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¡ D O C U M E N T O S DEL VANGUARDISMO INTERNACIONAL

e una poderosa realidad. Las obras de los artistas órficos deben


presentar simultáneamente un atractivo estético puro, una construcción
que capte los sentidos y una significación sublime, es decir, el tema. Es
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ejemplo, como en el de la imaginación: estas son las características prin­


cipales de este nuevo espíritu.
Esta tendencia, por otro lado, ha contado siempre con unos repre­
arte puro. La luz de las obras de Picasso contiene este arte, que inven­ sentantes audaces que ignoraban serlo; hace ya mucho tiempo que se
ta por su lado Robert Delaunay, y en el que se afanan también Fernand viene formando, que está en marcha. No obstante, es la primera vez que
Léger, Francis Picabia y Marcel Duchamp. se muestra consciente de sí misma. Y es que, hasta el momento, el ámbi­
El cubismo instintivo, arte de pintar composiciones nuevas toma­ to literario estaba circunscrito a estrechos límites. Se escribía en prosa
das no de la realidad visual sino de esa otra que el instinto y la intuición o en verso. Por lo que hace a la prosa, la forma la fijaban unas reglas
le sugieren al artista, tiende desde hace tiempo al orfismo. A los artis­ gramaticales. En cuanto a la poesía, la única leyera la versificación
tas instintivos les falta lucidez y un credo artístico; el cubismo instinti­ rimada, que sufría ataques periódicos aunque nada la resquebrajaba. El
vo abarca un gran número de artistas. Este movimiento, surgido del verso libre dio un libre impulso al lirismo, pero no era sino una etapa
impresionismo francés, se expande ahora por Europa. de las exploraciones que podían realizarse en el terreno de la forma.
Las indagaciones en la forma han adquirido desde entonces una
[oo.] gran importancia. Y es legítima. ¿Cómo podría no interesar a un poeta
esta búsqueda cuando ella puede determinar nuevos hallazgos en el pen­
El arte de hoy reviste sus creaciones de una apariencia grandiosa, samiento y en el lirismo?
monumental, que en este sentido excede de todo lo que había sido con­ La asonancia, la aliteración, tanto como la rima, son convenciones
cebido por los artistas de nuestra época. Ardiente en la búsqueda de la que tienen, cada una, sus méritos.
belleza, es noble, vigoroso y la realidad que nos proporciona es mara­ Los artificios tipográficos llevados muy lejos con una gran auda­
villosamente clara. cia tienen la ventaja de engendrar un lirismo visual que era práctica­
Amo el arte de hoy porque amo ante todo la luz, y todos los hom­ mente desconocido antes de nuestra época. Estos artificios pueden ir aún
bres aman ante todo la luz: ellos inventaron el fuego. mucho más lejos y consumar la síntesis de las artes, de la música, la pin­
tura y la literatura.
No se trata sino de una investigación para desembocar en nuevas
El espiritu nuevo y los poetas (1918) expresiones perfectamente legítimas.
¿Quién osaría decir que los ejercicios de retórica, las variaciones
El espíritu nuevo que dominará el mundo entero en ningún sitio ha sobre el tema de le meurs de soif auprés de lafontaine no han tenido
aflorado en la poesía como en Francia. La fuerte disciplina intelectual una influencia decisiva en el genio de Villon? ¿Quién se atrevería a decir
que los franceses se han impuesto desde siempre les permite tener una que las búsquedas formales de los réthoriqueurs y de la escuela de [Clé­
concepción de la vida, de las Artes y las Letras que, no siendo la sim­ ment] Marot no sirvieron para depurar el gusto francés hasta la hermo­
ple constatación de la Antigüedad, tampoco es una vertiente de la bella sa floración del siglo XVII?
ornamentación romántica. Habría sido extraño que en una época en la que el arte popular por
El nuevo espíritu que se anuncia pretende sobre todo heredar de los excelencia, el cine, es un libro de imágenes, los poetas no hubiesen tra­
clásicos un discemirniento sólido, un espíritu crítico seguro, visiones glo­ tado de componer imágenes para los espíritus meditativos y más refi­
bales del universo y del alma humana, y el sentido del deber que desnu­ nados que no se conforman con la imaginación grosera de los fabrican­
da los sentimientos y limita o, mejor, contiene sus manifestaciones. tes de films. Éstos se refinarán, y puede anticiparse el día en que,
También pretende heredar de los románticos una curiosidad que lo convertidos el fonógrafo y el cine en las únicas formas de impresión en
empuje a explorar todos los ámbitos aptos para producir una materia uso, los poetas poseerán una libertad desconocida hasta el presente.
literaria que permita exaltar la vida bajo cualquiera de las formas que Que nadie se sorprenda si, con los únicos medios disponibles ahora,
adopte. Explorar la verdad, perseguirla, tanto en el campo étnico, por se esfuerzan en prepararse para ese arte nuevo (más vasto que el arte sim­
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pIe de las palabras) cuando directores de orquesta de amplitud inaudita menos exigentes que las antiguas. Por eso creo que, pase lo que pase,
tendrán a su disposición el mundo entero, sus rumores y sus apariencias, el arte tendrá, cada vez más, una patria. Por otro lado, los poetas son
el pensamiento y el lenguaje humanos, el canto, la danza, todas las artes siempre la expresión de un medio, de una nación, y los artistas, como
y todos los artificios, más espejismos de los que podía hacer surgir Mor­ los poetas, como los filósofos, forman un fondo social que sin duda per­
gana en el Monte Gibel para componer el libro visto y oído del futuro. tenece a la humanidad, pero en tanto que expresión de una raza, de un
Pero en general no encontraréis en Francia aquellas «palabras en medio determinado.
libertad» hasta donde han alcanzado las sobrepujas futuristas, italiana El arte no dejará de ser nacional hasta el día que en que todo el uni­
y rusa, hijas desmesuradas del nuevo espíritu, puesto que a Francia le verso, viviendo en un mismo clima, en viviendas construidas según un
repugna el desorden. Con facilidad volvemos a replantear los principios, mismo modelo, hablará una misma lengua y con un mismo acento, es
pero nos causa horror el caos. decir nunca. De las diferencias étnicas y nacionales nace la variedad de
Así pues, podemos esperar, en lo que constituye la materia y los las expresiones literarias y es esta misma variedad lo que hay que pre­
medios del arte, una libertad de una opulencia inimaginable. Los poe­ servar.
tas aprenden hoy esta libertad enciclopédica. En el campo de la inspi­ Una expresión lírica cosmopolita no produciría más que obras
ración, su libertad no puede ser menor que la de un diario cotidiano que vagas sin acento ni armazón que tendrían el mismo valor que los luga­
trata en una misma hoja los asuntos más diversos y recorre los países res comunes de la retórica parlamentaria internacional. Y fijaos en que
más alejados. Nos preguntamos por qué el poeta no habría de tener una el cine, el arte cosmopolita por excelencia, presenta ya diferencias étni­
libertad cuando menos igual y habría de estar obligado, en una época cas inmediatamente desemejantes para todo el mundo, y los asiduos de
de teléfono, de telegrafía sin hilos y de aviación, a una circunspección la pantalla ven inmediatamente la diferencia entre un film americano y
mayor en relación con los espacios. un film italiano. Asimismo, el nuevo espíritu, que tiene la ambición de
La rapidez y la simplicidad con que los espíritus se han acostum­ marcar el espíritu universal y no tiene la intención de limitar su activi­
brado a designar con una sola palabra entidades tan complejas como la dad a esto o aquello, no es menos -y pretende respetarlo- una expre­
muchedumbre, una nación o el universo no tenían correspondencia sión particular y lírica de la nación francesa, de la misma manera que
moderna en la poesía. Los poetas colman esta laguna y sus poemas sin­ el espíritu clásico es, por excelencia, una expresión sublime de la misma
téticos crean nuevas entidades de un valor plástico tan compuesto como nación.
los términos colectivos.
No hay que olvidar que para una nación es tal vez más peligroso
El hombre se ha familiarizado con estos seres formidables que son dejarse conquistar intelectualmente que por las armas. Por esta razón el
las máquinas, ha explorado el ámbito de lo infinitamente pequeño y nue­ nuevo espíritu se declara fiel, ante todo, al orden y al deber que son las
vos ámbitos se abren a la actividad de su imaginación: el de los infini­ grandes cualidades clásicas por las que se manifiesta con la mayor ele­
tamente grande y el de la profecía. vación el espíritu francés, añadiéndoles la libertad. Esta libertad y este
No creáis, sin embargo, que este nuevo espíritu sea complicado, orden que se confunden en el nuevo espíritu son su característica y su
lánguido, artificial y helado. Siguiendo el orden de la naturaleza, el poeta fuerza.
se ha desembarazado de toda intención ampulosa. Ya no queda wagne­ Sin embargo, esta síntesis de las artes, que se ha consumado en
rismo en nosotros y los autores jóvenes han rechazado los trastos encan­ nuestro tiempo, no debe degenerar en confusión. Sería si no peligroso
tados del romanticismo colosal de la Alemania de Wagner del mismo al menos absurdo, por ejemplo, reducir la poesía a una especie de armo­
modo que los oropeles rústicos que nos había procurado Jean-Jacques nía imitativa que no tendría por excusa ni siquiera la exactitud.
Rousseau.
Podemos imaginar muy bien que la armonía imitativa juegue un
No creo que los acontecimientos sociales vayan nunca tan lejos papel, pero sólo podría ser la base de arte en el que interviniesen las
que no pueda hablarse de literatura nacional. Al contrario, por lejos que máquinas; por ejemplo, un poema o una sinfonía compuestos con el
se vaya en el camino de las libertades, éstas no harán sino reforzar la fonógrafo podrían muy bien consistir en ruidos artísticamente escogi­
parte más grande de las antiguas disciplinas, y surgirán otras nuevas no "
dos y líricamente combinados o yuxtapuestos, en tanto que, por lo que
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a mí respecta, me cuesta concebir que un poema se reduzca simple. nar ni desalentar puesto que las consecuencias, los resultados, pueden
mente a la imitación de un ruido al que no puede ir asociado ningdn ser cosas grandes, muy grandes.
sentido lírico, trágico o patético. Y si algunos poetas se entregan a este Más adelante, los que estudiarán la historia literaria de nuestro
juego, no hay que ver en ello sino un ejercicio, una suerte de croquis tiempo se sorprenderán de que, al igual que los alquimistas, unos soña­
de las notas que insertarán en la obra. El «brequequé coax» de Las
dores, unos poetas hayan podido, sin siquiera el pretexto de una piedra
ranas de Aristófanes no es nada si lo separamos de una obra en la que
filosofal, enfrascarse en unas búsquedas, en unas anotaciones que los
adquiere todo el sentido cómico y satírico. Las i i i i, prolongadas
exponían a la burla de sus contemporáneos, de los periodistas y de
durante toda una línea, del pájaro de Francis Jarnmes son una armonía
los esnobs.
imitativa pedestre si las separamos del poema del que precisan toda la
fantasía. Pero sus búsquedas serán útiles; constituirán las bases de un nuevo
Cuando un poeta moderno anota en diversas voces el bramido de
realismo que quizá no será inferior a aquel tan poético y tan sabio de la
Grecia antigua.
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un avión, hay que advertir en ello antes que nada el deseo del poeta de I
Hemos visto también, desde Alfred Jarry, cómo la risa se elevaba
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habituar su espíritu a la realidad. La pasión por la verdad lo empuje a I ' 1

tomar notas casi científicas que, si quiere presentarlas como poemas, de las bajas regiones donde se retorcía y cómo proporcionaba al poeta
tienen el defecto de ser, por así decir, ilusiones acústicas a las que la un lirismo del todo nuevo. ¿Dónde está el tiempo en que el pañuelo de 1 1
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realidad siempre será superior. Desdémona parecía de un ridículo inadmisible? Hoy incluso se persi­
Al contrario, si ese poeta por ejemplo quiere amplificar el arte de gue lo ridículo y se busca apoderarse de él y tiene un lugar en la poesía, \1

la danza e intentar una coreografía en la que los bailarines no se limi­ porque es parte de la vida con el mismo derecho que el heroísmo y todo
ten a los entrechats, sino que profieran también gritos correspondientes cuanto nutría antes el entusiasmo de los poetas.
a la armonía de una imitativa novedad, esta es una búsqueda que no Los románticos trataron de dar a las cosas de aspecto grosero un
tiene nada de absurdo, con raíces populares en todos los pueblos en los sentido horrible o trágico. Mejor dicho, trabajaron sólo a favor de lo I
que las danzas de guerra, por ejemplo, van casi siempre adornadas con horrible. Quisieron aclimatar el horror más que la melancolía. El espí­
gritos salvajes. ritu nuevo no procura transformar lo ridículo: le reserva un papel que I11

Volviendo al anhelo de verdad, de verosimilitud que domina todas no deja de ser gustoso. Igualmente, no quiere otorgar a lo horrible el
las búsquedas, todas las tentativas, todas las probaturas del espíritu sentido de la noble. Mantiene horrible lo que es horrible y no rebaja lo
nuevo, hemos de añadir que no hay que extrañarse si un cierto número que es noble. No es un arte decorativo, ni tampoco un arte impresio­
e incluso muchas de ellas resultan momentáneamente estériles y hasta nista. Es un estudio de la naturaleza exterior e interior, es todo fervor
naufragan en el ridículo. El nuevo espíritu está lleno de peligros, plaga­
do de trampas. Todo esto deriva del espíritu de hoy y condenar en blo­
que estas tentativas, estos ensayos, sería caer en un error como el que,
con razón o sin ella, se atribuye al señor Thiers, quien habría declarado
por la verdad.
Aunque sea cierto que no hay nada nuevo bajo el sol, ello no auto­
riza a dejar de profundizar en todo lo que no es nuevo bajo el sol. El
discernimiento es su guía y esta guía lo conduce hasta rincones, si no
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que los ferrocarriles no eran más que un juego científico y que el mundo nuevos, al menos desconocidos.
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no podría producir hierro para construir las vías de París a Marsella. Pero ¿no hay nada nuevo bajo el sol? Habría que verlo.
El espíritu nuevo, pues, admite incluso las experiencias literarias j Vaya! Me han radiografiado la cabeza. He visto, yo, vivo, mi crá­
aventuradas, y estas experiencias son a veces poco líricas. Por eso el neo, ¿y no es esto una novedad? ¡Que se lo cuenten a otro!
lirismo no es sino un ámbito del nuevo espíritu en la poesía actual que Salomón hablaba sin duda por la reina de Saba, y le gustaba tanto
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a menudo se contenta con búsquedas e investigaciones, sin preocupar­ la novedad que sus concubinas eran innumerables.
se de conferirles una significación lírica. Son materiales que atesora el Los aires se pueblan de pájaros extrañamente humanos. Máquinas, 11
poeta, que atesora el nuevo espíritu, y estos materiales formarán un hijas del hombre y que carecen de madre, viven una vida de la que están
fondo de verdad cuya modestia, cuya simplicidad no tiene que repug­ ausentes las pasiones y los sentimientos, iY no ha de ser esto nuevo!
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H2 DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIONAL
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Los sabios escudriñan sin parar nuevos universos descubiertos en


le incumbe al poeta imaginarse otras nuevas porque los inventores a su
cada encrucijada de la materia, y no va a haber nada nuevo bajo el sol.
Para el sol puede ser. [Pero para los hombres... ! alrededor las puedan, a su vez, realizar. El nuevo espíritu exige la entre­
ga a estas tareas proféticas. Por eso encontraréis rasgos de profecía en
Hay miles y miles de combinaciones naturales que nunca han sido
compuestas. Ellos las imaginan y las conducen a buen término, y de este la mayor parte de las obras concebidas conforme al nuevo espíritu. Los
juegos divinos de la vida y la imaginación dan alas a una actividad poé­
modo componen con la naturaleza este arte supremo que es la vida. Son
estas nuevas combinaciones, estas nuevas obras del arte de vida, las que tica absolutamente nueva.
Es que poesía y creación son una misma cosa; hay que llamar poeta
denominamos progreso. En este sentido, existe. Pero si lo hacemos con­
sistir en un eterno devenir, en una suerte de mesianismo, tan espantoso al que inventa, al que crea, en la medida en que el hombre puede crear.
como aquellos mitos de Tántalo, Sísifo y Danaide, entonces Salomón El poeta es aquel que descubre nuevos gozos, por penosos que sean de
tiene razón contra los profetas de Israel. soportar. Se puede ser poeta en todos los ámbitos: sólo hace falta ser
aventurero e ir en pos del hallazgo.
Pero lo nuevo existe, sin ser un progreso. Está todo en la sorpresa.
También el espíritu nuevo está en la sorpresa. Es lo más vivo, lo más Dado que el ámbito más rico, el menos conocido, aquel cuya exten­
nuevo que hay en él. La sorpresa es el gran resorte nuevo. Es por la sor­ sión es infinita, es la imaginación, no es extraño que se haya reservado
presa, por el importante lugar que ha concedido a la sorpresa, por lo que de manera particular el nombre de poeta para quienes buscan los gozos
se distingue el espíritu nuevo de todos los movimientos artísticos y lite­ nuevos que jalonan los inmensos espacios imaginativos.
rarios precedentes. El hecho más minúsculo es para el poeta el postulado, el punto de
arranque de una inmensidad desconocida donde llamean las gozosas
En este punto se aparta de todos y ya no pertenece sino a nuestro
tiempo. hogueras de las significaciones múltiples.
Para partir hacia el hallazgo no es necesario escoger, con un gran
Nosotros lo hemos establecido sobre las sólidas bases del discerni­
miento y de la experiencia, que nos han llevado a aceptar las cosas y los refuerzo de reglas, ni siquiera dictadas por el gusto, un hecho clasificado
sentimientos sólo según la verdad, y los admitimos según la verdad, sin como sublime. Podemos partir de un hecho cotidiano: un pañuelo que cae
tratar de hacer sublime lo que es naturalmente ridículo o recíprocamente. puede ser para el poeta la palanca con la que levantará todo el universo.
y de estas verdades se deriva con mucha frecuencia la sorpresa, porque
La caída de una manzana vista por Newton sabemos qué representó para
van contra la opinión comúnmente admitida. Muchas de estas verdades no este sabio al que podemos llamar poeta. Por eso el poeta de hoy no menos­
precia ningún movimiento de la naturaleza y su espíritu persigue el hallaz­
habían sido examinadas. Basta con desentrañarlas para causar la sorpresa.
go tanto en las síntesis más vastas e inabarcables: muchedumbres, nebu­
Igualmente puede expresarse una verdad supuesta que causa sor­
presa, porque todavía nadie se había atrevido a presentarla. Pero una losas, océanos, naciones, cuanto en los hechos aparentemente más
verdad supuesta no tiene en su contra el sentido común, sin el cual ya simples: una mano que hurga en el bolsillo, una cerilla que se enciende
no sería ni verdad ni supuesta. Así es que si yo imagino que, si las muje­ por fricción, alaridos de animales, el aroma de los jardines después de la
res no tuvieran niños, los hombres podrían tenerlos y lo explico, estoy lluvia, una llama que brota en un hogar. Los poetas no son únicamente
expresando una verdad literaria que sólo podrá ser calificada de fábula los hombres de lo bello. Son también y sobre todo los hombres de lo ver­
fuera de la literatura y así determino la sorpresa. Pero mi verdad supues­ dadero, en tanto que esto permite penetrar lo desconocido, de manera que
la sorpresa, lo inesperado es uno de los principales recursos de la poesía
ta no es más extraordinaria ni más inverosímil que las de los griegos,
que mostraban a Minerva saliendo armada de la cabeza de Júpiter. actual. ¿Y quién se atrevería a decir que, para quienes son dignos del gozo,
lo que es nuevo no es hermoso? Los otros se encargarán pronto de envi­
Mientras los aviones no poblaban el cielo, la fábula de Ícaro no era
lecer esta novedad sublime, que después de esto podrá entrar en el domi­
más que una verdad supuesta. Hoy ya no es una fábula. Y nuestros
inventores nos han acostumbrado a prodigios mayores que el que con­ nio de la razón, pero sólo dentro de los límites en que el poeta, único dis­
sistiría en delegar a los hombres la función femenina de tener hijos. Y pensador de belleza y verdad, habrá hecho la proposición.
El poeta, por la naturaleza misma de estas exploraciones, está aisla­
diré más: como la mayoría de las fábulas se han realizado y con creces,
do en el mundo nuevo donde entra el primero, y el único consuelo que le
"., DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIONAL CUBISMO
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queda es que los hombres, finalmente, viven sólo de verdades, pese a las Los franceses llevan la poesía a todos los pueblos.

mentiras con que los acolchan, el poeta se encuentra con que sólo él nutre En Italia, donde el ejemplo de la poesía francesa ha dado impulso

la vida donde la humanidad encuentra esta verdad. Es por esto por lo que a una joven escuela nacional soberbia de audacia y patriotismo.
los poetas modernos son ante todo los poetas de la verdad siempre nueva. En Inglaterra, cuyo lirismo se había desdibujado y, por así decir,
y su tarea es infinita; ellos os han sorprendido y os sorprenderán aún más. agotado.
Ellos ya imaginan designios más profundos que los que maquiavélica­ En España, y sobre todo en Cataluña, donde toda una juventud
mente han hecho surgir el signo útil y espantoso del dinero. ardiente, que ha producido ya pintores que honran a ambas naciones,
Quienes imaginaron la fábula de Ícaro, tan maravillosamente hecha sigue con atención las obras de nuestros poetas.
realidad hoy, encontrarán otras. Os trasladarán, bien vivos y despiertos, En Rusia, donde la imitación del lirismo francés ha dado lugar a
al mundo nocturno y cerrado de los sueños. En los universos que pal­ veces a la emulación, lo que no extrañará a nadie.
pitan inefablemente sobre nuestras cabezas. En estos universos más pró­ En Norteamérica, a la cual, en reconocimiento de Edgar Poe y Walt
ximos y más distantes de nosotros que gravitan en el mismo punto del Whitman, los misioneros franceses aportan durante la guerra el elemento
infinito que los que encerramos en nuestro interior. Y más maravillas fecundador destinado a originar una producción nueva de la que aún no
que las surgidas desde el nacimiento de los más viejos de nosotros nos tenemos idea pero que sin duda no será inferior a la de aquellos gran­
harán palidecer y tornarán pueriles las invenciones contemporáneas de des pioneros de la poesía.
las que nos sentimos tan ufanos. Francia está llena de escuelas donde se custodia y se transmite el
Los poetas, finalmente, se encargarán de conferir, con las teleolo­ lirismo, de grupos donde se aprende la audacia; con todo, se impone una
gías líricas y las alquimias archilíricas, un sentido cada vez más puro a observación: una poesía se debe antes que nada al pueblo en cuya len­
la idea divina, que en nosotros es tan viva y verdadera, que es esta per­ gua se expresa.

petua renovación de nosotros mismos, esta creación eterna, esta rena­ Las escuelas poéticas, antes de lanzarse a la heroicas aventuras de

ciente poesía sin fin de la que vivimos. los apostolados remotos, tienen que operar, asegurar, precisar, aumen­

Hasta donde alcanzamos, no hay poetas hoy en día que no sean de tar, inmortalizar, cantar la grandeza del país que las ha dado a luz, del

lengua francesa. país que las ha nutrido y las ha formado, por así decir, con lo más sano,

Todas las otras lenguas parecen enmudecer con tal de que el uni­ lo más puro y mejor de su sangre de su sustancia.

verso pueda oír mejor la voz de los nuevos poetas franceses.


El mundo entero mira hacia esta luz, que ilumina ella sola la noche [oo.]
que nos envuelve.
Sin embargo, aquí estas voces que se elevan apenas se dejan oír. El espíritu nuevo es ante todo enemigo del esteticismo, de las fór­
Los poetas modernos son, pues, creadores, inventores y profetas; mulas y de cualquier esnobismo. No lucha ni mucho ni poco contra nin­
piden que se examine lo que dicen por el mayor bien de la colectividad guna escuela porque no quiere ser una escuela, sino una de las grandes
a la que pertenecen. Se vuelven hacia Platón y le suplican que, si los corrientes de la literatura que englobe a todas las escuelas desde el sim­
expulsa de la República, por lo menos los escuche antes. bolismo y el naturalismo. Lucha por el restablecimiento del espíritu de
Francia, poseedora del secreto de la civilización, secreto que es iniciativa, por la clara comprensión de su tiempo y por abrir nuevas
secreto tan sólo a causa de la imperfección de quienes se esfuerzan por perspectivas al universo exterior e interior que no sean inferiores a las
adivinarlo, se ha convertido así, para la mayor parte del mundo, en un que los sabios de todas las categorías descubren a diario y de las que
seminario de poetas y artistas que aumentan día a día el patrimonio de extraen maravillas.

su civilización. Las maravillas nos imponen el deber de no dejar la imaginación ni

y por la verdad y el gozo que derraman, ellos hacen que esta civi­ la sutileza poética a la zaga de la de los artesanos que mejoran una

lización sea, si no asimilable a cualquier nación, sí supremamente agra­ máquina. La lengua científica está en desacuerdo profundo con la de los
\I!
dable a todas. poetas. Es un estado de cosas insoportable. Los matemáticos tienen el

'"

XI,
DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO I:'ITERNACIONAL
FUTURISMO 87
derecho de decir que sus sueños, sus preocupaciones sobrepasan en cien
leguas las imaginaciones rampantes de los poetas. Son los poetas quienes bién poeta Velmir Klebnikov, procedente del grupo futurista de Peters­
deben decidir si no quieren entrar con resoluci6n en el nuevo espíritu, burgo, conocido también como egofuturismo, el poeta prefuturista Ale­
fuera del cual s610 quedan abiertas tres puertas: la del pastiche, la de la xandr Kruchenik y el pintor David Burliuk. Tres años más tarde, Maia­
sátira y la de la lamentación, por sublime que sea. kovski, en el «discurso para ser pronunciado en la primera ocasión que
¿Acaso podemos forzar a la poesía a recluirse lejos de lo que la se presente», titulado «Una gota de hiel», da por cumplido el programa
rodea, a ignorar la magnífica exuberancia de la vida que los hombres destructivo del futurismo y anuncia una etapa de fecunda expansión cons­
añaden con su actividad a la naturaleza y que permite maquinar el tructiva en las artes. Por último, en 1918, meses después del triunfo de
mundo de la manera más increíble? la Revolución Rusa, Maiakovski, Burliuk y V. Kamenski publican el
El nuevo espíritu es el del tiempo en que vivimos. Un tiempo fér­ «Manifiesto de la Federación Volante de los Futuristas» en el que inten­
til en sorpresas. Los poetas quieren domar la profecía, esa yegua ardien­ tan conciliar la revolución comunista con la revolución del espíritu.
te que nadie ha podido amaestrar nunca. El futurismo en Portugal se mostró refractario al pasado y parti­
Quieren, finalmente, maquinar la poesía del mismo modo que ha dario de la exaltación de lo nuevo, pero buscó distanciarse de las escue­
sido maqui nado el mundo. Quieren ser los primeros en proporcionar un las italiana y rusa. Contó con tres autores de primer nivel: Mario de
lirismo del todo nuevo a los nuevos medios de expresi6n que incorpo­ Sá-Cameiro, José Almada Negreiros y Fernando Pessoa, éste a través
ran al arte el movimiento y que son el fonógrafo y el cine. Todavía se de su heterónimo Álvaro de Campos, y tuvo su campo de acción en las
encuentran en el período de los incunables. Pero esperad, los prodigios revistas Orpheu y Portugal Futurista. En esta última, Pessoa lanzó en
hablarán solos y el nuevo espíritu, que hincha la vida del universo, se 1917 una resonante proclama contra la vieja cultura europea, «Ulti­
manifestará de manera fonnidable en las letras, en las artes y en todas matum», firmada por el poeta imaginario Álvaro de Campos.
las cosas cognoscibles.

Filippo Tommaso Marinetti

3. FUTURISMO Fundación y manifiesto del futurismo (1909)

El escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944), fun­


Habíamos pasado toda la noche en vela, mis amigos y yo, bajo lám­
dador del movimiento, redactó desde 1909 numerosos manifiestos decla­
paras de mezquita con cúpulas de latón agujereado, estrelladas como nues­
rativos de la doctrina futurista. «Fundación y manifiesto delfuturismo»
tras almas, por estar, como éstas, irradiadas por el resplandor cerrado de
fue el primero de ellos y se publicó en el diario francés Le Fígaro el20
un corazón eléctrico. Habíamos recostado largamente nuestra atávica pere­
de febrero de 1909. Un año después, los pintores Umberto Boccioni,
za sobre opulentas alfombras persas, discutiendo hasta los últimos límites
Carla Carrá, Luigi Russolo, Giacomo BaIla y Gino Severini, firmartan
de la lógica y garrapateando mucho papel con desenfrenadas escrituras.
el «Manifiesto de los pintores futuristas», en el que hacían suya la rebel­
Un inmenso orgullo hinchaba nuestros pechos al sentirnos, en
día de los poetas futuristas. En mayo de 1912, nuevamente Marinetti
aquella hora, los únicos despiertos y en pie, como faros soberbios o
lanza el «Manifiesto técnico de la literatura futurista» donde proclama
como centinelas avanzados frente al ejército de estrellas enemigas acam­
la necesidad de abolir la gramática y otras constricciones.
padas en sus campamentos celestes. Solos junto a los fogoneros que ali­
Elfuturismo ruso, movimiento sincrético en el que se amalgaman
mentan los hornos infernales de los grandes buques, solos junto a los
elementos del cubismo, el expresionismo y elfutunsmo italiano,fue abun­ negros fantasmas que hurgan en los vientres incandescentes de las loco­
dante en proclamas y manifiestos. El más importante poeta del grupo, motoras lanzadas a sus locas carreras, solos junto a los borrachos que se
Vladimir Maiakovski (1893.1930), participó en gran parte de ellos. tambalean tanteando los muros de la ciudad como si batieran alas.
«Bofetón al gusto del público» es un panfletofirmado en 1912 por el tam- De pronto nos sobresaltamos, al oír el ruido formidable de los enor­
mes tranvías de dos pisos, que pasan dando tumbos, resplandecientes
1111
J)()(·IJM'I!NTO x 1>1:1. VANOlJARDISMO INTERNACIONAL
"¡ITURISMO 89
de luces multicolores, como los pueblos de fiesta que el Po desbordado
sacude y desarraiga repentinamente para arrastrarlos hasta el mar, sobre torcida del viento! ... ¡Ofrezcámonos como alimento a 10 Desconocido,
las cascadas y entre los remolinos de un diluvio. no ya por desesperación, sino sólo para colmar los profundos pozos del
Entonces el silencio se hizo más oscuro. Pero mientras escuchá­ Absurdo!
bamos el extenuado murmullo de plegarias del viejo canal y el rechinar Apenas había pronunciado estas palabras cuando giré bruscamen­
de los huesos de los palacios moribundos sobre sus barbas de húmeda te sobre mí mismo, con la loca embriaguez de los perros que intentan
morderse la cola, cuando de pronto me vinieron de frente dos ciclistas
famélicos.oímos súbitamente rugir bajo las ventanas los automóviles
verdura
que me desaprobaban, titubeando ante mí como dos razonamientos per­
-¡Vamos!, dije. ¡Vamos, amigos! ¡Marchémonos! Finalmente, la suasivos y sin embargo contradictorios. Su estúpido dilema discutía
mitología y el ideal místico han sido superados. ¡Estamos a punto de asis­ sobre mi terreno ... ¡Qué aburrimiento! [Uff!... Corté porlo sano y, con
tir al nacimiento del Centauro y pronto veremos volar los primeros Ánge­ el disgusto, caí con las ruedas al aire en un foso ...
les!... ¡Hay que sacudir las puertas de la vida para comprobar sus bisa­ ¡Oh, maternal foso, casi lleno de un agua fangosa! ¡Hermoso hoyo
gras Y sus cerrojos!. .. ¡Marchémonos! ¡Mira sobre la tierra la primerísima de fábrica! Degusté con deleite tu barro fortalecedor, que me recordó la
aurora! ¡No hay cosa que iguale el esplendor de la roja espada del sol que santa teta negra de mi ama sudanesa ... Cuando me levanté -roto, sucio,
se esgrime por primera vez en nuestras tinieblas milenarias! pestilente- de debajo del coche volcado, sentí que me traspasaba el cora­
Nos acercamos a las tres fieras jadeantes, para palpar amorosa­ zón, deliciosamente, el hierro incandescente de la alegría.
mente sus tórridos pechos. Yo me tumbé encima de mi coche como un Un gentío de pescadores armados con sedal y de naturalistas goto­
cadáver en el ataúd, pero en seguida resucité bajo el volante, cuchilla sos se alborotaba ya alrededor del prodigio. Con paciente y meticuloso
de guillotina que amenazaba mi estómago. cuidado, aquella gente dispuso altos bastidores y enormes redes de hie­
La furiosa escoba de la locura nos arrancó de nosotros mismos y rro para pescar mi automóvil, parecido a un gran tiburón embarranca­
nos arrojó a las calles, escarpadas y profundas como lechos de torren­ do. El coche emergió lentamente del foso, abandonando en el fondo,
tes. Aquí Y allá una lámpara enfermiza, tras los cristales de una venta­ como escamas, su pesada carrocería de sentido común y sus mullidos
na, nos enseñaba a despreciar la falaz matemática de nuestros ojos pere­
cederos. rellenos de confort.
Creían que estaba muerto, mi hermoso tiburón, pero una caricia
Grité: «j El olfato, sólo con el olfato les basta a las fieras 1»
mía bastó para reanimarlo y, ¡helo ahí!, resucitado, corriendo de nuevo
y nosotros, como leones jóvenes, perseguíamos la Muerte, de pela­
sobre sus aletas poderosas!
je negro manchado de pálidas cruces, que corría por el vasto cielo vio­
Entonces, con la cara embadurnada del buen fango de las fábricas
láceo, vivo y palpitante.
-empaste de escorias metálicas, de sudores inútiles, de suciedad celes­
j y sin embargo no teníamos una Amante ideal que alzara hasta las
te- nosotros, lesionados y con vendas en los brazos pero impávidos, dic­
nubes su figura sublime, ni una Reina cruel a quien ofrecer nuestros des­
tamos nuestras primeras voluntades a todos los hombres vivos de la
pojos, retorcidos COmo anillos bizantinos! ¡Nada para querer morir, excep­
tierra:
to el deseo de liberarnos al fin de nuestro coraje demasiado opresivo!

y corríamos aplastando en los umbrales de las casas a los perros Manifiesto del Futurismo
guardianes que se enroscaban bajo nuestros neumáticos ardientes, como
cuellos de camisa bajo la plancha. La Muerte, domesticada, me adelan­ Queremos cantar el amor al peligro, la costumbre de la energía y
taba en cada curva, para darme graciosamente la pata y, de vez en cuan­ la temeridad.
do, se tumbaba en el suelo con un ruido de maxilares chirriantes, lan­ El coraje, la audacia, la rebelión serán elementos esenciales de
zándome miradas aterciopeladas y acariciadoras desde cada charco. nuestra poesía.
- j Salgamos de la sensatez como de una cáscara horrible, y lan­ La literatura ha exaltado hasta hoy la inmovilidad pensativa, el éxta­
cémonos como frutos aliñados de orgullo dentro de la boca inmensa y '? sis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el
insomnio febril, el paso veloz, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo.

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90
nO('IIM~IHO,~ />111. VANlIlIANllISMO INTlINNACrONA
t'IIIIIKISMO 91
Afirmamos que la magnificencia del mundo se enriquece con u
belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un automóvil de carreras COll' Hace ya demasiado tiempo que Italia es un mercado de quincalle­
su capó adornado de gruesos tubos semejantes a serpientes de aliento lOS. Queremos liberarla de los innumerables museos que la cubren ente­
explosivo... un automóvil rugiente que parece correr sobre la metralla. uunente de cementerios innumerables.
es más hermoso que la Victoria de Samotracia. Museos: ¡cementerios!. .. Idénticos, verdaderamente, en la siniestra
Queremos celebrar al hombre que coge el volante, cuya asta ideal atra~ promiscuidad de tantos cuerpos que no se conocen. Museos: ¡dormito­
viesa la Tierra, también ella lanzada a la carrera en el circuito de su órbita. rios públicos en los que se reposa para siempre junto a seres odiados o
Es preciso que el poeta se prodigue con ardor, lujo y esplendidez, desconocidos! Museos: [absurdos mataderos de pintores y escultores que
para aumentar el entusiástico fervor de los elementos primordiales. van destrozándose ferozmente a golpes de colores y de líneas a lo largo
Ya no hay belleza sino en la lucha. Ninguna obra que no tenga un de paredes disputadas!
carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe ser con­ Que se vaya a ellos en peregrinación, una vez al año como se va al
cebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para Cementerio el día de difuntos ... os lo concedo. Que una vez al año se
forzarlas a postrarse ante el hombre.
haga una ofrenda floral delante de La Gioconda, os lo concedo... Pero
j Estamos en la cima extrema de los siglos!. " ¿Por qué deberíamos no admito que se saquen a pasear por los museos cotidianamente nues­
mirar hacia atrás, si queremos derribar las misteriosas puertas de 10 tras tristezas, nuestro frágil coraje, nuestro morboso desasosiego. ¿Por
Imposible? El Tiempo y el Espacio murieron ayer. Nosotros vivimos en qué querer envenenarse? ¿Por qué querer pudrirse?
el absoluto, porque hemos creado la eterna velocidad omnipresente. ¿ y qué otra cosa puede verse, en un viejo cuadro, sino la fatigosa
Queremos glorificar la guerra -única higiene del mundo-, el mili­ contorsión del artista, que se empeñó en transgredir las insuperables
tarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las her­ barreras opuestas al deseo de expresar enteramente su sueño? .. Admi­
mosas ideas por las que se muers y el desprecio a la mujer.
rar un cuadro antiguo equivale a vaciar nuestra sensibilidad en una urna
Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de funeraria en vez de proyectarla lejos, en violentos brotes de creación y
toda índole, y combatir el moralismo, el feminismo y toda vileza opor­
tunista y utilitaria. de acción.
¿Queréis, pues, derrochar todas vuestras mejores fuerzas en la eter­
Cantaremos las grandes multitudes agitadas por el trabajo, por el na e inútil admiración del pasado, de la que salís fatalmente exhaustos,
placer o por la insurrección: cantaremos las mareas multicolores y poli­
empequeñecidos y pisoteados?
fónicas de las revoluciones en las capitales modernas; cantaremos el
En verdad yo os declaro que la visita frecuente a los museos, las
vibrante fervor nocturno de los arsenales y de los astilleros incendiados

bibliotecas y las academias (¡cementerios de esfuerzos baldíos, calva­


por violentas lunas eléctricas; las estaciones insaciables, devoradoras

rios de sueños crucificados, registros de iniciativas abortadas! ... ) es para


de serpientes que humean; las fábricas sUspendidas de las nubes por los

retorcidos hilos de sus humos; los puentes semejantes a gimnastas


los artistas tan nociva como la prolongación de la tutela paterna para cier­
gigantes que cruzan los ríos, resplandecientes al sol con un fulgor de
tos jóvenes ebrios de su ingenio y de su ambiciosa voluntad. Para los
cuchillos; los barcos aventureros que vislumbran el horizonte, las loco­
moribundos, para los enfermos, para los encarcelados, pase: el admira­
motoras de ancho pecho que piafan sobre los falles, como enormes caba­
ble pasado es tal vez un bálsamo para sus males porque para ellos el
llos de acero embridados con tubos, y el vuelo deslizante de los aero­
futuro está vedado ... , pero nosotros no queremos volver a saber del
planos, cuya hélice ondea al viento como una bandera y parece aplaudir
pasado. ¡Nosotros, jóvenes y fuertesjuturistas!
como una turbamulta entusiasta. ¡Que vengan, pues, los alegres incendiarios de dedos carboniza­
Es desde Italia desde donde lanzamos para el mundo este nuestro dos! [Helos aquí! ¡Helos aquí! ¡Vamos! ¡Prended fuego a los estantes
manifiesto de violencia destructora e incendiaria, con el cual fundamos de las bibliotecas! ... ¡Desviad el curso de los canales, para inundar los
hoy el Futurismo, porque queremos liberar este país de su fétida gan­ museos! ... ¡Oh, la alegría de ver flotar a la deriva, rotas y desteñidas
grena de profesores, arqueólogos, cicerones y anticuarios. sobre esas aguas, las viejas telas gloriosas!. .. ¡Empuñad los picos, las
hachas, los martillos y demoled sin piedad las ciudades venerables!

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92
DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIONAL
"IITURISMO 93
Los más viejos de nosotros tienen treinta años: nos queda por lo
menos un decenio para realizar nuestra obra. Cuando tengamos cuarenta Boccioni, Carrá, Russolo,

años, que otros hombres más jóvenes y más válidos, nos tiren a la pape­ Balla, Severini

lera como manuscritos inútiles. ¡Nosotros lo deseamos!


Nuestros sucesores vendrán contra nosotros; vendrán desde lejos, Manifiesto de los pintores futuristas (1910)
desde todas partes, danzando Sobrela cadencia alada de sus primeros can­
tos, adelantando Sus dedos curvos de predadores, y aspirando canina­ ¡A los artistas jóvenes de Italia!
mente, en las puertas de las academias, el buen olor de nuestras mentes El grito de rebelión que lanzamos, asociando nuestros ideales a los
corrompidas, ya comprometidas con las catacumbas de las bibliotecas. de los poetas futuristas, no surge ya de una capilla estética, sino que expre­
Pero nosotros no estaremos allí. Nos encontrarán al fin, una noche sa el violento deseo que hoy hierve en las venas de todo artista creador.
de invierno, en campo abierto, bajo un triste tejado donde repiquetea Queremos combatir encarnizadamente la religión fanática, incons­
una lluvia monótona, y nos verán aCUrrucados junto a nuestros aero­ ciente y esnob del pasado, alimentada por la existencia nefasta de los
planos trepidantes y mientras nos calentamos las manos en el fuego museos. Nos rebelamos contra la supina admiración de las viejas telas,
mezquino que darán nuestros libros de hoy llameando bajo el vuelo de de las viejas estatuas, de los objetos viejos y contra el entusiasmo por
nuestras imágenes.
todo 10 apolillado, sucio, corroído por el tiempo, y juzgamos injusto,
Ellos alborotarán a nuestro alrededor jadeando de angustia y des­ delictivo, el habitual desdén por todo 10 que es joven, nuevo y palpi­
pecho, exasperados por nuestra soberbia e incansable osadía, se lanza­ tante de vida.
rán a matarnos, empujados por un odio tanto más implacable CUanto más [Compañeros! Os manifestamos que el progreso triunfante de las
ebrios de amor y admiración por nosostros estén sus corazones. ciencias ha ocasionado en la humanidad mutaciones tan profundas que
La fuerte y sana Injusticia estallará radiante en sus ojos. -El arte, se ha excavado un abismo entre los dóciles esclavos del pasado y nos­
en efecto, no puede ser más que violencia, crueldad e injusticia. otros, libres, seguros de la radiante magnificencia del futuro.
Los más viejos de nosotros tienen treinta años: y, sin embargo, ya Sentimos náuseas por la dejadez vil que desde el Cinquecento hace
hemos dilapidado tesoros, mil tesoros de fuerza, de amor, de audacia,
vivir a vuestros artistas de un interminable aprovechamiento de las glo­
de astucia y de ruda voluntad; los hemos eliminado impacientemente,
rias antiguas.
con furor,' sin contar, sin vacilar, sin descansar jamás, a toda prisa...
Para los otros pueblos, Italia es todavía una tierra de muertos. Una
¡Miradnos! ¡Todavía no estamos fatigados! ¡Nuestros corazones no sien­
inmensa Pompeya blanqueada de sepulcros. En cambio Italia renace, y
ten ningún cansancio, porque están nutridos Con fuego, con odio y con
a su resurgimiento político le sigue el resurgimiento intelectual. En el
velocidad!... ¿Os SOrprende? Es lógico, porque vosotros ni siquiera
país de los analfabetos se multiplican las escuelas: en el país del dolee
recordáis haber vivido. ¡Erguidos en la cima del mundo, lanzamos, una
far niente rugen hoy talleres innumerables: en el país de la estética tra­
vez más, nuestro desafío a las estrellas! dicionallevantan hoy el vuelo fulgurantes inspiraciones de novedad.
¿Ponéis objeciones? ¡Basta! ¡Basta! Las conocemos... ¡Hemos
Sólo es vital el arte que encuentra sus elementos en el ambiente
entendido!... Nuestra bella y falaz inteligencia nos asegura que somos
que lo rodea. Como nuestros antepasados extrajeron material artístico
el resumen y la prolongación de nuestros abuelos. -¡Tal vezl... ¡Sea!...
de la atmósfera religiosa que planeaba sobre sus almas, así debemos
¡Pero qué importa! ¡No nos interesa! ... ¡Ay de quien nos repita estas
inspirarnos en los tangibles milagros de la vida contemporánea, en la
palabras infames!oo.

férrea red de velocidad que rodea la Tierra, en los trasatlánticos, en los


¡Levadntad la cabeza!
Dreadnought, en los vuelos maravillosos que surcan los cielos, en
¡Erguidos en la cima del mundo, lanzamos, una vez más, nuestro las audacias tenebrosas de los navegantes submarinos, en la lucha espas­
desafío a las estrellas!...
módica por la conquista de lo ignoto. ¿Y podemos permanecer indife­
rentes a la frenética actividad de las grandes capitales, a la psicología
novísima del noctambulismo, a las figuras febriles del viveur, de la
cocotte, del apache y del alcohólico?

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94
DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIONAL
FUTURISMO 95
Queriendo también contribuir a la necesaria renovación de todas
las expresiones del arte, declaramos la guerra, resueltamente, a todos He aquí nuestras escuetas conclusiones. Con esta entusiasta
los artistas e instituciones que aun camuflándose bajo un disfraz de falsa adhesión al futurismo, queremos:
modernidad, siguen cautivos de la tradición, del academicismo y sobre
todo de una repugnante desidia cerebral. l. Destruir el culto al pasado, la obsesión por lo antiguo, la pe­
Denunciamos, para desprecio de los jóvenes, a toda esa morralla dantería y el formalismo académico.
inconsciente que aplaude en Roma un nauseabundo rebrote de clasicis­ 2. Menospreciar sin paliativos cualquier forma de imitación.
mo reblandecido; que exalta en Florencia a los cultivadores neuróticos 3. Exaltar cualquier forma de originalidad, incluso la temeraria,
de un arcaísmo hermafrodita; que remunera en Milán una pedestre y incluso la violenta.
obtusa manualidad cuarentayochesca; que lisonjea en Turín una pintu­ 4. Extraer coraje y orgullo de la fácil acusación de locura con que
ra propia de funcionarios jubilados, y glorifica en Venecia una confuso se fustiga y se amordaza a los innovadores.
potingue propio de alquimistas fosilizados. Nos sublevamos, en fin, con­ 5. Considerar a los críticos de arte inútiles y nocivos.
6. Rebelarnos contra la tiranía de ciertas palabras: armonía y buen
tra la superficialidad, la trivialidad, y la facilidad de tendero y golfo que
gusto, expresiones demasiado ambiguas con las que fácilmente se podría
convierten en profundamente despreciables a la mayoría de los artistas
respetados de toda Italia. demoler la obra de Rembrandt o de Gaya.
7. Barrer del terreno ideal del arte todos los motivos, todos los te­
[Fuera, pues, restauradores a sueldo de viejas cosas! ¡Fuera, ar­
mas ya explotados.
queólogos aquejados de necrofilía crónica! ¡Fuera, críticos, celestinas
8. Representar y enaltecer la vida actual, transformada incesante y
complacientes! ¡Fuera, academias gotosas, profesores borrachuzos e
ignorantes! ¡Fuera! tumultuosamente gracias a la ciencia victoriosa.
¡Preguntad a estos sacerdotes del culto verdadero, a estos albace­ ¡Que los muertos sean sepultados en las entrañas más profundas
as de las leyes estéticas, dónde están hoy las obras de Giovanni Segan­
de la tierra! ¡Quede libre de momias el umbral del futuro! ¡Paso libre a
tini: preguntadles por qué las comisiones oficiales no se percatan de la los jóvenes, a los violentos, a los temerarios!
existencia de Gaetano Previati; preguntadles dónde se valora la escul­
tura de Medardo Rosso!. .. ¿ y quién piensa en los artistas que aún no
tienen veinte años de luchas y sufrimientos, pero que, con todo, están F. T. Marinetti
realizando obras destinadas a honrar la patria?
¡Los críticos a sueldo tienen intereses bien distintos que defender!
Manifiesto técnico de la literatura futurista (1912)
[Las exposiciones, los concursos, la crítica banal y nunca desinteresa­

da condenan el arte italiano a la ignominia de una verdadera prostitu­


En aeroplano, sentado en el depósito de la gasolina, calentado el vien­
ción!
tre por la cabeza del aviador, sentí la inanidad ridícula de la vieja sintaxis
¿ y qué diremos de los especialistas? ¡Vamos! ¡Acabemos de una
heredada de Homero. [Necesidad furiosa de liberar las palabras, arran­
vez con los retratistas, con los interioristas, con los laguistas, con los
cándolas de la cárcel del período latino! Tiene éste, naturalmente, como
montañistas!... Bastante los hemos soportado a todos estos impotentes
cualquier imbécil, una cabeza previsora, un vientre, dos piernas y dos pies
pintores de fin de semana.
planos, pero no poseerá nunca dos alas. ¡A duras penas lo que necesita para
¡Acabemos con los desgraciadores de mármol que abarrotan las andar, para correr un momento y detenerse enseguida jadeando!
plazas y profanan los cementerios! ¡Acabemos con la arquitectura de Esto me dijo la hélice de la turbina, mientras iba disparado a doscien­
especulador de los adjudicatarios de cemento! ¡Acabemos con los deco­ tos metros sobre las poderosas chimeneas de Milán. Y la hélice añadió:
radores de saldo, con los falsificadores de cerámicas, con los cartelistas
vendidos y con los ilustradores desastrados y bochornosos. 1. Hay que destruir la sintaxis disponiendo los sustantivos al
'~J;
azar, tal como nacen.
$,
":1
'{'iI

<

JO
96
Dnr'IIM.NTo. /l~1 V>\NIIII>\NIII.••", INTIINN>\('ION>\1.
"IITIIRISMO 97
2. Hay que utiUzar los verbos en infinitivo, para que se adapte
elásticamente al sustantivo y no lo someta al yo del escritor que observa La analogía no es más que el amor profundo que une las cosas dis­
o imagina. Únicamente el verbo en infinitivo puede dar la sensación de lantes, aparentemente diferentes y hostiles. Tan solo por medio de ana­
la continuidad de la vida y la elasticidad de la intuición que la percibe. logías vastísimas un estilo orquestal, a la vez polícromo, polifónico y
polimórfico, puede abarcar la vida de la materia.
3. Hay que abolir el adjetivo, a fin de que el sustantivo desnudo Cuando en mi Battaglia di Trípoli comparé una trinchera erizada
conserve su color esencial. Como el adjetivo contiene un carácter de de bayonetas con una orquesta, una ametralladora con una mujer fatal,
matiz, resulta inconcebible para nuestra visión dinámica porque supo­ introduje instintivamente una gran parte del universo en un breve epi­
ne una parada, una meditación. sodio de batalla africana.
Las imágenes no son flores para elegir y coger con parsimonia,
4. Hay que abolir el adverbio, viejo ceñidor que mantiene unidas como decía Voltaire. Constituyen la sangre misma de la poesía. La poe­
las palabms entre sí. El adverbio preserva en la frase una cargante uni­ sía tiene que ser una serie ininterrumpida de imágenes nuevas, y sin ellas
dad de tono. no es otra cosa que anemia y clorosis.
Cuantas más relaciones vastas contengan las imágenes, más tiem­
5. Cada sustantivo debe tener su doble, es decir, el sustantivo po conservan su fuerza de estupefacción. Es preciso -dicen- ahorrar la
debe ir seguido, sin conjunción, del sustantivo al que va asociado por maravilla del lector. [Vamos! Cuidemos antes la corrosión fatal del
analogía. Ejemplo: hombre-torpedera, mujer-golf, gentío-resaca, plaza­ tiempo, que destruye no solo el valor expresivo de una obra maestra,
embudo, Poeta-grifo. sino también su fuerza de estupefacción. Nuestras viejas orejas, dema­
Así como la velocidad aérea ha multiplicado nuestro conocimien­ siadas veces entusiastas, ¿no han destruido ya a Beethoven ya Wagner?
to del mundo, la percepción por analogía se hace cada día más natural Es preciso, pues, abolir en la lengua todo lo que tiene de imágenes este­
al hombre. En consecuencia, hay que suprimir el como, el tal, el así, el reotipadas, de metáforas descoloridas, es decir casi todo.
parecido a. Todavía mejor, hay que fundir directamente el objeto Con
la imagen que evoca, ofreciendo la imagen en escorzo por medio de una 8. No hay categorías de imágenes, nobles o groseras o vulgares,
sola palabra esencial. excéntricas o naturales. La intuición que las percibe no tiene ni prefe­
rencias ni toma partido. El estilo analógico es, pues, el amo absoluto de
6. Abolir también la puntuación. Suprimiendo los adjetivos, los
toda la materia y de su intensa vida.
adverbios y las conjunciones, la puntuación queda naturalmente anula­

da, en la continuidad diversa de un estilo vivo que se crea solo, sin las
9. Para dar los movimientos sucesivos de un objeto hay que dar la
pausas absurdas de las comas y los puntos. Para acentuar ciertos movi­
cadena de analogías que evoca, cada una condensada, recogida en una
mientos e indicar sus direcciones, se utilizarán signos matemáticos:
palabra esencial.
=
+ - x : > <, y los signos musicales.

[oo.]
7. Hasta ahora los escritores se han abandonado a la analogía inme­
diata. Han comparado, por ejemplo, el animal con el hombre o con otro En algunos casos, habrá que unir las imágenes de dos en dos, como
animal, lo que todavía equivale, más o menos, a la fotOgrnfía. (Han com­ las balas encadenadas, que destrozan a su alrededor un grupo de árboles.
parado, por ejemplo, un fax-temer con un pequeñísimo purasangre. Para envolver y recoger lo más fugitivo e inasible en la materia, es
Otros, más avanzados, podrían comparar el mismo íox-teme- temblo­ preciso formar estrechas redes de imágenes y analogías que serán lan­
roso con una pequeña máquina Morse. Yo lo comparo, en cambio, con zadas al mar misterioso de los fenómenos.
el agua hirviendo. Se da en esto una gradación de analogías más y más
vastas, relaciones más y más profundas y sólidas, aunque lejanísimas.) r.. .]
~
I

I'IITIIRISMO
99
'IX DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIONAL

10. Puesto que cualquier clase de orden es fatalmente un produc­ a) a ampliar el volumen del vocabulario con palabras arbitrarias y
to de la inteligencia cauta y circunspecta, hay que orquestar las imáge­ derivadas (neologismos);
b) a odiar inexorablemente la lengua que ha existido antes que ellos;
nes disponiéndola según un máximum de desorden.
c) a rechazar con horror de su propia frente altiva la corona de la
gloria barata, que ha sido hecha con los cepillos del baño;
11. Destruir en la literatura el "ye", es decir toda la psicología.
d) a mantenerse firmes sobre el escollo de la palabra «nosotros» en
El hombre completamente estancado por obra de la biblioteca y el
museo, sometido a una lógica y una sabiduría espantosas, ya no ofrece un mar de silbidos e indignación.
y si en nuestras filas permanecen todavía las sucias marcas de
el menor interés. Así pues, tenemos que abolirlo de la literatura y sus­
vuestro «buen sentido» y «buen gusto», en ellas sin embargo ya palpi­
tituirlo finalmente por la materia, cuya esencia debe aferrarse a fuerza
tan, por vez primera, los rayos de la futura nueva belleza de la palabra
de intuiciones, algo que nunca podrán hacer los físicos ni los químicos.
autónoma (autotorcida).
[ ...]
Vladimir Maiakovski
Vladimir Maiakovski, David Burliuk,
Una gota de hiel (1915)
Alexandr Kruchenik y Velmir Klebnikov

Egregios señoras y señores, este año es un año de muerte: no pasa


Bofetón al gusto del público (1912) día que los periódicos, con altisonante tristeza, no rompan en sollozos
por alguna celebridad que se ha ido antes de tiempo a un mundo mejor.
A quien lee lo nuevo, lo primigenio, lo imprevisto. Cada día, con monótono lamento, la prensa habla de una hilera de hom­
Sólo nosotros somos el rostro de nuestro tiempo. El cuerno del bres destrozados por Marte. ¡Qué nobles y monásticamente austeros son
tiempo resuena en nuestro arte verbal. los diarios de nuestro tiempo! ¡Con las ropas de luto de las esquelas,
El pasado es angosto. La academia y Pushkin son más incom­ con los ojos relucientes de lágrimas cristalinas del necrologio! Por esto
prensibles que los jeroglíficos. es singularmente desagradable descubrir que la misma estampa, subli­
Hay que echar a Pushkin, Dostoievski, Tolstoi, etcétera, de la nave mada por el dolor, se ha abandonado a la más obscena hilaridad de la
de nuestro tiempo. muerte de un ser muy allegado a mí.
Quien no al vide el primer amor no conocerá nunca el último. Cuando los críticos, en fila compacta, han trasladado a lo largo de
¿Quién, crédulo, concederá su último amor a la perfumada libídi­ una sucia calle, a lo largo de la calle de la palabra impresa, el féretro del
ne de Valmont? ¿Acaso se refleja en ella el alma viril de los días de hoy? futurismo, han pregonado por diarios y semanarios: «¡Ah! ¡ah! ¡ah!
¿Quién, pusilánime, se negará a arrancar la coraza de cartón del ¡helo aquí! ¡Bien, bien! ¡por finl» (Gran agitación del público: «¿Muer­
negro frac del guerrero Brasov? ¿ü quizá se refleja en ella una aurora to? ¿El futurismo ha muerto? ¿Qué dices?»)
de inéditas bellezas? Sí, ha muerto.
Lavaos las manos, sucias de la mugrienta putridez de los libros Hace ya un año que, en el lugar del futurismo de la palabra can­
escritos por estos innumerables Leónidas Andreiev. dente, que navega trabajosamente entre la verdad, la belleza y el comi­
Todos estos Gorka, Kuprin, Blok, Sologub, Remizov, Averchen­ sariado, unos pesadísimos abuelitos, con el semblante de Kogan y de
ca, Cerny, Kuzmin, Bunin, etc., sólo necesitan una casa a orillas del río. Aichenvald'. se arrastran serviles sobre el escenario. Hace ya un año
Esta es la recompensa que el destino reserva a los sastres.
[Desde lo alto de los rascacielos descubrimos su nulidad! 1 crrtrcos literarios, el primero de tendencia socrorogtco-merxtste: el segundo,
Ordenamos que se respete el derecho de los poetas: impresionista.

'"

J2 DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO rNTERNACrONA&


"'IlAfSMO 113
4. DADAÍSMO
Ira los principios (decilitros para el valor moral de cualquier frull"
Aunque las actividades dadaístas se inician en 1916 en el CaP demasiada comodidad-; la aproximación fue inventada por los impre­
Voltaire de Zúrich, fundado por el poeta alemán Hugo Ball, el célebre sionistas). Escribo este manifiesto para probar que pueden realizarse u
«Manifiesto Dada» es posterior en dos años. Su autor y principal ins­ la vez las acciones más opuestas, con un único y fresco aliento; estoy
pirador del movimiento, el poeta rumano Tristan Tsara (1896-1963), en contra de la acción y a favor de la permanente contradicción, y tam­
proponía en él una subversión profunda de todos los valores estéticos bién de la afirmación. No estoy ni a favor ni en contra y no quiero expli­
y morales. En el «Manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo», carlo porque aborrezco el sentido común.
de 1920, Tzara acentúa el carácter arbitrario, gratuito y provocador DADA -he aquí una palabra que lleva las idea de caza; todo bur­
del «método» dadaísta, cuando éste ya se había extendido a París, gués es un pequeño dramaturgo, inventa frases diferentes y en vez de
Nueva York y sobre todo Alemania. adecuar a los personajes al nivel de su inteligencia, crisálidas en sus
asientos, busca las causas o los fines (según el método psicoanalítico
que practique) para dar consistencia a su intriga, historia que habla y se
Tristan Tzara define.
Todo espectador es un intrigante cuando trata de explicar una pala­
Manifiesto Dada (1918) bra (¡conocer!). Desde el refugio acolchado de las complicaciones ser­
pentinas, hace manipular sus propios instintos. De ahí las desgracias de
La magia de una palabra -DADA- que ha puesto a los periodistas la vida conyugal.
ante la puerta de un mundo imprevisto, no tiene para nosotros la más Explicar: diversión de los vientres rojos en los molinos de los crá­
mínima importancia. neos vacíos.

Para lanzar un manifiesto es necesario: AB.C., fulminar contra 1, DADA no significa nada
2, 3, irritarse y aguzar las alas para conquistar y propagar pequeñas y
grandes a, b, e, firmar, gritar, blasfemar, componer la prosa en forma Si a alguien le parece fútil, si alguien no desea perder el tiempo por
de evidencia absoluta, irrefutable, demostrar el propio non plus ultra una palabra que no significa nada... El primer pensamiento que ronda
y sostener que la novedad se parece a la vida como la última aparición por esas cabezas es de orden bacteriológico: encontrar su origen eti­
de una cocotte demuestra la esencia de Dios. Su existencia ya la demos­ mológico, histórico o psicológico, por lo menos. Sabemos por los perió­
traron el acordeón, el paisaje y la palabra dulce. Imponer el propio dicos que los negros Krou llaman a la cola de una vaca sagrada: DADA
AB.C. es algo natural y por lo mismo lamentable. Todo el mundo lo Al cubo y la madre cierta región de Italia se llama: DADA. Un caballo
hace bajo la forma de cristalbluff-virgensanta, sistema monetario, pro­ de madera, la nodriza, doble afirmación en ruso y en rumano: DADA.
ducto farmacéutico o pierna desnuda que invita a la primavera ardien­ Sabios periodistas ven en esto un arte para los bebés, otros santones
te y estéril. El amor por lo nuevo es una cruz simpática que testimonia jesúsllamandoalosniños de hoy, el retomo a un primitivismo seco y rui­
un meimportauncarajismo naif, signo sin causa, efímero y positivo. doso, ruidoso y monótono. La sensibilidad no se construye sobre una
Pero también esta necesidad ha envejecido. Dando al arte el impulso palabra. Todo sistema deriva hacia la aburrida perfección, idea estan->
de la suprema simplicidad: la novedad, se es humano y auténtico res­ cada en una ciénaga dorada, relativo producto humano. La obra de arte \
pecto a la diversión, impulsivo y vibrante para crucificar el aburri­ no debe ser la belleza en sí misma porque la belleza está muerta; ni ale- /
miento. En el cruce de las luces, alerta, atento, acechando los años, en gre ni triste, ni clara ni oscura, no debe divertir ni maltratar a los indi- ~
el bosque. viduos brindándoles los pasteles de las santas aureolas o los sudores de I
Escribo un manifiesto y no pretendo nada; sin embargo digo algu­ una carrera curva a través de las atmósferas. Una obra de arte no es bella i
nas cosas y estoy por principio contra los manifiestos, como estoy Con­ por decreto, objetivamente, para todo el mundo. La crítica, por tanto, es !
inútil, no existe sino subjetivamente, para cada cuál y sin el menor j

,
tU
111 DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIOH PI\IlAISMO

lica e ilusionista), sino que crea directamente en piedra, madera, hierro,


carácter de generalidad. ¿Cree alguien haber encontrado la base psíquiCll
estaño, unas rocas, unos organismos locomotores que el viento límpido
común a toda la humanidad? El intento de Jesús y la Biblia recubren
de la sensación inmediata puede hacer girar en todos los sentidos.
bajo sus alas amplias y benévolas: la mierda, los animales, los Mu.
Toda obra pictórica o plástica es inútil; que sea un monstruo que
¿Cómo se puede ordenar el caos de la infinita e informe variación que
mete miedo a los espíritus serviles y no un dulce que sirva de omamento
es el hombre? El principio: «ama a tu prójimo» es una hipocresía.
en los refectorios de los animales vestidos de humanos, ilustraciones de
«Conócete a ti mismo» es una utopía más aceptable porque incluye la
esta triste fábula de la humanidad. Un cuadro es el arte de hacer que se
maldad. Nada de piedad. Después de la carnicería nos queda la espe­
encuentren dos líneas, geométricamente verificadas como paralelas, en
ranza de una humanidad purificada. Hablo siempre de mí porque no
un lienzo, ante nuestros ojos, en una realidad de un mundo transpuesto
quiero convencer; no tengo derecho a arrastrar a nadie a mi río ni obli­
según nuevas condiciones Y posibilidades. Este mundo no está especi­
go a nadie a que me siga y cada uno hace su arte a su manera si conoce
ficado ni definido en la obra; pertenece en sus innumerables variacio­

el gozo que asciende como una flecha hacia las capas astrales o el que
nes al espectador. Para su creador, la obra carece de causa Y de teoría.

baja a las minas de flores de cadáveres y de fértiles espasmos. Estalac­


Orden > desorden; yo ::: no yo; afirmación::: negación: éstas son las irra­

titas: buscarlas por doquier, en los pesebres agrandados por el dolor, los
diaciones supremas de un arte absoluto. Absoluto en la pureza del caos

ojos blancos como las liebres del los ángeles.


cósmico y ordenado, eterno en el glóbulo instante sin duración, sin res­
Así nació DADA, de una necesidad de independencia, de descon­
fianza en la comunidad. Los nuestros conservan la libertad. Nosotros no piración, sin luz, sin control.
Me gusta una obra antigua por su novedad. Sólo el contraste nos
reconocemos ninguna teoría. Ya basta de academias cubistas y futuris­
une al pasado. Los escritores que imparten moral y discuten o mejoran
tas: laboratorios de ideas formales. ¿Se cultiva el arte para amontonar
la base psicológica tienen, amén de un deseo secreto de lucrarse, un
dinero y halagar a los amables burgueses? Las rimas hacen sonar la aso­
conocimiento ridículo de la vida, que han clasificado, compartimenta­
nancia de las monedas y la cadencia resbala por línea del vientre de per­
do y canalizado. Se obstinan en ver danzar las categorías en cuanto ellos
fil. Todos los grupos de artistas han acabado en este banco pese a cabal­
marcan el compás. Sus lectores se burlan y ellos persisten, ¿para qué?
gar en diversos cometas. La puerta abierta a la posibilidad de revolcarse
Hay una literatura que no llega a la masa voraz. Obras de creado­
entre cojines y manjares.
res surgidas de una auténtica necesidad del autor y sólo para sí mismo.
Aquí echamos el ancla en tierra fértil. Aquí tenemos el derecho de
Consciencia de un supremo egoísmo en el que toda otra ley queda abo­
proclamar esto porque hemos conocido los escalofríos y el despertar.
lida. Cada página debe explotar, sea por su seriedad profunda y grave,
Espectros ebrios de energía, hundimos el tridente en la carne despreo­
sea por el vértigo, el vórtice, lo nuevo, lo eterno, por la restallante des­
cupada. Somos rebosaderos de maldiciones en la tropical abundancia
envoltura estilística, el entusiasmo de los principios o el modo en que
de vegetaciones vertiginosas: goma y lluvia es nuestro sudor, sangra­
está impresa. He aquí un mundo vacilante que escapa, ligado a los cas­
mos y quemamos la sed, nuestra sangre es vigorosa.
cabeles de la gama infernal, Y he aquí, al otro lado, unos hombres nue­
El cubismo nació de la simple manera de mirar el objeto: Cézan­
vos. Rudos, saltadores, que cabalgan sobre sollozos. He aquí un mundo
ne pintaba una taza 20 centímetros por debajo de sus ojos, los cubistas
mutilado y los medicuchos literarios preocupados por mejorarlo.
la observan desde arriba, otros complican su apariencia con una sección
Yo os lo digo: no hay comienzo Yno temblamos, no somos sen­
perpendicular y colocándola hábilmente alIado. (No olvido a los crea­
timentales. Nosotros, viento furioso, desgarramos la ropa de las nubes
dores, ni las grandes razones de la materia que ellos hicieron definiti­
y las plegarias Y preparamos el granespectáculo del desastre, el incen­
vas.) El futurismo ve la taza en movimiento, una sucesión de objetos
dio y la descomposición. Preparamos la supresión del dolor y sustitui­
uno junto a otro que se adorna maliciosamente con algunas líneas-fuer­
mos las lágrimas por sirenas tendidas de un continente a otro. Bande­
za. Lo que no impide que la pintura, sea buena o mala, sea siempre una
ras de gozo intenso viudas de la tristeza del veneno. DADA es la enseña
inversión de capitales intelectuales. El pintor nuevo crea un mundo
de la abstracción; la publicidad y los negocios son también elementos
cuyos elementos son también los medios, una obra sobria y definida, sin
argumento. El artista nuevo protesta: ya no pinta (reproducción simb6­ poéticos.

116
DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNAC/ONAI.
lI'I,.fsMO 117

Yo destruyo los cajones del cerebro y los de la organización social:


desmoralizar por doquier y arrojar la mano del cielo al infierno, y 101 rntrc los millones que existen. También la experiencia es un resultado
ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda fecunda de un circo uni­ tld azar y de las facultades individuales.
versal en las potencias reales y en la fantasía individual. La ciencia me repugna cuando deviene en sistema especulativo,
La filosofía, he ahí la cuestión: por dónde empezar a mirar la vida. pierde su carácter de utilidad que, aun siendo inútil es al menos indivi­
Dios, la idea o cualquier otra cosa. Todo lo que vemos es falso. No creo dual. Abomino de la crasa objetividad y de la armonía, esta ciencia que
que sea más importante el resultado relativo que elegir entre pastel o lodo lo encuentra en orden: continuad, chicos, humanidad... La ciencia
cerezas para el postre. El modo de mirar deprisa el otro lado de una cosa dice que somos los servidores de la naturaleza: todo está en orden, haced
para imponer indirectamente la propia opinión se denomina dialéctica, el amor y rompeos la crisma. Continuad, chicos, humanidad, amables
es decir regatear el espíritu de las patatas fritas bailando el método a su hurgueses y periodistas vírgenes ... Yo estoy contra los sistemas, el más
alrededor.
aceptable de todos es el de no tener ninguno. Completarse, perfeccio­
Si grito:
narse en la propia pequeñez hasta llenar el vaso del propio yo, coraje
Ideal, ideal, ideal,
para combatir a favor y en contra del pensamiento, misterio del pan,
Conocimiento, conocimiento, conocimiento
accionamiento súbito de una helice infernal hacia lirios económicos.
Bumbum,bumbum,bumbum,

registro con bastante exactitud el progreso, la ley, la moral y La espontaneidad dadaísta


todas las otras hermosas cualidades que tanta gente inteligente ha dis­
cutido en tantos libros para concluir, al fin, que cada uno ha bailado Llamo meimportauncarajismo a un modo de vivir en que todo el
siguiendo su personal bumbum, y que, de acuerdo con ese bumbum, mundo conserva las propias condiciones, sabiendo respetar, con todo y
tiene toda la razón: satisfacción de la curiosidad morbosa; timbre pri­ excepto en caso de defensa, las otras individualidades, con el two-step
vado para necesidades inexplicables; baño; dificultades pecuniarias; como himno nacional, tienda de antigüedades, T. S. H., el teléfono sin
estómago con repercusión en la vida; autoridad de la varita mística hilos que transmite las fugas de Bach, anuncios luminosos y anuncios
formulada ante el grupo de una orquesta fantasma de arcos mudos de burdeles, el órgano que difunde claveles para Dios, todo junto, y real­
engrasados con filtros a base de amoníaco animal. Con los quevedos mente sustituyendo a la fotografía y al catecismo unilateral.
azules de un ángel han enterrado lo interior por cuatro reales de unáni­ La simplicidad activa.
me reconocimiento. La impotencia de discernir entre los grados de claridad: lamer la
Si todos tienen razón y si no hay píldoras que no sean Pink, trate­
penumbra y flotar en la gran boca llena de miel y excremento. Medida
mos por una vez de no tener razón. Se cree que es posible explicar racio­
con la escala de la Eternidad, toda acción es vana (si dejamos que el
nalmente, con el pensamiento, cuanto se escribe. Pero eso es muy rela­
pensamiento corra una aventura cuyo resultado sena infinitamente gro­
tivo. El pensamiento está bien para la filosofía, pero es relativo. El
tesco -aclaración relevante para el conocimiento de la impotencia huma­
psicoanálisis es una enfermedad peIjudicial, adormece las inclinaciones
na). Pero si la vida es una farsa pésima, sin objetivo ni inicial alumbra­
antirreales del hombre y sistematiza la burguesía. No hay una Verdad
miento, y porque creemos que saldremos de ella limpios, con
última. La dialéctica es una máquina divertida que nos conduce de una
crisantemos lavados, proclamamos como única base de entendimiento:
manera trivial a las mismas opiniones que de cualquier forma hubiéra­ el arte. Carece de la importancia que nosotros, mercenarios del espíri­
mos tenido. ¿Hay alguien que crea haber demostrado, por el refina­ tu, le concedemos desde hace siglos. El arte no aflige a nadie y los que
miento minucioso de la lógica, la verdad de sus opiniones? La lógica saben interesarse en él recibirán caricias y una buena oportunidad de
constreñida por los sentidos es una enfermedad orgánica. A los filósofos poblar el país con su conversación. El arte es una cosa privada, el artis­
les gusta añadir a este elemento el poder de observación. Pero justa­ ta lo hace para sí mismo; una obra comprensible es un producto de
mente esta magnífica cualidad del espíritu es la prueba de su impoten­ periodista. Y en este momento me apetece mezclar este monstruo con
cia. Se observa, se mira desde uno o varios puntos de vista, se escogen los colores al óleo: un tubo de papel metálico que, cuando se aprie­
ta, vierte automáticamente odio, cobardía, vileza. El artista, el poeta,

119 fl
DADAlsMO
118 DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIONAL

librado a las manos de los bandidos que desgarran Ydestruyen los siglos.
disfruta con el veneno de la masa condensada en un jefe de sección de Sin objetivo ni designio, sin organización: la locura indomable, la des­
esta industria, es feliz cuando es injuriado: prueba de su inmutabilidad. composición. Los fuertes, por la palabra o por la fuerza, sobrevivirán
El autor, el artista elogiado por los periódicos, constata la comprensión porque son vigorosos en la defensa, la agilidad de los miembros Y de
de su obra: miserable forro de un abrigo destinado a la utilidad pública: los sentimientos flamea en sus ñancos multifacéticos.
andrajos que cubren la brutalidad, meadas que colaboran al calor de un La moral ha determinado la caridad y la compasión, dos bolas de

animal que incuba sus bajos instintos. Carne fofa e insípida que se mul­ sebo que han crecido como elefantes, como planetas, Y que se conside­

tiplica con la ayuda de los microbios tipográficos. ran buenas. Pero no tienen nada que ver con la bondad. La bondad es

Hemos sido duros con la proclividad a las lágrimas que hay en nos­ lúcida, clara y decidida, despiadada con el compromiso Y con la políti­

otros. Toda filtración de esta naturaleza es diarrea confitada. Alentar ca. La moralidad es una infusión de chocolate en la venas de los horn­

este arte es lo mismo que digerirlo. Nos hacen falta obras fuertes, rec­ bres.Esta tarea no está impuesta por una fuerza sobrenatural, sino por el

tas, precisas e incomprendidas para siempre. La lógica es una compli­ trust de mercaderes de ideas y acaparadores universitarios. Sentimenta­

cación. La lógica siempre es falsa. Ella mueve los hilos de las nociones, lidad: viendo un grupo de hombres que se pelean y se aburren, se inven­

de las palabras, en su forma exterior, hacia conclusiones, centros iluso­ tó el calendario Y la medicina de la sabiduría. Pegando etiquetas se des­

rios. Sus cadenas matan, miriápodo gigantesco que asfixia la indepen­ encadenó la batalla de los filósofos (mercantilimo, balanza, medidas

dencia. Maridado con la lógica, el arte viviría en el incesto, engullén­ meticulosas Y mezquinas) Y de nuevo entendió todo el mundo que la pie­

dose, devorando su propia cola, su propio cuerpo, fornicando consigo dad es un sentimiento, como la diarrea en relación con el asco que estro­

mismo, y el temperamento se convertiría en una pesadilla alquitranada pea la salud, la inmunda tarea de las carroñas para comprometer al sol.

de protestantismo, un monumento, un montón de intestinos grisáceos y Yo proclamo la oposición de todas las facultades cósmicas a esta

plúmbeos. blenorragia de un sol pútrido salido de las fábricas del pensamiento

Pero la desenvoltura, el entusiasmo y hasta el gozo de la injusticia, filosófico, la lucha encarnizada por todos los medios del

esa pequeña verdad que practicamos inocentes y que nos hace hermo­
sos (somos delicados, nuestros dedos son maleables y se deslizan como
las ramas de esta planta insinuante y casi líquida), caracterizan nuestra Asco dadaísta
alma, en opinión de los cínicos. También esto es un punto de vista; pero Toda expresión del aSCO susceptible de convertirse en negación de
por suerte no todas las flores son sagradas, y lo que hay de divino en la familia es Dada; la protesta a puñetazos de todo el ser en acción des­
nosotros es el asomo de la acción antihumana. Se trata aquí de una flor tructiva: DADA; el conocimiento de todos los medios rechazados hasta
de papel para el ojal de los señores que frecuentan el baile de disfraces el presente por el sexo púdico del compromiso cómodo y de la buena
de la vida, cocina de la gracia, con blancas primas flexibles o gordas. educación: DADA; la abolición de la lógica, danza de los impotentes
Ellos trafican con lo que nosotros hemos seleccionado. Contradicción de la creación: DADA; de toda jerarquía y ecuación social de valores
y unidad de polares en un único rayo pueden ser verdad, si es que establecida por nuestros criados: DADA; cada objeto, todos los obje­
alguien quiere sostener esta trivialidad, apéndice de una moralidad libi­ tos, los sentimientos Y las oscuridades, las apariciones y el choque pre­
dinosa y hedionda. La moral atrofia como toda plaga de la inteligencia. ciso de las líneas paralelas son medios para la lucha: DADA; abolición
El control de la moral y de la lógica nos han infligido la impasibilidad de los profetas: DADA; abolición del futuro: DADA; creencia absolu­
ante los agentes de policía, causa de nuestra esclavitud, ratas pútridas ta indiscutible en todo dios producto inmediato de la espontaneidad:
de las que los burgueses tienen repleto el vientre y que han infectado DADA; salto elegante Y sin prejuicios de una armonía a otra esfera; tra­
los únicos corredores de cristal claro y transparente que quedaban abier­ yectoria de una palabra lanzada como un disco, grito sonoro; respetar
tos a los artistas. todas las individualidades en su locura transitoria: seria, temerosa, tími­
Que cada hombre grite: hay una gran tarea destructiva, negativa, da, ardiente, vigorosa, resuelta, entusiasta; despojar la propia iglesia de
por cumplir. Barrer, limpiar. La pulcritud del individuo se afirma des­ todo accesorio inútil Y pesado; escupir como una cascada luminosa el
pués del estado de locura, de locura agresiva, completa, de un mundo

131
130 DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACiONAL ',IHMI':I\USMO

parisino el pintor catalán Salvador Dalí, quien iba a convertirse en un Vl'llcional; la imaginación no puede cumplir mucho tiempo esta función
destacado teórico surrealista con su método paranoico-crítico, basado en ~lIhordinada, y cuando alcanza aproximadamente la edad de veinte años
el control racional de los delirios e imágenes subconscientes. El primer prefiere, por lo general, abandonar al hombre a su destino de tinieblas.
texto donde esboza su método es «El burro podrido», publicado en el Pero si más tarde el hombre, fuese por lo que fuere, intenta enmen­
número 1 de la revista Le Surréalisme au service de la Révolution (1930). darse al sentir que poco a poco van desapareciendo todas las razones
para vivir, al ver que se ha convertido en un ser incapaz de estar a la
altura de una situación excepcional, cual la del amor, difícilmente logra­
André Breton rá su propósito. Y ello es así por cuanto el hombre se ha entregado, en
cuerpo y alma, al imperio de unas necesidades prácticas que no toleran
Primer manifiesto surrealista (1924) el olvido. Todos los actos del hombre carecerán de altura; todas sus
ideas, de profundidad. De todo cuanto le ocurra o cuanto pueda llegar
Tanta fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto más precario, a ocurrirle, el hombre solamente verá aquel aspecto del acontecimien­
en la vida real, naturalmente, que al fin esta fe acaba por desaparecer. to que lo liga a una multitud de acontecimientos parecidos, aconteci­
El hombre, soñador sin remedio, al sentirse de día en día más descon­ mientos en los que no ha tomado parte, acontecimientos que se ha per­
tento de su sino, examina con dolor los objetos que le han enseñado a dido. Más aún, el hombre juzgará cuanto le ocurra o pueda ocurrirle
utilizar, y que ha obtenido a través de su indiferencia o de su interés, poniéndolo en relación con uno de aquellos acontecimientos últimos,
casi siempre a través de su interés, ya que ha consentido someterse al cuyas consecuencias sean más tranquilizadoras que las de los demás.
trabajo, o, por lo menos no se ha negado a aprovechar las oportunida­ Bajo ningún pretexto sabrá percibir su salvación.
des... ¡Lo que él llama oportunidades! Cuando llega a este momento, el Amada imaginación, lo que más amo en ti es que jamás perdonas.
hombre es profundamente modesto: sabe cómo son las mujeres que ha Únicamente la palabra libertad tiene el poder de exaltarme. Me
poseído, sabe cómo fueron las risibles aventuras que emprendió, la parece justo y bueno mantener indefinidamente este viejo fanatismo
riqueza y la pobreza nada le importan, y en este aspecto el hombre vuel­ humano. Sin duda alguna, se basa en mi única aspiración legítima. Pese
ve a ser como un niño recién nacido; y en cuanto se refiere a la aproba­ a tantas y tantas desgracias como hemos heredado, es preciso recono­
ción de su conciencia moral, reconozco que el hombre puede prescin­ cer que se nos ha legado una libertad espiritual suma. A nosotros corres­
dir de ella sin grandes dificultades. Si le queda un poco de lucidez, no ponde utilizarla sabiamente. Reducir la imaginación a la esclavitud,
tiene más remedio que dirigir la vista hacia atrás, hacia su infancia que cuando a pesar de todo quedará esclavizada en virtud de aquello que
siempre le parecerá maravillosa, por mucho que los cuidados de sus edu­ con grosero criterio se denomina felicidad, es despojar a cuanto uno
cadores la hayan destrozado. En la infancia, la ausencia de toda norma encuentra en lo más hondo de sí mismo del derecho a la supremajusti­
conocida ofrece al hombre la perspectiva de múltiples vidas vividas al cia. Tan sólo la imaginación me permite llegar a saber lo que puede lle­
mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusión; sólo le interesa la faci­ gar a ser, y esto basta para mitigar un poco su terrible condena; y esto
lidad momentánea, extremada, que todas las cosas ofrecen. Todas las basta, también, para que me abandone a ella, sin miedo al engaño (como
mañanas, los niños inician su camino sin inquietudes. Todo está al si pudiéramos engañarnos todavía más). ¿En qué punto comienza la
alcance de la mano, las peores circunstancias materiales parecen exce­ imaginación a ser perniciosa y en qué punto deja de existir la seguridad
lentes. Luzca el solo esté negro el cielo, siempre seguiremos adelante, del espíritu? ¿Para el espíritu, acaso la posibilidad de errar no es sino
jamás dormiremos. una contingencia del bien?
Queda la locura, «la locura que solemos recluir», como muy bien
Pero no se llega muy lejos a lo largo de este camino; y no se trata
solamente de una cuestión de distancia. Las amenazas se acumulan, se se ha dicho. Esta locura o la otra ... Todos sabemos que los locos son
cede, se renuncia a una parte del terreno que se debía conquistar. Aque­ internados en mérito a un reducido número de actos jurídicamente repro­
lla imaginación que no reconocía límite alguno, ya no puede ejercerse bables, y que, en la ausencia de estos actos, su libertad (la parte visible
sino dentro de los límites fijados por las leyes de un utilitarismo con­ de su libertad) no sería puesta en tela de juicio. Estoy plenamente dis­

133
132 DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNACIO

.." ..ndnucia de novelas. Todos ponen a contribución sus pequeñas dotes


imaginación, en el sentido que ésta les induce a quebrantar ciertas re,. "
puesto a reconocer que los locos son, en cierta medida, víctimas de 11,,)

reglas cuya transgresión define la calidad de loco, lo cual todo ser hllJDle
1111 .lllls~rvación». A fin de proceder a aislar los elementos esenciales,
M l'uIII Valéry propuso recientemente la formación de una antología
'11 IUl(lI~ se reuniera el mayor número posible de novelas primerizas
no ha de procurar saber por su propio bien. Sin embargo, la profunda
indiferencia de que los locos dan muestras con respecto a la crítica di I'lIVU insensatez esperaba alcanzase altas cimas. En esta antología tam­
hlt'n íigurarían obras de los autores más famosos. Ésta es una idea que
que les hacemos objeto, por no hablar ya de las diversas correcciones
que les infligimos, permite suponer que su imaginación les proporcio­ luuuu a Paul Valéry, quien no hace mucho me aseguraba, en ocasión de
na grandes consuelos, que gozan de su delirio lo suficiente para sopor­ hnhlarme del género novelístico, que siempre se negaría a escribir la
tar que tan sólo tenga validez para ellos. Y, en realidad,las alucinacio­ _1f(lIi~nte frase: la marquesa salió a las cinco. Pero, ¿ha cumplido la pala­
nes, las visiones, etcétera, no son una fuente de placer despreciable. La 11111 dada?
Si reconocemos que el estilo pura y simplemente informativo, del
sensualidad más culta goza con ella, y me consta que muchas noches
acariciaría con gusto aquella linda mano que, en las últimas páginas de que la frase antes cita constituye un ejemplo, es casi exclusivo patri­
L 'lntelligence, de Taine, se entrega a tan curiosas fechorías. Me pasa­ monio de la novela, será preciso reconocer también que sus autores no
ría la vida entera dedicado a provocar las confidencias de los locos. Son son excesivamente ambiciosos. El carácter circunstanciado, inütilmen­
te particularista, de cada una de sus observaciones me induce a sospe­
gente de escrupulosa honradez, cuya inocencia tan sólo se puede com­
parar a la mía. Para poder descubrir América, Colón tuvo que iniciar el char que tan sólo pretenden divertirse a mis expensas. No me permiten
viaje en compañía de locos. Y ahora podéis ver que aquella locura dio tener siquiera la menor duda acerca de los personajes. ¿Será este per­
frutos reales y duraderos. sonaje rubio o moreno? ¿Cómo se llamará? ¿Le conoceremos en vera­
No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera no...? Todos estos interrogantes quedan resueltos de una vez para siem­
de la imaginación. pre, a la buena de Dios; no me queda más libertad que la de cerrar el
libro, de lo cual no suelo privarme tan pronto llego a la primera página
Después de haber instruido proceso a la actitud materialista, es
imperativo instruir proceso a la actitud realista. Aquélla, más poética de la obra, más o menos. i Y las descripciones! En cuanto a variedad,
nada hay que se les pueda comparar, no son más que superposiciones
que ésta, desde luego, presupone en el hombre un orgullo ciertamen­
te monstruoso, pero no comporta una nueva y más completa frustra­ de imágenes de catálogo, de las que el autor se sirve sin limitación algu­
ción. Es conveniente ver ante todo en dicha escuela una bienhechora na, y aprovecha la ocasión para poner bajo mi vista sus tarjetas posta­
reacción contra ciertas risibles tendencias del espiritualismo. Y, por les, buscando que juntamente con él fije mi atención en los lugares
fin, la actitud materialista no es incompatible con cierta elevación inte­ comunes que me ofrece:
lectual.
La pequeña estancia a la que hicieron pasar al joven tenía las
Contrariamente, la actitud realista, inspirada en el positivismo,
paredes cubiertas de papel amarillo; en las ventanas había geranios y
desde santo Tomás a Anatole France, me parece hostil a todo género de
elevación intelectual y moral. Le tengo horror por considerarla resulta­ estaban cubiertos con cortinillas de muselina; el sol poniente lo ilumi­
naba todo con su luz cruda. En la habitación no había nada digno de
do de la mediocridad, del odio, y de vacíos sentimientos de suficiencia.
Esta actitud es la que ha engendrado en nuestros días esos libros ridícu­ ser destacado. Los muebles de madera blanca eran muy viejos. Un
diván de alto respaldo inclinado, ante el diván una mesa de tablero ova­
los y esas obras teatrales insultantes. Se alimenta incesantemente de las
lado, un lavabo y un espejo adosados a un entrepaño. unas cuantas
noticias periodísticas, y traiciona a la ciencia y al arte, al buscar hala­
sillas arrimadas a las paredes, dos o tres grabados sin valor que repre­
gar al público en sus gustos más rastreros; su claridad roza la estulticia,
y está a altura perruna. Esta actitud llega a perjudicar la actividad de las sentaban a unas señoritas alemanas con pájaros en las manos... A eso
mejores inteligencias, ya que la ley del mínimo esfuerzo termina por se reducía el mobiltario',
imponerse a éstas, al igual que a las demás. Una consecuencia agrada­
ble de dicho estado de cosas estriba, en el terreno de la literatura, en la 1 Dostoievski: CrImen y castigo.

134
DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO INTERNA ClONA
135

No estoy dispuesto a admitir que la inteligencia se ocupe, siqui.,


'"11",111 sobre los sentimientos''. De ahí nacen largas exposiciones cuya
ra de paso, de semejantes temas. Habrá quien diga que esta Parvularil;~
descripción está en el lugar que le corresponde, y que en este punto de '
n''''/1I persuasiva radica tan sólo en su propio absurdo, y que tan sólo
Imponerse al lector, mediante el recurso a un vocabulario abs­
1111111111
la obra el autor tenía sus razones para atormentarme. Pero no por eso
1111110. bastante vago, ciertamente. Si con ello resultara que las ideas
dejó de perder el tiempo, porque yo en ningún momento he penetrado
"lIrl'lllcs que la filosofía se ha ocupado de estudiar, hasta el presente
en tal estancia. La pereza, la fatiga de los demás no me atraen. Creo
l1I11Ill('nlo, penetrasen definitivamente en un ámbito más amplio, yo sería
que la continuidad dela vida ofrece altibajos demasiado contrastados
.1 primero en alegrarme. Pero no es así, y todo queda reducido a un sim­
para que mis minutos de depresión y debilidad tengan el mismo valor
1'11' discreteo; por el momento, los rasgos de ingenio y otras galanas
que mis mejores minutos. Quiero que la gente se calle tan pronto deje
hllhilidades, en vez de dedicarse a juegos inocuos consigo mismas, ocul­
de sentir. Y quede bien claro que no ataco la falta de originalidad por
11111 a nuestra visión, en la mayoría de los casos, el verdadero pensa­
la falta de originalidad. Me he limitado a decir que no dejo constancia
1111('1110 que, a su vez, se busca a sí mismo. Creo que todo acto lleva en
de los momentos nulos de mi vida, y que me parece indigno que haya
~l su propia justificación, por lo menos en cuanto respecta a quien ha
hombres que expresen los momentos que a su juicio son nulos. Permi­
~Idll capaz de ejecutarlo; creo que todo acto está dotado de un poder de
tidme que me salte la descripción arriba reproducida, así como muchas
otras. nrudiación de luz al que cualquier glosa, por ligera que sea, siempre
debilitará. El solo hecho de que un acto sea glosado determina que, en
y ahora llegamos a la psicología, tema sobre el que no tendré el
menor empacho en bromear un poco. cierto modo, este acto deje de producirse, El adorno del comentario nin­
glm beneficioproduce al acto. Los personajes de Stendhal quedan aplas­
El autor coge un personaje, y, tras haberlo descrito, hace peregri­
lados por las apreciaciones del autor, apreciaciones más o menos acer­
nar a su héroe a lo largo y ancho del mundo. Pase lo que pase, dicho
tadas pero que en nada contribuyen a la mayor gloria de los personajes,
héroe, cuyas acciones y reacciones han sido admirablemente previstas,
a quienes verdaderamente descubrimos en el instante en que escapan
no debe comportarse de un modo que discrepe, pese a revestir aparien­
del poder de Stendhal.
cias de discrepancia, de los cálculos de que ha sido objeto. Aunque el
Todavía vivimos bajo el imperio de la lógica, y precisamente a eso
oleaje de la vida cause la impresión de elevar al personaje, de revolcar­
quería llegar. Sin embargo, en nuestros días, los procedimientos lógi­
lo, de hundirlo, el personaje siempre será aquel tipo humano previa­
cos tan sólo se aplican a la resolución de problemas de interés secun­
mente formado. Se trata de una simple partida de ajedrez que no des­
dario. La parte de racionalismo absoluto que todavía sigue en boga sola­
pierta mi interés, porque el hombre, sea quien sea, me resulta un
mente puede aplicarse a hechos estrechamente ligados a nuestra
adversario de escaso valor. Lo que no puedo soportar son esas lamen­
experiencia. Contrariamente, las finalidades de orden puramente lógi­
tables disquisiciones referentes a tal o cual jugada, cuando ello no com­
co quedan fuera de su alcance. Huelga decir que la propia experiencia
porta ganar ni perder. Y si el viaje no merece las alforjas, si la razón
se ha visto sometida a ciertas limitaciones. La experiencia está confi­
objetiva deja en el más terrible abandono -y eso es lo que ocurre- a
nada en una jaula, en cuyo interior da vueltas y vueltas sobre sí misma,
quien la llama en su ayuda, ¿no será mejor prescindir de tales disquisi­
y de la que cada vez es más difícil hacerla salir. La lógica también se
ciones? «La diversidad es tan amplia que en ella caben todos los tonos
basa en la utilidad inmediata y queda protegida por el sentido común.
de voz, todos los modos de andar, de toser, de sonarse, de estornu­
So pretexto de civilización, con la excusa del progreso, se ha llegado a
dar. ..»2. Si un racimo de uvas no contiene dos granos semejantes, ¿a
desterrar del reino del espíritu cuanto pueda calificarse, con razón o sin
santo de qué describir un grano en representación de otro, un grano en
ella, de superstición o quimera; se ha llegado a proscribir todos aque­
representación de todos, un grano que, en virtud de mi arte, resulte
llos modos de investigación que no se conformen con los usos impe­
comestible? La insoportable manía de equiparar lo desconocido a lo
rantes. Al parecer, tan sólo al azar se debe que recientemente se haya
conocido, a lo clasificable, domina los cerebros. El deseo de análisis
descubierto una parte del mundo intelectual, que, a mi juicio, es, con
2 Pascal.
3 Barres, Proust.

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194
DOCUMENTOS DEL VANGUARDISMO HISPÁNICO
('HEACIONISMO

2. CREACIONISMO
nosotros también podemos crear realidades en un mundo nuestro, en un
mundo que espera su fauna y su flora propias. Flora y fauna que sólo el
Antes de su primer viaje a España en 1918, el chileno Vicente Htd«
poeta puede crear, por ese don especial que le dio la misma Madre Natu­
dobro ya había formulado las bases de su poética en dos textos, la pro­
raleza a él y únicamente a él».
sa «Non serviam», en la que declara la emancipación del artista res­
pecto a la naturaleza, y el célebre poema «Al1epoética», donde considera Non serviam. No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo.
Te servirás de mí; está bien. No quiero y no puedo evitarlo; pero yo tam­
al poeta un pequeño dios creador. En 1921, en su revista bilingiie Crea-<
ción / Création, Huidobro incluyó varios escritos programáticos en 101 hién me serviré de ti. Yo tendré mis árboles que no serán como los
que extendía el certificado de defunción a la vanguardia destructiva J tuyos, tendré mis montañas, tendré mis ríos y mis mares, tendré mi cielo
y mis estrellas.
convocaba a una etapa de construcción. Antes, en octubre de 1919, uno
y ya no podrás decirme: «Ese árbol está mal, no me gusta ese
de sus más importantes seguidores españoles, Gerardo Diego, publicó
cielo ... , los míos son mejores».
en la revista Cervantes el artículo «Posibilidades creacionistas» en el
que analizaba las imágenes creacionistas, tan influyentes luego en /Q Yo te responderé que mis cielos y mis árboles son los míos y no
poesía del grupo del 27. los tuyos y que no tienen por qué parecerse. Ya no podrás aplastar a
nadie con tus pretensiones exageradas de vieja chocha y regalona. Ya
nos escapamos de tu trampa.
Adiós, viejecita encantadora; adiós, madre y madrastra, no renie­
Vicente Huidobro
go ni te maldigo por los años de esclavitud a tu servicio. Ellos fueron la
Non serviam más preciosa enseñanza. Lo único que deseo es no olvidar nunca tus
lecciones, pero ya tengo edad para andar solo por estos mundos. Por los
tuyos y por los míos.
y he aquí que una buena mañana, después de una noche de pre­
Una nueva era comienza. Al abrir sus puertas de jaspe, hinco una
ciosos sueños y delicadas pesadillas, el poeta se levanta y grita a la
madre Natura: Non serviam, rodilla en tierra y te saludo muy respetuosamente.
(1914)
Con toda la fuerza de sus pulmones, un eco traductor y optimista
repite en las lejanías: «No te serviré».
La madre Natura iba ya a fulminar al joven poeta rebelde, cuando
éste, quitándose el sombrero y haciendo un gracioso gesto, exclamó: Arte poética
«Eres una viejecita encantadora».
Que el verso sea como una llave
Ese non serviam quedó grabado en una mañana de la historia del

Que abra mil puertas.


mundo. No era un grito caprichoso, no era un acto de rebeldía superficial.

Una hoja cae; algo pasa volando;


Era el resultado de toda una evolución, la suma de múltiples experiencias.

Cuanto miren los ojos creado sea,


El poeta, en plena conciencia de su pasado y de su futuro, lanzaba

al mundo la declaración de su independencia frente a la naturaleza.


Y el alma del oyente quede temblando.
Ya no quiere servirla más en calidad de esclavo.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;


El poeta dice a sus hennanos: «Hasta ahora no hemos hecho otra
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
cosa que imitar al mundo en sus aspectos, no hemos creado nada. ¿Qué
ha salido de nosotros que no estuviera antes parado ante nosotros,
rodeando nuestros ojos, desafiando nuestros pies o nuestras manos?», Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
»Hernos aceptado, sin mayor reflexión, el hecho de que no puede
haber otras realidades que las que nos rodean, y no hemos pensado que Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:

.,

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