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Resumen de “Oliver Twist” por

Charles Dickens
El lado oscuro de la era victoriana

Escrito por Bookey


Sobre el Libro
La novela Oliver Twist cuenta la historia de Oliver,
un huérfano criado en un asilo. Cuando ya no
puede soportar más abusos, se fuga a Londres. Una
vez allí, se involucra con una banda de ladrones y
sufre muchas desgracias antes de ser liberado por
unos buenos samaritanos. Oliver desconoce la
identidad de su padre, pero acaba descubriendo la
verdad sobre su nacimiento. El escritor Charles
Dickens fue quien creó a este protagonista
bondadoso cuya vida se ve asediada por las
tragedias. Con ello, Dickens se ganó el amor y la
simpatía de innumerables lectores. Al contar la
historia de Oliver, Dickens mostró la oscuridad y
las injusticias de la sociedad inglesa de la época.
Sobre el Autor
Charles Dickens es uno de los novelistas ingleses
más destacados del siglo XIX. A lo largo de su vida
escribió un total de 15 novelas completas, además
de un centenar de cuentos y docenas de ensayos,
relatos breves y obras de teatro. Fue uno de los
escritores más influyentes que el mundo ha
conocido, creando obras en casi todos los géneros,
salvo la poesía. Las novelas de Dickens reflejan las
condiciones sociales de su época, evocándolas con
gran detalle. En sus obras, Dickens articuló las
opiniones y los puntos de vista de sus
contemporáneos, exponiendo los crudos conflictos
sociales y las hipocresías de su tiempo.
Capítulo 1: Introducción
Hola, te damos la bienvenida a Bookey. Hoy
descubriremos el libro Oliver Twist. En Inglaterra,
el ascenso al trono de Victoria en 1837 marcó el
comienzo de la "era victoriana". Fue un periodo de
relativa paz interna con escasos conflictos
internacionales. La tranquilidad y la estabilidad
perduraron, por lo que, en 1851, se celebró en
Londres la Gran Exposición, consolidando los
logros alcanzados por la Reina y estableciendo la
posición de Inglaterra como primera potencia
mundial. Charles Dickens era una estrella
emergente en el mundo literario de la época.
Gracias a la publicación de su novela Los papeles
póstumos del Club Pickwick, su reputación se
había consolidado. En 1837, año fundacional de la
era victoriana, Dickens empezó a escribir una
novela serializada para la revista mensual Bentley's
Miscellany. Esta serie, de dos años de duración, se
convirtió posteriormente en su novela Oliver Twist.
Esta obra cuenta la historia de un huérfano criado
en un asilo donde lo maltratan, quien
posteriormente escapa a Londres. Su nombre es
Oliver Twist. En la ciudad, Oliver se encuentra con
un grupo de ladrones que quieren convertirlo en
cómplice. Con ellos, sufre muchas desgracias.
Finalmente, unos buenos samaritanos lo rescatan y
Oliver descubre las verdaderas circunstancias de su
nacimiento. Con Oliver, Dickens creó un
protagonista trágico, pero bondadoso, que se ganó
el cariño y la simpatía de innumerables lectores. Al
contar la historia de Oliver, Dickens también
muestra la oscuridad y las injusticias de la sociedad
inglesa de la época, especialmente en lo que
respecta al maltrato de las clases bajas. A pesar de
que hoy en día se recuerda a la Inglaterra victoriana
como un estado poderoso, este relato de Dickens
nos describe una época buena y mala en partes
iguales. Bajo el mismo sol, las haciendas señoriales
de los ricos convivían con las mugrientas casuchas
de los pobres. En un momento dado, tanto los
honrados como los miserables podían estar
ascendiendo al cielo o descendiendo a las puertas
del infierno. Dickens nació en 1812, en la ciudad
de Portsmouth, en el sureste de Inglaterra. Allí, su
padre trabajaba como empleado subalterno en la
Oficina de Pagos de la Marina. En 1823, la familia
se trasladó a Londres, pero su situación económica
era muy delicada. Toda la familia, compuesta por
ocho personas entre adultos y niños, vivía en una
pequeña y estrecha choza en Camden, un barrio del
norte de Londres. Su situación era tan lamentable
que, a principios del año siguiente, el padre de
Dickens fue enviado a la prisión de morosos de
Marshalsea, un castigo laboral por deber dinero.
Toda la familia se trasladó allí con él, excepto
Dickens. Él permaneció en Londres. Dos semanas
antes de que se llevaran a su padre, Dickens había
entrado en Warren's Blacking Warehouse, situado
cerca de la escalinata de Hungerford, en el río
Támesis. Allí lo pusieron a trabajar como obrero
infantil. Trabajaba 12 horas al día, pegando
etiquetas en frascos de asfalto. Gracias a esta
experiencia personal, pudo empatizar fácilmente
con las desgracias de los niños indefensos y
oprimidos que sufrían una situación similar.
Conoció de primera mano la miseria y la
corrupción de los submundos londinenses. Esto le
sirvió de base para sus escritos, proporcionándole
mucho material creativo para su futura carrera de
escritor. Durante casi dos siglos, Oliver Twist ha
resistido el paso del tiempo. El libro se ha
convertido en una de las novelas en inglés más
populares del mundo. Hoy en día sigue siendo
apreciada por innumerables lectores. A
continuación, analizaremos el alcance trascendental
de Oliver Twist en las siguientes tres partes: En la
primera parte explicaremos la traumática infancia
de Oliver mientras estuvo en el asilo. Aquí se
describe el sistema de asistencia social que se
empleaba en la Inglaterra de la época para ayudar a
los pobres. En la segunda parte explicaremos
cómo Oliver se involucra accidentalmente con una
banda de ladrones al llegar a Londres. Asimismo,
analizaremos las descripciones vívidas de los
submundos londinenses. Por último, en la tercera
parte explicaremos el misterio que rodea el
nacimiento de Oliver, analizando brevemente los
aspectos negativos de la novela.
Capítulo 2: La trágica vida de
Oliver en el asilo
El protagonista de la novela se llama Oliver Twist.
Nació en un asilo situado en una ciudad mercantil
cercana a Londres. Antes de que Oliver naciera,
encontraron a su madre desmayada en la calle.
Había caminado tanto que se le habían desgastado
las suelas de los zapatos. El supervisor parroquial
de los indigentes la encuentra y la envía a un asilo.
Por desgracia, muere inmediatamente después de
dar a luz a Oliver, sin dejar pistas sobre la identidad
de su padre. Por consiguiente, Oliver es acogido
como huérfano en el sanatorio. El funcionario de la
parroquia responsable de los apellidos de los niños
adoptados se llama Señor Bumble. Se limita a
elegir los nombres por orden alfabético. Al
predecesor de Oliver le toca la S, Swubble, así que
a Oliver se le asigna la T, convirtiéndose en Oliver
Twist. Junto con otros 20 o 30 huérfanos, Oliver
es puesto al cuidado de la Señora Mann. Se trata de
una mujer incapaz de sentir compasión por los
niños a su cargo. Su única motivación es recibir
una paga de siete peniques y medio a la semana por
cada niño. Se apropia de la mayor parte de este
dinero para sí misma, proporcionándoles solo una
escasa parte a los niños. De ahí que estén mal
alimentados, desnutridos y vestidos con trapos.
Además, es negligente y deja a los niños a merced
de los peligros del asilo, como quemarse, asfixiarse
accidentalmente o caer desde las alturas. Bajo estas
duras condiciones, es un milagro que Oliver haya
sobrevivido hasta los nueve años. La comida en
el asilo es gratuita para los niños hasta los nueve
años. Después de su cumpleaños, Oliver debe
empezar a aprender un oficio para pagarse los
gastos. Le asignan la tarea de recoger goma de
roble, es decir, separar las fibras de la madera
alquitranada. Las autoridades del asilo lo describen
como un "aprendizaje", aunque, a decir verdad,
Oliver es un joven muy trabajador. El trabajo no es
difícil, pero sí agotador, y los niños empiezan sus
labores a las seis de la mañana, todos los días. A
pesar de su gran esfuerzo, la comida es escasa. Solo
les sirven un pequeño tazón de papilla en cada
comida, y, en ocasiones especiales, les dan dos
gramos y medio más de pan. No es de extrañar que
los niños se mueran de hambre. Después de cada
comida, aún con mucha hambre, raspan sus tazones
con las cucharas hasta que quedan brillantes. Luego
se chupan los dedos, todavía con la esperanza de
encontrar alguna salpicadura de papilla derramada.
Finalmente, uno de los niños obreros se harta de la
rutina y tiene una idea sombría y terrible. Le
insinúa a un amigo que, eventualmente, llegará una
noche en la que estará tan desesperado que, si no
consigue una ración extra de papilla, se comerá al
niño que duerme en la litera de al lado. Los demás
niños se asustan al oír esto. Deciden dejárselo a la
suerte, y el que saque el palillo más corto se
acercará al cocinero y le pedirá más papilla. Al
final, a Oliver le toca el palillo más corto. Al final
de la cena, como habían acordado, Oliver se retira
de su puesto y se acerca al cocinero. Le pide una
segunda ración. El cocinero queda tan sorprendido
por la petición de Oliver que se lo notifica a la
junta del asilo. Para la junta, la petición de Oliver,
la cual es completamente razonable, supone una
rebelión. Lo tachan de ingrato y degenerado. Como
resultado, Oliver no solo se queda sin la ración
extra, sino que es golpeado y encerrado durante una
semana. Peor aún, las autoridades del asilo lo
consideran un alborotador. Deciden expulsarlo y
publican un anuncio ofreciendo una recompensa de
cinco libras a quien lo acoja. Después de algunos
giros en la historia, Oliver llega a casa del Señor
Sowerberry, un fabricante de ataúdes y enterrador
local. Oliver se convierte en su aprendiz, y esta
asociación no es muy diferente a su experiencia en
el asilo. Para reducir gastos, Sowerberry solo
proporciona a Oliver restos de comida rancia.
Además, para dormir, le ofrece un espacio reducido
bajo el mostrador de la tienda. Y, para empeorar las
cosas, Noah, otro aprendiz, se entretiene acosando
a Oliver. Aproximadamente un mes después de la
llegada de Oliver a la funeraria, Sowerberry
descubre que el joven es un excelente candidato
para el negocio funerario. Así pues, las
circunstancias de Oliver empiezan a mejorar.
Sowerberry se da cuenta de que Oliver tiene un
rostro angelical teñido de tristeza. La combinación
de encanto y melancolía de Oliver es la estética
perfecta para los funerales de niños que han
fallecido trágicamente. A partir de ese momento,
Oliver pasa de ser un aprendiz de enterrador a
convertirse en un lamentador profesional. Ahora no
solo se viste mejor que Noah, su enemigo, sino que
también empieza a recibir más atención y elogios
del Señor Sowerberry. Los privilegios de Oliver
en el negocio funerario comienzan a causar
resentimiento, tanto en la esposa de Sowerberry
como en Charlotte, su criada, y, por supuesto, en
Noah, el aprendiz más antiguo. Una mañana
durante el desayuno, en un arrebato de celos, Noah
insulta a la difunta madre de Oliver. Según él, era
una mujer "muy mala" y tuvo suerte de morir; de lo
contrario, la habrían obligado a realizar trabajos
forzados, exiliado o ahorcado. Enfurecido, Oliver
derriba la mesa y las sillas, agarra a Noah por el
cuello y procede a estrangularlo, tirándolo al suelo.
Aterrorizado, Noah grita y llama a Charlotte y a la
Señora Sowerberry. Ambas se acercan a Oliver y le
dan una buena paliza. Luego lo encierran en la
carbonera y llaman al Señor Bumble, el funcionario
parroquial que se encargaba de disciplinarlo en el
asilo. Cuando el Señor Sowerberry regresa a casa,
Noah miente sobre lo ocurrido, respaldado por la
Señora Sowerberry y Charlotte. Según él, Oliver le
atacó e intentó matarlo. Cuando el Señor Bumble
escucha aquellas despiadadas acusaciones, califica
a Oliver de salvaje, y el Señor Sowerberry le
propina otra feroz paliza. Esa noche, consumido
por la rabia y la pena, Oliver empaca algo de ropa.
Al amanecer del día siguiente, se escabulle de la
casa del Señor Sowerberry y decide dirigirse a
Londres, a casi 110 kilómetros de donde se
encuentra. Con apenas un trozo de pan y un
centavo para provisiones, no puede permitirse
tomar un ascensor ni comprar alimentos, así que, al
cabo de un par de días, tiene tanta hambre que
apenas puede caminar. Sin embargo, su suerte
cambia cuando un amable cobrador de peaje y una
anciana le proporcionan algo de comida. Gracias a
estos alimentos, logra recuperar su vigor. Tras
siete días de viaje, Oliver llega a Barnet, a las
afueras de Londres. Allí conoce a un adolescente
desaliñado llamado Jack Dawkins. Jack se hace
amigo de Oliver, diciéndole que también lo
conocen como "el esquivador artístico". Cuando se
entera de que Oliver ha estado caminando durante
siete días seguidos sin comer ni descansar, lo invita
a una fiesta y le ofrece un lugar donde quedarse.
Contento, Oliver acompaña a Jack por las calles de
Londres esa misma noche. Esas fueron las
experiencias de Oliver en el asilo y en la funeraria,
según las narra Dickens. Mediante estas imágenes
de los primeros años de vida del joven huérfano,
Dickens expuso la hipocresía de los sistemas de
asistencia social y caridad ingleses de la época
victoriana. A continuación, examinaremos dichos
sistemas sociales con más detenimiento y
conoceremos sus problemas intrínsecos. La
publicación de Oliver Twist estuvo determinada por
la introducción de la Nueva Ley de Pobres. En
1601 se promulgó en Inglaterra la Ley de Pobres
isabelina para el alivio de la pobreza, conocida
como la Antigua Ley de Pobres. Dicha ley
estipulaba que los pobres debían ser atendidos por
la parroquia local, por lo que se establecieron casas
de trabajo por todo el país para ayudar y dar
refugio a los necesitados. Los indigentes eran
divididos en tres categorías: huérfanos, incapaces
de trabajar y jóvenes sin un sustento seguro.
Mediante el estado de derecho, las parroquias
continuaron la tradición de caridad cristiana,
tradicionalmente proporcionada por la Iglesia desde
la Edad Media. Consideraban que ayudar a los
necesitados era un deber sagrado y veían a los
pobres como objetos dignos de compasión y alivio,
no como una carga para la sociedad. Sin embargo,
la actitud de los ingleses hacia los pobres empezó a
cambiar a raíz del movimiento de cercamiento y la
Revolución Industrial. El primero les permitió a los
terratenientes ocupar tierras comunes, despojando a
muchos campesinos de sus derechos de pastoreo y
sus medios de sustento. Además, los nuevos
métodos de producción industrial dejaron sin
trabajo a muchos artesanos. Debido a estos dos
factores, el número de personas desfavorecidas en
Inglaterra aumentó drásticamente. En esta época,
el economista inglés Thomas Malthus propuso la
Teoría de la Población. Dicha teoría fomentó el
resentimiento de los burgueses hacia los pobres.
Según Malthus, el crecimiento de los cultivos es
lineal, mientras que el de la población es
exponencial. Por consiguiente, el aumento de la
producción de alimentos no puede seguir el ritmo
del crecimiento de la población. Si la población
crece demasiado, las muertes serán inevitables.
Para la burguesía más acomodada y privilegiada, el
hambre de los pobres nunca podrá ser saciada.
Cuando se sienten ligeramente cómodos, producen
hijos, lo cual aumenta el número de bocas que hay
que alimentar en esta sociedad. En otras palabras,
perciben a los pobres como una carga para la
sociedad. Por lo tanto, los representantes de la
sociedad burguesa llegaron a la conclusión de que
la solución definitiva al problema de la pobreza no
era el apoyo social, sino reducir el número de
personas pobres y frenar su tendencia a procrear.
En 1832 se creó una comisión real basada en la
teoría de Malthus. En teoría, su objetivo era
investigar las deficiencias en la aplicación de la
Antigua Ley de Pobres. No obstante, a decir verdad,
el verdadero objetivo de la comisión era introducir
una nueva legislación más acorde con los intereses
burgueses. La Nueva Ley de Pobres se promulgó
en 1834. Redujo el gasto público destinado al alivio
de la pobreza y promovió la autosuficiencia de los
pobres. Y, a su vez, la función de las casas de
trabajo fue cambiando; ya no les proporcionaban
ayuda y apoyo a los pobres, sino que los castigaban
por serlo. Dickens publicó Oliver Twist poco
después de que entrara en vigencia la Nueva Ley de
Pobres. Antes de escribir la novela, Dickens trabajó
durante dos años como periodista para The True
Sun y The Mirror, centrando sus reportajes en el
reformado sistema de asistencia social. La
descripción de los sistemas de alivio de la pobreza
que ofrece la novela es muy satírica. Para los
pobres, las llamadas instituciones de bienestar no
eran "Campos Elíseos de ladrillo y cemento", como
prometía la parroquia, sino más bien prisiones
oscuras. Las personas que vivían allí recibían
raciones miserables de comida a cambio de largas
horas de arduo trabajo. En el libro, el asilo de
Oliver se desvincula de su cuidado. En cuanto
cumple nueve años, se ve obligado a trabajar a
cambio de migajas de comida. Su experiencia es
bastante similar a la de los huérfanos y niños
abandonados que dependían del sistema de
asistencia social. Al describir la vida de Oliver en
el asilo, Dickens denuncia la hipocresía de este
ineficaz sistema de alivio de la pobreza.
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