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Ensayo La Dsi y Educacion
Ensayo La Dsi y Educacion
Miller Sepúlveda
INTRODUCCIÓN
La verdadera educación se propone la formación de la persona humana en orden a su fin
último y al bien de las varias sociedades, de las que el hombre es miembro y de cuyas
responsabilidades deberá tomar parte una vez llegado a la madurez (Concilio Vaticano II,
1965b).
la necesidad vital de formar para la responsabilidad individual e integral generando
motivación hacia la presencia de una cultura eco teológica, teniendo presente que desde la
educación formamos en los estudiantes ese ser social que los llevan a una convivencia
positiva, sana en las relaciones de la sociedad, familia, escuela, grupos.
Por ello, al igual que la Iglesia, la DSI no viene a establecer obligaciones o normas de
obligado cumplimiento, sino a ponerse al servicio de todas y cada una de las personas que
componen una sociedad, para que estas puedan realizarse como tales y crecer en
humanidad. Y lo hace proponiendo caminos para la construcción de una comunidad en la
que reinen el amor y la justicia, en la que no sea la ambición, el odio, la envidia, la
corrupción o la guerra los que tengan la última palabra. El empeño de la Iglesia a través de
la DSI es aportar orientaciones que permitan la construcción de una realidad diferente.
Denunciar las estructuras injustas de nuestro sistema económico actual, el abuso de los recursos
naturales que está acabando con el medio ambiente, las barreras a los movimientos de personas
de un país a otro, las guerras y el enriquecimiento que produce el comercio de armas, la falta de
capacidad para generar empleo, etc. Son elementos que molestan, que incordian y que no gustan
a aquellos que prefieren que todo se quede como está; que no hayan cambios, que la realidad sea
la actual, aunque existan posibilidades mejores.
su difusión constituye una prioridad pastoral; tienen que vivirla, transmitirla y actuar según
sus principios, buscando el Bien Común, especialmente de aquellos que viven en
condiciones de vulnerabilidad.
NOTA
Esto nos plantea varios interrogantes a los cristianos ¿Somos realmente esperanza para el
mundo que nos rodea? ¿Estamos sabiendo transmitir que la DSI tiene unas orientaciones
que aplicadas a la política y a la economía pueden ayudar a construir una sociedad más
justa y más fraterna? ¿Somos capaces de anunciar la esperanza de que es posible que todo
mejore y no estamos condenados a que las cosas siempre funcionen mal? ¿O nos es más
fácil condenar y criticar sin resaltar lo bueno que podemos aportar?
Cuando miramos al futuro, constatamos que queda mucho por hacer, frente a la falta de
cultura eco teológica que vivimos hoy y que afecta no solo la relación del hombre con la
naturaleza, sino consigo mismo y con los demás. “Vivimos un cambio de época, cuyo nivel
más profundo es el cultural, se desvanece la concepción integral del ser humano su relación
consigo mismo, con Dios y con el mundo”. Desde esta mirada observamos que existe una
sobrevaloración de lo individual y se deja de lado el bien común y el cuidado de la casa
común, como lo señala el Papa Francisco: “existe un desafío urgente de proteger nuestra
casa común”. La encíclica Laudato Si, del papa francisco habla sobre la ecología humana,
ambiental económica social y cultural, es decir, integral, por otra parte, también sobre la
vida cotidiana y el principio del bien común como lo contrario a la individualidad social
que impera. La propuesta de la encíclica es una ecología integral como nuevo paradigma de
justicia, una ecología que "incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus
relaciones con la realidad que lo rodea". De hecho, no podemos "entender la naturaleza
como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida". Esto vale para
todo lo que vivimos en distintos campos: en la economía y en la política, en las distintas
culturas, en especial las más amenazadas, e incluso en todo momento de nuestra vida
cotidiana. La perspectiva integral incorpora también una ecología de las instituciones. "Si
todo está relacionado, también la salud de las instituciones de una sociedad tiene
consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana: "Cualquier menoscabo de la
solidaridad y del civismo produce daños ambientales".
Para un auténtico desarrollo integral es necesario producir una mejora en la vida de las
personas en ocasiones con creatividad y generosidad se crean ambientes agradables en
medios naturales deteriorados. El papa Francisco nos llama a todos a vivir nuestra fe
cuidando nuestra casa común, es un llamado de atención mundial para ayudar a la
humanidad a comprender la destrucción que el hombre está causando al medio ambiente y a
sus semejantes, es un desafío para cada creyente o no creyente sin importar la raza,
condición política, social, credo religioso, no podemos estar tan indiferente ante la
problemática ambiental que también hace parte del contexto humano, familiar, laboral, etc.
DESARROLLO
Los problemas del chile actual se centran en la Contaminación, cambio climático, deterioro
de la vida humana, degradación social, La destrucción de los bosques que afecta los
recursos básicos como el agua, el suelo y el aire, la carencia de una vivienda digna, entre
muchos más que no alcanzaría a enumerar. Las consecuencias ambientales, sociales y
económicas que afectan a nuestro planeta, problematizan aún más a las comunidades más
vulnerables y profundizan en la desigualdad. La lucha por los recursos naturales es una
decadencia humana, y bien lo dice en las Sagradas Escrituras que todo lo que viene del
interior del hombre son las que manchan al hombre. ¿Hasta qué punto se llegará para
conseguir el éxito superficial por sobre lo moral? Hasta lo que se consume en los alimentos
daña nuestra casa común. Apelar a una necesidad de desarrollo sustentable ante respuestas
adecuadas para una correcta sustentabilidad ante sucesos extremos presentes en el diario
vivir. Pequeños cambios que podemos introducir en nuestras comunidades, pasan a ser un
deber, hacer presente la voluntad de Dios es una misión que necesita de discípulos
dispuestos a preparar este cambio en la calidad de vida y tomar lo que realmente
necesitamos, recordar a las primeras comunidades se hace cada vez más presente ante tanta
controversia en el vivir humano y su responsabilidad con el entorno.
Nos aporta el principio de la dignidad humana, desde sus inicios, la doctrina social de la
Iglesia afirma la inviolable dignidad de la persona humana, que es intrínseca al hombre por
ser imagen de Dios. Como imagen de Dios la vida de todo ser humano es sagrada e
inviolable, por lo que cada hombre tiene valor absoluto. La igualdad fundamental delos
seres humanos ante Dios tiene como consecuencia la imposibilidad de justificar ninguna
discriminación ante las leyes humanas. Por tanto, la persona debe ser defendida contra
cualquier intento social que pretenda negarle, abolirle o impedirle ejercer sus derechos, el
principio del bien común es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible
a las personas, asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro pleno de la propia
perfección y desarrollo integral. Por lo tanto, ha de ser el objetivo último que debe orientar
toda acción social y política. Requiere la capacidad y la búsqueda constante del bien de los
demás como si fuese el propio bien. Es un deber de todos los miembros de la comunidad
humana nacional e internacional, según las capacidades de cada uno, reconociendo que la
responsabilidad máxima compete al Estado, pues es la razón de ser de la comunidad
política. El principio de la solidaridad la solidaridad no es un sentimiento superficial por
los males de tantas personas cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y
perseverante de empeñarse en la búsqueda y promoción del bien común, es decir, por el
bien de todos y cada uno de los miembros de la comunidad humana y para que las personas
se sientan realmente responsables de todos, ejerciendo la justicia, la misericordia y el amor
fraternos, tanto en el plano individual como colectivo, a nivel regional, nacional e
internacional. Principio de la subsidiariedad Para la Doctrina Social de la Iglesia, la
subsidiariedad supone que todas las sociedades de orden superior, con más desarrollo
humano, científico y técnico, deben ponerse en una actitud de ayuda, apoyo, promoción y
servicio hacia los grupos y las comunidades con menor desarrollo impidiendo que los
individuos y grupos intermedios y minoritarios pierdan su legitima autonomía. Este
principio afirma que no es lícito ni justo traspasar a la comunidad y quitar a los individuos
y grupos minoritarios, la posibilidad de realizar con su propio esfuerzo e iniciativa en
procesos y actividades tendientes a su promoción y desarrollo autónomo e integral. La
auténtica subsidiaridad hará que la sociedad se consolide en democracia y participación,
favoreciendo el accionar político y el ejercicio de la autoridad, así como la eficiencia social.
El principio del destino universal de los bienes, según la Doctrina Social de la Iglesia, de
acuerdo al plan de Dios, la creación entera y los bienes que en ella se encuentran
corresponden en justicia a todos los seres humanos, y deben repartirse de manera
equitativa. Este principio, en una sociedad marcada por las desigualdades crecientes, exige
que se cuide especialmente de los pobres, de aquellos que se encuentren en situaciones de
marginación y de todos aquellos cuyas condiciones de vida les impiden un crecimiento
adecuado. Es decir, exige una opción preferencial por los pobres; es una opción que, sin
excluir otras pobrezas, se refiere especialmente a los que padecen la pobreza
socioeconómica.
CONCLUSION
En conclusión, somos nosotros los forjadores de ese cambio, tiene que nacer desde nuestra
perspectiva este cambio, crear conciencias ambientales, participar y diseñar estrategias que
busquen un beneficio conjuntamente, no podemos seguir dejándonos aplastar nuestra
dignidad, al antojo del estado y de las masas de poder. Estamos llamados ser constructores
de la paz de Cristo en el mundo de la ciencia y la cultura a vivir con alegría el evangelio,
acoger con misericordia a todos y cuidar nuestro entorno socio ambiental, asumir y acoger
cada uno de los compromisos de San Francisco, para aprender a cuidar nuestro planeta y a
los hermanos más vulnerables, trabajar desde nuestras escuelas, en diferentes proyectos que
busquen integrar el cuidado de la creación, buscar el amor y la misericordia de Dios, no
vivir tan alejados de Él, crear una conciencia más humanizante, siempre teniendo presente
a los más vulnerables, a los que nos necesitan, renunciar a los bienes materiales que nos
alejan de los bienes espirituales, nos convierten en personas insensatas, a actuar en contra
de los demás sin pensar en el perjuicio, debemos evitar todo esto y actuar con humildad,
amor y sobre todo con fraternidad. Dios puso a nuestra disposición la creación para el
cuidado, para el beneficio de todos para cultivar, trabajar, pero también para protegerla,
cuidarla y no para la destrucción total, tenemos que abrir nuestras mentes tocar nuestros
corazones, ayudar hacer más consientes a otros de que nuestra casa común no solo nos
pertenece a nosotros sino a todas las criaturas y a las generaciones futuras, es nuestra
responsabilidad preservarla, porque todos vivimos en ella, es nuestra casa, y necesita de
nuestros cuidados, promover en los colegios, escuelas, parroquias esa conciencia ambiental
procurando buscar en ellos el cuidado y la preservación de los recursos, cuidar la vida en la
tierra, salvar la humanidad, y no causar sufrimientos. Hacer nuestro mayor esfuerzo en
colocar en prácticas algunas propuestas para contribuir al cuidado de nuestra casa común
como reutilizar, reciclar, no le hagamos más daño, del que ya le han hecho. Es nuestro
hogar hagamos de él un espacio tranquilo, agradable, amoroso ante los ojos de Dios.
Termino con un corto mensaje que me llamo mucho la atención las empresas hacia el
desarrollo humano integral y sostenible, los empresarios, emprendedores, y ejecutivos están
llamados, desde el evangelio y de la doctrina social de la Iglesia, a tener como meta que lo
que se produce, lo que se ofrece, lo que se comercia sirve a todas las personas de manera
integral y que cuide la casa común.
BIBLIOGRAFÍA
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2010/documents/hf_ben-
xvi_aud_20100127.html
https://www.religiondigital.org/armonia_en_la_diversidad/anos-publicacion-enciclica-
Laudato_7_2244445546.html
https://www.ofminmaculada.org/organismos/jpic/1307-francisco-de-asis-modelo-para-una-
ecologia-integral-segun-la-ls#:~:text=Francisco%20de%20As%C3%ADs%20es
%20modelo,ser%20humano%20y%20a%20la%20naturaleza.
https://www.usec.cl/columna_opinion/hacia-un-desarrollo-humano-integral-y-sostenible-p-
cristian-hodge/
file:///C:/Users/HP/Downloads/Dialnet-
ElConceptoDelDesarrolloHumanoEnLaDoctrinaSocialDeL-4897954.pdf