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ANALISIS

SEPARACIÓN, TRATAMIENTO, ALMACENAMIENTO Y TRANSPORTE DE


CRUDO
El petróleo crudo se separa físicamente, mediante fraccionamiento en torres de
destilación atmosféricas y de vacío, en grupos de moléculas de hidrocarburos con
diferentes intervalos de temperaturas de ebullición, denominados “fracciones”. Los
principios básicos, leyes físicas y accesorios utilizados para separar el gas del
líquido son la gravedad, las fuerzas centrífugas, el efecto de deflectores y platos
perforados o mallas. Otro efecto aprovechado para separar el líquido del gas, es el
efecto de mojamiento, que consiste en la propiedad que poseen las pequeñas
gotas del líquido de adherirse a deflectores y platos por adhesión y capilaridad.
También, las caídas de presión a través de pequeños orificios de coladores
ocasionan que el líquido caiga. Los separadores son construidos de tal forma que
el fluido entra produciendo un movimiento rotacional, impartiendo al fluido un
movimiento centrífugo que ocasiona que el líquido choque con las paredes del
recipiente y caiga por gravedad. A medida que el líquido cae, choca con los
deflectores y platos, produciéndose por agitación separaciones ulteriores. El gas
sale por el tope y el líquido por el fondo.

La presión de operación de un separador depende tanto de la presión fluyente del


Tubinga del pozo (THP), como de la relativa cantidad de gas natural presente en
la fase líquida. De acuerdo con el diagrama de fases, un cambio en esta presión,
afecta las densidades de gas y de líquido, la velocidad de los fluidos y el volumen
actual de la mezcla. El efecto neto de un incremento en la presión, es un
incremento en la capacidad de gas del separador. La temperatura afecta la
capacidad del separador, sólo si afecta el volumen actual de la mezcla y las
densidades del gas y el líquido

Para obtener una separación más eficiente y completa, 2 o más separadores se


conectan en serie, reduciéndose la presión en cada etapa, lo que se conoce como
etapas o niveles de separación o separación en múltiples etapas.
Aunado a lo anterior la explotación del petróleo requiere de especial atención en
su manejo y procesamiento en la superficie, debido a que, para su distribución,
transporte y comercialización, requiere cumplir con ciertos parámetros de control
de calidad, como son:

 Contenido de agua (deshidratación).


 Contenido de sales (desalado).
 Gas disuelto (Estabilización),
 Ácido sulfhídrico (Endulzamiento).
 Entre otros.

De tal manera que llegamos a la etapa del almacenamiento de crudo que


constituye un elemento de sumo valor en la explotación de los servicios de
hidrocarburos ya que:

 Actúa como un pulmón entre producción y transporte para absorber las


variaciones de consumo.
 Permite la sedimentación de agua y barros del crudo antes de enviarlos
por oleoducto o a destilación.
 Brindan flexibilidad operativa a las refinerías.
 Actúan como punto de referencia en la medición de despachos de
producto.

Finalmente llegamos a la etapa de transporte de crudo en el cual se observa los


principales elementos para su transporte.

El transporte del petróleo es un área fundamental para asegurar la producción,


que involucra análisis especiales del flujo multifario, corrosión, condiciones de
formación de Asfáltenos, hidratos, parafinas, entre otros. El buen análisis permitirá
el evitar la formación de alguno o varios de estos tipos de depósitos, ya que
pueden llegar a comprometer la producción e inclusive las instalaciones.

l petróleo crudo que sale de los pozos es casi inaprovechable, motivo por el cual
ha de ser tratado a fin de obtener la parte aprovechable. Este proceso se le llama
refinado. Al inicio, el proceso de refinado se realizaba cerca del pozo hasta que se
comprobó que salía más a cuenta refinarlo cerca de los grandes centros de
consumo, ya que cada país tenía unas determinadas necesidades.

Casi la totalidad del petróleo se transporta por vía marítima, en barcos-tanques


que pueden contener hasta 500.000 toneladas –los llamados superpetroleros–, o
por vía terrestre a través de los oleoductos del petróleo, conductos de más de un
metro de diámetro y centenares de kilómetros de longitud a través del cual se
impulsa el aceite mineral. Por los mares y océanos del planeta navegan
constantemente petroleros con una capacidad de más de 250 millones de
toneladas de petróleo crudo.

Una refinería es un complejo industrial que opera las 24 horas del día y los 365
días del año. Cuenta con un equipo reducido de personas de alta cualificación
profesional que supervisa constantemente su funcionamiento gracias a la
automatización de los procesos de producción. Además del centro de refinado del
petróleo propiamente dicho, una refinería dispone también de una central para
obtener el vapor de agua y la energía eléctrica para el autoconsumo, de depósitos
de almacenaje del crudo y de los productos derivados, de una estación de
vagones de trenes-cisterna, de una estación de carga de camiones-cisterna y de
tuberías de distribución que sirven productos concretos a complejos industriales.

El refinado se inicia con el proceso de destilación, una operación física que se


realiza en un cilindro de más de 50 m de altura dividido en diferentes
compartimentos horizontales donde se introduce el petróleo previamente
calentado hasta los 400 pc. Continuamente entra el petróleo crudo y salen los
diferentes productos destilados según los puntos de ebullición. Con esta operación
no se acaba el proceso de refinado, sino que, posteriormente, los compuestos
obtenidos son refinados nuevamente en otras unidades de proceso donde se
modifica su composición molecular o eliminados los compuestos no deseados –
como el azufre–. De esta manera, se obtendrán los productos deseados de
acuerdo con las exigencias técnicas y ambientales exigidas por el mercado.

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