Está en la página 1de 10

LA IGLESIA EN EL CREDO

UNIDAD 1: CURSO DE ECLESIOLOGÍA 2019


CONFESIONES DE FE, FÓRMULAS OCCIDENTALES (I)
CREDO APOSTÓLICO
DESDE FINES DEL S .IV SE PENSABA QUE ESTA FÓRMULA HABÍA SIDO COMPUESTA POR LOS
MISMOS APÓSTOLES: SEGÚN LA LEYENDA CADA APÓSTOL ESCRIBIÓ UN ARTÍCULO.

• Credis inDeum Patrem omnipotentem? • ¿Crees en Dios Padre omnipotente?


• Credis in Christum Iesum, Filium Dei, qui natum est • ¿Crees en Cristo Jesús, Hijo de Dios, que nació
de Spiritu Sancto ex Maria virgine, et crucifixus por obra del Espíritu Santo de María virgen, y
sub Pontio Pilato et mortuus est et sepultus, et fue crucificado bajo Poncio Pilato, y murió y fue
resurrexit die tertia vivus a mortuis, et ascendit in sepultado, y al tercer día resucitó vivo de los
caelis et sedit ad dexteram Patris, venturus muertos, y subió a los cielos y está sentado a la
iudicare vivos et mortuos? diestra del Padre, vendrá a juzgar a los vivos y
a los muertos?
• Credis in Spirito Sancto, et sanctam Ecclesiam et
carnis resurrectionem? • ¿Crees en el Espíritu Santo y la santa Iglesia y la
resurrección de la carne?
(Hipólito de Roma, Traditio Apostolica,
versión latina, s.III)
CONFESIONES DE FE, FÓRMULAS OCCIDENTALES (II)
CREDO APOSTÓLICO
• El credo apostólico o símbolo apostólico, al referirse a la Iglesia, no utiliza la
preposición “en” (in en latín y e%j en griego), la cual por el contrario es utilizada
para dar comienzo a cada uno de los artículos de la fe que se dirigen a Dios Padre,
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo en la fórmula ternaria del credo.
• De esta forma, en el credo más antiguo que conocemos, la Iglesia no se presenta como
objeto de la fe, sino que se usa la expresión “creer la Iglesia” y no “creer en la Iglesia”,
fórmula que se reserva exclusivamente para las tres personas divinas. La inclusión de la
Iglesia en el tercer artículo de la fe se entiende en el sentido de ser ella (la Iglesia) el
ámbito de la fe en Dios: se cree en Dios eclesialmente (en el ámbito de la Iglesia). La
profesión de fe en Dios se realiza en medio de la Iglesia [Pié-Ninot 2009, 52].
CONFESIONES DE FE, FÓRMULAS OCCIDENTALES (III)
AGUSTÍN, SERMÓN 215
UNA VARIANTE

• Credimus et in Spiritus Sanctum, • Creemos también en el Espíritu Santo,


remissionem peccatorum, la remisión de los pecados, la
resurrectionem carnis, vitaem resurrección de la carne, la vida
aeternam eterna
• per sanctam Ecclesiam catholicam. • por medio de la santa Iglesia católica.
• (PL 38, 1072ss)
CONFESIONES DE FE, FÓRMULAS ORIENTALES (I)
• Eusebio, Carta a su diócesis, 325
• Pisteúomen kaì e%j Çn pneuma
Creemos también en un solo Espíritu
ágion.
Santo.

• Cirilo de Jesusalén, Catequesis VI-XVIII,


hacia el año 348
• Kaì e%j Çn ágion pneuma, tòn • Y en un solo Santo Espíritu,
paráklhton • el Paráclito
• kaì e%j Çn báptisma metanoíaj, • Y en el bautismo de conversión,
kaì • Y [en] una santa Iglesia católica.
• e%j mían agían kaqolikhn
• $kklhsían
CONFESIONES DE FE, FÓRMULAS ORIENTALES
CREDO APOSTÓLICO (V)
• El credo apostólico o símbolo apostólico, al referirse a la Iglesia, no utiliza la
preposición “en” (in en latín y e%j en griego), la cual por el contrario es utilizada
para dar comienzo a cada uno de los artículos de la fe que se dirigen a Dios Padre,
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo en la fórmula ternaria del credo.
• De esta forma, en el credo más antiguo que conocemos, la Iglesia no se presenta como
objeto de la fe, sino que se usa la expresión “creer la Iglesia” y no “creer en la Iglesia”,
fórmula que se reserva exclusivamente para las tres personas divinas. La inclusión de la
Iglesia en el tercer artículo de la fe se entiende en el sentido de ser ella (la Iglesia) el
ámbito de la fe en Dios: se cree en Dios eclesialmente (en el ámbito de la Iglesia). La
profesión de fe en Dios se realiza en medio de la Iglesia [Pié-Ninot 2009, 52].
CONFESIONES DE FE, FÓRMULAS ORIENTALES (II)
• A diferencia de la tradición occidental, la tradición oriental recogida
sobre todo en el credo niceno-constantinopolitano del 381 y que se integró a
la liturgia a partir del s. VI, sí utiliza en el texto original griego la preposición
“en” (e%j), aunque esté ausente en la versión latina. Este uso expresa la
valoración que tiene la Iglesia en la economía de la salvación; su significado
puede explicarse así: se cree en Dios, que está presente y actuante en la Iglesia
por medio del Espíritu de Cristo [Pié-Ninot 2009, 54].
EN SÍNTESIS

• En el marco de la tradición occidental, creemos en el Espíritu o más


exactamente en la Trinidad en el ámbito de la Iglesia. Puede servir recordar
la explicación que da Santo Tomás: creemos “en el Espíritu Santo que une a la
Iglesia o que santifica a la Iglesia”. Creer la Iglesia quiere decir creer en su
existencia sobrenatural; profesamos que la Iglesia ha sido formada por el
Espíritu Santo, que es su obra propia, el instrumento por medio del cual nos
santifica. Creemos que esta Iglesia no existe para sí, sino para Dios.
• [De Lubac 1953 (1980), 35-36]
LA IGLESIA EN EL CREDO (I)

• Si el credo dice “Creo en Dios”, el acto de fe, cuya fórmula nos enseña el
Catecismo, dice: “Dios mío, yo creo en Vos”. Así entendida, la fe lleva en su
raíz y en su término un elemento personal de naturaleza privilegiada, que no
puede concernir sino a Dios. La fe, así, es eclesial en su modo y es teologal en
su objeto y en su principio. [De Lubac 1953 (1980), 37]
LA IGLESIA EN EL CREDO (II)
• Que el credo apostólico termine por la Iglesia, luego de mencionar los
artículos de la fe, era entendido por Teodoro de Mopsueste de este modo:
que ella, la Iglesia, es el lugar elegido por el Señor para que en él sea
invocado su nombre. Ella es el Templo donde se adora la Trinidad.
• La Iglesia no es sólo la primera entre las obras del Espíritu santificador, sino
que comprende, condiciona y absorbe a las otras. Todo el proceso de la
salud se realiza en ella. A decir verdad, se identifica con ella.
• El misterio de la Iglesia es un resumen de todo el Misterio: “nos abraza por
completo, nos rodea por todas partes, ya que Dios nos ve y nos ama en su
Iglesia, ya que en ella es donde Él nos quiere y donde nosotros le
encontramos” [De Lubac 1953 (1980), 46].

También podría gustarte