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Artrosis de rodilla

La artrosis de rodilla es el desgaste del cartílago articular de la articulación de


la rodilla. Este desgaste, genera dolor y a veces crepitaciones en la rodilla. Es
bastante común y por eso es importante conocer su tratamiento
Esta enfermedad degenerativa articular es frecuente en adultos mayores, sin
embargo, ciertas circunstancias como la sobrecarga y las alteraciones
biomecánicas pueden conllevar a un desgaste excesivo de la articulación y
ocasionar artrosis en jóvenes. Aquí conocerás más acerca de este frecuente
diagnóstico:

¿Qué es la Artrosis de rodilla?


Los huesos que constituyen la rodilla: fémur, rótula/patela y tibia, cuentan con
un tejido flexible y resistente que los recubre en las porciones donde hacen
contacto entre sí. Este tejido conocido como cartílago articular o hialino se
encarga de amortiguar la sobrecarga de peso sobre estos huesos y contribuye
a su desplazamiento, al impedir que los mismos se froten directamente uno
contra el otro durante el movimiento. Cuando este tejido cartilaginoso se
deteriora gradualmente y ocasiona dolor de rodilla se le denomina artrosis de
rodilla.
La artrosis fue reconocida clínicamente en 1890 por Sir Archibald Garrod y
cómo su significado etimológico lo indica: artrosis (“artro= articulación” y
“sis=enfermedad”), se trata de una enfermedad articular, que, en este caso
causa procesos degenerativos progresivos e indetenibles que inicialmente
afectan al cartílago, volviéndolo más fino, inestable y menos resistente a la
presión; y progresivamente a todos los demás componentes articulares de la
rodilla (huesos, ligamentos, cápsula articular), lo que consecuentemente
conlleva a la aparición de dolor.
Cuando el dolor de rodilla está relacionado al deterioro y a la degeneración
del tejido cartilaginoso articular, no proviene del cartílago en sí, ya que el
mismo es avascular y no posee inervación nerviosa. Las posibles causas de
dolor de rodilla están relacionadas al daño de los demás componentes
articulares: edema óseo del hueso subcondral, la formación de osteofitos,
sinovitis e inflamación articular, engrosamiento de la cápsula, fibrosis capsular,
contractura y debilidad muscular.

Tipos de artrosis de rodilla


Esta enfermedad se clasifica según la causa subyacente que origine los
cambios artróticos en el aparato articular, siendo estas las siguientes:

• Artrosis de rodilla primaria: ocurre sin razón aparente. Se mantienen


diversas teorías sobre su desarrollo, como el envejecimiento y los
factores genéticos.
• Artrosis de rodilla secundaria: se origina por factores externos y por
una combinación de varias causas, que en conjunto conducen a un
aumento considerable de estrés y carga sobre la articulación, lo que
conduce al desgaste articular progresivo.

Etapas de la artrosis de rodilla


Hay cuatro grados o etapas en las que se desarrolla esta enfermedad, la
clasificación de estos grados de severidad depende de la apariencia y el estado
de degeneración del tejido cartilaginoso de la rodilla:

• Etapa I: daño superficial leve del tejido cartilaginoso de la rodilla (al


menos 10% del cartílago está afectado). Por lo general, los pacientes
afectados no refieren molestias, ni alteraciones funcionales
• Etapa II: aquí el espacio articular comienza a reducirse, la superficie del
cartílago es desigual y comienza a deshilacharse. Inicialmente, estos
cambios se limitan a pequeñas áreas y rara vez ocasionan dolor u otras
molestias, es por ello que esta enfermedad solo es detectada cuando se
encuentra en una etapa muy avanzada.
• Etapa III: se evidencia un fuerte deshilachado, grietas profundas y
cráteres en el cartílago, que se extienden hasta el tejido óseo. Cuanto
mayor es el desgaste del tejido cartilaginoso, mayor es la presión sobre
el hueso subyacente. La única forma que encuentra el cuerpo para
compensar esta situación es formando tejido óseo adyacente, llamado
osteofitos. Los cambios hacen que la articulación de la rodilla afectada
se vuelva cada vez más rígida e inestable lo que consecuentemente
promueve el desgaste del cartílago y la reducción del espacio articular.
El paciente presenta dolor y crepitaciones notables durante el
movimiento.
• Etapa IV: se evidencia un daño grave al tejido cartilaginoso de la
articulación de la rodilla, los huesos están expuestos en muchos lugares.
Debido a que no existe cartílago entre los huesos, estos chocan
directamente ocasionando inflamación dolorosa, esclerosis subcondral,
edema óseo, rigidez, hinchazón y derrame articular.
Características de una articulación sana y una con artrosis
En la siguiente infografía podrás observar cómo se encuentra una articulación
sana y cuáles son los cambios patológicos por los que pasa una articulación
cuando está afectada por la artrosis:

Incidencia y prevalencia de la Artrosis de rodilla


Si bien la artrosis puede afectar cualquiera de las articulaciones que constituye
al cuerpo, en el 47% de los casos de artrosis, la misma se presenta en las
rodillas. Su prevalencia aumenta conforme a la edad, afectando principalmente
a personas mayores de 45 años. Entre los adultos mayores de 70 años, la
prevalencia aumenta hasta un 40%.
Se ha estimado, que afecta mayormente a mujeres que a hombres (13%
mujeres y 10% hombres). Siendo el 70% de los diagnósticos son artrosis
bilateral (afectando ambas rodillas). En los casos unilaterales (una de las
rodillas esta afecta) se estima que dentro de un período de 11 años
desarrollaran artrosis en el lado sano. Los síntomas y molestias que ocasiona
pueden resultar incapacitantes en el 10% de los casos e invalidantes en el
2% de los casos.
Síntomas y Signos de la Artrosis de rodilla.
¿Cómo saber si la padezco?
Como hemos señalado anteriormente, esta enfermedad en sus primeras
etapas no ocasiona síntomas o molestias notables, que indiquen su presencia.
En general, suele ocasionar molestias en quien la padece, cuando la misma se
encuentra en una etapa avanzada. Una vez aclarado esto, podemos decir que
los signos y síntomas de artrosis de rodilla son:

• Dolor en la rodilla al subir escaleras y al caminar: el dolor es fuerte al


comienzo del movimiento (lo que llamamos dolor inicial), luego
desaparece progresivamente, pero reaparece si se realiza un esfuerzo
prolongado (lo que llamamos dolor por esfuerzo).
• Después de largos períodos sedente (en la oficina, cine o durante un
viaje prolongado), se produce dolor de rodilla.
• Signos de inflamación de la rodilla como: hinchazón y
sobrecalentamiento.
• Con el movimiento se hace evidentes ruidos de roce o existen la
sensación de que las rodillas crujen.
• Disminución progresiva de la movilidad de la rodilla.
• Cargar cosas pesadas aumenta las molestias.
• Sensibilidad en las rodillas durante un clima húmedo y frío.

Todos estos síntomas a menudo aparecen en forma de episodios (por breves


períodos de tiempo), posteriormente los mismos duran varios días e incluso
algunas semanas. Cuanto más ha progresado la degeneración articular, más
frecuentes, intensos y duraderos se vuelven estos “episodios” hasta que estas
molestias se mantienen permanentemente.

Causas de la Artrosis de rodilla. ¿Por qué se


produce la artrosis?
Frecuentemente el origen de la gonartrosis se ve relacionado con la edad y el
envejecimiento. Sin embargo, esta enfermedad no está del todo relacionada
con la edad, ya que algunas personas de setenta años todavía cuentan con
articulaciones en buen estado, mientras otras muestran signos claros de
desgaste articular a la edad de treinta años. Una vez aclarado esto, las causas
de la artrosis de rodilla son dividas en según el tipo de artrosis de rodilla
presente: primaria y secundaria (la más frecuente).

Causas de la artrosis de rodilla primaria


Ocurre sin una razón aparente, en este caso las causas exactas aún no se han
sido del todo establecidas. Se mantiene la teoría de la presencia de
una predisposición genética hereditaria, así como también se maneja la
teoría de que el proceso de envejecimiento natural conlleva a la degeneración
del tejido articular.

Causas de la artrosis de rodilla secundaria


En este caso, la gonartrosis suele originarse por la combinación de varias
causas, tales como:

• Lesiones y accidentes: estas situaciones pueden provocar lesiones en


las articulaciones de las rodillas y sus inmediaciones. El resultado en
algunos procesos de curación de estas situaciones, puede implicar
cambios en la forma de la articulación, que reducen la función de la
articulación y conducen a un desgaste rápido del tejido cartilaginoso y,
por lo tanto, a esta enfermedad.
• Sobrecarga o sobreesfuerzo persistente: si ciertos movimientos se
llevan a cabo día tras día durante años, esto puede sobrecargar las
articulaciones de la rodilla pueden estar sobrecargadas y / o tensas
inadecuadamente, lo que conduce al desarrollo de artrosis de rodilla.
• Malposición o desalineaciones de la articulación: algunas personas
desarrollan una desalineación de la articulación de la rodilla en su
juventud, por ejemplo: genusvaro o genusvalgo. Esto conduce a una
carga adicional desfavorable que acelere la degeneración del tejido
cartilaginoso.
• Exceso de peso (obesidad): los kilos de más son dañinos para las
articulaciones, ya que aumentan la presión sobre las articulaciones de
las rodillas.
• Enfermedades inflamatorias de las articulaciones: ciertas
enfermedades como la artritis séptica o la artritis reumatoide, dañan el
tejido cartilaginoso de la rodilla y, por lo tanto, promueven el desarrollo
de esta enfermedad.
• Falta de ejercicio y actividad física: el tejido cartilaginoso no recibe
sangre, por lo que es un tejido cartilaginoso nutrido pasivamente del
líquido sinovial. El metabolismo pasivo del líquido sinovial por el cual el
cartílago recibe nutrientes esta disminuido cuando hay menos
movimiento.

Prevención de la Artrosis de rodilla


Teniendo en cuenta los factores causales asociados a su formación, es posible
evitar o retrasar la progresión de esta enfermedad, con ciertos cambios en la
vida diaria, tales como:

• Integre actividad física de bajo impacto a su rutina diaria y evite las


actividades sedentarias. Especialmente ejercicios enfocados en el
fortalecimiento de los músculos que recubren las rodillas, unos músculos
bien entrenados soportan y alivian la articulación y, por lo tanto, el
cartílago, contrarrestando la gonartrosis.
• Si requiere estar sentado durante mucho tiempo (como en la oficina o en
viajes prolongados) levántese y dé algunos pasos cada cierto
tiempo, evite mantener la misma postura por más de 2 horas.
• Si ha pasado mucho tiempo trabajando sentado, no se suba al
coche/automóvil inmediatamente después de salir de la oficina, dé un
paseo rápido antes de volver a sentarse.
• De vez en cuando elija las escaleras en lugar del elevador.
• Mantenga un peso saludable, el sobrepeso ejerce una presión adicional
sobre la articulación de la rodilla innecesariamente.
• Evite levantar objetos pesados.
• Utilice calzado adecuado de tacón bajo y con arco alto y firme.
• Mantenga un estilo de vida saludable que no involucre el consumo de
alcohol o nicotina.

¿Cómo se diagnostica la Artrosis de rodilla?


Para la obtención de un diagnóstico certero, el especialista de salud primero
recopila el historial médico del paciente (anamnesis). Para ello, pregunta en
detalle en el contexto de una anamnesis sobre su historial médico, su estilo de
vida, dieta, sus síntomas y molestias, y restricciones en la vida cotidiana o en el
trabajo. Además, el especialista también indagará sobre accidentes o lesiones
previas.

Examen físico clínico


A la anamnesis, le sigue un examen físico, en donde el médico lleva a cabo
diversas pruebas específicas, que ofrezcan información sobre el estado actual
de la región articular afectada:

• Valoración de la marcha para detectar alteraciones en la misma.


• Valoración de la postura para identificar posibles desalineaciones, como
inclinación pélvica, debilidad muscular o posturas de compensación.
• Valoración palpatoria, para detectar los puntos dolorosos, comprobar la
movilidad, la estabilidad de los ligamentos de la articulación de la rodilla
y el estado de los meniscos.
• Valoración de la amplitud articular, la fuerza muscular y de la función
articular.

Pruebas complementarias
Aunque las intervenciones diagnosticas anteriores ofrecen importante
información sobre la articulación, sólo es posible establecer con exactitud la
presencia de esta enfermedad y su grado de extensión con estudios
complementarios, tales como:
• Examen de rayos x: si la distancia entre las superficies articulares se ve
reducida en la radiografía, es indicativo del desgaste del cartílago.
Cuanto más pequeño es el espacio articular, más grave es la etapa de la
gonartrosis. Sin embargo, en casos leves este estudio no brinda mucha
información, ya que un daño leve en el tejido cartilaginoso no se puede
ver mediante radiografías.
• Ultrasonido o ecografía: a diferencia de las radiografías, con las que
solo se pueden ver las estructuras óseas, la ecografía, permiten valorar
otras estructuras, por lo que es útil para detectar el derrame articular.
• Resonancia magnética (RM): esta técnica se utiliza para valorar de
manera óptima el daño a los ligamentos, tendones o meniscos de la
rodilla. Los cambios patológicos encontrados en estudios como este
frecuentemente no están relacionados con los síntomas y las molestias
presentes, por lo que en esta afección de salud se considera más
relevante la información obtenida mediante el examen físico.
• Artrocentesis (punción articular): si hay un derrame articular, el
líquido sinovial se puede extraer con una punción. El examen del líquido
también proporciona información sobre posibles patógenos y afecciones
reumáticas inflamatorias, si existe alguna sospecha. Además, la punción
articular tiene efectos terapéuticos: la extracción de líquido disminuye la
presión dentro de la articulación, lo que consecuentemente tiene un
efecto de alivio de la presión y el dolor.

Tratamientos médicos para la Artrosis de rodilla


Todavía no existe un tratamiento médico que aborde las causas de esta
enfermedad y las elimine. Por lo tanto, el tratamiento médico se limita a aliviar
el dolor, aumentar la movilidad y la funcionalidad al caminar, y ralentizar la
progresión del deterioro articular. Una vez que se ha clasificado la gravedad de
la enfermedad mediante estudios de imagen, el médico procede a tratar la
afección con un abordaje conservador o quirúrgico (el mismo variará
dependiendo de la gravedad y las molestias y restricciones presentes).

Tratamiento conservador
El tratamiento conservador tiene como objetivo ralentizar el curso de la
enfermedad sin cirugía. Los métodos de tratamiento conservadores son todos
métodos no quirúrgicos que reducen el desgaste del tejido cartilaginoso y las
molestias presentes, siempre que sea posible claro está. Algunos de los
tratamientos conservadores indicados por los médicos son:

• Terapia farmacológica: el objetivo del tratamiento con medicamentos


es eliminar los síntomas de la artrosis de rodilla: aliviar el dolor, inhibir la
inflamación y así restaurar o mejorar la movilidad. Después de todo, los
movimientos deberían ser indoloros o al menos poco dolorosos. En esta
terapia se indican: anti-inflamatorios no esteroideos (ácido
acetilsalicílico, ibuprofeno, diclofenaco y ketoprofeno), inyecciones de
cortisona (combinado con un anestésico local), ungüentos para aliviar el
dolor, inyecciones de ácido hialurónico y suplementos (glucosamina y
condroitín sulfato).
• Órtesis (rodilleras, plantillas ortopédicas) y ayudas ortopédicas
(bastones, muletas, andaderas): pueden reducir significativamente la
presión sobre la articulación y por ende disminuir el dolor y mejorar la
movilidad. Como resultado, contribuyen a la obtención de un mayor
bienestar.
• Dieta sana y equilibrada: en caso de que el paciente presente
sobrepeso, el médico tratante lo refiere a un nutricionista para su
valoración y tratamiento.
• Fisioterapia: los ejercicios realizados bajo la supervisión de un
fisioterapeuta mantienen y mejoran la movilidad articular, al mismo
tiempo tienen un efecto antiinflamatorio y analgésico. En las primeras
etapas, este abordaje suele ser suficiente para la mejoría completa de
las molestias.

¿Cómo es la cirugía de la artrosis de rodilla?


Si los métodos conservadores anteriormente mencionados no conducen al
éxito deseado, a menudo el médico ofrece una alternativa quirúrgica que se
adapte a las necesidades y requerimientos del paciente. En las primeras
etapas, algunos médicos sugieren el trasplante de tejido cartilaginoso autólogo
(o cultivo de cartílago) y la corrección de malposiciones (genusvaros, fracturas
mal consolidadas, etc.). Sin embargo, esto solo es posible mientras haya una
cantidad de tejido cartilaginoso sano. Otros procedimientos quirúrgicos
disponibles son:

• Artroscopia: las intervenciones artroscópicas no tienen un efecto a


largo plazo, por lo que la artroscopia no es útil en etapas avanzadas de
esta enfermedad. En el caso de daños a los componentes articulares
(meniscos, ligamentos, cápsula), la artroscopia puede se considera una
terapia útil en la gonartrosis.
• Osteotomías: en el caso que una desalineación de la pierna o de las
rodillas, aumente la tensión en el interior o el exterior de la articulación
de la rodilla. Una osteotomía, puede enderezar las piernas nuevamente
y distribuir la carga por toda la rodilla. Como resultado, la osteoartritis ya
no progresa en la parte afectada.
• Artroplastia o recambio "reemplazo" articular: la artroplastia solo es
aconsejable si se presenta dolor persistente durante el esfuerzo, si se
necesitan constantemente analgésicos o si el paciente está
incapacitado. La elección del tipo de prótesis a implantar depende del
estado del hueso alrededor de la articulación a reemplazar, el peso
corporal y otros factores individualmente diferentes en cada caso.
Tratamientos de Fisioterapia para la Artrosis de
rodilla
Dado que el suministro de nutrientes al cartílago articular se basa en el
movimiento, el ejercicio terapéutico bajo la supervisión de un fisioterapeuta es
fundamental en el tratamiento de esta afección. El abordaje fisioterapéutico
está enfocado en fortalecer los músculos alrededor de la articulación, aliviar el
dolor, reducir la inflamación, promover la circulación sanguínea en la
articulación y, por lo tanto, estimular el suministro de nutrientes en el cartílago.

El abordaje fisioterapéutico, puede evitar que el tejido


cartilaginoso se siga degenerando, ralentizando el progreso de
la artrosis en algunos pacientes..."
El abordaje fisioterapéutico, además, puede evitar que el tejido cartilaginoso se
siga degenerando, ralentizando su progreso en algunos pacientes, lo que
permite mejorar su calidad de vida a largo plazo. La selección y la dosificación
de las intervenciones fisioterapéuticas van a variar dependiendo de la etapa en
la que se encuentre el paciente, de sus características y del abordaje médico
seleccionado, bien sea: conservador o quirúrgico. Dentro de las intervenciones
fisioterapéuticas en el abordaje de esta patología destacamos las siguientes:

• Educación para el manejo del dolor.


• Educación postural.
• Educación para el manejo de órtesis y ayudas ortopédicas.
• Agentes físicos y electroterapia: termoterapia, crioterapia,
electroanalgesia (TENS), electroestimulación, ultrasonido terapéutico,
magnetoterapia, laserterapia, terapia de ondas de choque… el
fisioterapeuta las utilizará según su criterio para aliviar el dolor y las
molestias en la articulación.
• Hidroterapia: esta técnica favorece la fuerza muscular y disminuye de
manera satisfactoria la rigidez que pueda existir alrededor de la
articulación.
• Vendaje neuromuscular o Kinesiotaping: es un método terapéutico es
muy útil, sobre todo a corto plazo, ya que contribuye a la disminución del
dolor y por ende a la recuperación de la movilidad de la rodilla.
• Terapia manual: se realizan con la intención de mejorar la amplitud
articular y el estado de los tejidos circundantes.
• Masoterapia: se basa en la realización de masajes con la intención de
aliviar el dolor de la articulación.
• Ejercicios de fortalecimiento y estiramientos estáticos y dinámicos: el
fisioterapeuta indicará una serie de ejercicios supervisados inicialmente
por él, con la intención de que posteriormente el paciente los ponga en
práctica en el hogar de manera correcta.
• Reeducación de la marcha.
Generalmente, un reemplazo articular u otro procedimiento quirúrgico es
seguido por un proceso de rehabilitación que involucra fisioterapia. En el
abordaje fisioterapéutico, la rodilla se carga y se mueve de acuerdo con
especificaciones precisas (dictadas por el cirujano que realizo la cirugía) y los
músculos se entrenan de manera específica según las características de la
prótesis implantada, La rehabilitación es indicada por los cirujanos para
prevenir posibles complicaciones a corto o largo plazo. Esto permite a los
pacientes con gonartrosis reanudar sus actividades en el menor tiempo posible
y sin complicaciones.

Pronóstico de la Artrosis de rodilla. ¿Cuánto


tarda en curarse?
Se trata de una patología degenerativa incurable y progresiva, si bien es
cierto que tiene una serie de tratamientos conservadores, estos solo servirán
como métodos paliativos que ayudarán a disminuir el dolor y recobrar la
movilidad y la funcionalidad, sin embargo, con el paso del tiempo se deberá
recurrir a la cirugía de reemplazo articular para evitar la progresión de la
enfermedad y evitar la discapacidad de la persona que lo padece. Algunos
factores de mal pronóstico son la obesidad y la inestabilidad articular, si
ninguna está presente, se puede considerar que el afectado tendrá un
pronóstico favorable con relación a las molestias.
EJERCICIOS DE ESTIRAMIENTO

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