Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Guion Tecnico Definitivo
Guion Tecnico Definitivo
El teatrino que ocuparemos se divide en tres escenarios (cada uno tendrá el borde marcado de un
color en específico para que sea más fácil distinguirlos):
1. Escenario izquierdo.
2. Escenario principal (el que está en medio).
3. Escenario derecho.
Las acciones que se desarrollen en los escenarios laterales se especificaran más adelante.
El escenario estará colocado sobre unos módulos que cubriremos con un mantel de
color negro, completamente abierto para que los tres escenarios sean perceptibles.
Abra un máximo de 4 personas que podrán estar detrás del telón pese al espacio.
Aunque para evitar que el publico pueda ver lo que pasa detrás del escenario se
cerraran las cortinas laterales para que nos podamos pasear libremente detrás de
escena.
(Luces generales)
(Se enciende la luz amarilla) Papa: pinche calor, no aguanto a las moscas,
pinche vida.
Protagonista: Hasta lo dije yo, voy a matarlas. Nadie dijo que no lo hiciera. En
cuanto se fueron a dormir su siesta, tomé el matamoscas y maté setentaidós.
Concha me vio cómo tomaba las moscas muertas con la mano y las metía en
una bolsa de plástico. Les dijo a ellos. Y ella me dijo:
Protagonista: Yo ya sabía entonces que lo que hacía es lo que hacen todos los
pinches chamacos. Como Rodrigo. Rodrigo deshojó un ramo de rosas que le
regalaron a su madre cuando la operaron y le dijeron pinche chamaco. Creo que
hasta le dieron una paliza. O Mariana, que se robó un gatito recién nacido del
departamento 2 para meterlo en el microondas y le dijeron pinche chamaca. Los
pinches chamacos nos reuníamos a veces en el jardín del edificio. Y no es que nos
gustara ser a propósito unos pinches chamacos. Pero había algo en nosotros que así
era, ni modo. Por ejemplo, un día a Mariana se le ocurrió excavar. Entre los tres
excavamos toda una tarde.
(Se pagan luz azul y amarilla y solo queda la central)Mariana: Mames buey no
encontramos tesoros, ni encontramos piedras raras para la colección
Protagonista: Son-
Concha: Estaba en la cárcel. Que disque dijeron que el papá de Rodrigo había dicho
que ella había matado a alguien y lo había enterrado allí.
Protagonista: Cuando volvió, supe que todos éramos unos pinches chamacos
metiches pendejos. Rodrigo me aclaró las cosas.
Rodrigo: Pues fíjate buey la policía pensaba que ella había matado a alguien, pero
no, se había salvado de las rejas.
Rodrigo: Yo digo que muchísimo. A lo mejor con eso mataron al señor del hoyo.
Protagonista: A lo mejor.
Protagonista: No, no, no… Hay que esconderla en el cuarto donde guarda sus cosas
el jardinero.
Mariana: Oilo
(Se pagan las luces durante la narración y cuando termina se enciende solo la
central)
Protagonista: Al ratito fuimos a la tienda del señor Miranda y nos vio con unos ojos
que se le salían cuando le enseñamos la pistola.
Sr Miranda: Pero nadie debe saberlo, ¿eh? Les doy una caja de chicles y cincuenta
pesos.
Protagonista: Hasta que el señor Miranda nos llamó un día y nos dijo:
(Caminan durante un rato alrededor del escenario, hasta que finalmente se detienen
en el medio, con la mirada hacia el público)
Rodrigo: ¿Y ahora?
Mariana: Cállate. Mi papá ya debe haberse dado cuenta de que le falta su billetera.
Mariana: Sí.
Rodrigo: Vamos a platicar con el señor Miranda (alza la mano) ¡¡¡Taxi!! (El taxi les
hace parada y se suben en el) Llévenos a la calle Argentina.
Taxista 1: Ustedes pagan (El taxista los lleva a unas pocas cuadras de allí. Era una
calle solitita) Ahora denme el dinero.
Mariana: Es nuestro.
Taxista 1: Se los voy a robar como ustedes lo robaron, ¿verdad? También tu alcancía
(El protagonista le entrega la alcancía) Así es, pinches chamacos. Y ahora bájense.
Mariana: Pinche viejo (Dice mientras los tres se bajan del taxi)
Rodrigo: Yo he ido a muchos hoteles. Pero sin dinero... ¿Por qué no vamos con el
señor Miranda a pedirle nuestra pistola??
Mariana: Sí, eso es. La pistola. A ver así quién se atreve a robarnos.
Mariana: ¡¡mmmm (voltea hacia un costado del escenario central) Oiga señor!!
Señor: (se asoma un muñeco por el costado del escenario principal) Dime niña
¿Están perdidos?
Mariana: Si, un poco perdidos ¿Nos dice donde queda la calle Argentina?
Señor: Sigan derecho, derecho hasta Domínguez, ahí dan vuelta a la izquierda, ¿me
entendieron? ¿Saben cuál es Domínguez?
Sr. Miranda: Miren, pinches chamacos, ya les dije que se dejaran de chismes.
Tomen un chicle y váyanse.
Sr. Miranda: Voy a cerrar, así es que lárguense sin chicles, ¿entendieron?
(Rodrigo toma una bolsa de pinole, la abre y le echa un buen puñado en los ojos al
pobre señor Miranda)
Sr Miranda: (Se retuerce y se talla la cara) Pinches chamacos, van a ver con sus
papás (El sr. Miranda se cae al piso)
Rodrigo: Aquí está, aquí está. (Lo dice gritando y saca la pistola desde un costado
del escenario)
Rodrigo: En el cajón.
Mariana: Y ahora qué. ¿Lo matamos? (Dice mientras abraza al señor Miranda para
que no forcejee tanto)
Sr. Miranda: (Al oir lo que dijeron anteriormente se sacude con fuerza) Pinches
chamacos...(Es interrumpido porque Rodrigo le dispara)
Mariana: Puta.
Rodrigo: Sí, puta. Vámonos antes de que llegue alguien (Empujan el cuerpo del sr
Miranda fuera de escena)
(Al intentar corriendo del lugar Mariana choca con una señora que entrando a la
tienda).
Vecino 4: Yo lo oí. Salí corriendo de la casa a ver qué pasaba y me encuentro con
que... Yo vi correr a un hombre. Llevaba una pistola en la mano.
Vecino 2: Quítense, pinches chamacos, qué no ven que está muerta. No hay
seguridad en esta colonia. Es un pinche peligro. ¿Le robaron la bolsa?
Vecino 4: yo vi que el hombre corría con la pistola y la bolsa de la señora. Era una
bolsa blanca... ¿Qué no oyeron, pinches chamacos metiches? Si sus papás los vieran
haciendo bulto...
(Comienzan a sonar sirenas en el fondo, se pagan las luces azul y amarilla, los
vecinos salen de escena y se paga la luz central también)
Rodrigo: Fue culpa de ella. Además, así son las cosas, a mucha gente la matan
igual, en la calle, con pistola. No debes preocuparte. Dicen que te vas al cielo
cuando te matan a balazos.
Protagonista: Sí, es cierto, yo ya había oído eso. ¿Tú crees que el señor Miranda se
vaya al cielo?
Protagonista: ¿A dónde vamos? No tenemos dinero para pagarle. (Dice aunque aún
así se suben al taxi)
Protagonista: No
Taxista 2: Ah, pinche chamaco, además te voy a dar una paliza por andarme
jodiendo. Trae esa madre para acá
(Rodrigo le dispara)
Rodrigo: Yo sé manejar.
(Empujan al taxista fuera del taxi hasta quitarlo de escena y Rodrigo se coloca en la
parte del volante, intenta conducir pero lo hace erráticamente)
Rodrigo: Sí, este coche no funciona muy bien. (Antes de abandonar el coche
Rodrigo esculca en los bolsillos del taxista y saca su billetera) Hay más de cien
pesos.
“Se apagan la lampara para cambiar le escenario mientras que el protagonista sigue
hablando: En el hotel fue la misma bronca, los empleados nos decían:
(Se paga luz amarilla y se deja en luz azul) Protagonista: que si alquilar un cuarto
cuesta, que dónde está el dinero. (Esto lo decimos entre nosotros imitando voces
chillonas y los niños salen en los escenarios laterales cada que hablan)”
Mariana: Sí, buey, nos metemos en su casa, le damos un plomazo y nos quedamos
allí a dormir.
Ana Dulce: Pinches chamacos, ¿saben qué hora es?... voy a llamarle a la policía para
decirle que se escaparon de sus casas. Van a ver la cueriza que les van a poner.
Rodrigo: Es un cadáver.
Protagonista: Luego cenamos pan con mantequilla y mermelada y nos metimos los
tres a la cama con la pistola abajo de la almohada. Durante los siguientes diez días
no le dimos plomazos a nadie más. Nos quedaba una bala. íbamos al parque todas
las mañanas y comíamos y dormíamos en casa del cadáver, hasta que el espantoso
olor del clóset nos hizo salir corriendo de allí.
Mariana: Ya por fin nos fuimos de la casa de la vieja esa, olía muy muy feo, fúchila.
Papá de Mariana: ¡Pinches chamacos!, ¡Cómo los he buscado! ¡Van a ver la que les
espera!
(Luz azul) Mama de Rodrigo: ¡Lo mató, lo mató, lo mató! ¡El pinche chamaco lo
mató! Cálmese, señora, quién mató a quién. (Se apaga luz azul)
Rodrigo: No, qué, córrele, vámonos sin ella, ah no olvídalo ahí está
Protagonista: ¿Y ahora qué hacemos? Ni modo que volver a casa del cadáver.
Rodrigo: Todavía tenemos la pistola, ¿o no?, podemos meternos a una casa y matar
a quien nos abra.
Protagonista: No seas buey, eso está cabrón. Además, ya no tenemos balas. ¿Cómo
se te ocurre que ahorita alguien nos va a abrir la puerta?
(El protagonista se va a orinar a una esquina del escenario , termina y los tres niños
siguen corriendo hasta encontrarse con una casa de aspecto descuidado)
Rodrigo: Oigan bueyes ¿Ya vieron esa casa? Debe estar abandonada.
Protagonista: ¿Qué sientes? (Se dirige a Mariana que no responde y tirita de frio)
Protagonista: Es cierto.
Protagonista: Bueno…no tardes (Se apagan las luces y suena el sonido de un reloj,
cuando se acaba se enciende la luz central otra vez) ¿Y ahora onde´ se metió este
buey? Ya se tardo
Mariana: (Se va despertando poco a poco, tiene una voz algo ronca y lenta) Creo que
ya se me quito… (Voltea a ver a los lados) ¿Y Rodrigo?
Protagonista: (Se pagan las luces y apuntas con la lampara al escenario) Se hizo de
noche y no teníamos dónde dormir. No nos quedó otra más que preguntar por la
calle de López para ir a casa de la señora Ana Dulce. Aunque oliera feo, al menos
habría una cama. Tardamos como dos horas en llegar. Afuera de la casa de la señora
Ana Dulce había un policía.
Y es cierto: (Se paga la luz central y se enciende la luz roja) la que nos esperaba...
Pero, con el carácter de Mariana, tampoco se imaginaron nunca la que les esperaba a
ellos.
FIN