un factor importante en el imaginario
viotuno, pues fue uno de los primeros logros de acceso y democratiza-
ción de la tierra por parte de los desposeídos en el país, algo que pervi-
ve en la identidad de sus habitantes, haciendo parte de su memoria, y
que nos permite abordar el tema del paisaje viotuno también como una
construcción social y cultural, pues este es el resultado de una serie de
luchas, pujas y decisiones políticas y sociales (Nogué, 2007). El periodo
de violencia vivido en la región trajo cambios radicales en su paisaje, al-
gunos de los bienes inmuebles presentes en las haciendas de Viotá, que-
daron en estado ruinoso, otras cambiaron sus modelos de producción
cafetera o incluso se enfocaron en el cultivo de otros productos agrícolas.
De manera contrastante, la violencia, en un modo peculiar, permitió la
conservación de algunas de las casas de hacienda en su estado original,
pues al ser usadas como cuarteles no sufrieron modificaciones drásticas
en su materialidad, este mismo factor contribuyó a la preservación del
ambiente natural y ecológico de la región, que permaneció sin ser explo-
tado mucho tiempo, permitiendo la conservación de un enorme patri-
monio natural que al día de hoy no resiente el paso del hombre.
Finalmente, no cabe duda de que fue este periodo de violencia lo que
más cambios ocasionó al paisaje viotuno, si bien en su dimensión físi- [79]

ca, pero especialmente en su dimensión social. Entendiendo los paisajes


culturales, también desde su valoración social, como destaca Joan No-
gué, a partir del papel del actuar de una comunidad en la transformación
de los lugares, así como en la proyección cultural que hace la sociedad al
convertir el territorio en un bien simbólico (2007), asistiríamos entonces
en el caso de Viotá, a un caso de pérdida del sentido del lugar, a un no
reconocimiento del paisaje por parte de los individuos que le habitaban.
El desplazamiento forzado de un amplio sector de la comunidad viotuna
durante el periodo de violencia llevaría a que el territorio se convirtiera
en algo impersonal, irreconocible para quienes allí vivían. Esto no es otra
cosa que un grave conflicto territorial, a escala individual y colectiva,
pues el arraigo al territorio es una dimensión fundamental para el desa-
rrollo de una relación armónica entre el espacio vivido y los grupos hu-
manos (Relph, 1976), la pérdida del sentido de pertenencia empobrece la
sociabilidad. Este “conflicto territorial se traduce en un conflicto psico-
lógico y también social” (Nogué, 2014; 158) que modifica el paisaje, y por
tanto su identidad. Los retos que enfrenta Viotá, al día de hoy, radican en
que cuando hay una modificación o perdida de la identidad se abren dos
caminos en el tema del paisaje, su evolución o su destrucción, la distin-
ción entre estos es de fondo y se deben plantear soluciones que le lleven
a una recomposición exitosa, este estudio pretende hacer parte de ellas.
El paisaje Cultural de Viotá
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Si entendemos, como se ha querido obser-


var hasta acá, que la conformación histórica del
paisaje cultural de Viotá, no se puede desligar
del proceso por el cual en este se instalaron las
haciendas cafeteras como unidades socioeco-
nómicas que ayudaron a su configuración, de-
bemos tener claro que son los rasgos peculiares
de nuestra historia general los que establece-
rían indirectamente las diferencias, particula-
ridades y valores de las manifestaciones cultu-
rales tangibles e intangibles del municipio, con
respecto a otros casos.
Uno de los elementos más importantes a
destacar en la concepción del paisaje cultural
de Viotá, es el del patrimonio cultural inmue-
ble, debemos anotar acá de manera sencilla que
las casas de campo y por tanto las casas de ha-
cienda, como las que existen en el municipio,
se hacen “invariablemente a imagen y seme-
janza del grupo humano que las construye y las
utiliza, reflejando las virtudes y limitaciones individuales y colectivas”
[81]
(Téllez, 2006; 51). De acuerdo a esta idea, en Viotá, estas edificaciones
y los procesos económicos e históricos que se desarrollaron en torno a
ellas se convierten en un factor importantísimo a la hora de su definición
como bienes de interés cultural41, un pilar fundamental para entender
este paisaje cultural. Sus valores radican en que son la esencia de este
paisaje, que es vivo y cambiante: las diferentes técnicas constructivas y
usos de materiales en la edificación de las haciendas –la conjunción de
distintos tipos de bahareque, la tapia pisada y la estética de distintas ma-
deras, especialmente la guadua–, su ubicación en topografía de ladera,
así como el auge económico que propició el cultivo, beneficio, proce-
samiento y comercio del café, fueron coyunturas sociales y económicas
fundamentales en la región desde finales del siglo XIX que siguen pre-
sentes en el territorio, ligadas a una memoria histórica común del mismo
y que siguen como remanentes en la colectividad que habita el munici-
pio hoy en día, que las entiende como focos importantes para desarrollo
económico y social de la zona. Por supuesto, todas las manifestaciones
patrimoniales de la región, como su riqueza natural, arqueológica y de
tradiciones, hacen parte del paisaje cultural de Viotá y son pilares básicos
de su concepción.

41. El bien de interés cultural o BIC, es una categoría establecida por la Ley 397 de 1997,
que permite identificar los bienes del patrimonio cultural, ya sean muebles o inmuebles,
que por su valor excepcional requieren un tratamiento especial (Ministerio de Cultura,
2011; 19).
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Hacienda San Jorge.


Fuente: Linda Acosta

Este apartado pretende revisar como la configuración del paisaje


cultural viotuno no se puede desligar del ámbito histórico en que se de-
sarrolló, especialmente a partir de las haciendas. Partirá de la revisión
de algunos antecedentes sintéticos en donde el patrimonio material e
inmaterial, en otros lugares, ha servido como pilar básico de la concep-
ción de paisajes culturales, ya declarados como tal y avanzara sobre la
caracterización concreta de la casa de hacienda viotuna, desde la espe-
cificidad del patrimonio cultural inmueble, revisando su materialidad
y tipologías para después hacer un acercamiento más específico, hasta
donde sea posible. Finalmente se observarán las distintas manifesta-
ciones patrimoniales que complementan la idea del paisaje cultural de
Viotá, como su importancia arqueológica y natural, sin dejar de lado sus
tradiciones y costumbres.
3.1 El patrimonio cultural ligado cola en dicho territorio, cosa que resultó en la
a la industria cafetera creación de un paisaje cultural único, ejempli-
Las manifestaciones culturales, tanto ma- ficando una etapa significativa en el desarrollo
teriales como inmateriales, presentes en los de este sistema de agricultura. De manera ana-
contextos de la industria cafetera han sido lógica, la materialidad de estos inmuebles, sus
siempre un tema importante a la hora de hablar técnicas de construcción y su papel en los ám-
del patrimonio existente en distintas zonas del bitos económicos y sociales, no se desligaron a [83]

mundo que se dedicaron a esta empresa y, que la hora de su estudio, pues se consideró que en
al día de hoy reconocen en él, una importancia todas las haciendas cafetaleras de Santiago de
como factor fundamental en el desarrollo de un Cuba se “evidencia la notable armonía lograda
paisaje cultural que surge del sentir histórico y entre arquitectura y paisaje, reflejada a través
que influye en el futuro de las regiones. de la adaptación de los elementos construidos a
En Cuba, por ejemplo el desarrollo de di- la topografía y el aprovechamiento inteligente
versas producciones industriales durante el de los recursos naturales en las obras de fábri-
siglo XIX y la primera mitad del XX, generó la ca” (López, 2009; 178).
creación de una serie de bienes inmuebles en En Venezuela, específicamente en el mu-
donde sus técnicas y arquitectura sirven para nicipio de Córdoba, en el estado de Táchira, la
identificar y caracterizar regiones productivas industria cafetera también fue bastante impor-
(López, 2009; 172) la trascendencia de este pa- tante, las haciendas dedicadas a estas activida-
trimonio arquitectónico en el tiempo mereció des también fueron reconocidas desde su valo-
que se conservaran y estudiaran como parte ración patrimonial, puesto que la agroindustria
de la memoria histórica cultural de ese país, cafetalera condicionó el funcionamiento eco-
algo que al día de hoy se sigue realizando42 y nómico, político y social de este lugar durante al
que centra su atención en las antiguas casas de menos sesenta años, dando forma a una cultura
hacienda cafeteras y los modos de producción del café en él. Allí se observan un gran número
que se dieron en ellas. Los criterios que se usa- de haciendas cafeteras –algunas influenciadas
ron para justificar la inscripción de este patri-
monio en las listas de la UNESCO surgieron a 42. El Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones

partir de entenderlo como un testimonio único Cafetaleras en el Sudeste de Cuba fue inscrito en el año

y elocuente de una forma de explotación agrí- e000 en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
por las casas comerciales alemanas– cuya im- se observa la importancia de mantener y con-
plantación en el territorio sirvió además como servar este patrimonio inmueble, puesto que la
ordenador del mismo, especialmente al enten- arquitectura rural productiva como elemento
derlas desde su arquitectura como unidades de de interés cultural y material, ya sea en su for-
desarrollo económico y social (Pinzón, 2008; ma, función, concepto y tipología, son factores
147). Se valoraron en este caso las haciendas fundamentales para lograr la conexión con el
cafeteras desde una perspectiva cualitativa que pasado, gracias al significado social que cada
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

consideró su arquitectura –es decir su com- generación les otorga a estos edificios sin dejar
posición espacial, formal y tecnológica– como de lado su importancia en el futuro de la región
una correspondencia social entre el hombre (López, 2008; 153).
y lo rural, ya que las haciendas remplazaron a Los anteriores ejemplos muestran con cla-
los primigenios ranchos y fueron creciendo de ridad la importancia dada al patrimonio que se
acuerdo a las necesidades de sus habitantes y enmarca dentro de la industria cafetera y la va-
las facilidades de sus lugares de ubicación. Las loración que en otros contextos han tenido en
haciendas cafetaleras del Táchira, aunque ha- torno al tema de la conservación del patrimo-
yan perdido muchas de las funciones que algu- nio, especialmente del arquitectónico. Nuestro
na vez les dieron origen, hoy deben su supervi- país, no estaría muy alejado de estas nociones
vencia y su nuevo sentido de ser, a la necesidad de conservación patrimonial en las zonas cafe-
de revalorización que tiene el sector rural, a teras y prueba de ello es la declaratoria realiza-
fin de recobrar el significado como patrimonio da por la UNESCO del Paisaje Cultural Cafetero
industrial y natural (López, 2008; 150) que ha Colombiano43 el 25 de junio de 2011 en la Lista
perdido gracias a la modernidad. Al día de hoy, de Patrimonio Mundial. En dicha declaratoria,

43. El Paisaje Cultural Cafetero, en Colombia reúne zonas específicas de 47 municipios y 411 veredas repartidas en los departamentos de Quindío, Caldas,
Valle del Cauca y Risaralda, ubicados en las estribaciones central y occidental de la Cordillera de los Andes, donde se concentran miles de fincas con plan-
taciones de café, en donde generaciones de personas se han dedicado al cultivo de este grano.
44. En este atributo se destacan la predominancia del cultivo cafetero en la región, el cultivo de la rubiácea en laderas, la tradición histórica en la produc-
ción de café, los cultivos múltiples y las tecnológicas y formas sostenibles en la cadena productiva del café. Todas están también se observan en Viotá, por
lo que se pueden establecer analogías en la concepción de ambos paisajes.
45. El desarrollo de la arquitectura urbana, también se dio en lo rural, aunque los desarrollos rurales se observan en dos categorías: los de “la vivienda
tanto el patrimonio arquitectónico, como las didatura de este acervo patrimonial, el equipo
tecnologías y formas de producción del café44; que presentó el expediente para su inclusión
el patrimonio arqueológico, el patrimonio na- argumentó primeramente que desde la noción
tural y la tradición histórica en el cultivo del de paisajes culturales, este constituía un ejem-
café, fueron seis de los catorce valores excep- plo sobresaliente de hábitat o establecimiento
cionales y atributos universales que se le otor- humano tradicional o del uso de la tierra, re-
garon. A estos se les sumarían las tradiciones presentativo de una cultura, especialmente si [85]

gastronómicas, las artesanías, los personajes se ha vuelto vulnerable por efecto de cambios
tradicionales y las ferias y fiestas de los depar- irreversibles; además resaltó que también esta
tamentos que lo componen. directa y materialmente asociado con aconte-
Los valores de ser un café de montaña cul- cimientos, tradiciones vivas, ideas, creencias u
tivado en las laderas, la institucionalidad que se obras artísticas, arquitectónicas y literarias que
forjó en torno al cultivo, beneficio y comercia- tienen una importancia universal excepcional
lización del grano, así como las tecnologías y (Sarmiento, 2012; 13).
formas de producción del mismo, sumadas al De allí que especialmente las edificaciones
patrimonio arquitectónico de sus haciendas y se consideraran como importantes en la con-
centros urbanos45 –que eran parte importante cepción del Paisaje Cultural Cafetero, puesto
de los modos de vida de la colectividad humana que fue sobre la ondulante topografía de los
que habitaba en esa región–, son los aspectos departamentos de Caldas46, Risaralda, Valle del
que mejor reflejaban la singularidad y excep- Cauca y Quindío, donde se ubicaron casas de
cionalidad de este paisaje cultural. Estas ca- hacienda y pequeñas fincas dedicadas al cul-
racterísticas fueron las que justificaron la can- tivo del café, especialmente durante la colo-

campestre de grandes terrateniente de regiones vecinas que poseen sus fincas en la zona, y los de la arquitectura doméstica” (Muñoz, 2014; 63).
46. Específicamente en el departamento de Caldas, este proceso de reconocimiento de sus valores patrimoniales asociados al cultivo del café en la región,
data de 1995, cuando surgió la idea de solicitar la inscripción del Centro Histórico de Salamina, en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Este
proyecto se denominó como Paisaje Cultural Cafetero del Centro Occidente de Colombia y abarcó en un principio los territorios de los departamentos
de Antioquia, Caldas, Risaralda, Tolima, Quindío y el Valle del Cauca, hacia el 2004 las gobernaciones de Antioquia y Tolima decidieron escindirse del
proyecto, pero esto no le restó importancia a la iniciativa. De hecho, esta se vio fortalecida por la organización de comités técnicos interdisciplinares, que
desde cada departamento ofrecieron un conocimiento muy completo de la zona basado en el café y en su influencia en la integralidad de la cultura local,
nización de estos territorios. Estos edificios se en las puertas, ventanas, pisos, escaleras, en-
caracterizaron por estar construidos con tapia, trepisos, columnas y estructuras de cubierta50.
bahareque, esterilla de guadua y tejas de ba- Dichos inmuebles se ordenaban en torno a un
rro, contaban además con calados de adorno, patio central con cubiertas a dos aguas con tejas
tallas y apliques, así como zaguanes, corredo- de barro, su ubicación en las “pendientes del
res y patios decorados con flores (Ministerio terreno llevaba a veces a observar un escalona-
de Cultura, 2011; 36). Estas viviendas cafete- miento de la edificación que recibía el nombre
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

ras, por lo general, se encuentran ubicadas en de bajos” (Ministerio de Cultura, 2011; 37). La
un difícil paisaje de empinadas montañas con posterior prosperidad de la región, gracias al
pendiente, “para el campesino la casa es a la comercio de la rubiácea, influiría también en el
vez vivienda y centro de actividad económica” ámbito de la arquitectura a nivel doméstico –
(Muñoz, 2014; 61). Se componían de una casa pero también urbano–. Las viviendas cafeteras
de hacienda principal y un edificio destinado al de la región se ampliaron, desarrollando ade-
secado del café, conocido como elba o helda47. más una ornamentación mucho más vistosa
También contaban con construcciones anexas con tallas y calados de madera, que se usaron
como establos, gallineros, graneros, depósitos, en portones, contraportones, mamparas, ce-
almacenes, e incluso las más grandes, lugares losías, puertas, ventanas, barandas, capiteles y
para la habitación de los trabajadores que lle- pasamanos que se inspiraban en la vanguardia
gaban a laborar en épocas de cosecha. estética europea, especialmente desde las in-
Todas estas edificaciones estaban construi- fluencias del Art Nouveau y el Art Decó (Minis-
das tradicionalmente en bahareque48 y tapia terio de Cultura, 2011; 38).
pisada49, con carpintería en madera presente El patrimonio inmaterial no fue dejado de

y que sirvió como punto de partida para la construcción final del Expediente que el Gobierno Colombiano presentó a la UNESCO el pasado 1 de febrero de
2010, proceso que, en su parte final, contó con el denodado apoyo del Ministerio de Cultura y de la Federación Nacional de Cafeteros (Sarmiento, 2012; 9).
47. Secadero de café hecho de madera y cubierto con techo de zinc. Costa de un piso construido a poca altura del suelo, para colocar debajo, cajones de
madera en forma de gavetas que se deslizan sobre rieles que las conducen bajo techo.
48. La construcción con bahareque, en sus distintas formas, representa una cultura material del Paisaje Cultural Cafetero. Los sistemas constructivos en
bahareque caracterizan lo que se denomina hoy en día como arquitectura patrimonial cafetera y su evolución tecnológica es uno de los tópicos más estu-
diados por los interesados en el tema debido a su particularidad (Muñoz, 2010; 7).
lado en la concepción del Paisaje Cultural Ca- de la cultura cafetera, como el arriero, el Wi-
fetero en Colombia, la técnicas usadas en la llys, el hacha y la mula, también harían parte
producción de elementos tradicionales de la de la declaratoria, al convertirse en elementos
región, como el sombrero aguadeño, las cestas tradicionales de este paisaje, que perviven en la
de Finlandia, los productos de guadua y fique memoria de quienes lo habitan.
de Aranzazu; los productos típicos comesti- Así, tanto la perseverancia de los empresa-
bles, colaciones, derivados de la caña, piono- rios del café, como los valores culturales y so- [87]

nos; la gastronomía montañera, caracterizada ciales de las familias campesinas de esta región
por sus modos de preparación, estética y can- se han mantenido en forma de una pléyade de
tidad, además de realizarse con productos re- manifestaciones materiales e inmateriales, que
gionales. Las ferias y fiestas de los municipios, permiten la adecuada valoración de los atri-
también fueron incluidas en la concepción del butos patrimoniales de este paisaje cultural
Paisaje Cultural Cafetero, estas se caracterizan cafetero. Estos se observan en la preservación
por promover la música, el fervor religioso, la de sus modos de vida, tradiciones festivas, téc-
herencia indígena o española y entre las más nicas y gastronómicas, así como en el sustento
reconocidas podemos nombrar: El Festival del asociado a la caficultura y las huellas materiales
Pasillo, en Aguadas; el Festival de la Bandola, en representadas en la arquitectura, el urbanis-
Sevilla; la Feria de Manizales; el Concurso Na- mo, la organización del territorio y el paisaje
cional del Bambuco y las Fiestas de la Cosecha, natural. En esta región permanecen como tes-
en Pereira; las Fiestas Nacionales del Café, en tigos de una época las casonas de las hacien-
Calarcá; el Carnaval del Diablo, en Ríosucio y la das cafeteras, edificios de enorme belleza que
Fiesta del Canasto, en Finlandia, entre muchas además de mantener su función y conservarse
más. Por último, los mitos y leyendas, como la en un relativo buen estado de mantenimiento,
Patasola o el Hojarasquín y las representaciones conservan su organización espacial, estructura

49. La arquitectura, inspirada en la técnica española de muros de tapia pisada, fue modificada con la utilización de bahareque, se ha convertido en em-
blema de la región. La arquitectura regional de bahareque es un referente cultural y atributo en el que se expresa el valor universal excepcional del Paisaje
Cultural Cafetero de Colombia. Es el resultado de un proceso de evolución formal, funcional, así como, tecnológico y estético cuyo origen se remonta al ini-
cio del proceso de poblamiento de la región que comenzó en el siglo XIX y a la necesidad de las gentes que hicieron parte del mismo de proveerse de cobijo.
50. Algunas de estas viviendas contaban con áreas de secamiento encima de los techos que eran corredizos.
arquitectónica y mobiliario original. Las recientes iniciativas de turismo
rural, asociado a la cultura del café –tanto material como inmaterial– en
la región, han propiciado especialmente el mantenimiento de los edifi-
cios de las haciendas (Ministerio de Cultura, 2011; 55) y las han conver-
tido en ejes importantes para el desarrollo económico de la zona, des-
de una visión de la conservación del patrimonio inmueble, con algunas
modificaciones ligadas a las nuevas tecnologías y relacionándolos con las
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

manifestaciones culturales de orden intangible.


Los antecedentes revisados hasta acá llevarían a observar que el
municipio de Viotá, y su paisaje cultural comparte algunos de los va-
lores patrimoniales de su contraparte en el occidente del país. Pero es
la historia propia de la región y sus procesos particulares, en todos los
ámbitos –desde sus coyunturas políticas, económicas y sociales, hasta
su aislamiento geográfico– los factores que lo encumbrarían como un
paisaje único, y que justificaría su valoración a un nivel patrimonial. Los
siguientes apartados avanzarán sobre esta parte.

3.2 La casa de hacienda viotuna: Materiales y tipologías arquitectónicas

En un intento de definición del concepto de patrimonio


cultural inmueble, se puede expresar que se trata de
una serie de objetos seleccionados en base a su poder
de evocación en relación con sucesos históricos, con
hechos artísticos, con prácticas sociales tradicionales
(…) tiene carácter de testimonio y contribuye a
vincular las sucesivas generaciones y a preservar la
memoria comunitaria.
Alfredo Conti
Las casas de hacienda, en el contexto gene- evolucionando, dando paso a anexos, exten-
ral del territorio colombiano, surgen dentro de siones, modificaciones, todo al ritmo de la vida
un lento proceso de desarrollo arquitectónico. familiar, el vaivén de la producción y las diná-
Son en un principio edificaciones modestas y micas socioeconómicas en donde estén enmar-
humildes, pues nacen al interior de la idea de cadas.
apropiación y explotación del campo, en esta La teoría de la construcción doméstica en
se prioriza la obtención de recursos hidráu- Colombia, tanto urbana como rural, fue esbo- [89]

licos, la explotación de mano de obra, los re- zada por Germán Téllez quien anotaba que este
cursos monetarios y la organización adminis- es un género dominado y caracterizado más
trativa, por ende, la construcción de una casa por condiciones tecnológicas y prácticas, que
que refleje una calidad social y llene a cabalidad por formales, estilísticas o estéticas (2006; 93).
las necesidades de la vida rural queda relegada Por ello, la casa rural –con la intención de defi-
a un segundo plano. De hecho, si a lo anterior nirla– no es un conjunto arquitectónico que se
se suma la tenencia de una casa principal –por configure dentro de una tipología arquitectó-
parte del propietario– en el núcleo urbano más nica fija. En las construcciones de orden rural
cercano la edificación de una casa de hacienda no se logran encontrar, debido a su enorme va-
sería más bien un lujo de orden suntuario (Té- riedad, las analogías formales para clasificarlas
llez, 2006; 56). dentro de un grupo tipológico de construcción.
Tendríamos así que la casa de hacienda en Existe una pléyade de modelos en la arquitec-
el contexto neogranadino es en realidad una tura del campo que no siempre tienen paralelo
consecuencia, ligada al lento y gradual desa- con sus contrapartes en el ámbito urbano, o ni
rrollo histórico, social y económico de la misma siquiera con construcciones rurales en distin-
institución de la hacienda. El proceso histórico tas regiones geográficas. Ahora, si seguimos
de la construcción de las casas de hacienda en esta idea de Téllez, quien sitúa las haciendas de
nuestro país discurre desde la escogencia de su la Nueva Granada en el contexto del continente
ubicación, hasta la construcción en dichos te- americano, podríamos ver como existen inevi-
rrenos, de refugios y ranchos improvisados con tables analogías en el origen socioeconómico,
los materiales más cotidianos e inmediatos que la tenencia de la tierra y “las modalidades de
el territorio y la tecnología dispongan (Téllez, explotación de esta, pero también es posible
2006; 57). Si todo marcha bien, el edificio ira establecer notables diferencias en los proce-
sos históricos de conformación de las unidades a Severo Ruiz, Aurelio Palacios y Manuel García,
productivas y los modelos paralelos arquitec- como los maestros albañiles más reconocidos
tónicos de las edificaciones rurales de una y de la zona (2007; 153-154), sin que ello quiera
otra región” (2006; 133). decir que trabajaron en algún momento en la
Las casas rurales o las haciendas, entendi- edificación de las casas de hacienda, pues tem-
das como unidades productivas son uno de los poralmente sería imposible. Este mismo autor
signos más relevantes del paisaje rural que se señala únicamente la innovación en materiales
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

ha conformado en Viotá, tal vez el más impor- que trajo el señor Gilberto Sánchez Biscativa,
tante, pues define una estructura de propiedad quien desde la capital del país hacia 1947, trajo
que, como se ha querido mostrar, es la herencia la técnica de construcción en plancha de con-
misma del proceso histórico de colonización en creto y la sentada de ladrillo con una mezcla de
la región51, el cual se vio ampliamente fortale- arena y cemento, anota que este personaje fue
cido por la fragmentación y división de la tierra el responsable de la construcción de la Alcaldía
entre las personas. Municipal y la casa que servía como depósito de
Tanto en Viotá como en la totalidad del te- la hacienda Florencia (2007; 154).
rritorio nacional, las casas de hacienda fueron Estas personas dedicadas a la actividad edili-
obra de maestros constructores –alarifes, car- cia llevaban sus propios ayudantes y una manera
pinteros y albañiles– y no de diseñadores o ar- pragmática de construir que había sido forjada
quitectos formados en instituciones formales por generaciones de constructores rurales. Dicha
de educación. Se sabe que hasta inicios de la dé- ausencia, casi que total de arquitectos educados
cada de 1940, la construcción de las haciendas en academias en el ámbito de la construcción ru-
cafeteras en Viotá, era en general de materiales ral colombiana puede deberse a que en este tipo
básicos, piedra, ladrillo y madera, especial- de arquitectura la totalidad de la organización de
mente, algunas veces también se usaba el adobe los espacios, y las decisiones de índole técnica
o el ladrillo crudo. No se tiene mucha informa- estaban de alguna manera preestablecidas por
ción respecto a los albañiles o maestros cons- los mismos propietarios que ajustaban la casa a
tructores en el municipio, pero Acero nombra sus necesidades más utilitaristas52.
[91]

Estado actual del beneficiadero de la hacienda California. Fuente: Linda Acosta

51. Hasta el siglo XIX la arquitectura doméstica tradicional o vernácula en Colombia estuvo
determinada claramente por la influencia española, especialmente la que venia del sur de la
Península Ibérica, que en muchísimos casos traía características de la cultura árabe.
52. Desafortunadamente se han conservado muy pocos documentos directamente refe-
ridos a cuestiones técnicas de la construcción de casas de hacienda, mientras abundan los
que se refieren a títulos y pleitos sobre tenencia y compraventas de tierras, así como la
posesión de fuentes de agua o litigios de límites (Téllez, 2006; 95).
De esta manera la intención arquitectóni- la necesidad también surgirían en espacios dis-
ca era bastante simple, se pretendía primor- tintos, o apartados de la casa estructuras espe-
dialmente construir espacios genéricos, pero ciales, como molinos, beneficiaderos, barraco-
versátiles, que pudieran llegar a ser divididos nes, o cualquier equipamiento arquitectónico
–preferiblemente de manera transversal– en que se necesitara.
tantos espacios complementarios como fue- Las casas de hacienda en general además
ran precisos para cumplir las funciones básicas cuentan con un factor de originalidad, pues su
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

que se requirieran. Así, se crearían habitacio- concepción respondió en el territorio colom-


nes para los propietarios, salones, comedores, biano, y por tanto en Viotá, a un carácter úni-
alojamiento para la servidumbre permanen- co surgido del proceso de adaptación al medio
te, alacenas, depósitos, cocinas, caballerizas o ambiente. Esta relación íntima del ambiente y
graneros, dispuestos estos de la manera más el edificio se observa en que la construcción de
racional y organizada posible (Téllez, 2006; una casa de hacienda dependía casi que exclu-
93). Esta racionalidad en la distribución de es- sivamente de los medios que el lugar en donde
quemas de ordenación para la construcción de se oficiaba proveía, dicha relación hacía que
casas de hacienda observaría por lo general dos tanto el ambiente como la casa terminaran
tipos, uno en torno a un espacio central abierto intrínsecamente ligados, perteneciendo una
y otro compacto con galerías perimetrales en al otro y viceversa, tanto en un sentido físico
torno al núcleo central construido. Si hubiera como en uno espiritual (Téllez, 2006; 133).

Ubicación en alturas de algunas de las haciendas más importantes de la región de


Viotá, en el departamento de Cundinamarca. Fuente: Elaboración propia.
La ubicación en Viotá de muchas de estas las haciendas viotunas, aunque es de suponer
en un principio encomiendas y luego hacien- que este era el material más costoso de obtener
das, en las alturas que dominan la región llevó a –especialmente durante el periodo colonial–
la intención de unirlas por medio de una red de para las construcciones, su uso se aprecia en
caminos. En efecto, una de los factores deter- columnas y algunos elementos ornamentales.
minantes para la escogencia de la ubicación de Por otra parte se observaría en mayor medida el
la casa de hacienda era la cercanía a los sumi- uso de la madera en la construcción de colum- [93]

nistros de agua, la facilidad para la obtención de nas, vigas, arquerías y dinteles, donde a veces
materiales para su construcción y la cercanía a también se usaba el ladrillo.
caminos de acceso, puesto que el transporte de Ese tradicional uso de los materiales y las
su producción y dificultades para llegar a ellas técnicas constructivas, así como el manejo y
podían subir su costo (Blanco, 2017; 19). En el la organización de los espacios definirían la
periodo colonial se establecieron algunas rutas arquitectura de este paisaje viotuno y su pa-
de caminos reales y con el pasar del tiempo se trimonio inmueble, construido inicialmente
creó una red de senderos y caminos carretea- durante los albores de la colonización cafetera
bles que al día de hoy se siguen utilizando. en Cundinamarca, que se cristalizaría defini-
Así, sobre las laderas se empezaron a ubi- tivamente en las postrimerías del siglo XIX y
car las primeras casas de hacienda, construidas los principios del XX. Durante esos años este
con tapia pisada, adobe, bahareque y maderas tipo de arquitectura tomaría fuerza y se afian-
de la región, muchas de ellas siguiendo estilos zaría debido a la bonanza cafetera en todo el
arquitectónicos clásicos y otras deslindándo- país, por ello la mencionada arquitectura tra-
se un poco de la costumbre, especialmente las dicional rural de Viotá vendría a enriquecerse
más modernas. En Viotá “no se veía una casa y complementarse ampliamente con una serie
de ladrillo ni de teja, eran de paja y palmas así, de expresiones formales arquitectónicas como
en las paredes y los techos de resto la casa del los calados, la talla y carpintería de la madera
patrón era la de teja” (Sandoval, 2016; 106). La –cosa que cumple funciones decorativas pero
piedra también estaría presente en muchas de también estructurales y funcionales–.
Transporte de piedra
tallada por los
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

trabajadores con una


yunta de bueyes, en Viotá.
Al fondo se distingue al
capataz, el año es 1924.
Fuente: Acero, 2007; 108.

El desconocimiento de los arquitectos de las casas de haciendas vio-


tunas, más bien llamados maestros constructores, albañiles y carpinte-
ros sin ninguna educación clásica en estos menesteres, podría explicar
las complicaciones a la hora de realizar una clasificación formal de su ti-
pología arquitectónica de estos inmuebles.
De hecho, a la hora de realizar una clasificación morfológica y tipoló-
gica de materiales de construcción, implantación o respuesta a factores
como el clima de estas haciendas, se observó que, en la mayoría de los
casos los inmuebles de los edificios acá estudiados, respondían a carac-
terísticas muy específicas y particulares. Esta característica respondería,
según Diana Blanco, a que al ser estos edificios, creados como herra-
mientas de trabajo y no tanto como obras de arte, no se podrían “clasifi-
car tipológicamente, puesto que aunque tienen elementos que de alguna
manera pueden ser catalogados como comunes entre ellos, si se hace un
análisis de sus detalles se observan muchas diferencias” (Blanco, 2017;
19). Ahora, aunque las haciendas cafeteras en Viotá, si bien no presentan
una tipología única, si poseen características comunes esenciales, for-
males y constructivas, pues todas poseen un patio –no siempre central–
como factor fundamental organizador del inmueble, o como elemento
paisajístico, la logia o circulación perimetral Las viviendas cafeteras en Viotá destacan y añaden un valor cultu-
alrededor de este permite aprovechar las vi- ral y estético extra al ya mencionado paisaje rural cultivado, la mayoría
suales desde el interior de la casa. Respecto a la de ellas como es costumbre en la arquitectura cafetera en todo el país,
materialidad, todos estos inmuebles son repre- se componen por dos espacios principales: la casa de hacienda, donde
sentantes de la arquitectura vernácula, usan la viven los patrones, los dueños del complejo productivo; y el beneficia-
tierra como material fundamental, también dero, donde se pone el café a secar bajo el sol para después ser tostado
piedra y madera del lugar, especialmente la y molido. Algunas haciendas además presentan barracones, casas para [95]

guadua. Debe anotarse que estos materiales no los peones y trabajadores de la hacienda e incluso caballerizas. Podría
se usan solamente en la casa principal, sino que decirse que en estas viviendas rurales se evidencia una notable armonía
posteriormente, también se emplean, aunque entre la arquitectura y el paisaje, reflejada a través de la adaptación de los
en menor medida, en los edificios complemen- elementos construidos a la topografía y el aprovechamiento inteligente
tarios de la hacienda. de los recursos naturales en las obras de fábrica, por ello se permite su
disfrute estético al observar la relación del inmueble con su entorno.

Las haciendas de Viotá,


La guadua, un dibujo de Ricardo Moros Urbina que hacia finales del siglo XIX
ilustra algunos de los elementos naturales usados y principios del XX tenían
ampliamente en la elaboración de las casas de hacienda como ornato alrededor
en Viotá. Fuente: Archivo General de la Nación. (1884). de las casas principales
Álbum de dibujos del natural. Sección: Ingresos arboles de palmas.
Documentales. Fondo: Ricardo Moros Urbina. Folio: 11. Fuente: Acero, 2007; 100.
Elementos arquitectónicos presentes al interior de las
haciendas cafeteras de Viotá a mediados del siglo XX

Respecto a la implantación de los edificios,


todos ellos responden a las necesidades técni-
cas de una hacienda cafetera, es decir la casa
principal ubicada en un terreno amplio, que se
complementaba con otros inmuebles que cu-
brían distintas necesidades de la unidad pro-
ductiva como serían corrales, beneficiaderos,
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

acequias, pilas o piscinas, barracones para los


empleados y caballerizas. Los cultivos de café
se hacían en las zonas altas del terreno, en las
laderas de los montes para aprovechar la som-
bra, mientras que las zonas más bajas se usa-
ban para el pastoreo del ganado. Muchos de los
edificios de estas haciendas cafeteras, presen-
tan aberturas en sus fachadas que dependien-
do de su ubicación y la de los muros, evitan las
temperaturas elevadas al interior del inmue-
ble. Algunos de los patios de estas edificaciones
Elaboración por Julian Saldaña
...en el año 2016 también tienen características que permiten
atrapar el viento y llevarlo al interior de la casa
Este mapa observa los elementos
arquitectónicos que se encontraban a de hacienda, haciendo un intercambio de aire
mediados del siglo XX al interior de las caliente al exterior y el aire frío hacia el interior.
haciendas cafeteras más importantes del
municipio. Una materialidad que al día de hoy
ha sufrido una serie de cambios.

Debido a los procesos históricos, sociales


y económicos por los que atravesó Viotá,
durante la segunda mitad del siglo XX
muchos de los elementos presentes en
sus haciendas, o la totalidad de estas han
desaparecido.
3.3 Acercamiento descriptivo a las haciendas
cafeteras de Viotá
Debemos empezar recordando en este
apartado, que como se ha observado a lo largo
de líneas anteriores, las haciendas –al menos
en la región central andina colombiana– no
se fundaron a expensas de tierras campesinas [97]

o de comunidades establecidas en núcleos ur-


banos, sino que estas fueron más bien las que
dieron forma a la creación de asentamientos
en torno a las actividades económicas que en
ellas se realizaban, como fue en efecto, el caso
de Viotá en el departamento de Cundinamarca.
Lastimosamente, tanto por el cambiante mer-
cado cafetero, como por los múltiples y varia-
dos procesos socioeconómicos observados en
algunos periodos, este modelo de organización
territorial decaería y se hundiría, lentamente
en un olvido poco merecido.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura
[99]

Elementos arquitectónicos presentes en el interior de


las haciendas cafeteras de Viotá en la actualidad. Fuente:
Elaboración propia.
Como se anotó con anterioridad, las haciendas cafeteras surgieron
en Viotá en el lapso comprendido entre 1879 y 1889 como empresas eco-
nómicas lideradas por propietarios y terratenientes con negocios en Bo-
gotá que buscaban salir de los problemas de falta de capital que habían
acarreado los conflictos civiles y la crisis de cultivos como el tabaco y
el añil. Así mismo, como anotan varios autores la base de las haciendas
de Viotá fueron los grandes latifundios coloniales con sus subsiguientes
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

particiones y parcelaciones de tierras. Esto nos llevaría a entender por-


que las grandes propiedades mencionadas en este apartado sufrirían
transformaciones hasta observar el panorama actual.

Fuente: Palacios, 2009


Las haciendas tenían que contar con ins-
talaciones, equipamientos y edificios entre los
que se podían contar:
- La casa de habitación de los patrones, ubicada
en una planada, podía ser de un o dos plantas,
su distribución espacial era variada.
- El rancho o habitación de los peones o traba- [101]

jadores.
- Una piscina que funcionaba simultáneamente
como un tanque de agua.
- Un beneficiadero de café, generalmente de
tres o cuatro pisos, ubicado en una zona baja
respecto a la toma de agua, la cual llegaba
por gravedad desde una quebrada hasta una
rueda pelton que permitía generar energía
hidráulica para hacer funcionar la maquina-
ria compuesta por: descerezadora, guardiolas
de secado, clasificadoras de grano, trilladora,
poleas, cintas sinfín. Se incluían tanques, ca-
nalones de prelavado y zarzos para presecado.
- Una tienda o comisariato donde se vendían Típico rancho de peones en una hacienda viotuna hacia
artículos de consumo para los trabajadores, 1930. Fuente: Acero, 2007; 85.

cuyo valor se descontaba de los jornales que


estos se ganaban.
- Una casa que funcionaba como bodega y solar
en el casco urbano, estas las tuvieron las ha-
ciendas, Florencia, donde está la actual pis-
cina llamada Acuadaniela; la hacienda Atala,
en Caselata, donde funcionó el ancianato; y
Buenavista en El Hato, actual barrio Allende.
Las enormes y voluminosas máquinas que se usaban para el proce-
samiento del café en las últimas décadas del siglo XIX eran de marca in-
glesa, alemana o norteamericana, estas fueron trasladadas desarmadas
desde el puerto de Girardot, a donde llegaban por vía fluvial, hasta las
vías férreas de la estación de Portillo, desde allí se transportaban a lomos
de mula53 por los precarios caminos hasta las haciendas donde serían ar-
madas e instaladas.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Guardiola para secar el


café en el beneficiadero
de la hacienda San Jorge.
Fuente: Diana Carolina
Piraquive.

53. Las recuas de mulas usaban el sistema de cargue denominado como parihuela, que con-
sistía en llevar la carga en medio de dos de estos animales sostenida con palos o varas de
madera resistentes. Los caminos usados eran los construidos durante la colonia y algunos
trazados posteriormente, caminos de herradura que no podían considerarse como carre-
teables, pero que cumplían con su función primordial.
54. Manera coloquial en que se denomina el acto de recoger los granos o pepas de café.
El proceso de creación y administración de una de estas planta-
ciones cafeteras viotunas fue relatado por Salvador Camacho Roldán,
copropietario de la hacienda Costa Rica, dichas observaciones fueron
anotadas por Luis Enrique Acero, revisando que el primer año se de-
bía comprar la tierra, las herramientas y los animales, conservar capital
para el pago de jornales, para la rocería, abrir potreros y sembrar el café;
el segundo año tener capital para los jornaleros que realizaban el man- [103]

tenimiento de la hacienda así como sembrar caña; el tercer año conser-


var los trabajadores en labores de mantenimiento de los cafetales y los
potreros; el cuarto año se mantenían los jornaleros y se realizaban los
primeros pepeos54 del café; finalmente, hacia el quinto año se importa-
ba la maquinaria para el procesamiento del grano y se iniciaba la cons-
trucción del beneficiadero, así mismo se conservaba un dinero destina-
do a la primera y segunda cosecha de café para comerciar. El costo hacia
1890 de la apertura de una hectárea para la siembra de la rubiácea era de
unos $140 pesos (2007; 88).

Tanque de piedra para el


lavado del café, hacienda
La Viña y rueda pelton
que accionada por el
agua generaba energía
hidráulica. Fuente: Acero,
2007; 86..
Había dos épocas para la recolección del café. La primera de ellas se
hacía desde mediados de marzo hasta finales de mayo, la segunda, de-
nominada como mitaca55, se extendía desde octubre a noviembre. En
este proceso de recolección del grano se hacía indispensable el trabajo de
alrededor de doscientos trabajadores, la mayoría de estos venidos desde
los municipios boyacenses pues su fama de hacendosos y sumisos les ha-
cían perfectos para los terratenientes viotunos.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Barracones de los peones,


construidos con ladrillos
de adobe en cercanías
de la casa principal de
la hacienda San Jorge.
Fuente: Diana Carolina
Piraquive.

55. Llamada también traviesa, la mitaca era la cosecha in-


termedia y menos importante del café que se hacía en todo
el país, por lo general se hacía en el segundo semestre del
año, variando los meses de región en región.
Al final del proceso de presecado en zarzo, del posterior secado en
guardiola, y de la selección y trillado de los mejores granos, el café se em-
pacaba en sacos de fique o costales, estos llevaban estampados en ellos el
sello –grabado con plantillas– el nombre de la hacienda de donde prove-
nían. Dichos sacos eran cargados en recuas de mulas hasta la estación del
tren de Portillo, en Tocaima, desde donde se dirigían hacia Girardot para
ser enviados a distintos mercados nacionales y extranjeros. [105]

Zarzo de secado del


beneficiadero de la
hacienda San Jorge,
se puede observar el
uso de la guadua en su
elaboración. Fuente:
Diana Carolina Piraquive.

En este apartado revisaremos someramente veinte de las haciendas


presentes en el territorio, con la intención de realizar un acercamien-
to histórico crítico, a veces muy sintético –dependiendo de su situación
actual de acceso y estado de conservación– de los inmuebles en cuestión.
Hacienda La Neptuna o El Neptuno: Fue uno de los tres grandes latifun-
dios que junto a Calandaima y Buenavista se configuraron como grandes
plantaciones desde antes de la década de 1870 en la región de Viotá y de
las cuales se derivarían las posteriores haciendas en ese territorio. Con
respecto a su proceso de fundación Medardo Rivas anota que:
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Carlos Abondano fue quien rompió las tradiciones santafereñas, de


levantarse los hombres tarde, tomar su chocolate e ir a misa, almorzar
lo que les den y salir a la calle a maldecir del prójimo, a renegar de su
suerte y hablar de política hasta que llega la hora de comer, sin que
hayan ganado un centavo (…) Carlos Abondano compró una vasta
extensión de terrenos, con abundantes aguas, al que puso por nombre
El Neptuno, y allí se fue con su mujer y con sus hijos a poner un gran
establecimiento de añil, y obtuvo al principio el más brillante resultado.
Si después se arruinó como todos los que emprendieron en añil, él supo
conservar su terreno, y allí más tarde, fundó un famoso cafetal, que sus
laboriosos hijos han extendido después y hoy es una de las haciendas
más famosas de Colombia (Rivas, 1972; 290).

El 15 de junio de 1884 Ricardo Moros Urbina realizó


este dibujo titulado como La casa de Calandaima, un
pequeño viso de cómo era la casa principal de esta
hacienda a finales del siglo XIX. Fuente: Archivo General
de la Nación. (1884). Álbum de dibujos del natural.
Sección: Ingresos Documentales. Fondo: Ricardo Moros
Urbina. Folio: 12.
Estos herederos, Joaquín y José Manuel Abondano, estarían ligados
con el tiempo a las haciendas segregadas de estos terrenos, como serían
Los Olivos, Glasgow y Arabia. Aparte de estas últimas, las tierras en que
sería dividido el gran latifundio de los Abondano surgirían otras hacien-
das como Java, La Argentina y Argelia, ya hacia finales de la década de
1880 (Acero, 2007; 90).
[107]

Dibujo de Ricardo Moros Urbina titulado como Un caucho en Calandaima. Los arboles
eran el complemento perfecto para muchas de las haciendas viotunas ya desde el siglo
XIX. Fuente: Archivo General de la Nación. (1884). Álbum de dibujos del natural.
Sección: Ingresos Documentales. Fondo: Ricardo Moros Urbina. Folio: 11.
Hacienda La Argentina: Los hijos del magis- Hacienda Java: Bautizada originalmente como
trado Nepomuceno Iregui fundarían en 1888 hacienda Tobar Hermanos, fue fundada en
esta hacienda. Su extensión era de 648 hec- efecto por dos hermanos, Federico y Mariano
táreas que correspondían a una de las cuatro Tobar, ambos militares a finales de la década de
partes en que se dividió el enorme latifundio 1880. Se ubicaba en la zona limítrofe de Viotá
conocido como La Neptuna, uno de sus límites con el municipio vecino de El Colegio, lindando
era la Cordillera de Subia, o Peñas Blancas. Para además con la Cordillera de Subia. Su extensión
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

1902 estaba hipotecada a favor de la casa inglesa original era de 1104 hectáreas. Hacia 1906 la ha-
Steibel brothers London (Palacios, 2009), hacia cienda fue hipotecada a la casa comercial ingle-
el año de 1924 La Argentina era propiedad de sa Schwann & Company London. De sus 1750
la familia Iregui Hernández, y en 1930 su pro- fanegadas, en 1927, unas 275 eran ocupadas en
pietaria era Concepción de Iregui, tenía para el cultivo del café, en ellas había unos 400000
esa época 200000 arbustos de café, todos sem- arbustos de esta planta que se sembraron entre
brados antes de 1907 y vendía la producción de 1907 y 1922, otras 155 fanegadas estaban des-
este cultivo por intermediación del Banco de tinadas a la ganadería, 320 para los cultivos de
Colombia. De las 570 fanegadas que componían arrendatarios y 1000 que estaban ocupadas por
la hacienda 200 se encontraban cultivadas con bosques. En el año de 1930 la hacienda seguía
café, 100 estaban destinadas a la ganadería, 220 siendo propiedad de los hermanos Tobar, ahora
eran cultivadas por arrendatarios y 50 eran aun generales de la República y seguía conservando
bosques explotables. Hacia 1955 sería parcelada su tamaño original, con algunos someros cam-
nuevamente. bios en el uso de sus terrenos. Finalmente, seis
años después empezaría a ser parcelada.
Hacienda Buenavista: Su origen se remonta a
la llegada del comerciante de origen norteame-
ricano George Washington Crane, quien llegó al
país desde Boston, hacia la década de 1860 con-
trajo nupcias con María de Jesús García, una de
las solteras más preciadas de la elite santafe-
reña de la época. En 1865 adquirió el enorme [109]

latifundio de Calandaima, que posteriormente


sería dividido para dar origen a las haciendas de
Ceylán y Buenavista. En Calandaima la familia
de este matrimonio Crane-García establecería
originalmente unos terrenos destinados a la
ganadería de ceba, favorecidos por la ubicación
de su hacienda en tierras cálidas. Hacia finales
de la década de 1860, en compañía del señor
José Gooding, empezarían a explotar también
el añil, por ello se vieron en la necesidad de
construir grandes tanques de piedra –a dife-
rencia de otras haciendas como San Miguel de
Amanta que hacían uso de pailas metálicas– en
donde se dejaban en remojo durante varios días
las hojas provenientes de la poda periódica de
los arbustos de añil56.

Dibujo de Ricardo Moros Urbina al que tituló como


Máquina descerezadora del café en Buenavista, Viotá
que observa este proceso homónimo que se llevaba a
cabo en la hacienda ya desde finales del XIX. Fuente: 56. Al final de este proceso quedaba en el fondo de los tanques una masa de color azul, con
Archivo General de la Nación. (1884). Álbum de
la que se moldaban los bloques de pasta de añil, que se exportaban como productos colo-
dibujos del natural. Sección: Ingresos Documentales.
Fondo: Ricardo Moros Urbina. Folio: 11. rantes para teñir un sinnúmero de textiles.
A principios de la década de 1870 el comercio del añil empezaría a
decaer drásticamente y el señor Crane se vio en la necesidad de ven-
der tierras y segregar sus grandes terrenos para constituir la hacienda
Ceylán. Posteriormente, debido a las deudas debió ceder otra porción
de tierras que dieron origen a la hacienda Buenavista, que empezó con
el cultivo del café, conservando así apenas una porción de la antigua y
vasta Calandaima (Acero, 2007; 90-91). A principios del siglo XX, en las
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

postrimerías de la década de 1910 y principios de la de 1920, la hacienda


Buenavista amplía su área cultivable gracias a las buenas labores de Javier
García Tejada, hermano de la propietaria original de Calandaima, más
adelante se delegaría la administración de Buenavista a los hermanos
Jorge y Carlos Crane García Tejada. Medardo Rivas describía en la segun-
da mitad del siglo XX la hacienda de la siguiente manera:

…[se observa] un vasto y florido cafetal


cargado de rojos granos a la sombra de
árboles de cámbulo y guamo. Al pie del
mismo cafetal hay una hermosa casa alta que
parece una residencia inglesa en la India,
rodeada de sauces, naranjos y cubierta de
flores. Con todas las comodidades de que
pueda disfrutarse en tan sabroso clima. Y allí
mismo están las oficinas de elaboración del
grano, con todas las máquinas y útiles que
la industria ha inventado y que la ciencia
aconseja (1972; 304).
Ya hacia 1927 Buenavista estaba conforma-
da por 8500 fanegadas, de estas 748 estaban
destinadas a la producción exclusiva de café,
3000 a la ganadería, 1998 para los cultivos de
los arrendatarios, 51 fanegadas que produ-
cían caña y 2703 de bosques para explotación
maderera y obtención de materias primas. [111]

Además contaba con un almacén en el núcleo


urbano de Viotá –administrado por los pro-
pietarios– en el que se vendían costales de fi-
que para empacar café, también piola o pitas,
herramientas de variados tipos, alambre que
servía en la elaboración de cercas, rallos para
máquinas despulpadoras de café, aceite usado Dibujo de Ricardo Moros Urbina denominado como Forma de despergaminar el café en
en distintas máquinas, lámparas de petróleo, Buenavista, que observa uno de los procesos realizados por los caficultores de esta hacienda
hacia finales del XIX. Fuente: Archivo General de la Nación. (1884). Álbum de dibujos del
puntillas y azúcar morena que se producía en el natural. Sección: Ingresos Documentales. Fondo: Ricardo Moros Urbina. Folio: 11.
mismo ingenio de la hacienda, este último pro-
ducto se promocionaba a nivel nacional como Las ruinas de la hacienda Buenavista dejan
Azúcar de Cuba en Viotá, fabricado al vapor y entrever un hermoso edificio con implantación
compactado por libras de clase superior (Ace- de patio central y logia, los materiales emplea-
ro, 2007; 91). dos en su construcción fueron el ladrillo de
Ya hacia 1934 se empezarían a observar adobe de entre 15 y 25 centímetros de ancho,
algunas parcelaciones en la hacienda Buena- que se cubrieron con pañete, columnas de ma-
vista y finalizando la década de 1940 ya había dera y cubierta original de teja de barro, cam-
construido una carretera privada hasta Viotá. biado posteriormente en algunas partes por
En 2008 sufrió un incendio y se encuentra en tejas de zinc. La hacienda, descrita como una
estado de ruina. casa alta, presenta en su arquitectura una serie
de arcos y columnas en la primera planta, así
como una cimentación en piedra.
Deterioro y ruina de la hacienda Buenavista en 2014. Se
alcanzan a observar aun sus arcos y galería, así como
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

algunos aspectos de su materialidad. Fuente: Mauricio


Chaves Remolina

La segunda planta al parecer era mucho más trever algunas fuentes documentales, en donde
sencilla, fue elaborada con la intención de dejar se desarrollaba el procesamiento del café, y que
espacios amplios a manera de balcones, cuyas al menos hasta finales del siglo XIX, observaba
barandas lastimosamente no son perceptibles una serie de columnas de madera, techos tradi-
al día de hoy, aunque sus columnas en madera cionales sencillos, realizados en lo que pareciera
permiten inferir –haciendo alguna analogía con esterilla de guadua y también pilares de piedra
otros inmuebles de este tipo en la región– que para el lavado del grano. Bajo este edificio se
este material pudo haber sido utilizado en ellas. instalaron las maquinas procesadoras de café
Contaba con un beneficiadero, según dejan en- como guardiolas y descerezadoras.

Vista aérea de la hacienda Buenavista. Fuente: Google Maps


Hacienda Ceylán: En el año de 1870 el señor Eus- tre los años de 1894 y 1897 Ceylán fue adminis-
tacio de la Torre57, quien se había casado con la trada por el líder liberal Rafael Uribe Uribe, quien
señorita Rosa Narváez, le compró a George Was- se exilió en esta región, posteriormente sería un
hington Crane una parte de la enorme hacienda héroe de la Guerra de los Mil Días así como un fa-
Calandaima, fundando para sí una propia a la moso político colombiano. Lo anterior explicaría
cual denominó como Ceylán. En 1879 importa- porque tanto esta hacienda como Los Olivos y La
ría la maquinaria para el beneficio del café más Florida, fueron sedes alternas de las guerrillas li- [113]

moderna para la época, por ello Ceylán se en- berales durante la guerra ya anotada. La escritura
cumbraría entre 1890 y 1899 como la hacienda realizada el 1 de junio de 1897 observa un contra-
más tecnificada de la región “un ejemplo para to entre Uribe Uribe y la casa comercial inglesa
caficultores bogotanos y antioqueños” (Acero, Arbuthnot Latham and Company of London, en
2007; 92). este se establecían los términos para formar una
En 1895 la hacienda contaba con 500000 ar- sociedad que permitiera en el municipio de Viotá
bustos de café, su producto ya salía seco, trillado, tanto la producción y exportación de café, como
seleccionado y empacado en costales de fique, la compra y venta de mercancías extranjeras y
listo para su comercialización y exportación. En- los negocios de comisiones.

Vista aérea de la
hacienda Ceylán.
Fuente: Google Maps

57. Este personaje también era dueño de la hacienda Acuatá, en Tocaima.


En 1916, mientras fungía como administra-
dor de la hacienda el señor Manuel Anchique se
empezaron a utilizar plántulas de café, confec-
cionadas en calceta de plátano, una técnica muy
práctica pues eran hechas en el mismo lugar de
producción, siendo además reciclables, factor
que ubicaría nuevamente a Ceylán en la cumbre
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

de las maneras más innovadoras de producir la


rubiácea en toda la región (Acero, 2007; 92). De
las 4007 fanegadas que componían la hacienda
en 1924, 329 se dedicaron al cultivo del café, 164
para la ganadería, 741 en tierras de arrendata-
Vista de la casa de la casa de
rios con variados cultivos de subsistencia y 2773
la hacienda Ceylán. Fuente:
de bosques, para expandir los cultivos y obtener Secretaría de Desarrollo
materias primas. Social, Alcaldía de Viotá.
En 1930 todavía mantenía su área original y era la tercera en exten-
sión, después de Buenavista y Florencia, con 9600 y 8500 fanegadas
respectivamente. El 7 de octubre de 1936 la hacienda había decaído en
producción y su situación económica era precaria, esto llevó a que fuera
puesta en subasta pública, con un avalúo de $214.000 pesos y un mínimo
de compra del 70% de este valor. Fue comprada por el gerente adjun-
to del Banco Francés, Mauricio Stanich, quien luego de adquirirla fundó [115]

hacia 1938 la compañía exportadora S.A. Cofex. Esta empresa sería luego
vendida junto a la misma hacienda al departamento de Cundinamarca,
Hacienda Ceylán, Entre 1950 y 1954 el señor Giovanni Cerventi, funcionario del banco ya
fotografía tomada en el
2013. Fuente: Mauricio anotado seguía realizando algunas parcelaciones en los terrenos de la an-
Chaves Remolina tigua Buenavista.
10.40 14.48

1.57

3.24
2.56

0.35

3.29 2.65

Actualmente hace las veces de hotel, reci-


biendo a turistas que llegan a la región, pues se 1.87 1.69 1.69 1.63 1.69 1.69 1.69 1.42 1.57 1.54 1.59 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57

encuentra apenas a once kilómetros del casco


15.17 16.09

urbano. La hacienda pertenece al decano de la


Facultad de Veterinaria de la Universidad del 1.95

Rosario, hoy en día se tienen terrenos dedicados


al cultivo de aguacate, esta hacienda es visitada
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

2.85 7.20

por estudiantes ya que esta sirve para procesos 1.73


1.15
0.85

académicos donde se explora su naturaleza y los 1.21 2.38

petroglifos que se encuentran en sus cercanías 5.08


9.47

1.43

(Castellanos, 2012; 81).


3.56 9.39

1.57 1.53 1.77

La casa se construyó en la década de 1870, 3.66


1.85

en su obra se utilizaron materiales como la pie- 1.65

0.83

dra, el ladrillo de adobe y la madera extraída de


1.40 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57
1.97

11.10

los bosques vecinos, se usaron posteriormente


1.50

3.41

tejas de zinc en su techo. Las vigas de madera


sobre las que se levantó su segunda planta son 2.42

1.95

visibles a lo largo de las galerías que recorren el 14.81

perímetro de la hacienda, el piso de estos corre-


3.70

2.05

2.85 5.19

dores se hizo con piedra tallada y a lo largo de 1.32

ellos se observa un importante trabajo de la ma-


3.29

9.47

dera en, columnas, barandas y balcones, tanto


6.50

en su primera como en su segunda planta. 17.21


4.10

1.23

3.66 0.24
1.85

1.31
0.80 1.15 2.20
1.50
1.14

1.20
11.10
2.78 14.87

5.04

3.30

Levantamiento
7.37

primera planta de 2.35

la hacienda Ceylán.
Fuente: Linda Acosta. 2.05 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57 1.57

3.29

2.99

14.75
Los muros de la casa de hacienda presentan
pañetes, que han tenido distintas policromías a
lo largo del tiempo –pasando de un blanco, que
se presume como el original, a distintos tonos
crema, y el actual amarillo ocre– sus columnas
y elementos ornamentales en madera también
Casa de la hacienda Ceylán, en 2018, después de algunas intervenciones. Fuente: http://
han cambiado en sus colores presentándose de www.viota-cundinamarca.gov.co/noticias/de-38-grupos-postulados-en-el-pais-
[117]

distintas maneras y combinaciones cromáticas. ocupamos-el-tercer


Su segunda planta presenta un cielo raso en
madera y balcones desde donde se pueden ob-
servar todos sus terrenos. El uso de la guadua
es bastante notable en sus edificios aledaños.
También se debe anotar la construcción de una
piscina en sus cercanías, que pudo haber sido
usada como reservorio de agua para el proceso
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

de café en algún momento.

Piscina de la hacienda
Ceylán. Fuente:
Acero, 2007; 93
Hacienda Liberia: Es tal vez una de las haciendas más famosas que se haya
construido en Viotá, descrita por doña Emilia Pardo Umaña el periódico
El Siglo hacia 1954 como “el origen de la gran riqueza colombiana, una
especie al progreso patrio” (Pardo, 1954), fue fundada los hermanos Ni-
colás y Francisco Sáenz Pinzón58 en 1880. El primero de ellos era profesor
de Ciencias Naturales en la Universidad Nacional de Colombia, y conocía
sobre las influencias del clima y el suelo en la calidad de los cultivos de [119]

café, en tanto el segundo serviría como socio capitalista en la empresa de


fundar una hacienda cafetera en la región de Viotá.

Hacienda Liberia.
Fuente: Mauricio
Chaves Remolina

58. Ambos eran hijos de José María Sáenz Montoya, un exitoso empresario que había estado
inmiscuido en negocios como los Correos Nacionales, el tabaco en el Tolima y la navegación
por el río Magdalena. A pesar de ello también enfrentó situaciones difíciles con el añil en la
década de 1870, debido a la competencia inglesa.
Hacia 1881 Nicolás Sáenz contrajo nupcias con Mercedes Obregón y
se trasladó hacia Liberia con la intención de formar un proyecto de vida y
de empresa. Hacia mediados de la década de 1880 la hacienda produjo las
primeras treinta cargas de café de calidad de exportación y fue, sin duda
alguna, desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX la
hacienda más tecnificada del país, con la mejor cadena de procesamiento
del grano conocida en todo el territorio nacional. Hacia finales del siglo
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

XIX, en 1897, los terrenos de Liberia sumaban un total de 960 hectáreas, y


Casa de la hacienda Liberia
para 1924 eran propiedad de Mercedes Obregón, esposa de Nicolás Sáenz.
con sus instalaciones del Para ese año, las 1500 fanegadas de la hacienda estaban divididas en dis-
beneficiadero, construido tintos usos, 600 para el cultivo de la rubiácea, 350 de pastos para el gana-
inmediatamente al lado
hacia 1881 Fuente: Acero, do, 90 fanegadas de tierras cultivadas por arrendatarios y 460 de bosques
2007; 96 madereros, para extraer materia prima.
Hacia finales de la década de 1920 la hacien-
da Liberia fue adquirida por Camilo Afanador,
este vendió en 1930 una parte de los terrenos a la
Beneficencia de Cundinamarca y otra a un com-
prador de apellido Guzmán. Posteriormente la
hacienda sería comprada por el señor Jorge Ba-
zurto59 (Acero, 2007; 97) y hacia 1946 se iniciaría [121]

su proceso de parcelación, el cual hasta 1956 no


había acabado. Debemos anotar que en la década
de 1940 funcionaba en esta hacienda una espe-
cie de aduana, esta cobraba un derecho de paso o
circulación, de dos pesos por mula a las recuas60
que se dirigían de Viotá a Fusagasugá, dicho edi-
ficio estaba ubicado más arriba de los cuartos de
habitación destinados a los trabajadores de la
hacienda (Acero, 2007; 126). Liberia tiene como
valor histórico adicional ser el lugar exacto en
donde se firmó el denominado Tratado de Li-
beria que daría por terminada la Guerra de los
Mil Días en el centro del país, así mismo, no se ha
realizado en su inmueble ninguna modificación
drástica y su estructura está casi intacta, permi- Hacienda Liberia. Fuente:
tiendo una lectura original del edificio. Acero, 2007; 95

59. El señor Bazurto donó algunos terrenos de su hacienda para la creación del municipio
actual de Viotá.
60. Por lo general, una recua o grupo de mulas, tenía entre cinco y treinta de estos anima-
les. Las recuas de más de quince mulas eran manejadas por tres arrieros, un líder llamado
caporal y otros dos denominados cargadores.
La casa de hacienda de Liberia está construida sobre cimientos de pie-
dra, con ladrillos de adobe pañetados y se ubicó inmediatamente aledaña al
beneficiadero de café, construido enteramente en madera. Esta casa prin-
cipal observa un enorme trabajo de carpintería en madera que es visible en
sus columnas y barandas, así como en la estructura de la cubierta que deja
ver su estructura principal desde los corredores que la recorren. Sus tejas
son de zinc y presenta un trabajo de piedra en sus pisos, tanto al interior de
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

la casa como en sus zonas más cercanas. Actualmente la hacienda Liberia


es administrada por Yolanda Bazurto, quien en compañía de Enrique Acero
ha intentado establecer contactos para su restauración, aludiendo a que se
“puede conseguir buena madera [y restaurar] la casa está bien, metiéndole
algo de restauración, el empedrado está perfecto” (Sandoval, 2016; 117).

Interior del beneficiadero de la hacienda Liberia. Cada cuartilla que se recibía en el


beneficiadero eran unos treinta kilos de café, se recibían e iban a las descerezadoras que al
ser de cuatro chorros descerezaban una cuartilla cada diez minutos, pues tenían motores
de ACPM. Fuente: Viotá Plus
La hacienda, por contar con la infraestruc-
tura original de la bonanza cafetera, así como
una intacta, pero relativamente descuidada, ar- [123]

quitectura tradicional de este tipo de edificios,


puede convertirse en un foco del desarrollo tu-
rístico a través de sus valores patrimoniales, que
no pasan desapercibidos para quienes la visitan
al día de hoy.

La actual administradora de la hacienda, y


descendiente de uno de sus dueños originales,
la señora Yolanda Bazurto enseñando el café
denominado como seco de agua, que ya está listo para
comercializarse o pasara al proceso de tostado. La
señora Yolanda Bazurto hace un llamado al Ministerio
de Cultura, o a restauradores para restaurar la
hacienda, pues le ha metido mucha plata a la hacienda
y al edificio del beneficiadero, con la intención de
seguir manteniendo el proceso del café, continuando
con la tradición y dándole trabajo a la gente de la
región. Fuente: TV Agro
Hacienda Arabia: Fue fundada en la década de 1880 por el señor José Ma-
nuel Abondano quien dedicó sus 228 hectáreas de tierra al cultivo de la
caña de azúcar y al café. Hacia 1906 era propiedad de la firma Abondano
y Uribe, teniendo una hipoteca a nombre de la casa inglesa Perkins Van
Bergen London, unos veinte años después la tenencia había sido trasla-
dada a la firma Magüin Lartigan & M.S.U.H.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Vista aérea de la
hacienda Arabia.
Fuente: Google Maps

De las 1500 fanegadas que componían Ara- que Iregui y Jorge Magüin. Aún se conserva de
bia, 200 estaban destinadas a la ganadería y Arabia la hermosa casa de hacienda de estilo
400 al cultivo del café61, así mismo, 600 fane- republicano construida en 1905 (Acero, 2007;
gadas estaban alquiladas a arrendatarios y 200 99). Su cimiento es ciclópeo, con muros que
seguían siendo bosques naturales. En el año combinan ladrillos de adobe –de 50 centíme-
de 1930 la hacienda conservaba aun las 1500 tros de espesor– y zócalo de piedra, su cubierta
fanegadas anotadas, con algunos cambios en de madera es en cercha de rey.
sus usos, y era propiedad de los señores Enri-

61. De los 400000 arbustos de café que tenía la hacienda en 1927, el 75% había sido plantado
entre 1907 y 1922, y el otro 25% entre 1922 y 1927 (Censo Cafetero, 2932).
[125]

Hacienda Arabia, fotografía Este inmueble cuenta con grandes y es- Antiguo portón de acceso original a la hacienda Arabia,
tomada en el 2016. Fuente: el camino original hacia la casa de hacienda partía desde
paciosos antejardines, que en algún momento
Mauricio Chaves Remolina allí y era empedrado, se podía transitar todo el camino en
fueron la admiración de los viajeros extranje- caballo, en la actualidad está en desuso y deteriorado por
ros que recorrieron la región de Viotá, como la vegetación. Fuente: Luis Miguel Morales.

los profesores suizos Eugene Mayor y Otto


Fuhrmann que la conocieron en 1910. Su ma-
yor atributo es un patio central con una fuen-
te en piedra, una serie de columnas, capiteles
y arcos también en este material y un cielo
raso en madera.
En la década de 1930 la hacienda Arabia enviaba su producción de
café en mulas hacia la estación férrea de Portillo, un relato sobre dicho
proceso es consignado por Acero, quien entrevistó al señor Parmenio
Páez, este último anotaba que:
El cargue de las 15 mulas, con los bultos ya marcados con el nombre de la hacienda, se
iniciaba a las 4.30 AM, por parte de tres arrieros, esta aperada y cargada de las mulas se
concluía a las 6:00 AM, hora en que la recua salía para Portillo, pasando por Viotá. La
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

recua llegaba a la margen izquierda del río Bogotá a las once de la mañana. Para llegar a
la estación férrea se debía pasar por el puente colgante sobre el río Bogotá. Hasta 1940 se
pagaba un impuesto o aduanilla a la Sociedad Sáenz Hermanos por cada mula cargada. Ya
al otro lado, se descargaba el café en una de las bodegas que tenía alquilada la hacienda,
donde permanecía hasta la salida del tren hacia el puerto de Girardot, a las seis de la
mañana del día siguiente. En el paso del puente, si la mula era nerviosa y se rehusaba
a pasar, se le bajaban los bultos y se pasaban a hombro. Si era verano la mulada toda
podía vadear el río. Era muy común que en la bodega de la hacienda hubiera mercancía,
insumos o maquinaria llegada desde el puerto de Girardot la noche anterior en el tren de
las siete de la noche, caso en el cual la recua, toda o parte de ella regresaba cargada a la
hacienda (Acero, 2007; 127-128).

Planta de la hacienda
Arabia, permite observar
su logia e implantación en
torno a un patio central.
Fuente: Catherine Ballén.
Hoy en día la hacienda Arabia es manejada por su propietario, Carlos
Sierra, está localizada a 13 kilómetros de la cabecera municipal de Viotá,
cerca al asentamiento de San Gabriel uno de los centros poblados que
conforman el municipio a 1186 metros sobre el nivel del mar. Revisa en
su distribución una habitación principal y tres auxiliares, dos baños, un
salón, un comedor, cocina, almacén y depósito. También cuenta con una
peonia, beneficiadero y un edificio que se usaba como corral. Tiene una [127]

extensión actual de 15 hectáreas y permanece rodeada de un espeso bos-


que nativo y en sus zonas aledañas se encuentran petroglifos indígenas,
una cascada y una piscina natural.

Afectación en algunos de los muros de la hacienda Arabia.


Fuente: Mauricio Chaves Remolina
Debido a la violenta situación que vivió
Viotá durante la segunda mitad del siglo XX la
hacienda fue abandonada por sus propietarios,
sería entonces ocupada por grupos al margen
de la ley que la usaron como habitación, pos-
teriormente sería recuperada por sus dueños
en el año 2002. Después de más de diez años
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

de abandono el inmueble no presentaba mo-


dificaciones o afectaciones graves, y por medio
de algunos trabajos de manutención realizados
por sus propietarios pudo rehabilitarse exito-
samente. El uso actual es como una especie de
pequeño museo sobre la cultura del café en la
región, también realiza actividades de aloja-
miento a turistas que la visitan para hacer reco-
rridos ecológicos, por último se complementa
con alguna producción agrícola industrial. Los
espacios de la casa de hacienda han sido aco-
modados en la actualidad según la necesidad
de sus propietarios, se observa que el patio es
el elemento central ordenador del inmueble,
aunque no tiene acceso desde todos los espa-
cios del edificio.
Construcción de la hacienda Arabia, tal vez en años
posteriores a 1905. Fuente: Alcaldía de Viotá.
Hacienda Los Olivos: En las postrimerías del siglo XIX, a principios de la
década de 1890 el señor Ignacio Ortiz y su esposa Magdalena Williamson
fundaron esta hacienda. En un principio estaba compuesta por 576 hec-
táreas, es decir 900 fanegadas. Un 50% de esta extensión de tierra sería
dividida posteriormente y daría inicio a las haciendas La Magdalena, Cos-
ta Rica, Africana y Buenos Aires. De las 250 fanegadas que quedaron de la
original Los Olivos, 150 estaban siendo usadas para el cultivo del café, 30 [129]

para la ganadería y 76 para alquilar a los arrendatarios, hacia 1927 tenía


13000 arbustos de café, de estos un 61,5% fue sembrado antes de 1907 y
el 38,5% desde ese año y hasta 1922 (Censo Cafetero, 1932). En 1906 fue
preso en dicha hacienda el general Celso Román, líder de las guerrillas li-
berales de la región del Tequendama durante la Guerra de los Mil Días.

Para 1906 la hacienda estaba hipotecada a


nombre de la casa comercial alemana ACPLI &
Compañía de Hamburgo. Ya en 1930 era pro-
piedad de Carlos Abondano y hacia 1954 empe-
zaría a ser parcelada. Hacia la primera década
del siglo XXI en sus terrenos se instaló la ins-
pección de San Gabriel (Acero, 2007; 101), uno
de los centros poblados del municipio y aun se
pueden observar las ruinas de las que fueran
otrora sus instalaciones. Se debe anotar con
respecto a esta hacienda que mucho de su pa-
trimonio, especialmente el industrial, obser-
vado en sus tuberías para el transporte del gra-
no hacia los beneficiaderos, fue vendido como
chatarra y utilizado para otras construcciones
Tramo de un cafeducto, una tubería que llevaba el grano desde los sitios de acopio en los (Sandoval, 2016; 116) pues no se entiende su
cafetales hasta el beneficiadero de la hacienda Los Olivos. Fuente: Acero, 2007; 87. importancia y valor como patrimonio cultural.
Hacienda La Magdalena: El señor Gabriel Ortiz Williamson, heredo de
sus padres Ignacio Ortiz y Magdalena Williamson, un parte de la gran
hacienda Los Olivos, a la que bautizó en 1894 como La Magdalena, quizás
en honor a su madre.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Vista aérea de la hacienda


La Magdalena. Fuente:
Google Maps

En 1930 esta hacienda contaba con 500 fa- tas construcciones pasaron a manos de Ignacio
negadas de tierra, las que estaban ubicadas en Martínez, quien los días sábados vendía en la ha-
la parte más alta se dedicaban a la caficultura cienda una variedad de productos que incluían
mientras que las tierras bajas se usaban para el textiles, espejos, cigarrillos y otras mercancías
pastoreo y la ganadería, en 1936 el administra- a los trabajadores del lugar. Su casa de hacienda
dor de la hacienda era el señor Martin Hidalgo cuenta con una habitación principal, tres auxi-
(Acero; 2007; 99). En 1954 los terrenos serían liares, dos baños, un salón, un comedor, cocina,
parcelados, tanto la casa de habitación, como almacén y un cuarto de café. Se complementa
los beneficiaderos y 50 fanegadas aledañas a es- con un beneficiadero y unos corrales.
[131]

Hacienda La Magdalena,
fotografía tomada en el
2016. Fuente: Mauricio
Chaves Remolina

La casa principal de esta hacienda tiene solamente una planta que se


edificó sobre sólidos cimientos de piedra, sus muros no permiten deta-
llar exactamente su materialidad, pero se presume que pueden ser he-
chos de ladrillos cocidos que se pañetaron posteriormente.

Fachada de la hacienda La
Magdalena. Fuente: Acero,
2007; 99
Presenta un cielo raso en madera y tejas de latón. El amplio uso de
la madera también se detalla en la elaboración de sus columnas, dinteles
y capiteles, así como en sus barandales. No revisa una implantación en
torno a un patio central, pero si una galería frontal con cubierta inclina-
da, se ubicó sobre un terreno elevado en comparación con sus edificios
complementarios, se comunica con el resto de la hacienda por medio de
una escalinata en piedra y está rodeada de árboles nativos. Su benefi-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

ciadero y el zarzo del secado del café están íntegramente realizados en


madera de la región y se conservan en buen estado al día de hoy.

Escalera de acceso al zarzo de secado del beneficiadero de la hacienda La Magdalena. Este


edificio está construido en madera completamente. Fuente: Acero, 2007; 86
Hacienda Costa Rica: Esta hacienda fue una
de las propiedades en que se dividió la hacien-
da Los Olivos. Fue en el año de 1891 cuando el
señor Santiago de la Guardia62 adquirió 544 fa-
negadas –348 hectáreas– de tierra en Viotá, en
estos terrenos construiría una “bella casa de dos
plantas en madera con bases de piedra tallada, [133]

que todavía hoy en día sigue en pie. En la reja


de la entrada de la casa se puede ver el gigan-
tesco árbol de cedro negro” (Acero, 2007; 101)
que sus propietarios originales seguramente
conocieron de apenas algunos metros de altura.
A finales del siglo XIX la hacienda paso a manos
de dos reconocidos personajes de la época, Joa-
quín Tamayo y Salvador Camacho Roldán, un
par de intelectuales famosos por haber funda-
do la Librería Colombiana. En las 625 fanegadas
que tenía la hacienda en 1927, se habían sem-
brado 350000 arbustos de café en 372 de ellas
(Censo Cafetero, 1932), 159 estaban destinadas
a la ganadería, 15 de bosques naturales y 79 co-
rrespondían a terrenos para arriendo. La parce-
lación de esta hacienda iniciaría en 1954.

62. Santiago de la Guardia era hijo de un expresidente de


Costa Rica, por ello se puede asumir que el nombre de la ha-
cienda fue dado en honor a la tierra natal de su propietario.
Hacienda La Viña: Al igual que muchas de las haciendas del municipio
de Viotá, La Viña fue fundada en la década de 1880 por el señor Rafael
Umaña Vivas. Hacia 1920 era propiedad de la familia del general Gabriel
Paris y en 1924 pertenecía a la firma comercial Junguito & Paris (Acero,
2007; 102).
La propiedad está ubicada en la zona limítrofe entre el municipio
de Nilo y en cercanías de la hacienda Atala, al parecer siempre fue una
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

propiedad bastante particular pues sus propietarios, de manera atípi-


ca, se negaron a la posibilidad de conectar sus predios por medio de una
carretera. En 1906 estuvo hipotecada a nombre de la compañía inglesa
Schwan & Company London. La Viña gozaba de una extensión de 208
fanegadas, 150 de estas eran cafetales, 8 estaban compuestas de bosques
Instalaciones de la hacienda La Viña vistas desde las originales, 20 se dedicaban a la ganadería y 30 para que los arrendatarios
caballerizas, situadas a la izquierda de la casa de los las explotaran (Censo Cafetero, 1932). En los terrenos dispuestos para
patrones, a la derecha se observan las casas de los
trabajadores y al fondo el beneficiadero del café. Fuente: cultivar el café habían 150000 arbustos, de estos un 66,6 fueron sembra-
Acero, 2007; 102 dos antes de 1907 y el 33,4% restante en el lapso de 1922 a 1927.

Estanque de la hacienda La Viña. En las haciendas de


mediados de la década de 1880 era común estos grandes
espejos de agua que cumplían la doble función de piscina y
estanque reservorio de agua. Fuente: Acero, 2007; 85.
Su casa de hacienda es de dos plantas, con teja de latón y cubierta in-
clinada. El uso tradicional de la madera en columnas, vigas y barandales,
tan común en la arquitectura cafetera de la región también es perceptible
en este inmueble. A principios del siglo XXI, en medio de la soledad y el
abandono, aun se pueden observar sus pisos empedrados, una acequia
hídrica, sus caballerizas, la casa de los propietarios y el beneficiadero del
café como unos testigos mudos del devenir histórico de la región. [135]

Detalle de las caballerizas de la hacienda La Viña que dejan ver su sistema constructivo
en bahareque con tejas de latón, posiblemente cambiadas en años más recientes, que
remplazaron a las tradicionales tejas de barro. Fuente: Acero, 2007; 102
Hacienda Argelia: Surgió originalmente de la división del gran latifundio
de La Neptuna y fue fundada en 1891 por el señor Luis Montoya Santama-
ría63. Fue ubicada en cercanías a la hacienda Glasgow, junto a la Cordi-
llera del Subia y desembocaba en el camino de herradura que se denomi-
naba el Boquerón de Guachuní, que comunicaba a Viotá con la capital del
país por la vía Sibaté-Granada. Para señalar el límite entre esta hacienda
y otras cercanas los propietarios mandaron tallar sobre una enorme roca
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

de la Cordillera ya mencionada un “vistoso mojón” (Acero, 2007, 104).


Hacia 1919 la hacienda Argelia estaba hipotecada por un valor de $15.000
pesos a favor de la Compañía General de Seguros Bogotá, esta hipoteca
sería posteriormente transferida al Banco Francés e Italiano. De las 500
fanegadas que componían la hacienda 150 eran usadas para la ganadería,
apenas 14 arrendadas a otros trabajadores, 186 estaban compuestas por
bosques y las restantes 150 se dedicaban al cultivo del café. En estas se
contaban para el año de 1927, unos 150000 arbustos, de los cuales habían
sido sembrados un 66,7% antes de 1907 y el otro 33,3 restante entre los
años de 1907 y 1922 (Censo Cafetero, 1932). Para 1930 Argelia conservaba
todavía sus 500 fanegadas y seguía con sus usos del suelo relativamente
iguales, finalmente sería parcelada en 1956.

63. Montoya Santamaría fue el primer Ministro de Agricultura que tuvo el país y uno de
los fundadores de la Sociedad de Agricultores de Colombia, también era propietario de la
hacienda La Victoria.
Hacienda La Ruidosa: En el año de 1924 era propiedad de Joaquín Reyes,
y tres años después, en 1927 ya figuraba a nombre de la familia Gaviria.
Para esos años tenía según el Censo Cafetero de 1932, unos 280000 ar-
bustos de café, que se sembraron en tres periodos distintos de tiempo, un
28,6% antes de 1907, otro 35,7% entre 1907 y 1922 y otro 35,7% restante
sembrados desde 1922 hasta 1927. Sus terrenos comprendían 690 fane-
gadas que estaban destinadas a como el resto de haciendas de la región [137]

a distintos usos, repartiéndose 10 fanegadas para el cultivo de caña, 252


para el ganado, 88 para uso de los arrendatarios, 10 de bosques naturales
y un mayor porcentaje, 330 para el cultivo exclusivo del café.

Hacienda Glasgow: Esta propiedad tenía una extensión de 750 fanegadas


y limitaba con las haciendas Calandaima, Los Olivos, Argelia y la Cordi-
llera del Subia. Su primer propietario fue el señor Carlos Abondano, reco-
nocido terrateniente de la región, y en 1924 pasó a su familia, pues figura-
ba como su dueño el señor Joaquín Abondano. De sus originales terrenos
300 fanegadas se empleaban en el cultivo del café (Censo Cafetero, 1932),
53 eran cultivadas por arrendatarios, 274 seguían siendo bosques y 150 se
usaban para el pastoreo de ganado. Hacia 1927 tenía alrededor de 200000
arbustos de café, sembrados el 75% de ellos antes de 1907 y el restante
25% después de ese año y hasta 1922 (Acero, 2007; 105).
Hacienda La Florida: En su origen fue fundada por Pablo Afanador,
oriundo de Tocaima en la década de 1880. La Florida, al igual que Los
Olivos y Ceylán fue sede de algunas actividades de las guerrillas liberales
durante la Guerra de los Mil Días (Acero, 2007; 103).Tenía una extensión
de 500 fanegadas de tierra, de las cuales 200, ubicadas en las zonas bajas
estaban destinadas al pastoreo y la ganadería, 30 estaban cultivadas con
caña, 40 para el trabajo de los arrendatarios y 200 más con cultivos de
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

café, en estas últimas, hacia el año de 1924, mientras era propiedad de Ra-
fael Afanador –hijo del propietario original– contaba con 230000 arbus-
tos de la rubiácea, un 20% de ellos sembrados antes de 1907 y el otro 80%
entre 1907 y 1922 (Censo Cafetero, 1932). Para el año de 1927 la hacienda
realizaba la mayor parte de sus negocios y tenía relaciones crediticias con
la sucursal colombiana del Mercantile Bank of the Americas.

Detalle del trabajo de carpintería en las puertas de la


hacienda La Florida. Fuente: Acero, 2007; 103
Esta hacienda era reconocida por contar con magníficas instalacio-
nes construidas. La funcionalidad, dice Acero, y el buen gusto se apre-
ciaban en el cuidadoso trabajo de talla en piedra que se observa en los
beneficiaderos y en el trabajo de madera y carpintería de su casa princi-
pal (2007; 103).

[139]

Pileta tallada en piedra de la hacienda La Florida. Fuente:


Acero, 2007; 100
Hacienda Florencia: En el año de 1869, el abogado Pedro Alejo Forero
llegó a Viotá, allí compró una pequeña porción –apenas 1/30 parte– del
enorme latifundio de San Miguel de Amanta. Tres décadas después ya
era dueño de la mayoría de estas tierras –25/30– que les cedería a sus dos
hijas. Hacia el año de 1914 se cambiaría el original nombre de San Mi-
guel de Amanta por el de Florencia. Esta propiedad contenía una enorme
cantidad de tierras, 9600 fanegadas, distribuidas de la siguiente manera:
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

29 destinadas al cultivo de la caña, 1498 para el trabajo de arrendatarios


y cultivos de manutención, 4272 de bosques naturales, de donde se ex-
traían maderas y materias primas, 2803 para tenencia de ganado y apenas
un poco más del 10% de estas, 998 para la caficultura (Censo Cafetero,
1932). Hacia 1927, el señor Arístides Salgado, nieto del propietario original
de la hacienda, era su dueño. Para ese mismo año estos terrenos llegaron a
albergar un millón de arbustos de café, de estos se habían sembrado antes
de 1907 un 20%, desde ese año hasta 1922 se sembró otro 60% y otro 20%
en los cinco años siguientes. Los límites de Florencia hacia 1930 se daban
desde el casco urbano de Viotá, por el río Lindo arriba, hasta la Cordillera
del Subia, de allí seguía hasta el nacimiento de la quebrada San Juana, y
aguas debajo de esta hasta el mismo casco urbano del municipio, cerran-
do en la desembocadura del ya mencionado río Lindo. Hacia 1936 estos
amplios terrenos sufrirían una primera parcelación que daría origen a la
vereda Brasil, y finalmente seguiría siendo parcelada en 1954.
[141]

Detalle de la nueva casa


principal de la hacienda
Florencia, la original se
incendió en 1949. Fuente:
Acero, 2007; 106

La casa de hacienda original se incendió en 1949, al parecer durante


el periodo de las luchas agrarias en la región (Sandoval, 2016; 111) y sobre
sus cimientos se construyó una completamente nueva. Este inmueble,
que permanece al día de hoy fue elaborado en gran medida con ladrillos
–usados incluso en sus arcos– sobre cimientos de piedra y concreto, su
techo es de tejas de latón con una cubierta inclinada. La madera fue utili-
zada en la elaboración de sus columnas, cielo raso y barandales a lo largo
de todo su perímetro.
Hacienda California: En el año de 1915 los her- aprovechamiento de sus visuales al bosque nati-
manos Iregui dividieron algunos terrenos de vo que la rodea y para sembrar el café a la som-
su hacienda llamada La Argentina, esta que- bra. En 1927 la hacienda contaba con 260000
daría con 570 fanegadas, y daría origen a una arbustos de café, la mayoría de ellos –unos
nueva propiedad denominada como Califor- 76,9%– sembrados antes de 1907 y desde ese año
nia, propiedad de la sociedad Iregui Cuellar de hasta 1922 el restante 23,1%, se debe anotar que
484 fanegadas. al contrario de muchas haciendas del munici-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

pio, entre 1922 y 1927 esta propiedad no sembró


nuevos arbustos (Censo Cafetero, 1932). Estos
cultivos de café ocupaban 270 fanegadas de las
484 que componían la hacienda, el restante de la
tierra se empleaba en otros quehaceres, dejando
70 para la ganadería, 64 de bosques y 80 para los
arrendatarios. De California sabemos que el gra-
no que producía se vendía a través del Banco de
Colombia. Esta entidad compraba la totalidad
Vista aérea de la de la cosecha cafetera, acreditando a la hacienda
hacienda California.
dos tercios del valor total de la producción y el
Fuente: Google Maps
restante cuando se vendía por completo (Jimé-
Hacia 1924 esta última hacienda era propie- nez, 1983; 48), así mismo, descontaba una comi-
dad de Justina Cuellar de Iregui. Fue implanta- sión del 2,5% y un interés del 12%64. La hacienda
da en una zona de ladera teniendo en cuenta el California sería parcelada en 1955.

64. Posterior a la entrega de las cargas de café el representante del Banco de Colombia daba al administrador de la hacienda
monedas de latón, por una cara tenían el número de cargas recibidas y por la otra el nombre Banco de Colombia. En periodos
de cosecha del grano, generalmente en la tarde, cuando cada recolector entregaba sus cargas, el administrador les entregaba
monedas de latón, estas tenían en una cara el número de cuartillas recogidas y al otro el nombre de la hacienda. Al final de la
semana cada trabajador entregaba las monedas que había recibido y liquidaba su paga, esta se hacía en efectivo totalmente
(Acero, 2007; 107) o se intercambiaba por productos y mercancías, de allí también descontaban las deudas que el recolector
pudiera haber contraído con sus empleadores.
Germinador de la hacienda California. Esta hacienda,
ubicada a 1100 metros sobre el nivel del mar, cuenta con
un germinador de café, que en la actualidad produce una
variedad brasilera conocida como maragogipe, aunque se
está intentando revertir su cultivo dándole prioridad las
otras variedades como caturras65, típica y borbones66.
En el germinador las plántulas permanecen dos meses
y medio y de allí son trasladadas a las plantaciones de la
finca. Fuente: TV Agro [143]

En cuanto a los materiales usados en la edificación de esta hacien-


da, su propietario declaraba en una entrevista concedida a Sandra San-
doval en el 2015 que se usaron principalmente materiales de la región,
especialmente la madera y las piedras de la zona. Observaba que dichos
materiales eran la materia prima presente en cercanías de la hacienda
y que por ello era más práctico su uso. Todo el beneficiadero fue cons-
truido con madera de los bosques circundantes y sus vigas se cambiaban
constantemente durante algunos años, incluso algunas máquinas para el
procesamiento del café se hicieron con este material. La hacienda gene-
raba su propia energía por medio de corrientes de agua que generaban
la luz necesaria para el funcionamiento de despulpadoras, el sector de
lavado estaba hecho enteramente en piedra y funcionó hasta años re-
cientes, aunque durante el lapso en que se abandonó la hacienda se dete-
rioraron bastante (Sandoval, 2016; 101).

65. La caturra es una mutación natural de la variedad borbón, la cual tiene una mutación de un solo gen que causa que la
planta crezca más pequeña.
66. Las variedades de café borbón y típica componen los grupos culturalmente y genéticamente más importantes de la
clase de café arabica en el mundo. Se cree que las semillas de este tipo de café fueron tomadas de los bosques del sudoeste de
Etiopía hasta Yemen. Desde allí, los descendientes de borbón y típica se extendieron por todo el mundo, formando la base
del moderno cultivo de café arábigo. El borbón se introdujo por primera vez en América en 1860 en el sur de Brasil, cerca de
Campinas y posteriormente se extendió al norte, llegando hasta América Central.
Vista de las instalaciones del beneficiadero de café de
la hacienda California se permite observar el estado
de avanzado deterioro en algunas de sus partes. El
beneficiadero es un edificio de madera de cinco pisos,
construido con cimientos de esferas de cemento, allí
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

reposa toda la maquinaria en uso al día de hoy. Factor


excepcional, pues la mayoría de las maquinas usadas
para el procesamiento del café se han adaptado a las
nuevas tecnologías. En California se sigue haciendo este
procedimiento como se hacía a mediados del siglo XIX,
maquinaria original. Fuente: Tomás Bolaños, 2015.

La hacienda está ubicada a quince kilómetros del casco urbano de


Viotá, actualmente se dedica al cultivo del café, sus visitantes quedan
asombrados por sus paisajes y por las diferentes frutas que se encuen-
tran al ir recorriendo sus alrededores. El beneficiadero tiene cinco pisos
construidos en madera, en este edificio se conserva la maquinaria del
proceso del café y una clasificadora del mismo, allí también se observan
unas instalaciones sencillas, a manera de cuartos, cuatro en total, donde
se podían hospedar los trabajadores en épocas de recolección67. Durante
algún tiempo su segunda planta se convirtió en un bar, sus visitan-
tes son locales y regionales. En la actualidad la hacienda presenta una

67. Cada uno de los cuartos mencionados tenía capacidad para alojar unos doce trabajado-
res, en tiempos de recolecta podían llegar hasta cuarenta de estos cosechadores de café a
quienes se les pagaba su sueldo el día sábado, a veces en efectivo y otras en especie. Era muy
común el intercambio de trabajo y mano de obra por trago –no solamente en esta hacien-
da– especialmente aguardiente, que era consumido por los trabajadores en los corredores
de la hacienda y en los cuarteles o campamentos aledaños a ella (Sandoval, 2016; 101-102).
casi nula producción de sus suelos y por ello el beneficiadero cambio su
uso y se destinó como discoteca durante algún tiempo. Este inmueble
presenta deformaciones en sus pisos de madera y desgaste estructural
por la humedad, el desgaste y su cambio de uso. Cuenta con servicios
básicos como luz, sanitarios, agua. Actualmente no posee instalaciones
turísticas, sólo se puede acampar en sus terrenos (Castellanos, 2012; 79).
A pesar de esto, sus propietarios plantean la idea de empezar a exportar [145]

un café artesanal a mercados extranjeros y convertirla en un atractivo


turístico pues consideran que su arquitectura cafetera, un pequeño mu-
seo en sus instalaciones, así como su infraestructura productiva pueden
ser de gran interés (Sandoval, 2016; 71) para quienes visitan la región.

Máquina clasificadora de café. Esta seleccionaba el producto procesado por tamaño de


grano en la hacienda California. Fuente: Acero, 2007; 87
Hacienda Atala: La darse por terminada la sociedad Sáenz Hermanos en
el año de 1898, esta hacienda, que en ese momento englobaba los terre-
nos de Japón y Capotes, quedó en manos de Francisco Sáenz, este la he-
redaría después a su hijo Guillermo Sáenz. A la muerte de este último las
propiedades de la familia pasarían a sus descendientes, la hacienda Atala
a Francisco Sáenz Fetty68, y la hacienda Capotes a Luis Sáenz Fetty. De
las 2900 fanegadas que tenía Atala en 1927, se designaron para el cultivo
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del café 451 de ellas, 21 eran para la producción de caña, 1500 fanegadas
para el ganado, 199 compuestas de bosques y otras 799 para arrendar a
trabajadores (Acero, 2007; 109).

Vista de las marraneras o


porquerizas de la hacienda
Atala, al fondo se puede
observar la casa principal
y las construcciones
aledañas a esta en el año
de 1924. Fuente: Acero,
2007; 108.

68. Este personaje fue durante veinte años el representante de la Federación Nacional de
Cafeteros en Brasil, allí residía con su esposa, doña Alicia Umaña.
La hacienda Atala es administrada por curas, y se ubica a diez kiló-
metros del casco urbano, en la hacienda se observan máquinas donde
se tostaba sus beneficiaderos y existen dos pisos edificados reciente-
mente reformados; en ella se encuentra un jardín botánico natural
(Castellanos, 2012; 76). También se conocía como Casacoima y data del
siglo XIX donde gran parte del progreso económico e industrial del año
1920 se concentra en la labranza del café y las labores ganaderas en la que [147]

en un principio fuese la finca de veraneo de Enrique Olaya Herrera. Los


paisajes que la rodean son únicos, de ahí que a la fecha sea el lugar ideal
para realizar turismo recorriendo sus senderos ecológicos a caballo has-
ta llegar al impresionante beneficiadero de café, así como realizar tareas
de granja, además de los servicios que se implementan para innovar en
la recuperación y pronta reinauguración de este espacio rodeado de in-
mensa naturaleza.

Quinta de Casacoima, en
la hacienda Atala. Fuente:
Acero, 2007; 107
La casa principal de la hacienda Atala es de las mejores conservadas
al día de hoy, en su materialidad presenta un enorme uso de la madera
nativa de la región, especialmente en sus balcones, barandas y puertas,
pero también en sus pisos entablados, cielo raso vigas, columnas y cer-
cas. Los muros fueron hechos en adobe y han tenido distintos pañetes y
policromías a lo largo de los años. En sus cercanías se observa el uso de la
piedra y el concreto como material básico en la construcción de acequias
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

y tanques de lavado de café.

Casa de la hacienda
Atala. Fuente: Liliana
Castellanos, 2012; 75

Su implantación es en logia, con corredores perimetrales que reco-


rren sus dos plantas rectangulares, en sus cercanías se encuentra el be-
neficiadero de café, realizado en madera de manera análoga a los otros
edificios de este tipo en el municipio, también y de acuerdo a algunas
fuentes gráficas, en algún momento tenía otros inmuebles complemen-
tarios como corrales, porquerizas, establo, e incluso unos barracones
para los trabajadores. Al día de hoy se ha construido una edificación en
ladrillo, sencilla, en cercanías a la casa principal.
[149]

Pesebreras o establos de
la hacienda Atala. Fuente:
Acero, 2007; 108

Actualmente, la infraestructura se prepara para recibir algunas ade-


cuaciones que permitirán que sea más atractiva al visitante, a su vez
presta servicios de hospedaje incluso en camping, cuenta con su propia
marca de café, una ecogranja, y un museo con elementos tradicionales
de la cultura cafetera, también cuenta con una fuente en piedra, muy
cercana a la casa principal y un lago ubicado en la parte intermedia de la
hacienda. Fue reinaugurada como un atractivo turístico en noviembre
de 2018, durante la alcaldía de Héctor Jorge Cante Acosta.
Hacienda Pekín: Se ubicó junto a la Cordillera del Subia, en la vía que va
hacia Cumaca. Su importancia histórica radicaba en que el 10 de diciem-
bre de 1901 fue el escenario de la Batalla del Alto de la Cruz, durante la
Guerra de los Mil Días.
La propiedad había sido fundada por la familia Bazurto, y en 1910
era propiedad del señor Desiderio Bazurto. Se sabe que la hacienda te-
nía una capilla pues allí celebraron sus nupcias el general Celso Román y
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Frankelina Bazurto (Acero, 2007; 111). Los materiales empleados en esta


edificación fueron la madera y el ladrillo de adobe, el trabajo de este últi-
mo es apreciable al día de hoy en el portón original que daba entrada a la
hacienda, el cual está bastante deteriorado.

Antiguo portón de acceso a


la casa de hacienda Pekín,
en la base del Alto de la
Cruz, donde se llevó a cabo
la batalla homónima el
10 de diciembre de 1901,
durante la Guerra de los
Mil Días. Fuente: Acero,
2007; 111.
Hacienda San Jorge: En 1927 esta propiedad estaba a nombre de la fami-
lia Bazurto, poseía para ese año unos 140000 arbustos de café, un 71,4%
de estos habían sido sembrados entre 1907 y 1922, y el restante 28,6%
de esa fecha hasta 1927. Se componía de un total de 185 fanegadas, de las
cuales 140 estaban destinadas a la producción del café, 35 para pastos y
ganado y apenas 10 para arrendatarios (Censo Cafetero, 1932).
[151]

Vista aérea de la
hacienda San Jorge.
Fuente: Google Maps

Su casa de hacienda fue construida hacia 1920 con madera obtenida


de los bosques circundantes, también se usó adobe paras sus muros y se
complementó con tejas de zinc. En 1970 se remodeló su segunda planta,
factor que afectó la habitación principal. El beneficiadero de café se de-
rrumbó y arruinó debido a la falta de recursos para su mantenimiento.
Vista del beneficiadero
y deterioro del mismo
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

edificio en la hacienda
San Jorge. Fuente: Diana
Blanco y Luis Miguel
Morales.

Casa principal de la
hacienda San Jorge. Fuente:
Luis Miguel Morales
1.32
1.12
3.50

1.48

0.83

1.57 1.52 1.57 1.54 1.67 1.68 1.75


16.19

Al día de hoy la hacienda San Jorge es uno 13.16 4.69

de los lugares más reconocidos por los habi- 7.73 2.23

tantes del municipio. Es propiedad del señor 3.62 3.02

Guillermo Corredor, y su madre es la admi- 4.66 4.66

nistradora del lugar. Ella narra la historia co- 3.16


6.94 7.18

nocida de la hacienda, haciendo énfasis en su 3.36


4.56

1.15 2.00 1.15

importancia como lugar productor de café en 5.37


1.82 [153]
2.44

la zona, y las costumbres de los trabajadores


1.65

que en ella laboraban.


10.61
1.81

7.19

11.51 1.73 2.95

1.73

3.62 3.17
2.00

2.53 2.35

1.15
1.00

5.47 1.15 2.03 12.72


1.64
5.52

1.60 1.81

5.69
5.43

1.75

Levantamiento primera
planta de la hacienda 2.03 2.95

San Jorge.

9.42 11.17
Allí conservan algunas de las monedas con que los hacendados pa-
gaban a los recolectores del grano en épocas de cosecha, la maquinaria
también está en perfecto estado y sus propietarios planean convertirla
en un lugar apropiado para recibir visitas de turistas aludiendo que esta
actividad económica ligada a la cultura del café radica en la importancia
de dar a conocer la historia de esta industria, de cómo alrededor de ella
se dieron manifestaciones inmateriales como los cantos de los cogedores
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

de café que le cantaban a sus parejas y familias, así como realizar recorri-
dos a los lugares que conservan huellas de un pasado indígena y visitar
los campamentos de los trabajadores cafeteros (Sandoval, 2016; 70) en
donde se acostumbraba a jugar cartas, tomar aguardiente y celebrar en
algunas ocasiones al calor de la música.

Vista de una parte de


la casa principal de la
hacienda San Jorge.
Fuente: Linda Acosta.
A finales de la década de 1960 su propietario era el señor Guillermo
Corredor, quien fuera un importante dirigente cafetero de la época y
quien fuera el gestor (Acero, 2007; 110) de la construcción de las instala-
ciones del Comité de Cafeteros de Viotá.

[155]

Casa de hacienda de San


Jorge. Fuente: Acero,
2007; 110
Debemos anotar que la mayoría de estas ra que se venía cultivando desde tiempo atrás,
haciendas –al menos las que no se encuentran al día de hoy solo es producida en unas 200 hec-
en estado ruinoso– siguen dedicadas princi- táreas del suelo viotuno, pero de ella se obtiene
palmente a la producción del café, innovando un amplio número de subproductos como la
en sus técnicas de cultivo y beneficio, en las miel, los licores, y una producción terciaria,
4818 hectáreas de cultivos cafeteros que tiene destinada a la cachaza y el melote, que sirven a
el municipio. Estas haciendas, hoy en día, han su vez como alimento para los animales. Tam-
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

diversificado sus cultivos, dando paso a la pro- bién se produce en menor escala ahuyama,
ducción también de plátano, que como segun- yuca, guayaba, guanábana, tomate, arveja, fri-
do renglón agrícola de la región ocupa en su jol, como productos de pan coger (Alcaldía de
cultivo unas 700 hectáreas de tierra; el mango Viotá) que alivian la necesidad alimentaria de
a su vez también ha adquirido cierto nivel de las familias campesinas.
protagonismo y se han destinado a su cultivo Finalmente, este apartado intentó mostrar,
unas 450 hectáreas; el cacao, de reciente in- como el patrimonio inmueble es uno de los pi-
serción ha tenido gran acogida al ser un culti- lares básicos en la constitución de un paisaje
vo permanente y al cual se le han dedicado 272 cultural, al ser las huellas materiales del paso de
hectáreas para su producción en la actualidad; una colectividad humana por el territorio. Pre-
el maíz, cultivado en las partes más bajas de la tendemos ahondar en este, pero también en los
región cuenta con unas 850 hectáreas para su demás tipos de manifestaciones patrimoniales
producción; el aguacate que ofrece una enorme de la región –como las tradiciones, las fiestas,
oportunidad de mercadeo se encuentra culti- la gastronomía, la memoria y lo natural– en los
vado en 400 hectáreas; los cítricos, de todo tipo párrafos siguientes, para así englobar todo este
cuentan con una extensión en sus cultivos de acervo cultural dentro de una visión del paisaje
alrededor de las 923 hectáreas y la caña panele- cultural viotuno.
3.4 Valoración del acervo tos patrimoniales se hace presente también
patrimonial del municipio dentro de la noción de los paisajes culturales,
La identificación de cualquier tipo de pa- un concepto que engloba distintas acepciones
trimonio, al interior de un territorio debe te- del patrimonio cultural de una región y los
ner en cuenta los parámetros definidos desde engloba a todos dentro de sus dinámicas com-
la UNESCO, cuyos antecedentes principales plementarias como factor fundamental de la
serían la Carta de Atenas, de 1931, y la Carta identidad de las regiones. Estos paisajes cultu- [157]

de Venecia de 1964. En estos documentos, el ya rales permiten además entender los elementos
mencionado organismo conviene en la crea- patrimoniales dentro de su contexto específi-
ción de planes de manejo para que el patrimo- co –geográfico, social, económico y cultural–
nio cultural sea cuidado por la comunidad que puesto que permiten hacer una lectura de las
es partícipe del mismo y que debe velar por su dinámicas históricas y los procesos humanos
permanencia en el tiempo. En un contexto más en que surgieron (Icomos, 2008).
regional, la Norma de Quito, de 1967 también Si seguimos esta idea podríamos entonces
detalla que para la preservación de los bienes ubicar el paisaje rural en el que surgen las casas
patrimoniales se deben hacer planes de reva- de hacienda viotunas, como columna vertebral
lorización en pos del desarrollo económico y de su noción paisajística, dentro de una espe-
social de las personas vinculadas a él, puesto cie de circuito cultural (Blanco, 2017; 16) pues
que son estas quienes las dotan de un valor his- hacen parte de un territorio que contiene otros
tórico singular. tipos de patrimonio cultural –natural, arqueo-
La Ley General de Cultura de 1997, modi- lógico e industrial– y que gracias a la valoración
ficada por la Ley 1185 de 2008 establece para y puesta en juego de sus valores arquitectóni-
nuestro país, que el patrimonio es lo que le cos, puede llegar a desarrollar industrias orga-
permite a una colectividad humana generar un nizadas en torno a proyectos de distintas índo-
sentido de pertenencia a través de la memoria. les que generen ingresos económicos y empleo
La mencionada ley observa que el patrimonio para la población (Throsby, 2008; 181-183)
ha de ser conservado, protegido y recupera- aunando además a esto, la revitalización de la
do, con la intención de que permanezca en el memoria histórica del lugar. Así mismo, en el
tiempo y sea testimonio de la identidad cultu- caso de los inmuebles acá estudiados, debemos
ral de la Nación. Esta protección de los elemen- establecer sus valores de acuerdo al Sistema
Nacional de Patrimonio Cultural, que en su Decreto 763 de 2009, ordena
los criterios de valoración para bienes de interés cultural a partir de su
antigüedad, autoría, autenticidad, constitución, forma, estado de con-
servación, así como su contexto ambiental, urbano físico, su represen-
tatividad, sumado a su contextualización sociocultural. Al mismo tiem-
po, este decreto asocia tres valores atribuidos a los bienes inmuebles que
son: el valor histórico, el valor estético y el valor simbólico (Ministerio de
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Cultura, 2005; 36-43).


El valor histórico de estos inmuebles radica en su concepción como
unidades productivas en el territorio. Fueron el eje de una empresa agrí-
cola a nivel regional con amplias repercusiones en el ámbito nacional,
en los planos político, social y económico. Así mismo, su construcción
sirvió para cimentar un modelo de apropiación del territorio que es ras-
treable hasta el periodo inmediatamente anterior a la conquista española
de la región, pues evolucionaron de ser dominios indígenas a encomien-
das y haciendas en los años posteriores, su discurrir en el tiempo deja
observar como la tenencia de la tierra y los modos de producción atados
a ella, están intrínsecamente ligados a la vida cotidiana de las colecti-
vidades que les habitaron y que tenían en ellas su principal sustento La
fundación de estas haciendas y la construcción de los inmuebles asocia-
dos a ellas, hicieron también parte de la expansión urbana que llevaría a
la fundación de asentamientos urbanos, tanto veredas como municipios,
e incluso la rehabilitación y creación de caminos nuevos para su cone-
xión, algo visible no solamente en Viotá, sino en otros lugares del país
con patrimonios similares (Ramírez, 1999; 84). Además podemos anotar
el papel que jugaron en determinados momentos de la historia nacional,
como la Guerra de los Mil Días, la bonanza cafetera, las luchas agrarias y
claro está, el periodo de violencia interna que el país vivió en las últimas
cuatro décadas. A pesar de estos momentos álgidos y convulsos, las ha-
ciendas permanecen como testimonio de los mismos, y se convierten en
un factor determinante a la hora de otorgarle a estos inmuebles un valor
histórico particular como escenarios de procesos de esta misma índole.
El valor estético de las haciendas cafeteras de Viotá resalta a la vis-
ta. Son ejemplos claros de la arquitectura popular cafetera tan tradicio-
nal en la zona central y oriental de Colombia. El amplio uso de técnicas
constructivas como la cimentación ciclópea, los muros de bahareque y
ladrillo de adobe, así como una enorme utilización de la madera –prove- [159]

niente de las especies nativas de la región– en un sinnúmero de menes-


teres edilicios, llevarían a catalogarlas, al igual que sus análogas en el Eje
Cafetero, como ejemplos claros de una experiencia arquitectónica que
merece ser preservada para el disfrute de generaciones venideras, como
la huella del paso de una sociedad y unos modos de habitar el territorio
muy específicos.

Vista de la hacienda Liberia. Fuente: Linda Acosta.


Podríamos anotar el uso de las materias primas de la región para la
empresa constructiva, no solo para la obra de las casas principales de las
haciendas, sino también en sus edificios complementarios, como bene-
ficiaderos –donde predomina la madera–, barracones, cuarteles y alma-
cenes de bahareque y tapia pisada, además de los equipamientos necesa-
rios para el procesamiento del grano, como piletas, estanques de lavado
y tuberías que revisan otro tipo de materialidad.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Vista de la hacienda Arabia.


Fuente: Linda Acosta.
En este plano, los bienes culturales repre- De igual manera, su importancia en el pla-
sentados por las haciendas cafeteras viotunas, no simbólico, es tal vez la más significativa,
entrarían dentro de la tipología estética y ar- pues no es estática, ni está atada al pasado. Al
quitectónica de la casa de campo, algo que ya contrario, son bienes de interés cultural que se
se revisó, y que daría aún más importancia a proyectan hacia el futuro como ejes articula-
su valor estético como representaciones mate- dores de una pléyade de procesos que pueden
riales de un momento específico de la historia ayudar a revitalizar la región en torno a las ac- [161]

arquitectónica en nuestro país. En este ámbi- tividades que desde ellos se hagan. Los edificios
to también se debe anotar que su relativo buen de las haciendas cafeteras en Viotá son símbolo
estado de conservación y pocas intervenciones no solo de la expansión de la caficultura en la
en su estructura y materialidad –al menos en la zona central colombiana como un modelo eco-
mayoría de ellas– permiten una lectura del in- nómico relativamente exitoso y duradero en el
mueble original, por lo que se les puede agregar tiempo, sino que también fueron la génesis de
además un valor de conservación. la expansión urbana de la zona.

Piedra tallada por los


indígenas panches en
cercanías de la hacienda
San Jorge. Fuente:
Sandoval, 2016; 73.
En ella, las manifestaciones culturales sim- respetar aquellos elementos ligados a su me-
bólicas, algunas de ellas intangibles, como las moria, que dan cuenta de sus formas y modelos
formas de cultivar el café, los cantos asociados de vida, maneras de apropiación territorial, y
a la recolección, el pasado indígena, sus fiestas creación de imaginarios y representaciones
y tradiciones69, sirven como factores de cohe- culturales70, encumbrándose como una he-
sión entre la población que habita el lugar, pues rramienta primordial en la construcción de su
son escenarios de interacción de la comunidad identidad71.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

con sus valores patrimoniales (Throsby, 2008; Debemos mencionar en este apartado, que
56-57). Esta identificación del acervo patrimo- como un valor agregado, las haciendas cafete-
nial viotuno que contenga una valoración sim- ras en Viotá, deben ser observadas desde una
bólica es importante, pues por medio de ella se visión que nos las separe de las nociones de pa-
le permite a los distintos actores involucrados trimonio industrial y de patrimonio natural. El
con el mismo, ya sean públicos, privados o es- primero de ellos se entiende como:
tatales (Blanco, 2017; 22), conocer, valorar y

…los restos de la cultura industrial que poseen un valor histórico, tecnológico, social,
arquitectónico o científico. Estos restos consisten en edificios y maquinaria, talleres,
molinos y fábricas, minas y sitios para procesar y refinar, almacenes y depósitos,
lugares donde se genera, se transmite y se usa energía, medios de transporte y toda
su infraestructura, así como los sitios donde se desarrollan las actividades sociales
relacionadas con la industria, tales como la vivienda, el culto religioso o la educación
(ICOMOS, 2003, p. 1).

69. En cuanto al patrimonio cultural inmaterial del municipio de Viotá, que proviene de las tradiciones orales de la comu-
nidad y se “transmite para las futuras generaciones mediante valores, idiomas, arte, gastronomía, saberes y conocimiento,
aún existe poca información” (Martínez, 2016; 101).
70. El capital cultural, que es heredado de los antepasados y surge de las actividades creativas de la humanidad, se transmite
de manera material y simbólica, ejerciendo una acción educativa sobre las personas que lo disfrutan (Bourdieu, 1979).
71. En la Década Mundial de la Cultura, celebrada entre 1988- 1998, la UNESCO resaltó la importancia de la cultura y el pa-
trimonio en la vida nacional y en la identidad de los pueblos.
De acuerdo a esta idea, y a las evidencias en- municipio bajo una óptica del patrimonio indus-
contradas en las haciendas cafeteras viotunas, trial, otorgándole así un valor extra, llegando a
como las enormes máquinas extranjeras para el considerar incluso, como algunos investigadores
procesamiento del café que aun reposan en los lo han hecho, una especie de paisaje industrial
beneficiaderos en muy buen estado, así como sus viotuno (Blanco, 2017; 21) que no se desliga de
edificios complementarios, a todas luces des- su paisaje rural o cultural, sino que más bien lo
tinados para tareas industriales, nos llevarían a complementa, fortaleciendo así la necesidad de [163]

valorar también estos bienes –muebles e inmue- valorar todo está pléyade de bienes patrimonia-
bles– culturales de las haciendas cafeteras de este les arquitectónicos e industriales72.

Máquina para descerezar


el café en la hacienda San
Jorge. Su función era la
de separar el grano de la
cascara. Fuente: Diana
Carolina Piraquive.

72. El reconocimiento de este tipo de paisajes industriales ha tenido una amplia serie de estudios desde la elaboración de la
Carta de Nizhny Tagil sobre el patrimonio industrial, prueba de ello es la declaratoria como Patrimonio de la Humanidad por
parte de la UNESCO, del Paisaje Agavero y Antiguas Instalaciones Industriales de Tequila, en México en el 2006. También
servirían como referencia en este tema los estudios sobre el los Paisajes Industriales Mineros en Andalucía y Los Astilleros
del País Vasco, ambos en España.
El patrimonio natural, entendido desde
su acepción original que estableció en 1972 la
UNESCO, se conforma por:

…los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por


grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto
de vista estético o científico (…) las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas
estrictamente delimitadas que constituyan el hábitat de especies, animal y vegetal,
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético
o científico (…) los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas,
que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la
conservación o de la belleza natural (UNESCO, 1972).

El patrimonio natural ligado a las hacien-


das cafeteras, representado en su manera de
aprovechar el suelo para la caficultura, sus pai-
sajes y atractivos naturales, así como su riqueza
hídrica73, representada en ocupar gran parte de
la subcuenca del río Calandaima, se hace evi-
dente al contemplar uno de sus atractivos más
reconocidos, la cascada La Ruidosa. Esta se en-
cuentra ubicada en cercanías del municipio de
Viotá, exactamente en la vereda Santa Liliana.
Para llegar a ella se debe tomar la vía Viotá-Me-
sitas del Colegio, realizar un desvío y recorrer a
pie un tramo del camino.

73. Otra de las características que hace que Viotá sea estratégico en el aspecto natural, respec-
to a sus vecinos es su riqueza hídrica, por lo que junto con su gradiente altitudinal constituye
uno de los territorios más fértiles de la región, con un 68% de área rural (Blanco, 2017; 18).
[165]

Aerofotografía de la
cascada La Ruidosa.
Fuente: Canal Viajeros.

Esta cascada es uno de los principales atractivos naturales del pai-


saje acá estudiado, se forma por la unión de una serie de quebradas que
se desprenden del río Calandaima, que nace en Piedras Blancas –a unos
2800 metros sobre el nivel del mar– y termina desembocando en el río
Bogotá. La cascada se forma gracias a una gran roca que ha sido moldea-
da por el paso del agua sobre ella durante miles de años, esta erosión hizo
que la piedra se convirtiera en una especie de tobogán natural, que es
usado tanto por los naturales, como por los turistas que visitan el lugar.
Sus aguas son templadas y refrescantes, en algunos sitios presenta pozos
naturales, a manera de piscinas que permiten el disfrute de todos aque-
llos que la visitan.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Las grandes rocas hacen parte del paisaje de la cascada


La Ruidosa, donde muchos visitantes acuden a
relajarse y disfrutar del ambiente natural del lugar.
Fuente: Canal Viajeros.

Lastimosamente, este gran atractivo natural no ha escapado de los


males que acarrea el turismo inconsciente, el mal uso del lugar se re-
fleja en una ingente cantidad de basura dejada por los visitantes y en el
daño visual que se hace al rayar con aerosol las piedras que conforman la
cascada y sus afluentes cercanos. A pesar de lo anterior, es un sitio que
demuestra el particular valor patrimonial, que desde el ámbito natural,
y con una serie de cuidados puede encumbrarse como uno de los princi-
pales atractivos del municipio.

Luis Enrique Acero,


realizando recorridos
en Mogambo. Fuente:
Paula Acero.
En este mismo apartado debemos hablar plantas y animales que tiene Viotá, gracias a la
del sendero de Mogambo74, un recorrido na- lúdica botánica. Su creador realiza el mismo las
tural ideado por Luis Enrique Acero, es otro visitas, en ellas enseña los usos que como me-
atractivo natural de la región. Ya fue mencio- dicina o tintes tienen las múltiples variedades
nado en líneas anteriores durante este trabajo, de plantas que hay allí. Hay un espacio deno-
pero en este apartado es valioso su aporte como minado como el caney del saber, que es una
uno de los elementos patrimoniales naturales construcción arquitectónica tradicional, los [167]

más interesantes del municipio. Con una ex- visitantes tienen la posibilidad de interactuar
tensión de 32 fanegadas, Mogambo se convier- acerca de los saberes de la naturaleza; y en el
te no solamente en un atractivo turístico, sino ojo de agua o jagüey, se enseña acerca del ciclo
más bien en un recorrido didáctico, en el que del líquido vital.
los visitantes aprenden sobre la variedad en

Los visitantes aprenden


sobre el uso como tintes
que han tenido, desde
tiempos ancestrales,
las semillas y plantas
presentes en el paisaje
viotuno. Fuente: Paula
Acero.

74. Luis Enrique Acero Duarte director científico de Mogambo Sendero Ambiental, ganó el premio ambiental CAR 2014, en la
categoría investigación ambiental, por su trabajo en la recuperación de especies de flora y fauna en el sendero, ubicado en el
municipio de Viotá.
Lo anterior lo convierte en un escenario
pedagógico sobre la historia de Viotá, no solo
desde lo natural, pues también desde la tradi-
ción oral se destaca la importancia de sus mitos,
leyendas y tradiciones. El recorrido tiene una
serie de estatuas realizadas por un artista de
la región que permiten el acercamiento de los
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

visitantes a leyendas tan reconocidas75 como


la Madremonte o el Hojarasquín y finaliza con
una comida típica, por lo general un sancocho
de gallina, en San Miguel de Amanta, allí, des-
de un mirador excepcional se puede observar
el paisaje montañoso viotuno, un factor des-
tacado de este recorrido que es reconocido por
propios y visitantes.

El Bambero del Higuerón es un ser mitológico que habita


en las bambas, que son las raíces de los árboles gigantes; de
allí entonces procede su nombre. Acostumbra a llevar la
contabilidad exacta de los animales del bosque y siempre
está revisando por si acaso falte alguno. Cuando advierte
la presencia y malas intenciones de algún cazador, lo
enfrenta y le señala la dirección por donde debe retirarse
inmediatamente. Fuente: Paula Acero.

75. Los visitantes se encontrarán en algún recodo con estatuillas que representan algunos de los principales mitos personifi-
cados que fueron tema de los saberes y las leyendas que muchos abuelos contaban a sus aterrados nietos en oscuras noches y
a la luz de una fogata. Entre estos se destacan: LA Madremonte, el Patetarro, el Bambero del Higuerón, los hombres Aparo o
Sapo, Urú, el Hojarasquín del Monte y Chengue.
[169]

La Madremonte, es una de las representaciones de


los mitos en Mogambo. Es descrita como una mujer
que deambula por la selva, es mortal enemiga de los
aserradores y de madereros, pues es dueña y protectora
de los árboles. Su cabellera está conformada por bejucos y
musgos, su cuerpo se cubre con ramas y musgo. Fuente:
Paula Acero.

Este sendero, la ronda de la Laguna del In-


dio o las múltiples cascadas del municipio, se-
rían claves en reconocimiento y valoración de
los elementos patrimoniales de Viotá, desde su
aspecto natural.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

Vista desde San Miguel de Amanta, donde finaliza el


recorrido del sendero de Mogambo. Desde allí se puede
apreciar la belleza del paisaje de montaña de Viotá. Fuente:
Paula Acero.

Todo lo anterior tiene como génesis la comprensión del patrimo-


nio cultural desde su historia, desde su singularidad. El paisaje cafetero
viotuno, debe pensarse y valorarse desde los vínculos que tiene con los
eventos históricos que sucedieron en el territorio donde se implanta-
ron. En este paisaje entonces, entrarían también en juego las tradiciones
populares, las creaciones culturales y atractivos naturales; también las
obras que poseen un valor etnológico, histórico, antropológico, así como
los antiguos asentamientos de las industrias que se desarrollaron en el
territorio, factores que componen la riqueza cultural del paisaje. Este as-
pecto tiene en cuenta entonces uno de los elementos que más valor le
agrega a la elaboración de un paisaje cultural viotuno, el del territorio
como espacio vivido, pues la riqueza cultural está compuesta por las ex-
presiones humanas, como el arte, la arquitectura, y las tradiciones cul-
turales, que reflejan la percepción emocional de su paisaje (Sabaté y Ho-
rrach, 2014; 19), es decir, la manera en que se habita el territorio, como
se trabaja, se recuerda, se conoce y se narra.
[171]

Día festivo en la hacienda Atala. Fuente: Acero, 2007; 108

Las expresiones humanas inmateriales, como las tradiciones, los


saberes, las técnicas artesanales, así como las ferias y fiestas son un fac-
tor importante a tener en cuenta a la hora de construir cualquier idea
o imaginario del paisaje cultural viotuno. Entre estas manifestaciones
culturales inmateriales, las más reconocidas en el municipio se pueden
mencionar el Festival de la Cultura Cafetera, que se viene realizando
desde el 2011, en este evento se reconoce la importancia de la indus-
tria cafetera como pilar de la construcción cultural de Viotá, es realiza-
do durante cuatro días en el mes de marzo y durante las celebraciones
se hacen misas, eventos deportivos, danzas y juegos pirotécnicos, en el
festival se le dedica un espacio importante a la cultura cafetera, hacien-
do degustaciones del suave café de montaña viotuno, competencias de
barismo donde se destaca la innovación en la presentación y elabora-
ción de productos relacionados al café76, además se realiza un desfile de
la cultura cafetera, donde se observan los Willys, o camperos, los arrie-
ros y sus mulas, así como las chapoleras, también hay danzas específicas
sobre la producción cafetera

76. En este evento los productores de la región muestran sus marcas y se premia la Mejor Taza de Café.
torno a su preparación se hacen algunos even-
tos, aunque la principal intención es la de dar
a conocer las marcas del municipio. De igual
Willys preparado para el
desfile durante el desfile manera durante los últimos años ha contado
de la Cultura Cafetera, con la asistencia de países invitados como Chi-
está engalanado con la
na, el evento se realiza desde el 2016 durante la
mayoría de los elementos
segunda semana de diciembre y es organizado
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

tradicionales de un
cultivador de café y lleva principalmente por la Alcaldía de Viotá.
en la parte de adelante una
Desde hace 27 años se realiza en el munici-
chapolera, una recogedora
de café. Fuente: Juan pio el Reinado Departamental del Café y Festi-
Gonzalo Ángel. val Folclórico en Viotá, este cuenta con eventos
A este festival se le unió desde el 2017 la Fe- musicales, cabalgatas, sesiones deportivas y
ria de las Regiones Cafeteras, convirtiéndose en muestras culturales y folclóricas, durante este
un solo evento que aúna ambos nombres, en evento, realizado entre los meses de junio y ju-
este ya no solo se valora la identidad cafetera lio el municipio recibe las distintas delegacio-
viotuna, sino que incluye en su celebración a nes de otros municipios cundinamarqueses con
otros municipios cundinamarqueses, atrayen- la intención de elegir la reina que los represen-
do distintas delegaciones y ampliando su pa- tara en el reinado que se hace en las Fiestas Na-
norama el con el fin de resaltar y homenajear cionales del Café, en Calarcá, Quindío. El Fes-
a la cultura cafetera de todo el departamento. tival Cultural y Turístico de San Gabriel, que se
La Feria Gastronómica y Mercado Campesino realiza desde el 2016, es otro evento festivo de la
es otro de los eventos y festividades que se dan región, y específicamente de la vereda que lleva
en el municipio, en este se destacan los valores este nombre. En este evento se realizan corri-
culturales contenidos en las manifestaciones das de toros, misas, encuentros futbolísticos,
gastronómicas de la región, es frecuente en- cabalgatas, presentaciones de danzas campesi-
contrar platos típicos del municipio como el nas y por supuesto catas de café. Se realiza en la
sancocho de gallina, la picada campesina y la primera semana de enero. Por último, el Festi-
sopa de arroz con menudo, que son los más re- val de la Piña y Feria Agroindustrial es otra de
conocidos por sus habitantes, por supuesto el las festividades que tiene el municipio, se viene
café no está por fuera de esta celebración y en realizando desde el 2015 en la última semana del
mes de mayo, a diferencia de las fiestas men- espacial y temporalmente, una serie de prácti-
cionadas anteriormente, no centra su atención cas de índole sociocultural que mediante su ac-
en la cultura cafetera, sino que tiene como ob- tuar cargan simbólicamente el lugar, el paisaje,
jetivo la difusión de las actividades productivas dotándolo de un sentido de vida en comunidad.
que giran en torno al cultivo de la piña, espe- Por último, quedaría anotar el valor de uso
cialmente en la vereda El Piñal, a pesar de ello, que se le puede asignar a todos estos elementos
al ser también una feria agroindustrial sus es- patrimoniales, puesto que tienen la capacidad [173]

pacios son utilizados también, para mostrar en de erigirse como pilares fundamentales en la
menor medida la cultura cafetera que impregna construcción de un capital cultural (Bourdieu,
toda la región. En este evento se realizan acti- 1979) que permita revitalizar la región a partir
vidades como cabalgatas de integración, albo- de una serie de proyectos y empresas que ge-
radas, muestras artísticas y folclóricas, juegos neren ingresos económicos, especialmente a
pirotécnicos y corridas de toros. partir del turismo77. Esto último anotando que,
Este tipo de patrimonio inmaterial, repre- como observa Throsby, el turismo obtiene ren-
sentado en las tradiciones, artes, productos tas económicas de los productos que genera la
agrícolas y gastronomía, hacen parte vital del cultura, como son los museos, las galerías, los
paisaje cultural de Viotá, y deben sumarse a las sitios históricos, los artefactos antiguos, el arte
ya anotadas, pues son elementos esenciales del y la ciencia (2008; 183), por lo que el patrimo-
imaginario social de la región. Estas manifes- nio presente en las haciendas cafeteras viotu-
taciones representan en imágenes, practicas, nas también lo podría hacer, y de hecho se en-
signos y símbolos una realidad que se articula cuentra en proceso de realizarlo78.

77. Como podría ser el caso del Centro Cultural Los Panches, en donde Álvaro Agudelo, investigador empírico y compilador de los diseños observados en
los petroglifos panches de Viotá, creó en su casa una especie de museo. Los diseños expuestos allí fueron realizados por el mismo, con una técnica de calco,
denominada frotar, hechos a partir de como Agudelo expone, con tintas elaboradas con taninos vegetales, como la sábila, plátano, aguacate, entre otros. Este
proyecto sirve como reconocimiento de la herencia histórica del paso de los Panches por el municipio, gracias a las huellas dejadas en las rocas, un valor patri-
monial que debe ser difundido para propios y extraños.
78. Por falta de divulgación y desconocimiento se pierden recursos económicos para financiar el patrimonio cultural en Viotá, por lo tanto, es indispensable la
formulación de proyectos, que muchas veces surgen de iniciativas por parte de la comunidad (Martínez, 2016; 112).
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

La valoración patrimonial de las


haciendas cafeteras en Viotá:
Importancia de su conservación
material como elementos constitutivos
de un paisaje rural y pilares de la
memoria histórica local

Paisaje: Composición de espacios, hechos o modificados por el hombre


para servir de infraestructura o de fondo a nuestra existencia colectiva,
y si en el fondo parece un propósito modesto, debemos recordar que,
en su sentido moderno, esta palabra significa lo que subyace no sólo a
nuestra identidad y nuestra presencia, sino también a nuestra historia.
John Brinckerhoff Jackson
La valoración del paisaje79 cultural en el municipio de Viotá, debe
ser abordado a una escala humana, pues los paisajes culturales también
son paisajes sociales. Este paisaje social se reconoce, entre muchos as-
pectos, en el papel que las acciones de una colectividad humana tienen
en la transformación de los lugares, así como en la proyección de esta [175]

sociedad al convertir, dotando de significados al paisaje, en un bien sim-


bólico (Nogué, 2017;19). Esto es especialmente cierto en el caso de Vio-
tá, en donde dichos significados se rompieron a mediados del siglo XX
debido a la violencia que azoto la región, el retorno de las comunidades
al municipio llevó a que se generaran nuevas lecturas del paisaje, nue-
vas maneras de entender el territorio. En primer lugar el regreso de la
comunidad a Viotá generó unas nuevas identidades, identidades terri-
toriales e individuales ligadas al contexto actual de la globalización; así
mismo esta identidad se basa en una amplia desconfianza (Nogué, 2014;
159) frente a las instituciones, al no encontrar en ellas las respuestas y
soluciones que necesitan estas nuevas identidades que encontraron un
paisaje modificado; finalmente la inexistencia, hasta hace algunos años,
de políticas territoriales, paisajísticas y ambientales, se sumaron a dicha
problemática.
Así, si interpretamos al paisaje como una extensión del patrimonio
cultural, debemos entenderlo desde su cercana relación al territorio y

79. El análisis de la etimología de la palabra paisaje, nos lleva a pensar en el papel de la expe-
riencia en su concepción, es la experiencia la definidora de los paisajes. Tanto en el término
latino pagus, como en el holandés, landskip, que están en las raíces de paisaje, además de
referirse a la organización del espacio habitado, también expresan las relaciones que tiene la
gente entre sí y con el lugar, así como las obligaciones que existen para con la comunidad y
con la tierra (Caraphina, 2009; 114).
desde allí observar el sincretismo que ambos conceptos han generado.
Así, como en el caso de los objetos de orden artístico o artesanal, o en el
caso de los bienes inmuebles de épocas pasadas, el interés por el terri-
torio, desde el patrimonio radica no exclusivamente en su realidad ma-
terial, o en su organización y estructura geográfica, sino más bien en la
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

interpretación que la cultura que vive en el territorio le da a su medio, es


decir en el paisaje (Cruz y Español, 2009; 40-41). En efecto, desde los es-
tudios del paisaje se ha subrayado siempre el contenido patrimonial del
mismo, que ha sido resultado siempre de los signos históricos80 que en él
se han desarrollado y que se observan en sus configuraciones paisajísti-
cas, es decir de las huellas de un pasado en el presente –siguiendo la idea
o metáfora del paisaje-palimpsesto81– que son evocadas por la memoria
o la identidad de una cultura específica. Desde esta perspectiva histórica
el entender y estudiar el paisaje se concibe como un potencial recurso
para el desarrollo territorial (Mata, 2008).
El paisaje que se ha construido en Viotá, enmarcado en una serie de
elementos patrimoniales ha llevado también a considerar su relación con
el mismo sentimiento de ser viotuno, concepto desarrollado por Caro-
lina Piraquive (2016; 112). Este sentir se define desde el vivir y apropiar
el territorio y sus testimonios materiales e inmateriales que los mismos

80. La historia, es desde su etimología, testimonio, en el sentido del que se abstiene al ver, investigar y explorar, es el resultado de una búsqueda, es conoci-
miento. La historia es entonces, el análisis crítico, la interpretación, la reflexión, la especulación, muchas veces ligado todo esto, a la acción del hombre, o de
una colectividad humana en una realidad espacial y temporal. Es precisamente allí, donde se encuentran el paisaje y la historia (Carapinha, 2009; 112).
81. Palimpsesto proviene del griego antiguo παλίμψηστον, que significa vuelto a grabar o grabado nuevamente. El concepto remitía a los manuscritos que
conservaban huellas de otra escritura anterior en la misma superficie, pero que habían sido borradas con la intención de dar lugar a la que ahora existe. El
concepto de palimpsesto ha sido usado en la historia, la arquitectura y la arqueología para dar cuenta de los cambios que se perciben en sus campos de estudio
y que dejan entrever huellas de un pasado en la actualidad.
habitantes hacen. Dicho sentimiento se denota en las canciones ento-
nadas por los recolectores de café en periodos de cosecha; los procedi-
mientos técnicos de siembra y procesamiento del grano en la región; las
fiestas organizadas en los campamentos por los trabajadores o el tradi-
cional sancocho de gallina y la picada campesina. También se percibe [177]

en los imaginarios sociales de la colectividad que habita el municipio,


entre ellos la rivalidad y necesidad de diferenciación de la zona cafete-
ra viotuna con respecto al Eje Cafetero –diferencias notables en modos
de producción y sabor de la bebida– o los edificios que permanecen en
las haciendas –beneficiaderos, casas de hacienda y barracones– que son
huella de los estilos arquitectónicos de la época en que se construyeron y
dan cuenta de unos procesos políticos, sociales y económicos ligados al
territorio. Por supuesto las concepciones del universo y las representa-
ciones sociales surgidas de estas no pueden obviarse; las formas de per-
cibir el día y la noche en función de una producción agrícola, las historias
de espantos y aparecidos; la diversificación de cultivos –a veces como
una mera salida económica– y las narraciones de un pasado común que
ubican al municipio como uno de los focos en donde se desarrollaron
momentos claves para la historia del país, como las luchas agrarias, la
Guerra de los Mil Días y la bonanza cafetera serían ejemplos claros de ello
(Piraquive y Chaves, 2016).
El paisaje cafetero de Viotá, rural y productivo que se ha intentado
evidenciar a lo largo de estas líneas, a través de sus valores patrimoniales,
es el reflejo de más de cien años de adaptación del cultivo del café en las
complejas condiciones que revisa la Cordillera central de los Andes en
Colombia. Este paisaje resume el esfuerzo de un sinnúmero de genera-
ciones de campesinos cafeteros viotunos. Un esfuerzo que ha quedado
plasmado sobre el territorio con el fin de lograr adaptar el ambiente para
el beneficio del ser humano. Dicha empresa se ve plasmada hoy en día
en la presencia de los cafetales en terrenos escarpados y valles, al sol y
a la sombra, anotando siempre una relativa mecanización de las activi-
dades de producción, que siguen la misma cadena desde hace décadas.
Las unidades productivas, ya sean haciendas pequeñas y medianas son
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

uno de los signos más relevantes del paisaje rural que se ha conformado
en el municipio acá examinado. Este signo ha definido una estructura de
propiedad que como se ha anotado es el legado del proceso histórico de
colonización en la región, el cual se vio ampliamente fortalecido por las
sucesivas divisiones de terrenos entre las personas que la habitaban. Así
mismo en ellas han surgido una serie de manifestaciones y costumbres
inmateriales que complementan esta óptica y no pueden ser dejadas de
lado al considerar un paisaje cultural82.
Uno de los retos que afronta la valoración patrimonial de un paisaje
cultural es que muchas veces, una enorme cantidad de sus atributos se
relacionan con lo intangible o lo cualitativo. En la mayoría de las apro-
ximaciones a la concepción de un paisaje cultural se trabaja desde los
instrumental y lo material, este acercamiento parecieran minimizar la
importancia que tienen los valores intangibles que nacen de las prácticas
y tradiciones de las colectividades que habitan el territorio, es decir su

82. Lo material no es lo único que se debe valorar al observar estos elementos patrimoniales, pues estas haciendas no solamente fueron los lugares donde inició
la bonanza cafetera en el centro del país, sirvieron también como lugares de conexión para que este cultivo y sus empresas avanzaran hacia las regiones cafi-
cultoras más reconocidas, como Caldas y Quindío; fueron también el escenario en donde germinaron las primeras luchas agrarias y campesinas por la repar-
tición equitativa de la tierra en Colombia. Estas haciendas de Viotá, serian el teatro en que se desarrolló con más fuerza la lucha de clases, entre terratenientes
y despojados, dotándolas de un carácter político y social excepcional, no solo como lugares ligados al desarrollo económico, sino incorporándolas a un marco
mucho más amplio de coyunturas políticas e históricas.
relación con el paisaje (Gutiérrez, 2017; 18). Examinar con detenimiento
y de manera rigurosa la vocación del lugar, en nuestro caso de Viotá, sus
lógicas y dinámicas socioculturales, permite entender el entramado que
se teje entre el paisaje y las prácticas humanas.
Debemos resaltar entonces la importancia del patrimonio arquitec- [179]

tónico presente en Viotá como un valor histórico, ya que es una pieza


fundamental para la construcción de la identidad del municipio al crear
alternativas de inclusión y participación de la comunidad en su gestión,
pero sin dejar de lado lo inmaterial, pues ellos son también cohesiona-
dores sociales. Estas consideraciones generarían una serie de sentimien-
tos positivos para la valoración, respeto y preservación de los elementos
patrimoniales existentes, entendiéndolos como un legado que puede ser
trasmitido y heredado a futuras generaciones, incluso a comunidades no
directamente ligadas al mismo, que puedan disfrutarlo como un produc-
to de consumo cultural. En efecto, como demuestran otras experiencias
exitosas de este tipo, tanto la arquitectura como la agricultura cafetera,
y sus tradiciones y costumbres, tienen la capacidad de gestionar y sal-
vaguardar paisajes culturales. Estas no pueden ser separadas de la orde-
nación del paisaje, y mucho menos aun de los mismos agricultores y de
las políticas que al día de hoy se denominan como políticas de desarrollo
rural, las cuales se perfilan como unas políticas de cohesión territorial.
Sobre este tema sería valioso retomar la idea de Rafael Mata quien afirma
que la gestión de los valores del paisaje son hoy en día la salvaguarda de
su identidad y también el aprovechamiento económico de los recursos
paisajísticos ligados a la producción, esta gestión aparece hoy como una
oportunidad para la agricultura y el medio rural, como garantía de per-
manencia para una amplia cantidad de ellos (2010; 51-52).
Este tipo de abordaje lleva a la revalorización de los recursos patri-
moniales del territorio. Para ello es necesario hacer un inventario y una
jerarquización de las manifestaciones culturales que existan en el lugar,
para de allí proceder a estructurar un conjunto recursos y metodologías
que sirvan como base para la elaboración de un modelo de desarrollo que
procure su mantenimiento, protección y mejora83. Este propósito que
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

lleva a la generación de un paisaje cultural, desde la conservación del pa-


trimonio material e inmaterial presente en la zona, puede hacerse desde
una serie de complejas posiciones, en donde lo idóneo sería que también
se observaran todas, como por ejemplo: el diseño de una lectura lógica de
los espacios no urbanizados –agrícolas y forestales– valorizando las áreas
de mayor interés con relación al territorio; la identificación del ámbito
de crecimiento y trasformación de los espacios residenciales, urbanos
y turísticos, observando algunos criterios de intervención en ellos; el
boceto de recorridos o itinerarios dentro y a través del territorio; final-
mente la proposición del paisaje cultural como una síntesis o conjunto de
objetos que narren la historia de la construcción del territorio, donde se
pongan en relación integral los distintos recursos culturales y patrimo-
niales84, tangibles e intangibles, sus fiestas y tradiciones, costumbres y
representaciones que permitan la interpretación del lugar, apuntando a

83. En este aspecto es útil mencionar el no tan lejano caso de Uruguay, país donde se ha venido desarrollando desde ya hace varios años, una serie de instrumentos
cada vez más complejos. Desde la realización de inventarios y catálogos patrimoniales; pasando por la reutilización o revitalización de bienes inmuebles de interés
cultural; estableciendo programas y planes de recuperación y protección de los recursos patrimoniales; y finalmente la consecución de planes de desarrollo local,
proyectos territoriales en donde el patrimonio es el motor del progreso del lugar (Leicht, Medina, Pastore y Sabaté, 2012; 9).
84. La relación integral del ámbito patrimonial se observa fundamentalmente en el momento en que el patrimonio se reconoce, jerarquiza y se pone al servicio
del desarrollo local. Los ricos recursos culturales de un paisaje deben estar siempre relacionados como mecanismos de revalorización del mismo por medio de las
principales actividades que puedan generarse de ellos, esto es especialmente útil en tanto a la concepción del turismo como una actividad idónea de los paisajes.
la elaboración de proyectos que logren dicha lectura del territorio como
un modelo de paisaje humano y natural.
Por último debemos acotar que el estudio de un paisaje como el acá
examinado concierne además a otras disciplinas como la geografía, la
sociología, la historia, la arqueología y la arquitectura, de allí que su es- [181]

tudio siempre debe de seguir sinuosos derroteros (Rivera, 2010; 28). Por
ello la clave que se debe utilizar para su comprensión ha de ser interdis-
ciplinar, debe de ser interpretado desde diferentes ciencias con la inten-
ción de ahondar en el conocimiento del paisaje. Así mismo sería necesa-
rio identificar las políticas públicas de las zonas rurales que permiten su
desarrollo territorial y urbano, para de esa manera conocer los diferentes
instrumentos de apoyo económico que incentivan la protección del pa-
trimonio presente en esta zona, entre ellas se destacan al día de hoy el
cobro del IVA a la telefonía celular, el fomento de proyectos enmarcados
en este ámbito, los incentivos tributarios a propietarios de bienes de in-
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Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura
Agradecimientos: [193]

A mi familia, que siempre me ha apoyado en mi construcción como


profesional. A mis amigos, especialmente a aquellos que me colaboraron
incansablemente en la realización de este trabajo: Ricardo Blanco, cuya
investigación de fuentes documentales enriqueció el texto; Andrés Ga-
lindo Acero, quien se encargó de la parte gráfica y la diagramación del
documento; Ronal Serrano y Julián Saldaña, que corriendo en último
minuto aceptaron colaborarme en la realización de los mapas; también a
Tomás Bolaños, que me facilitó muchas de sus fotografías. Estos agrade-
cimientos también se dirigen a las personas que hacen parte de la Maes-
tría en Conservación del Patrimonio Cultural Inmueble de la Universidad
Nacional de Colombia, quienes le dieron la oportunidad a un historiador
de hacer parte de sus estudiantes. Gracias, especiales a Sandra Reina, mi
directora, quien nunca dejó de confiar en este trabajo, incluso cuando yo
llegué a pensarlo, sus orientaciones y guía fueron supremamente útiles.
A mis amigos de la maestría: Rodolfo Parra, Verdney Fonseca y Andrés
Botero, por sus conocimientos y ayuda. Por último, a mis compañeros
en el Área de Humanidades de la Universidad Piloto de Colombia, a Dia-
na Piraquive y Sara Aldana especialmente, también a Maritza Villalobos,
quien me ayudó a coordinar mis horarios de clase con mis horarios como
docente, y quien es una persona clave en mi quehacer profesional.
A todos los que han estado ahí, haciéndome el aguante, escuchándo-
me y colaborándome, mil gracias.
Valoración Patrimonial del Paisaje Cultural Cafetero en Viotá, Cundinamarca: Geografía, memoria y arquitectura

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