Está en la página 1de 5

Seminario Animación Pastoral

- Trabajo escrito / para el final


- Presentación domino del tema / postura y tono de voz
- Power Point
- Asistencia participación
Cronograma

Documento
Juan Pablo II – Exhortación Apostólica – chriti fidelis laici – leer para el siguiente Miercoles 26
julio – cada punto a exponer será enviado por el Watts App por el Padre.
18 de octubre presentación del trabajo
Bibliografía:
- Recuperación del plan pastoral de alguna diocesis
- Plan pastoral de la conferencia
- Libros sobre el tema de la biblioteca
Esquema del trabajo
PERFIL
PARA QUE DÉIS MÁS FRUTO

La formación de los fieles laicos

Madurara continuamente:

La misión de los fieles laicos es el de crecer, madurar continuamente y dar fruto. Son
estos aspectos los cuales deben ser asumidos con la suficiente responsabilidad y con la
conciencia de que son llamados por el mismo Cristo, pero también interpelados por él.
También se debe resaltar la importancia de su formación continua para alcanzar esa
madures en la fe y su buena configuración con Cristo. Firmes en estos aspectos, los
padres sinodales resaltan la gran misión que tienen las diócesis para la inclusión de esta
formación en los programas pastorales de modo que todos los esfuerzos de la comunidad
(sacerdotes, laicos y religiosos) concurran a este fin.

Descubrir y vivir la propia vocación y misión

La formación de los fieles laicos tiene como objetivo el descubrimiento cada vez mas
claro de la propia vocación y también de su disponibilidad. Para que pueda reconocer de
que Dios los llama y los envía como obreros para que trabaje en el advenimiento del
reino de Dios. Este llamado es revelado por medio del plan de Dios de manera gradual,
en el día a día. Y el fiel ante este llamado debe mostrar docilidad y una vida constante en
la oración.

Ahora no solo es necesario saber lo que Dios quiere sino también hacer lo que él quiere
y esta actuación debe hacerse con fidelidad a esa voluntad. Para que así el fiel pueda
reconocer todas las riquezas de la fe.

Una formación integral.

Cada laico también descubre su vocación y misión en la Iglesia, donde perteneciente a la


Iglesia y también a la realidad social, no debe estar en dos vidas paralelas, la vida
espiritual y una vida secular. Por lo tanto, el sarmiento arraigado en la vid da fruto donde
existe, es decir en su familia, en su entorno social y la sociedad.
El Concilio Vaticano II ha invitado a todos los fieles laicos a esta unidad de
vida,  denunciando con fuerza la gravedad de la fractura entre fe y vida, entre Evangelio
y cultural, por tanto, muchos pueden pensar que la Iglesia ocupa tiempo para la persona,
pero al contrario es la Iglesia quien da forma de vida a toda la cotidianidad de la
persona.

Hoy en día por ello es considerado una crisis una separación entre fe y vida, porque
algunas circunstancias para el hombre es excusa para apartar su vida de la fe o de la
Iglesia.

Aspectos de formación.

El camino espiritual de la persona, se hace por medio de la participación en la Iglesia,


Cristo alimenta a la Iglesia con las ayudas espirituales sobre todo con la participación
activa en la sagrada liturgia, entonces los fieles deben usar estas ayudas de manera que,
cumpliendo los deberes en su vida ordinaria, no separen de su vida la unión con Cristo,
al contrario, que desempeñen su vida acompañados de la Iglesia porque así lo quiere
Dios.

La doctrina social de la Iglesia es uno de los medios más accesibles, es adaptada a todos
los medios y lugares, e invita y nos enseña a defender primeramente os derechos
humanos y nos da valores para una vida mejor en la Iglesia y en nuestras familias.

Para los laicos su misión misionera y apostólica, y el crecimiento personal en valores


humanos es el objetivo del documento, porque una vida cristiana no existe si existe en la
persona relatividad en sus valores, entonces un laico debe tener un espíritu de justicia, la
sinceridad, la cortesía, y una fortaleza de ánimo frente a las adversidades.

En conclusión, de este punto, el laico al madurar la síntesis orgánica de su vida, es decir


preparado para el cumplimiento de su misión, serán interiormente guiados y sostenidos
por el Espíritu Santo en plenitud de su vida.

Se brindaron palabras de aprecio y de aliento hacia los laicos para que sean verdaderos
testigos del Evangelio, mediante el ejemplo de vida, la competencia y rectitud
profesional. La investigación científica y técnica es llevada a cabo por los fieles laicos,
debe ser regida por el criterio del servicio al hombre en la totalidad de sus valores y de
sus exigencias. Deben hacer más comprensible a todos el intimo vinculo que existe entre
la fe y la ciencia, entre el Evangelio y la cultura humana.

Las escuelas y universidades católicas tienen un papel profético y deben formar hombres
y mujeres en los que se encame el "mandamiento nuevo". Muestran también la imagen
viva de la Iglesia y hace más fácil el conocimiento de sus riquezas. Los grupos, las
asociaciones y los movimientos tienen cada uno tiene sus propios métodos.

La formación es un derecho y un deber de todos, debe ser ofrecida especialmente a los


pobres con los medios adecuados y alcanzar la plena vocación humana y cristiana. Es
necesario también desarrollar la formación de los formadores para asegurar la formación
de todos los fieles laicos.

En la labor formativa se debe tomar en cuenta la cultura humana del lugar y cada uno
debe asumir la responsabilidad de su autoformación. Cuanto más nos formamos, más
sentimos la exigencia de proseguir y profundizar tal formación, más nos hacemos
capaces de formar a los demás. Se podrá lograr por la acción de Dios.

Se concluye el documento con la invitación de Jesús de ir a trabajar a su viña, que está


dirigido a todos, en particular a los fieles laicos. Se tendría que lograr una experiencia
espiritual de una Iglesia atenta, para discernir y acoger el renovado
llamamiento de su Señor.

Se debe mantener vigilante, en la mente, en el corazón y en la vida la conciencia


eclesial; la conciencia de ser miembros de la Iglesia de Jesucristo, participes de su
misterio de comunión y de su energía apostólica y misionera. Ser conscientes de la
extraordinaria dignidad que les ha sido otorgada mediante el santo Bautismo, llamados a
ser hijos amados del Padre, miembros incorporados a Jesucristo y a su Iglesia, templos
vivos y santos del Espíritu.

Sentido de pertenencia al misterio de la Iglesia en Comunión, como un don del Espíritu


Santo. Una Iglesia católica, rica en vocaciones, condiciones de vida, carismas, misterios,
tareas, responsabilidades, grupos, asociaciones, movimientos de los fieles laicos con una
sola misión salvadora de la Iglesia.

Es un signo de la presencia de Cristo Salvador en el mundo, que nos invita a ir por el


mundo y proclamar la Buena Nueva a toda la creación (Cf. Mc 16, 15) Los laicos deben
sentirse parte viva y responsable de esta meta, se logrará con la intercesión de María
Santísima y se concluye con una oración a ella.

También podría gustarte