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La 

literatura griega no solo ha influido sobre sus vecinos romanos, sino también a un


sinnúmero de generaciones por todo el continente europeo. Los escritores griegos son
responsables de la introducción de géneros como la poesía, la tragedia, la comedia y
la filosofía occidental. Estos autores no nacieron únicamente en Grecia, sino que también
provenían de partes de Asia Menor (Jonia), de las islas del mar Egeo, Sicilia y el sur
del Italia.

Temas
Los griegos eran personas apasionadas, y este rasgo se puede ver en su literatura. Tenían
una rica historia de la guerra y paz que dejó una huella indeleble en su cultura y sus
habitantes. Edith Hamilton, autora e historiadora, sostenía que el espíritu de la vida
abundaba en la historia griega. En The greek way escribe:

La literatura griega no está hecha en tonos grises o con una paleta de colores tenues. Es
toda negra con un blanco brillante o negro con escarlata y oro. Los griegos eran
conscientes, terriblemente conscientes, de la incertidumbre de la vida y de la inminencia de
la muerte. Enfatizan una y otra vez la brevedad y el fracaso de todo esfuerzo humano, la
fugacidad de todo aquello que es hermoso y alegre […] La alegría y la pena, la exultación y
la tragedia, van de la mano en la literatura griega, pero ello no implica contradicción
alguna. (26)

Para comprender y apreciar completamente la literatura griega debemos separarla, dividir


las épicas orales de las tragedias y las comedias, así como las historias de las filosofías. La
literatura griega también se puede dividir en distintos periodos: el arcaico, el clásico, y el
helenístico. La literatura de la época arcaica se centraba sobre todo en los mitos, que son en
parte historia y en parte folclore. Las épicas de Homero, la Ilíada y la Odisea, junto con
la Teogonía de Hesíodo, son ejemplos notables de este período. La Grecia literaria
comienza con Homero. Como la escritura todavía no había llegado a Grecia, la mayor parte
de lo que se creó en este período fue transmitido oralmente y no se puso por escrito hasta
años después.

La época clásica (siglos IV y V a.C.) se centra en las tragedias de escritores


como Sófocles y su Edipo, el Hipólito de Eurípides y las comedias de Aristófanes. Por
último, el periodo final, la época helenística, vio la poesía, la cultura y la prosa griega
expandirse por el Mediterráneo e influir a escritores romanos
como Horacio, Ovidio y Virgilio. Desafortunadamente, con pocas excepciones, solo
quedan fragmentos de la mayor parte de lo que se creó durante los periodos arcaico y
clásico.

Período arcaico
Durante el período arcaico, las obras de los poetas se declamaban, como resultado de la
tradición oral, en los festivales. Producto de la edad oscura griega, la Ilíada de Homero se
centraba en los últimos días de la guerra de Troya, una guerra iniciada por el amor de una
hermosa mujer, Helena. Esta épica dotó a los jóvenes griegos una formación de héroes
dignos de admirar, como Aquiles, Héctor y Paris. Era un poema que contrastaba a los
dioses y los mortales, lo divino y lo humano, la guerra y la paz. Alejandro Magno dormía
con una copia del libro debajo de su almohada e incluso creía que era pariente de Aquiles.

Homero
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

La segunda obra de Homero, la Odisea, giraba en torno a la “odisea” de 10 años en la


cual Odiseo o Ulises, un héroe de la guerra de Troya, intenta regresar a casa. Mientras que
la mayoría de los clasicistas e historiadores aceptan que Homero vivió realmente, hay
quienes proponen que sus épicas son el resultado de más de un autor. Fueran o no sus
obras, estas tendrían una gran influencia en el escritor romano Virgilio y su Eneida.
Después de Homero, la poesía lírica, que es poesía hecha para ser cantada, se labró su
propio lugar.

PUESTAS POR ESCRITO AÑOS DESPUÉS DE SU


MUERTE, LAS FÁBULAS DE ESOPO FUERON
UNA DE LAS PRIMERAS OBRAS IMPRESAS EN
INGLÉS COLOQUIAL.
Hubo muchos otros que “escribieron” durante este período, entre ellos Esopo, Hesíodo
y Safo de Lesbos. El gran narrador Esopo puede que fuera o no el fabulista más grande de
la antigüedad. El profesor y clasicista D.L Ashilman escribió en su introducción al libro
de Fábulas de Esopo, “puede que Esopo no fuera una figura histórica, sino un nombre que
se refiere a un grupo de narradores antiguos”. Tradicionalmente se dice que nació esclavo
aproximadamente en el 620 a.C. en Asia Menor. Tras conseguir la libertad, viajó a través
de Grecia coleccionando historias, incluyendo la del perro y el trozo de carne, el león y el
ratón, y la zorra y el mono coronado rey. Estas historias terminaban en su mayoría (no
siempre con un final feliz) con una moraleja como que es mejor ser honestos y precavidos.
Puestas por escrito años después de su muerte, las fábulas de Esopo fueron de los primeros
trabajos impresos en inglés coloquial.

Otro poeta del período arcaico fue Hesíodo, el autor de la Teogonía, un himno para las
musas de Apolo. Se lo ha llamado el padre de la poesía didáctica. Al igual que Homero, se
sabe poco sobre su vida temprana, excepto que provenía de Beocia en la Grecia central.
La Teogonía contaba los orígenes y genealogías de los dioses, el reino de Zeus. Hesíodo
escribió:

Comencemos nuestro canto por las Musas Heliconíadas, que habitan la montaña grande y
divina de Helicón. Con sus pies delicados danzan en torno a una fuente de violáceos
reflejos y al altar del muy poderoso Zeus. (23)

Más tarde en el poema, dice:

¡Salud, hijas de Zeus! Otorgadme el hechizo de vuestro canto. Celebrad la estirpe sagrada
de los sempiternos Inmortales, los que nacieron de Gea y del estrellado Urano, los que
nacieron de la tenebrosa noche y los que crió el salobre Pronto. (26)

Otros de sus trabajos incluyen Trabajos y Días, El Escudo de Heracles, y Catálogo de


Mujeres.

Por último, una de las pocas poetas líricas reconocidas de este período fue Safo de Lesbos,
a quien se conoce también como la décima musa. Nació en la isla de Lesbos y sus poemas,
himnos a los dioses, influyeron a tales poetas romanos como Horacio, Catulo y Ovidio. La
mayor parte de su poesía permanece en fragmentos o se encuentra citada en trabajos de
otras personas.

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Período clásico
La declamación de la poesía, y de la poesía lírica, se transformó en teatro. El propósito del
teatro no era únicamente el de entretener, sino que buscaba además educar a los ciudadanos
griegos, buscaba explorar un problema. Las obras se representaban en teatros al aire libre y
normalmente eran parte de festivales religiosos. Junto con un coro que explicaba la acción,
se encontraban los actores, que normalmente eran tres y usaban máscaras. De los autores de
tragedias, solo hay tres de los que se conservan algunas obras completas: Esquilo,
Eurípides y Sófocles. Curiosamente, se les considera de los escritores trágicos más
importantes del mundo. Hamilton escribió:

Los grandes dramaturgos del mundo son cuatro y tres de ellos son griegos. Es en la tragedia
donde podemos ver con mayor claridad la preeminencia de los griegos. Dejando de un lado
a Shakespeare, los tres grandes, Esquilo, Eurípides y Sófocles, se mantienen solos. La
tragedia es un logro peculiarmente griego. Ellos fueron los primeros en percibirla y la
elevaron a las más altas cumbres. (171)

Esquilo (en torno a 525-456 a.C.) fue el primero de los tres. Nació en Eleusis y luchó en
la Batalla de Maratón en contra de los invasores persas. Su primera obra se interpretó en
499 a.C. Entre las obras que se conservan se encuentran Los Persas, Los Siete Contra
Tebas, Los Suplicantes (una obra que derroto a Sófocles en una competición), Prometeo
Encadenado y la Orestíada. Una parte de su trilogía de la Orestíada  fue su obra
probablemente más famosa, Agamenón, una obra que se centra en el regreso del
comandante de la Guerra de Troya a su esposa Clitemnestra, quien acabaría asesinándolo.
Después de asesinar a su esposo demostró muy poco remordimiento, al decir:

No es asunto tuyo preocuparte de eso. A mis manos cayó y murió, y yo lo enterraré, pero
no acompañado del llanto de los de su casa. (99)

La mayoría de las obras de Esquilo estaban centradas en la mitología griega, representando


el sufrimiento del hombre y la justicia de los dioses. Sus trabajos fueron de los primeros en
tener un diálogo entre los personajes de la obra.

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Sófocles (en torno a 496 - 406 a.C.) fue el segundo de los dramaturgos trágicos. De sus 120
obras presentadas en competiciones, solo 20 fueron ganadoras, ya que la mayoría perdieron
frente a Esquilo. Únicamente tres de las siete obras que se conservan están completas. Su
obra más famosa, parte de una trilogía, fue Edipo Rey, una obra escrita 16 años después de
la primera parte de la trilogía, Antígona, una obra sobre la hija de Edipo. La tercera en la
serie fue Edipo en Colono, la cual relata los últimos días del rey ciego. La tragedia de
Edipo se centra en la profecía que predecía que un hombre mataría al rey (su padre) y se
casaría con la reina (su madre). Sin saberlo, ese hombre era Edipo. Sin embargo, la tragedia
de la obra no se trata de que matara a su padre y desposara a su madre, sino de que se
enterara de ello; se trata de la exploración de un personaje trágico que ahora está cegado.

Busto de Sófocles
Jade Koekoe (CC BY-NC-SA)

El tercer autor de tragedias griegas fue Eurípides, un ateniense (484-407 a.C.).


Desgraciadamente, sus obras, en su mayoría basadas en mitos, no tuvieron demasiado éxito
en las competiciones; sus críticos creen que estaba resentido respecto de sus fracasos. Fue
autor de 90 obras, entre las cuales se encuentran Hipólito, Las troyanas y Orestes.
Eurípides es famoso por introducir un segundo acto en sus obras, las cuales se centraban en
reyes y gobernantes, al igual que disputas y dilemas. Falleció poco después de su viaje a
Macedonia, en donde escribiría una obra sobre la coronación del rey. En su
obra Medea habla de una mujer amargada que se vengó de su esposo matando a sus hijos.
Con dolor, Medea grita:

¡Gran Artemisa y Temis augusta! ¿Veis lo que sufro, encadenada con grandes juramentos


a un esposo maldito? ¡Ojalá que a él y a su esposa pueda yo verlos un día desgarrados en
sus palacios, por las injusticias que son los primeros en atreverse a hacerme! (55)

Otro dramaturgo de esa época era el ateniense Aristófanes (en torno a 450-386 a.C.), autor
de comedia griega. Sus obras eran sátiras de personas públicas y sus asuntos, al igual que
críticas políticas. Once de las obras de Aristófanes han sobrevivido junto con 32 títulos y
fragmentos de otras. Sus obras incluyen: Los caballeros, Lisístrata, Las
Tesmoforiantes, Las Ranas, y Las Nubes, una obra que ridiculizaba al
filósofo Sócrates como un profesor corrupto de retórica. La mayor parte del tiempo sus
actores usaban máscaras grotescas y contaban chistes obscenos. La mayoría de sus obras
tenían una lección moral o social, mofándose de la vida social y literaria de Atenas.

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Filósofos e historiadores griegos


Entre las personas que contribuyeron a la literatura griega se encontraban los filósofos,
entre ellos Platón, Aristóteles, Epicteto y Epicuro. Uno de los filósofos griegos más
influyentes fue Platón (427-347 a.C.). Fue estudiante de Sócrates y sus primeras obras
fueron un tributo a la vida y muerte de su maestro: la Apología, el Critón y Fedón. También
escribió el Banquete, una serie de discursos en una cena. Sin embargo, su obra más famosa
es la República, un libro sobre la naturaleza y el valor de la justicia.

Su estudiante, Aristóteles (384-322 a.C.), se oponía a Platón en múltiples temas, sobre todo
en el concepto del empirismo, la idea de que una persona podía confiar en sus sentidos para
que le brindasen información. Sus trabajos incluyen: Ética Nicomáquea (un tratado sobre
ética y moral), la Física y la Poética. Fue el creador del silogismo y profesor de Alejandro
Magno.
Busto de Aristóteles, Palazzo Altemps
SquinchPix.com (Copyright)

Un último grupo de contribuyentes a la literatura griega fueron los


historiadores: Heródoto, Tucídides y Polibio. Tanto Heródoto (484-425 a.C.) como
Tucídides (460-400 a.C.) escribieron en la época de la Guerra del Peloponeso. Aunque se
conoce poco de su vida temprana, Heródoto escribió sobre las guerras entre Atenas
y Esparta, de la misma manera escribió que sobre las guerras persas. Durante su vida, su
hogar, Halicarnaso en el oeste de Asia Menor, estuvo dominado por las fuerzas persas.
Aunque a menudo se lo critica por errores factuales, sus obras estaban basadas en obras y
documentos anteriores. Sus narrativas demostraban un entendimiento de la experiencia
humana y, a diferencia escritores previos, no juzgaba. Viajó mucho, incluso fue a Egipto.
Su contemporáneo, Tucídides, fue autor, de la incompleta Historia de la Guerra
del  Peloponeso. Parte de la historia fue escrita mientras la guerra acontecía, y examina las
causas inmediatas y a largo plazo de la guerra. Su trabajo, no terminado, fue completado
por Jenofonte y Cratipo.

Período helenístico
El periodo helenístico produjo poetas, escritores de prosa e historiadores. Entre ellos estaba
Calímaco, su estudiante Teócrito, Apolonio de Rodas, y el respetado historiador Plutarco.
Desafortunadamente, como en eras pasadas, mucho de lo que se escribió solo se conserva
en fragmentos o citado en las obras de otros.

El poeta Calímaco (310-240 a.C.) era originalmente de Cirene pero emigró a Egipto y pasó
la mayor parte de su vida en Alejandría, donde trabajó como bibliotecario bajo Ptolomeo
I y III. De sus más de 800 libros, 6 himnos y 60 epigramas, solo se conservan fragmentos.
Su trabajo más famoso fue Aitia (causas), que revela su fascinación por el pasado griego y
se concentra en muchos de los mitos antiguos, los cultos y los viejos festivales. Su trabajo
tuvo una gran influencia en la poesía de Catulo y la Metamorfosis de Ovidio.
Aitia de Calímaco
The Egypt Exploration Society (Public Domain)

Su pupilo Teócrito (315-250 a.C.), originalmente de Siracusa, también trabajó en la


biblioteca de Alejandría y produjo un gran número de escritos, de los cuales solo se
conservan 30 poemas y 24 epigramas. Se dice que él es creador de la poesía pastoril. Al
igual que su maestro, su trabajo influyó en futuros autores romanos como Ovidio.

Apolonio de Rodas (nacido en 295 a.C.) era, como los otros, de Alejandría, donde sirvió
como bibliotecario y tutor. Los historiadores no tienen claro del origen del “de Rodas” en
su nombre; algunos asumen que vivió un tiempo en Rodas. Sus trabajos más importantes
fueron los cuatro libros de Las Argonáuticas, una nueva narración de la historia de los
viajes de Jasón para obtener el vellocino de oro. Y, al igual que Calímaco y Teócrito, su
trabajo influyó a Catulo y a Virgilio.

Además de la poesía y la prosa, hay que mencionar al dramaturgo más conocido de la


época, el ateniense Menandro (342-290 a.C.). Menandro era un estudiante de filosofía y
líder de la propuesta de la Comedia nueva, y escribió más de 100 obras, incluidas El
Misántropo, La Trasquilada y El Arbitraje. Fue el maestro del suspense. Sus obras fueron
posteriormente adaptadas por los autores romanos Plauto y Terencio.

El mundo helenístico también produjo historiadores notables. Polibio (200-118 a.C.) fue un
griego que escribió sobre el ascenso de Roma al poder. Denunciado como alguien
demasiado amistoso con Roma, propuso la cultura griega en Roma. De sus Historias, solo
quedan los primeros 5 libros de los 40 que escribió.

Por último, Plutarco (nacido en torno a 45 a.C.) fue uno de los historiadores griegos más
famosos. Originario de Queronea, fue filósofo, maestro y biógrafo. A pesar de haber pasado
tiempo en Egipto y Roma, donde enseñó filosofía, pasó la mayor parte de su vida en su
ciudad natal. Más tarde, sirvió como sacerdote en el oráculo de Delfos. Su obra más
famosa, Vidas Paralelas, ofrecía biografías de hombres de Estado romanos, así como de
griegos como Alejandro, Licurgo, Temístocles y Pericles. A diferencia de otros
historiadores, escogió no escribir una historia continua sino concentrarse en cada persona
individualmente. También escribió sobre ética, religión, política y literatura.

Legado
Después de la muerte de Alejandro Magno y el crecimiento de la cultura helenística a
través del Mediterráneo, la literatura y el arte romanos tenían un toque griego característico.
La literatura griega se elevó de la tradición oral de Homero y Hesíodo hasta las obras de
Sófocles y Aristófanes, y ahora se encontraba en las mesas de ciudadanos y autores
romanos. Esta literatura incluía la filosofía de Platón y Aristóteles y las historias de
Heródoto y Tucídides. Siglos de poesía y prosa han sido transmitidas por generaciones, y
han influido a los romanos, al igual que a muchos otros en Europa. Refiriéndose al "fuego"
de la poesía griega, Edith Hamilton escribió: “Uno podrá citar todos los poemas griegos
que existen, aunque sean tragedias. Cada uno de ellos demuestra el fuego de la vida
ardiendo fuerte. Nunca existió poeta griego que no se calentara las manos en esa llama”.
(26) Hoy, las bibliotecas públicas y privadas contienen las obras de los antiguos griegos y
un sinnúmero de generaciones venideras podrán leer y disfrutar de la belleza de la literatura
griega.

***

Traducido por Selene Roldán (Filosofía en la Red):

Estudiante de la licenciatura en Filosofía en la Universidad Autónoma del Estado de


México, con línea de investigación en: filosofía de la cultura, filosofía y género, filosofía
política, feminismo y género, y filosofía y cine.
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Bibliografía
 Aeschylus. The Complete Aeschylus. Oxford University Press, 2011.
 Aesop. Aesop's Fables. Fall River, 2014.
 Cantor, N.F. Antiquity. Harper Perennial, 2003.
 Euripides. Medea and Other Plays. Oxford University Press, 2009.

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