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RACHEL GREENWALD · PROFESIONAL DEL EMPAREJAMIENTO ('MATCH MAKING')


"¡Ponga a sus amigos a buscarle pareja!"
LLUÍS AMIGUET  - 07/09/2007

Tengo 42 años. Soy americana y judía, una yenta (casamentera en yiddish) con
MBA de Harvard. Llevo 15 años casada: tres hijos. Podemos trabajar desde
cualquier lugar del mundo y hemos elegido Barcelona. Mi tasa de éxito como
match maker es del ochenta por ciento: he logrado más de doscientos
matrimonios y muy buen karma

- Lo primero que hago cuando una clienta me contrata para que le


consiga pareja es obligarla a que rompa la cafetera.

- Bien: el café es anafrodisiaco.

- No es por eso. Lo que pasa es que si ella toma el café en casa,


pierde la oportunidad de conocer a alguien interesante en un café.

- ¿Se encuentra pareja en un café?

- Es posible si se deja el Ipod en casa y cualquier revista, libro u otro


parapeto para esconder su soledad: acéptese y acepte su soltería y
pronto la remediará. Mire usted interesada alrededor y lleve siempre
un gancho.

- ¿A qué se refiere?

- A algo para dar conversación. A una amiga americana que vino a


Barcelona le dije que se pusiera un escudo del Barça para dar tema
de charla a quien quisiera hablarle.

- ¡Buf! Así le dará la brasa cada pesado...

- Yo tengo un MBA en Harvard y, como match maker (emparejadora),


aplico las técnicas que aprendí en la mejor escuela de negocios a la
búsqueda de pareja.

- Cuente, cuente...

- Para empezar, no sólo tiene que querer una pareja, también tiene
que necesitarla y ser capaz de mantenerla. Y no todos sirven.

- ¡Qué me va a contar!

- Yo disuado a los frívolos exigiendo una tarifa que demuestra la


seriedad del cliente.
- No me asuste.

- El precio de un coche de categoría media.

- Compensa si tu nueva pareja va en Rolls.

- Créame: vale la pena si encuentras a la personita de tu vida. Y esa


es la primera premisa de la búsqueda de pareja: encontrarla debe ser
la prioridad absoluta de tu agenda.

- ¿Y cuándo trabajas entonces?

- La mayoría de las mujeres que me consultan son profesionales que


llegan a los 40 sin casarse, porque no han colocado el encontrar
pareja entre sus máximas prioridades y luego descubren demasiado
tarde que lo era.

- De acuerdo: viviremos para ligar.

- ¡No he dicho ligar sino buscar una pareja estable! Segundo:


búsquese un coach (entrenador) personal para esa búsqueda.

- Pero yo ya le pago a usted.

- Yo soy la mejor, pero no todo el mundo puede pagar mis tarifas.


Sólo le aconsejo que busque a alguien como yo, que le juzgue desde
fuera y le aconseje y le anime y apoye.

- Alguien encontraré que no me cobre.

- Después consiga una marca personal: distíngase de las demás


personas que buscan pareja; ofrezca algo más que los demás.

- A ver qué se me ocurre...

- Cambie sus rutinas; expanda su mercado; cree su red de ventas;


consiga visibilidad; incentive a sus distribuidores...

- Parece que venda usted lavadoras.

- ¡Es que las técnicas eficaces son las mismas! Y, sin embargo,
muchas profesionales del marketing que logran éxitos de ventas son
incapaces de aplicarlas para encontrar una buena pareja. Por eso,
creen que es mucho más difícil encontrar una pareja estable después
de los 35 que vender lavadoras.

- Siempre hay un parche para un descosido.


- No tantos. En EE. UU. viven 28 millones de mujeres solteras de más
de 35 años y sólo 18 millones de hombres solteros: los solteros
prefieren mujeres mucho más jóvenes.

- ¡Traidores...!

- Así que una soltera tiene que aplicarse a fondo para conseguirlo: le
voy a explicar ahora las dos iniciativas más sonrojantes, pero
también las más exitosas, para lograr pareja.

- Estoy dispuesto a todo.

- ¡Telemarketing! Haga una lista de las cien personas más próximas a


usted -desde su madre hasta su peluquero- y llámelas una por una
pidiéndoles que le concierten una cita con sus amigas o amigos
solteros.

- ¿Y ellos qué obtienen por su gestión?

- Buen rollo. Lograr emparejar a dos solteros proporciona buen


karma: ¡pruébelo!

- ¡Pero qué corte pedir esas citas!

- Fui presentadora de un programa de televisión en la ITN inglesa


donde tratamos de encontrar pareja a tres chicas. Hicimos esas cien
llamadas y, sí, pasaron mucho apuro, pero todo el mundo trató de
ayudarlas.

- ¿Y recurrir al ligue en internet?

- No lo descarte, pero dedíquele sólo un diez por ciento de sus


esfuerzos: la red roba muchísimo tiempo y la mayoría de las citas que
logrará allí una mujer son de tíos salidos.

- ¿Y qué pasa cuando logras esa cita seria?

- No acuda a esa primera cita sin haber sido aceptada en tu físico y


biografía. Y para eso sí que sirven los e-mails: envíele su foto.

- Ya veo que, al final, la carne cotiza.

- Menos de lo que se cree. A una mujer guapa le interesan hombres


que no valoran el físico: muchos singles ya han estado casados y
saben bien lo poco que dura esa atracción.
- ¿Las llamadas de tus amigos logran citas?

- Por cada diez llamadas que haces a tus cien conocidos, logras dos
citas ¡Eso supone veinte oportunidades! ¡Aprovéchelas!

- ¿Y cuántas de esas citas funcionan?

- Las buenas son las que fallan, porque ahí aplico mi exit interview -
menos condicionada- de quien les abandona para detectar fallos y
corregirlos.

- ¿Preguntar por qué te han plantado?

- Tu coach debe hacerlo por ti. Enterarse de por qué esa primera cita
no te ha hecho una segunda llamada. Mis cinco últimas exit
interviews coincidieron en que mi clienta hablaba demasiado de su
perro. Y la pobre creía que no la volvían a llamar porque tenía
demasiado éxito profesional.

- Puede ser humillante.

- Útil. Corrigen errores. Funcionan. El año pasado fui a siete bodas de


mis clientas. ¿Y sabe cuál fue mi regalo? ¡Una cafetera para que
puedan volver a tomar café en su casa!
 
 

TODA UNA VIDA


Cuando el derecho romano instituyó el matrimonio occidental, la
esperanza de vida en el imperio era de 40 años. ¡Y contemplaba el
divorcio y el repudio! Hoy y aquí los hombres vivimos 76,3 de media
(ellas 83: ¡disfrutadlo chicas!). Así que casarse a los 20 con la pareja
"de tu vida" es tan tierno como ilusorio. Por eso, Rachel Greenwald
sabe que su oficio de casamentera global, con MBA de Harvard, tiene
recorrido. Es autora del superventas "Cómo encontrar pareja después
de los 35" (E. Amat), y vela, desde aquí, por su cartera de singles en
todo el planeta: "Hoy el físico ya no es tan importante, porque tras
los 35, todos hemos aprendido que una cara bonita pierde todo su
encanto tras la primera crisis de pareja y que, en cambio, una
personalidad bonita sí es para toda la vida".

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