AÑO XLV. MADRID, 15 DE MAYO DE 1901. NÚM. XVIII.

KÍ..SS-

tó. M. D. ALFONSO XIII INAUGURANDO LAS OBRAS.

MADRID.—PUENTE DE LA PRINCESA DE ASTURIAS SOBRE EL MANZANARES.

tDe íotografia do Calvet Hermanos )
 2 9 0 — N." XVIH LA
SUMARIO.
T E X T O . — Crónica Eeneral, por D. José Fernández Bremón. — Nues-
tros Kraliados, por n. Carlos Luis ÚL- Cuiinca.—Nuevos acadt-miuos.
por n M. H. Blanyo-Btílmontu. —Campañas teiitmles, por don
Kdunrdo Bustillo.—Ternura, L'iitínto, por D. Adolfo Lima.— E s -
posji;¡ón nacional do Bellas .Vrti's, por 1). R. líalsa de la Vcí,'a.—
Aires murcianos, poesía, por D. Vicente flledina. —Por ambos mun-
dos: Narr.iciones cosmopolitas, por I), lücardo Becerro de Bcnuoa.
— Sue'tos,— Libros presentados á esta Bedauüión por autores ó
editores, por C—Anuncio-.
GiíABAlJOíi. —Ma'lrirt: Puente il • la Princesa de Asturias sobre el
ainnuan'ires. S. M. D. Alfonso XIII inaugurando las obran. El se-
ñor Obispo de Madrid-Alcalá bendiciendo las obras. — lietratos
de los Srcs. D. .lose Ortetra Miinilla. D. Juan José üerraní; y don
llamón Menéndez Pidal, nuevos académicos de la Española.—El
automovilismo en Italia. L!e¡rada rt Boma de una exiiedición en
automóviles. — BelbiR Artes: /,(/ ¡ir.vnü'ira ij rl luiiilur. cuadro de
Clmrpentier-Bosio. Efi-cln dv ™/ tu iinn luiirln (Atidul'u-iin. cuadro
do Gonzalo Bilbao, JJiiin<¡rmiii. cuadro de Te=FÍor.—Or(]Uesta filar-
mónica de Berlín,—Proyectos fte monumento en memoria do doña
Casilda Iturrizar. viuda de E p a k a . bienbecbora do Bilbao.—
Boma: P.ilacio del Vaticano, Galería de estatuas.
CRÓNICA GENEUAL.
^—'—T^Mi'Ezo por una huelga en los tranvías;
' ' se quiso ejercer coacción para impe-
dir que otros trabajasen; en los tu-
multos que se produjeron se oyó el
odioso grito de ¡muera España! y la
bárbara letra del canto de Los sega-
' dores; hubo carreras, corrió sangre, y
el Gobierno se vió precisado á declarar
el estado de guerra para restablecer el
orden. Esta es la síntesis de lo sucedido en
Barcelona: como ocurrió eti Madrid, la tranqui-
lidad material se restableció rápidamente á la
aparición de las tropas. Claro es que el grito an-
tes citado, y que nos repugna repetir, debió escu-
charse con indignación en toda España, pero sin
darle otro valor que el do un mal síntoma en
población tan grande, que habitan, entre la gente
pacífica, tanto extranjero de ideas exaltadas y
todos los enloquecidos por la liebre de las ideas
nuevas y los desesperados por la miseria; los gri-
tos sediciosos lanzados por sorpiesa ante una
población asustada por el motín, no imprimen
carácter general: fueran verdaderamente popu-
lares, y en los momentos de impunidad en que
las turbas se apoderan de la calle, osos gritos con-
testados por la irresponsable mayoría hubieran
atronado, convirtiendo el motín en rebelión; y
aun así, hubiera sido puramente barcelonesa,
quedando fuera de este cargo la casi totalidad de
Cataluña, la del Bruch y do Gerona, la de los ter-
cios catalanes que se cubrieron de gloria en Te-
tuán. Sentimos como el que más el amor santo
de la patria, más querida cuanto más desgraciada,
y más venerable cuanto más ofendida; pero no
podemos exagerar ese sentimiento hasta la injus-
ticia, convirtiendo algunas voces callejeras en
eco del pensamiento popular. Con decir que eran
anarquistas los que gritaban, no debe extrañar-
nos que maldijeran de todo; y si aprobamos la
represión de los desórdenes contra el motín, con-
fiamos en el patriotismo catalán como la mejor
defensa de España.
Los catalanes son ásperos y bruscos, pero su
carácter es noble, y hay que sobrellevar ciertas
rudezas en gracia de otras cualidades excelentes:
recordemos lo sucedido al Sr. Dato en su excur-
sión ministerial, cuando se dirigió valerosamente
hacia los grupos que le silbaban, y mezclándose
con ellos les dijo que había ido allí confiado en
la nobleza de los catalanes; la silba ante aquel
acto de valor cívico se convirtió en un aplauso,
hasta que el director de la protesta exclamó:
c Bueno; basta de aplausos y volvamos á silbar.»
Esta mezcla de rectitud y de firmeza, y la dis-
tinción delicada entre lo que debían al hombre y
querían significar al ministro, hecha en momen-
tos de exaltación, dan idea de la naturaleza de
ese pueblo, más razonable en el fondo que en la
forma. No nos parece conveniente, por lo tanto,
lo que agrie nuestras buenas relaciones, sino lo
que las estreche y dulcifique. El ideal sería que
tomásemos de los catalanes sus grandes cualida-
des, y ellos del resto de España algunas quo les
faltan, dicho sea con cariño.
Terminábamos nuestra crónica anterior cuando
nos sorprendió la noticia primera de haberse
comprobado la inocencia del cura Bruneau, gui-
llotinado por asesinato de un párroco: no estaba
comprobada la noticia y esperamos. La forma en
que se dio resultó falsa; pero, tomando otra for-
ma , se insiste en el fondo, ó sea en la duda de si
hubo error judicial al condenarle. En la carta que
dejo escrita al Fiscal de la República para después
de su muerte confiesa que había merecido cas-
ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
tigo por su desarreglo de vida en los últimos
años; pero se declara inocente en el asunto prin-
cipal, como hizo en el mismo cadalso, mientras
el pueblo, que lo había insultado en las angustias
de sus últimos días, perturbaba su agonía vito-
reando al verdugo y aplaudiéndole luego al derri-
bar la cabeza con repulsiva crueldad. Hasta ahora
sólo vemos que influyó más en su condenación
la opinión amotinada contra el clérigo que las
pruebas de su crimen, y todos los periódicos im-
parciales esperan nuevos datos, interesados en
este problema jurídico y moral que nos produce
escalofríos al escribir estos renglones.
De vez en cuando ocurren en las Bolsas oscila-
ciones violentas que arruinan á muchos y enri-
quecen á otros de repente; pero pocas pueden
compararse, á juzgar por las referencias, á la lu-
cha ocurrida recientemente en la Bolsa de Nueva
York entre algunos millonarios que constituían
dos sindicatos rivales. Confesamos nuestra igno-
rancia de esa forma de la especulación que causa
á veces tan rápidos estragos: sólo sabemos que os
un juego en quo se arriesgan sumas enormes y que
produce quiebras, suicidios, fugas y ataques de
locura en países donde escandaliza la lotería, que
es el menos peligroso y más legal de los juegos,
la ruleta y otros do azar, limitados á lo que cada
cual lleva en su bolsillo ó al crédito que merece
á los banqueros. Por lo que se refiere do haber
subido los precios de ciertas acciones de ferroca-
rriles de cien á mil duros en poco tiempo, y pasa-
do algunos en horas do la opulencia á la miseria,
rompiendo en lágrimas y gritos y corriendo como
locos, se comprendo que la Bolsa debió parecer,
más quo reunión de hombres, una agarrada de
demonios. Lo que más diabólico nos imaginamos
0,6 la feroz alegría de los gananciosos, acaparando
riquezas que eran montónos de desdichas, y pro-
duciendo on ol tiastorno de las fortunas una anar-
quía en el crédito y un día de júbilo con aquel
escándalo del capital á los que le combaten. Por-
que on ol fondo de esas variaciones bruscas do
los precios no podía haber sino alguna realidad
y muchos engaños y escamotóos en quo algunos
expondrían su fortuna contra nada, y otros,
arruinados de ropento, rehechos luego y vueltos
á arruinar, pasarían de la Bolsa al manicomio.
Ha muerto el veterano general Pasquín, minis-
tro que fué do Marina, de honrosa historia mili-
tar: ha muerto cuando el movimiento de tropas
que producen las maniobras militares hace pen-
sar en el porvenir do nuestra fuerza armada. Sa-
ludemos á los que se van y representan el pasado.
Estamos en plena fiesta de San Isidro: la casa
do fieras ha renovado sus huéspedes; las corridas
do toros son bisemanales; hay nubes que amena-
zan agua y deliciosas claridades de cielo; empie-
za ol último mes de los estudios y se acaban de
sembrar las calabazas; es la temporada feliz de
las rosquillas del Santo, tan duras antiguamente,
y que hoy se fabrican á diario, y las comemos
azucaradas y blanditas; bendigamos á la invento-
ra. Los timadores cargan de perdigones los car-
tuchos, y el portugués tradicional estudia á Ca-
moens para adquirir giros castizos de su idioma:
el botijo encarnado
Á los primeros rayos del Oriente
Presenta al sol su panza reluciente.
Pero no versifiquemos, aumentando el número
respetable ya do rimadores, sobre todo en esta
época de pitos, una de las pequeñas industrias de
Madrid que no sabemos si eslará representada
en la próxima Exposición; de ella viven muchas
familias laboriosas, que pasan temporadas cor-
tando flores de trajio para engalanar los tubillos
de cristal y venderlos en la fiesta: son para los
paletos, colocados en el sombrero ó á modo de
condecoración, el trofeo y patente de la romería
madi'ileña. En otro tiempo ese signo fué la cam-
panilla de barro; pero desapareció con ol ochavo,
que era su precio, la moneda del pobre; como se
perdió en los puestos de juguetes, por la misma
razón, el dominguillo, cabecita de madera cua-
drada con peana redonda de plomo, obligada por
el peso á estar siempre derecha: el sistema sub-
siste en otras formas, pero el tipo caducó. Este
ejemplo prueba que la alteración de la moneda
arruina industrias y quita el carácter tradicional
á muchas cosas.
Recordemos con ternura al ochavo, pieza de
dos maravedís, que rara vez tenía cuño percepti-
ble y que no ha sido sustituida por los dos cénti-
15 MAYO 1901
mos, que exigen en uno de sus lados por lo menos
el grabado que le identifique. Ochavo era toda
moneda desgastada por el uso que no fuese el
cuarto ni la pieza de dos cuartos: era esquinado
á veces, rajado y sin marca alguna, ó pieza rese-
llada en que las marcas últimas borraban las pri-
meras; la roña cubría los escudos de castillos y
leones, las barras, las cadenas y las quinas; al-
guna vez descubría el anticuario monedas raras
que hacían falta en sus monetarios y que la igno-
rancia hacía circular de mano en mano como
ochavos, es decir, el precio de un buñuelo. Era
el Rastro de lo inservible en moneda y aun se
falsificaba con botones.
¿Por qué hemos hecho esta digresión? Porque
la fiesta de San Isidro recuerda la niñez, y esa
moneda representaba dos castañas asadas, tres
pilongas, un soldado de plomo ú otras adquisicio-
nes entonces de importancia, y la romería quo
hoy se celebra es la misma de aquel tiempo. Ade-
más, porque no queremos entristecer á los lecto-
res con la explosión ocurrida en Trubia y sus
desgracias; la muerto del estudiante Jaén, arro-
llado en Sevilla por un tranvía eléctrico, y la de
otra pobre mujer arrastrada en Madrid por otro
coche iguiil al enganchársele lu falda al descen-
der; este último sucoso tiene precedentes: mu-
chos años hace que en la plaza de la Armería otra
desdichada dejó prender su vestido en un coche
de Palacio, quo no iba do prisa, y por pronto que
el cochero so enteró y detuvo los caballos, quedó
muerta. Y ya que sin querer hemos referido una
serie de desgracias, consignemos la de un mu-
chacho gravemente herido en la última pedrea.
¿La última? No lo creemos. Son tan antiguas, quo
en la historia do la villa dejó rastro la ocurrida
al pie de la torre de San Pedro entre los granujas
cristianos y moriscos.
Rehabilitemos las pedreas. Los golfos que ju-
guetean junto á la estación de Navalcarnero, ape-
drearon, sitiaron á varios timadores, hasta entre-
garlos á la autoridad. ¿Qué signiñca este fenó-
meno? ¿El advenimiento de una generación ami-
ga de la justicia y de tiempos en que las piedras
de la calle se vuelvan contra el crimen?
Más risueña, aparte del respeto á la autoridad,
05 la pelea entre los guardias y mozos de tahona
ocurrida en estos días, porque los proyectiles
eran de masa. Pero echemos un velo sobre esta
escena irrespetuosa en quo un agente, cubierto
de harina como merluza rebozada, quedó en dis-
posición, más que para prostar servicio, para ser
arrojado á la sartén.
JOSÉ FERNÁNDEZ BREMÓN.
NUESTROS GRABADOS.
MADRro: PUICNTE DE LA PRINCESA DE ASTURLAS.
Páginas 289, 203 y 2U1. • - '"
El miércoles 7 del corriente, á las cinco de la
tarde, se efectuó la solemne ceremonia de colocar
la primera piedra del puente de la Princesa de
Asturias sobre el río Manzanares, situado al ex-
tremo Sur del paseo de las Delicias, entre el de
hierro de la línea de Madrid á Cáceres y Portu-
gal y el proyectado para la do Madrid á San Mar-
tín de Valdeiglosias.
El nuevo puente unirá el paseo de las Delicias
con la carretera de Madrid á Cádiz, con lo cual
se consigue que no se acumule, como hoy suce-
de, en el estrecho puente de Toledo el tráfico de
aquella parte de la población, y además se evitará
el rodeo inútil de la citada carretera, quo marcha
paralelamente al río en una longitud de más de
dos kilómetros para llegar al puente de Toledo
precisamente.
El proyecto de la obra es del muy distinguido
ingeniero D. Vicente Machimbarrena.
Con objeto de que esta obra resulte todo lo
económica posible al Estado, será monumental
en sus líneas generales, pero de gran sencillez en
sus detallos.
El presupuesto total de la ejecución material
de estas obras, incluyendo on ellas 483,15 metros
de carretera para enlazar el puente con el paseo
de las Delicias y la carretera de Madrid á Cádiz,
se eleva á la cantidad de 274.776,86 pesetas, de
las que corresponden al puente 223.349,62.
Los trabajos de fábrica comenzarán desde lúe-
 15 MAYO 1901 LA TLUSTRAOTÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA N." XVIII — 2 9 1

go, y mientras, ae fundirá la parte de hierro por
l3 compañía Maquinista Terrestre y Marítima, de
Barcelona, que se ha quedado con la contrata de
esta obra.
El puente será de acero, con articulaciones en
los arranques y en la clave, y apoyado sobre estri-
bos de fábrica.
Constará de un solo arco de 50 metros de cuer-
da y de cinco de flecha, que afectará la forma de
una parábola de eje vertical.
El intradós de la clave del arco está sobre la
línea de ciniientos, á una altura de ocho metros.
Las rasantes del puente son dos, igualmente
inclinadas, y se cortan en el centro de éste, ó sea
en la vertical que pasa por la clave del arco.
Este punto alto de la rasante dista de la línea
de ciniientos 8,60 metros.
El ancho total del puente es de ocho metros,
(ie los cuales quedan completamente libres para
eípaso de vehículos 5,60 metros, en donde pue-
den cruzarse dos con toda comodidad, y hasta
tres si no son muy anchos. En los andenes queda
nn espacio libre de l,Oíí metros en cada uno de
^ílos, justo para que se crucen dos personas.
La barandilla, que tendrá un metro de altura,
estará formada por una serie de soportes, entre
cada dos de los cuales se colocará un barrote co-
i'i'ido al larguero exterior.
En la página 2í)4 publicamos el dibujo del
alzado.
Al acto de colocación de la primoi'a piedra
asistieron SS. MM. el Roy y la Reina y Sus Alte-
zas las Infantas D.'' María Teresa y 1).^ Isabel,
con las Condesas de Sástngo y Guendulaín y viu-
da de Toreno, Duquesa de San Carlos, Marqués
tic Perijáa, cuarto militar y profesores del Rey.
Esperaban á las reales personas los Ministros
do Obras públicas é Instrucción y Bellas Artes,
el Sr. Obispo de Madrid Alcalá, ios Srfs. Arins
^íiranda y Requejo, el Gobernador y el Alcalde
do Madrid y comisiones del Ministerio de Ma-
i'hia, de la Diputación provincial, del Ayunta-
miento de iMadrid y del Cuerpo de ingenieros.
tíesde el extremo del paseo de las Delicias ni
*^iue ha de ser uno de los estribos del puente en
la orilla izquierda del Manzanares, corría un ca-
i*!'!! I que en su día será carretera de enlace i, á
euya entrada y final levantábanse dos arcos de
íollaje, y cuyos lados adornaban mástiles remata-
dos por banderolas y gallardetes de colores na-
cionales.
Junto al lugar de la ceremonia había una tien-
los Srés. Bricaretti, Johnson Brunialti, Goría
Gatti, y en francés JIr. Berteaux y otros.
El Rey asistió á la llegada de los automóviles
acompañado del general Brusati.
BELLAS ARTES.
La riexrndara ¡i rl pniloi; fuadro do Glmrpentier-nosio.
Página 206.
Del Salón de París de este año forma parte el
precioso cuadro de Charpentier-Bosio, con tanta
artística sencillez compuesto y con tal finura y
brillantez pintado.
Su autor se ha inspirado al trazar este idilio en
los versos de la fábula de Lafontaine:
Annetie cepcmlaid]urh(iil.
Mais uid pois-son da bord ne s'approcJiaif
¡\fiK-tii lU ••'"I en "ihi h'iir/'i (And'ilii.'iíi), cuadro de fionzalo liilbao.
Píigina 297.
Con ser tantos los que se dedican ahora á pin-
tar el sol como el hambriento estudiante valen-
ciano de la copla popular, muy pocos son los que
logran convencernos de que los tonos agrios y
exagerados con que tiñen sus cuadros son la luz
del astro del día; pero el cuadro de Gonzalo Bil-
bao da la nota exacta, buscándola con gran talento
en ios contrastes con la sombra. Su cuadro, que
copia nuestro grabado, llama la atención muy
justamente en la actual Exposición de Bellas
Artes,
7,11 llaiiiiirada, cuadro de Teseier.
Página ;;0L
El cuadro de Tessier., La llamarada, os un her-
moso estudio de color y tiene una gran verdad la
luz que irradia en el hognr la llamarada que do
la leña se levanta. La impresión que produce en
la niña el súbito y grande resplandor de la ho-
guera está interpretada con mucho acierto, así
como el encanto con que el anciano la contempla.
ORQUESTA FILARMÓNICA P E BERLÍN.
Píffina 2Plt,
dos se acercan implorando la santa ayuda de sus
preclaras virtudes.
En ambos figura también un medallón con el
busto de D. Tomás Epalza, de quien su piadosa
viuda recibió en vida las nobles inspiraciones que
su generoso corazón realizó más tarde.
Modelados por Querol estos bocetos solamente
para que la Comisión del monumento pudiera
apreciar el conjunto, la idea y las proporciones,
claro es que no pueden tener primores de deta-
lles; pero cuantos conocen las obras que á Agus-
tín Querol han dado la justa fama do que disfru-
ta, formarán clara idea de la belleza de que son
susceptibles estos pioyectos, cuando á la elegan-
cia de sus líneas generales y á su grandiosa com-
posición unan los encantos de una ejecución pri-
morosa.
R O M A ; PALACrO D E L V A T I C A N O , G A L E R Í A D E ESTATUAS.
P.it'inii .=iii4.
Entre los museos de Escultura que el Vaticano
posee, ügura la Galería de las estatuas que copia
nuestro grabado.
Fué construida por Clemente XIV y ampliada
por Pío IV en la parte occidental, y contiene pri-
morosas obras. Comenzando por la derecha, Kgu-
ran en ella la estatua con coraza de Clodio Al-
bino; una media figura do un Amor, obra del cin-
cel griego; la estatua de una atleta; la semicolo-
sal de Paris con la manzana en la mano derecha;
una magnífica do Palas, que al ser restaurada
se ha convertido en una Minerva Facifera; la de
Penélope, de ottilo griego; la de Cayo Calígula
desnudo; el Apolo ''aiirodone, 6 cazador de la-
gartos; una amazona; una muy bella de Juno; la
musa Urania, etc., etc.
CARLOS Luía DE CUENCA.
NUEVOS ACADÉMICOS,
n O N JUAN JOSli HERRANZ.

Los conciertos que la Sociedad Filarmónica de

Berlín ha dado en nuestro teatro Real pueden
u lACió en Murcia y principió su carrera litera-
ria en Madrid, redactando en El Eco del País,
periódico dirigido por el que más tarde fué fun-
dador de El Imparcial.
da de campaña destinada á Ins reales persona^; con estricta justicia ser considerados como un ex- El Sr. Herranz díóse á conocer como poeta fá-
enfrente una tribuna para las comisiones, y entre traordinario acontecimiento musical. Venían pre- cil y galano y como prosista intencionado y co-
ambas un altar para la celebración del acto reli- cedidos de gran fama los notables concertistas; i-recto.
gioso. pero por mucho que fuera lo que de ellos se espe- Por aquella época contrajo estrecha amistad
Dichas por el Sr. Obispo de Madrid-Alcalá, al raba, hay que declarar que al escucharlos excedió con Selgas, Liniers, Cabanilles y Fernández Bre-
que asistían el clero de la catedral y el de la la realidad á todas las esperanzas. món. Con ellos escribió La Gorda; con ellos sa-
parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, La maestría con que dominan los respectivos lió de esta corte huyendo de las iras de la famosa
'as preces de ritual, y bendecidas las obras, ade- instrumentos; la seguridad con que tocan las más partida de la porra; con ellos contribuyó á borrar
lantóse S. M. el Rey y arrojó una paletada de ar- difíciles obras; el exquisito gusto con que las in- aquel escandaloso rótulo que en las Calatravas
gamasa en la piedra, en cuyo centro luiljía sido terpretan, y la claridad que en su ejecución logniu npareció diciendo: Cai/ó para siempi'e la raza, etc.
í^olocada una caja de cinc que contenía fl acta de los pasajes que antes de oírlos tocados por estos Con casi todos ellos dio en colaboración obras al
la inauguración, un ejemplar de la Gaceta y de profesores nos parecían obscuros, de tal modo teatro.
Varios periódicos del día, y algunas monedas de entusiasmaron al público, que las ovaciones que Solo, estrenó con mucho éxito Honrar padre y
plata del cuño de este año. á la Filarmónica de Berlín se han tributado harán madre, La Virgcii de la Lorena y L a mejor con-
De estos solemnes actos publicamos dos graba- época. quista.
dos, reproducción de fotografías instantáneas te- Publicamos un grupo fotográfico de esta nota- De él son: ¡hiena boda, El Capitán Centellas
diadas del natural. bilísima Sociedad de artistas, cuya estancia en y La superficie d-d mar.
Madrid ha sido muy breve, con gran sentimiento Colaborando c o n D. Santiago Liniers, hizo
de los entusiastas del divino arte, pero que, según Aventuras ile un difunlo y El grito en el cielo.
T^ON .lOSÉ ORTEGA MUNILLA, Ü. JUAN JOSÉ IIE- nuestras noticias, volverá en la temporada del Con música de Marqués dio á la escena una
Í^UANZ y D. RAMÓN MKNÉMDEZ I'IDAL, NUEVOS ACA- año que viene á deleitarnos con sus conciertos linda zarzuelita titulada Perla.
DÉMICOS DE LA ESPAÑOLA. —(Véanse SUS retratos incomparables. Y en « complicidad s con mi respetable compa-
^n las págs. 2ü2 y '2i);í, y el artículo correspon- ñero Sr. Fernández Bremón—á cuya bondad debo
diente en esta página.) estas noticias, — estrenó en el Español Árbol sin
BOCETOS DE Q U E R O L . raíces.
PíigiDa :iOO. De entre todas sus poesías —muchas de ellas
EL AUTOMOVILISMO EN ri'ALIA. publicadas en LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AME-
Piitrina 201!.
La villa de Bilbao, por la iniciativa de las Cor- RICANA,—una de las que alcanzaron más celebri-
poraciones provincial y municipal, ha consagrado dad fué La guitarra; en ella puso Herranz todos
La añción al automovilismo de tal modo se ha un monumento á la memoria de la Sra. D.^ Ca- sus amores de buen murciano que llora las des-
desarrollado en Italia, que se ha organizado una silda Iturrízar, viuda de Epalza, la heroína de la gracias del terruño asolado por las inundaciones.
'ñteresante expedición por el reino, en la que to- caridad, como la llamó el ilustre Obispo de Sala- La guitarra, emblema de tiestas populares, sím-
nian parte muchas y muy distinguidas persona- manca admirando la bondad inagotable con que bolo do alegrías, llotando sobre las arremolina-
lidades. esta virtuosa señora atendió al amparo de los ne- das aguas del desbordado río que llevó luto y mi-
Con motivo de esta vuelta á Italia, salieron al cesitados. seria á los hogares, inspiró al poeta una trova ar-
encuentro de los automovilistas expedicionarios Convocado un concurso de proyectos para la moniosa, llena de los más delicados sentimientos.
^,V^ eompañeros de Roma, reuniéndose en Castel construcción de este monumento, fueron en él Hoy el Sr. Ilorranz es un retirado de las le-
^'' (juido, á 16 kilómetros de la Puerta Cavalleg- escogidos los dos de Agustín Querol, cuyos boce- tras. Al abandonar los campos del arte abandonó
Seri Juntos enti'aron por la Puerta Triunfale, tos publicamos. hasta el nombre con que en ellos batalló. Actual-
^j^deles esperaban otras sociedades de .sport y el Difieren entre sí en cuanto á la forma geomé- mente, D. Juan José Herranz se llama Conde de
. P lotón de los ?jí'r.sY/í///í'í-/cicl¡slas, y recorrieron trica de la base y de la columna que constituye Reparaz.
1 trayecto hasta erdomicilio de la Sociedad ro- el pedestal, así como en la disposición de las figu- Dejó enmudecer su lira; dio paz á su imagina-
so^"^ de los automóviles en medio de los aplau- ras; pero lo mismo el que remata la estatua de ción creadora de autor dramático; trocó las agi-
s de la numerosa concurrencia que presenció D.'' Casilda que el que corona el busto de dicha taciones del mundo periodístico por las comodi-
üesflle, siendo las más aclamadas las. señoras señora, están inspirados en la misma idea y sim- dades de suntuoso hotel, y convirtióse volunta-
4ue en la expedición toman parte. bolizan el mismo pensamiento del artista. riamente en espectador de combates en que otras
f or la noche celebraron un banquete, en el que En ambos la Fe y la Caridad son los principa- veces tomó parte activa.
l i n d a r o n elocuentemente el Alcalde de Roma y les emblemas, y en ambos los grupos de desvali- Con decir que figura entre los redactores de
 292 — N." x^^II
Gente Vieja, dicho está qne el
Conde do Reparaz ha cumplido
más de cincuenta años.
Pero los años no han quitado ga-
llardías á su figura, ni afabilidad
á su trato, ni brillantez á su fan-
tasía.
Galantemente me recibió en su
elegante despacho, y galantemente
satisfizo mi curiosidad.
Va á la Academia Española á tí-
tulo de autor dramático, y este tí-
tulo le ha liecho escoger para tema
de su discurso de recepción el es-
tudio de la Viíla y ohras de Tirso
de Molina.
A su trabajo contestará un amigo
y compañero de su juventud: el
Conde de Liniers.
El sillón ,/, que es el designado
para el señor Herranz, ofrece como
particularidad curiosa la de que en
dos siglos sólo ha sido ocupado por
cuatro académicos: el Duque de
Montellano, el Duque de la Roca,
el insigne poeta Quintana y el Mar-
qués de Vahnar.
Es, como se ve, un sillón consa-
grado por la longevidad y enno-
blecido por blasones aristocráticos;
pues si bien D. Manuel José Quin-
tana no ostentó coronas condales
ni ducales, ciñó en cambio la me-
jor diadema, la de rey de la poesía,
que una Reina de España colocó
sobre la freiUe del egregio vate.
DON RAMÓN MENÉSDEZ PIDAI.
Juzgándole por sus años, es el
más joven de los académicos; es-
tudiándole en su amplia y fecunda
labor, bien puede creérsele un an-
ciano. Porque no se concibe que los
trabajos de investigación paciente,
de crítica docta, de erudición co-
piosa y de interesante bibliogra-
fía, sean obra de q u i e n a p e n a s
cuenta treinta años de edad.
EL SK. OBISPO DE MADRID-ALCALÁ ÜENDICIENDO LAS OlfRAS.
MADRID. —PUENTE DE LA PRINCESA DE ASTURIAS SOBRE EL MANZANARES.
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA T AMERICANA 15 M A Y O 1901
Cuando era casi un estudiante se
reveló el talento del Sr. Menéndez
Pidal, al o b t e n e r , en concurso
abierto joor la Real Academia de la
Historia, el Premio Caballero, con
su magistral obra La leijenda de
los infantes de Lar a. En este libro,
firme cimiento de la historia de la
épica española, no solamente des-
arrolló su autor una leyenda, sino
que, entrando en el terreno inculto
de toda nuestra épica, esbozó so-
bria y científicamente, con admira-
ble serenidad de juicio, la teoría do
nuestra epopeya, y trazó con asom-
broso acierto el cuadro Iiistorio-
gráfico de ios tiempos medios, se-
ñalando los elementos determinan-
tes de los orígenes de nuestras
«Crónicas;'.
Menéndez y Pelayo, Cotarelo,
Morel-Fatio, Gastón P a r í s , Fitz-
niaurice-Kelly, Morí', LidforFs y
otras personalidades de autoridad
indiscutible, saludaron en Esjiaña
y en el Extranjero al sabio invos-
ligador que, formando en primera
lila entre los eruditos, ee presenta-
ba no como una esperanza para lo
]íor venir y sí como una hermosa
realidad del presente.
A la obra antecitada siguieron:
Cróiiicas genero les- de Lsjidña: Kl
¡mema del Cid; AntoJngiadejierio-
distas castellanos: Notas para el
romancero del conde Fernán Gon-
•áler, Etiviolofjias españolas; Abo-
fas sobre el hahlehablado en el Con-
cejo de I^ena, y gran n ú m e r o de
folletos y de artículos sobre temas
tan interesantes y curiosos como
los dedicados á La penitencia del
rea don lioilrigo y al Titulo que el
Arcipreste de Hita dio al I Uro de
sus cojdas.
En la actualidad tiene en preuFa
D. J O S É ORTEGA MUNILLA la Gramática ij eocahulario del
NUEVO ACADÉJIICO DE LA ESPAÑOLA. Poema del Cid—obra premiada por
< De fotografia de Edg, Debns.) la Real Academia Española,—y La
(De fotograíia de Ciarán.)
15 M A Y O 1901
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA N." XVIII — 293

D. J U A N J O S É I I E R R A N Z . D. RAMÓN M E N É N D E Z PIDAL.
N U E V O S ACADKMICOS DE LA E S P A Ñ O L A .

(De Eotogr.iíin, do Calvüt Tlermaiios.) (Do fotogriifia.)

EL AUTOMOVILISMO EN I T A L I A . —LLEGADA Á ROMA DE UNA EXPEDICIÓN EN AUTOMÓVILES.

(De fotogrttüa.)
 294 — N." XVIII LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y A^TERICANA 15 MAYO 1901

leyenda del abad Juan de Montemayor, trabajo que conserva

rastros de un cantar de gesta perdido, que entraña interés ex-
traordinario para el estudio de la epopeya castellana en sí y en
su relación con la poesía portuguesa,
Al Sr. Menéndez Pidal se le conoce y se le admira más fuera
de su patria que en ella. En Francia, en Alemania, en Italia y
en otras naciones se esperan con ansia y se comentan con en-
comio los trabajos de este autor.
Es muy cierto—como con frase oportuna me decía el inte-
resado - que estos estudios no tienen público entre nosotros.
A los apuntados méritos une este nuevo académico los títulos
de doctor en Filosofía y Letras y de catedrático numerario de
la Universidad Central.
Por derecho propio va á la Academia; su sitial, designado con
la letra G, fué ocupado primeramente por el jurisconsulto cor-
dobés D. Francisco Pacheco, filósofo, publicista, orador y polí-
tico de mucha valía. Le sucedió el inolvidable poeta Selgas, y
á éste el eximio cantor de Los Pirineos: D. Víctor Balaguer.
Mucho y bueno puede prometerse la Academia de la actividad
y del talento del Sr. Menéndez Pidal.
Técnico, íilólogo é investigador de claro entendimiento y só-
lida cultura, es seguro que su gestión resultará valiosísima para
el esplendor y enriquecimiento de nuestro idioma.
Por de pronto, su recepción promete ser notable. Para su in-
greso ha elegido el estudio de El condenado por desconfiado^
obra injustamente olvidada entre las que, pertenecientes al tea-
tro religioso, escribió Tirso de Molina. La fábula de esta co-
media tiene interés universal, humano sobre toda ponderación,
y figura entre las leyendas de las religiones india y mahometana.
Al discurso del recipiendario contestará otro incansable in-
vestigador, ese portento del saber que se llama Menéndez y
Pelayo.
Joven, modesto, simpático, dotado de rara laboriosidad, sin
arredrarse por el trabajo obscuro á que sus aficiones y aptitu-
des le llevan, D. Ramón Menéndez Pidal se me antoja un inge-
niero que, en los pozos de la mina de carbón do su patria, As-
turias, lucha entre negruras y sombras, olvidado por muchos
que mañana aplaudirán su esfuerzo grandioso al verlo deslum-
hrar en el arco voltaico ó palpitar en la carrera desenfrenada
de la locomotora.
•13

DON JOSÉ ORTEGA MUNILLA.

.1
!Z¡
La media noche era por filo cuando tuve el gusto de saludar
en la redacción de El lynparcial á su celebrado director.
ü
La fama de Ortega Munitla, como novelista notable, como
H
periodista talentudo y como cronista magistral es (an grande y
tau extensa, que me releva de hacer elogios de este insigne li-
terato.
Su historia es tan breve como brillante: nació, escribió y
venció.
?d Nació en Cárdenas (Cuba) en 1856, vino á España y se hizo
I—( abogado.
tí Escribió en La Iberia, en El Parlamento, en Los Debates,
Q y desde 1879 en El Imparcial, del que ha sido director litera-
W rio, y hoy es copropietario y director.
Venció en la prensa, en el libro, en todas partes donde bata-
> lló con su pluma privilegiada y con su alma de artista.
O Y si hay quien dude de esa victoria, si hay quien ponga en
tela de juicio la legitimidad de los triunfos logrados por la sola
virtud de la gallardía intelectual y de la cultura extensa y pro-
funda, repásense las colecciones de El Imparcial y búsquense
enlos catálogos de las librerías las huellas luminosas que Ortega
Munilla va dejando en la hoja diaria, y los timbres gloriosos
que, como escudos de su inteligencia, ha estampado en más de
l-H
veinte libros.
La amplitud y la fiexibilidad de su talento le han permitido
ai llegará todos los géneros y sobresalir en todos. Así, asombra
con su realismo en Pama al trote, y conmueve con sus ideali-
dades en La viva y la muerta.
Rica en lumbres y colores es La cigarra; sobrio de tonos y
lleno de psicología honda es Lucio Télle^. Y en D. Juan Solo,
y en Sor Lucila, y en Mares y montañas, y en El salterio, y
en Idilio Uigubre, y en Orgia de hambre, y en fnés, y en El tren
directo, y en El fauno y la dríada, y en muchas más que á la
pluma y á la memoria se escapan, resplandecen las dotes ele-
vadas de observador fino, de narrador ameno, de estilista y de
cuentista rebosante de humorismo y de fantasía.
Ortega Munilla es pintor, escultor y poeta. Ved sus libros. En
sus imágenes hay luz cegadora; sus párrafos están modelados
en el barro de la realidad por sentimientos de ternura infinita;
sus capítulos son estrofas de poemas que encierran afectos
simpáticos y alientan con aliento humano.
No es orador, y sin embargo, en la intimidad, su frase es
pintoresca, elocuente, feliz.
Interrumpido á cada instante por telegramas del Extranjero
y de la Península; distraído por las consultas que incesantemente
le hacían los redactores; solicitado por apremios de tiempo, el
reputado autor de Pruebas de imprenta me hizo historia del
sillón para que ha sido elegido, y me informó de lo que quiere
que sea—y seguramente será—su discurso de entrada en la
docta Corporación.
«Voy — me dijo el Director de El Imparcial — á la silla seña-
lada con la letra E, silla que fué ocupada el día de la fundación
de la Academia, 6 de Julio de 171ÍÍ, por el Rdo. P. Fray Juan
Interian de Ayala, religioso mercenario, teólogo y orador fa-
moso, autor de Elpintor cristiano, obra muy curiosa, en la que
se daban reglas para la pintura de vírgenes y santos.
>A este reverendo padre sucedieron: D. Casimiro Ustáriz; el
 15 MAYO 1901 LA
Crítico y poeta D. Ignacio de Luzán; el Marqués
de Monte Hermoso; el Conde de Campomanes;
D. Antonio Ranz Romanillos; D. José Castillo y
Ayensa, y D. Ramón de Campoamor.
^Mi discurso —añadió el pintor de Viñetas del
•Sardinero —vQi'síwá. sobre el genial poeta de las
Dolorasy sobro «Campoamor y su obra». Me pro-
pongo pintar al hombre, con su cabeza de nieve,
su apacible rostro, sus características patillas y
su frente iluminada por sus grandes pensamien-
tos. Intento liacer un retrato; deseo que oyendo
mi voz digan: —Ahí está; ése es D. Ramón.
^Por lo que respecta á su obra—continuó el se-
ñor Ortega Munilla —busco estudiarla desde un
punto de vista que se me figura interesante, y
que desde luego es original. Voy á presentar, á
mis compañeros de Academia, los viejos, los ni-
ños y las mujeres de Campoamor. Rosa, Rosaura,
Rosalía; el cura del Pilar de la Horadada; aquel
Juan ' q u e era tau bueno que daba risas; la chi-
cuela que no sabo c para qué sirven los nidos.'; la
que se acusa de iiaber dejado de dar al pajarito
"• migas de pan revueltas con alpiste»; en una pa •
labra, los héroes cantados por el creador de i í /
tren expreso, serán objeto de mis predilecciones,
y de mi discurso haré cinematógrafo para que por
él desfile ese mundo poético, con su •risas inocen-
tes y sus filosofías amargas.
»La contestación—siguió diciendo —la hace mi
muy admirado D. Jaan Valera. Ni la falta de vista
ni la sobra de años le arredran. Don Pedro, el se-
cretario del padre de Pepita Jiménez, ya puede
b'se preparando á llenar cuartillas con las hermo-
suras que lo dictai'á D. Juan. Voy á la Academia
"-concluyó mi interlocutor —como periodista,
como deseaba ir, como únicamente puedo ir. Si
la silla E no hubiese sido la do Campoamor, el
tema de mi discurso fuera muy otro: «La lite-
ratura en el periodismo^.
Al despedirme de D. José Ortega Munilla, la
casa de El Imparcial vibraba con la gigante vi-
bración del trabajo. Do la redacción salía rechi-
nar de plumas y zum!)ido de colmena que labora;
do abajo llegaban golpotazos y balumba de má-
quinas.
Y entre la imprenta y la redacción, me salu-
daba el nuevo académico, disponiéndose á re-
anudar su fatigosa tarea.
Era la hora del alba.
M. R. BLANCO-BELMONTE.
CAMPAÑAS TEATRALES.
Italia VitiiÜiini y uompnñia en lii COMEDIA. — I.os liiienos literatea
en el t;¿nero I'ÍI/ÍVJ, —Hesiircen Iiistórieo-iTitiío de la ciimijaña du
llKK.MIOl.
cín^^;»:^''-O pasará ya en Madrid una primavera
sin que en el teatro de la Comedia
aparezca alguna compañía italiana.
Ya cuando se dio á conocer la Ma-
riani, hice notar que precisamente
las más grandes artistas de Italia del
siglo xrx ¡labían tenido aquí menos
éxito positivo que las de menos talla que
luego han venido, aunque los inteligentes
verdaderos y apasionados del gran arte es-
cénico las glorificaron.
Si el dinero ha sido y es para las estrellas me-
nores, se debe sólo á la imposición de la moda,
que exige hoy el übono primaveral en la Come-
dia, como pide el invernal en el Español, con
Matildes como con Marías.
La Ristori y la Santoni hallaron la glorifica-
ción española en preciosos, entusiásticos artícu-
los de AlarcÓn y Fernández y González; y otros
notables críticos encomiaron después los gran-
des méritos de la Marini y la Duse. Pero ninguna
do ellas logró que el provecho acompañase á la
bonra, como lo ha logrado dos veces la Mariani
y lo está logrando en su primera campaña la Vi-
taliani, aunque ni una ni otra ha merecido los
gi'andes honores recibidos del público y la crí-
•^ica por aquellas grandes maestras.
i'alta de personalidad artística, la Vitaliani,
como su afortunada predecesora, se ha asimilado
?'^ u^ estudio y la observación algo de lo mu-
tJ-^ "^,^no de sus maestras, las dos primeras ac-
m^^i^ ^ cuyo lado hizo largas campañas de esti-
^ble dama joven, sin que la fuerza de méritos
J, Y!'V"^os fuese bastante para llevarla al alto y
^oüiciado puesto do primera actriz.
cQvo en Italia, como en España—con más fre-
J^*^^"^'^. qne en Francia —las jóvenes artistas pe-
tu'í 'nipacientes y buscan á todo trance la al-
i'a, donde tantas han malogrado sus innatas
ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA N." xvm 295
facultades. Ejemplos de ello hemos tenido y te- bido por el maestro Caballero, y sus dos últi-
nemos en nuestro teatro contemporáneo. mas obras, más La halada de la luz que La bar-
Con menos i'eputación que la Mariani llegó al carola, si no alcanzan á aumentar su fama, re-
teatro de la Comedia la primera actriz que en él suelven algo del otro problema, pues trazas tienen
actúa en estos momentos, y el mismo Lyonnet, de sostenerse mucho en el cartel y de formar
que tan pródigo es de nombres y encomios, no parte del repertorio de las compañías líricas en
hace mención alguna do la Vitaliani en su intere- toda España.
sante libro de El teatro en Italia. La balada de la luz es un poema sentido que,
El cuadro de artistas es un conjunto de media- en el fondo, me recordó aquel precioso de Luz
nías que parecería inaceptable — tratándose de y sombra, de nuestro inolvidable Narciso Serra,
actores españoles —á ese mismo brillante y ele- en que brilló á la vez la inspiración musical del
gantísimo abono que acaso se haya olvidado ya maestro Caballero, como en este de La balada el
de los superiores cuadros que en el mismo tea- gran instinto y la habilidad del maestro Vives.
tro de la Comedia dirigió con tanto acierto Emi- Menos acompañado del músico en su última
lio Mario. obra. La barcarola. Selles en ella es el mismo es-
En tales condiciones inauguró su campaña la tilista en el diálogo, aunque autor menos orde-
compañía Vitaliani con una verdadera temeri- nado y escrupuloso en el plan, buscando los efec-
dad, presentándose á nuestro público en La dama tos de los cuadros en la abigarrada confusión de
de las camelias, obra en que —aparte de la céle- figuras y decoraciones, con saltos mortales de
bre Sarah Bernhardt—habían brillado aquí, con lugar y de tiempo, transformaciones sin solución
grandes recursos propios, primero la Marini y de continuidad en un solo acto. La forma siem-
luego la Duse, aquélla acompañada del inolvida- pre de Selles, es decir, siempre literaria.
ble Ceressa, el soberano Armando Duval de la Luis López Ballesteros-otro excelente lite-
popularísima comedia de Dumas (hijo). rato,—aplaudido ya varias veces en el teatro
La temeridad hubiera tenido consecuencias fu- grande, ha pasado también, no bajado, al género
nestas para la compañía Vitaliani si no estuvie- chico, presentándole en amable compañía, en
ra asegurada su campaña por el grande y obliga- Apolo, el allí ya conocido y celebrado poeta Fer-
do abono que la sostiene. En las situaciones deci- nández Shaw.
sivas, en cuantas obras hemos visto á las maestras También ha entrado allí bien llevado por la
á quienes como discípula acompañó la Vitaliani, mano, no sé si la lisiada, del inmortal autor del
ésta resulta una pálida imitadora, supliendo la Quijote, pues La buenaventura izíirzxielBi} está
inspiración con el estudio do sus modelos inimi- inspirada en La gítanilla, una de las preciosas
tables. Los verdaderos aficionados al arte no po- Novelas ejemplare-^:
demos prescindir de las comparaciones, sobre Prosa y verso, todo es bueno en La buenaven-
todo cuando los mismos artistas las provocan. Lo tura, y la prensa lo ha celebrado con justicia, se-
mismo sucede cuando hoy la más renombrada ñalando, ante el éxito del estreno, la necesidad
actriz española evoca los recuerdos artísticos de do aligerar el diálogo do una parto do la primera
los viejos que conocemos la última media centu- mitad del libro. A lo aploniado de esa parte para
ria do nuestro teatro. los espectadores contribuye no poco, en mi en-
El público benévolo y la prensa piadosa, que tender, una distracción de los poetas, que han es-
se reservaron elocuentemente ante obras dramá- crito tres ó cuatro escenas, casi seguidas, en ro-
ticas ó cómicas que evocaban brillantes recuer- mance agudo en ó, lo cual fatiga mucho el oído.
dos de campañas no lejanas, han aprovechado las Lo que no le fatiga es la hermosa partitura del
ocasiones que ofrecían obras no registradas en maestro Vives, que luce en ella ^^¿¿rt?¡erías gra-
otros repertorios, novedades de la compañía Vi- ciosas, puras de gitanos, 011 consonancia con los
taliani, para compensar á la actriz con aplausos y preciosos y característicos cantables que han es-
elogios de las censuras que envolvió al princi- crito los excelentes poetas. Tal vez algunos de
pio la misma estudiada reserva. No en dramas do los números se levantan demasiado hacia las al-
Dumas y Sardou, ni en comedias como Zaza, turas de la ópera, lo cual será meritorio, pero no
vista aquí á su primera creadora, la Réjane, y á halaga á los puritanos consecuentes del género
la Mariani, que obtuvo en ella su mayor triunfo, zarzuela.
sino en menos que medianas obras aquí descono- Más que el éxito de las pruebas de los buenos
cidas, es donde han hallado aplausos la Vitaliani escritores en el género chico, significa para éste
y su compañía, conjunto—como he dicho — de el solo hecho de que ellos acudan al terreno para
medianías, en el que entra también su director, limpiarle de maleza y de plantas viciosas, harto
el Sr. Duse, quien apenas ha probado que nom- arraigadas ya en largos años de funesto cultivo,
bre glorioso obliga. por la dominación de industriales inaprensivos
Pero, en fin, no todo ha de ser superior en que jamás estimaron ni merecieron la gloria.
Italia, y recordemos la famosa redondilla de nues- Por la del arte español, vengan á ese terreno
tro gran Alarcón: otros escritores de conciencia, pues con ella, aun-
que el provecho sea el que mueva su pluma, no
Los malos honran los buenos. renunciarán poroso a l a honra de glorificar sus
Como honra la noche al día; tiempos literarios.
Que, sin tinieblas, tendría
Ül mundo la luz en menos.
Y, por mi parte, lo que más celebro es que, ya
que el artista extranjero nos busca y visita con El resumen histórico de la última campaña
frecuencia, no pase por España sin el agasajo de teatral bien poco espacio necesita. Salida de un
la hospitalidad amistosa y noble. siglo y entrada en otro sin muestra alguna de es-
peranza do que el de oro de nuestras letras tenga
un refiejo en el teatro, emporio de nuestras vie-
jas glorias.
El género chico está de enhorabuena. Vienen Todo ha seguido en el mismo statu quo lamen-
con ánimo de renovar su vida los buenos lite- table, y una vez más tengo que repetir: «Ni re-
ratos. novación, ni innovación, ni evolución, ni revolu-
Renovarla y reforzarla. Con nuevos elementos ción; nada que signifique vida y entusiasmo en
de vida, con algo de eso que muy de tarde en las letras dramáticas, s
tarde se ve y so aplaude en los teatros por ho- Campaña doble en el teatro Español con dos
ras, el llamado chico podría llegar á ser un gé- compañías incompletas, sin conjunto en los cua-
nero grande, por lo limpia y puramente litera- dros de artistas, con un éxito discutido de la pri-
rio, haciendo olvidar al público sano y culto la mera manera de ser del ingenio de Echegaray en
larga vida que ha traído, alegre cuanto vergon- su Loco Dios, y el ruidoso cuanto falso éxito, fa-
zosa en general, por gracia de atrevidos indus- bricado por la pasión política, en el drama de
triales que han explotado el deplorable gusto del Galdós, Electra, que ha tenido el privilegio de
vulgo antiliterario, de dominación harto pro- correr por esos pueblos de Dios entre los anate-
longada. mas de la clerecía y los alegres acordes del him-
E l género grande suele honrar mucho, pero no de Riego.
alimenta poco. El autor de más talla en el dra- Ni El loco Dios es otra cosa que un genial
ma y la comedia se queda corto en la cobranza arranque más del primitivo arrojo romántico del
del trimestre, al lado del más chico trazador de gran autor de Haroldo, ni Electra viene á ser más
libretos de incongruencias, quid pro qiio y jue- que un pobrísimo drama de circunstancias, que
gos del vocablo. Y ¡qué diablos! hay que conve- vive do ellas artificialmente y que, naturalmen-
nir en que la gloria stn pan tiene un dejo amargo. te, morirá con ellas.
Eugenio Selles no ha hallado el pan con la glo- En la Comedia y con compañía modesta, pero
ria más que en su Nado gordiano. Fatigado en la de buen conjunto, otros dos éxitos relativos: Lo
lucha penosa y larga, se pasó al campo chico con cursi, una sátira más del agudo Benavente, de
armas y bagajes, es decir, con ingenio de autor y sana intención social, de irreprochable forma li-
conciencia de literato. teraria, pero de escasísimo interés dramático; y
No se arredró ante el fracaso de su primer en- Los galeotes, de los ingeniosos hermanos Quin-
sayo en Apolo, y entró en la Zarzuela bien reci- tero, siempre afortunados ante el público y tra-
 P A R l S . — -^SALONv D E 1901

LA P E S C A D O R A Y EL PASTOR.
CUADHO DE CHARPENTIER-HOaiO.
y¡ ADRID. - EXPOtílGlÓN GENERAL DE B E L L A S ARTES DE IVOl.

EFECTO DE SOL EN UNA H U E R T A (ANDALUCÍA).

CUADRO DE GONZALO LULBAO.

(PREMIADO CON JIEDALLA DE ORO.)

 298 — N." xviii LA
tados por la prensa con la benevolencia que me-
rece la juventud y la simpatía que inspira la
constante labor de los autores sevillanos.
Las novedades del teatro de Parish se han re-
ducido á la continuación del olvido do la pura
zarzuela española con dos dramas doblemente lí-
ricos, por los poetas y por los músicos, sin el in-
terés y la gracia que distingue al tradicional gé-
nero, cuyas más viejas obras renuevan su vida
juvenil todos los años con regocijo y aplauso de
los que en el teatro de Parish buscan el sencillo,
popular espectáculo.
Couadonga y Las ]}arrandas han servido para
acreditar una vez más los alientos de poeta de
los libretistas y el buen arte y la inspiración de
los músicos. Pero lo efímero de su vida escénica
se debe á que no halagan el sentimiento popular,
que es el que sostiene y alimenta el fuego sagra-
do del arte nacional en el templo que se abre
para su culto.
En los teatros del género chico nos habían ofre-
cido maravillas nuevas de autores experimenta-
dos en el arte de entretener al vulgo con la in-
congruencia, el chiste sin situación, el desenfado
sin gracia y el juego del vocablo sin buenas le-
tras. Pero ni esa promesa se ha cumplido. Estre-
nos y más estrenos, ración doble de manjai'es
desabridos que se rechazaron en la primera no-
che, y una existencia de pei-dición para las em-
presas y de estéril trabajo para los artistas. Al
género le comen ya por do más pecado había, y
tras la vida alegre tendrá muerte triste si no
llega el necesario remedio.
Y ¿de dónde el remedio? Bien pudiera venir de
los que han empezado á llegar tarde, pero sin
daño. De los autores que, habiendo logrado un
buen nombre en la alta literatura dramática, so-
licitan mayor provecho sin mengua de su fama.
Ellos, los buenos poetas, pudieran restaurar el
buen gusto llevando al género chico, con su inge-
nio, su conciencia literaria. Apartándose del te-
rreno esterilizado en tantos años de bárbaro cul-
tivo, podrían ofrecer con nuevos intentos legí-
timas ocasiones de inspiración á los excelentes
maestros compositores que tantas veces han te-
nido que trabajar hasta ahora sobre libros sin
situaciones verdaderas ó sobre situaciones sin
motivos decentes.
No; yo no quiero, como creen algunos, que el
género chico muera. Deseo sinceramente que viva:
por eso pido que se regenere.
Y también deseo con toda mi alma que á la
primera casi estéril campaña teatral del nuevo
siglo sucedan otras en que empiecen á realizarse
las esperanzas de los amantes del arte nacional,
tan necesitado de nueva vida.
i- EDUARDO BÜSTILLO.
TEÍINUKA.
(CUENTO.)
AN pasado siglos, borroso tiempo, eter-
nidades de dolor sobre la Humani-
dad, ¡sobre la carne y el alma, pere-
grina de la tierra!
Y en la senda larga, en la dura
s^^Jj^C^ senda que empieza y acaba en el miste-
\^^^ rio, ojos piadosos y buenos, ojos lumi-
{/A nosos y tristes, han visto renacer eterna-
^ mente flores de amor y de lágrimas, pasio-
"^ narias azules nacidas en el borde ingente
y duro de los surcos rojos abiertos por el paso
de azote, por el bárbaro paso de la guerra y del
odio.
Una mañana, hermosa como todas las mañanas
delplaneta; Teófllo se halló en medio de la ruta,
al par sangrienta y florida, y por un momento
se díó exacta cuenta del paisaje.
Como un viajero fatigado por luenga camina-
ta, le plugo reposar á un laclo del camino, bien
cerca de una fuente pura que de una roca brotaba
alegre.y turbulenta como una risa virginal.
Sombra de sauces de juvenil verdura, vegeta-
oión'íflorida, bancales de violetas y de zarzas con
selvático fruto, ocultas églogas que entonaban
los pájaros bajo las verdes sombrillas de las ho-
jas; aliento manso del aire que acariciaba apenas
el fecundo ramaje con un leve crujido de miste-
rio, como si las hadas de los cuentos y de las le-
yendas dichosas suscitaran allí las dulces año-
ranzas de su vida, inspiraron al rendido cami-
nante un ansia de reposo, de placidez suprema.
Miró, sintiendo un repentino espanto, que so-
bre la senda próxima discurría en avalancha in-
cesante la caravana eterna, rugiente de dolor ó
ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
de alegría. Pasaban ante el oasis, sin detenerse
nunca; pasaban la carne amoratada por el marti-
rio, las sienes ensangrentadas por los abrojos,
los pómulos enrojecidos por la fiebre, los pechos
hinchados por la ambición, los labios resecos por
la sed de la duda, los ojos entenebrecidos por la
increencia y la desesperanza, ¡y las caras lívidas,
horriblemente lívidas, por el desaliento!
Pasaban la pena y el combate, en duelo inme-
dible, en aquelarre enorme, sin punto de calma
y de reposo.
Odios brutales se abrazaban, forcejeando con
fragor de acero; y en aquella salvaje parodia del
cariño brotaba la sangre de las arterias rotas; y
en los pechos abiertos palpitaban breve espacio
corazones agónicos.
Y luego el grupo incesante, aullador, de victo-
ria ó de angustia, seguía el camino pisando los
despojos; bien pronto la senda se cubría con un
largo reguero de huesos blancos, que brillaban
al sol con brutal crudeza. Y pasaban nuevas vo-
rágines de rencor y de lucha ante el oasis, ¡sin
reposo, sin mirarlo nunca I
Teófilo, en presencia de aquel horror sin tre-
gua, de aquel desbordamiento de locuras, sintió
horror en el fondo de su calma ^ de su placidez
dichosa.
Se sintió egoísta: la intensa luz del alba ilumi-
naba su espíritu, y desde él veía el negro fondo
del espíritu humano, extraviado y loco; veía fau-
ces abiertas por el instinto de devorar, manos
contraídas con la fiera impulsión de la gai'ra, el
llanto de los débiles ahogado en la impiedad de
la fuerza; frentes contraídas por la sublime ob-
sesión de un ideal, almas generosas torturadas
por un ansia de luz; ojos inspirados, que seguían
el misterioso volteo de los astros; en todas las
conciencias nobles una pregunta, un ruego gi-
niiente; en todos los instintos un rugido, un
hambre sin liartura ni paz
Lejos ó cerca, atrás como adelante, pasaba la
Historiad se iniciaba; se reproducían los tiem-
pos de lucha, y la rama de oliva caía rota y san-
grienta á los pies del hombre enloquecido.
Lo terrible no era, con serlo tanto, lo que pasó,
lo que fué, con su océano de lágrimas y sangre;
aún más trágico era el presente y el porvenir,
que apuntaba sombrío, entenebreciendo ya la luz
de un sol alegre con la negra humareda del in-
cendio; ¡aun sobre la senda dura, sobre la senda
larga, que empieza y acaba en el misterio, se-
guían brotando flores de lágrimas, pasionarias
azules pisoteadas por el bárbaro azote de la
guerra!
—Aquí te dejo—dijo Teófilo á un niño, á un
alma radiante y sin ideas.—Yo vuelvo al camino
y al combate; mi carne pertenece á mi tiempo y
á mi historia. Pero tú, aquí solo, volverás al ori-
gen del Bien eterno, al admirable excelsior de la
Montaña. Y cuando salgas á la vida, yo quiero
que no lleves á los hombres ni principios, ni ra-
zonamientos, ni ideas. Aprenderás en este oasis,
donde el aire, los pájaros y las ramas se acari-
cian, este sentimiento de luz y de bien para los
hombres: ¡La ternura!
ADOLFO LUNA.
EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES.
CARTA SEGUNDA.
Querido y venerable maestro:
E debido de explicarme muy obscura-
mente en mi anterior misiva, cuando
usted me pregunta si es peor que las
anteriores la actual Exposición.
Ni mucho menos, querido maes-
tro. Sobran en la sección de Pintura—
que á ella voy á referirme en esta car-
iVV ta—sobran, digo, seiscientas ó setecientas
S^'" obras; pero, en cambio, con las doscientas
" cincuenta ó trescientas restantes se ha lo-
grado formar un núcleo digno de estudio, y que
aleja toda posibilidad de que, andando los tiem-
pos, se recuerde este Certamen como un momen-
to de descenso en el rumbo, más ó menos cierto,
que sigue en nuestra patria el arte pictórico.
En mi juicio, si alguna vez se ha mostrado
claramente el senso estético de los pintores es-
pañoles, es ahora. Disfrazáronlo en días no muy
lejanos influencias poderosísimas de extrañas es-
cuelas, así en la interpretación y predilección de
15 MAYO 1901
los motivos como en lo que atañe á la forma y
al color. Difícil, si |no imposible, era el atisbo de
una personalidad absoluta en aquellas exposicio-
nes á que me reñero, y do las cuales usted guar-
da recuerdo no muy grato. Pagábamos vasallaje
á Fortuny y á Rosales, y después lo pagamos á
la terrosa y hosca escuela romana que nuestros
pensionados aportaban de la Ciudad Eterna. Fué
poco á poco la paleta el iminando el st il de grain,
los betunes, el asfalto, las tierras quemadas, para
dejar plaza á los colores que exigían las notas
templadas unas veces y otras vibrantes del lla-
mado saire libre». Esta metamorfosis de la pa-
leta trajo de la mano el abandono de los motivos
hasta entonces imperantes, y nuestros pintores,
volviendo los ojos á la Naturaleza, parece que
han encontrado al fin la turquesa en que moldear
sus condiciones nativas. En este punto—momento
psicológico pudiéramos decir —de la evolución
estética, se nos exhiben los doscientos cincuenta
ó trescientos cuadros que, según mi leal saber y
entender, forman lo analizable de la sección de
Pintura.
Me pregunta usted, querido maestro, si res-
ponden esos cuadros en su generalidad al medio
social en que vivimos, ha generalidad, como us-
ted indica, no. Y si por el hilo puede usted sacar
el ovillo, ahí le suelto el cabo, para que, tirando
de él suavemente—muy suavemente, por supues-
to,—vea si al fin....
Está fuera de toda discusión que nuestro arte
(con rarísimas excepciones) no alcanzó lo épico,
ni cuando lo épico tenía ambiente para producir-
se, y se produjo á expensas de lo sublime y de lo
bello. Tal defecto, y no es preciso devanarse mu-
cho los sesos para demostrarlo, estaba y está en
la raza y en la educación de ésta. Si en la Escul-
tura y en la Pintura alcanzaron los artistas espa-
ñoles de los siglos XVI y xvir á traducir un sen-
timiento, fué tan sólo en un sentido, y aun así
porque se lo imponían á una su carácter étnico y
la atmósfera religiosa que respiraban, bien dis-
tinta, por otra parte, do la que imperaba en el
resto de Europa. Así, pues, la característica del
arte pictórico y escultórico español de aquellas
centurias es puramente naturalista; expresión
clara de nuestro temperamento, apto para darse
cuenta de la sensación, mas rebelde para gustar
y sentir y expresar la emoción. Sensualista—en
el buen sentido del concepto —el senso artístico
nuestro, no ha alcanzado á distinguirse por sus
esfuerzos en busca de lo sublime ó de lo bello
que caiga por fuera del objetivo fotográfico.
Esta apreciación ó juicio mío—juicio en el cual
hornos coincidido siempre que del asunto hemos
hablado usted y yo—puede aplicarse á los pinto-
res que figuran en la Exposición actual, excep-
tuando alguno que otro, entre quienes cuento á
Bilbao, á Félix Mestres y al casi niño Mezquita.
Entienda bien mi viejo maestro que digo «entre
quienes cuento»; no haga el diablo que usted dé
por únicos á los citados en expresar algo más
que la sensación fisiológica que en la retina causa
la luz del sol y la escueta forma.
Representante el más genuino, el más espon-
táneo, el más hábil del sensualismo pictórico es-
pañol, y por consecuencia del naturalismo que
lo produce, es SoroUa. Por eso obsesiona á tan-
tos y tantos pintores que, aun siendo algo más en
el arte que el íiijo de mi portera, creen de buena
fe que es cosa de coser y cantar el seguir los pa-
sos del maestro valenciano.
Usted no conoce al pintor Sorolla más que por
referencias; referencias que dan al traste con el
consabido 7iemo est propheta in patria sua. Bien
quisiera que el carácter de estas Cartas me per-
mitiese exponer mi juicio con el detenimiento
que requiere la obra toda de Sorolla y su in-
fluencia; mas tal trabajo, extenso é imparcial
cual conviene hacerlo, sería labor que no encaja-
ría en estas cuartillas, que no tienen otro objeto
sino el de señalar tendencias y personalidades.
Por otra parte, espero que lo leerá usted dentro
de breves meses en libro que, bajo el título de
Artistas y críticos españoles del siglo XIX, estoy
escribiendo. Al presente me limito á decirle lo
siguiente:
Diez y seis, entre retratos y cuadros grande"B
y pequeños, son las obras que exhibe Sorolla. Las
de mayor importancia se titulan La familia,
¡Triste herencia! y Madre. Como ya advertía yo
al juzgar á este pintor en 1897, dos son las ten-
dencias coloristas que le solicitan. La gris impera
en este momento, aun cuando tenga notas de sol
tan bellas como el cuadrito Los novios. Pero su
mejor obra es la titulada La familia.
Representa un grupo formado por la esposa
del pintor y por sus tres hijos, uno de los cuales,
el varón, se entretiene, con gran formalidad, en
hacer el retrato de la hermanita menor, que, sen-
 15 MAYO 1901 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA N.° xviii — 299

tada en un silloncito cuya madera está

barnizada de blanco, se ve en primer
término. Al fondo, y en un espejo, se
refleja la imagen del artista y jefe de
la familia, Sr. SoroUa. Ahí va ahora,
querido maestro, el final de la nota
que de mis impresiones he hecho fren-
te á esta pintura:
•íCon todo lo dicho, y á pesar de
ello, confieso sinceramente que es es-
te cuadro de SoroUa obra que me pla-
ce hasta deleitarme; y precisamente
porque hay allí admirables trozos de
pintura que están al servicio de algo
que avalora el cuadro, en medida que
ni el autor (lo tengo casi por cierto)
pudo apreciar al ejecutarlo. Y ese alijo
es espíritu, sentimiento que se des-
prende del motivo — no buscado, y
esto sí que lo aflrrao rotundamente —
de lo que llaman los estéticos sujeto;
cierta emoción de ternura despertada
por aquellas cabecitas infantiles lle-
nas de vida y por la apacible calma
que se adivina en el hogar del autor.»
Haciendo alarde de paleta, pintó
Sorolla dos notas, ¡Triate herencia!
y Madre. La primei'a nota la forman
ioE desnudos de un gran grupo de ni-
ños enfermos y raquíticos que, bajo
el cuidado de un fraile, van á bañarse
en el mar. La segunda consiste en ha-
ber pintado en una alcoba de paredes
blancas una cama con las ropas todas Pí
blancas también; sobre la almoada
(sin hache) se ven dos cabezas, la de CQ
la puérpera y la del recién nacido. Los
elogios que de este cuadro hacen los
pintores coloristas, en general, son Q
grandes. No menores son los aplausos <
que la crítica le prodiga por medio de Ü
tornavoces tan autorizados como los
señores Picón (D. Jacinto Octavio i y ^ 1
Mélida, entre otros; pormi parte, sigo
pensando que La Jamüia, como De S £
vuelta de la pesca, que usted conoce y tí ^
que guarda el Museo del Luxembur-
go, son bastante superiores á los ahora
elogiados; mas como no soy sino un I—I
modestísimo aficionado en estas ma-
terias de crítica, yo al lienzo La fa- <
milia dedico mis aplausos.
Entre los retratos que exhibe este W
maestro, los que más me agradan, y
que pueden señalarse como de los me- a
jores que ha pintado, son el de su se- tí
ñora y el de la del paisajista Sr. Be- o
ruete. En ambos retratos, Sorolla da
gallarda muestra de esa facilidad
asombrosa con que ve el color y le
obedece el pincel. Además, logró ha-
cernos entrever el carácter moral de
ambas damas: juvenil el de la prime-
ra, satisfecha, feliz; amable, dulce,
pero con cierto dejo de tristeza que
aun en los rostros de los mimados de
la fortuna imprime la edad madura,
con su cohorte de desilusiones, en el
vostro de la segunda.
Sigamos nuestro paseo á través de
las salas de la Exposición.
Viniegra pintó una Vendimia tn Je-
rez. Usted conoce de visu su primer
cuadro la Bendición de IOÍÍ campos. La
placidez de éste sigue advirtiéndose
en todas las obras que produce el no-
table pintor gaditano. Pero también
paga su correspondiente pecho al sol,
al deseo morboso, ingénito en los pin-
tores del Mediodía y del Levante de
España, y supedita otros momentos y
escenas de la vendimia á la monótona
de cortar los racimos bajo un sol de
íuego. No en balde se juega con la luz
violenta del astro-rey; las tonalidades
se hacen crudas, un poco violadas en
esta obra; los contrastes de claroscuro
violentos; los contornos duros. Por
eso, haciendo gala de un gran sentido
artístico y de un depurado gusto estético, huyó Gárate cae también de bruces en la tentación
Bilbao de aquel callejón sin salida, en el cual, del Norte no puede, no debe forzar la máqu ina por
el lado del sensacionalismo, del trompé'Vo'il, sino de pintar el sol, ¡ay! sin recordar que Sorolla no
por mor de una siega pintada y dibujada (y en esta hay más que uno, á quien, en gracia de su pasmo-
parte ¡qué mal andamos todos, querido maestro!i, por el contrario, como Ugarte, como Guinea,
á pesar de su gran saber se había metido. Tal como otros colegas suyos de las regiones Norte, sa retina, de su sentimiento de la luz y de su fa-
debiera pensar el Sr. Oiano, pintor de grandes Noroeste y catalana, inspirarse en la caracterís- cilidad, puede perdonársele sus atrevimientos.
alientos, antes de decidirse á pintarnos el sol de tica orográfica, en la de la raza, en el medio na- Pero á Gárate, que siendo un buen colorista no
Álava con motivo do Una trilla, en la provincia tural, en fin, relegando todo recuerdo sugestio- es un maestro, no se le puede perdonar que pinte
citada; ni las figuras resultarían tan duras, ni las nador extraño. La obra pictórica que tenga por aquel sol de los dos cultivos, que no solamente no
mieses tan archiduras, ni los caballos blancos tan motivo primordial un trozo de color y de factm-a, es remedo de la luz del astro diurno, sino que
sin consistencia. Y por Dios vivo, que un artista vive lo que dice el poeta de ciertas flores, Vespace sirve para ennegrecerle la paleta. Por otra parte,
d'un matin. el asunto es, como el título, de muy dudoso gusto.
.300 — N." XVllI LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 15 MAYO 1901

rROVKCTOS DE MONUMENTO EN JIEiMUJUA DE DOÑA CASILDA ITURRÍZAU, VITDA DE EPALZA, lilEXIIECllOIlA DE lílIJiAO.

BOCETOS DE AGUSTÍN QUEROL.

PÁRÍS. — '^SALON ^ DE 19 0 1 .

LA LLAMARADA.
CUADRO DE TESSIER.
 303 N." xvirr LA
Más, b a s t a n t e s m á s q u e loa a q u í a p u n t a d o s ,
podía señalarle p a r a c o r r o b o r a r mi aserto, de la
t e n d e n c i a sensualista de u n a g r a n m a y o r í a de los
p i n t o r e s españoles; t e n d e n c i a , p o r o t r a p a r t e , q u e
t i e n e , como m e h e p e r m i t i d o señalarle al comien-
2to de esta c a r t a , razón d e ser p o r h i s t o r i a , p o r
taza y por e d u c a c i ó n , y q u e se manifiesta en to-
dos s e n t i d o s ; p u e s t o q u e , p a s a n d o del 5oí á la
s'omhra, nos e n c o n t r a m o s con q u e t a m b i é n en
tísta s i g u e i m p e r a n d o la simple e x p r e s i ó n del as-
p e c t o e x t e r n o de las cosas, de los objetos y d e las
personas.
S i n e m b a r g o , n o t o q u e , s i n p e r c a t a r s e quizá,
m u c h o s de los p i n t o r e s q u e no buscan sistemáti-
c a m e n t e el efecto de sol i m p r i m e n á sus o b r a s
c i e r t a v i d a , í n t i m a , subjetiva, q u e , l u c h a n d o con
lo baladí de los m o t i v o s , los hace simpáticos; p o r
e j e m p l o , Manuel Alcázar, al t r a s l a d a r á la tela u n
r i n c ó n del taller de la Calcografía Nacional, n o s
d a u n a idea de la apacible calma de aquel r e c i n t o ,
d o n d e se a d v i e r t e al p r o p i o t i e m p o , y t a n t o c o m o
por la escena, p o r el a m b i e n t e y el sabor local
d o n d e aquélla se d e s a r r o l l a (dos artistas g r a b a -
d o r e s e x a m i n a n d o u n a p r u e b a ) , a c t i v i d a d , vida,
s i q u i e r a ésta sea s e d e n t a r i a . No m e n o s simpático
y de m á s fuerza, d e s d e el p u n t o de v i s t a del pen-
s a m i e n t o y d e la observación psicológica, es el
c u a d r o de D o m i n g o Muñoz La amUja en Córdo-
ha. La amiga, la m a e s t r a q u e decimos a h o r a , es
u n a f i g u r a ' s e n t i d a , bien observada. L a juvenil
p r e c e p t o r a ocupa, con g r a v e d a d q u e r i ñ e con sus
pocos a ñ o s , el puesto q u e le c o r r e s p o n d e , enhe-
b r a n d o u n a aguja al lado de la v e n t a n a . La n i ñ a s
c h a r l a n en voz baja. H a y cabecitas m u y bellas y
a c e r t a d a s de e x p r e s i ó n . El color es sobrio y ju-
goso. ¿ A p u n t o u n l u n a r ? ; de dibujo no t o d o es
a c i e r t o ; y esta o b s e r v a c i ó n , q u e r i d o a m i g o , pue-
d e u s t e d aplicarla
E s t o s atisbos de belleza í n t i m a en los q u e en-
t r a n por igual á p r o d u c i r la emoción el a s u n t o y
el color, y m e n o s q u e éstos la línea, m e a t r a e n
s i e m p r e con preferencia á los otros. P o r eso In-
clusero, de T o r r e s Estefanía, pese al recuerdo con
q u e lucha el lugar d e la escena, y á pesar de ado-
lecer d e cierta indecisión en la luz, en las líneas y
en el color, m e r e t i e n e para c o n t e m p l a r la expre-
siva y t r i s t e cara de aquella viajera q u e m i r a al
g r u p o de la nodriza con el n i ñ o , n i ñ o arrojado al
t o r n o de la Inclusa p o r las conveniencias sociales.
Y d e este c u a d r o paso al d e C a b r e r a , / . a eterna
victima, c u a d r o de p e q u e ñ a s d i m e n s i o n e s , pin-
t a d o con sencillez, j u s t o de 1 uz, p e r o m á s j u s t o to-
davía en la e x p r e s i ó n d e la idea. E l o b r e r o á q u i e n
falta el trabajo. E l o b r e r o v i u d o , pues á su l a d o ,
c o n t e m p l a n d o la a n g u s t i a d a y d e m a c r a d a cara del
p a d r e , vese en el l u g a r de la esposa y de la ma-
d r e , á u n a n i ñ a de once á doce a ñ o s , t e n i e n d o en
brazos á o t r o h e r m a n i t o . C a b r e r a t i e n e u n a nota
melancólica, u n a Abra en el corazón, q u e v i b r a
s o r d a m e n t e y q u e le obliga á e x p r e s a r s e s i e m p r e
con dejos d e p r o t e s t a , de h o n d a a m a r g u r a , c o n t r a
la fatalidad, v e n g a d e d o n d e v i n i e r e . E n cambio
Félix Mestres e x h i b e , e n t r e v a r i o s lienzos, u n o
t i t u l a d o Crepúsculo, q u e es u n canto de h e r m o s a
y t i e r n a p o e s í a , llena de v e r d a d y de j u v e n t u d .
Como nota de color, es de u n a placidez encanta-
d o r a ; p o r sí sola significa u n acierto. El l u g a r
está escogido con delicadeza psicológica g r a n d e .
Aquella calle semidesierta^ y q u e c r u z a n u n a s
c u a n t a s p e r s o n a s , es escenario á propósito para
la cita d e a q u e l l o s e n a m o r a d o s . E l l a , bien vale
u n p l a n t ó n d e u n a hora.
Y a q u í h a g o alto p o r h o y . E n m i p r ó x i m a le
h a b l a r é d e o t r o s c u a d r o s ; de todos cuantos m e
s i r v a n d e ejemplo p a r a concluir de d e t e r m i n a r
los d i s t i n t o s r u m b o s q u e h o y luchan en el m u n d o
del a r t e .
T é n g a m e s i e m p r e , q u e r i d o m a e s t r o , como su
m á s afectísimo discípulo.
R. BALSA DE LA VEGA.
Mayo do 13(11.
AIRES MURCIANOS,
LA COPLICA MUERTA.
I.
Cuesta arriba, cuesta abajo.
Siempre canta José Antonio
Al pasar frente á hi Casii
De los Olmos.
Cuesta arriba, cuesta abajo,
Siempre en el mcsadro tono,
Canta su coplica eterna
Melancólico:
ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
¡Cuándo querrá la Virgen
De la Fuensanta
Que tu ropa y la mía
Tengan un ai'ca (1)!
Coplica que, de sentirse,
Vive en aquellos contornos,
Como el son de los ramajes
En el soto
n.
Canta el zagal por Anira;
Pero Aniea está por otro,
Y á perderse va en el aire
La «oplica que echa el nioz.o.
Canta el zagal por Anica,
Pero ni un eco remoto
Tiene su copla en la Casa
de los Olmos
m.
Ya no hay pájaros ni hnjicaa
En los ári)oles del soto
Ya pasa sin (¡ne lo sientan
Por la cuesta José Antonio
Desde que el zagal lia visto
Que Aniea se habla con otro,
¡No se .siciiíe la coplica
De la Casa de los Olmos!
VICENTE MEDINA.
POR AMBOS MUNDOS.
NARRACIONES COSMOPOLITAS.
Arte eupañol: el elotjio de! mncstro Pedrell en Alemnnin y B¿lp¡ua.
—Lit llcstit de Elche y el draum lírico IM inucrli- ii ¡a Asimcióii.—
Los ministros de Ilaoionda de Prusia é Italia y los nuevos tri-
IJUtOtí.
UY satisfactorio será p a r a c u a n t o s es-
t i m a n los m é r i t o s y el b u e n n o m b r e
de aquellos d e n u e s t r o s c o m p a t r i o -
t a s q u e se d i s t i n g u e n p o r lo e x q u i -
sito de su i n g e n i o , p o r la fuerza de
su vocación y p o r su laboriosidad
a d m i r a b l e , el s a b e r q u e e n t r e las g e n t e s
cultas del E x t r a n j e r o se t r i b u t a n j u s t a s ala-
banzas á su v a l e r . E s t o vuelve á o c u r r i r
h o y , e n q u e llegan á n u e s t r a s m a n o s los
d i a r i o s y r e v i s t a s belgas y a l e m a n e s , r e p r e s e n -
t a n t e s del culto e n t u s i a s t a q u e en aquellos paí-
ses se r i n d e al divino a r t e de la m ú s i c a , al con-
s a g r a r el m é r i t o del insigne m a e s t r o c o m p o s i t o r
D . F e l i p e P e d r e l l , «el musicógrafo m á s e r u d i t o
de E s p a ñ a , h i s t o r i a d o r y d i v u l g a d o r de la mú-
sica a n t i g u a lírico-sagrada, y a u t o r de la t r i l o g í a
de Los Pirineos-^, dice L LmUpemlance Beli/e,
q u e t e n g o á la vista. El motivo d e los elogios t r i -
b u t a d o s al Sr. P e d r e l l es la publicación q u e h a
h e c h o é s t e , en l e n g u a francesa, en la r e v i s t a de
Ijeipzig, Internationale Miisihjesellsehaft, de la
íiesta q u e en Elche se celebra a n u a l m e n t e en los
días 14 y 15 d e A g o s t o , y en q u e se r e p r e s e n t a ,
d e n t r o d e su iglesia m a y o r , el d r a m a lírico litúr-
gico La muerte y la Asunción, compuesto en el
siglo X V , y a l g u n a de c u y a p a r t e musical acom-
paña á la descripción t r a d u c i d a h o y por el maes-
tro. KAI leerla y al ejecutar la b r e v e p a r t i t u r a
q u e la i l u s t r a — d i c e el diario belga,—se cree de
v e r a s q u e h e m o s v u e l t o á los p a s a d o s s i g l o s : t a n
e x t r a ñ o s parecen h o y los hechos q u e r e l a t a y las
m e l o d í a s q u e r e p r o d u c e , no sólo á n o s o t r o s , sino
a u n en E s p a ñ a m i s m o , en aquella t i e r r a en q u e
los e x t r e m o s se tocan.» Un r e d a c t o r de la Guide
Musical r e s u m e el trabajo descriptivo d e l Sr. P e -
d r e l l , y v u l g a r i z a en Alemania y países limítro-
fes el conocimiento de la curiosísima flesta reli-
gioso-popular de E l c h e .
Si la r e p r e s e n t a c i ó n se m a n t u v i e r a con la p r o -
p i e d a d y r i q u e z a de detalles de los p r i m e r o s
t i e m p o s , es d e c i r , sin las a l t e r a c i o n e s y cambios
q u e en la i n d u m e n t a r i a y en el t e x t o ó d e s a r r o -
llo d e la composición m u s i c a l se h a n i n t r o d u -
cido con el c o n c u r s o d e los t i e m p o s , n a d a t e n -
d r í a q u e e n v i d i a r el d r a m a La m.uerte y la
Asu.nción á las m á s afamadas o b r a s lírico-litúr-
gicas t r a d i c i o n a l e s , q u e e n c o n m e m o r a c i ó n de la
vida de J e s ú s y de la V i r g e n se r e p r e s e n t a n en
a l g u n a s c i u d a d e s d e A l e m a n i a , y á cuya contem-
plación c o n c u r r e n t a n t í s i m a s g e n t e s , a t r a í d a s p o r
lo r a r o del e s p e c t á c u l o , p o r la fama p o p u l a r y
p o r los r e c l a m o s de la p r e n s a . P e r o , a u n modifi-
cada y t o d o , la composición d r a m á t i c o - m u s i c a l
d e b i d a , s e g ú n el Sr. P e d r e l l , al ingenio de J u a n
(1) Popular.
15 MAYO 1901
G i n é s , d e A n t o n i o de R i b e r a y d e L u i s Vich, no
deja de causar p r o f u n d a s o r p r e s a y regocijo en-
t r e c u a n t o s asisten á la c e l e b é r r i m a fiesta d e la
ciudad de las p a l m e r a s , en cuya iglesia d e Santa
María d e la Asunción se celebra la p a r t e esen-
cial y p r i n c i p a l , y en cuyas calles se v e m a r c h a r
la procesión, cortejo q u e a c o m p a ñ a al féretro en
q u e va colocada la V i r g e n m u e r t a .
E n la g r a n n a v e del t e m p l o tiéndese ima s u a v e
r a m p a de m a d e r a q u e asciende d e s d e la p u e r t a
hasta el c r u c e r o , y desde la c ú p u l a , q u e r e p r e -
s e n t a el cielo, p e n d e u n e n o r m e globo, u n a gra-
n a d a , p a r t i d a en ocho h u s o s ó f r a g m e n t o s , q u e ,
al a b r i r s e d u r a n t e el t r a n s c u r s o de la r e p r e s e n t a -
ción, p e r m i t e v e r en su á u r e o i n t e r i o r al ángel
m e n s a j e r o de Dios q u e p r e s e n t a á la V i r g e n la
p a l m a simbólica, el ara coeíi q u e ha d e r e c o g e r
s u a l m a , la T r i n i d a d q u e le ceñirá la corona d e
la gloria, y el coro de á n g e l e s q u e con s u s a r p a s ,
cítaras y m a n d o l i n a s a c o m p a ñ a n á los cánticos
m o n ó t o n o s , rítmicos, p e r o g r a n d i o s o s , q u e se en-
t o n a n en h o n o r á la Madre del R e d e n t o r . Alrede-
d o r del espacio en q u e se r e p r e s e n t a el d r a m a
siéntanse el clero y t r e s r e p r e s e n t a n t e s elegidos
p o r el v e c i n d a r i o , y en u n estrado p o s t e r i o r m á s
alto, el Municipio de la ciudad. E l público ocupa
las a m p l i a s t r i b u n a s dispuestas á lo l a r g o de las
naves y capillas laterales. Los personajes q u e to-
m a n p a r t e en la r e p r e s e n t a c i ó n s u b e n p o r la r a m -
pa d e s d e la p u e r t a principal al c r u c e r o . El t e x t o
d e l d r a m a está a r r e g l a d o en Icmosín v a l e n c i a n o
ai p r i m i t i v o d e la lengua de G e , q u e sin d u d a
compuso algún v a t e p r o v e n z a l hace c u a t r o ó cinco
siglos.
El día 14 se r e p r e s e n t a la p r i m e r a p a r t e del
d r a m a , q u e se reduce á la presentación d e la Vir-
g e n , de c u y o papel se e n c a r g a u n a joven elegida
e n t r e las q u e m e j o r sepan c a n t a r las estrofas de
la o b r a , y q u e sube al escenario a c o m p a ñ a d a p o r
las dos Marías del E v a n g e l i o , d e t e n i é n d o s e y en-
t o n a n d o las p r i m e r a s frases del cántico a n t e los
a l t a r e s ó c u a d r o s quo r e p r e s e n t a n el H u e r t o de
las O l i v a s , el Calvario y el Santo S e p u l c r o , yen-
do al fin á a r r o d i l l a r s e ante su l e c h o , d o n d e ex-
presa u n a r d i e n t e deseo de m o r i r . E n t o n c e s des-
ciende el globo desde la c ú p u l a y aparece el án-
g e l q u e le ofrece la á u r e a p a l m a e n t r e los acordes
d e la m ú s i c a , el r e p i q u e d e las c a m p a n a s y los
d i s p a r o s d e las a r m a s d e fuego. Contesta la Vir-
g e n al á n g e l , q u e se eleva d e s p u é s en el globo,
y e n t r a n todos los Apóstoles, m e n o s Santo T o m á s ,
á r e v e r e n c i a r l a . A n u n c í a l e s ella su p r ó x i m a m u e r -
t e ; se despide y se t i e n d e en el l e c h o , m i e n t i a s
ellos, d e r o d i l l a s , e n t o n a n u n coro. Vuelve á des-
c e n d e r el globo con el ara coeli: la V i r g e n h a
m u e r t o ; u n sacerdote t o m a su a l m a , y, colocán-
dose con ella en el a r a , asciende m i e n t r a s el ór-
g a n o lanza sus m e l o d í a s , las c a m p a n a s r e s u e n a n ,
y el p u e b l o r e p i t e á g r i t o s sus fervorosos saludos
y v í t o r e s , c o n s t i t u y e n d o el t o d o u n a espléndida
a p o t e o s i s , d e g r a n efecto, con la q u e concluye la
fiesta litúrgica de este día.
Al r e c o r d a r este c u a d r o exclama, con v e r d a d e -
r a inspiración d e artista, el Sr. P e d r e l l : «Si ha-
lláis en la p u e r t a del t e m p l o la g e n t e q u e ha ve-
n i d o d e s d e A r g e l , a t r a v e s a n d o el m a r p a r a asis-
t i r á este piadoso espectáculo, cuyos individuos,
con l á g r i m a s en los ojos, se d e s c u b r e n , q u i t á n -
dose de la cabeza sus pañuelos d e t a r t á n ; si veis
a s c e n d e r aquel globo seguido p o r todas las mi-
r a d a s , y hacia el cual se elevan n u b e s de incien-
s o , m i e n t r a s q u e desde lo alto cae u n a lluvia de
oro y de flores; si escucháis los cánticos y los
acordes de las m a n d o l i n a s , confundidos con los
h i m n o s del r i t o gi'egoriano y el ó r g a n o de la li-
t u r g i a r o m a n a ; si oís, al fin, e n t r e el t r o n a r d e
los d i s p a r o s y la vibración d e los c í m b a l o s , el
Salve Heyina, e n t o n a d o en la iglesia, y los g r i t o s
d e ¡Viva! ¡Viva! q u e lanza frenético el e n t u s i a s -
m o p o p u l a r ; si podéis c o n t e m p l a r y s e n t i r t o d o
e s t o , p r e s u m o q u e no p o d r é i s m e n o s d e excla-
m a r como yo:—Aquí dejaron sus huellas los r e y e s
t r o v a d o r e s ; p o r a q u í pasó la raza piadosa y aven-
t u r e r a q u e reconocía el i m p e r i o de la Iglesia y
g u e r r e a b a p o r los c r i s t i a n o s ; toda e s t a flesta
es u n m o n u m e n t o i r r e f r a g a b l e d e la dinastía ca-
t a l a n a , c o r o n a d a u n día p o r el P a p a y q u e escol-
taba en Bizancio las pompas religiosas de los
E m p e r a d o r e s de O r i e n t e s
E l día 15, festividad de la A s u n c i ó n , se r e p r e -
s e n t a la s e g u n d a p a r t e d e la obra. P o r la m a ñ a n a ,
como á m o d o de i n t e r m e d i o , sale procesional-
m e n t e el e n t i e r r o por las calles. La V i r g e n , ten-
dida en el lecho m o r t u o r i o , es conducida en m e d i o
del g r u p o d e los Apóstoles, á los q u e siguen los
 15 MAYO 1901
individuos del Municipio, los jefes de las cor-
poraciones y cuantos tienen alguna autoridad
en el pueblo. Por la tarde, al proseguir el dra-
m a , los Apóstoles, desde la plataforma donde
está colocada la tumba, invitan al entierro á
las mujeres piadosas, y todo.^, do rodillas, can-
tan una plegaria y el salmo Iii e.rtln. Entonces
penetran en el templo los judíos y reclaman el
cuerpo de la Virgen, luchando con los Apóstoles,
que los vencen y les liacen arrepentirse, cayendo
también de hinüjos y suplicándola que interceda
por ellos ante Jesús. Los vencidos piden el bau-
tismo y entonan un himno de alabanza y de paz.
Desciende de la cúpula el ara coeli hasta el se-
pulcro, y parece que el cuerpo inanimado se le-
vanta en brazos de los ángeles que cantan. En
este momento llega el apóstol Santo Tomás, que
se lamenta de que su estancia en lejanos países
le Jiaya impedido llegar á tiempo. El ara coeli se
remonta con el cadáver, y antes de llegar á la cú-
pula aparece en lo alto otro globo ó trono, en el
cual se ven los personajes que representan á la
Santísima Trinidad, y que, al llegar frente al ani.
cantan un himno y entregan á los ángeles una
corona imperial, que éstos ciñen á la Virgen,
mientras resuenan confundidos el canto del Glo-
ria Fafri triunfal, las aclamaciones de los fieles,
los repiques de las campanas, los acordes alegres
de la música y el estruendo de las bombas, con
todo lo cual se celebra el acto glorioso de la
Asunción.
Laméntase ol Sr. Pcdrell en su trabajo descrip-
tivo, del cual hace un resumen Mr. H. de Curzon
en Ulndciiendance Bch/c, de que á través del
tiempo se haya perdido el carácter típico de esta
obra, cuando sus intérpretes populares no tenían
necesidad de arqueológicos estudios para asimi-
larse la música, y de que hoy figuren, al lado de
los vulgares artistas que la interpretan, directo-
res armados de batuta, y apuntadores para los
coros y solistas. ¿Qué mayor ni más ridículo ana-
cronismo puede darse que el que la banda de
música ejecute la Marclia Real en la escena de la
coronación de la Virgen? La música de esta obra
tiene un carácter tan antiguo, tan típico y extraño,
que nada de la moderna armoniza con ella, sino
que á su lado disuena y desagrada. Su partitura
desconcierta al leerla, y nun si se canta sin que
la acompañe el juego ó movimiento escénico;
pero, bien entendida, resulta expresiva, ajustada
y muy armoniosa é interesante en su desarrollo
y rasgos sencillos y graves, ya se entone por dos
ó tres voces, como en los coros, y constituye un
trabajo artístico de inestimable valor.
Los inspirados maestros del siglo xvi, grandes
autores y ejecutores de obras lírico-religiosas,
aun siendo populares y humildes, dominaban á
maravilla el manejo del órgano y de la cítara, y sa-
bían, como buenos tañedores, lograr que los can-
tores populares también siguieran las vibracio-
nes de las cuerdas, con lo que el canto, sin reglas
aprendido, embelesaba mucho, y tanto, para los
sencillos gustos de las gentes, como hoy embelesa
la música más pretenciosa con su^ hábiles apun-
tadores y sus batutas directoras. Ya había expre-
sado magistralmente aquella inñuencia del buen
tañedor sobre el cantor el genio del Dante en su
divino poema, cuando dijo:
E romc a fi/toii r.aiitor Imoii rilarisia
Fü segiiitar lo (JHÍZZO ddla r.onla,^
lu <:lu' pií' lU p'iaver lo ranlo av'iulsta
En la Crónica anterior indicamos la posibilidad
de que el canciller del Exchequer, Sir Michaíd
Hicks-Beach, tenga que dejar la jefatura de la A I M Ü J A L / H A I.ACAl.!-:iE.-V.M;iu'il:ilcn.i. 1. Telóf. 532
Hacienda inglesa, abrumado por las reclamacio-
nes de los carboneros y del público en masa. Y va- J A B Ó N " A U L A I T D E V I O L E T T E S "
ya de ministros de Hacienda derrumbados. El de
Italia, Sir Wollemborg, cae p o m o querer rebajar iiiiH II).IF>-< lt..t cíunlItíii'f'-H ( rci;lrtna jiai-a lo t)ellezn y / T í r í S í í í i r / £ ^ '
los impuestos, y el de Prusia, Von Mlquel, el más
íiiitiguo y afamado de los de Europa, ha desapare-
cido también por favorecer á los labradores con-
ti"a los industriales, y casi contra el Imperio.
Parece que buscaba, en efecto, la manera de tener es bendecido. Se detalla la fórmula a) módico que deseo conocerlo y
satisfechos á aquéllos para que voten el proyecto pesetas TraFiCO farmacias Depósito:
de la apertura de nuevos canales, aumentando el
impuesto sobre la importación de cereales y so-
bre la fabricación de cerveza. Esto último no gra-
varía mucho á los fabricantes en pequeño, pero
sí á las comarcas en que dicha fabricación es con-
siderable. Los labradores, que siempre han aspi-
rado á ello, se hallan entusiasmados con el pro-
yecto, llamado á dar considerable importancia á
^?-S fábricas de destilación alcohólica. Existen mu- Dr AI uIAI Dn CE T. lCb nUOn yn Ui l li Un CLfUl Edetillldad.
chísimos agricultores que piden esta protección
en su grado máximo, aunque semejante propó-
sito, como dice la Tagliche Bandsehan, favorezca
el desarrollo del alcoholismo, que tan fatal sería
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA N." XVIII — 20'á
para los obreros y las clases medias de Alemania.
Pero como el interés no tiene entrañas, el parti- Dentífricos íSifii-ile BototÍj«^.^?síi. . VK.-íTA,. TOÜASÍ'AHTBI
do agrario se vería muy satisfecho en cuanto los
labradores y destiladores multiplicaran sus ga- TAf A I I C Q CAntlBua OMa de E l l L E PINQAT), W. rut
nancias; y para contar con el poderoso apoyo de W M LB L t O ioMÍ»-í<-*5raníí,PariH.—TRAJES Y ABRIÓOS
I.ACoaaque víate A lasBofioraacoamáBete[Tanoia, riqueza 7 buen gusto
ese partido, el Gobierno imperial comete la gra-
ve falta de sacriñcar la política general de la na-
ción á los más vulgares intereses de la política
prusiana, falta que, con el tiempo, no se le per-
ROYAL HOUBIGANT »r°
l o u b l f ^ a^"'"•°'
u t , per-
f u m i s t a , 19, F a u b o u r g S* H o n o r é , FarU,
donará jamás. Al caer Von Miquel antes de que el
proyecto se ponga á discusión en ol Roichstag,
seguramente quedará éste retirado; pero la ten- D l l U n c riDTI? fi rM(!?ñ LA PRIMERA MARCA ESPAÑOLA.
rianUd UnilL &. UUOOU EXPOHTACIÜN.-BARCELONA.
dencia, el propósito interesado seguirá agitando
la opinión, y no faltará algún otro ministro, más
prusiano que alemán, que lo reproduzca. Si así
fuero, llegará de seguro un día en que otros pue-
blos de la Confederación germánica se cansarán
do ser víctimas de este juego de ficciones, y en- UVOH-ESSEHCE- ÍAU DE TOliíTTE
POÜDRE DE RIZ
tonces no será, por cierto, el partido agrario el
que salve al canciller Von de Bülow del hundi- L-T. P I V E R A P A R Í S
miento que le amenaza, después de haber visto
caer al venerable hacendista septuagenario Von V E L O TJTT]NrPr'''^°-'í'^"°'-*"'^*'^'°''"'''''"'''"'°'^' "' "PARÍS.
'""'""
. FAY, Pti-fumitía. 9, me de la Palx,
Miquel.
Por la resistencia de los contribuyentes y de los
consumidores á la admisión de progresivos y rui- PARÍS 1900
VINODEPEPTONACATILLON
nosos impuestos, van á ir desapareciendo Hicks- Restabloce las luenas, «I apetito, la dlgeatlon.
f^PtjciT MW^Í- E L MEJOft C O N F O R T A T I V O D E L O S D E B I L I T A D O S
Boach en Inglaterra, Wollemborg en Italia, y nirifn..Tnpi.-uin«.íinrnrmn« (icl cstdmago,pecho,anemla,etc.
Miquel en Prusia. ¿Cuántos ministros de Hacien-
da deberían haber caído en España para no vol- I . A r o S F A T I X A r A I . I I > . l t I - : S c 3 el mejor a l i m e n t o para
verse á levantar, si aquí se opusieran, pacífica niños desde la edad d e fi A 7 mesep, p r i n c i p a l m e n t e en el deetete
pero enérgicamente, en unánime legión, los que y en el p e u m l o del crecimiento. Tiene u n gusto m u y a g r a d a b l e
pagan y consumen, los que hablan en nombre y es d e facilísima digestión. París, ti, Avenue Victoria.
del país y los que lo representan, á la aproba-
ción de los tributos, cargas y gabelas que tienen
convertida á la patria en un país de pobres, de
hambrientos y de anémicos de cuerpo y do espí- MDIÍOS TRESENTADOS
ritu? A liSTA R l i D A C C l Ú S r O H A U T O R E S Ó E D I T O R E S .
RICARDO BECERRO DE BENGOA. lül L e c t o r i i i o d c n i u ilc* . t p p l r t o i i , p o r el D r . J u a n G a r -
cía P n r ó n , a n t o r de n n i i i e r o s a s o h r a g d e loxlo.
E l e g a n t e y c o r r e c t a es la edicicín d e l n u e v o l i b r o do lec-
t u r a q u e e n t r e s m a g n í f i c o s v o l ú n i e n o s lia d a d o ¡í l u z la
El j u e v e s 9 d e l a c t u a l t u v i m o s el g u a t o d e a s i s t i r al h a n - r e p u t a d a y b i e n c o n o c i d a casa e d i t o r i a l D. A p p l e t o n y
q u t t e q u e , e n el e s t a b l e c i m i e n t o q u e el p o p u l a r L á z a r o L ó - C o m p a ñ í a , d e N u e v a Y o r k . L a aparicit'm do e s t o s l i b r o s
pez t i e n e e n los V i v e r o s , d i o ef S r , M a r q u ú s d e C a m a r i n e s e n es u n a c o n t e c i m i e n t o pedafíógioo, p o r r e u n i r e n s í t o d o s
honor de varios rabrieanlos españoles. Io3 p r o g r e s o s d e l a r t e d e e n s e n a r . C a d a l i b r o o s t e n t a e n
E r a n e s t o s l o s S r c s . S a n d f o r d , do M a d r i d ; E n r i q u e V i - BU c a r á t u l a u n a s o b e r b i a c r o m o l i t o g r a f í a t | u c e s n n v e r -
cente, de Valencia, y Planas y E l a q u c r , do líareelona. El d a d e r o p r i m o r , tanto p o r lo delicado del d i b u j o c o m o jjor
p r i m e r o , c o n s t r u c t o r d e u n a mñcjuina d e v a p o r do 7ü0 c a - sus suaves y bien c o m b i n a d o s matices. La letra inglesa,
b a l l o s d e fuerza c o n d e s t i n o á l a C o m p a ñ í a d e IClecLricidad la d e l a s m á q u i n a s d e e s c r i b i r , la v e r t i c a l y la l e t r a c o -
del X o r l e ; e l s e g u n d o , d e u n a p a r a t o d e t i r o f o r z a d o q u e m ú n a b u n d a n e n j u s t a p r o p o r c i ó n , j)ara q u e el l e c t o r se
familiarice c o n todas ellas. Los ejercicios iconogrííflcos
p r o d u c e u n a e c o n o m í a d e u n 15 p o r 100 de c a r b ó n , y l o s ú l -
timos, de una m á q u i n a eléctrica.
y II e i i t a l c s p a r a d e s a r r o l l a r l a s f a c u l t a d e s i n s t r u c t i v a s y
<Ío ( t b s ü r v a e i ó n s o n u n a n o v e d a d q u e e n n i n g ú n l i b r o d e
B r i n d a r o n c o n e l o c u e n c i a p o r la u n i d n fiel c a p i t a l y ol iGctura l i e m o s v i s t o u t i l i z a d o s .
trabajo allí realizada, los Sres. Ministro de Agricultura, al-
calde de Madrid, marques de Camarines, Dicenta, Sandford, La casa D. A p p l o t o n p r e s t a á l a n i ñ e z , c o n s u l a b o r , u n
y Vicente, s i e n d o m u y a p l a u d i d o s p o r los c o m e n s a l e s , e n t r e servicio inapreciable.
l o s q u e figuraban c a p i t a l i s t a s , h o m b r e s de c i e n c i a , a r i s t ó -
cratas, literatos y obreros. t m i a r i o (le «;ltT(rÍrÍil(i(l |t¡ii-a l!k4kB, ptir D. R i c a r d o
Y e s a r e s l í l a n c o , i n g e n i e r o e l e c t r i c i s t a , m i e m b r o do la
S:)ciedad i n t e r n a c i o n a l de e l c c l r i e i s t a s d e P a r í s . — A ñ o s e -
g u n d o do s u p u b l i c a c i ó n . — Bailly-Iíailli.'Te é H i j o s , e d i -
tores.
CONSEJOS Á LAS ELEGANTES. Esta o b r a , escrita con g r a n conocimiento del asunto,
¡ C u á n t a s s e ñ o r a s , á c o n s e c u e n c i a de la v i d a e l e g a n t e , t i e - c o n s t a de c u a t r o p a r t e s .
n e n hi tez a l t e r a d a , l o s ojos t i e r n o s y s i n b r i l l o ! S e g u r a - E n la p r i m e r a se h a c e u n a e x p o s i c i ó n a n u a l d e t o d o s l o s
m e n t e se a l e g r a r á n al Bal)er q u e e x t e n d i e n d o s o b r e s u r o s - Irabajos científicos, i n v e n t o s y aplicaciones de la electri-
t r o u n a l i g e r a c a p a d e l ' l í ' i i r (!»• I ' c c l i c , p o l v o e s p e c i a l c i d a d A lu i n d u s t r i a y :í l a s a r t e s . E n la s e g u n d a se d a á
p a r a l a c o n s e r v a c i ó n d e la e p i d e r m i s , p r e p a r a d o c o n l o s c o n o c e r la l e g i s l a c i ó n , p r i v i l e g i o s , a r a n c e l e s d e A d u a n a s
jugos d e plantas exóticas y vivificantes, t e n d r á n siempre la y t a r i f a s de f e r r o c a r r i l e s ¡jara el t r a s p o r t e de los c a r b o n e s
piel fina y a t e r c i o p e l a d a , y la tez b l a n c a y r o f a . Estos p o l - m i n e r a l e s . E n la t e r c e r a se b a o e u n a r e c o p i l a c i ó n d e c o -
vos, d e c a l i d a d s u p e r i o r , s o n d e c u a t r o t o n o s ; I d a n c o , r o - nocimientos, fórmulas, cálculos y tablas de g r a n utilidad
s a d o , ÍI/SIT y n a t u r a l , al p r e c i o de :( y lt,50 f r a n c o s l a caja, al e l o c t r i c i s f a . L a c u a r t a y ú l t i m a p a r l e d e l l i b r o es u n
f r a n c a 4, e n l a Pur/unioria E.rñli'-a, me ihi Qitalr<->¡rpti'iiihre,3ri, i n d i c a d o r de d i r e c c i o n e s .
J'aris, q u e l o s e x p i d e c o n t r a el e n v í o d e l p r e c i o e n sellos de La o b r a , ilustrada con profusión de g r a b a d o s , encua-
correo. d e r n a d a e n tola, se v e n d e al p r e c i o d e 10 p e s e t a s en t o d a s
P a r a d e v o l v e r & l o s ojos m o r t i l l c a d o s p o r l a s vifíilias r e - las l i b r e r í a s .
p e t i d a s y p o r la a n e m i a , la . S ó v « í í i n i r o I I I » - r í ' p r o d u c e u n a
r e a l t r a n s f o r m a c i ó n , a l a r g a n d o las pestañas, esposarse y os- I.ii p a t r i a d o O o r v a i K o s . — S e lia p u b l i c a d o oí n ú m e r o I V
c u r e c e r s e l a s c e j a s , d a n d o á la n r r a d a u n f u e g o , u n a i n t e n - d e esta i n t e r e s a n t e r e v i s t a m e n s u a l ,
s i d a d d e v i d a q u e c o m u n i c a á l a fisonomía u n e n c a n t o SG s u s c r i b e e n la casa e d i t o r i a l do B a i l i y - B a i l l i t T c é H i -
y u n atractivo irresistibles. Aconsejo á todas las señoritas y j o s y e n t o d a s l a s l i b r e r í a s , al p r e c i o do 9 p e s e t a s a l a ñ o
s e ñ o r a s s u n s o . P u e d e n p e d i r l a á la Pcrfinucria Níiio», Si, I-HC en M a d r i d y 10 e n p r o v i n c i a s .
(¡11 (Jiiatre-Scpfcmlirc, París.—DvtlVF.ñX Dl.VNA. I 1 0 ¡ilaloN (le « v r s í . (-a/ji y p.artu-, célebres recotas cu-
l i n a r i a s de la D u q u e s a M a r t e l l . F o l l e t o ú t i l í s i m o e n t o d a s
l a s c a s a s . De v e n t a e n l a s p r j : i c ¡ p a l e s l i b r e r í a s a l p r e c i o
A AT^TD iV PTT^ A ^l^'^^^- ^.^'i P^^^- COK DE QAS, hecf, 3 ptnB, d e 50 c é n t i m n s de p e s e t a e j e m p l a r .
I':i v l a j » ' e i i t r o l f i i l d o ( l i b r o s 1 y I I ) , de A g u s t í n d e R o j a s .
—La a c r e d i t a d a c a s a e d i t o r i a l d e R o d r í g u e z S e r r a , d e Ma-
d r i d , a c a b a d o p r e s t a r u n g r a n s e r v i c i o .1 l a s l e t r a s p a -
1,1 uniíyt que ol iieifunie venladero de IB violeta j''^~' '~^ t r i a s h a c i e n d o u n a l u j o s a r e i m p r e s i ó n de l a e d i c i ó n í n -
t e g r a de la f a m o s a o b r a d e l i n s i g n e e s c r i t o r m a d r i l e ñ o
íiüííi'urn i((! la leí.. — rjeiiíiio'lo eajieclalmente por la . ( t í''/<í: Agustín de Rojas.
&acÍBdB(l Klgiénlca, 55. ¡tue de itinoli. Parí». L a c r í t i c a en g e n e r a l c o n s i d e r a El viujr enlrdcnido como
u n o d e l o s l i b r o s m á s i m p o r t a n t e s d e la l i t e r a t u r a p a t r i a ,
Aburrido el na id Ico do recetar todoi tos d e s p u é s d e l Quijote y i d Celestina.
REUMA antirreuniáticoH, u»a cl B á l s a m o d e
O r i v e , T entonces trlunTa, se acredita y
A c o m p a ñ a al i n t e r e s a n t e v o l u m e n u n e s t u d i o m u y e r u -
d i t o d e l q u e e n v i d a fué i l u s t r e c o l a b o r a d o r d e L A I L U S -
TRACió.v, D . M a n u e l C a ñ e t e .
además u n fraBco al
que tenea necenidad de usarlo en BU familia: 2
Madrid, Capellanes, 1 dup.». El cual a s e g u r a b a q u e -de s u m a curiosidad p a r a l a his-
t o r i a do l a c o m e d i a y d e l a s c o s t u m b r e s d e E s p a ñ a e n
a q u e l l o s t i e m p o s , e n q u e t o d a v í a so c i m s e r v a b a í n t e g r o
el m.^gníflco a p a r a t o y s o b e r b i a n i d q u i n a do n u e s t r o p o -
[
£1 üS por 100 de loa eorormo orónlcoi del e n t ó m a e o é d e r y g r a n d e z a , s o n l o s p o r m e n o r e s c o n t e n i d o s e n el l i -
int«itlnfli M otiran oon el E l i x i r e a t o m a c a l d e S a U b r o de Rojaa^.
d o C A r l o a i Serrano, SO, íarm&cla, Madrid, j en lai prlQ- El desenfado c o n q u e están t r a t a d o s a l g u n o s asuntos
elpaleí de España 7 América, nos o b l i g a e n c o n c i e n c i a á d e c l a r a r q u e esta o b r a c l á s i c a
n o d e b e p o n e r s e en t o d a s l a s m a n o s .
Kt viají; eiitrcienido f o r m a u n V o l u m e n e l e g a n t e m o n t o
i m p r e s o e n 8." m a y o r , d e m á s d e 300 p á g i n a s , y s u p r e -
1 mejor tónico contra la anemia y la
—BorroU.Puertadel Sol,5. c i o es el de 5 p e s e t a s e j e m p l a r ,
IÍ:| ]ir(ilil<Miiii <|4- l a n a t a l i d a d . — D i s c u r s o l e í d o p o r s u
a u t o r , D. J u a n V i u r a y C a r r e r a s , o n l a s e s i ó n i n a u g u r a l
i: K i r . L A I V T E S D E B O R O . del c u r s o de l a A c a d e m i a d e C i e n c i a s m é d i c a s d e C a t a l u ñ a .
N i.L'v i proL-edimiento en la fabricación do brillantea. Dureza, des- — B a r c e l o n a , 1901.
yiii|"'-'i'¡ón de luz. perfecta lapidación y montados en oro y plata™
PLIiUTA O E I . «OJL, 11 y 1 9 , M A U U I D . O.
304 — N.° x v i i r LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 15 MAYO 1901

GALERÍA DE ESTATUAS.

ROMA. — P A L A C I O D E L V A T I C A N O .
(De fotoyr;ifi:i.)

BICARBONATO
LA SALUD PARA
sin medicina, por la deliciosa harina de salud
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— DE SOSA '1QUIMICAHIENTE PURO
LA REVALENTA ARÁBIGA
Cura las digcsLionos laliurioaaB, (¡¡¡spepHias), g a s t r i t i s , acüdias,
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C.AI. L EDE
DE T O R Al
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s , 11* M A D R I D
n á u s e a s , fie' " " " " " ' " ' '' '" ' " ' '"
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MADEID. —Establecimiento ti poli t o frr Afleo.tSucesores de Rivadeneyras,

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