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Capilla sagrado corazon de jesus y Ntra. Sra.

del
Carmen
Adviento 2022
Adviento 2022: ¿Qué es el Adviento?
El Adviento es un tiempo especial de preparación con el que se da inicio a un
nuevo “Año Litúrgico”, es decir, un nuevo año para la Iglesia Católica. El
término "Adviento" proviene del latín “adventus”, que significa “venida”,
“llegada”.

El Adviento está organizado en torno a los cuatro domingos previos a la


Navidad, que luego se integran en la gran celebración del Nacimiento de
Jesucristo, Nuestro Salvador, y su posterior Epifanía. Los días de Adviento
componen un camino litúrgico y espiritual cuyo núcleo es la espera de la
llegada de Jesús, el Verbo Encarnado.

Este 2022 el Tiempo de Adviento empieza el domingo 27 de noviembre y


termina el sábado 24 de diciembre.

La liturgia

Durante el Adviento, el color que se usa en la liturgia de la Iglesia es el morado.


Este color simboliza austeridad y evoca sentido de penitencia. Se usa porque
ayuda a que los fieles sean conscientes de la necesidad de la conversión, de
“estar preparados”, de que hay que avivar los corazones ante la inminente
llegada del Señor.

Las lecturas bíblicas durante el Adviento están tomadas sobre todo del profeta
Isaías (primera lectura), pero también de otros pasajes proféticos del Antiguo
Testamento. Todas en referencia a la llegada del Mesías.

El profeta Isaías, San Juan Bautista y María de Nazaret son presentados por la
Iglesia como los grandes modelos para estar debidamente preparados para
recibir al Salvador.

El Tiempo de Adviento está dividido en dos partes:

 Primera parte
Desde el domingo 27 de noviembre, Primer Domingo de Adviento, hasta el 17
de diciembre. Esta etapa tiene marcado carácter escatológico, de cara a la
“segunda venida”, es decir, la venida del Señor al final de los tiempos.

 Segunda parte

Desde el domingo 18 de diciembre, Cuarto Domingo de Adviento, al 24 de


diciembre. A estos días se les denomina la "Semana Santa" de la Navidad.
Como último tramo previo al Nacimiento de Jesús, la Iglesia intensifica la
preparación de los corazones orientándose a la meditación del misterio de la
Encarnación, es decir, a la irrupción de la Segunda Persona de la Santísima
Trinidad en la historia: la Navidad.

Adviento 2022: La Corona de Adviento


La Corona de Adviento es un símbolo cristiano que la Iglesia Católica
promueve como medio privilegiado para avivar el espíritu de espera y
preparación para la Navidad.

Sentido: tener luz, esperanza y alegría

La también llamada "Corona de las luces de Adviento" debe ser siempre signo
de gozosa esperanza; ella recuerda que la luz se irá abriendo paso en medio
de la tiniebla y que la vida triunfará sobre la muerte. Esa luz no es otro que
Dios hecho hombre, Jesucristo, luz del mundo, quien se abaja para caminar
entre nosotros y darnos, con la entrega de su vida, la posibilidad de una vida
más plena y auténtica.

Sabemos que donde hay luz, el miedo se disipa, podemos iluminar el camino y
ver nuestros pasos; la luz nos congrega, porque podemos ver el rostro de quien
va a nuestro lado.

Al encender, semana a semana, las cuatro velas de la corona nos iremos


acercando gradualmente a la plenitud de la luz de Navidad.

Un poquito de historia
Desde antiguo, en Europa, las casas se llenaban de velas o cirios durante el
invierno, cuyos días son habitualmente más cortos. En tiempos precristianos,
esta práctica, además, se realizaba con ánimo de honrar al sol, el sol invictus
(“el sol inconquistado”, o dios sol) al que se aguardaba con ansías cada
mañana para que ilumine y caliente, hasta verlo brillar victorioso en los días de
verano.

Esta costumbre, muy arraigada en los días de la Roma tardía, fue acogida
después por los misioneros y evangelizadores cristianos, quienes la
encontraron muy apropiada para significar el misterio de la venida de Cristo al
mundo, al encuentro de la creación expectante.

Posteriormente, entre los siglos XVIII y XIX, en Alemania, se difundió la


costumbre de adornar los hogares con guirnaldas hechas con hojas y ramas
pequeñas de pino verde en los días previos a la Navidad. La particularidad de
las hojas de pino y de otras plantas de la familia de los abetos consiste en que
mantienen vivos sus colores aún bajo las condiciones invernales del hemisferio
norte. La tradición de las guirnaldas había pasado de los templos católicos y
protestantes para arraigarse como costumbre en las casas de las familias
cristianas.

Con el tiempo, los católicos vincularon el símbolo de las guirnaldas con el de la


luz, y estos con el tiempo litúrgico del Adviento, que consta de 4 domingos,
finalmente representados por cuatro velas o cirios sobre la corona. Es
importante que no pasemos por alto la bendición de la corona, cuando sea
posible, porque así se subraya su significado religioso.

La Corona de Adviento está formada por una gran variedad de símbolos:

 La forma circular

El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, es
decir, sin comienzo ni final. Nuestro amor a Dios y al prójimo deben procurar
ser de la misma manera: para siempre.

 Las ramas verdes


El verde es el color de la esperanza y la vida, y Dios es Dios de vivos y no de
muertos. Él quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y su
gloria eterna al final de la existencia. El anhelo más importante en nuestras
vidas debe ser “reverdecer” siempre, por la unión estrecha con Dios, nuestro
Padre.

 Las cuatro velas

Nos hacen pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al


hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue
alimentando poco a poco la esperanza de salvación. Esa esperanza fue
iluminando el universo como las velas de la corona iluminan el lugar. Así como
las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, la historia se fue
esclareciendo cada vez más hasta la llegada de Cristo.

Son cuatro velas las que se colocan en la corona y que se encienden, una a
una, durante los cuatro domingos de Adviento en el marco de la oración en
familia. Las tres primeras son de color morado y se encienden el primer, el
segundo y el cuarto domingo. Entre las velas debe haber una de color rosado
que se enciende el tercer domingo, conocido como el domingo de Gaudete o
‘de la alegría’. Este domingo tiene un significado especial asociado a la
conciencia del gozo creciente porque el Señor está cada vez más cerca.

Otros símbolos:

A veces, se colocan también manzanas rojas o frutos secos de color madera o


rojizo en la corona para representar los frutos del jardín del Edén, recordando a
Adán y Eva. Ellos hicieron ingresar el pecado al mundo, pero recibieron luego
la promesa del Salvador Universal.

Es posible colocar un listón rojo recorriendo el contorno de la guirnalda, o


puesto como un lazo. Este representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios
que nos envuelve.

Sugerencias

Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la


corona de Adviento. Luego, se lee la Biblia o se hace alguna meditación u
oración. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el
sacerdote.

a) Es recomendable elaborar la Corona de Adviento en familia, aprovechando


el momento para motivar a los niños explicándoles el sentido de esta
costumbre y su significado.

b) La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, de


preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver todos, de manera que
recuerde constantemente la expectativa por la llegada de Jesús y la
importancia de prepararse para ese momento.

c) Es conveniente fijar con anticipación el horario en el que se realizará la


oración y el encendido de las velas. Planificar las cosas con tiempo y
dedicación hará que todo salga mejor y que especialmente los niños vean y
comprendan que se trata de algo importante. Así como preparamos la visita de
un invitado importante con la anticipación debida, así debemos prepararnos
para recibir al invitado más importante que podemos tener en familia: el Señor
Jesús.

d) Es conveniente también distribuir funciones entre los miembros de la familia


de modo que todos participen y se sientan involucrados.

Por ejemplo, es recomendable que haya:

un encargado de tener arreglado y limpio el lugar donde irá la corona,


un encargado de encender y apagar las luces,
un encargado de dirigir los cantos o de poner la música apropiada como un
villancico, cuando la familia se reúna para orar junto a la corona,
un encargado de dirigir las oraciones,
un encargado de leer las lecturas predeterminadas.

Adviento 2022: Esquema del Adviento


Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de noviembre y termina
antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman
1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la  Novena de
Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.

El tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semanas. Este año 2021,
comienza el domingo 27 de noviembre, y se prolonga hasta el 18 de diciembre.
Podemos distinguir dos periodos. En el primero de ellos, aparece con mayor
relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida
gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la
venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su
venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.

En el segundo periodo se orienta más directamente a la preparación de la


Navidad. Su nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del
cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos
preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.

En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la liturgia suprime


durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta forma, en la misa
ya no rezamos el Gloria, se reduce la música con instrumentos, los adornos
festivos, las vestiduras son de color morado, el decorado de la Iglesia es más
sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar tangiblemente que, mientras
dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que nuestro gozo sea completo. Y
es que quien espera es porque le falta algo. Cuando el Señor se haga presente
en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada
por solemnidad de la fiesta de la Navidad.

Tenemos cuatro semanas en las que Domingo a Domingo nos vamos


preparando para la venida del Señor. La primera de las semanas de adviento
está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos. La liturgia nos
invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La
segunda semana nos invita, por medio del Bautista a «preparar los caminos del
Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús
sigue llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante
toda la vida. La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya
está cada vez más cerca el día de la venida del Señor. Finalmente, la cuarta
semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es
figura, central, y su espera es modelo estímulo de nuestra espera.

En cuanto a las lecturas de las misas dominicales, las primeras lecturas son
tomadas de Isaías y de los demás profetas que anuncian la Reconciliación de
Dios y, la venida del Mesías. En los tres primeros domingos se recogen las
grandes esperanzas de Israel y en el cuarto, las promesas más directas del
nacimiento de Dios. Los salmos responsoriales cantan la salvación de Dios que
viene; son plegarias pidiendo su venida y su gracia. Las segundas lecturas son
textos de San Pablo o las demás cartas apostólicas, que exhortan a vivir en
espera de la venida del Señor.

El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado,


igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los
temas que se presentan durante el Adviento:

Primer Domingo: 27 de noviembre


La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las
lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del
Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el
momento". Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que
nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos
proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado
deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos
hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente
de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a
los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente,
como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual
que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona
de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

Segundo Domingo: 4 de diciembre

La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante


la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del
profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor
manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la
semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como
siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de
la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que
habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la
Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos
viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes
cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la
Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los
hermanos en la Eucaristía.  

Tercer Domingo: 11 de diciembre

El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al


prójimo. La liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se
prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y
servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su
prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre
de mi Señor venga a verme?

Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo
que nos disponemos a vivir esta tercera semana de Adviento, meditando
acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que
fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los
elementos de las tradicionales posadas. Encendemos como signo de espera
gozosa, la tercera vela, color rosa, de la Corona de Adviento.

Cuarto Domingo: 18 de diciembre

El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas


bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María,
ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y
aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la
Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos
queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la
armonía, la fraternidad y la alegría que está cercana celebración representa.
Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el
firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las
comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de
Adviento.

Adviento 2022: Bendición de la Corona de Adviento


En algunas parroquias o colegios se organiza la bendición de las coronas de
Adviento. Si no se pudo asistir a estas celebraciones, la puede llevar a cabo el
papá o la mamá con la siguiente oración:

Señor Dios

bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento para que, al encenderla,

despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo

practicando las buenas obras, y para que así,

cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.

La siguiente es una fórmula de bendición comunitaria para los sacerdotes.

SACERDOTE: Al comenzar este nuevo Año Litúrgico, vamos a bendecir, como


comunidad cristiana, esta CORONA con que inauguramos también el tiempo
de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la LUZ DEL MUNDO.
Su color verde significa la vida, nuestra vida de la gracia, y la esperanza de ser
mejores y unirnos más como comunidad.

TODOS: POR ESO, AL IR ENCENDIENDO, DOMINGO TRAS DOMINGO,


LOS CIRIOS DE LA CORONA, DEBEMOS SIGNIFICAR NUESTRA GRADUAL
PREPARACIÓN PARA RECIBIR LA LUZ DE NAVIDAD: JESUCRISTO,
NUESTRO SEÑOR, QUE VIENE PARA SALVARNOS.
Sacerdote: Démosle gracias a Dios por esta CORONA, pero especialmente
porque nos permite estar reunidos, como comunidad, para darle gracias y
bendecirlo.

TODOS: TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE SIEMPRE ESTÁS CON


NOSOTROS EN EL CAMINO DE LA VIDA Y PORQUE NOS AYUDAS A
BENDECIRTE Y A TENERTE PRESENTE CADA DÍA. TE DAMOS GRACIAS
POR NUESTRA CONVIVENCIA COMUNITARIA Y POR ESTA CORONA DE
ADVIENTO QUE HOY QUEREMOS BENDECIR, O SEA, QUE QUEREMOS
PONERLA EN TU NOMBRE PARA QUE SEA EL CENTRO DE NUESTRA
ORACIÓN Y REFLEXIÓN COMUNITARIA.

ESCUCHA, PUES, PADRE BUENO, NUESTRAS SÚPLICAS: BENDICE (+)


ESTA CORONA DE ADVIENTO, Y AL BENDECIRLA, BENDÍCENOS
TAMBIÉN A NOSOTROS COMO COMUNIDAD, DANOS TU PAZ, TU AMOR Y
TU UNIDAD. AYÚDANOS A VENCER LAS TENTACIONES. NO NOS DEJES
CAER EN EL PECADO QUE NOS APARTA DE TI. ANTES BIEN, AYÚDANOS
A PREPARAR LA VENIDA DE TU HIJO JESUCRISTO, LUZ DEL MUNDO,
PARA QUE ILUMINE TODA NUESTRA VIDA Y NOS GUÍE POR EL CAMINO
DE LA VERDAD Y DEL BIEN, EL QUE VIVE Y REINA CONTIGO, EN LA
UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.

(Se rocía la corona con agua bendita... y se enciende la primera vela...).

Lector: Si encendemos una vela es porque queremos alumbrar, porque


queremos tener una señal que pueda ver el que viene hacia nosotros. Es un
signo externo de nuestra disposición interior de esperanza.

TODOS: POR ESO, EN ESTE TIEMPO DE ADVIENTO, SEGUIREMOS CON


ATENCIÓN Y CON BUENA DISPOSICIÓN, LAS ENSEÑANZAS DE LA
PALABRA DE DIOS EN LAS LECTURAS DOMINICALES; Y NOS
PREPARAREMOS, DE TODO CORAZON, PARA LA VENIDA DEL SEÑOR A
NUESTRA COMUNIDAD PARROQUIAL, A NUESTRA FAMILIA Y A
NUESTRA VIDA PERSONAL.

Lector: Su venida histórica, que recordamos cuando el Hijo de Dios nace como
Hijo de María, como Hombre para habitar entre los hombres; su venida litúrgica
en cada Eucaristía, en su Palabra y en la Comunión; y su venida escatológica,
que esperamos con viva fe, al final de los tiempos.
TODOS: POR ESO, ENCENDER UNA VELA TIENE SENTIDO EN LA MEDIDA
EN QUE, PERSONAL, FAMILIAR Y COMUNITARIAMENTE, NOS
DISPONGAMOS A RECIBIR AL HIJO DE DIOS, A NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO, QUE VIENE A NOSOTROS PARA SALVARNOS.

Sacerdote: Cristo, en su Evangelio, nos invita a "Velar y a estar preparados,


porque no sabemos cuando llegará el momento".

TODOS: POR ESO, NOS COMPROMETEMOS A PREPARARNOS, EN


FAMILIA, A TRAVÉS DEL PERDÓN, DE LA COMPRENSIÓN Y DEL AMOR
ENTRE ESPOSO Y ESPOSA; ENTRE PADRES E HIJOS; ENTRE
HERMANOS Y HERMANAS; Y ENTRE AMIGOS Y COMPAÑEROS.

NOS COMPROMETEMOS, TAMBIÉN, A MANIFESTAR NUESTRO CARIÑO Y


BUENA VOLUNTAD PARA CON LOS AMIGOS Y VECINOS SOBRE TODO,
ESTANDO DISPUESTOS A PRESTAR AYUDA SI ALGUIEN NECESITA DE
NOSOTROS, DE NUESTRO TIEMPO, DE NUESTRO SERVICIO Y DE
NUESTRAS COSAS.

Y LE PEDIMOS A DIOS, NUESTRO SEÑOR, SU GRACIA Y SU FUERZA


PARA CUMPLIR FIELMENTE ESTOS PROPÓSITOS. POR JESUCRISTO,
NUESTRO SEÑOR. AMÉN.

BENDICIÓN SOLEMNE DE ADVIENTO

Sacerdote: Que Dios, omnipotente y misericordioso.

TODOS: NOS SANTIFIQUE CON LA CELEBRACIÓN DE ESTE ADVIENTO Y


NOS LLENE DE SUS BENDICIONES, YA QUE CREEMOS QUE CRISTO
VINO AL MUNDO Y ESPERAMOS SU RETORNO GLORIOSO. AMÉN.

Sacerdote: Que Dios, fuente de vida y alegría.


TODOS: NOS CONCEDA PERMANECER FIRMES EN LA FE, ALEGRES EN
LA ESPERANZA Y EFICACES EN LA CARIDAD. AMÉN.

Sacerdote: Que Dios, origen de toda bondad.

TODOS: NOS ENRIQUEZCA CON LOS PREMIOS ETERNOS CUANDO


VENGA DE NUEVO EN LA MAJESTAD DE SU GLORIA. AMÉN.

Sacerdote: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo (+) y Espíritu


Santo, descienda sobre todos ustedes.

TODOS: AMÉN.

*** ESTA MISMA BENDICIÓN SE PUEDE USAR EN LOS DOMINGOS II, III y
IV DE ADVIENTO.

Adviento 2022: Rosario de Adviento


“Adviento, Tiempo de espera”

Indicaciones:

· Ambiente: Capilla

· Símbolo: Una “corona de adviento” con 4 cirios los cuales deberán ser
prendidos al inicio de cada una de las primeras cuatro meditaciones; en la
quinta meditación se encenderá el cirio de la Virgen. La corona se coloca a los
pies de la imagen de la Virgen

Materiales:

· Imagen de la Virgen

· Corona de adviento con sus 4 cirios


· Cirio azul (para la Virgen)

· Cancioneros

T: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo...

MONICION INICIAL:

En comunión con toda la Iglesia celebramos el tiempo litúrgico de Adviento. En


este tiempo nos prepararnos para celebrar la Navidad, como conmemoración
de la primera venida del Hijo de Dios entre los hombres y, a la vez, mediante
esta celebración, nuestra fe se dirige a la segunda venida, ya gloriosa y
definitiva al final de los tiempos, del Señor Jesús.

Es un tiempo mariano por excelencia ya que nuestra Madre aparece


cooperando activamente en el misterio de la Reconciliación preparando el
nacimiento del Mesías. Es por ello que, en su presencia y compañía, vivimos
este tiempo de espera y de conversión.

Iniciemos este Santo Rosario cantando

PRIMERA MEDITACION:

TIEMPO DE ESPERA Y CONVERSION

El tiempo de Adviento es un tiempo de espera activa en búsqueda del


encuentro definitivo con el Señor Jesús. Espera activa que implica tener
deseos de cambiar, de prepararse; es por eso que en este tiempo estamos
llamados a la exigencia radical, a la conversión, al cambio de vida, a volver
nuestros pasos al camino de Dios; llamados a la conversión que debe abarcar
todo nuestro ser y que debe llevarnos a cambiar nuestros pensamientos,
sentimientos y acciones; poniéndolas en concordancia con la manera de
pensar, sentir y actuar de Jesús.

SEGUNDA MEDITACION:

LA ORACIÓN
El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y
que a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él sino lo
buscamos, sino estamos en constante tensión por ponernos en su presencia.
La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda
hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la
meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una
exigencia y necesidad en este tiempo de espera.

TERCERA MEDITACION:

LA PENITENCIA

Dios nos envía un Salvador, su propio Hijo. ¿Pero estamos realmente


preparados para acogerlo y recibirlo en toda su dimensión? Pongamos todo de
nuestra parte, por asumir, sin contemplaciones, durante este tiempo de espera
todos los sufrimientos, problemas y dolores que encontramos en nuestro
camino de santidad buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del
Señor, viviendo estas dificultades en sentido oblativo, de sacrificio y entrega;
mediante la penitencia, medio necesario de preparación y espera hacia un
encuentro definitivo con el Señor Jesús.

CUARTA MEDITACION:

LA CARIDAD

La caridad, se nos presenta como un excelente medio de espera y conversión


en el tiempo de Adviento; ya que sólo a través de nuestra comunión de amor
con el Señor, estaremos en condiciones de amar realmente a nuestros
hermanos y de practicar la verdadera caridad con ellos. La caridad debe
llevarnos durante este tiempo expresarla concretamente a través de la atención
de los más pobres y necesitados, buscando su promoción integral y
radicalizando nuestra obligación de ser “guardianes del hermano”
preocupándonos de colaborar con él para aliviar sus necesidades y problemas.
( Se sugiere cantar el primer Ave María).

QUINTA MEDITACION:

MARÍA NOS EDUCA EN LA ESPERA


María, con su “Fiat”, acepta ser la Madre de Dios y al hacerlo dirige todo su
esfuerzo por cumplir a cabalidad tal misión y espera ansiosa aquel momento de
máxima felicidad, como es el nacimiento del Señor Jesús; pero esta espera de
la Madre no es una espera pasiva, sino por el contrario es una espera activa,
demostrada en las acciones de Santa María durante la visita a su prima Isabel.

Reflexionemos sobre nuestra actitud de espera de la llegada de Jesús y


dejémonos educar por María en la espera paciente y activa. Cantamos MADRE
NUESTRA.(Se sugiere encender el cirio de la Virgen).

MONICION FINAL

En este tiempo de Adviento como cristianos comprometidos estamos llamados


a vivir en actitud de tensión y búsqueda de la presencia del Señor Jesús y en
espera de su retorno definitivo. Pidámosle a Santa María que nos enseñe a
esperar con su misma fe. Terminemos rezando La Salve.

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Adviento 2022: Oración familiar para encender la


primera vela de la Corona de Adviento
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

TODOS: Que hizo el cielo y la tierra.

MONITOR: Hoy, al iniciar el Adviento, comenzamos un nuevo año litúrgico. El


Adviento es un tiempo especial de preparación y espera. Iremos encendiendo,
semana tras semana, las cuatro velas de esta corona como un símbolo de
nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las
luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que irrumpe en el
mundo para disipar las tinieblas. El color verde que caracteriza a la corona
simboliza la vida y la esperanza que Él, Dios hecho niño, viene a traernos.

LECTOR: Lectura del libro del profeta Isaías: "Levántate, brilla, Jerusalén; que
llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira cómo la oscuridad
cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y
su gloria sobre ti aparece".

MONITOR: Nos recogemos unos instantes en silencio e inclinando nuestras


cabezas vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento.
Oremos...

LECTOR (o lectores que se repartan esta oración):

La tierra, Señor, se alegra en estos días,


y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor Jesús,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas,
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.

Ahora, pues, que vamos a empezar


el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de Aquel que,
por ser la Luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Te lo pedimos por Él mismo
que vive y reina por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.

MONITOR: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona


mientras cantamos la primera estrofa del canto “Hoy se enciende una llama” (o
cualquier canto apropiado).

TODOS CANTAN:

Hoy se enciende una llama


en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza
en el corazón despierto
y al calor de la Madre
caminemos este tiempo.

1. Un primer lucero se enciende


anunciando al Rey que viene,
preparad corazones, allánense los senderos.

MONITOR: Pidamos al Señor que fortalezca nuestra fe en este tiempo y


elevemos nuestras peticiones con confianza. Los que deseen pueden hacer en
este momento sus peticiones.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

INDICACIONES

La corona al inciar la oración debe tener la primera vela encendida. Se puede


colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, si se quiere con una vela
encendida a sus pies. De esta vela se puede tomar la llama para encender la
primera vela de la corona.
TODOS:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR:

Vamos a encender la segunda vela de nuestra corona. El Señor está cada vez
más cerca de nosotros y debemos prepararnos dignamente para recibirlo en
nuestros corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar nuestra
oración al Señor.

LECTOR:

Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

"En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador
de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y
de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y
Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y
se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión
para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del
profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será
rebajado, lo tortuoso será recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos
verán la salvación de Dios".

MONITOR:

Debemos preparar el camino del Señor y esto nos exige estar dispuestos
interiormente para la venida de Jesús, para que lo recibamos con un corazón
reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de amar y
entregarse a los demás. Hagamos un compromiso concreto que nos ayude
esta semana a disponernos mejor para su venida (se hace un momento de
silencio).
Mientras encendemos la segunda vela de nuestra corona cantemos HOY SE
ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado):

TODOS CANTAN:

(Una persona enciende la segunda vela mientras se entona el canto, de ser


posible durante la segunda estrofa)

HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA


EN LA CORONA DE ADVIENTO,
QUE ARDA NUESTRA ESPERANZA
EN EL CORAZÓN DESPIERTO
Y AL CALOR DE LA MADRE
CAMINEMOS ESTE TIEMPO.

Un primer lucero se enciende


anunciando al Rey que viene
preparad corazones,
allánense los senderos.

Crecen nuestros anhelos al ver


la segunda llama nacer.
Como dulce rocío vendrá
el Mesías hecho Niño.

MONITOR:

Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios Padre y respondamos a cada una


de ellas diciendo: VEN SEÑOR JESÚS.

LECTOR:
Te pedimos, Padre, por las intenciones del Papa Francisco y por toda la Iglesia
Católica que se prepara para la venida de tu Hijo, para que siempre tengamos
fijos los ojos en Aquél que nos trae la reconciliación.

VEN SEÑOR JESÚS

Te rogamos por la paz en el mundo, para que en este tiempo de Adviento se


viva con mayor intensidad el amor y la solidaridad.

VEN SEÑOR JESÚS

Te pedimos, Padre, por cada uno de nosotros, para que hagamos esfuerzos
por caminar al encuentro del Señor Jesús, que es la "Luz del Mundo".

VEN SEÑOR JESÚS

Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la familia de


Nazaret vivamos el amor mutuo y nos preparemos para la venida de tu Hijo.

VEN SEÑOR JESÚS

Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este Adviento, y sea
Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la venida del
Salvador.

VEN SEÑOR JESÚS

(se pueden añadir otras peticiones)

MONITOR:

Acudamos a nuestra Madre para que nos obtenga las gracias que necesitamos
en este tiempo de preparación, y así recibir a Jesús de la misma manera como
Ella lo hizo. Recemos juntos un Avemaría. Terminemos nuestra oración
cantando LOS CIELOS Y LA TIERRA (u otro canto apropiado).

TODOS CANTAN:

LOS CIELOS Y LA TIERRA EN TI SE ENCONTRARÁN,


MARÍA, DULCE ABRAZO QUE EL HOMBRE Y DIOS SE DAN.

Las viejas profecías que hablaban del Señor nutrían la esperanza de Israel:
la flor que nacería de tierra virginal, un Hijo que sería el Emmanuel.

Quien hizo las estrellas al Ángel te envió, que fueras Madre suya te pidió.
Dios Todopoderoso no quiso renunciar al gozo de acunarse en tu querer.

Los magos y pastores que fueron al portal hallaron en tus brazos a Jesús.
Sabemos que a tu lado lo vamos a encontrar lo mismo en la alegría que en la
Cruz.
MONITOR:

Madre de la Esperanza…

TODOS:

Ruega por nosotros.

TODOS:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Adviento 2022: Oración familiar para encender la
tercera vela de la Corona de Adviento

INDICACIONES

La corona al iniciar la oración deben estar encendidas la primera y la segunda


vela de la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable
colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies.
De este cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la
corona.

TODOS:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR:

Estamos ya en la tercera semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y


nuestro júbilo por la venida del Señor Jesús, que está cada vez más cerca de
nosotros. Empecemos nuestra oración cantando VEN PRONTO SEÑOR (u otro
canto apropiado).

TODOS CANTAN: CANTO APROPIADO DEL CANCIONERO


MONITOR:

Hoy, vamos a encender la tercera vela de nuestra Corona de Adviento. El


Señor está más cerca de nosotros y su luz nos ilumina cada vez más. Abramos
nuestro corazón, muchas veces en tinieblas, a la luz admirable de su amor.

LECTOR:

Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:


«La gente le preguntaba: "Pues ¿qué debemos hacer?". Y él les respondía: "El
que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para
comer, haga lo mismo". Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron:
"Maestro, ¿qué debemos hacer?" Él les dijo: "No exijáis más de lo que os está
fijado". Preguntáronle también unos soldados: "Y nosotros ¿qué debemos
hacer?". Él les dijo: "No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y
contentaos con vuestra soldada". Como el pueblo estaba a la espera, andaban
todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo;
respondió Juan a todos diciendo: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que es
más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él
os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar
su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que
no se apaga". Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la
Buena Nueva».

MONITOR:

Mientras encendemos la tercera vela de nuestra corona cantemos HOY SE


ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado):

TODOS CANTAN:

(Una persona enciende la tercera vela mientras se entona el canto, de ser


posible durante la tercera estrofa)
MONITOR:

Acudamos ahora a Santa María, que colaborando con el Plan del Padre
permitió que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle que siga
intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación. Entonemos un canto
a María (puede ser otro canto u oración mariana):

TODOS CANTAN: JUNTO A TI MARIA


MONITOR:

Elevemos libremente nuestras intenciones a Dios y respondamos a cada una


de ellas diciendo: VEN, JESÚS, NO TARDES.
(Peticiones libres)

Recemos ahora un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

TODOS:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Adviento 2022: Oración familiar para encender la cuarta


vela de la Corona de Adviento

INDICACIONES

La corona al iniciar la oración deben estar encendidas las anteriores velas de


la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar
una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este
cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.

TODOS:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR:

Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros y viene a traernos la


salvación. La espera llega a su fin, por eso hoy encenderemos la cuarta y
última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de
la venida del Señor Jesús. ¡Dios Hecho Niño viene a reconciliar los corazones y
estamos alegres! ¡Crece la esperanza! Iniciemos la oración de esta semana
cantando MORADA DE LA LUZ (u otro canto apropiado).

TODOS CANTAN:
CELEBREMOS UNIDOS A LA VIRGEN MARÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS CIEGOS Y NOS DIO A LUZ EL DÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS TRISTES Y NOS DIO LA ALEGRÍA.

1. Mujer tan silenciosa y encumbrada, ahora más que el sol,


recibes en tu vientre al mismo Dios, al que es tu Creador.

2. Lo que Eva en una tarde misteriosa buscando nos perdió,


Tú, Madre, lo devuelves florecido en fruto salvador.

3. Tú que eres bella puerta del Rey sumo, Morada de la Luz,


la puerta nos abriste de los cielos al darnos a Jesús.

LECTOR:

Lectura tomada del Evangelio según San Lucas (Lc 1, 39-49):

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de


Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el
saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu
Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto
de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a
visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti
por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».

María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se
estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque él miró con bondad la
pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán
feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es
santo!»

MONITOR:
La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la
Madre quien nos lo hace cercano; es Ella quien refleja la Luz de su Hijo y
permite que esta llegue hasta nosotros, iluminando nuestras vidas. En
compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de
Adviento mientras cantamos HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto
apropiado):

TODOS CANTAN:

(Una persona enciende la cuarta vela mientras se entona el canto, de ser


posible durante la cuarta estrofa)
MONITOR:

Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios, acudiendo a la intercesión de la


Virgen María. Respondamos después de cada petición: POR INTERCESIÓN
DE TU MADRE, ESCÚCHANOS SEÑOR.

(Peticiones libres)

Recemos ahora un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

MONITOR:

Oremos. Padre misericordioso, que quisiste que tu Hijo se encarnara en el


seno de Santa María Virgen, escucha nuestras súplicas y concédenos tu gracia
para que sepamos acoger al Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina en
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

TODOS:

Amén.

TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Novena de Navidad 2022


La Novena de Navidad 2022 comienza el viernes 16 de diciembre y termina el
sábado 24 de diciembre.

Empecemos la cuenta regresiva para celebrar el nacimiento de Jesucristo


unidos en esta hermosa tradición.
Aquí encontrarás las oraciones para vivir intensamente estos 9 días en familia,
en el trabajo, la comunidad, grupo parroquial, etc.

Primer Día de la Novena de Navidad 2022 - 16 de diciembre


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Vamos a afianzar nuestros valores de modo que la navidad sea lo que debe
ser; una fiesta dedicada a la RECONCILIACIÓN. Dedicada al perdón generoso
y comprensivo que aprenderemos de un Dios compasivo.

Con el perdón del Espíritu Santo podemos reconciliarnos con Dios y con los
hermanos y andar en una vida nueva. Es la buena noticia que San Pablo
exclamó en sus cartas, tal como leemos en su epístola a los Romanos 5. 1 –
11. Vivir la Navidad es cancelar los agravios si alguien nos ha ofendido, y es
pedir perdón si hemos maltratado a los demás.

Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles
anuncian en Belén: paz en la tierra a los hombres que aman al Señor y se
aman entre sí. Los seres humanos podemos hacernos daño con el odio o
podemos ser felices en un amor que reconcilia. Y esa buena misión es para
cada uno de nosotros: ser agentes de reconciliación y no de discordia, ser
instrumento de paz y sembradores de hermandad.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Segundo Día de la Novena de Navidad 2022 -17 de diciembre


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia


Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día


Segundo día dedicado a la COMPRENSIÓN. Comprensión es una nota
distintiva de todo verdadero amor.

Podemos decir que la Encarnación de un Dios que se hace hombre puede


leerse en clave de ese gran valor llamado comprensión. Es un Dios que se
pone en nuestro lugar, que rompe las distancias y comparte nuestros afanes y
nuestras alegrías. Es gracias a ese amor comprensivo de un Dios padre que
somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan
nos muestra la grandeza de su amor y nos llama a vivir como hijos suyos. Leer
la primera carta de Juan 3, 1 – 10. Si de verdad actuamos como hijos de Dios
no imitamos a Caín si no que “damos la vida por los hermanos” (3, 16).

Con un amor comprensivo somos capaces de ver las razones de los demás y
ser tolerantes con sus fallas.

Si la NAVIDAD nos torna comprensivos es una excelente Navidad.

Feliz Navidad es aprender a ponernos en el lugar de los demás.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Tercer Día de la Novena de Navidad 2022 - 18 de diciembre


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José


Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Tercer día dedicado al RESPETO.

Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son.

Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha


a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada.

El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias,


como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos.

Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer


moldearlos a nuestro tamaño.

Siempre que pienso en el respeto veo a Jesús conversando amablemente con


la mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el capítulo cuatro de su
evangelio.
Es un diálogo sin reproches, sin condenas y en el que brilla la luz de una
delicada tolerancia.

Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de


juzgarla la felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a
ser respetuosos si de verdad queremos entendernos con los demás.
6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Cuarto Día de la Novena de Navidad 2022 -19 de diciembre


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Cuarto día dedicado a la SINCERIDAD.

Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde
hay mentira. Amar es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la
hipocresía y con la fuerza de la integridad.

Sólo en la verdad somos libres como lo anunció Jesucristo: Juan 8, 32. Sólo
sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una relación en las crisis y
los problemas.
Con la sinceridad nos ganamos la confianza y con la confianza llegamos al
entendimiento y la unidad.

El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que creen
que su verdad es la Verdad.

Si la Navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad: es una fiesta en la


que acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: Juan 1, 9.
Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como
Camino, Verdad y Vida. Ojalá nuestro amor esté siempre iluminado por la
verdad, de modo que esté también favorecido por la confianza.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dicen mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Quinto Día de la Novena de Navidad 2022 - 20 de diciembre


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.
Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Quinto día dedicado al DIÁLOGO.

Toda la Biblia es un diálogo amoroso y salvífico de Dios con los hombres. Un


diálogo que lleva a su culmen y su plenitud cuando la palabra de Dios que es
su Hijo, se hace carne, se hace hombre, tal como lo narra San Juan en el
primer capítulo de su evangelio.

De Dios apoyado en la sinceridad, afianzado en el respeto y enriquecido por la


comprensión, es el que necesitamos en todas nuestras relaciones.

Un diálogo en el que a diario “nos revistamos de misericordia, bondad,


humildad, mansedumbre y paciencia”. Colosenses 3, 12.

El diálogo sereno que brota de un sincero amor y de un alma en paz es el


mejor aguinaldo que nos podemos dar en Diciembre. Así evitamos que
nuestras casas sean lugares vacíos de afecto en los que andamos dispersos
como extraños bajo el mismo techo.

Dios nos concede a todos el don de comunicarnos sin ofensas, sin juicios, sin
altanerías, con respeto y empatía, lo que genera acogida y mutua aceptación.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Sexto Día de la Novena de Navidad 2022 - 21 de diciembre


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Sexto día para valorar la SENCILLEZ.

Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles.

Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo
proclama en su canto de Magníficat.

"Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la humildad de su


esclava" Lucas 1, 47 - 48

Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de


tantos males que acarrea la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los
demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia.

El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus


limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que
nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la
condición de siervo” Filipenses 2, 6 – 11.

Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.

Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo


acaba con el amor.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Séptimo Día de la Novena de Navidad 2022 - 22 de diciembre

1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro
2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro
5.- Meditación del día

Séptimo día para crecer en GENEROSIDAD.

La generosidad es la capacidad de dar con desinterés, es la virtud en la cual el


amor le gana la carrera al egoísmo.

Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la


profundidad de un amor que no se agota en las palabras.

Y eso es lo que celebramos en la Navidad: el gesto sin par de un Dios que se


da a sí mismo. Lo destaca San Pablo: “espero que también se distingan en
generosidad... Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que,
siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza”.

Es un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los Corintios a compartir sus


bienes con los necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.

Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo


mejor de nosotros mismos en lugar de dar sólo cosas.

Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar
tiempo y dar alegría y esperanza.

Son los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero.

Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor,
y sacarás amor.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Octavo Día de la Novena de Navidad 2022 - 23 de diciembre

1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José


Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Octavo día para afianzar la FE.

Una fe que es firme cuando nace una relación amistosa con el Señor.

Una fe que es auténtica está confirmada con las buenas obras, de modo que la
religión no sea sólo de rezos, ritos y tradiciones.

Necesitamos cultivar la fe con la Biblia, la oración y la práctica religiosa porque


la fe es nuestro mejor apoyo en la crisis.

Necesitamos una fe grande en nosotros mismos, en Dios y en los demás. Una


fe sin vacilaciones como lo quería Jesús: Marcos 11. 23.

Una fe que ilumina el amor con la fuerza de la confianza, ya que “el amor todo
lo cree”. 1Cor 13, 7.

La FE es la fuerza de la vida y sin ella andamos a la deriva. Razón tenía Publio


siro al decir: el que ha perdido la fe, ya no tiene más que perder.

¡Qué bueno que cuidemos nuestra fe como se cuida un tesoro!

¡Qué bueno que nos puedan saludar como a la Virgen!: “Dichosa tú que has
creído”. Lc 1, 45.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas


rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

Noveno Día de la Novena de Navidad 2022 - 24 de diciembre


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste
en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro
hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra
salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y
nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que
esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo,
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de
la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú
nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no
haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das
el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que
sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un
día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor.
Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz
Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por
tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un
motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que
cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de
ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos
reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el
amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los
errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los
padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Noveno día para avivar la ESPERANZA y el AMOR.

El amor y la esperanza siempre van de la mano junto con la fe. Por eso en su
himno al amor nos muestra San Pablo que el amor cree sin límites y espera sin
límites”. 1Cor 13, 7.

Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso, el oro y
la mirra que nos dan ánimo para vivir y coraje para no decaer.
Es gracias al amor que soñamos con altos ideales y es gracias a la esperanza
que los alcanzamos.

El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la grandeza, a pesar de
los obstáculos y los sinsabores.

Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás,


podemos lograr lo que sugiere San Pedro en su primera carta: “estad siempre
dispuestos a dar razón de vuestra esperanza. Con dulzura, respeto y con una
buena conciencia”. 3, 15 – 16.

Si encendemos la llama de la esperanza y el fuego del amor, su luz radiante


brillará en el nuevo año después de que se apaguen las luces de la Navidad.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia


de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de
que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos


comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar
el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender
que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas
rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace
verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que
nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu


esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dicen mi
llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!

- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!

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