Está en la página 1de 9
INTRODUCCION SUENOS Y REALIDADES: LA ESCRITURA DE UNA EXCENTRICA Alas Juanas Manuelas de nuestras vidas Que hacia mediados del siglo XIX una escritora america- ublique en Buenos Aires su primera obra con el nombre de de intensa incitaci6n. que evoca, esconde na pt Suenos y realidades es un acto El titulo, sugerente por los sentidos al menos una antinomia. Los “suefios” junto a las “realidades” exhiben provocativamente el intento de unir dos materias en na parte, el orden de lo incons- principio irreconciliables. Por w por otra, la contundencia de las ciente, la intimidad y lo ocultos realidades por las que habia transitado la escritora en consonan- cia con los violentos sucesos histéricos y politicos del conjunto de paises de América del Sur. Suenos y realidades se proponia en- tonces como un acertijo'a resolver y desde el mismo titulo for- maba parte de una estrategia literaria y editorial que prometia auspiciosos logros. Amalgama originalisima, verdadera apuesta de escritura ecléctica. La autora es Juana Manuela Gorriti, mujer emancipa- da, que al momento de la publicacién de su dpera prima ya 43 < ae Florencia Angulo y Maria Eduarda Mirande fuera de lo comtin, inquietante y excénty. lugar 7 cupaba un . nee é ocup ntelectual y politico de las jvenes hacione, co, en el ambiente i ericanas. ; ; ; ae mocién de este primer libro, sus “obras completa pre 7 . fiada de sus propias peripecias. Los manusctitos se ha. vino Soe s veces antes de llegar a manos de Vicente Gre. Bical igo personal de Juana Manuela, y eg, gorio Quesada, editor y an ig pe eee 7 ucesos la obligaron, segun ella misma is ere, = los ayudada de la memoria y de esa coincidencia inefable de la inspiracip, aunque también contaba con copias de los textos, Porque an mayor parte ya habfan sido publicados en revistas y Petisdicos, A los avatares de la escritora se sumaban, pues, los de su libro. De a manera que cuando Quesada concreté Por fin, en julio de 1 865, Ja tan esperada aparicién de la obra, se habia generado un clima de expectacién tal frente al que se podria haber visto como el primer boom editorial a orillas del Rio de la Plata. AVATARES DE LA ESCRITORA, PERIPECIAS DE LA ESCRITURA La publicacién de Suenos y realidades venia Precedida por una activa participacién de la escritora en diarios y tevistas de la época. Su primera novela, La quena, habia sido publicada a manera de folletin en el periédico El Comercio de Lima en 1851, y desde esa fecha tan temprana, sus relatos aparecian en distintas revistas de América e incluso habfan llegado a difundirse en Eu- ropa, mds precisamente en Madrid y Paris. Asi es que cuando en julio de 1864 Vicente Quesada anuncia en la Revista de Buenos Aires la publicacién por entregas de Sueros y Realidades, apelaa un fuerte efecto publicitario en el cual la peregrina vida de la es- critora saltefia y las peripecias de su obra aparecian entrelazadas con sus ficciones. Hacia 1863 cuando se inicia la promocién de sus rela- tos~ Juana Manuela no ha conocido todavia Buenos Aires y, sin -14- Introduccién ya la ciudad habla de una mujer tan atractiva como erarios, digna de protagonizar una de sus ficcio- pertenecia a una familia patricia enemiga del égimen rosista que debi exiliarse en Bolivia cuando apenas alos 16 afios se casa, contra la voluntad paterna, con el emblema de la lucha por la indepen- cer presidente de per el ma- embargo, sus personajes lit nes roménticas. Ella era nifia; capitén Juan Isidoro Belzi, dencia boliviana, quien llegaria con el tiempo as Ia repiblica. Desavenencias conyugaes a llevan a rom s hijas, se instala en Lima. La capital de la jo- la recibe en un clima de ideas ilustradas, ogreso, que Juana Manuela Jatinamente su imagen de on jévenes poetas y pen- a Ricardo Palma-, beral. Su casa ima, a tal trimonio y con do’ ven Reptiblica del Pert debate intelectual ¢ ilusiones de pr capitaliza para ir construyendo pau escritoray mujer culta. Traba amistad c sadores de su época —entre los que se encuentr: quienes ven en ella un referente del pensamiento i pronto se convierte en centro de la vida cultural de Lit punto que los periddicos comentan los sucesos y eventos de sus famosas tertulias. Juana Manuela es la voz poética y politica del momento, La avalan su reputacién de mujer valiente y letrada, su inefable amor a la patria y al suelo americano, y sus ideas modernas, que responden a un pensamiento liberal comtin a la lite intelectual criolla. La opinién de Vicente Quesada muestra el aura de prestigio que rodea a la escritora inseparable de un firme ideal republicano Somos de aquellos a quienes no falta la fe cuando el pro- pésito es bueno, y confiamos siempre en el buen sentido del pueblo; porque somos republicanos y pensamos que la razdn se encuentra en las mayorias, cuando éstas se for- man libremente, sin el artificio y amafios de los falsos de- maécratas; y creemos que el pueblo rara vez es sordo cuan- do se le hace comprender la verdad. [.uc] por eso vamos a ditigi la edicién de las obras com- pletas de la sefiora dofia Juana Manuela Goris (..] Si esta edicién no produce a la autora lucro, producirale al A5% lore! f irande Fl cia Angulo y fa Eduarda Mira I A Maria Ed! di ues la coleccién de sus obras es un P menos honra y gloria, asu talento. (Revista de Buenos monumento que elevamos Aires, julio de 1864) ; mujer talentosa, comprometida y by i de , , A esta imagen de mujer caudillo, como sefiala con ; ir otra: la a voz propia, se 7 icuore. Juana Manuela retorna a Bolivia i iela Batticuore. acierto Graciel fio antes del aciago suceso que trunca. Se oe id cia en La Paz iba a ser prolongada: Nhat hai la ya destacada escritora se com. Leonake i a su hija Edelmira; sin embargo, place en compartir tiempo co doesn ésta no es la nica razon, ya que la nest ilidad po. iG a ima no le otorga los salvoconductos nkcesaris para seguir viviendo en esa preciada capital. De modo que, instalada huevamente en La Paz, anuncia que abrird una escuela de sefioritas y se dispone a gercer de maestra, oficio en el que es una experta y que ha convertido en su modo de vida. Pero el destino le tenia Teserva- dos otros planes. E127 de mayo de 1865 Belz es asesinado a traicién porel general Mariano Melgarejo. Con un disparo en la cabeza, rismatico presidente cae al suelo ys nuela asume la situaci el ca- en ese momento, Juana Ma- ion con la conciencia de haber sido esposa Luego de dar el ultimo abrazo al marido exequias y con su discurso fiinebre subleva de un hétoe martir, muerto, encabeza las a mujeres y gente de aquel homicidio, Esta shasta ent i frit gy: Onces dedicada a la » Prctica privada de la escritura, al 4 ‘ Sercicio A 08 Circulos Sociales ing J de la ensefanza y a Mos— despliegue actividades enmarcadas deer ®studio biogra mi le !Ografico Pleto de ed ic complet ni ri Se en el Vide inc a 5; suana Manuela Gorriti pu Sttomo 8 las Obra Completas, “iG: Introduccién dentro de la esfera de las politicas culturales, especificamente aquellas que tienden a la modernizacién continental. En este contexto debe ser leida su obra y, muy especialmente, la apari- cién de su primer libro. No es gratuito que sean Vicente Quesada —como curador— y Carlos Casavalle ~como editor= quienes alienten y pongan empeno en realizar la publicacién de Suerios y realidades. Ambos forman parte del circulo cultural y politico que promueve Bar- tolomé Mitre y que se consolidar durante las décadas que pre- cedieron a la generacién argentina del 80. No hay que olvidar que Suerios y realidades forma parte de un corpus de obras con las que se inaugura una Argentina republicana. En este proceso de organizacién de un Estado nacional, diarios y revistas juga- ron un rol central en la conformacién de una sociedad moder- na: La Tribuna, La Nacién Argentina y El Pueblo -periddicos en Jos que Iuego se comentara su obra~ estin ditigidos por perso- nalidades que abonan el campo politico que sostiene la gesti6n de Mitre. En el entramado de la vida cultural de la naciente re- puiblica, el mbito politico, el periodistico y el literario se hallan entrelazados, y Juana Manuela maneja con habilidad inaudita los hilos de esas tramas. LA ESCRITURA: BORDES Y BORDADOS Sueios y ralidades es un Cieulo Yncuestionable desde cl punto de vista aristco, ya que resume de manera precisa las propuestas reméticas de los relatos que recoge. Las historias ex- ploran el campo privado'e indagan Io premonitorio, lo fantas- magérico, la alucinacién y lo evanescente, Suefios arravesados de deseosy pasiones frente a realidades que cuajan en un tiempo y un espacio determinados. Es el tiempo de las luchas por la independencia, de las guetras civles, de las persecuciones polf- ticas, y también el de la juventud, de los héroes y heroinas. Es cl espacio argentino, peruano, chileno; sus caminos,-sus selvas, 2s Florencia Angulo y Maria Eduarda Mirande desiertos y mares; ¢ incluso el espacio imaginario meets los cementerios, los castillos, los salones burgueses, los r subterréneos y los abismos de muerte. oe Son numerosos los rasgos originales de la esceltur ‘ 2 na Manuela. Al amparo de la flexibilidad que imprime alos gé- neros la literatura romantica, la escritora traza sutiles fronteras entre su vida y sus ficciones, estampa imagenes heroicas a su Propia imagen y a la de su estirpe, decide contar desde un lugar descentrado elementos lid: que ni es Buenos Aires ni es masculino; todos ellos que abonan su perspectiva ecléctica y aportan plura- lad al discurso patridtico naciente. A diferencia de ottos escritores de su tiempo, ella no viaja Por Europa (aunque la recrea en sus ficciones) sino por Sudamé- tica. Esto hace Posible que sus relatos estén sellados por las expe- tiencias y expresiones del mundo americano. Juana Se aparta de los cénones roménticos de neto corte e sonajes y situaciones Opuestos y contradictori del yo y busqueda del color local, sadas por una visi¢ n-gestada desdk conviccién americanista ve en el Manuela no ‘uropeo +per- ios, exacerbacién » pero sus obras estén atrave- le las entrafias de-Amériga. Su pasado _glorioso del Imperio ctiollos del norte argentino las ética latinoamericana y de una poética afin. Estas notas le confieren, un lugar tinico en el pan- tedn de las escritoras argentinas del siglo XIX, Viajera infatigable de los territorios americanos, hizo de su escritura una superficie Peregrina va dejando sefales a t emplea como indicadoras de pos destaca en cursivas y con elas “b también para desplazarse. La escritora través de palabras Precisas que ibles recorridos de lectura. Las orda” el texto, crean una “costumbre de criollos ilusi trados”, costumbre que —segtin nuestra hipétesis— no sdlo responde a la decisién rom: Introducci6n ditigido hacia un trazado estratégico. Las palabras en cursiva son marcas de un recorrido ideolégico, ético, politico e inclusive es- sético, sefiales léxicas que se entrecruzan delineando el mapa de personal y comprometida. Ellas corren una escritura arraigada, do indigena incai- por andariveles temporales paralelos: el pasa co, el presente ctiollo, el fururo republicano; y se desplazan a lo ancho de varias geograffas desde América a Europa. Uno de los anclajes donde Juana Manuela amarra las mar- cas de su escritura, y tal vez el mds notable, es el territorio.an- dino, En esta regién es comin, atin hoy, toparse a la vera del camino con monticulos de piedra que los pobladores del nor- te argentino, Bolivia y Peri levantan como timulos sagrados. Se trata de las apachetas, objetos dindmicos que crecen con el aporte de cada roca que dejan los caminantes. La imagen es aril para representa la operator literaria que Juana Manuela crea al esparcir en la superficie textual vocablos de fuerte sabor nativo: Hallpa mama, guarmi (buarmi), llamas, coyuyo, apacheta, tambo, Pachacamac. De esta manera, el universo indigena ingresa a la esctitura como elemento vivo de una memoria legendaria. Al incluir estos signos, Juana Manuela, que escribe muy especial- mente en clave criolla, recodifica su escritura para dar paso a otras voces y a otros sujetos, “.Custodiadlo vosotras, Cora puna Sara sara’, clama un personaje hacia el final de la leyenda “El tesoro de los incas”. No se trata de cualquier exhortacién, sino de una que involucra la complejidad estructural del pensamiento andino. Coropuna y Sara Sara son parejas de cerros, mujer y var6n respectivamente, pero también son guardianes, doctores, dignatarios que prote- gen, ayudan, presiden, apafian. Las leyendas en torno a estas en- tidades sagradas proponen historias de amor y castigo, de peleas y reconciliaciones que bien pueden leerse en clave romantica, pero que admiten una lectura alternativa. Los relatos de Juana Manuela pueden ser leidos en diferentes cédigos culturales. La escritora procura encontrar nexos entre el presente y el pasado, entre lo indigena y lo criollo, con el afin de sentar las bases de -19- Florencia Angulo y Marfa Eduarda Mirande Sinpresaarriesgada en tanto estin conformados por sis- nciliar, aunque no sin tuna identidad nacional mixturada; el pasado y el presente americano temas diversos que la autora intenta col contradicciones. a En esta misma direccién se observan otras huellas léxicas diseminadas en los relatos de Suerios y realidades, Se trata de palabras que construyen el campo de la cosmovisién americana ctiolla, especialmente del norte argentino y de los espacios su- randinos. América se muestra diversa, ecléctica, compleja y des- centrada. De los cuentos, solo algunos transcurren en Buenos Aires, los demas suceden en las provincias nortefias, en montes y montafas, en las sinuosidades de la geografia altoperuana, en ciudades subterrdneas, en mares y en tambos (verdaderos espa- cios de confluencia interétnica); También los personajes-estan desplazados: son caudillos, bandoleros, negros, indios; mestizos, hombres y mujeres que viven en exilio y en éxodo permanente. Ellos se presentan como los verdaderos héroes y heroinas de la independencia nacional y representantes de la lucha fratricida. Juana Manuela los viste con el poncho, los alimenta con el mate, los hace vivir en puestos y jugar al sresillo, a los escondidos, al toro y ala rayuela, y los sitia en el espacio geogrifico americano po- blado de turcales, charatas, chiqueros, mistolares, pacué, ombiis. Es clara su intencién de posicionar a los actores del norte del pais como protagonistas de la historia, traerlos a la memoria y recor- darlos en una suerte de tensién con la voz oficial, metropolitan Y portuaria, que parece olvidarlos u obliterarlos-del-registro-de la historiografia patria. Un tiltimo trazado en la escritura remite a las seftales repu- blicanas. Los relatos proponen una poética de valores liberales que conjugan los principios-patridticos de_las-naciones suda- meticanas: libertad, justicia, moralidad, igualdad, misericordia, clemencia. Son palabras que cia hablan del ethos republicano que getminaré lentamente y que, sin embargo, Juana Manuela repi- teco i 5 eh i mo una invocacién profética dirigida hacia un Presente que x ae ; Porsu condicién indeterminada se parece al futuro. El vaticinio -20- Introduccién sélo seria posible en la realizacién del amor y su poder trans- formador, tal como sucede con los huesos transmutados en la quena, 0 la salvacién del alma negra de Roque, el mazorquero, 0 la transfiguracién heroica de Giiemes o del general Vidal en su intensfsimo amor a la patria. Por supuesto, existen otros tantos universos léxicos, en- tre los que se pueden contar aquellos que hacen referencia a la cultura europea, especialmente la italiana, francesa ¢ inglesa, y que seftalan esa distancia que los intelectuales del XIX adopran, que Jos aleja de lo espaiiol como gesto politico. En la obra de Juana Manuela hay, efectivamente, una acti- tud politica que la escritora asume desde diferentes lugares, pero roria desde que puede resumirse en su capacidad de contar la his __los bordes. Situada como mujer, provinciana, escritora, caudillo, guerrera, estratega de la palabra y de la vida, rectea la geografia y el paisaje de unaAmérica plural, poblada de criollos, negros € indios. Sobre ellos posa su mirada romantica, para dotarlos de vida en sus ficciones y mostrar sus deseos, emociones y actos con el afin de exaltarlos en aras del altruismo 0 hacerlos rodar por los barrancos de sus propias miserias.

También podría gustarte