Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TENGO TIEMPO
FIN
2. HABLAR CON EL OTRO ES, ANTE TODO, ESCUCHAR
Hablar con otro es ante todo escuchar y pocos saben hacerlo, pues
pocos están vacíos de sí mismos y su yo mete ruido.
Si hablas de ti, que sea en función del otro, para aclararle algo,
tranquilizarlo; pero nunca para hacerte notar, para eclipsar, para
desanimar, para aplastar.
Preocúpate para que el otro no se vaya sin haber dicho todo lo que
quería decir. Si murmura: “lo encontré preocupado”, quiere decir que
no estabas disponible. Si suspira: “no insistí, parecía ausente”, quiere
decir que estabas “en otro lado”.
FIN
3. ACOGER LA ALEGRÍA
Pide perdón a Dios por tu tristeza, luego presta atención a los demás.
Hazles preguntas, escúchalos, interésate por su trabajo, admira sus
cualidades, comprueba sus méritos… y los demás, sin darse cuenta, te
librarán de tu pena.
FIN.
4. AYUDAME A DECIR “SI”
Pero fíjate bien, al hacerlo, hija mía, tú invertías el juego. Yo antes veía
tu buena voluntad, te seguía con los ojos, pero ahora quiero más; no se
trata que tú hagas tu acción, sino la voluntad de tu Padre del Cielo.
Di “SI” hija mía. Necesito tu “SI” como necesité antaño el de María para
venir al mundo.
Pero un “SI” completo, un “SI” total, un “SI” sin reservas, un “SI” ahora,
no un “SI” para más tarde, para cuando te hayas desocupado de tus
amigos, para cuando hayas terminado ese trabajo “tan importante”, no
un “SI” para cuando vuelvas de la playa, de ir al mall, de ir a comer o
bailar.
Dame todo, ponlo todo en mis manos. Yo necesito tu “SI” para aunarme
contigo y descender a la tierra, necesito tú “SI” total para seguir
salvando al mundo.
FIN
5. GRACIAS
Hay que saber decir Gracias. Nuestros días están atestados de regalos
que Dios nos envió. Si supiéramos verlos y llevar la cuenta de todos,
llegaríamos a la noche, deslumbradas y radiantes ante tantos dones
recibidos. Como niños en día de Navidad.
Todo es don de Dios. Aun las cosas más pequeñas. Y don suyo es esta
colección de regalos que es la vida. Vida que será alegre y sombría
según utilicemos estos dones.
Gracias, Señor, gracias. Gracias por todos los regalos que hoy me has
ofrecido, gracias por todo lo que he visto, oído y recibido.
Gracias por el agua que hoy me permitió ducharme, por el jabón que
me permite sentirme limpia y bienoliente, por la pasta de dientes con la
que he podido refrescar mi boca.
Gracias por las ropas que me abrigan y me protegen del frío, por su
color y por su hechura.
Gracias también Señor por esa buena nota de mi hijo en el Colegio, por
el cafecito que compartí con mis amigas.
Gracias por esas mañanas frescas con sol, por ese viento en las tardes
de primavera, por esas caminatas con mi amiga, gracias por la
naturaleza, por esas puestas de sol frente al mar.
Gracias por los amigos que el Señor y la vida han puesto en mi camino,
gracias por su compañía, por su afecto, por alegrar mis jornadas, por su
apoyo y también por su corrección cuando fue necesaria.
Gracias por los buenos días que la gente me ha dado, por los apretones
de mano que di, por los abrazos recibidos, por las sonrisas que me han
brindado, por la palabra de aliento de ese cura amigo.
Gracias por mi mamá que me recibe en casa, por su cariño discreto, por
su silenciosa presencia.
Gracias por la casa que me cobija, por la luz que me alumbra, por la
televisión que me entretiene y me instruye.
Gracias por la noche apacible, gracias por las estrellas, gracias por el
silencio. Gracias por el tiempo que me diste, gracias por la vida, gracias
por la Gracia.
Gracias por estar conmigo, Señor, gracias por recibir en tus manos este
paquete de mis dones para ofrecerlo al Padre.
FIN
6. NO HAY MAS QUE DOS AMORES
Pero cada vez que aquí abajo nos amamos a nosotros mismos,
falseamos el rumbo de nuestro destino y del destino del universo.
No hay más que dos amores: el amor a nosotros mismo y el Amor a Dios
ya los otros.
Pues el amor ha sido hecho para salir de mí y volar hacia los otros.
Haz que penetre en las oficinas, las fábricas, los barrios, las casas, los
estadios, las discoteques, los estudios de televisión.
FIN
7. LAS DOS DIMENSIONES DEL SER HUMANO
Pero sobre la tierra, el ser humano tampoco está solo sino ligado a
todos los demás y debe unirse libremente a ellos en el amor.
Debes hacer una cadena. Primero con aquellos a quienes puedas tomar
de la mano. Tus allegados: tu familia, tus vecinos, tus compañeros, si no
vives en comunión con ellos, cuando la humanidad entera esté reunida,
tú permanecerás aislado. Para encontrar a los otros hay que verlos:
¡abre los ojos!
Para poder acoger a los otros hay que tener espacio dentro de sí; un
lugar en tu interior.
Algunos piensas: Dios no hace falta, basta con unirse a las personas en
una inmensa fraternidad. Ahora bien, ¿pueden existir hermanos y
hermanas si no existe un padre?, y ¿Quién puede ser el Padre común si
no el creador de la vida?
Si aceptas que disminuya el amor que sientes por tu persona para que
aumente tu amor a Dios y tu amor a los hombres y mujeres, solo
entonces aceptas convertirte en mujer.
FIN