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GUION (Aparece un libro, con el titulo original de la obra, que se abe lentamente) VOZ EN OFF: La naturaleza, madre de todo, no ha engendrado nada que no esté en permanente lucha y contienda, escribié el gran sabio Petrarca. ¥ no seré esta obra quign escape a la norma, pues son ya muchos quienes han peleado con ella; los pequeiias rompen sus paginas, los nifios no la saben leer bien, y muchos otros se conformaran en roer el esqueleto de la historia, sin apreciar los muchos consejos que contiene, y los que, ocultos entre pasajes filoséticos y otros graciosos, pueden mplemente, le darn un uso menos ser de utilidad a quien sepa aceptarlos. Otros, noble en sustitucién de otro papel de finalidad menos decorosa. ESCENAL (Se hace un zoom al interior del libro, y la primera pagina se convierte en el plano de un huerto) (Plano: general el huerto, Entra volando un hatcén, que se paraen el suelo, y desaparece fuera del plano, que se centra en Melibea. Melibea, disiraida, lee un libro. Entra Calisto.) (Plano de la cara de Calisto, quién queda hee CALISTO: Alabado sea Dios MELIBEA: (dejando aparte el libro) ,Por qué decis eso, noble caballero? CALISTO: Porque al ver vuestra hermosura, el Seftor me Hlena con su calor y su espiritu, que lucha por escapar de mi cuerpo. Pero si me otorgais el don de saber vuestro nombre. creo que podré apaciguarlo. MELIBEA: Melibea es mi nombre. y tal vez no sea éste el tinico don que os entregue, caballero (sonrie) CALISTO: (alborotado) jLa madre que me. quiero decir... (Oh, dichosas mis orejas que han escuchado tan gran palabra! No soy digno de ese gran don, pero lo aceptaré de buen grado (se acerca a ella) MELIBEA: (furiosa, lo aparta) ;Algjate de mi, lascivo! No puedo tolerar que tus sucios pensamientos echen a perder mi virtud. jentes, y esparciran por el suelo zado por ta belleza de Melibea) jLargate de aqui ahora mismo, llamaré a mis Ja sangre que tan mal repartida tienes! CALISTO: (alejandose) ;Oh, fortuna, por que sois tan cruel con tu desgraciado sirviente! jAhora me iré, pero dejando en este sagrado lugar mi alma y mi voluntad! MELIBEA: jLarg: ESCENA I: (Plano: la habitacién de Catisto. Calisto, en la cama, se lamenta por el mal de amores: que sufre, Sempronio, junto a él, sentado en una silfa, afina el laid ) CALISTO: (mirando al techo) Deja que te hable de ella, Sempronio. ino y delicado, cSmo tejido por angeles (Plano: Sempronio gesticula, burlén, ante el discurso de su amo) Sus cabellos son como el oro, Sus ojos son como dos esmeraldas, verdes y rasgados, las pestaitas largas, la nariz menuda, los labios, finos y delicados, su piel blanca y perfecta, y su cuerpo, ;Oh, qué cuerpo! De figura esbelta, pechos redondos y pequefios, y no quiero imaginarme lo que ocultan sus hermosas ropas SEMPRONIO: (Mientras afina el laid) Complicado es el mal que padeeéis, pero no credis que sois el Ginico. Mis de uno ya ha caido en la trampa de esas engafiosas criaturas a las que llaman mujeres, CALISTO: (enfaclado) Mujer? {De qué hablas, desgraciado? Melibea no es una mujer. dios, ime oyes? {Dios! SEMPRONIO (aparte): De nada sirve hacerlo razonar. Mi amo esta loco CALISTO: ,.Que hablas, traidor? SEMPRONIO: Digo que no hay mejor remedio contra el mal de amor romance, CALISTO: Tus intentos son en vano; mi mal no tiene remedio, s que un buen Pero toca de todos modos. SEMPRONIO (iaiiendo ef laid, se aclara la garganta) En un campo de fresas Con olor a compresas En un bosque de pinos Con olor a chuminos Vivia el conde rino Con cien metros de pepino Tenia cien doncetlas Putas, todas ellas Cineue ta tas follaba ¥ cincuenta las dejaba - Conde Rina, Conde Rino, hoy no, que tengo la regla + Con reglao sin regla, te la meto por delante, y te la saco por detris. yasi vivid el Conde Rino itando de pino en pino aguantandose el pepino CALISTO: bello romance es, sin duda, pero no consigue aplacar la pena que me corroe SEMPRONIO: Creo que tengo la solucidn a tu problema, mi seiior CALISTO: (incorporindose) {Pues dila, bellaco! Dila si no quieres verme muerto SEMPRONIO: hace tiempo que conozco a una vieja barbuda que se llama Celestina. Es hechicera, astuta y experta en toda clase de maldades. Creo que son mis de cinco mil los virgos que se han hecho y deshecho en esta ciudad bajo su influencia, Seria capaz de provocar a una dura pefia, y hacerla arder de lujuria, CALISTO: {,Podria hablar con ella? SEMPRONIO: Si eso ¢s lo que desedis, iré a buscarla. Mientras tanto, arreglaos para recibirla, pues del tiempo que hace que no os limpiais, recordais por el olor a nuestra reina Isabel, (sale Sempronia de la sala) (Plano: Calisto , de pie en su habitacién, Hama a Parmeno para que te ayude a vestirse) CALISTO: Pirmeno, holgaziin, ven aqui y ayidame a vestirme. (Entra Pirmeno) PARMENO: ;Esperiis visita, mi sefior? CALISTO: No te hagas el loco, ruin, pues de sobras sé que escuchabas tras la puerta lo que yo hablaba con Sempronio, PARMENO: Me ofendgis con vuestra acusacién, mi sefior. Sucia estaba la puerta, y tan solo cumplia con mi obligacién de limpiarla. De todos modos, creo que deberia advertiros sobre esa Celestina, pues yo estuve varios aos a su servicio, y sé bien cuales som sus artes, (Mientras Pérmeno habla, aparece un plano de celestina zurciendo un virgo. Llega Sempronio, habla con ella, v después se van juntos, dejandy a la joven a medio coser) PARMENO: No son pocos sus oficios. Era costurera. hacia perfumes, era macstra de fabricar afeites y de reparar virgos, alcahueta y a ratos hechicera. Aunque el primero era la tapadera de los otros, ya que las doncellas acudian a su casa, segin decia, para aprender a bordar, y alli las encomendaba a frailes, estudiantes, despenseros, y todo el que lo requeria. No deberiais fiaros de esa puta vieja. CALISTO: (enfadado) No hables asi de quien me traeri la salvacién. PARMENO: No os alborotéis, pues para ella eso es un halago. Si va entre cien mujeres y alguien grita: jputa vieja!, ella se girard sonriente. Por la calle, los perros se le encaran y le ladran: Puta vieja! ;Puta vieja! Le dicen los pajaros al cantar. Incluso los martillos de los herreros repican con ésta palabras si pasa entre ellos. (suenan golpes en la puerta) CALISTO: Debe de ser Sempronio, acompaiiado de la noble scflora. Parmeno, no sirves ni para abrir puertas, jcorre a recibirlos! (Plano: En la entrada de casa de Calisto. Entra Sempronio acompaiiado de Celestina, y Calisto se arrodilla ante ella, y le besa la mano con devocion) CALISTO: Oh, noble sefiora, mi humilde casa no es digna de recibir a vuestra majestad. Si por agradaros fuera, con mis propias manos derribaria éste corral (Plano: Celestina se hurga el oido) para construir un palacio digno de quien me va tract tantas alegrias y gozos. CELESTINA: Mi seiior Calisto, Como veo que vuestro mal es grande, y os priva de vuestra razén, cumpliré veloz con mi cometido para Hevaros junto a vuestra amada Marina SEMPRONIO: (Al oido de Celestina): Melibea. CELESTINA: Eso, Melibea, Ya no sufrais mas, pues os tengo en gran estima, y Junto en menos que se rompe un voto de castidad. Pero temo no poder hacerlo, sino cuento con suficientes medios, pues soy vieja y pobre, y me veo en la mas absoluta miseria. (Oh, que pobre soy Que miserable! CALISTO: (levantdndose) Oh, mi seiiora, no credis que os oftezco solo halagos, en lugar de un regalo, Buscaré un presente digno de vuestra noble cuna, y vuestra virtua, (Calisto se va un momento, Celestina se esconde objetos entre tas faldas, Calisto regresa) CALISTO: Aqui tenéis, cien monedas de oro en pago por vuestr Ahora id, madre, con Melibea, pues mi esperanza y mi felicidad dependen de ello, festina miva sonriemte la bolsa de dinero ante sus ojos) resolver’ éste a servicio, (Ce ESCENA: UI (Plano: puerta de casa de Calisto, Celestina y Sempronio salen, y hablan en voz baja ) SEMPRONIO: ;Qué te ha dado? CELESTINA: Cien monedas SEMPRONIO: Y ms que nos dara si sabemos tratarlo. Pero temo que el torpe de Parmeno eche a rodar todo nuestro plan CELESTINA: Tranquilo, tii déjamelo a mi, que yo haré de él uno de los nuestros. Hace tiempo que va tras Aretisa, la prima de tu Elicia Si se la consigo, vendri manso a comer de mi mano SEMPRONIO: Espero que asi sea, pues temo que no podamos sacarle a mi amo todo el provecho que deseamos con él en nuestra contra CELESTINA: Déjale esto-a la vieja Celestina, que los mozos, por muy leales que sean, no dejan de ser mozos. Y ahora vamos para mi casa, que Elicia preguntaba por ti SEMPRONIO: No me lo digas dos veces. Ardo en deseos de verla ESCENAIV: (Plano: casa de Melibea, Melibea borda y su madre le habla) ALISA: Y me dice la Jacinta: “Pues no pienso aceptar una oferta como ésta. Yo vi el sayo antes que vos, y por tanto, tengo derecho sobre él” ¥ le digo yo: “Id con el diablo, vieja judi fuera del tiempo de rebajas, otro gallo hubiera cantado. Como se nota quien viste que si el mes pasado hubierais visto este mismo sayo, pero bien porque puede, y quien porque quiere aparentar” (Entra Lucrecia, andando rapidamente, y se acerca a su seitora) LUCRECIA: Mi sefiora, esté aqui la vieja Celestina, que quiere hablar con vos ALISA: ,Celestina? Algo vendré a pedirme, Dile que suba (Se va Lucrecia. Entra Celestina, aparentando andares de vieja, y modales delicados) CELESTINA: sefiora, la gracia de Dios esté contigo y con tu noble hija. Mis enfermedades me han impedido visitaros, pero bien sabe Dios cuanto afecto os tengo. ALISA: (interrumpiéndola) también sabe Dios que no dais un paso sin que ello os aporte beneficio, asi que id al grano CELESTINA: Oh, sefiora, me ofendéis con yuestras acusaciones, pero si que es cierto que he sabido que necesitabais hilado, y aqui lo traigo (ensefia una madeja de hilo) ALISA: Mi hija Melibea os atenderd, pues yo tengo que ir a atender un asunto urgente. (para si): No vaya a ser que esa condenada de Jacinta llegue antes que yo (Alisa abandona la habitacién) CELESTINA: (mirando a Melibea) Ay. hija mia, que Dios te guarde esas manos jivenes y delicadas por muchos afios! Mira sino las mias, arrugadas y lenas de ‘manchas. Oh, que cruel vejez, Oh, quien fuera de nuevo joven para gozar de los placeres. MELIBEA: (dejando el telar aparte) Veo que seguis tan alegre como siempre, madre, Mandaré a mi crinda para que os pague, y podréis volver a casa, pues seguramente, aiin no habréis comido, CELESTINA: Temo que tendré que esperar un tiempo mis, pues primero debo confesarte la verdadera causa de mi venida. MELIBEA: de que puedo ayudaros, y to har CELESTINA: ;Ayudarme a mi? Oh, que amable y hermosa eres, pero no es para mi para quien necesito tu caridad, sino para un caballeto que esté suftiendo lo insuftible, que de tan afectado como esti por su dolor, no come ni duerme MELIBEA: Decidme quien es, y si tan grande es su mal, haré todo lo que pueda por ayudarle CELESTINA: su nombre es Calisto MELIBEA: (erifadlada) ,Calisto? No pronuncies el nombre de ese loco saltaparedes en mipresencia, ,Asi que por eso vienes, no, vieja barbuda desvergonzada? Oh, maldito el dia en que te recibo, para ser tentada por tus lujuriosas proposi idme ones. Para curar el mal que dices que padece no tengo yo nada que pueda darle, que no se lo pueda dar un bafio con agua fifa CELESTINA: Tranquilizaos, mi seora, pues no me habéis dejado acabar. No es el que pensiis e! mal que padece mi amo, Hace dias que lo aqueja un fuerte dolor de muelas, y ha oido que vos sabgis una oracidn a san Patris contra dicho dolor, ademas de que poseéis un cordén que ha tocado todas las reliquias que hay en Roma. Por eso, y no por otra cosa, he venido a vuestra casa. MELIBEA: (tranquilizeindose) : Si eso es lo que querias, ;Por qué no has empezado diciéndome eso? Tantas malas palabras he oido sobre tus artes, que no se si creer que tan solo vienes buscando una oracién CELESTINA: A por eso vengo, y no a por otra cosa. MELIBEA: Pues si es asi, (levintandose) aqui tienes el cordén (se desabrocha ef ccordén, se Io da), pero a por la oracién deberis volver maitana, pues ya es tarde, y todavia debo eseribirla CELESTINA: vendré con gusto, pero ahora debo marchar junto a mi seiior, para tratar de aliviar su mal MELIBEA: Por favor, id ripido junto a él aliviadlo. (La voz de Melibea se agite de emocidn) Y traedme noticias sobre tan noble y desdichado caballero. Pues si mi ccondicién de doncella no me lo impidicra, yo misma iria junto a él para sanaro, CELESTINA: (sonriendo para si) asi lo haré mi sefiora. Quedad con Dios. (Celestina sale lentamente de la habitactén) ESCENAY:, (Plano: pueria de casa de Calisto, Llega Celestina, y Sempronio la estaba esperando) SEMPRONIO: ;Qué nuevas traes de nuestro negocio? CELESTINA: cAcaso eres tu el que me pagas? Los detalles del negocio los guardo para tu amo. (suben a casa de Calisto) CALISTO: Oh, ni buena madre, {Qué nuevas me traes de la easa de aguella a quien tanto amo? CELESTINA: Ay, Calisto, mi seftor. Poco ha faltado para que estas pobres y sucias ropas me impidieran llegar hasta mi destino, pero al final he egado, a pesar de aque tambien mis pies estaban torturades por mis gamuzas sin suelo, SEMPRONIO: (aparte, a Parmeno) pero ser interesada, la Vi Jamentindose, para despertar la compasidn de nuestro amo, PARMENO. (aparic) Y el loco de nuestro seiior le seguiri el juego, ya vers, CALISTO: {Qué has averiguado, madre? Ardo en descos de saberlo, CELESTINA: Ay, hijo, hace mucho que lo poco y mal que como me han hecho esiragos en el ofdo y la vista, pero he logrado hablar con Melibea CALISTO: Oh, bendita suerte la tuya, que has gozado de la compaitia de tan elevado ser. 1;Pues no viene SEMPRONIO: (uparte) Fijate en cémo desvaria, Pérmeno, y dime si nu esté loco, CALISTO: Calla, desgraciado. Dejad de murmurar amis espaldas. (4 Celestina): ;Qué hrablaste con ella, madre, CELESTINA: me llam6 barbuda, bruja, aleahueta y mil cosas mas en cuanto mencioné tur nombre, y estuvo a punto de despedirme sin mis miramientos. Pero consegut conveneerla de que el mal que suiifas era un dolor de muelas, y aceedié mansa a mis peticiones, CALISTO: (mpaciente) ;,Qué conseguiste, madre, eudles eran tus peticiones: CELESTINA: Consegui el cordén que cifie su cuerpo, y la promese de una oracion a san Patras, que debo recoger mafana. CALISTO: Oh, madre, os ruego que me dejéis ver tan alto tesoro CELESTINA: {No deberiais, antes, agradecerme mis servicios? PARMENO: (4parte) (Pero seri avariciosal tro amo no. CALISTO: Pirmeno, calla tu sucia boca, y corre a decirle al sastre que haga una falda y tun manto del mejor pao flamenco que encuentre SEMPRONIO: (parte enfacaado) {Un manto! Dificilmente vamos a poder hacer parte de eso CELESTINA: Aqui tenéis, mi sefior, el cordén (le entrega el cordon. Calisto lo coge con ansia, v lo huele) CALISTO: Oh, que afortunado soy de poder contemplar tan bello objeto. Oh, que noble cintura has ceiido, (se aleja poco a poco, sin dejar de mirar el cordén) que dulee cuerpo has ocultado, que escondidos lugares has conocido, que hermosos secretos has contemplado. (4 Pérmeno, sin dejar de mirar el cordén): Pirmeno, acompatia a la madre a su casa, que yo voy a estar ocupado durante un largo tiempo. (Calisto sale de la escena) ESCENA VI: (Plano: Celestina y Péirmeno en la puerta de casa de Aretisa, de noche) CELESTINA: Ay, Parmeno, yo quc te tenia por un hijo, y tu me lo pagas conspirando con tu amo contra tu pobre madre y tu fiel amigo Sempronio PARMENO: ;Sempronio? Pero si es un bellaco, y un saltarribazos, No sé en qué me conviene estar en paz.con él CELESTINA: Ete tiene en gran estima, Ademas, es amigo de E prima de Aretisa, Te conv amigo, PARMENO: (emocionado): de CELESTINA: de Arctisa PARMENO: {La hija de CELBSTINA: La hija de PARMENO: CELESTINA: Es verdad. Y es verdad también que ésta es suc silencio, no sea que nos oigan los vecinos (suben. Aretisa esti en la cama) AREUSA: (Quien es, a estas horas de la noche’ CELESTINA: Soy yo, Celestina la que no te trae otra cosa que bienes AREUSA: (Iacorpordndose) Madre, que haeéis aqui a éstas horas? Ya me estaba acostando, Espera, que iré a vestimme, CELESTINA (aceredndose) No, no, tranquila, tu quédate debajo de las sébanas, que desde alli hablaremos, AREUSA: (se mete bajo las sdbanas) Pues la verdad es que lo necesito, pues hoy me he sentido mal todo el dia, CELESTINA: (Ay, eémo huele toda la ropa al moverte! Siempre me ha gustado fu limpieza, y tus vestidos, y todo lo que haces. Qué fresca y lozana estis!;Y qué sdbanas, qué colchas, y qué almohadas! Qué blancura! Déjame mirarte toda a mis anchas, que disfruto silo de verte AREUSA: Quieta, madre, no me toques, que me haces cosquillas y me haces reir, y la risa me da mas dolor! CELESTINA: Qué dolor, mis amores? a, quien a su vez liso? verdad? Ahora subamos en AREUSA: Hace cuatro horas que me ducle la matriz. Se me ha subido a los pechos, y me va a matar, CELESTINA: A ver, deja que te palpe, que algo sé yo de éste mal AREUSA. Me duele mas arriba, sobre el estmagp. CELESTINA: Dios te bendiga!;Y qué gorda y fresca estis!; Qué pechos!; Que hermosa! (Quien fucra hombre y pudiera gozar de semejante vista! AREUSA: Nome hables de hombres, y dame algin remedio para mi mal. CELESTINA: Para devolver la matriz a su lugar hay un remedio que es mejor que cualquier medicina. AREUSA: ,Y cuil es ese, madre? CELESTINA: No se si decirtelo, pues te me haces tan santa, AREUSA: Me ves suftir, y no mitigéis mi dolor’? (primer plano de la cara de Celestina, que sonrie con maticia y complicidad) (Plano: Pirmeno espera en ta puerta de la habitacién) CELESTINA: Parmeno, hijo, entra (Pérmeno enira en el cuarto, Primer plano de ta cara de Parmeno, my sorprendido) PARMENO: La madre que me....(va corriendo hacia ella, desabrochéndose los pantalones) (Plano: Pérmeno y Areiisa en ta cama. Pirmeno se despierta y se levanta) AREUSA: (Qué hacéis levantado? PARMENO: Ya ha amaneeido, y mi sefior me debe estar esperando AREUSA: Quédate aqui, y sigamos hablando de mi dolor PARMENO: Disculpacme, mi sefiora, si no es stficiente con lo que hemos hablado ya pero mi deber me requiete (Peirmeno se va) (Plano: puerta de casa de Celestina, Sempronio aguarda en la puerta, Llega Pérmeno, abrachindose los pantalones) SEMPRONIO: ; De dnde vienes, amigo, o mejor dicho, que estabas haciendo? Te veo muy acalorado, PARMENO: Sempronio, en momentos cdmo este es en los que uno goza de un compadre a quien contarle sus aventuras, SEMPRONIO: Tu y yo lo somos, {0 es que tanto tiempo al servicio del mismo amo no han creado en nosotros lazos de amistad? PARMENO: Ahora veo con claridad que si. Y puesto que somos amigos, creo que puedo contarte los pormenores de mi encuentro de anoche con Aretisa,a quien he citado en ésta casa para comer, SEMPRONIO: Ay, mozuclo, mozuelo, (ie pone una mano en ef hombro) {Por fin descubres los placeres del bello sexo! Si ya lo decia Aristoteles: “Mis vale conejo cen mano, que ciento pagando”. Por eso mismo también cité yo aqui a mi Elicia, y hhe dejado a nuestro amo en misa, seguramente expiando los pecados cometidos con el cordén de Melibea, y también he dejado su despensa algo mis vaca qué de costumbre (le muesira el saco que leva) PARMENO: Gran noticia es esa. Entremos pues, con esta gente que realmente nos aprecia y nos hace el bien. (Emiran en casa de Celestina y fa vieja sale a rectbirtos) CELESTINA: jOh, mira quign esté aqui! ;Pasad, pasod, queridos hijos! Elicia, Aretsa, bajad, bobas, que me violan! BLICIA: (entrando en ta sala, con Aretisa); A buenas horas llegan! Mi prima lleva aqui esperando tres horas. Seguro que ha sido el perezoso de Sempronio, que se retrasa porque no quiere verme. SEMPRONIO: Calla calla, mi amor, y sentémonos a comer, sin enojo. ELICIA: Eso, para comer si que te das prisa, sobre todo si esti la mesa ya puesta, SEMPRONIO: (Déndole ia bolsa a Parmeno) Parmeno, dale ala madre los obsequios que le hemos traido., que yo voy a sentarme a la mesa con esta settorita, (salem ce! plano Sempronio y Elicia) (Plano: todos alrededor de la mesa, Entra Celestina con wna baneleja) CELESTINA: eso, ex0, sentaos en orden, cada uno con su pargja, que yo me sentare junto al vino, que en las noches de invierno no hay mejor calentador de cama, SEMPRONIO: A todos nos gusta el vino, madre Celestina, Acérealo, acérealo, y brindaremos por los amores del loco de Calisto con la hermosa y gentil Melibea ELICIA: ( agua ala cara de Sempronio, enfaadada) (Gentil? ;Melibea? {Melibea seri gent cuando tengamos veinte dedos en las manos! ;Conozco mozos de cuadras que son mais gentiles que ella! Yo tambign os pareceria gentil si me echara encima la paleta de un pintor, eémo hace ella. ;Si cogierais un puerco y le pusierais todos los adomos que trae Melibea, el cerda también os pareceria gentil ISA: Pues tu no la has visto como Yo, prima, Si te la tropiezas en ayunas, no puedes comer en todo el dia de puro asco, Y para ser doncella, tiene unas tetas como calabazas, igual que si hubiera parido tres veces, Y seguro que tiene el vientre tan flojo como una vieja de cincuenta aitos SEMPRONIO; Pero Melibea es noble, como Calisto, No es de extraiar que la ame, ELICIA: (todavia lewntada) jtengo que comer con este desgraciado, que ha defendido ‘en mis narices que esa zorra de Melibea es mas gentil que yo? AREUSA: Elicia, hermana, ven a comer y olvidate de estos locos. ELICIA: Iré porque tu me lo pides. SEMPRONIO: (rie) AREUSA: ;De qué te ries, desgraciado? ;Mal cancer te devore la boca! CELESTINA: No le contestes, hijo, o no terminaremos en todo el dia, ‘Terminemos de comer, y luego id a hacer lo que todos estis deseando. Gozad de vuestra fresca moccad antes de que sea tarde y os artepintdis, que yo distiuto sélo con miraros, en compaiia de mi amigo el vino, (Sempronio indica a Elicia hacia la puerta, v salen de la habitacién. Avetisa y Parmeno Jovanta de la mesa y le la hacen lo mismo. Se oven ruideos y risa) CELESTINA: Eso, besaos y abrazaos, putillos. ;Y¥ cémo os reis!;Venga, a disfrutar, loquillos traviesos! LUCRECIA: jCelestir {Mlay alguien en casa? CELESTINA: O el ofdo me engaiia, o esa es Lucrevia. Que entre, y que disfrute de lo nuestro, que por estar de eriada, no puede disfrutar de su juventud, (#licia y Aretisa vuelven al plano y se sientan jumo a Celestina ) AREUSA: tienes razéin, madre, Para las criadas no hay placer, y menos con las amas que ahora se llevan, ; Como fregaste esa sartén, guarra? ; Adénde vas, tiiosa? (Entra Lucrecia. Las dos prostitutas van hecia ella, y la agarvan por detrés, pero ella se escapa, v-va hacia Celestina) CELESTINA: jLuerecia! Vaya sorpresa. Entra, hija entra, no hagas caso a esas locas. {Qué es lo que desas? (Pérmeno y Sempronio salen de ta sala, Ames de salir, le hacen gestos abscenos a Lucrecia) LUCRECIA.(acalorada) Ma... Madre Celestina, Mi ama me envia a folla... a buscaros para que la jo... la ayudéis pues esti goza... sufriendo de amor por Calisto. (se tira, de golpe, hacia Celestina) Si, ¢80 es. CELESTINA: (Para si) Ya sabia yo que mis palabras harian mella en la inocente Melibea. Le veo buen futuro a éste asunio. Alégrate, vieja Celestina, pues sacariis as de éste pleito que de quince virgos que renovaras. ESCENA VIL (Plano; en casa de Melibea, ésta habla consigo misma, lamentindose de ia tardanza de Celestina) MBLIBEA: (Por qué tardara tanto Celestina? ,No hubiera sido mejor acceder ayer a la p ‘o serd ya tarde para mi? (Oh, géneto femenino, incomprendido y frigil!; Por qué no pueden las mujeres revelar su ardiente amor, imo los varones? (enira Celestina) MELIBEA: (vendo hacia ella) ;Bicnvenida scas, vieja sabia y honrada, pues ahora soy yo quign necesita de tu ayudal CELESTINA: Habla, hija, {Cuil es el mal que te atormenta? MELIBEA: Unas serpicntes me muerden el corazin, CELESTINA: (Para si) El eorazdn y lo que yo te diré, es lo que te muerden. (a Melibea) ‘Tranquila, hija mia, pues tengo el remedio para el mal que suftes. (Plano: Melibea de frente, Celestina se acerca por detras, y te habla) MELIBEA: dimelo, por favor, pues este mal no me deja vivil CELESTINA: Tranquila, hija mi, Primero hay que saber dénde est ése dolor, y por qué se ocasiond MELIBEA: Me duele el corazén, en la parte izquierda del pecho. Y lo sufro desde que viniste a pedirme el eorazén para aque! caballero CELESTINA: Creo, hija mia, que ya sé cual ¢s ¢l nombre de vuestro remedio. MELIBEA: ;Cual? CELESTINA: No me atrevo a decirlo MELIBEA: Di, no temas CELESTINA: Calisto MELIBEA: Pero es imposible que pueda llegar hasta él icidn de la madre? CELESTINA: Nacla es MELIBEA: Como? CELESTINA: Por entre las puertas de tu casa MELIBEA: ;Cuandk CELESTINA: Esta misma noche, MELIBEA: Dia que hora CELESTINA: A las doce MELIBEA: Pues ve, leal amiga, y trieme a aquél que me hace sur. mposible, si se quiere hacer -ESCENA IX: (Plano. Calisto en ef inerior de una iglesia. Se le acerca Semproni) SEMPRONIO: (sustrrando) settor, llevais agui desde mediodia, y ya ha anochecido. ‘Vuestra estaneia va a dar de hablar, y dinin que el cura te esti haciendo lo que a Jos monaguillos desprevenidos. Salgamos, y busquemos a Celestina, que ereo que os trac buenas nuevas. (Salen de lo iglesia. En fa calle esti Celestina. Calisto se arrodilia ame ella) CALISTO: Oh, joya del mundo, socorro de mis pasiones, {Qué noticias me traes, que te veo tan alegre? CELESTINA: buenas son los noticias que te traigo, mi seflor, y muy buenas las palabras que traigo de Melibea para vos, CALISTO: ,Tan buenas son? CELESTINA: Realmente buenas. Melibea te ama y desea verte, He acordado con ella que os veréis esta noche, en la puerta de su casa CALISTO: Ob, Seiior, que iluminas con tu luz a éste humilde siervo. No soy digno de tan clevado honor, es cierto esto que me dice CELESTINA: Cierto como que estoy yo aqui CALISTO: Ob, madre Celestina. Cudito bien me habeis traido, Olvidate del manto, y la falda, y ten ésta cadenilla para tu noble cuello (se quita fa eadera, y se la da). SEMPRONIO: (Aparte, a Pérmeno) Cadenilla, la llama, el desgraciado. ;Con lo que ‘cuesta esa cadena como yo durante cinco altos! PARMENO. (4parie) Dificilmente vamos a poder repartrnos la cadena, -no ser que ‘nos repartamos los eslabones, CALISTO: Callad, desgraciados, y no oscurezcdis mi dicha con vuestras traiciones. Contadme, madre, yuestro encuentro con mi sefiora. SEMPRONIO: (Apute) Creo, amigo Parmeno que ésta noche no vamos a poder ir de ESCENAX: (Plano: exterior de la casa de Melibea. Llegan Parmeno, Sempronio y Calisto. Calisto ysa de Celestina. Nos espera una velada interminable. va hacia la puerta, y sus criados se quedan de guardia) SEMPRONIO: Alli va nuestro amo, y nos deja a nosotros aqui plantades. No sé tu, amigo Parmeno, pero yo, al mas minima ruido, tomo las de Villadiego. PARMENO: Tu lo has dicho, compaitero, No pienso jugarme la piel por el loco de nuestroamo. (Calisto pega el oido a la puerta, y Mama) CALISTO: Mi sefiora, ,estdis ahi? MELIBEA. (a Lucrecia): €3 él. (a Calisto) Estoy aqui, mi sedior. CALISTO: Fl dulce sonido de vuestra vor me certifica que sois mi sefiora Melibea. Oh, dichosos mis oides que escuchan tan dulce melodia. MELIBEA: La osadia de tus palabras y las de tu sierva Celestina me han llevado a hablaros, pero os advierto que de mi no conseguiréis nada mis de lo que os mostré en el huerto, pues si os dicra mas, peligrarfa mi virtud CALISTO; jAy. desdichado Calisto, cémo te han burlado tus sitvientes! Oh, engaitosa Celestina, {Por qué engafaste a mi corazén falseando la palabra de esta seora? Micorazin habia alcanzado la gloria, y ahora esté de nuevo en el barra MELIBEA: No, mi sedor, no os lamentéis, y tomado por buenas las palabras de la anciana, Mucho tiempo he suftido por estar junto a vos. CALISTO: Oh, Mi bella y dulee Melibea, No soy n0 de serviros. SEMPRONIO: (4 Péirmeno) : ¥ yo que creia que mi seitor no podia desvariar mas, y ahora lo veo hablando de amores con una puerta. MELIBEA: Ordena y disp6n de mi persona como quieras, Maldigo impide nuestro gozo CALISTO: No permitiré que un madero impida nuestros gozos. ;Ahora mismo llamo a mis criados y la echarin abajo! 10 amo? Quiere venir a buscamos para echar la puerta abajo SEMPRONIO: Calla y escucha MELIBEA, (Quieres perderme, amor mio? Si descubren la puerta rota, echaris a perder mi virtud, Y esos mozos? ;Cusintos trae CALISTO: Dos, solamente, pero tan bravos que pondrian en fuga a diez hombres SEMPRONIO: jEn mala hora vinimos, Parmeno! Aqui nos pilla el amanecer, si nuestro amo tarda tanto PARMENO: Calla, Sempronio, que ereo que oigo pasos MELIBEA: Me alegra saber que vienes tan bien acompaiado, mi seflor SEMPRONIO: Tienes razon, jEcha a corter! (salen de ja escena, corriendo) (Plano: un muro. Pérmeno y Sempronio Hegan huyendo) SEMPRONIO: (aleanzéndolo) Eh, Pirmeno, vuelve, desgraciado, que es la gente del alguacil que viene por I otra calle, PARMENO: Asegiirate. En mi vida recuerdo haber pasado tan gran temor. SEMPRONIO: Regresemos, pues (plano: puerta) CALISTO: ... y vuestros ojos son como piedras preciosas, y vuestra nobleza es mayor que la de los reyes de Roma, y vuestro pelo... ,estais ahi, mi seitora? MELIBEA: (despertindose) Si, mi seior, os escucho sin perder detalle (se oyen pasos en la calle) CALISTO: {Qué es eso que oigo? :Pasos que se acerean’? Mucho me temo, mi seiiora, ta puerta, que ‘que debo irme, pero mas por miedo a dadar yuestra honra que por temor a resultar daiiado. MELIBEA: Volved, mi seior, mahana a esta hora, pero entrad por el huerto. CALISTO. Asi lo haré. (Se retine con Sempronio y Pérmeno) CALISTO: ;Quign viene? SEMPRONIO: Corramos, seior, pues es la gente del alguacil, que vienen con antorchas, y 0s podrian reconocer. (Se marchan) ESCENA XU: (Plano: Pérmeno y Sempronio caminan por ta calle, de camino a casa de Celestina) SEMPRONIO: Con nuestro amo doligndose de amores en su cuarto, nosotros ya podemos dedicarnos a nuestros asuntos. PARMENO: No es un poco tarde ya para ir a buscar a las sefloras? SEMPRONIO: ;Pirmeno, ta siempre pensando en lo mismo! Los negocios que nos incumben son otros. Una vez concluido el encuentro de Calisto con Melibea, y viendo que nosotros n recibir nada como pago por nuestro esfuerzo, debemos exigirle nuestra parte a esa vieja de Celestina (Llegan a casa de Celestina Tocan a la puerta) CELESTINA: (dentro) ;Quign llama a éstas horas? SEMPRONIO: Somos Parmeno y Sempronio, tus hijos CELESTINA (Abre la puerta),Oh, locos traviesos! Entrad, entrad. (Parmeno y Sempronio entran) {Cémo venis a estes horas? ;Le pasa algo a Calisto? PARMENO: Nuestro amo esti feliz.cual Jombriz, despues de su encuentro con Melibea. PRONIO: Pero lo que no esti tan feliz es su hacienda, Creo que deberiamos comenzar a hablar de repartir lo conscguido, ; Donde estt esa cadena? CELESTINA: Espero que no hables de ta cadena de Calisto, pues se la di a Elicia, y la muy tonta la ha perdido, SEMPRONIO: (Acercéndose « ella, enfudado); A otto galgo con esa liebre, que yo soy perro viejo! Conmigo déjate de bromas, y danos las dos partes de lo que recibiste de Calisto, PARMENO: O si no quiere darnos las dos partes, nos quedamos con todo. CELESTINA: (Elicia! jElicial;Levantate de la cama, y dame el manto, que como hay Dios que me voy a la justicia bramando como una loca!{Qué amenazas son estas en mi propia casa? {Qué bravos atacdis a una vieja indefensal jSi hubiera un hombre en cas SEMPRONIO: (desenfinda fa espada)jOh, Vieja avara! ;Gargante dinero! No te basta con la tercera parte de lo ganado’) CELESTINA: ,Qué tercera parte? | Marchaos ahora mismo de mi casa si no gueréis que de voces y acudan los vecinos! SEMPRONIO: Da voces todo lo que quieras, que o cumples lo prometide, o se acaban hoy tus dias BLICIA: (Aparece por la puerta, y se asusta con la escena) {Qué son esas voces!) Guarda csa espada, por Dios!;Parmeno, sujétalo, que la matal CELESTINA: (a Ja ventana) Justicia! jJusticia, sefores vecinos, que me matan en mi casa estos rufianes! no os atreveriais! nuerta de sed por SEMPRONIO: ;Rufianes? Espera, dofa hechicera, que yo te mandaré al infierno con cartas de recomendacién. (Le da una estocada) CELESTINA: jAy, que me matal Ay! jAy! {Confesion, Confesion! PARMENO: Remitala, a ver si calla de una vez CELESTINA: jConfesion! SEMPRONIO: fenfimnda ia espada) Huye, Pérmeno, que acude mucha gente VOCES EN LA CALLE: ,Quién anda ahi? ;Bellacos! jHijos de puta! PARMENO: Salta por ésta ventana, Sempronio, y corre cuanto puedas. Yo te ayudo. (le ayuda a saltar la ventana, Por ta calle pasa el aguacil y mas gente) PARMENO: (Asomado a fa ventana) Miren, miten, por alli escapa jsiganto! (Elicia cae de rodillas, ante el cuerpo ensangrentado de Celestina, y Hora sobre ella) -ESCENA XII: (Plano: Un patibulo. Un pregonero lee un papel) PREGONERO: Por el crimen de asesinato, ésta ciudad condena a Parmeno ya Sempronio a la pena de muerte. Teniendo en cuenta su condicidn de hidelgos, serdn decapitados pitblicamente. (Dos hombres acercan a Sempronio y Pérmeno a los woncos, y les colocan la cabeza sobre ellos. Lego le quitan el saco que les cubre el rostro. Mientras, ef otro verdugo afila ef hacha. El verdugo se acerea con el hache y la alza, La eémara hace un barvid hacia arriba. Se oye el ruide de la cabeza de Sempronio al cacr sobre el cesto, y les aplenusos de le malltitud) (Plano: Calisto en la cama, Se oyen voces dando gritos a lo lejos) SOSIA: (Mi seitor!;Despertad, mi seiior Calisto! Oh, que desgracia tan grande! (ena en le habitacién) Mi sefior! CALISTO: Para, animal, de pegar gritos, que alarmaris a los vecinos. Dime, gouall es esa desgracia? SOSIA: Pirmeno y Sempronio, mi seitor, Han sido ejecutados en Ia plaza ésta misma mailana, por la muerte de una tal Celestina CALISTO: ;Tristanico! (el otro criado aparece por la puerta) ;Fs verdad lo que dice éste desquiciado? TRISTAN: Me temo que si, mi seiior (Calisto se sienta en la cama, abatido) CALISTO: (Oh, mis leales criados! ,Dénde iré ahora sin ellos? ,Quién me acompaiari esta noche a casa de Melibea? jh, triste Fortuna, ;Por qué me arrebatas de un solo golpe a mi madre Celestina, y a mis ficles servidores? (6¢ oculta ta cara con las manos) ESCEN. LV: (Plano: las manos de Elicia ocultan su rostro, afigido por el dolor) AREUSA: (mirdndola) {es eso cierto? ELICIA. (solfozando) Me temo que si, hermana, Celestina, a quign yo tenia por madre. Aquella que me protegia y por la que yo era conocida en toda Ia ciudad. Y Sempronio, mi amante, que no me hacia falta un marido. AREUSA: Ay. calla, que muero yo también. ;Parmeno, mi amor, qué poco duré nuestra pasin! Pero yo sufriré con mis diligencia que tu, hermana. ELICIA: ;Cémo puedes soportar tan pesado dolor? Aunque més duro aiin se me hace que no puedo reclamar venganza por sus mucrtes, pues los culpables estén. enterrados con ellos. AREUSA: (Aiza fa mirada) Si que podemos teclamar venganza, contra aquellos que causaron tanto dolor y sufrimiento: El loco de Calisto y ése estiéreol de Melibea, que con sus amores nos traen tantas desgracias. Si supiera dénde se encuentran cada noche, yo misma iria para tomar venganza, Por el momento, quédate conmigo, y sufte aqui tu dolor. ESCENAXV; (Plano: En el huerto, Melibea se lamenta junto con Luerecia de la tardanza de Calisto) MELIBEA: Cuando pienso en todas las cosas que pueden pasarle de su casa a aqui... {Qué crees que le impide llegar, Luctecia? LUCRECIA: No temais, que estari al llegar MELIBEA: Oigo ruidos. Tal vez sea él CALISTO: Aqui estoy, mi seiora, (se acerca, » le cage less manos) MELIBEA: (Calisto se coloca tras ella) Seior mio, me config en tus manos por no perderte, pero no me pierdas por tan breve deleite. No pidas ni tomes lo que después no puedas devolver, CALISTO: Mi sefiora, he vivido toda mi vida para gozar de un bien asi. No me pics ahora que renuneie a él, pues no haré tal cobandia, Mi vida entera nada en el fuego de mi desco de ti, Dejadme, por favor, acercarme a descansar a yuestro dulce puerto, MELIBEA: Por mi vida, que tu lengua hable lo que quiera, pero que tus manos no Inagan lo que no pueden, (la ecimara se acerca a las caras de Calisto y Melibea) Aparta alli, Lucrecia, pues no quiero que nadie sea testigo de mi error, (Calisto la gira hacia él y la besa. La cdmara hace un barrido hacia arriba) CALISTO: Melibea MELIBEA: Calisto. ESCENAXVI: (Plano: Pleberio y Alisa hablan sobre fa inocercia de su hija) PLEBERIO: Alisa, amor, el tiempo se nos va de las manos, y yo, como padre, me veo en obligacién de concertar un matrimonio para nuestra hija, a fin de que no se vea sola, si algin dia nosotros faltamos, ALISA: Y no Olvidéis, mi sefior, que es la mejor forma de evitar habladuries, pues, nuestra hija, otra cosa no sera, pero casta y vingen, desde luego si PLEBERIO: Cierto, Pero me gustarfa comentar con ella la idea de su ma ella también tenga vor en este asunto. ALISA: jBah! ;Qué sabra nuestra hija de hombres? {Qué sabe ella, que es pura e inocente, del ayuntamiento entre hombres y mujeres? ,Piensas que su virginidad inocente le puede despertar el desco de algo de lo que nunca ha ofdo hablar? Ella mnonio, Que aceptara por bueno el marido que le pongamos. Sé bien c6mo he criado a nuestra hija, PLEBERIO: En esto hie de reconocer, mi seftora, que tenéis razén. ESCENA XVII; (Plano: Centurio se limpia con un pufal la suciedad de entre los dicntes) AREUSA: (Hay alguicn en casa? CENTURIO: (Levantanclose) : ,Quién demonios se atreve a entrar sin llamar? AREUSA: Soy yo, Aretisa CENTURIO: jPero si es mi bella y gentil setiora! AREUSA: No me vengas, con esas, Centurio, que nos conocemos. Vengo muy ofendida por el rechazo que me hiciste del favor que te pedi el otro dia CENTURIO: Seiiora, me mandabas ir a una milla de aqui. Si quieres que mate a alguien, o que me bata en duelo con diez hombre, solo tienes que decitmelo, pero no me pidas cosas que no puedo hacer: AREUSA: Pues a eso es a lo que he venido. Tienes que matar, esta misma noche aun desgraciado que se llama Calisto, CENTURIO: ;Calisto? Sé quien és, y estoy al tanto de lo que hace, y dénde lo hace. Pero esta noche no puedo hacerlo, Estoy comprometide con otro asunto, AREUSA: Si, emborracharte ¢ ir de putas. ;Como si no te conocicra! © me ayudas en esto, © no me vuelves a ver el pelo! CENTURIO: Tranquila, mi setiora, que yo mataré a ese Calisto para que no te cause mis problemas, {Qué tipo de muerte prefieres? Porque tengo un repertorio de setecientas setenta y siete clases de muertes ELICIA: Prima, por Dios, que éste animal no se encargue del asunto, o escandalizaria toda la ciudad! AREUSA: No seamos lastimeras, prima, que él sabe muy bien lo que hace, Que lo mate ‘como le apetezca, Y que llore Melibea como tii has Horado. Centurio, que Calisto no escape sin recibir un castigo por su maldad, CENTURIO: Asi seri, (Elicia y Areisa salen) CENTURIO: ;Para matar gente estoy yo esta noche! Ya sé, Mandaré a Traso el sordo, y algdn compatiero suyo, y que se encarguen ellos. ESCENA XVI: (Plano: el muro del huerto de Melibea, Llegan Sosia y Tristin con una escalera, y Calisto trepa.) (Plano: Melihea espera en el huerto a Calisto, que Wega, y ta abraza) MELIBEA: No seais impaciente, mi seitor CALISTO: Callad, mi sefiora, pues vengo leno de amor, Dios sabe todas las crueles horas que me he pasado esperando éste moment (juntos, salen del plano) LUCRECIA: (se oye a Culisto y Melibea gimienddo) {Y dale! Ya estan otra vez, y yo mientras tanto, aqui, mirando. Oh, scitor, si alguno de esos eriados meapiedras y desealzaburros supiera venir aqui y hacerme una mujer... ;Por qué tengo que soportar tan erucl destino? Vaya, parece que ya paran, (Plano: Calisto encima de Melibea, tumbados sobre la yerba) CALISTO: Mi sefiora, junto a vos mis males desaparecen, y el mundo parece uno mucho més nuevo y dul. SOSIA. (Afuera, en ta calle): Bellacos, cabrones. Largaos, si no queréis salir mal parados. Tristin, ayddame. (se oye ruido de espadas chocando) CALISTO: {Que son esas voces? Seftora, temo que debo irme, no sea que vayan a matar al desgraciado de Sosia, que esti solo con un pajecico TRISTAN: (aficera) Caguen Dios, ;es que en esta ciudad no se puede dormir en paz? (Calisto se levanta, y Melibea queda sola) (Plano; en lo alto del muro, Calisto ve cémo hnuyen los rufianes.) TRISTAN: Tranquilo, seitor. No bajes, que ya se han ido. Por ahi vuelve Sosia, (Calisto se cae de lo alto deta escalera Plano: Primer plano de la cara de Calisto. Calisto cayendo, desaparece del plano.) CALISTO: Oh, valgame san Bartolomé, (Muerto soy! ;Confesign! TRISTAN: Ay, mi madre!;Sosia, ven, que el desgraciado de nuestro amo se ha caido de la escalera (Sosia se acerca corriendo) SOSIA: |Seior! Esti mas muerto que un carnaval sin vino, Oh, sefior, por qué eres tan cruel con tus siervo MELIBEA: (Al otro lado del muro): {Qué ha pasado? {Qué es lo que vigo? SOSIA: Mi sefiora, Calisto ha muerto despefiado, Tristin, recoge los sesos del suelo, y vuélvelos a meter en la cabeza de nuestro amo. MELIBEA: ;Qué es lo que oigo? {Qué aispeto suceso ha ocurrido? Mitame, Lucrecia, 0 hundiré con alaridos la casa de mi padre, jya no es tiempo de que siga viviendo! {Cémo no gocé mis del goz0? {Cémo aprecié tan poco la dicha que tuve entre mis manos? jAy ingratos mortales! ;Solo reconocéis vuestros bienes cuando los perdéis! ESCENA XIX: (Plano: Melibea, en la cama, se lamenta de su mal. Entra Pleberio) PLEBERIO: ,Qué mal es éste que te consume, hija mia? MELIBEA: {Uno que no tiene remedio! PLEBERIO: Dime, cual es ese mal, y yo le encontraré un remedio, Ya sea con hierbas, picdras, palabras o entraas de animales, t¢ lo traeré, pero no me alormentes m: y dime lo que sientes. MELIBEA: Seftor, subamos a Ia azotea, y alli mitigaremos mi dolor. PLEBERIO: bajaré a buscar algin instrumento. sale de fa habitacién) (Plano: Pleberio sale al exterior, v ve a su hija en la zoiea) PLEBERIO: hija mia, ,Qué haces ahi arriba? {Quieres que siba? MELIBEA: Padre, no intentes subir, 0 estorbarés lo que quiero decitte y hacer. Ha Iegado la hora de que cese mi suftimiento, Por fin podré descansar. PLEBERIO: Hija mia, ;De qué hablas? MELIBEA: Hace tiempo que me encuentro cada noche con un noble caballero llamado Calisto. Hace mucho que le entregué mi virtud, y me arrojé a sus dulees brazos. Pero ahora ese caballero yace muerto, {No seria gran crueldad que él muricra despetiado, y yo siguiera con vida? Me esta llamando desde a muerte. Calisto, mi amor, espérame, que ya voy. Perdéname, Padre, por traerte la desgeacia y la tristeza, pero debo ir con él. Dios queda contigo y con mi vieja madre. A El offezco mi alma, Padre, pon en lugar seguro este cuerpo, que alla baja. ESCENA XX: (Plano: Melibea, tendida en la cama, cubierta con una sdbana. Pleberio, junto a ella, con la cabeza agachada. Entra Alisa, y se lanza sobre el cuerpo de su hija muerta,) ALISA: Oh, sefor, ;Por qué me atormentais de este modo? Llevadme a mi, en su lugar. PLEBERIO: (se levanta) Aytidame, mujer mia, a Hlorar nuestro Hagado final, ;Oh, hija, mia, que cruel es que yo te sobreviva! jOh, duro corazén de padre, como te quiebr da he Para quién edifiqué torres? {Para quign adquiri heredades? {Para quién planté arboles? {Para quign fabriqué navios? {Oh, tierra dura, ;Dénde hallara amparo mi desconsolada vejez? jOh, amor, loco amor! {Con qué facilidad te deshaces de los que te sirven! ;Oh, mundo cruel! {Por qué me engendraste? Si yo no hubicra nacido, Melibea tampoco, y siclla no hubiera nacido, no habria amado, y si no hubiera amado, no tendria yo éste desconsolado final. ;Por qué, hija mia, me dej triste y solo, en este valle de lagrimas? sderal s de dolor ante la pérdi de tu an s lleno de pena, EIN Guidn: David Gil

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