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Tengo 42 años. Soy americana y judía, una yenta (casamentera en yiddish) con
MBA de Harvard. Llevo 15 años casada: tres hijos. Podemos trabajar desde
cualquier lugar del mundo y hemos elegido Barcelona. Mi tasa de éxito como
match maker es del ochenta por ciento: he logrado más de doscientos
matrimonios y muy buen karma
- ¿A qué se refiere?
- Cuente, cuente...
- Para empezar, no sólo tiene que querer una pareja, también tiene
que necesitarla y ser capaz de mantenerla. Y no todos sirven.
- ¡Qué me va a contar!
- ¡Es que las técnicas eficaces son las mismas! Y, sin embargo,
muchas profesionales del marketing que logran éxitos de ventas son
incapaces de aplicarlas para encontrar una buena pareja. Por eso,
creen que es mucho más difícil encontrar una pareja estable después
de los 35 que vender lavadoras.
- ¡Traidores...!
- Así que una soltera tiene que aplicarse a fondo para conseguirlo: le
voy a explicar ahora las dos iniciativas más sonrojantes, pero
también las más exitosas, para lograr pareja.
- Por cada diez llamadas que haces a tus cien conocidos, logras dos
citas ¡Eso supone veinte oportunidades! ¡Aprovéchelas!
- Las buenas son las que fallan, porque ahí aplico mi exit interview -
menos condicionada- de quien les abandona para detectar fallos y
corregirlos.
- Tu coach debe hacerlo por ti. Enterarse de por qué esa primera cita
no te ha hecho una segunda llamada. Mis cinco últimas exit
interviews coincidieron en que mi clienta hablaba demasiado de su
perro. Y la pobre creía que no la volvían a llamar porque tenía
demasiado éxito profesional.