Está en la página 1de 2

Qué es la biocapacidad

La biocapacidad, o capacidad biológica, es el término utilizado para definir la


disponibilidad de superficie biológicamente productiva dentro de un
determinado territorio. Para su cálculo se valoran diferentes categorías de
superficies productivas, tales como aquellas dedicadas a cultivos, pastos y
bosques, así como aquellas superficies de ecosistemas marinos productivos y
las superficies que han sido degradadas por actividades antrópicas.
La forma de expresar la biocapacidad puede ser, bien en términos absolutos de
hectáreas (ha) o, bien per cápita, es decir, considerando las hectáreas por
habitante (ha/cap). En la actualidad, cada vez son más los estudios y análisis
de sostenibilidad que utilizan la biocapacidad como principal indicador de la
sostenibilidad de una región de estudio. Para ello, es necesario comparar la
biocapacidad con la huella ecológica de dicha región, para saber si esta se ha
sobrepasado, produciendo por tanto una situación de déficit ecológico o
insostenibilidad física.
huella ecológica
Se trata de un indicador biofísico de sostenibilidad en el que se consideran
diferentes impactos de las comunidades humanas sobre su entorno. Dicho
indicador expresa, por un lado, el total de superficie productiva de forma
ecológica para cubrir las necesidades de los recursos que consume un habitante
medio de una determinada sociedad, así como la superficie que hace falta para
absorber los residuos que se generan después de dicho consumo, sin importar
la localización de la superficie. Por otro lado, la huella ecológica es capaz de
hacer un seguimiento en el tiempo del nivel de sostenibilidad de una comunidad
humana y compararlo con la sostenibilidad de unas y otras poblaciones.
De este modo, si comparamos valores de la huella ecológica y de
biocapacidad (tanto en valores absolutos como por habitante), podremos
conocer el nivel de déficit ecológico que caracteriza al determinado territorio
que se esté analizando, tanto a escalas nacional, regional y local. Así, si el valor
de la huella ecológica es mayor que el de la biocapacidad, el territorio presenta
un déficit ecológico; mientras que si la biocapacidad es igual o mayor a la
huella ecológica, el territorio contaría con un excedente ecológico.

Estamos agotando la biocapacidad de nuestro planeta: el 14% de la humanidad


necesita 3,6 Tierras para satisfacer sus demandas. De seguir enmascarando los
impactos ecológicos de nuestros consumos, expertos señalan que nuestro
desarrollo humano y economía tendrán una fecha de caducidad.

Biocapacidad por países


 Canadá 14.5, Brasil 9.9, Emiratos Árabes 9.8, Qatar 8.0, Rusia 6.9,
Estados Unidos 4.7, Arabia Saudí 4.3, Japón 4.1, Alemania 3.2, México
1.7, España 1.7, Italia 1.0, China 0.8, Afganistán 0.7, Filipinas 0.7, India
0.4, Etiopía 0.4
Biocapacidad y Huella Ecológica en Guatemala

Guatemala, no se sobrepasa la biocapacidad estimada de 1 hectárea global


para el país
La huella de carbono se estimó en 65.95 tCO2e y la huella ecológica en 0.57
hag/hab, menor a la estimación presentada para Page 16 X Guatemala, no se
sobrepasa la biocapacidad estimada de 1 hectárea global para el país.

Si deseamos reducir nuestro impacto ambiental, debemos crear armonía y


equilibrio entre tres aspectos, dice Sazo: económico, social y ambiental. Para
ello debemos recordar lo que necesitamos y lo que la naturaleza necesita para
sobrevivir. ‘Debemos ser conscientes de lo que consumimos porque somos un
reflejo de lo que está afuera. Si nosotros estamos bien de salud, si somos
limpios y ordenados, también el medioambiente.

Consumo de agua
Necesitamos un cambio de actitudes y comportamientos, estar conscientes de
que el recurso hídrico es renovable, pero finito, expresa Ríos. ‘Debemos utilizar
menos la manguera, atender las pequeñas fugas de agua porque, como dice el
dicho, ‘gota a gota, el agua se agota’’, agrega.
Según Sazo, en Guatemala estamos limitados en el recurso del agua, pues el
99% de ella está contaminada y únicamente contamos con el 1%, que es
subterránea, formada a partir de la captación de los árboles. ‘Debemos
conservarla y evitar consumir más de lo necesario’, enfatiza.

Energía
Según Sazo, hay focos que tienen mercurio y son nocivos para el
medioambiente, por lo que es recomendable cambiarlos por focos ahorradores.
Asimismo, dice que ‘la energía renovable es una opción limpia para crear
energía’.

Transporte
Si deseamos reducir nuestro impacto en el medioambiente, también podemos
optar por el transporte público, la caminata o la bicicleta para movilizarnos.
‘Intentemos no depender del auto’, recomienda Sazo.
Reciclaje
Este consiste en la reutilización de materiales usados y, según Sazo, a nivel
doméstico solamente se puede reciclar hojas de papel. Sin embargo, si usted
desea, puede adoptar otras prácticas como la separación de residuos y adquirir
servicios de reciclaje con empresas que se dedican a esto. De igual forma, evite
generar basura innecesaria que podría ser nociva para el medioambiente en
altas concentraciones.

También podría gustarte