Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fallo
Fallo
#12153154#285024571#20210405080205630
Que a los pocos minutos de la detención el automóvil
resultó nuevamente embestido en la parte trasera izquierda por el
rodado marca Chevrolet Corsa, color gris, patente FHC, conducido
por el Sr. Carlos Alberto Godoy.
Expresan que como consecuencia del segundo impacto el
rodado del Sr. Hermosilla fue desplazado hacia los carriles de
circulación lenta (la derecha), abriéndose la puerta trasera derecha, y
siendo expulsada la Sra. Gloria Isabel Meneses, quien se había
quitado el cinturón de seguridad instantes previos para contener a su
madre (Flora Zambrana Mercado Meneses), que se encontraba en una
situación de crisis de nervios.
Dicen también que, al caer al pavimento, si bien la Sra.
Gloria logró levantarse, resultó inevitablemente atropellada por el
vehículo, Renault 9, dominio SSX-586, conducido por Daniel Oscar
Londero.
II. La sentencia de primera instancia rechazó la demanda
entablada contra Daniel Oscar Londero y su aseguradora Federación
Patronal Seguros S.A., con costas por su orden. Así también, y
dejando establecido que los conductores de los vehículos Fiat Duna
(actora) y el Chevrolet Corsa (codemandado Godoy) son responsables
en forma concurrente y en partes iguales por la ocurrencia del
siniestro, hizo lugar a la demanda contra Carlos Alberto Godoy y
Paraná S.A. de Seguros (en la medida del seguro), condenando a los
mencionados a abonar a Gloria Isabel Meneses la suma de $74.850.-;
a Flora Zambrana Mercado de Meneses la suma de $47.350.- y Pedro
Hugo Hermosilla la suma de $36.900.- con más los intereses, según la
forma que prescribe, y las costas del proceso.
Del decisorio apelaron la representación de la parte
actora y de la codemandada Carlos Alberto Godoy y la citada en
garantía Paraná S.A. de Seguros. Corrido el traslado fueron
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
riesgo abrupto, impensado, imprevisto y sorprendente. Respecto a la
conducta de la coactora Meneses argumenta que el hecho de quitarse
el cinturón de seguridad para ayudar a su madre fractura –al menos
parcialmente- el nexo causal con las lesiones que sostiene padecer.
Por su parte, los accionantes sostuvieron la
responsabilidad de los demandados por considerar que los únicos dos
rodados que participaron del accidente fueron el Chevrolet Corsa,
conducido por Godoy y el Renaul 9 conducido por Londero, mientras
que el resto del tráfico vehicular pudo disminuir su velocidad y
desplazarse hacia carriles laterales.
V. 1. En primer lugar, es dable destacar que, en el terreno
de la apreciación de la prueba, el juzgador puede inclinarse por lo que
le merece mayor fe en concordancia con los demás elementos de
mérito que puedan obrar en el expediente, siendo ello, en definitiva,
una facultad privativa del magistrado.
Los jueces no se encuentran obligados a seguir a las
partes en todos los planteamientos, ni evaluar la totalidad de los
elementos probatorios agregados al expediente, sino que sólo deben
hacer mérito de aquéllos que crean conducentes y de las articulaciones
que juzguen valederas para la resolución de la litis. (CSJN Fallos 258:
304; 262:222; 272: 225; 278:271 y 291: 390 y otros más).
2. En los supuestos regidos por el art. 1113, segundo
párrafo, segunda parte del Código Civil derogado, opera una
presunción de causalidad. Tal es el criterio que inspiró a la Excma.
Cámara de Apelaciones en lo Civil, en el fallo plenario, autos "in re"
"Valdés E. c./ El Puente SAT s/ daños y perjuicios"(10 de noviembre
de 1994).
En este sentido, cabe recordar que a partir del
pronunciamiento recaído en los autos "Empresa Nacional de
Telecomunicaciones c/ Provincia de Buenos Aires y otro", del 22 de
diciembre de 1987 (LL 1988-D, 295), la Corte Suprema de Justicia de
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
alguna de las eximentes previstas: el hecho de la víctima de un tercero
por quien no deba responder, caso fortuito o fuerza mayor.
Para que el hecho de la víctima o la de un tercero tenga
aptitud para cortar el nexo de causalidad debe aparecer como la única
causal del daño y revestir las características de imprevisibilidad e
irresistibilidad propias del caso fortuito o fuerza mayor. Por otro lado,
dichas eximentes pueden obrar como concausa del daño lo que limita
la responsabilidad del demandado.
3. En el caso de autos se encuentra reconocida la
existencia del contacto material entre los rodados, aunque las partes
discrepan respecto de la mecánica del accidente y de la atribución de
responsabilidad.
Es sabido que la jurisprudencia ha establecido una
presunción hominis de responsabilidad contra el conductor que
embiste a otro con la parte delantera de su coche, lo cual se tiene por
sucedido si uno de los vehículos presenta deterioros en su parte frontal
o delantera y el otro en su costado o atrás (Trigo Represas, Félix –
López Mesa, Marcelo, Tratado de responsabilidad civil, La Ley,
Buenos Aires, 2011, TV, p. 789 y 790).
Además, el carácter de embestidor mecánico es un
indicador de que se ha violado la norma que manda a tener en todo
momento el control del vehículo para prevenir accidentes (Mosset
Iturraspe, Jorge, “Colisión desde atrás, un caso dudoso. ¿Eximente o
culpa concurrente?”, LL 1994-C, 215).
A tenor de lo expuesto, y sobre la base del
reconocimiento respecto de la existencia del hecho corresponde hacer
operativas las presunciones de causalidad y responsabilidad que
establece el art. 1113 2° párrafo 2° parte del CC (actual arts. 1757 y
1769 del CCCN).
Los elementos que surgen de la causa penal agregada a
los presentes en copias certificadas en autos (ver fs. 285/655) dan
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
No obstante que las pruebas producidas en autos
acreditan la existencia del evento dañoso, ciertamente no esclarecen la
forma en que se produjo el siniestro. En este sentido el peritaje
mecánico realizado por el ingeniero designado de oficio se sustenta
sobre los dichos de las partes y de las actuaciones tramitadas en sede
represora que no brindan, a mi modo de ver, sostén fáctico suficiente
como para esclarecer la cuestión traída a juzgamiento.
Por otra parte, los dichos del testigo Ángel Héctor Barca,
quien declaró haber visto lo sucedido mientras circulaba por el lugar a
bordo de su rodado marca Renault 12 y advirtiera que un vecino suyo
sufriera un accidente y que, por tal razón, aminoró la marcha para
detenerse en la banquina, no logran formar convicción. Ello así, pues,
más allá de la llamativa casualidad de poder reconocer a vecinos
suyos mientras circulaba por una autopista de alto tránsito, no puede
soslayarse que el declarante -advertido del accidente desde que la
camioneta colisiona con el auto del actor- se quedó observando
pasivamente todo lo demás sucedido, siendo que se trató de un evento
que se produjo en secuencias o períodos de tiempo suficientemente
extensos como para que diera lugar a la posibilidad de que prestara
alguna colaboración en la emergencia para evitar el segundo impacto
o embestida del tercer vehículo (Renault 9) a la persona de la coactora
Meneses; circunstancias éstas que no se advierten de su declaración.
5. En el expediente quedaron eficazmente demostrados
los extremos que pesaban sobre la parte actora, esto es, el daño y la
relación de causalidad, en un caso donde los demandados embistieron
el rodado de la actora con la parte frontal del vehículo a su cargo.
No obstante, ciertamente no puede dejar de ponderarse
también que la parte actora se encontraba detenida en un lugar
altamente peligroso como consecuencia de un choque previo con una
camioneta que no ha sido identificada, interponiéndose en la línea de
marcha de los rodados que circulaban por la autopista.
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
probabilidades, lo que “pudo” acontecer, sino de determinar lo que
concretamente acaeció en el sub examine.
En el caso, aun cuando los rodados de los demandados
resultaron ser embestidores, considero que la posición de riesgo fue
creada en la anterior colisión, cuando un tercero que no fue
identificado (Toyota Hilux) dejó detenido al automotor de la actora en
un lugar de suma peligrosidad, imponiendo a los demás
automovilistas que circulaban por el lugar a esforzar maniobras
riesgosas para sí y para terceros, máxime cuando no se probó que los
demandados hubieran tenido un margen de tiempo razonable como
para maniobrar de manera de evitar el impacto, como tampoco que en
la ocasión los conductores no hubieran tomado los recaudos de
seguridad indicados por el lugar, circularan a velocidad impropia o
estuvieran desatendidos como para poder sortear una eventual
emergencia; exigencia que impone extremar los cuidados en la
conducción de una autopista en las que las velocidades permitidas de
circulación resultan relativamente elevadas.
En síntesis, luego de realizar un análisis hermenéutico del
material probatorio en su conjunto, concluyo que la conducta del
tercero no identificado como del demandado Godoy tuvo decisiva
incidencia causal en la producción del siniestro, pues aun cuando el
demandado resulta responsable por haberse acreditado que con su
rodado impactó el sector trasero del automotor en el que viajaban los
accionantes, entiendo también que resulta un elemento esencial para la
decisión del caso sometido a juzgamiento el riesgo propio que genera
el choque previo de la camioneta Toyota que obligó la detención
inadecuada del rodado del actor, dejando a los reclamantes en una
posición sensiblemente peligrosa en el segundo carril rápido de la
autopista, por lo que habré de confirmar la eximición parcial de su
responsabilidad por haberse acreditado la concurrencia del extremo
previsto en el art. 1113 del Código Civil entonces vigente (actual art.
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
automóvil marca Chevrolet Corsa, resultaron la causa adecuada del
daño. Por lo que, más allá de las argumentaciones brindadas en sus
agravios respecto de la que la víctima no se encontraba caminando por
la autopista, comparto en lo sustancial la solución arribada por el Sr.
Magistrado de la anterior instancia.
Por las razones expuestas, propongo al acuerdo la
desestimación de los agravios de ambas partes recurrentes.
VI. A) Incapacidad sobreviniente
La sentencia fijó la suma de $80.000.- a favor de Gloria
Isabel Meneses y la de $45.000.- para Flora Zambrana Mercado de
Meneses.
Se agravian la demandada y la citada en garantía de la
procedencia del reclamo y la actora de los montos fijados por
considerar que son reducidos.
En primer lugar, es dable señalar que la protección a la
integridad de las personas y el derecho a la reparación integral se
encuentra respaldada en tratados internacionales que integran el
sistema constitucional en función del art. 75 inc. 22 de la Constitución
Nacional, entre las cuales podemos citar al art. 21 punto 2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, al expresar que
ninguna persona puede ser privada de sus bienes excepto mediante el
pago de indemnización justa. Asimismo, el art. 5 del mismo cuerpo
normativo, de jerarquía constitucional, ampara el derecho a la
integridad personal al expresar que toda persona tiene derecho a que
se respete su integridad, física, psíquica y moral (Bidart Campos,
“Manual de la Constitución Reformada” t° II, pág. 110, Ed. Ediar) El
derecho al resarcimiento y a la reparación del daño se encuentra
incluido entre los derechos implícitos (art. 33 CN) especialmente si se
tiene en cuenta que otras normas como el art. 17 y el 41 CN refieren
casos específicos (C.N.Civ., Sala L, 15/10/2009, “L., S. y otro c.
Hospital Británico y otro s/daños y perjuicios”, E.D. 09/02/2010, Nº
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
al momento del hecho dañoso, condensa los criterios ya aceptados en
la materia.
Asimismo, cabe señalar que la incapacidad sobreviniente
está representada por las secuelas o disminución física o psíquica que
queda luego de completado el período de recuperación o
restablecimiento; produciéndose entonces para la misma un quebranto
patrimonial indirecto, derivado de las limitaciones que presenta al
reanudar sus actividades habituales y al establecerse su imposibilidad
-total o parcial- de asumirlas y cumplirlas adecuadamente. La
incapacidad económica -o laborativa- sobreviniente se refiere a una
merma de aptitudes que sufre el individuo para obtener lucros futuros,
sea en las tareas que habitualmente suele desempeñar o en otras, es
decir, una chance frustrada de percepción de ganancias ..." (Trigo
Represas, Félix A. - López Mesa, Marcelo J.; "Tratado de la
responsabilidad civil", La Ley, Bs. As., 2006, vol. "Cuantificación del
Daño", p. 231 y ss.).
Tal el criterio de nuestra Corte Suprema, que ha sostenido
que cuando la víctima resulta disminuida en sus aptitudes físicas o
psíquicas en forma permanente, esta incapacidad debe ser objeto de
reparación, al margen de lo que pueda corresponder por el menoscabo
de la actividad productiva y por el daño moral, pues la integridad
física tiene por sí misma un valor indemnizable y su lesión
comprende, a más de aquella actividad económica, diversos aspectos
de la personalidad que hacen al ámbito doméstico, cultural o social
con la consiguiente frustración del desarrollo pleno de la vida
(C.S.J.N., Fallos: 308:1109; 312:2412; 315:2834; 318:1715; Idem.,
08/04/2008, “Arostegui Pablo Martín c. Omega Aseguradora de
Riesgos del Trabajo S.A. y PametalPeluso y Compañía”, L. L. 2008-
C, 247).
Sentado ello, con relación a la coactora Gloria Isabel
Meneses el peritaje médico realizado por la Dra. Viviana Inés Sánchez
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
En función de lo reseñado precedentemente habré de
concluir que los reclamos son procedentes, como así también que en
función de las secuelas incapacitantes de carácter permanentes que
padecen las accionantes; los porcentajes de incapacidad dictaminados
por la perita médica -como elemento meramente indicativo no
determinante del monto a reconocer- y las circunstancias personales
de cada una de las víctimas: en el caso de la coactora Gloria Isabel
Meneses, de 44 años al momento del accidente, de profesión ama de
casa, casada y madre de dos hijos de 23 y 20 años con los cuales
convive y con relación a la coactora Flora Zambrana Mercado de
Meneses, de 76 años al momento del accidente, de estado civil viuda
y profesión ama de casa, considero que los montos fijados en el
decisorio para cada uno de ellos, en función del principio de
reparación plena y lo dispuesto en el art. 165 del Código Procesal
resultan reducidos, por lo que propicio su elevación a $1.000.000.- a
favor de Gloria Isabel Meneses y a $680.000.- a favor de Flora
Zambrana Mercado de Meneses.
B) Consecuencias no patrimoniales
La sentencia fijó como indemnizatorio del denominado
“daño moral” la suma de $30.000.- a favor de Gloria Isabel Meneses y
la de $20.000.- a favor de Flora Zambrana Mercado de Meneses.
Los agravios de las partes hacen a las cantidades
asignadas por entender: la actora que reducido y la demandada y la
citada en garantía que son elevadas.
Con respecto a los agravios vertidos en torno a la cuantía
del “daño moral”, actualmente denominado consecuencias no
patrimoniales -contempladas en el art. 1741 del Código Civil y
Comercial- las que se producen cuando existe una consecuencia lesiva
de naturaleza espiritual, aun cuando la norma no resulte aplicable a
este ilícito, puede ser tomada como pauta doctrinaria orientativa de su
cuantificación.
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
Perrot; CSJN., 06/10/2009, “Arisnabarreta, Rubén J. c/ E. N. (Min. de
Educación y Justicia de la Nación) s/ juicios de conocimiento”; Ídem.,
07/11/2006, “Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra de c/ Buenos Aires,
Provincia de y Camino del Atlántico S.A. y/o quien pueda resultar
dueño y/o guardián de los animales causantes del accidente s/ daños y
perjuicios”, Fallos 329:4944; Id., 24/08/2006, “Ferrari de Grand,
Teresa Hortensia Mercedes y otros c/ Entre Ríos, Provincia de y otros
s/ daños y perjuicios”, Fallos 329: 3403; Id., 06/03/2007, ORI,
“Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía
Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios”, Fallos 330: 563, entre
muchos otros).
Asimismo, el art. 1741 del CCyCN in fine establece que
“el monto de la indemnización debe fijarse ponderando las
satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las
sumas reconocidas” delimitando la actividad jurisdiccional y
acentuando sus funciones reparatorias.
En otras palabras, el monto del resarcimiento debe
permitir procurarse un placer que compense o sustituya el displacer
sufrido, criterio que jurisprudencialmente se viene aplicando de
manera inveterada por nuestros tribunales.
En cuanto a su valuación, cabe recordar lo señalado por
la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el sentido de que: El
dolor humano es apreciable y la tarea del juez es realizar la justicia
humana; no se trata de una especulación ilícita con los sentimientos
sino de darle a la víctima la posibilidad de procurar
satisfacciones equivalentes a lo que ha perdido.
Señaló nuestro Máximo Tribunal que "Aun cuando el
dinero sea un factor muy inadecuado de reparación, puede procurar
algunas satisfacciones de orden moral, susceptibles, en cierto grado,
de reemplazar en el patrimonio moral el valor que del mismo ha
desaparecido. Se trata de compensar, en la medida posible, un daño
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
La sentencia dispuso que a las cantidades por la que
prospera la demanda deberá adicionar un interés que se calculará
desde la fecha del hecho y hasta su efectivo pago de acuerdo a la tasa
activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días
del Banco de la Nación Argentina.
Se agravian la demandada y la citada en garantía de la
tasa de interés fijada en la sentencia y solicitan se aplique una tasa
pura que del 6% anual.
Al respecto, cabe recordar que la indemnización resulta
un equivalente del daño sufrido y el interés compensa la demora en su
reparación al no haber el responsable cumplido inmediatamente con
su obligación de resarcir.
Se trata entonces de una estimación “actual” que el juez
de grado ha tenido en cuenta para sopesar la variación patrimonial de
la prestación debida, considerando para ello que estamos ante una
indemnización de daños que, lejos de resultar una obligación
“dineraria” en la que se adeuda un quantum y resulta insensible a la
variación del poder adquisitivo, importa una verdadera obligación “de
valor” en la que se debe un quid y, por tanto, sí admite o reconoce las
alteraciones sufridas por el poder adquisitivo (Casiello, Juan, Méndez
Sierra, Eduardo, “Deudas de dinero y deudas de valor. Situación
actual”, LL 28/08/03, pág. 1).
Sabido es que la fijación judicial de intereses para las
deudas en mora procura resarcir al acreedor por la demora en percibir
su crédito y castigar al incumplidor, quien se apartó de los términos de
la obligación asumida en origen, ya que el orden jurídico requiere,
como pauta general de conducta, que toda persona cumpla con las
obligaciones que legítimamente asume o le impone la ley.
Ahora bien conforme la jurisprudencia y doctrina
mayoritaria imperante en el fuero la tasa que corresponde aplicar
desde el inicio de la mora y hasta el efectivo pago del capital de
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
1. Se modifique la sentencia, en el sentido de que: a) se
eleven los montos indemnizatorios fijados a favor de Gloria Isabel
Meneses por “Incapacidad Sobreviniente” (daño físico y psicológico)
a $1.000.000.- y por “Daño Moral” $400.000; b) se eleven los montos
indemnizatorios fijados a favor de Flora Zambrano de Meneses por
“Incapacidad Sobreviniente” (daño físico y psicológico) a $680.000.-
y por “Daño Moral” $300.000.-; c) Se deje establecido que las sumas
establecidas en la presente deberán ajustarse en la instancia de grado
de conformidad con el porcentual de responsabilidad atribuido.
2. Se confirme la sentencia en todo cuanto decide y fue
motivo de apelación y agravios, con imposición de las costas de
alzada a la parte demandada y citada en garantía por haber resultado
vencidas en las cuestiones principales que fueron sometidas a
juzgamiento (art. 68 del Código Procesal).
La Dra. Beatriz A. Verón adhiere al voto precedente.
Se deja constancia que la vocalía Nº 30 se encuentra
vacante. Con lo que terminó el acto, firmando las Sras. vocales en los
términos de la Acordada 12/20, de lo que doy fe.
#12153154#285024571#20210405080205630
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA J
#12153154#285024571#20210405080205630
Fecha de firma: 05/04/2021
Firmado por: MARIANO CARLOS GIGLI, SECRETARIO DE CAMARA
Firmado por: BEATRIZ ALICIA VERON, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: GABRIELA MARIEL SCOLARICI, JUEZ DE CAMARA
#12153154#285024571#20210405080205630