Está en la página 1de 32
LAS REPRESENTACIONES DEL PODER EN LAS SOCIEDADES HISPANICAS Oscar Mazin Editor EL COLEGIO DE MEXICO 303.3072 Ran592 editor. la. Mésic, DP. El Colgia de México, Cento de Emadioe Hire, 2012 480 p.; 22cm. ISBN 978.607-462-3015 1. Pode: (Ciencias tciles) — Mesoardiea — Hisaia.2. Poder (Ciencias sociale) — Hirora 3, Pode (Ciencia soca) — Buopa — isola, 4 Poder (Ciencias soils) — Amica — Hsia — Colonia, 1540-18101 Matin, Oca, Las represenacones dl poder en asocindadashispinicas/ Orcas Mazin Primera edicisn, 2012 DR © Ei Coizcio pe Maco, AC Camino a Ajusco 20 Pedregal de Santa Tetest 10740 México, DE ‘yrww.colmexie ISBN 978-607-462-321-5 Impreso en México REY Y REO. LOS DOS ROSTROS DEL SOBERANO MESOAMERICANO- Dantiue Denouve, (CRS: Université Paris X, Nanterre En una obra que trata de las monarquias en las saciedades hispanicas, es preciso examinar las relaciones entre los dos tipos de monarquta que se encontraron en Nueva Espafia: la espaviola y las precolombinas. Como sabemos, los espafioles reconocieron en los soberanos y sefiores preco- lombinos a sefiores naturales con un estatus similar af de los hidalgos. Pero, ademas de este principio jerézquico, :qué comprendieton del fun- cionamicnro de las monacquias mesoamericanas? Tal vez nada, pues éstas representaban una “monarquia sagrada” fundamentalmente dis- cinta de las monarquias europeas, que eran de otros tipos: monarquias de derecho divino o monarquias absolutas. Los historiadores sefialan que los dltimos reyes sagrados de Occi- dente fueron los reyes getménicos, cuya iltima represeatante fuc la dinastia merovingia. De acuerdo con la definicién que detallaremos més adelante, estos soberanos, cuya fuerza residfa en su larga cabelle- 1a, garantizaban la prosperidad del reino con su sola existencia. A par tir del siglo vu, los merovingios, reyes sagrados también denominados soberanos divinizados o divinos por algunos especialistas, cedieron su lugar a reyes mediadores entre su pueblo y el poder de Dios! Esta transformacién se derivé de la mutacién de la Iglesia catélica. Al constituirse en un estrato separado del resto de la sociedad y que monopolizaba la relaci6n con lo divino, la Iglesia no pudo tolerar que la persona real siguiera teniendo atributos sagrados, Por ello impuso ta idea de que el rey debia su caricter sagrado a los rtos realizados por el cle- +o. Asi, los reyes visigodos fueron ungidos por la mano del clero. Luc- go fue el uurno de los reyes francos, que nunca antes habfan pasado * Guta, “Le dualice” ist) 52 DaMIELe nenouye Por ceremonias sagradas, Pipino en 751 y Carlomagno, coronado empe- rador por el Papa en 800. Los reyes de la Edad Media fueron, por lo tanto, reyes “de derecho divino” que recibfan la facultad de adminis- tar los asuntos terrestres de manos de la Iglesia, quien se reservaba e} trato con Dios, La monarquia absoluta francesa representa una transformacién pos- terior de la soberania. Con ia crisis provocada por la Reforma, el poder temporal se autonomiza, Luis XIV se arroga los poderes de Dios y su poder se vuelve, por primera ve2, arbitraria e ilimitado.” A diferencia de estas monarquias europeas, las monarquias sagra- das, presentes en un gran ntimero paises, desde la India antigue has- tala Oceania y el Africa modernas, responden a otra definici6n, Del trabajo de sus teéricos, James Frazer, Arthur Mautice Hocart y de la escuela africanista de lengua francesa, puede deducirse la siguiente pro- posicién: la monarquia sagrada depende de un personaje central con funciones a la vez politicas y situales; el sino de coda la sociedad escé ligado al soberano, quien asume dos papeles opuestes y complementa- ros: garante de la prosperidad colectiva y responsable de las desgracias publicas. A continuacién demostraré que las monarquias mesoameri- canas se basaban en esta forma de poder que depende de un soberano ambivalence. Los papeles contradictorios del futuro soberano mesoamne- ticano quedaban establecidos desde el ritual de entronizacién real, 1. LAS DOS FASES DE LA ENTRONIZACION REAL Contamos con descripciones de las ceremonias de entronizacién de los reyes y sefiores en varias ciudades: México ~Tenochkitlan, Tezcoco, Chalco, Quaubtitlén, Tlaxcala, Huexotzinco y Chelula-, as{ como de Jos pipilas del Salvador y Nicaragua, y de los quiches y cakchiqueles de Guatemala Con base en estos documentos, podemos hablar con certeza de un modelo mesoamericano de entronizacién real: Broce, Les rls shaumarurges » De Jouvenes, Du pouvoir, pp. 59-63, * Sobre los rtuales reals, véase el andlisis de Bros, "Relaciones politics” y de ‘Townssn, “Coronation”. Sobre el centro de México, véanse 4 Jor eronistas Mew Dieta, Hittoria ecleséstcas Dundw, Hiisoria de lar Indias; Awwanaoo ve Tezozo- Moc, Crénicas Pons, “Relaciin’s Hennena, Historia General, Huanena, Hicaria REY Y REO. LOS DOS ROSTAOS DEL SOBERANO MESOAMERICAND 5B Con su ayuno de cuatro dias y a perforacién del sépram, formaban una parce integrante de la cultura mesoamericana, yeran tipicas dela manera en que se combinaban en esta cultura principios de la oxganizacién poli tica con el culto para dar legitimacin al poder. Parece ademas que estos ritos tenfan una gran antigiedad y eran de origen tolteca, segiin indica la Historia tolica chichimeca y las fuentes sobre Guatemala* El andlisis muescra que este modelo comprendia dos fases. La pri- ‘mera era una compleja etapa de expiaciOn de una importancia funda- mental. 1. La expiacién Segiin el relato miico sobre el origen de los chichimecas, cuando los primeros hombres salieron de Chicomoztoc, sus sefiores ayunaron: Durance quatto dias los sefioresayunaron. Para ello, nuestro amo, seren- entre las ramas del mezquite blanco y la gente chichimece ayuaé hizo penitencia. Cuatro noches y cuatro dias pasaron allé haciendo peni- rencia dolorosamence> De acuerdo con este modelo fundador, la entronizacién empezaba con Ia penitencia, 4) Los ritwales penitenciales En este tema, se cuenta con descripciones sobre los reyes (tlahtoani en singular, tlahtobque en plural) y los sefiores (cecusléen singular, tetecu- tinen plural). Las descripciones no coinciden exactamente, pero bastan pata esbozar a grandes rasgos el desarrollo ritual siguiente Toleca: Meson Cassnnco, Historia de Tlaxcele; Moronsis, Memriale segonds parc, cap. 11 pp. 286-293; Tonqusmaba, Monarquta yl reacin anénima sobre “La orden quc ls Yncios tenia en su tizmapo por hacerse Teute publica por Canrasco, “Documentos, Sobre los cakchiqueles, veanse Reciwor y Gost, The Annals 9 * Broos. “Relaciones politica’ p. 230-231 © Hisnnena, itor Tl, 98 DANIELE DEHOUVE + El cambio de vestimenta: el nuevo soberano, desmudo, era lleva- do al templo, donde se le pintaba el cuerpo de negro y se le ves- ta con ropas que variaban segiin el lugar, + El encendido del fuego: esto marcaba al inicio del periodo de penitencia + EI hostigamiento inicial: las descripciones sobre los sefiores @ menudo encierran detalles significatives que no aparecen en las que hablan de los reyes. Asi, puede leerse que la penitencia de} nuevo sefior comenzaba con un eurioso ritual Lego vituperaban e increpaban al que se ensayaba para ser nuevo caba- Hero, © no solo le injutiaban de palabra, mas repeléndole e empujéndo- le pata le probar de paciencia |. y también le tiraban por las mantas y se las quiteban, hesta dejarlo con solo el maxtlatl, que es una roca larga ‘con que cubren sus vergiienzas [..] y ansi el nuevo caballero desnudo se iba a una de las salas y aposento de los que servian al demonio {..] para comenzar alli su penitence, la cual duraba alo menos un aio |.) y asi hurmillado se asentaba en ta tierra hasta la noche? + La teclusi6n: el faruro sefior mexicano era capturado sin mira- mientos y conducido a la cobacha donde haria penitencia, ence- rrado como si estuviera en prisin, + El ayuno: durame cuatro dias, ol futuro soberano sélo comiz tuna vez al dia un alimento de penitencia cuyo contenido varie- ba segin cl lugar, + La abstinencia sexual: “No habia de legar a mujer’ “Si era casado, se abstenia de los actos matrimoniales todo el iempo de su apna”? + La vigila: “No le dejaben dermir, pero permisianle dormitar algin tanto, estdndose sentado”™ + Elhostigamienco permanente: los dignatatios militares (yaosegui~ ‘bua) hostigaban al futuro seberane durante cuatro dias; le impe- dian dormir escarificindole los brazos y picrnas: Morounia, Memoriale, segunda parte, cap. 11, p. 287. # Postar, "Relacin’,p. 78. 9 Tonquswann, Monarputa, ib, cp. 28, p. 363. "© Tonqueniana, Monargude lib xt ep. 28, p. 363, REY REO, LOS DCS ROSTROS DEL SOBERANO MESOAMERICANG 55 ‘Todo el otzo tiempo tenia delance de si un despertador, y cenia en las ‘manos unas puas de metl, que son como punzoncs, y en viendo que se iba a dormis, punzabanle ye por las piemnas, ya por los brazos, hasta le sacar sangre, y decianle: despierta, que hes de velar y tener cuidado de ‘us vasallos: no tomas cargo para dotmir sino para velas, y que huya el suefio de tus ojas, y mites por cus criados. + El autosacrificio: el futuro soberano se escarificaba la lengua, los ofdos, los brazos o las piernas. + El bafio: se bafaba en uns alberca. Pasados cuatro dias, el futuro sefior se dirigia a un templo donde continuaba su penitencia durante un afo, periodo cn el que su fami- Jia debia ceunir los bienes que serfan oftecidos durante la ceremonia de confirmacién. La penitencia del sey se desarzollaba del mismo modo, pero s6lo durante cuatro dias, Después, los sacerdotes le perforaban af tabique nasal con una gatra de dguila y un hueso de jaguar, y te insereaban pie- dras preciosas en las perforaciones. Tanto el rey como el sefior concluian su perioda de reclusién con un bao en la mafana de la fiesta de investidura llamada motlatocapa- ca (“lavarse como un rey”, o mas bien “lavarse para hacerse rey"), Una vex bafiado, putificado y vestido con ropas preciosas, el gobernante se preparaba para la segunda parte de la ceremonia. 4) La interpretacién de la expiacion Nos aclaran estas descripciones el significado de la penitencia? Del tra- Tamiento suftido por el futuro soberano, puede inferizse que éste asu- nia el papel de victima: durante el “hostigamiento inical”, se simula su capcura antes de mortificatlo. Y, como los sacerdotes y dignacarios le repiten en varias ocasiones, él no esté alli para gozar de la vida, sino para suftir. Por otra parte, l gobernante también es portador de impureza. Sin duda, la penitencia tenia como fin purificar al ayunador: los rieuales conclufan cop un batio cuyo fin era llevarse todas las inmundicias. La \) Morounta, Memoriales, segunds parte cap. 11, p. 268. 56 Dawitue peHouve: lustraci6n cortia a cargo de Chalehiuhtlicue, “la de la falda de piedras preciosas’” divinidad de las aguas cortientes, gran putificadora Pero esto no era todo. El autosacrificio merece un andlisis en pro- fandiciad que, hasta donde sé, no se ha realizado. Algunos textos per- siten ver en el autosactificio un “sacrificio expiatario”, de acuerdo con Ja definicién de Hubert y Mauss: “hacer que la impureza teligiosa del sacrificador pase |...) ala victima y eliminarla con és’ El ejemplo canénico es el “chivo expiatorio” o el “chive de Azazel”, que es enviado al desierto tras haber recibido los pecados de Israel mediante la imposi- cién de manos. Este tipo de saczificio en el cual la caracteristica trans- icida mediante el sacificio va del sacrificador a la victima (acrificio expiatoric), se distingue de aquél en que la caracteristica transita de Ja victima hacia el sacrificador (cacrificio de sacralizacién)." Para que haya un sacrificio expiatorio, hace falta un recipiente que se impreg- ne de la impuseza del sacrificador antes de ser eliminado. Los autosa- crificios precolombinos se prestan a este tipo de lectura, La efusién de sangre del aurosacrificio puede vesse como la transferencia de la impu- reza contenida en el cucrpo del penitente. Los objetos donde se vierte la sangre representan los recipientes, que pueden ser de narutaleza varia~ da, Estos comprendian los instrumentos de mutilacién: las espinas de maguey y hojas de silex con que se practicaba la incisin, las cucrdas y barras que se introducian en la piel, la bola de heno 0 sacazapasolli donde se enterraban las puncas, el papel en que cafa la efusidn de san- gre. Estos objeros se presencaban primero frente al idolo, Ast, el futuro sei “sacrificavase de las orejas entrambas, i emsangrentava quatro spi- nas de maguey i hincavalas alli delanse”® Quizds el significado del aurosacrificio real pueda aclararse remi tiéndose a los autosacrificios ejecutados por otros personajes. Algunas personas, en particular hombres, se entregaban a la penitencia durante cuatro afios consecutivos. En este periodo, juntaban las cuerdas ensen- grentadas en una enorme pila: "La falda es a metdfora del agua y las piedraspreciosss, de la purea, La chal- chihuidl, pledea preciosa de color verde, representa al infante que, al naces, es tal © Husext y Mauss, “Resi, pp. 261-262. ™ Hosea y Mauss, “Este” pp. 261-262. Cannasco, “Documentor’ p. 136. REY Y REO, LOS DOS ROSTAOS DEL SOBERANO MUESOANERICANO 57 Que hecho un agujeto en lo alto de las orejas, sacaban por zlli sesen~ ‘a-cafias, unas gruesas y otras delgadas como los dedos, y unas como el brazo, y otras de braza, y otras como varas de tirar, y todas ensangren- tadas ponianlas en un roneén ante los idols, las cuales quernaban acz- badas fos cuatro aii * Este texto es interesante porque demuestra que los recipientes, hue- g0 de ser presentados al idolo, se quemaban, es decir se eliminaban de acuerdo con la definicién del sacrificio expiatorio. La mayoria de los documentos no contiene esta precisién. Se sabe que, durante los sacri- ficios dedicados a Chalchihuitlicue, fa fuente purificadora, Ia sangre se vertia directamente en el agua,” y que el futuro rey enterraba, al pie de fos escalones del templo, papel y copal en los cuales dejaba fluc su san- gre.” En cambio, se ignora lo que ocurria con los papeles ensangrenca- dos abandonados frente a las divinidades de las montarias Las descripciones que hacen los cronistas de los autosactificios con- tienen lagunas, por lo que seria indispensable completar su escudio con el de documentos pictogréficos. Dado nuestro desconocimiento de las pricticas precolombinas, es vitil referimnos al autosacrificio descrito en 1652, en Oaxaca, por Burgoa, quien asimila los recipienres de sangre a la representacién de la falta por expiar. Esto ratificaria nuestea hipéte- sis sobre el carcter enpiatorio de fos autosacrificios. Y, llegando al sacrificadero, hallaron sobre el nefando altar de que les servia el risco, todas las victimas de la ofrenda, muchas plumas de varios colores salpicadas de sangre, que st habfan sacado debajo de la lengua, y desrés de les orejas, como se averigué y muchos braceros y sahure- rios {...]y en medio una abominable figura de piedra, que era ef dios « quien habian hecho el sacrificio de la expiacién de sus culpas confesin- dose birbaramtente con el sacrilego sacerdote y echando cada uno sus calpas en esta forma: tejieron de yerbas dsperas que buscan 2 propésito, uno como fuente o plato muy grande, y postrados los penicentes le dicen al sacerdote que vienen a pedir a Dios misericardia y perdén de los peca dos que han cometido aquel afio, y que todos los tienen muy ajustades, Morounnia, Memoriales primers pa © Careasco, “Documentos p. 137, % Morouni, Memoriles.segunds parte, cap. 11. p. 340, ce cap. 25. 9-71 58 DANIELE DENOUE y-sacan de unos trapos © patios, unos hilos doblados del toromostle del ‘afz, pequefios de su Jargor de das en dos aftudados en medio con una Jazada en que representan su culpa, y pénenlos sobre aquel plato o pate- na de yerbas, y encima le pican las venas y viewen la sangre, y el sacer ote Lega aquella oblacién al idolo, y le pide con grande razonamiento perdone a aquellos sus hijos.” Puede conjeturarse que la sangre del sacificador, que representa el ral que debe desaparecer, se verti en vegetales que luego eran expul- sados del grupo. L2 efusién de sangre humana representaba a la vi 1a y los liquidos corporales del penitente deseropefiaban el papel de animal expiatorio: se cargaban de imputezas y sc climinaban, Cabe destacar que el aurosacrificio también representaba el equivalen- tesimbélico de una pena judicial. En efecto, las escarificaciones también se utilizaban para castigar a los prisioneros: “Quien hacia culpa venial, ‘Luego le punzaban las orejas y lados con puntas de maguey 0 punzin’? ‘Ademés, la diosa Tlazoltéotl, también denominada Tlaelcvani, “comedora de inmundicias’, perdonaba las malas conductas durante un ritual que los cronistas asimilaron a una “confesién”. El culpable enunciaba sus delitos frente a un sacerdote que le decia: Lugo de mafiana, 0 en amaneciendo, pata que hagas la penitencia con- venible por tus pecados, pasarés lz lengua por el medio de parte parte con algunas mimbres que se llaman teocaludeatl 0 dca, y si més qui- sieres, pasaclas has por las ores, lo uno de dos’ "y lz razén por que se confesaban era por librarse de la pena temporal que estaba sefialada a los que cafan en tales pecados, por librarse de no recibir pena de muer te, 0 machucdndoles Ia cabeza o haciéndoselas torcilla entre dos gran- des piedras.? ‘Ast pues, el aurosacrificio se vefa como susticuto de la pena de mues- te para castigar las faltas cometidas. Algunos cronistas incluso estable- con une relacién clara entre la uansgresiOn y el drgano mutilado: © Boncon, Geografits 1 eap. Lx, pp. 230-231. ® SquacOn, Histaria General, ib. e3p. 8, 9.213 % Ssssacin, Historia Genera Ib cap. 12,18, p37. © Sana, Historia General, ib, eap, 12,24 [EY YREO, LOS DOS ROSTAOS DEL SOBERAMOMESCAMERICAN 59 Sacdbanse sangre de la lengua si habfan ofendido con ella hablando, y de los parpados de los ojos por heber mirado, y de los brazos por haber pecado de flojedad, de las pieenas, de fos mustos, de las orejas y nari- ces, segiin las culpas en que habian errado y eaido, disculpéndose con el demonio’.® “Costaban y hendian el miembro de a generacién entte cus- roy carne, yhactan can grande abercura, que por allfpasaba una soga tan grucsa como el brazo, ¥ de largo segiin la devecién del penitente, unas de dies bras, ors de quince, y otras de vere, & si zlguno desmaya ba de aque! cruel desarino, decian que aquel poco dnimo era por haber pecado y allegado a mujer; ca estos que hacian este desatinado sacrificio ‘eran mancebos por casar.™ Como puede verse, las mismas mostificaciones que se practicaban cn los rituales servian de castigo judicial. Sin embargo, se denominaban con séeminos distintos. Las maceraciones situales se designaban con el verbo mahcebua, “merecer, conseguir que le den algo a uno”, como si Jas prdcticas penitenciales implicaran ipso facto el cumplimiento de un deseo, Estas se distinguian del castigo: "Y esto bards [..J no por via de mevecimiento, sino en penitencia del mal gue hiciste" le decia el sacer- dove a los penitentes de Tlazoltéotl, fo cual muestra que el autosa cio podia tener estas dos funciones. No obstante, esta distincién oftece por si misma una prueba del parentesco entre Ja penitencia y la pena, ademds de reforzar la impresién de que el gobernante, quien sufria los golpes de sus stibditos, las escarficaciones practicadas por el “desper- tador” y se entregaba a maceraciones voluntarias, era considerado sien bélicamente culpable de codo tipo de crimenes ‘A partir de lo anterior, es posible hacer la siguiente lectura de ls primera fase de la enteonizacibn real. El personaje elegido para conver- Uirse en monarca comienza recibiendo el trato de culpable: es golpeado, encerrado, escatificado, se le colma de maleratos antes de imponerse a si mismo un castigo sangriento mediante el autosacrificio. Una vez ter minada esta fase, prolongada por la etapa sacrificial, el rey podré apa- recer en coda su majestad, como el Sol. Resulta interesante comparat af ritual de entronizacién con el mito de creacién def Sol, uno de los ® Mukiox Camanco, Historia de Flexo, § 199, pp. 155-156, % Morounia, Memorials, primers parte, ap. 25,9. 65. ® Saaacn, Historia General, lb. cap. 12,6 18, p. 37 60 awit DEHOUVE mis conocidos y populares del México antiguo, e incluso del México moderno, El mito ‘Cuando los dioses se reunieron para presenciar el sacrficio de dos de ellos, que debfan transformarse en soly luna, éstos hicieron penitencia: cran Tecuciznécat! y Nanahuatzin, El primero, cuyas mortificaciones dcjaron que descar, se ransformé en la Luna, y el segundo, que cum- plié su expiacién con creces, se convirtié en el Sol. Entonces Tecuciatecatly él [Nanahnavzin] comenzaron a hacer peniten- cia, ayunaron durante cuatro dies. Y entonces, al mismo tiempo, se pre- até el Fuego: (Nanabuatzin] se puso a arder en lz hogueras ala hoguera le dieron el nombre de teotexcalli {*roca divina”] ‘¥ Tecucizzecatl no tenia para su penitencia sino cosas preciosas: sus amas de pino eran plumas de quetzal, sus bolas de paja, oro, sus espi- nas, jade; para cubritlas de sangre, para ensangrentarlas, venia coral; y su copal era verdadero copel. Pero las ramas de pino de Nanshuatzin eran juncos aeusticos verdes, verdor de junco atados en gavillas de tres en tres, snueve en total; y sus bolas de paja eran agujas de pino secas, sus espinas simples espinas de maguey, y la sustancia con que las ensangrentaba era su prop sangre y su copal eran las piistalas que lo atormentaban (...] Y¥ quando su penitencia de cuatro dias concluyd, entonces fueron a tirar, a deshacerse de sus ramas de pino y de todo lo que les habia servi- do en su peniencie. Este texto relata un sactficio primordial cuyas fases son las del ritual de entronizacién azteca: el penitente enciende un fuego, hace peniten- ia durante cuatro noches y practica el autosacrifiio. El mito también establece una diferencia entre Tecuciztecatl y Nanahuatein, El primero no escarifica su propio cuerpo, sino que utiliza objetos preciosos como sustitutos: oro, jade, coral, resina de capal. En cambio, el segundo hace El coraxén que ofrecian no era sealmente el suyo, sino el de un prisionero, Sin embargo, la muerte de la victima sustirura camplia su funcién plenamente. Una vez termi- nnadas las ceremonias, el rey quedaba transfigurado. 1. LOS DOS ROSTROS DEL GOSERNANTE De acuerdo con nuestro razonamiento, el modelo de entronizacién en dos exapas ~penitencia y sacrificio~ describe la figura de un rey vic- tima, impuro, castigado, aurosacrificado y, por tiltimo, sactificado @ través de wna vietima sustieuca. Pero después de la ceremonia final de entronizaci6n, el rey adoprabe un rostro completamente diferente, simi- lar al def dios Sol L Elrey Sol LLuego de su inmolacién, Nanahuarzin abandoné su personalidad de ser purulento para adoprar la majestad del astco divrno. Y cuando et sol sali, cuando se presents, apareci6, todo rojo y como oscilando, insostenible a la viste, cegador; brillanéo muy fuerte, ira dando, sus rayos alcanzaton todos los lugares, su brllo penetré en todos los lugares." » Munoz Camanco, Historia de Tlaxcala § 199, pp. 155-156. % Cédice Florentino, lib. vit, cap. 2, tomado de la traduccién al francés del ‘dhuatl de Michel Launey, en Launey, Mntraducton, (2, pp. (86-187. 66 Latuzonoove Lo mismo ocurria con el monarca: “De. alls adelante el senor se podia ataviar y usar de joyas de oro y de mantas ricas cuando queria especial en das fiestas en las guernas”?* Alsoberano se le comparaba con el Sol ya su reinado con la ruta del astro diueno, que salia duramte su entronizacién y se ponia 2 su muerte ‘Asi come el Sol domnina la naturaleza, el vey presidia el funcionamiento dela sociedad, ocupdindose de ues cosas “la primera, en los negocios de la guerra; la segunda, en el culto divino;y la tercera, en los fratas dela terra (para que siempre hubiese mucha bartura’® En otras palabras, la guerra Te proveia a la ciudad victimas para sacrificar durante las ceremonias y estas dos actividades a cargo del rey, la guerra y los sactificios, garanti- zaban la prosperidad. La funcién de dirigente de las actividades rituales estd claramente indicada en el discurso del sacerdote al nuevo soberano: Mirad que tengtis mucho cuidado; habéis de velar mucho en hacer ander al sol ¢ a la tierra, que quiere decir en buen sentido: mirad, sefior, que hhablis de trabajar cémo no fate sacrificio de sangre y comida al dio so, porque tenga por bien de hacer bien su curso e alumbrarnos, e ala diosa tiesra también, porque nos dé mantenimientos.” El buen funcionamiento césmico no sélo dependia de los ritos, sino también de la justicia ejercida en la Tierra: “E mirad gue veleis mucho en castigar y matar a los malos ansi setores como regidores, a los detobi- dienses e todos los delincwentes’# agregaba el sacercote que st ditigia al rey, Este era comparado con una fiera (teewani) que atraparia a los cul- pables para devorarlos Al ocupar en el orden humano el lugar que el Sol ocupa en el us verso, el sefior mesoamericano era el garante de le prosperidad colec- tiva, la cual debia vigilar llamando a la guerra, practicando sacrificios humanos y haciendo justicia. Como un predador, ordenaba le muerte por veredicto penal, desencadenando las hostilidades e in molando a los, prisioneros, Visto desde esta perspectiva, el rey ya no era el criminal de 1h primera fase de la entronizacin, sino el justiciero, ya no cra la victi- % Menpiere, Hiseri eclesidtica, pp. 133 y 134 % Pawar, “Relacin’,p. 80. & Morounia, Memoriales segunda parte, cap. 10 y 11, p. 283, % Motounta, Memorials segunda parte, cap. 1D y 11, p28. [REY ¥ REO. LOS DOS ROSTROS DEL SOBERANO MESCAMERICANO G7 ima, sino el verdugo. De penitente, se transformaba en agente de casti- go y muerte. 2. El chivo expiatorio Sin embargo, la victima y el penitente no habian desaparecide por completo con su llegada al trono. El vey en majestad poseia otzo ros- tro que podria caracterizarse como el del “chive expiacorio”. Este tér- mio se utiliza en dos sentidos, uno literal y el otro derivado. En el primer caso, designa el chivo de Azazel, victima cargada con los peca- dos de Israel ances de ser sactificada en el desierto, forma candnica del sactficio expiatorio. En el segundo, se refiere a una “persona a quien se achacan todas las culpas pata eximic a otras” (Dizcionario de la lengua

También podría gustarte