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Pautas trabajo final 2021

Cátedra de Filosofía

El trabajo final constituye una elaboración individual en la que deberán desarrollar un


tema que pueda ser abordado al menos desde dos materiales bibliográficos distintos del
programa de la materia. En tal sentido, la realización del trabajo final no debe constituir
un resumen del material bibliógrafo o una transcripción literal o textual del mismo
sino un trabajo de articulación conceptual a partir de la elección de un tema o
problema filosófico que pueda ser abordado desde los contenidos trabajados en el
dictado de la materia. Algunos posibles ejemplos:

1) El problema de la tensión entre apariencia/esencia al interior del mundo griego.


2) Implicancias del proceso de secularización y desacralización moderno.
3) Las dos caras de la modernidad: emancipación y colonialidad.
4) Nietzsche y la crítica al platonismo.
5) La crítica a la irracionalidad de la razón moderna.
6) El paso del mitos al logos y el paso del teocentrismo al antropocentrismo.
Coincidencias y diferencias.
7) El problema del conocimiento: universalismo, relativismo, perspectivismo.
8) Lecturas críticas del concepto de alienación de Marx.
9) Tensiones entre el universalismo ilustrado y racismo/eurocentrismo colonial.
10) El problema del conocimiento a priori.
11) El problema del dualismo mente –cuerpo.

Condiciones formales del Trabajo final:


El trabajo deberá tener una extensión de 5 (cinco) páginas, letra Time New Roman
tamaño 12, interlineado 1,5. El trabajo deberá contar con una introducción, un
desarrollo conceptual y las conclusiones. Al final del trabajo deberán indicar
necesariamente las fuentes bibliográficas utilizadas.
Por tratarse de un trabajo académico, en caso de utilizar ideas textuales del material
bibliográfico deberán indicar la cita correspondiente. Ejemplo: (Casullo, 1997: 30). Las
citas textuales deberán ir entrecomilladas. El uso de las Clases teóricas escritas también
debe citarse (Clase Teórica, N°5: 3). No está permitido la transcripción literal o
textual de las Clases teóricas de la materia.
Para este trabajo no está permitido el uso de páginas de internet. Sólo está
permitido el material de lectura de la cátedra. La copia parcial o total de textos
extraídos de internet conlleva la no aceptación del trabajo final y, en razón de ello,
se pasará a rendir un examen final oral sobre todos los contenidos del programa de
la materia en curso.

El trabajo deberá ser presentado tres semanas antes de alguno de los llamados de
examen final. En caso de estar aprobado podrán inscriben en la mesa de examen. El
examen oral comenzará con una presentación de su trabajo y luego se realizarán otras
preguntas sobre el programa de la materia. Recuerden que la regularidad de la materia
dura 3 (tres) años.
El trabajo deberá ser enviado a la siguiente dirección de correo: catedrafilosofia21@gmail.com
y avisar vía pedco de su envío.
TEMA SELECCINADO: El paso del mitos al logos y el paso del teocentrismo al
antropocentrismo. Coincidencias y diferencias.

INTRODUCCION:
LOS MITOS. En su gran mayoría, las culturas los poseen mitos y vivieron en torno a
ellos. Los mitos comprenden un saber no científico de gran importancia cultural. No
explican los hechos, pero nos llevan a reflexionar sobre su sentido y existencia. El ser
humano siempre se ha caracterizado por la curiosidad y temas tales como: ¿Por qué el
hombre es lo que es?, ¿Por qué la naturaleza se comporta del modo que lo hace?,¿Cómo
se relacionan los acontecimientos?, ¿Qué sentido tiene que el mundo exista? Tales
preguntas dieron origen a los mitos que se trasmiten de generación en generación y así a
la filosofía y a la permanente búsqueda científica. El mito se presenta como una
narración en lenguaje simbólico, hace referencia a la creación y rl orden del mundo en
el comienzo de los tiempos, es decir, el origen del ser humano, los animales, las plantas,
como surgieron las costumbres de la sociedad y como hay que comportarse en la vida.
Los mitos hablan de un tiempo diferente protagonizado por los dioses y procesos sobre
naturales.
EL PASO DEL MITO AL LOGOS: La filosofía nace como un tipo de conocimiento
diferente y opuesto al saber filosófico, en torno al siglo VI a.C., con los pensadores de la
escuela de Tales de Mileto. Por esta razón, el origen de la filosofía suele caracterizarse
con la expresión “EL PASO DEL MITO AL LOGOS”. Con esta expresión se hace
referencia al abandono paulatino del mito y su remplazo por el Logos (en griego, logos
significa razón, ciencia, conocimiento, palabra). Por este motivo, representa el
surgimiento del pensamiento racional y reflexivo, que ocupa el lugar de las tradiciones
explicaciones míticas aceptadas acríticamente. Se abandona el mito, en favor de lo
racional, cuando el ser humano se acerca a la naturaleza, a lo empírico, intentando
encontrar explicaciones de lo que ocurre que no apelen solo al sentido común, sino
explicaciones que surjan, básicamente, de la observación de la realidad y de la reflexión
acerca de ella.
En la Edad Media, se observa una época de extrema religiosidad, todo era explicado a
partir del paradigma TEOCENTRISTA, es decir, a partir de la figura de Dios.
Al finalizar la Edad Media y comenzar el Renacimiento, el teocentrismo cedió
el paso al antropocentrismo. El teocentrismo abarca todo lo que existe, incluso la
razón científica, ya que todo lo explica por la voluntad divina y mística por Dios como
centro del Universo, el que rige todo, todo fue creado por Él, es dirigido por Él y no
existe ninguna razón más que el deseo de Dios sobre la voluntad humana.
Con el surgimiento de la Edad Moderna, el antropocentrismo es considerado la
alternativa doctrinal al teocentrismo. Un nuevo paradigma (siglo XVI), donde el ser
humano es el centro de todas las cosas, del Universo, la medida de todas las cosas,
situando sus intereses a partir del uso de la razón. Descubren que pueden transformar la
naturaleza, es una doctrina filosófica, la cual comprende que los intereses del hombre
están sobre encima de todo. Tiene la capacidad de conocimiento, gracias al saber, a la
ciencia, los individuos podrán liberarse de los prejuicios de la religión, que se separa
definitivamente de la ciencia.
A continuación, a partir del material trabajado durante el año y los autores vistos,
desarrollaré con mayor precisión ambos temas.

DESARROLLO:
En su obra, La República, el filósofo Platón, analiza el concepto de mito, el cual es un
relato que puede ser la continuación del logos y que no debe, por lo tanto, considerarse
como mejor o peor que él. El mito es una forma de logos que se caracteriza por su
continuidad, y así como la obra platónica es un conjunto de logos que relatan diferentes
aspectos de los diálogos, reuniones filosóficas, el mito de la vida buena y justa.
Las propias leyes son consideradas por Platón como una mitología y su logos es para él
un mito. El problema de determinar la existencia de dios, del alma, la dialéctica, la
unidad y la multiplicidad como los dos principios constitutivos y los últimos de la
realidad. El diálogo utilizado en la República es también caracterizado como un mito.
Donde se abordan temas como la educación de los gobernantes atenienses, los
principios de la organización del Estado, la teoría, la justicia, la dialéctica y hasta el
principio primero de la realidad.
La interacción que para Platón tenían el mito y el logos se observa en su preocupación e
innovación política por el uso de la ley. Platón es el primero que introduce el prefacio
de la ley, que tiene como función convencer al destinatario para que no lleve a cabo una
acción contraria a las normas. También denomina mitos a las leyes no escritas, como las
que regulan la educación de los niños o a las enseñanzas elementales. Mitos son
también lo que nosotros consideramos alegorías, para mostrar cómo el mundo sensible y
el inteligible se subdividen a su vez en dos segmentos y cómo, del mismo modo, pueden
distinguirse en grados de conocimientos que proveen una enseñanza primordial y la
necesidad de regirse por el mandato de la razón y de la ley que es su encarnación. En la
ciudad ideal propuesta por Platón cada persona está especializada en alguna profesión
particular. De este modo, el Estado justo queda dividido en tres estamentos, cada uno de
ellos cumple su misión específica en la ciudad a fin de contribuir a la abundancia
colectiva. Citando textualmente a Platón, “Pues bien -comencé yo-, la ciudad nace, en
mi opinión, por darse la circunstancia de que ninguno de nosotros se basta a sí mismo,
sino que necesita de muchas cosas. ¿O crees otra la razón por la cual se fundan las
ciudades?” (pág. 117, La Republica).
¿Cómo se puede saber qué es justo o qué es injusto? Sócrates determina que es
necesario conocer primero qué es justo para el colectivo, la ciudad, y después concretar
el término de justicia individual.
Analizando el texto de Carpio, si bien cosas sensibles e ideas representan dos órdenes
diferentes del ser, con todo hay entre ambos una relación, que Platón dice es una
relación de semejanza o copia o imitación; relación que, al ver las cosas iguales, nos
permite pensar en la igualdad, a la manera como, al ver el retrato de un amigo, nos
acordamos del amigo, justamente porque hay similitud entre el retrato y él. Del mismo
modo, las cosas bellas se asemejan a la belleza, las cosas buenas al bien, las cosas justas
a la justicia, etc.
El mito de la caverna en Platón, como plantea Carpio, intenta mostrarnos de modo
análogo el privilegio del hombre, la importancia del conocimiento. Éste, según el mito,
es en cierto modo limitado, estamos encadenados desde que nacemos en una cueva que
tiene en la entrada una hoguera, y en la pared de la cueva apreciamos las sombras que
revelan la realidad. La filosofía de Platón pretende liberarnos de estas ataduras y de la
ignorancia y esto repercute en el modo de autogobernarnos.
Uno de los prisioneros escapa de sus cadenas y logra conocer la realidad, pero cuando
regresa para liberar a sus amigos, éstos no lo escuchan, lo tratan de loco y lo condenan a
muerte. Platón nos enseña que debemos aspirar a un conocimiento que está dentro
nuestro, que nos libere de las ataduras y nos ayude a realizarnos como seres humanos:
“todas las cosas rectas y bellas que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor
de ésta… es necesario tenerlas a la vista para poder obrar con sabiduría, tanto en lo
privado como en lo público”.
Nuestro propio conocimiento y el de nuestro mundo, lo percibimos a través de las
sombras que nos transmite un mundo confuso y limitado, es necesario traspasar la
hoguera que está en la boca de la cueva para poder encontrar la liberación moral e
intelectual de las ataduras del mundo sensible: el ideal es el aforismo “conócete a ti
mismo”, mediante la ascensión al mundo inteligible.
los hombres corrientes pueden burlarse de cierta torpeza del filósofo o de los científicos
en la vida diaria, pero muchos más motivos tendrían los filósofos u hombres de ciencia
para burlarse de aquellos que intentan ocuparse de cuestiones filosóficas o científicas
sin estar convenientemente preparados para ello.
En este apartado desarrollaré el paso del teocentrismo al antropocentrismo, Carpio, en el
capítulo VIII, contextualiza el primer período de los tiempos modernos, el
Renacimiento, los siglos XV y XVI se caracteriza ante todo por ser una época de crítica
al pasado inmediato, es decir, a la Edad Media. En efecto, el Renacimiento indica el
momento en que el hombre occidental se ha desligado de la confianza en las creencias
fundamentales sobre las que había vivido basadas en lo religioso. “De una concepción
religiosa del mundo y de la vida, centrada o dirigida, pues, hacia la divinidad
(teocentrismo, la Suma teológica, gira toda ella en torno de Dios. El Renacimiento, en
cambio, vuelve su mirada hacia este mundo, hacia la naturaleza (naturalismo). Para
advertirlo no hay más que pensar en el amplio desarrollo que a partir de entonces
ganan las ciencias de la naturaleza, como, por ejemplo, la anatomía humana con la
obra de Vesalio (1543). O bien puede compararse el arte medieval con el renacentista
para que el contraste salte inmediatamente a los ojos, no sólo por lo que se refiere a los
temas, sino sobre todo por el tratamiento de los mismos: obsérvese solamente la
importancia que la nueva época concede al cuerpo humano, en el que se deleita
morosamente, en tanto el artista del Medioevo lo olvidaba tras los ropajes que
ocultaban su forma, para prestar atención casi tan sólo a la expresión del rostro. Por
oposición al carácter religioso de la época anterior, la del Renacimiento es una
concepción del mundo esencialmente profana” (Pag 143, Carpio).
Según el racionalismo y antropocentrismo, el verdadero conocimiento es el
conocimiento necesario y universal, el que se logra con la sola y exclusiva ayuda de la
razón, sin recurso ninguno de la experiencia ni de los sentidos. Aquello en que debe
fijarse la atención, no son las figuras ni las imágenes que pasan por nuestra mente, sino
solamente los conceptos, las ideas innatas, tal como ocurre en las matemáticas, que son
siempre para el racionalismo el modelo e ideal de todo conocimiento. Esta concepción
rompe con las ideas de Platón, de la existencia de un mundo de las ideas o mundo
sensible.
CONCLUSION:
En síntesis, a lo expuesto, el paso del mito al logos, según mi interpretación basada en
los autores, quiere decir ''el paso de la superstición (o religión) a la razón (o la ciencia)''.
Esto abrió camino a que surgiera lo que hoy conocemos como la disciplina filosófica. A
partir de lo analizado, ambas son una necesidad, me refiero tanto al mito como al logos;
el mito porque necesitamos una base con la cual partir, y el logos porque el análisis del
mito nos servirá para plantear las causas de todos los seres. 
La creación del mundo era incomprensible sin la presencia de los dioses o seres divinos
que configuraran la complejidad que vemos en la realidad. Esta fue una mirada práctica
a la realidad para la antigua Grecia. Sin embargo, con el tiempo el hombre va
entendiendo que hay ciertas causas que tienen explicaciones más allá de una divinidad,
o mejor, dicho de otra manera, que tiene mucho más sentido que el mito, por eso la
necesidad de la ciencia y el uso de la razón.
Nicolas Casullo, explica que a fines del siglo XVIII la modernidad jugo un papel central
y de inflexión con respecto al pensamiento. Fue la que motivo un cambio rotundo en
cuanto a formas de pensar, autores a los cuales reconocerles sus textos. Antes del
comienzo de lo que hoy se conoce como moderno, lo que regía el pensamiento era la
iglesia, su dogma, las sagradas escrituras. Lo real era una representación teológica del
mundo, todo estaba basado de acuerdo a las distintas variables religiosas, los escritos
sagrados, la explicación del mundo.
La modernidad nace en el periodo de la ilustración (entre los S XVII y XVIII) con los
pensadores de la época que sintieron la necesidad de comprender el mundo desde otras
perspectivas, debido al agotamiento o derrumbe de la vieja comprensión del mundo.
Como un proceso de autoconciencia y nueva representación del mundo, un proceso de
autoconciencia, , una liberación, una autonomía a nivel individuo y también sociedad.
Permite desenvolverse por sí mismo sin ser regido por los dogmas de la iglesia o de un
rey.
En palabras de Casullo: “Implica apremiantemente diferenciación y delimitación de lo
que se entiende y asume por pasado, y así para sus actores, apreciarse parte de este
fenómeno debe de conllevar la emancipación racional de lo conservador y tradicional,
en consecuencia, representativo del proceso que antecede y doctrinarnos de nuevas
convicciones –renovarnos, superarnos” (Cap. 3, N, Casullo)
BIBLIOGRAFIA

 Unidad 3, Casullo, N: “La modernidad como autorreflexión”


 Unidad 2 - Carpio, Adolfo: Principios de Filosofía, Buenos Aires, Glauco, 1979.
Cap. IV.
 Platón: República. Buenos Aires, EUDEBA, 1963. Libro VII.

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