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TEORÍA DEL ACTO JURÍDICO

Juan Pablo Forni


Cristóbal Eyzaguirre
Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

Introducción:
Cuando hablamos de Derecho civil nos referimos al Derecho privado, que consiste en todo
aquello que concierne a los privados, en oposición al Derecho público, que corresponde a todo lo
que concierne al Estado.
En Derecho privado se pone el acento en la autonomía de la voluntad. El núcleo del derecho
privado se basa en la libertad de la persona, en la dignidad y en la capacidad que tiene de auto
normarse y regularse. Aquella forma de relacionarse con el resto se refiere a cómo la persona desea
auto regular sus relaciones con los demás. Por ejemplo, en materia de contratos rige el Código
Civil.
En el Derecho civil, se toma como principal sustento la soberanía que tiene cada individuo
para autodeterminar sus relaciones con los demás. Acá toma su importancia la autonomía de la
voluntad.
En Derecho privado la autonomía de la voluntad es el núcleo del cual va a emanar el
conjunto de normas que se estudiarán en Derecho civil. En virtud de la libertad que tienen los
hombres, se auto normarán, determinarán cuándo se obligarán y cuándo no. Es precisamente en la
libertad donde se aprecian las diferentes áreas del Derecho civil que se estudian.
Al estudiar la autonomía de la voluntad, es posible percatarse de que esta puede crear
ciertas obligaciones (como en la compraventa). Puede modificar obligaciones (el plazo para
entregar la cosa vendida). O puede extinguir obligaciones (con el pago de lo debido o la entrega de
la cosa).
Se pueden constituir derechos reales (compraventa  dominio). Se puede renunciar a
ciertos derechos. Se puede alterar los efectos normales de ciertas relaciones jurídicas (en vez de
entregar la cosa hoy, se puede establecer un plazo). Incluso se pueden establecer ciertas
solemnidades, por ejemplo, celebrar una compraventa de una empresa por escritura pública. Todo
esto, gracias a la autonomía de la voluntad.
En interpretación también es importante la autonomía de la voluntad. Es más, Bello deja la
interpretación de los contratos a la voluntad de los contratantes. Y se privilegia la voluntad antes
que las palabras que constaron el acuerdo.
Por lo tanto, la autonomía privada va permeando todo el estudio del Derecho civil en los
semestres posteriores. Pero la autonomía de la voluntad encuentra ciertos límites.
El primer límite es la moral, las buenas costumbres y el orden público. Hay ciertas
instituciones que limitan la autonomía privada. En la compraventa, existe un límite del precio que

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se puede pactar. En compraventa de bienes raíces, hay un límite relativo al precio establecido, y así
existen más casos.
El Derecho ha ido estableciendo ciertas figuras que limitan la voluntad privada. El contrato
de trabajo podía pactar diferentes cláusulas con tal de contar con la autonomía de la voluntad. Sin
embargo, el Derecho del trabajo reguló esto y ya no puede ser así. Lo mismo sucede con las normas
de protección al consumidor, donde se acepta que no hay una relación de igualdad en la celebración
de contratos entre productores y consumidores. Las normas de libre competencia van a limitar la
voluntad de las empresas.
Durante el curso se estudiará si la ley es retroactiva o no, si rige en acto o en futuro. Que el
acto jurídico es una manifestación de la voluntad, pero que el silencio también puede tener algún
efecto en el Derecho. La formación del consentimiento y los vicios asociados (error, fuerza, dolo).
Error de Derecho (no vicia el consentimiento (Art. 8)) y error de hecho. El tema del objeto
también es relevante, si hay inexistencia y nulidad. Estos y otros temas serán desarrollados a lo
largo del semestre.

Teoría del acto jurídico:


En el acto jurídico se despliega la autonomía de la voluntad en su máxima expresión. La
particularidad de los actos jurídicos es que todos surgen de la voluntad con la intención de producir
un efecto determinado. El matrimonio, la compraventa o el mutuo, son diferentes actividades que
surgen a partir de la manifestación voluntad hecha con la intención de producir un efecto
determinado.
Otro elemento transversal de todo acto jurídico es que va a producir efectos jurídicos (crear,
modificar o extinguir derechos).
Por lo tanto, el acto jurídico se define como una manifestación de voluntad, hecha con la
intención de crear, modificar o extinguir un derecho que produce los efectos queridos por el autor o
las partes.
Con esta teoría se intenta sistematizar los principios generales que aplican a los actos
jurídicos en particular. A continuación, se estudiarán los elementos transversales a la hora de hablar
de acto jurídico, de manera que se encuentran presente en todos ellos.
El acto jurídico no se encuentra en el Código Civil. En el libro cuarto “ De las obligaciones
en general y los contratos” hay una serie de normas que aplican a los actos jurídicos de los cuales
se extraerán los principios generales de todo acto jurídico.

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El elemento general se encuentra en la Ilustración, dado que ellos realzan la libertad del
individuo, que le otorga la facultad de decidir si relacionarse con alguien o no, si celebrar un acto o
no. Fruto de la libertad es que declaramos entrar o no en un acto jurídico, además de terminar ese
acto o no.

TEORÍA DE LOS HECHOS JURÍDICOS:


Para entrar en la teoría se debe conocer la diferencia entre un acto jurídico y un mero hecho.
Identificar en qué momento ese hecho cruza el umbral de simple hecho y se transforma en acto
jurídico.
Un hecho es cualquier tipo de acontecimiento. Puede tener consecuencias jurídicas como no
tenerlas. Puede ser obra de un hombre o ser fruto de la naturaleza.

A. La primera distinción se hace en virtud de su origen: hay hechos que surgen de la naturaleza
y otros que surgen del hombre. Los hechos que surgen de la naturaleza pueden tener
consecuencias jurídicas: cuando hay un terremoto se aplican diferentes seguros y actúan las
cláusulas de fuerza mayor en los diferentes contratos.
En segundo lugar, se determinará si ese hecho tiene relevancia para el Derecho o no.

B. Continuando con la clasificación de los hechos, revisaremos los hechos jurídicos y los no
jurídicos (también llamados simples o materiales). Los hechos jurídicos son aquellos que
producen efectos jurídicos, esto es, un efecto en el campo del Derecho: creación,
modificación o extinción de un derecho subjetivo. Algunos se refieren al “derecho” como
una relación jurídica. En derechos reales el individuo tiene un derecho sobre la cosa, sin
respecto a determinada persona, por lo que se sostiene que existe una relación jurídica del
dueño con la cosa. En derechos personales, la persona tiene una relación jurídica con
aquellas personas que han contraído las obligaciones correlativas.
¿Qué hace que un hecho sea jurídico? En hechos, existen los supuestos jurídicos. Cuando se
observan los hechos jurídicos se puede apreciar que hay ciertos hechos en que la norma
legal prevé y le atribuye la ejecución de cierto efecto jurídico. Por ejemplo, en el
matrimonio sólo surgen los efectos jurídicos propios cuando concurren la manifestación de
la voluntad y la solemnidad del Registro Civil. Son los supuestos jurídicos para que nazca a
la luz dicho matrimonio. En Derecho sucesorio, para que haya efecto respecto de una
sucesión, se requiere en primer lugar del fallecimiento de alguien y que haya ocurrido en
Chile (para que apliquen las normas chilenas y no extranjeras). Hay hechos simples, que

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requiere del cumplimiento de un supuesto jurídico para que produzca sus efectos; y
complejos, que requieren del cumplimiento de todos los elementos dentro del supuesto
jurídico para que produzca sus efectos.

C. Continuando con la clasificación de los hechos jurídicos, hay hechos jurídicos naturales o
del hombre (o voluntarios). Los naturales son aquellos producidos por la naturaleza, como
la concepción, el nacimiento o la muerte (puede ser un hecho híbrido, pero no deja de
considerarse natural), de los cuales emanan efectos jurídicos. Los hechos jurídicos
voluntarios son los actos del hombre que producen un efecto jurídico.

D. También se puede distinguir los hechos jurídicos positivos de los negativos. Los hechos
jurídicos positivos son aquellos que producen la ocurrencia de algo que tiene efectos
jurídicos. Los hechos jurídicos negativos son aquellos implican que no se realice una acción
y que esa ausencia produzca un efecto jurídico. Son complejos, ya que los negativos
presuponen un hecho positivo, es decir, se necesita que ocurra un acto positivo previo para
que opere el hecho negativo.

E. Hay hechos jurídicos constitutivos, extintivos e impeditivos. Constitutivos los que tienen
como consecuencia la adquisición de un derecho (compraventa  propiedad). Extintivos
los que tienen como consecuencia el fin de una relación jurídica (el pago). Impeditivos son
aquellos que impiden la eficacia de los hechos jurídicos constitutivos, es decir, que no
produzcan sus efectos. Esta clasificación es importante porque el hecho que hace nacer el
derecho debe probarlo aquel que alega la existencia de dicho suceso que generó los efectos
jurídicos. Cualquiera que quiera alegar la creación, extinción o el impedimento para aquel
derecho, va a tener que probarlo.

EFECTOS O CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS JURÍDICOS:


- Adquisición de un derecho o relación jurídica: la muerte puede tener un efecto de adquisición a
ojos del heredero, quien adquiere el patrimonio del causante. Se habla de adquisición y no de
nacimiento, porque este derecho ya existía en el propietario anterior y el heredero adquiere el
dominio del causante. En ocasiones puede nacer un derecho (acto originario), como cuando se
encuentra un tesoro y se adquiere por ocupación.
- Modificación de un derecho: a partir de ciertos hechos jurídicos se producen modificaciones en
la relación jurídica, que no generan necesariamente la extinción. Si se destruye la cosa no se

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extingue la obligación, pero se produce una mutación en el objeto de la obligación: ya no se


debe pagar la cosa que se destruyó, sino que se tiene que indemnizar. La modificación puede
producirse en algunos de los elementos propios de la relación jurídica: se puede alterar el
objeto, la posición del acreedor o el deudor. Por ejemplo, tengo un crédito que puedo ceder a un
tercero que tendrá el derecho para perseguir al deudor en el pago de este. Si fallece el acreedor,
los herederos tendrán el derecho para exigir el cumplimiento de la obligación.
- Extinción de un derecho: se refiere a la desaparición de un derecho subjetivo, ya que deja de
existir una relación jurídica. La extinción puede ser por disposición de la ley (prescripción) o
por voluntad del hombre.
Las consecuencias se pueden dar simultáneamente sobre una misma cosa, por ejemplo, en
una compraventa: el comprador adquiere el derecho de exigir la entrega de la cosa y el vendedor
extingue su derecho sobre la cosa luego de la tradición.

CUANDO SE PRODUCEN LOS EFECTOS DE ESTOS HECHOS JURÍDICOS:


En los hechos jurídicos se estudia en qué momento u oportunidad se producen sus efectos.
Esto va a depender del supuesto jurídico, es decir, cuando se cumplan todos los requisitos que la ley
establezca o que hayan estipulado las partes. En el caso de los supuestos jurídicos complejos, se
requiere el cumplimiento de todos los elementos del supuesto para que se produzca un efecto
jurídico. En una compraventa, por ejemplo, puede existir el supuesto complejo de no entregarse la
cosa hasta pasado un plazo.
En la oportunidad, existe el estado de pendencia, que consiste en el momento en que falta
que se cumpla uno de los supuestos complejos. Cuando están pendientes los efectos de un hecho, no
existe la certeza que permite saber si se va a cumplir el acto y producirá sus efectos o no. Mientras
esta situación perdure, la persona tiene ciertos derechos o medidas conservativas que permiten
resguardar su derecho. Si el vendedor quiere quemar el computador que va a vender, el comprador
tiene la medida conservativa para cuidar la cosa que desea comprar y así resguardar su derecho.
Otro aspecto por considerar respecto a la oportunidad es si los efectos de un hecho jurídico
se producen de forma retroactiva o no. ¿En qué momento se producen los efectos? Se producen en
el momento en que se reúnen todos los elementos del supuesto jurídico.
La regla general es la irretroactividad, pero veremos ciertas circunstancias en donde los
efectos se producen retroactivamente. En el caso de la venta de cosa ajena, por ejemplo, el
verdadero dueño de la cosa puede ratificar dicha compraventa, lo que transforma al que vendió la
cosa que no era suya en el dueño desde el día uno para estos efectos.

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En el estado de pendencia, se entiende que los efectos se produjeron no el día en que se


cumplió el supuesto, sino que el día en que empezó dicho estado. Se entiende el comienzo del acto
jurídico cuando empieza a cumplirse con los requisitos del supuesto jurídico, de manera que no
produce sus efectos desde el día en que se termina de cumplir con los elementos, sino que desde el
día en que se comenzó. Desde el inicio de los requisitos hasta el fin de ellos, se entiende que se está
en un estado de pendencia.

HECHOS JURÍDICOS DEL HOMBRE:


Los hechos jurídicos voluntarios o del hombre, pueden ser lícitos o ilícitos. Lícitos son
aquellos conforme al Derecho. Ilícitos son aquellos que no se ajustan a Derecho. Ambos producen
efectos jurídicos, la diferencia respecto a los efectos es que en el hecho jurídico ilícito no se buscan
los efectos producidos, a pesar de que los dos actos sean voluntarios. Sólo los hechos jurídicos
lícitos van a producir los efectos queridos por las partes. Muchas veces se celebra un contrato en
contravención de las normas, por lo que el legislador buscará impedir que se cumplan los efectos
que intentan las partes declarando nulo ese contrato y no podrá producir los efectos queridos por las
partes. En estos casos, además de generar efectos distintos a los queridos, los autores tendrán una
responsabilidad civil que se va a traducir en una orden de indemnizar los daños causados.
Cuando hablamos de actos humanos, se distingue, además de la clasificación anterior,
aquellos actos voluntarios que se realizan con la intención de producir un efecto jurídico (contrato,
por ejemplo) de aquellos actos voluntarios que se realizan sin la intención de producir un efecto
jurídico pero que podría producir igual efectos jurídicos (por ejemplo, construyo en terreno ajeno de
buena fe con la sola intención de tener una casa). Estos actos pueden ser lícitos, ya dejamos atrás la
distinción entre lo lícito y lo ilícito. Los actos realizados con la intención de producir los efectos
serán los actos jurídicos. Los actos realizados sin intención de producir efectos serán los hechos
jurídicos voluntarios en sentido estricto.
En doctrina moderna italiana, lo que en Chile se llama acto jurídico ellos le llaman negocio
jurídico. Y se refieren al acto jurídico cuando hablar de los hechos jurídicos voluntarios sin
intención de crear efectos, esto es, los hechos jurídicos voluntarios en sentido estricto.

Acto jurídico:

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“Manifestación de voluntad hecha con la intención de crear, modificar o extinguir derechos


y que produce los efectos queridos por el autor o las partes, porque el derecho así lo sanciona o le
atribuye ese efecto a dicha manifestación de voluntad”.
Para que un hecho sea acto jurídico se requiere de la voluntad. Pero no basta con la
voluntad interna o psicológica propia de la persona, también se requiere de la exteriorización de
esta, esto es, su manifestación. En síntesis, se requiere de la voluntad misma y de su manifestación.
Si sólo hay uno de estos elementos, no se podrá configurar un acto jurídico.
Esta manifestación debe tener un propósito específico: creación, modificación o extinción
de un derecho. La doctrina moderna sostiene que quien celebra un acto jurídico no lo hace un con
fin específico (crear, modificar o extinguir), sino que con un fin práctico. Y es el legislador el que
termina atribuyéndole a esa manifestación de voluntad los efectos de la creación, modificación o
extinción de un derecho. Es el derecho el que sanciona o el que le atribuye los efectos jurídicos a la
manifestación de la voluntad específica.
La causa inmediata de que la manifestación de la voluntad produzca sus efectos es la propia
voluntad del autor o las partes. Y la causa mediata es porque la ley le atribuye a dicha manifestación
de la voluntad ese efecto en particular. Al final, intervienen ambos elementos.

ESTRUCTURA DEL ACTO JURÍDICO:


Esta clasificación es muy importante y siempre estará presente. Hay elementos de su
esencia, de su naturaleza o meramente accidentales.
Artículo 1444: “Se distinguen en cada contrato las cosas que son de su esencia, las que son de su
naturaleza, y las puramente accidentales. Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las
cuales o no produce efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente; son de la naturaleza de
un contrato las que no siendo esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin necesidad de una
cláusula especial; y son accidentales a un contrato aquellas que ni esencial ni naturalmente le
pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas especiales”.

 Los cosas de la esencia en un contrato son aquellas sin las cuales o no produce efecto alguno, o
degenera en otro contrato diferente. Hay elementos de la esencia generales a todo acto jurídico
y otros que serán específicos o especiales.
- Los elementos de la esencia generales o comunes son aquellos transversales a todo acto
jurídico. Estos son la voluntad, el objeto y la causa. Si falta alguno de ellos, el acto no producirá
efecto alguno.

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- Los elementos de la esencia especiales o específicos son aquellos necesarios para que nazcan al
derecho aquellos actos específicos, como el precio en la compraventa, por ejemplo. Pero puede
ser que produzcan sus efectos como un acto distinto.
Por ejemplo, si en una compraventa no hay voluntad ese acto simplemente no produce
efecto alguno. Pero si hay voluntad y no hay precio, ese contrato de compraventa puede
derivar en un contrato de naturaleza distinta, como una donación, produciendo efectos
igualmente.

 Las cosas de la naturaleza no son de la esencia y se entienden pertenecerle sin necesidad de una
cláusula especial. En la compraventa, se subentiende la obligación de saneamiento que pretende
amparar al comprador y responder ante vicios redhibitorios, por ejemplo. Pero también se puede
acordar que el vendedor no responda ante dichas circunstancias, ya que son elementos no
esenciales y pueden extraerse por simple acuerdo de las partes.
Artículo 1837: “La obligación de saneamiento comprende dos objetos: amparar al
comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa vendida, y responder de los
defectos ocultos de ésta, llamados vicios redhibitorios”

 Las cosas meramente accidentales son aquellas que ni esencial ni naturalmente le pertenecen, y
que se pueden agregar por medio de cláusulas especiales. Es legítimo que las partes decidan
agregar mediante cláusulas especiales determinados elementos, manifestando con fuerza la
autonomía de la voluntad. Las cláusulas accidentales tratan más que nada de modificar los
efectos del acto, como el plazo, por ejemplo.
- Pueden decir relación con la existencia, para determinar cuándo nace al Derecho determinado
acto jurídico.
- Con la exigibilidad, cuándo son exigibles, independiente de cuándo haya nacido dicho derecho.
- O con la extinción de ese derecho.
En una compraventa de un lápiz, que no requiere de ninguna solemnidad, es factible que las
partes acuerden celebrarla por escritura pública, por ejemplo. O establecer que ciertos
derechos del contrato nacerán luego de cumplirse cierto plazo o condición. Así, se pueden
establecer diferentes modalidades que irán alterando los efectos, ya sea en cuanto a la
existencia, a la exigibilidad o a la extinción de un derecho.

REQUISITOS DEL ACTO JURÍDICO:

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1) Requisitos de existencia: son aquellos que son indispensables para que el acto jurídico
nazca a la vida del Derecho, exista como tal y produzca sus efectos. Si no se dan estos
requisitos, simplemente el acto jurídico no nace, es inexistente.
Los requisitos son la voluntad, el objeto y la causa. Algunos autores agregan las
solemnidades como algo propio de la voluntad, pues se considera como expresión de la
voluntad en un texto escrito. Sin embargo, no siempre se considera este requisito ya que
algunos subentienden la voluntad subsumida en el acto jurídico. Para efectos de nuestra
clase, se consideran requisitos de existencia:
a) Voluntad.
b) Objeto.
c) Causa.
d) Solemnidad.

2) Requisitos de validez: son aquellos que no son imprescindibles para que el acto nazca a la
vida del Derecho, pero su existencia genera que el acto jurídico tenga una vida sana y
produzca sus efectos de forma estable en el tiempo. La ausencia de estos requisitos no hace
que el acto no nazca, sino que el acto nazca con un vicio que lo expone a que
eventualmente deje de producir efectos (cuando se declare nulo). Si hay una ausencia de un
requisito de validez, el acto jurídico tiene un vicio y eventualmente puede ser nulo dicho
acto. Estos son:
a) Voluntad no viciada.
b) Objeto lícito.
c) Causa lícita.
d) Capacidad.

CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS JURÍDICOS:


Las clasificaciones responden a distintos criterios directivos.
1. La primera clasificación se refiere al número de partes cuya voluntad es necesaria para que
el acto nazca a la vida del Derecho.
a. Actos jurídicos unilaterales: son aquellos que requieren de la manifestación de la voluntad
de una sola parte para nacer al Derecho. Por ejemplo, el testamento, la oferta, la renuncia a
un derecho, un mandato, la confirmación de un acto nulo, el otorgamiento o revocación de
un poder, la ratificación de la venta de cosa ajena, la aceptación o repudio de la herencia,
entre otros. Estos actos pueden ser simples o complejos.

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- Actos jurídicos simples: emanan de la voluntad de un único individuo (testamento). Se llama


autor aquel cuya voluntad es necesaria para que nazca a la vida del Derecho el acto. Si un
individuo es una persona jurídica (una empresa, por ejemplo) también se considera ser una
persona, aunque sea conformada por muchos individuos.
- Actos jurídicos complejos: emanan de la voluntad de muchas personas que representan una
parte con una sola voluntad.
b. Actos jurídicos bilaterales: también llamados convenciones. Requieren de la manifestación
de voluntad de dos partes para nacer a la vida del Derecho. Cada parte (o autor) puede ser
una o muchas personas.
Una convención es un acuerdo de voluntades de dos partes con el propósito de producir la
adquisición, modificación o extinción de un derecho. Hay un acuerdo de voluntades de dos
partes con intereses diversos, que dan nacimiento a un acto jurídico bilateral.
El Código trata al contrato como sinónimo de convención, sin embargo, el contrato es una
especie de convención. La convención es el género y el contrato es una especie. Todo
contrato es una convención, pero no toda convención es contrato.
La convención puede generar tanto la adquisición, modificación o extinción de un derecho.
En contraposición al contrato, que tiene por objeto crear una obligación. Si una convención
no genera obligaciones, sino que las extingue o las modifica, no estamos frente a un
contrato. La tradición es un modo de adquirir el dominio que es una convención. El que
hace la tradición pierde el dominio de la cosa y a ojos del tradente dicho acto tiene efectos
extintivos. El pago también extingue y es bilateral, por lo tanto, es una convención.
c. Actos jurídicos plurilaterales: esta clasificación es agregada por la doctrina. Son actos que
requieren de la manifestación de la voluntad de más de dos partes. Por ejemplo, en la
novación por cambio de acreedor.
Artículo 1631: “La novación puede efectuarse de tres modos: (…) 2º. Contrayendo el
deudor una nueva obligación respecto de un tercero, y declarándole en consecuencia libre
de la obligación primitiva el primer acreedor (…)”.

2. Una segunda clasificación atiende a la producción de los efectos del acto jurídico.
a. Actos jurídicos entre vivos: son aquellos que para que produzcan sus efectos no requieren
de la muerte del autor o de alguna de las partes. Aunque también se podría establecer una
cláusula en el contrato que establece que la entrega de la cosa se realizará luego de la
muerte del causante, por ejemplo. El mandato no se extingue por la muerte del mandante.

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Artículo 2169: “No se extingue por la muerte del mandante el mandato destinado a
ejecutarse después de ella. Los herederos suceden en este caso en los derechos y
obligaciones del mandante”.
b. Actos jurídicos por causa de muerte : para producir sus efectos requieren como supuesto
necesario la muerte del autor o alguna de las partes. Por ejemplo, el testamento.

3. La tercera clasificación es según la utilidad o beneficio patrimonial que reporta el acto


jurídico para quienes lo ejecutan.
a. A título gratuito: aquellos actos que persiguen la utilidad o beneficio de solo una de las
partes. Por ejemplo, la donación.
b. A título oneroso: son aquellos actos que se celebran teniendo en cuenta la utilidad o
beneficio de ambas partes. El caso más típico es la compraventa.
Artículo 1440: “El contrato es gratuito o de beneficencia cuando sólo tiene por objeto la
utilidad de una de las partes, sufriendo la otra el gravamen; y oneroso, cuando tiene por
objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose cada uno a beneficio del otro”.
Esta distinción es súper relevante, sobre todo porque hay un artículo que se confunde
mucho y es muy importante en la práctica. El artículo comenta la especie de culpa a la que
responde el deudor según la utilidad del contrato.
Artículo 1547: “El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por
su naturaleza sólo son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se
hacen para beneficio recíproco de las partes; y de la levísima, en los contratos en que el
deudor es el único que reporta beneficio”.
Para estos efectos, tendrá que determinarse si el contrato es a título gratuito u oneroso,
porque el estándar de diligencia del deudor dependerá de cómo se clasifique ese contrato en
particular.

4. La cuarta clasificación atiende a si el acto jurídico produce sus efectos de forma inmediata
y sin limitaciones o no.
a. Puros y simples: producen sus efectos de inmediato, sin limitaciones, y constituyen la regla
general. En una compraventa, lo normal es que el comprador adquiere la cosa comprada de
forma inmediata por medio de la tradición, luego del pago en dinero.
b. Actos jurídicos sujetos a modalidad : sujetos o subordinados a una modalidad. Por
modalidad se entiende la condición, el plazo o el modo. Cláusulas accidentales que se
introducen en el acto jurídico para alterar sus efectos normales.

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La doctrina incorpora otras modalidades distintas a la condición, plazo y modo. Estas son,
la solidaridad y la representación, dado que también modifican los efectos normales de un
acto jurídico. La solidaridad implica que las partes se obligan en un acto de forma íntegra y
total, no de manera proporcional. Por otra parte, la representación consiste en que los
efectos del acto jurídico se radican en otra persona.

5. Una quinta clasificación atiende al contenido del acto jurídico.


a. De familia: tienen por objeto las relaciones del individuo frente a la familia. El matrimonio,
el reconocimiento de los padres de la filiación de un hijo no matrimonial, etc.
b. Patrimoniales: son los que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de un
derecho pecuniario o apreciable en dinero. La compraventa, permuta, arrendamiento, etc.

6. Una sexta clasificación dice relación a si el acto jurídico puede o no subsistir por sí mismo.
Artículo 1442: “El contrato es principal cuando subsiste por sí mismo sin necesidad de
otra convención, y accesorio, cuando tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una
obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella”.
a. Principales: son aquellos que subsisten por sí mismos, sin necesidad de otro acto del cual
dependa. Esta es la regla general, el acto nace y subsiste por sí mismo, de manera que no
requiere de otro acto que lo caucione o garantice.
b. Accesorios: son aquellos que necesitan de un acto principal que le sirva de sustento y del
cual depende. Se subclasifican en:
- Actos jurídicos de garantía: son las cauciones. Buscan asegurar el cumplimiento de una
obligación principal, de forma que no pueden subsistir sin ella. Son actos jurídicos de garantía
la fianza, la hipoteca y la prenda. En un mutuo o préstamo de consumo se puede caucionar en
prenda un auto, por ejemplo, para asegurar el cumplimento de la obligación principal. Cuando
se extingue la obligación principal que está caucionada, se extingue por tanto la caución. Esto,
en virtud del aforismo “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”. Cuando se constituyen
actos de garantía lo relevante es que, extinguido el acto principal caucionado, se extingue el
acto accesorio (no sobrevive sin el primero). Sin embargo, el acto accesorio puede nacer antes
de que nazca el principal, pero se va a extinguir con este.
Artículo 46: “Caución significa generalmente cualquiera obligación que se contrae para
la seguridad de otra obligación propia o ajena. Son especies de caución la fianza, la
hipoteca y la prenda”.

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- Actos jurídicos dependientes: tampoco subsisten sin un acto principal, sin embargo, no buscan
asegurar el cumplimiento de una obligación principal. Por ejemplo, las capitulaciones
matrimoniales, que no buscan asegurar la celebración del matrimonio, sino que regulan las
relaciones a futuro del matrimonio. Si no hay matrimonio, dichas capitulaciones no llegan a
destino.

7. Otra clasificación es si tienen formalidades para su celebración o no.


a. Solemnes: si están sujetos a la observancia de ciertas formalidades que se requieran para la
existencia o validez del acto mismo. La ausencia de esa formalidad va a acarrear la
inexistencia o nulidad de ese acto jurídico.
b. No solemnes: también llamados consensuales, son aquellos que no requieren de solemnidad
alguna y nacen por el mero consentimiento. Se pueden subclasificar en:
- Consensuales: basta con el consentimiento para que nazcan a la vida del Derecho.
- Reales: requieren de la entrega de la cosa para que nazca a la vida del Derecho. El depósito, el
comodato o el mutuo, por ejemplo.
Artículo 1443: “El contrato es real cuando, para que sea perfecto, es necesaria la
tradición de la cosa a que se refiere; es solemne cuando está sujeto a la observancia de
ciertas formalidades especiales, de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil; y
es consensual cuando se perfecciona por el solo consentimiento.”

8. Otra clasificación depende de si el acto jurídico está regulado por la ley o no.
a. Nominados: también llamados típicos, son los que se encuentran regulados por la ley, que
le atribuye efectos jurídicos específicos (acto que la misma ley contempla).
b. Innominados: no están contemplados por el legislador, pero pueden existir fruto de que las
partes decidan crearlo a partir de la autonomía de la voluntad. Y serán tantos en cuanto la
creatividad del individuo pueda crear, no siendo contrarios al orden público, la moral y las
buenas costumbres. Un contrato innominado va a ser una ley para los contratantes (Artículo
1445), es decir, tiene el mismo carácter de obligatorio que uno nominado.

9. Otra clasificación mira a la finalidad perseguida por el acto.


a. Actos de administración: por regla general, tienen por objeto la conservación del
patrimonio. Por ejemplo, si se vende un fruto de un campo, a pesar de estar enajenando lo
que el campo produce. Para determinar si es un acto de conservación o disposición debe
observarse la funcionalidad económica del acto más que en si se está vendiendo o no.

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b. Actos de disposición: pueden significar una pérdida o disminución del patrimonio, salvo en
la enajenación de los frutos. Por ejemplo, si se vende un pedazo de campo.
Artículo 244: “Con todo, los padres podrán actuar indistintamente en los actos de mera
conservación. Respecto del resto de los actos, se requerirá actuación conjunta. En caso de
desacuerdo de los padres, o cuando uno de ellos esté ausente o impedido o se negare
injustificadamente, se requerirá autorización judicial”.
Entonces, ¿Cuáles son los actos de mera conservación? Para esto último hay que verificar la
funcionalidad económica del acto, para ver si constituye un acto de administración del bien
o de disposición. Esto es, hay que ver cuál es el giro o la índole de la actividad para saber si
es un acto de administración o de disposición. Normalmente los actos de conservación son
de giro ordinario y los actos de disposición son de giro o índole extraordinaria. El
campesino en el campo no va a vender el terreno, va a cosecharlo, ordinariamente.

10. Una última clasificación dice relación con el rol que juega la causa en los actos jurídicos.
a. Causales: aquellos en los cuales, si no hay causa o esta es ilícita, el acto adolece de
inexistencia o nulidad. Por lo tanto, son aquellos que para cuyo perfeccionamiento
requieren como elemento esencial la causa.
b. Abstractos: aquellos en cuyo funcionamiento no tiene un rol que jugar la causa. Se
constituyen abstraídos o desvinculados de la causa. No es que el acto no tenga causa, es que
no tiene un rol que jugar en el acto.
Por ejemplo, el banco tiene un pagaré que puede endosar a otro banco, de manera que ya no
le debo al banco A, ahora le debo al B. Ese documento que endosa mi pagaré es abstracto,
de manera que ya no importa si tiene causa o no. El pagaré es un acto jurídico abstracto,
porque vincula sin importar la causa.
Yo le entrego un pagaré a Juana por su computador y ella no me lo entrega y le vende el
pagaré a un tercero, el cual viene a cobrarme el precio por un computador que no tengo. El
pagaré se desvincula de la causa y yo me obligué a pagar ese documento, sin importar si
tengo el computador o no. El pagaré es abstracto en la medida que haya circulado.
Otros ejemplos son la fianza si se mira la relación entre fiador y acreedor, la letra de
cambio, la delegación y otros actos, que constituyen actos abstractos.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

La voluntad: los actos jurídicos son hechos voluntarios del hombre. Para que la voluntad
produzca estos efectos jurídicos se requiere que cumpla dos requisitos:

1. Que se manifieste esa voluntad: puede ser expresa o tácitamente.


a. Expresa: también llamada manifestación explícita o directa, cuando esta se exterioriza a
través de una declaración, ya sea en palabras, gestos o indicaciones. Está destinada a
que sea conocida por personas distintas al declarante. Este último, tiene la obligación de
exteriorizar esta voluntad de forma clara y sin ambigüedades, eso es lo relevante. Si es
ambiguo, se perjudicará a él mismo, según lo que dispone el artículo 1566.
Artículo 1566: “No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas precedentes de
interpretación, se interpretarán las cláusulas ambiguas a favor del deudor. Pero las
cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea
acreedora o deudora, se interpretarán contra ella, siempre que la ambigüedad
provenga de la falta de una explicación que haya debido darse por ella”.
b. Tácita: se expresa a través de un comportamiento en el cual uno por deducción lógica
extrae o infiere una conclusión inequívoca. Pero se requiere que ese comportamiento
realmente permita extraer una conclusión que sea inequívoca, o como dice la doctrina:
concluyente, que no permita dos lecturas. Si hay dudas, faltará el elemento concluyente
y por lo tanto no habrá una voluntad tácita.
La condonación o remisión de una deuda (Artículo 1654) implica que quien quería
remitir o condonar esa deuda lo haya hecho de forma concluyente.
En el modo de adquirir ocupación (Artículo 606), el ocupante, por el hecho de
aprehender la cosa con el ánimo de hacerla suya, va a adquirir el dominio, sin necesidad
de alguien presente.
Otro ejemplo se encuentra en la aceptación tácita de una herencia (Artículo 1241), o la
aceptación tácita de un mandato (Artículo 2124). El Código acepta la manifestación
tácita; en el caso del mandato, en la medida que el mandatario esté ejecutando el
mandato, se entiende la aprobación tácita.
En la colusión, hay dos o tres empresas que compiten entre sí en la venta de un
producto, pero que, luego de ponerse de acuerdo, establecen sus precios en los mismos
montos. Si no hay acuerdo, no hay nada que sancionar. Por lo que podría darse un
acuerdo expreso o tácito perfectamente. Si las tres empresas están cómodas pueden
tener los mismos precios sin necesidad de un acuerdo expreso (paralelismo eficiente) y

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

no sería cuestionable desde el punto de vista jurídico. Ahora bien, si se pasan


información tras bambalinas estaríamos frente a un acuerdo expreso que deriva en una
colusión. Pero hay ciertas conductas que son más complejas para determinar si se puede
establecer la manifestación de la voluntad.
El Código Civil, por regla general, otorga igual valor a la manifestación tácita y a la expresa
(Artículo 1241 y 2124). En el Artículo 103 del Código de Comercio también se aprecia la igualdad
de valor en la manifestación tácita y expresa.
Artículo 103 Código de Comercio: “La aceptación tácita produce los mismos efectos y está sujeta
a las mismas reglas que la expresa”.
Pero hay excepciones en la equivalencia de las expresiones para la manifestación de la
voluntad.
Artículo 1060: “No vale disposición alguna testamentaria que el testador no haya dado a conocer
de otro modo que por sí o no, o por una señal de afirmación o negación, contestando a una
pregunta”. Artículo 1511: “Pero en virtud de la convención, del testamento o de la ley puede
exigirse a cada uno de los deudores o por cada uno de los acreedores el total de la deuda, y
entonces la obligación es solidaria o insólidum. La solidaridad debe ser expresamente declarada
en todos los casos en que no la establece la ley”.
En estos artículos la voluntad debe manifestarse de forma expresa, no teniendo efecto la
manifestación táctica. Para sostener que dos deudores se obligan solidariamente, se requiere que
dicha voluntad sea expresa.
La obligación solidaria consiste en el pago de una deuda que se hace por parte de uno de los
deudores, de manera que los otros deudores quedan liberados de la obligación. Por ejemplo, dos
deudores le deben 100 al banco. Si no hay solidaridad, cada uno debe pagar 50 al banco. Si son
solidariamente responsables, basta con que uno de los deudores pague 100 para extinguir el pago y
luego reclamará el pago en exceso que hizo, al otro deudor.
También se puede pactar en un contrato que la manifestación de la voluntad sea expresa, o
al revés, que algunos gestos den a entender que manifiestan la voluntad. Se puede establecer que, en
un contrato, en la medida que la parte siga realizando ciertos actos, se entienda renovado el contrato
por tres meses más, por ejemplo. En este tema, lo que prima es la libertad contractual, siempre
guardando el orden público, la moral y las buenas costumbres.
El silencio no es ningún acto o gesto, es una conducta omisiva donde no se manifiesta de
modo alguno, sino que simplemente se guarda completo silencio. La regla general es que el silencio
no se considera como manifestación de voluntad. Pero hay veces en que el silencio sí puede
constituir manifestación de voluntad.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

1. Legalmente, cuando así lo dispone el legislador en la ley . Por ejemplo:


Artículo 1233: “El asignatario constituido en mora de declarar si acepta o repudia, se entenderá
que repudia”.
Artículo 2125: “Las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios ajenos, están
obligadas a declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona ausente les
hace; y transcurrido un término razonable, su silencio se mirará como aceptación”.
Su silencio se mirará como aceptación porque son personas que normalmente aceptan
negocios ajenos y por lo tanto el Código les pone una carga especial. Debe responder si toma o no
el encargo que se le confía. Su silencio se entiende como si aceptara tomarlo.

2. Voluntariamente, cuando las partes le atribuyen al silencio la manifestación de la


voluntad.
Cuando en virtud de la autonomía de la voluntad hay cláusulas que permiten a las partes
acordar que el silencio constituye manifestación de voluntad.
En la constitución de sociedades es frecuente. Si se dice que la sociedad tendrá una vigencia
de tres años, y ninguno de sus socios manifiesta no querer renovar la inscripción social, entonces se
entenderá que la sociedad se renueva por tres años más.
Si se arrienda un inmueble por tres años, pero no se avisa el vencimiento treinta días antes
(conducta omisiva) de la fecha, se entiende que se renueva al arriendo por tres años más.
Por lo tanto, siempre dependerá de lo que se haya contratado. Y fruto de la autonomía de la
voluntad las partes pueden agregar una cláusula que le otorga a una conducta omisiva una
manifestación de voluntad.
Cuando tres hermanos son accionistas de una sociedad y uno quiere vender su parte. En ese
caso, los hermanos solicitarán un derecho preferente para comprarlas antes que una persona ajena.
Si los hermanos no dicen nada pasado los 15 días, ese silencio se entenderá como un rechazo de la
oferta y las acciones podrán ser vendidas a una persona distinta de los socios.

3. Judicialmente, cuando el juez le atribuye al silencio el rol de manifestación de voluntad .


En el silencio circunstanciado, el juez le atribuye al silencio una manifestación de voluntad cuando
haya antecedentes o circunstancias externas que permitan atribuirle a dicho silencio de manera
inequívoca el rol de manifestación de voluntad. A pesar de que ni la ley ni las partes le atribuyen al
silencio una manifestación de voluntad, el juez puede eventualmente darle el valor a aquella
conducta omisiva, producto de ciertas circunstancias.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

El silencio administrativo contenido en la LEY 19.880, en su Artículo 64 comenta el


silencio positivo y el 65 el silencio negativo.
Artículo 64: “Silencio Positivo. Transcurrido el plazo legal para resolver acerca de una solicitud
que haya originado un procedimiento, sin que la Administración se pronuncie sobre ella, el
interesado podrá denunciar el incumplimiento de dicho plazo ante la autoridad que debía resolver
el asunto, requiriéndole una decisión acerca de su solicitud. Dicha autoridad deberá otorgar
recibo de la denuncia, con expresión de su fecha, y elevar copia de ella a su superior jerárquico
dentro del plazo de 24 horas. Si la autoridad que debía resolver el asunto no se pronuncia en el
plazo de cinco días contados desde la recepción de la denuncia, la solicitud del interesado se
entenderá aceptada”.
Artículo 65: “Silencio Negativo. Se entenderá rechazada una solicitud que no sea resuelta dentro
del plazo legal cuando ella afecte el patrimonio fiscal. Lo mismo se aplicará en los casos en que la
Administración actúe de oficio, cuando deba pronunciarse sobre impugnaciones o revisiones de
actos administrativos o cuando se ejercite por parte de alguna persona el derecho de petición
consagrado en el numeral 14 del artículo 19 de la Constitución Política”. En este caso, se
entenderá rechazada una solicitud que no se cumpla en el plazo si afecta al patrimonio fiscal.
Cuando el silencio manifiesta la voluntad, habrá que aplicarle las mismas normas que
aplican a cualquier manifestación de voluntad. También puede adolecer de vicios del
consentimiento, como el error, fuerza y dolo.
El silencio como manifestación de voluntad es distinto a la negativa de alguien a declarar
algo que se encuentra a hacer por disposición de la ley. En la compraventa, hay que informarle al
comprador de los vicios redhibitorios de la cosa vendida. El no informar no es un tema de silencio,
sino que de desinformación, ya que hay una negativa a declararlos.

2. Debe ser seria:


En el sentido de que debe buscar un fin tutelado por el Derecho. Es seria cuando tiene la
intención de producir un efecto reconocido por el Derecho. La voluntad que se manifiesta por
cortesía o en broma, no es seria. La falta de seriedad tendrá que ser apreciada por el juez que
determinará si es seria o no. Cuando los precios de los pasajes de avión son erróneos, no existe una
oferta seria y la persona se está aprovechando del error. Nunca estuvo la intención de la empresa el
poner los precios tan bajos. Otro ejemplo de voluntad no seria es la condición meramente
cuantitativa, cuando me obligo a pagar cien pesos sólo si quiero, de manera que no es una
obligación que tenga efectos jurídicos.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

PRINCIPIOS DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD (VÍCTOR VIAL, PP. 51 - 55):


El Derecho civil y la Teoría General del Acto Jurídico descansan sobre la libertad y la
voluntad. El hombre es libre para vincularse con otros o no; y si decide obligarse lo va a hacer por
su propia voluntad, asumiendo las consecuencias. Según Stolfi "la libertad individual es el
presupuesto de toda acción humana, en el sentido de que permita al individuo decidir acerca de
dar vida o no a una relación cualquiera, obedeciendo a exigencias de las que él solo es juez y, al
mismo tiempo; constituye el límite de su acción, ya que el particular se obliga a sí mismo y, en
consecuencia, a su patrimonio".
Suponiendo que todos los hombres son iguales y libres, debería llegarse a la conclusión de
que todo contrato libremente convenido es necesariamente equitativo, de modo que cualquier traba
o control del legislador, puede comprometer el equilibrio y llevar a la injusticia. 
Si se aplica este principio a la economía, se traduce en el liberalismo, según el cual  "el
hombre no dará prueba de su iniciativa en sus empresas más que si contrata libremente y se regula
a sí mismo. El comercio se basa sobre la libertad ilimitada, por lo que una limitación aporta al
estancamiento"
El Derecho civil, al igual que el Código Napoleónico, reconoce este principio como su
piedra angular. En ellos se busca crear un sistema de Derecho privado fundado en la libertad de los
particulares, colocando en el centro al acto jurídico (paradigma de la manifestación de voluntad). El
principio hace al hombre "árbitro de sí mismo y de lo suyo, de forma que puede hacer todo lo que
no esté prohibido".

Consecuencias del Principio:


El hombre es libre para obligarse o no; si lo hace, es por su propia voluntad (Arts. 1386,
1437, 1438, 1445, 1560 y 1563 Código Civil).
El hombre es libre para renunciar por su sola voluntad a un derecho establecido en su
beneficio, con tal que mire al interés individual del renunciante y que la ley no prohíba su renuncia
(Artículo 12).
El hombre es libre para determinar el contenido de los actos jurídicos que celebre. Según el
Artículo 1545, el contrato es ley para la partes y, según Stolfi, cada uno es libre de someterse a las
condiciones que quiera, ya que, obligándose, empeña en primer lugar su persona y en su caso, sus
bienes, esto exige que sea árbitro de si vincularse o no, y también cómo ha de hacerlo.
Como los actos jurídicos son fruto de la voluntad del hombre, cada vez que surjan dudas en
torno al significado o a las consecuencias de sus manifestaciones, debe indagarse por la intención o
querer real, que es lo que efectivamente la o las partes perseguían (Artículo 1560).

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

1. La Autonomía Privada: se le llama así en doctrina a la facultad o poder que la ley


reconoce a los particulares para regular sus intereses, actuando según su propio juicio y
responsabilizándose por las consecuencias de su comportamiento, sean éstas ventajosa
u onerosas. Ferri dice que es un poder porque permite a los particulares crear normas
jurídicas, regulando su actuación y estableciendo cargas y limitaciones. El instrumento
para esto es el acto jurídico. La autonomía privada supone en primer término, la libertad
del individuo para vincularse o relacionarse con otros con una finalidad
socioeconómica, por lo que puede tomar la iniciativa de celebrar actos jurídicos para
adquirir, modificar o extinguir derechos subjetivos. Todo esto está acompañado de la
autorresponsabilidad, que coloca al autor o a las partes en la obligación de soportar las
consecuencias que emanan del acto jurídico, ya sean favorables o desfavorables.

2. Limitaciones a la Autonomía Privada:


Faculta a los particulares de disponer de sus propios intereses, no de los ajenos. Esto es
el límite natural según Cariota: la autonomía del agente está limitada por la autonomía
de los demás.
Es necesario que se ajuste a los requisitos establecidos por la ley para su valor jurídico
(ej.: requisitos de validez).
No pueden los particulares crear actos jurídicos que no correspondan exactamente al
establecido por el legislador. (ej.: Cuando está comprometido el interés superior o
materias relativas a las relaciones de familia).
Está limitada por el orden público y las buenas costumbres. El orden público es
definido por la jurisprudencia como “la organ ización considerada como necesaria para
el buen funcionamiento general de la sociedad”. Las buenas costumbres son imprecisas,
pero dice Mazeaud que “comprende la moral sexual, pero, asimismo, las ideas morales
admitidas en una época determinada”.
Debe tenerse presente para los actos jurídicos innominados que la figura no debe ser
arbitraria ni caprichosa, en el sentido de no perseguir un fin práctico de conveniencia
social. Si así fuera, no sería merecedor de tutela jurídica.

3. La Autonomía en el Código Civil Chileno: nuestro código reconoce la autonomía


privada, pero con ciertas limitaciones. Reconoce el valor de la ley sólo a los contratos
que son legalmente celebrados (Artículo 1545) y subordina su eficacia a la voluntad

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

respecto a las leyes, las buenas costumbres y el orden público. En efecto, esta
disposición dispone que todo contrato legalmente celebrado es una ley para los
contratantes y no puede ser invalidado sino por consentimiento mutuo o por causas
legales.

4. Reacciones contra el Principio:


Algunos piensan que la voluntad individual es impotente para crear obligaciones por sí
sola, ya que consideran que la sociedad es la única que tiene este poder.
Contra la tesis del liberalismo, que supone que un contrato libremente concluido es
justo y equitativo para los que lo celebran. La experiencia nos demuestra en numerosas
oportunidades que consagran el aplastamiento del más débil por el más fuerte.
La doctrina moderna, sin dejar de reconocer la importancia de la voluntad individual, la
considera como un instrumento del bien común. Esto permite justificar la intervención
del legislador en aquellos casos en que la voluntad individual no se conforma con el
bien común o con los principios de justicia considerados esenciales.
Por esto ha surgido el llamado contrato dirigido, que se define como "la intervención
del Estado en los contratos que celebran los particulares, a fin de evitar que una de las
partes se aproveche de la debilidad o inferioridad de la otra o de la desigualdad de
condiciones en que contratan, por diferencias económicas, sociales y aun económicas".
Nuestra legislación no escapa de esta tendencia, por ejemplo, con el contrato de trabajo,
que no queda entregado por completo a la libre determinación de las partes, quienes
deben respetar un conjunto de normas establecidas por el legislador que tiende a
proteger al trabajador, configurando a su respecto derechos irrenunciables.

Formación del consentimiento: cómo se forma la voluntad en los actos


jurídicos bilaterales, a la que se le denomina como consentimiento.
Artículo 1445: “Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es
necesario:
1º Que sea legalmente capaz;
2º Que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de vicio;
3º Que recaiga sobre un objeto lícito;
4º Que tenga una causa lícita.

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Teoría del Acto Jurídico

La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio o
la autorización de otra”.
El Código Civil no regula la formación del consentimiento, por lo que tuvo que entrar el
Código de Comercio a llenar este espacio.

OFERTA:
Para que se forme el consentimiento se requiere de una oferta, propuesta o policitación
formulada por alguien, en virtud de la cual una persona le propone a otra celebrar una determinada
convención. Esta oferta es un acto jurídico, por lo que deberá cumplir con todos los requisitos, tanto
de validez como de existencia.
La oferta debe ser completa, esto es, que debe contar con todos los elementos del supuesto
jurídico para celebrar el contrato. Es completa cuando se formula de tal manera que sólo basta con
la aceptación de la persona que recibió la oferta para que la convención se perfeccione. Si el
contrato es nominado, debe contar con todos los elementos de la esencia para que la oferta sea
completa. Si es incompleta, no va a permitir su aceptación, pero iniciará una negociación entre las
partes que puede derivar o no en un acto jurídico bilateral. Ahora bien, se puede contra ofertar o
agregar otros elementos que alteran la oferta recibida.

CLASIFICACIÓN DE LA OFERTA:
1. Expresa o tácita: sea una o la otra, debe ser concluyente la señal de que se está formulando
la oferta. Las dos constituyen manifestación de voluntad y obligan al que la formula, a
menos de que la ley diga lo contrario. Es tácita la que se deprende del comportamiento del
oferente, que debe demostrar de forma inequívoca su intención de celebrar una convención.
La expresa puede ser verbal o escrita. La verbal es más difícil de probar en caso de tener un
problema con la contraparte.
Artículo 1708: “No se admitirá prueba de testigos respecto de una obligación que haya
debido consignarse por escrito”.
Artículo 1710: “Al que demanda una cosa de más de dos unidades tributarias de valor
(UTM) no se le admitirá la prueba de testigos, aunque limite a ese valor la demanda”.
Por ejemplo, si me hacen una oferta verbal: “le vendo mi iPad”, pero no me dice el precio,
la oferta no es completa. Si la oferta es completa (“le vendo mi iPad a $100.000”) y yo
acepto, se formó el consentimiento y por lo tanto surge la compraventa.

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Teoría del Acto Jurídico

Por lo tanto, en los contratos consensuales se forma el consentimiento y nace el acto


jurídico, pero en caso de un conflicto entre las partes, la prueba de testigos no tendrá
validez de acuerdo al Artículo 1710.

2. Puede ser hecha a una persona determinada o formulada a destinatarios indeterminados : el


Artículo 105 del Código de Comercio establece una norma que la Ley de Protección al
Consumidor cambia radicalmente.
Artículo 105, Código de Comercio: “Las ofertas indeterminadas contenidas en circulares,
catálogos, notas de precios corrientes, prospectos, o en cualquiera otra especie de
anuncios impresos, no son obligatorias para el que las hace”.
En cambio, en el Artículo 35 de la Ley de Protección al Consumidor el tema es distinto. Le
da valor y fuerza vinculante a estas ofertas que se hacen a persona indeterminada. Es la
posición contraria y prevalece en las relaciones entre consumidores y productores.
Artículo 35, Ley de Protección al Consumidor : “En toda promoción u oferta se deberá
informar al consumidor sobre las bases de la misma y el tiempo o plazo de su duración”.

3. Puede emanar del deudor o del acreedor : no importa de donde provenga la oferta, lo
relevante es que sea completa, al punto de poder responder con un “ok” para que se forme
el consentimiento.
La oferta es unilateral, por lo que basta con que alguien proponga algo para que nazca su
obligación. Hay ciertas obligaciones que nacen luego de haberse formulado la oferta, de
manera individual, aun cuando el que recibe la oferta no haya reaccionado.

ACEPTACIÓN:
Es un acto jurídico unilateral, en virtud del cual el destinatario de la oferta manifiesta su
conformidad a ella. Se clasifica en:

1. Expresa o tácita: es expresa, cuando el destinatario manifiesta en términos claros, explícitos


o directos su conformidad con la oferta. La manifestación expresa puede ser verbal o
escrita. Pero siempre recordando el tema probatorio, del Artículo 1710. La aceptación
verbal puede manifestarse a través de palabras o gestos, que de forma inequívoca
manifiestan la conformidad a la oferta recibida.

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Teoría del Acto Jurídico

La tácita es la voluntad que se desprende de un comportamiento, que debe revelar de forma


inequívoca la aceptación de la oferta, sin que haya otra significación. Ambas tienen los
mismos efectos y se les otorga el mismo valor.
Artículo 103 Código de Comercio: “La aceptación tácita produce los mismos efectos y
está sujeta a las mismas reglas que la expresa”.
Hay ciertos contratos que no admiten la aceptación tácita, como la solidaridad. Pero salvo
esas excepciones, ambas tienen los mismos efectos jurídicos, hasta el silencio puede
constituir una manifestación de voluntad.
Artículo 1511: “La solidaridad debe ser expresamente declarada en todos los casos en que
no la establece la ley”.

2. Pura y simple o condicionada : es pura y simple cuando el destinatario manifiesta


conformidad plena a la oferta, dando formación al consentimiento. Es condicionada cuando
el destinatario introduce modificaciones los términos iniciales de la oferta.
Artículo 102 Código de Comercio: “La aceptación condicional será considerada como
una propuesta”.
Cuando se acepta la oferta, pero con una modificación, dicha aceptación constituye una
contra oferta, porque el oferente tiene que volver a revisar si acepta la oferta modificada por
el destinatario o no.
Comprador: “te compro el iPad a $100.000 o el lápiz a $50.000”  Oferta.
Vendedor: “te vendo el iPad y el lápiz a $150.000”  Contra oferta, ya que cambia los
términos iniciales de la oferta.
Aceptación parcial: dependiendo de si la oferta es divisible o indivisible. Una oferta
divisible tendrá tantas ofertas como divisiones puedan hacerse de ella. Y, por lo tanto, el
consentimiento solo se dará entender de aquellas ofertas que fueron aceptadas por el
destinatario. Si la oferta fue formulada en términos indivisibles, la aceptación de sólo uno
de los elementos deriva en una contraoferta, por definición.

REQUISITOS DE LA ACEPTACIÓN:
Para que se forme y perfeccione el consentimiento. A estos requisitos, deben sumarse los de
existencia y validez.

1. Debe ser pura y simple: no se puede modificar la oferta, de lo contrario, se consideraría


una contra oferta.

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Teoría del Acto Jurídico

Artículo 101 Código de Comercio: “Dada la contestación, si en ella se aprobare pura


y simplemente la propuesta, el contrato queda en el acto perfeccionado y produce
todos sus efectos legales, a no ser que antes de darse la respuesta ocurra la
retractación, muerte o incapacidad legal del proponente”.

2. Debe hacerse en tiempo oportuno : si se manifiesta en el plazo que eventualmente


hubiera realizado el oferente para que el destinatario manifestara su consentimiento y
en ausencia de este plazo, en el plazo establecido por la ley.
Artículo 97 Código de Comercio: “Para que la propuesta verbal de un negocio
imponga al proponente la respectiva obligación, se requiere que sea aceptada en el
acto de ser conocida por la persona a quien se dirigiere; y no mediando tal aceptación,
queda el proponente libre de todo compromiso”.
Si la propuesta es verbal, la aceptación debe ser en el acto, inmediatamente. La oferta
nace en el momento en que se formula, pero la obligación de comprar la cosa nace
cuando el consentimiento se forma.
Artículo 98 Código de Comercio: “La propuesta hecha por escrito deberá ser
aceptada o desechada dentro de veinticuatro horas, si la persona a quien se ha
dirigido residiere en el mismo lugar que el proponente, o a vuelta de correo, si
estuviere en otro diverso. Vencidos los plazos indicados, la propuesta se tendrá por no
hecha, aun cuando hubiere sido aceptada. En caso de aceptación extemporánea, el
proponente será obligado, bajo responsabilidad de daños y perjuicios, a dar pronto
aviso de su retractación”.
Si la oferta fue escrita habrá que esperar 24 horas si están en el mismo lugar. El juez
deberá interpretar qué se entiende por el mismo lugar. Si la oferta fue formulada en un
lugar distinto, habrá que esperar el plazo a vuelta de correo.
Si la aceptación de la oferta llegó después del plazo o del acto de ser conocida, es una
aceptación extemporánea.
Si venció el plazo o no fue inmediata la respuesta o fue luego de 24 horas, la propuesta
se tendrá por no hecha, aun cuando hubiere sido aceptada, por ser extemporánea. Sin
perjuicio de lo anterior, el oferente está sujeto a la obligación de avisar de su
retractación y a la indemnización bajo responsabilidad de daños y perjuicios.
A pesar de no nacer al Derecho ese contrato, la ley quiere imponer la obligación de
quien formuló la oferta de no generar perjuicios al otro. La obligación en un acto
jurídico nace al momento que surja el contrato, pero acá hay una responsabilidad pre-

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

contractual hacia el oferente, de pagar por los perjuicios que esa oferta no vigente pudo
causar.
La retractación es el arrepentimiento del oferente en el tiempo que transcurre entre la
realización de la oferta y la aceptación de ella. Si el plazo para la aceptación de la oferta
expiró, el arrepentimiento del oferente no existe, porque el plazo estaba fijado y la
oferta ya no era aceptable. A pesar de esto, el oferente tiene la obligación de informar
que la oferta se tendrá por no hecha. Es algo extraño, pero así funciona.
Luego de la formación del consentimiento no hay espacio para retractarse. En cualquier
caso, ese acto sería un incumplimiento del contrato.

3. Mientras la oferta se encuentra vigente:


Artículo 101 Código de Comercio: “Dada la contestación, si en ella se aprobare pura
y simplemente la propuesta, el contrato queda en el acto perfeccionado y produce
todos sus efectos legales, a no ser que antes de darse la respuesta ocurra la
retractación, muerte o incapacidad legal del proponente”.
o Retractación: consiste en el arrepentimiento del oferente de la propuesta realizada.
Artículo 99 Código de Comercio: “El proponente puede arrepentirse en el tiempo
medio entre el envío de la propuesta y la aceptación, salvo que al hacerla se
hubiere comprometido a esperar contestación o a no disponer del objeto del
contrato, sino después de desechada o de transcurrido un determinado plazo. El
arrepentimiento no se presume”.
El Artículo 99 dispone que el proponente puede arrepentirse en el tiempo
intermedio entre el envío y la aceptación, salvo en dos casos que en la oferta: (i) el
proponente se hubiera obligado a esperar contestación; o (ii) se hubiera obligado a
no disponer del objeto en contrato sino después de desechada la oferta o después de
transcurrido un determinado plazo desde la formulación de la oferta. Además, el
arrepentimiento no se presume. Para ver los efectos hay que ver si la retractación es
tempestiva o intempestiva.
La vigencia de la oferta es el tiempo en que la oferta está en pie, que es distinto al
tiempo en que se espera la aceptación de la oferta.
Retractación tempestiva: se produce entre la formulación de la oferta y la
aceptación y da a entender que la oferta no ha existido. Hay una obligación para el
oferente de pagar los gastos e indemnizar daños y perjuicios que haya sufrido el

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Teoría del Acto Jurídico

afectado de la oferta retractada. Es un tema de responsabilidad legal, toda vez que


la oferta no existió.
Retractación intempestiva: se produce luego de ser aceptada la oferta. En este caso,
se formó el consentimiento, por lo que la convención ya existe y se pueden tomar
medidas para exigir el cumplimiento de ella y se producen sus efectos.
o Caducidad: por muerte o incapacidad del oferente. En caso de la muerte del
oferente, la oferta deja de existir. En caso de incapacidad, se entiende que la oferta
está viciada.

El legislador toma una posición compleja, permitiendo que el oferente se arrepienta entre la
formulación y la aceptación. Como es una decisión compleja, sabe que generará problemas y le
impone la carga al que se retractó tempestivamente -de forma legítima- de indemnizar los gastos
que la persona a quien fue encaminada la propuesta hubiere hecho, y los daños y perjuicios que
hubiere sufrido, según el Artículo 100 del Código de Comercio. Este artículo es de vital importancia
ya que establece obligaciones precontractuales aun cuando no nació el contrato. La única forma de
sacarse estos costos de encima es cumpliendo con el contrato y así no tener que hacerse cargo de los
perjuicios y gastos.
Si el oferente no se ha retractado y se aceptó la oferta luego de plazo, el oferente debe
comunicar que la oferta ha caducado y que ya no tiene la intención de celebrar el contrato. El
legislador impone estas cargas de manera tibia, no tan convencido.
Artículo 100 Código de Comercio: “La retractación tempestiva impone al proponente la
obligación de indemnizar los gastos que la persona a quien fue encaminada la propuesta hubiere
hecho, y los daños y perjuicios que hubiere sufrido. Sin embargo, el proponente podrá exonerarse
de la obligación de indemnizar, cumpliendo el contrato propuesto”.
Artículo 101 Código de Comercio: “Dada la contestación, si en ella se aprobare pura y
simplemente la propuesta, el contrato queda en el acto perfeccionado y produce todos sus efectos
legales, a no ser que antes de darse la respuesta ocurra la retractación, muerte o incapacidad legal
del proponente”.
Si muere el proponente antes de que haya aceptación o se incapacita legalmente, no se
forma el consentimiento y la oferta desaparece.

¿Por qué es relevante saber cuándo se forma el consentimiento?


a. Las partes deben ser capaces al momento de contratar.
b. El objeto debe ser lícito al momento de contratar.

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c. En lo que respecta a las leyes que se aplicarán al contrato. El Artículo 22 de la Ley del
Efecto Retroactivo de la Ley señala que “en todo contrato se entenderán incorporadas las
leyes vigentes al tiempo de su celebración”.
d. En lo que respecta a los efectos del contrato, ya que se producen a la formación del
consentimiento.
e. En lo que respecta a la retractación válida del oferente.

TEORÍAS QUE SIGUE EL CÓDIGO SEGÚN CUÁNDO SE FORMA EL

CONSENTIMIENTO:
1. Teoría de la declaración de la voluntad o aprobación : el consentimiento se forma desde el
momento en que el destinatario acepta la oferta y manifiesta su voluntad, aun cuando la
aceptación sea ignorada o desconocida por el oferente.
2. Teoría de la expedición: se entiende formado el consentimiento cuando el destinatario envía
la correspondencia que notifica de su aceptación al oferente. No importa que el oferente la
haya recibido, basta con el envío.
3. Teoría de la recepción: se forma el consentimiento al momento en que la aceptación
contenida en carta o telegrama llega al domicilio del oferente, aun cuando éste no ha
tomado conocimiento de la aceptación.
4. Teoría del conocimiento: no basta con el envío ni la recepción, se requiere que el oferente
haya tomado conocimiento de la aceptación de la oferta.
El Código de Comercio sigue la primera teoría actualmente, ya que en su Artículo 99 dice
“El proponente puede arrepentirse en el tiempo medio entre el envío de la propuesta y la
aceptación” y el Artículo 101 dice “Dada la contestación”. Una excepción en materia de Derecho
se encuentra en la donación.
Artículo 1412: “Mientras la donación entre vivos no ha sido aceptada, y notificada la aceptación
al donante, podrá éste revocarla a su arbitrio”.

¿EN QUÉ LUGAR SE FORMA EL CONSENTIMIENTO?


Es importante porque:
a. El contrato seguirá las normas del lugar donde se celebró el acto.
b. Sirve para determinar qué costumbre será aplicable en el contrato (Artículo 1940 y 1944).
c. Para saber qué tribunal es competente.

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Teoría del Acto Jurídico

Si el contrato se celebra por personas que residen en el mismo lugar, se entiende celebrado
en donde residen las dos partes. Si las personas que contratan residen en distintos lugares, el
contrato se entiende celebrado en el lugar que reside el aceptante.
Artículo 104 Código de Comercio: “Residiendo los interesados en distintos lugares, se entenderá
celebrado el contrato, para todos sus efectos legales, en el de la residencia del que hubiere
aceptado la propuesta primitiva o la propuesta modificada”.

Vicios de la voluntad:
Para que el acto sea válido se requiere una voluntad no viciada. El Código habla de vicios
del consentimiento, por lo que se refiere a actos jurídicos bilaterales fundamentalmente. Pero estos
vicios se refieren a la voluntad en general y por lo tanto puede haber actos jurídicos unilaterales
viciados. En estricto rigor, se debería hablar de vicios de la voluntad y no del consentimiento.
Artículo 1451: “Los vicios de que puede adolecer el consentimiento, son error, fuerza y dolo”.

ERROR:
Consiste en la falsa representación de la realidad que, según la doctrina, puede darse por
ignorancia o por equivocación.
i) Ignorancia: ausencia total de la noción de una cosa.
ii) Equivocación: requiere de cierta noción que es errada.
Usualmente la ignorancia conlleva una equivocación, como cuando se celebra una
compraventa con un menor: “pensé que tenía 18 años cuando en realidad tiene 17”  se ignora la
edad y deriva en una equivocación. Es una distinción artificial finalmente.
iii) Duda: se advierte la eventualidad de estar en un error, y a pesar de eso se puede
persevera en el acto. En el error no existe la duda, simplemente se tiene una noción
incorrecta de la realidad.

¿Puede darse el error con respecto a hechos del futuro? Si se hace una representación errada
del futuro es un error de previsión, pero no constituye un vicio del consentimiento y, por tanto, no
va a incidir en la anulación (o no) del consentimiento. Si se compra una empresa y se asume que se
obtendrán ingresos espectaculares y luego no resulta ser así, no se podría decir que esa compraventa
adolece de error, sino que simplemente la persona se equivocó en la proyección del negocio. Esto se
llama el error de previsión y no vicia el consentimiento.

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Teoría del Acto Jurídico

Es por esto que algunos autores le llaman vicio del conocimiento por ser una representación
errada de la realidad de lo que no ha sucedido. El origen del vicio radica en un conocimiento
erróneo de la realidad antes que en el consentimiento.

CLASIFICACIÓN DEL ERROR:


A. Error de derecho: falsa representación de la realidad jurídica por la ignorancia de una
norma o por la equivocada aplicación o interpretación que se haga de ella. El error de
derecho no vicia el consentimiento, fruto de los artículos que se presentan a continuación.
Artículo 1452: “El error sobre un punto de derecho no vicia el consentimiento”.
Artículo 8: “Nadie podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya entrado en
vigencia”.
Artículo 706: “Pero el error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe,
que no admite prueba en contrario”.
Además, el error de derecho constituye mala fe según la presunción de derecho que no
admite prueba en contrario.
Si se celebra un mutuo de un millón de pesos con un plazo de devolución en un año y el
mutuante reclama el pago antes de ese año, no puede decirle al juez que no hubiera
celebrado el contrato de haber sabido que funciónaba así, ya que significaría un
desconocimiento de las normas que no admite prueba en contrario.
Pero hay excepciones respecto de que el error de derecho no vicie el consentimiento:
Artículo 2297: “Se podrá repetir aun lo que se ha pagado por error de derecho, cuando el
pago no tenía por fundamento ni aun una obligación puramente natural”.
Más que ser una excepción, simplemente armoniza la norma que señala que el error de
derecho no vicia el consentimiento y la norma que tiene por objetivo evitar el
enriquecimiento sin causa. Es un justo equilibrio entre que el error de derecho se presume
de mala fe y que el tipo que se beneficia de este error no puede enriquecerse sin causa.
Artículo 2299: “Del que da lo que no debe, no se presume que lo dona, a menos de
probarse que tuvo perfecto conocimiento de lo que hacía, tanto en el hecho como en el
derecho”.
Lo mismo respecto de este artículo. La donación hecha por error de derecho se entenderá
como un cuasicontrato que consiste en el pago de lo no debido.

B. Error de hecho: falsa representación de una cosa, hecho o persona, ya por ignorancia o por
equivocación. El error de hecho sí vicia el consentimiento.

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i. Error obstáculo, obstativo o esencial: es aquel en que la falsa representación recae


en la especie de acto o contrato que se ejecuta o se celebra (préstamo o donación,
por ejemplo) o en la identidad del objeto (cosa específica) del acto o contrato que
se ejecuta o celebra (vaca o caballo, por ejemplo). El error es de tal magnitud que
obsta la formación misma del consentimiento. El error obstáculo vicia el
consentimiento el cual no llega a formarse, de manera que el contrato no surge a la
vida del Derecho. Hay inexistencia de voluntad y por lo tanto el acto no existe.
Artículo 1682: “La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad
producida por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben
para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza de ellos,
y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan, son
nulidades absolutas. Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y contratos de
personas absolutamente incapaces. Cualquiera otra especie de vicio produce
nulidad relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato”.
Artículo 1453: “El error de hecho vicia el consentimiento cuando recae sobre la
especie de acto o contrato que se ejecuta o celebra, como si una de las partes
entendiese empréstito y la otra donación; o sobre la identidad de la cosa específica
de que se trata, como si en el contrato de venta el vendedor entendiese vender
cierta cosa determinada, y el comprador entendiese comprar otra”.
El error obstáculo o esencial recae sobre la especie del contrato que se ejecuta o
celebra o sobre la identidad de la cosa específica.
El Código Civil no distingue entre las sanciones que habría que aplicar, siendo
importante la doctrina nacional:
a. Unos sostienen que sería inexistente porque no se formó el consentimiento
dada la magnitud del error.
b. Otros estiman que sería la nulidad absoluta, que sería la máxima sanción
que contempla nuestro ordenamiento jurídico.
c. Una tercera vertiente sostiene que, en realidad la sanción debería ser la
nulidad relativa, porque el error esencial no estaría en ninguna hipótesis
que menciona el Artículo 1682, y corresponderá nulidad relativa en cuanto
regla general.

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ii. Error vicio o sustancial: es el que afecta la validez del acto jurídico. Se forma el
consentimiento, pero nace viciado y puede derivar en la nulidad relativa.
Artículo 1454: “El error de hecho vicia asimismo el consentimiento cuando la
sustancia o calidad esencial del objeto sobre que versa el acto o contrato, es
diversa de lo que se cree; como si por alguna de las partes se supone que el objeto
es una barra de plata, y realmente es una masa de algún otro metal semejante”.
El error sustancial vicia el consentimiento cuando la sustancia o calidad esencial
del objeto sobre el que versa el acto o contrato es diversa a lo que se cree. La
sustancia es un concepto objetivo que habla de lo que está hecha la cosa. La calidad
esencial, por su parte, es un concepto eminentemente subjetivo, pues depende de la
intención de las partes al celebrar el acto o contrato,
Artículo 1454, inciso final: “El error acerca de otra cualquiera calidad de la cosa
no vicia el consentimiento de los que contratan, sino cuando esa calidad es el
principal motivo de una de ellas para contratar, y este motivo ha sido conocido de
la otra parte”.
El error sustancial vicia el consentimiento no solo cuando recae sobre la sustancia
sino también cuando recae sobre la calidad esencial de la cosa. Por ejemplo, si se
vende un reloj que perteneció a Napoleón y luego se descubre que en realidad
nunca fue así. Ya no es lo sustancial lo que vicia el consentimiento, no es el reloj
mismo, sino que es el hecho de que en realidad no perteneció a Napoleón y por lo
tanto no tiene la calidad esencial que se creía.
Hay un debate doctrinal respecto del alcance del error sustancial. Hay quienes
postulan que se debe aplicar extensivamente, tanto a la sustancia como a la calidad
esencial. Otros señalan que debe aplicarse restrictivamente, solamente al criterio
objetivo: la sustancia. La posición más general y aceptada es que ambos tipos de
errores provocan el mismo efecto.
Por una parte, Víctor Vial plantea que cuando el error recae en la sustancia, hay una
presunción legal de forma que se entiende que siempre es determinante, por tanto,
quien la alega debe probarla y no puede ser discutido por la contraparte. En cambio,
plantea que cuando el error recae en la calidad esencial, debe ser probado por quien
alega que la calidad esencial vicia el consentimiento, pudiendo ser discutido por la
contraparte.
El profesor Corral concuerda en que el error sustancial es aquel en que la falsa
representación puede caer tanto en la sustancia como en la calidad esencial, pero

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discrepa diciendo que la calidad esencial debe determinarse en cuanto a criterios


objetivos y no subjetivos. Porque si fuera subjetivo, habría que atarse a lo que
pensaba una parte y la otra nunca lo supo, lo que generaría una incertidumbre
importante. En otras palabras, para determinar el error esencial habrá que decidir si
la calidad esencial sería percibida así por una persona media. Por ejemplo, en un
remate de antigüedades se entiende que todas las personas ponen el foco en la
antigüedad de la cosa, lo cual es un criterio objetivo para una persona media que se
encuentra en la misma posición.
Artículo 1486, inciso final: “Todo lo que destruye la aptitud de la cosa para el
objeto a que según su naturaleza o según la convención se destina, se entiende
destruir la cosa”.
Este artículo puede dar ciertas luces de lo que es calidad esencial. La esencialidad
es aquello que hace que la cosa sea apta para que se realice la convención por esa
calidad específica y no otra.
Artículo 1454, inciso final: “El error acerca de otra cualquiera calidad de la cosa
no vicia el consentimiento de los que contratan, sino cuando esa calidad es el
principal motivo de una de ellas para contratar, y este motivo ha sido conocido de
la otra parte”.
El error en las calidades accidentales no vicia el consentimiento por regla general,
sino cuando se junten dos requisitos de manera copulativa: (i) que esa calidad sea el
principal motivo para contratar y (ii) que haya sido conocido por la otra parte. No
basta con que haya intención de contratar, se debe comunicar necesariamente a la
otra parte. El comprador puede manifestarle al vendedor ciertas calidades que, si
bien no son esenciales, son relevantes para él a la hora de contratar y podrían
terminar en la nulidad del contrato o en la indemnización de perjuicios. Le
corresponderá al juez determinar la verdadera intención de las partes y ver si esa
calidad esencial cumple con los requisitos del Artículo 1454.
Son calidades accidentales todas aquellas que no son esenciales y viciarán el
consentimiento cuando reúna los dos requisitos anteriormente nombrados.
Si un chef arrienda un inmueble con la intención de poner un restorán y luego de
contratar se da cuenta que el arrendatario no le permite abrir su local, el
arrendatario no podrá anular relativamente el contrato ya que no es una calidad
esencial de la cosa usarlo como restorán y no ha sido comunicado al arrendatario,
aun cuando haya sido arrendado por ese motivo principalmente.

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iii. Error en la persona: no vicia el consentimiento, a menos de que la entidad de la


persona sea la principal causa de contratar.
Artículo 1455: “El error acerca de la persona con quien se tiene intención de
contratar no vicia el consentimiento, salvo que la consideración de esta persona
sea la causa principal del contrato. Pero en este caso la persona con quien
erradamente se ha contratado, tendrá derecho a ser indemnizada de los perjuicios
en que de buena fe haya incurrido por la nulidad del contrato”.
El error en la persona no vicia el consentimiento salvo en los contratos en que la
persona es la causa principal de su celebración. Una parte consiente en el acto o
contrato porque es tal persona y no otra la que contrata.
El matrimonio, la adopción, el reconocimiento de la afiliación no matrimonial que
hace un padre o madre, son actos intuito personae del Derecho de familia en que la
identidad de la persona es central en el acto jurídico.
En los casos patrimoniales también hay actos intuito personae: mandato, donación
o sociedades, donde una de las partes desea que los efectos se produzcan respecto
de una persona determinada y no de cualquier otra.
El error puede referirse a una calidad esencial de la persona también. Por ejemplo,
si deseo contratar un tipo que me defienda, necesito que sea abogado; si me caso
con alguien, no puede ocultarme que tiene un problema de depresión crónica y que
terminará mal dentro de un tiempo. Por lo tanto, el error en la persona sí considera
ciertas condiciones esenciales relevantes en ella a la hora de contratar.
Una doctrina moderna sostiene que no se requiere que sea un contrato intuito
personae, sino que también puede ser viciado el consentimiento cuando sea la
entidad del individuo el principal motivo para contratar.
El error en la persona genera nulidad relativa y la persona con quien erradamente se
ha contratado tiene una acción para exigir la indemnización de perjuicios según el
Artículo 1455.

El error vicio tiene como efecto la nulidad. Pero existe también el error común, que busca que un
acto nulo o ineficaz pase a producir efectos jurídicos. Por ejemplo, cuando un notario falso realiza
ciertas operaciones de manera generalizada o común, de manera creíble y las personas actúan de
buena fe. En estos casos, el Derecho le otorga legitimidad a un acto nulo, por ser un error

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generalizado (una comunidad o la mayor cantidad de gente), excusable (justa causa de error) y de
buena fe.

FUERZA:
Apremios físicos o morales que se ejercen sobre una persona para que preste su
consentimiento en un acto jurídico. Ya no es un vicio del conocimiento sino del consentimiento, ya
que hay una fuerza coercitiva física o moral para que la persona asienta en algo.
A. Fuerza física o absoluta: vicia el consentimiento, de lo que se sigue que no hay voluntad y
el acto es inexistente. Se requiere de una constricción material y directa que es de tal
magnitud que anula o suprime la voluntad y precisamente por esto la sanción es la
inexistencia. Cabe mencionar que no toda fuerza física deviene en la pérdida del
consentimiento.
B. Fuerza moral o psíquica: hay voluntad, pero está viciada, porque esa voluntad fue el
resultado de una amenaza actual de un mal futuro. La persona siente temor y prefiere
someterse al mal menor -que es asentir- antes que sufrir que la amenaza pase a ser un hecho
real. El sujeto opta por celebrar el acto para evitar el mal con el que se le amenaza.
Para que la fuerza moral vicie la voluntad requiere de tres requisitos:
1. Fuerza moral importante o grave: que tenga tal entidad que influya de modo
significativo sobre el ánimo de la víctima.
Artículo 1456: “La fuerza no vicia el consentimiento, sino cuando es capaz de
producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio”.
Para determinar si es capaz de producir una impresión fuerte en el individuo se debe
atender a un criterio objetivo, porque de otra manera se entraría en una situación de
incerteza jurídica. Habría que pensar en un tipo medio de persona sensata.
Presunción de gravedad de la fuerza: Se mira como una fuerza de este género todo acto
que infunde a una persona un justo temor de verse expuesta ella, su consorte o alguno
de sus ascendientes o descendientes a un mal irreparable y grave.
2. Fuerza moral injusta: es injusta cuando es contraria a Derecho. “Si no cumples tus
obligaciones te voy a demandar” es la amenaza más típica que no es contraria a
Derecho. Debe ser una amenaza injusta, que es contraria a Derecho. No obstante, si se
amenaza desde un punto de vista jurídico y conforme a derecho, dicha amenaza será
justa.
3. Fuerza moral determinante: el consentimiento es consecuencia inmediata y directa de
la fuerza.

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Artículo 1457: “Para que la fuerza vicie el consentimiento no es necesario que la


ejerza aquel que es beneficiado por ella; basta que se haya empleado la fuerza por
cualquiera persona con el objeto de obtener el consentimiento”.

La fuerza puede venir de la parte o de un tercero, lo importante es que cumpla con estos
requisitos. No importa la finalidad de la fuerza, sino si tuvo por efecto prestar el consentimiento de
la persona por los apremios que se hicieron.
La sanción que produce la fuerza, cuando reúne los requisitos y, por tanto, hay vicio, es que
el acto es nulo relativamente. Los que pueden invocar la nulidad son las personas que sufrió la
fuerza y no terceros, ya que la nulidad relativa la puede pedir aquel en cuyo favor la ley lo
establece, mientras que la nulidad absoluta puede ser solicitada por cualquier persona.
Hay ciertos hechos que no constituyen amenaza:
1. La autosugestión: cuando la persona se inventa la amenaza y ve amenazas donde
no las hay, de manera que nunca existió la fuerza. Si esa autosugestión terminó
prestando el consentimiento no constituye fuerza.
2. Temor reverencial: cuando se intenta impresionar o no decepcionar a alguien y se
termina asintiendo, situación que no es capaz de anular la voluntad.
Artículo 1456, inciso 2: “El temor reverencial, esto es, el solo temor de
desagradar a las personas a quienes se debe sumisión y respeto, no basta para
viciar el consentimiento”.
3. Estado de necesidad: ocurre cuando una persona consiente en un determinado acto
en virtud de encontrarse en un estado de grave aflicción o detrimento y termina
generando un daño en la persona o bienes de un tercero. Debe elegir entre dos
males: celebrar el acto jurídico que sería dañino para un tercero (salvar a un niño
que se está quemando en un incendio). El estado de necesidad, por regla general, no
constituye fuerza, ya que no se dan los elementos propios de ella. Esto no aplica en
Chile, pero en Italia sí aplica como un vicio del consentimiento. La diferencia entre
la fuerza moral y la amenaza que produce el estado de necesidad es que en este
último la amenaza viene de un hecho ya de la naturaleza, ya de un humano y la
fuerza solo proviene de la persona.
Además, el hecho que produce la situación de amenaza no está dirigido a conseguir
el consentimiento a través de una manifestación de voluntad. Se puede exculpar la
responsabilidad por no haber cupla, cuando se obra en estado de necesidad.

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DOLO:
El dolo es una maquinación fraudulenta destinada a que una persona preste su
consentimiento para la celebración de determinado acto o contrato. Aplicará dolo en los actos
jurídicos bilaterales que se celebran fruto de una maquinación, y en los actos jurídicos unilaterales
también.
La diferencia entre el error y el dolo es que el error se genera por ignorancia o
equivocación, es decir, espontáneamente. En cambio, en el dolo la “equivocación” no surge por una
falsa representación de la realidad, sino que es provocado por el arbitrio de la maquinación
fraudulenta de alguien, por lo que el consentimiento viciado ya no nace en la persona que celebra el
acto, sino que fue provocado por otro.
Algunos autores definen al dolo como un error que fue provocado engañando a otro. De
igual manera hay un error que lleva a uno a prestar el consentimiento, pero ya no es fruto de una
falsa representación, sino que de un tercero que provocó ese error.

CLASIFICACIÓN DE DOLO:
1. Dependiendo de si es bueno o malo:
a. Dolo bueno: no vicia el consentimiento, es el comportamiento lícito que se hace con cierta
astucia o sana malicia y que está dentro de los estándares permitidos dentro de los negocios
y de las relaciones sociales y jurídicas. Por ejemplo, si se vende un caballo diciendo que
corre como un rayo y luego termina perdiendo todas las carreras. Distinto a que cuando se
va a comprar el caballo el vendedor dice que ganó el Champion y en realidad no ganó nada,
caso en el cual estaremos en el dolo malo.
b. Dolo malo: hay un comportamiento ilícito, porque hay un engaño que va más allá de una
simple exageración (corre como el rayo).

2. Dependiendo de cómo se genera el engaño:


a. Dolo positivo: cuando hay una conducta destinada a inducir en el error, ya sea a través de
actos o razonamientos.
b. Dolo negativo: hay dolo porque se oculta con sagacidad ciertos hechos, es una omisión de
actividad. Ahora, es imposible decirlo todo, por lo tanto, ¿cuándo el no decir algo puede
constituir dolo? Si se vende un auto y no se menciona que fue chocado y reparado y el
comprador luego se entera, no necesariamente constituye dolo.

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3. Dependiendo de si es determinante o incidental:


a. Dolo determinante, principal o inductivo : el que induce en forma directa a una persona a
que realice una manifestación de voluntad que, de no mediar el dolo, se habría abstenido de
realizar. Como el dolo es determinante, la persona termina celebrando el acto por eso
mismo. Si no hubiera habido dolo, la persona no habría celebrado el acto.
b. Dolo incidental: cuando se hubiera celebrado el acto o contrato aun sin esa maquinación. Se
compra el caballo por la cola bonita y luego el comprador se da cuenta de que el pelo es
falso. Esto claramente constituye un engaño y el tipo no hubiera comprado el caballo de
haber sabido eso, pero hay otras personas que el engaño de la cola hubiera sido incidental.
Detrás, hay una dificultad probatoria, el juez tendrá que determinar dependiendo del caso
aquello que es determinante y aquello que es incidental, porque para lo que una parte puede
ser determinante, para la otra puede ser incidental.

DISTINTAS ACEPCIONES DEL DOLO:


Hoy día estamos viendo el dolo como vicio del consentimiento que puede derivar en la
nulidad del contrato. Cuando estudiemos contratos, estudiaremos el dolo como una circunstancia
agravante de la responsabilidad contractual y cuando una parte incumple el contrato dolosamente
hay un efecto importante respecto a los perjuicios que uno indemniza. Debe indemnizar los
perjuicios previstos y no lo vistos, en caso de dolo. Y también está el dolo que integra la
responsabilidad extracontractual.
Artículo 44, inciso final: “El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro”.

REQUISITOS PARA QUE EL DOLO VICIE EL CONSENTIMIENTO:


A. Engaño: que el dolo provenga de un engaño o artificio real.
B. Que tenga por objeto inducir a una persona a prestar su consentimiento: la conducta engañosa
se despliega para llevar a otro a manifestar su voluntad. No es un engaño normal, sino que tiene
una finalidad.
C. Que sea determinante: que no solo se despliegue la conducta, sino que la maquinación
engañosa sea exitosa, es decir, que fruto de la maquinación la persona terminó manifestando su
voluntad.
Artículo 1458: “El dolo no vicia el consentimiento sino cuando es obra de una de las partes, y
cuando además aparece claramente que sin él no hubieran contratado”.

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Teoría del Acto Jurídico

D. Debe provenir de la otra parte o al menos debe ser conocido por ella: este requisito aplica solo
en los acto jurídicos bilaterales. Y en el caso de que sea conocido por la parte, aun cuando no
provenga de ella, estaríamos frente a un dolo negativo.
Artículo 1458: “El dolo no vicia el consentimiento sino cuando es obra de una de las partes”.
Cuando el dolo lo hace un tercero y no la contraparte, no se tiene la posibilidad de rescindir el
contrato por nulidad relativa dado que no va a haber vicio del consentimiento, pero sí se tiene el
derecho de indemnización de los perjuicios causados por el tercero. Si eventualmente la
contraparte se benefició de ese dolo, se le puede exigir a la contraparte que pague el precio de
ese provecho. Ahora bien, en los actos jurídicos unilaterales puede haber dolo también.
Artículo 1234: “La aceptación, una vez hecha con los requisitos legales, no podrá rescindirse,
sino en el caso de haber sido obtenida por fuerza o dolo, y en el de lesión grave a virtud de
disposiciones testamentarias de que no se tenía noticia al tiempo de aceptarla”.

EFECTOS DEL DOLO:


Invalida el acto en virtud de la nulidad relativa del Artículo 1862. Ahora bien, si la
maquinación no es determinante o no proviene de la otra parte, se otorga el derecho para exigir la
indemnización de perjuicios. Contra el tercero, se puede pedir la indemnización de todos los
perjuicios, y respecto de la parte que haya sacado provecho de la situación (no de mala fe),
indemniza hasta por el monto del provecho. El dolo siempre va a producir consecuencias, no
importa si la persona se encuentra en completa buena fe.
Artículo 1458: “En los demás casos el dolo da lugar solamente a la acción de perjuicios contra la
persona o personas que lo han fraguado o que se han aprovechado de él; contra las primeras por
el total valor de los perjuicios, y contra las segundas hasta concurrencia del provecho que han
reportado del dolo”.
El provecho del dolo ajeno tiene mucha incidencia en la práctica (Caso Inverlink vs
CORFO).
Si el acto jurídico es unilateral, el engaño vendrá de un tercero que no es parte del acto
jurídico, por definición. En los actos jurídicos bilaterales se requiere que venga de la contraparte
para que vicie el consentimiento. En los actos jurídicos plurilaterales, la doctrina sostiene que el
dolo puede venir de un tercero o, de una contraparte, pero solo se vicia el consentimiento de la parte
engañada.
Respecto al dolo y su prueba, no se presume sino en los casos previstos por la ley. Es un
estándar probatorio difícil, porque hay que demostrar que hubo engaño y el límite entre lo que es
determinante o no es difuso.

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Teoría del Acto Jurídico

Artículo 1459: “El dolo no se presume sino en los casos especialmente previstos por la ley. En los
demás debe probarse”.
Un caso previsto por la ley es el Artículo 968.
Artículo 968 N°5: “Son indignos de suceder al difunto como herederos o legatarios: 5°: El que
dolosamente ha detenido u ocultado un testamento del difunto, presumiéndose dolo por el mero
hecho de la detención u ocultación”.
Artículo 1465: “El pacto de no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en cuanto al
dolo contenido en ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación del dolo futuro no
vale”.
El dolo no puede perdonarse o condonarse anticipadamente, es decir, antes que se
cometiere. Es por esto ineficaz el acto por el cual una persona renuncia a perseguir la
responsabilidad de otra por los engaños o artificios de que ésta pudiera hacerla víctima para obtener
el consentimiento en contratos futuros. Esta condonación del dolo futuro adolece de objeto ilícito y
se sanciona con la nulidad absoluta. No puede condonarse ni siquiera cuando las partes consienten
en ello, porque no se estarían obligando seriamente y se podría incumplir el contrato sin
responsabilidad. No habría una voluntad seria a obligarse y por eso no queda entregado a la libertad
contractual.
Ahora bien, si se incumplió dolosamente un contrato sí se puede condonar porque ya no es
dolo futuro, sino que ya se produjo y por eso, a partir de la autonomía de las partes, podrán decidir
si perseguirán las consecuencias del dolo ya hecho. Habiéndose producido el dolo, se conoce toda la
información y la parte puede decidir si condonar o no el dolo ya pasado. De ahí que el perdón
anticipado no es posible pero sí puede perdonarse el dolo una vez sucedido y conocido.
Hay dolo futuro en el caso en que un director entra en una sociedad anónima pidiendo que
no haya responsabilidad (de indemnizar) en caso de infringir las normas dolosamente. La culpa
grave se equipara al dolo, por lo tanto, el efecto es que tampoco se puede condonar la culpa grave
futura.

Lesión:
El perjuicio o daño patrimonial que experimenta una persona cuando ejecuta contratos
conmutativos y onerosos y que es consecuencia de la desigualdad existente entre la ventaja obtenida
y el sacrificio hecho por obtenerla. Básicamente, hay una desproporción entre lo que se entregó y lo

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Teoría del Acto Jurídico

que se recibió. Con esto, necesariamente estamos hablando de actos jurídicos bilaterales y onerosos,
donde se contraen obligaciones por ambas partes y se miran como equivalentes.
Por ejemplo, en el contrato de compraventa (conmutativo), las prestaciones del vendedor y
del comprador se miran como equivalentes. La cosa vale, más o menos, el precios que se pagó por
ella. Si hay desproporción entre ambas prestaciones, se puede alegar lesión y su sanción es la
nulidad relativa.
La naturaleza jurídica de la lesión es discutida:
 Criterio subjetivo: desde este punto de vista se trata de un vicio del consentimiento que deriva
de la necesidad imperiosa que puede tener una persona por dinero, que coarta la libertad de
decisión de la parte que se obliga. Por ejemplo, si una persona vendió una casa a un precio tan
bajo que únicamente se justifica por una situación de necesidad tan grande, su voluntad se
entiende viciada, de un modo similar a la fuerza.
 Criterio objetivo: desde este punto de vista la lesión no vicia el consentimiento, porque ya no
importa la situación de la persona, sino que no se traspasen los límites expresamente permitidos
en la ley. El legislador debe establecer aquel límite de desigualdad que debe ser tolerado. Da lo
mismo si el tipo estaba en una necesidad imperiosa o si era bruto simplemente, sino que se
atiende al criterio objetivo que establece el legislador.
Nuestro Código adopta la posición objetiva, por lo que no importa la intención y situación
interna de la persona. No trata la lesión como un vicio del consentimiento (Artículo 1451), sino que
se limita a establecerla para ciertos contratos específicamente regulados en el Código Civil.
Artículo 1451: “Los vicios de que puede adolecer el consentimiento, son error, fuerza y dolo”.
1. En la compraventa de bienes raíces : si el vendedor recibe la mitad del justo precio por el
bien raíz o si el comprador paga el doble del justo precio, el contrato es nulo y puede
pedirse su nulidad relativa.
Artículo 1888: “El contrato de compraventa podrá rescindirse por lesión enorme”.
2. En la permuta de bienes raíces : se aplican las mismas normas de la compraventa y por lo
tanto, se puede solicitar la nulidad relativa.
Artículo 1900: “Las disposiciones relativas a la compraventa se aplicarán a la
permutación en todo lo que no se oponga a la naturaleza de este contrato; cada
permutante será considerado como vendedor de la cosa que da, y el justo precio de ella a
la fecha del contrato se mirará como el precio que paga por lo que recibe en cambio”.
3. En la cláusula penal enorme : serán enormes cuando la sanción sea superior al doble del
objeto del contrato. Por ejemplo, hay cláusula penal enorme si se celebra un mutuo por 50

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millones y se establece una sanción por 101 millones. Ahora bien, el Código no establece la
nulidad como sanción, sino que la rebaja hasta el monto permitido.
Artículo 1544: “Cuando por el pacto principal una de las partes se obligó a pagar una
cantidad determinada, como equivalente a lo que por la otra parte debe prestarse, y la
pena consiste asimismo en el pago de una cantidad determinada, podrá pedirse que se
rebaje de la segunda todo lo que exceda al duplo de la primera, incluyéndose ésta en él”.
4. En los intereses del mutuo: la Ley 18.010 de Operaciones de Crédito de Dinero, establece
un interés máximo convencional que corresponde al interés corriente aumentado en un
50%. El interés máximo es un límite que se puede pactar y la sanción es la rebaja al interés
corriente.
5. En la anticresis: es un contrato donde se entrega un inmueble al acreedor para que se pague
con los frutos de ese inmueble. Se paga la obligación pasando el inmueble y haciéndose de
los frutos que emanan de él. Se aplica el mismo tema de la lesión en términos de intereses.
Artículo 2443: “Las partes podrán estipular que los frutos se compensen con los intereses,
en su totalidad, o hasta concurrencia de valores. Los intereses que estipularen estarán
sujetos en el caso de lesión enorme a la misma reducción que en el caso de mutuo”.
6. En la aceptación de la herencia : son estipulaciones testamentarias que disminuyen el valor
de la asignación a menos de la mitad que cuando se aceptó. En este caso hay una revisión a
la voluntad de las partes, es el único caso donde el Código Civil acepta el elemento
subjetivo.
Artículo 1234: “La aceptación, una vez hecha con los requisitos legales, no podrá
rescindirse, sino en el caso de haber sido obtenida por fuerza o dolo, y en el de lesión
grave a virtud de disposiciones testamentarias de que no se tenía noticia al tiempo de
aceptarla. (…). Se entiende por lesión grave la que disminuyere el valor total de la
asignación en más de la mitad”.
7. En la partición de bienes: se rige por las mismas reglas que los contratos, la rescisión se
hará para el que haya sido perjudicado en más de la mitad de su cuota.
Artículo 1348: “Las particiones se anulan o se rescinden de la misma manera y según las
mismas reglas que los contratos. La rescisión por causa de lesión se concede al que ha
sido perjudicado en más de la mitad de su cuota”.

Simulación:

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Teoría del Acto Jurídico

Se da en los casos en que la voluntad manifestada no coincide con la voluntad interna o real
de las partes. Puede ocurrir en los vicios del consentimiento o cuando hay una discordancia entre la
voluntad real y la manifestada. Víctor Vial da cuatro teorías de lo que pasa cuando no hay acuerdo:
a. Teoría o dogma de la voluntad (Savigny) : lo importante será siempre la voluntad real,
independiente de lo que las partes declaren. Esta teoría se podría prestar para ciertos abusos,
porque una parte podría inducir a otra a contratar y luego puede pedir la rescisión del
contrato por su propia voluntad lo cual afecta a la certeza jurídica.
b. Teoría de la culpa in contrahendo: trata de matizar la teoría de la voluntad, señalando que,
en los casos de tratativas preliminares, cuando hay una especie de culpa o dolo, nace la
obligación de indemnizar perjuicios.
c. Teoría de la declaración: le da primacía a la voluntad declarada por sobre la voluntad real.
El problema, es que habría ciertos vicios, como el error, que serían irrelevantes. Un acto
celebrado con error sería válido si solo se reconoce el valor a la voluntad declarada.
d. Hartmann: señala que no existe una teoría en concreto y que no hay que buscar un principio
rector, sino que es el juez el que tendrá que determinar en el caso a caso si prima la
voluntad real o la declarada.
Nuestro Código en algunas disposiciones le da valor a la voluntad real, por ejemplo:
Artículo 1560: “Conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse a ella más que
a lo literal de las palabras”.
En este Artículo se da preponderancia a lo que las partes realmente querían antes que a las
palabras que usaron al celebrar el acto o contrato. Ahora bien, esto prima solo si la voluntad ha sido
conocida por las partes, por lo que igual le da valor a la voluntad declarada.

¿QUÉ ES LA SIMULACIÓN?
La mejor definición y la más usada por la Corte Suprema, entiende la simulación como la
disconformidad consciente entre la voluntad y su declaración convenida entre las partes, con el fin
de engañar a terceros. Pero hay otras definiciones: el acuerdo en la celebración de un acto cuando
en verdad se quiere celebrar otro o ninguno. Víctor Vial la define como: la declaración de un
contenido de voluntad no real, emitida conscientemente y de acuerdo entre las partes, para producir
con fines de engaño la apariencia de un negocio jurídico que no existe o que es distinto a aquel que
realmente se ha llevado a cabo.

Simular vs. Disimular:

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Simular: mostrar una cosa que no existe, como un fantasma. Se requiere engañar sobre el ser de una
situación no verdadera.
Disimular: ocultar al conocimiento de los demás una situación existente, como una máscara. Se
requiere engañar respecto del ser de una situación real.

Requisitos:
1. Hay una declaración de voluntad no real: disconformidad entre la voluntad real y
declarada.
2. La disconformidad es deliberada y consciente: esto permite diferenciar un acto simulado de
un acto que adolece de error. En el error la disconformidad no es consciente, y en la
simulación ambas partes son conscientes.
3. La disconformidad es voluntaria y concertada: permite diferenciar el acto simulado de los
casos de fuerza. Ambas partes son conscientes y están de acuerdo en que el acto es falso.
4. El propósito perseguido por las partes debe ser un engaño a un tercero.

La Corte Suprema ha entendido que la conciencia de la disconformidad entre la voluntad


real y la declarada está subsumida en el concierto entre las partes; y que “la exigencia de un fin de
engañar a los terceros es innecesaria” pues “los contratantes, por el solo hecho de declarar lo que no
quieren, objetivamente están engañando a terceros”. Por lo tanto, bastaría acreditar la
disconformidad entre la voluntad real y la declarada y el concierto entre las partes para dar por
configurada una simulación.
La doctrina distingue el acto simulado de:
a. Reserva mental: solo una de las partes declara una voluntad que no se condice con su
voluntad real o interna. La (i) declaración falsa es unilateral y no compartida, (ii) trata de
engañar a la contraparte y no a terceros y (iii) no afecta a la validez del acto jurídico.
b. Fraude a la ley: es el acto por el cual se intenta burlar la aplicación de un precepto legal. El
acto a través del cual se materializa el fraude a la ley es un acto real. En la simulación el
acto no es real y el acto simulado puede intentar un fraude a la ley, pero la voluntad
declarada no es la misma que la interna de las partes.

CLASIFICACIÓN DE LA SIMULACIÓN: desde el punto de vista de los efectos.


a. Simulación lícita o ilícita: la lícita es aquella que no pretende perjudicar a terceros, pero sí
engañar (por ejemplo, que un padre transfiera un inmueble a su hijo para que el hijo
aparente tener más bienes). La ilícita es la que tiene el propósito de perjudicar a terceros

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(por ejemplo, si el padre tenía acreedores que pretendían reclamar ese inmueble). Se podría
pensar que el engaño es lo mismo que el perjuicio, pero la doctrina los distingue. El
perjuicio a terceros puede ser actual o puede ser una especie de amenaza (caso del deudor
que enajena los bienes). La simulación ilícita está sancionada en el Código Penal.
Artículo 471, N°2: “Será castigado con presidio o relegación menores en sus grados
mínimos o multa de once a veinte unidades tributarias mensuales: 2.° El que otorgare en
perjuicio de otro un contrato simulado”.
b. Simulación absoluta o relativa: en la absoluta, el acto jurídico simulado es completamente
ficticio y se está simulando la existencia misma del acto. En la relativa, el acto simulado
busca encubrir un acto disimulado: hay una intención de celebrar un acto jurídico, pero este
es distinto al que las partes dicen celebrar.
En la relativa el acto puede ser total: las partes dicen celebrar una compraventa y en
realidad es donación. O parcial: cuando se celebra una compraventa y en el contrato se
establece una fecha anterior a la realmente celebrada (pre datar). Son elementos dentro del
contrato, ya sea precio, objeto, modalidades, etc.
Ejemplos:
Un ejemplo de simulación absoluta: el deudor que comienza a enajenar sus bienes para que
salgan de su patrimonio y no puedan ser perseguidos por sus acreedores.
Un ejemplo de simulación relativa: se celebra una compraventa cuando en realidad se
quiere realizar una donación. Para la donación se requiere de una insinuación (Artículo
1401) y debe ser autorizada por el tribunal (razón civil), y en ciertos casos debe pagar
impuestos (razón comercial). Muchas veces la compraventa intenta simular la donación,
con precios que no se pagan para saltarse el trámite de insinuación y el pago de impuestos.
Efectos: lo más relevante de esta clasificación son los efectos.
Simulación absoluta: no oculta nada, es una especie de fantasma. Si se quiere impugnar el
acto, este desaparece.
Simulación relativa: disimula un acto real, es una máscara. Si se impugna, aparece y prima
la voluntad real de las partes y por lo tanto el acto disimulado.
Esto es relevante, porque cuando se corre el velo del acto simulado, en el caso del fantasma
no queda nada, mientras que en la máscara aparece la voluntad real de las partes.

EFECTOS DEL ACTO SIMULADO:


Respecto de las partes:

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En principio, no produce efecto alguno. Las partes tienen una voluntad real que podría
hacerse valer. Siempre va a primar el acto disimulado entre las partes, pero la parte tendría que
demandar y probar la voluntad real. Para probar la voluntad real, rigen las reglas generales. Pero la
jurisprudencia le da mucho valor a las presunciones. Quien quiere botar un acto simulado debe
probar los requisitos y eso funciona conforme a la regla general. Para algunos, esto se basaría en el
Artículo 1707. Esto es relevante, porque la simulación no se trata de forma orgánica en el Código,
pero los autores lo asocian con otras instituciones.
Artículo 1707: “Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo pactado en
escritura pública, no producirán efecto contra terceros. Tampoco lo producirán las
contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido al margen de la escritura
matriz cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado en cuya virtud ha obrado
el tercero”.
La contraescritura no es oponible a terceros si consta en escritura privada. Si yo celebro una
compraventa por escritura pública y luego dejo constancia por escritura privada de que en realidad
era una donación, no podrá ser oponible a terceros. Para que pueda oponerse, tiene que constar por
escritura pública y debe tomarse nota de la contraescritura en la escritura original y en la copia en
base a la cual actúe el tercero, porque así se conocerá la voluntad real.
Ahora bien, hay cierta jurisprudencia que señala que la simulación es una acción de nulidad
absoluta. Como la nulidad no la puede hacer valer quien conoce el vicio, la persona que participó de
un acto no puede pedir su propia nulidad. Por lo tanto, da vuelta lo que dice la doctrina: que la
misma parte puede correr el velo.

Respecto de terceros:
Puede que esos terceros prefieran la voluntad declarada o la real, dependiendo del caso. Por
regla general los terceros pueden valerse del acto simulado (i.e., la voluntad declarada), de forma tal
que este acto produzca efectos a su respecto. La excepción viene dada por el caso en que la
voluntad real consta en una contraescritura que cumple con los requisitos del artículo 1707
(otorgamiento mediante escritura pública y toma de razón o anotación al margen de la
contraescritura en (i) la escritura matriz y (ii) la copia en cuya virtud pretende actuar el tercero). No
obstante, aunque este es un caso expresamente regulado por el Código Civil, la doctrina entiende
que para que el tercero pueda valerse del acto simulado / voluntad declarada, debe estar de buena fe.
La jurisprudencia le da primacía al tercero que celebró el acto de buena fe.

ACCIÓN DE SIMULACIÓN:

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Aquella que ejercen los terceros a quienes la simulación perjudica, para que el juez declare
la voluntad real de las partes. La jurisprudencia equipara esta acción a la acción de nulidad absoluta
y por lo tanto solo podrá ser ejercida por las personas que tengan un interés: por ejemplo, un
heredero o un acreedor perjudicado. En el caso de la simulación absoluta, la acción se aplica por
medio de la nulidad absoluta, ya que es carente de voluntad o consentimiento. En el caso de la
simulación relativa la acción de simulación está destinada a constatar que el acto ostensible es sólo
aparente y que oculta a otro. Por tanto, se busca declarar que el acto tiene un vicio, y lo que interesa
es el acto real.
¿Esta acción prescribe? La prescripción es el cese de la eficacia de una acción y los plazos
varían según la acción. Las soluciones que entrega la doctrina al respecto son variadas:
- Los que creen en la inexistencia, sostienen que la acción no prescribe en la medida que nunca
hubo voluntad real.
- Víctor Vial dice que las acciones prescriben y por lo tanto la acción de simulación tendrá que
proscribir por principio general de las acciones personales luego de cinco años.
- La más correcta de acuerdo a los tribunales, es el plazo de diez años que se establece para
alegar la nulidad absoluta (Artículo 1683).
Normalmente la acción de simulación se deduce con otras acciones: para anular por
contrato simulado y una acción de causa ilícita para anular el acto disimulado, por ejemplo.

Objeto:
El objeto del acto jurídico es lo que persiguen las partes, que es distinto a la razón de la
celebración del acto jurídico. Lo que se mira en qué consiste el acuerdo de las partes, más que la
razón de intercambio por la que se presta el consentimiento.
Artículo 1460: “Toda declaración de voluntad debe tener por objeto una o más cosas que se trata
de dar, hacer o no hacer. El mero uso de la cosa o su tenencia puede ser objeto de la declaración”.
El objeto es uno de los requisitos de existencia del acto jurídico. Si no hay objeto, va a
haber inexistencia o nulidad absoluta
En el Código Civil, se entiende el objeto como la prestación. La prestación es la cosa que se
debe dar o entregar, o el hecho que se debe hacer o no hacer. El objeto del acto jurídico es lo que se
debe (i) dar, (ii) hacer o (iii) no hacer.
Ahora bien, la doctrina moderna sostiene que como el contrato busca producir efectos
jurídicos de dar, hacer o no hacer algo, la forma de entender el objeto del acto jurídico viene a ser

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según cuáles son los derechos y relaciones jurídicas que genera (creación, modificación o
extinción), viéndolo de un modo más abstracto.
Artículo 1463: “El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser
objeto de una donación o contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona”.
En este caso, el objeto son los derechos y obligaciones que surgen del acto jurídico de la
sucesión. Pero la mirada clásica se refiere el objeto como la prestación, que es aquello que se debe
dar, hacer o no hacer.
El concepto de objeto es controvertido en doctrina.
 Para la doctrina moderna, el objeto estaría constituido por los derechos y obligaciones que el
acto crea, modifica o extingue.
 Para el Código, el objeto del acto jurídico sería la prestación, es decir, la cosa que debe darse o
entregarse, o el hecho que debe ejecutarse o no ejecutarse.
Según se desprende del Artículo 1460, el objeto del acto jurídico es la cosa que debe darse
o entregarse o el hecho que debe ejecutarse o no ejecutarse. El objeto de la obligación también es la
prestación, por lo que se confunden a menudo.
Siempre en el análisis del objeto del acto jurídico se encuentra una orilla para determinar
cómo intervenir o si hay algún vicio. Es un tema de gran relevancia práctica y también teórica.

REQUISITOS DEL OBJETO EN GENERAL:


a. Que el objeto exista (requisito de existencia).
b. Que el objeto sea lícito (requisito de validez).
Debe haber una obligación que contenga una prestación que asuma alguien el deber de dar,
hacer, o no hacer. Lo relevante, es que la existencia del objeto se aprecia al tiempo de celebrar el
acto jurídico, al inicio de la relación jurídica. En consecuencia, si el objeto existe y es lícito al
momento en que nace el acto jurídico, y el día de mañana no se puede cumplir con ese acto jurídico
porque el objeto deja de estar en el comercio humano, no es problema de objeto sino de
incumplimiento. No es un problema de ausencia, ilicitud o de comercio del objeto, sino de
incumplimiento.
SIEMPRE QUE SE HABLA DE VOLUNTAD, OBJETO Y CAUSA, HAY QUE MIRAR EL TIEMPO EN QUE SE
CELEBRA EL ACTO JURÍDICO Y TODO LO POSTERIOR DEJA DE TENER RELEVANCIA.

Eso permite distinguir entre la ausencia de objeto y la nulidad y el incumplimiento del acto
jurídico y la responsabilidad.

A. QUE EL OBJETO EXISTA:


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Artículo 1445: “Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es
necesario: 3° Que recaiga sobre un objeto lícito”.
Artículo 1460: “Toda declaración de voluntad debe tener por objeto una o más cosas que se trata
de dar, hacer o no hacer. El mero uso de la cosa o su tenencia puede ser objeto de la declaración”.
Artículo 1461: “No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de voluntad,
sino las que se espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean comerciables, y
que estén determinadas, a lo menos, en cuanto a su género. La cantidad puede ser incierta con tal
que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para determinarla”.

REQUISITOS DEL OBJETO EN UNA COSA MATERIAL:


Habrá que distinguir los requisitos del objeto según el tipo de prestación:
Dar o entregar: se habla de prestación de dar o entregar. Dar consiste en transferir el
dominio y entregar es respecto de la posesión, se entrega la mera tenencia, es el traspaso material,
sin traspasar derechos. Si el objeto consiste en una cosa material, se requiere que:
1. Sea real al momento de celebrar el acto jurídico. Que el objeto exista, es un requisito de
existencia en el acto jurídico. Ahora bien, el Artículo 1461 dice que no sólo las cosas que
existen pueden ser objetos de una declaración de voluntad, sino las que se espera que
existan. Si mi perrita está esperando cachorros que todavía no nacen y no puedo tener la
certeza de que vayan a existir, habrá que distinguir si se espera que existan o no:
 Contrato conmutativo y condicional: recae sobre una cosa y cantidad cierta pero que se
hace bajo la condición suspensiva de que exista. Yo no pago el precio hasta que nazcan los
perritos, de manera que el acto no nace hasta que se cumpla la condición. Un contrato es
conmutativo cuando las prestaciones son equivalentes. Los contratos conmutativos o
condicionales son la regla general cuando se compra algo que se espera que exista a futuro.
Si nada se dice, las partes no están comprando la suerte, sino que la cosa que están
esperando que nazca y sea real. Como es condicional, el contrato produce efectos solamente
cuando la cosa existe. Ya no se cae por objeto el contrato, sino por condición.
Artículo 1813: “La venta de cosas que no existen, pero se espera que existan, se entenderá
hecha bajo la condición de existir, salvo que se exprese lo contrario, o que por la
naturaleza del contrato aparezca que se compró la suerte”.
La venta está sujeta a condición por regla general. Aunque la autonomía de la voluntad
permite obligarse de manera aleatoria, pura y simple. Además, en los contratos
condicionales se pueden pedir medidas conservativas para pedir que se cuide la cosa y así
se resguarde mi derecho.

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 Contrato aleatorio, puro y simple: es aleatorio porque la prestación de una de las partes es
la contingencia incierta de si va a nacer o no el objeto. Se está comprando la suerte, al fin y
al cabo. Por eso es puro y simple, porque nace desde el día uno y no importa si nace el
objeto o no. Ya no es un contrato sujeto a condición, donde nace el contrato única y
exclusivamente si existe el objeto. Cuando se habla de cosa futura siempre hay que tener
presente que existe la posibilidad de un contrato aleatorio puro y simple. En el seguro, por
ejemplo, se paga una prima que asegura el riesgo contingente, que puede darse o no darse y
no se puede reclamar la devolución del dinero si no sucede el riesgo, es el ejemplo
paradigmático.

2. Esté determinado o sea determinable: para que sea determinado debe recaer sobre una
especie o cuerpo cierto o sobre un género. El Código dice que la cantidad puede ser incierta
con tal de que el acto o contrato fije reglas para determinarla. La determinación puede ser
de dos formas:
- Especie o cuerpo cierto: se individualiza determinadamente un individuo de un género también
determinado. La declaración llega a la máxima aclaración o especificación posible.
- Género: se indica indeterminadamente un individuo de un género determinado. Requiere que
esté determinada a lo menos en cuanto a su género. Si hay determinación del género también se
requiere de la determinación de la cantidad. “Te vendo tres vacas angus”. Si se tiene
determinado en cuanto a su género, la cantidad de este puede estar determinada o puede ser
determinable, es decir, puede ser cierta o incierta. El precisar la cantidad también se cumple
con las reglas y datos que sirvan para determinarla:
Artículo 1461: “No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de
voluntad, sino las que se espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean
comerciables, y que estén determinadas, a lo menos, en cuanto a su género. La cantidad
puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan
para determinarla”.
Si la obligación es de género y todos sus individuos se murieron, la obligación no se
extingue y se tiene que cumplir como sea. Ahora bien, si la obligación es de especie o
cuerpo cierto y se mueren por un caso fortuito o fuerza mayor, se extingue la obligación.
Por esto es sumamente relevante la distinción de la determinación del objeto.

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Teoría del Acto Jurídico

3. Que la cosa sea comerciable : este requisito dice relación con la licitud del objeto. La cosa
debe estar dentro del comercio humano, además de tener cierta relación con la licitud. Si el
objeto es ilícito: ¿Hay objeto?

Hacer o no hacer: los requisitos del objeto que versa sobre hacer o no hacer algo. De
acuerdo al Artículo 1461, inciso final, si el objeto es un hecho, debe ser física y moralmente
posible.
Artículo 1461, inciso final: “Si el objeto es un hecho, es necesario que sea física y
moralmente posible. Es físicamente imposible el que es contrario a la naturaleza, y
moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a las buenas costumbres o al
orden público”.
1. Física o moralmente posible: es físicamente imposible el que es contrario a la
naturaleza, y moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a las buenas
costumbres o al orden público. Debe ser una imposibilidad absoluta, que sea imposible
en cualquier circunstancia y respecto de cualquier persona. Porque si la prestación
puede ser realizada por un tercero, es factible cumplirla porque el que se obligó puede
contratar a un tercero para realizarla. Así, sigue siendo imposible para la persona, pero
es factible para el tercero. Salvo que sea un contrato intuito personae, donde la persona
que se obliga es la que tiene que cumplir con la prestación. Que sea imposible es
distinto a que sea difícil: la dificultad no opta a que haya un objeto, por difícil que sea.
Por lo tanto, si la imposibilidad es relativa, va a tener objeto el acto jurídico, pero si es
absoluta, aplica el aforismo “a lo imposible, nadie está obligado”.
La imposibilidad absoluta puede ser perpetua o temporal:
Si es temporal, a pesar de ser absoluta hoy no lo será el día de mañana. Habrá que ver
como se estipuló ese acto jurídico, porque si se establece que el hecho se debe hacer o
no hacer durante el tiempo en que se mantiene la imposibilidad, carecerá de objeto.
Pero si la prestación hoy es imposible, pero puede cumplirse en cualquier momento
según el acto jurídico que se estipuló, no estaremos frente a una imposibilidad, porque
la imposibilidad temporal significa que no es posible en la medida que se tenga que
ejecutar de inmediato y eventualmente será un objeto posible, porque si se fija un
marco de tiempo más prolongado para su ejecución, la imposibilidad dejará de ser tal y
el objeto será posible.
2. Esté determinado: habrá que ver hecho está suficientemente determinado según la
forma en cómo se describió, para lograr la certeza sobre qué tiene que hacer el que se

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obligó a hacer el hecho o abstenerse de él. Careciendo de esa determinación, estaremos


frente a una ausencia de objeto, lo mismo que cuando falta la determinación de la cosa
en la obligación de dar.

B. QUE EL OBJETO SEA LÍCITO:


Artículo 1464: “Hay un objeto ilícito en la enajenación:
1º. De las cosas que no están en el comercio;
2º. De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona;
3º. De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el
acreedor consienta en ello;
4º. De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio”.
Si no hay objeto o este es ilícito, la sanción será la inexistencia o la nulidad absoluta,
dependiendo de cómo se redacte la demanda. Si el objeto existe, pero es ilícito, la sanción será la
nulidad absoluta. El objeto del acto, junto con existir, tiene que ser lícito. Según el Artículo 1445,
para que una persona se obligue por un acto o manifestación voluntad, requiere que recaiga sobre
un objeto lícito.
¿Qué pasa con el objeto ilícito? El objeto ilícito se regula en los artículos 1461 al 1466,
donde se plantean varios ejemplos.
Un objeto ilícito es contrario a la ley, pero no se restringe solo a eso.
 Don Luis Claro Solar señala que el objeto lícito es el que está conforme a la ley y amparado
por ella.
 Don Manuel Somarriva, señala que será lícito en cuanto sea conforme a la ley, las buenas
costumbres y el orden público, sosteniendo que el ilícito es moralmente imposible y por
tanto invoca el Artículo 1461, inciso final.
 Don Arturo Alessandri alude al concepto de lícito en cuanto el objeto sea comerciable y
será ilícito cuando el objeto esté fuera del comercio. Invoca el Artículo 1464 N°1 que
señala que hay objeto ilícito en las cosas que no están en el comercio.
 Don Eugenio Velasco señala que el objeto lícito es el que está conforme a la ley, es decir, el
que cumple con todas sus cualidades, por lo que será lícito en la medida que sea: real,
comerciable, esté determinado y sea posible física y moralmente (en el caso de los hechos).
Al fin y al cabo, será objeto ilícito cuando no cumpla con alguno de los requisitos
anteriores.
Artículo 1466: “Hay asimismo objeto ilícito en las deudas contraídas en juego de azar, en
la venta de libros cuya circulación es prohibida por autoridad competente, de láminas,

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pinturas y estatuas obscenas, y de impresos condenados como abusivos de la libertad de la


prensa; y generalmente en todo contrato prohibido por las leyes”.
Finalmente, Velasco señala que en los artículos 1464 y 1466 se ocupa el objeto ilícito para
referirse a las cosas incomerciables.

Independiente de toda esta discusión, para entender el concepto de objeto ilícito se podría
usar como símil lo que se estudió en causa:
Artículo 1467: “(…) y por causa ilícita la prohibida por ley, o contraria a las buenas costumbres o
al orden público”.
La forma más simple de internalizar esta materia es ocupando el concepto de objeto ilícito
en la línea de cómo se define la causa ilícita. Ahora bien, en temas de objeto ilícito habrá que
utilizar los mismos casos que el Código establece en sus páginas. Por ejemplo, el derecho a suceder
por causa de muerte a una persona viva, o los ejemplos de los artículos 1462 y 1464, entre otros.
Artículo 1463: “El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser
objeto de una donación o contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona”.

La licitud o ilicitud del objeto es una fuerte limitación a la libertad contractual y la


autonomía privada. Es donde hay una mayor intromisión del legislador en materia de acto jurídico.
En un acto jurídico puede haber una voluntad exenta de vicios, que no está limitada por ese lado,
sino por el tema de la licitud del objeto: porque si yo quiero que las empresas no puedan celebrar
determinados actos jurídicos que vulneren la libre competencia, se le prohíbe por ley y por lo tanto
se restringe la libertad contractual. O en la intervención en las relaciones de consumo donde se
intenta proteger al débil jurídico y se establecen ciertas prohibiciones en la Ley de Protección del
Consumidor y si los productores vulneran la ley entrarán en un problema de objeto ilícito.
Por lo tanto, cuando el legislador interviene en las relaciones privadas, lo hace de forma
más masiva en la licitud del objeto.

DIMENSIONES DEL OBJETO ILÍCITO:


a. Dimensión especial: analiza el objeto mirando a la cosa específica que constituye el objeto de la
prestación y determinar si puede o no ser objeto de una relación jurídica: si es comerciable o no;
si es objeto de un embargo o no; si está siendo parte de un litigio o no. Al fin y al cabo, se pone
el foco en la cosa en particular.
b. Dimensión genérica: mira a ciertas relaciones jurídicas en su conjunto, donde ya no se mira a la
cosa misma para saber si es lícito o no el objeto, sino que se mira el contrato para determinar si

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se adecua a la ley, la moral y las buenas costumbres. El contrato que realiza una empresa que
vulnera la libre competencia, por ejemplo, mira al objeto desde un punto de vista más genérico.
Se podrían agrupar en las que contravienen el orden público o las buenas costumbres.
- Aquellas que contravienen al orden público: hay normas o principios que establecen un límite a
la autonomía de la voluntad, de manera que las partes no pueden renunciar o desentenderse de
ellas. Ahora bien, no es fácil saber qué normas son de orden público, por lo que se debe
distinguir si puede ser o no dejada sin efecto entre las partes. Si la ley establece que una norma
es imperativa y que no es renunciable, está claro que es una norma de orden público (por
ejemplo, el derecho del deudor de hacer cesión de sus bienes, del Artículo 1615).
Pero en otros casos no se señala explícitamente y habrá que distinguir si puede renunciarse o
no: habrá que determinar si la norma cautela un interés general que trasciende a las partes o si
establece una medida de protección que favorece a una de las partes.
Otras veces habrá principios de orden público, que, a pesar de no ser normas expresas, no
pueden ser renunciados por las partes. El espíritu general de la legislación le llaman algunos, al
que alude el Artículo 24.
Si hay un sistema jurídico donde rige con mayor fuerza el principio de subsidiariedad, habrá
una menor cantidad de normas que se entrometen en la autonomía de la voluntad y por lo tanto
dejan espacio para la libertad contractual.
Hay distintas formas de agrupar el objeto ilícito de acuerdo al orden público:
a. Orden público estatal: hay limitaciones a la esfera privada por entender que existe un
interés estatal superior. El caso típico, es la limitación al derecho de voto.
Artículo 1462: “Hay un objeto ilícito en todo lo que contraviene al derecho público
chileno. Así la promesa de someterse en Chile a una jurisdicción no reconocida por las
leyes chilenas, es nula por el vicio del objeto”.
Por ejemplo, someter la controversia de una empresa a la jurisdicción de Nueva York.
Leyendo el artículo se pensaría que no se puede, pero en la práctica sí hay compañías que
piden créditos a bancos extranjeros y por lo tanto quedan sometidos a la jurisdicción del
país del banco. La forma de entender el artículo, es que si una empresa se somete a la
jurisdicción de un país extranjero no reconocido por Chile será sancionada con objeto
ilícito, pero hay jurisdicciones reconocidas por el Estado que sí pueden juzgar conflictos.
b. Orden público de familia: las normas que dicen relación con el matrimonio o la filiación no
pueden ser renunciadas por las partes.

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c. Orden público sucesorio: hay una serie de normas que no son renunciables por las partes,
como las asignaciones forzosas, la prohibición de celebrar pactos sobre sucesiones futuras
(Artículo 1463), las disposiciones captatorias (Artículo 1059), etc.
Artículo 1463: “El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede
ser objeto de una donación o contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de la
misma persona”.
Adolecerá de objeto ilícito el hecho de suceder por causa de muerte a una persona viva,
aun cuando haya libre acuerdo entre los involucrados.
Artículo 1204: “Si el difunto hubiere prometido por escritura pública entre vivos a su
cónyuge o a alguno de sus descendientes o ascendientes, que a la sazón era legitimario,
no donar, ni asignar por testamento parte alguna de la cuarta de mejoras, y después
contraviniere a su promesa, el favorecido con ésta tendrá derecho a que los asignatarios
de esa cuarta le enteren lo que le habría valido el cumplimiento de la promesa, a prorrata
de lo que su infracción les aprovechare”.
Permite cierto acuerdo para el derecho de suceder a una persona viva. En la mitad
legitimaria, habiendo asignatarios forzosos la ley exige que haya una cantidad de
patrimonio para ellos. La cuarta de libre disposición se reparte de manera libre y la cuarta
de mejoras debe asignarse a cualquiera de los asignatarios o incluirse en la mitad
legitimaria. El acuerdo que se hace en vida de las personas sobre no disponer de la cuarta
de mejoras, sí es permitido en este caso, de manera que sea distribuida de igual manera que
la mitad legitimaria: en la forma que la ley prescribe.
d. Orden público relativo a ciertas actividades profesionales, económicas o que involucran
algún interés público: por ejemplo, no se puede trabajar como abogado sin haber pasado
por la Escuela de Derecho y haber obtenido el título. O no se puede ser banquero si no se
cumple con los requisitos de la Ley de Bancos.
e. Orden público moderno: puede comprenderse dentro del orden anterior. Es el conjunto de
reglas que la ley recientemente ha ido estableciendo para ciertas actividades económicas y
que prevalecen sobre la autonomía privada. Por ejemplo, las normas de orden público
económico, que realizan ciertas limitaciones a la economía en general: por ejemplo,
prohibición a la libre circulación de los bienes, el pacto de no enajenar, o las normas que
promueven la libre competencia y limitan a las empresas de mayor peso. Hay normas que
miran a la economía en general, pero también hay normas que miran al interés de ciertas
personas que se encuentran en condiciones de desventaja y la ley busca otorgarles
protección. Por ser normas de orden público, son irrenunciables y no pueden evitarse vía

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autonomía privada. Por ejemplo, las normas del consumidor, laborales, de protección a los
incapaces, etc.
Artículo 1466: “Hay objeto ilícito (…) en todo contrato prohibido por las leyes”.
Artículo 10: “Los actos que prohíbe la ley son nulos y de ningún valor; salvo en cuanto
designe expresamente otro efecto que el de nulidad para el caso de contravención”.
Por lo tanto, habría objeto ilícito en aquellos actos que vulneran la libre competencia, o las
normas de protección al consumidor. Lo relevante es que hay normas que protegen un
interés superior, que son de orden público, irrenunciables y su contravención será
sancionado con la nulidad absoluta.
- Aquellas contrarias a las buenas costumbres: hoy en día es complejo determinar qué son las
buenas costumbres. El límite entre la moral y el Derecho es difuso y no está claro qué
elementos morales son relevantes para restringir la autonomía de la voluntad y la libertad
contractual. Se tiende a determinar como buenas costumbres a aquellas conductas que se
vinculan con la costumbre de una nación de manera que establece ciertos lineamientos que el
Derecho quiere que prevalezcan, de manera que sanciona los actos contrarios con objeto ilícito.
Ahora bien, la ley también puede prohibir ciertas relaciones jurídicas por ser contrarias a las
buenas costumbres.
Artículo 1465: “El pacto de no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en cuanto
al dolo contenido en ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación del dolo futuro
no vale”.
El dolo futuro consiste en perdonar el engaño que se puede producir a futuro. Se hace un
contrato y se pacta que, en caso de incurrir en dolo, no podrá ser perseguido por ello. La culpa
grave futura se asemeja al dolo futuro y por lo tanto tampoco está permitida por la ley. Ahora
bien, si el dolo es pasado, podría llegarse a acuerdo de condonarlo. El mandatario debe rendir
cuenta de sus actuaciones y el mandante puede condonar el dolo ya pasado. Pero si el dolo
estaba implícito en la cuenta y el mandante acepta, no es lícito, porque el dolo debe estar de
manera expresa en el texto.
Artículo 1466: “Hay asimismo objeto ilícito en las deudas contraídas en juego de azar (…)”.
Son juegos de azar aquellos en los que influye la pura suerte y no la destreza. De manera que se
excluyen aquellos que emanan obligaciones de la destreza psíquica o física. Esta y otras normas
serán entendidas como contrarias a las buenas costumbres y su contravención será sancionada
con nulidad absoluta por adolecer de objeto ilícito.

DIMENSIÓN ESPECIAL:
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Se alude a la ilicitud del objeto según la no comerciabilidad de la cosa, de manera que


cualquier acto jurídico que recaiga sobre cosas no comerciables adolece de objeto ilícito. Es la cosa
en sí misma la que es incomerciable y como el acto jurídico recae sobre ella se entiende que
adolece de objeto ilícito. Acá nuevamente surge la discusión respecto de si hay o no objeto, en caso
de que este sea no comerciable.
Son comerciables aquellas cosas que son susceptibles de dominio y de posesión privada.
Las cosas son comerciables por regla general, salvo aquellas que el legislador califique de
incomerciables. Algunas son fáciles de determinar, pero otras son más difíciles y requieren de
interpretación.

Cosas fuera del comercio:


a. Cosas no apropiables: los bienes comunes o libres, y los bienes nacionales de uso público,
mientras estén afectos a ese fin. La doctrina señala que hay un problema de ausencia de
objeto más que de licitud del objeto, por ser un objeto imposible.
Artículo 1464: “Hay un objeto ilícito en la enajenación: 1º. De las cosas que no están en
el comercio”.
Artículo 1461: “No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de
voluntad, sino las que se espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean
comerciables, y que estén determinadas, a lo menos, en cuanto a su género. La cantidad
puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan
para determinarla”.
Según el Artículo 1461, el objeto que no es comerciable no existiría, ya que entiende la
comerciabilidad como un elemento de existencia del objeto. Sin embargo, en el Artículo
1464 N°1 dice que los actos que recaen sobre un objeto no comerciable son ilícitos.
Entonces ¿Cuál prevalece?
Según Claro Solar, prevalece que la cosa sea comerciable y por lo tanto se estaría ante una
ausencia de objeto, por el Artículo 1461.
Velasco sostiene que el Artículo 1464 repite la misma idea del Artículo 1461: el objeto
incomerciable es ilícito y por lo tanto el Artículo 1461 simplemente anticipa que cuando la
prestación es de dar, la cosa tiene que ser comerciable y la falta de esta cualidad es un tema
de ausencia de licitud más que de existencia del objeto. Por lo tanto, prevalece el Artículo
1464, y le lleva la contra a don Luis Claro Solar.
Por lo tanto, dependiendo de la tesis a la que se adhiera en la redacción de la demanda la
sanción será la inexistencia o la nulidad.

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Ahora bien, hay actos jurídicos que no son enajenación, como una arrendamiento, por
ejemplo. Y, por lo tanto, no cabría dentro del número 1 del Artículo 1464.

b. Derechos y bienes de la personalidad: aunque con ciertos límites, porque los derechos de la
personalidad se han ido moviendo a la esfera patrimonial y por lo tanto son susceptibles de
regularse desde el punto de vista patrimonial. Por ejemplo, los contratos de los deportistas,
donde venden su imagen, el nombre, etc. Pero hay otros elementos propios del individuo
que no son separables: el cuerpo humano, por ejemplo, que es incomerciable, salvo algunas
partes que son regenerables, como el pelo. O la donación de órganos, pero que debe hacerse
a título gratuito por definición.

c. Derechos personalísimos de uso y habitación : son derechos patrimoniales pero que por
disposición de la ley son derechos personalísimos y están fuera del comercio.
Artículo 1462: “Hay un objeto ilícito en la enajenación: 2º. De los derechos o privilegios
que no pueden transferirse a otra persona”.
Algunos autores, como Velasco, señalan que el número 2 es redundante con el número 1,
porque al no ser comerciables pueden incluirse dentro de este, pero el Código agrega de
igual manera el número 2. Otros autores señalan que la no comerciabilidad no es sinónimo
de inalienabilidad, porque hay cosas que están en el comercio (los derechos personalísimos,
porque las personas que los gozan son titulares de ellos) y que no pueden ser transferidas.
Pero es una distinción sin relevancia práctica en realidad.

CASOS DEL OBJETO ILÍCITO, ARTÍCULO 1464:


Artículo 1464: “Hay objeto ilícito en la enajenación:”. Se requiere necesariamente la enajenación,
que puede entenderse en dos sentidos:
a. Sentido amplio: alude a la transferencia del dominio que se hace a alguien o de la constitución
de cualquier otro derecho real sobre la cosa. Por ejemplo, cuando vendo mi auto, la
transferencia constituye enajenación. Y si lo constituyo en prenda, también se entiende como
enajenación.
b. Sentido restringido: única y exclusivamente constituye enajenación la transferencia del
dominio, la tradición, en otras palabras.
La doctrina actualmente entiende la enajenación en su sentido amplio, considerando tanto el
dominio como los demás derechos reales. Esto se funda en los distintos artículos:

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Artículo 2387: “No se puede empeñar una cosa, sino por persona que tenga facultad de
enajenarla”.
Artículo 2414: “No podrá constituir hipoteca sobre sus bienes, sino la persona que sea capaz de
enajenarlos, y con los requisitos necesarios para su enajenación”.
Y también en una nota de don Andrés Bello, donde señala que hipotecar algo era parte de
enajenar. Don Luis Claro Solar tiene una visión restringida y cita algunos artículos donde el
legislador separó los conceptos de enajenación y de gravar. Por ejemplo:
Artículo 1135: “La prenda, hipoteca o censo constituido sobre la cosa legada, no extingue el
legado, pero la grava con dicha prenda, hipoteca o censo”.
Pero lo relevante, es que en general la enajenación también comprende la constitución de
derechos reales sobre la cosa.
> También hay que recordar la adjudicación, que es cuando yo tengo un bien y existen
diferentes copropietarios que también son dueños de ese bien. Por ejemplo, un predio. Los
comuneros tienen un derecho sobre el todo, por regla general y no es que tengan derechos por
cuotas. Y es el juez el que tiene que intervenir para adjudicarle a uno una parte de ese bien, fruto de
la partición, porque nadie está obligado a mantenerse en una sociedad. Al hacer la partición, furto
de la adjudicación, el comunero recibe parte de ese bien que antes tenía en comunidad. La
singularización del bien no es una enajenación, porque se entiende que todos tenían un derecho
sobre el bien y la adjudicación solo viene a singularizarlo. Uno siempre fue dueño de la porción que
se le adjudicó y por eso no constituye enajenación. Es una adjudicación simplemente declarativa,
que tiene efecto declarativo y no traslaticio de dominio. Si la cosa sobre el cual recae la
adjudicación se encuentra embargada, no adolecerá de objeto ilícito porque no constituye
enajenación la adjudicación.
> Dado que el artículo simplemente habla de enajenación, el otorgamiento de un mero título
traslaticio de dominio tampoco constituye enajenación, porque en Chile se requiere el título y modo
para transferir el dominio y constituir los demás derechos reales. Es un sistema dual, donde no se
adquiere el dominio por la mera compraventa, sino que se requiere de la tradición. Simplemente la
celebración de un contrato traslaticio de dominio (compraventa o donación) no constituye
transferencia de dominio y menos enajenación, por lo que tampoco quedaría bajo el Artículo 1464.
Pero hay un artículo maldito que viene a complicar todo:
Artículo 1810: “Pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales, cuya enajenación no
esté prohibida por ley”.
Todas las cosas “cuya enajenación no esté prohibida por la ley”. Entonces, por un lado, el
Artículo 1464 dice que hay objeto ilícito en la enajenación de una serie de cosas y por lo tanto no

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podrán enajenarse. Pero el 1810 incorpora la ilicitud de objeto a la compraventa de las mismas
cosas que menciona el 1464.
No es que la compraventa de las cosas del Artículo 1464 adolece de objeto ilícito porque
constituya enajenación, sino que porque el Artículo 1810 se remite al Artículo 1464. Alessandri y
Somarriva y los tribunales en general, sostienen que una compraventa sobre las cosas del Artículo
1464 también adolece de objeto ilícito, porque se estaría contraviniendo un precepto prohibitivo
como la norma del Artículo 1810. Habría que jugar con tres artículos:
1. Artículo 1464: “Hay un objeto ilícito en la enajenación:
1º. De las cosas que no están en el comercio;
2º. De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona;
3º. De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor
consienta en ello;
4º. De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio”.
2. Artículo 1810: “Pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales, cuya
enajenación no esté prohibida por ley”.
3. Artículo 1466: “Hay asimismo objeto ilícito en las deudas contraídas en juego de azar, en
la venta de libros cuya circulación es prohibida por autoridad competente, de láminas,
pinturas y estatuas obscenas, y de impresos condenados como abusivos de la libertad de la
prensa; y generalmente en todo contrato prohibido por las leyes”.
Al final, la ilicitud del objeto sobre la compraventa que recae sobre un objeto embargado no
viene solo del Artículo 1810, tampoco del Artículo 1464 (porque solo habla de la enajenación), sino
que por la combinación: la compraventa (1810) que se refiere a los casos del Artículo 1464 es un
contrato prohibido por ley (1466). Por esta combinación, se puede concluir que ese contrato de
compraventa adolece de objeto ilícito y que no se puede celebrar una compraventa sobre un objeto
que está prohibido por ley. El contrato prohibido por ley adolece de objeto ilícito según el 1466.
Esta es la relación entre los tres artículos.
Ahora bien, hay autores que discrepan. Don Eugenio Velasco dice que hay que distinguir.
El Artículo 1810 dice que no se puede celebrar una compraventa cuya enajenación no esté
prohibida por la ley. Hay que distinguir, porque los actos prohibidos por la ley son aquellos que no
se pueden celebrar de ninguna forma y no aquellos que podrían ejecutarse bajo otras formas o
circunstancias. Evaluando el Artículo 1464 se puede concluir: el número 1 es un acto prohibido en
toda circunstancia, igual que el número 2. El número 3, “De las cosas embargadas por decreto
judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en ello;” deja espacio para una
enajenación en la medida que el juez lo autorice o el deudor consienta en ello. El número 4, “ De

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especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio”, de manera que
obteniendo el permiso del juez, podría enajenarse la cosa.
Por lo tanto, concluye Velasco, las normas solo son prohibitivas respecto de los dos
primeros números e imperativas respecto de los dos últimos casos. En consecuencia, bajo lo
dispuesto por el Artículo 1810, solo adolece de objeto ilícito la compraventa de las cosas que señala
el número 1 y 2 y son nulas absolutas. En el 3 y 4 no, porque son normas imperativas.
Además, agrega que no hay ninguna razón para prohibir compraventa de cosas embargadas
y dejar pendiente la tradición de la cosa hasta que pueda hacerse. Es una razón más de fondo. No se
está produciendo la enajenación por la mera celebración de la compraventa y en algún minuto se
podría llevar a cabo sin que adolezca de objeto ilícito.
Si tengo un bien embargado, bajo la tesis de Velasco se podría celebrar la compraventa y
bajo la de Alessandri y Somarriva no. El comprador paga el precio y el acreedor paga su deuda al
banco, este alza el embargo y así el vendedor puede realizar la tradición, según Velasco.
Artículo 297 CPC: “Cuando la prohibición recaiga sobre bienes raíces se inscribirá en el registro
del Conservador respectivo, y sin este requisito no producirá efecto respecto de terceros”.
Artículo 453 CPC: “Si el embargo recae sobre bienes raíces o derechos reales constituidos en
ellos, no producirá efecto alguno legal respecto de terceros, sino desde la fecha en que se inscriba
en el respectivo registro conservatorio en donde estén situados los situados los inmuebles”.

Casos que contempla el Artículo 1464: “hay objeto ilícito en la enajenación:”


1. “De las cosas que no están en el comercio”.
2. “De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona”.
3. “De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor
consienta en ello”. La palabra embargo no está definida orgánicamente, pero se entiende como
una actuación judicial propia del juicio ejecutivo que se define como la aprehensión
compulsiva, ya sea material o simbólica, que se hace por resolución judicial del juez que conoce
del juicio ejecutivo y que puede afectar a uno o más bienes del deudor y se le entregan a un
depositario que las mantiene a disposición del tribunal para asegurarse del pago de la deuda. Es
una forma compulsiva de dar cumplimiento a una deuda, al fin y al cabo, que opera desde la
notificación. Ahora bien, respecto de terceros hay que distinguir:
- Si el embargo recae sobre un bien mueble solo afecta a terceros desde que toman
conocimiento del embargo.

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- Si recae sobre un inmueble les es oponible a terceros desde la fecha en que se inscribe en el
Registro de Prohibiciones e Interdicciones del Conservador de Bienes Raíces donde está situado
ese inmueble.
En las obligaciones el acreedor tiene un derecho general de prenda, que consiste en el derecho
que tiene el acreedor de perseguir el patrimonio del deudor.
La doctrina le da un concepto más amplio al embargo y nombra una serie de situaciones que se
tratan de manera análoga al embargo. Por ejemplo, las medidas precautorias de prohibición de
enajenar y gravar bienes, la de secuestro, la de retención de bienes muebles, y la prohibición
judicial de celebrar un acto o contrato. Todas estas medidas buscan sacar del tráfico jurídico
determinados bienes. En general, casi todos los autores consienten en que estas medidas deben
tratarse de igual manera que el embargo, menos Velasco, porque la prohibición de celebrar
actos o contratos es amplia, no solo de la compraventa y el Artículo 1464 solo trata la
enajenación.
Si una persona realiza una enajenación de una cosa embargada, no podrá solicitar al juez un
control ex post, aun cuando la parte consintiera en ello, porque la sanción sería la nulidad
absoluta, que no puede sanearse. Y si se le solicita a la contraparte la ratificación, tampoco
puede sanearse el acto nulo absolutamente. Por lo tanto, no es posible sanear el acto ni con
autorización ex post ni con ratificación de la parte.
El arrendamiento no constituye enajenación y uno pensaría que hay ciertos actos o contratos
que por mucho que estén prohibidos, no constituyen enajenación y por lo tanto no habría objeto
ilícito.
Además, porque en la compraventa en general habla de las cosas prohibidas por ley (1810) y en
este caso sería una prohibición establecida por el juez y no por la ley. Es algo muy teórico, que
en la realidad no opera, porque el 99% de los abogados se inclina por la primera opción.
¿Qué pasa con la enajenación forzada? Tiene lugar por ministerio de la justicia, por ejemplo, el
remate de un bien vía judicial. ¿Si compro un bien en una enajenación forzada podría adolecer
de objeto ilícito? La opinión mayoritaria sostiene que la ley solo se refiere a la que el deudor
pudiera realizar. Porque en la enajenación forzada el acreedor siempre va a tener derecho a
hacer valer su derecho en el precio de la cosa subastada. Por eso se trata distinto: porque se
puede vender el bien y el dinero quedará ahí para que los deudores vayan a reclamarlo.
La jurisprudencia también opina en esta línea. Pero hay autores como Velasco que piensan que
tanto la enajenación voluntaria como forzada está dentro del Artículo 1464, porque la ley no
distingue. Y el resguardo al acreedor no es de tanta fuerza.

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4. “De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio”. Son las
cosas, muebles o inmuebles, cuyo dominio se discute en un juicio entre demandante y
demandado. Se considera litigiosa desde que se encuentra trabada la litis en un juicio, esto es,
desde el momento de la contestación de la demanda. Se requieren dos requisitos:
a. Sea un juicio donde se discute el dominio: es un juicio reivindicatorio que termina en la
acción reivindicatoria de la especie cuya propiedad se litiga. Ahora bien, no basta con que
la cosa se esté debatiendo.
b. Se requiere que el tribunal haya decretado la prohibición de celebrar actos o contratos sobre
la cosa litigiosa, de acuerdo al Artículo 296 inciso segundo del Código de Procedimiento
Civil:
Artículo 296: “Para que los objetos que son materia del juicio se consideren
comprendidos en el número 4° del artículo 1464 del Código Civil, será necesario que el
tribunal decrete prohibición respecto de ellos”.
Si se inicia una acción reivindicatoria sobre la cosa y se contestó la demanda, el deudor puede
enajenar la cosa mientras no se haya decretado la prohibición de celebrar actos o contratos por
el tribunal. Si el demandante se entera de que el deudor quiere enajenar el bien, acudirá ante el
tribunal para hacerle saber la situación y solicitar el decreto de prohibición. Por lo tanto, no
basta con que la cosa sea objeto de un litigio (Artículo 1464) sino que también del decreto
emanado del tribunal (Artículo 296) para estar frente a un objeto ilícito.
La excepción está contenida en el Artículo 1464 y requiere del permiso del juez que conoce el
litigio. Según Vial, una autorización expresa del demandante también podría considerarse como
una opción para salvarse de la aplicación del Artículo 1464 N°4, dado que el que pidió la
prohibición es la misma parte que está autorizando. Según Corral, esta norma es excepcional y
por lo tanto solo puede satisfacer el requerimiento del N°4 la disposición del juez. En
conclusión y considerando el riesgo, lo recomendable es pedirle la autorización al juez o a la
parte antes de la ejecución del acto respectivo.

La causa:
Artículo 1445 N°4: “Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de
voluntad es necesario: N°4: Que tenga una causa lícita”.
Artículo 1467: “No puede haber obligación sin una causa real y lícita; pero no es necesario
expresarla. La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente. Se entiende por causa el motivo

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que induce al acto o contrato; y por causa ilícita la prohibida por ley, o contraria a las buenas
costumbres o al orden público. Así la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe,
carece de causa; y la promesa de dar algo en recompensa de un crimen o de un hecho inmoral,
tiene una causa ilícita”.
En esta materia se toman conceptos de causa que vienen del Derecho francés (teoría clásica
de la causa) y se analizan. Es difícil entender dentro del Código Civil chileno en qué consiste la
causa.
¿Causa de qué? De acuerdo al Artículo 1445, inciso primero, pareciera que la causa se
refiere al acto o contrato mismo. Pero al mismo tiempo “Para que una persona se obligue a otra
por un acto o declaración de voluntad” deja ver que es la causa para que una persona se obligue.
Así entonces, podría entenderse que habla de la causa del acto o contrato mismo (voluntad) o de la
causa de la obligación (motivo que induce a celebrar el acto o contrato). Por lo tanto, determinar
causa de qué es, resulta complejo.
Si se trata de un contrato del que nacen obligaciones distintas (obligación de pagar el
precio; y de entregar la cosa, en la compraventa) se entendería la voluntad como causa eficiente.
Aunque también existe la causa final, que es a la que se refiere el Código y es lo que la parte
persigue al obligarse (“el motivo que induce al acto o contrato”). Es el fin perseguido al celebrar el
contrato. Aunque no está absolutamente claro en el Código y es difícil precisar la causa de la que se
trata y cuál de las causas es.
Causa eficiente: es el elemento generador del efecto. Es el acto jurídico, y está mencionada
en los artículos 1437 y 1445. Por ejemplo, la causa eficiente de la obligación del vendedor de
entregar la cosa es el contrato de compraventa mismo.
Causa final: es el fin inmediato e invariable que persigue la celebración del acto jurídico.
En la compraventa, la causa del comprador es incorporar a su patrimonio una cosa; y la causa o fin
del vendedor es procurarse dinero, a cambio de las cosas que entrega.
Causa ocasional: es el fin lejano y variable de un acto. Es de carácter estrictamente
personal y psicológico, a diferencia de la causa final.
Ahora bien, la jurisprudencia habla muchas veces de la causa del acto jurídico mismo y
otras veces de la causa de la obligación del acto jurídico que se está celebrando. Entender bien de
qué se está hablando cuando se remite a la causa es difícil y hay distintas concepciones.
Casi todos los libros comienzan a explicar el concepto de causa del acto jurídico en la
doctrina misma, sin entrar en lo que el Código establece. En el Derecho francés se desarrolló por
primera vez la teoría clásica de la causa por Pothier y Domat. Para Domat la causa siempre es la
misma y habrá que ver cuál tipo de causa es según el contrato del que se trata (criterio objetivo).

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TEORÍA TRADICIONAL O CLÁSICA:


Los contratos generan obligaciones. La doctrina clásica se centra en la causa de la
obligación y no en el la del contrato. Para estos efectos, distingue entre tres tipos de contrato:
a. Los contratos sinalagmáticos o bilaterales son aquellos donde hay dos personas que se
obligan y la causa de la obligación de una de las partes es precisamente la obligación
contraída por la otra parte (obligación correlativa). En la compraventa, la causa de la
obligación del vendedor de entregar la cosa es la obligación correlativa que tiene la otra
parte de pagar el precio. Para el vendedor la causa es el precio y para el comprador la causa
es la entrega de la cosa.
b. Los contratos reales son aquellos que se perfeccionan por la entrega de la cosa. La causa de
la obligación de restitución de la cosa que contrae una de las partes en el contrato real es la
entrega que de la misma se hace. En el caso del mutuo o préstamo de consumo se entrega el
dinero a una persona y la causa de la obligación que se genera (restituir) nace en virtud de
la entrega. La entrega del dinero que hace el mutuante al mutuario crea la obligación al
mutuario de restituir y la causa del mutuante es la entrega del dinero. O el comodato o
préstamo de uso, donde la obligación del comodatario es de restitución también.
c. Los contratos gratuitos son aquellos que se celebran en consideración a la utilidad o
beneficio de una sola de las partes, sufriendo la otra un gravamen. La causa de la obligación
se debe a la voluntad que tiene el contratante de donar algo. Por ejemplo, en la donación,
donde el donante se obliga a entregar la cosa donada. Según Domat, la causa de la
obligación del donante es cualquier motivo racional y justo que tenga el donante para
efectuar la donación. Pothier hace un pequeño matiz al respecto y dice que la causa de la
obligación es la intención liberal o liberalidad de la persona.

DOCTRINA DEL MÓVIL O MOTIVO DETERMINANTE:


Ocupa un criterio eminentemente subjetivo. No quiere formular una teoría abstracta que
aplique a todos los contratos de compraventa, por ejemplo, sino que se quiere centrar en los motivos
subjetivos del individuo. Ya no se enfoca en la obligación, sino que en el fin del contrato mismo.
Va al motivo concreto de cada una de las personas que celebra un contrato.
Por ejemplo, dos personas que no están casadas arriendan una casa para vivir juntas. La
jurisprudencia anuló este arrendamiento por considerar que la causa era inmoral, por llevar una
relación extramatrimonial. O el arrendamiento de un inmueble para establecer un fumadero de opio.

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Teoría del Acto Jurídico

Al ser motivos ilícitos, la teoría del motivo o móvil determinante concluye que es una causa ilícita,
lo lleva a tribunales y declaran nulos esos contratos.

MODIFICACIÓN DE LA DOCTRINA CLÁSICA DE LA CAUSA:


Emana de un tratadista famoso llamado Capitant. Elabora una complejísima monografía
sobre la teoría de la causa y demuestra que su base no es la que normalmente se nombra. Desarrolla
le teoría de la causa como causa final. El fin actúa como causa porque al momento de contratar, las
partes se representan intelectualmente el fin y esto mueve a la voluntad.
a. En los contratos sinalagmáticos o bilaterales la causa es la voluntad de obtener el
cumplimiento de la obligación y ya no es la obligación de la contraparte. En la
compraventa, el vendedor busca obtener el dinero que se sigue de la venta y el comprador
tiene la finalidad de adquirir la cosa.
b. En los contratos reales aplica lo mismo que en los contratos bilaterales. Se hace porque se
persigue una finalidad y la causa sería la entrega de la cosa. Lo que importa es que haya
efectivamente entrega y no solo que haya nacido la obligación de entregar la cosa. En estos
contratos se aplica prácticamente lo mismo que en los contratos bilaterales: porque hay
obligación de entregar y obligación de restituir.
c. En los contratos gratuitos la causa no es la mera liberalidad, eso no es correcto. Es la
finalidad de la donación, lo que persigue dicha manifestación de voluntad. A través de la
donación, por la mera liberalidad, hay un fin al donar. Y lo importante no es la mera
liberalidad, sino que la finalidad (causa final) que el que dona tiene al hacerlo.
Capitant es más concreto que la teoría clásica de la causa. Modifica un poco la teoría para
hacerla más concreta. El Código toma algunos de los elementos de la teoría clásica de la causa en
sus ejemplos del Artículo 1467, que en el inciso segundo da a entender que es una causa final.

ANTI CAUSALISTAS:
La teoría clásica de la causa ha sido objeto de duras críticas. El tratadista francés Planiol se
rebela contra la noción de causa clásica y la tilda de falsa e inútil. Así, surgen los anti causalistas
que no son partidarios de exigir como causa del acto jurídico alguno de estos elementos y dicen que
la teoría clásica es falsa e inútil, ya que se confunde la voluntad que es la que hace nacer el contrato
de compraventa con la causa. Y podría solucionarse evitando hablar de la causa, ya que no es
necesario recurrir a una causa determinada porque la voluntad de las partes lleva implícita la causa.
Analiza las tres clasificaciones de causa:

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

a. En los contratos sinalagmáticos o bilaterales la causa de la obligación de una es la


obligación correlativa que contrae la otra. Pero Planiol sostiene que eso no es posible,
porque las obligaciones nacen al mismo tiempo y por lo tanto no puede ser una causa de la
otra y viceversa, es un problema de temporalidad finalmente.
b. En los contratos reales la obligación de restituir tiene como causa la entrega previa que se
hizo de la cosa. Planiol señala que si no hubiera entrega no es que no hubiera causa, sino
que ni siquiera hubiera surgido el contrato porque no se perfeccionó.
c. En los contratos gratuitos la causa de la obligación es cualquier motivo racional o justo
para Domat, o la simple intención liberal para Pothier. Sin embargo, Planiol sostiene que, si
falla el motivo o la liberalidad, no es que falte la causa de la obligación, sino que
simplemente no hay consentimiento y el contrato se cae por eso.

LA CAUSA EN EL CÓDIGO CIVIL:


Artículo 1467: “No puede haber obligación sin una causa real y lícita; pero no es necesario
expresarla. La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente. Se entiende por causa el motivo
que induce al acto o contrato; y por causa ilícita la prohibida por ley, o contraria a las buenas
costumbres o al orden público. Así la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe,
carece de causa; y la promesa de dar algo en recompensa de un crimen o de un hecho inmoral,
tiene una causa ilícita”.
Artículo 1468: “No podrá repetirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a
sabiendas”.
¿Qué doctrina de la causa aplica nuestro Código?
Claramente queda descartada la teoría anticausalista. Cuando habla de la obligación y la
liberalidad adhiere a la teoría clásica. Sin embargo, en el inciso segundo habla del motivo que
induce a la persona a celebrar el contrato, de manera que hace remisión a la teoría del móvil o
motivo determinante. El motivo se refiere a la subjetividad de las partes, aunque en realidad no es
cualquier motivo, sino que tiene que ser real y expresamente establecido en el contrato, además de
ser conocido por la otra parte, de manera que existe cierta objetividad, al fin y al cabo.
El Código da ejemplos en el inciso final:
- “Así la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe, carece de causa ”: es un
resabio de la teoría clásica, porque en un contrato bilateral la causa de la obligación de una de
las partes es la obligación de la otra. Y si no hay obligación en la contraparte, entonces no hay
causa.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

- “Y la promesa de dar algo en recompensa de un crimen o de un hecho inmoral, tiene una causa
ilícita”. Se refiere más al motivo del contrato, lo que apuntaría hacia la teoría del móvil.
Por lo tanto, el Código toma algunos elementos de la teoría clásica de la causa. Cuando se
refiere a los motivos se refiere a una causa final, pero en algunos de los ejemplos se pasa a la
doctrina clásica. Ni siquiera la jurisprudencia ha logrado determinar qué se entiende por causa,
entendiendo en algunos casos como el motivo que induce a las partes y en otras ocasiones como la
contra obligación de una de las partes. En síntesis, para el Código Civil no existe una claridad total
de qué tipo de causa es y por lo tanto cubre a la causa tanto desde de la teoría clásica como desde la
teoría del móvil o motivo determinante, por lo que habrá que fijarse en la jurisprudencia del caso
concreto.
Los tribunales franceses declararon nulas las donaciones que tenían por objeto mantener las
relaciones ilícitas con una persona distinta a su cónyuge. Ya no aplica la teoría clásica de la causa,
sino que el motivo que tuvo la persona, que según la jurisprudencia francesa, es ilícito. Ahora bien,
los propios franceses han tenido que cambiar la teoría clásica de la causa para atacar otros
problemas relativos a ella.
Víctor Vial señala que hay que distinguir entre la causa de la obligación, en cuyo caso se
debe seguir la teoría clásica; y la causa del contrato, en que aplicaría la teoría del móvil o motivo
determinante. Se piensa que Bello se pudo haber apresurado en haber incorporado la teoría del
móvil al Código, porque esta se desarrolló con mayor fuerza en tiempos posteriores a él.
El 2016 los franceses eliminaron el concepto de causa de su Código Civil para evitar
complicaciones.

¿POR QUÉ SE EXIGE LA CAUSA?


Una de las razones que justifica la existencia de la causa es la moralización de los contratos.
Es la manera de evitar actos inmorales o contrarios a las buenas costumbres. El concepto de causa
es mucho más amplio que el de la teoría clásica de la causa, según don José María. Tampoco es
suficiente la definición del Artículo 1467, como el motivo que induce a las partes a celebrar el
contrato, porque el motivo personal no es suficiente para determinar si es lícito o ilícito el objeto y
en ese caso la donación extraconyugal no sería ilícita.
En conclusión, la doctrina de la causa en Chile tiene un concepto bastante más amplio que
la teoría clásica. Tampoco abarca la teoría de los motivos, porque si bien se señala así en el Artículo
1467, se habla de una causa final distinta a la teoría clásica, pero si el motivo es una cosa
simplemente personal fruto de la voluntad de una persona, no podrá ser determinante para ver si la

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Teoría del Acto Jurídico

causa es lícita o no. Debe ser un motivo expresamente señalado por la persona y conocido por la
otra parte.
El Artículo 1467 se refiere al motivo que induce a las partes de celebrar el contrato. Este es
un motivo objetivo: debe ser públicamente expresado o que pueda deducirse de la celebración del
contrato por la otra parte.
En la jurisprudencia, el concepto de causa se ha utilizado para sancionar conducta ilícitas.
Ha abandonado la definición del Artículo 1467 y acepta recurrir a otras doctrinas para establecer
que se está en presencia de una causa ilícita. Lo que la jurisprudencia busca es encontrar una
manera de moralizar la teoría de la causa.

REQUISITOS DE LA CAUSA: si falta alguno de ellos el contrato se anulará.


a. Debe ser real o existente: se opone a la causa real aquella que no existe. O cuando se
inventa una causa que realmente no obedece a la realidad (causa simulada). O cuando se
presumió una deuda que nunca existió: “Así la promesa de dar algo en pago de una deuda
que no existe, carece de causa”. Es una causa irreal que no permite resolver el tema de la
licitud. O si la causa es enteramente falsa (existe, pero es falsa) la jurisprudencia estima que
no es real. O en los actos simulados relativamente, donde la obligación de pagar el precio es
falsa y por lo tanto la de transferir la cosa carece de causa. Su sanción sería la inexistencia o
nulidad absoluta, dependiendo de la teoría que se siga.
b. Debe ser lícita: el Código define en el Artículo 1461, inciso final:
Artículo 1461, inciso final: “(…) y la promesa de dar algo en recompensa de un crimen o
de un hecho inmoral, tiene una causa ilícita”. Hay causa, es real, pero es ilícita. Y es ilícita
cuando es contraria a la ley, las buenas costumbres o el orden público. Es necesario probar
que la causa está prohibida por la ley, ya de forma expresa o por el solo desprendimiento
del texto de la ley. Su sanción es la nulidad absoluta, el Código lo establece expresamente.
Artículo 1682: “La nulidad producida por un objeto o causa ilícita (…) son nulidades
absolutas”.
Artículo 1468: “No podrá repetirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa
ilícita a sabiendas”.
Esta es la segunda consecuencia, que constituye una excepción al efecto restitutorio de la
nulidad. Por ejemplo, la persona que arrienda un inmueble para establecer un fumadero de
opio y teniendo conocimiento de eso celebra el contrato igual. En ese caso, no tendrá
derecho a la devolución de la renta.

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Teoría del Acto Jurídico

PRUEBA DE LA CAUSA:
El Artículo 1467 señala que “No puede haber obligación sin una causa real y lícita; pero
no es necesario expresarla”, sino que se puede desprender de ese acto. La causa puede estar
implícita y por lo tanto puede no constar en el contrato, siendo esta la regla general. Ahora bien, en
la donación sí debe constar en el contrato que fue un acto totalmente gratuito, pero la causa misma
no es necesaria constarla en el contrato de acuerdo al Artículo 1467.
Existe una presunción legal de que se ha actuado con una causa real y lícita, sostienen
algunos autores. Ahora bien, don José María sostiene que no es necesario expresarla en el contrato y
que puede desprenderse de otros elementos de este, pero que no es suficiente para hablarse de una
presunción.
El hecho de que no deba constarse la causa en el contrato no niega que deba probarse. Por
eso la presunción de que todo acto o contrato tiene una causa real y lícita no es correcta. Una cosa
es que no sea necesaria expresarla y otra cosa es que no sea necesaria probarla. Debe ser probada
por cualquiera de los medios de prueba que el Código contempla.

SANCIÓN ANTE LA AUSENCIA O ILICITUD DE CAUSA:


La sanción a la falta de causa genera una discusión doctrinal. Algunos autores sostienen que
el contrato sería inexistente por la falta de un requisito esencial para la existencia del contrato,
según lo dispuesto en el Artículo 1445, número 4, que corresponde a un requisito establecido por
ley. Otros autores sostienen que su sanción sería la nulidad absoluta, por ser la mayor sanción que
contempla nuestro ordenamiento.
Si hay causa, pero es ilícita, la sanción será la nulidad absoluta según lo dispuesto en el
Artículo 1682, inciso primero. Pero también hay otra sanción que contempla el Artículo 1468.
Artículo 1468: “No podrá repetirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a
sabiendas”.
Es decir, no se puede solicitar la restitución de un pago que se hizo a sabiendas de una
causa inexistente o ilícita. En este caso se debe probar la falta de causa y que la persona lo hizo a
sabiendas de que no había una causa real o que era ilícita.

ACTOS JURÍDICOS ABSTRACTOS:


En los negocios abstractos la causa no tiene un rol importante que jugar. Se regulan en el
Código de Comercio fundamentalmente y son los títulos de crédito. La letra de cambio o pagaré,
son títulos de crédito y se estudian en Derecho comercial. No es que no requieran causa, todo acto

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Teoría del Acto Jurídico

jurídico tiene como requisito esencial la causa, pero estos negocios que tienen importancia en el
mercado financieros, tienen por objeto producir efectos en terceros, distintos a los que
originalmente celebraron el negocio.
Cuando se otorgan letras de cambio o pagarés se permite, a través del endoso, ceder la letra
a un banco. Si el vendedor quiere hacer dinero con las cuotas de dinero, va al banco con las letras de
comprador y le endosa las letras de cambio y éste le entrega un monto de dinero correspondiente.
La letra de cambio sale de la relación comprador-vendedor porque fue transferido a un tercero. Al
ser traspasados a tercero, vía endoso, simplemente requiere de la firma del documento para su
endoso y no requiere especificar a quién se le endosa y por lo tanto cualquiera puede cobrarlo.
En el origen de los títulos de crédito sí va a haber un negocio donde la causa juega un rol
esencial, por ejemplo, en el mutuo o préstamo de consumo que hace el banco al cliente y éste último
firma un pagaré o letra de cambio. Lo más probable es que el pagaré se endose a un tercero por la
propia naturaleza de estos documentos que facilitan la velocidad de los negocios. Se otorga
simplemente mediante la firma de quien lo suscribe y podrá ser reclamado por quien tenga en sus
manos el pagaré, por eso son abstractos.
En síntesis, son abstractos porque la causa no tiene una incidencia, pero en el origen de
estas letras de cambio sí hay una causa a la que se asocia el negocio. No es que no se requiera la
causa, se requiere mientras se conserva la relación entre el que suscribe el documento y el acto o
contrato que dio origen al documento, y si hay un problema entre los que intervinieron en el
negocio sí hay un papel que juega la causa, siempre y cuando se mantenga la relación de la cual
emanó la letra de cambio. Ahora bien, si se endosa este documento, la relación no está sujeta a
causa.

Ineficacia de los actos jurídicos:


Qué ocurre con los actos jurídicos que tienen causales de ineficacia:
a. La nulidad: es la más común de las ineficacias, se da cuando se omite un requisito necesario
para que el acto existiera y produjera sus efectos en el tiempo.
b. La resciliación: acuerdo en virtud del cual las partes dejan sin efecto un contrato.
c. La resolución: donde hay una condición resolutoria, que una vez cumplida genera la
resolución del contrato. La condición resolutoria tácita se entiende en la compraventa
fundamentalmente, como la obligación de las partes de cumplir con aquello que se obligan.
Si una de ellas no cumple, la otra puede pedir la resolución del contrato.

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Teoría del Acto Jurídico

d. La revocación: opera en actos unilaterales principalmente, que pueden dejarse sin efecto
por la manifestación de la voluntad de una sola de las partes. Por ejemplo, en el mandato,
que puede ser revocado por la sola voluntad del mandante. O en el testamento, donde una
persona dispone de sus bienes para después de sus días: es un contrato esencialmente
revocable, al igual que el mandato.
e. La caducidad: hay ciertos actos que están sujetos a extinguirse transcurrido cierto tiempo,
plazo o condición a la que se sujeta el acto jurídico.
f. La terminación: el acto jurídico concluye cuando se cumple, cuando las partes dan
cumplimiento a las obligaciones que contrajeron. En este caso, el acto termina única y
exclusivamente por el cumplimiento de las obligaciones.
g. La inoponibilidad: es una causal de simple ineficacia y consiste en que el acto pasa a ser
ineficaz frente a terceros. Produce todos los efectos entre las partes, pero no se puede hacer
valer frente a terceros. De acuerdo con el Artículo 1545, todo contrato es ley para los
contratantes.
Artículo 1545: “Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no
puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.
Este artículo, a contrario sensu, si bien obliga a todos los contratantes, no obliga a los no
contratantes, por lo que todos los que pretenden valerse de un contrato al que no
concurrieron no podrán hacerlo valer. Los terceros no quedan obligados, aunque pueden
quedar, por ejemplo, los herederos de los contratantes, los cesionarios, los representados
(representación legal o voluntaria), etc.
Artículo 1448: “Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella
o por la ley para representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si
hubiese contratado él mismo”.
La sociedad es representada por sus socios, por lo que el contrato de sociedad genera cierta
representación. Hay otros casos en que terceros que no están representados pueden resultar
obligados: por ejemplo, la estipulación en favor de un tercero.
Artículo 1449: “Cualquiera puede estipular a favor de una tercera persona, aunque no
tenga derecho para representarla; pero sólo esta tercera persona podrá demandar lo
estipulado; y mientras no intervenga su aceptación expresa o tácita, es revocable el
contrato por la sola voluntad de las partes que concurrieron a él”.
Artículo 1450: “Siempre que uno de los contratantes se compromete a que por una tercera
persona, de quien no es legítimo representante, ha de darse, hacerse o no hacerse alguna
cosa, esta tercera persona no contraerá obligación alguna, sino en virtud de su

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

ratificación; y si ella no ratifica, el otro contratante tendrá acción de perjuicios contra el


que hizo la promesa”.
Estas no son excepciones a la ineficacia, porque ambos dos exigen la voluntad del tercero
por quien se está contratando.
Hay casos, como el Artículo 1707 donde el contrato no se pone en conocimiento del
tercero, y por lo tanto no lo va a obligar.
Artículo 1707: “Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo
pactado en escritura pública, no producirán efecto contra terceros”.
1. Fecha de un instrumento privado: la fecha del instrumento no produce efectos respecto
de terceros, a menos de que se otorgue como instrumento público. En ese caso sí tiene
fecha cierta y puede ser oponible a terceros.
Artículo 1703: “La fecha de un instrumento privado no se cuenta respecto de terceros
sino desde el fallecimiento de alguno de los que le han firmado, o desde el día en que
ha sido copiado en un registro público, o en que conste haberse presentado en juicio, o
en que haya tomado razón de él o le haya inventariado un funcionario competente, en
el carácter de tal”.
2. La expiración o terminación del mandato : es un acto por el cual una persona designa a
otra para que lo represente. Hay muchas causales para la expiración del mandato.
Artículo 2173: “En general, todas las veces que el mandato expira por una causa
ignorada del mandatario, lo que éste haya hecho en ejecución del mandato será válido
y dará derecho a terceros de buena fe contra el mandante”.
Si el mandatario sigue actuando o no toma nota de la revocación y sigue celebrando
actos respecto de terceros, estos últimos quedan obligados por las actuaciones del
mandatario por no haberse dado cuenta de la revocación.
3. Sentencia en materia de prescripción : si en una sentencia se declara una prescripción,
esa sentencia tiene el mismo valor de una escritura pública, pero no vale ante terceros si
esa sentencia no se ha inscrito en el Conservador de Bienes Raíces.
Artículo 2513: “La sentencia judicial que declara una prescripción hará las veces de
escritura pública para la propiedad de bienes raíces o de derechos reales constituidos
en ellos; pero no valdrá contra terceros sin la competente inscripción”.
Estos son algunos casos de actos o contratos que no valen respecto de terceros y por lo
tanto son inoponibles, de manera que no serán obligatorios frente a terceros si no se
cumple con los requisitos que se establecen.
¿Cómo se alega la oponibilidad?

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Teoría del Acto Jurídico

a. A través de una excepción: para que el tercero no quede obligado, puede alegar la
excepción de oponibilidad.
b. Decretarse la inoponibilidad por decreto judicial: demandar a la persona que me
quiere obligar.

1. INEFICACIA POR INEXISTENCIA:


Todo acto jurídico requiere de los requisitos de validez: voluntad no viciada, causa y objeto
lícito y capacidad, además de ciertas formalidades. Si uno de estos requisitos falla o no existe, se
puede solicitar la nulidad del contrato, como una causal de ineficacia del acto jurídico. La voluntad
debe estar exenta de vicio (error, fuerza, dolo o lesión), el objeto tiene que ser lícito, igual que la
causa y las formalidades deben existir
Pero no solamente se requieren requisitos de validez para el acto jurídico, sino que también
de existencia: voluntad, objeto, causa y formalidades. Cuando se omite un requisito de existencia,
surge una discusión respecto a la sanción que corresponde.
Normalmente, la falta de un requisito de validez da surgimiento a la nulidad. Si la
compraventa se celebra sobre un bien embargado (objeto ilícito), donde hay objeto, pero no es
lícito, en este caso estaremos frente a la omisión de un requisito de validez del acto por el objeto
ilícito y por lo tanto el acto es nulo.
Pero si no hay objeto simplemente, o cualquier otro requisito de existencia, surge una duda:
¿Cabe sostener que el acto es inexistente? Cuando el acto es nulo, hay que declarar la nulidad de ese
acto y las obligaciones que emanan de ese acto son exigibles antes de que se declare su nulidad.
Pero si el objeto que se pactó no existe: ¿Se debe obtener una declaración de justicia por el juez? El
acto simplemente no existió y surge la discusión de si realmente debe declararse algo que nunca
existió y si nuestro Derecho contempla la inexistencia en el acto como causal de ineficacia o no. En
realidad, el Código no contempla la inexistencia derechamente como causal de ineficacia, como sí
lo hace con la nulidad. Sin embargo, hay quienes sostienen lo contrario.
Don Luis Claro Solar sostiene la tesis de que el Código sí contempla situaciones de
inexistencia, aunque no en forma orgánica como ocurre con la nulidad. Por otra parte, don Arturo
Alessandri Rodríguez sostiene que no la contempla y la máxima sanción es la nulidad por tanto.

Argumentos de Claro Solar: El Código sí contempla la diferencia entre actos existentes e


inexistentes.

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- Artículo 1444: “Se distinguen en cada contrato las cosas que son de su esencia, las que son de
su naturaleza, y las puramente accidentales. Son de la esencia de un contrato aquellas cosas
sin las cuales o no produce efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente (…)”.
Según Claro Solar, “no produce efecto alguno” contempla la inexistencia, aunque no de forma
orgánica como la nulidad.
- Artículo 1701: “La falta de instrumento público no puede suplirse por otra prueba en los actos
y contratos en que la ley requiere esa solemnidad; y se mirarán como no ejecutados o
celebrados aun cuando en ellos se prometa reducirlos a instrumento público dentro de cierto
plazo, bajo una cláusula penal: esta cláusula no tendrá efecto alguno”.
Este artículo se refiere al medio de prueba relativo a los instrumentos (públicos o privados, en
este caso se refiere a privados) donde sí considera la inexistencia.
- Artículo 1809: “Podrá asimismo dejarse el precio al arbitrio de un tercero; y si el tercero no
lo determinare, podrá hacerlo por él cualquiera otra persona en que se convinieren los
contratantes; en caso de no convenirse, no habrá venta”.
- Artículo 1814: “La venta de una cosa que al tiempo de perfeccionarse el contrato se supone
existente y no existe, no produce efecto alguno”.
Según Claro Solar, si se omite un requisito de existencia simplemente no habría contrato, y por
lo tanto el Código realmente contempla la inexistencia. Si bien no lo hace de forma orgánica, sí
hay omisiones de requisitos esenciales que producen la inexistencia. Si algo es inexistente, no
hay nada y por lo tanto no se requiere una causal de nulidad como sí se hace en la nulidad,
donde el contrato existe, pero adolece de un vicio de nulidad que requiere de una sentencia
judicial para ser declarada como tal y por eso se contempla expresamente. Podrá solicitársele a
un tribunal certificar la inexistencia del acto, única y exclusivamente para lograr certeza
jurídica, pero no es un requisito su declaración judicial.

Argumentos de Alessandri: el Código no contempla la inexistencia como sanción:


- Artículo 1681: “Es nulo todo acto o contrato a que falta alguno de los requisitos que la ley
prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según su especie y la calidad o estado de las
partes. La nulidad puede ser absoluta o relativa”.
Es la única sanción de ineficacia que el Código contempla, según Alessandri. Son requisitos
relativos al valor del mismo acto, y si hay un vicio que compromete al acto el Código le impone
la nulidad. Son causales de nulidad absoluta las que se establecen el Artículo 1682.
- Artículo 1682: “La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por
la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos

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Teoría del Acto Jurídico

actos o contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las


personas que los ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas. Hay asimismo nulidad
absoluta en los actos y contratos de personas absolutamente incapaces”.
La jurisprudencia le da la razón a Claro Solar y sanciona con inexistencia las omisiones de
requisitos de existencia. Los tribunales aceptan la inexistencia en los casos en que se omite un
requisito de existencia.

DIFERENCIA ENTRE INEXISTENCIA Y NULIDAD:


En primer lugar, cuando se omite un requisito de existencia se produce la inexistencia por el
solo ministerio de la ley y no se requiere de su declaración judicial, aunque podría certificarse la no
existencia. Ahora bien, no se solicita obligatoriamente, sino que por mayor certeza jurídica. En
cambio, cuando hay nulidad, se requiere necesariamente su declaración judicial.
En segundo lugar, la inexistencia no se sanea por el transcurso del tiempo, mientras que la
nulidad se sanea cuando transcurre cierto lapso de tiempo.
En tercer lugar, en los actos nulos las partes pueden intentar sanear la nulidad (en algunos
casos). En la inexistencia esto no cabría, en ningún caso las partes podrían dar valor a un acto
inexistente y si quieren darle el valor, deben celebrarlo nuevamente.

2. INEFICACIA POR NULIDAD:


La nulidad se trata en el Título XX del Libro IV, comenzando por el Artículo 1681.
Artículo 1681: “Es nulo todo acto o contrato a que falta alguno de los requisitos que la ley
prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según su especie y la calidad o estado de las
partes. La nulidad puede ser absoluta o relativa”.
Las causales de nulidad pueden referirse a la omisión de algún requisito de validez del acto
o contrato (nulidad absoluta normalmente), pero además de la especie del acto o contrato, cuando
los vicios se refieren a las partes que intervinieron en el mismo. La nulidad puede ser absoluta o
relativa.

A. NULIDAD ABSOLUTA: contemplada en el Artículo 1682:


Artículo 1682: “La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por la
omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o
contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que
los ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas. Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y

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Teoría del Acto Jurídico

contratos de personas absolutamente incapaces. Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad
relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato”.
La nulidad absoluta se refiere generalmente a los vicios de la especie del acto o contrato. Y
la nulidad relativa, que también se llama rescisión en el Código, se refiere generalmente a la
naturaleza de las partes que celebraron el acto o contrato.

Causales de nulidad absoluta:


1. Incapacidad absoluta: de una o ambas partes de un contrato. Es curioso, porque se refiere a
las personas que intervinieron y no a la especie del acto o contrato.
2. Objeto ilícito.
3. Causa ilícita.
4. Omisión de algún requisito o formalidad que la ley prescribe para el valor de ciertos actos o
contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las
personas que lo ejecutan o acuerdan.
5. Error esencial: aquel que versa sobre la especie del acto o contrato que se celebra o sobre la
identidad de la cosa sobre la que versa el acto o contrato. Ahora bien, hay una discusión
respecto de la sanción del error esencial. Algunos autores sostienen que es la inexistencia,
pero otros sostienen que la sanción es la nulidad absoluta, de manera que, en este caso, sería
una causal de nulidad absoluta. Como el Código no contempla la inexistencia, habría que
agregar como causales de nulidad absoluta:
a. Falta de consentimiento.
b. Falta de objeto.
c. Falta de causa.
Al ser causales de inexistencia y esta no estar contemplada en el Código, se sancionarían
con nulidad absoluta.

TITULARES DE LA ACCIÓN DE NULIDAD ABSOLUTA:


Artículo 1683: “La nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, aun sin petición de
parte, cuando aparece de manifiesto en el acto o contrato; puede alegarse por todo el que tenga
interés en ello, excepto el que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato, sabiendo o debiendo
saber el vicio que lo invalidaba; puede asimismo pedirse su declaración por el ministerio público
en el interés de la moral o de la ley; y no puede sanearse por la ratificación de las partes, ni por un
lapso de tiempo que no pase de diez años”.

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Teoría del Acto Jurídico

*Cualquier nulidad debe ser siempre declarada por el juez por una resolución judicial*.
Siempre es importante destacarlo. Una vez sabiendo que la nulidad absoluta debe ser siempre
declarada por el juez: ¿Quién puede solicitarla?

Pueden solicitar la nulidad absoluta:


A. Cualquier persona que tenga interés patrimonial en ello. Es un interés patrimonial y no uno
moral o afectivo, sino que uno relacionado con disminuir o incrementar su patrimonio, por
ejemplo.
Normalmente, tienen interés en solicitar la nulidad:
(i) Las partes en el contrato;
(ii) Sus herederos;
(iii) Los acreedores de las partes.
(iv) Excepción: las personas que tienen interés, pero que “han ejecutado el acto o contrato
sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba”. A esta persona se le impide que
solicite la nulidad.
Ahora bien ¿basta el solo conocimiento presunto de la ley (Artículo 8)? ¿Qué se entiende en
el “debiendo saber” que queda a criterio del juez?
Por ejemplo, si en un acto o contrato hay un incapaz absoluto, lo más corriente es que
quienes concurrieron sabían de la existencia del vicio. O debían haber sabido, que
dependerá de la prueba para determinar si puede solicitar o no la nulidad.
Por ejemplo, hay objeto ilícito en la compraventa de los bienes embargados, porque la
enajenación de los bienes embargados por decreto judicial no cabe. Pero esto no es de
conocimiento público, sino que el embargo es conocido por las partes que intervinieron en
juicio, que no suele ser conocido por terceros. Claro, se podría solicitar un estudio de título
que señalará que es un bien embargado y en ese caso la prueba demostrará que se tenía
conocimiento. Sin embargo, queda demostrado que el solo conocimiento de la ley no basta.
Si bien las causales de nulidad están establecidas en una ley y la ley se presume conocida
por todos, no es suficiente para concluir que la persona sabía o debía saber del vicio que
invalidaba el acto o contrato.
La jurisprudencia dice que basar el sabiendo o debiendo saber en la sola presunción del
Artículo 8 no es suficiente. No basta el solo conocimiento presunto de la ley, sino que se
requiere un conocimiento concreto del vicio de nulidad absoluta del que se trata, que va
más allá de la ley. No le afecta la causal, porque cuando el Código habla de “sabiendo” es
de un conocimiento específico de la causal de nulidad de la que se trata.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

¿Afecta el sabiendo o debiendo saber a los herederos (y/o a los cesionarios) que tienen
derecho a solicitar la nulidad? Los herederos perfectamente podrían desconocer el vicio. En
este caso, es un tercero al que lo afecta el vicio del sabiendo o debiendo saber. La
jurisprudencia es categórica señalando que el sabiendo o debiendo saber no alcanza a los
herederos de las partes, porque muchas veces son ajenos al acto o contrato, porque son
terceros y no sabían. El impedimento de la ley (sabiendo o debiendo saber) no les aplica,
por lo que ya vemos que la presunción del conocimiento de la ley no sirve.
La sanción para aquel que celebra el acto o contrato sabiendo que el acto o contrato
adolecía de una causal de nulidad absoluta, de acuerdo con la jurisprudencia, es de tipo
personalísimo. El sancionado obviamente sabe si es que hay una sanción de por medio. El
sabiendo o debiendo saber constituye una sanción para las personas que sí conocían el vicio
y la ley establece la sanción de no poder solicitar la nulidad, aunque a los herederos no les
alcanza esta sanción.
El fundamento de esto, radica en que, si el titular de la acción al menos debía saber -por ser
parte- se le sanciona con la prohibición de solicitar la nulidad. Cuando un heredero reclama
la nulidad lo hace en su carácter de heredero y por lo tanto lo hace invocando la misma
situación que afectaba al causante. Si el titular no puede alegar la nulidad, tampoco la
pueden alegar los herederos, decían algunos, pero esto no es así.
Muchas veces el heredero puede ser una persona que tiene un parentesco lejano con el
causante y no tenía por qué estar al tanto de las posibles causales de nulidad. Las sanciones
solo alcanzan a las personas de las partes, pero no a los herederos, salvo que se pueda
probar que el heredero está ejerciendo las mismas acciones que podía ejercer el causante
(que no tenía ese derecho en su patrimonio 1), pero muchas veces la sanción no le afecta al
heredero por no estar vinculado con el causante y las sanciones ser personalísimas. Si el
heredero conoce o tiene una razón para conocer y se demuestra por la parte que alega, no
podrá alegar la nulidad.
B. El Ministerio Público solicita la nulidad es en el interés de la moral y la ley, por lo tanto, lo
hace por razones de interés público. Por eso se otorga como segundo agente del 1683 al
Ministerio Público, compuesto por el Fiscal de la Corte Suprema y debajo los Fiscales de la
Corte de Apelaciones.

1
Artículo 1907: “(…) son herederos: representan la persona del testador para sucederle en todos sus
derechos y obligaciones transmisibles”. A los legatarios (sucesores a título singular) no se les considera
herederos y no pueden ejercer la acción de nulidad, porque ya no representan al causante y tienen intereses
particulares que son distintos a los del causante, y no están dentro de su patrimonio por tanto.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

Normalmente, un fiscal no intentará la nulidad absoluta, porque debe invocar un interés al que
se refiera la ley o una norma moral. Cuando una ley impide celebrar el acto o contrato a las
partes, el Ministerio Público puede solicitar la nulidad para hacer valer la ley y la moral. Debe
invocar un principio moral (nadie puede aprovecharse de su propio dolo) o una ley que se está
contraviniendo. Si no tiene derecho a pedirla, seguramente el juez va a darle la razón a las
partes por no ser una persona que establece el Artículo 1683 en caso de que no haya una razón
legal o moral.
C. El juez que conoce de la causa, aunque nadie se lo pida (actuar de oficio). A Bello le importa
demasiado que los actos nulos no tengan valor y por lo tanto redacta que puede y debe ser
declarada por el juez, aun sin petición de parte. Los jueces que están conociendo de la causa o
les corresponde, pueden solicitar la nulidad. Si el juez no está conociendo de la causa o no
invoca ninguna causal que le permita intervenir como juez, (“me contaron que este acto es
nulo” es un conocimiento privado de la causa que no es válido para conocer la causa) no puede
intervenir: tiene que ser juez de la causa, o conocer de ella por una razón que lo faculta por ley
para conocer del caso (tiene que ser una actuación profesional finalmente).
Normalmente serán los jueces de primera instancia o cualquiera de los ministros de la Corte de
Apelaciones o de la Corte Suprema incluso. Actúan de oficio en materia civil, lo cual es raro,
porque en Civil los jueces actúan a petición de parte. Distinto en materia penal, donde los
jueces actúan como representantes de la sociedad y hacen uso de su carácter de juez para
intervenir en el acto o contrato. Al igual que con los fiscales, hay una razón pública que obliga a
los jueces a declarar la nulidad.

Saneamiento de la nulidad absoluta:


El 1683 dice que la nulidad absoluta “no puede sanearse por la ratificación de las partes,
ni por un lapso de tiempo que no pase de diez años”. El Código pide un plazo muy amplio, que va
más allá de los plazos de prescripción extraordinaria (5 años) y sirve para diferenciarla de la nulidad
relativa (4 años). Sanear consiste en que dejan de tener efecto los vicios que invalidan el acto. Los
10 años comienzan a contar desde la fecha de celebración del acto o contrato.
Pero hay otra manera de sanear la nulidad, que no se aplica en las nulidades absolutas, y es
por la ratificación de las partes. El acto o contrato nulo absolutamente no puede sanearse por
ratificación. Y la nulidad absoluta tampoco puede renunciarse de forma anticipada. No se puede
celebrar un contrato que claramente tiene un vicio de nulidad absoluta y las partes pactan que
renuncian a alegar la nulidad absoluta del acto o contrato. En la nulidad relativa sí se puede.

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Teoría del Acto Jurídico

3. NULIDAD RELATIVA:
Se llama también rescisión del acto o contrato. Se dice que el acto ha sido rescindido por
haber sido afectado por una causal de nulidad relativa.
Artículo 1682: “La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por la
omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o
contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que
los ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas. Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y
contratos de personas absolutamente incapaces. Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad
relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato”.
No es una definición, pero permite decir que cualquier otro vicio que afecte al acto o
contrato que sea distinto a los vicios que afectan a la nulidad absoluta, será declarado con la nulidad
relativa. Adolecen de nulidad relativa aquellos actos en que se omiten los requisitos o formalidades
que la ley prescribe, en atención al estado o calidad de las personas que acuerdan o ejecutan dicho
acto. Los vicios del consentimiento (error, fuerza y dolo) alcanzan a las partes que celebran el acto
o contrato y vician relativamente al acto jurídico.
Salvo el error esencial, que es más que un vicio del consentimiento. Las personas no saben
qué acto están celebrando o no hay voluntad respecto de la identidad de la cosa sobre la que recae el
acto o contrato. Esto es doctrinario, porque no se establece en el Código y hay autores que difieren.

Causales de nulidad relativa:


a. Actos de los relativamente incapaces : no se cumple con las formalidades que la ley exige
porque intervienen en un acto personas que son incapaces relativos. La incapacidad relativa
se sanciona con nulidad relativa.
b. Vicios del consentimiento: error, fuerza, dolo y eventualmente la lesión.
c. Omisión de cualquier formalidad en atención al estado o calidad de las personas que
acuerdan o ejecutan dicho acto.
d. Cualquier especie de vicio que no esté sancionado por la nulidad absoluta .

TITULARES DE LA ACCIÓN DE NULIDAD RELATIVA:


Igual que toda nulidad, debe ser declarada judicialmente. A pesar de ser declarada
judicialmente, no puede declarar la nulidad relativa el juez de la causa, como sí puede hacerlo en la
nulidad absoluta. Los jueces no pueden actuar de oficio, sino que tiene que ser siempre a petición de
parte en la nulidad relativa. Entonces, ¿Quiénes pueden solicitar la nulidad relativa?

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Solamente pueden solicitar la nulidad relativa las personas en cuyo beneficio las ha
establecido la ley, en contraposición a la absoluta, que puede solicitar cualquier persona que tenga
interés patrimonial en ello.
Artículo 1684: “La nulidad relativa no puede ser declarada por el juez sino a pedimento de parte;
ni puede pedirse su declaración por el ministerio público en el solo interés de la ley; ni puede
alegarse sino por aquellos en cuyo beneficio la han establecido las leyes o por sus herederos o
cesionarios; y puede sanearse por el lapso de tiempo o por la ratificación de las partes”.

Pueden solicitar la nulidad relativa:


A. Los incapaces relativos, porque son las personas en cuyo beneficio lo establece la ley,
justamente para evitar que celebren actos o contratos. Él es incapaz, por lo que debe actuar a
través de sus representantes legales que actúan en nombre de esa persona.
Artículo 1685: “Si de parte del incapaz ha habido dolo para inducir al acto o contrato, ni él ni
sus herederos o cesionarios podrán alegar nulidad. Sin embargo, la aserción de mayor edad, o
de no existir la interdicción u otra causa de incapacidad, no inhabilitará al incapaz para
obtener el pronunciamiento de nulidad”.
Cuando ha habido dolo para inducir a alguien a celebrar el acto o contrato (falsificar el carnet
de identidad u otra actuación dolosa para aparentar mayor edad de la que tiene), no se puede
solicitar la nulidad por incapacidad. El Código hace la contra excepción, donde la sola aserción
de la mayoría de edad no impide solicitar la nulidad (“soy mayor de edad”).
Artículo 1685: “Si de parte del incapaz ha habido dolo para inducir al acto o contrato, ni él ni
sus herederos o cesionarios podrán alegar nulidad. Sin embargo, la aserción de mayor edad, o
de no existir la interdicción u otra causa de incapacidad, no inhabilitará al incapaz para
obtener el pronunciamiento de nulidad”.
Es decir, la sola afirmación de que la persona es incapaz, sin que haya dolo de por medio, da el
derecho para intentar la nulidad relativa. Pero si ha habido dolo para simular la mayoría de
edad, en el caso de los incapaces, no hay una sola acepción o afirmación de que se es capaz,
sino que hay una maniobra para falsificar la capacidad también. Y no podrán intentar la acción
de nulidad si de parte del incapaz ha habido dolo, tampoco sus herederos y cesionarios. Si solo
ha habido una acepción y no una maquinación, sí se puede intentar la acción según el Artículo.
B. Las personas que han sido víctimas de un vicio del consentimiento. Porque las personas que
sufrieron los vicios son personas en cuyo beneficio la ley ha establecido la causal de nulidad
relativa. Salvo de que se trate de error esencial, que es causal de inexistencia o nulidad absoluta.

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C. Además de estas personas en cuyo beneficio la ley ha establecido la causal de nulidad relativa,
pueden actuar sus herederos y cesionarios. Cesionarios son aquellos que han sucedido a las
partes porque se les cedió el acto o contrato. Por ejemplo, compro un bien raíz, y puedo
eventualmente ceder el contrato de compraventa a un tercero. El cesionario también puede
alegar la nulidad relativa del acto o contrato que adolece de una causal de nulidad, porque tiene
los mismos derechos que tenía el cedente.

SANEAMIENTO DE LA NULIDAD RELATIVA:


Se sanea por el transcurso del tiempo o por la ratificación del acto o contrato:
 Prescripción:
Artículo 1691: “El plazo para pedir la rescisión durará cuatro años. Este cuadrienio se contará,
en el caso de violencia, desde el día en que ésta hubiere cesado; en el caso de error o de dolo,
desde el día de la celebración del acto o contrato. Cuando la nulidad proviene de una incapacidad
legal, se contará el cuadrienio desde el día en que haya cesado esta incapacidad. Todo lo cual se
entiende en los casos en que leyes especiales no hubieren designado otro plazo”.
El tiempo dentro del cual debe intentarse la acción de nulidad es de cuatro años,
relativamente corto. Y distingue según la causal de la que se trata (violencia, error y dolo,
incapacidad). Ahora bien, la ley puede establecer otro plazo.
Artículo 1692: “Los herederos mayores de edad gozarán del cuadrienio entero si no hubiere
principiado a correr; y gozarán del residuo en caso contrario. A los herederos menores empieza a
correr el cuadrienio o su residuo, desde que hubieren llegado a edad mayor. Pero en este caso no
se podrá pedir la declaración de nulidad pasados diez años desde la celebración del acto o
contrato”.
En el caso de los herederos, hay que hacer ciertas distinciones: hay que distinguir si el
heredero es mayor de edad o no.
a. Si es mayor de edad, hay que volver a distinguir, si al fallecer el causante el plazo de cuatro
años había comenzado a correr o no
 Si no había comenzado a correr el plazo, los herederos gozan del plazo completo (4
años) pero contado desde el fallecimiento del causante.
 Si ya había comenzado a correr el plazo, el heredero tendrá solamente el saldo, que se
cuenta desde que el incapaz llega a la mayor edad.
b. Si es menor de edad, hay que hacer la misma distinción:
 Si el plazo no había comenzado a correr, el heredero menor de edad goza del plazo de 4
años completo y se cuenta desde que este heredero llega a la mayoría de edad.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

 Si el plazo había comenzado a correr, el heredero menor de edad tendrá el saldo del
plazo del causante, que se empieza a contar desde que llega a la mayoría de edad.
En ningún caso puede intentarse la acción transcurrido 10 años desde la celebración del acto
o contrato. Tenga la edad que tenga el heredero, no podrá hacer nada para intentar la acción, por
ejemplo, en el acto o contrato que se celebra a los 6 años del heredero. Es importante aclarar que
existen otros tipos de incapacidad que producen vicios que perduran en el tiempo, por ejemplo, en
el caso del jugador empedernido. O la demencia, que en la mayoría de los casos es de por vida.

 Ratificación: a diferencia de la nulidad absoluta, la nulidad relativa se sanea por la ratificación.


Artículo 1684: “La nulidad relativa no puede ser declarada por el juez sino a pedimento de parte;
ni puede pedirse su declaración por el ministerio público en el solo interés de la ley; ni puede
alegarse sino por aquellos en cuyo beneficio la han establecido las leyes o por sus herederos o
cesionarios; y puede sanearse por el lapso de tiempo o por la ratificación de las partes”.
La ratificación es un acto por el cual todas aquellas personas (puede ser una sola), que
pudieran alegar la nulidad, manifiestan su voluntad expresa de confirmar el acto o simplemente
ejecutan libremente las acciones contraídas por dicho acto.
Entonces, hay dos maneras de realizar la ratificación:
Artículo 1693: “La ratificación necesaria para sanear la nulidad cuando el vicio del contrato es
susceptible de este remedio, puede ser expresa o tácita”.
Artículo 1694: “Para que la ratificación expresa sea válida, deberá hacerse con las solemnidades
a que por la ley está sujeto el acto o contrato que se ratifica”.
Consiste en la nueva celebración del acto que adolece de un vicio de nulidad relativa que se
hace por la persona que ratifica. Tiene que ser otorgada por personas que tienen la capacidad plena
al momento de la ratificación. Si el vicio es de incapacidad, ese incapaz debe haber llegado a la
mayoría de edad para ratificarlo. Además, requiere que el acto que se está ratificando cumpla con
las formalidades que la ley exige para la celebración del acto que se está ratificando. La persona
debe ser plenamente capaz.
Artículo 1695: “La ratificación tácita es la ejecución voluntaria de la obligación contratada”.
Ya no es necesaria la celebración del acto nuevamente, sino que basta con que el que puede
alegar la nulidad, cumpla con las obligaciones que emanan del acto o contrato que adolece de un
vicio de nulidad. Ahora bien, esta ejecución debe ser voluntaria y la persona tiene que ser
plenamente capaz. Si persiste la fuerza o el error, no se puede sanear.
Características de la ratificación:
1. Acto jurídico unilateral.

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Teoría del Acto Jurídico

2. Es irrevocable.
3. Expresa o tácita.
4. Opera con efecto retroactivo: efectos operan desde que se celebró el acto y no desde que se
ratifica.

EFECTOS DE LA NULIDAD:
Son efectos de la nulidad en general. Aunque hay una pequeña diferencia, en que el efecto
de la nulidad tiene una variante.
Los efectos se producen por la declaración judicial de la nulidad, que debe ser declarada en
todos los casos. Tiene que existir una sentencia judicial ejecutoriada, es decir, no deben proceder
recursos en contra de esa sentencia. Si todavía proceden, la resolución judicial que permite la
declaración de nulidad no está ejecutoriada y no produce sus efectos.
Efectos de la declaración de nulidad. Hay que distinguir dos materias:
a. Efectos que produce entre las partes que intervinieron en el acto o contrato nulo.
b. Efectos que produce respecto de terceros.

 Entre las partes: hay que distinguir: si el acto o contrato que ha sido declarado nulo se ha
cumplido o si está pendiente su cumplimiento.

 Si el acto no se ha cumplido:
Su sanción es que no se puede pedir su cumplimiento, porque se decretó la nulidad. Esto,
según el Artículo 464 N°14 del Código de Procedimiento Civil.
Artículo 464 CPC: “La oposición del ejecutado solo será admisible cuando se funda en una de las
excepciones siguientes: N°14: la nulidad de la obligación”.
Se refiere a las excepciones que se pueden oponer si hay un procedimiento ejecutivo (se
requiere de un título ejecutivo) dentro del cual se intenta exigir el cumplimiento de un contrato
nulo.
Ahora bien, si hay incumplimiento de contrato nulo, pero fuera de un juicio ejecutivo, no
existe la excepción de nulidad. Aunque se puede plantear la nulidad del acto o contrato, ya no
haciendo uso del Artículo 464, sino que solicitando la nulidad del contrato dentro del plazo que
tengo para contestar la demanda en el juicio ordinario, señalando las causales de nulidad. Si ya fue
declarada por una sentencia, no hay porqué pedirla, sino que debo llevar la sentencia para que no se
acoja la demanda intentada por incumplimiento.

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Teoría del Acto Jurídico

Si no se ha cumplido el acto o contrato, y tampoco se ha iniciado el juicio, yo como


abogado puedo solicitar la nulidad para evitar que se inicie el juicio, ya no como excepción, sino
como persona con interés patrimonial que puede solicitarla. Se funda en el Artículo 1567:
Artículo 1567: “Toda obligación puede extinguirse por una convención en que las partes
interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por nula. Las
obligaciones se extinguen además en todo o parte: 8º. Por la declaración de nulidad o por la
rescisión (nulidad relativa)”.
El acto nulo es un modo de extinguir las obligaciones en los juicios ordinarios y fuera de la
contestación de la demanda, de manera que el acto no produce efectos.

 Si el acto o contrato ya se cumplió:


Artículo 1687: “La nulidad pronunciada en sentencia que tiene la fuerza de cosa juzgada, da a las
partes derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el
acto o contrato nulo; sin perjuicio de lo prevenido sobre el objeto o causa ilícita”.
Si el acto está cumplido ya produjo sus efectos. La nulidad declarada tiene por efecto entre
las partes, que el acto debe revertirse y volver al estado anterior de la celebración del contrato. Todo
lo que las partes han dado o pagado en virtud del acto o contrato debe volver al mismo estado
anterior.
Por ejemplo, en la compraventa nacen las obligaciones de hacer entrega de la cosa vendida
y de pagar el precio. Si el contrato se cumplió (total o parcialmente) y las partes cumplieron con sus
obligaciones, el comprador que ya había recibido la cosa tiene la obligación de restituirle la cosa
que se le entregó y el vendedor el precio que se le pagó: las partes vuelven al estado anterior de la
celebración del acto o contrato. Si el comprador había pagado la mitad del precio, el vendedor tiene
que devolvérselo. El artículo juega de igual manera si el contrato se cumplió total o parcialmente.
El problema, es que entre la época en que se celebra el acto o contrato y entre que se
cumple, transcurre un plazo. Normalmente, las cosas se restituyen al estado anterior de la
celebración. Pero si ha pasado un lapso de tiempo entre la celebración y el cumplimiento, ¿qué
ocurre si la cosa vendida se extinguió? Si el auto que compré se quemó en la bodega o sufrió cierto
deterioro (haberse perdido totalmente; dañado o deteriorado parcialmente) antes de que se me haya
entregado.
Si se trata de dinero, hay un problema respecto del tiempo que pasa, porque la tasa de
inflación hace que el dinero se devalúe en el tiempo y hay que ver si se debe cumplir la obligación
con intereses o no. Al fin y al cabo, entre la fecha de celebración del acto o contrato y de su
cumplimiento, pueden pasar muchas cosas, incluso puede haber mejoras: si se vende una casa en

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Teoría del Acto Jurídico

construcción y la casa se termina de construir al momento del cumplimiento de la obligación. Puede


que la cosa se haya perdido totalmente, deteriorado o dañado, que la cosa haya producido frutos (o
intereses en el caso del dinero).
En estos casos, el Código distingue quién tiene que pagar y qué en las restituciones que las
partes deben hacerse. Si la cosa se perdió totalmente, hay que ver si las partes estaban de buena o
mala fe. La buena o mala fe de las partes se debe tener presente, es la distinción fundamental.
Además, la posible culpa que puede haber habido en los daños o deterioros de la cosa que debe
restituirse. Si se dañó por culpa del vendedor, hay culpa de por medio. Además, si se trata de
mejoras, si cuando se realizaron estas, cuáles son las mejoras que se realizaron. Pueden ser mejoras
necesarias (para que la cosa se conserve), útiles (aumentan el valor de la cosa) o voluntarias (no
aumentan el valor). Todos estos elementos están regulados por la acción reivindicatoria en el
Código Civil. Se regula en los Artículos 904 a 915 del Código.

EXCEPCIONES A LOS EFECTOS DE LA NULIDAD: excepciones de restituirse mutuamente.


Porque los efectos de ambas nulidades son iguales, salvo en el siguientes caso:
Incapacidad de una de las partes: en las restituciones que se dan cuando existe una nulidad basada
en la incapacidad de una de las partes se aplican los Artículos 1687 y 1688, donde hay una
diferencia entre la nulidad absoluta y la nulidad relativa.
Artículo 1688: “Si se declara nulo el contrato celebrado con una persona incapaz sin los
requisitos que la ley exige, el que contrató con ella no puede pedir restitución o reembolso de lo
que gastó o pagó en virtud del contrato, sino en cuanto probare haberse hecho más rica con ello la
persona incapaz”.
Es una norma que favorece a los incapaces, porque no caben las restituciones recíprocas
respecto del incapaz. Si una de las partes interesadas en la restitución es un incapaz, se aplica el
Artículo 1688. Por ejemplo, si el comprador es incapaz, se decreta la nulidad y al momento de
restituirse se aplica el Artículo 1688, en que solamente se puede pedir restitución respecto de los
incapaces cuando este se ha hecho más rico. Agrega el inciso segundo: “Se entenderá haberse
hecho ésta más rica, en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, le hubieren
sido necesarias; o en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, que no le
hubieren sido necesarias, subsistan y se quisiere retenerlas”.
Hay que probar que el incapaz se hizo más rico si la cosa es necesaria. Y de no haber sido
necesaria, que la cosa subsiste a manos del incapaz y quiere retenerlas. En este último caso, el
incapaz puede retenerla y no procede la restitución. Esta es la única diferencia entre la nulidad
absoluta y relativa, pero hay otra excepción:

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

Artículo 1687: “La nulidad pronunciada en sentencia que tiene la fuerza de cosa juzgada, da a las
partes derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el
acto o contrato nulo; sin perjuicio de lo prevenido sobre el objeto o causa ilícita”.
Si la razón de la nulidad es el objeto o causa lícita y ya no la incapacidad, aplica el Artículo
1468:
Artículo 1468: “No podrá repetirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a
sabiendas”.
Si la persona celebró el acto o contrato conociendo el vicio, una vez decretada la nulidad no
cabe la restitución, es una sanción que impone el Código respecto al efecto de la nulidad. En un
contrato bilateral, el “a sabiendas” puede aplicar para una o ambas partes, y no tendrá derecho para
reclamar lo que se dio en virtud de un objeto o causa ilícita.

 Respecto de terceros:
¿Por qué los terceros pueden verse afectados? Si celebro una compraventa de una casa, el
vendedor la vende y el comprador está obligado a pagar el precio. Si luego se declara la nulidad de
ese acto o contrato, pero para ese tiempo el comprador ya había vendido la casa y estaba en manos
de un tercero, por lo que no puede restituir lo que recibió: ¿Qué acción cabe respecto de ese tercero?
Artículo 1689: “La nulidad judicialmente pronunciada da acción reivindicatoria contra terceros
poseedores; sin perjuicio de las excepciones legales”.
La nulidad producida da derecho para el que celebró el acto o contrato y se desprendió de la
cosa ejerza la acción reivindicatoria contra ese tercero. Pero para que haya acción reivindicatoria
debe haber un dueño que no está en posesión de la cosa y que tiene la acción para restituir la
posesión y confirmar su dominio.
El Código en este caso le da la acción reivindicatoria para adquirir la cosa que está en
manos del tercero. Pero si el contrato no tiene relevancia con el dominio, por ejemplo, en un
contrato de arrendamiento, donde el que da en arrendamiento no necesariamente es dueño de la cosa
(aunque en la mayoría de los casos lo es), comienza a haber un problema con el Artículo 1689. Si
no hay dominio de por medio, no hay posibilidad de acción reivindicatoria.
Ha habido jurisprudencia que le da un alcance más amplio y estima que siempre que habla
de acción reivindicatoria se refiere a una acción restitutoria. Don José María cree que don Andrés
Bello se confundió porque el que no es dueño no puede intentar la acción reivindicatoria y el
sentido de la norma se refiere a la acción restitutoria, donde las partes tienen el derecho a la
restitución de la cosa al momento anterior de la celebración del contrato.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

El tercero (C) adquirió la cosa y el contrato entre A (comprador) y B (vendedor) se declara


nulo. Si B se demoró en el inicio de la acción en contra del tercero y C ya había adquirido la cosa
por prescripción, pasa a ser dueño de la cosa. Y no cabe la acción reivindicatoria que tiene A
respecto del tercero que había adquirido la cosa por prescripción. Esto es bastante común. ¿Qué se
hace?
Junto con intentar la acción de nulidad entre la compraventa de A y B y se sabe que B había
cedido la cosa, se inicia una acción en contra del tercero para que restituya la cosa: la acción de
nulidad del contrato entre A y B y A inicia una acción en contra de C para que no se cumpla el
plazo de prescripción. Entonces, A tiene la acción de nulidad en contra de B y la acción
reivindicatoria (según el Código) respecto de C.

LA CONVERSIÓN DEL NEGOCIO NULO:


Cuando hay un vicio de nulidad se anula el acto o contrato y por lo tanto queda sin efecto,
de manera que las partes deben restituirse recíprocamente lo que se han dado o pagado. La
conversión se refiere a la transformación del acto nulo en otro tipo de contrato por haberse omitido
uno de los requisitos del contrato o por no haberse cumplido con las formalidades.
Por ejemplo, en la compraventa no existe la conversión: el contrato de compraventa de
bienes raíces debe celebrarse por escritura pública. Si no hay formalidad ese contrato se anula. Pero
hay otros casos en que el contrato que eventualmente podría ser nulo, vale y tiene el mismo valor
como contrato privado (cuando no se celebra por escritura pública).
Artículo 1701: “La falta de instrumento público no puede suplirse por otra prueba en los actos y
contratos en que la ley requiere esa solemnidad; y se mirarán como no ejecutados o celebrados
aun cuando en ellos se prometa reducirlos a instrumento público dentro de cierto plazo, bajo una
cláusula penal: esta cláusula no tendrá efecto alguno. Fuera de los casos indicados en este
artículo, el instrumento defectuoso por incompetencia del funcionario o por otra falta en la forma,
valdrá como instrumento privado si estuviere firmado por las partes”.
El instrumento público como tal es nulo, pero se convirtió en instrumento privado. Es un
instrumento público que no vale porque el notario no tenía competencia para autorizarlo o cualquier
otra razón, pero que vale como instrumento privado. El Código le da el valor de instrumento
privado a un instrumento público que no califica como público. Este artículo es más gráfico que el
Artículo 1444 (“o degenera en otro contrato diferente”), porque señala expresamente en qué acto
deriva el instrumento público defectuoso y el Artículo 1444 no especifica en qué contrato converge.
Además, la jurisprudencia nunca se ha apoyado en el Artículo 1444 para argumentar casos así.

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Juan Pablo Forni
Teoría del Acto Jurídico

En Chile no existe una norma general que trate la conversión como sí se hace en el Código
italiano. Según don José María, cuando el Artículo 1444 habla de un contrato diferente podría
tratarse de una conversión, pero no se trata como tal y tampoco se dice en cuál contrato podría
derivar, aunque eventualmente podría servir como un elemento de conversión.

Formalidades:
CONTEXTO, CONCEPTO E IMPORTANCIA DE LAS FORMALIDADES.
Contexto: las solemnidades y formalidades (más amplio) son un requisito de existencia y/o
validez de los actos jurídicos. Las formalidades se estudian porque en algunos casos los actos
jurídicos tienen como condición necesaria para que nazcan a la vida del Derecho y produzcan sus
efectos de manera estable.
Ahora bien, no todos los actos jurídicos están sujetos a formalidades:
a. Actos formales: contrato de bienes raíces (contrato), capitulaciones matrimoniales
(convención), y testamento.
b. Actos no formales: todos los contratos consensuales, en principio.
Además, las formalidades operan respecto de todo acto jurídico: unilaterales y bilaterales,
contratos y convenciones. O el testamento, que es un acto jurídico unilateral sujeto a ciertas
formalidades. Opera tanto en materias patrimoniales (testamento) como en materia de familia
(matrimonio). No todas las formalidades tienen la misma sanción en caso de omisión.

Concepto: hay distintas acepciones:


Víctor Vial: “las formalidades son requisitos que exige la ley para la forma o aspectos
externos de ciertos actos jurídicos”.
Barcia: “las formalidades son formas externas a las que debe sujetarse la manifestación de
voluntad que es generadora de un acto o contrato para que este produzca efectos civiles”.
Ambas definiciones tienen en común que sea una forma externa a la que se supedita el acto
jurídico para que produzca sus efectos. Se dice que en Chile opera un principio del consensualismo,
que se opone al formalismo, en virtud del cual basta cualquier manifestación de voluntad para que
nazca el acto jurídico.

Importancia: según Barcia, las formalidades tienen dos ventajas:

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1. Función probatoria: es el medio adecuado para reconstruir pruebas que acrediten la


existencia de un acto jurídico.
2. Función de publicidad: se utiliza habitualmente para hacer conocer un acto jurídico
respecto de tercero, es decir, para proteger al tercero.

RELACIÓN, EVOLUCIÓN Y DISTINCIÓN:


Relación: los autores discuten la relación que existe entre formalidad y solemnidad. La
mayoría de los autores sostienen que las formalidades serían el género y la solemnidad la especie.
Otros, sostienen que son sinónimos. Hay dos formas de entender la relación género-especie:
a. Las formalidades serían los requisitos externos de todo acto o contrato y las solemnidades
serían los requisitos de forma o externos únicamente de los contratos (se funda en el
Artículo 1443, según Rodríguez Salazar).
Alessandri Besa dice que esto está mal y da tres argumentos: (i) El Artículo 1443 define
contrato solemne y no solemnidades. (ii) Hay normas respecto a actos jurídicos unilaterales
que usan la expresión solemnidad (Artículo 1470, N°3). (iii) El Artículo 1682 sobre las
causales de nulidad ocupa el concepto de formalidad de manera omnicomprensiva.
b. Según Víctor Vial, las formalidades son los requisitos externos del acto jurídico mientras
que las solemnidades son todos aquellos requisitos del acto jurídico (ya sea de existencia o
de validez).

Evolución histórica: hay dos grandes momentos:


A. Derecho antiguo: la regla general era la formalidad, que cumplían cuatro funciones: (i)
reflejar la trascendencia del acto; (ii) evita la precipitación del acto (da cierto tiempo entre
la celebración del acto y la producción de los efectos); (iii) función de publicidad; (iv)
función de prueba. En el Derecho romano justinianeo, “nuda pactio obligationem non
parit” (el simple pacto no produce obligación civil). Von Ihering decía que la forma es la
hermana gemela de la libertad y la enemiga jurada de la arbitrariedad.
B. Derecho moderno: por regla general, basta la manifestación de la voluntad para que se
engendre el acto jurídico. Este consensualismo comenzó a surgir por: (i) celeridad del
comercio, para que haya mayor tráfico jurídico (ii) por sofisticación intelectual. Ahora bien,
hay muchas excepciones y algunos autores como Barcia sostienen que la regla general es el
formalismo aún.

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Distinción: hay que distinguir las formalidades establecidas por ley de las que pueden
pactarse por las partes. Ya sea para hacer solemne un acto jurídico que era consensual, o para
solemnizar un contrato ya solemne aún más.
Artículo 1802: “Si los contratantes estipularen que la venta de otras cosas que las enumeradas en
el inciso 2.º del artículo precedente no se repute perfecta hasta el otorgamiento de escritura
pública o privada, podrá cualquiera de las partes retractarse mientras no se otorgue la escritura o
no haya principiado la entrega de la cosa vendida”.
Las partes pueden pactar que la venta que se entendería consensual no se reputaría perfecta
hasta que se otorgue escritura pública o se principie la entrega de la cosa.
Artículo 1921: “Si se pactare que el arrendamiento no se repute perfecto mientras no se firme
escritura, podrá cualquiera de las partes arrepentirse hasta que así se haga, o hasta que se haya
procedido a la entrega de la cosa arrendada, si intervienen arras, se seguirán bajo este respecto
las mismas reglas que en el contrato de compraventa”.
Las partes pueden convenir en que un contrato que en principio es consensual no se repute
perfecto hasta que haya escritura pública o privada, o hasta que se principie la entrega de la cosa,
donde las partes están renunciando a las solemnidades.
La omisión de las formalidades exigidas por ley produce diversas sanciones, mientras que la
omisión de formalidades determinadas por las partes, en general, no producen mayor efecto en la
medida que se ejecuten hecho que importen una renuncia a ellas.
El incumplimiento que deriva de la responsabilidad contractual es lo relevante. Puede ser un
incumplimiento absoluto, que se entiende como no cumplir la obligación, pero hay ciertas doctrinas
que sostienen que el incumplimiento puede ser parcial y habrá que determinarlo verificando el
interés de las partes. Si las partes elevaron cierto elemento accidental del contrato y se hizo expreso
en él, se eleva al carácter de esencial y podría considerarse como una formalidad.

Clasificación: existen distintas formalidades y las que veremos ahora se entiende que son
formalidades por ley.

1. Formalidades propiamente tales o solemnidades : aquellas especies de formalidades que la


ley exige para la existencia o validez de ciertos actos jurídicos en consideración a su
naturaleza. Son aquellas que constituyen requisitos de existencia o validez del acto jurídico.
El fundamento de estas solemnidades radica en que la ley entiende que es un acto
importante para el tráfico comercial y por lo tanto la manifestación de voluntad debe ser
más reflexiva.

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a. Solemnidades de existencia: según Víctor Vial, aquellos requisitos externos que la ley
exige para la celebración de ciertos actos jurídicos sin los cuales no se perfecciona y no
produce efecto alguno. Estas solemnidades de existencia junto con la voluntad objeto y
causa son requisitos de existencia del acto jurídico. Por ejemplo:
- Artículo 1554 N°1: “La promesa de celebrar un contrato no produce obligación alguna; salvo
que concurran las circunstancias siguientes: 1ª. Que la promesa conste por escrito”.
Exige que para la promesa de celebrar un contrato debe constar por escrito. Como
la ley no distingue, se entiende que puede ser escritura pública o privada.
- Artículo 1801 inciso segundo: “La venta se reputa perfecta desde que las partes han
convenido en la cosa y en el precio; salvas las excepciones siguientes. La venta de los bienes
raíces, servidumbre y censos, y la de una sucesión hereditaria, no se reputan perfectas ante la
ley, mientras no se ha otorgado escritura pública”.
Por lo tanto, los contratos de compraventa señalados no se reputan perfecto ante la
ley mientras no se hayan otorgado por escritura pública.
- Artículo 767: “El usufructo que haya de recaer sobre inmuebles por acto entre vivos, no
valdrá si no se otorgare por instrumento público inscrito”.
- Artículo 2409: “La hipoteca deberá otorgarse por escritura pública”.
- El matrimonio civil, que requiere como requisito de existencia la presencia del oficial del
Registro Civil.
- El matrimonio religioso, permite casarse a las personas antes del matrimonio civil, con tal de
que cumplan con el requisito de existencia que consiste en la inscripción del acta de celebración
en el Registro Civil en el plazo de ocho días desde la celebración.
b. Solemnidades de validez: son requisitos externos que la ley exige para la celebración de
ciertos actos jurídicos sin los cuales no obstante de producir ciertos efectos, ellos van a
estar expuestos a cesar si se declara la nulidad absoluta, según Vial. Por ejemplo:
- El testamento abierto o cerrado que requiere la presencia de los testigos hábiles.
- Las donaciones que están sujetas al trámite de insinuación.
Artículo 1401: “La donación entre vivos que no se insinuare, sólo tendrá efecto hasta el
valor de dos centavos, y será nula en el exceso”.
- El matrimonio civil en Chile, que requiere: la manifestación al oficial, información a los
contrayentes, cursos matrimoniales, etc.

Características de las solemnidades en general según Barcia:


- Son derecho estricto.

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- Su omisión no se sanea por el transcurso del tiempo: pareciera apuntar más a las solemnidades
de existencia.
- Se discute si las solemnidades de existencia son un requisito distinto a la voluntad.
- Los autores agrupan las principales solemnidades:
 Exigencia de instrumento público: compraventa de un bien raíz.
 Exigencia de instrumento privado: promesa, testamento.
 Presencia de testigos y/o de funcionario público: testamento solemne abierto, matrimonio.
 Inscripción en registros especiales: son formas de publicidad o de tradición en general, como se
hace en la compraventa de bienes raíces. En la constitución de sociedades comerciales.
 Otras solemnidades: insinuación de las donaciones, y a veces los plazos.

2. Formalidades habilitantes: Figueroa dice que son especies de formalidades que establece la
ley en ciertos actos jurídicos en consideración de las personas que concurren a manifestar
su voluntad en el acto. Vial dice que son requisitos exigidos por la ley para completar la
voluntad del incapaz o para protegerlo. Su fundamento es la protección de los incapaces, ya
sea de su voluntad o de su patrimonio.
Un ejemplo de formalidad habilitante de voluntad:
Artículo 253: “El que ejerza el derecho legal de goce sobre los bienes del hijo tendrá su
administración, y el que se encuentre privado de ésta quedará también privado de aquél”.
Para realizar ciertos actos, los hijos de familia requieren la autorización del padre, madre o
tutor.
Un ejemplo de una formalidad habilitante de protección:
Artículo 255: “No se podrá hacer donación de ninguna parte de los bienes del hijo, ni
darlos en arriendo por largo tiempo, ni aceptar o repudiar una herencia deferida al hijo,
sino en la forma y con las limitaciones impuestas a los tutores y curadores”.
Cuando los padres, madres o tutores requieren autorización judicial para gravar los bienes
del pupilo.

Algunos autores distinguen entre formalidades habilitantes de:


a. Autorización: permiso que confiere el representante legal de un relativamente incapaz o
la autoridad judicial para que dicho incapaz ejecute o celebre un acto jurídico.
b. Asistencia: el representante legal, además de autorizarlo, concurre jurídicamente a la
celebración del acto al lado del relativamente incapaz.

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c. Homologación: es la aprobación por la autoridad judicial de un acto ya celebrado,


previo control de su legitimidad. Por ejemplo, el proceso de partición, donde el juez
tiene que determinar si se hizo de manera que se ajuste al Derecho.

3. Formalidades de prueba: son aquellos requisitos que la ley exige para la prueba de un
contrato no solemne, que consiste en la emisión de un documento y la sanción a su omisión
es la pérdida a la posibilidad de probar con testigos. Su fundamento radica en facilitar la
prueba de cierto acto o contrato.
El caso típico es el de los Artículos 1709 y 1708: si se conjugan los artículos, todas las
obligaciones que constan de más de 2 UTM deben contar por escrito porque de lo contrario,
no admitirán prueba de testigos.
Otro ejemplo es el Artículo 20 de la Ley 18.101, que señala que el arrendamiento de
predios urbanos debe constar por escrito, de lo contrario, el contrato es válido pero se
presumirá que la renta es la que declare el arrendatario.

4. Formalidades de publicidad: son requisitos de forma que establece la ley para la celebración
de ciertos actos jurídicos para dar publicidad a los actos celebrados. Su fundamento, es
poner en conocimiento de ciertos terceros la celebración de ciertos actos o contratos, pues
los actos jurídicos en cuestión no sólo interesan a las partes. Se dividen en:
a. De simple noticia: tienen por objeto poner en conocimiento el acto a terceros en general. El
caso por excelencia, son los decretos por interdicción del disipador, que se inscriben en el
Conservador y tienen por objeto informar a todos.
b. De publicidad sustancial: tiene por objeto precaver a terceros interesados en esa relación
jurídica, porque están o van a estar en relaciones jurídicas con una de las partes. Si un
acreedor le cede un derecho a otro acreedor, debe notificarle al deudor como medida de
publicidad sustancial.

5. Otras formalidades: son formalidades en tierra de nadie.


a. Impedimentos impedientes del matrimonio (Artículo 105).
b. Contenido del testamento abierto (Artículo 1016) o cerrado (Artículo 1023).

SANCIÓN PARA CADA CASO:


Solemnidades de existencia: inexistencia o nulidad absoluta.
Solemnidades de validez: nulidad absoluta, por el valor del acto en consideración a su naturaleza.

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Formalidades habilitantes: nulidad relativa, en consideración del estado o calidad de las partes.
Aunque en ciertos casos, como la venta pública de subastas, sería nulidad absoluta.
Formalidades de prueba: pérdida del medio probatorio.
Medidas de publicidad: hay que distinguir:
a. Simple noticia indemnización de perjuicios, por responsabilidad extracontractual.
b. Sustancial inoponibilidad al tercero que no se le notificó.

Capacidad:
Es un requisito de validez del acto jurídico, como establece el Artículo 1445. Según el
Código, una persona es legalmente capaz cuando se puede obligar por sí misma, sin el ministerio o
la autorización de otra, aunque este es un tipo específico de capacidad. Ramón Domínguez dice que
es la aptitud de una persona para adquirir, gozar y hacer valer por sí misma derechos subjetivos. De
esta definición se desprende la capacidad de goce y de ejercicio.
Artículo 1445, inciso final: “La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí
misma, y sin el ministerio o la autorización de otra”.

CAPACIDAD DE GOCE:
Es la aptitud para ser titular de derechos subjetivos. Se refiere a que uno como persona
puede tener derechos, más allá de poder ejercerlos o no, la persona puede ser titular de derechos y
obligaciones. Es un atributo de la personalidad, ya que si una persona no tuviera capacidad de goce
sería un esclavo. Y se adquiere desde el momento en que se nace, por regla general. Hay una
salvedad, que se encuentra en el Artículo 77, donde se adquiere capacidad de goce antes del
nacimiento y son los derechos que se refieren a la criatura que está por nacer.
Artículo 77: “Los derechos que se deferirían a la criatura que está en el vientre materno, si
hubiese nacido y viviese, estarán suspensos hasta que el nacimiento se efectúe. Y si el nacimiento
constituye un principio de existencia, entrará el recién nacido en el goce de dichos derechos, como
si hubiese existido al tiempo en que se defirieron”.
Si se difiere a la criatura, esta entra en el goce de sus derechos si es que nace. Como si
hubiera vivido al momento en que se difiera, es decir, opera retroactivamente. Por ejemplo, mi
hermana está embarazada y yo hago un testamento. Le puedo dejar mi casa al sobrino que está en el
vientre materno y cuando yo muero y él nace, se hace de la casa como si hubiera estado vivo al
momento de la celebración del testamento.

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Existen casos en que existe incapacidad de goce particular, donde pueden adquirir ciertos
derechos y obligaciones. El cura que confesó a una persona antes de morir, no podrá adquirir el
testamento de esa persona, porque pudo haberlo influenciado para adquirirlo. Hay una incapacidad
de goce respecto de los derechos hereditarios en particular, porque no puede adquirir esos derechos,
pero sí otros que no tienen que ver con la situación.
Artículo 965: “Por testamento otorgado durante la última enfermedad, no puede recibir herencia o
legado alguno, ni aun como albacea fiduciario, el eclesiástico que hubiere confesado al difunto
durante la misma enfermedad, o habitualmente en los dos últimos años anteriores al testamento”.

CAPACIDAD DE EJERCICIO:
Es la aptitud de las personas para hacer valer por sí mismas los derechos subjetivos o de
obrar por sí mismas en la vida del Derecho. Apunta a la capacidad de administrar tus propios
bienes. No todas las personas tienen capacidad de ejercicio: hay capaces e incapaces (relativos o
absolutos). Cuando se habla de incapacidad, por regla general, se habla de la de ejercicio y no la de
goce. Cuando el Código define la capacidad, hace referencia a la de ejercicio. Es muy criticada
porque solo habla de las obligaciones, pero también puede ejercer derechos y eso no se dice. La
regla general es que todas las personas tienen capacidad de ejercicio, y las excepciones son aquellas
que trata la ley:
Artículo 1446: “Toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara
incapaces”.
- No establece cuál es la regla general (capacidad) lo cual es importante porque muchas veces se
habla de incapacidades.
- La capacidad es materia de orden público y por lo tanto no se puede renunciar a ella.
- Debe probarse por quien se alega.

EXCEPCIONES A LA CAPACIDAD: LAS INCAPACIDADES.


 Incapacidad absoluta:
Artículo 1447 inciso primero: “Son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y
los sordos o sordomudos que no pueden darse a entender claramente. Sus actos no producen
ni aun obligaciones naturales, y no admiten caución”.
 Dementes: no se toma en términos médicos, técnicos o científicos, sino que es un concepto más
amplio que entiende incluir a todas las personas que están privadas de razón o que tengan sus

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facultades mentales sustancialmente alteradas por causas patológicas. Algunos agregan las
causas patológicas, lo cual es discutido en la doctrina.
La prueba de la demencia: la persona que la alega debe probarla, pero es de gran
importancia la interdicción: en un procedimiento judicial se solicita al juez que se
declare interdicta a una persona. Si se declara mediante un decreto de interdicción
inscrito en el Conservador de Bienes Raíces y se publica para que la gente tenga la
información: (1) priva al interdicto o demente de la administración de sus bienes (2)
nombra a un curador para su administración y (3) todos los actos celebrados posterior al
decreto van a ser nulos aunque se alegue que fueron celebrados en un intervalo lúcido.
Se debe probar que en el momento de la celebración del acto o contrato la persona era
demente, porque muchas de las enfermedades son progresivas y no importa que sea
demente actualmente, sino que al momento de la celebración del acto o contrato.
 Impúberes: definido expresamente por el legislador. Son los varones que no han cumplido 14 y
mujeres que no han cumplido 12 años (Artículo 26). Son niños que se intenta proteger haciendo
que sus actos sean nulos. Los niños pueden hacerse del dinero que ganen actuando (goce) pero
no pueden administrar sus bienes por sí mismos, sino que requerirán de un representante.
La prueba de la calidad de impúber: es fácil, con su partida de nacimiento. Si no existe,
se puede probar con testigos y otros documentos, y en el peor de los casos, por
estimación mediante su apariencia física.
 Sordos o sordomudos que no pueden darse a entender claramente: no es que no haya voluntad
o haya una voluntad atenuada, sino que están en pleno uso de sus facultades intelectuales. En
este caso, la persona no puede darse a entender claramente, por lo que no puede manifestar su
voluntad seriamente.
Cuando estas personas llegan a la mayor edad, deben ser declaradas interdictas, por ser
sordos o sordomudos y no poder darse a entender claramente. Si se celebran actos
posterior a ser declarados, son nulos. Si se celebran actos antes, tiene que probar que
era incapaz al momento de celebrar el acto o contrato.
Ahora bien, en el caso del demente se puede rehabilitar demostrando haber recobrado
permanentemente la razón y en el caso del sordo o sordomudo, con su solicitud al juez.

EFECTOS DE LOS INCAPACES ABSOLUTOS:


Los actos celebrados por incapaces absolutos son sancionados con la nulidad absoluta. El
Artículo 1682, que lo establece expresamente.

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Artículo 1682: “Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y contratos de personas
absolutamente incapaces”.
Aunque algunos autores sostienen la inexistencia, porque son personas que no tienen
voluntad o no pueden manifestarla, por lo que faltaría un requisito de existencia.
Los actos de los incapaces absolutos no producen ni aun obligaciones naturales y se
sancionan con nulidad absoluta. Son obligaciones naturales las que no confieren derecho para exigir
su cumplimiento, pero que cumplidas, autorizan para retener lo que se ha dado o pagado en razón
de ellas, de acuerdo al Artículo 1470. Con esto, el Código recalca la ineficacia absoluta de estos
actos.
Y no admiten caución, que son las obligaciones que se contraen para asegurar el
cumplimiento de una obligación principal. Porque yo siendo capaz no puedo dar una caución
respecto de una obligación que contraigo con un incapaz absoluto. No puedo ser fiador de una
obligación que intenta contraer mi hermano de 10 años, porque lo accesorio sigue la suerte de lo
principal.
¿Cómo adquieren ejercen derechos los incapaces? Los incapaces absolutos tienen capacidad
de goce, de modo que tienen que actuar representados legalmente. Son representantes, en caso del
demente y sordo o sordomudo, los curadores, que son nombrados por el juez en el procedimiento de
interdicción. Y en el caso de los impúberes, sus progenitores y a falta de ellos, un curador.

 Incapacidad relativa:
Artículo 1447 inciso segundo: “Son también incapaces los menores adultos y los disipadores
que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo. Pero la incapacidad de las personas a
que se refiere este inciso no es absoluta, y sus actos pueden tener valor en ciertas
circunstancias y bajo ciertos respectos, determinados por las leyes”.
 Menores adultos: los que han dejado de ser impúberes y que no han cumplido la mayoría de
edad, es decir, los hombres entre 14 y 18 años y las mujeres entre 12 y 18 años.
La prueba de la calidad de menor adulto: igual que en los impúberes: con la partida de
nacimiento.
 Disipadores que se hallen en interdicción de administrar lo suyo: disipar es malgastar los
bienes. Personas que apuestan sus bienes, gastan más de lo que les permite su patrimonio, etc.
La ley permite que sean declarados interdictos y sean incapaces.
La incapacidad en este caso no es la calidad de disipador. El disipador no es incapaz, a
diferencia del demente y sordo o sordomudo que son incapaces sin importar el

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interdicto. En este caso, es el interdicto por disipación el que lo hace incapaz y no su


calidad de disipador.
La prueba de la interdicción:
Artículo 445: “La disipación deberá probarse por hechos repetidos de dilapidación
que manifiesten una falta total de prudencia. El juego habitual en que se arriesguen
porciones considerables del patrimonio, donaciones cuantiosas sin causa adecuada,
gastos ruinosos, autorizan la interdicción”.
Es una persona que, a diferencia de las otras incapacidades, tiene intacta sus
capacidades intelectuales. Es una figura debatida por la doctrina: podría haber interés
público o no, podría terminar afectando a su familia. En general, se acepta esta figura y
que se declare la interdicción del disipador.

EFECTOS DE LOS INCAPACES RELATIVOS:


El efecto de un acto celebrado por un incapaz relativa es la nulidad relativa, por regla
general. A diferencia de los incapaces absolutos, donde el Artículo 1682 lo establece expresamente,
acá se deduce por el inciso final del mismo: “cualquier otra especie de vicio produce la nulidad
relativa”.
En este caso, la forma que tienen de actuar los incapaces responde a requisitos establecidos
respecto al calidad o estado de las partes que ejecutan el acto y no respecto a los requisitos o
formalidades que la ley prescribe para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la
naturaleza de ellos.
¿Cómo actúan los incapaces relativos? Pueden actuar representados o bien, autorizados por
su representante legal. Para ciertos actos particulares sí se exigen ciertos requisitos o formalidades
adicionales. Para hipotecar un bien raíz de un menor adulto sí se requiere una autorización judicial,
porque es un acto de gran importancia patrimonial y por eso se toma este resguardo adicional.
Ahora bien, hay actos celebrados por incapaces relativos (por ellos mismos) sin autorización o
representación que pueden tener valor.

Excepciones de actos celebrados por nulos relativos que tienen valor:


1. Actos personalísimos: testamento o reconocimiento de un hijo. Son actos que no pueden
realizar sus representantes por ellos y por lo tanto pueden realizarlos los incapaces por sí
mismos.
2. Peculio profesional o industrial : el Código contempla que el menor adulto pueda realizar
una industria, empleo, profesión, oficio y los bienes que adquiera con la remuneración de

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estos van a formar su peculio profesional o industrial. Respecto de esos bienes el menor
adulto se va a mirar como mayor de edad, es decir, va a tener plenas facultades -con ciertas
restricciones adicionales respecto de actos de mayor importancia-.
3. Disipador: el juez puede establecer una suma de dinero para sus gastos personales. Se le da
una cantidad reducida para que no pueda generar mayores daños, pero que sea suficiente
para desarrollar su vida en el día a día, y que puede administrar con mayor libertad.

 Incapacidad especial o particular:


Artículo 1447 inciso final: “Además de estas incapacidades hay otras particulares que
consisten en la prohibición que la ley ha impuesto a ciertas personas para ejecutar ciertos
actos”.
Se discute si son incapacidades de goce o de ejercicio. La contenida en el Artículo 1447 es una
prohibición de actos específicos. La prohibición no es estricta, sino que incluye casos en que la
ley exige ciertos requisitos para que se celebre el acto. Por ejemplo:
Artículo 412: “Por regla general, ningún acto o contrato en que directa o indirectamente
tenga interés el tutor o curador, o su cónyuge, o cualquiera de sus ascendientes o
descendientes, o de sus hermanos, o de sus consanguíneos o afines hasta el cuarto grado
inclusive, o alguno de sus socios de comercio, podrá ejecutarse o celebrarse sino con
autorización de los otros tutores o curadores generales, que no estén implicados de la misma
manera, o por el juez en subsidio”.
El legislador exige que se autorice por otros curadores que no tengan conflictos de interés y a
falta de estos, por una autorización judicial en subsidiario.
Artículo 1796: “Es nulo el contrato de compraventa entre cónyuges no separados
judicialmente, y entre el padre o madre y el hijo sujeto a patria potestad”.
En este caso sí es una prohibición absoluta, y no hay requisitos que lo permitan.
Respecto de estas incapacidades se discute:
a. Cuál es su sanción: se debe distinguir si es una prohibición absoluta (la sanción sería
nulidad absoluta por adolecer de objeto ilícito, de acuerdo al Artículo 1466). Si se permite
la realización, pero cumpliendo ciertos requisitos, la sanción sería la nulidad relativa,
porque se exige respecto al estado o calidad de las partes.
b. Cuál es su naturaleza: si son de goce o de ejercicio. Si la prohibición es absoluta, la
incapacidad sería de goce, porque no es que no pueda adquirirlo actuando por sí misma,
sino que simplemente no puede. Si es sujeta a requisitos, se entiende que es una
incapacidad de ejercicio, porque se puede cumplir, pero se requiere de los requisitos.

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Modalidad:
Recordemos que existen los actos jurídicos puros y simples en contraposición a los sujetos a
modalidad. Las modalidades son aquellas cláusulas que se insertan en un acto jurídico con el fin de
alterar los efectos que normalmente produce dicho acto, según Vial. También se definen como
aquellos elementos establecidos por la ley, el testamento, o la voluntad de las partes con el efecto de
alterar los efectos normales de un negocio jurídico, según Ramos Pazos.
Las principales modalidades que reconoce la doctrina son la condición, plazo y modo. Pero
la doctrina agrega otras figuras que también se considerarían modalidades:
La solidaridad: aquella que se introduce cuando existe un crédito entre varios deudores o
varios acreedores, que facultad al acreedor o al deudor para cobrar el total de la deuda a uno de los
deudores o para a uno de los deudores pagar el total de la deuda a uno de los acreedores. Los
efectos normales cuando hay una deuda entre varios acreedores y deudores es que cada deudor
pague su cuota, pero con la solidaridad el acreedor puede exigir el total de la deuda a uno de los
deudores, y no solamente la cuota que le corresponde;
Además de las obligaciones alternativas o facultativas y la representación.

CARACTERÍSTICAS GENERALES:
1. Son elementos accidentales que se incorporan al acto por cláusulas especiales, por regla
general. Aunque hay excepciones en que las modalidades pueden ser elementos de la naturaleza
o de la esencia.
Por ejemplo, la condición resolutoria tácita, es aquella que se entiende incorporada en todos los
contratos bilaterales aun cuando las partes no la mencionan y permite que la parte que cumplió
con su obligación pueda exigir que se resuelva el contrato o el cumplimiento forzado del
mismo.
La promesa de compraventa, donde las partes se obligan a celebrar un contrato a futuro. Es muy
relevante que exista un plazo como elemento esencial de la promesa dentro del cual se celebrará
el contrato prometido.
2. Al ser accidentales son excepcionales, por lo que deben interpretarse restrictivamente y quien lo
alega debe probarlo. En ese sentido, por regla general son actos jurídicos puros y simples. Y no
se presumen, salvo la condición resolutoria tácita, por ser un elemento de la naturaleza.

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3. Las fuentes de las modalidades pueden ser: testamento, convención, ley o las sentencias
excepcionalmente (cuando la ley lo establece expresamente).
Artículo 904: “Si es vencido el poseedor, restituirá la cosa en el plazo que el juez señalare; y
si la cosa fue secuestrada, pagará el actor al secuestre los gastos de custodia y conservación, y
tendrá derecho para que el poseedor de mala fe se los reembolse”.
Estamos frente al caso en que el dueño no poseedor puede ejercer la acción reivindicatoria. Si el
poseedor no dueño está condenado a restituirla, deberá hacerlo dentro del plazo que el juez
establezca en su sentencia.

ACTOS QUE PUEDEN ESTAR SUJETOS A MODALIDADES:


Los actos de carácter patrimonial se pueden sujetar a modalidades por la autonomía de la
voluntad, por regla general. Pero hay ciertos actos que no pueden estarlo cuando la ley así lo indica.
Por ejemplo, en materia sucesoria hay ciertos actos que no pueden ser sujetos a modalidad como el
repudio de la herencia y la legítima rigorosa. Los actos de familia, por regla general, no pueden
estar sujetos a modalidad.
Artículo 1227: “No se puede aceptar ni repudiar condicionalmente, ni hasta o desde cierto día”.
Artículo 1192: “La legítima rigorosa no es susceptible de condición, plazo, modo o gravamen
alguno”.
Las modalidades se regulan en el Libro Tercero con las normativas sucesorias y en el Libro
Cuarto de las obligaciones. Las normas que están en el libro de sucesión por causa de muerte y en
las obligaciones se puede aplicar indistintamente en ambos casos.

TIPOS DE MODALIDADES:

 Condición:
Aquel hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento o la extinción de un derecho,
como se estipula en el Artículo 1070, respecto de las asignaciones testamentarias y en el Artículo
1473, respecto de las obligaciones condicionales.
a. Hecho futuro: que debe realizarse después de la celebración del acto. No hay condición
cuando las partes han subordinado la existencia de un acto sobre un hecho presente. Si el
hecho existe o ha existido, está subordinado a un hecho presente y se reputa puro y simple
el acto. Si no existe o no ha existido y no llega a existir, el acto no nace a la vida del
Derecho.

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b. Incierto: el hecho puede suceder o no. Esto diferencia a la condición del plazo: el plazo
tiene que llegar, pero no se sabe cuándo.

Clasificaciones de la condición:
- Condiciones positivas o negativas: versa sobre la naturaleza del hecho futuro incierto. La
positiva radica en el acontecer de que suceda un hecho (“te doy mil pesos si corres”). La
negativa consiste en que no acontezca una cosa (“te doy mil pesos si no corres”).
Artículo 1474: “La condición es positiva o negativa. La positiva consiste en acontecer una
cosa; la negativa, en que una cosa no acontezca”.
- Condiciones posibles o imposibles:
Físicamente imposible: aquel hecho contrario a las leyes de la naturaleza (“te vendo mi casa si
viajas a Júpiter”).
Moralmente imposible: aquel hecho contrario a las leyes, la moral y las buenas costumbres (“te
pago mil pesos si matas a tu compañero”).
Artículo 1475: “La condición positiva debe ser física y moralmente posible. Es físicamente
imposible la que es contraria a las leyes de la naturaleza física; y moralmente imposible la que
consiste en un hecho prohibido por las leyes, o es opuesta a las buenas costumbres o al orden
público”.
- Condiciones suspensivas o resolutorias: esta es de acuerdo a sus efectos.
Condición suspensiva: es aquella que suspende la adquisición del derecho mientras no se
cumple. Se define como aquel hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento o la
adquisición de un derecho. Por ejemplo, el seguro de incendio, donde nace la obligación de la
aseguradora de indemnizar una vez que se quema la cosa. Y opera con efecto retroactivo: la
obligación nace al momento en que se contrajo la obligación y no desde que se cumplió con la
obligación.
Condición resolutoria: aquel hecho futuro e incierto del cual depende la extinción o resolución
de un derecho. El acto existe, pero está sujeto a que, si se verifica el hecho, se extinga.
- Condiciones potestativas, causales o mixtas:
Condición potestativa: depende de la voluntad del acreedor o el deudor (“si me voy de viaje, te
vendo mi casa”). Pueden ser puras: mera declaración de la voluntad (“te vendo mi casa sólo si
quiero”) o meramente potestativas: es un hecho voluntario (“te vendo mi casa si termino la
carrera de Derecho”).
Serán nulas las meramente potestativas del deudor, pues dependen única y exclusivamente de la
voluntad y no de hechos.

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Condiciones casuales: dependen de la voluntad de un tercero o de un acaso (“te vendo mi casa


si María se casa o si mañana llueve”).
Condiciones mixtas: dependen de la voluntad de una persona y además de la voluntad de un
tercero o un acaso (“te vendo mi casa si me voy de viaje con María”).

Estados de la condición:
Pendiente: se celebró el acto jurídico pero todavía no se verifica la condición (el derecho no existe);
Cumplida: cuando se realiza la condición (nace el derecho y se entiende que lo adquirió desde que
se celebró el acto);
Fallida: cuando no se verificó y no se puede verificar (se desvanece la mera expectativa).
En la condición resolutoria es al revés y también aplica retroactivamente: si está pendiente, el
derecho nace pura y simplemente, pero está sujeto a extinguirse. Si está cumplida, se extingue el
derecho desde la celebración del acto. Si está fallida, se entiende que el acto nació pura y
simplemente y generará sus efectos.

 Plazo:
Artículo 1494: “Es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación, y puede ser
expreso o tácito”.
Es una definición criticada por la doctrina porque solamente se refiere a un tipo de plazo. La
doctrina lo define como un hecho futuro y cierto del cual depende el ejercicio o la extinción de
un derecho.
a. Hecho futuro: debe realizarse posterior a la celebración del acto.
b. Es cierto: sí o sí tiene que llegar.
El origen del plazo puede ser:
1. Convencional.
2. Legal
3. Judicial (Artículo 904).

Clasificaciones:
1. Expreso o tácito:
Plazo expreso: el que fijan las partes y se estipula en el acto o contrato.
Plazo tácito: es el que se entiende por la naturaleza del acto o contrato o de los hechos y
circunstancias que lo rodean. Si la obligación es de dar una cosa en un lugar pactado distinto al

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de la celebración del contrato, se entiende que el plazo debe tener en cuenta el tiempo que se
necesita para llegar.
2. Determinado o indeterminado:
Plazo determinado: cuando se sabe la fecha específica del hecho futuro (“te pago el 1 de enero
de 2023”).
Plazo indeterminado: cuando se sabe que ocurrirá el hecho, pero no se sabe cuándo, por
ejemplo, la muerte de una persona según la doctrina.
3. Convencional, legal o judicial:
Plazo convencional: se establece por las partes por medio de cláusulas especiales.
Plazo legal: se establece por la ley (regla general en procesal).
Plazo judicial: el que fija el juez pero que es autorizado por la ley.
4. Suspensivo y extintivo: esta es la clasificación más importante.
Plazo suspensivo: aquel que suspende el ejercicio de un derecho (no la adquisición), y se define
como aquel hecho futuro y cierto desde el cual empieza a producir sus efectos un acto jurídico.
Si el pago del precio está sujeto a un plazo, cuando se cumpla el plazo el vendedor podrá exigir
el pago (antes tenía el derecho, pero no podía ejercitarlo). Por lo tanto, el derecho nace desde la
celebración del acto o contrato, pero se hace exigible cuando se cumple el plazo. La diferencia
con la condición, es que como ya nació el derecho, si el deudor paga antes del plazo se
considerará pago de lo debido, porque la obligación nació, estaba suspendido su ejercicio y se
entiende que renuncia al plazo.
Plazo extintivo: es aquel que por su cumplimiento se extingue un derecho. Se define como un
hecho futuro y cierto hasta el cual duran los efectos de un acto jurídico. Se celebró el acto que
está sujeto a plazo extintivo y produce sus efectos hasta que se cumpla el plazo que extinga el
derecho. La diferencia con la condición, es que el plazo no opera retroactivamente.

 Modo:
Artículo 1089: “Si se asigna algo a una persona para que lo tenga por suyo con la obligación
de aplicarlo a un fin especial, como el de hacer ciertas obras o sujetarse a ciertas cargas, esta
aplicación es un modo y no una condición suspensiva. El modo, por consiguiente, no suspende
la adquisición de la cosa asignada”.
La definición contraria la entiende como una carga ligada a una disposición a título gratuito e
impuesta al beneficiario. Por ejemplo, te dono 100 millones para subvencionar jardines
infantiles. En este caso, lo importante de la donación es que está destinada a un fin específico.

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Representación:
Se define como una institución jurídica en virtud de la cual los efectos de un acto que
celebra una persona que actúa a nombre y en lugar de otra se radican en forma directa e inmediata
en otra persona, como si ella lo hubiera celebrado.
Intervienen dos personas: representante y representado. Siendo el primero la persona quien
celebra el acto jurídico a nombre de otro. Y el segundo siendo la persona en la que se radican los
efectos del acto ejecutado por el representante. Está consagrado positivamente en el artículo 1448.
Artículo 1448: “Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la
ley para representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese
contratado él mismo”.
Artículo 43: “Son representantes legales de una persona uno o ambos progenitores, el adoptante y
su tutor o curador”. Referida solamente a la representación legal.

ORIGEN Y NATURALEZA JURÍDICA DE LA REPRESENTACIÓN:


En el Derecho romano no se permitía la representación: “alteri stipulari nemo potest” (no se
puede estipular a nombre de otro). No aceptaban que uno estipulara a nombre de otro y se hacían
dos actos jurídicos donde los efectos de uno hacían pasar al otro acto jurídico. Los franceses en la
época de Pothier fueron los que desarrollaron esta institución. A partir de aquí la doctrina ha
intentado determinar cuál es la naturaleza jurídica de la representación, lo cual es importante para
determinar a quién corresponde la manifestación de voluntad, si al representante o al representado.
Hay ciertas teorías que pretenden aclarar lo de la voluntad.

Teoría de la ficción de la ley: concebida por Pothier, señala que los efectos de la
representación se producen en virtud de una ficción en el representado. Y es éste quien representa
su voluntad. Es decir, en virtud de una ficción, quien concurre al acto es el representado, sin
perjuicio de que quien en realidad lo hizo fue el representante. Es criticada, porque no explica los
casos de representación legal (establecidos por la ley, los casos en que una persona no puede
manifestar su voluntad) ya que los incapaces carecen de voluntad y no se puede hacer una ficción si
no hay voluntad en primer lugar. Además, no hace hincapié en cuál de las dos voluntades engendra
el acto jurídico.

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Teoría del nuncio, mensajero o emisario: desarrollada por Savigny, consiste en decir que el
representante no es más que un mensajero o portador de una manifestación ajena de voluntad. La
voluntad radica en el representado. Se critica, porque niega la calidad del representante (es un mero
mensajero); tiene inconvenientes desde la representación legal (si es incapaz no se puede transmitir
la voluntad); y tampoco explica aquellos casos de mandato general (cuando le otorgo a una persona
la administración general de mis bienes).

Teoría del doble contrato: elaborada por Thol, donde la voluntad del representado requiere
de la voluntad del representante para que se haga precisa. Se requiere de dos actos jurídicos para
que los efectos del acto se radiquen en el representado. Uno de esos contratos o actos jurídicos lo
celebra el representante con el tercero, advirtiendo que está actuando en nombre de otro. Y otro
contrato que celebra el representado con el tercero, en virtud de la referencia del contrato anterior,
para que se precise la voluntad. La crítica principal es que es muy ficticia, porque el poder en un
solo acto jurídico que es perfecto en sí y no requiere dos actos jurídicos para perfeccionarse.

Teoría de la cooperación de voluntades: elaborada por Mitteis. Hasta ahora, todas las
teorías dependen del representado para explicar de quién es la voluntad. Para esta teoría, la
representación es la confluencia de la voluntad del representante y el representado. Es un solo acto
jurídico donde confluyen ambas voluntades. El conflicto está en que tampoco explica la
representación legal (donde una voluntad no existe, no pueden confluir). Tiene los mismos
problemas que la teoría del mensajero.

Todas estas teorías son criticadas por Hupka, quien elabora una quinta teoría. Considera
relevante la voluntad o actuación del representante, pues es él quien manifiesta la voluntad dirigida
para el acto o negocio del que se trata.

Teoría de la modalidad: concebida por Pilón y desarrollada por Levy-Ullmann. El


representante manifiesta su voluntad, y como la representación es una modalidad en los actos
jurídicos, se modifican los efectos de dicho acto y por lo tanto los efectos no radican en el
representante, sino que en el representado. Esta teoría es importante para explicar los vicios del
consentimiento. Según Alessandri Rodríguez, esta teoría es recogida por nuestro Código Civil.
Artículo 1448: “Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la
ley para representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese
contratado él mismo”. En virtud de esta y otras disposiciones.

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CÓMO OPERA LA REPRESENTACIÓN:


Requiere de un poder de representación, que puede ser definido como la autorización que
tiene una persona para concertar negocios por cuenta de otra, obligando exclusiva y directamente al
representado. La regla general es que solamente yo puedo disponer de mis propios intereses que se
encuentran dentro de mi órbita jurídica. La excepción, es que yo pueda disponer de intereses ajenos
afectando la esfera jurídica de otra persona. Para esto se requiere un poder, una autorización.
El poder se otorga a otra persona mediante un apoderamiento. Es un acto jurídico unilateral
en virtud del cual una persona otorga a otra el poder de representarla.

CLASES DE REPRESENTACIÓN:
1. Representación legal: supone que una persona se encuentra en la imposibilidad jurídica de
ejercer por sí misma la autonomía privada. No puede disponer de los intereses que se
encuentran dentro de su órbita jurídica y el representante será el que determina la ley. A
veces va a requerir del nombramiento del juez pero por regla general es la ley.
Artículo 43: “Son representantes legales de una persona uno o ambos progenitores, el
adoptante y su tutor o curador”.
El padre, madre, adoptante y su tutor o curador. El tutor o curador va a requerir en algunos
casos la asignación del juez.
2. Representación voluntaria: emana a consecuencia del acto voluntario del interesado, quien
otorga poder a una persona para que actúe a su nombre. A diferencia de la representación
legal donde el representante tiene que ser plenamente capaz, acá puede ser plenamente
capaz o relativamente incapaz. Se es relativamente capaz cuando la ley lo autoriza a ejercer
ciertos actos bajo ciertas condiciones.

DIFERENCIAS ENTRE MANDATO Y REPRESENTACIÓN:


- El mandato es un contrato y está regulado en el Código Civil (2116 y siguientes).
Artículo 2116: “El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o
más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera. La
persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta,
apoderado, procurador, y en general, mandatario”.
1. La representación es un acto jurídico unilateral mientras que el mandato es un acto jurídico
bilateral, que requiere del acuerdo de voluntades de dos o más partes.

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2. La representación no supone necesariamente un mandato. Pero hay casos de representación


en los que no necesariamente hay un mandato (representación legal), porque una de las
partes no puede manifestar válidamente su voluntad. Otro caso es la agencia oficiosa, que
es un cuasicontrato.
Artículo 2286: “La agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos, llamada comúnmente
gestión de negocios, es un cuasicontrato por el cual el que administra sin mandato los
negocios de alguna persona, se obliga para con ésta, y la obliga en ciertos casos”.
Artículo 2290: “Si el negocio ha sido bien administrado, cumplirá el interesado las
obligaciones que el gerente ha contraído en la gestión y le reembolsará las expensas útiles
o necesarias. El interesado no es obligado a pagar salario alguno al gerente. Si el negocio
ha sido mal administrado, el gerente es responsable de los perjuicios”.
3. El mandato no supone representación. Actuar por cuenta de otro quiere decir que los actos
o contratos que realiza un mandatario se radican en el representado y su patrimonio. A
nombre de otro, es la representación. Una de las clasificaciones del mandato precisamente
es si se hace con representación o sin.
Artículo 2151: “El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio
nombre o al del mandante; si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros
al mandante”.
A partir de este artículo se puede concluir que la representación es un elemento de la
naturaleza y no de la esencia de un mandato.
Hay ciertos actos que no admiten representación en nuestro Derecho, aunque la regla
general es que se permite la celebración por representación. La facultad de testar no admite
representación; el albaceazgo, que en principio es indelegable, salvo que el testador lo haya
permitido expresamente. Y las capitulaciones matrimoniales.

REQUISITOS DE LA REPRESENTACIÓN:
1. Que el representante declare su propia voluntad : es el representante quien da vida al acto
jurídico con su propia voluntad, lo cual queda clarísimo en la representación legal.
2. Que se haga en nombre de otro: lo que se conoce como contemplatio domini. En el poder o
representación se le debe notificar al tercero que se está actuando en favor de otro. De otra
manera, el acto producirá efectos respecto del representante y no del representado. P.P
significa “por poder” y se plasma en los contratos.
3. Que el representante tenga el poder de representación : que la persona haya entregado el
poder para representar, aunque también este puede emanar de la ley. Debe ser anterior al

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acto por regla general, pero también puede ser posterior, que se conoce como la
ratificación: acto mediante el cual el interesado hace eficaz por sí un acto que ha sido
celebrado a su nombre o se apropia de los efectos del acto. Se entiende que desde un
principio la persona tenía el poder.
Características de la ratificación:
o Es un acto jurídico unilateral.
o Es irrevocable una vez conferido el poder o conocida la ratificación.
o Puede ser expresa o tácita (actos que dan cuenta de la ratificación).
o Opera con efecto retroactivo, produciendo sus efectos desde la celebración del acto.

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