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TOPOLOGIA DE ESPACIOS METRICOS IGNACIO L, IRIBARREN T. Director de la Divisién de Ciencias Fisicas y Matemai ae Universidad Simén Bolivar, Caracas. w EDITORIAL LIMUSA-WILEY, S. A. México 1973 Todos los derechos reservados © 1973, EDITORIAL LIMUSA-WILEY, 8. A. Arcos de Belén, Nim. 75, México 1, D, F. Miembro de la Camara Nacional de la Industria Editorial. Registro Nam. 121 Primera edicién: 1973 Impreso en México (779) Prélogo El concepto abstracto de espacio métrico fue introducido inicialmente Por el matematico francés M. Fréchet en 1906 y desarrollado més tarde por el famoso topélogo F, Hausdorff en su “Mengenlchre”. Después de 1920, la topologia métrica es objeto de exhaustivas investi- gaciones que logran su pleno desarrollo y ponen de manifiesto su extraordi- nario poder unificador de toda una variedad de teorias, hasta entonces dis- Ppersas y aparentemente independientes, Su importancia inicial se atribuye, en parte, a que fuera reconocida como una interesante generalizacién de la teoria de espacios normados y las aplicaciones de éstos en el naciente andlisis funcional, desarrollada por Stephan Banach y sus seguidores. A su vez, la escuela de Mosct realizaba importantes descubrimientos sobre propicdades de los espacios métricos, con impresionante despliegue de actividad investigadora durante la década 1920-30, Su principal objetivo consistia en obtener condiciones necesarias y suficientes para que un espacio topoldgico fuese metrizable. En la actualidad, la topologia métrica constituye una rama de la topo- logia general y los espacios métricos un caso particular de los topolégicos. Todas las obras de topologia general dedican uno o dos capitulos al trata- miento de los espacios métricos. No obstante, estos iiltimos admiten y merecen un estudio independiente por dos razones. Primero, pueden ser desarrollados en forma de una hermosa teoria acabada, menos inclinada a presentar fendmenos patolégicos que la topologia general, y, por tanto, mas asequible a nuestra intuicién geométrica, Segundo, constituyen el funda- mento indispensable y mas inmediato para un estudio serio y riguroso del andlisis matematico, por no mencionar una profusién de teorias sofisticadas. A pesar de todo, existe un sorprendente vacio de obras dedicadas al desarrollo auténomo de la topologia métrica y ello, acompafiado de las Tazones sefialadas, nos animé a escribir un libro de esta especie. Quién dirija su atencién a Ia topologia, con el propésito de adquirir las bases necesarias y orientarse luego al aprendizaje riguroso del andlisis, hallard frente a si un vasto y atemorizante cuerpo de doctrina, Para llegar a lo que 1 requiere (casi exclusivamente espacios métricos y normados), debera atra- 5 6 PROLOGO vesar un largo y dificultoso camino, pocas veces al alcance de la intuicién y erizado de sutilezas axiomaticas, contra-ejemplos y extrafios fenémenos. En esta obra presentamos un desarrollo, bastante exhaustivo, de la topo- logia de espacios métricos, con absoluta independencia de la topologia ge- neral, Vale decir, no suponemos ni apelamos a conocimiento alguno de esta iltima. Esperamos ademas que el lector perciba y disfrute la belleza matematica de esta relevante y depurada teoria como fin en si, a la par que cimiento esencial. Este libro tuvo su origen en cursos que, sobre la materia, el autor dicté en la Facultad de Ingenieria de la Universidad Central de Venezuela; sus propios apuntes fueron editados internamente y, se cree, son utilizados hasta el dia de hoy en calidad de texto, Posteriormente, él mismo ha ensefiado la asignatura de Topologia Métrica a estudiantes del tercer afio de la carrera de Matematicas en la Universidad Simén Bolivar. Tales experiencias, por el transcurso de unos seis afios, se plasmaron en la elaboracién de esta obra. Desde un punto de vista formal, los tinicos conocimientos previos, reque- ridos para asimilar el contenido de este libro, son los brevemente enunciados en la Introduccién. A saber, familiaridad y destreza con las nociones elemen- tales de la teoria de conjuntos, incluyendo lo relativo a funciones, relaciones de equivalencia y orden, excluyendo el axioma de eleccién y sus equivalentes; estructuras numéricas, principio de induccién, conjuntos contables (que se consideré oportuno tratarlos en dicha Introduccién) y, muy particularmente, el cuerpo de los ntimeros reales con su propiedad del “sup” columna ver- tebral de los espacios métricos. Finalmente, y s6lo para el ltimo capitulo, los conocimientos mas elementales de Algebra lineal. Realista y pedagégicamente, seria deseable que el lector poseyera cierta madurez matemitica (independiente de la biolégica), lograda, digamos, después de haber perdido la inocencia en un primer curso de cdlculo en una y varias variables. Sin embargo, hemos tenido muchas consideraciones con el lector, en ocasiones a riesgo de aburrir a alguno mds veterano. Todo nuevo concepto se acompafia de motivaciones intuitivas, en un lenguaje lano y ordinario. Se ha procurado siempre destacar la significacién y grado de trascendencia de cada teorema, sefialando lo que se persigue e indicando el camino. Al final de cada capitulo se ofrece una coleccién mds 0 menos numerosa de ejercicios, dependiendo de las posibilidades del tema. Sobre ellos conviene declarar que son totalmente independientes del texto, en el sentido de que jamés se hace uso de alguno como parte integral del desarrollo teérico; a lo més, se cita uno que otro en calidad de contra-ejemplo. Esto no debe servir de motivo, sin embargo, para que el estudiante pres- cinda de ellos o interprete que no son importantes, Muy al contrario, los PROLOGO 7 ejercicios evidencian las posibilidades de la teorfa y le confieren una mayor significacién. El lector puede medir su dominio del tema enfrent&ndose con ellos. Algunos, por otra parte, apuntan hacia ramificaciones interesantes. Consideramos que el libro puede adoptarse como texto y cubrirse total- mente en un semestre. Podria constituir un primer curso de topologia des- tinado a estudiantes de Matematicas en la mitad de su carrera, Estamos convencidos, no obstante, de que la obra se presta a ser utilizada también y con provecho por alumnos de Ingenieria, Fisica u otras disciplinas afines, en esclarecidos “pensa” de esas ciencias. Para ellos recomendamos el siguiente plan de estudio simplificado, que no rompe la hilacién légica del desarrollo: Capitulo I, secciones 1.1 y 14. Capitulo II, secciones 2.1, 2.2, 2.3, 24 y 26, Capitulo ILL, secciones 3.1 y 3.5. Capitulo IV, completo. Capitulo V, secciones 5.1, 5.2, 5.4, 5.5 y 5.7. Capitulo VI, secciones 6.1, 6.2, 6.3, 6.4, 6.6 y 6.8. Capitulo VII, secciones 7.1 y 7.3, Por iiltimo, y no por ello menos merecido, deseo manifestar mi sincero agradecimiento a la sefiorita Reina V. Raven, quien con admirable des- Prendimiento y eficiencia realizé la mecanografia. Mi sentimiento de grati- tud para mi esposa por haber sufrido en silencio largos meses de reclusién y a quien dedico la obra. Icnacto L, InrarrReN Universidad Simén Bolivar, 1972. Contenido Prélogo Introduceién NYNNNYNN Nae eRe Rene 5 69 69 G9 69 Oo GR ee Zo Espacios métricos Definicién y casos particulares importantes, 15 Distancia entre conjuntos, 24 Isometria, 27 Subespacios, 28 Ejercicios, 29 Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados Esferas abiertas, cerradas y superficie esférica, 33 Conjuntos abiertos, 34 Entornos y puntos de acumulacién, 40 Conjuntos cerrados, 43 Frontera y borde, 53 Abiertos y cerrados en un subespacio, 55 Conjuntos densos, fronterizos y nada-densos, 58 Ejercicios, 62 Conectividad Conjuntos conexos, 67 Clausura y unién de conjuntos conexos, 70 Componentes de un conjunto, 72 Espacios localmente conexos, 74 Conectividad en la recta real, 76 Ejercicios, 79 Compacidad Conjuntos acotados. Didmetro, 81 Conjuntos precompactos y separables, 85 9 cal 15 33 57 81 Aaaaaaa NOOR QAAAAHAD g SuOauruwni 8 saws Bron Conjuntos compactos, 90 Conjuntos relativamente compactos, 96 Ejercicios, 97 Limites y espacios completos Limites de sucesiones, 101 Sucesiones de Cauchy y espacios completos, 110 Subespacios completos, 117 Completitud y. precompacidad en R*, 118 Resumen de resultados sobre compacidad, 127 Teoremas de Cantor y Baire, 129 Limites funcionales, 135 Ejercicios, 142 Continuidad Continuidad en un punto, 149 Continuidad en un conjunto, 155 Continuidad en conjuntos compactos, 164 Continuidad en conjuntos conexos, 169 Arco-conectividad, 173 Continuidad uniforme, 180 Completacién de un espacio métrico, 189 Contracciones y teorema del punto fijo, 195 Ejercicios, 199 Espacios normados Fundamentos, 209 Convexidad y poli-conectividad, 215 Transformaciones lineales, 224 Isomorfismo topolégico: isotopia, 227 Producto de dos espacios normados, 235 Ejercicios, 244 Bibliografia Indice CONTENIDO 101 49 209 249 251 Introduccion Empecemos con un recuento breve (y en algunos casos algo m4s extenso) de todos aquellos conocimientos que se supone posee el lector, ya que en el transcurso de la obra serén utilizados con entera libertad, sin citarlos expre- samente. Para cualquier consulta al respecto, puede recurrirse a la biblio- grafia recomendada. Debemos aceptar que el lector esta familiarizado con Jas nociones ele- mentales de la teoria de conjuntos y que ha adquirido suficiente destreza en su manejo, Para ser mds concretos, se requieren conocimientos sobre determinacién de un conjunto, inclusién, unién en una familia cualquiera, diferencia y complementacién de conjuntos, interseccién, distributividad de esta Ultima con respecto a la unién y viceversa; par ordenado y producto cartesiano con sus propiedades fundamentales; relaciones binarias y de orden parcial y total; relaciones de equivalencia, propiedades de las clases de equivalencia y conjunto cociente. Es indispensable un dominio adecuado del concepto de funcién; imagenes directas e inversas de un conjunto bajo una funcién; sobreyeccién, inyeccién y biyeccién; funcién inversa; compo- sicion de funciones. No hace falta haber hecho un estudio axiomitico, riguroso, de tales fundamentos, sélo se espera que el lector tenga un poco de prdctica en su manipulacién y conceptos claros. La notaeién conjuntista que se emplea en este libro, en todos los casos, es la usada universalmente. En vez de proporcionar una especie de resumen pormenorizado de los conocimientos mencionados, preferimos remitir al lector a algunos de los ex- celentes textos existentes. Al respecto, puede consultar las siguientes obras: (16)*, cuya exposicién es informal y entretenida, y (29), si se desea un estudio rigurosamente axiomatico y extenso. Recomendamos particularmente el libro (23), de reciente aparicién, por su elegancia y rigor.” En lo relativo a teoria de conjuntos y casi todos los otros requisitos que sefialaremos, cabe citar de una vez la conocida obra (33), que presenta un panorama mucho ms amplio de los fundamentos de la Matematica. * Los némeros entre paréntesis se refieren a obras de la bibliografia dada al final del libro. il 12 INTRODUCCION Sobre los mimeros naturales, cuyo conjunto designamos por N= {0, 1, 2,3, «+-} necesitamos propicdades globales mds bien que de cardcter aritmético. A saber, que N est bien ordenado; es decir, que todo conjunto de niimeros naturales tiene un minimo. En especial, se usa frecuentemente el principio de induccién completa y es preciso que el lector lo conozca bien y lo sepa emplear con soltura. El pequefio y muy didéctico libro (27) se dedica exclusivamente a ello. Conviene precisar el siguiente concepto que utilizaremos en varias oca- siones, Decimos que un conjunto no vacio X es contable si existe una sobre~ yeccién f: N>X. Por ejemplo, cl conjunto N es contable trivialmente, donde la sobreyec- cién es la funcién idéntica. Asimismo, si X es un conjunto finito es facil comprobar que es contable. En efecto, podemos expresar X= {xa%15+- +n} y definimos la sobreyeccién f : N-> X tal que f(i) = x; paraQ n. Si el conjunto ¥ no es vacto, X es contable y existe una sobreyeccién g: XY, entonces Y es contable. Basta con saber que existe una sobre- yeccién f : N-> X, luego, la funcién compuesta g =f : N -> ¥ es sobreyectiva. Como consecuencia, probamos con facilidad que, si A es un subconjunto no vacio del conjunto contable X, entonces A es contable, En efecto, la func’én g: X > Atal que yx EA: g(x) = 4 yxEX~A : g(x) = a, don- de a €A es un elemento fijo, es sobreyectiva. Veamos ahora que el conjunto N X N es contable. Es muy sencillo comprobar que la funcién f : N X N->N, tal que ym, n€N:f(m,n) = 2-39, es inycctiva. Por otra parte, su rango M es contable, debido a que MCN y lo establecido anteriormente. Luego, la funcién inversa f?:M—>N XN es sobreyectiva y N X N es contable, Por ultimo, sea F una familia contable de conjuntos contables. Deseamos demostrar que Y=ux “er es contable. Existe pues una sobreyeccién h:N — F y, como cada X €F es contable, para todo n €N existe una sobreyeccién f, : N-> h(n). Ahora bien, defi- namos una funcién g: NX N->¥ tal que ym,n€N: g(m,n) = fn(n). Resulta entonces que g es sobreyectiva y Y es, por tanto, contable, ya que lo es N XN. En efecto, si x €¥, ha de tenerse que x €X para algin X €F; pero h es sobreyectiva, luego existe un m €n con h(m) = X y, como también fm es sobreyectiva, debe haber un n €N con x = fn(n) = g(m,n). De este resultado fundamental se obtiene la contabilidad del conjunto Q de los mimeros racionales como simple ejercicio INTRODUCCION 13 Como se dijera en el Prélogo, el cuerpo de los nimeros reales, cuyo conjunto designamos por R, constituye la columna vertebral de la topologia de espacios métricos. Este puede construirse a partir de los ntimeros natu- rales, por ampliaciones sucesivas, pasando por el conjunto Z de los enteros, y por el cuerpo de los racionales, La construccién es hermosa e interesante, pero laboriosa. Serd instructive para el lector consultarla en (4), donde se trata exhaustivamente, Sin embargo, debido a la importancia que tienen para nosotros, es opor- tuno exponer sus propiedades fundamentales, de las cuales se deducen todas las demés. Si se quiere, pueden tomarse como axiomas definitorios, En tal sentido, es interesante destacar que esas propiedades que aqui enumeramos constituyen lo que se llama un sistema axiomitico categérico. Esto significa que caracterizan al cuerpo de los ntimeros reales y que éste, esencialmente, es tinico. Vale decir, cualquier otro ente que satisfaga todas esas propie- dades es isomorfo con los reales. El conjunto R esta provisto de dos leyes de composicién interna u operaciones: + (suma) y - (producto). La estructura (R, +) es un grupo conmutativo. Es decir, la suma es asociativa y conmutativa; existe un elemento tinico 0€R tal que Wx ER: x+0=.x; a cada x€R corresponde un unico clemento —x€R con x+(-x) =0. La estructura (R—{0},-) es también un grupo conmutativo, O sea que el producto es asociativo y conmutativo; existe un elemento tnico 1 €R—{0} tal que yx ER (se prueba que también para x = 0) :x+1 = x; a cada x €R—{0} corresponde un tinico x €R con x-x* = 1, El producto es distributivo con respecto a la suma, La estructura algebraica descrita (R, +,*) es la denominada cuerpo. Sobre R existe una relacién de orden total <, que es compatible con la suma y producto. Es decir, si para x, yER se tiene x R que posee las siguientes propiedades: 1. v4,9 CE:d(x,y) 20 2. Para x,y €E:d(x,y) =0 (=) x=. 3. vx, CE:d(x,y) = d(y, x) (simetria). 4. Vx,y,2z€E:d(x,y) R tal que: Vx,y EE: d(sy) =1, sixy; d(xy) =0 six=y. Se deja al lector la facil comprobacién de que tal funcién es una mé- trica para E. Al espacio métrico resultante (E,d) se le llama discreto. Aunque carece de mayor interés, dada su evidente trivialidad, nos indica que todo conjunto no vacio puede provecrse de una métrica. Por otra parte, los espacios dis- cretos se emplean con frecuencia como contra-ejemplos. Ejemplo 2. Consideremos el conjunto R de Jos niimeros reales y la funcién d(x,y) = [xy], V uy ER. Mediante sencilla aplicacién de las propiedades del valor absoluto se comprucba que d es una métrica. Esta confiere a R estructura de espacio métrico, el cual se Ilama usualmente la “recta real”, Son muchas y muy diversas las métricas que pueden definirse para R. No obstante, a menos que se exprese lo contrario, cuando se considere a R como espacio métrico, se entender& que la distancia es la definida arriba. Ejemplo 3. Sea V un espacio vectorial definido sobre el cuerpo R de los numeros reales, Una norma en V es una funcién de V en R que posee las propiedades siguientes (adoptaremos Ja notacién ||x|| para indicar la imagen del vector x, y la Hamaremos norma de xx) : 1. yx EV: [lx] 20. 2. ||x|] = 0 <=) x = 0; donde 6 es el vector nulo en V, 0 elemento neu- tro respecto a la suma en V. : 3. VxEV, VAER: |lAxl] = [a ||x]]- 4 vany EV: lle toll < [lal] + |p. (desigualdad triangular de la norma). Intuitivamente podemos interpretar la norma como la longitud de vec- tores, particularmente si pensamos en los vectores del plano o del espacio. DEFINICION Y CASOS PARTICULARES 19 Al par (V, || ||), es decir, a un espacio vectorial provisto de una norma, se le llama espacio normado. Como es de suponer, un mismo espacio vectorial V sobre R puede, en general, proveerse de diversas normas, dando origen a distintos espacios normados. Demostraremos que todo espacio normado es metrizable, es decir, puede definirsele una métrica inducida por la norma y asi considerarsele un espa- cio métrico, Definamos la funcién d:VXVOR tal que vay EV : d(x,y) = Ixy Veamos que d es una métrica para V. En efecto, la propiedad 1 de una métrica se cumple trivialmente como consecuencia de la primera propiedad de una norma. Ademés, si x = y, entonces (x,y) = |lx—y!] = [16|| = reciprocamente, si d(x,y) = 0, entonces x—y = 9, lo que implica x = y. Por otra parte, (xy) = [ley] = |(~1) (x4) = [1 lly all = [yl] = do, 4). Finalmente, VuyzeV: (x,y) = |]x—yl] = |}(e-2) + YS ileal] + levi = d(x,z) + d(zy). O sea que todo espacio normado puede considerarse como un espacio métrico con la métrica definida en base a la norma de la manera descrita. De aqui en adelante y cuando sea necesario trataremos a los espacios nor- mados como métricos, entendiendo siempre la distancia como la inducida por la norma. Ejemplo 4, Sea V un espacio vectorial definido sobre el cuerpo R de los niimeros reales, Un producto interior en V es una funcién de V X V en R con las propie- dades siguientes (adoptaremos la notacién xy para indicar la imagen del par (x,y) €V XV): 20 ESPACIOS METRICOS 1. x€V, x 40=)x-x > 0 (positivo definido) . 2 vayeVv: 3. Vunz€V, Va BER: (axtBy) «2 (linealidad por la izquierda). voy = yew (simetria). xz) + ly+2) Al par (V7,«), es decir, a un espacio vectorial V sobre R junto con un producto interior en V, se le Hama espacio euclideo. De los tres axiomas definitorios del producto interior se deducen inme- diatamente las siguientes propiedades: yx€V 1 60x = (00) «x =0 (00x) = 0. En particular: 0.4 = 0. Esto nos permite ampliar 1: Vx€Vixex D0; xox =0()x = 8. La simetria y Ia linealidad por la izquierda nos proporcionan la linealidad por la derecha: Vas%2€V, Va,BER: x2 (ay+Bz) = (ay+Bz) ox = alyex) + Blzox) = = a(xey) + B( x02). Una propiedad menos evidente es la importantisima desigualdad de Schwarz. VuyeV: el VER Ve La demostracién es breve. En efecto, si y = 0 ambos miembros de la desigualdad son 0 y ésta se cumple trivialmente. Supongamos que y 38, con lo cual y+ y > 0. Tenemos entonces VER: (xtAy) o (xtAy) 20. Aplicando las propiedades de linealidad, podemos desarrollar el producto interior: xext UxoylAt M(yoy) 20; pero tal desigualdad es cierta para todo valor real de A, en particular para 7 eae i DEFINICION ¥ CASOS PARTICULARES 21 (xoy)? | (eoy)? yey yey >0 xox 2 de donde (xy)? S (woe) (yey), y extrayendo raiz cuadrada positiva a ambos miembros obtenemos Ia des- igualdad de Schwarz. Nos proponemos mostrar que todo espacio euclideo (V,-) puede consi- derarse como normado, definiendo Ja norma mediante el producto interior. Sea, en efecto; Vxe€V: |x|] = Veen, (1) Jo cual tiene sentido sabiendo que x +. > 0. Veamos que se trata en verdad de una norma. Las propiedades 1 y 2 de una norma (ejemplo 3) quedan satisfechas trivialmente, Ademés, Vx€V,VXER: |[Ax|| = Vax) > laa) = VG) = [al Ilsll- Por otra parte, haciendo uso de la desigualdad de Schwarz: vayeV: let yl[? = (ty) -(xty) = [xl]? + Q(z ey) + IIpiP S Sllell? + 2ilx]l [loll + Iolite = (ilell + [bls de donde lxtoll < [tell + [yi De manera que la definicién (1) efectivamente proporciona una norma en V, Siempre que se considere un espacio euclideo como normado se en- tender que la norma es (1). Refiriéndonos al ejemplo 3, podemos afirmar que todo espacio euclideo (V, +) puede considerarse como métrico, tomando la métrica inducida por Ja norma, la cual es, a su vez, inducida por el producto inferior. En resu- men, la métrica natural de un espacio euclideo es: VxyeV : d(xy) = V(x—9) (x9). 22 ESPACIOS METRICOS Ejemplo 5. Consideremos el conjunto R” de todas las n-adas ordenadas de ntimeros reales. Este és un espacio vectorial respecto a la ley de com- posicién interna: (44, ay +++, dn) + (Day boy +++, bn) = (ar tbs; aot Bay- + +0nt bn) y la ley de composicién externa de conjunto de operadores R: Ndayd, «+5 dy) = (Ada, Nas, «++, Aa). RP es, ademas, un espacio euclideo con respecto al producto interior: (41, @2, ©. +5 Qn) °(15 bo, + dn) = Gidy + debs + ++ + Guba. Se deja al lector la sencilla comprobacién de que se trata efectivamente de un producto interior. En virtud de Jo establecido en el ejemplo 4, R” puede considerarse como espacio métrico con respecto a la métrica siguiente: B= (M482 Ta) Y= (Yu Pes 5 Inds entonces, Soy = (MT Pay Me Tey +22 TT In) luego (x-y)o(x-y) = ZX (iyi) ia de donde A(a,y) = y(n y)*. (2) Muchas métricas diferentes pueden definirse para R”, pero, a menos que se indique lo contrario, siempre que le consideremos como espacio mé- trico entenderemos que la métrica empleada es (2). Obsérvese que si n = 1, la métrica para R, definida por (2), es exac- tamente la descrita en el ejemplo 2. Ejemplo 6. Sea A un conjunto cualquiera, no vacio. Diremos que una funcién f, de 4 en R, es acotada si existe algén mimero real M > 0 tal que vx: |f(x)| R, tal que Wx EA: (fg) (x) = f(x) ~g(*)- Si Vx EA : |f(x)| R, tal que Vig €B(A) : dif g) = sup f(x) ~a()|. Tal extremo superior existe, ya que, como se vio arriba, If(*) —g(x)| es un conjunto de nimeros reales acotado superiormente. Demostraremos que la funcién d es una métrica en B(A) : vi,g€B(A), V*EA: |f(x) —g(x)| > 0, lo cual implica d(f,g) = sup |f(x) —g(x)| 2 0. Para f,g €B(A), f = g es equivalente a que VxEA: f(x) = a(x), es decir If) —g(*)| = 0, 24 ESPACIOS METRICOS Jo que a su vez equivale a d(f.g) = 0. Como vx EA: |f(x) —g(a)| = le(x) f(s), se deduce de inmediato que d(f.g) = def). Finalmente, si f,g, €B(A), se verifica VxeAr lf) —9(x)| = [((%) h(x) )| + AC) -@(#)) | Sf) AG) | + + |h(x) g(x), de donde, utilizando la definicién de extremo superior d(f.g) Salf,h) + d(h,g)- De manera que (B(A),d) es un espacio métrico. Bste constituye s6lo tun ejemplo de una clase de espacios métricos que, por su naturaleza, se les llama espacios funcionales. Su importancia en topologia y anélisis modernos es considerable. 1.2, DISTANCIA ENTRE CONJUNTOS Sea (E,d) un espacio métrico. Fijemos arbitrariamente un punto x €E y un conjunto no vacio ACE. Designemos por {d(xo, *) }zea al conjunto de niimeros reales constituido por las distancias de x) a todos los puntos de A. Ese conjunto esta acotado. inferiormente por 0, lo cual implica que admite extremo inferior no menor que 0. Adoptemos la notacién (xo, A) = ink {d (x0, *) }oea Al numero real d(xo,.4) > 0 se Je llama, por definicién, distancia de x9 al conjunto A. Es cvidente que si xo €A, entonces d(.%, 4) = 0; pero el reciproco no es en general cierto. Puede suceder que d(x,4) = 0 y x €A. Por ejemplo, DISTANCIA ENTRE CONJUNTOS 25 consideremos el espacio métrico R, la recta real, y tomemos un intervalo abierto A= (a,b); es muy sencillo demostrar que d(a,4) =0, y sin embargo, a ¢ A. Esta cuestién quedaré definitivamente dilucidada mas adelante. Por comodidad definimos d(A, x0) = d(x, A). Tomemos ahora dos puntos xo, yo €E y ACE no vacio. Tenemos: Vx CAsd (x0, x) S d(yo, x) + d (x0, ¥0) de donde d(x, A) 0 Jo Mamaremos distancia entre los conjuntos AyB. Si ANB + ¢, ¢s inmediato que d(4, B) = 0; pero de nuevo el reciproco no es en general cierto: la distancia puede ser cero aunque los conjuntos sean disjuntos. Un ejemplo sencillo de esta situacién resulta si tomamos nimeros reales a < 6 < ¢; los intervalos A = (a,b), B = (b,c) son evidentemente disjuntos y, sin embargo, d(A,B) = 0, como puede comprobar el lector fAcilmente, Volveremos sobre esto mds adelante. Por la simetria de la métrica d(A; B) = d(B, A). El lema que sigue es de frecuente utilidad e intuitivamente satisfactorio. 26 ESPACIOS METRICOS Lema 1. Si A y B son conjuntos no vacios en un espacio métrico (E, d), se tiene: (A,B) = inf (d(x, B) }eea = inf {d(y, A) ues. Demostraci6n. Demostraremos tinicamente que (A,B) = inf {d(x, B) }sea, ya que la otra igualdad se prueba andlogamente. Tomemos un x €A genético, Por definicién de d(A, B) : a(A,B) 0 real y arbitrario, En virtud de la definicién de d(A, B), existe un x€A yun y€B tales que d(x,y) E (trivial). Simetria: Supongamos que (E,d) es isométrico al (E',d*) bajo la bi- veceién: f: EB. 28 FSPACIOS METRICOS- Entonces f-! ; E> E es una biyeccién y Vay CE d(f(), 0") =A AP O)LAP ON) =A), lo cual implica que (E*, d*) es isométrico al (E, d). Transitividad: Sea (E,d;) isométrico al (F, dz), bajo la biyeccién f, ¥ (F, dz) isométrico al (G, ds), bajo la biyeccién g. Entonces gef:E>G es una biyeccién tal que V x,y €E: di(x,y) = do(f (x), f(y)) = da(glf(*)} af) = = ds(gef(x),gef(9))- O sea que (E,d:) es isométrico al (G, ds). Como ejemplo ilustrativo considérese el conjunto C de los nimeros com- plejos. Se comprueba facilmente que d,(z,w) = |e-w!, V2, EC, cs una métrica para G, de manera que (C,d1) es un espacio métrico. Consideremos, por otra parte, al espacio métrico R®, tal como se cons— truyé en el ejemplo 5 de 1.1. Es inmediato verificar que la funcién f: R?>G, tal que y (a,b) €R® fla,b) = a+ bi, es una biyeccién que establece una isometria entre Jos espacios R? y C. 1.4, SUBESPACIOS Sea (E,d) un espacio métrico y F un subconjunto cualquiera, no vacio: de E. Definamos la funcién a:FXFOR tal que Wu y€k: (x,y) = d(x,y). De inmediato se comprucba que d! es una métrica para el conjunto F, Ad suele Hlamarsele métrica inducida en F por d y, por sencillez, se acos- EJERCICIOS 29 tumbra designar también por d sin peligro de confusién, Nétese que d* no -es otra cosa que la restriccién de da F X F. De manera que (F,d) ¢s, a su vez, un espacio métrico y se le Hama subespacio de (E,d). Se destaca que F es cualquier subconjunto no vacio de E. EJERCICIOS 1. A. E es un conjunto no vacio y d: EX E> R una funcién que posee las propiedades siguientes: a) d(x,y) = 0(=)x = y, para x,y EE. b) vx,9,2€F : d(x,y) Sd(x,z) + d(y,2). Demostrar que d es una métrica sobre F. . Sea d una métrica sobre el conjunto L, Si yxy €E : di(x,y) = min {1,d(x,9)}, demuestre que d; es también una métrica sobre E. . Tomemos un némero natural i entre 1 y n. Definamos para x = (12) ++ +5 n)s 9 = (Yas Jes -ey 9m) en RY (x,y) = |zi—yil. Qué propiedades de una métrica posce d? Sea p un écart sobre un conjunto F, Para x, €F definimos x~ 9 (=) p(sy) = 0. a) Demostrar que ~ es una relacién de equivalencia sobre F. b) Sean x ~y,z~ 0, Gompruébese que p(x, 2) = ply,e). (Verifique que el Lema 1 de 1.1 es valido para écarts y apliquelo.) c) Sea E = F/~ (conjunto cociente respecto ~). Para £, €E cualesquiera, tomemos x €é, y €7, y definamos d(8,9) = p(x 9): Demuestre que des una métrica sobre E. 30 wo ESPACIOS METRICOS . Sean dj, ds, ---,d, métricas sobre un conjunto E. Demostrar que d = Sid; es una métrica para E. (d se define como d(x, y) = E di(x,y))- a . Sid es una métrica sobre E, definimos para x,y €E: d(x,9) OGY) gray) den Demuéstrese que d? es una métrica sobre E. . Sean (E,,d;), (Ex, ds) espacios métricos. Demostrar que para x = (x1; x2), y = (y1; 2) en FE; X Ep, d(x, y) = max {di(41, 91), do(x2, yo) }, a(x, 9) = da(xs, 9x) + dala, Ye) d(x, 9) = Vedi (xa, 91)? + do(x2, 2)*, definen métricas para E. X Ez. . Sea {d,} una sucesién de métricas, todas ellas sobre el mismo conjunto Ey da(x,y) SI, Vn €N, v x9 CE. Demostrar que d = 3 d,/2" es una métrica sobre E. to . Sea E el conjunto de todas las sucesiones reales {xy} acotadas ([xn| < k, para algiin & > 0). Demostrar que d({%n}, (n}) = sup |an—yol * define una métrica d sobre E. . Sea $ el conjunto de todas las sucesiones reales. lan= 9] Demostrar que d({xs}, {y0}) = = eg define una métrica sobre S, . Sea C[a, b] el conjunto de todas las funciones continuas en el intervalo cerrado fa, b] y de valores reales. EJERCICIOS Definimos: _f' If) -s@)| ato | Tepacaen” para f, g €C [a, b]. Demostrar que d es una métrica para C [a,b]. 12, Sean (E, d), (E',d") espacios métricos. Supongamos que existe una funcin fi EOR tal que vay EE: d(x,y) = d*(F(x), f(9))- Demostrar que (E, d) es isométrico con un subespacio de (E¥, d!). 31 CAPITULO | | Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados 2.1. ESFERAS ABIERTAS, CERRADAS Y SUPERFICIE ESFERICA Sea (E,d) un espacio métrico cualquiera. Definiremos ciertos subcon- juntos importantes de E. Tomemos un punto a €E y un mimero real r > 0, Se llama esfera abierta de centro @ y radio r al conjunto: N(a;r) = {x€E|d(x,a) 0 es el conjunto de niimeros reales (puntos) x, tales que |x—al 0, representada geométrica- mente, no es mas que un circulo de centro a y radio r, excluida la circunfe- rencia, La esfera cerrada ser el circulo completo y la superficie esférica s6lo Ja circunferencia. Efectuando una representacién geométrica andloga en el caso del espacio métrico R*, observamos que las esferas cerradas resultan ser esferas; las abiertas, esferas también, excluida la superficie, y las superficies esféricas coinciden con las geométricas del mismo nombre. 2.2. CONJUNTOS ABIERTOS Sea (E,d) un espacio métrico cualquiera y A un subconjunto de E. Se dice que x €A es un punto interior de A si existe un mimero real r>0 tal que N(xjr) CA. Al conjunto A= {x€A|x es interior de A} se le llama interior del conjunto A. En consecuencia de la definicién tenemos que ACA. A puede muy bien ser vacio sin que lo sea A. Tal situacién es de mucho interés y volveremos sobre ella més adelante. CONJUNTOS ABIERTOS 35. Decimos que el conjunto A es abierto si A = A, es decir, si todo punto de A es interior. El conjunto E es abierto trivialmente, lo mismo que el conjunto vacio @ (gqué punto de no es interior?) . Teorema 1. Toda esfera abierta es un conjunto abierto. Demostracién. Sea la esfera abierta N(a;r) y x €N(a;1r) un punto cual- quiera de ella. Nos proponemos demostrar que x es interior a la esfera. Consideremos el némero real r, =1r-d(a,x) >0 y la esfera abierta N(x; r,). Demostremos que N(x; 7,) CN(a;r). VW YEN(x5 171) 2d (x, 9) <1, es decir, a(x,y) <1r—d(a,x), © sea d(x,y) + d(ax) <1, pero d(a,y) Sd(x,y) + d(a,x), de donde diay) 0 tal que N(x37r) CA; pero en virtud del Teorema 1, N(x;7) es un conjunto abierto, de manera que, tomando interiores a ambos miembros de la inclusién, obtenemos: N(x31) CA; o sea que x es punto interior de A y éste es un conjunto abierto, Supongamos ahora que CCA y C es abierto, Tomando interiores a ambos miembros de esta inclusién y teniendo en cuenta que C coincide con su interior, obtenemos: ccd. Este resultado lo podemos interpretar figurativamente diciendo que A es el “mAximo conjunto abierto contenido en A”. Obtengamos otra caracterizacién del interior de un conjunto cualquiera A: Sea la familia F = {BCA|B es abierto}. (F no es vacia, ya que al menos $ €F). Demostremos que A= UB. Be En efecto, y BEF: BCA y Bes abierto, lo cual implica BCA, CONJUNTOS ABIERTOS 37 de donde UBCA. Be Reciprocamente, como A es abierto y est4 contenido en A, entonces AGF; luego, ACUB. BE En resumen, A es Ja unién de todos los conjuntos abiertos contenidos en A, Los dos teoremas siguientes, no obstante sus muy sencillas demostraciones, son de extraordinaria trascendencia al permitirnos operar con abiertos en forma conjuntista. Teorema 3. La unién en una familia cualquiera de conjuntos abiertos es un conjunto abierto. Demosrracién, Sea F Ja familia de conjuntos abiertos y S UA. Aer Demostremos que S es abierto, Si x €S, entonces x €A para algtin A €F; pero A es abierto, luego existe un numero real r > 0 tal que N(x;1) CA. Por otra parte, ACS, lo cual implica N(x;r) CS, 0 sea que x es interior a Sy S es por tanto abierto. Teorema 4, La interseccién de un niimero finito de conjuntos abiertos es un conjunto abierto. DemostRaciOn, Sean los conjuntos abiertos As, As, +++, dn ¥ T= An ket Demostremos que T es abierto. Supongamos que T @, ya que de lo con- trario el teorema estaria demostrado, 38 CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CERRADOS Si x €T, entonces x € Ay (para k existen niimeros reales positivos 1), 72, 1,2,---,”) y como A, es abierto, T tales que N(x3re)CAg (para k = 1,2, +++). Sea r = min (13, 72, +++, Tn}5 luego, r 0); es evidente que R-UR* = R, el cual es abierto y coincide por tanto con su interior, es decir UR Por otra parte, se comprueba facilmente que 40 CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CERRADOS =R-y R= {x€R|x>0), de donde R-UR* = R-{0). 2.3. ENTORNOS Y PUNTOS DE ACUMULACION Sea (E,d) un espacio métrico cualquiera y @ €E. Se llama entorno del punto a a todo conjunto abierto que lo contenga. Ast, en particular, una esfera abierta de centro a y cualquiera radio r es un entorno de a, Obsérvese, por otra parte, que todo entorno de @ con- tiene una esfera abierta de centro a, ya que @ pertenece al entorno y es, por tanto, punto interior de éste. Un conjunto abierto es un entorno de cualquiera de sus puntos. Es consecuencia de los Teoremas 3 y 4 de 2.2 que Ja unién en una familia cualquiera de entornos de un mismo punto es un entorno de ese punto; y que Ia interseccién de un ntimero finito de entornos de un mismo punto es también un entorno de éste. El concepto de entorno est4 motivado por Ja idea intuitiva de cercania o proximidad al punto en cuestién. Esa nocién y, por consiguiente, su definicién precisa como entorno, constituye una de las ideas fundamentales sobre la cual se apoya el Analisis y la Topologia. Conceptos como el de limite, continuidad, derivada y otros tienen alli su origen. No obstante a aparente sencillez de la definicién de entorno, su importancia no puede exagerarse; es la sintesis extraordinaria de casi tres siglos de maduracién y decantacién realizadas por varias gene- raciones de matemiaticos ilustres. La vaga nocién del “infinitamente peque- fio”, de Newton y Leibnitz encuentra su expresién racional y precisa, Siguiendo la corriente de estas ideas pasamos a formular el concepto crucial de punto de acumulacién de un conjunto. Como su nombre lo indica, es un punto alrededor del cual se acumulan, se concentran, los puntos del conjunto, de forma tal que, por. “pequefio” que sca el entorno, siempre los hallaremos en él. ‘A sum conjunto en el espacio métrico (E,d) y x CE. Se dice que x es un punto de acumulacién del conjunto A. Si todo entorno de x contiene puntos de A distintos de x. Es decir: Para todo entorno S de x se cumple (S-{ nae g. (Al entorno S, desprovisto de x, suele llamarse entorno reducido.) ENTORNOS ¥ PUNTOS DE ACUMULACION 41 Puede muy bien suceder que el conjunto A no admita ningin punto de acumulacién, asi como admitir muchos. Nétese que no se exige, en la definicién, que x €.A, pero puede suceder. Si x€A, pero no es punto de acumulacién de A, recibe el nombre de punto aislado de A. Esto quiere decir que existe algin entomo de x que no contiene puntos de A, aparte de él mismo, Se comprueba facilmente que en la recta real el conjunto {Lba4 0} posee un tinico punto de acumulacién que es el cero, el cual no pertenece al conjunto, Todos Ios elementos del conjunto son aislados, En el mismo espacio, todo + ER es punto de acumulacién del conjunto Q de los niimeros racionales. Si A es un conjunto en (E,d) y x €E es tal que para todo niimero real r>0: ANN (x31) #9, entonces x es punto de acumulacién de A. En efecto, sea S un entorno cual- quiera de x. Como x €S y S es abierto, existe un r > 0 tal que N(x51) CS, Jo cual implica Ni(x51) CS {x}, de donde @ ANN*(x3 1) C(S—{x}) NA El reciproco de este resuliado es, por supuesto, cierto, ya que una esfera abierta de centro x es un entorno de x. Al conjunto de todos los puntos de acumulacién de un conjunto A se Mama conjunto derivado de A y se designa por 4’. En general, A’ puede contener desde ninguno hasta infinitos puntos y su relacién con A puede ser cualquiera: coincidir con él, contenerlo, estar contenido en él, ser disjunto o ninguna de estas cosas. Algunos de estos casos dan origen a diversos tipos de conjuntos de gran importancia, como veremos mas adelante. El teorema que sigue es bastante evidente desde un punto de vista in- tuitivo. Teorema 1, Sea x un punto de acumulacién de un conjunto A. Si S es un entorno cualquiera de x, el conjunto 42 CONJUNTOS ABIERTOS ¥ CONJUNTOS CERRADOS (S—{x}) NA contiene infinitos puntos. Demosrraci6n. Supongamos, al contrario, que (S—(x}) OA = (ory, 2, +++) Xn} Designemos por re = d(x, a4) >0 (k= 1,2, Por otra parte, como S es abierto y contiene a x, existe un ro > 0 tal que N(x; 179) CS. Sea ahora r = min {7 , 14, T23 ++ +5 Ta}. Entonces NU(a;r) A = 4, ya que N¥(x3r) CS— {x} y no contiene ninguno de los x. Pero esto contradice la hipétesis de que x es punto de acumulacién de A, De este teorema se deduce que para que un conjunto tenga la posibi dad de admitir puntos de acumulacién debe ser infinito; dicho de otra manera, si un conjunto admite algiin punto de acumulacién, es infinito, Ex- presado una vez mas en forma equivalente, un conjunto finito no admite puntos de acumulacién. Rec{procamente, si un conjunto es infinito no puede asegurarse que ad- mita puntos de acumulacién. Por ejemplo, el conjunto N de los numeros naturales es infinito pero no admite puntos de acumulacién en R. No obs- tante, en R* 0, mds general, en todo espacio normado de dimensién finita, conjuntos infinitos que satisfagan una débil hipétesis adicional (acotados) si admiten puntos de acumulacién, Este es el famoso teorema de Bolzano- Weierstrass que se verd més adelante; desgraciadamente, no es valido en un espacio métrico cualquiera. Por ultimo, volviendo a un espacio métrico general (E,d), considere- mos en él los conjuntos CONJUNTOS CERRADOS 43, ACB. Es evidente, teniendo en cuenta la definicién, que todo punto de acumula- cin de A lo es también de B, es decir, ACB’. Este sencillo resultado nos permite tomar derivados a ambos miembros de ‘una inclusién, preservandose el sentido de ésta. 2.4, CONJUNTOS CERRADOS Sea (E,d) un espacio métrico cualquiera y A un subconjunto de E. Si ACA, es decir, si A contiene todos sus puntos de acumulacién, decimos que A es un conjunto cerrado. Si A no admite puntos de acumulacién, es decir A’ = 9, A es cerrado, ya que siempre A’CA. En particular, el conjunto vacto ¢ y cualquier con- junto constituido por un ndmero infinito de puntos son conjuntos cerrados. E] conjunto £ es también cerrado trivialmente. Nétese pues que tanto ¢ como E son conjuntos abiertos y cerrados a la vez. Resulta oportuno Hamar la atencién del lector sobre el hecho de que conjunto cerrado no se ha definido como aquel que no es abierto, ni vice- versa. Esto admite la posibilidad de que algiin conjunto sea abierto y cerrado, que sea una de las dos cosas 0, como es el caso més frecuente, ni una ni otra, La existencia de conjuntos abiertos y cerrados a la vez es particular- mente interesante y sera cstudiada a fondo cuando tratemos conjuntos conexos, Puede suceder que 4’ = A, es decir, que A sea cerrado y que todos sus puntos sean de acumulacién. Un conjunto con esa propiedad se dice que es perfecto. Poseen propiedades interesantes, pero son poco frecuentes, Un ejemplo clasico de conjunto perfecto es un intervalo cerrado (de mas de un punto) enla recta real (verifiquese) , asi como también todo el conjunto R. Dado el conjunto A en un espacio métrico (E, d), al conjunto A= AUA’ © sea la unién de A con todos sus puntos de acumulacién, se le llama clausura de A y sus elementos reciben el nombre de puntos de adherencia de A 44 CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CERRADOS En seguida se observa que A’'CA (=) A= AUA’ es decir, un conjunto es cerrado si, y sélo si, coincide con su clausura. En general tendremos que ACA y ACA, en virtud de la definicién de 4. Supongamos que se tiene ACB, sabemos que implica A’ CB’; pero entonces, de ACB y A’CBY obtenemos: ACB. Este resultado nos permite “clausurar” ambos miembros de una inclusién, preservandose su sentido. Puede darse el caso, no obstante, de que una in- clusién propia se convierta en igualdad al clausurar. Por ejemplo, (a,b) C fa, b] en la recta real, Teorema 1, Para todo conjunto A en un espacio métrico se verifica: (4) = A’ Demosrracién. Sabemos que ACA, y como al tomar derivados se pre- serva el sentido de la inclusién: A'C(A)’. (1) Podemos suponer que (4)’ @, ya que de lo contrario, la tesis del teorema seria cierta trivialmente. Tomemos entonces un x € (4)’ cualquiera y veamos que x €.4’, En efecto, sea $ un entorno de x, $ contiene infinitos puntos de A (Teorema 1 de 2.3), es decir, infinitos puntos de AU.A’, y por cada yESNA, S es también un entorno de y, pero y €4’, de manera que S contiene infi- nitos puntos de A’. CONJUNTOS CERRADOS 45 En resumen, S contiene infinitos puntos de A en todo caso, lo cual implica que x €4’. Hemos demostrado que (4)’C a4, que tomado junto con (1) demuestra el teorema, Corolario I’, Para todo conjunto A en un espacio métrico, A’ y A son conjuntos cerrados. Demosrracién. Aplicando el teorema tenemos: (4)' = A'CA, © sea que A es cerrado. Tomando derivados a ambos miembros de la inclusién ACA y aplicando de nuevo el teorema: (4’)'C(A)’ indicando que A’ es cerrado. Supongamos que ACB y B es un conjunto cerrado. Clausurando ambos miembros de esta inclusién y teniendo en cuenta que B coincide con su clau- sura, obtenemos: ACB, Esto lo podemos interpretar figurativamente diciendo que “el minimo con- junto cerrado que contiene a A es su clausura”, Podemos obtener otra caracterizacién interesante de la clausura: Sea Ja familia F = {ACB|B es cerrado), (F no es vacia, ya que al menos E €F). Demostremos que A=NB. Ber 46 CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CERRADOS En efecto, y BCF: ACB y B es cerrado, lo cual implica ACB, de donde ACNB, BF Por otra parte, A es cerrado y ACA, luego A €F, entonces NBCA. BP En resumen, A es la interseccién de todos los conjuntos cerrados que contienen a A. A los elementos de 4 los hemos llamado puntos de adherencia de 4, El siguiente teorema nos proporciona dos titiles caracterizaciones de ellos, Teorema 2, Para un conjunto A, de clausura no vacia, las siguientes pro- posiciones son equivalentes: a) x€A, b) d(x,4) =0, c) Para todo entorno § de x: SNA¢. Demosrraci6n (a=) b). Sea pues x€4 = AUA’, Si x€A es evidente que d(x,.4) = 0. Supongamos que x €A’ y tomemos un ntimero real cual- quiera ¢ > 0, Como N(x;e) es un entorno de x, por definicién de punto de acumulacién se verifica ANN* (x3 0) Fo, es decir, existe algin y€A con d(x,y) 0 no es cota inferior del conjunto {d(x,y) }yea. Necesariamente d(x, A) = 0. (b==)c). Tenemos que d(x,4) = 0, Sea $ un entorno cualquiera de x, Como § es abierto y contiene a x, existe un niimero real r > 0 tal que N(x3r) CS. Pero r > 0 = d(x, A), luego r no es cota inferior del conjunto {d(x,y) }ueas Jo cual implica que d(x,9) <1, para algin yA. Es decir, existe algin y€A tal que y €N(x3r). O sea que CONJUNTOS CERRADOS AT $£ANN(x;7) CSNA (c=) a) SN.A=4¢ para todo entorno S de x. Si x €A, entonces x €d. En caso de que x € A, la hipétesis implica que x es punto de acumulacién de A, es decir x € A’, y también en este caso x€4, No debe confundirse Ja proposicién (c) del teorerna con Ja definicién de punto de acumulacién, La diferencia esencial radica en que no se toma el entorno reducido para intercectarlo con A. Nétese que un punto aislado de A es también punto de adherencia. E] siguiente teorema establece una importantisima relacién entre con- juntos abiertos y cerrados: $i A es abierto (cerrado) su complemento es cerrado (abierto). Puede verse como una caracterizacién de cerrados en términos de abiertos, que muy bien ha podido tomarse como definicién de cerrado, tal como se hace en topologia general. Teorema 3. Un conjunto A cn un espacio métrico (E, d) es cerrado si, y sélo si E—A es abierto. Demosrraci6n. Supongamos que A es cerrado y demostremos que E—A es abierto. Si E—A es vacio, sabemos que es abierto; consideremos pues que E-A $y tomemos un x €E—A, Como A contiene todos sus puntos de acumulacién por ser cerrado, y x ¢ 4, x no es punto de acumulacién de A. Debe entonces existir algiin r > 0 tal que ANN(x51r) = $, lo cual implica que N(x; r) CE—A, o sea que x es punto interior de E—A y éte es abierto. Reciprocamente, supongamos que E— A es abierto y demostremos que A es cerrado, Si E—A es vacio resulta que A = E, que sabemos es cerrado. Gonsideremos pues E—A 7= y tomemos un x €E~A. Existe un 1 >0 tal que N(x;r) CE-A, lo cual implica que ANN(x;r) = @. Esto quiere decir que si un punto no pertenece a A, entonces no es de acumulacién de A, © sea que A debe contener todos sus puntos de acumulacién (aunque no existan) y es cerrado. Corolario 3', A es abierto si y sdlo si EA es cerrado. DemostraciOn. $i A es abierto, como A = E—(E—A), entonces EA es cerrado en virtud del teorema. 48 CONJUNTOS ABIERTOS ¥Y CONJUNTOS CERRADOS Reciprocamente, si E—A es cerrado, el teorema nos dice que E-(E-A) = Aes abierto. El teorema siguiente nos indica qué sucede cuando se unen o se inter- sectan conjuntos cerrados, Comparese con los teoremas 3 y 4 de 2.2. Teorema 4. 1) La unién de mimero finito de cerrados es un conjunto cerrado. 2) La interseccién en una familia cualquiera de cerrados es un conjunto cerrado, Demosrraci6n. 1) Sean los conjuntos cerrados As, 4s, +++, 4n y designemos por S= UA. ket Demostremos que Ses cerrado, Haciendo uso de las frmulas de De Morgan podemos escribir E~S = N(E-Ai); ket pero E—Az (k = 1,2, +++) €s abierto por ser Ay (k = 1,2, +++, 7) cerra- do (Teorema 3), lo cual implica, en virtud del Teorema 4 de 2.2, que la interseccién de todos ellos, es decir E—S, es conjunto abierto. EI teorema 3 nos dice que J es cerrado, 2) Sea F una familia de conjuntos cerrados y designemos por T=NA. Ae Demostremos que T’ es cerrado, Aplicando de nuevo las férmulas de De Morgan, expresamos: E~T = U(E-A). Ae Pero los E—A, yA €F, constituyen una familia de conjuntos abiertos (Teo- rema 3), lo cual implica, por el Teorema 3 de 2.2, que la unién de todos ellos, es decir H—T, es un conjunto abierto, Una vez més el Teorema 3 nos indica que T es cerrado. CONJUNTOS CERRADOS 49 Corolario 4’. Scan Jos conjuntos A y B en el espacio métrico (E, d). Se verifica: A abierto y B cerrado =) A—B abierto, A cerrado y B abierto =) A-B cerrado. Demosrraci6n. A-B = (E—B) NA. Veamos que una esfera cerrada, al igual que la abierta, no contradice su nombre. Teorema 5. Toda esfera cerrada, asi como toda superficie esférica, es un conjunto cerrado, Demostraci6n. Sea la esfera cerrada N(a; r) en un espacio métrico (E, d) y demostremos que el conjunto E-N(a;r) es abierto. Tomemos un x €E—N(a;1), lo cual es equivalente a que d(a,x) >r. Sea r, = d(a,x)—1 > Oy veamos que N(x31:) CE-N(a; 1). En efecto, si YEN (x37), entonces d(xy) , 50 CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CERRADOS lo que equivale a y€N(a;7), es decir y €E—-N(a;r). Tenemos pues que x es punto interior de E—N(a;r) y éste es abierto. En virtud del Teorema 3, N(a;r) es cerrado. Para demostrar que la superficie esférica S(a; r) es un conjunto cerrado, basta con aplicar el Corolario 4’, sabiendo que S(a;r) = N(a;r)—-N(a;r). Figura 2. Tlustracién en R* de la demostracién del Teorema 5. En un espacio métrico (E,d) consideremos una esfera abierta N(a; r) y la cerrada del mismo centro y radio N(a;r). Sabemos que N(a;r) CN(a3r). Clausurando ambos miembros de esa inclusién y teniendo en cuenta que la clausura de la esfera cerrada coincide con ésta por ser cerrada, obtenemos: N(ayr) CM(a;r). Conviene destacar que, en general, esa inclusién es propia; es decir, la clausura de la esfera abierta no es necesariamente igual a la esfera cerrada de mismo centro y radio, Por ejemplo, sea (E,d) un espacio métrico dis- creto (Ejemplo 1 de 1.1) de més de un punto y tomemos + €£, Tenemos que CONJUNTOS CERRADOS 51 N(as1) = de donde NG@s1) = (3), en cambio No obstante, en muchos espacios particulares la clausura de la esfera abierta si coincide con la cerrada. Demuestre el lector que esto sucede siempre en R°, E] siguiente resultado nos indica lo que sucede al clausurar una unién y una interseccién. Comparese con ¢) Teorema 5 de 2.2. Teorema 6. Si A y B son conjuntos cualesquiera en un espacio métrico, entonces DemosrTracion. implican ANBCANB y AUBCAUB; pero teniendo en cuenta que las clausuras son conjuntos cerrados (Coro- lario 1’) y el Teorema 4, los conjuntos ANB y AUB son cerrados; de ma- nera que, clausurando ambos miembros de las inclusiones anteriores, ob- tenemos: ANBCANB, AUBCAUB qa) Por otra parte, clausurando en ACAUB y BCAUB, resulta de donde que, junto con (1) implica 52 CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CERRADOS La clausura de la interseccién no es igual, en general, a la interseccién de las clausuras. Por ejemplo, en la recta real consideremos los intervalos abiertos A = (a,b), B= (b,c), para a 0. De acuerdo a la definicién dada en 2.1, una esfera abierta de centro a y radio r en (F,d) es el conjunto {x €F | d(a,x) <7}; pero esto no es otra cosa que FO.N(a;r), donde N(a;r) es la esfera abier- ta de centro ay radio r en (E, d), Resulta, pues, que las esferas abiertas en (F,d) no son més que las intersecciones de las esferas abiertas en (E,d) con F. 56 CONJUNTOS ABIERTOS ¥ CONJUNTOS CERRADOS Teorema 1. Un conjunto BCF es abierto en el subespacio (F,d) de (E,d) siy solo si existe un conjunto A abierto en (E,d), tal que B= ANF. Demostraci6n, Supongamos que A es abierto en (E,d) y B= ANF. Si B = ¢, cs abierto en (F,d). Consideremos que B=4$ y tomemos un x €B. Pero entonces x €A y A es abierto en (E,d), luego existe un r > 0 tal que N(x;7) CA, pero esto implica FON(x;1) CANF = B. Es decir, existe una esfera abierta de centro x en (F,d) contenida en B y éste es abierto en (F,d). Reciprocamente, supongamos que B es abierto en (F,d). Luego, para cada x €B, existe un nimero real r, > 0 tal que FON (x32) CB. Pero esto implica que B= U[FAN(x;12)]- Por otra parte, empleando la propiedad distributiva de la interseccién con respecto a la unién, tenemos: U [FON (x3 re)] = FO [UN(x3 r2)]. Pero el conjunto A = UN(x;r2) es abierto en (E,d), en virtud del Teo- rema 3 de 2.2, siendo B=FNA. De manera, pues, que los abiertos en (F, d) no son otros que las trazas de los abiertos en (E,d) con F. Pasemos a averiguar cémo son los cerrados en (I, d). Antes recordare- mos la definicién de cerrado en cualquier espacio métrico. El conjunto es cerrado si contiene todos aquellos puntos del espacio que son sus puntos de acumulacién, Particularizando, decimos que el conjunto BCF es cerrado en (F,d) si todo punto de F, que sea de acumulacién de B, pertenece a B. ABIERTOS Y CERRADOS EN UN SUBESPACIO 57 Dicho de manera equivalente, B es cerrado en F si todo punto de acumula- cién de B que esté en F, pertenece a B, Nétese que esto no excluye la posi bilidad de que existan en E puntos de acumulacién de B que no pertenezcan a B nia F, Por ejemplo, sean a

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