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TE VAS ACORDAR DE MI

- El Freud de la Villa by Damián Quilici –


PARTE I
CAPÍTULO 1

Un día atípico en la casa de los Fernández. Hay locro, cumbia, truco


y un tío que sacó la guitarra para tocar folclore. Lucas no suelta el
celular para nada. Cada tanto entra a la casa con la excusa de
buscar hielo, o alguna gaseosa, y manda algún que otro audio. La
destinataria de esos mensajes clandestinos es Carla, a la que le
mandó fotos de la gran mesa familiar, y prometió birras, besos y
algo más. Carla vive en la otra punta del conurbano bonaerense,
bien al sur, en Tristán Suárez. Más de una hora en auto si se agarra
por la General Paz yendo desde zona norte, desde Boulogne,
donde vive desde hace 24 años Lucas Fernández.

 ¿Con quién hablás tanto? Pregunta Yanina, su novia desde


hace dos años. La que presentó a la familia. La segunda chica
que lleva a su casa. La hincha de Morón. La de Hurlingham.
 Con los pibes, amor, están re gedes, se ataja Lucas. Hace
meses que viene hablando con Carla, a quien conoció por
Instagram.

Aprovecha los días que Yanina no viene para desvelarse en privado


con ella. Suele quedarse hasta las cuatro de la madrugada
charlando de todo tipo de temas variados. Ella estudia diseño
gráfico y es asesora de imagen. Terminó hace poco una relación de
años con un abogado de renombre del tribunal de Lomas de
Zamora. Y Lucas, le encanta. Es músico, interesante, atractivo y
buen conversador. Le preguntó dos veces si estaba con alguien, él
lo negó. El encuentro es inminente, debe inventarse alguna
presentación con la banda por aquellos lados.

Aunque piensa también, que podría aprovechar su trabajo como


chofer de Uber para verla.
La historia de Lucas, Yanina y Carla. Un triángulo amoroso en
cuarentena.
CAPÍTULO 2

 Gordi, me salió un viaje largo, tengo que llevar a alguien para


el lado de Ezeiza.
 Uy amor, tené cuidado porfa, es muy tarde ¿Por qué no
cancelás?
 No puedo, hoy estuvo flojo el día, necesito guita.
 Bueno, a mí se me cierran los ojitos, avisame porfa cuando ya
estés en tu casa.

Eran las dos de la mañana y después de la cuarta pinta se acordó


de mandar el “mensaje tranquilizador”: Ya estoy en casa amor,
descansá, te amo.

La noche recién comenzaba en aquella cervecería artesanal de


moda en el centro de Monte Grande. Eran días primaverales del
2019. La charla se había puesto interesante, él le dijo para ir a otro
lugar más tranquilo. Carla respondió que sí, y ofició de GPS en las
calles sureñas. Hay un telo acá cerca, le dijo, mientras
aprovechaban el semáforo en rojo para comerse la boca.

Vamos al Nic, Camino de Cintura, dijo ella. Bueno, guíame,


contestó Lucas. Fue el inicio de un amor intenso y peligroso, para
él. Se enamoró de la seguridad en sí misma que Carla tenía. Sus
proyectos, ganas de viajar, el sueño de tener su propio
emprendimiento. Todo lo contrario a Yanina, que era más familiera,
de barrio, sin muchas aspiraciones más que ver al gallito del oeste
jugando en primera, atendía un kiosco por las tardes y odiaba la
cerveza artesanal, prefería del pico y bien helada.

 La pasé genial anoche.


 Lindo, yo también ¿Qué hacías?
 Tomando mates acá en casa, si no respondo es porque mi
vieja no quiere que esté con el celular en la mesa ¿Sabes?
 Bueno, no te hagas drama.
 Sos hermosa, quiero volver a verte.
 Bueno, yo también. El domingo si queres vamos para el lado
de la Laguna de Monte.
 No conozco, pero dale, si no tengo mucho laburo, vamos.

Todos los planes que tenía con Carla dependían de si Yanina se


quedaba a dormir en Boulogne o no. De a poco se iba complicando
la vida él solito.
CAPÍTULO 3

 ¿Nos vemos el finde?


 Puede ser, depende como labure estos días.
 Bueno, te extraño.
 Yo también.
 ¿Te pasa algo?
 No, nada, todo bien.
 ¿Te puedo llamar? Necesito escucharte.
 Ahora te llamo yo, termino unas cositas en la compu y
hablamos.

Los momentos de mayor tensión se daban en los momentos en los


que Yanina estaba pegado al lado de él. Ella le decía que deje el
celular un rato, que quería mimos. Él ponía la excusa de estar
atento al laburo. Aprovechaba cada viaje para charlar con Carla. A
veces le tocaban trayectos cortos y la colgaba cargando GNC con
tal de seguir hablando con ella. Cuando llegaba a su casa y lo
esperaba Yanina, ponía el aparato en modo avión, de ese modo se
cubría de algún llamado ocasional de su amante. Pasaba media
hora en el baño todas las noches antes de dormir, respondiendo
mensajes y deseando las buenas noches. Cuando no estaba con
Yanina, otro era el asunto. Se había acostumbrado a las
videollamadas y una vez por semana iba para Tristán Suárez a
verla. Carla alquilaba, vivía sola en una especie de departamento
con patio. Y después de semanas de conocerse, todos los
encuentros amorosos eran ahí.

 Amor ¿Qué onda que te están saliendo viajes largos todas las
semanas?
 Ah, sí. Un chabón que labura acá cerca, lo llevo a la casa. Un
milico.
 ¿Pero una sola vez por semana?
 Sí, no sé qué onda, no pregunto mucho.
 ¿Pero siempre te engancha a vos? no entiendo.
 La primera vez si, después le pase mi número.
 Qué raro...

Yanina siempre estaba un paso adelante. Ahora redoblaba la


apuesta y le comentaba las fotos de las redes sociales. Puso de
perfil en Facebook una foto con él y le sugirió que acepte la
etiqueta. Él como siempre, poniendo la excusa de que no le
interesaba entrar a su perfil. Ah pero para compartir memes si
entrás, no? Le recriminaba Yanina. A Lucas Fernández se le había
ido de las manos la situación.
CAPÍTULO 4

Una noche de verano del 2018 en el Galpón de Hurlingham. Yanina


quería juntarse a tomar algo con su amiga Meli, algo tranqui. Había
trabajado hasta tarde, tenía calor, y necesitaba olvidar a ese amor
que no fue. Meli le dijo de ir a ver a unas bandas de rock, cerca de
la estación Rubén Darío. Yanina tan acostumbrada a la parranda
tropical lo dudó un poquito pero al final aceptó.

En esa fecha conoció a Lucas. Fue amor a primera vista. Lo encaró


a la salida, cuando cargaban los instrumentos. Él tocaba la guitarra
y era la voz de ese trio power de Boulogne, con claras influencias
de Divididos. Para Lucas, tocar en Hurlingham fue como un sueño,
la ciudad donde hizo base Sumo, su banda favorita.

 Muy bueno lo tuyo, capo.


 Ey gracias, me alegro que te haya gustado.
 A mi amiga agradecele, ella me trajo.
 Ah, una genia. Lucas me llamo, un gusto.
 Yanina, mi amiga Meli ¿Ya te vas?
 Un gusto, chicas. Sí, tengo un viajecito hasta casa.
 ¿De dónde sos?
 Boulogne ¿Conoces?
 Si, acá nomas. Quedate un toque, te invito la birra.
 ¿Vos decís?
 Re digo, sentate dale.

Cuando Meli se despidió de ambos, nacía la historia de amor de


Lucas y Yanina. A él lo deslumbró su mirada, su labia, su forma de
observar la vida, su sencillez. A ella lo atrapó el carisma, su rostro
aniñado, sus proyectos ambiciosos. Ese verano, al mes de
conocerse, pasaron juntos una semana en la costa. Noches de rock
y cumbia, milanesas y mucho vino. De guitarreadas en la playa
hasta el amanecer. Las vacaciones perfectas, con la compañía
soñada.

Según Freud, la bigamia o la infidelidad estarían justificadas en el hombre por


la existencia de dos corrientes, una tierna y la otra sensual, que conformarían
el deseo y el amor en la etapa edípica, y se reproducirían después de
transitada la infancia y de acuerdo a las experiencias vividas en ella: a mayor
prohibición mayor disyunción de la vida amorosa.

En las mujeres, el ingrediente más conflictivo tendría que ver no sólo con el
Edipo, sino con la etapa pre-edípica de la pequeña niña, que una vez
convertida en mujer se cobraría con su amante marido de todos los
sufrimientos y privaciones que tuvo que soportar de su madre.
CAPÍTULO 5

 ¿Sabes lo que me gusta de vos? Que sos todo lo contrario a


mí. Me sacás de la zona de confort todo el tiempo. Yo estaba
acostumbrada a otro tipo de relación, en otro ambiente, más
académico digamos. Vos sos de barrio, conoces lugares que
yo quisiera caminar, visitar, sos familiero, de comer bien. Todo
eso me atrapa, es lo que necesito para mi vida.
 Me haces poner colorado, Carla. Yo te empecé a seguir en
Instagram y pensaba "mirá si me va a dar bola esta piba" y
bueno, pasó.
 Eso porque me prejuzgaste antes de hablarme. Yo también te
tenía ganas, miraba tus vídeos cantando, tus fotos haciendo
asado. Y también vi que estabas con alguien.
 Estaba, bien dicho.
 ¿Qué pasó?
 Nada, no funcionó. Cosas que pasan.
 Eso dicen todos ¿La seguís viendo?
 No ¿Vos seguís viendo a tu ex?
 No, me bloqueó de todos lados. 32 años y se comportaba
como un pibe de 12.
 Qué paja. Yo también te voy a bloquear, tengo 11 años.
 Jajajaja, tarado.

Pasaron un par de meses ya de relación clandestina. El primer


conflicto se genera cuando Carla le dice que no tiene con quien
pasar las fiestas y le insinuó ir a Boulogne. Pero ese fin de año
2019 fue trágico para los Fernández, muere un tío paterno el 23 de
diciembre. No hay mesa larga familiar y Lucas aprovecha a decirle
que no se siente con ganas de celebrar nada, que lo perdone. Pero
en la casa de Yanina si se festeja, y él va después del brindis,
sacan fotos, muchas, que luego le jugarían en contra.

El segundo conflicto: vacaciones. Carla le propone pasar la


segunda quincena de enero en San Bernardo, en una casa de la
familia. El plan es tentador, pero él ya tiene reservada esas
semanas en Miramar junto a su novia. La doble vida insostenible de
Lucas empieza a generarle dolores de cabeza.
CAPÍTULO 6

Un verano de terror para Lucas Fernández. Adrenalina, tensión,


llamados en momentos inoportunos, audios sin escuchar y más. La
excusa de desconectarse y la poca señal no estaban dando
resultados. Carla vacacionaba con amigas y no dejaba de pensarlo.
Una de las chicas se tomó el trabajo de stalkearlo en las redes.

 Boluda, tiene novia.


 Nada que ver.
 Mirá, hasta hace poco.
 Se pelearon antes de que nos conozcamos.
 Qué raro, bueno vos sabrás.
 Ay, basta. No me hagas la cabeza. Lo voy a llamar de nuevo.
 Yo que vos le caigo a Miramar ¿Te dijo donde paraba?
 No, pero ni loca. Está con la familia.
 ¿Te mandó fotos?
 Sí, pero de él, en la playa. Para qué quiero ver a los
parientes?
 ¿Querés saber si está con alguien? Hacele una videollamada.
 No, lo conozco, aparte se está desconectando de todo.

Carla dejó a su novio abogado porque él no le perdonó que haya


estado con un colega suyo; Yanina le había sido infiel a su ex con
un patovica de Xelha de Villa Devoto; Lucas necesitaba levantar la
autoestima después de haber sido engañado con un integrante de
su anterior banda. Las historias de infidelidad son moneda corriente.
Nadie resiste un archivo. Lo peor de vivir dos vidas paralelas estaba
por llegar. Nadie pero nadie se la vio venir.
Se terminaba el verano 2020 y la globalización haría lo suyo.
Mientras tanto en Boulogne, Yanina se instalaba en la casa de los
Fernández. Harta de los problemas familiares, encontró refugio en
su suegra, que la amaba. Carla blanqueaba la relación con Lucas,
les presentó a sus padres.

Dos novias, dos historias, mil quilombos en puerta.


CAPÍTULO 7

La última vez que Lucas Fernández estuvo con Carla fue el pasado
16 de marzo. Mientras se rumoreaba sobre una cuarentena
nacional y el Covid-19 era declarado pandemia mundial por la
Organización Mundial de la Salud. Esa noche se abrazaron fuerte.
Fue la primera vez que se dijeron "te amo" mirándose a los ojos.

 ¿Vos siempre vas a estar conmigo?- Le dijo ella.


 Siempre - le respondió él.

Le regaló un perfume caro, que luego debió blanquear con Yanina.


La excusa fue "me lo regaló el milico, tiene un negocio de venta de
importados".

El confinamiento obligatorio los encontró conviviendo juntos.


Aquella noche del 19 de marzo, cuando el presidente Alberto
Fernández decretó cuarentena obligatoria, el mundo se le vino
abajo. Carla lo llamaba. Yanina tenía miedo. Lucas esperaba lo
peor.

 Atendeme boludo ¿Qué onda?


 Bancame un toque que estoy en plena discusión familiar.
 Bueno, avisame y te llamo. Estoy sola, no sé cómo voy a
hacer. ¿Por qué no venís a pasar estos días conmigo?
 No puedo, amor. Está mi familia acá.
 Pero son muchos, son unos días nada más.
 Bueno dejame ver qué onda.

La realidad es que Lucas no podría zafar de ninguna manera. Con


Yanina las cosas estaban bien, eran el uno para el otro. Y no la iba
a dejar en este contexto. Pero con Carla tenía otros planes.
Aprovechaba salir de compras para charlar. Se inventaba tareas
fuera del hogar. Y sacó un permiso especial para circular, ya que
con Uber no pudo trabajar más. Yanina tenía que seguir laburando,
pero el transporte público se la complicaba, por lo tanto él debía ir a
buscarla todas las noches al oeste.

El primer momento de tensión de la cuarentena: puso el GPS para


volver a Boulogne esquivando el control policial y le entró un
llamado de Carla, si bien la agendaba como "Beto peluquero"
cuando no estaba con ella, la foto de contacto no decía lo mismo.
CAPÍTULO 8

 Te están llamando ¿Atiendo?


 No no, dejá.
 ¿El peluquero? ¿A ésta hora?
 Es para confirmar un turno. Está atendiendo en forma
clandestina y quería venir a casa mañana.
 Pero si no tenés tan largo el pelo. Te pusiste nervioso,
pelotudo.
 Me quiero rapar a los costados. Me puse nervioso porque este
GPS me está mandando por cualquier lado.
 Bueno ¿Me dejás contestarle a Beto peluquero?
 Gordi, dejame de romper las bolas. Yo no me meto en tus
charlas privadas.
 ¿El peluquero es charla privada?
 No, pero es un pibito de Villa Hidalgo que se está ganando la
vida cortando el pelo porque se está cagando de hambre.
 Ay, bueno. Perdón.

Fue la última vez que dejó el celular a la vista. Los llamados de


"Beto peluquero" eran frecuentes. También le escribía por las
madrugadas. Yanina tuvo la idea de mirar una serie juntos, y en
esas maratones ninguno de los dos podía agarrar el celular. Lucas
sufría, cuando al fin iba al baño, respondía los cientos de mensajes
de Carla. Todos a la vez. Siempre ponía como excusa que estaba
hablando con la madre, aunque sean las tres de la mañana. Luego
cambió la estrategia: le dijo que arrancó a trabajar repartiendo
bolsones de verduras y que por eso debía dormirse temprano. A
partir de ahí, empezó a relajarse, se acostaba temprano a mirar
"The Mentalist" con Yanina, sin temor a recibir llamados o
mensajes. Un defecto de Carla: los audios de voz de ocho minutos
como mínimo.

 Mi amor, necesito que vengas mañana.


 ¿A qué hora?
 A la que sea. Si queres quedate y te vas a trabajar desde acá.
Comemos algo rico.
 Bueno, dejame ver como arreglo, tengo banda de laburo.
 -Dale, te llamo más tarde, antes de que te duermas, quiero
escucharte.
 Bueno, pero avisame, no estoy con el celu encima, estoy con
la guitarra, me estoy volviendo loco acá.
CAPÍTULO 9

Con Yanina hicieron todo en poco tiempo. Se pusieron de novios a


los quince días, salían todos los fines de semana, se fueron dos
veces de vacaciones y pasaron las fiestas juntos dos años. La
media naranja no existe, pero Lucas y Yanina son tal para cual.
Cumplían años el mismo día: 14 de junio. Dos geminianos
enamorados pueden dominar el mundo. Se amaban, pero con el
tiempo la rutina fue matando ese amor que parecía inmortal. Solo
quedaba la costumbre, esa secuencia en loop de todos los días. Ya
no agarraba la guitarra para cantarle "Crimen" de Cerati al oído,
tampoco le decía que estaba re linda cuando apenas se levantaba,
toda despeinada. A esa pasión solo le faltaba darle el tiro de gracia.
Y apareció Carla.

 Gordi, yo pienso que vos y yo tenemos que hablar. No sé qué


vamos a hacer cuando pase la cuarentena.
 ¿Qué queres hacer?
 Mirá, te amo boluda, pero sabemos que ya nada es lo mismo.
 No me imagino una vida sin vos, eso me pasa a mí. Vamos a
darnos una oportunidad, yo también pienso que ya no somos
los mismos.
 Fueron dos años a todo ritmo, mi amor.
 ¿Fueron? ¿Me estás dejando?
 No, gordi.
 ¿Qué te pasa?
 Eso me pasa. Tenemos que buscarle la vuelta a esto. No
tenemos hijos, somos jóvenes, yo tampoco me imagino estar
sin vos.
 Mi amor, el encierro nos está haciendo mal.
A 60 kilómetros de Boulogne, Carla se encuentra aislada en
soledad. Trabaja en modo home office, mira series mientras lo
hace. Sale a comprar cada cinco días. Todas las noches tiene
reuniones virtuales con sus familiares y amigos. Cuando todo se
apaga, llora. Le teme al futuro, necesita charlarlo con Lucas. Mira
las fotos de la última vez que se vieron. Hay una que le encanta, le
pone un filtro, la sube a Instagram, lo etiqueta y en la descripción
pone una frase de una canción de Spinetta que él le dedicó una
vez: "Y si acaso no brillara el sol".
CAPÍTULO 10

Domingo 31 de marzo del 2020. El presidente Alberto Fernández


anuncia la extensión de la cuarentena obligatoria por quince días
más. Salir a la calle se convierte en algo anormal. Los vecinos
denuncian, la policía te pide el permiso para circular. En los barrios
golpea fuerte el encierro, pero la mayoría de las casas tienen patio,
un pequeño paraíso en tan grande infierno.

Lucas Fernández ya no puede seguir viviendo dos vidas sin costo


alguno. Carla le pide que le de like a la foto que subió y en donde lo
etiquetó, si es que no tiene nada que ocultar. Lo hace, pero anuncia
que va a cerrar todas sus redes sociales porque según él, no quiere
deprimirse viendo noticias sobre el coronavirus. Yanina le pasa un
meme por WhatSapp: trataba de un posteo de una chica, donde
publicaba que durante estos días se dio cuenta que dos de sus
contactos compartían novio.

 Me llegás a hacer eso y te la corto, Fernández.


 La gente está al pedo eh, no tiene vida, que se pongan a leer,
no sé, algo.
 Bueno, qué te enojás conmigo.
 No me enojo, pero me da bronca esa gente que vive
pendiente de los demás, publicando esas cosas, dejen vivir
¿Qué les molesta?
 Es un meme, pelotudo. ¿O vos andas en algo igual?
 En cuarentena, viviendo con vos, uff, a full ando, no sabe'.

Si hay algo que vamos a recordar de este año, son los cursos y
talleres modalidad online que se pusieron de moda. Hay de
literatura, manejo de redes, uñas, cine, inglés, reparación de
celulares, stand up, y uno en especial, que cruza a Yanina y a
Carla: maquillaje.

Una experta en la materia dará mediante la aplicación Zoom una


master class, domingo siguiente a partir de las 10 de mañana.
Luego las chicas que se inscriban, podrán compartir lo aprendido en
un grupo privado de Facebook. Yanina ni la piensa, reserva con la
tarjeta de débito y piensa aprovechar su día de franco para
aprender algo nuevo. Carla estuvo en duda, ya que no se puede dar
el gusto de gastar 800 pesos en un solo día, pero su amiga la
convence y reservan ambas.
CAPÍTULO 11

En la primera fase del enamoramiento priman las emociones de


gran intensidad, estas mismas están regidas por la dopamina y la
adrenalina. Auténticas drogas del cerebro que nos mantienen en un
estado de semieuforia y que le dan forma al amor romántico y
apasionado. En la segunda fase aparece la oxitocina, que es la
hormona del apego. Ahí es donde se desarrolla el amor romántico y
ese estrecho vínculo entre la pareja donde se estabiliza la relación.

Cuando alguien llega a enamorarse de dos personas a la vez,


seguramente esté atravesando por alguna de esas fases. Puede
que con su actual pareja disponga en estos momentos de ese
«amor sexual maduro», mientras que con la persona que acaba de
conocer, esté viviendo esa primera fase de euforia regida por la
adrenalina y la oxitocina. Mientras que una le ofrece estabilidad, la
otra le aporta la emoción, la intensidad de lo nuevo.

Lucas pensaba aprovechar el domingo por la mañana para visitar a


Carla. Hasta que se enteró de que también iba a ser parte del curso
de maquillaje en el que Yanina se había inscripto.

En la casa de los Fernández no hay ambientes disponibles para


tomar una clase online sin que haya ruidos molestos. Por lo tanto lo
haría desde la habitación de ambos. Lucas se la ve venir. Tiene una
bola de nervios en el estómago que le quitó hasta el apetito.

 ¿No comés más, amor?


 No, no sé qué me pasa.
 Contame.
 Nada, me pone nervioso la situación. No generar ingresos
como antes.
 Bueno, pero tranquilo, yo puedo bancar con mi laburo. Ni te
preocupes por eso.
 Ya sé, pero me preocupo igual, gordi.
 Te amo, bobito. El domingo, en el curso ¿Querés ser mi
modelo a maquillar?
 ¿Qué?
 Si, se puede practicar con alguien y yo quiero maquillar a mi
novio el más lindo.
CAPÍTULO 12

 El domingo tengo el curso online de maquillaje y me gustaría


practicar con un lindo.
 Jaja, los domingos son sagrados mi amor. Duermo hasta
tarde.
 Pero escapate el sábado, dormimos juntos y al otro día me
bancás unas horitas, me cebás mates al menos.
 Alto plan.
 Bueno, pero hoy es viernes, ya deberíamos confirmar y aparte
necesito ir al súper, compro para que comamos también y
algunas birritas.
 Bueno, bancame a ver qué onda en casa, con la familia.

Llega un momento en donde la mentira ya no se puede sostener.


Para el mentiroso compulsivo, no hay nada que lo aterre más, que
decir la verdad. Pero Lucas Fernández sacaba excusas de donde
menos se podía imaginar. Curiosamente ese viernes a la noche,
empezó a tener fiebre y un poco de tos seca. Carla intentaba
llamarlo sin éxito. Le dijo que se cuide, que le avise cualquier cosa,
que ojalá no sea nada, y que ya habló con su amiga para
maquillarla el domingo.

 Gordi ¿Podemos hablar un toque?


 Sí, obvio ¿Qué onda?
 Nada, me parece que esto de la convivencia nos está
haciendo mal, sumado al encierro, estamos perdiendo la
magia que supimos tener.
 ¿Vos decís? Yo estoy bien, pero si querés estar solo, dejame
resolver mis temitas y me voy.
 No es que quiero estar solo, yo te amo, pero pasamos tanto
tiempo junto que llega un momento que se vuelve irritante
para los dos.
 Tranquilo, ya sé que esto nos hace mal, no podemos salir a
pasear, ni a tomar algo. Pero ya va a pasar.
 No sé. Voy a cerrar mis redes sociales, me voy a poner a leer,
hacer algo productivo.
 Capaz te hace bien, yo después del domingo me voy unos
días a casa. Veremos qué pasa si te sentís mejor.
 Yo me siento bien, pero no es lo mismo.
 No sé, yo presiento que algo malo está por pasar.
CAPÍTULO 13

 ¿Qué estás diciendo?


 Nada, tengo una sensación horrible de que todo se termine.
Estás raro.
 Nada que ver, vení bobita, te amo. Abrazame dale.
 Prometeme que si algún día se te va el amor por mí, me lo
vas a decir.
 Te lo prometo, y dejá de pensar giladas.

Es domingo. Día soleado en todo Buenos Aires y en gran parte del


país. Todo el mundo en cuarentena. Todo el mundo haciendo algo
en las redes sociales. Todo el mundo subiendo recetas de comida,
amasando pan, haciendo Serenito casero.

Antes de arrancar el curso online de maquillaje, Carla le pregunta a


Lucas si fue a la guardia, si se sentía bien, y que lo extrañaba
banda, que lo amaba. Yanina también le dice que lo ama, aunque
no haya aceptado ser maquillado en vivo. Al fin comienza. Todas
las chicas se presentan: Hola, me llamo Yanina, soy de Boulogne.
En la otra punta del conurbano bonaerense, bien al sur, hace lo
mismo Carla.

Cuatro horas en modalidad online intensivo. Al final del taller, la


coordinadora agrega a todas las participantes, primero a un grupo
de WhatSapp y luego a uno de Facebook donde irán subiendo
material exclusivo.

 Boluda decime que te diste cuenta.


 ¿Qué cosa?
 Mirá, la piba de Boulogne que hizo el curso tiene una foto con
Lucas.
 ¿Qué?
 Entrá al perfil.
 Pará ¿Qué carajos es esto? En una relación con Lucas
Fernández, ay, no amiga, esto no está pasando, decime que
no por favor, ay, noooo...
 Boluda, hacelo mierda, tienen las dos la misma foto.
 No no no, es mentira esto, decime que es mentira amiga, es
una joda, ME QUIERO MORIR HIJO DE PUTAAAA
 Calmate boluda, ya está, vamos a llamarlo, capaz que es la ex
que no cambió la situación sentimental, suele pasar.
 No me puede pasar esto a mi ¿ME ENTENDÉS? ME PUSE A
SALIR CON ESTE PELOTUDO, VENÍA A DORMIR ACÁ, MIS
VIEJOS YA SABEN!

Es el comienzo del final de la aventura de Lucas. Yanina recibe un


mensaje privado de Carla. Grata sorpresa al ver que tenían de foto
de perfil, al mismo chico. Compartían novio, como el meme. Todo
es llanto y dolor en aquella habitación de Boulogne City.
CAPÍTULO 14

 No me digas nada. No quiero explicaciones. Me voy solita.


SOS UN SORETE LUCAS FERNÁNDEZ. QUE TE COSTABA
DECIRME LA VERDAD, QUE TE COSTABA DECIRME LO
QUE TE PASABA? ME HACES QUEDAR COMO UNA
PELOTUDA DELANTE DE TODO EL MUNDO. YO
HACIENDO TODO LO POSIBLE PARA REMONTAR ESTA
MIERDA Y A VOS TE CHUPÓ UN HUEVO TODO. NO TE
ENTIENDO, PELOTUDO. ME HICISTE CONCHA PERO
ESTO NO TE VA A SALIR GRATIS. SABES COMO VAS A
SUFRIR, GIL DE MIERDA.
 ¿De qué me hablás?
 -DE ESTO TE HABLO. DE TU NOVIAZGO CON CARLA
PONCE DE TRISTÁN SUÁREZ. DESDE OCTUBRE 2019
QUE ESTÁN SALIENDO. O SEA, CUANDO YO TE
ABRAZABA EN NAVIDAD POR LA MUERTE DE TU TÍO,
VOS TE CAGABAS DE RISA CON ELLA.
 Nada que ver, es una piba que se sacó una foto conmigo
cuando tocamos en Lavallol.
 NO TE ENTIERRES MÁS, PELOTUDO. PORQUE LA LLAMO
Y ARREGLAMOS LAS COSAS POR VIDEOLLAMADA.

Es lunes se acababa la doble vida de Lucas. Carla y Yanina habían


charlado por la mañana.

Ambas fueron víctimas de sus mentiras durante varios meses.


Cayeron todas las fichas, empezaron a atar cabos, y llegaron a la
conclusión de que ninguna de las dos tuvo la culpa. Yanina
entendió que no siempre el amor es exclusivo de dos, y que a veces
así como ella lo hizo con su ex, todo vuelve. Carla aprendió que el
encierro saca lo peor de uno, que la mentira no se puede sostener
en estos tiempos de redes sociales, y que a veces necesitamos de
amistades que nos abran los ojos para ver lo que no queremos ver.

Todavía faltaba lo peor para Lucas. El descargo de su madre, las


hirientes palabras de su novia/amante sureña. Yanina se fue en un
remis, llorando, resignada, y maldiciendo el día que decidió ir a
tomar una birra con Meli, a aquél reducto rockero del oeste.

El amor, como los ahorros en plena pandemia, si no se administra


debidamente, te arruina por un largo tiempo.
CAPÍTULO 15

Un domingo de pascuas rarísimo en Boulogne. Yanina ya no está. Y


el ambiente en lo de los Fernández está denso. Doña Carmen no le
dirige la palabra a su hijo.

Esta vez sí, cerró sus redes sociales. Se refugió en los libros, en la
música y en su única amiga, Milu. Una fan de sus vídeos que se
ganó su confianza ya hace algunos años. Trata de consolarlo. Le
dice que no es la única persona que pasó por esta situación, que a
ella también le sucedió hace un tiempo, cuando anduvo con dos
pibes a la vez. Le hace chistes y después de una semana de puro
dolor, logra sacarle la sonrisa.

El país sigue en cuarentena. Se empiezan a extrañar los abrazos y


en la provincia de Buenos Aires se habla de salir a la calle con
barbijos obligatoriamente. El encierro está matando al amor.
Vivimos de promesas e ilusiones para cuando todo esto pase. El
mundo nuevo que nos espera será muy diferente al que conocimos.

 Lucas, no pensaba escribirte nunca más, pero acá estoy. Lo


que le hiciste a Yanina no tiene perdón. Y yo caí como una
boluda, ahora me siento más tranquila, pero si no venía mi
amiga a casa, no sé qué hubiera pasado. No te voy a juzgar
por haberme mentido, de hecho también lo hice alguna vez.
Pero si, de no haber aclarado las cosas desde un principio. Si
vos me decías que estabas con alguien, y yo la verdad podría
haber decidido si seguía o no. Pero no me diste opción. Me
enamoré y seguí adelante. No es tu culpa, no es la mía. El
amor es así. Lo único que te voy a decir, es que no te puedo
sacar de mi cabeza, no te guardo rencor tampoco. Y creo que
a pesar de todo, te sigo amando, gil de mierda.
 Llamame, Carla.
 No sé si quiero hablar todavía. Perdón. Solo quería
descargarme y espero que estés bien, nada más.

Declaran quince días más de cuarentena obligatoria. La gente no


aguanta más y empieza a salir de a poco a la calle. Con barbijos y
precauciones. Pasó abril y llega un mayo frío, con miles de parejas
en conflicto, personas angustiadas, con ataques de ansiedad y
trastornos depresivos.

Yanina piensa darle una segunda oportunidad a Lucas, pero ya


sería demasiado tarde.
CAPÍTULO 16

Mayo 2020. Pasan a la fase 4 de la cuarentena todas las provincias


del país y muchas localidades del interior, salvo el AMBA, que sigue
con las mismas restricciones que al principio.

En Tristán Suárez, Carla recibe a Lucas. Después de casi dos


semanas de charla, decidieron hablar sobre la situación.

 Bueno, acá me tenés ¿Qué onda?


 Es largo, pero necesitaba verte. Quiero que me digas en la
cara, si querés seguir con esto o no.
 Lo lamento por Yanina, pero posta estoy re enamorada, y te la
re mandaste, sos un pelotudo, pero no paro de pensarte, no
sé qué me hiciste, pibe.
 ¿Vos estás segura? No fue mi intención lastimar a nadie, lo
que fue una pequeña aventura para salir de la rutina, se
convirtió en esto. Yo también me enamoré de vos, no sé cómo
pasó, pero acá estoy.
 Yo también mentí alguna vez, no soy ninguna santa. Quiero
que intentemos algo, pero dejemos en claro algo, si alguno de
los dos quiere hacer la suya, nos avisamos y nos evitamos
estos quilombos. Nadie es de nadie, pero es obvio que nos
necesitamos.
 Yo también te necesito, Carla.

Lucas Fernández se terminó de instalar en el sur ese mismo día. En


Boulogne las cosas no estaban bien. Esa misma noche, cuando
volvió a abrir su Instagram y subió una foto con Carla, recibió el
último mensaje de Yanina. Desde el dolor qué no se cura, el del
alma. El de perder a alguien con quien compartiste todo, desde
mates a la mañana, a comer chocolates en la cama por las noches.
De las birras en aquellos bares, a el fernet de los domingos en
familia. De aquella canción de Catupecu Machu con la guitarra, a
esa cumbia de Efren David bailada en una feroz noche colombiana
en el Tropitango. Todo se pierde de un día para el otro. Hoy estás,
mañana ya no. Hoy amás, mañana ya no.

El amor duele. Como una muela inflamada que no te deja dormir.

Como retortijón de estómago por las mañanas. Como un balazo en


una pierna. No podemos correr del amor. Ni tampoco sabemos lo
que realmente es. Aparece, hoy está, mañana no sabemos.
BONUS TRACK (*)

Último mensaje de Yanina a Lucas:

"Te odié mucho estos días, pero también pensé en todo lo bueno
que pasamos. No tenés la culpa de haberte enamorado de esa
chica. Yo di lo mejor de mí, y si bien te desee lo peor, me llevo los
mejores recuerdos al lado tuyo. Lamentablemente a veces las
cosas no funcionan.

Cosas que pasan, como vos siempre decías. Lo único que te voy a
pedir, es que me borres de todos lados. Que no me busques para
nada. No quiero que sepas más nada de mí. Borrá mi número,
nuestras fotos, los audios que nos mandábamos. Desaparecé y no
dejes que te encuentre de nuevo.

En cuanto a tu nueva pareja, te deseo que seas muy feliz. A vos,


ella ya lo es, porque se quedó con lo que yo pensaba que era el
amor de mi vida. Ojalá no le hagas lo que me hiciste a mí. Ojalá la
respetes. Ojalá le digas que está re linda apenas se levanta toda
despeinada. Ojalá le cantes esa canción que tanto me gustaba al
oído. Ojalá se lleve bien con tu abuela. Ojalá te diga que te ama
cada mañana. Ojalá, Lucas, ojalá que no la cagues, ni que ella
tampoco a vos.

Eso sí, cuando ella se duerma, vos también hacelo, no te quedes


con el celular con el brillo apagado, mandando mensajes a otra
chica para alimentar tu ego. Porque cuando te descubran de nuevo
como lo hice yo, te juro, TE VAS ACORDAR DE MI".

(*) Texto no autorizado por la protagonista para publicar en redes sociales.


Lucas y Carla pasan la cuarentena juntos en este momento.
Mientras ella labura, él le ceba mates, hace las compras y cocina.
Ella no ve la hora de que pase todo esto para escaparse unos días
a la costa, ir a tomar cerveza artesanal a Monte Grande y pasear
los sábados por la feria de Tristán Suárez.
APUNTES

Infieles fuimos todos, de alguna forma, al menos una vez en la vida.


Hay muchas formas de ser infiel, desde una mirada, coqueteo,
pensando qué pasaría si tan solo pudiéramos acercarnos más a esa
persona sin que la otra se entere, hasta hacerlo y entregarnos al
deseo de ser y poseer a otra persona distinta a la que
pertenecemos.

El problema principal con la infidelidad es que implica traicionar la


confianza depositada para mantener en secreto una (o varias)
relaciones afectuosas/sexuales del tipo romántico con alguien sin
un vínculo oficial ante la sociedad como lo es el noviazgo o el
matrimonio.

Existe otro tipo de relación que fusiona lo mejor de la infidelidad y


los amigos con derechos, se llama Poliamor (Poliamory en inglés) el
cuál surge en la década de los noventa y es una tendencia al deseo
de amar a varias personas a la vez de manera consensuada,
consciente y ética no sólo desde el punto de vista sexual sino
romántico.

El término poliamor fue acuñado por Morning Glory Zell-Ravenheart


en el año 1990, aunque se practica desde hace varios años e
incluso existen familias poliamorosas en donde hay niños criados
por diferentes padres y madres que se encuentran involucrados
entre sí en una relación de este tipo conviviendo en la misma casa.

Las personas poliamorosas creen que el amor no tiene que estar


restringido: si amas a una persona deseas lo mejor para ella o él, y
eso incluye poder ampliar su vida sentimental. La práctica
poliamorosa consiste no sólo en tener y mantener varias relaciones
al mismo tiempo, sino que todas las personas implicadas se
conozcan, establezcan vínculos de amistad, intimidad y una serie
de valores como: lealtad, honestidad, respeto, comunicación,
negociación, desapego y compresión (experimentar sentimientos
positivos al ver a la pareja disfrutar de otra relación, es un estado
emocional de felicidad empática, lo opuesto a los celos).

Así como existen distintos tipos de relaciones poliamorosas, están


los polifakes. Son lo que ponen la excusa del poliamor para estar
con alguien. Generalmente suelen ocultar relaciones, solo la usan
cuando son descubiertos.
POEMA FINAL

Eran puros nervios aquella noche en Monte Grande. Fueron los


mejores primeros besos que nos dimos. Nos agarramos de la mano
y dijimos que juntos íbamos a donde sea. El amor del bueno viene
en frasco chico y sin fecha de vencimiento. A veces pienso que la
felicidad se compra, pero la recuerdo a ella bajando del Roca y se
me va la teoría al carajo.

Pensaba en lo lindo que sería amanecer con alguien y apareciste


vos como por arte de magia, en mis sueños. Desde esa vez me
quedó la costumbre de soñar con los ojos bien abiertos.

Aquella noche en Monte Grande sonreías de puros nervios, hasta


que el viento del sur, sonando a guitarra de Black Sabbath te
alborotó el pelo. Y todo se nos volvió más fácil.
PARTE II
Día 1

 ¿Te escribió de nuevo Yanina?


 No, me bloqueó de todos lados.
 Y es obvio, yo haría lo mismo, Fernández.
 No entiendo nada la verdad.
 ¿Qué no entendés? Para mí que quedaste re mal después de ese
mensaje.
 Como terminamos juntos vos y yo, después de todo este bondi.
Tiene razón igual.
 ¿Sentís culpa?
 No sé, me preocupa mi vieja que sigue sin responderme. Está muy
enojada.
 Ya se le va a pasar, eso sí, a mí ni en figuritas me va a querer ver.
 Cuando se calme un poco esto, voy a ir a buscar algunas cosas y de
paso ver qué onda.
 Bueno, necesito mimos, vení.

Los días en el lejano sur son rutinarios. Ambos se quedan hasta tarde
mirando series. Luego se despiertan a las diez de la mañana, hacen fiaca y
al rato se levantan. Se lavan la cara, los dientes, y se sientan a tomar
mates con el noticiero de fondo. Mientras ella trabaja, él se ocupa de
hacer las compras y lavar los platos. Todavía sigue buscando un laburo con
el auto.

Alejado casi de las redes sociales, Lucas ya no quiere tener más quilombos
con nadie. Ahora el que tiene miedo de sufrir es él. Ya conoció por fotos al
ex de Carla y se enteró que se siguen hablando por cuestiones formales:
hay un plazo fijo en el banco, ahorros que tenían para unas vacaciones en
Europa, plan que la pandemia echó para atrás.

En el oeste Yanina recibe una visita inesperada en el kiosco donde trabaja


por las tardes: el bajista de la banda. Buen pibe, solían comentarse algún
que otro posteo en Instagram. Pero esta vez hubo más que buena onda.
No pararon de hablar por WhatSapp durante una semana. Yanina
necesitaba contención y Matías López era todo un especialista en la
materia. Oriundo de William Morris, pasa la cuarentena en lo de su madre
y trabaja repartiendo pizzas en su Yamaha 125.

 Matías ¿Hoy andas por la zona?


 Eu, no creo Yani ¿Qué onda?
 Nada, si andabas te hacía pasar al kiosco y nos tomábamos una
birra.
 Sabes cómo comprarme, amiguita.
 Dale gil, que estoy re abajo.
 Bueno, pero una sola eh.

Vincularse con alguien en contexto de cuarentena es difícil, y separarse,


peor. El amor no conoce de encierros. El amor muere y resucita al toque.
El amor da segundas y hasta terceras oportunidades. Dos historias que se
cruzan. Dos historias en tiempo real que nos merecemos conocer.
Día 2

 Anoche te sonaba el celu a cada rato mientras dormías.


 Sí, tengo que silenciar los grupos de WhatSapp, encima las chicas
son intensas 24/7.
 Creo que mañana voy para Boulogne, necesito ver a mi familia un
toque y resolver algo.
 ¿Qué tenés que resolver?
 Lo de mi vieja, me debe odiar. Encima Yanina era como una hija más
para ella.
 Bueno ya se le va a pasar, mis viejos no sé si te quieren como a un
hijo todavía, jajaja.

Lucas Fernández está entrando en un cuadro depresivo y lejos de su hogar


natal. No es lo mismo, Carla no es Yanina. Es un toque más fría,
independiente de su familia, y con otras prioridades en la vida. Quiere
viajar por el mundo, tener su propio emprendimiento, irse a vivir a
Palermo, entre otros planes a corto plazo. La pandemia mundial puso sus
sueños en pausa y a Lucas al lado suyo. Es una bomba de tiempo esa
relación. Mientras ella piensa en dólares, él solo sueña en tocar rock and
roll cuando todo pase.

 Boludo ¿Hoy pasas por acá?


 Ey qué onda amiga ¿Cómo estás?
 Acá, remándola, Mati.
 No sé, capaz cuando haga el último pedido me paso un toque.
 Dale, avisame que yo tipo 00 horas ya me tomo el palo.

En Hurlingham algo más que una amistad estaba naciendo. Las charlas ya
no pasaban por Lucas, y los audios subían de tono cada noche. Aunque
Matías López esquivaba las indirectas, no iba a tardar mucho en caer en
las redes de la carismática Yanina. En la banda quedaron muy molestos
con Lucas, de un día para el otro tiró a la basura todo el trabajo de años.
Un demo grabado y muchas fechas compartidas, más allá del afecto que
los unía. En breve conseguirían un guitarrista y primera voz que lo
reemplace.

Los planes para cuando todo pase, es la ilusión que nos mantiene vivos.
Día 3

 Mirá, estuve stalkeando a tu ex ¿Ese no era amigo tuyo?


 ¿A ver? Ah, Matías, sí. Era, bien dicho, porque me echaron de la
banda y me bloquearon de la página.
 Se la ve bien a ella, cuando se pudrió todo, nos empezamos a seguir.
 Ah mirá, y se ve que te importa lo que hace de su vida.
 No, la verdad que no, Lucas.
 Entonces bloqueala de una.
 ¿Por? ¿Hay algo que no puedo saber?
 Nada, pero después de tanto bondi que se armó no tira nada.
 Bueno, igual no nos vamos a dejar de seguir. Ella también mira mis
historias que subo con vos.

A Lucas Fernández no le cabió nada la foto de Yanina con su ex compañero


de banda. Carla lo hizo a propósito, quiere probar hasta donde está
dispuesto a resignar el recuerdo de su reciente ex novia. Sabe que es un
mentiroso compulsivo y manipulador, pero ahora las cosas se dieron
vuelta. Él está débil, sumiso, regalado, lejos de su Boulogne querido. En el
sur y en casa ajena no es nadie. Extraña la sopa con fideos cabello de
ángel de su vieja. Está caído. Sin ganas de nada, disperso. Desconfía de
Milu, la mejor amiga de Carla. Ella es la que ofició de cupido con su
anterior novio abogado y siempre la mantiene informada, ya que es el
primo.

 Capo ¿Qué onda con mi ex? Dejá pasar unos días, un mes, que se
termine la cuarentena, no sé.
 ¿Qué decís pa?
 Nada, pero si te estás comiendo a Yanina hacela de callado. Quedás
re chajá, payaso.
 Yo no me estoy comiendo a nadie. Te estás confundiendo mal eh,
aparte ¿Qué onda? Te fuiste, la dejaste a la pibita re tirada y ahora
te pinta el celoso. Rajá de acá. Dejala vivir tranquila.
 Matías no podes ser tan garca, vos ni sabes porque nos separamos.
 Sí que sé, y tranquilo que no pasa nada. Y si pasa te vas a enterar.

Caída libre para Lucas. Ahora sí que está perdido. Sin laburo y con una
Carla que le hace lo que quiere.

Tenía razón Yanina cuando le dijo: te vas a acordar de mí.


Día 4

La cuarentena se sigue extendiendo en todo el país. Abren algunos


negocios no esenciales y en las calles se ve más movimiento. Lucas
Fernández sale a comprar para comer. Hace casi dos semanas que está
instalado en la casa de Carla Ponce. De a ratos, siente que es la mujer de
su vida, pero en algunos momentos piensa lo peor, que sea solamente un
capricho de ella y lo termine dejando como a su anterior novio. Milu no lo
quiere después de lo que le hizo a Yanina. Lo odia y se lo hace saber cada
vez que puede. Cuando va a visitar a su amiga, tira algún comentario
alusivo a su primo o recordando alguna anécdota donde esté presente él
junto a Carla. Lucas escucha desde la habitación donde se encierra y sufre
en silencio.

 Boluda, me dijo para venir, pero vos estás con alguien, ni da.
 Dale, Milu. Dejá de bardear.
 -Fua ¿Qué tiene? ¿No quedaron como amigos acaso?
 No, y no quiero saber nada, me lo decís a propósito, para traerme
problemas con Lucas.
 Nada que ver, amiga. Solo te digo lo que me dijo, que tenía ganas de
romper la cuarentena.
 Bueno, que vaya y la rompa en otra casa.
 Si te morís por verlo de nuevo, te conozco Carlita.

En Hurlingham, Yanina vuelve a escribirle a Matías. Esta vez para que le


haga un favor y le retire unas zapatillas que compró en un show room de
Ituzaingó. Él aceptó y no le quiso cobrar el favor. Pero esa noche en el
baño del local donde funciona el kiosco que ella atiende, hubo sexo
desenfrenado y sin culpa alguna. No lo vivió como una venganza hacía
Lucas, Yanina sabía que iba a terminar con Matías de alguna forma. Él
apareció en el momento justo y supo contenerla en su peor momento.
Una aventura en cuarentena, con barbijo y alcohol en gel, pero aventura
al fin.
Día 5

Suenan unas cumbias santafesinas en el celular de Yanina. Sigue haciendo


fiaca en la cama. Es domingo y tiene franco. Revisa y trata de revivir algún
chat archivado. Por primera vez luego de casi tres semanas de separarse
de Lucas, se siente plena y con ganas de vivir. Lo que pasó con Matías le
hizo bien al alma. No es mal pibe pero ella siente que no es para ponerse a
salir. Le gusta alguien de Villa Tesei, un viejo amigo, compañero de giras
interminables y de domingos de Tropitango. Le escribe para ver en qué
anda y como está llevando la cuarentena. Él se sorprende, le responde y le
promete una birra para cuando se pueda salir a la calle de nuevo. Ella
sonríe, de a poco el fantasma de ese amor ingrato va desapareciendo de
su cabeza. Se aburre, vuelve a mirar otra serie. Nunca se llevó bien con su
madre, pero esta vez hay tregua y las cosas de a poco empiezan a cambiar.
La racha de buena suerte sigue, ANSES le aprobó la IFE y va a cobrar a
mediados del mes. Piensa guardar la plata por las dudas. En junio cumple
años y si todo sigue así, la va a pasar en el kiosco, laburando, sola. Vuelve
a escribirle a Matías, esta vez va al grano: vení a coger. Otra vez en el
baño, cuando cierra el negocio.

 ¿No te podes dormir mi amor?


 No, no sé qué onda.
 ¿En qué pensás?
 En mi vieja, Carla. Tengo que ir a verla.
 Anda mañana, mi vida.
 Sí, eso voy a hacer.
 ¿O queres ir a buscar a tu amigo el que anda con tu ex?
 No, me chupa un huevo, que hagan lo que quieran.

El olfato de Carla esta vez no falló. Fue directo a William Morris a buscarlo.
No lo encontró, y tampoco le dio para ir a buscar a Yanina. Ni siquiera fue
a Boulogne. Volvió casi a la tarde/noche a Tristán Suárez, sin avisar.
Hermosa sorpresa cuando quiso guardar el auto en la cochera de la casa
de Carla y había un Vento estacionado.
Día 6

 ¿Qué le viste a este pibe?


 Eso mismo me pregunto, jajaja. No, qué sé yo. Vos porque no lo
queres, pero yo necesitaba salir un poco de la formalidad. Con
Luciano era siempre lo mismo. Me llevaba a comer a esos lugares
caros donde no sabía que elegir, era todo raro. Con Lucas puedo
comer con la mano, tomar birra del pico, hablar como quiero. Creo
que me siento más libre. Aunque a veces la re flasho de que me
haga lo mismo.
 No tiene comparación mi primo, y ahora que te desbloqueó te va a
volver a buscar, estaban re bien.
 Hasta que me comí a Ezequiel.
 -Sí, pero ya se le pasó, le re dolió eh.
 Soy una mierda, boluda.
 Y ya sabe que estás conviviendo con este pibe, de todas formas se
deben una charla.
 Mañana le escribo, creo que se va para Boulogne, pero si viene
venís vos también.
 Jajaja, a mí no me metas. Arreglen las cosas ustedes.
 Dale pelotuda, entonces no.

Cuando Lucas Fernández entró ya todo había pasado. El Vento en la


puerta era nada más y nada menos que del ex de Carla. Se lo presentó, le
dijo que ya se iba, que estaban cerrando el tema del plazo fijo. Él confiaba
ciegamente en ella. Luego de cenar unos fideos recalentados del mediodía
se fueron a la cama. Todavía calentita y con olor a sexo. Luciano y Carla
volvieron a hacer el amor luego de varios meses. Él la buscó, y a ella le
cabe la adrenalina. Lucas ni sospecharía, aunque los nervios de ella casi la
delatan. Si hubiese llegado media hora antes, distinta sería la historia.
Yanina haciendo su vida, lejos de todo, en algún momento se lo habría
deseado.

El que las hace las paga, dicen, y Lucas Fernández estaba poniéndose al día
con todas las que hizo.
Día 7

 Me lo cogí a Luciano y cuando se estaba lavando en el baño


¿Adiviná qué pasó?
 ¡Ay no! ¡Contame!
 Escucho un auto, miro por la ventana y era Lucas, no sabes, me
quería matar. Cuando entró, el otro se estaba levantando el cierre,
soy una hija de mil puta.
 Ay no, amiga. Como te cabe el quilombo a vos eh ¿No era que se
quedaba a dormir en lo de la madre? ¿Mirá si los encontraba en lo
mejor?
 De los nervios no pude casi ni comer, encima como llovía nos fuimos
a la cama a mirar una serie, no tuve tiempo ni de arreglarla.
 Jajajaja, contame como fue todo, ya.
 Es que no sé cómo pasó. Estábamos tomando mates lo más bien, le
mostré el patio porque él no conocía, y cuando le voy a mostrar el
cuarto me apoya desde atrás, y bueno, vos sabes que conmigo no se
jode.
 ¿Se cuidaron me imagino?
 Callate boluda, que tuve que verificar si no había quedado el
preservativo usado a la vista en el tacho de basura del baño.
 Pobre Lucas. Bueno pero él le hacía lo mismo a su ex y anda a saber
a cuantas más.
 No digas así, no va a volver a pasar, esta cuarentena del orto no
termina más.
 Ahora la culpa la tiene la cuarentena, si si, claro, Carlita Ponce.
En menos de dos semanas, Lucas Fernández fue traicionado dos veces.
Primero por su ex amigo y compañero de banda, Matías López y segundo,
por su actual novia. La vida a veces se trata de premiar al más malo y
hacer infeliz al más bueno. Lucas estaba en los dos bandos esta vez.

 ¿Vas a Boulogne hoy mi amor?


 No creo ¿Vas a decirle a tu ex que venga de nuevo?
 Ya te dije porque vino. Necesito esa guita, eran ahorros de los dos.
 Si no la podes usar ahora.
 -¿Y a vos que te importa para que la quiero? Es mi plata, nene.
 Mejor me voy a ver a mi vieja más tarde, no quiero discutir con vos.
Día 8

Se cumple un mes de aquella mañana del horror, cuando Carla y Yanina


hablaron por primera vez sobre Lucas Fernández. Las heridas tardan en
cerrar. Carla se quedó con él a pesar de todo. Yanina la odia de a ratos.
Dice que no es fácil de perdonar, aunque ella no tenga nada que ver. A
Lucas le hizo la cruz de por vida. Sabe que va a sufrir y sus encuentros con
Matías López, su ex amigo, son a propósito. Necesita saciar la sed de
venganza. Necesita hacerle saber con quién se metió. Necesita
demostrarle que con el amor no se juega. Que hoy sufre ella, mañana será
otra, y él no puede caer siempre parado. Aquella mañana que le cuesta
olvidar, fue la más triste de su vida.

 Hola Yanina, bueno, este mensaje es re inoportuno pero, como ves


en mi foto de perfil, estamos saliendo con la misma persona. O al
menos eso parece. Desde octubre 2019 que legalizamos esta
historia. Él ya conoce a mis viejos, venía una vez por semana,
porque según me dijo estaba tapado de laburo. De vos nunca me
habló, solo aclaró que hace poco había terminado una relación.
Tampoco había visto fotos tuyas en su Instagram. Cuestión es que
te escribo porque necesito creer que todo esto es una joda. Nunca
supe de vos, y compartimos de casualidad un curso de maquillaje,
donde nos agregaron a todas a un grupo de Facebook. Imaginate
que las demás se den cuenta de todo esto. No sé desde cuando
salen o qué onda, pero por favor leeme y decime que esto es
mentira.
 Perdón, recién leo todo y no, no es ninguna joda. Es mi novio hace
dos años y lo tengo durmiendo al lado. Decime quien sos porque a
este gil de mierda lo mato.
Esa mañana que se fue de Boulogne, pensó seriamente en acabar con su
vida. Su amiga Meli la contuvo: no vale la pena, hermana -Le dijo. A los
pocos días le escribió el último mensaje y lo bloqueó de todos lados. Un
mes de dolor y llanto. Hoy día ocho, el dolor ya no es tanto y las lágrimas
se acabaron.
Día 9

 Unas ganas de romper la cuarentena con vos, linda 🙈


 Yo también, no sé qué esperamos.
 Apa, que se pudra ¿No?
 Y no sé, vos sabes donde yo laburo, pasate cuando quieras.
 El tema es que anda toda la gorra por aquella parte y yo no tengo
permiso ni para salir a la esquina.
 Uy sí, están re gedes. Pero bueno, avisame y no la hagamos tan
larga.
 De una, te aviso y hacemos alguna.

Martín Díaz se llama el pibe que le gusta a Yanina. Vienen hablando hace
un par de fechas y con toda la mejor onda. Se lo había chapado alguna vez
en el baile antes de conocer a Lucas. Después dejó de hablarle, él también
estaba de novio, y ahora volvieron a charlar en cuarentena. Pero alguien
se está enganchando y ella lo está empezando a esquivar: Matías López. Él
le confesó que siempre se fijó en ella, aun cuando salía con su ex amigo
guitarrista de la banda. Lo que hoy llamaríamos un auténtico "chajá",
buitre quedaría mejor.

 La concha de tu madre gil de mierda. Me están re descansando


porque andas con mi ex, cero códigos la puta que te parió. Ya vamos
a arreglar las cosas vos y yo.
 ¿Qué decís pelotudo? Si vos andas re en otra, aparte no me hables
de códigos vos, no tenés derecho a nada. Yo también voy a arreglar
las cosas con vos, pedazo de gil.
 Pensé que eras mi amigo, tantas mujeres y te metes con ella, sos lo
peor.
 Chupame la pija, gil.

Todos los días Lucas Fernández recibía información de Yanina. Cuando se


enteró lo de Matías, salió a comprar para aprovechar y llorar. Le duele
saber, que perdió a una verdadera piba, una que nunca lo dejaría tirado.
Birra del pico mata pinta artesanal.
Día 10

La cuarentena está haciendo estragos en la economía doméstica. Miles de


personas en los comedores comunitarios hacen fila desde temprano para
recibir un plato de comida. En el conurbano la gente empieza a salir un
poco más y aumentan los casos de infectados por Covid-19 en los barrios
populares de Capital Federal.

En Tristán Suárez, Carla y Lucas desayunan mirando los informes diarios


en la TV. Él todavía no volvió a Boulogne, a lo de su familia. Su madre no lo
quiere ni ver. Está enojada. No puede creer lo que le hizo a Yanina. El
resto de los Fernández no opina nada.

 Hija, te juro que no sabía nada mi amor. No reconozco a mi propio


hijo. Es un mentiroso yo no sé cómo pudo hacerte todo esto. Estoy
triste porque se fue con la otra, en vez de dar la cara y solucionar
los problemas. Yo no sé qué le pasó por la cabeza, pero quiero que
sepas que acá las puertas siempre van a estar abiertas para vos.
Cuando se termine este encierro de mierda estás más que invitada.
Siempre vas a ser mi nuera querida.
 ¡Ay! ¿Usted me quiere hacer llorar más todavía? Doña, usted no
tiene la culpa de nada, su familia tampoco. Él se la mandó solito. Me
da hasta lastima ahora. Y bueno, cuando todo pase, por más que
esté su nueva nuera, pienso volver por esos tallarines caseros.
 No pienso tener otra nuera, y acá no va a entrar esa.

Yanina siempre recuerda aquella vez que caminó de la mano con su ex


suegra, como si fuese su madre, mirando vidrieras por el centro de
Boulogne. Y aquellos panchos en la estación. O esa vez que entraron a la
iglesia universal para ver qué onda y terminaron poniendo plata en los
sobres que el pastor de turno le dejaba a cada fiel. Siempre hay que tener
buena relación con las suegras, uno nunca sabe cuándo te puede jugar a
favor.
Día 11

 Amiga, me siento para el orto 😭


 ¿Qué onda? Contame.
 Nada, que me la re mandé con Luciano, no tendría que haberlo
visto. Siento mucha culpa, pero mal eh. Estoy así de contarle todo a
Lucas. La verdad que lo debería haber charlado, y darle tiempo a
esto de la convivencia. Pasa que sola vos sabes cómo la paso.
 ¡Ay Carlita! Te conozco. Sos la sagitariana más caprichosa que
conozco. Si vos siempre hiciste lo que quisiste, ahora ya está. O lo
hablas de una o te callas y seguís para adelante. Y si se entera,
bueno, el karma lo vino a buscar.
 Ya sé que soy una caprichosa del orto. Pero con este pibe estoy
bien, no sé qué mierda tiene, pero me siento yo misma. Con Luciano
tenía que caretear todo, ni un pedo me podía tirar.
 Jajajaja, pasa que Lucas es cachivache como vos, sin ambiciones, sin
plata, pero son tal para cual.

En el contexto que estamos viviendo, salieron a la luz miles de historias. La


gente se separa, se descubren infidelidades, doble vida, como así también
se empiezan a generar nuevos vínculos. Todos los días se viven de una
manera diferente.

Carla siente culpa por lo que le hizo a Lucas Fernández. Se siente sucia,
necesita charlarlo. También está sensible, y no quiere quedarse sola. Lo
piensa todo el tiempo. Luciano, su ex, nunca le perdonó que ella haya
estado con un colega suyo de Tribunales. Fue una relación bastante tóxica
que no quiere volver a repetir. Pero donde hubo fuego, dicen, quedan
cenizas y un poco de calor. Por eso terminaron en la cama aquella noche
donde casi son descubiertos por Lucas. Carla siente culpa, se siente
confundida, y encima de todo este lío mental, tiene un atraso de cuatro
días. Un hijo no deseado a esta altura sería ponerles fin a todos sus sueños
y planes.
Día 12

 ¿Lo extrañás?
 Ni ahí, Meli. Me están cayendo todas las fichas. Me re cabió.
 Pasa que no te la viste venir. Y yo como amiga tampoco. Es que para
mí, había cambiado un poco, se lo notaba distante en este último
verano, pero nunca pensé que te hiciera lo que te hizo.
 Sí, ya venía raro. Cómo no me di cuenta, boluda. Todo hacía para
que yo me enterara. Recuerdo despertarme tipo tres de la
madrugada y verlo chateando con el celular y la pantalla con el
brillo bajado. Y él me decía que hablaba con los pibes de la banda,
ahora me entero por Matías que nunca hablaban hasta tarde
porque el baterista entraba a laburar temprano. El perfume que
costaba como ocho lucas que trajo aquella vez, se lo regaló ella y yo
como soy tan gila le creí que se lo dio un pasajero que siempre
llevaba. Y cuando iba al baño, pasaba media hora MEDIA HORA
PODES CREER.
 ¿Y nunca se te dio por revisarle el celular a escondidas?
 Una vez lo llamó ella "Beto peluquero", volvíamos del kiosco yendo
a Boulogne, no sabes cómo se puso, hubiese atendido esa vez, y me
ahorraba tanto boludeo. Igual ya fue, ahora el que la va a pasar mal
es él.

Yanina hace catarsis. Empiezan a caerle todas las fichas y necesita


charlarlo con alguien. Su amiga, Meli, la contiene. Meli es su compañera
desde siempre, hicieron jardín, primaría y secundaría juntas. Ella que
siempre estuvo un paso adelante de todos, esta vez no pudo anticiparse a
las jugadas que Lucas Fernández le hacía a su hermana de la vida. En
tiempos de traiciones, de egoísmo, y de encierro obligatorio, contar con
una buena amistad es casi como tener la vacuna contra el coronavirus.
Día 13

 Te cuento la última.
 ¿Qué? ¡Contame!
 No me viene. Atraso de cinco días 😭
 ¡Ay no! Boluda hacete un test, algo ¿Qué pensás hacer?
 No sé, Milu. Estoy re nerviosa, angustiada, no sé con quien hablarlo.
 ¿Querés que te llame?
 No, estoy con Lucas, no sabe nada y no quiero decirle tampoco.
 Bueno, para mí son los nervios, el stress ¿Vos te cuidaste siempre
con él?
 Siempre me cuido, amiga. Por un lado estoy tranquila ¿Pero si
estoy? ¿Qué hago?
 No va a pasar nada, Carlita. Avisame cuando se vaya que te llamo.

Si algo le faltaba a esta historia era un viejo amor que vuelve al presente.
Pareciera que la cuarentena obligatoria revive fantasmas y aparecen
cuando menos los esperas. Luli fue la ex de Lucas Fernández. La que lo
engañó con un ex compañero de banda musical. De Villa Hidalgo, partido
de San Martín, casi en la frontera con Boulogne. Se enteró por amigos en
común que ya no andaba más con Yanina y le volvió a escribir. Grata
sorpresa para este muchacho que disfruta de tener doble vida. El plan a
corto plazo es ir a visitarla con la excusa de ver a su familia. Ya no le
importa nada a Lucas. Sabe que le queda poca vida en el sur. No se
termina de adaptar y extraña las noches del bar La Curva, los panchos en
Márquez y Panamericana, y las birras en Villa Adelina. Todavía no logra
olvidar a su ex amor de Hurlingham, y a Carla la quiere mucho, pero le
falta rock según él, que todavía no se imagina lo que le hizo mientras él
estaba buscando a Matías para arreglar algunas cositas. Volver a
encontrar a alguien como Yanina, la melodía más difícil de componer para
Lucas Fernández.
Día 14

 ¿Estás?
 ¿Qué onda?
 Nada, no me puedo dormir ¿Laburaste hoy?
 Sí, pero mañana tengo franco. No doy más.
 ¿Querés que nos veamos?
 ¿En dónde? Si está todo cerrado y no se puede salir.
 Voy a la vereda de tu casa, cualquier cosa soy el delivery que fue a
llevarte la pizza 😜
 Jajajaja, pero traeme una pizza posta. Bueno dale, vamos con esa.
 Mañana te escribo entonces.
 Dale, Mati. Veo si puedo hacer la noni. Te quiero, gato.

En apenas dos semanas pasó de todo. Con todas las medidas obligatorias,
y los controles policiales en las calles, la gente se las ingenia igual para
encontrarse con alguien o hacer reuniones familiares clandestinas. Yanina
puso las cosas en su lugar con Matías López: nada de legalidad. Están
cuando pinte y nada más. Necesita estar sola por un buen tiempo, o al
menos hasta que pase la pandemia y se pueda salir a realizar actividades
normalmente como hace dos meses atrás. Todo lo contrario a Carla, que
no puede estar sola. Como le pasa a todo el mundo, extraña tomar birra
en la plaza con los de siempre. Los necesita más que nunca. Los días se
hacen largos. Una semana en cuarentena, es un mes en una vida normal.
En apenas dos semanas pasó de todo, hasta Yanina empezó a olvidarse de
Lucas Fernández. En dos semanas, aprendió a jugar, como jugaron con
ella. ¿Y ustedes saben con quién duermen al lado? Pregunta en una
historia de Instagram, indirecta para Carla, que a esta altura, no sabe con
quién duerme.
Día 15

 Milu ¿Estás?
 Ey amiga sí. En un rato salía para tu casa ¿Qué onda?
 Haceme un favor, pasá por la farmacia Santa Marta y comprame un
Evatest, dale, te doy la plata acá.
 Dale amiga pero ¿Cuál es esa?
 La que está por Avenida Argentina, boluda, casi esquina Güemes.
Cerca de la verdulería del papá de Nico.
 Ah sí, me queda de paso. Te aviso cuando estoy.

Mientras Carla aprovechaba la ausencia de Lucas para realizarse el test de


embarazo. Él estaba yendo a visitar a Luli a Villa Hidalgo. Con la excusa de
arreglar cuestiones con su familia, le pidió que no lo llame. A cambio y
para no generarle desconfianza le puso ubicación en tiempo real por ocho
horas. Vivían a cuatro cuadras de distancia, cruzando Sarratea. Dejó el
auto y el celular en la esquina de la casa de su familia y fue directo a
golpearle las manos a esa casa, casi al costado de las vías del ferrocarril
Belgrano Norte. Ese día no pasó nada. Solo algún beso entre mate y mate.
Las calles del conurbano vacías al atardecer, como nunca, un paisaje
apocalíptico inédito. Ahí estaba Lucas Fernández de nuevo, metiéndose en
problemas. Mientras se replanteaba volver al barrio y dejar a Carla.
Mientras tanto en Tristán Suárez un simple proceso le podría cambiar
todos los planes. Luli, aquel viejo amor que le jugó mal alguna vez, y él,
que venía de tener una doble vida y rompiendo el corazón de una gran
mujer. Para los que siempre vivieron entre mentiras, un poco de verdad ya
les da miedo.
Día 16

 Che, Mati, me re pinta que hoy a vengas al kiosco a tomar mates.


 Alto plan, linda. Pero paso un toque antes de ir a laburar ¿Te va?
 Sí, dale. Nunca pensé decirte esto, pero creo que te extraño un
poquito cuando no charlamos.
 A mí me pasa lo mismo. Pasa que re pegamos onda, vos sabes las
que pasé yo con mi ex, lo que te pasó a vos no es nada.
 Lo que me pasó a mí no se lo deseo a nadie.
 Dale, que si le hacen lo mismo a Lucas no te vas a reír.
 Si se lo hacen, alto karma, amiguito.

La sonrisa y la buena onda volvieron a la vida de Yanina. De a poco va


saliendo del cuadro depresivo leve que venía teniendo y el dolor ya es un
vago recuerdo. Aunque a veces estando sola, piensa en lo mal que le
jugaron, putea a Carla y maldice a Lucas Fernández. Por momentos
apareces viejos fantasmas y los recuerdos diarios de Facebook son como
un puñal en el medio del pecho. Alguna foto de sus últimas vacaciones,
que él nunca quiso subir, la hace llorar con solo pensar que ya estaba en
pareja con otra chica. Si pareciera ayer mismo, cuando ella se instaló en
Boulogne con él para pasar la cuarentena, y desde la ventana de esa
habitación contemplaban alguna estrella en esas noches eternas sobre la
calle Bacacay. Todavía le quedan secuelas porque el golpe fue duro. Pero
tiene la conciencia limpia, está tranquila. Sabe que las buenas van a llegar
en breve. Su mirada cuenta la historia más triste, pero su sonrisa es de
final feliz.
Día 17

 ¡Hola amiga! Te lo conseguí ¿Estás lista?


 ¡Ay gracias! Tengo unos nervios que me cago encima, boluda.
 Bueno tranqui, acá estoy ¿Lo hacés ahora?
 Si, Milu, me estoy meando desde hoy.
 Bueno, pará, vamos a leer las instrucciones.
 ¿Qué dice? Bueno, pero vení vamos al baño.
 Bueno, acá dice que tenés que llenar este recipiente con pis, y
bancar cinco minutos.

Entró sin saludar y fue directo a su cuarto. Buscó unos libros, unas
camperas, se descargó unos temas al pendrive, fue a la heladera, se tomó
un trago de Coca Cola y jugó con la perra un rato. Su madre lo sentó en la
mesa y le dijo de todo. Él se enojó y prometió no volver nunca más a la
casa. Ya nada será igual en ese hogar familiero por excelencia. Con
costumbres que vienen de generaciones. Es una familia que todavía
conserva la tradición de pasar semana santa en silencio. Lucas Fernández
abrió ese portón por última vez. O al menos hasta que pase la cuarentena
y pueda volver a negociar la paz. Está enojado. La había pasado tan bien
con Luli hasta hace una hora, que no puede creer la bronca que se agarró.
Le avisa a Carla que está volviendo, pero en el sur la situación estaba
complicada. Dos rayitas le daban la noticia inesperada: embarazada. Llora
y entra en crisis, una especie de ataque de pánico. Milu piensa en llamar a
una ambulancia. La ubicación en tiempo real marcaba que Lucas ya estaba
a pocas cuadras de la casa. De alguna forma se iba a enterar, aunque los
planes era dejarla a corto tiempo. Esa noche, las estrellas los miraron a
ellos.
Día 18

 ¿Qué será de nosotros cuando volvamos a la normalidad?


 ¿Qué te picó?
 Jajaja, nada, pero la estamos pasando tan bien últimamente que me
da miedito.
 Es verdad, la estamos pasando re piola. Qué loco, estuviste ahí
siempre, nunca me hubiese fijado en vos. Elegí mal al integrante de
la banda, jajajaja.
 No seas maldita ¿Fumamos otro?
 Prendelo, no preguntes.

Esa noche, mientras Yanina y Matías se fumaban un porro adentro del


kiosco cerrado al público, Lucas Fernández se enteraba del embarazo de
Carla. En Hurlingham en tanto, dos almitas se encontraban para no
separarse jamás.

 Le hablé de vos a mi vieja.


 ¿Qué?
 Sí, boluda. Me preguntó qué onda que volvía todas las noches tarde
a casa, y más como está la calle ahora. Igual tranqui, solo le dije que
pasaba a saludar y me colgaba a charlar.
 Yo creo que la conocí esa vez que ensayaron en el patio de tu casa.
 Sii, pero ni se debe acordar. Así que si te presento quedas re legal,
jajaja.
 Ya quisieras.

Cuando Lucas llego a Tristán Suárez, Carla lloraba en el baño. Milu no la


pudo contener. Sacaban cuentas sobre los días de atraso y de las veces
que se vio con él durante el mes de marzo, en plena cuarentena estricta.
Habrá sido el último miércoles, que después de una corta siesta tuvieron
relaciones sin cuidarse. Hacía frío y la tarde estaba especial para dormir
tapado con dos frazadas.

 Ey tranquila, calmate un poco mi amor.


 No no no, no puede estar pasando esto. Todo se me va a la mierda,
todo a la mierda ¿No entendés?
 -Bueno pero recién un mes como mucho, podemos ver si te podes
sacar.
 -¿QUÉ DECÍS ENFERMO? no voy a abortar y menos en medio de una
pandemia mundial.
 Bueno tratame bien, la culpa es de los dos, ya fue.
 La culpa fue mía, por encapricharme con un pelotudo como vos y
tirar todos mis sueños y proyectos a la basura.
 Ah claro, ahora soy un pelotudo. VOS ME DIJISTE QUE VENGA A
VIVIR CON VOS.
 POR ESO MISMO, TODO CULPA MÍA. ANDATE POR FAVOR, NO SÉ
ANDA A DAR UNA VUELTA EN AUTO, NO TE QUIERO VER.
Día 19

 TE PIDO POR FAVOR QUE TE VAYAS.


 ¿Pero qué te pasó? Si me fui y estaba todo más que bien. Explicame
porque no entiendo.
 No pienso criar un hijo con vos. No hay futuro al lado tuyo, es lo
único que me faltaba para hundirme del todo. Prefiero estar sola,
pensar que hacer, si tenerlo o no, pero decidir yo. Esto me abrió los
ojos, me tendría que haber dado cuenta de lo que le hiciste a Yanina
¿Cómo sé ahora si no me estás haciendo lo mismo? O incluso siendo
padre, lo hagas y yo sufra el doble.
 Dale, Carla, dejate de joder, lo nuestro es otra cosa, no te voy a
dejar tirada, si no me fui cuando vino tu ex a hablar con vos, menos
me voy a ir ahora.
 Andate, te vas a arrepentir si te quedas, andate por favor, Lucas, no
me siento bien.
 No me voy a ir, no te voy a dejar sola.
 Me lo cogí a Luciano aquella noche ¿Ahora sí? Te vas, andate de una
vez. Dejame sola.
 Nah, pero vos sos una genia. Me vine a vivir con vos de la loma del
orto, y me haces esto a mi ¿Posta está pasando esto?
 A mí me mentiste durante meses y a tu ex la cagabas igual, no me
vengas con discursito de moralidad. Andate de una vez por todas.

Carla siempre estuvo a favor del aborto legal y gratuito hasta que le tocó
decidir a ella. Tiene miedo. Milu directamente está en contra. Tampoco
puede contarles a sus padres. Solo le queda usar los ahorros que tiene con
Luciano. Es el único en el que puede confiar. Porque a pesar de todo,
siempre estuvo. Esa noche no durmió. Echó a Lucas de su casa. Aquella
vez fue hiriente por demás. Él agarró su poca ropa y se fue, volvió a
Boulogne, donde prometió no volver por un tiempo. Fue a parar a lo de su
abuela Nelly, Carlos Gardel y Montes de Oca.

Si Lucas Fernández fuese un gato, de las siete vidas, seis usaría para
arrepentirse de lo que hizo en una. Las famosas vueltas de la vida. No
siempre se gana cuando el partido está casi definido, a veces un gol en el
último minuto te cambia todo el panorama. El córner lo pateó Yanina, y
Carla la metió de cabeza.
Día 20 (final)

 Hola, antes de que me bloquees, soy yo Lucas. Me hice esta cuenta


solo para escribirte esto, luego la cierro. Yanina, no sé cómo hiciste,
pero si lo planeaste te salió perfecto. Siempre me voy a acordar de
vos, aunque pasen años y conozca mil pibas más. En un mes me
vine abajo, me arruiné la vida. Todo me salió mal, y sé que estoy
pagando por todo lo que te hice. Te juro que me lo merezco, por
mentirte siempre, por no valorarte por lo que eras. Te extraño y no
voy a verte nunca más. Me siento el pibe más gil del mundo. Me re
cabe este sufrimiento, todo hice mal. Lastimé queriendo y eso se
paga. Lo único que te pido, es que seas feliz con Matías o con quien
sea, sin pensar en mí. Yo ya morí aquella mañana que te fuiste. Te
voy a amar por siempre y cuando el gallito juegue en primera, voy a
brindar por vos. Chau.
Un mensaje que Yanina guardó para contarme la historia. Hace unos días
que están planeando irse a vivir juntos con Matías López. Parecía difícil,
pero el amor siempre hace de las suyas. Se la ve bien, como si el tiempo
no hubiera pasado. A veces las cosas pasan tan rápido que no las
disfrutamos.

Todavía seguimos en cuarentena y en los barrios las historias siguen


sucediendo. Le pasó a Yanina, le pasó a Carla, le pasó a Lucas. Nos pasa a
todos. Nadie está exento de alguna infidelidad, traición o desamor.
Algunos sufren, otros no tanto, pero la vida se encarga de hacerte saber
que somos todos iguales. En Boulogne, en Hurlingham, en Tristán Suárez o
en Holanda. El amor atraviesa nuestras vidas y nos deja marcas, a veces
para siempre.

 ¿Queres que intentemos de nuevo?


 Me gustaría, Luciano. Pero estoy embarazada de otra persona y vos
lo sabes.
 ¿Y a mí que me importa? Lo criamos juntos ¿Cuál fue? ¿No me ves
cómo padre?
 Te re veo como padre ¿Pero me perdonarías?
 Si no te perdonaría, no te estaría proponiendo esto. Cuando todo
pase, nos vamos a vivir a Palermo los tres juntos. Y también viajar
por el mundo.
 ¿Me lo prometes?
 Te lo prometo.
Y así culmina esta historia atrapante. Seguirá más adelante con alguna
tercera parte con nuevas aventuras. Por ahora, dejemos a los
protagonistas vivir la vida, en encierro obligatorio. Ojalá que cuando todo
pase, pueda escribir mil relatos más.
POEMA FINAL

A Matías

Tu llegada fue como ese viento que va y viene.

Como la brisa que a veces ignoro, sin saber para qué lado va.

Sin embargo fuiste esa lluvia que cayó para mí, cuando no tenía ganas de
mojarme más.

Y como si fuera poco me puse a bailar y a beber de sus gotas.

Sí, así, fuiste vos, como un viento que llega sin avisar.

Fuiste como mirar las olas, sin estar en el mar.


PARTE III
LA HISTORIA

 Hola Freud, disculpá que te escriba a esta hora, pero leí un


poema tuyo y es justo lo que me está pasando. Me gustaría
contarte si no te molesta.
 ¡Hola! ¡Contame!

Así arrancaba a conocer la historia aquella tarde noche de abril.


Yanina (así quiso llamarse) estaba destrozada. Me mandó más de
diez mensajes contándome sobre lo ocurrido aquella mañana en
Boulogne. Me atrapó su relato y sin dudas quise saber un poco
más. Arranqué escribiendo desde que se conocieron en un bar de
Hurlingham donde Lucas Fernández tocaba con su banda. Luego
fui describiendo el día a día, con textos cortos adaptados a los
tiempos de redes sociales. Llegué a la parte de la cuarentena con
casi la segunda parte completa. Pero siempre la versión de Yanina.

De Carla y Lucas sabía muy poco. Me propuse contactarlos a


ambos, casi sin esperanzas, para escuchar la otra campana. Costó.
Con Carla hasta el día de hoy mantenemos comunicación, y valió la
pena. Lucas solamente se limitó a contestar alguna que otra
pregunta, pero pude conocerlo a través de una videollamada por
WhatSapp.

A las historias hay que contarlas, no se naturaliza nada, las cosas


pasan. A vos, a un amigo, a una amiga, a vecinos, a todos nos pasó
algo parecido.
TU INGRATITUD

 Hola Yani, necesito hablar con vos.


 Uy, ¿Qué pasó ahora?
 ¿Sabes algo de Lucas? Sé que andas en otra pero no sé a
quién preguntarle.
 ¿Pero no estaba viviendo con vos?
 Lo eché. Estoy embarazada...
 ¡Ay no! Amiga, yo sabía que algo te iba a hacer ese gil, pero
bueno vos le diste lugar.
 No, no, fui yo la que tomó la decisión. Te conté lo de Luciano
aquella vez, bueno, estoy entre que se viene a vivir conmigo o
arreglar las cosas con Lucas, y no sé porque carajo te cuento
las cosas a vos.
 Tranquila, dejame averiguar con la madre si está parando en
Boulogne. ¿Vos qué querés hacer?
 ¿En qué sentido?
 No sé, capaz no lo queres tener.
 No puedo abortar en plena pandemia mundial. Mucho riesgo
aparte es ilegal, puedo tener problemas, las medidas
sanitarias que debería tomar, tengo mucho miedo.
 Sí, te entiendo. Qué bajón, mirá todo el quilombo que se armó
en tan solo dos meses.
 No te jodo más, si sabes algo avisame. Me bloqueó hasta de
las redes sociales.

.
Solo pocos días duró la paz entre Carla y Luciano. Lo primero que
le planteó fue de hacer público el embarazo en las redes sociales.
Ella no quiere saber nada, al menos hasta estar segura de lo que
piensa hacer. Luciano no es Lucas. Y siente remordimiento de
aquella noche cuando lo echó y le dijo esas palabras tan hirientes
que ningún hombre soportaría. Él manejo hasta Boulogne llorando,
con ganas de hacerse mierda en la autopista Richieri. Cerró todas
sus redes sociales, bloqueó a Carla, se refugió de nuevo en las
notas musicales de su guitarra.

 Hola Lucas, ¿Cómo va? Te habla Milu, ¿Podrías desbloquear


a Carla que tiene algunas cosas para decirte? Gracias.

 Lucas, soy Yanina y este es el celu de mi hermana. Cuchame,


te está buscando tu chica, la del sur, me pregunta a mí como
si yo fuese tu mamá. Hablale gil, no te escondas.
QUIZÁS SÍ, QUIZÁS NO

 Le mandé mensaje pero nada, me clavó el visto de una


manera espantosa.
 ¿Qué hago? Si quiero interrumpir el embarazo debería
consultarlo con él primero, es capaz de denunciarme, andá a
saber, tengo miedo.
 Llamalo, Carla. Voy para tu casa y lo haces desde mi celu.
Igual, ¿Qué onda? Si con mi primo lo habías hablado, de
tenerlo y se hacía cargo.
 No están bien las cosas con Luciano, no cambia más. Tres
días estuvimos bien y la otra vez me saltó con Lucas, no me
cabió nada.
 ¿Qué te dijo?
 Que mirá si sale al padre, siempre con esos comentarios de
mierda. Siempre el ego por encima de todo.
 ¡Ay bueno! Si ya sabes como es.
 No lo justifiques boluda, vos sos mi hermana, amiga, me tenés
que hacer ver todas estas cosas.

En el oeste, en tanto, Yanina piensa una y otra vez la idea de irse a


convivir con Matías López. Se siente genial al lado de su
compañero, pero le parece muy pronto todo, encima en contexto de
cuarentena. Su amiga Meli le dice que ni da, que así están bien,
que ella siga su vida como hasta ahora, sin rendirle cuentas a
nadie.

“Ja, ¿Qué queres que te cuente? Yo soy la culpable de todo esto.


Porque yo la llevé al Galpón a ver un par de bandas y ahí conoció a
Lucas. Y a Matías, ahre. Yo todavía no lo puedo creer, es que
estaban tan bien. Si vos supieras como lo miraba ella siempre que
lo tenía al lado. Eran re felices, haciéndose chistes todo el tiempo.
Encima ella lo trajo a su mundo, él era medio rockerito, no conocía
de cumbia, ni bailar sabía. Lucas tenía otra onda, estaba todo el
tiempo con la guitarra y re atento, no entiendo que le pintó. Aparte
ahora que ya no están más, lo mirás a la cara y decís, ¿Cómo
hace? Pero bueno, ahora a no despegarme de mi amiga, se la ve
bien, pero no la quiero descuidar. Me relajé y mirá lo que le pasó.
No sé qué más queres que te cuente.”

Testimonio de “Meli”.
TE FELICITO

 Vos sabes muy bien que él fue más que un gran amor para
mí. Tenía todo, pero todo eh. No había día que no agradecía
al universo por ponerme en el camino a semejante persona.
Porque si, nunca me lo hubiera imaginado. En el curso de
maquillaje, alguien me alcanza un mate y se ve una mano,
bueno era él. Mirá si salía en cámara, te agarraba un ataque
de pánico a vos.
 Ya sé lo que significó para vos. Yo siento una re culpa porque
tampoco me imaginaba de su doble vida. A mí un poco me
cabía esto de la relación a distancia, qué sé yo, Luciano, mi
ex, vive en Lomas, lo tenía todo el tiempo encima, aparte que
era re tóxica la relación. Dos días bien, cinco mal.
 Bueno nada, te cuento porque posta, te creo. Sé que no
sabías nada. Aunque a veces te odio, odio haberme anotado
en ese curso, pagar para darme cuenta de la mentira en la
que estaba viviendo. A él directamente lo odio, para siempre,
lo quiero lejos de mi vida. No sé qué le diría si lo tengo frente
a frente. Le escupo la cara, no sé.
 Cambiando de tema, ¿Sabés si los locales de Once hacen
venta online y después pasas a retirar? Estoy necesitando
unas brochas que recomendó la profe y la diferencia de
precios es abismal.
 Ay, si, boluda. No las quiero, las necesito. Voy a buscar por
Mercado Libre igual, cualquier cosa te pasó link.

Las charlas entre Carla y Yanina iban desde el melodrama hasta las
ofertas en insumos de maquillaje sin escalas. Compartían un grupo
de WhatSapp junto a otras compañeras que también realizaron el
curso aquel domingo de abril. Ella le contaba todo, un poco por
culpa, otro poco porque había asuntos que nos lo podía charlar con
Milu, ni con ninguna otra amiga de confianza. Yanina era una
especie de confesionario, donde recibía, cada tanto, mensajes de
Carla, haciendo catarsis sobre todo lo que le estaba ocurriendo. Así
fue como supo lo de Luciano. Aquella noticia le dio un poco de paz,
pero a la vez lastima por aquel que fue su compañero de aventuras,
caído en desgracia. Nunca hay que escupir a alguien que ya no
puede defenderse estando en el piso, dicen, pero un poco se lo
merecía.

 Carla, soy Lucas, este es el celu de mi abuela. Cuando


puedas respondeme que te llamo.
ESA ESTRELLA ERA MI LUJO

Luli es más que una ex en la vida de Lucas Fernández. Fue su


amiga de la infancia, compartían el mismo grupo de adolescentes
que vagaban por las noches de Boulogne en los mediados de los
años 2000. Siempre fue de origen humilde. Su casa, casi al costado
de las vías, se destaca del resto de las viviendas por ser de dos
pisos y con rejas al frente. Dentro del hogar, no tiene grandes lujos.
Es un chalet a medio terminar, según cuentan, en una época les iba
re bien, pero la crisis del 2001 los arruinó y nunca más pudieron
salir adelante con la construcción. Lucas pasó gran parte de su vida
en ese living comedor mirando películas de terror, que luego no se
animaba a volver solo caminando hasta su casa a pocas cuadras
por el miedo que le causaba. Se pusieron de novios a los 17 años.
Idas y vueltas hasta que Luli se enganchó con el batero de la primer
banda que había formado él. También eran amigos, del mismo
círculo íntimo.

El karma está presente en la vida de este joven talentoso guitarrista


desde siempre. Cuando le contó lo de Matías López y Yanina, Luli
un poco se sintió incómoda, se levantó de la silla y fue a la heladera
a buscar una botellita de agua. No sabía si reírse o abrazarlo. Lo
conoce desde los cinco años. Se ríeron juntos aquella tarde que
oscurecía de pronto.

¿Te acompaño hasta tu casa? Le dijo, recordando aquellas épocas


de cine nocturno. Es la única que sabe que dejó embarazada a
Carla. Un beso en el portón, un chau, vení cuando quieras, esta es
tu casa, un qué lindo fue que hayas pasado por mi vida un rato. Luli
fue en ese momento, la única persona que lo apoyaba y bancaba
en todo lo que había hecho. Quizás por culpa, quizás porque lo vio
derrotado, o quizás porque dicen que los grandes amores nunca se
olvidan.

 Lucas, llamame por favor cuando quieras, estoy sola en casa.


Pero dale que necesito hablar con vos es urgente.
MI QUINTO RUEGO

El cielo siempre está soleado en Tristán Suárez. Menos para Carla


que lo ve siempre gris. Hace días que viene pensando y pensando
qué hacer con su vida y un retoño que irá creciendo día a día en
esa panza fit. Tiene ganas de abandonar para siempre las tierras
sureñas, legendarias, habitadas por los indios Querandíes y
fundados en el año 1885. Primero debe consultar con Lucas sobre
la interrupción del embarazo. El dinero no es problema, pero tiene
miedo. Las estadísticas en muertes a causa de abortos clandestinos
la aterran. Una señora que trabaja de limpieza en el Centro Médico
Antártico tiene el dato que ella necesita. Solo necesita ubicarlo a él
y ponerse de acuerdo.

 ¡Hola! ¡HOLAAA! ¿Carla?


 Sí, soy yo, ¿Lucas?
 Si, si, ¿Qué onda?
 Necesito hablar con vos en caracter urgente.
 Decime, dale.
 No, no entendes, necesito que vengas como puedas, pero
ahora, ya, es urgente.
 Uh, ¿Pasó algo?
 De todo pasó, vení por favor.
 Pero si me echaste, Carla.
 Vení, Lucas, te lo pido por favor, después hace lo que quieras.
 En dos horas estoy por allá.
 Te espero.

“A ´Carla´ la conozco desde chica. Es casi como mi hermana. Antes


que nada, gracias por escribir terrible historia. Es impresionante la
gente que se siente identificada. Posta. Bueno, te decía, que la
conozco, somos íntimas. Imaginate que a mi primo se lo venía
comiendo desde los 14 años, jajaja. Venía a quedarse a dormir a
casa y él también se quedaba, mis viejos ni sospechaban. Después
él se mudó a Lomas con la familia, arrancó la facultad y un poco se
perdió. De grande se volvieron a cruzar y bueno, son intensos los
dos. Luciano la ama, pero ella no es para él. Comparten los mismos
sueños, pero la conozco como te digo, a ella le gusta la adrenalina,
es caprichosa por donde la mires. Por eso se enganchó con este
pibe, es todo lo contrario, dicen que los opuestos se atraen, bueno,
ellos, jajajaja. ¿Qué más querés saber? ¡Me pongo nerviosa! No
pongas mi nombre verdadero, porfa.”

Testimonio de “Milu”.
BIZARRE LOVE TRIANGLE

Cómo en algún capítulo perdido de Black Mirror, una autopista


desolada, policías con barbijos y trajes especiales. Lucas
Fernández pasa por un control donde le desinfectan el auto, le
piden el certificado único de circulación y le hacen algunas
preguntas. Tiene que llegar al sur rápido. Alguien lo espera en
aquella casa de Avenida Dorrego y Urquiza, del viejo Tristán
Suárez.

 Ay por fin, ¿Llegaste bien? ¿Te sirvo algo para tomar? Tengo
pomelo en la heladera.
 Si, llegué al toque. Extrañaba manejar tanto, ¿Cómo estás?
 Mal, pero sentate, dejá la mochila en el sillón.
 ¿Qué onda? ¿Me seguís odiando? ¿Me invitaste para
asesinarme?
 Callate pelotudo. Quiero que hablemos sobre el embarazo.
Hay una posibilidad de interrumpirlo, pero tengo miedo y
necesito charlarlo con vos, porque no sé, en alguna de esas te
pinta denunciarme. No, igual, tengo miedo, nada es seguro,
todo es clandestino.
 ¿Eso pensás de mí? Que te denunciaría, mirá vos. No sé,
Carla. Me dijiste de todo y encima te cogiste a tu ex, yo cerré
el orto porque vengo de una peor, no tengo derecho a nada.
La verdad que ahora no sé, si abortás, directamente no nos
vamos a ver más, y si lo tenés, vamos a tener un vínculo de
por vida. Yo seré la cara de la verga, pero me hago cargo, en
lo que decidas, te acompaño.
 No es fácil, yo si decido abortar es porque no quiero ser
madre, al menos a esta altura de mi vida. No estoy pensando
en vos, si te voy a volver a ver o no. No te hubiese dicho nada
y lo hacía de callada, si total no me llamaste en dos semanas.
 Después de cómo me trataste ¿Pretendías que te llame?

Esa noche se volvieron a encender las luces del amor en ese lecho
prohibido. En donde hasta hace algunos días dormía Luciano
después de tener sexo con Carla. Un triángulo bizarro amoroso.

La vida de Lucas Fernández, a veces tan oscura como un tema de


New Order, o tan triste como una de Pink Floyd.
ÚLTIMO BONDI A MONTE GRANDE

A pesar del apoyo de Lucas, Carla tiene miedo a tomar la decisión


de abortar. No solo por el hecho de estar en el medio de una
pandemia mundial, si no que hacerlo en forma clandestina le puede
originar un problema más grave. El “caso Belén”, por ejemplo, ella
no sabía que estaba embarazada, y cayó al Hospital Avellaneda de
San Miguel de Tucumán con un aborto espontáneo. Terminó
condenada a ocho años de prisión por homicidio agravado por el
vínculo. Fue noticia en todo el país. La denunciaron los mismos
médicos. Ellos violaron el secreto profesional, y la justicia hizo lo
suyo.

En este país el aborto es legal en algunas circunstancias. La


atención antes, durante y después de abortar respetuosa de tus
derechos es obligatoria. Así el aborto sea legal o ilegal. Denunciar a
las mujeres que recurren a un servicio de salud por abortar es
considerado trato cruel, inhumano, estigmatizante y puede llegar a
ser tortura según las Naciones Unidas.

 ¿Qué hacemos boludo?


 Vamos a ver qué onda la vieja esa, ya fue.
 Tengo miedo. ¿Mirá si me muero?
 No te va a pasar nada, Carla. Vamos y vemos qué dice.
 La concha de la gorra. Me odio.
 Ya está, la cagada fue de los dos. No la pensemos más.
 ¿Y si lo tengo? ¿Qué harías?
 Lo criaría, obvio. No sé qué pasaría entre nosotros dos, pero
tendría la mejor abuela del mundo. ¿Te dije que me dio la
parte de atrás del terreno? Era la casa de mi tío, el que murió
las fiestas.
 Qué turbio, boludo. ¿No te da miedo?
 Basta con el miedo, no nombres más esa palabra.
 -Bueno, ya fue. Vamos a ver qué onda esto. Me dijo a las 16
me espera en el boulevard de Monte Grande.
 Nos fuimos. ¿Hay que adelantarle guita?
 No me dijo nada, pero por las dudas llevo algo.

Los controles vehiculares son cada vez más estrictos en las zonas
urbanas. Carla no tiene permiso alguno para andar lejos de su
domicilio. La señora intermediaria, “dealer de Misoprostol”,
conocedora del submundo clandestino y negocio millonario del
aborto ilegal, canceló la cita sobre la hora. Se les vino el mundo
abajo aquella tarde soleada de un mayo otoñal. Volvieron, un tanto
resignados, a internarse en esa habitación del amor. El destino y
sus señales. A los dos días, la señora dio positivo en el testeo de
Covid-19.
RADIOGRAFÍA

¿Quién es Lucas Fernández? Me pregunté una vez. ¿Por qué


mucha gente lo odia y otra siente empatía por este jovencito
seductor? ¿Acaso nadie en su vida fue Lucas alguna vez? ¿Lo
odian porque ven reflejado en él algo que podrían haber hecho
ellos? ¿Lo odian por el hecho de haber destruido a Yanina por
haberse enamorado de Carla solamente?

Sin ánimos de justificarlo comencé a intentar entender el fenómeno


"Lucas". Fue con quién más me costó generar confianza para que
cuente su versión. Una tarde de mayo, precisamente el día 10, y
tipo 22 horas, pudimos charlar unos 25 minutos a través de una
videollamada. Tenía mucha intriga por conocerlo. Había escuchado
algunas canciones de su autoría en Youtube, eran audios de su
vieja banda y él no figuraba en la imagen. Necesitaba saber un
poco más sobre la vida de este pibe, por un lado talentoso, y por el
otro, un manipulador moderno.

Lucas Fernández vivió toda la vida en Boulogne, a metros de la


calle Sarratea, donde el límite con el Partido de San Martín da
muestra de una inmensa desigualdad social. De origen clase media,
familia numerosa. Su padre falleció cuando él apenas cumplía los
15 años. De él heredó la pasión por la música. Su viejo fue un gran
guitarrista que vivió los años duros de la dictadura militar y luego la
época dorada del rock nacional en los fabulosos ochenta. De
excelentes calificaciones en el colegio primario, pasó su
adolescencia en el Leonardo Da Vinci, una legendaria escuela
privada del barrio.

Pero este pibe que compone canciones con claras influencias de


Gustavo Cerati, y escribe letras con prosa spinettiana, era muy
tímido en sus comienzos amoriles. A Luli la conoció de chico. Fue
su primer beso, su primera vez, su primera novia, su primer todo.
Cuando ella lo traicionó con su ex compañero de banda, él cambió
su actitud para siempre y nunca más volvería a ser el mismo Lucas
Fernández que se ruborizaba en clase cuando lo hacían pasar al
frente.

Después de muchos libros de superación y rock como banda de


sonido, empezó a conocer a otras chicas. Pibas que iban y venían
de su vida, amores como flechas van, cantaban Los Redondos en
"La parabellum del buen psicópata".

Al fin nos íbamos a ver las caras. Yo estaba más nervioso que de
costumbre. Estaba por entrevistar al muchacho más insultado en
mis textos. Al joven lobo quemándose de amor.
Y AÚN YO TE RECUERDO

 ¿Te acordas de aquella noche cuando conociste a Yanina?


 Jajaja, qué morbo manejás amigo. Sí, me encaró ella. Fue re
loco porque yo tocaba y en un flash la veo, ahí sentada con la
amiga, no había mucha gente. Estaban tomando una Brahma
y me agarró una sed. Pensaba, quiero sentarme con ellas. Y
bueno, se pudrió todo esa noche. Cosas que pasan.
 Contame un poco de vos, ¿Por qué la sangre tan fría?
 No estoy tomando dimensión de nada. No es que soy de
piedra. Yo la estoy pasando re mal, alto karma. Pasa que si
me pongo a pensar en todo, me caigo y no me levanto más. A
mí la depresión me hace bardear. Encima, estamos en
cuarentena, las calles tristes, mucha angustia generalizada.
La verdad que todavía no lo puedo creer, no puedo ser tan
pelotudo.
 ¿Te arrepentís de algo?
 Si, mal. De haberla lastimado a la gordi. Es la piba más piola
del universo y la galaxia. Por más que después se haya
metido con alguien que yo consideraba mi amigo, un poco me
lo merezco por gil. Ella se desvivía por mí. Ganaba dos
mangos en ese kiosco pero a mí no me hacía faltar nada. Yo
le decía, guardá la guita, y ella todas las semanas me
compraba algo. Me despertaba con mates y tostadas con
mermelada. Creo que eso es lo que más extraño. Aparte que
teníamos nuestros códigos de pareja, no sé, no quiero hablar
mucho, me hace mal.
 Última pregunta y ante todo gracias por coparte, tranquilo que
voy a subir una foto tuya, pero si pudieses volver el tiempo
atrás ¿Qué harías?
 Uff, no le respondería la historia a Carla. Ahí empezó todo.
Ojo, que la quiero una banda. Es un desastre igual que yo esa
mina. Pero nos conocimos en un mal momento. Nunca pensé
que una piba así me diera bola, eso me levantó el ego y ya no
hubo vuelta atrás. A mí solo me pasan estas cosas, un país
encerrado y yo bardeando a morir. Ojalá no me dejes mal
parado en el libro, no seas malo.
 Te mando un abrazo, querido.

Despertar - Lucas Fernández

Despierto

quiero sacudir la cabeza y ahogar mis lamentos bajo la almohada.

Abro la canilla y se me ríe el espejo, me drogo con jabón.

Tengo tu voz susurrándome en la oreja, me impide escuchar la


canción de mi vida, pero yo sé bailar de memoria.

Extraño despertar con tu sonrisa color beso, y esos ojos color


estrella.
NO TAN DISTINTOS

En un mundo cada vez más anormal, ser normal es cuestión de


rebeldía. ¿Pero quién define qué es normal y que no lo es? Esta
historia de triángulo amoroso es una más de las miles que ocurren
día a día. La mayoría con finales trágicos. ¿Qué sería un final feliz
entre tanta traición, mentira y desamor constante?

 Contame eso que me dijiste por privado, Meli. ¿Lo puedo


publicar?
 Si, Yanina lo supo siempre. En realidad fue así; yo conocí la
banda por Lucas. Yo anduve con él mucho antes de que se
conozcan. Bah, me lo garchaba. Yani sabía que yo andaba
chongueando pero nunca supo con quién. Esa noche ella
quedó re enganchada con él, cuando se sentó con nosotras.
Como los vi tan compenetrados en la charla, me fui solita. Ahí
arrancaron a verse más seguido y toda la onda. Un día ella se
queda a dormir en casa, teníamos la re confianza entonces
agarra mi celu para sacarse una selfies, el mío tenía buena
cámara frontal, cuando va a la galería ve unas fotos mías con
Lucas. Me quería matar, pero fue tipo a las dos semanas de
conocerse. Se puso re mal, y le conté la verdad. A mí no me
pasaba nada con el pibe, pero tipo había un par de fotos corte
novios, lo habré visto tres veces. Y una vez cuando ya
estaban re legal, él me escribió pero todo bien, y se lo conté a
ella. No iba a perder su amistad por un chico. Y después ni
me daba la cara para aconsejarla, yo le saqué la ficha al
toque, eso iba a terminar mal, pero me hice la re boluda
porque si yo le decía algo, ella iba a pensar cualquiera, que yo
quería volver con él o andá a saber que flashaba.

El amor está durmiendo

Pasa tan rápido

siempre pensé que duraría

Y duraría

Investiga en tu libro de reglas

Y decime lo que ves

¿Soy tan diferente?

no sos igual a mí.

No tan distintos - Sumo.


EL DOLOR ES VENENO, NENA

La parte más difícil del amor es soltar. Dejar de lado el pasado


cuesta horrores. De repente todo lo que tenías no lo tenés más. Lo
cotidiano de una pareja, lo sencillo, lo que te hacía sentir feliz y
pensabas que ya no podías pedirle más a la vida porque tenías
todo. La nostalgia te visita cada tanto. Alguna canción, un olor, una
voz, alguna serie, te pega una trompada y te arrastra la melancolía
a una dimensión desconocida que en el barrio llamamos "cajeteo".
Todo el mundo pasa por lo mismo, estamos destinados a recordar
aunque no queramos, aquellos momentos que nos marcaron para
siempre.

 ¿Qué haces? Te desbloquee para preguntarte cómo estás


después de tanto. No te confundas, te voy a odiar toda la vida.
Pasa que estos días, encerrada, con frío, se me vinieron a la
mente mil recuerdos con vos. Yo no soy nadie para juzgarte,
boludo. Me mandé mil cagadas en mi vida, me conociste así,
cuando estaba dejando a mi ex al que había cagado. Vos
andabas con mi amiga, después te metiste con esta piba, un
re bondi todo. Y a veces te extraño, Lucas. No te voy a mentir.
De bronca me metí con tu amigo, juro que fue de resentida.
Yo lo busqué y ahora él se re enganchó. No es lo mismo,
nada es igual en mi vida de mierda. No me abraza como vos,
no me hace chistes, no me canta al oído, está todo el tiempo
encima mío, nada que ver con vos que hacías la tuya y te
chupaba un huevo todo. Aun así me hacías re feliz, sos único
e irremplazable. Te odio hijo de re mil puta, pero ojalá algún
día pienses en mí y sonrías. Ojalá me veas en todas partes
pero no me encuentres en nadie. Lee este mensaje y
bloqueame vos. No dejes que te escriba más, por favor. Y
recién voy por la cuarta birra de litro, vos me conoces. Chau.

Un mensaje que llegó de madrugada al sur de la provincia de


Buenos Aires. Cuando Lucas lo leyó, Carla estaba preparando el
desayuno en piyama todavía, con una musculosa que deja entrever
sus tatuajes, uno en el hombro que parecía haber aparecido a
propósito ante la situación: "Soltar".

Una eternidad

Esperé este instante

Y no lo dejaré

deslizar en recuerdos quietos

Ni en balas rasantes

Que matan.

Ah, come de mí, come de mi carne

Ah, entre caníbales

Ah, tómate el tiempo en desmenuzarme

Ah, entre caníbales.

Entre caníbales - Soda Stereo.


UNA CITA IDEAL

 Voy para lo de mi vieja mañana.


 Ay, ¿A qué hora?
 Tipo mediodía ¿Venís?
 Pasame a buscar porque no tengo SUBE.
 Bueno, pero esperame en la esquina por Vergara, no voy a ir
a la puerta de tu casa.
 Listo y vos calladito, ni una palabra a nadie, gil.
 Vos calladita, no vas a subir historia ni nada eh.

Hace frío en toda la ciudad de Buenos Aires. Como en los viejos


tiempos, llegaron justos para la hora de la comida. Una polenta con
salsa bolognesa, mucho queso, la comida preferida de ambos.
Llevar a Yanina de visita fue muy buena estrategia de Lucas para
recuperar el vínculo perdido. Todavía no sabe de su posible
paternidad, se lo piensa contar solamente cuando ya sea última
opción, aunque Carla ya lo tiene totalmente decidido.

Unos mates con la ex suegra, le cambiaron la cara a Yanina. Sabe


del embarazo, y Lucas se lo piensa ocultar también. Por suerte este
reencuentro tuvo sabor a amistad y no pasó absolutamente nada. Si
bien estaban dadas las condiciones para dormir una siesta juntos y
revivir aquella pasión desenfrenada de dos geminianos
enamorados, no se dio.

 ¿Vos no me tenes que contar algo?


 ¿Qué cosa?
 Dale, contame.
 No entiendo, gordi, decime.
 Ya sé todo, boludo.
 ¿Que Carla me gorreó con el ex?
 No, aparte de eso, dale.
 Decime y yo te digo.
 Vas a ser papá...
 ¿Quién te contó?
 Soy bruja, nene.
 ¿Carla?
 Sí, ¿Quién si no?
 A la mierda, qué turbio todo.
 No seas boludo, no la dejes tirada. Haga lo que haga, quedate
al lado de ella.
 Más vale que voy a estar al lado de ella. Me preocupa esa
relación morbosa que tienen.
 Nah, ni cabida. Me contó porque te habías borrado y
necesitaba encontrarte. Dejá de bardear, Fernández.
 Te lo prometo. ¿Te llevo? Igual me quedo acá hasta mañana.
 Sí, tengo la re paja, pero debo volver a casa.

Un encuentro secreto que ni los servicios de inteligencia más


poderosos del mundo podrían haberlo decodificado. Inesperado,
fugaz y cargado de emociones.

Tu madre no podrá interceptarme,

perfecto hermoso, veloz luminoso,

caramelos de miel entre tus manos,

te prometo una cita ideal,

adorando la vitalidad.

Luna de miel entre tus manos - Virus


FUEGO

“Ella es como la hija que nunca tuve. Imaginate que yo perdí un


embarazo de ocho meses cuando Lucas tenía dos años, era una
nena. Nació ahogada, y de ahí nunca más quise tener hijos. Así que
fue la primera nuera que acepté, porque él ya había traído chicas
pero no le duraban ni dos semanas. Acá ella siempre va a tener la
puerta abierta para cuando quiera. Por más que mi hijo traiga a otra,
acá ella sabe que puede venir siempre. Ojalá que algún día se
arreglen, pero la verdad que ella es una gran persona, no se
merece andar sufriendo, ya demasiado la trata mal la familia.

Acá ella me cebaba mates mientras yo cocinaba y a veces venía y


nos quedábamos charlando de la vida hasta tarde. La verdad que
estoy orgullosa de que haya sido mi nuera. Un amor de persona,
sencilla, humilde, siempre con sus abrazos fuertes ella. Acá la
aman, mi mamá, la quería como a una nieta. ¿Para qué diario es?
Porque Yani me dijo que era un entrevista pero no me dijo para
qué.”

Testimonio de la mamá de Lucas Fernández.

Pilar fundamental en la historia de Lucas y Yanina. Una charla


corta, unas preguntas por WhatsApp, se notaba en el tono de voz,
que estaba sufriendo al recordar tantos gratos momentos con su ex
nuera. Pero también sabe que su hijo no la merece. Será porque
ella también sufrió por amor en sus años dorados, cuando conoció a
Don Fernández, también músico en los años setenta. Dice que
tocaba la guitarra en una banda popular de la época: nada más ni
nada menos que con "Sandro y Los del Fuego". Su muerte
acrecentó más la leyenda de su pacto con entidades del más allá,
por eso dicen que la guitarra de Lucas está maldita. Creer o
reventar, Fernández junior no pega una.

 ¿Estás?
 ✔✔

 ¿Qué haces Yanina? ¿Sos boluda?
 Ah, ¿Viste que feo que te escriban de madrugada?
 Estaba re durmiendo ¿Qué onda?
 Nada, quería charlar con vos, no me podía dormir, me quedé
pensando en tu vieja. No la hagas sufrir, contale todo. No
ocultes más nada, Lucas. Yo no te voy a joder más pero porfa
hacelo. De hecho, vos sabes que no te voy a perdonar nunca
lo que me hiciste, pero te tengo un poquitín de cariño por lo
que fuimos, por eso quiero lo mejor para vos.
RADIOGRAFÍA

Un 8 de diciembre del año 1996 nacía en un hospital público de


Monte Grande, Carla Ponce. Hija de Carlos Ponce y Margarita
Martínez. Sus padres comerciantes de toda la vida, hoy en día
jubilados y viviendo de rentas. Tienen locales en alquiler por todo
Tristán Suárez. Tiene dos hermanas mayores y un hermano
viviendo en Madrid, al que en el 2017 visitó, de pasada, cuando
recorrió Europa con Milu, su amiga de toda la vida. Cuando volvió
se reencontró con Luciano y se pusieron de novios. Cuando él se
enteró que ella había estado hace un tiempo con un colega suyo,
empezaron los problemas.

En mayo del 2019 terminaron la relación, aunque cada tanto se


seguían viendo. Tenían un plazo fijo con ahorros para viajar, en
este caso pensaban en algún país asiático. En septiembre cuando
se mudó sola, comenzó a charlar con Lucas Fernández. Quedó
deslumbrada por su voz y su manera de tocar la guitarra, y el
carisma de ese joven desconocido que subía sus vídeos a
Instagram, llevándose todos los halagos de la platea femenina. Con
la experiencia de una relación tóxica del pasado, dejó de lado
stalkear a su futuro novio. Según ella, nunca se imaginó de la doble
vida de Lucas, si no fuera por Milu, distinta quizás habría sido la
historia. Se enamoró la primera vez que lo miró a los ojos. El
encanto y la comodidad que él le generaba, no se comparaba con
nada. Nunca le había pasado de conectar tan perfectamente con
alguien.

Cuando se enteró lo de Yanina, le deseó lo peor, pero ya era


demasiado tarde. Suspiró cuando vio que ya no estaban más
juntos, y aprovechó esa oportunidad para seducirlo y llevarlo a su
juego. Golpe con golpe, vos me mentiste, ahora me toca a mí, pero
le salió mal. Un embarazo, un ex que por algo es ex, y una
esperanza, la de siempre, la de abrir un portal y aparecer en otro
mundo, en una galaxia donde el amor no duela, donde la tristeza no
sea infinita, donde la venganza no sea un plato que se sirva frío.
Y SI ACASO NO BRILLARA EL SOL

“Gracias por escribir la historia, posta me ayudó a sanar y a darme


cuenta de muchas cosas. Soy caprichosa, sí. Tal como me
definiste. Pero no soy mala piba, me gusta la aventura, salir un poco
de mi zona de confort, no depender de nadie, aunque no me gusta
estar sola. Con Lucas me pasó que encontré al compañero que
siempre soñé. Nada pero nada que ver conmigo. Y eso me
enamoró, me voló la cabeza, porque es re inteligente. Cuando me
enteré que estaba de novio hace dos años yo ya estaba hasta la
verga. No sabés lo que lloré, porque encima mis viejos me
preguntaban por él, todo mal eh.

Me costó una banda aceptar que me mintió durante meses. Es re


feo enterarse de esa forma, horrible, no se lo deseo a nadie. Por
suerte con Yanina pudimos hablar bien, desde el alma. Ninguna de
las dos sabía nada. Ahora me preguntás por qué me quedé con él
después de todo, y yo te respondo que mitad por capricho y la otra
mitad porque lo amo con todo mi corazón. Mi parte caprichosa lo
cagó con mi ex, la parte del amor lo volvió a buscar.

Lucas tiene sangre fría. Nunca lo vi llorar. Cuando lo eché y le dije


de todo, dio media vuelta y chau, yo dije, bue qué onda ¿No me va
a putear? Yo no sé qué hubiese hecho. De nuevo, gracias por no
revelar mi nombre verdadero y narrar tan bien, con lujos de detalles.
Ah y en los diálogos míos con él antes de que yo te cuente, le
pegaste en todos. ¿Cómo haces? ¿Nos espías? Te mando un
abrazo”...

En la breve pero intensa charla que tuve con Carla, nunca se hizo
mención del embarazo. De todas formas me lo iba a contar a los
pocos días. Prometí visitarla apenas se pueda volver a las calles.
Ya tenemos cita en el bar Nicanor de Monte Grande, las mejores
milanesas, asegura ella. Solo me quedaba terminar de cerrar la
historia.

20 de mayo del año 2020. Buenos Aires, en contexto de pandemia


mundial, con cuarentena obligatoria en todo el país, cuando parecía
que ya nada fuera de lo común podría pasar en este triángulo
amoroso, una serie de situaciones me obliga a reescribir algunos
capítulos. No me escribas la pared...
EMPEZANDO A TERMINAR

 Te amo, descansá.
 ✔✔
 Eu ¿Todo bien?
 ✔✔
 Yani ¿Te pasó algo?
 ✔✔

Ya no me importa, donde estés, ni con quien estés. En quien pensarás.

Ya no me importa, el saber qué haces

o si te sientes bien, si necesitas algo.

¿Dónde estarás? ¿Con quién estarás?

¿En quién pensarás? ¿Y quién te acariciara?

Dónde estarás - ICC

Se cajetea fuerte en el oeste. Hace tres días que Yanina no va a


laburar al kiosco. Acusa dolor de cabeza y resfrío. Su patrón decidió
no abrir por la tarde en vez de reemplazarla. Buen gesto en los
tiempos que corren. Pone los temas de ICC, un cantante de
electrocumbia mexicano que sonaba en el mítico Tropitango. Piensa
en Lucas. Sabe que ya es tarde. Tampoco tiene la idea de
perdonarlo, pero le cuesta darse cuenta que ya nunca nada será lo
mismo.

A veces no nos enamoramos de las personas, sino de los


momentos vividos. Eso le pasa a Yanina. Sigue enamorada de
tantos momentos que ambos pasaron juntos. Y lo que parecía su
gran historia de amor después de Lucas, se volvió una pesadilla.

No se puede amar a alguien pensando en otra persona.

 Matías, ¿Estás?
 Linda, ¿Qué onda? Me cansé de llamarte y pasé por el kiosco
un par de veces, estaba cerrado. Flashé cualquiera.
 Sí, no estoy yendo a laburar. Escuchame quiero que
hablemos.
 ¿Qué pasó? ¿Todo bien?
 No sé si todo bien.
 Bue qué onda, decime.
 Quiero que cortemos con todo esto. No quiero saber más
nada. Me hace mal, no vos, pero si la situación. No quiero
hacerte lo que me hicieron. No te puedo querer, dormir con
vos, pasar tiempo juntos, mientras pienso en otra persona.
 Daa, cualquiera. ¿En quién pensas? En el otro gil seguro,
después de todo lo que te hizo. Malísimo.
 Ese gil que vos decís, fue tu amigo y el gran amor de mi vida.
Te pido por favor un poco de respeto ¿Dale?
 Ya fue, qué respeto se merece ese gato, ya me lo voy a
cruzar.
 ¿Y qué vas a hacer? ¿Pegarle? Cierto que los machitos
arreglan todo a los golpes. Menos mal me di cuenta.
 ¿Qué decís? Nos estábamos por ir a vivir juntos hace cinco
días. Yo estoy esperando que se termine la cuarentena para
buscar otro laburo. Y ahora esto, no te entiendo.
 No pido que me entiendas, pido que me dejes de romper las
bolas. No me llames, no vayas al kiosco, y no amenaces a
Lucas, que él no tiene nada que ver.
 La verdad que me estás rompiendo todo.
 Yo ya estoy rota hace rato y se vive igual.
EN UN FLA

Día gris en Tristán Suárez. Un mail que se abre. Un llanto y mates


de por medio. La noticia que nadie quiere leer en tiempos de
confinamiento obligatorio. La agencia para la que trabajaba Carla en
concepto freelance cierra sus puertas. Al menos por unos meses,
ya que ni puede seguir sosteniendo gastos. Todos sus sueños y
planes se estaban yendo al carajo. El alquiler, los servicios, gastos
fijos, y un embarazo que avanza semana a semana. Volver a lo de
sus viejos no es opción. Piensa tomar plata de sus ahorros y pagar
unos meses de alquiler adelantado. Lucas le hace una propuesta
que la termina de desestructurar del todo.

 Cuchame, ya fue boluda. Hagamos las cosas bien.


 ¿Qué es hacer las cosas bien, Lucas? No puedo tener tanta
mala suerte.
 Mirá, vos no tenés nada que te ate. Estamos juntos, sigamos
adelante con el embarazo y vayamos a vivir a lo de mi abuela.
Al menos hasta que nos acomodemos.
 Vos estás loco, boludo. Los dos sin laburo, traer un hijo al
mundo, irnos a vivir juntos. ¿Qué vamos a comer?
 No seas dramática, Carla. Esto no va a durar toda la vida.
¿Queres abortar? Yo te apoyo y acompaño. ¿Queres tenerlo?
También.
 Ay, no sé, ¿Por qué todo me tiene que pasar a mí?
 Mañana vamos a lo de mi abuela. No te voy a dejar sola. Esta
vez, quiero hacer las cosas bien. Dale, nos vamos a la mierda,
allá no jode nadie.

La que sí la dejaría sola era su amiga Milu. Fue directa: abortás y


no me ves nunca más. Sabes que estoy a favor de la vida, no seas
hija de puta, Carla. Soy capaz de contarles a tus viejos. Tampoco le
dio muchas opciones, de todas formas si seguía adelante con el
embarazo, las condiciones para mantener la amistad era que lo
tenga sola, y que deje a Lucas para siempre. Una amistad de años
que se partía de la nada. Luego le caería la ficha que la tóxica en
ese vínculo era ella, al insistir con la relación con su primo, aquel
que no la dejaba de hostigar por haber tenido una aventura con un
abogado conocido.

 ¿Sabes que sos una mierda, Lucas? Sos todo lo que está
mal. Pero al menos estás acá, en mi peor momento. Cuando
todo el mundo me deja sola, vos aportando soluciones para
que yo esté bien.
TE VAS A ACORDAR DE MI

Un día primaveral del mayo 2020. El sol pega fuerte y debajo del
paraíso las anécdotas de un pasado distante amenizan la tarde
ideal en Boulogne City. Blanquear un embarazo en estos días es
difícil. Y más que nada concurrir a un hospital a realizarse los
estudios y controles. La abuela de Lucas no da más de felicidad. No
ve la hora de tejerle algún escarpín y de sacar del baúl de los
recuerdos, fotos de su nieto de bebé.

En breve estarán instalados en la casa de atrás, la que fue de su


hijo fallecido para la navidad 2019. Es una construcción de dos
pisos, con un hermoso patío. Vivió ahí hasta su muerte, luego de un
divorcio maldito que lo terminó de enfermar. No dejó descendencia.

 ¿Te cayó bien mi abuela?


 La amé. Yo extraño mucho a la mía.
 ¿Hace cuánto murió?
 La materna no la conocí directamente, y mi abuela paterna
hace diez años más o menos.
 Una banda. Yo no conocí a mi abuela paterna. Bueno, en fin,
ya tenemos nuevo hogar.
 Sí, no lo puedo creer. Yo siempre te decía que me quería ir a
vivir a otro lado lejos del sur y acá estás vos, ayudándome a
cumplir mi sueño.
 Después discutiremos los posibles nombres de nuestro hije.
 ¿Hije? Jaja, si, tonti.
 Será hincha del ciclón, como el padre y el abuelo. No se
negocia.
 No me interesa el fútbol, así que no pienso interferir. Ojalá
pase pronto toda esta pesadilla que pasamos estos meses.
 Ya está pasando, linda.

La noticia sobre la llegada en camino de un nuevo integrante de la


dinastía Fernández fue una bocanada de aire en el medio de un
encierro asfixiante para la familia. La madre de Lucas ahora tenía
una nueva nuera favorita a la que le prometió las mejores pastas
dominicales.

 ¿Te acordas del mensaje que me mandaste cuando se pudrió


todo aquella vez?
 Uff, ese audio, todavía lo conservo porque soy re masoquista.
 Todo eso está pasando. Increíble. Soy feliz de nuevo. No sé
por cuanto tiempo. Y si, a veces pienso en vos.
 Rescatate, Fernández. Que vas a ser papá y tu mujer te va a
revisar los mensajes.
 ¿Y? Si no dije nada comprometedor. Ustedes se hablan, mirá
si voy a ser tan pelotudo. Ya aprendí, Yanina.
 Por eso mismo. Porque sos un pelotudo.
 Bue, ¿Me bardeás? Hagamos una tregua.
 Te voy a volver a buscar, joven Lucas.
 ¿Qué decís?
 Te vas a acordar de mí.
 Eso siempre, gordi.
 No me digas gordi si no me vas a coger.
 ¿Y quién te dijo que no vamos a volver a coger?
PARTE IV
EQUIVOCARNOS

Lucas Fernández se relajó. Venían saliendo demasiado bien las


cosas. A punto de irse a vivir con Carla a lo de su abuela en
Boulogne. Un gran paso adelante después de tantas malas. Uno
tiene que aprender de los errores del pasado para poder seguir
avanzando en la vida, para no encontrarse con los mismos
problemas. Quizás el recuerdo de Yanina lo mareó un poco, justo
en lo mejor volvió a aparecer. Parecía adrede. Sentado en un sillón
con la guitarra, mientras tocaba un tema de Sumo, se olvidó de
cerrar la sesión de WhatsApp Web en la notebook de Carla. Hasta
hace unos minutos estaba enviando documentación y unos CVs a
Cabify. Una aplicación de transporte de pasajeros habilitada para
trabajar legalmente y en cuarentena. Lucas Fernández no sabe
archivar, ni silenciar, ni borrar conversaciones. Ahí Carla pudo leer
toda la conversación que mantuvo con su ex del oeste.

 ¿Te puedo hacer una pregunta?


 Sí, ¿qué pasó?
 ¿A qué gordi te queres volver a coger?
 ¿Qué?
 Dale, Lucas. No cambias más, pensé que con esto de ser
papá te ibas a rescatar. Estoy resignada a que todo me esté
saliendo mal, no te voy a decir nada. Si tenés un poco de
dignidad, andate solito.
 Uy la concha de la gorra, ¿qué onda que revisas mis charlas
privadas? ¿En qué momento agarraste mi celular?
 No agarré tu celular, dejaste abierta la charla en mi notebook.
Sos tan pelotudo, pibe. Te conozco todos los hilos.
La lógica del manipulador es victimizarse. La culpa la tiene la otra
persona. Y va a defender hasta el último segundo su mentira
cuando es descubierto. Esa pareja estaba destinada al fracaso. Ya
no había amor ni respeto alguno. Carla, totalmente vencida, decide
terminar de arruinarle de una vez por todas el berretín de jugar con
las pibas.

 Llamala a Yanina y decile de todo. Insultala. Que nunca más


te vuelva a escribir y bloqueala.
 ¿Qué decís? Dejá ya fue, yo soy un pajero del orto.
 LLAMALA. Tomá mi celular, delante mío hacelo.
 Estás loca, Carla. Ya fue. Me voy solito.
 Bueno dale, andate para siempre. Pero antes llamá y decile
de todo.
 No lo voy a hacer.
 Lucas, hacelo o lo hago yo y pongo en altavoz te lo juro.
 Dejala tranquila.
 ¿Tranquila? Ella me tiene que dejar tranquila. Ahora vas a ver,
más vale que hables.
 No no no, Carla, no, dame el celular, no no, me voy chau.
¿QUIÉN SOÑÓ EN TU ALMOHADA?

Mira las cajas y bolsos acomodados, todo listo para una nueva
mudanza. La ilusión de arrancar desde cero, la esperanza de que
todo cambie para bien. Todo cambia de un instante a otro. Otra vez
perdió en este juego donde nadie puede ganar.

Carla mira hacia atrás, no tanto, hasta hace menos de un año. Era
feliz, con mil proyectos encima, ganas de viajar, de comerse el
mundo. Estaba sola, no le rendía cuentas a nadie. Tenía una amiga
que la acompañaba en todas sus aventuras, una familia presente,
no dependía emocionalmente de ninguna persona. Las historias no
tienen finales felices la mayoría de veces. La de Carla Ponce era
increíble.

 Me gustó la historia, pero vas a tener que cambiar el final. No


me mudo nada.
 Hola, Carla ¿qué pasó? Ya estaba editando todo.
 Ahora te paso unas capturas de pantalla y hacé lo que
quieras. Ya no tengo fuerzas de nada.
 Bueno, dale. Tranquila, ¿te puedo llamar?
 Ahora no, pero si, necesito charlar y mucho.

Estaba terminando de editar y corregir la tercera parte de la historia,


cuando tuve que volver a reescribir los últimos capítulos. Estaba
destrozada. No quise indagar mucho, pero necesitaba darle un final
al relato. Cuando al fin pude comunicarme, me contó todo entre
lágrimas. Se la notaba muy nerviosa. Desganada de todo. Y era
entendible, de un día para el otro todo se le vino abajo. Los que
venimos de la nada misma, cuando nos pasa algo así, nos
resignamos porque estamos acostumbrados, naturalizamos que las
cosas nos salgan mal. Pero una chica que tuvo todo siempre,
caprichosa de alma, entra en pánico.

Luego de esa charla de media hora tratando de consolarla, vinieron


muchas más y hasta pude visitarla un domingo al mediodía, en el
lejano sur. Fideos con tuco y unos temas de Expulsados de fondo,
una carpeta que Lucas Fernández había dejado en su notebook.
LEOPOLDO PISANELLO

En la película "A Roma con amor" de Woody Allen, una de las


cuatro historias que transcurren en dicha ciudad trata sobre
Leopoldo Pisanello (Roberto Benigni). Es un romano común y
corriente que, de repente y de forma inexplicable, descubre que es
uno de los hombres de quienes más se habla en Roma. "Leopoldo
no tiene ningún talento, es una persona normal y corriente", dice la
crítica. "No tiene ni idea de por qué es famoso. Es muy consciente
de que es un don nadie. Leopoldo, al principio, está totalmente
perplejo y molesto por toda la atención que recibe, hasta que
empieza a gustarle, sin siquiera darse cuenta". Según
Benigni, "Leopoldo estaba feliz y contento antes de ser famoso, en
su vida había armonía. Pero cuando su armonía se ve alterada, se
siente completamente desconcertado al intentar entender qué le
está pasando". Cuando los paparazzi empiezan a seguirlo,
Leopoldo se da cuenta de que todo lo que desea está fácilmente a
su alcance. "La fama te seduce", dice Allen.

En esta historia en cuarentena este papel tranquilamente lo estaría


haciendo Lucas Fernández. Apenas se publicó la segunda parte,
miles de usuarios en las redes sociales comenzaron a hostigarlo
cuando descubrieron su cuenta en Instagram @luca.sferna24. La
cerró, la volvió a abrir, eliminó las fotos con Yanina, subió fotos con
Carla, y hasta el día de hoy se encuentra desactivada. Ni él sabe
porque se volvió popular. Entre todos los insultos que recibió,
también hubo alguno que otro halago, y según me contó, tuvo
varias propuestas sexuales para cuando la provincia vuelva a la
normalidad. Es consciente de que hizo todo mal, y así también le
fue. Carla se lo quería sacar de encima sin culpa alguna, necesitaba
la excusa perfecta para hacerlo. Yanina necesitaba hacerle pagar
las horas de llanto inconsolable en plena pandemia. Nunca le hagas
la guerra a una piba que no tiene nada que perder. Y así como le
pasó a Leopoldo Pisanello, un día dejó de ser lo que era, ya no fue
el centro de atención de nadie, y volvió a su miserable y triste vida.
ESPADAS Y SERPIENTES

 Carla, ¿lo extrañás?


 Horrores. Mal.
 ¿Y entonces?
 No podemos estar juntos. Lucas no es consciente de nada.
Todo lo bueno que tiene se opaca con su irresponsabilidad.
Es un pibe que me enseñó de todo. Yo descubrí la sencillez
con él, imaginate que soy una cheta malcriada desde siempre.
Que venga alguien y un día me lleve a tomar mates al costado
de la autopista Richieri, o comer pizza arriba del auto. Que me
toque una canción con la guitarra, que me haga reír antes de
dormirme. Todo que lo que estaba bien, pero no puedo y
menos estando embarazada soportar una mentira más.
 ¿Se lo vas a dejar ver?
 Si él quiere, va a poder verlo siempre. Primero tengo que
resolver lo del alquiler, buscar laburo y hablar con mis viejos
urgente.

Vamos por la segunda pava de mates. Usa yerba La Cumbrecita, la


preferida de mi vieja. Pone en la mesa un plato con galletitas
surtidas que ni probé. Estábamos concentrados en la charla.
Mientras yo grababa la conversación para luego desgrabarla y
pasarla a papel, le sonó al menos tres veces su celular. Era
Luciano, su ex. Todavía la sigue buscando. Es un abogado que va
hasta al final, hasta las últimas consecuencias, literalmente. Comete
un grave error, porque no la intenta seducir en lo emocional, sino en
lo económico. Un asco, se la pasa hablando de plata, afirma Carla.
No pregunta como estoy psíquicamente, enseguida ofrece dinero, el
resuelve todo así, me sigue contando. Ya es mediodía y se levanta
para cocinar y cumplir con los fideos con tuco prometidos. Me
ofrezco para hacer la salsa. Medio paquete de tallarines Marolio es
suficiente para los dos. Suena Attaque 77, le digo que suba un poco
el volumen porque ese tema me trae recuerdos y en cuarentena lo
amerita;

Aquí en mi celda estoy muy solo

Solo hay lugar para soñar, soñar, soñar

Sueños de espadas y serpientes

Sueños de muerte y libertad.


VOLVER A EMPEZAR

Renunció al trabajo. La cabeza ya no bancaba más. Se llevó los


mejores recuerdos de ese kiosco que vio pasar novios, chongos,
amantes y algún que otro encuentro casual. La prioridad ahora es
mantener la calma. Cuando la tormenta pase y con el sol brillando,
se podrá proyectar de nuevo. A muchos la cuarentena los benefició,
en cuanto a ahorros, si tuviste la posibilidad de cobrar sin trabajar,
todo lo que gastabas en transporte, salidas y comida, te quedaba
limpio en tu bolsillo. Yanina pudo ahorrar desde que se separó de
Lucas lo suficiente como para vivir tres meses. No paga alquiler, no
sale, no se compra ropa, no invierte.

 ¿Qué es de tu vida, Yanina?


 Acá andamos, saliendo adelante como siempre. Todo me
cuesta el doble, amiguito. Harta del encierro. Necesito salir a
relacionarme con otra gente, ver a otras personas. Posta que
estoy cansada del Zoom, y de toda esa mierda virtual. Quiero
amanecer tomándome una birra en una plaza, sin barbijo.
 Estamos todos en la misma, contame qué pasó con Lucas,
¿cómo fue hacerle esa cama con Carla?
 Uff, ¿te contó? Ya lo veníamos hablando hace rato. Yo con la
piba no tengo ningún problema, un par de veces nos hemos
cruzado, cosas nuestras. Pero le iba a re caber, lo conozco
bien a Lucas, y se lo dije, me va a buscar de nuevo. No me
creyó, y la que iba a perder era ella. Embarazada, viviendo en
la casa de la abuela de él, una pesadilla. Y así estuvo un par
de semanas, me cayeron todas las fichas.
 ¿Y tu suegra?
 Jajaja, las suegras son así. Era obvio que se iba a poner más
que feliz con la llegada de un nieto. Yo solamente le quise
advertir lo que se venía.
 ¿Volverías con él?
 No, bah no volvería a ser su novia, pero lo boludearía un
poco. No es mal pibe, pasa que tiene un ego, pobrecito.
Imaginate que le chupa un huevo que lo nombres en la
historia con su apellido, tiene sangre fría, no sé cómo hace. Y
eso me calienta. Siempre me pasó con él, su indiferencia, su
nihilismo, ¿se entiende?

Después de media hora de charlar por videollamada con Yanina,


me empezó a pasar lo mismo. Estoy harto de lo virtual, necesito
salir a la vida real. Recién arranca junio y esta historia cambia día a
día. Todavía no puedo contactar a Lucas Fernández, su madre
tampoco sabe dónde puede estar. No tiene foto en su perfil de
WhatSapp y cuando le escribo solo marca una tilde. Ya aparecerá,
ahora quiero una birra en la plaza, sin barbijo.
LO ARTESANAL

 Che, Yani, ¿cómo era la vida en Boulogne antes de que


aparezca Carla y antes de la cuarentena obligatoria?
 Uff, no me hagas acordar. Era tan feliz en esa casa. Me
encanta ese barrio de casas lindas, muy familieros. Con Lucas
caminábamos hasta Avenida Rolón por las tardes. Él me hizo
fanática de Sancho Pancho que está al frente de la estación.
Después pintaba helado en ZN. Volvíamos de la mano por
Yatai, costeando las vías. En la casa de él, una familia unida
como nunca vi. Mucha reunión siempre. Siempre los fines de
semana había parientes que venían de visita. No sé a quién
salió tan verga este boludo.
 Digamos que lo que te enamoró de él, fue la sencillez y el
entorno familiar.
 Me enamoré porque siempre me enamoro de los malditos.
Pero no hablo de malos, tipo violentos. Lucas está muy lejos
de ser así. Miente, mal. Juega, utiliza estrategias, un poco
manipula, pero no lo hace de sorete. Para mí es autodefensa,
quedó re traumado con su ex cuando se le fue con el baterista
de la banda. Y a mí me hizo mal, se portó para el orto, pero
tampoco quiero que le pase nada. Ni yo me entiendo.
 Te entiendo, ¿pero por qué se pusieron de acuerdo con Carla
para desenmascararlo?
 Creo que ya te dije, yo con la piba todo bien. Iba a sentir
mucha culpa si no advertía lo que se le iba a venir. En el
momento que fuimos a ver a su mamá, aquella vez, supe que
quería algo más. En un momento me dio unos aritos míos que
habían quedado en la mesita de luz de su pieza, y se recostó
en la cama. Me abrazó y por allá que le pintó querer besarme.
Me tenté no te voy a mentir, pero ya le estaría dando la copa
al fin, al vencedor, como el tema de Los Redondos.

Las charlas con Yanina seguirían durante gran parte del mes de
junio. Y las visitas a Carla se harían más frecuentes. Solo me
quedaba encontrar a Lucas, para saber en qué andaba y poder
cerrar la historia. Mi espíritu de periodista no me dejaba quedarme
quieto. Un diario sacó una nota sobre el relato, una plataforma
digital me envió una propuesta para transformarla en serie. Esto se
me estaría yendo de las manos.
NADA CAMBIÓ MI AMOR

 ¿Querés venir hoy?


 ¿Posta?
 Necesito hacer catarsis.
 Mirá, tengo un re viaje hasta allá y son casi las seis de la
tarde.
 Venite, cocino algo rico, charlamos y te podes quedar a
dormir.

Los viajes a Tristán Suárez en plena cuarentena se hicieron un


ritual de todas las semanas. Dejé de hacer los vivos en Instagram
por compenetrarme en esta historia. Estaba obsesionado con toda
la info de primera mano que podría obtener. Cuánta más confianza,
más íntimo se volvía todo y entraba en la duda sobre qué escribir y
sacar a la luz, y lo que debía guardarme para mí.

Yendo por la General Paz, para luego empalmar por autopista


Ricchieri y después autopista Ezeiza-Cañuelas, me replanteaba mil
veces qué carajo estaba haciendo y si valía la pena. Aquella noche
me esperó con milanesas con puré.

 Le estás poniendo demasiada sal me parece, te va a hacer


mal.
 Estoy acostumbrado.
 Bueno, te cuento: al final Luciano me transfirió lo del plazo fijo,
pensaba irme de viaje pero bueno, ya sabes. Así que nada,
pagué por adelantado seis meses de alquiler, después viene
el aumento semestral pero bueno tengo fe que voy a
conseguir algo para hacer desde acá. Mañana les dije a mis
viejos que vengan para contarles lo del embarazo y
necesitaba charlarlo con vos primero, me siento muy sola.
 Acá estoy. Mientras haya milanesas soy todo oído.
 Jaja, sos un crack.
 ¿Qué pensas hacer?
 Me quiero volver a acomodar. Voy a ser mamá, todavía no
caigo. Pero a la vez no puedo descuidar mi economía, mis
proyectos, mis sueños. Tampoco quiero depender de nadie,
de Lucas me tengo que olvidar, si aparece y me quiere
acompañar bien, pero no estoy pendiente.
 ¿Te volvió a escribir? Necesito ubicarlo.
 No, nada ¿hablaste con Yanina?
 Sí, pero tampoco sabe nada.

Me recosté en el sillón en el que tantas veces Lucas tocó la guitarra.


Me alcanzó una frazada y se fue a dormir a la habitación. Me vio en
línea y me preguntó si tenía frío. Le respondí que no, que estaba
incómodo porque me cuesta dormir en casa ajena, y pensaba que
sería una locura volverme a zona norte a la medianoche en moto.
Yo tampoco me puedo dormir, me escribió por WhatsApp. Estaba
ansiosa. Miraba Stranger Things y me invitó a acostarme a su lado.
La luna también miraba la serie desde afuera. Me dormí. Se durmió.
Me desperté temprano y mientras me preparaba para salir me
rescaté que estaba bardeando, que me estaba involucrando más de
la cuenta. Me estaba enamorando de un personaje de la historia
que estaba escribiendo.
HACELO POR MÍ

 Te digo la verdad, no sé nada de mi hijo. Si queres llamame


más tirando al fin de semana que voy a averiguar si está en lo
de su abuela. La verdad que con esto del encierro y las
macanas que se manda me cansó un poco. Nunca hemos
tenido tantos problemas como los tenemos ahora con este
pibe. Yo no sé si lo hace a propósito, o anda en la droga, pero
a la otra pobre chica la dejó embarazada y ahora me entero
que ya no está más. Lo único que tiene que hacer bien y no lo
hace.
 Voy a tratar de contactarme con Luli a ver si sabe algo.
 Y mirá esa atorranta lo debe cubrir, no aprende más este
chico. De todo le hizo esa piba. No sabes cómo lloraba y se
despertaba en el medio de la noche a los gritos porque ella lo
había engañado con el amigo. Tuve miedo de que se suicide y
ahora me está agarrando de nuevo. Sé que está bien porque
llamó a la hermana la otra vez, pero no sé dónde está la
verdad.

Resignado ya estaba, de cerrar la historia con la poca info que tenía


sobre la vida de los protagonistas. Agotado mentalmente y un poco
confundido también. Me había encariñado con Carla o ella se
encariñó conmigo, no sé cómo fue, pero por dos semanas nos
desvelamos contándonos de nuestras vidas. Me quedaba a dormir
en el lejano sur, en la ciudad de los días grises. Ahora la que
preguntaba era ella.

 Si mañana te despertás con una virtud nueva ¿cuál te


gustaría que sea?
 Cantar, me gustaría saber cantar.
 Basta de músicos por favor.
 Tu karma, mirá si el bebé o la beba te sale guitarrista.
 Me muero boludo. Basta no hablemos de eso ¿qué te atrae de
una persona?
 La inteligencia me enamora mal.
 Ay, no tengo posibilidades entonces, jajaja.

La tensión sexual a la orden del día. Esa tarde me rescaté que todo
estaba tomando otro camino. Que no podía escribir si no escuchaba
a todos por igual. Decidí tomar un poco de distancia y limitarme a mi
relato. A los cuatro días recibo el primer "te extraño", y lo peor es
que le respondí "yo también".
CAMINO

"Nada como tener una prenda exclusiva, única, vintage, y que haya
vestido otros cuerpos" rezaba la publicidad de una cuenta de
Instagram que me comenzó a seguir. Me pidió por privado si le
daría una mano compartiendo en historias. El nuevo
emprendimiento de Yanina y Meli, feria americana online. Me puse
feliz de verla tan motivada y despojada de tantos quilombos. Ya no
es la misma que conocí hace unos meses al comienzo de la
cuarentena. Le encargué una campera y fue su primera venta.
Hablamos un rato largo sobre su nueva vida. De sus miedos
superados, aunque Lucas sigue estando presente en todo. En su
cabeza, o en los buzos que quedaron en la casa de ella y que
publicó en su página. Todavía tienen su perfume, dice, mientras
larga una fuerte carcajada. Me cuenta entre otras cosas, anécdotas
que me recuerdan a un tema de Esteban El As, "Camino". ¿Cómo
transitar las mismas calles, la misma plaza, el mismo barrio, sin que
te pegue la melancolía de aquel gran amor perdido? Seguimos
revolviendo los recuerdos. Esta vez me cuenta de aquella vez que
tuvo un atraso de casi diez días al mes de conocerse. Eran chicos,
y la pasión empezaba a asomarse. Cajetea pensando qué hubiese
pasado. Llevamos casi media hora de charla, prometo llamarla en
unos días para seguir la conversación y de paso preguntarle si sabe
algo de Lucas Fernández.

Y tu canción de los redondos fue mi banda de sonido

Y elegí no tener premio, y que seas feliz

Y ser solo un tatuaje de tu piel la cicatriz

Que recuerden sus colores, los olores, las locuras de mis labios

Tus sabores, rock and roles, sin censura


Llegue al fondo de mi uña pero no encontré la cura

Y a nadie quise mostrarle tu sonrisa que supuran

Porque dicen que sin dueño es que existe al amor

Porque dicen que sin sueños la vida pierde el sabor

Porque dicen que el terror se pasa y llega algo mejor

Porque dicen todo lo que alguna vez te dije a vos

En el infierno de mi corazón

Ahogue los días y las noches que pase con vos

Y ahora doy vueltas, camino dando vueltas

Buscando solitario por el barrio tu inocencia sí!

Camino – Esteban el As
MOTOR PSICO

Escribir una historia en tiempo real y en cuarentena no es para


cualquiera. Todo el tiempo van cambiando las cosas y son más
veces las que queres mandar todo al carajo que disfrutar del relato
en sí. Debía encontrar a Lucas Fernández, tratar de que me
responda los mensajes, si no para mí sería en vano seguir con todo
esto. Estaba envuelto en un submundo de situaciones que ni yo
mismo hubiese imaginado. ¿Qué diría de mi si se enterara que me
quedé a dormir unos días en lo de Carla? ¿Cómo le explico que
nunca pasó nada? Muchas preguntas que no me dejaban dormir y
me quitaban energías para continuar con mi rutina diaria.

 Freud, querido, dijo mi vieja que me andabas buscando.


Cambié el número, agendame, 1139401731, Lucas.
 Ey crack, al fin! Espero que andes bien, ya te agendo.
 Todo bien ¿Qué onda?
 Quería saber cómo estabas, sigo escribiendo y bueno,
necesito de tu testimonio, con lo que puedas aportar sería
genial.
 Ando bien, por suerte. Me puteó banda de gente por
Instagram pero ni cabida. Me insulta gente doble moral
¿Quién puede sentirse limpio del todo? ¿Quién puede
considerarse buena gente?
 Uff, te entiendo. Aparte es gente que ni te conoce.
 Igual, banda de pibes y pibas me escribieron bancándome.
Algunas arrancaron a chamuyar de una.
 ¿Posta?
 Si amigo, ¿Conoces a una tal Roció CjS? Te sigue también.
 Uh, ni idea. ¿Qué pasó?
 Me invitó a dormir a la casa la primera noche, digo bueno ya
fue, le pido la dire, San Miguel, me dice. Un re viaje, pero
bueno arranco, Santa Brígida, re turbio mal.
 ¿Hasta allá fuiste?
 Sí, llevé la guitarra, nos fumamos uno y la pudrimos.
 No parás, capo.
 Necesito descolgar de todo, no quiero compromisos con
nadie.

De repente el pibe más odiado en mis relatos se transformaba en


una especie de Cristián Grey pobre y criado en Boulogne. Me
mostró mensajes, era real. Decenas de pibas declarándoles su
amor y proponiéndoles encuentros clandestinos en plena
cuarentena obligatoria. Ser el chico malo de la historia, el mercado
de todo amor.
EL POETA MALDITO

 Mirá wacho ya estoy escribiendo como vos.


 jajaja, bien ahí.
 Le escribí algo a Yanina ¿te lo puedo pasar y me decís qué
onda?
 De una sí ¿la extrañás, no?
 Maso, es buena piba. Me segundeaba en todas, escabiaba a
la par mía y vos sabes que eso no pasa siempre. Es una en
mil.
 Entonces sí, la extrañás.
 Para qué te voy a mentir...
 ¿Y se lo dijiste?
 No, debe andar haciendo su vida tranquila, no quiero
molestarla más.
 Ella capaz que sí.
 ¿Vos decís?
 Te extraña, seguro.
 Me debe odiar, y Carla también.
 Quién sabe, mostrame lo que escribiste.
 Ahí va...

"Yo con vos tenía todo. Era mirar como dormías y sentir que
era invencible. Nada podía salir mal teniéndote al lado mío.
Eras mis domingos a la mañana con mates mirando el
noticiero. Mi noche de viernes con pizza y cerveza. Mis lunes
grises. Mis sábados de colores. Mis miércoles intensos. Esto
no debería haber terminado así. Seguro estás pensando lo
mismo que yo. Pero ya está. Qué le vamos a buscar la vuelta
si ya sabemos que los amores para toda la vida no existen
hace rato. Todo tiene fecha de vencimiento y lo nuestro había
caducado hace rato. Ahora necesito tiempo, tiempo y alcohol
para olvidarte. Quiero volver a ser lo que fui alguna vez.
Quiero que vos vuelvas a ser lo que eras antes de conocerme.
Cuando nada dolía. Y pensábamos que el amor venía a tapar
nuestros problemas del pasado. Cuando eran risas a toda
hora. Y los atardeceres eran nuestros. El tiempo se detenía y
el sol no brillaba para nadie más, era de nosotros dos. Pensá
en ese instante antes de que se rompa todo. Esos segundos
antes de rendirnos, éramos eternos y no lo sabíamos".

Me conmovió y por primera vez sentí que estaba siendo sincero, no


solo conmigo sino con Yanina también. La prosa que desplegó en
ese texto fue brillante. Aunque ya había leído algunas cosas de él, y
escuchado algunas canciones grabadas, me sorprendió. Lucas
Fernández casi noviando con una seguidora mía para olvidar a dos
chicas con las que salió a la vez. Se siente con suerte y la verdad
que la tenía.
BARRILETE

Treinta kilómetros de distancia entre Boulogne y Santa Brígida,


Partido de San Miguel, agarrando por el Camino del Buen Ayre.
Unos cuarenta minutos. Mucho menos que conducir hasta Tristán
Suárez. Contacté a Rocío por Instagram, en realidad me escribió
ella. Me pidió un link de pago para el PDF de la historia y de paso
me dijo sobradamente, que ya sabía cómo terminaba la historia, y
que no iba a spoilear para nada. No quería arruinarle sus
expectativas, pero me dieron ganas de decirle en ese momento que
con Lucas Fernández nunca se sabe cuándo y cómo termina la
novela. Que por algo tenía hasta cuarta parte. Pero me callé, la dejé
hablar.

 ¿Cómo lo encontraste en las redes?


 Mirá, re enferma yo, me puse a revisar like por like en las
publicaciones. Me llevó una hora me acuerdo, quería saber
qué onda, necesitaba verle la cara. Yo también fui Lucas
alguna vez, bardeaba mal. Hasta que lo encontré, alto bebo.
 Y aun sabiendo todo lo que es ¿Te atrajo? ¿No tenés miedo a
enamorarte y que pase lo mismo?
 No sé, pegamos onda apenas le escribí. Al toque hicimos
todos los planes para cuando todo pase, pero bueno se
adelantó, jajaja. Yo sé cómo soy, si me la hace se la hago
peor. Aparte nada, me re cabe que le chupe un huevo todo,
que venga con la guitarra, nos fumemos un porro y hagamos
de todo. Yo quiero disfrutar la vida, no juzgo a nadie por su
pasado.
 Me parece genial ¿Alguien más sabe?
 Mis amigas, encima todas seguíamos la historia. Pero bueno,
me quedé yo con el premio.
 Che, bueno gracias por seguirme igual, y necesito incluirte en
la historia, si queres te cambio el nombre.
 No, la mejor, poné mi nombre, lo que necesites.
 ¿Segura?
 Sí, mandale, todo bien.

Le di la razón en eso de que no hay que juzgar a nadie por su


pasado. Solamente quería saber porque se sentía atraída por el
malo de la película. ¿O acaso tenemos tendencia a mirar solo lo
bueno? ¿Qué sería lo bueno? ¿Alguien puede considerarse del
todo buena persona? ¿Y si lo malo es bueno? Cuestión es que
estaba siendo testigo de otra aventura más en esta cuarentena
eterna. Cuando no pasa nada, dicen, pasa de todo.
FRÍO DE AMOR

Apenas habían pasado doce días del distanciamiento con Carla y


Lucas Fernández ya había conseguido otros brazos donde sentirse
querido. Doce de junio del 2020. Mucha gente en la calle, menos
controles, aumentos de infectados en todo el conurbano, a él poco
le importaba. Tenía su permiso de esencial y un ego que alimentar.
Primero fueron mensajes livianos, no solamente con Roció, también
charlaba con chicas de diversas edades y distintos lugares, que le
proponían algo más que ser simple contacto de Instagram. Se
desveló alguna noche, como le supo pasar con Carla, las
conversaciones comenzaron a levantar temperatura, hasta que le
dijeron ¿Querés venir a casa ahora? Eran las tres de la mañana.
Arrancó el auto y salió con rumbo desconocido, al menos para él.
Puso el GPS, las calles desiertas, ni un alma. Un barrio Santa
Brígida desolador. Lejos de lo que es cualquier día de la semana,
con pibes en las esquinas, kioscos 24 horas, y perros callejeros.
Llegó hasta el destino indicado, avisó que estaba en la puerta, y le
dijo que salga rápido, que tenía miedo. Rocío vive arriba de la casa
de sus padres, un cuarto con baño, nada más. Fue un encuentro
ardiente, de esos donde no se pierde tiempo. A las siete de la
mañana, antes de que se despierte la familia de ella, ya estaba
volviendo para Boulogne. Con el correr de los días supe, que no fue
la única con la que estuvo. Me llegó primero un mensaje por
privado, luego su confirmación, de que hubo un pequeño romance
que no llegó a cumplir una semana, con una chica de Boedo,
Capital Federal. No me sorprendía para nada. Lucas Fernández
estaba viviendo su propio sueño, el que ni imaginaba cuando era un
púber tímido e introvertido en la secundaria. Esa misma semana me
escribió Rocío diciéndome que todo había terminado. Era previsible.
Los para siempre no existen.
TODAS LAS HOJAS SON DEL VIENTO

Me prometí una, dos y hasta mil veces no involucrarme en la


historia ni con sus personajes. Y ahí estaba, siendo el primero en
saber lo de charla de Carla con sus padres. Acompañándola a
hacerse un estudio a un consultorio privado, visitándola por las
tardes, ayudándola a buscar laburo entre otras cosas. Sentía un
poco de culpa, quizás por escribir la historia y develar muchos de
sus secretos. No me conoce nadie, boludo, ni mi cara, me dijo. Lo
que tiene Carla es que siempre te transmite calma. Siempre tiene la
solución para todo. Después de tanto andar, la vida le enseñó que
todo es fugaz, todo es hoy, mañana será otro día. Una tarde le llevé
de regalo una camiseta de Boca. Hacía calor, unos de los tantos
días primaverales que tuvo este otoño. Se la puso, estaba feliz. Y
yo también porque la vi sonreír después de tanto. Sus padres se
sorprendieron con lo del embarazo, aunque fue mucho más
tranquilo de lo que ella imaginó. Le prometieron que no le iba a
faltar nada, y esa misma semana compraron una cuna por Mercado
Libre. Son unos exagerados, les dijo. Preguntaron por el padre, y
resultó incómodo, pero también les habló de mí. Un amigo que me
banca, así me presentó mostrándoles una foto conmigo. Por un lado
intentaba poner excusas para alejarme, y por el otro no podía
dejarla sola. Temía por su salud mental y por sus ataques de
angustia en soledad. Pero yo debía seguir escribiendo. Tenía que
cerrar la historia, no arrancar una nueva. A veces en un tiroteo no
morís, pero las balas te pasan cerca.
SOBREVIVIENDO

El presidente Alberto Fernández hablaba por cadena nacional y


anunciaba la extensión de la cuarentena hasta el 28 de junio
inclusive. Tres semanas más de aislamiento obligatorio. Algunos
locales no esenciales volvieron a reabrir, en Capital Federal la gente
salió a correr, en el conurbano se hacían reuniones, los pibes
estaban en la vereda y en el resto del país pasaban a otra fase. Yo
en tanto seguía confundido en Tristán Suárez, mi propia pandemia
mental.

Le propuse a Carla que ofrezca sus trabajos de diseño gráfico en


las redes, que abra un perfil en Instagram exclusivamente
comercial, donde pueda subir tutoriales o tips importantes. Me hizo
caso, le di una mano en mis historias, y a la semana comenzaron a
llegar las consultas. La motivación no le duró mucho, la llamaron de
una agencia de publicidad donde ya había laburado para un
proyecto específico que le iba a requerir demasiado tiempo. Lo
suficiente para no pensar en nadie.

 Gracias.
 Gracias ¿por qué?
 Por estar ¿te diste cuenta que desde que llegaste me
empezaron a salir las cosas bien?
 Bueno, pero tampoco hice mucho.
 Para mí es mucho, aparte me encanta que estés.
 A mí también me gusta estar, pero tengo que terminar de
escribir y la estoy re colgando.
 Pero escribí tranquilo, andá a la cama, ponete cómodo, yo
sigo con lo mío.
 No, pasa que yo escribo mejor en mi cama.
 Ah ni idea, no conozco tu cama.

Con la excusa de terminar la historia y tener el permiso para circular


vencido no volví a ir más. De todas formas nos comunicábamos
todos los días, no soy de desvincularme así de fácil. Necesitaba
saber cómo estaba y si había comido. Ella me preguntaba si
pensaba volver y me mandaba fotos con la camiseta de Boca y su
pancita que comenzaba a asomar. Pero estábamos lejos, solo se
oía el eco de su voz diciendo su nombre.
DURMIENDO CON EL ENEMIGO

Me quedé pensando en la muchacha de Boedo que había caído en


las redes seductoras de Lucas Fernández. Para sorpresa mía, era
seguidora de la historia en Instagram. Después de casi una semana
de trabajo digno de una agencia de inteligencia pude dar con ella. A
Lucas le habían denunciado la cuenta, la volvió a cerrar y yo no
podía entrar a stalkearle los likes. También había desaparecido de
nuevo, de todos lados. Allá fui con el mítico colectivo 60, testigo de
tantos viajes y noches eternas. Me bajé en Plaza Italia y esperé el
160. Debía bajar en Boedo y Estados Unidos y caminar hasta
Sánchez de Loria, donde me esperaría. En mi mochila llevaba mis
libritos que le había prometido a cambio del testimonio. Le avisé
que ya estaba y la vi venir. Era alta, ojos verdes, pelo negro bien
largo. Estaba vestida de jean, botas, y tapado marrón. El barbijo
combinaba con todo. Vení, es por acá, me dijo, y me hizo entrar por
un pasillo, vivía en el último monoambiente. Antes de entrar, me
hizo sacar las zapatillas y dejar la mochila colgada en la puerta.
Perdón, pero son mis recaudos, se atajaba. Me ofreció mates pero
preferí un vaso de agua. Hablamos una hora clavada. Era linda
piba, rasgos gitanos, mucho oro, al menos en los aros y en su
cuello.

 Contame, Sofía.
 Antes que nada, te leo hace banda. Y esta historia me re
atrapó porque estuve en algo igual no hace mucho y la verdad
que era como estar leyendo todo lo que había hecho. Sos
increíble.
 ¿Estabas con dos al mismo tiempo?
 Con tres, si, un desastre. Con ninguno conviví igual. Tenían
sus días, pero con Alejandro estaba todo casi legal. Conocí a
su familia y su hija. El otro es un vecino que me tengo que
cruzar todos los días, labura acá a la vuelta en un taller
mecánico. Y el otro mi gran amante, no te puedo dar tanta
data porque es músico de una banda de cumbia famosa. Y
seguro lo conoces, Freud.
 Igual me interesa saber lo de Lucas.
 Una vez entro a leer un capítulo y vi que comentó, Lucas
Fernández, bueno dije, necesito verle la cara. Hasta ahí ni
cabida. Después un día le respondo la historia y no sé qué
pasó, al otro día lo tenía acá, al lado mío en bolas.
 ¿Y cuánto duró el romance?
 Una semana lo tuve durmiendo acá. Íbamos a comprar juntos
a la avenida y todo. Después karma, por supuesto. Volvió con
la ex.
 ¿Cuál ex?
 La que había dejado embarazada.
 ¿Carla?
 Esa misma, un día me preguntó cómo salía a la autopista
desde acá, agarró su mochila y no lo volví a ver más. Ah y me
bloqueó. Un boludo.
SIETE SON LOS DÍAS

Todo un éxito la feria americana virtual de Yanina. Hasta se animó a


posar como modelo con una campera vintage de los años setenta.
Meli, su amiga de toda la vida también. Volvimos a charlar luego de
casi dos semanas. Realmente está en otra vida. Nos prometimos ir
al baile cuando pase todo. En esos días estaba muy abajo
moralmente y ella me sacó del pozo a pura promesa de tiempos
mejores. La gente de mierda siempre será gente de mierda, me
decía. Si queres que las cosas te salgan bien, bueno amigo poné tu
parte, hacé las cosas bien y alejate de la gente que no suma para
nada, me aconsejaba como si fuese mi amiga de años. A ella le
estaba funcionando, así que en breve empezaría a aplicarlo a mi
vida. Cuando todo parecía que la historia no tenía nada de
interesante, me dice que está conociendo a alguien. No me
sorprendería para nada si no fuera porque ese alguien es un
SEGUIDOR MÍO. Alguien le habló después del vivo que hicimos la
primera vez, entre tantos mensajes que le llegaron, este fue un
poco más allá y la dejó pensando. Ella que había arrancado el taller
literario conmigo, una vez algo había escrito sobre el tema y yo no
supe leer entre líneas. Luego de aquella tarde donde la entrevisté
ante unas cincuenta personas que estaban conectadas, nunca más
habíamos podido coordinar otra salida en vivo. Entonces las cosas
le estaban saliendo más que bien, me puse contento, por ella y por
el amigo, buen pibe, oriundo de Laferrere, que cada tanto aparece
en las transmisiones pidiendo temas del Grupo Sombras.
¿Casualidad? “Recordando a Natacha” es el tema preferido de
Yanina. Un clásico en la voz del eterno Antonio Ríos que sonaba
cada primer domingo del mes en las noches de recuerdo del
Tropitango. Todas las mañanas se asoma a la ventana de mi
corazón.
GRITOS

Mi sonrisa

Inquieta

Intensa

Intrigante

Te mira a vos.

Mi respirar

Mi despertar

Mi soñar

Necesitan

De tu vida.

Mi voz

Busca

Tu silencio

Mis gritos

Son de amor

No te asustes.

Vení

Seremos

Todo lo que

Está bien

Vos y yo.

Yanina - Taller literario 2020


NOCHE TRISTE

Salí de la casa de Sofía con un sabor amargo. Era de noche ya, las
frías y solitarias calles de Boedo le daban el toque triste y poético a
lo que sentía. Caminé hasta Colombres, estaba oscuro, desolado.
Esperé casi media hora hasta que apareció el 160 salvador.
Todavía no me acostumbro a subir por la puerta del medio. Tenía
hambre así que aproveche a comprar empanadas en el Kentucky
que está al frente de la Sociedad Rural. Ir comiendo en el viaje me
parece lo mejor del mundo. El 60 mágico me depositaría en menos
de una hora a dos cuadras de mi casa. ¿Le habrá contado algo
Carla a Lucas? ¿Le preguntará por la camiseta? Necesitaba saber
el contexto en el que habían vuelto, pero para desgracia mía, Carla
cerró sus redes sociales. No le iba a escribir por WhatsApp
tampoco. Me acosté a escribir sobre la charla que había tenido con
Sofía, la gitana de Boedo y último amor de Lucas Fernández. Te
tengo que contar una, me comentó él en un posteo. Y era
justamente lo que ya se sabía, estaba viviendo en Tristán Suárez. A
los dos días le volvieron a denunciar la cuenta y se la cerraron. Esta
vez estaba totalmente incomunicado con ambos. Recibí un mensaje
de Carla a la semana, se había separado de nuevo y necesitaba
que charlemos. Habló muy mal de Lucas. Esto se estaba poniendo
cada vez más tóxico y peligroso. Le dije que podíamos hablar por
videollamada, que no podía moverme, tenía la moto rota y andaba
sin permiso. Me pidió perdón por no haberme contado antes, por
estar confundida, por querer a alguien que no sabe lo que quiere.
Lloraba. Una lágrima cayó sobre la cámara. Y otra lagrima sobre mi
almohada.
NI DE PIEDRA NI MADERA

Escribir, corregir, reescribir, cambiar el texto, borrar el texto,


confirmar datos, reconfirmar datos, editar. Así esta historia
interminable donde me involucré más de la cuenta. Me metí yo
solito en la boca del lobo. Aun escuchando los consejos de Yanina
cuando le conté sobre Carla. Salí de ahí, maravilla, me dijo mientras
sonreía por debajo del barbijo. Necesitaba tener al menos el 15%
de sangre fría de Lucas para continuar mi vida. Tengo el sí fácil
para todo. O cambiaba la actitud o me enterraba para siempre.
Hace rato había dejado de hacer lo que me gustaba, ni siquiera
música escuchaba.

A la vez que investigaba sobre esta historia y sus personajes,


escribía una librito con relatos de seguidores narrados por mí.
Historias de amores imposibles, tristes, me recordaban a alguien.
También el diario Clarín se interesó en la novela y me hizo una
nota. A la vez eso llegó a los ojos de productores de cine y
contenidos web que se pusieron en contacto para filmar la serie.
Igual seguía desganado. Una vez escribí un poema que decía "Y si
no éramos nada ¿por qué dolió?". Y fue así, lo predije hace rato.

Mi vecino pone cumbia a todo volumen, una señal. Un tema de Los


Cartageneros, una señal acaso: mi corazón no es de piedra ni
madera, sabe querer y olvidar a su manera. Letal mensaje para que
me ponga a terminar de escribir el relato.
DESPUÉS DE TI

 ¿Por qué me llamas, Lucas?


 Necesito verte, Yanina.
 Yo no quiero verte. No sé de donde sacaste mi número.
 Me lo dio Meli, pero escuchame un poco.
 Dejá de mentir boludo, dale decime que querés.
 ¿Podremos vernos?
 No, decime por acá.
 Es largo y complejo.
 Estoy en pareja, Lucas.
 ¿Volviste con Matías?
 No, no te interesa igual.
 ¿Nos vemos o no?
 No Lucas, esto ya murió hace rato.
 Dale, una última vez. Despedida, copate.
 Andate bien a la mierda, pelotudo.

Última charla hasta el cierre de la edición entre Lucas Fernández y


Yanina. La volvió a contactar después de meses, como si nada,
para intentar algo. Ella estaba arrancando una hermosa historia de
amor con este muchacho cumbiero del oeste profundo. Es mucho
más grande, casi un señor. Para Yanina era algo totalmente nuevo.
Siempre se había relacionado con pibes de su edad, incluso más
chicos. Con todos le fue mal. Tan en serio iba todo que hasta le hizo
llegar un desayuno para el día del padre, él tiene un nene de doce
años que vive en Pilar con la madre, con excelente relación.

A esta altura, Lucas pasaba a ser una vieja anécdota, un ex


fantasmal de esos que aparecen cuando todo va bien. El destino de
Yanina ahora estaba sobre Avenida Luro y Soberanía Nacional, en
la República de Laferrere.

Ellos ríen. Y cuando dos personas se ríen juntas, se vuelven


eternas.
NEGRA RON Y VELAS

 ¿De quién esa canción?


 De Morgan Blanco, pero esta versión es de Luis Ornelas.
 Tiene ritmo eh, me tenes que llevar a conocer el Tropitango
algún día.
 Algún día...
 No seas malo, ponelo de nuevo.
 Ahí va...
 Bailando cumbia se amanece 🎶🎶 me la re sube, es genial.

En la cabeza millennials de Carla no cabía semejante ritmo y


cadencia de cumbia. A pesar de haberse criado en los confines del
conurbano, siempre fue de escuchar música electrónica, de ir a
fiestas rave. No conocía la maravillosa sensación de levantar una
jarra en alto al son de una buena cumbia colombiana. El Tropitango
le quedaría grande. Ese último día que la vi, bailamos en la cocina.
La luz de la luna nos seguía. Mi celular reproducía solo canciones
que daban sed e invitaban al descontrol constante. Me quedó ese
recuerdo de mis viajes al sur. Un fernet, una cumbia, la luna y ella.
Mientras tanto, Rocío me volvía a escribir. Se había visto de nuevo
con Lucas Fernández. Me lo contaba como tremenda hazaña.
¿Acaso pensaba hacerlo cambiar? ¿Se puede? ¿Lucas se la habría
tomado en serio? Nada. A los dos días todo volvía a la normalidad.
En las redes sociales criticaban a Jimena Barón por volver con su
ex, Daniel Osvaldo, después de tantos quilombos y hasta una
canción dedicada. Se jimebaronizó esta historia.
SALÍ DE AHÍ, MARAVILLA

 ¿Qué onda Freud? Che, me habla una pibita y quiere que le


cuente la historia.
 ¿Cómo estás, Lucas? Contale, total no sabrá cómo sigue, vos
tampoco. ¿En qué andas?
 Nada, capo, me quiero poner las pilas. Estoy perdido.
 Y bueno, sé que te no te cabe el encierro, pero tenes que
cuidarte, volver a laburar, a tocar la guitarra. Vas a ser papá.
No soy ejemplo de nada, pero bueno.
 Sí, tenés razón, me abriste los ojos un par de veces. Gracias.
 ¿Dónde estás parando?
 Ahora acá en Tristán Suárez, volvimos a coger con Carla.
Pero eso, no es nada fijo. No sé cómo vamos a seguir.

Un baldazo de agua fría a las diez de la mañana de un domingo


helado. Era lo que necesitaba leer para darme cuenta de que nada
iba a cambiar. De que las personas no cambian, o si, pero casi
nunca pasa. ¿Cómo es que se vuelve con alguien a quién calificas
de violento y manipulador? Estamos atravesando una época, y en
eso pensaba. Que el cambio cultural tardará años, incluso ni
siquiera vivamos para verlo.

 Volví con Lucas, te pido perdón.


 ¿Perdón?
 Sí, perdón, por todo el tiempo perdido, por taladrarte la
cabeza con mis mambos y no hacerte caso. La verdad que
esto se me fue de las manos.
 La mejor, Carla. Yo tengo mi vida, me dedico a contar
historias. Esto que pasó fue una locura. Solamente voy a
pedirte que te cuides, que vas a ser la mejor mamá del
mundo, pero no te enrosques más, si no va, andate, quedate
sola, pero no sufras más. La gente no cambia.
 Espero hacerte caso alguna vez. Y ya sabes que podes venir
cuando quieras, por más que Lucas esté acá, vos vení igual.

Apagué el celular. Puse música en la compu. Me acordé de Yanina


y su frase más vigente que nunca: Salí de ahí, maravilla.
GENERAL ROJO

Se corre el rumor de una cuarentena más estricta en el AMBA. Más


controles, menos negocios abiertos, solo podrían usar el transporte
público los trabajadores esenciales.

Patricio, el flamante novio de Yanina y seguidor leal de mi cuenta de


Instagram, le propone pasar, al menos, todo julio juntos. Ella
acepta. Se siente cómoda. Prometen entre otras cosas, un asado
para celebrar el amor cuando todo pase, si es que pasa. Él me
agradece. Encontró el amor verdadero leyéndome. Un cuarentón
romántico y emprendedor. Yanina me cuenta que sale a comprar a
la avenida, es un mundo de gente, dice. Sus primeros días a pocos
metros de la estación son geniales. Hermosos días en la nueva
vida. La felicito y la invito a participar en otro vivo cuando quiera. Mi
amiga de ahora en más, la que me abrió los ojos. La de sonrisa
perfecta y ojos grandes. Si sale la serie dejame elegir a mí a la
"Yanina", dice. Una historia que empezó como trío y hoy sería una
especie de orgia.

 ¿Te puedo llamar?


 Son las dos de la mañana ¿qué pasó, Carla?
 Nada, Lucas se volvió a ir, esta vez para siempre.
 ¿Y en qué te puedo ayudar yo a cientos de kilómetros?
 Con que me escuches me conformo.
 No puedo hablar ahora. Te leo, dale.
 Te mando audio.
 No, escribime.
 Bueno, nada. Tenías razón en todo. La gente no cambia, se
estaba chamuyando a una tal Sofía ¿vos sabías algo? No, me
agarró un ataque, lo eché, le pegué. No sé cómo voy a seguir
mi vida. Ni una me sale, encima vos debes estar enojado.
 Sabía de Sofía, si, de Roció también, y de una tal Brenda de
Villa Adelina. No te dije nada, ni tampoco te lo pensaba decir,
si vos haces lo que se te canta. Ni cabida. Así que mejor dejar
las cosas así, sos excelente piba, pero caprichosa muchas
veces. Prefiero que seas mi mejor amiga.
 Ah sos igual que el otro forro. Me ocultaste todo durante este
tiempo para estar conmigo, mirá vos.
 No te confundas, vos vas y volves con Lucas, es más en
menos de una semana vuelven a estar juntos. Así que por los
mejores recuerdos, no quiero discutir con vos.
 No vamos a volver.
 Bueno.
 ¿Bueno qué?
 Vení a casa mañana.
 No es buena idea.
 ¿Venís o no?
 Mañana no.
 ¿Cuándo?
 Dentro de una semana, cuando vuelva Lucas y te separes de
nuevo a los dos días.
ADIÓS Y HASTA SIEMPRE

 Te dije PELOTUDO. Que no te metas. Si sabes que son re


tóxicos los dos. Van y vuelven. A mí me quiso chamuyar de
nuevo y lo saqué cagando. Y a Carla no le digo más nada, me
pasó como a vos. Te llama cuando se siente sola o cuando se
pelea con el otro. A mi dejame en paz le dije y la dejé de
seguir, puse mi cuenta en privado y que no me joda más
nadie. Eso tenés que hacer.

Los retos de Yanina me vinieron de diez. Ella estaba ya viviendo en


Laferrere con Patricio. En principio se mudaba en julio, pero con la
amenaza de que el panorama empeore se adelantó.

Las historias no terminan. Al menos esta. Seguramente Carla y


Lucas sigan juntos, como sea, o quizás vuelva Luciano, o él se
quede con Rocío, o Sofía. O solo, destrozado en Boulogne. Al
menos yo, por un tiempo y por mi bien, voy a dejar de seguirla de
cerca. Algún día me enteraré de todo.

Esta cuarta parte me sirvió para darme cuenta de que a veces hay
que dejar las cosas así como están y no tocar nada. Yo toqué de
más y así me fue. No es joda, el amor pica. Pica y molesta cuando
no es correspondido. Quise jugar a ser periodista, a investigar que
había detrás de semejante historia, y me salió al revés, terminé
siendo sin querer un personaje más.

Te vas a acordar de mi nos enseñó eso, a no escupir nunca para


arriba. Todo vuelve, todo es karma. La vida misma. Un día te
quieren, al otro no, bueno ahí no es.
PARTE V
NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

 ¿Vos con quién te pensás que estás pelotudo de mierda?


Geminiano del orto. Me querés boludear a mí, enfermo. Te
crees que soy como esas gilas que te escriben por Instagram,
gil.
 Calmate un poco ¿qué querés que se entere todo el edificio?
 Qué mierda me importa, Lucas, que escuchen todo lo que
quieran.

Septiembre 2020. Cuando yo pensaba en que ya nada podía


superar las cuatro partes anteriores de la historia, Lucas Fernández
me sorprendía una vez más y me obligó a seguir narrando el
después de todo. De nuevo me encontré entrevistando a personas y
haciendo laburo de hormiga para poder escribir algo que esté
realmente a la altura.

Volví a charlar con Yanina, a reencontrarme con Carla, a amigarme


con Milu, y a viajar por el conurbano profundo como lo hice durante
el crudo y pandémico invierno. Me llené de testimonios, chats,
diálogos, mentiras, desmentidas, y de nuevo los fantasmas de
siempre. Esta vez prometí no involucrarme ya que la realidad a
veces supera a la ficción, no fue fácil, les aviso.

Y así como a veces seguir sumando temporadas a las novelas


juega en contra, espero que en este caso sea la excepción a la
regla. A pesar de los problemas personales que me agobiaron estos
meses, acá va la quinta y última parte de la historia más leída en
cuarentena.

Bienvenidos a TE VAS A ACORDAR DE MÍ, PARTE CINCO.


GÉMINIS AL PODER

Si hay alguien que salió favorecido en esta historia, sin dudas es


Lucas Fernández. En su cuenta de Instagram recibía mensajes a
diario de chicas que lo invitaban a sus casas, o le hacían
propuestas sexuales, sin vueltas. Favorecido en el sentido de la
impunidad. Nadie le recriminaba nada, ni siquiera Carla que espera
un hijo de él. Aprovechó su momento como pudo, de aquel pibito
tímido y calladito a ser un seductor irresistible y lleno de misterio. Al
chico malo siempre le va bien. Hasta que se produjo el crossover
menos pensado de la historia: Belén, la escorpiana de la que hablé
en "DIARIO DE UNA ESCORPIANA" y "RETRATO DE UNA
ESCORPIANA" apareció en su vida.

Ella también es seguidora mía, de hecho me mandó muchísima


información para que pueda escribir esta quinta parte.

Después de fracasar en sus relaciones con Juan, aquel pisciano


pasivo de Saladillo, y con Iván, el taurino terco que la dejó por su
ex, Belén se enfocó en la facultad y se mudó a un monoambiente
del pintoresco barrio de Villa Crespo, en Capital Federal.

 Freud ¿Adiviná con quién me estoy hablando?


 Ey Belu! ¡Tanto tiempo! ¿Con Juan?
 No no, con Lucas Fernández.
 Dale ¿Me estás jodiendo?
 Posta boludo, está re loco pero me encanta.
 Geminiano eh, ojo, jajaja.
 Jajajaja, si si, pero vos sabés como soy yo.
 Dios, de lo que salga, quiero un cachorro.
 Maldito, llegué para borrar del mapa a todas las otras, sabelo.
Después de aquel mensaje, supe que iba a tener mucho para
escribir.

Si Géminis acepta a Escorpio, serían una pareja más que especial.

Por un lado tenemos al geminiano conversador, ameno, decidido,


insensible y por otro a una escorpiana, que es intensa
emocionalmente, introvertida y determinada. Ambos perciben sus
grandes diferencias, lo que llevará a observarse y con el tiempo
establecer una posible relación.

Los dos pueden ser muy creativos, Géminis por su constante


inquietud mental y Escorpio por su sensibilidad espiritual. Ninguno
de los dos se conforma con lo que tiene.
ODISEA 2020

Le había perdido el rastro. Sólo sabía y por unas seguidoras que


andaba coqueteando con ellas. Ya había estado con algunas hace
unos meses atrás de este eterno y raro año. Me enfoqué en escribir
otras historias, poemas, y autogestionarme la edición de un librito
para generar ingresos. Había quedado mal por lo sucedido con
Carla, a tal punto de no querer saber más nada con este culebrón.
Pero como en una película de Tarantino, o Alejandro González
Iñárritu (Babel, Amores Perros) los personajes se entrecruzan y así
fue, volví y volvieron.

 ¿En qué andas crack?


 Ey Freud, soy Belén.
 ¿Y Lucas?
 Duerme, yo le estoy borrando los mensajes que les dejan sus
fanáticas.
 Jajaja, dale ¿Me estás jodiendo?
 Posta.
 Necesito hablar con él, quiero escuchar su parte.
 Venite a casa cuando quieras, él después de las 18 llega.
Está laburando para Mercado Libre.
 Qué bien Luquitas. Bueno, arreglamos para la semana que
viene y paso.
 Dale negro, este domingo te veo en el vivo igual.

El 2020 no para de sorprenderme ¿Qué más puede pasar de acá a


fin de año? Me iba a costar una banda tener una charla a solas con
Lucas Fernández. Conociendo a Belén, no lo va a dejar hablar de lo
que realmente me interesa. Todavía no entiendo cómo llegaron a
estar juntos y encima conviviendo. En ese momento pensé que no
era tan buena idea escribir una quinta parte, hasta que recibí un
mensaje inesperado.

 Hola Dami ¿Cómo va tanto tiempo?


 ¿Yani? ¿Cambiaste el número?
 Ay si, soy yo. El otro borralo.
 ¡Qué sorpresa!
 Estoy a full amigo, pero veo que vos también, la otra vez nos
colgamos leyendo "MAL SAKE".
 Uff, qué grande amiguita. ¿Qué contás?
 Dos cosas te tengo que contar: la primera es bueno el
embarazo va de diez, tengo fecha para el 15 de mayo. Me la
juego que nace para tu cumple.
 ¡Qué lindo amiga! Felicito a ambos.
 Gracias tonti, bueno y la segunda, y podés decir claramente
que no, lo hemos hablado ya, es que queremos que seas el
padrino.
 Me dejás sin palabras boluda. Pero RE SI. No caigo.
 ¿En serio me decís? Me muero ya. Gracias a vos nos
conocimos y no damos más de felicidad.

"Basta con que alguien me piense para ser un recuerdo"

Oliverio Guirondo
ORGULLO MALO

 ¿Cómo estás Belen?


 Amigo, acá andamos, tomando unos mates.
 Estoy escribiendo algo y quiero hacerte un par de preguntas,
pero en persona, por acá no me cabe. Aparte hace banda que
no te veo.
 Y bueno, venite cuando quieras. Al mediodía y comemos algo
¿O también querés verlo a Lucas?
 No no, por ahora no. Sólo con vos. Pasame la dire nomas y el
jueves voy.

Llega el día. Estoy con mi madre grave, internada en José C. Paz y


necesito despejar la cabeza. Mirar por la ventana de colectivo me
trae paz y me inspira. El 60 ramal 2 va a las chapas por colectora
panamericana. Semi vacío en esa mañana soleada y primaveral.
Me estoy acostumbrando a la nueva normalidad y llevo conmigo a
todos lados, como un documento de identidad, alcohol en gel.
Espero el 19 en Puente Saavedra. Es el que me va a depositar en
Avenida Corrientes a la altura de Acevedo. En las entrañas de Villa
Crespo, el nuevo barrio de Belen y Lucas Fernández.

Pienso en la cantidad de personas del conurbano profundo que


deben estar alquilando por estos lados. El recorrido de este
colectivo me encanta. Da un par de vueltas no aptas para ansiosos
pero una vez que llega a Chacarita se vuelve menos tedioso.

Ya es casi mediodía. Salvo por los barbijos, uno no se daría cuenta


de que estamos ante una pandemia mundial y letal por la cantidad
de gente caminando en la vía pública. Tengo que caminar hasta
Loyola esquina Acevedo. Zona bohemia y de locales de ropa con
descuento. Le aviso que estoy abajo y me dice que ya baja. Es en
un sexto piso sin balcón, sólo una ventana da al pulmón del edificio.
Me imagino como habrán pasado la cuarentena estricta en estos
departamentos. Nada que ver a mi barrio, tan marginal pero con
patío y vereda popular donde podíamos salir a tomar aire y matear
bajo el sol.

 ¿Qué onda amiga?


 ¿Te gusta? Es lo que me alcanza. En algún momento me
mudaré a un dos ambientes.
 Villa Crespo es caro, amiguita ¿Cuánto pagas?
 18 lucas por mes, con expensas. Si, la mitad de mi sueldo.
 Una banda, pensar que con esa plata podes conseguir una
casa cruzando la General Paz.
 Si, no me digas boludo, decí que compartimos gastos con
Luqui.
 ¿Se puso las pilas?
 Jajaja, conmigo vos sabes como es. Estamos bien, pasa que
los dos somos de caracter fuerte. Pero si, está laburando,
agarró la guitarra de nuevo. La otra vez fuimos a lo de la
madre, un amor.
 ¿Ya te presentó a la familia?
 Si, comimos ravioles caseros. La rompe mi suegra.

La charla se extiende. Y antes de hacerle las preguntas que me


llevaron hasta allá, reflexionamos sobre el amor. Dicen que una sola
vez te rompen el corazón, después las demas veces te lo rompés
vos mismo.
INVISIBLE

 ¿Y la madrina?
 Meli.
 ¿Volvieron a hablarse?
 Si, hace unos meses. Bah estoy re perdida con el tiempo.
Pasó todo tan rápido. Es como que pasaron seis años adentro
de un año. Terrible, boludo. Ella es como mi hermana,
hablamos y dejamos las cosas como estaban. Borré de mi
cabeza al otro enfermo y acá me ves, siendo feliz.

Pasaron apenas siete meses desde que Carla y Yanina charlaron


aquella mañana y daban por finalizada la doble vida de Lucas
Fernández. Sucedió de todo en este tiempo y se potenció por el
contexto en el que estamos viviendo a nivel nacional. La vida en el
corazón de La Matanza es otra cosa. Perros sin dueños, cumbia y
ollas populares retratan el paisaje cotidiano.

 ¿Cómo anda el amigo?


 Ahí anda, laburando muchísimo por suerte.
 No se lo ve más en los vivos, a vos tampoco.
 Jaja, no lo dejo. Nah, pasa que no está en todo el día y
cuando estamos colgamos tomando mates y charlando entre
nosotros.
 Me parece genial. Te noto re distinta, Yanina.
 ¿Vos decís? Estoy muy bien, debe ser eso.
 Estás genial, y también vos cerraste tus redes sociales.
 Ah si ¿Y quién más las cerró?
 Lucas...
 Me toco una teta, boludo.

Patricio se desvive por Yanina. En esos días me manda un mensaje


preguntando por mi madre y charlamos un buen rato. En unos días
iré para Laferrere porque me prometieron un asado. Realmente me
pongo contento por ellos. El amor real es el protagonista de todas
mis historias.
AIRE + AGUA

"La compatibilidad entre Escorpio y Géminis es muy demasiado


baja y ambas partes de la relación tendrán que trabajar muy duro
para conseguir que funcione. Tienen que estar lo suficientemente
decididos para que sea posible. Cuando se enojan, el orgullo de
ambos toma protagonismo y pueden verse envueltos en un
escenario que incluso hasta dirigirse la palabra se volvería difícil.

Géminis y Escorpio son totalmente opuestos entre sí en casi todos


los aspectos de sus personalidades, de ahí que hacer que esta
combinación zodiacal funcione sea todo un reto.

Escorpio es un individuo altamente emocional, que siempre forja


relaciones profundas y significativas.

Géminis, en cambio, difícilmente se ata a otra persona y la mayoría


de sus relaciones amorosas tienden a ser superficiales hasta que
encuentre a su verdadera media naranja."

Lucas Fernández es la figura antagónica de Juan, el ex de Belén,


aquel pisciano estudiante de medicina de Saladillo. La monogamia,
el respeto, y la sencillez de Juan, no se comparan en nada con el
perfil atrevido, complicado y mujeriego de Lucas. Juan era sensible,
si te dirigías a él con un tono de voz fuerte, podía hasta lagrimear. A
Lucas Fernández, hables como le hables, le chupa un huevo.

Juan tenía otras prioridades en la vida, que estando con Belén dejó
de lado. Lucas vive el día a día. Mentalidad punk.

Mientras intento descifrar el enigma de esta nueva relación, vamos


por el segundo termo de mates en Villa Crespo. Nunca le nombré a
Juan, ella sola lo va a traer al presente.
Las personas no son para siempre, lo único que queda para
siempre son los momentos.
RECUERDOS QUE NO VOY A OLVIDAR

 Esto no lo pongas en la historia.


 ¿Por?
 Lo llega a leer Lucas y se pudre.
 Lucas nunca leyó nada de lo que escribí. Creo que las dos
primeras partes nada más.
 Bueno, te contaba, la otra vez se me apareció un recuerdo en
Facebook de Juan. Me agarró cosita, no pude ser tan mala
con ese pibe. O sea, tipo, él es esa clase de pibe con el que te
casás de una. Es para eso. Para formar familia, tener una
casa y un lindo jardín. Y yo estaba re en la mía, solo quería
joda. Por ejemplo en cuarentena sería el hombre ideal.
Contenedor, cariñoso, de esos que te rascan la espalda hasta
que te dormís. Pero bueno, por algo no se dio. Andá a saber
que es de su vida.
 Es feliz, es todo lo que sé. Igual por lo que leí en sus redes,
estuvo mal cuando no pudo abrir el negocio en cuarentena.
Viste que se puso una cervecería artesanal con la novia,
bueno, mala suerte.

Recordar la historia de Juan me hizo bien. A ella no tanto. Noto en


su mirada algo de arrepentimiento y melancolía sobre momentos
puntuales que ha vivido junto a él. No es fácil olvidar. Más cuando
con la otra persona había magia, conexión y complicidad. Entonces
caí en la conclusión de que Piscis deja huellas. Fui directo a
Google.
"Los nacidos bajo el signo de Piscis son muy atractivos y la
profundidad de su mundo interior puede sorprender incluso a la
persona más enraizada.

Su optimismo y su aspiración de hacer de este mundo un lugar


mejor son suficientes para inspirar a las personas, mientras que su
elevado romanticismo les ayuda a crear un ambiente de amor y
ternura que es prácticamente imposible de olvidar."
TAN SÓLO SOÑÉ

No fue magia.

No fue suerte.

No fue casualidad.

Yo solo cerré los ojos y lo vi.

Yo solo apoyé la cabeza en mi almohada y me tapé con dos


frazadas.

Y ahí me dejé abrazar, otra vez.

Y ahí me dejé amar aunque parecía imposible.

Me dijo palabras increíbles

que tenían vida propia.

Totalmente entregada estaba.

Bailó conmigo como nunca nadie lo hizo.

Mientras el sol tímido de la fría madrugada se asomaba a mi


ventana.

Todo se volvió realidad.

No fue magia.

No fue suerte.

No fue casualidad.

Tan sólo soñé.

Yanina
LOS INFIELES

 Belén, ¿Por qué estás con Lucas?


 Qué pregunta eh, nah, me gustó desde la primera vez que
hablamos. Y aparte me encantan los desafíos, pensé que no
me iba a pasar cabida. Igual él ni enterado de que yo fui la
escorpiana de la historia. Hasta ahora no sabe nada.
 Me imaginé, pero el relato pasa por otro lado. Vos si sabías
quién era él.
 Si boludo, yo re seguía la historia. Al principio lo odié y no
podía creer como iba safando de todo. Yo decía por dentro
"dejamelo una semana conmigo sabés como lo curo". Jaja, y
ahora está hecho un monaguillo.
 ¿Cómo llevás el temita este de la paternidad? ¿Volvió a
hablar con Carla?
 Tuvimos un par de discusiones no te lo voy a negar. Pasa que
ella lo llamaba y quería que vaya a la casa. Ni a palo, voy con
vos le dije una vez. Se enojó y nos puteamos un buen rato.
Hacete cargo vos boludo, así no me lo jode a mi Luquitas
 Me bloqueó, la veo difícil, jaja. De todas formas, en algún
momento se tienen que ver, aunque vos lo acompañes. No
puede hacerse el boludo.
 Ya se lo dije, vas y voy con vos. No quiere. Solo no quiero que
vaya, después de todo lo que leí me va a re caber la gorreada.
 No creo. En algún momento se tiene que rescatar Lucas.

Han pasado apenas dos semanas del mes de la primavera. Mi vieja


sigue grave, con una neumonía bilateral, entubada y con pronóstico
reservado. No sé si seguir con la historia. No quiero involucrarme de
nuevo. Debo terminar de escribir la segunda parte de "TAN MARÍA
QUE DUELE” en realidad editarlo para poder enviarlo a las
personas que abonaron la preventa. No estoy de ánimo pero es
viernes, y a la noche pienso transmitir en vivo y poner cumbia,
conectarme un poco con los seguidores y seguidoras. Me hace bien
saludarlos y pasar más de una hora disfrutando de música y
anécdotas.

La charla con Lucas Fernández está cada vez más cerca. Pensar
que hace unos meses atrás lo veía seguido y estábamos en
contacto. Ahora ni el nuevo número tengo. En Instagram ni el visto
me clavó. Quiero obtener su testimonio. Quiero saber que va a
pasar con Carla. Quiero saber si se enamoró de Belén. Quiero
saber si extraña a alguien. Quiero saber sobre todas las cosas, si es
feliz con su nueva vida.
DE PROFESIÓN, STALKER

Estaba leyendo poemas un domingo en el ciclo que produzco "EN


PENUMBRAS". Música y poesía para almas rotas como me gusta
llamarlo. Alguien con un usuario raro empieza a tirar comentarios
negativos. Nadie advirtió sobre la situación, es normal en todas las
transmisiones. Lo saco del vivo para que no moleste a las demás
personas que estaban atentas a la lectura.

En fin, cuando se termina y cierro todo para ir a acostarme recibo


un mensaje privado de esa cuenta fantasma. Era Milu, la de Tristán
Suárez, la prima del ex de Carla, la que odiaba a Lucas, la que
descubrió a Yanina.

"Hola Damián, soy Milu, no me bloquees, no quise bardear,


solamente quería llamarte la atención para que me respondas
cuando puedas. Mil disculpas si molesté"

Mi relación con Milu siempre fue buena hasta que se dejó de hablar
con Carla y la abandonó en su peor momento. Dejamos de hablar y
simplemente no supe más nada de ella. Ahora volvió de la nada
misma y me pidió por favor que le pase mi número de celular.

 Me lo pidió Carla, dale copate.


 ¿Volvieron a ser amigas?
 Si hace unos meses, después te cuento bien.
 ¿Cómo está ella?
 Uff, historia larga.
 Dale, Milu, ¿Le pasó algo?
 Ya no vive más en donde alquilaba. Se mudó a zona norte
con la familia.
 Qué? ¿Adónde?
 Volvió con los padres y se mudaron a un barrio privado de
Pilar. Los viejos vendieron un fondo de comercio y se fueron
de un día para el otro.
 No te la puedo creer. ¿El embarazo cómo va?
 Bien, voy a ser la madrina. Bueno dale, pasame el número
que encima cerró Instagram ella.
 Te lo paso, pero ella me bloqueó de todos lados.

Esa charla me generó intriga y un insomnio que se extendió por casi


una semana. No me interesaba volver a verla. Mi cabeza solo
pensaba en la salud de mi madre. Aunque cada día empeoraba
más, conservaba esperanza en lo más profundo de mi corazón, ahí
donde solamente guardo cosas importantes, y no voy a mentir, los
recuerdos con Carla también.
DESTINO LAFERRERE

Volví de Villa Crespo con las manos vacías. Belén llevó la charla
para donde ella quiso, y a Lucas no lo vi. Está laburando con el auto
para Mercado Libre, entregando paquetes en zona norte. Claro que
su nuevo amor lo monitorea desde el departamento y a toda hora.
Ubicación en tiempo real y selfie diaria. Desconfía mucho y con
razón, aunque no entiendo por qué están juntos si van a vivir de esa
manera. No quise opinar mucho, al fin y al cabo cada pareja es un
mundo. En mi vida he pasado por situaciones parecidas y no es
nada agradable. Trato de pensar en otras cosas, por ejemplo en el
asado en la casa de Patricio y Yanina, en el lejano oeste.

 Confirmame si venís, Freud.


 Hola Pato, de una amigo. Pasame bien la dire que voy en
moto.

Hora y media de viaje con viento sur en contra. Pienso que La


Matanza es una provincia dentro de otra provincia. Me reciben con
una deliciosa picada. Salame picado fino, queso picante y
mortadela. Yanina me demostró una vez más que es la mejor
preparando fernét.

Es domingo, hay olor a asado en toda la cuadra. Día soleado y


ventoso, de esos que invitan a la siesta post almuerzo. Yo solo veo
una parrilla con abundante carne y una pareja feliz de haberse
encontrado en la vida. Patricio sabe que nada de ello hubiese
ocurrido sin la primera parte de la historia, cuando una tarde de
mayo se metió al vivo y se encontró con Yanina, contando su parte.
Me agradece cada vez que puede y me hace sentir una especie de
cupido virtual.
Él es un toque mayor que ella. Tiene la mirada obrera, esa mezcla
de cansancio y satisfacción por poder darle todo a la persona que
tiene al lado. Tiene esa cara de que no le cabe una, de que nadie le
rompa las pelotas, y tiene razón. Claro que es todo lo contrario a
Lucas, claro que Yanina encontró en él todo lo que necesitaba.

A veces tenemos todo ahí nomas, es cuestión de mirar y valorar.


Ellos se admiran mutuamente. El asado una maravilla, de lo mejor
que comí en lo que va del año. Mientras trato de no pensar en mis
problemas reales, ella me ofrece otro vaso de fernét. Imposible
rechazarlo. Ese día en Laferrere hice sobremesa con el amor puro y
verdadero. El que dura para toda la vida, fernét mediante, obvio.
MOTOR PSICO

Lucas Fernández de acá, Lucas Fernández de allá. Así pasan los


días del maldito septiembre. Belén me llama para contarme que las
cosas con Lucas no están del todo bien. Milu me escribe para
preguntarme si sé algo de él porque hace meses que Carla no sabe
nada. Está en todos lados y en ningún lado a la vez. Necesito
preguntarle mil cosas. Necesito de una vez por todas cerrar esta
historia para siempre. Pero hay un solo obstáculo: Belén.

Ella me cuenta lo que quiere que yo escriba y no lo que yo quiero


escribir. De a poco le voy sacando la ficha. Me bloqueó de las
historias de Instagram y me silenció en WhatsApp después de
enterarse que estuve en lo de Yanina comiendo asado. Sé que
quiere el protagonismo. La tengo que volver a ver dentro de unos
días, realmente me sacó las ganas de todo. Si así me quiere
manipular a mi, no me quiero imaginar lo que debe ser con Lucas.

 ¿Querés venir el jueves a comer empanadas?


 ¿Cómo estás Belén? Dale, ando a full con lo de mi vieja, pero
te confirmo el miércoles a la noche.
 Bueno, piola. No tengo lugar para hacerte un asadito pero
algo es algo.
 Sos maldita eh.
 Vos sabés como soy, aparte quiero saber de que hablaron.
 De nada, Yanina y Patricio son lo más. Hablamos solamente
de ellos.
 Mmm no te creo. Ella debe pensar en Lucas todavía.
 Sinceramente ni se acuerda ni de la cara. De verdad te digo.
 Lucas todavía se acuerda de ella.
 ¿Cómo sabés? ¿Te lo dijo?
 Se re nota. Agarra la guitarra y canta canciones que seguro le
dedicaba a ella.
 No seas así, Belén. Siempre canta lo mismo.

Belén maneja altos niveles de toxicidad y no quisiera estar nunca en


el lugar de Lucas.

"Escorpio vive en un mundo donde todo es blanco o negro, donde o


estás con Escorpio o estás contra él. Para Escorpio es difícil ver
más gamas de colores, sobre todo los grises, color que odia y que
no quiere para su vida en ninguna tonalidad. No hay lugar para los
grises en la vida de Escorpio.

Porque Escorpio es intenso y contundente y el gris no es concreto,


no es intenso… Escorpio ama u odia.

Y le resulta fácil hacer una cosa u otra. O en todo caso, puede


moverse entre el chantaje emocional y la venganza emocional
cómodamente. Escorpio nació con una intensidad emocional en la
que nada es gris."
LEJOS DE CASA

Suena Flema en Villa Crespo. La lista punk en Spotify de Lucas


Fernández es todo lo que estaba bien en ese día gris que me tocó
pasar. Las cosas no andaban bien por casa, mi madre empeoraba
día a día y el parte médico no era favorable. Leo gente en las redes
sociales diciendo que el virus no existe y desafian el contagio
saliendo a la calle sin barbijos. De todas formas necesitaba seguir
escribiendo y eso me hacía bien.

Mientras Belén cocinaba el relleno de las empanadas, yo le cebaba


mates. Esta vez estaba dispuesto a preguntarle todo y dejar las
cosas bien en claro.

 ¿Sabía Lucas que venía?


 Si, obvio. Capaz llegaba antes de las 17 hoy. Después lo
llamo, andaba por Villa Adelina hasta recién.
 Uh bueno, hace banda no lo veo. ¿Se trajo toda la ropa ya?
 Algo, pasa que no hay lugar. Yo tengo banda de cosas y le
hice espacio en el placard pero no sé donde guardar mis
cosas ya.
 Dejá de comprarte ropa, amiguita.
 No puedo, es mi nuevo vicio en cuarentena.

Un llamado en la mitad del almuerzo cambiaría todos los planes. Su


padre, ferretero de toda la vida, está con síntomas de COVID-19 y
necesita aislarse porque es paciente de riesgo. Su madre contacto
estrecho por ahora nada. Se preocupa, llora, la abrazo y me ofrezco
a darle una mano en lo que sea. Piensa en mi vieja y en su estado
de salud. Tiene mucho miedo. Dejamos las empanadas de lado y
nos fuimos. Ella a su hogar familiar de toda la vida en Pablo
Podestá, y yo a esperar el 15 para volverme a Pacheco.
En esa computadora de escritorio sigue sonando Flema.

No importa donde vas, si estás mucho mejor

No importa donde estas, si es lejos de tu casa

Te busca tu mamá, te busca tu papá

Te volves a fugar, ya no te para nada

¿Para que me trajeron al mundo a sufrir?

Yo ya creo, que este es mi tiempo de elegir!


LO QUE FUIMOS

Todavía hay ropa de Iván en el monoambiente de Villa Crespo.


Belén la tiene guardada en una valija que nunca pasó a buscar su
ex, aquel taurino de La Paternal con el que estuvo conviviendo
hasta hace unos meses. Belén no sabe estar sola. Se encaprichó
con independizarse con tal de tenerlo cerca todo el tiempo. Se
mudó con él en febrero, hasta que un amigo de un amigo le
consiguió el departamento que actualmente habita junto a Lucas
Fernández. Para mediados de mayo ya se habían separado.

 Nunca te pregunté qué onda con Iván.


 Nada, se acabó la magía. Fuimos y vinimos banda de veces.
Obviamente el primer mes de la cuarentena nos matamos. Ya
no nos soportábamos. Era pelear 24/7.
 Me acuerdo si, la última foto que subiste al Instagram se los
veía bien.
 Es que era terco. Y yo insoportable. Una bomba de tiempo.
 ¿Cuánto pasó hasta que apareciste en la vida de Luquitas?
 En Mayo me separé. En realidad yo estaba viviendo en La
Paternal con él. Y después me vine a vivir sola. El empezó a
venir seguido, me ayudó con la mudanza y nos agarró la
cuarentena acá. Cuando se va, quedo sola, me fui unas
semanas a lo de mis viejos y bueno, en agosto conocí a
Lucas, nos vimos con la famosa clandestina y se quedó
conmigo.

Cuando se estaba poniendo interesante la charla sonó el celular. De


todas formas, quería charlar con Lucas si o si. Sin él, esta historia
no tendría sentido y de hecho debería tener otro nombre. Se me
ocurrió otra forma de contactarlo.
Recuerdo alguna vez haber intercambiado mails. Y así fue, en dos
horas ya tenía su nuevo número, el que la mismísima Belén me
había negado. Arreglamos para tomar una birra por la tarde en la
semana. Donado y La Pampa, me dice. En Villa Urquiza, cervecería
El Gallo Negro. Me pareció genial, aparte de que tenía muchas
ganas de verlo, necesitaba descolgar con una cerveza, como en los
viejos tiempos, pero con la nueva normalidad.

Houston:

Extraño al problema.
EL CIELO PUEDE ESPERAR

Se va terminando septiembre. El peor mes del año para mi. Mi


madre sigue grave y siento que perdí la capacidad para narrar una
buena historia. La trama es alucinante, dos personajes de distintos
relatos se unen por mera casualidad. Es Alien vs. Depredador del
subdesarrollo. Ni Netflix se animaría a tanto. Estaba obsesionado
con escribirla, pero en un momento pensé en dejar todo así como
estaba. Pensaba en Yanina, tan feliz y humilde, alentándome a
escribir porque sabe que me hace bien, entonces decidí seguir.

Es mediodía de sábado. Un Parque Centenario explotado de gente.


Un sol primaveral que empieza a calentar el asfalto de la avenida
Díaz Vélez. Por suerte encontramos refugio debajo de un árbol
legendario al frente del lago artificial. Hasta ahí llegó Milu para
charlar conmigo. Vino en auto desde el siempre a trasmano Tristán
Suárez. Estuvo grave hace unas pocas semanas, internada con
neumonía y por suerte se recuperó mágicamente. Ahora solo le
quedaron algunas secuelas de aquel coma inducido. Dolores de
cuerpo y de cabeza, también se agita cuando camina. Respirar un
poco de aire fresco después de tanto le hará bien.

 ¿Sabías que acá a un par de cuadras vive Lucas con su


nueva novia?
 ¿Posta? No te la puedo creer.
 Hace banda no lo veo igual. En la semana me tomo una birra
con él y veré que onda.
 ¿La conocés a la chica?
 Si, es una seguidora también. De hecho escribí dos libritos
sobre su historia. Es escorpiana de las jodidas, jaja.
 ¿En serio? Se las busca también ese tarado.
 ¿Por qué odias a Lucas Fernández?
 Porque si. Desde lo que le hizo a Yanina, más todo lo que
hizo llorar a Carlita, lo odio mal. Aparte siempre cae bien
parado, no sé como hace, boludo.
 Él también te tenía un poco de bronca, pensaba que vos
tuviste que ver en el reencuentro de Carla con Luciano.
Quedó re dolido de aquella vez.
 Es mi primo pero yo nada que ver. Ellos fueron pareja, y se
tenían ganas hace rato. Donde hubo fuego...
 ¿Vos decís? ¿No apareció más Luciano?
 Quiero creer que no. En un momento pensó en hacerse cargo
del embarazo pero terminó volviendo con ese infeliz. Me
cansé de decirle, pero ya fue no me pienso pelear más por
sus decisiones.

Caía la tarde en Almagro. El sol se iba ocultando entre los edificios


porteños. Es hora de volver a casa. Milu me ofrece tirarme en algún
lado. Prefiero la soledad del transporte público. Sentarme del lado
de la ventanilla y dormir un poco.

Pienso en mi vieja, a cada lágrima que se me caiga le voy a poner


su nombre.
CHERNOBYL

Martes 29 de septiembre. Apenas han pasado 15 minutos de la


hora 16 en la ciudad de Buenos Aires. Lucas Fernández está al
llegar. Es una tarde ideal para tomarse no una, sino varias cervezas
mirando al resto de las personas pasar por la vereda. Hay
muchísima gente a pesar de ser fin de mes. Espero sentado en el
pasto. El amigo me avisa que está buscando donde estacionar.

 Hola crack ¡Tanto tiempo!


 ¿Qué haces Freud? ¿Cómo va?
 No tan bien como vos, pero acá tratando de descolgar un
poco.

Lo vi excelente en todo sentido. Hasta incluso creo que ha


cambiado la voz. Con el correr de la charla y de las pintas, me iría
dando cuenta que estaba frente al mismo Lucas Fernández que
traicionó a Yanina, que dejó embarazada a Carla, y el que estuvo
con varias de mis seguidoras.

 Sabes que quería charlar un par de cositas con vos. Estoy


escribiendo el "después de todo" de la historia y me pareció re
flashero que estés no solo saliendo con Belén, también
conviviendo.
 -¿Yo no cambio más amigo. No sé cuanto tiempo más estaré
viviendo así. Me hace bondi por todo. Hasta me cela con mi
vieja, quiero escuchar los audios para ver si me nombra
alguna ex. Qué sé yo. Alta piba igual, la quiero banda.
 Eso mismo, Lucas ¿Por qué estar con alguien que no querés?
 Es que yo la quiero. La pibita me re motiva con muchas cosas
pero la verdad que a veces se pone la gorra y yo no estoy
acostumbrado a esa vida.
En ningún momento me insinuó nada sobre Carla. Si bien hablamos
sobre su paternidad y su distanciamiento, creo que posta, a Lucas
Fernández todo le chupa un huevo.

Lucas piensa en canciones, canciones que son personas, y duelen.


NADA MÁS QUEDA

Hace calor. De hecho es el día más caluroso en lo que va del año.


Estaba haciendo una cronología de la historia cuando suena el tan
temido parte médico diario. Mi madre entró en estado irreversible. Al
hospital y por protocolo no puede ir nadie. No te dejan entrar y
menos a la sala de terapia intensiva. Pero fui igual, habían pasado
22 días de su internación. Llegué a la guardia del hospital Mercante
de José C. Paz con la esperanza de poder despedirme de ella al
menos. Un policía me reconoce de las redes, me llama por mi
nombre y se pone a tramitar mi ingreso. Al toque, por la rampa y
luego a la izquierda me dicen. Toco timbre en la sala, me atiende
una doctora; acaba de fallecer me dice. De ahí en más, no pude
llorar. Solo quedaba comunicárselo a mi familia y ponerme al frente
de todos los tramites burocráticos que conlleva este tipo de
episodios. Sin poder tocarle la mano por última vez, mi vieja pasaba
a ser parte de una larga lista e interminable por ahora, de fallecidos
por COVID-19.

En ese momento me acordé del tipo que no llora, del que nunca se
inmutó por nada, al que a todo le chupa un huevo porque la vida
sigue y estamos de paso: Lucas Fernández.

Ya me lo había dicho Yanina, también Carla, sus otras exs, Meli, y


ahora Belén: Lucas tiene el corazón de hielo. Y en ese momento lo
admiré muchísimo. En algunos momentos de la vida, y cuando nada
más queda, hay que ser Lucas Fernández.

Uno de los primeros mensajes que recibo es el de Yanina y Patricio


que estaban al tanto de todos. Casi me hacen quebrar pero fui
fuerte. Ya está, ya pasó. Por un lado pensaba en la fuerza que
debía juntar para que nadie me vea llorando y por lo tanto débil.
Nunca le tenés que dar el gusto a nadie que te quiera ver tirado.

Como la tripulación desesperada de un avión a punto de estrellarse.

¿Qué iba a hacer yo ante tanto dolor?

Escribir poesía.
EN LAS BUENAS Y EN LAS PAIRAS

 Damián, me pasó tu número Milu, soy Carla. Lamento mucho


lo de tu mamá. Me hablabas maravillas de ella. Y nunca probé
los ravioles caseros al final. En fin, sabes que contás conmigo
para lo que sea. Cuando puedas hablar te llamo, o te voy a
buscar y te venís a casa. Ahora vivo acá en Pilar con mis
viejos, pero no hay drama te quedas a dormir si querés y te
desahogas todo lo que quieras. Te mando un beso enorme y
fuerza.
 Muchas gracias, Carla. Qué sorpresa inesperada. Gracias por
estar.

Así arrancaba octubre. Ya había perdido las ganas de seguir con la


historia. Toda mi motivación se había ido aquella tarde del 30 de
septiembre. Me replanteaba si seguir narrando algo sin sentido. ¿A
quién carajo le puede importar la vida de Lucas y Belén? ¿La gente
ya se habrá olvidado de Yanina y Carla? ¿Por qué seguir
insistiendo en algo que no me llevaría a nada? ¿Algún día volveré a
escribir otro relato totalmente diferente?

Pero en esos momentos también aparecieron los amigos y amigas


que uno va cosechando en las redes sociales. Volvió la cumbia a
los viernes y también empezamos a generar un ciclo de lectura los
domingos que de a poco va sumando personas llenas de amor.

El próximo paso sería reencontrarme con Carla y limar asperezas.


Nadie puede creer todo lo que ha pasado en estos meses de
pandemia. Miles de parejas separadas. Corazones rotos y almas
destrozadas por el encierro eterno y oscuro como lo fue este
invierno.
Carla me manda ubicación y me envía un Uber. Estoy ansioso. Al
fin después de tanto la volveré a ver.

La felicidad a veces se alimenta de fantasmas del pasado.


CORAZÓN DE PAPEL

Mapuche Country Club. El GPS marcaba media hora desde mi


barrio. El chófer se había pasado una cuadra porque la numeración
de casa figura mal en Google Maps. Es un pibe joven de unos
veintitantos. Venía escuchando Los Charros en esa mañana de sol
fresquita. Nos robaron la primavera, le digo, como para arrancar la
charla. Se ríe y me cuenta que tuvo que salir a laburar con el auto
porque lo despidieron de la fabrica donde trabajaba. Es uno más de
los miles de nuevos desocupados. Suena "Tu ingratitud" y le digo
que suba un poco el volumen. Temazo, me recuerda entre otras
cosas a las mañanas de sábados limpiando toda la casa al ritmo de
cumbia.

Carla me estaba esperando en la puerta de no socios. Saludé al


pibe del Uber, le pagué y alcohol en gel de por medio, la abracé
fuerte. Su pancita ya se está notando. Su carita ahora más redonda
y feliz. Caminamos casi tres cuadras por un camino lleno de lindos
árboles y hermosas casas. Qué lindo vivir así, pienso por dentro. Su
hogar no es tan grande, pero tiene un amplio patio, una pileta bien
cuidada, y el clásico quincho con parrilla. Casi obligatorio en los
barrios privados.

 ¿Cómo fue que viniste a parar a zona norte? Igual vos querías
venir para estos lados.
 Ahora vamos a poder ir al Tropitango, jaja.
 ¿Extrañás el sur?
 Ay tengo tanto para contarte. ¿Pero vos cómo estás?
 Transitando el dolor y activando de a poco. Me va a costar
mucho, pero no me queda otra que escribir y hacer cosas
para sentirme bien.
El aire fresco, el viento suave, los mates de ella, un mediodía
soñado. Sus padres no estaban. La casa de Tristán Suárez la están
por alquilar y tenían que definir detalles con la inmobiliaria. Padre y
madre son inseparables.

La encontramos.

¿Qué? — La Eternidad.

Es la mar mezclada

con el sol.

Arthur Rimbaud
COMPAÑERA

...y bueno yo quise charlar con Lucas banda de veces pero cambió
el número, o me bloqueó no sé. Cuestión es que la novia que tiene
ahora me escribió por Instagram diciéndome de todo. Me
comentaba todas las fotos poniéndome "zorra" "roba maridos",
boludo la gente está enferma. Lo único que faltaba era aparecer en
los grupos de compra y venta. O sea, necesito charlar dos cositas
con el padre de mi bebé. Vení con él de última, yo no quiero saber
nada con nadie. Estoy desganada ni pienso en estar con alguien.
Ya suficiente quilombos tuve este año de mierda. Todo,
absolutamente todo lo que tenía proyectado se fue a la verga. Un
poco también es mi culpa. Y de nuevo, te pido perdón por todo lo
que te hice pasar. Ahora solamente quería acompañarte en este
horrible momento y bueno, después podes ignorarme para siempre.

El descargo de Carla me dio escalofríos. No sabía nada de lo de


Belén. Creo que es hora de tomar partido por el asunto y explicarle
como son las cosas. A riesgo de que me mande al carajo y me
elimine para siempre de su vida. Con Carla me pasan cosas, por un
lado la odio y por el otro la quiero ver feliz siempre, esté con quién
esté. Me alegró mucho verla. Todavía nos quedaba una larga tarde
haciendo fiaca en el pasto.

 ¿Cómo te voy a ignorar para siempre, boluda?


 Que sé yo.
 Además de ser parte la historia que estoy escribiendo, sos
parte también de mi historia. Sos alta compañera, en serio.
 Si pero yo te hice mal.
 Yo también te hice mal. Por algo estoy acá, por algo lo
estamos hablando. Y es bueno que lo dejemos en claro.
Conmigo podés contar para lo que sea. Hasta para ir al
obstetra, ahre.
 Me hiciste acordar de que tengo turno el 28 de octubre. ¿Me
acompañás? Es en Monte Grande.
 Pero claro.

Entre charla, risas y unos ricos panchos con jugo de pomelo


volvimos a pasar un agradable momento. Por unas horas nos
olvidamos del horroroso e interminable año que estamos pasando.
La magia intacta. Y Carla, tan imperfecta, tan humana, y tan
incorrecta que enamora.

De esta historia nadie sale ileso.


TODO LO MIRO

La idea estaba buena. Era ir a lo de Belén, charlar con Lucas


aprovechando que ella estaba en lo de sus padres. Podría haberlo
hablado por mensajes pero Lucas Fernández me prometió una
casaca del Ciclón porque sabe que yo colecciono. De paso iba a
comentarle lo de Carla, que necesitaba charlar unas cositas, nada
importante pero lo quería tener al tanto de las novedades del
embarazo. A esta altura, ya estaba resignada a maternar en
soledad. También advertirle sobre la actitud de Belén y la
agresividad con la que se estaba manejando con Carla. En fin, me
estaba metiendo en quilombos que podría haber dejado pasar de
largo. Apenas íbamos por la segunda lata de cerveza cuando
sentimos la llave en la puerta, era Belén que volvía sin avisar. No le
gustó nada que yo esté a solas con Lucas. Me di cuenta y me
levanté para irme. No, no quedate, me dijo. Y fue directo al celular
de él. No podía creer lo que estaba presenciando en vivo y en
directo. Sentí mucha incomodidad y vergüenza ajena.

 ¿Vos con quién te pensás que estás pelotudo de mierda?


Geminiano del orto. Me querés boludear a mi, enfermo. Te
crees que soy como esas gilas que te escriben por Instagram,
gil.
 Calmate un poco ¿que querés que se entere todo el edificio?
 Qué mierda me importa, Lucas, que escuchen todo lo que
quieran.
 Bueno me voy a la concha de mi madre pelotuda. A mi no me
controlas más, a mi no me controla nadie.
 Dale, andate infeliz de mierda. Vos te pensás que no sé que
estaban hablando de las otras putas.
 Ya fue todo pelotuda estás enferma.
 Nunca vas a preguntar cómo estoy, te chupa un huevo todo,
no sé que mierda hago con vos.

De repente yo también tenía la culpa de todo. De repente estaba


siendo testigo de una discusión de pareja y posterior separación.
Sin dudas esta historia la tenía que escribir. Todo lo miro cantaba El
Mosca de Dos Minutos. Todo lo miro, a un costado de la puerta,
mirando mi celular porque quería que me tragase la tierra. Y lo peor
de todo, es que me fui con Lucas, su bolso con ropa, su
computadora, en su auto hasta Boulogne y no me dio la camiseta
de San Lorenzo.
LA MALDICIÓN ESCORPIANA

"Geminis y Escorpio en el sexo: Los más compatibles para esta


combinación son los Escorpio nacidos entre el 3 y el 12 de
Noviembre y los Géminis nacidos entre el 2 y el 12 de Junio, tanto
en términos de una relación profesional como en el amor.

Sexualmente, Escorpio sorprenderá a Géminis y ambos podrán


disfrutar juntos de una unión interesante, apasionada y feliz en la
intimidad. No obstante, Géminis puede ser incapaz de responder a
la profunda relación sexual que Escorpio necesita y, en ese caso,
deberá haber mucho amor, paciencia y confianza para que esta
combinación optimice su química sexual."

Nada peor en la vida que una maldición gitana o en su defecto, de


una escorpiana. Nunca entendí porque estaban juntos si se
llevaban de esa forma tan violenta y nociva. Luego recordé de lo
sexual que son las nacidas en estos meses. Belén me maldijo ese
día que se separó de Lucas. Me bloqueó de todos lados, no sin
antes decirme que me deseaba lo peor para mi vida. Me quedé
tranquilo, porque lo peor ya había pasado.

"A Géminis, Escorpio le resultará demasiado intenso, exigente,


pegajoso e intimidante. También se puede sentir encarcelado por el
ansia de posesión de Escorpio y ahogado por su elevado nivel de
exigencia, puesto que la mayoría de estas exigencias son contrarias
a la naturaleza de Géminis."

Acompañé a Lucas a lo de Carla. Pude lograr ese acercamiento. Al


menos valió la pena narrar el paso a paso. Ese día decidí darle fin a
esta historia de una buena vez por todas.
Como dijo Yanina: No me gustan las personas que llegan,
revolucionan tu mundo y se van.
UNIVERSO

El 17 de octubre llovió por la mañana. Comimos asado de todas


formas en lo de Carla, junto a Milu, unas dos amigas más que no
conocía, y sus padres. Al otro día iba a ser el domingo más difícil
del año. Día de la madre sin mi madre. Saludé a Carla, porque
estoy seguro que será una gran madre. También a Yanina. Dos
chicas tan distintas entre si, y parecidas a la vez. Un hilo conductor
como lo fue Lucas Fernández me permitió escribir libremente sobre
las cuestiones del amor en tiempos de pandemia.

Las cosas pasan, suceden, y nosotros las transitamos como


podemos. Hay dolor, si, hay traición, si, hay mentiras, si, hay odio,
si, y bueno ¿Qué hacemos con todo eso? Escribir.

Hay que contar las historias de la forma más cruda si es necesaria.


Hay que hundir los sentimientos, aplastarlos, que sangren los
textos. Porque la vida es así. No somos una novela de Polka.
Nosotros tenemos problemas reales en tiempo real. Nos
deprimimos y todo nos cuesta el doble. Somos humanos, meamos
la tabla, nos rascamos el culo, hablamos con exs. Somos lo que
hacemos cuando nadie nos ve. Y aunque suene trillada esa frase,
nos representa. No existen las historias sin conflictos de por medio.
Si bien al parecer esta vez parece encaminarse normalmente, nada
sabemos de lo que podría ocurrir al terminar de cerrar este librito.
Lucas Fernández con su abuela de nuevo. Belén ni noticias. Yanina
y Patricio dentro de poco serán mis compadres. Milu en breve se
mudará a Pilar con Carla. TE VAS A ACORDAR DE MI, la historia
donde nadie sale ileso.

 Entonces quedamos así, gordi, el 28 vamos juntos.


 Si, ya me lo agendo. ¿Vas a abrir de nuevo las redes
sociales?
 Después del estreno de la obra quizás si.
 Bueno, eso espero. Igual nada, si no te hace bien dejá las
cosas como están.
 Vos me hacés bien.
 Vos también a mi. En serio.
 Pudiendo derribar mis muros, los saltaste. Sos terrible.
 Qué poético.
 Aprendí del mejor.
 Jaja, callate.
 ¿Qué somos?
 La paz que nos faltaba.
FIN DE FIESTA

En mis sueños, allá, he sido tuya muchas madrugadas.

Allá, tu piel ha sido camino

sin distancia.

Sos agua que quita mi sed de décadas.

En mis sueños

me he entregado a vos,

en mis sueños de un hoy sin promesas.

Y en este insomnio nocturno,

te sueño con mis ojos abiertos

de todas las formas.

Yanina.
TE VAS A ACORDAR DE MI, Lucas, un joven músico de zona norte viviendo
una doble vida. Por un lado, Yanina, una empleada de comercio de
Hurlingham en el Oeste del Gran Buenos Aires, por el otro, Carla, una
estudiante de diseño gráfico de Tristán Suárez, bien al sur del conurbano.
Ellos conforman un triángulo amoroso del que nadie podría salir ileso. En
épocas de redes sociales ¿Cuánto podés mentir? ¿Sabemos realmente con
quién estamos? Una historia de amor que atrapa.

Mi nombre es Damián Quilici y escribo bajo el seudónimo de “EL


FREUD DE LA VILLA”, aparte de escribir hago stand up y paso
música. En mis redes sociales publico todas las fechas.

Si te gusta o pensás que le puede gustar a alguien que querés


mucho, recomendame y compartí mis publicaciones! Y si podés
venir, sería genial. Eternamente agradecido.

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