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El Palacio de Neuschwanstein (en alemán: Schloss Neuschwanstein, pronunciado /ˈʃlɔs

nɔʏˈʃvaːnʃtaɪn/) está situado en el estado federado de Baviera cerca de Füssen


(Alemania). Lo mandó construir el rey Luis II de Baviera en 1869. Su nombre
original era Nuevo Palacio de Hohenschwangau,1 en honor al castillo donde el rey
pasó gran parte de su infancia. El nombre fue cambiado después de la muerte del
rey. Es el edificio más fotografiado de Alemania y uno de los destinos turísticos
más populares en ese país, con 1,4 millones de visitantes anuales.2

El palacio de Neuschwanstein se construyó en una época en que los castillos y las


fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico. Nació en la
imaginación de Luis II como una pura fantasía romántica de un castillo medieval
idealizado. El palacio es una composición de torres y muros que pretendía
armonizarse con las montañas y los lagos. Está situado sobre el desfiladero de
Pöllat en los Alpes Bávaros y se alza junto al castillo de Hohenschwangau y los
lagos Alpsee y Schwan.

Combina eclécticamente varios estilos arquitectónicos y su interior alberga


múltiples piezas de artesanía no menos fantásticas. Su diseño no es funcional, sino
estético, siendo en buena medida el producto de la mente de un escenógrafo teatral.
Por dentro, además de continuas referencias a leyendas y personajes medievales,
como Tristán e Isolda o Fernando el Católico, contiene una completa red de luz
eléctrica, el primer teléfono móvil de la historia (con una cobertura de seis
metros), una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por
Leonardo da Vinci y vistas a los paisajes de los Alpes Bávaros, incluyendo una
cascada que el monarca podía contemplar desde su habitación.

Historia
Historia del lugar y primeros diseños

Uno de los borradores de Christian Jank.

El palacio en construcción en 1886.


Durante la Edad Media había en el desfiladero de Pöllat dos pequeños castillos. El
primero consistía en un palacete románico y un torreón llamado Vorderhohenschwangau
("Frente a Hohenschwangau"). El segundo constaba de una torre fortificada con
recámaras, llamado Hinterhohenschwangau ("Detrás de Hohenschwangau").3 El distrito
de Schwangau, donde los dos castillos estaban localizados, era feudo de la familia
Wittelsbach desde el siglo xv, y para el siglo xix ambos estaban en ruinas. Los
restos del Hinterhohenschwangau habían sido convertidos en un mirador.

Luis II de Baviera pasó parte de su niñez y juventud cerca de estas ruinas, en el


Castillo de Hohenschwangau, que su padre Maximiliano II había transformado de un
castillo medieval en una residencia en el año 1837. El nombre original de
Hohenschwangau era Schwanstein ("Roca del Cisne") y el nombre no cambió hasta el
fin de la remodelación.4 El pequeño Luis visitó varias veces las ruinas de ambos
castillos medievales y en 1859 pintó las ruinas del Vorderhohenschwangau en su
diario.5

El primer gran proyecto de construcción del joven rey Luis II al subir al trono en
1864, fue la reconstrucción de Vorderhohenschwangau, el futuro palacio de
Neuschwanstein. Después de Neuschwanstein, que estaba conceptualizado como el
castillo ideal para el caballero medieval, siguieron Linderhof, un palacio de
placer en estilo rococó, y el palacio de Herrenchiemsee, que representaba un
monumento al absolutismo.6 Su interés en construir Neuschwanstein fue despertado
por dos viajes: En mayo de 1867 visitó a su hermano Otto en el castillo de Wartburg
en Eisenach y en julio del mismo año fue a ver el castillo de Pierrefonds, que
había sido restaurado por Eugène Viollet-le-Duc respetando el estilo histórico del
edificio.7 En la apreciación del rey, ambos castillos representaban una visión
romántica de la Edad Media, al igual que las sagas musicales de Richard Wagner,
cuyas óperas Tannhäuser y Lohengrin lo habían impresionado fuertemente.

El 15 de mayo de 1868 escribió a Wagner diciéndole que quería construir un palacio


«al estilo auténtico de los antiguos castillos alemanes» sobre el desfiladero de
Pöllat y que sería «más bello y acogedor que el castillo de abajo, el de
Hohenschwangau».8

Al morir su abuelo en 1848, Luis I de Baviera, el joven rey Luis II pudo disponer
de los bienes de su infantazgo, por lo que tenía a su disposición considerables
recursos financieros.6 Con la planeada construcción del palacio, Luis II quería
obtener un refugio fuera de la capital Múnich donde pudiera vivir su fantasía
medieval. El primer borrador fue creado por el escenógrafo teatral muniqués,
Christian Jank, y los planes arquitectónicos fueron realizados por el arquitecto
Eduard Riedel.9 Se consideró integrar las ruinas existentes en el diseño, pero
debido a dificultades técnicas, esto no se llevó a cabo. Los primeros planos se
orientaron en el estilo del castillo de Núremberg, rechazando planes más sencillos
basados en el antiguo castillo de Vorderhohenschwangau. El alcance y tamaño de los
planes se fue incrementando, inspirándose más y más en el castillo de Wartburg.10
El rey seguía de cerca el desarrollo de los planes y tenía que aprobar cada
borrador antes de continuar.11 Su influencia fue tal que se puede decir que el
palacio es más su propia creación que la de los arquitectos participantes.12

El palacio bajo Luis II

Retrato de Luis II de Baviera a los veinte años de edad por Ferdinand von Piloty.
La construcción empezó en 1869. Los caprichos y las demandas del Luis II crecieron
con el edificio de la misma manera que lo hicieron los presupuestos, los planes y
los costos reales.13 Esta fue la razón por la cual un gran modesto cuarto de
trabajo en el plan original se convirtió en la Sala del trono (Thronsaal) y por la
que un cuarto de visita se transformó en una Sala árabe (Maurischer Saal) que
finalmente no se pudo realizar por falta de dinero. También es la razón por la cual
la fecha de terminación, originalmente planeada para 1872, tuvo que ser postergada
repetidamente.13

En 1871 en compensación por la llamada "Carta del Káiser" (Kaiserbrief), por la


cual Luis II aceptó que Guillermo I de Prusia pudiera usar el título de Kaiser o
Emperador de Alemania, Luis II recibió parte de los fondos confiscados a los
welfos. A pesar de esto, sus recursos financieros siguieron disminuyendo debido a
sus otros proyectos de construcción. En 1884 el rey se mudó desde Múnich para
residir por primera vez en el palacio aún en plena construcción.14 En 1885 recibió
allí la visita de su madre, la reina María de Prusia, y para 1886 el palacio y la
barbacana estaban en su mayor parte acabados. Hasta su muerte ese mismo año, en
circunstancias aún no completamente aclaradas, Luis II vivió solamente un total de
172 días en el palacio.14

Neuschwanstein estaba concebido para servirle a Luis II como un escenario teatral


habitable.15 Era un templo de amistad dedicado a la vida y obras del compositor
Richard Wagner, quien, sin embargo, nunca lo visitó.16 De hecho, el propio nombre
del palacio estaba inspirado en el "caballero de los cisnes", uno de los personajes
de las obras del mencionado compositor. A pesar de su gran tamaño, no estaba
planeado para recibir y albergar a la corte noble, ya que solo tenía recámaras para
el rey y sus sirvientes. El palacio estaba diseñado más bien con fines decorativos
que con consideraciones residenciales prácticas.1 Por ejemplo, el "Cuarto de las
Damas" (Kemenate) debía recordar el segundo acto de Lohengrin, que en parte tiene
lugar en un aposento similar.

Luis II sufragó los edificios de sus propios recursos monetarios y de la asignación


por el Estado a los nobles por gastos de representación, en la llamada lista civil.
Contrariamente a lo que suele creerse, sus construcciones no fueron una carga
insostenible para los recursos del reino.1517 Los costos de construcción de
Neuschwanstein ascendieron hasta la muerte del rey a un total de 6 180 047 marcos
de oro,18 habiendo empezado con un presupuesto original de 3.2 millones de marcos
de oro.17 Los medios privados del rey no alcanzaban para pagar todos sus proyectos,
por lo que tuvo que depender de préstamos para llevarlos a cabo. Para el año 1883
sus deudas ascendían a siete millones de marcos de oro y en 1885 se vio amenazado
de un posible embargo.

Las disputas sobre las deudas del gobernante llevaron a que en 1886 el gobierno
bávaro incapacitara al rey. Al momento de su incapacitación el 9 de junio de 1886,
Luis II se encontraba en Neuschwanstein y este fue el último de los palacios
comisionados por él en que vivió. Con motivo de su inminente derrocamiento por
medio de una comitiva enviada al palacio desde Múnich, Luis II mandó al día
siguiente que se cerraran las puertas de la barbacana.19 Luego del fracaso de la
primera comitiva, una segunda comitiva, con Bernhard von Guddens a la cabeza,
visitó al rey el 11 de junio. Esa misma noche el rey se vio forzado a abandonar el
palacio, al que nunca más regresaría.

Historia desde el fin del siglo xix al presente

Fotocromo del castillo tomado entre 1890 y 1905.

Fotocromo de la Sala del trono, vista desde el trono.


Al momento de morir el rey en el lago de Starnberg, el 13 de junio de 1886, el
castillo de Neuschwanstein aún no estaba terminado. Nunca fue la intención de Luis
II que el castillo estuviera abierto al público,14 pero tan solo seis semanas
después de su muerte, las puertas del castillo se abrieron a los visitantes. Con
las recaudaciones de las entradas se pagaron en parte los préstamos del rey. La
administración póstuma de los bienes del rey permitió saldar las deudas en su
totalidad para el año 1899.20 Hasta el año 1914 el castillo fue una lucrativa y
estable fuente de ingresos para la familia Wittelsbach; de hecho, los castillos de
Luis II eran la principal fuente de ingresos de la familia real. Para agilizar las
visitas se completaron algunos de los cuartos y partes exteriores del edificio. En
esa época aún se les permitía a los visitantes deambular por el castillo sin
restricciones, por lo que los muebles del interior se desgastaron rápidamente. Con
el advenimiento de la república en 1918, el gobierno cesó los pagos en la lista
civil a la familia real por el concepto de "gastos de representación". Como
resultado de la disputa resultante, el castillo de Neuschwanstein pasó a ser en
1923 propiedad Estado Libre de Baviera, mientras que los ingresos del cercano
Castillo de Hohenschwangau iban a un fideicomiso establecido para la familia
Wittelsbach.21

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Grupo de trabajo del Reichsleiter Rosenberg,


un grupo del Partido nazi, utilizó el castillo para almacenar obras de arte robadas
en Francia.22 Las obras de arte robadas fueron sacadas en 1944, pero al final de la
guerra se encontraron 39 álbumes de fotos catalogando las obras de arte que se
habían guardado. Estos álbumes fueron utilizados como pruebas en los juicios de
Núremberg.23 Cerca del final de la guerra el castillo volvió a ser usado por los
nazis, esta vez para almacenar reservas de oro del Reichbank. El oro desapareció
sin dejar pistas antes de terminar la guerra. En abril de 1945, Neuschwanstein
escapó de una demolición por tropas de las SS para evitar que las obras de arte
alemanas ahí almacenadas cayeran en manos de los aliados. El Gruppenführer a cargo
no llevó a cabo esta orden y entregó el castillo a las fuerzas del Ejército de los
Estados Unidos. Neuschwanstein sobrevivió la Segunda Guerra Mundial sin sufrir
daños.

Después de la guerra, el castillo sirvió provisionalmente para archivar documentos


a causa de la falta de lugar en la bombardeada ciudad de Múnich. En el año 2002,
partes de un meteorito cayeron en las cercanías del castillo. El meteorito está
catalogado hoy en día como el Meteorito de Neuschwanstein. En 2007 el castillo de
Neuschwanstein fue finalista en la elección de las nuevas siete maravillas del
mundo moderno, pero no resultó elegido, quedando en octavo lugar.24 En 2008, el
gobierno de Baviera solicitó que el castillo fuera nominado para ser parte del
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco junto con los palacios de Linderhof y
Herrenchiemsee en un conjunto denominado Castillos de Luis II.25

Neuschwanstein es uno de los destinos turísticos más populares de Alemania. Por


razones de seguridad, solo es posible visitar el interior del castillo con el
acompañamiento de un guía turístico para hacer recorridos de 35 minutos
aproximadamente. Es también posible hacer recorridos temáticos, por ejemplo, en el
mundo de las sagas descritas en los frescos y cuadros del interior. Durante la
temporada alta, entre junio y agosto, el castillo tiene hasta 10 000 visitantes
diarios. El 27 de junio de 2013, el castillo recibió su visitante número 60
millones26 y recibe en promedio 1,4 millones de visitantes anualmente.2 En marzo de
2013 se concluyeron los trabajos de restauración de los textiles en los muebles,
alfombras y cortinas del castillo a un costo de 340 000 euros. Simultáneamente se
instalaron protecciones para evitar que los visitantes toquen las piezas en
exhibición y protecciones contra la luz natural y de flash de fotografía.27

El edificio

Detalle de la barbacana.
El castillo de Neuschwanstein se compone de varias edificaciones individuales con
unos 150 metros de longitud total, construido sobre la cima de un desfiladero
rocoso. La elongada construcción tiene numerosas torres, torrecillas, gabletes,
almenas y esculturas. Las ventanas son de estilo románico, en su mayoría en forma
de bi y triforio. El conjunto de edificios, con el trasfondo del monte Tegelberg
por un lado, el desfiladero de Pöllat al sur y el paisaje de colinas rico en lagos
de los Alpes Bávaros, ofrece una pintoresca imagen desde cualquier dirección. Fue
diseñado como un ideal romántico del castillo para el caballero medieval. A
diferencia de los castillos "reales", que por lo general son el resultado de las
labores de varios siglos de construcción, Neuschwanstein fue planeado y construido
de principio a fin en un solo periodo de trabajo como un edificio asimétrico
edificado en partes.13 En el diseño se hace referencia a los elementos típicos de
los castillos, pero carece de instalaciones defensivas reales, que eran lo más
importante en una residencia de la nobleza medieval.

Las edificaciones externas

Detalle del tejado del palacio.


La entrada al complejo del castillo se realiza por una barbacana simétrica
flanqueada por torres laterales. Este edificio, orientado hacia el oeste, es el
único del castillo cuyos muros están decorados con colores contrastantes; los muros
externos están enmarcados en ladrillo rojo, mientras que la fachada interna que da
al patio de armas es de piedra caliza amarilla. La cornisa está rematada con
almenas a todo su alrededor. La fachada de la barbacana está coronada por un
gablete escalonado que contiene un cuarto desde el cual Luis II observaba los
trabajos de construcción antes que el palacio del castillo fuera terminado. En el
primer nivel estaba previsto que estuviesen los establos.

Sobre el dintel de la puerta de acceso hay un escudo del reino de Baviera. El


pasaje conduce a un patio de armas de dos niveles. El patio inferior está
delimitado por la barbacana al oeste, por la base de la llamada "torre cuadrada"
con ala de unión al norte, mientras que el lado sur está abierto y tiene vistas del
paisaje montañoso. Al lado este del patio inferior hay un terraplén enladrillado
cuya protuberancia poligonal marca el coro de la planeada capilla. De ahí, una
escalera conduce al patio superior.
La edificación más llamativa del patio de armas superior es la llamada "torre
cuadrada" de 45 metros de altura. Esta torre, como la mayoría de los edificios del
patio de armas, tiene más que nada propósito decorativo dentro del conjunto del
castillo. Desde su plataforma de observación se disfruta de expansivas vistas de
las estribaciones de los Alpes hacia el norte. El lado norte del patio de armas
superior está delimitado por la llamada "Casa de los caballeros" (Ritterhaus). Este
edificio de tres plantas está conectado por un ala de unión de arcos ciegos con la
"torre cuadrada" y la barbacana. Según la concepción romántica de un castillo
medieval, la "Casa de los caballeros" era el lugar donde los hombres de la
fortaleza se reunían y residían, en Neuschwanstein estaba prevista para oficinas y
cuartos de servicio. En el lado sur del patio de armas superior, como contrapartida
a la "Casa de los caballeros", está el "Cuarto de las Damas" también de tres
plantas y que nunca fue usado como tal. Estas dos estructuras evocan el castillo de
Amberes del primer acto de la ópera Lohengrin de Wagner. En el pavimento del patio
se puede ver la forma de la planta de la capilla del castillo, la cual nunca fue
construida.

El lado este del patio superior está delimitado por el "palacio", que constituye el
verdadero edificio principal y residencial del castillo. Este edificio contiene los
cuartos de estado y pompa del rey, al igual que los cuartos de los sirvientes. El
palacio es una colosal estructura de cinco plantas en la forma de dos ortoedros
conectados en un ángulo plano y cubiertos con un alto techo a dos aguas. La forma
del edificio sigue la forma de la cresta rocosa. En sus ángulos hay adjuntas dos
torre-escaleras, de las cuales la norte alcanza 65 metros de altura y sobrepasa el
techo del edificio por muchos pisos. Ambas torres, con sus techos cónicos
multiformes, recuerdan los techos de las torres del castillo de Pierrefonds en las
que se inspiraron. La fachada principal del palacio está orientada hacia el oeste y
contiene un balcón de dos niveles, mientras que al norte sobresale una torre-
escalera inferior y un invernadero. Esta fachada está además decorada con frescos y
su gablete está coronado por la escultura de un león, mientras que el gablete del
lado oeste lo está por una escultura de un caballero. Todo el edificio del palacio
está decorado con múltiples chimeneas y torrecillas.

Historia de la construcción

Vista de la fachada del palacio desde el patio superior. A la derecha está la "Casa
de los caballeros" y a la izquierda el "Cuarto de las damas".
En el año 1869 las ruinas de los dos castillos medievales del lugar fueron
demolidas.28 Los trabajos de construcción de la barbacana empezaron en febrero de
1869 y la piedra angular del edificio del palacio se puso el 5 de septiembre de ese
mismo año.29 Entre los años 1869 y 1873 la barbacana fue terminada y completamente
amueblada para que Luis II pudiera residir en ella y observar los trabajos de
construcción. En 1874, Georg von Dollmann se hizo cargo de dirigir las obras
relevando a Eduard Riedel.30 En 1880 se realizó la ceremonia de tope del edificio
del palacio, obras que se extendieron hasta 1884, el mismo año en que Julius
Hofmann reemplazó a Riedel, que había perdido el favor real.

El castillo fue construido de forma convencional con ladrillos y luego revestido


con diversos tipos de piedra. La piedra caliza blanca de las fachadas proviene de
una cantera cercana.31 La piedra arenisca para las puertas y los miradores
provienen de Wurtemberg. Para las ventanas, las costillas de las bóvedas, columnas
y capiteles se utilizó mármol proveniente del área de Salzburgo. La Sala del trono
fue una adición posterior y requirió una armadura de acero. Para facilitar el
transporte de los materiales de construcción se construyeron andamios y se utilizó
una grúa a vapor para subir los materiales. Había una grúa adicional para aliviar
el trabajo físico en el punto donde se realizaban las obras. Una organización
precursora de la TÜV certificaba regularmente la seguridad del sitio de trabajo.

La gigantesca construcción fue por dos décadas el mayor empleador de la región.29


En 1880 trabajaban diariamente unos 200 artesanos en la obra32 sin contar los
proveedores y otras personas involucradas en los trabajos. En algunas ocasiones,
como cuando el rey hacía cambios repentinos o se acercaba un fin de plazo
importante, se empleaban hasta 300 artesanos que incluso trabajaban durante la
noche usando candiles. Las estadísticas de los años 1879 y 1880 revelan el uso de
inmensas cantidades de materiales de construcción: 465 toneladas de mármol de
Salzburgo, 1550 toneladas de piedra arenisca, 400 000 ladrillos y 2050 metros
cúbicos de madera para los andamios.

El 3 de abril de 1870 se fundó una sociedad para asegurar a los trabajadores por
una módica suma que les permitía seguir recibiendo su salario en caso de enfermedad
o lesiones. Este seguro era además suplementado por significantes contribuciones
del mismo rey. En caso de muerte accidental los beneficiarios del trabajador
recibían una pequeña pensión, lo cual era poco usual en esa época. Las estadísticas
reportan que 39 familias recibieron el beneficio de muerte accidental, lo que para
las construcciones de la época y las condiciones geográficas del sitio, fueron
pocas.

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