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VENTAS A PLAZO

Definición: La compraventa a plazos constituye actualmente una pieza

importante en el desarrollo económico. Esto quiere decir que es un recurso

económico que viene a incrementar el factor demanda dentro de la economía de

mercado.

Una condición esencial del desarrollo económico es la existencia de una demanda

ascendente. La preocupación que dicho requisito provoca en las economías

desarrolladas se plasma normalmente en la búsqueda de nuevos mercados para

volcar en ellos los productos. Las economías de mercado han tenido subsanar

esta carencia de nuevos mercados con la introducción de reformas en los

mercados internos tradicionales. En este sentido se produce un abaratamiento de

los artículos de consumo todo esto supone un aumento de la capacidad de

consumo de la gente, es decir un aumento de la demanda; pero el descenso de

los precios y el aumento de los salarios tiene sus propios límites, marcados por la

necesidad de unas ganancias empresariales y de una acumulación de capital.

Hay que encontrar nuevos métodos que permitan un aumento en la

demanda frente a la oferta creciente, aquí es donde aparece la figura de la compra

venta a plazos, mediante en la que grandes grupos sociales pueden adquirir

artículos que, de lo contrario, excederían de sus posibilidades económicas, con

ello aumenta el numero de consumidores y consecuentemente aumenta la


demanda. Pero la función de la venta a plazos no se limita a facilitar la salida de

los bienes de consumo, sino que afecta también a los bienes de producción.

La venta a plazos es una modalidad de transacción donde el vendedor permite al

cliente cancelar el producto en varios pagos futuros. A estos abonos se les suele

denominar cuotas. En otras palabras, la venta a plazos permite extender el pago por un

bien o servicio por un periodo que puede durar meses o años.

El objetivo: En la venta a plazos es darle al consumidor la comodidad de

poder cancelar un producto en partes, y no en un único desembolso que podría

ser muy alto.

Usualmente suelen venderse bajo esta modalidad bienes duraderos, como

un inmueble, o servicios costosos, como un viaje al extranjero.

Además, la venta a plazos se suele realizar mediante la tarjeta de crédito,

por lo que el cliente normalmente adquiere una deuda con una entidad financiera.

Esta le está otorgando un préstamo que deberá devolver en varios abonos futuros

(cuotas).

Otro punto a tomar en cuenta es que cada cuota tiene dos componentes: el

principal de un préstamo; la parte del monto de la deuda que se amortiza y los

intereses (coste financiero por comprar a crédito).

Las empresas con el propósito de aumentar las ventas, hacen uso de

diferentes estrategias; entre las cuales se encuentran las ventas a plazos.


Estas permiten que aquellas personas que no pueden obtener un bien

pagando en la totalidad inmediata, lo adquieran a través de este método, haciendo

pagos periódicos en fecha y cuantía establecida por ambas partes, así mismo es

un modo de compraventa en que el comprador paga una parte del precio al recibir

el articulo o inmueble adquirido, comprometiéndose al pago diferido del resto del

precio en forma aplazada, sin que el vendedor pueda exigirlo antes del

vencimiento.

Como ya hemos mencionado, esta modalidad de pago implica normalmente

el cargo de intereses. Estos dependerán del tipo de interés que, a su vez, se

determina en base al nivel del riesgo del crédito.

Lo anterior quiere decir que el tipo de interés será mayor cuanto más alta

sea la probabilidad de impago. Esto se define en función de distintas variables

como el historial de crédito del deudor y del periodo del crédito cuanto más corto

sea el plazo de financiamiento, mayor la posibilidad de reembolso y viceversa .

Toda operación de compra venta de bienes o servicios que no se cancele al

contado contiene implícita o explícitamente un componente adicional: el cargo

financiero derivado de la falta de disponibilidad monetaria que sufre el vendedor al

momento de la entrega del bien o servicio.

En general, podría afirmarse que en períodos de estabilidad monetaria este


componente financiero (CF) contiene principalmente intereses en términos reales.

Por su parte, en períodos de inflación, además de aplicar intereses, el vendedor

tratará de cubrirse de la desvalorización que sufrirá su crédito durante el plazo

acordado agregando una porción adicional al precio de contado, que podría

denominarse, Sobreprecio por Inflación.

Así, cuanto mayor sea el nivel de inflación esperado, mayor proporción

tendrán los sobreprecios con relación a los intereses, aunque cabe mencionar

que, en general, se denomina intereses a todo agregado sobre el precio de

contado.

Entendido de esta manera, el sobreprecio debería calcularse en base al

pronóstico inflacionario que abarca el período durante el cual la operación

permanece pendiente de pago. Así, al vencimiento del plazo, el vendedor habrá

obtenido un efecto financiero neto positivo, si el porcentaje de sobreprecio cargado

por sobre el valor de contado ha sido superior al porcentaje de inflación producido

en ese período. En caso contrario si calculó un sobreprecio inferior habrá sufrido

una pérdida por haber mantenido ese activo expuesto a la inflación.

Ahora bien, no solo la expectativa inflacionaria motiva la aplicación de

sobreprecios. Estos pueden obedecer a otros motivos, como, por ejemplo, la

intención del vendedor de inducir al comprador para que elija una modalidad de

pago, ya sea tentándolo para que pague al contado o dentro de determinados

plazos. En estos casos, el sobreprecio aplicado puede ser de un porcentaje


sensiblemente mayor al porcentaje de inflación esperado puesto que la intención

no es, prioritariamente, la cobertura por la probable desvalorización monetaria

sino, como se dijo, inducir al comprador a que elija una alternativa de pago de más

corto plazo. Así es que, en períodos de estabilidad monetaria, por cuestiones de

política financiera, no es extraño que se ofrezcan descuentos por pago al contado

de más del 30 % en relación al precio financiado a 60, 90 o más días. En estos

casos, no sería apropiado denominarlos sobreprecios por Inflación , aunque el

efecto contable será el mismo.

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