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Ánimas de Día Claro
Ánimas de Día Claro
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Ánimas de día claro
Autor Alejandro Sieveking
Año 1959
Género Comedia
Publicación
Año de publicación 1959
Música
Compositor Víctor Jara
Puesta en escena
Lugar de estreno (Teatro de la Universidad Católica)
Fecha de estreno 8 de diciembre de 1961
Director Víctor Jara
Personajes Tennyson Ferrada (Indalicio)
Gonzalo Palta (Nano)
Bélgica Castro (Bertina)
Carmen Bunster (Luzmila)
María Cánepa (Orfilia)
Kerry Keller (Zelmira)
Marés González (Floridema)
Lucho Barahona (Eulogio)
María Valle (Oña Vicente)
Escenógrafo Guillermo Núñez
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Ánimas de día claro es una obra de teatro chilena escrita por Alejandro Sieveking y
dirigida originalmente por Víctor Jara. La obra fue montada por primera vez en 1961
en la Sala Camilo Henríquez del Teatro de la Universidad Católica, y fue montada de
manera permanente entre 1962 y 1969 en el Teatro Antonio Varas de Santiago. Junto a
«La remolienda» es una de las obras más reconocidas de Sieveking.
Argumento
El argumento de Ánimas de día claro surge a partir de la creencia popular de que el
espíritu de un muerto no puede acceder al descanso eterno si aún conserva algún
deseo que no se cumplió en vida. Así, cinco hermanas muertas aún penan en una
casona de campo donde solían habitar. Gracias a Eulogio, un joven e inocente
pueblerino que se acerca con la intención de comprar la casa, cada una de las
hermanas logra materializar los anhelos reprimidos, excepto Bertina. Ella siempre
quiso dar un beso a un enamorado, pero no podía porque el lunar en la punta de su
nariz volvía turnios a sus novios. Sin embargo, cuando por fin logra besar al
visitante, ya no desea irse, pues se ha enamorado y, con ello, ha engendrado un
nuevo deseo que la sujeta a tierra.
Personajes
Indalecio
Nano
Bertina
Luzmila
Orfilia
Zelmira
Floridema
Eulogio
Oña Vicente
Producción
Sieveking escribió «Ánimas de día claro» cuando tenía 23 años y cursaba tercer año
de Teatro de la Universidad de Chile.1 Fue escrita en dos días y expresamente para
su mujer Bélgica Castro, quien según él no era bien aprovechada en el teatro en
esos años.2 La obra fue montada por primera vez bajo la dirección de Víctor Jara en
diciembre de 1961, como su examen de egreso de la carrera de Dirección Teatral, en
la Sala Camilo Henríquez del Teatro de la Universidad Católica. Su dirección logró
dar soltura a los personajes populares, alejándolos de la rigidez costumbrista que
entonces era habitual. El elenco estuvo formado mayoritariamente por alumnos de la
escuela.
El 10 de mayo de 2013, el Teatro Nacional Chileno estrenó una nueva versión de esta
clásica obra, dirigida por Nelson Brodt y protagonizado por Mónica Carrasco, Carmen
Disa Gutiérrez, Óscar Zimmermann y Jacqueline Boudon, entre otros actores,2 quienes
en 2016 recorrieron Chile presentando la obra en distintas ciudades, con el
patrocinio del Consejo de la Cultura, en el marco de la celebración de los 75 años
de vida del Teatro Nacional Chileno.3
Análisis y crítica
Esta comedia en dos actos de Sieveking abre una nueva etapa de su producción que ha
sido catalogada como «realismo folclórico» por algunos (Eduardo Guerrero y Juan
Andrés Piña) como «realismo poético» por otros (César Cecchi). Elena Castedo-
Ellerman la describe como una farsa poética, entendiendo por esto «una especie de
comedia sin estudio de personajes, con situaciones humorísticas que sugieren
alcanzar deseos secretos reprimidos, personajes estereotipados, mucho movimiento
físico, situaciones improbables, pero aún humanas». El folklorismo de esta obra,
según Castedo-Ellerman, surge por estar inspirada en la pueril y alegre artesanía
popular de Talagante, localidad caracterizada por sus leyendas populares.4 El mismo
autor, Sieveking, consideraba a «Ánimas de día claro» como una pieza de que «da la
impresión de ser folclórica, porque tiene una pureza, una tradición que la hace
noble, y el público cree que lo es, pero se trata de un drama, un estudio del amor.
Por eso no es comparable con "La remolienda"».2 Al igual que esta última, la obra
está escrita con un lenguaje que imita el habla popular chilena en sus giros y
modulaciones; así también se intercalan canciones y bailes populares, como la
cueca, y los personajes están elaborados de manera que prime la ingenuidad.
Referencias
Navarrete, Pilar (6 de junio de 2013). «Ánimas de día claro en la Sala Antonio
Varas». Revista Paula. Archivado desde el original el 29 de julio de 2019.
Consultado el 6 de marzo de 2020.
Letelier, Jorge (10 de mayo de 2013). «Alejandro Sieveking: "Ánimas de día claro
parece folclórica, pero no lo es"». La Tercera. Consultado el 6 de marzo de 2020.
«“Ánimas de día claro” inicia la III Caminata Teatral por seis localidades del
norte y sur del país». www.cultura.gob.cl. Consultado el 6 de marzo de 2020.
Castedo-Ellerman, Elena (1982). El teatro chileno de mediados del siglo XX.
Santiago: Andrés Bello. p. 83.
Guerrero del Río, Eduardo (2006). «Prólogo». En Alejandro Sieveking, ed. Antología
de obras teatrales. RIL Editores-Universidad Finis Terrae. pp. 14-15. ISBN 978-956-
284-519-9.
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