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Primer grado

Autorizo a la fe en Cristo Jesús tome a mis hijos y los establezca según la voluntad de Dios, donde
prosperen y puedan alcanzar plenitud de vida.

Segundo Decreto

Desato a mis hijos de toda cadena ancestral, ya que reconozco el poder de la nueva vida que el Señor, el
Eterno, nos dio a través de Cristo Jesús y por eso sujeto la fuerza de las tinieblas para que se retiren de
cualquier área de la vida de mis hijos para que ellos reflejen los propósitos de Dios.

Tercer Decreto

Por la fe veo a mis hijos creciendo en la gracia de Dios, perdonándose y perdonando, reconociéndose tal
como ellos son y aceptando el amor de Dios en sus vidas.

Cuarto Decreto

Declaro la fe de que Dios envía una compañía de ángeles para mis descendientes, según está escrito en
Hebreos 1:14 que los ángeles son espíritus ministradores para aquellos que son herederos de la
salvación.

así firmemente sostengo que la vida de mis hijos sea asistida por Los Ángeles territoriales bajo la
cobertura de la sangre del cordero Cristo Jesús mi Señor.

Quinto Decreto

Declaro por la fe que el amparo que mis hijos necesiten sea revelado de forma constante y que den
pasos seguros en su vida de fe, que no titubeen en el llamado que Dios les ha hecho y que marquen la
vida de otros con el mensaje poderoso de la fe en nuestro Señor Jesús.

Sexto Decreto

Declaro que, si mis hijos han pecado contra Dios, alejándose del Camino de la Palabra, siendo
indiferentes con él y no teniendo conciliación con la palabra Escritural, en esta hora pido misericordia
para que ellos vuelvan a los caminos de Dios y con eso regresen a la Casa del Padre. Que se abran
caminos para que encuentren a mensajeros auténticos del Evangelio de Cristo Jesús y puedan recibir la
semilla de la Palabra de Dios y nazcan de nuevo de la luz del Evangelio. Gracias Señor por la respuesta
para mis hijos que regresan para cumplir tu plan.
Séptimo Decreto

Por la fe declaro que vengan sobre mis hijos señales de la Presencia del Reino de Dios, que sean
cautivados por la sabiduría de lo alto, que la paz del Señor sea sembrada en sus corazones y que siendo
creyentes puedan verse de modo que el Señor cumpla en ellos el deseo de su corazón, como llamados
escogidos y fieles en Cristo Jesús.

Octavo Decreto

Declaro por la fe en este tiempo que señales sigan a las decisiones de mis hijos, por elegir el camino de la
verdad, que puedan confirmarse en la verdad y que toda mentira del diablo y engaño del pecado sean
arruinada en sus vidas. Que su mente y corazón sean guardados por la verdad que propicia sean libres y
mantengan esa libertad por el resto de su vidas.

Noveno Decreto

Declaro que la luz que hay en el Cuerpo de Cristo impacte el corazón de mis hijos y que se propicie su
inserción en la gran familia de la fe; que donde la verdad del Señor sea predicada ahí estén mis hijos,
entre los verdaderos creyentes y hermanos en Cristo Jesús.

Por la fe pido que sean alejadas todas las personas que simulan ser cristianas y estropean el testimonio
de los niños espirituales en el Nombre de Jesús; declaro a mis hijos bajo la protección de la voluntad de
Dios y la confirmación del Cuerpo de Cristo.

Décimo Decreto

Por la fe que la fidelidad del Señor sea la corona de mis hijos que puedan testificar con poder de la
fidelidad del Padre y que esa fidelidad llene sus corazones para que aprendan a ser leales a lo que
escogieron ser y con quién decidieron estar y prosperar en el nombre de Jesús.

-Proclamó a mis hijos:

herederos de la salvación

simiente de paz

como linaje sacerdotal y siervos del corazón de Dios, que el poder y autoridad del nuevo pacto sea
cumplido en la vida de sus corazones:

que sean de provecho!


que Dios les use de manera hábil y sabía cómo lo sabe hacer.

que el Rebaño del Señor Jesús

sea confirmación y estímulo para ellos en este peregrinaje espiritual.

Qué sean prósperos y no deudores

que sean libres para aprender y para corregirse, para ser instruidos en la justicia de la palabra de Dios,
para tener apertura a la paz de nuestro Señor y que el género de mi familia sea guardado sin mancha
delante de nuestro Rey y Señor.

Alan Granados

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