Está en la página 1de 11

EL PLAN ECONÓMICO DE LA IGLESIA: DIEZMOS Y OFRENDAS

Diezmo en el Antiguo Testamento

EL DIEZMO es un plan Divino para promover la obra de Dios aquí sobre la


tierra. Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto y lo llevó al pie del Monte
Sinaí, allí lo organizó y lo instruyó.

Para poder financiar esta nueva empresa o establecimiento de una nación le dio
ordenes concernientes al Diezmo para poder lograr todo lo establecido.

Con razón dijo Salomón:

“…el dinero responde a todo.” (Ecle. 10:19): “Por placer se hace el banquete,
el vino alegra a los vivos y el dinero responde por todo.”

El Diezmo: el diezmo es el diez por ciento de todo ingreso.

Si el ingreso es de diez dolares el diezmo es de un dolar.

El Principio del Diezmo en la Biblia

Génesis 14:18-20: “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios


Altísimo, sacó pan y vino; y lo bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios
Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que
entregó a tus enemigos en tus manos”

Se ve por medio de esta escritura que para Abraham dar los diezmos era algo
natural, algo que se estaba practicando.

Se han hallado tablas de arcilla que muestran que los asirios, egipcios, y aun los
chinos antes del tiempo de Abraham, daban los diezmos para sostener sus
sacerdotes religiosos y para ayudar en el mantenimiento de sus templos.
Muchos atribuyen el diezmo a la ley por lo tanto, creen que los miembros de la
Iglesia no tienen la obligación de diezmar. 

Abraham dio los diezmos a Melquisedec 700 años antes de


promulgarse la ley por Moisés al pueblo israelita.

Abraham entregó sus diezmos a Melquisedec quien era el sacerdote que


representaba a Dios, Abraham dio los diezmos porque reconocía que
Melquisedec representaba una autoridad mayor.

Aunque él era una persona de mucha responsabilidad, mucho poder y riquezas


aun reconocía que Melquisedec por virtud de su oficio Divino tenía mayor
responsabilidad que él en la administración de los asuntos espirituales.

Además, Abraham dio los diezmos en reconocimiento que Dios le había


ayudado en tiempo de necesidad, pues Dios le había ayudado a ganar la batalla.

Abraham dio los diezmos voluntariamente en cumplimiento a una obligación


sagrada.

La Biblia declara que nosotros somos hijos de Abraham.

Abraham también fue llamado “…amigo de Dios”


(Isaías 41:8): “Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí,
descendencia de Abraham, mi amigo.”

El hecho de que Abraham diezmaba contribuyó para recibir este reconocimiento


como Amigo de Dios. Si deseamos ser amigos de Dios hay que dar nuestros
diezmos.

Génesis 28:20-22: “Allí hizo voto Jacob, diciendo: Si va Dios conmigo y me


guarda en este viaje en que estoy, si me da pan para comer y vestido para
vestir y si vuelvo en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra
que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, el diezmo
apartaré para ti”

Jacob no hallaba otra cosa de mayor importancia para pedir la bendición de


Dios en su vida sino por medio de dar los diezmos.
Alguien pudiera preguntar: ¿Por qué escogió el diezmo y no el 9%, 7%, 5%, 3%?
Jacob vivió 500 años antes de promulgarse la ley y 200 años después de
Abraham.

El diezmo era algo establecido, pues recordemos que Melquisedec no rehusó el


diezmo sino que lo acepto como algo normal y justo.

Los Diezmos Bajo La Ley

Entre las muchas leyes que recibió el pueblo de Israel tenemos los diezmos. 

Es interesante notar que los israelitas no solamente daban los diezmos una vez
sino tres veces.

El Diezmo de la Tierra

Levítico 27:30-34:

“El diezmo de la tierra, tanto de la simiente de la tierra como del fruto de


los árboles, es de Jehová: es cosa dedicada a Jehová. 31Si alguien quiere
rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. Todo
diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será
consagrado a Jehová. 33No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo
cambia, tanto él como el que se dio a cambio serán cosas sagradas: no podrán
ser rescatados. Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para
los hijos de Israel en el monte Sinaí.”

Y Números 18:2-7:

“Haz que también tus hermanos se acerquen a ti y se reúnan contigo: la tribu


de Leví, la tribu de tu padre, y te servirán. Tú y tus hijos serviréis delante del
tabernáculo del Testimonio. 3 Harán lo que tú ordenes y cuidarán de todo el
Tabernáculo, pero no se acercarán a los utensilios santos ni al altar, para que
no mueran ellos y vosotros.

Colaborarán, pues, contigo, y desempeñarán el ministerio del Tabernáculo de


reunión, todo el servicio del Tabernáculo, y ningún extraño se ha de acercar a
vosotros. 5Tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que
no venga más la ira sobre los hijos de Israel.

6 Porque yo he tomado a vuestros hermanos, los levitas, de entre los hijos de


Israel, dados a vosotros como un don de Jehová, para que sirvan en el
ministerio del Tabernáculo de reunión. 7 Pero tú y tus hijos contigo os
ocuparéis de vuestro sacerdocio en todo lo relacionado con el altar, del velo
adentro, y ministraréis. Yo os he dado como un don el servicio de vuestro
sacerdocio; el extraño que se acerque, morirá”

Vs. 21-24:

“Yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel como
heredad por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del
Tabernáculo de reunión. 22 Los hijos de Israel no se acercarán al Tabernáculo
de reunión, para que no carguen con un pecado por el cual mueran.

23 Pero los levitas harán el servicio del Tabernáculo de reunión, y ellos


cargarán con su iniquidad. Es estatuto perpetuo para vuestros descendientes:
no poseerán heredad entre los hijos de Israel. 24Porque a los levitas les he
dado como heredad los diezmos de los hijos de Israel, que presentarán
como ofrenda a Jehová, por lo cual les he dicho: “Entre los hijos de Israel no
poseerán heredad”

Vs. 26-28:

“Hablarás a los levitas y les dirás: Cuando toméis los diezmos de los hijos
de Israel que os he dado como vuestra heredad, vosotros presentaréis de
ellos, como ofrenda mecida a Jehová, el diezmo de los diezmos. 27Se os
contará vuestra ofrenda como grano de la era y como producto del lagar.
28Así presentaréis también vuestra ofrenda a Jehová de todos los diezmos
que recibáis de los hijos de Israel; se la daréis al sacerdote Aarón como
ofrenda reservada a Jehová.

El fruto de la tierra era reclamado por Dios y considerado Santo. 


El diezmo era para los levitas, pues eran ellos quienes ministraban las cosas
santas a favor del pueblo de Dios.
Los Levitas, Aarón y sus hijos estaban encargados del servicio del santuario y
del altar.

Los levitas también pagaban los diezmos al Sumo Sacerdote.

El segundo diezmo (Dt. 12:5-7)

“Sino que el lugar que Jehová, vuestro Dios, escoja entre todas vuestras tribus,
para poner allí su nombre y habitar en él, ese buscaréis, y allá iréis. 6Allí
llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos y la
ofrenda reservada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas
voluntarias y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7 allí
comeréis delante de Jehová, vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras
familias, de toda obra de vuestras manos en que Jehová, tu Dios, te haya
bendecido.”

Cp. 14: 22-27:

“22»Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que


rinda tu campo cada año. 23Comerás delante de Jehová, tu Dios, en el
lugar que él escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino
y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que
aprendas a temer a Jehová, tu Dios, todos los días.

24Si el camino es tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar
que Jehová, tu Dios, haya escogido para poner en él su nombre, cuando
Jehová, tu Dios, te haya bendecido, 25entonces lo venderás, llevarás el dinero
contigo e irás al lugar que Jehová, tu Dios, escoja.

26Allí entregarás el dinero por todo lo que deseas: por vacas, por ovejas, por
vino, por sidra o por cualquier cosa que tú desees. Comerás allí delante de
Jehová, tu Dios, y te alegrarás, tú y tu familia. 27»No desampararás al levita
que habite en tus poblaciones, porque no tiene parte ni heredad contigo”

Era un diezmo de las ganancias anuales de la cosechas. 


Deberían de comérselo con la familia en el lugar que Dios escogiera, este
diezmo era para inculcar en ellos el temor de Dios y para que el pueblo se
regocijara.
El tercer diezmo (Dt. 14:28-29):

“28»Al cabo de tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de


aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. 29Allí vendrá el levita, que no tiene
parte ni heredad contigo, el extranjero, el huérfano y la viuda que haya en tus
poblaciones, y comerán y se saciarán, para que Jehová, tu Dios, te bendiga en
toda obra que tus manos hagan.”

Se recogía cada tres años y debería usarse con el fin de repartirse con los
levitas (Ministros), los forasteros, huérfanos, y viudas. El propósito era para
que Dios bendijera al dador del diezmo.

Advertencia y Bendiciones del Diezmo

Malaquías 3:8-12:

“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y aún


preguntáis: “¿En qué te hemos robado?”. En vuestros diezmos y ofrendas.
Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis
robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa:
Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abro las
ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que
sobreabunde.

Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la


tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Todas las naciones os dirán bienaventurados, porque seréis tierra deseable,
dice Jehová de los ejércitos”

Dios acusaba al pueblo de Israel de robadores por no haber dado el diezmo y


les dice que los pruebe y traigan sus diezmos a la casa de Dios.

Aquí vemos la seriedad y la importancia de dar el diezmo, pues esta décima


parte no es nuestra, sino pertenece a Dios, y al gastarlo estamos gastando lo que
no es nuestro.
A parte de ser un deber, Dios promete bendición al entregar los diezmos.

A veces se puede ver solamente lo que se entrega y no se ve la bendición que se


recibe al cumplir con este sagrado deber.
Deute. 28.

Cabe hacer notar aquí que no solo el diezmo es reclamado, sino también las
ofrendas.

Diezmos y Ofrendas en el Nuevo Testamento

Jesucristo : Los Diezmos y Ofrendas

No fue necesario que Jesucristo hablara mucho de los diezmos y ofrendas,


puesto que los judíos estaban instruidos en dar sus diezmos y pagar sus
ofrendas.

Jesucristo dijo que el no vino a abrogar la ley sino a cumplirla. Los diezmos y las
ofrendas eran parte de la ley (Mt. 5:17; Lc. 21:1-4).

Mt. 5:17 “No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido
a abolir, sino a cumplir”

Lc. 21:1-4: “Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en
el arca de las ofrendas. 2Vio también a una viuda muy pobre que echaba allí
dos blancas. 3Y dijo: En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que
todos, 4pues todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les
sobra; pero esta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía”

Los fariseos eran meticulosos en el cumplimiento de la ley y siempre buscaban


algo para acusar al Señor, sin embargo nunca lo acusaron de no llevar los
diezmos.

Mateo 23:23: “Pero ellos insistían a gritos, pidiendo que fuera crucificado; y
las voces de ellos y de los principales sacerdotes se impusieron.”
AQUELLO QUE NO DEBERIAN DEJAR DE HACER ERA DAR LOS
DIEZMOS.

Lucas 20:20-26:

“Y, acechándolo, enviaron espías que simularan ser justos, a fin de


sorprenderlo en alguna palabra, para entregarlo al poder y autoridad del
gobernador. 21Le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y
enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el
camino de Dios con verdad. 22¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?

23 Pero él, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis?
24Mostradme la moneda. ¿De quién es la imagen y la inscripción?
Respondiendo dijeron: De César. 25Entonces les dijo: Pues dad a César lo que
es de César y a Dios lo que es de Dios. 26Y no pudieron sorprenderlo en
palabra alguna delante del pueblo, sino que, maravillados de su respuesta,
callaron.”

En esta ocasión estaban hablando sobre los tributos e impuestos que


pertenecían al gobierno (Cesar), y la otra parte, pertenecían a Dios

Los Apóstoles, Los Diezmos y Ofrendas

En el principio de la iglesia de Jerusalén hubo un crecimiento numérico


sobresaliente, 3000 fueron añadidos a la iglesia en el primer sermón, y luego
muchos más eran añadidos a la iglesia cada día.

Además de este crecimiento numérico encontramos que todos lo creyentes

“vendían sus propiedades y sus bienes, y los repartían a todos según la


necesidad de cada uno” (Hechos 2:45):

“pero como no lo hallaron, volvieron a Jerusalén buscándolo."

¡Esto es más que el diezmo! Podemos ver que no hubo mucha necesidad de
enseñar sobre el diezmo pues los creyentes estaban dando el cien por ciento.
El apóstol Pablo escribió la gran mayoría de las epístolas. Como un verdadero
israelita, él tenía que cumplir con toda la ley.

Filipenses 3:5-6: “Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu


de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; 6en cuanto a celo,
perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que se basa en la Ley,
irreprochable”

- Siendo linaje de Israel, él tenía que cumplir con sus diezmos.

- Siendo de la tribu de Benjamín, él tenía que cumplir con sus diezmos.

- Siendo hebreos de hebreos, él tenía que cumplir con sus diezmos

- Siendo irreprensible y justo en cuanto a la ley, él tenía que cumplir con sus
diezmos

1 Corintios 9:9-14:

“En la ley de Moisés está escrito: «No pondrás bozal al buey que trilla». ¿Se
preocupa Dios por los bueyes 10o lo dice enteramente por nosotros? Sí, por
nosotros se escribió esto, porque con esperanza debe arar el que ara y el que
trilla, con esperanza de recibir del fruto.

11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿será mucho pedir que


cosechemos de vosotros lo material? 12Si otros participan de este derecho
sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Sin embargo, no hemos usado de este
derecho, sino que lo soportamos todo por no poner ningún obstáculo al
evangelio de Cristo.

13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del Templo, y
que los que sirven al altar, del altar participan? 14Así también ordenó el Señor
a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”

Los versículos de 1 al 7 nos aclara que en la ley estaba escrito que la persona que
trabajaba sembraba y cuidaba ganado, debería comer del fruto de su trabajo.

El versículo 10 nos dice que por nosotros fue escrito(es decir, los ministros), y
con esperanza de recibir el fruto de nuestro trabajo (ministrando la palabra de
Dios).

Si sembramos lo espiritual, tendremos derecho a segar lo material. Quienes


trabajan en el templo deberían comer de lo que se recibía en el templo.

Los diezmos y las ofrendas se llevaban al templo. Los Levitas y el Sumo


Sacerdote deberían participar del altar, o sea de lo que se traía a la casa de Dios
para ofrecer en sacrificio.

Era pues obligación del pueblo sostener la obra de Dios y a los ministros
trayendo al templo (casa de Dios) sus diezmos, ofrendas y sacrificios.

De igual manera ordeno el Señor (de la misma manera diezmos y ofrendas) a los
que anuncian (predican) el evangelio, que vivan (sean sostenidos) del evangelio.

Escrituras Adicionales Acerca de Dar en la Obra de Dios

a) El que es instruido debe dar al que lo instruye (Galatas 6:6):

“El que es enseñado en la palabra haga partícipe de toda cosa buena al que lo
instruye.”

b) Doble honor al que predica y enseña (1Timoteo 5:17):

“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor,
mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”

c) Una ofrenda de amor (Romanos 15:25-27):

“Pero ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos porque Macedonia y
Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los
santos que están en Jerusalén. 27Les pareció bueno hacerla, ya que son
deudores a ellos, porque si los gentiles han sido hechos partícipes de sus bienes
espirituales, deben también ellos ayudarlos con bienes materiales”
d) Ofrenda para los santos, (1 corintios 16:1-3; 2 Corintios 8 y 99):

“En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. 2Cada primer día de la semana, cada
uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo,
para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. 3Y cuando haya
llegado, enviaré a quienes vosotros hayáis designado por carta para que
lleven vuestro donativo a Jerusalén”

También podría gustarte