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Las Bodas Del Cordero
Las Bodas Del Cordero
La fiesta de las bodas del Cordero es la cena de las bodas que estaba por
comenzar.
Además, el novio mismo pagaría una dote (pago inicial) a la novia o a sus
padres.
Tal proceso iniciaba el período de los esponsales, que hoy se llamaría
el noviazgo o compromiso.
2. Las bodas del cordero: Desfile de antorchas por las calles antes de
la cena de las bodas
Tal desfile no sería una sorpresa para la novia, ya que sabía con mucha
anticipación que se estaba llevando a cabo un evento así, por lo que estaría lista
con sus doncellas.
Tal costumbre es la base de la Parábola de las Diez Vírgenes en Mateo 25:1-13,
la cual nos habla de la venida de Cristo y las bodas del cordero.
Juan no tiene la intención de saltarse las dos primeras fases de las costumbres
de la cena de las bodas, pero está comunicando que ya han sucedido.
Tal alegría que experimentaremos en ese día está más allá de toda descripción
ya que veremos a Cristo cara a cara
(Apocalipsis 19:9).
Cada vez que comemos de la Cena del Señor, debemos anhelar aún más el día en
que la fiesta nunca terminará.
Ya sea que participes o no de la Cena del Señor, enfoca tu corazón en la gran
fiesta de las bodas del cordero.
Dios, el Rey, envía a los siervos de Dios, los Profetas, a llamar al pueblo de Dios
para que venga a la fiesta de bodas de Su Hijo (Mateo 22:2-3).
Los sirvientes van primero a los que fueron convidados a las bodas, pero no
quisieron ir.
Cuando Dios envió a los profetas a anunciar el Día del Señor y la fiesta
mesiánica, que era la segunda invitación, muchos israelitas rechazaron la
invitación a la fiesta (Lucas 19:41-44).
El Señor llama a aquellos que están fuera de Cristo a recibir la invitación de ser
parte de Su familia del pacto.
Estos extranjeros se unen a las filas del pueblo de Dios que creen en Cristo y lo
siguen y estarán en la cena de las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:6-
10).
En Lucas 12:48, Jesús dice: “Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de
azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho,
mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le
pedirá”.