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CAPITULO Limites y espacios completos 5.1 LIMITES DE SUCESIONES Estudiaremos detenidamente en este capitulo el concepto de limite y sus consecuencias fundamentales. Se trata de una de las ideas centrales de la Topologia: teoria de la convergencia. Por otra parte, puede decirse que es el pilar sobre el cual se apoya el Anilisis MatemAtico, cuyo desarrollo tiguroso depende, en mucho, de Ia claridad y precisién con que se establezca aquél. La idea de convergencia, “el paso al limite”, se halla presente, de una manera rudimentaria, en las obras de Arquimedes. Luego la Matematica se orienté en otras direcciones por varios cientos de afios, hasta que, en la segunda mitad del siglo xvn, la idea de limite vuelve a aparecer como elemento central en Ja creacién del Calculo Infinitesimal de Newton y Leibnitz, Alli también se muestra en una forma un tanto implicita y alta- mente intuitiva, Fue en el siglo pasado, una vez que Dedekind proporcioné: la primera construccién rigurosa del cuerpo de los ntimeros reales, que el: concepto de limite adquiere su formulacién precisa y matematicamente acep- table. De entonces a la actualidad ha sufrido un proceso de depuracién y generalizacién progresivas, incorporandose al ambito de la Topologia. De Jos diversos procesos de convergencia que suelen aparecer en Anilisis y Topologia, el més simple es el de limite de una sucesién, que procedemos a tratar en seguida. Convicne hacer del conocimiento del lector que existe una aa 102 LiMITES Y ESPACIOS COMPLETOS teoria general de convergencia de reciente creacién que abarca todas las de- més como casos particulares, Es la teoria de Filtros, cuyo ambiente natural es la Topologia General y escapa, por tanto, a las limitaciones de esta obra. Antes que nada, conviene precisar el concepto de sucesién. Sea X un conjunto cualquiera no vacto y N el conjunto de los niimeros naturales. Una sucesién en X es una funcién f: NX, Resulta pues que, para todo n EN, f(n) €X y emplearemos la notacién Xn = f(n), pudiendo, segiin el caso, substituir la x por cualquier otra letra 0 simbolo, conservando el subindice n para poner de manifiesto que se trata del ele- mento de X que es imagen de n bajo f. Los elementos 2p, Iamados términos de la sucesién, suelen escribirse en forma de “lista” ordenada en sentido creciente del subindice: {X05 X45 May +005 Xm Js Q) expresién que se abrevia como: to) Usualmente, no se hace referencia explicita a la funcién f, sino que, abusando del Ienguaje, se habla de la sucesién {xq} (nétese que se trata de (1)). No obstante, obsérvese que (1) determina unfvocamente a Ja fun- cién f. No debe confundirse Ja expresién (1) con el rango /(N) de f. Por ejem- plo, sea f: N—> R una sucesién en R tal que yn €N: f(n) = (—1)". Es evidente que el rango de f es el conjunto {—1, 1}, en cambio la expresin (1) es, en este caso, ses (“D eo (,-11,- Volviendo a Ia situacién general de la sucesién {xn} 0 bien f : NX, cabe destacar que la funcién f puede no ser inyectiva y por tanto suceder que x, =X, para nn’. Més atin, puede darse el caso en que f sea una funcién constante y entonces resultan iguales todos los términos de la suce- sién, Iamandose sucesién constante. El rango de f ser un conjunto cons- tituido por un solo elemento. Con frecuencia ocurre que existe un vy €N tal que yn > via, = 4, Y a tales sucesiones las llamaremos semi-constantes. Es evidente que incluyen a las constantes como caso particular donde v = 0. L{MITES DE SUCESIONES 103 El rango de una sucesién semi-constante es un conjunto finito: {xo 41, +++) 4v}} aunque no toda sucesién cuyo rango sea finito es semi- constante, como indica el ejemplo anterior. En cualquier caso, el rango de una sucesin es un conjunto contable. ‘Una sucesién en un espacio métrico (E,d) es una sucesién en el con- junto E. Sea pues {xa} una sucesién en (E,d). Decimos que un punto x CE es limite de {x,}, si a cada entorno S de x corresponde un v EN tal que Vn >v:a_€S. También se expresa diciendo que {xq} converge a x 0 que tiene limite x 0 que tiende a x. Asi pues, si una sucesién tiene limite, se dice que es convergente. La notacién que emplearemos indistintamente serd lim xy = x 6 xp x, En breve demostraremos que una sucesién convergente admite un limite tinico, Recordando Ja interpretacién intuitiva de entorno dada en 2.3, como proximidad o cercania al punto en cuestién, podemos imaginar al limite de Ja sucesi6n como un punto alrededor del cual se aglomeran los términos de la sucesién, en forma tal que, fijado el entorno, todos ellos, a partir de uno en adelante, se encuentran dentro de ese entorno. No se escapa la semejanza con el concepto de punto de acumulacién; pero nétese que, con limite o sin 4, de acuerdo al Teorema 1 de 2.3, no podemos hablar de punto de acumu- lacién del rango de la sucesién si éste no es un conjunto infinito. Si el rango es infinito, se deduce inmediatamente de la definicién que el limite €s punto de acumulacién de aquél. Més atin, es el tinico punto de acumu- lacién del rango. En efecto, suponiendo {x»} de rango infinito y x,—> x, consideremos un punto cualquiera y€E con yx. Aplicando el lema 1 de 4.3, tomemos entornos $, T, de x, y, respectivamente, con SAT = ¢. En virtud de la definicién de limite, existe un v EN tal que yn > vi x €S; de mancra que J’ contiene, a lo mas, el mimero finito x», x, «++,av4 de puntos del rango, El Teorema 1 de 2.3 nos indica que y no puede ser punto de acumulacién del rango. Resulta pues que x es el ‘inico, ya que ninguno distinto de él lo es. El reciproco no es cierto: el rango de la sucesién puede admitir un inico punto de acumulacién y carecer de limite. Por ejemplo, el rango de la siguiente sucesién en la recta real {1,4,2, 43,4, +++} admite a 0 como ‘inico punto de acumulacién y, sin embargo, es fAcil com- probar su falta de limite, Es posible afiadir condiciones adicionales que garanticen la convergencia; en tal sentido, véase el Ejercicio 7 y el Coro- lario 1” de 5.2, 104 LiMITES ¥ ESPACIOS COMPLETOS Sea {xs} una sucesién en (E,d) y © >0 un némero real cualquiera. Supongamos que x,—>x para algin x €Z. De acuerdo con la definicién, existe un v EN tal que Vn Dv: 4 €N(x5e) es decir, yndvid(%mx) 0 corresponde un v CN tal que wrevid(xnx) 0 tal que N(x;r) CS. Segiin la hipétesis, a r > 0 corresponde un v EN tal que yndvid(%yx) <1 © lo que es lo mismo x» €N (x31) ; es decir, xn ES, Vn Dv y em En resumen, hemos deducido la siguiente definicién equivalente: x, —> x si y s6lo si a cada e > 0 corresponde un v EN tal que yadvidltmx) x siy s6lo sia cada e > 0 corresponde un v EN tal que yn2v:|lxn—*l] <2; ello incluye a la recta real como caso particular, donde Ia norma es el valor absoluto. Antes de proporcionar algunos ejemplos de sucesiones convergentes, con- viene establecer de una vez la unicidad del limite, Teorema 1. £1 limite de una sucesién convergente en un espacio métrico es tinico, L{MITES DE SUCESIONES 105 Demosrraci6n, Supongamos que xn %, n>, x7; es decir, ambos puntos x, satisfacen la definicién de limite de Ia sucesion {x}. Aplicando el Lema 1 de 4.3, existen entomnos S, T de x, y respectivamente, con SAT = $. Al entorno S corresponde un v, €N tal que Vn Bvt nS; al entorno 7 corresponde un v2 €N tal que Vn Det xn €T. Luego, si tomamos un m €N con m > méx {v1, v2}, es decir, no menor que v, ni v2, resulta que Xm ESNT, lo cual contradice que SAT = $. No podemos pues suponer la existencia de més de un limite. Procedemos a considerar algunos ejemplos de sucesiones convergentes. Posiblemente el caso mis sencillo es el de una sucesin semiconstante (0 en particular, constante) {x,} en un espacio cualquiera (E, d); es decir, existe un punto x €£ tal que x, = x, Yn > v, donde » es algtn néimero natural. La comprobacién de que x,—> x es trivial. Sea ahora {xq} una sucesién en la recta real. Decimos que ésta es cre- ciente si Vn EN : xn S xaux y, andlogamente, la Wamamos decreciente si VEN : kin > Sere Una sucesién se denomina mondtona si es cxeciente o decreciente. Supongamos que {x,} es creciente y que su rango est4 acotado superior- mente, Sea x€R el extremo superior del rango y e > 0 un nimero real cualquiera. Como x—e < x, x—2 no puede ser cota superior del rango de Ia sucesién; debe, pues, existir un término xy con x-e Sa Se Dado que la sucesién es creciente, resulta que Vie a © sea que vn >dvixr~e x. Por otra parte, si {xq} es una sucesin decreciente cuyo rango est aco- tado inferiormente y x €R es el extremo inferior de éste, se demuestra de manera totalmente andloga que x, —> x. Las sucesiones monétonas en la recta real son particularmente impor- tantes, no sélo por su frecuente aparicién, sino por la facilidad con que se establece la existencia del limite, segtin se vio anteriormente. El siguiente teorema, de gran utilidad, sefiala que un punto de acumu- lacién de un conjunto es siempre el limite de sucesiones en el conjunto. Teorema 2. Si x es un punto de acumulacién de un conjunto A en un espacio (H, d), existe una sucesién {xy} en A, cuyos términos son distintos dos a dos y xn—> x. Demosrraci6n. Como x es punto de acumulacién de A, toda esfera abierta de centro x contendré infinitos puntos (distintos de x) de A. Apoyéndonos en esta afirmacién procedemos a construir, por induccién, la requerida sucesin {xq} en A. : Tomemos una sucesién de téminos reales {r,} tal que 7,0 y Vn€N: 1 >0. Por ejemplo, (bdsm ds Ia cual es decreciente y se comprueba fécilmente que converge a 0. Elegimos arbitrariamente un sy €AAN (x; 10). Supongamos que se han tomado ya los términos xo, x3, +++, Xp, dis- tintos dos a dos y tales que x €ANN(x3 74), para i= 0,1, -0.n—1, Elegimos ahora un tp €ANN (x3 1») con xn ai, parai=0,1,--0—1. Queda pues determinada, por induccién, una sucesién {_} en A, cuyos términos son distintos dos a dos y, en virtud de su construccién, VNEN : (tnx) < tw Dado e>0, como t»—>0, existe un vEN tal que yn >vimce (se prescinde del valor absoluto, ya que r, > 0). Resulta entonces que Wn >vid(xyx) x. Demosrracién. Sabiendo que 4 = AUA’, supongamos que x C4. Six € A’ el Teorema 2 nos asegura la existencia de una sucesién en A que conver- geax, Si x €.A, basta con tomar Ia sucesién constante {xy}, tal que vn EN : Xn = x, que est en A y x_—> x trivialmente, Reciprocamente, supongamos que {xn} ¢s una sucesién en A con x, > x, Demostraremos que x €A aplicando el Teorema 2 de 2.4: Sea § un entorno de x; existe entonces un v€N tal que yn >v: xn €S. Pero, como la sucesién esté en A, también x» € A, es decir, x, SNA. O sea SNA $y xEA, Pasamos ahora a definir el importante y ‘til concepto de sucesién parcial de una dada. Sea {%,} una sucesién en un conjunto no vacio X. Si {jn} es otra sucesién en X, la idea, al decir que es parcial de Ja {xn}, es la de indicar que todos sus términos son términos de {x,}. Lo que sucede si adoptamos esa definicién, es que caemos en casos muy triviales, Por ejemplo, la suce- sién constante {yn} tal que Wn €N : yn = xs, seria parcial de la {+n}. Si pretendemos que el concepto sea fructifero debemos descartar tales casos imponiendo restricciones que los eviten, La manera de hacerlo es impedir que un mismo término x, se tome mas de una vez para constituir Ja sucesién parcial. Acogiendo esta idea obtenemos la definicién satisfac- toria y precisa, Sea f: N->X una sucesién y g: NN una inyeccién (funcién in- yectiva). Decimos entonces que f > g: N—> X es una sucesién parcial de f. Empleando Ja notacién acostumbrada, Wn EN : f(n) = xp, resulta que, si designamos por {y,} a la sucesién parcial, Wn EN : yy = (fg) (n) fig(n)} = xan. O sea que, ciertamente, los y,, son todos términos de la {xn}. Por otra parte, si n 4m entonces g(n) 3 g(m), por ser g inyectiva, de manera que ym, ¥m no son el mismo término de {xp}. Conviene notar que los 9, puede que no aparezcan en el mismo orden relativo que tienen como términos de {x,}- 108 LIMITES Y ESPACIOS COMPLETOS Podemos expresar la definicién de manera equivalente: Se dice que la sucesién {yn} es parcial de la {x,}, si existe una inyeccién g: N->N tal que Vn EN : yn = Xgny- Obsérvese que, como no se exige que g sea sobreyectiva, pueden existir 4» que no figuran en {yp}. Es evidente que toda sucesién es parcial de si misma. En ese caso la inyeccién g es la funcién idéntica (biyectiva) NN. Supongamos que {zn} es una sucesién parcial de {y,}, bajo una inyec- cién gi: NON, es decir, yn EN Youn Aceptemos también que {yn} es una sucesién parcial de {x,}, bajo una inyeccién gs: N—>N, es decir, Vn EN : Yn = p,m) Sabiendo que el compuesto de dos inyecciones es otra inyeccién y escribiendo Yn EN : zn = ¥y,cn) Ho,t9,(m1 = Xo, 5 9,(ms deducimos que {zq} es una sucesién parcial de {+,}. Podemos decir que la “parcialidad” es transitiva, Si suprimimos de {x,} un conjunto arbitrario y finito de términos y conservamos Jos restantes en su mismo orden relativo obtenemos una su- cesién parcial de {xq}. (Véase el Ejercicio 1). Dada una sucesién {xn}, se dice que la {y,} proviene de ella mediante una reordenacién de sus términos, si existe una biyeccién g: NN tal que Wn EN : yn = Xpem- Es evidente que (yq} es una sucesi6n parcial de {xq}, ya que toda biyeccién es inyectiva. Por otra parte, esta definicién traduce fielmente nuestra idea intuitiva de “reordenar” o “alterar el orden” de los términos de una sucesién, Nétese que también {x,} proviene de {yj} mediante una reordenacién de sus términos, ya que Vn €N i Xm = Xyty-tont = Yosiare Proporcionar ejemplos de sucesiones parciales de una dada equivale a construir inyecciones de N > N. Cuando se trata de sucesiones en un espacio métrico, muchas de sus propicdades son heredadas por sus sucesiones parciales. 'Veremos en seguida que ello sucede con Ja convergencia, ms atin, se conserva el mismo limite. Con objeto de facilitar la demostracién del teorema que sigue, conviene hacer una observacién evidente: Sea {2} una sucesién en un espacio (E,d) y 2€E, entonces 2,—>z si y s6lo si, para todo entorno S de z, el conjunto {n EN | 2, £5} es finito. Teorema 3. Si {xn} es una sucesién convergente en un espacio métrico, entonces toda sucesién parcial de ella converge al mismo limite. DemostraciOn. Sea x = lim xq ¢ {yn} una sucesién parcial de (x,} bajo una inyeccién g: NN, es decir, yn €N : yn = gin). Sea $ un entorno cualquiera de x. Luego, el conjunto Ne = {n EN | xn ES} LIMITES DE SUCESIONES 109 es finito, lo cual implica que el conjunto {2 EN | yn ES} = {WEN | xpm ES} = g*(Ne) es también finito, ya que, por ser g inyectiva, contiene, a lo més, igual ntimero de elementos que Ny. Resulta pues que ya x. Es fAcil advertir que el reciproco del teorema precedente no es, en general, cierto: una sucesién no convergente puede admitir sucesiones par- ciales convergentes. Sea, por ejemplo, la sucesién {(—1)"} en Ia recta real, es decir, {1, —1, 1, —1, «++, (—1)%, ---}. Es inmediato comprobar que carece de limite, Sin embargo, la sucesién constante {1, 1, --+, 1, -+-} ¢s parcial de ella bajo la inyeccién g(n) = 2n y es, por supuesto, convergente. Con hipétesis adicionales podemos lograr que el reciproco funcione. En tal sentido, véase mds adelante el Lema 1 en 5.2. Apelando a consideraciones anteriores y haciendo uso del Teorema 3, podemos decir que toda reordenacién de Jos términos de una sucesién con- vergente o la supresién de un conjunto finito de sus términos origina suce- ciones que convergen al mismo limite. Es interesante observar que si el rango de una sucesién es un conjunto finito, ésta admite una sucesién parcial constante. En efecto, necesariamente ha de existir algiin elemento x del rango que se repite infinitas veces en la sucesién {x,}, es decir, existe un conjunto infinito N, de mimeros naturales tal que Vn EN, : xy = x. Podemos entonces construir, por induccién, una biyeccién g : N > Ni © sea una inyeccién g: N->N. Luego, la sucesién parcial {y,} tal que VEN : yn = Xn) 8 Constante. Nos proponemos ahora caracterizar a los conjuntos compactos median- te sucesiones. Comenzaremos por introducir un nuevo tipo de compacidad. Sea A un conjunto no vacfo en un espacio métrico, Decimos que A es secuencialmente compacto si toda sucesién en A admite una sucesién parcial convergente en A. Abreviamos diciendo que A es SC. Si A es un conjunto finito, toda sucesién en A tiene rango finito y, por la observacién hecha anteriormente, admite una sucesién parcial constante y por Jo tanto convergente, o sea que A es SC. Demostraremos ahora que, en un espacio métrico, las propiedades de compacidad y SC son equivalentes, Teorema 4, En un espacio métrico, un conjunto es SC si y sélo si es BW. 110 LIMITES Y ESPACIOS COMPLETOS DrmosrraciOn. Supongamos que A es BW y sea {xm} una sucesin en A. Si el rango de {xq} es finito, sabemos que {xq} admite una sucesién parcial constante y por tanto convergente, o sea que A es SC Consideremos, pues, que el rango de {,} es infinito; es entonces un subconjunto infinito de A que, por ser BW, admite un punto de acumu- lacién x €A. Aplicando el Teorema 2, existe una sucesin parcial de (xx) que converge a x. Reciprocamente, supongamos que A es SC. Si A es finito, es BW. De lo contrario, sea T un subconjunto infinito de A. Podemos construir, por induccién, un subconjunto infinito y contable de 7’, cuyos puntos sean distintos dos a dos, es decir, una sucesién {x} en T cuyos términos son dis- tintos dos a dos, 0 sea que su rango es infinito. Como {x,} esté en A y éste es SC, aquella admite una sucesién parcial {yy} con limite x€A. Pero como los términos de {x} son todos distintos, seran diferentes dos a dos los términos de {y,}, lo cual implica que el rango de esta tiltima es infinito; designémoslo por B. Resulta entonces que x €B’; pero BCT, luego x €7” y, como también x €4, A es BW. En el Teorema 3 de 4.3 se establecié que compacidad y BW son pro- piedades equivalentes, En virtud del teorema precedente, podemos ahora afirmar que, en un espacio métrico, compacidad, BW y SC son conceptos equivalentes, : 5.2. SUCESIONES DE CAUCHY Y ESPACIOS COMPLETOS En la familia de todas las sucesiones en un espacio métrico, conviene distinguir aquellas, que lamaremos de Cauchy, que poseen la propiedad de que sus términos se van acercando unos a otros tanto como se desee con s6lo tomarlos Jo suficientemente avanzados. Tales sucesiones son algo més generales, pero estrechamente relacionadas con las convergentes, como ve- remos en seguida. Antes, por supuesto, se hace necesario definirlas con precisién. Sea {%,} una sucesién en un espacio (Z,d). Se dice que (xq) es una sucesion de Cauchy, si a cada numero real e > 0 corresponde un v EN tal que para todo par de néimeros naturales n,n’, no menores que v (abrevia- damente: Wn, 1’ > v), se verifica que (Xn Xn) <8. © sea pues que, fijada cualquier cereania (e), por pequefia que ésta sea, siempre podemos hallar un lugar (v) en Ia sucesién a partir del cual todos los términos estén mas préximos unos de otros, que la cercanfa fijada. SUCESIONES DE CAUCHY ¥ ESPACIOS COMPLETOS lll Si Ia sucesién tiene limite x, sabemos que intuitivamente significa que sus términos se aproximan a x tanto como se dese, Parece razonable espe- Tar que esto traiga como consecuencia que los términos se acerquen unos a otros tanto como se quiera, es decir, la sucesién debe ser de Cauchy. Esta intuicién es correcta, como demuestra el teorema que sigue. Teorema 1, En un espacio métrico.toda sucesién convergente es de Cauchy. Demosrractén. Supongamos que {x,} es un sucesién en un espacio (E, d) y que tiene limite x €E. Sea e > 0; como xy —> x, existe un v EN tal que yn > v: d(x) << Vn, n! > v resulta pues que d(x) <*/2 y d(ty3x) <®/s, de donde (Xn, Xn) Sd(xXn, x) + d(xnsx) N tal que yn €N : yn = xpos Supongamos que yn > x. Dado ¢ > 0, como {xq} es de Cauchy, existe un ,€N tal que wayn!’ > vt dtm xn) v2 aplicando (2) resulta: (dm #) < flan (3) Pero también m > 11, lo cual implica que m ¢M, de manera que, nece- sariamente, g(m) > v1 y, Como ym = Xgem) se aplica (1), resultando: yn Dv: dln ym) < le. (4) SUCESIONES DE CAUCHY ¥ ESPACIOS COMPLETOS: 113 Aplicando ahora la desigualdad triangular y en seguida (3) y (4) obte- nemos Vind vit d(xp,%) Sd (xn Im) + d(ym x) < 05 (© sea que x, —> x. Corolario I’. Si {x,} es una sucesién de Cauchy cuyo rango admite al- gin punto de acumulacién x, entonces x, —> x. Demostracién, En virtud del Teorema 2 de 5.1, existe una sucesién par- cial de {,} que converge a x. Aplicando ahora el Lema 1, concluimos que xs x. Es muy sencillo demostrar que el rango de una sucesién convergente es un conjunto relativamente compacto (Ejercicio 6). Veamos ahora cual es Ia naturaleza del rango de una sucesin de Cauchy, Lema 2, Ei rango de una sucesin de Cauchy es un conjunto precom- pacto. Demostracién. Sea {xn} wna sucesién de Cauchy en el espacio (E, d). Dado pues un ¢ > 0, existe un v€N tal que ¥njn" Dv: d(xmatw) v: d(%q,%) 0 y centro algtin punto del espacio. Indiquemos por R; al rango de S. Por hipétesis, Ry est contenido en la unién de un niimero finito de esferas abiertas de radio 4. Al menos una de ellas contendra infinitos pun- tos de Ri y éstos constituyen, respetando el orden relativo con que figuran en S,, una sucesién parcial : Sa = 08, de S,, cuyo rango R; es infinito y ReC Rs, ReCNy. Razonando andlogamente, R; est contenido en la unién de un niimero finito de esferas abiertas de radio $. Al menos una de ellas contendra infinitos puntos de Rz y éstos constituyen, respetando el ordenirelativo con que figu- ran como términos en Ss, una sucesién parcial = (a8, de S, y Sz, cuyo rango R, es infinito y RC R:CRs, RsCNj. Procediendo por induccién, supongamos construidas hasta Ja sucesién oe tales que cada una sea parcial de todas las anteriores, sus rangos son infini- tos y cumplen las relaciones Ria CRy2C +.» CR,, RiCMy, (i= SUCESIONES DE CAUCHY Y ESPACIOS COMPLETOS 1s Ahora bien, R; esté contenido en la unién de un numero finito de esferas abiertas de radio ¥/,. Al menos una de ellas contendra infinitos pun- tos de Ry-1 y éstos constituyen, respetando el orden relativo con que figuran como términos en Sys, una sucesién parcial a de Spx y, por lo tanto, de Spx, +++,Ss, cuyo rango Ry es infinite y RyCReiG ee CRy ReCNayye De esta manera hemos construido una familia (S,,S2,---} de suce- siones tal que J, es una sucesin parcial de todas las anteriores y su rango R, esta contenido en una esfera Nj, La sucesién (93. es parcial de Sy. Demostremos que es de Cauchy. Sea e > 0 y tomemos un v EN tal que 0< “fy v, los puntos x*, x" pertenecen a los rangos Rx, Ry respectivamente y RyCRy, Ry CRy, RyCNy». Se deduce que x*, 2” ENy,; pero el didmetro 8(Ny,) < *fy» lo cual implica d(x" a8) Stee. Como aplicacién del Lema 3 daremos respuesta a una pregunta que se suscitara en 4.4 con motivo de lo establecido por el Teorema 2 de esa sec- cién, En efecto, alli se demostré que todo conjunto relativamente compacto es precompacto en cualquier espacio métrico, y se planted la posible vera- cidad del reciproco, Este no es, en general, cierto; pero veremos en seguida que la hipétesis adicional de completitud del espacio si lo garantiza. Antes se hace necesario referirnos al Ejercicio 6 del Capitulo IV, ya que haremos uso de él en Ia demostracién que sigue. En un espacio métrico, la clausura de un conjunto precompacto A es precompacta. En efecto, dado e > 0, tomemos 0 < e” < ¢. Entonces AC UN(x5 2) C G N(xi3e’), ic ia donde #1, --+5%n €A, Pero el conjunto de la derecha es cerrado, luego AC UN (x5 0’). ia 116 LIMITES ¥ ESPACIOS COMPLETOS Nétese que N(xi3 0) CN(xije) para i= 1,2,- Entonces AC UN(x56), int ademas, x,, +++, %» €A. Teorema 2, Todo conjunto precompacto en un espacio métrico completo es relativamente compacto, Demostracién. Sea A un conjunto precompacto y demostremos que su clausura A es SC, Sea {2,} una sucesién en 4. En virtud del Teorema 2 de 4.2, el rango de la sucesién es precompacto por ser un subconjunto del del precompacto 4. Aplicando entonces el Lema 3, {,} admite una sucesién parcial de Cauchy {on}; pero como el espacio es completo, {y4} converge a un punto y. Por otra parte, la sucesién {yj} estd también en 4; luego, por el Corolario 2” de 5.1, y pertenece a la clausura de 4, 0 sea a A, y éste es SC, por lo tanto, compacto, . De manera que A es relativamente compacto. Se origina una nueva pregunta: Ser el teorema precedente valido en espacios completes solamente? La respuesta es afirmativa, Tal propiedad caracteriza a los espacios completos, El reciproco del Teorema 2 es cierto, . Teorema 3. Un espacio métrico, en el cual todo conjunto precompacto es relativamente compacto, es completo. DemostaaciON. Sea {tn} una sucesién de Cauchy, Su rango A, por el Lema 2, es precompacto. Luego, en virtud de la hipétesis, A es relativamente compacto, es decir, A es compacto y, por lo tanto SC. Pero {xa} es una sucesion en A, entonces admite una sucesién parcial convergente, lo cual implica, por el Lema 1, que {x»} converge, El espacio es pues completo. De los Teoremas 2 y 3 extraemos la consecuencia de que en un espacio métrico incompleto, deben existir necesariamente conjuntos precompactos que no son relativamente compactos. SUBESPACIOS COMPLETOS 117 5.3. SUBESPACIOS COMPLETOS En 14 se vio que si (E,d) es un espacio métrico y F es un conjunto cualquiera no vacio en aquél, entonces (F,d) es un espacio métrico, donde d es la métrica inducida, que Hamamos subespacio de (E, d). En esta seccién determinaremos qué condiciones son suficientes y cud- les necesarias para que (F,d) sea completo. Veremos que todo depende de la naturaleza del conjunto F en (E,d). Antes que nada, vale la pena destacar la siguiente observacién, que se deriva del hecho de que la métrica es Ia misma en ambos espacios y que la definicién de sucesién de Cauchy depende sélo de la métric: Una sucesién de Cauchy en (E,d) que esté en F, es una sucesién de Cauchy en (F,d). Reciprocamente, una sucesién de Cauchy en (F,d) también lo es en (E,d). : Por otra parte, una sucesién convergente en (F,d) también converge al mismo limite como sucesién de (Ed). Por el contrario, una sucesién convergente en (E,d) que esté en F, converge en (F,d) si y sdlo si su limite pertenece a F. Como consecuencia de estas consideraciones podemos decir que (F, @) es completo si y sdlo si toda sucesién de Cauchy en (E,d) que esté en F, tiene limite en F. Veremos que los resultados que procedemos a establecer, ademas de st importancia intrinseca, nos proporcionarén un método sencillo para cons- truir espacios completos e incompletos. Teorema 1. Si F es compacto, entonces (F,d) es completo. Demosreaci6n. Sea {x} una sucesién de Cauchy en (F,d). F es SC por ser compacto, Iucgo la sucesién {%,} que esté en F, admite una sucesién parcial convergente cuyo limite x €F; pero en virtud del Lema 1 de 5.2, nx. (F,d) es pues, completo, e El reciproco del teorema precedente no es, en general, cierto. Por ejem- plo, un espacio métrico discreto (E,d) es completo (Ejercicio 24) y si E tiene infinitos puntos, E no es compacto; nétese que (E,d) es un subes- pacio de si mismo. Se observa pues que el Teorema 1 establece una con- dicién suficiente pero no necesaria para la completitud del subespacio. El teorema siguiente, por el contrario, sefiala una condicién necesaria, pero no suficiente. Teorema 2. Si (F,d) es completo, entonces F es cerrado. 118 LIMITES Y ESPACIOS COMPLETOS Demostraci6n. Tomemos un x €f. En virtud del Corolario 2’ de 5.1, existe una sucesién {xn} en F con x,—>x. Lucgo, {xm} es una sucesién convergente en (E, d) y, por lo tanto, de Cauchy (‘Teorema 1 de 5.2) ; pero como esté en F, {%,} es una sucesién de Cauchy en (F, @), lo cual implica que tiene limite en F, ya que ese espacio es completo por hipétesis. O sea que xeP, Tenemos pues que FCF, es decir, F = F. Este teorema nos permite construir espacios incompletos con toda faci- lidad. Basta, en efecto, con tomar un conjunto F en (E,d) que no sea cerrado y el espacio (F,d) es incompleto, En éste deben existir sucesiones de Cauchy no convergentes y conjuntos precompactos que no son relativa- mente compactos. La existencia de espacios incompletos nos indica que el reciproco del Teorema 2 no es, en general, cierto, De hecho, un espacio incompleto (E,d) siempre puede considerarse como subespacio incompleto de sf mismo. No obstante; E es cerrado en (E,d). Podemos, sin embargo, establecer un reciproco parcial del Teorema 2, afiadiendo Ia hipétesis de completitud del espacio “grande”. Teorema 3. Si (E,d) es completo y F es cerrado, entonces (F,d) es completo. ‘ DemosrraciOn. Sea {xq} una sucesién de Cauchy en (F,d). Luego {xn} es una sucesién de Cauchy en (E,d) y como éste es completo, {x,} es convergente a un punto x CE, Pero {x} esté en F, lo cual implica, por el Corolario 2’ de 5.1, que x €F, 0 sea que x €F, ya que F es cerrado. En resumen, {xn} tiene limite en F, es decir, es convergente en (F,d). Considerando ambos teoremas 2 y 3 obtenemos el siguiente corolario. Corolario 3’, En un espacio completo (E, d), el subespacio (F, d) es com- pleto si y sélo si F es cerrado. Ademas de la importancia intrinseca de los teoremas de esta seccién, destacamos que ellos nos permiten, a partir de un espacio métrico dado, construir espacios completos e incompletos con mucha facilidad. 5.4, COMPLETITUD Y PRECOMPACIDAD EN R” Particularizamos ahora nuestro estudio a la recta real y al espacio R* en lo referente a completitud y precompacidad. Se recomienda al lector repasar Jos Ejemplos 3, 4 y 5 de 1.1. COMPLETITUD Y PRECOMPACIDAD EN R” 119 Naturalmente que todo lo establecido para espacios métricos en general se aplica a R®, No obstante, tratindose de un caso muy conereto (e im- portante), es de esperar que posea ciertas propiedades topolégicas que no se cumplen para un espacio métrico cualquiera. En esta seccién nos pro- ponemos establecer tales propiedades distintivas, Ellas son esencialmente dos: completitud y el que todo conjunto acotado es precompacto. La combina- cién de ambas trae consecuencias de mucho alcance; entre éstas los famosos teoremas de Bolzano-Weierstrass y Heine-Borel, Veremos ms adelante que todos estos atributos de R” se generalizan a espacios normados de dimensién finita y, lo que es més, los caracterizan. Primero demostraremos la completitud de la recta real y de alli obten- dremos la de R”. Teorema 1. La recta real es un espacio métrico completo. DemostraciSn, Sea {o iy +++) Xm ++) uma sucesién de Cauchy en Ia rec- ta real y designemos por Ry su rango. En virtud del Corolario 2, de 5.2, R, es un conjunto acotado. Sabemos que esto equivale, en la recta real, a decir que Re est’ acotado superior ¢ inferiormente. Sean pues a,b ER cotas inferior y superior de Ro, respectivamente, Tenemos entonces, VWnENi aap z. Dado ¢ > 0, existe un vy EN tal que ya,n’ > v: |¥n ane] < “a. qa) Ademas, como z v2 y {yn} es decreciente, 2S ou Sy, <2 t ey de donde 2-8

p con z— hh Sav Sy es decir, z- Fl , resulta que Yn > v, ambos n,v > vs y se aplica (1): [eae] < fey Jo cual equivale a: Ky "la Sn ty + Hae Pero haciendo uso de (2), obtenemos: ame Say av $e Set es de donde yndviz-eR (i =1, 2,+++,k) tales que, para todo a= (a, a:,-++, az) de R¥, pri(a) = a. Ahora bien, si f : N—> R¥ es una sucesién en R¥, las sucesiones coordenadas son pryef: NR (i= 1,2,-++,k). Lema 1. Una sucesién {x,} en R¥ es convergente si y sélo si son conver- gentes todas sus sucesiones coordenadas {xin} (i= 1,2, -+-sh). En tal caso, si tin ay (i= 1,-+-,K), entonces xy (xy +05 %%)5 Y reciprocamente. Demostracién. Supongamos que x_—> (x: +++, %%) y sea e > 0. Existe un v €N tal que yn >v: |lxn—a! v y para cada i = 1,-..,k: |zin—ai] <8, © sea que xin> xj (i= 1, .--,k). Recfprocamente, supongamos que in—> x; (i= 1, -+.,k). Luego, si e > 0, existen v; €N tales que Wn > vi: I ai < ey donde i= 1,2 Sea v = max (vs, ---, mJ, entonces yn > v se verifican: [einai] <¢/e (ES 1, ++, k). Aplicando ahora la desigualdad (b), ya >v: ® 4n—-l] SB rin as] <6; a donde, de nuevo, # = (x1, +++ a4). O sea que xn x. Estamos ahora en condiciones de demostrar la completitud de R* con toda facilidad. ‘ Teorema 2. R* es un espacio completo. DemoszraciOn. Sea {xq} una sucesin de Cauchy en R* y {xin} (i= +++,k) sus sucesiones coordenadas, Dado « > 0, existe un » EN tal que yn,n’>v: lexan] 0, Llamamos bloque centrado y cerrado en R¥ al conjunto Ja=hX1,X% «+. X In donde I= [-aq] (i= 1,+..,8). Expresado de manera equivalente: Ja = (ete ese) |e Si aia beh Si se trata de la recta real (k = 1), Ja no es otra cosa que el intervalo cerrado [—a, a]. En R? (véase la ilustracién) Jq es, geométricamente, un cuadrado de lado 2a, cuyo centro coincide con el punto (0,0). En R’, Ja es un “bloque” rectangular de Jados o aristas todos iguales a 2a y cuyo centro es el punto (0,0,0). Y ae aa | Figura 3. Tlustracién geométrica de un bloque centrado y cerrado en RY 124 L{MITES Y ESPACIOS COMPLETOS ‘Aun cuando un bloque centrado y cerrado posee propiedades mucho més poderosas, Ia tinica que necesitamos ahora es Ja siguiente (véase el Ejercicio 31). Lema 2. Todo bloque centrado y cerrado en R* es precompacto, Demostracién. Consideremos el bloque Ja y sea e> 0, Tomemos un meEN tal que 2ak ace. (1) m Tenemos que Ja = I, X Iz X «++ X I, donde I = [—a, a], i= 1,2, 05h Ahora bien, cada intervalo J; dividimoslo en m partes iguales, es decir, fijemos los puntos 2a 2a 2a mat, at 2, mat me m m m en cada I;, obteniendo asi una particién de J; en los m intervalos cerrados: ~at Geng] f=O,1,-,mo1, mm. Formamos ahora los m* productos cartesianos: cae eee ee ee aes i donde cada j; toma los valores 0, 1, conjuntos es evidentemente J.. En cada uno elegimos arbitrariamente un punto ., m—1, La unién de todos estos xEI2 Xo. x HE y consideramos la esfera abierta N(x;2). x= (xy 005%) y tomemos un x! = (x',-+-,4/) de 2X 0. % Ii cualquiera, Para cada i= 1, --- ki: . i 2 ae x Ell = [-«+ jt, at (iit y=], a m COMPLETITUD ¥ PRECOMPACIDAD EN R” 125 lo cual implica que | 2a paral So Ahora bien, aplicando 1a desigualdad (b) y la (1), & 2ak [kal $B [xi-ml < — 0 tal que ACN(O;a). Consideremos el bloque centrado y cerrado Ja y veamos que N(0; a) CJo- En efecto, tomemos un punto x = (x1, x2, -++, x1) €N(9;a) cualquiera y apliquemos Ja desigualdad (a) : lad < [Bll = (x8) 0, éte no puede ser cota inferior del conjunto {8(4q)}, lo cual implica que, para algin Ay, 8(4y) v, AnCAy y dy CAs, de donde Xn nr € Ay, lo cual implica (ms %nr) <8(Av) <8. Como el espacio es completo, 4» —> *. Tomemos un Am cualquiera. Por construccién, la sucesién {xy mess++) esté en Am y es parcial de la (%,}, lo cual implica (Teorema 3 de 5.1) que también converge a x, Pero entonces, en virtud del Corolario 2” de 5.1, x es punto de adherencia de 4m y como éste es cerrado, x € Am. De manera que *€A_, Vn EN, es decir x€ M An y dicha intersec- cién no es vacia, Reciprocamente, supongamos que el espacio posee la propiedad de Can- tor y sea {xn} una sucesién de Cauchy. Consideremos la familia contable de conjuntos {Ap, 1, -+-} tal que vn€N: A, es cl rango de la sucesién {xp,Xna) +++}. Evidentemente que ningén A, es vecio y que Anan, Wn €N. Ademés, dado e > 0, existe un v EN tal que yn, n’ > v : d(xy,an°) <3 pero, por construccién, Si Xn An Edy entonces n,n” > v, de donde d(xn, Xa) 0, debe existir Ay con 8(4») v: tn €4yCAy; luego d(xn, x) S 8(dv) x y (E,d) es completo. Son muchas las situaciones en las que conviene hacer uso del teorema precedente. Por lo general se sabe que el espacio es completo y se emplea la propiedad de Cantor para demostrar algunas tesis. Muy rara vez se uti- liza la propiedad de Cantor para probar la completitud del espacio, No obstante, lo hemos hecho aqui para poner de manifiesto que sélo Jos espa- TEOREMAS DE CANTOR Y BAIRE 131 cios completos poseen dicha propiedad y evitar asi las interrogantes sin respuesta. Una hermosa y profunda aplicacién del Teorema 1 la constituye el fa- moso resultado de Baire, cuyas consecuencias son muy ricas y aparecen en las teorias matematicas mds diversas y avanzadas. Teoremas fundamentales del Anilisis Funcional, tales como el de Ja transformacién abierta, de Banach- Steinhaus y otros, dependen del Teorema de Baire, También se aplica para demostrar la cxistencia de funciones continuas en un intervalo y que carecen de derivada en todos sus puntos. Enel Teorema 3 de 2.7 se establecié que la unién de un néimero finito de conjuntos nada-densos es un conjunto nada-denso (por tanto, fronterizo, en virtud de Ps de 2.7); pero nada pudo asegurarse si se trataba de un néime- ro infinito de ellos. El teorema siguiente (Baire) responde parcialmente la pregunta. Antes conviene adoptar nueva terminologia que abrevie la cues- tién. Se dice que un conjunto en un espacio métrico es magro (también llamado de primera categoria), si es la unién en una familia contable de conjuntos nada-densos. Un conjunto que no es magro suele Iamarse de segunda categoria. Es oportuno destacar que una esfera cerrada cualquiera N(x;r) no es un conjunto fronterizo, ya que siempre N(x3r) CN(x:7), Jo cual implica que x es un punto interior de N(x;r). El interior de la esfera cerrada no es, pues, vacio y ésta no puede ser fronteriza, por Pe de 2.7. Conviene tener presente otro hecho. Sea A un conjunto no fronterizo y €>0, entonces existe una esfera cerrada de radio menor que © conte- nida en A. En efecto, tomemos un x €4 (Pz de 2.7), luego existe un r > 0 tal que N(x;1) CA. Elijamos ahora un nitmero real r;, con 0 <7 < min {r, e}; entonces, como 7, 0, ANN(x;r) contiene infinitos puntos distintos de x y es una esfera abierta en (4,d) (2.6). De manera que no existe esfera abierta (en (A,@)) de centro x contenida en B, es decir, x no es punto interior de B, lo cual implica que B = $ (en (A,d)), 0 sea que B es fron- terizo (P. de 2.7) y, ademés, cerrado, por contener un solo punto, Se deduce que B es nada-denso (P, de 2.7). L{MITES FUNCIONALES 135 En resumen, todo conjunto constituido por un solo punto de A es nada- denso en el espacio completo (4,4). Ahora bien, siempre podemos expresar A=U {x}, © sea que si A es contable, A es magro, lo cual es una contradiccién, @ Corolario 3’, Un conjunto perfecto y compacto en cualquier espacio mé- trico no es contable. Demostracién, En virtud del Teorema 1 de 5.3, el subespacio constituido por el conjunto compacto es completo. e Corolario 3”. Un conjunto perfecto en un espacio métrico completo no es contable, Demosrracién. Como el conjunto es cerrado, por ser perfecto, constituye un subespacio completo, en virtud del Teorema 3 de 5.3. e En particular, si un espacio (E,d) es completo y no contiene puntos aislados, E no es contable. Tal es el caso de Ia recta real, como se com- prueba facilmente, de donde se deduce que el conjunto R de los nimeros reales no es contable. Existen diversas demostraciones de este hecho; Ja més conocida se apoya en la representacién decimal de los ntimeros reales. La dada aqui es, sin duda, particularmente elegante, y es consecuencia del teorema de Baire, cuyo cardcter es decididamente topolégico. ‘Ms general, se verifica con facilidad que un intervalo cerrado de ex- tremos no coincidentes es un conjunto perfecto en la recta real, se concluye entonces, por el corolario 3”, que no es contable. Como consecuencia, cualquier intervalo de extremos no coincidentes no es contable, ya que contiene intervalos cerrados. 5.7, LIMITES FUNCIONALES Procedemos a establecer y desarrollar el importante concepto de limite de una funcién en un punto, Preferimos presentar primero la definicién precisa y Iuego interpretarla intuitivamente. Sean (E,d) y (F,d’) espacios métricos cualesquiera (iguales o distin- tos) y A un subconjunto de E. Consideremos una funcién f : ACE->F y un punto a€E de acumulacién de A, es decir, @ C4’. 136 LiMITES ¥ ESPACIOS COMPLETOS Se dice que un punto b €F es limite de f en ay se escribe lim f(x) = Si a todo entorno T de b corresponde un entorno $ de a tal que A(S—{a}) NAJCT, es decir, yx € (S—{a}) NA: f(x) ET. También se dice que b es el limite de f cuando x tiende aa. Al punto a, que no tiene que pertenecer al dominio A de f, se le exige que sea punto de acumulacién de A con objeto de que el conjunto (S—{a}) MA no resulte vacio, cualquiera que sea el entorno $ de a. Pronto demostraremos que, de existir el limite & de f en el punto a, éste es ‘inico. Figura 4. Ilustracién de la definicién del limite: las imagenes de todos los puntos de Ia regién sombreada estin en T, con la posible excepcién de la imagen de a. Nétese que, aun cuando a €A, la imagen f(a) no interviene en la defi- nicién y puede muy bien diferir del limite b. Recordemos que, intuitivamente, el concepto de entorno traduce la idea de cercania o proximidad al punto en cuestién, Asi pues, la definicién de que 6 es el limite de f en a significa que f(x) puede estar tan proximo a b como se desee, con sélo tomar x suficientemente cerca de a. Quizds el ejemplo més sencillo que puede presentarse es el de una fun- cin constante f: ACE F, donde yx€A: f(x) = 6, para un mismo c€F fijo. En este caso, para cualquier a €4’, lim f(x) = c. En efecto, si roa T es un entorno de c, tomemos cualquier entorno § de a. En virtud de la definicién de f, Vx €(S—{a}) NA: f(x) = c€T. Se nota que cualquier L{MITES FUNCIONALES 137 entorno S de a, da el resultado deseado, con independencia del entorno T de c. En general, no es de esperar que esto suceda; $ dependerd de T. Volvamos al caso general de una funcién f: ACE—>F y a€d’. Su- pongamos que lim f(x) = b. ana Ahora bien, dado un mimero real e > 0, Ia esfera abierta N(b; e) un entorno de b. Existe entonces un entorno S de a tal que fU(S~{a}) NAJCN(B; &). Pero existe un § > 0 tal que N(a;8) CS, de donde ANN*(a; 8) C(S—{a}) NA, lo cual implica AAON*(a;8)]CN(d5 e), que es equivalente a VyxE€A con 0 0 corresponde un 8 > 0 tal que VxEA con 0< d(x,a) <8: d'(f(x),b) 0 tal que N(b3e) CT. Por hipétesis, a e corresponde un 8 > 0, cumpliéndose la pro- Piedad (1); pero ésta equivale a Wx €CANN*(a; 8) : f(x) EN(b; 8), de donde se deduce HAON'(a;8)]CT, siendo N(a; 8) un entorno de a. Resulta pues, que lim (x) = En resumen, a siguiente definicién equivalente que tendr apariencia mas familiar para algunos lectores: b es limite de f en el punto a€d’, si a cada e > 0 corresponde un 3 >0 tal que 138 LIMITES ¥ ESPACIOS COMPLETOS vx EA con 0.< d(x,a) <8: d’(f(x),b) F y a€A’, Si existe un punto b €F tal que lim f(x) = b, éste es tinico. ese DemostraciOn. Supongamos que existe un b’ €F con b” = b, que también satisface la definicién del limite de f en a. Aplicando el Lema 1 de 4.3, existe un entorno T; de b y un entomno Ts de b' tales que TiNT2 = $. (1) Ahora bien, a T, corresponde un entorno S, de a con M(S:- {a}) NAJCT: y a Tz corresponde un entorno Sz de a con f{(So—{a}) NAJCT 2. Por otra parte, § = S, AS, es un entorno de a (23) y (S—{a}) NA esta contenido en (S:—{a}) NA y en (S2—{a)) NA, lo cual implica A(S~(a}) NAICTLOT 5 pero (S—{a}) NAAg, ya que a€A’ y obtenemos una contradiccién de (1). El teorema que sigue es de gran importancia y haremos frecuente uso de él. Establece una relacién interesante, de doble implicacién, entre el limite de una funcién en un punto y sucesiones convergentes. Para enten- derlo correctamente es preciso tener presente el Teorema 2 de 5.1 junto con Ja observacién que sigue a su demostracién. Teorema 2. Sea f:ACE>F yaa’. 1. Si existe lim f(x) = b, entonees, para toda sucesién {x,} en A, tal eve que xn a, la sucesién {f(x,)} converge a b LIMITES FUNCIONALES 139 2. Si para toda sucesin {x} en A, con xq —> a, {f(xn) } es convergente, entonces todas ellas convergen al mismo punto b y el Iimite de f en a existe y es igual a b. Demostracin. 1, Aplicando el ‘Teorema 2 de 5.1, consideremos una sucesién {x,} en A, cuyos términos sean todos distintos de @ y x, a. Tomemos un entorno cualquiera T de 6, Como lim f(x) = 6, existe un entorno S de a tal que Vx € (S—{a}) NA: f(x) ET. (1) Ahora bien, como qa, al entorno S de @ corresponde un v €N tal que Vn dvis€S; pero ya que la sucesién esté en A y todos sus términos son distintos de a, Vn Bvt xn€ (S—{a}) NA, Jo cual implica, en virtud de (1), que Vn ev: fla) €T, © sea que f(x») — b. 2. Sean {xp}, {yn} sucesiones en A, ambas convergentes al punto a. Por hipétesis existen lim f(x) = p, lim f(y.) = q. Se desea demos- trar que p = q. Con tal fin, consideremos la sucesién en A {x0, Yo, Xs Ju, +++} la cual, evidentemente, converge al punto a; ello implica, de nuevo por hipétesis, que la sucesién {f(xo) ,f (yo) (x1) -f (91) y+*-} converge a algiin punto z; pero las sucesiones {f(+n)}, {/(a) } son parciales de aquella y, por el Teorema 3 de 5.1, tienen el mismo Timite z. Luego, en virtud de la unicidad del limite de una sucesién Pao ae Designemos por 6 al Iimite comtin de todas las sucesiones {f(,)}, cu- yos términos son las imagenes de los de sucesiones {xn} en A con x, —> 4. Supongamos que no es cierto que lim /(x) = b, Entonces debe existir 140 LIMITES Y ESPACIOS COMPLETOS algin entorno T de 6 tal que para todo entorno $ de a existe siempre un punto «€(S—{a}) NA con f(x) ET. Podemos construir una sucesién {xn} en A tal que para cada nimero natural n > 1 elegimos wn CANNY a3 In) con fxn) TT. Es inmediato que %n—>a, ya que siempre d(xq@) <4,j pero no es cierto que f(x_) —> b, contradiciendo lo establecido anteriormente. Concluimos que necesariamente lim f(x) = b. Si f: ACEF, a€4’ y lim f(x) = , no podemos asegurar que > pertenezca al rango f(A) de f, mucho menos que b = f(a), aun cuando @€A; pero si se puede afirmar que b “no esta lejos de f(A)”. En efecto y de manera precisa, dado un entorno T de b, existe un entorno S de a tal que vx€(S—{a}) NA: f(x) ET pero f(x) €f(A) trivialmente, luego TN{(A) £4, lo cual implica, por el Teorema 2 de 2.4, que 5 Ef(A) y es equivalente, por el mismo teorema citado, a d’(b,f(A)) = 0. Hemos visto que, intuitivamente, lim f(x) = 6 significa que f(x) pue- de aproximarse tanto a b como se quiera con sélo tomar x suficientemente préximo al punto a. Esto hace suponer que imagenes f(x), f(y) deben estar muy cerca una de la otra, por estar ambas bastante préximas a b, si x,y se hallan adecuadamente cercanos de a. Tal intuicién es correcta, como veremos en seguida. Teorema 3. Si f: ACE->F, a€A’ y lim f(x) = 6, entonces a cada > 0 corresponde un entorno S de @ tal que Vasy € (S—{a}) NA: d'(F(x),f(y)) 0, consideremos la esfera abierta N(b;¢/z) que es un entorno de b. Existe entonces un entorno S de a tal que LIMITES FUNCIONALES 141 {(S—{a}) NAICN (3/2). Luego, Vay €(S—{a}) MA = f(x), f(y) EN(B; e), Jo cual implica a(x), 10)) Sa’(f(), 6) + d'(f(9),b) 0 corresponde un entorno S de a tal que v4, €(S—{a}) NA? d’(f(x), f0)) 0, existe, por hipétesis, un entorno S dea tal que V2.9 €(S—{a}) NA: d'(f(x), f(9)) a, al entorno § de a corresponde un v €N tal que yn >v: xq €S; pero la sucesién {xp} esti en A y todos sus términos son distintos del punto a, luego Vn dvi an € (S—{a}) NA. De alli que Vian! > vt xn ty €(S—{a}) NA, © sea que, por (1), d’(f(tn)s flan)

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