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Libro - Una Contemplaciòn Ante El Crucificado-17-31
Libro - Una Contemplaciòn Ante El Crucificado-17-31
En este primer capítulo queremos recoger algunas ideas y preocupaciones que como
teólogos giran en nuestras mentes. Muchas de ellas han configurado nuestro quehacer
desde dentro y otras cuantas nos confrontan desde fuera, un lugar específico, Tierralta
Córdoba. El título de este texto: UNA CONTEMPLACIÓN ANTE EL
CRUCIFICADO: EL CLAMOR DE LAS VÍCTIMAS-INOCENTES, expresa en
términos generales cuales son esas ideas y preocupaciones que giran en nuestros
corazones y que nos confrontan desde fuera.
En primer lugar, esa realidad de sufrimiento que padece de forma masiva, cruel,
inhumana y con pretensiones de duradero nuestros hermanos y hermanas de Tierralta
con los que desde hace ocho años compartimos el quehacer teológico. En segundo
lugar, esa presencia de Cruz en la cual se está condenado a vivir a millones de seres
humanos en este país, y especialmente en el sur del departamento de Córdoba. En tercer
lugar la imperiosa necesidad de construir caminos de vida, esperanza, justicia, y
misericordia. Estas ideas y preocupaciones nos han llevado a retomar lo que
encontramos allí como realidad de ultimidad con la cuales se debe confrontar hoy
nuestra reflexión teológica.
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1. IRRUPCIÓN DE LAS VÍCTIMAS
Colombia ha sido definida por algunos como una democracia. Un gobierno nacional y
local elegido por elecciones populares, por la independencia de los tres poderes; por la
libertad de prensa, por la existencia de oficinas institucionales que abordan la grave
situación de derechos humanos, y por una Constitución que desde 1.991 la define como
un Estado Social de Derecho que ha ratificado la gran mayoría de instrumentos
internacionales de derechos humanos: Es firmante del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo, del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, de la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención sobre
los Derechos del Niño. Signatario del Estatuto de Roma, de la Corte Penal Internacional,
también es Parte en la mayoría de los tratados de derechos humanos del sistema
interamericano, como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la
Convención Interamericana para prevenir y sancionar la Tortura y la Convención
Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, y es
signatario de la Convención Interamericana sobre la desaparición forzada de personas.
Esta imagen de nación es simplemente una formalidad, recreada permanentemente por
los medios de comunicación.
El departamento de Córdoba limita al norte con el mar Caribe y al sur de Sucre; al oeste
con el Urabá antioqueño y el mar Caribe; al este con Sucre, Bolívar y Antioquia; y al sur
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con Antioquia. Resulta de esta manera, que la dinámica del conflicto armado y las
expresiones de violencia que se presentan en el territorio cordobés están indirectamente
influenciadas por la conducción de las hostilidades que tienen lugar en Antioquia, Sucre,
Bolívar y Chocó. La dinámica del conflicto armado en el departamento de Córdoba y en
consecuencia su situación en materia de derechos humanos y DIH, ha estado
estrechamente ligada a sus condiciones socioeconómicas y geográficas (Vicepresidencia
de la República 2004). Es así como en Córdoba se ha hecho visible el enfrentamiento
entre las autodefensas y los grupos guerrilleros por obtener el dominio de las tierras y de
los recursos naturales y donde la Fuerza Pública ha sido marginalmente protagónica. De
esta manera, los municipios cordobeses de Montelíbano, Valencia, Tierralta y Puerto
Libertador ubicados en la frontera con Antioquia, han vivido al ritmo de las constantes
luchas territoriales de reconquistas de los grupos insurgentes (FARC, ELN, ERP y EPL)
y de autodefensas (ACCU y AUC) (Vicepresidencia de la República 2004).
Otro factor a tener en cuenta son las condiciones topográficas del Departamento de
Córdoba que brindan una importante riqueza hídrica, más de 100.000 hectáreas de
ciénagas permanentes. El 66% del Parque Natural del Nudo de Paramillo (PNNP) se
encuentra en Ubicado en el sur del departamento y actúa como un corredor natural que
comunica los departamentos de Bolívar, Antioquia, Córdoba y Chocó. (Vicepresidencia
de la República 2004). Esta zona resulta favorable para la siembra de cultivos de cocaína
385.3 hectáreas en el 2002, el transporte de drogas ilícitas e insumos para su
procesamiento, el tráfico de armas y municiones, y la movilidad y establecimiento de
retaguardias para los grupos armados. De igual forma en el sur del departamento de
Córdoba, en el municipio de Tierralta, se encuentra la hidroeléctrica de Urrá I. Frente a
este megaproyecto hidroeléctrico, las FARC y las AUC, además de posicionarse para el
control estratégico de toda la zona, han buscado apropiarse de las regalías y recursos
generados por la empresa Urrá S.A. (Vicepresidencia de la República 2004).
En Tierralta se llevó gran parte de la desmovilización de las AUC que el pasado primero
de diciembre cumplió tres años del cese al fuego. Un cese al fuego que no ha contado
con un alentador balance. Las cifras hablan por sí solas: la Comisión Colombiana de
Juristas reporta cerca de dos mil homicidios, atribuibles a las AUC desde diciembre de
2002. La Defensoría del Pueblo afirma que hubo 350 asesinatos en un estudio realizado
en diez departamentos del país y las mismas estadísticas del Programa de Derechos
Humanos de la Vicepresidencia de la República (2004). En Santa Fe de Ralito, Tierralta,
se jugó el presente y el futuro de la nación colombiana, pero debió resolver y asumir
retos de gran calado que permitieran convertir el proceso en una salida para avanzar en
un sentido democrático. ¿Sería posible dejar atrás el recurso de la violencia para acallar a
la oposición política e implantar los intereses sociales y políticos de ciertos sectores
poderosos de la sociedad colombiana? ¿Podremos avanzar en la construcción de un
estado social y de derecho que sea respetado y acatado en todo el territorio colombiano?
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2. MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS:
FRAGMENTOS DE VIDA-MUERTE
Para ilustrar este momento retomaremos una narrativa de un hombre campesino. Una
narrativa de tantas contadas en las veredas de Tierralta Córdoba, en un intento de
recuperar fragmentos de memoria de estos hermanos y hermanas campesinos. Es
decisivo para el quehacer teológico detenernos en la recuperación de la memoria en lugar
del recuerdo que hace introducirnos en una especie de olvido (Metz, 1999). El olvido
que permite la consolidación de una serie de imágenes, ideas y propuestas
compensatorias que configuran el tradicionalismo y el continuismo.
La memoria de las víctimas se opone pues al olvido del sufrimiento pasado (Metz, 1999),
la memoria de ese sufrimiento posibilita que la historia no se utilice de forma arbitraria
haciéndonos caer en la ensoñación de lo normal, natural, común y corriente y en lo que
siempre ha sido así. Por eso, apelamos aquí a la razón anamnética no como simple
categoría de comprensión, sino como categoría constitutiva de lo humano y
especialmente de lo humano que sufre.
En esta región vive este campesino, y desde este contexto realiza su relato:.
Una vaca cuenta con agua potable y con adecuados suministros para
que no tenga sed.
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Una vaca tiene a su servicio los mejores veterinarios de la región las
24 horas del día, ellos las cuidan y velan para que no se vayan a
enfermar.
Por muchos años, las campanas de la Parroquia de San José en Tierralta Córdoba han
llorado una a una las víctimas del conflicto armado en esta región del país. Tanto ayer
como hoy, siguen convocando a las comunidades a permanecer en la esperanza en
medio de la barbarie de la muerte violenta. A pesar de la muerte no han dejado de
repicar, sagradamente a la misma hora inician su ritual. Con su tilín, talán nos invitan a
reunirnos una vez más como comunidad en el templo parroquial.
Al ingresar se puede ver al fondo un gran mural que en su época causó gran revuelo. El
mural muestra como la irracionalidad de la violencia acaba con la creación, con los seres
humanos, hasta con el mismo Dios. En el centro crucificado sobre el árbol de la vida un
campesino sinuano. Esta imagen central está en conexión con la imagen que se
encuentra alojada en la nave lateral izquierda, allí está ubicado el Señor Crucificado,
solitario, indefenso, solitario a la espera. Antes de la eucaristía, o después de ella las
personas acostumbrar dedicar unos minutos a su contemplación.
Este señor crucificado, al igual que el campesino sinuano que se encuentra clavado
sobre el árbol de la vida son contemplados en silencio, en ese sepulcral silencio que los
grupos armados impusieron a sus habitantes. Y allí delante de estos dos crucificados
evidencian su realidad: mudos enfrentando su sufrimiento.
Estas dos imágenes no están puestas allí por simple casualidad, nos hacen recordar que
en Tierralta la relación entre el señor crucificado y el pueblo crucificado es una sola: la
realidad de sufrimiento, muerte y violencia. Por ello al ponernos de rodillas frente al
señor crucificado, lo estamos haciendo ante la realidad que enfrentan la mayoría de
campesinos en esta región. Contemplar en tierralta el crucificado es elevar a categoría
teológica su realidad.
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3.1. UN SEÑOR CRUCIFICADO Y UN PUEBLO CRUCIFICADO
Este señor crucificado es una imagen tosca, de larga cabellera, de cuerpo alargado, con
un rostro destrozado. En verdad, que es una imagen que conmueve y llena de terror.
Nosotros no podemos contemplar aquella imagen crucificada sin la inquietud de seguir
comparándolo con la realidad que por más de 40 años se vive en esta región.
Unos brazos clavados a un madero, como los brazos atados de tantos desplazados que
hoy esperan retornar a sus tierras para sembrar y hacerla parir vida, alimento.
Unas piernas laceradas, con las heridas que llevan los embera-katíos en el alma, al ver
como su cultura se diluye en el alcohol que pueden comprar en grandes cantidades
gracias a los auxilios del gobierno que pronto acabarán y que han generado la
desintegración y conflictos, con la mirada indiferente de la clase política de la región.
Al contemplar esta imagen del señor crucificado no se puede hacer otra afirmación:
“este señor crucificado se parece cada vez más a los que fueron, son y serán asesinados
en esta región, y se expresa en la figura del campesino crucificado en árbol de la vida.
Contemplarlo llena de una enorme tristeza.
Esta categoría cruz, esta evidenciando una presencia de muerte, ya sea una muerte
rápida: violenta, como muy bien se ha perfeccionado en este territorio; o ya sea una
muerte lenta: por hambre, enfermedad o muerte indirecta como resultado de la
implementación de algunas políticas o directrices económicas, políticas o sociales
(Sobrino 1992). Imaginarios de cruz, articulados desde sistemas sacrificiales que para
nuestro interés pueden ser enmarcados en una categoría mucho más amplia “EL OTRO
SOCIAL”. Una categoría CRUZ enmarcada en un ámbito de relaciones de exclusión; el
OTRO SOCIAL consolidado desde la violencia, que espera una exigencia mayor de
ultimidad: la misericordia, traducida como el bajar de la cruz a las comunidades
inocentes que han sido crucificadas (Sobrino 1992).
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En esta perspectiva se entiende la cruz como “Patíbulo” que presenta especialmente lo
deshonroso y vergonzoso, abiertamente contrario a lo que se consideraba el valor más
estimable: El Honor, la estima que una persona tiene a sus propios ojos y sobre todo
ante los demás. Tanto ayer, la época de Jesús, como hoy el Honor está fuertemente
asociado a nobleza de estirpe, méritos personales y la conciencia de pertenencia a un
grupo de elegidos. De allí lo vergonzoso, infame y deshonesto que evidencia el estar
clavado en una, el morir en una cruz o el exhibir una. En Tierralta sólo cambian los
clavos y los verdugos; pero la víctima-inocente que muere en ella sigue siendo la misma:
Cristo que es crucificado y agoniza en los campesinos oprimidos del Alto Sinú. ¿Cómo
denunciar hoy la presencia de la cruz? Es preciso en primer lugar ampliar nuestra
comprensión de cruz-sufrimiento-muerte. Muerte que no es solamente el último
momento de la vida. Es la vida toda que va muriendo, limitándose, hasta sucumbir en un
límite último (Boff, 1980).
Pero, la Cruz proporciona otra visión, una interpretación diferente de la realidad. Ella
fundamenta una manera alternativa de valorar y comportarse. En este sentido Cruz es un
lenguaje que no pretende establecer puentes de compresión con las culturas imperantes
sino que subraya su contraposición. Es la cruz entendida como ruptura con las
construcciones sociales (MUNDO), estableciendo un comportamiento distinto desde la
víctima-inocente-crucificada: gratuidad, perdón, misericordia. Fue así como los
seguidores de Jesús entendieron el horror que les ocasionaba la cruz, ella se convirtió en
Camino para las comunidades al historizar los valores que revela. La cruz hace parte
fundamental de un proceso, fue la consecuencia de un anuncio y pro-anuncio de una
práctica liberadora. Jesús al estar frente a la cruz no huyó, no contemporizó, no dejó de
anunciar y pro-anunciar aunque esto lo llevara a tener que ser crucificado. Continuó
amando, a pesar del odio. Asumió la cruz en señal de fidelidad para con Dios y para con
los seres humanos. Fue crucificado por su fidelidad a Dios y crucificado por los seres
humanos y para los seres humanos, por amor y fidelidad a ellos (Boff, 1980).
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4. LO QUE NOS REVELA LA CRUZ COMO PRINCIPIO DE
INNOVACIÓN-CAMINO
Rompe con el sufrimiento. Estar inmersos en una construcción social (MUNDO) que
funciona desde la rivalidad, origina una percepción de Dios deformada. La Cruz de Jesús
viene a decir y hacer posible que creamos que Dios es enteramente diferente de como lo
imaginamos. Su poder, su fuerza y vitalidad no son como se había pensado. Estar
inmersos en el MUNDO nos incapacita para percibir lo que la Cruz revela. Las
mediaciones utilizadas para la interpretación son caducas, al igual que la imaginación ha
sido educada y formada en la muerte. Sólo en la medida que comencemos a tener una
mente e imaginación diferente, en esta medida podremos entender el Dios que se nos
revela en la Cruz.
Un Dios podado de toda violencia. La cruz de Jesús es el primer paso para reconocer
que la violencia contra aquel hombre crucificado fue humana, no divina. Lo que muestra
la cruz es el cuerpo asesinado de un hombre por parte de unas instituciones humanas. La
cruz enfatiza que es necesario separar a Dios de la violencia.
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Dios es misericordia. Si Dios no tiene que ver con la muerte, con la expulsión y con la
violencia está indicando que efectivamente estamos equivocados con respecto a Dios. Y
si entendemos que este Dios sólo puede ser misericordia. Esta revelación estaría
evidenciando la falsedad entorno a la comprensión de Dios. Lo que se revela de manera
maravillosa es un Dios transparente, limpio de toda violencia, muerte y expulsión, que se
nos revela como amante de la humanidad crucificada que permite vivir más allá de la
cultura de muerte.
Su inocencia. La cruz nos viene a decir unas palabras sobre las víctimas. En primer
lugar que todo el sistema que los ha condenado entra en tela de juicio. El sistema, las
estructuras y las instituciones que condenaron al tal Jesús se equivocaron. En segundo
lugar que si Jesús está resucitado es porque el tenía la razón, Entonces sus palabras,
acciones, y el testimonio que él había asumido de Dios están en lo correcto. Algo
sorprende y totalmente novedoso se revela: Dios es como Jesús dijo que era. El hombre
y la mujer son como el dijo que eran. La comunidad es como él dijo que era.
De forma contraria está revelando algo más sorprendente que sumerge en la crisis más
grande a los grupos de testigos de su pascua: Dios no es como ellos dicen que es, el
hombre la mujer no son como ellos los han presentado, la vida en comunidad no es
como ellos la han propuesto. En conclusión, que los adversario de Jesús están
equivocados. Si él hoy está resucitado es por que su muerte fue injusta. Jesús está
resucitado por que las fuerzas injustas le quitaron la vida y Dios, Señor de la vida lo ha
resucitado de entre los muertos para mostrar su inocencia y la de todas las víctimas de
este MUNDO. De este modo podemos comprender que las razones argumentadas para
llevar a Jesús a la muerte violenta de la cruz no fueron razones de peso, sino que todos
estos argumentos hacen parte de un mecanismo humano pecaminoso para sacarlo de
escena porque para algunos seres humanos Jesús se convirtió en un personaje que no se
quería, que había perdido valor, que ya no contaba más, y que sus palabras y sus hechos
no tenían nada que ver con Dios. Su muerte, expulsión, sacrificio viene a enarbolarse
como la máxima señal de maldición por parte de Dios. Afortunadamente en el caso de
Jesús y a partir de allí en el caso de todas las víctimas de este mundo, se ha revelado el
mecanismo utilizado para afirmar que el mundo ya no puede funcionar de esta forma en
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donde la ley, las instituciones, las tradiciones, los mediadores de este mundo están
equivocados. Dios mismo los ha puesto en tela de Juicio al resucitar a Jesús, Dios mismo
ha mostrado que su manera de actuar está distorsionada por la violencia de la que se
alimentan.
Una insistencia final, la Cruz no está revelando sólo que este hombre Jesús es inocente,
no sólo que Jesús tuvo razón respecto a Dios, los hombres, mujeres y comunidad, hace
algo más que ésto, revela el mecanismo por el cual se crean las víctimas inocentes. El
mecanismo que ha utilizado la humanidad de los inicios de las culturas y que ha llevado a
pensar a los seres humanos que se está haciendo lo correcto, que se está llevando a cabo
la voluntad de Dios. Deja la puerta abierta para exponer a la luz y nuestra capacidad
mortífera y mendaz a partir del mecanismo del chivo expiatorio, el sacrificio, la
expulsión.
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servido como elemento fundamental para los procesos de formación y acompañamiento
de los animadores y las pequeñas comunidades. Este sencillo caminar es lo que ahora
nos disponemos a sistematizar. Es el regalo que estos ocho años nos ha regalo el poder
contemplar el crucificado en Tierralta Córdoba, el clamor de las víctimas-inocentes y que
hoy les queremos compartir.
Aunque partimos de una constatación nuestro mirar es parcial, pero no cerrado. Nuestro
mirar se hace desde una esquina que nos permite construir un horizonte, una
perspectiva. Esquina, en este sentido ha de ser entendida como perspectiva-horizonte,
como el desde dónde nos situamos para mirar-contemplar. Situarnos en una esquina y compartir
esa manera particular de situarse no nos hace excluyentes, más sí sinceros con nosotras
nosotros, mismo y con quienes miran el mundo sufriente desde otras esquinas. De esta
forma, no pretendemos ir más allá de donde podemos mirar. Y no queremos agotar
otras miradas desde nuestro mirar. Pero, lo que si podemos hacer es el dejarnos
confrontar con otras miradas, porque en ese compartir de miradas, situarnos en otras
esquinas permite que ampliemos nuestro horizonte y descubramos otras posibilidades de
situarnos de la mejor forma, en el mundo sufriente.
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que queremos ver. Pero, igualmente sabemos que si nos quedáramos observando el
mundo desde nuestra esquina nos quedaríamos con una imagen obtusa y reducida del
mundo. Mirar desde nuestra esquina es un movimiento, un proceso de contemplación,
interpretación, confrontación y construcción de horizontes. La esquina desde la cual
queremos leer el mundo sufriente, y desde la cual queremos hacer una lectura teológica
la explicitamos en tres elementos: la teoría mimética, el principio-misericordia y la
inteligencia histórica de las víctimas, son tres elementos que actúan como tres
“patas” que configuran nuestro trípode sobre el cual sostenemos nuestra aproximación
teológica. Actúan como ejes transversales, son la urdimbre sobre la cual se teje nuestra
lectura teológica.
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